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Juan cuatro empezando en el versículo uno. Cuando pues el Señor entendió que los fariseos habían oído decir, Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan, aunque Jesús no bautizaba sino sus discípulos, salió de Judea y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samania. Vino pues a una ciudad de Semaria llamada Zikar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Semaria a sacar agua. Y Jesús le dijo, dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo, ¿cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo, si conocieras el don de Dios, ¿y quién es el que te dice, dame de beber? Tú le pedirías, y Él te daría agua viva. La mujer le dijo, Señor, no tienes con qué sacarla, que el pozo es hondo. ¿De dónde pues tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Jesús, y le dijo, Cualquiera que bebiere de esta agua, logrará tener sed. Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás. sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para el vida eterna. La mujer le dijo, Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed ni venga aquí a sacarla. Jesús le dijo, ve, llama a tu marido y ven acá. Respondió la mujer y dijo, no tengo marido. Jesús le dijo, Bien has dicho, no tengo marido, porque cinco mágicos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido. Esto has dicho con verdad. Le dijo la mujer, Señor, me parece que Tú eres profeta. Nuestros padres adoraron este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo, Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis. Nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Le dijo la mujer, sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo. Cuando Él venga, nos declarará todas las cosas. Jesús le dijo, Yo soy el que habla contigo. En esto vinieron Sus discípulos y se maravillaron de que hablaba con una mujer. Sin embargo, ninguno dijo, ¿qué preguntas o qué hablas con ella? Entonces la mujer dejó su cántaro y fue a la ciudad y dijo a los hombres, ¡Venid! ¡Ven a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho! ¿No será éste el Cristo? Entonces salieron de la ciudad y vinieron a Él. Entre tanto, los discípulos le rogaban diciendo, ¡Rabí, come! Él les dijo, yo tengo una comida que comer que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían unos a otros, ¿le habrá traído a alguien de comer? Jesús les dijo, Mi comida es que haga la voluntad la que me envió, y que acabe su obra. ¿No decís vosotros, aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? Y aquí os digo, alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que ciega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que ciega. Porque en eso es verdadero el dicho, uno es el que siembra, y otro es el que ciega. Y os he enviado a cegar lo que vosotros no labrastes, otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo, me dijo todo lo que he hecho. Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos, y se quedó allí dos días. Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer, ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo. Aquí en esta ciudad de México, aquí en D.F., nosotros entendemos la importancia del agua, ¿no?, y especialmente del agua pura. Compramos garrafones de agua, agua purificada, y en algunos lugares, aún en la ciudad, por la falta de agua potable, tienes que llevar la pipa para llevar el agua a tu casa. El agua es esencial para la vida, obvio, ¿no? uno puede vivir más tiempo sin comida que sin agua. Y la historia que ya hemos leído en Juan 4 es una historia que tiene que ver mucho con el tema del agua, como ya hemos leído. Cristo se sentó junto a un pozo famoso de agua, y Él usó esa ilustración para abrir la puerta para hablar con una mujer de la vida eterna. Y vamos a ver cómo comienza esta historia y cuán importante era el tema de agua a lo que Cristo quería enseñar. Todavía si hoy estamos al principio de Juan 4, vemos que el capítulo empieza con una referencia a los eventos al final del capítulo 3, que estudiamos hace 8 días, que Jesús estaba bautizando más discípulos que Juan. que es el asunto que empezó el problema que estudiamos la semana pasada. La envidia de los discípulos de Juan tenía en cuanto a Cristo. Los fariseos, dicen, oyeron de esas cosas, y por eso Cristo salió de Judea y se fue a Galilea. El versículo cuatro dice que le era necesario pasar por Samaria. Los judeos estaban aquí en el sur, Galilea en el norte, y tenían que pasar por Samaria, porque Samaria estaba aquí entre los dos. Judea, Galilea, pasando por Samaria. Esa fue la ruta más directa. El problema fue que los judíos y los samaritanos eran enemigos. Muchos problemas a través de la historia, y yo no voy a tomar tiempo para hablar de la historia entre los judíos y los samaritanos. Si alguien tiene interés, puede estudiar esta historia. Pero vas a decir que los judíos y los samaritanos no le gustaron unos a otros, le aborrecieron unos a otros. Por eso, a veces, las personas que estaban en Judea, que querían ir a Galilea, no querían pasar por Samaria. Si no, ellos querían cruzar el río para evitar ir por Samaria, en vez de una ruta directa. Así. Mucho, mucho más largo, más larga la ruta para no pasar por Samaria. Tan fuerte fue el problema, el aborcimiento entre los judíos y los samaritanos. Eso pasó a veces. Yo creo que a veces los pastores empatican esta verdad demasiado. Porque también es la verdad de que muchos judíos pasaron directamente por Samaria, porque fue la ruta más directa. Entonces, no todos los judíos evitaron Samaria así. Muchos pasaron por Samaria. Entonces, por un lado, podemos decir que eso da más un detalle del viaje de Cristo. Pero por otro lado, porque lo que vamos a estudiar, que Cristo se encontró una mujer en este lugar, Podemos ver un significado espiritual de esta frase. Le fue necesario a Cristo pasar por Samaria porque Él sabía que iba a encontrarse a esta mujer, porque sabía que era parte de la voluntad de Su Padre pasar por este pozo, hablar con esta mujer y salvarla. Le era necesario pasar por Samaria para hablar con esta mujer y salvarla. Eso es lo que pasó, Cristo pasó por Samaria, llegó a esta ciudad de Zikar, dice que se sentó al lado de un pozo porque estaba cansado, porque era mediodía. Dice la sexta hora de la mediodía. Él estaba cansado, con sed, se sentó junto al pozo y vino una mujer. Así empieza nuestra historia. Cristo inicia una conversación con esta mujer en cuanto al tema del agua. Pero obviamente Cristo no tenía que pasar por Samaria para hablar con esta mujer solamente del agua física, sino quería hablar con ella del tema del agua viva, que es el tema que vamos a estudiar hoy también. Este tema del agua viva se encuentra en los versículos 10 y 13 a 14. Vamos a leerlos otra vez. En el versículo 10 dicen, respondió Jesús, le dijo, si conocieras el don de Dios, ¿y quién es el que te dice, dame de beber, tú le pedirías, y Él te daría agua viva? Versículo 13, respondió Jesús, le dijo, cualquiera que bebiere de esta agua volverá a tener sed, mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás. que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. En el versículo 10 Cristo usa esta palabra, agua viva. Este término en sí mismo puede referirse a nada más que agua fresca, agua corriente, agua de una fuente que fluye en vez del agua de un pozo, por ejemplo, que no se mueve. Por eso, como vamos a ver, cuando Cristo usó este término, agua viva, por primera vez, la mujer no entendía. Ella pensaba que Cristo estaba haciendo un contraste entre el agua física del pozo y otra agua fresca de una fuente. Ella pensaba que Él estaba diciendo, yo voy a darte agua mejor de una fuente, corriendo, fluyendo, y no ese pozo, ese agua estancada. Es lo que ella entendía al principio. Pero no, Cristo estaba hablando mucho más del agua física, sino de la vida eterna. Eso es lo que dijo claramente al final del versículo 14. Una fuente de agua que exalte para vida eterna. Cristo estaba haciendo un contraste entre el agua en un pozo y el agua corriente, para hacer un contraste entre el agua física y el agua que es viva, que es la vida eterna. es lo que Él quería enseñar a esta mujer, no solamente de cosas físicas, sino cosas eternas en cuanto a la salvación, el agua viva que exalte para vida eterna. Y es lo que vamos a estudiar hoy en este mensaje, este tema del agua viva, viendo cómo esta agua transformó la vida de esta mujer en este capítulo. Vamos a ver, vamos a estudiar que el poder del agua viva, Es tan grande que puede salvar cualquiera, puede derribar los obstáculos y puede cambiar la vida. Esos son los tres puntos que vamos a ver cuando vemos el poder del agua viva. Y vamos a ver que la única respuesta correcta a entender esta agua viva es pedírsela de Cristo. En primer lugar, pensando en el poder de esta agua viva, podemos ver que el agua viva puede salvar a cualquiera. ¿Y si yo uso esta palabra a propósito? Cualquiera. ¿Cómo sabemos? En los versículos 7 a 9 de nuestro capítulo, nos encontramos con esta mujer con quien Cristo habló, la persona que necesitaba esta agua viva. Vamos a leer otra vez los versículos 7 a 9. Y le vino una mujer de Samaria a Sacaragua. Y Jesús le dijo, dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo, ¿cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber? Que soy mujer samaritana. Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Esta mujer, en primer lugar, era samaritana. Otra vez, sin profundizarles mucho en las razones por las diferencias, por el crecimiento, no eran judíos puros, sino personas mezcladas, judíos con gentiles, con personas que no eran judíos. personas que se habían casado con los gentiles, y por eso los judíos puros aborrecieron a esos samaritanos. Y otra vez, hay una historia muy larga que no vamos a estudiar, pero sabemos que los judíos aborrecieron a los samaritanos, y por eso la mujer aquí estaba tan sorprendida cuando Jesús le pidió agua. Su reacción era una de completa sorpresa. En el versículo 9, ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Y como explicación, porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. La traducción aquí podría ser más precisa. Porque no era la verdad de que los judíos y los samaritanos no se trataron entre sí. Porque, por ejemplo, en el Siglo VIII dice que los discípulos judíos ya habían ido a la ciudad samaritana para comprar, para comer. Entonces, no era la verdad de que nunca se trataron entre sí. Una traducción más precisa sería que los judíos y los samaritanos no usaron los mismos vasos. Los judíos, por su ley, no podían usar el mismo vaso para beber como un samaritano o un gentil. Por eso ella estaba tan sorprendida que Cristo le había pedido permiso beber de su cántaro para aliviar su sed. Entonces, tenemos que entender un poquito de esta escultura para entender aquí y realmente apreciar lo que Cristo hizo. Que Él ofreció el agua viva, la vida eterna, a una samaritana. Un tipo de persona aborrecida por los judíos. Una persona con quien un judío normal, por no mencionar un maestro religioso, nunca hablaría. Una persona considerada inmerecida de Dios y la vida eterna. Pero aún peor, en la cultura de ese tiempo, ella era una mujer. Y los líderes religiosos judíos en ese tiempo pensaban que era muy malo hablar mucho con una mujer, incluyéndose a sus propias esposas. Las mujeres no tenían derechos en esos tiempos, casi ningunos. No eran consideradas dignas de la posición que los hombres disfrutaban. Pero Cristo escogió empezar esos dos días de ministerio a los samaritanos con una mujer, no con un hombre. Como vamos a ver un poquito más adelante, ella no era solamente mujer y samaritana, sino también una pecadora pública. Había tenido cinco maridos. Cuando hablaba con Cristo, estaba viviendo con otro hombre que no fue su marido. Entonces, Cristo habló con esta persona, semanitana, mujer, pecadora. De todos modos, Jesús le ofreció el agua viva. Sus descripciones, mujer, semanitana, pecadora, no importaban nada a Cristo. Por eso digo, el agua viva puede salvar a cualquiera. No importa tu género, o tu estado civil, o tu posición en la sociedad, aún no importa tu vida pecaminosa, tal vez muy, muy, muy, muy pecaminosa, no afecta esta agua viva que puede salvarte, que puede salvar a cualquiera. Yo te pregunto, ¿cuál es la razón por la cual no eres salvo? la razón por la cual no has experimentado esta duriva. ¿Cuál es la razón? Porque no importa si eres hombre o mujer, niño o joven, o adulto, educado o no, que has vivido en la calle. No importa nada. Aún no importa lo que has hecho. Tu vida es pecaminosa porque no hay nadie que Cristo no puede salvar. Es para hacerlo de manera negativa. Es para decir, Cristo puede salvar a cualquiera. No importa quién eres, no importa lo que has hecho. Tú puedes ser salvo por Cristo. Nada más tienes que pedirle a Cristo esta agua viva. Tienes que entender que no hay nadie demasiado malo para ser salvo. No tienes que mejorar tu vida antes de llegar a Dios, no. Dios no quiere que intentes hacer buenas obras antes de llegar, antes de... pedirle, para merecer la vida eterna. No, no. Sombra de Cristo requiere que tú le pidas el agua viva, que te arrepientas de tus pecados y que creas en Cristo para salvarte. Y Él va a darte ese regalo de la agua viva. El agua viva es tan purosa que puede salvar a cualquiera. Entonces, pídele a Cristo por esa agua viva. La segunda cosa que podemos ver en cuanto al poder de esa agua viva en su pasaje, es que el agua viva puede derivar los obstáculos. Puede derivar los obstáculos. Si continuamos aquí estudiando la conversación que Cristo tenía con esta mujer, este segundo punto se demuestra muy claramente. Porque la mujer samaritana tenía muchísimos obstáculos para ser salva. Como ya hemos visto, era mujer, samaritana, pecadora. Pero además de sus obstáculos externos y obvios, ella tenía algunos obstáculos internos que solamente Cristo podía ver. Y por eso en cada paso de esa conversación, Cristo estaba revelando y después derrumbando las paredes, derribando los obstáculos en su vida. Vamos a ver cuatro de estos obstáculos en los siguientes versículos, obstáculos que esta mujer tenía para ser santa. En primer lugar, vamos a leer los ciclos 9 a 12 del obstáculo de la incredulidad. El obstáculo de la incredulidad. Porque en los ciclos 9 a 10, podemos ver la primera parte de la incredulidad de esta mujer. Cristo le pidió agua del pozo. Agua física. Y ella respondió en incredulidad de que un judío estaba hablando con ella, una mujer samaritana. Pero Cristo respondió en el versículo 10, estableciendo su meta, que no era en cuanto a las cosas externas y físicas, sino en cuanto a lo espiritual. Otra vez en el versículo 10 dijo, si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice, dame de beber, tú le pedirías, y Él te daría agua viva. Ella no podía creer que un hombre judío estaba hablando con ella. Pero tampoco estaba enfocada en el lugar correcto. Estaba enfocada en la necesidad de su cuerpo, no en la necesidad de su alma. En los reciclos 11 y 12 vemos mucho más de su incredulidad. Cuando Jesús le dijo a Agua Viva del hecho de que ella tenía necesidad de él, y no al revés, ella dijo en el reciclo 11, Señor, No tienes con qué sacarla. Y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú, mayor que nuestro padre Jacob, quien nos dio este pozo, el cual bebieron Él, Sus hijos y Sus ganados? Entonces, ¿Cristo estaba hablando de algo espiritual, del don de Dios, del agua viva? Pero ella no podía entender. Ella estaba pensando que Él iba a sacar agua corriente de un pozo. Y no le creía. no podía entender que el asunto no era físico, sino espiritual. Es exactamente como yo mencioné en otro mensaje, lo que dice 1 Corintios 2,14, el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. Si ella solamente podía pensar en términos físicos, en cuanto al agua física, Y por eso respondió en esta manera, en incredulidad. ¿Tú eres mayor que Jacob? ¿Tú vas a sacar agua que fluye de un pozo? De veras, incredulidad, porque estaba pensando físicamente y no espiritualmente. No creía en lo que Jesús estaba diciendo, en lo que él estaba prometiendo. Pero su incredulidad, su falta de creencia en Cristo, su tendencia de burlarse de las cosas que no podía entender, no eran obstáculos demasiado grandes para Dios, para Cristo. El Algo Viva que Él estaba ofreciéndoles tenía la capacidad de derribar el obstáculo de la incredulidad en su vida. ¿Tú tienes el obstáculo de la incredulidad en tu vida? ¿Has escuchado el mensaje de la salvación? Esas cosas del nacimiento virginal de Cristo, su vida perfecta, su muerte, su resurrección. ¿Y crees que todo es nada más que una cuenta de hadas? Tienes la tendencia de pensar en todo científicamente, vas pensando las cosas en lo que puedes ver, y oír, y tocar, y no tienes tiempo para la fe. Pues tu incredulidad es mala, es desobediencia en contra de Dios, y te lleva a la muerte eterna. Pero lo bueno es que tu incredulidad no es un obstáculo demasiado grande para Dios. Él puede darte el agua viva, que tiene el poder para derribar ese obstáculo, para derrumbar esa pared. El agua viva es poderosa. Pídesela de Cristo. El segundo obstáculo que vemos en este pasaje es el obstáculo de la falta de entendimiento. El primer obstáculo fue increulidad. Segundo obstáculo, falta de entendimiento. Porque la verdad es que necesitamos tener misericordia con esta mujer. Obviamente, como cualquier otro incrédulo, ella no quería nada que ver con la verdad. Ella demostró su incredulidad pecaminosa, pero también, como cada otro incrédulo, no entendía lo que Cristo estaba diciendo. No podía. Sólo le estaba tratando físicamente y no espiritualmente. Por eso, después de que Cristo la habló en los versículos 13 y 14, explicando lo que estaba diciendo, todavía no entendió. Es decir, después de ser aún más claro, Diciendo, como en el versículo 14, que ese agua viva salte para la vida eterna. Cristo estaba enfatizando lo espiritual. Todavía no entendió. Lo cual es obvio por el versículo 15. La mujer le dijo, Señor, dame esa agua. ¿Para qué? Para que no tenga sed, ni venga aquí a sacarla. Todavía no entendió. Todavía estaba pensando físicamente. Todavía tenía falta de entendimiento, falta de conocimiento, falta de entender lo que Cristo estaba diciendo. Ella quería comodidad física. Quería no tener que ir a ese pozo cada día. Quería quedarse en su casa y nunca tener sed. Que bueno. Entonces, ella estaba pensando, otra vez, físicamente, en la comodidad de su vida física. No estaba pensando espiritualmente. Ella no entendió porque el agua viva que Cristo estaba ofreciendo no era física, no era nada para aliviar la sed, sino algo para su alma, algo para la vida eterna. Y miradme lo que Cristo dijo, ¿no? Otra vez, al final del versículo 14, hablamos de la vida eterna. De todos modos, ella no entendió. Lo más probable es que ella escuchó esas palabras, vida eterna, y pensaba que Cristo estaba hablando de una vida física con menos problemas. Una vida física que podía ser sostenida indefinidamente si nunca tendría que ser. Por eso era su obstáculo de la falta de entendimiento. Y te pregunto, ¿Tú tienes este obstáculo de falta de entendimiento? O tal vez estás aquí los domingos, pero realmente no pones atención al mensaje. Por eso no has recibido el agua viva. O tal vez llegas aquí los domingos y escuchas el mensaje, pero nunca, nunca piensas en las cosas espirituales de cada semana. Por eso no tienes el agua viva. Por eso no tienes la vida eterna. o tu falta de entendimiento, no es una razón válida, no es una excusa de no ser santo, obviamente, porque por lo menos ustedes están aquí y escucharon la Palabra de Dios. Ninguna persona aquí tiene excusa o falta de conocimiento, falta de entendimiento. Tenemos la Palabra de Dios, tenemos la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios aquí, pero tal vez es tu obstáculo, falta de entendimiento. Lo bueno es que no es un obstáculo demasiado grande para Dios. El lago viva es poderosa. Pídesela de Cristo. El tercer obstáculo que vemos aquí es el obstáculo del pecado. Porque después de que esta mujer demuestre su incredulidad y su falta de entendimiento en cuanto a las cosas espirituales, Jesús hace una pregunta para ayudarla a ella ver y entender su pecado. Jesús le dijo en versículo 16, ve, Llama a tu marido y ven acá. Por lo que sigue, entendemos que Jesús no le pidió eso porque quería hablar con su esposo, porque ella no entendió nada. No. Cristo le preguntó así por su esposo porque él sabía. Y ella dijo honestamente, no tengo marido. ¿Saben qué es lo interesante para mí? Cristo aquí no le reprendió por no decir toda la verdad, sino con mucho amor expuso su pecado. Cristo dijo, bien has dicho, no tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que hoy tienes no es tu marido. Esto has dicho con verdad. ¿Por qué digo que Jesús respondió con mucho amor? Porque no deberíamos leer esas palabras de Cristo como que a Él le dio placer exponer su pecado. como que él sintió mejor que ella, como demostró que tan gran pecador era. No, Cristo nada más quería demostrarle su problema del pecado. ¿Cómo sabemos? Porque dijo en el versículo 17, bien has dicho, no tengo marido. En el siguiente versículo dice al final, esto has dicho con verdad. Mira, Cristo la elogió por responderle en verdad y sin intentar mentir para que pudiera parecer mejor. Y cuando Cristo le había dicho de su historia moral, ella admitió, Señor, me parece que Tú eres profeta. Ella admitió su pecado. Nosotros debemos aprender de Cristo y su manera en confrontar a esta mujer con su pecado. Cuando nosotros tenemos que hacerlo, confrontar a alguien con su pecado. Nunca debería ser con una actitud de superioridad. Nunca debería ser un placer, sino algo que hacemos en mucho amor y humildad. Creo que Dios está demostrándonos esta verdad ahora en nuestra iglesia, ¿no? Y aquí tenemos la ilustración perfecta de lo que hicimos antes en este día en la Escuela A veces es importante, esencial, confrontar a una persona con su pecado, pero la manera en la cual lo hacemos es tan importante y esencial como el acto mismo de hacerlo. Cristo confrontó a esta mujer para revelarse que aun con su pecado todavía podía ser salva, con el agua viva, que era todavía para ella. Y cuando nosotros hablamos con otras personas en cuanto a sus pecados, debería ser con este interés en sus almas, en amor para con la persona, porque estamos preocupados por su posición espiritual. Y quiero preguntarte, así como he hecho en cuanto a estos otros puntos, ¿tú tienes este obstáculo del pecado entre tú y Dios, entre tú y el regalo del agua viva? De hecho, realmente no es una pregunta, ¿no? Cada persona tiene el obstáculo del pecado entre él y Dios, entre él y la vida eterna. Nacemos en pecado. Somos pecadores en cada parte de la vida, para toda la vida. Pero como hemos visto anteriormente, este obstáculo del pecado no es demasiado para Dios. No es demasiado difícil para el agua viva. o tal vez si tú has vivido en mucho pecado por toda tu vida, no importa, Dios puede salvarte. Pídele a Cristo el agua viva. El obstáculo final que vemos aquí en este pasaje es el obstáculo de la falsa creencia. Hicimos el obstáculo de la incredulidad, falta de entendimiento, del pecado, y ahora el obstáculo de la falsa creencia. porque después de admitir que Jesús era un profeta, después de admitir su propia vida pecaminosa, esta mujer empieza a preguntar a Cristo de otro tema. En el siglo XX dice, nuestros padres, la mujer está hablando, nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Se está preguntando a Cristo de este tema de la adoración. Hay dos posibilidades aquí. Uno, que ella cambió el tema de la conversación porque empezó a sentir la culpa por sus pecados que Jesús ya había revelado. O, dos, que debido al hecho de que Cristo obviamente era un profeta, que sabía mucho, ella quería la respuesta a una pregunta muy importante para los samaritanos. Yo creo que lo más probable es una mezcla de esas dos razones. Que ella no estaba cómoda en cuanto al tema de su propio pecado, pero también quería honestamente una respuesta a este debate religioso. Porque esta pregunta de la mujer samaritana era parte del conflicto entre los judíos y los samaritanos. Los judíos, correctamente, adoraban a Dios en el templo en Jerusalén. Los samaritanos, por otro lado, habían construido su propio templo en un monte en su país, en su parte de Israel. En el tiempo de Jesús, ese templo ya había sido destruido, pero los samaritanos continuaban adorando a Dios sobre ese monte en vez de ir a Jerusalén y al templo. Por eso, esta mujer le preguntó a Cristo en cuanto al lugar correcto de la adoración. Ella dice, nosotros adoramos aquí, ustedes dicen allá. ¿Cuál es correcto? Y Cristo respondió en dos maneras. En primer lugar, en el siglo XXII, Cristo dijo claramente que la manera en la cual los samaritanos estaban adorando a Dios era incorrecta. Estaban adorando sin conocimiento, dice. Mientras los judíos tenían el conocimiento correcto. Dice, la salvación viene de los judíos. Fíjense que no dice que la salvación es solamente para los judíos. No. Es lo que los judíos pensaban. Él dice que viene de los judíos. ¿Por qué? Porque Cristo vino en la línea de los judíos, en la tecnología de Israel. Y por eso la salvación vino por Él, por Cristo, por los judíos. No solamente para los judíos, para todos. Sino vino de los judíos. Pero Cristo no nada más corrigió la adoración falsa de los samaritanos. También enseñó algo que sería de ayuda para los judíos también y quizá me aplique a nosotros. En el versículo 21, Cristo dijo, Mujer, créeme que la hora viene cuando ni en este monte, ni en Jerusalén, adorareis al Padre. Versículo 23, Mas la hora viene y ahora es cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Cristo estaba diciendo que lo importante de la adoración de Dios no iba a ser en cuanto al dónde, sino en cuanto al cómo. Cristo estaba explicándolo así. Ustedes, los semanitanos, argumentan de dónde debería estar la adoración de Dios. Este argumento de los judíos y semanitanos. Los judíos están correctos, porque Dios mandó que la adoración estuviera en Jerusalén. Pero la verdad es que este argumento, Cristo dice, ya no es relevante, ni en este monte, ni en Jerusalén, porque ahora la hora viene, y ahora es, cuando la adoración verdadera no estaría en Jerusalén, ni en este monte, sino sería una adoración verdadera en espíritu y en verdad, porque Dios es espíritu, y es necesario adorarle a Él en esta manera correcta. Y no vamos a profundizarnos mucho en ese tema de la adoración correcta, porque es lo que estudiamos en el capítulo 2. Ustedes recuerden, cuando Cristo echó fuera los gambistas, los venedores, ya estudiamos ese tema. Entonces, no vamos a repetirlo. Nada más tenemos que ver rápidamente lo que significa adorar a Dios en espíritu y en verdad. Cuando hablamos de adorar a Dios en espíritu, está enfatizando que lo importante no es el lugar. como Cristo había mencionado, sino el estado espiritual. Adoración en el Espíritu Santo. Pero también tiene que ser en verdad. Es decir, tiene que seguir las normas que Dios nos ha dado. No podemos adorarle a Dios de cualquier manera que a nosotros nos guste. No. Dios requiere que nosotros le adoremos en verdad. según su palabra, según sus normas. Entonces, la adoración tiene que ser de corazón, en espíritu, pero de una manera que glorifica a Dios, también en verdad. El problema es que esta mujer estaba adorando a Dios de manera equivocada, una falsa creencia. Y esto fue un obstáculo en su vida para recibir el Hago Vida. Y otra vez te pregunto, ¿es este tu obstáculo? ¿Estás ayudando a un Dios falso? Tal vez. ¿O en una iglesia falsa, como la iglesia católica? ¿O de una manera equivocada? No importa. Si reconoces tu error, si reconoces tu pecado de la adoración falsa, y quieres venerar a Cristo, Él va a darte el agua viva, porque es poderosa para salvar. Hemos visto que el agua viva puede salvar a cualquiera y que puede derribar los obstáculos. La cosa final que vamos a ver de esta historia es que el agua viva puede cambiar la vida. El agua viva puede cambiar la vida. El primer cambio que vemos en esta historia es obviamente el cambio en la mujer misma. En el versículo 25, ella demostró que ella entendió por lo menos que un Mesías iba a llegar y declarar todas las cosas. En el versículo 26, Cristo dijo, yo soy, yo soy el Mesías, yo soy este Cristo. Y cuando la mujer recibió esta declaración de Cristo, esta verdad de quien era este profeta con quien habló, su vida cambió para siempre. Porque en los versículos 28 a 30 dicen, entonces la mujer dejó su cántaro y fue a la ciudad y dijo a los hombres, venid, ver a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho, no será este el Cristo? Entonces salieron de la ciudad y vinieron a Él. Para mí es muy interesante cómo empieza el versículo 28, que dice, la mujer dejó su cántaro. ¿Cuál fue su propósito? De salir de la ciudad y llegar al pozo. y llenar su cántaro para tener el agua que necesitaba. Es posible que ella decidió dejarlo a propósito para que Jesús pudiera tener el agua que le había pedido. Pero por otro lado, a mí me parece muy probable que esta acción refleja su cambio de prioridades, que finalmente había entendido que el agua física, sus deseos y enfoque físico no eran lo importante. Es decir, cuando dejó su cántaro, demostró claramente que Jesús la había cambiado completamente. ¿Y qué hizo ella después de haber sido cambiada de tal manera? Dice que fue a la ciudad y habló con los hombres. Venir, ver a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo? En primer lugar, ella testificó a su Deidad. a su conocimiento de su vida, para demostrar que era un hombre importante, que merecía ser escuchado. Pero ella sabiamente no intentó a declararlo con toda autoridad, sino lo hizo en forma de una pregunta, ¿no? No demostrando que no creía, sino que para que ellos pudieran llegar a su propia conclusión después de ver la evidencia. Y parece que esos hombres veían un cambio en esta mujer, porque no la ignoraron. En el discípulo treinta dice que salieron a la ciudad y vinieron a Cristo. Y aquí antes de continuar con la historia, los discípulos treinta y uno a treinta y ocho nos dan un tipo de paréntesis. Porque los discípulos regresaron, y en este respeto a los discípulos, Cristo habló con ellos. ¿Por qué? Porque en el discípulo treinta y uno dice que los discípulos rogaban a Cristo que comiera. Pero Él quería usar la oportunidad para enseñarles algo en cuanto al evangelismo. Es decir, parece que los discípulos regresaron y cayeron en el mismo error como la mujer, enfocándose en las cosas materiales y físicas y no en lo espiritual. Pues su primera pregunta no fue, Cristo, ¿cómo es que tú hablaste con esta mujer y esta mujer cambió tanto? Enseñanos de cómo evangelizar. No, ¿qué fue su primera pregunta? Rabí, come. Ok, entendemos, porque estaban preocupados por su Maestro. Pero eso no fue el tiempo para hacerlo. Ellos estaban enfocados en lo físico y no en lo espiritual. En estos reciclos, este paréntesis, Cristo les enseña más en cuanto a las cosas espirituales. Este pasaje vamos a estudiar en quince días. en cuanto al evangelismo, y cómo ese pasaje aplica a nosotros, en cuanto a cómo nosotros deberíamos testificar de Cristo a otras personas. Pero después de esos reciclos de paréntesis, la historia continúa y termina, en los reciclos treinta y nueve a cuarenta y dos, seguimos viendo esta misma verdad de que el agua viva cambia la vida. El reciclo treinta y nueve dice, muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer. En los discípulos 41 y 42 dice, y creyeron muchos más por la palabra de él, de Cristo, y decían a la mujer, ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo. Entonces, el agua viva puede cambiar la vida. Cambió la vida de esta mujer. Y cambió la vida de muchas personas en esta ciudad samaritana. Entonces, el testimonio de la mujer fue muy poderoso. Ella se tipicó de Cristo. Algunos se convirtieron. Pero dice, muchos más creyeron por la palabra misma de Cristo. No creyeron solamente por lo que ella había dicho. O por su cambio. Si Cristo regaló el agua viva a esta gente también, y ellos creyeron en Él como Salvador del mundo, ellos fueron completamente cambiados. Y sabemos que su creencia era verdadera, por lo que dice el versículo 40. Ellos le rogaron a Cristo que se quedara con ellos, y Él lo hizo. Se quedó en esta ciudad dos días, sin duda, enseñándoles y dándoles el agua viva. ¿Qué podemos aprender de esta historia y cómo se aplica a nosotros? Ante todo, tenemos que meditar y reflejar en la verdad que hemos estudiado, que el poder del agua viva es tan grande que puede salvar a cualquiera, que puede derribar los obstáculos y puede cambiar la vida. Por eso, Lo que la persona sin Cristo necesita es pedirle a Él por esta agua viva. Esa es la clave, ¿no? No nada más leer la historia o escucharla, contarla, explicarla. No es nada más entender que existe esta agua viva y poderosa que puede salvar a cualquiera, que puede derribar los obstáculos, que cambia vidas. Sino entender que esta agua viva es para ti. Para ti. que es algo tan poderoso que puede salvarte a ti, que puede derribar todos los obstáculos en tu vida. Algo tan poderoso que puede cambiar tu vida completamente y para siempre. El Agua Viva es para ti. Pídesela de Cristo. Para nosotros que ya hemos experimentado esta Agua Viva, Debemos dar gracias a Dios que nos salvó. Dios que nos salvó a pesar de todos los obstáculos. El Dios que nos ha cambiado completamente y para siempre. Dios merece toda la gloria, cada segundo de cada día de nuestras vidas, por lo que Él ha hecho en nosotros a través de esta agua viva. Porque sin la limpieza de la agua viva, estaríamos como antes, perdidos. muriendo de hambre y ser espiritual, destinados a la muerte y nada más. Nosotros éramos como la Mujer Samaritana, pero exactamente como ella. Hemos recibido el regazo del agua viva. Somos perdonados y vamos a relucijarnos en nuestro Salvador para siempre. Vamos a orar. Nuestro Padre Celestial, tenemos gracias por un mensaje de esta agua viva. Un agua tan grande que puede salvar a cualquiera, no importa el pasado, no importa el pecado, no importa nada. Un agua viva que puede derribar todos los obstáculos de nuestras vidas, obstáculos externos, obstáculos internos. Agua viva tan poderosa que puede cambiar nuestras vidas. Señor, Tú sabes que hay personas aquí en este día que necesitan esta agua viva, que están muriendo espiritualmente, que están viviendo en tinieblas, que están muriendo de sed. personas que te necesitan, personas que necesitan esta agua viva. Señor, te pedimos por el regalo, por el milagro de esta agua viva en sus vidas. Y Señor, por favor, ayúdanos a nosotros que hemos recibido esta gran bendición. Meditar en ella siempre. darte gracias cada día, enfocarnos en Ti, fijar nuestros ojos en Cristo y no en nosotros mismos ni en las circunstancias, porque esta agua viva nos ha cambiado. Somos diferentes. Tenemos la vida eterna y no tenemos que temer nada aquí en este mundo. No tenemos que temer la persecución y los encruelgos. No tenemos que temer estar solos. No tenemos que temer las tentaciones a pecar. Porque esta agua de vida nos ha limpiado para siempre. Te damos gracias. En el nombre de Cristo. Amén.
El agua viva
系列 Estudio sobre Juan
El poder del agua viva es tan grande que puede salvar a cualquiera, puede derribar los obstáculos, y puede cambiar la vida- entonces, pídele a Cristo por esta agua viva.
讲道编号 | 629142016481 |
期间 | 50:28 |
日期 | |
类别 | 周日服务 |
圣经文本 | 若翰傳福音之書 4:1-42 |
语言 | 西班牙语 |