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Amén, hermanos, qué bendición estar aquí en este día, estar con ustedes, los pastores, misioneros, futuros pastores, misioneros, quién sabe. Amén. Mi deseo es de ser de ánimo para ustedes en esta mañana. Si tienen sus Biblias, pues si tienen sus Biblias, ¿verdad? Vamos a buscar Hebreos, vamos a buscar dos pasajes, y voy a hablar esta mañana de mi corazón, no voy a hablar de misiones, pero más de la obra de Dios, y Ojalá que sea de ayuda, de bendición, de ánimo para para ustedes. Hebreos 6, 10 a 12. Vamos a empezar aquí y vamos a terminar aquí y vamos a leerlo y después vamos a buscar segunda de Corintios. Dice aquí Hebreos 6, 10 a 12. Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Y hermanos, necesitamos acordarnos de eso, ¿verdad? Dios es fiel, Dios es justo, se va a acordar del sacrificio que hemos hecho para ayudar a otros, ¿verdad? Aquí está hablando de ayudar, servir a a los otros santos, los otros hermanos, y pero aún los Van a llegar a ser santos, verdad? Y entonces estamos ayudando a los santos. Puede leerlo otra vez. Este versículo es de gran ánimo para mí, porque Dios no es injusto. A veces pensamos estamos trabajando en vano. Verdad y dioquis, pero Dios sabe lo que estamos haciendo hermanos y el sacrificio que estamos haciendo, porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin. Está la tentación, hermanos de. Querer descansar. Nosotros, los siervos de Dios, es una batalla. Y entonces hay diferentes modos de trabajar, ¿verdad? Pero hasta la muerte queremos servirle a Dios. Mi padre dos veces hizo la lucha de jubilarse. Era el pastor él. Y siempre andaba mal de la salud. Y batallando, batallando, él empezó cinco iglesias. y eran pequeñas congregaciones, pero era fiel, un gran ganador de almas y la a la edad de 62 años. Él hizo la lucha de pues iba a seguir sirviéndole a Dios, pero ya ya no quería empezar otra iglesia, verdad? Y se cambió de Arizona a Nuevo México, donde estaba pastoreando yo. Yo creo que estaba pensando, pues voy a estar con mi hijo, voy a ayudar a mi hijo. Y estuvo ni un mes y empezó otra iglesia. Y después de esta iglesia. de Nuevo México dijo ya ya voy a ya no voy a pastorear y dejó la iglesia con otro pastor se cambió hasta Arizona hasta Nogales Arizona y dentro de unos meses empezó otra iglesia no y Entonces, hermanos, yo me acuerdo que hace un año me operaron. Un día andaba en Arizona. Estuvimos en la conferencia del hermano Pérez. Íbamos a estar en la conferencia del hermano Pérez. Y le dije a mi esposa, vamos a Arizona. para conseguir los pavos para el Día de Acción de Gracias. En nuestro instituto siempre celebramos el Día de Acción de Gracias. Entonces fuimos a Arizona y un día me pegó un dolor aquí. Y nunca, hermanos, iba a los doctores, nunca iba al hospital, nunca. Pero me pegó un dolor en la mañana. Me quedé pensando, pues no, lo que necesito hacer es caminar, ¿verdad? que salga este dolor. Y todo el día se puso más y más fuerte el dolor. Y ya en la noche me fui al hospital y me operaron, quitaron una buena parte de mi intestino, ¿verdad? Y me quedé pensando, wow, me siento mal, ando cansado. Sería bien jubilarme y tuve que descansar tres semanas y después de tres semanas no quiero jubilarme, quiero seguir. Y entonces, pero hermanos dice, pero deseamos que cada uno de vosotros muestra la misma solicitud, o sea, siga haciendo lo que están haciendo, sirviéndole a Dios de una manera. hasta el fin, hasta el fin de nuestras vidas. Vamos a servirle a Dios para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos. Vamos a echar ganas, hermanos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan Las promesas. Dios tiene una herencia para nosotros, verdad? Y según yo, cada uno tenemos una herencia diferente. O sea, Dios tiene buenas cosas para nosotros, pero tenemos que seguir adelante. Vamos a buscar Segunda de Corintios. Capítulo cuatro. Y vamos a leer los versículos 16 a 18. ¿Qué vamos a desayunar, hermano? ¿Qué vamos a desayunar? Oh, wow. Voy a apurarme. Tengo hambre. Segunda de Corintios 4, 16 a 18. Por tanto, no desmayamos. Antes, aunque éste, nuestro hombre exterior, se va desgastando, El interior no obstante se renueva de día en día, porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez excelente y eterno peso de gloria, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales Pero las que no se ven son eternas. Vamos a orar. Dios, te damos gracias por tu paciencia con nosotros, tu presencia con nosotros. Y Dios, ayúdanos a servirte con ganas hasta el fin. Ayúdame ahora, hermano. O sea, Dios, en este culto, en el nombre del Señor Jesucristo. Pido eso. Amén. Amén. Dice en el versículo 18, no mirando nosotros las cosas que se ven. No sé ustedes, no sé cómo son sus ministerios. Yo pienso que sus ministerios, sus obras son fáciles, ¿verdad? Mi obra es difícil. Así pensamos, ¿verdad? Mis problemas son los problemas más grandes y y y y el hermano, wow, él él tiene una obra fácil, ¿verdad? Pero yo sé, hermanos, que estamos en una guerra espiritual y Satanás no quiere que estemos sirviéndole a Dios y está en contra de nosotros. Tenemos un gran enemigo poderoso y él está trabajando siempre con sus. Demonios trabajando por otras personas por. Él tiene una gran habilidad para desanimarnos, meter dudas, verdad? Y estamos batallando. Yo pensaba cuando era más joven, que un día no iba a batallar con el dinero. Es lo que pensaba yo. Un día voy a tener suficiente sostén. Y es cierto, tengo más sostén ahora que antes, pero tengo más gastos ahora que antes, ¿verdad? Los niños de la casa hogar quieren comer tres veces cada día. He hecho la lucha de darles comida nada más dos veces, pero lloran ellos, ¿verdad? No es cierto, hermanos, no hice eso. Pero hay más gastos. Y en cualquier ministerio, un hombre que ya está en la gloria, un pastor me dijo eso que en cualquier iglesia que está sirviéndole a Dios, siempre hay falta de dinero, verdad? Porque lo que entra sale, verdad? Ustedes están queriendo ayudar más a los misioneros, verdad? Y el hermano estuvo contándome unas cosas que quiere hacer, ¿verdad? Y tiene una visión. Y esta visión es... para ayudar a las personas, ¿verdad? Y hay más gastos, más necesidad. Y entonces es algo pesado trabajar con la gente, las necesidades, los gastos, los conflictos. Y nos cansamos. Y a veces llega la tentación, pues ya no, ¿verdad? Pero en el versículo 18, no mirando nosotros las cosas que se ven, o sea, las circunstancias. Siempre, siempre, siempre es. Yo me acuerdo mi pastor. Tengo un buen pastor en Arizona y nuestra iglesia que nos ha mandado a México. Tuvo un gran día, una asistencia increíble y entonces él estaba bien animado, verdad? y Dios obró en gran manera y el mismo día. Ya terminando las actividades del día en la iglesia, llegó uno de los líderes de los hombres de la iglesia, llegó con él y dijo Pastor, necesito hablar con usted. Sí, fueron a su oficina y confesó unas cosas terribles, verdad? Así trabaja el diablo, hermanos. Hay bendiciones, pero a la vez hay grandes, grandes desánimos, verdad? Y entonces, pero dice la Biblia no mirando nosotros las cosas que se ven las circunstancias verdad alrededor de nosotros, o sea, las malas circunstancias, sino las que no se ven. Mirando las cosas que no se ven. ¿De qué está hablando? Y quiero mencionar unas cosas que podemos ver en este pasaje, unas cosas que no se ven, que siempre hermanos están en nuestras vidas. Número uno. Nuestra tribulación leve. Pastor, yo sé que tengo una tribulación, no es leve, pero yo sé, es obvio para mí que tengo tribulaciones en mi vida. Pero hermanos, la Biblia nos dice que es una tribulación. Mira lo que dice 17, porque esta leve tribulación momentánea, verdad? Entonces, Yo y el hermano somos más grandes que ustedes. Ustedes son jóvenes, ¿verdad? ¿Cuántos años tiene, hermano? Joven es usted, hermano. Y tenemos más años. Y todos nosotros hemos pasado por tiempos duros, difíciles, ¿verdad? Pero es leve nuestra tribulación, porque es una tribulación momentánea. Pasan. Llegan otros problemas, pero pasan. hablar, yo no sé de sus experiencias, entonces no voy a hablar de ustedes, no voy a contar sus historias, pero voy a darles unas ilustraciones de mi vida, de mi ministerio. Yo me acuerdo cuando era joven en la prepa, mi papá Estaba empezando una iglesia en Marana, Arizona. Ahora va creciendo Tucson. Si han pasado por la carretera 10, al norte de Tucson va a pasar por un lugar que se llama Marana. Cuando yo era un joven en la prepa, era un pueblito. Y ahí siembran, ahora están construyendo casas, pero en aquel tiempo era un pueblito con muchos campos donde sembraban. Y cada verano íbamos nosotros los jóvenes a los campos para buscar trabajo, para tener dinero. y trabajábamos en los campos de algodón. Muchos jóvenes. Empezamos a trabajar y luego, después de unas semanas, ya los jóvenes están yendo a sus casas, ya no quieren trabajar, ya no quieren sufrir. En Arizona es un calor fuerte, pero seca, y se quema el sol, y todo el día. en los campos de algodón, muchas veces con una pala, ¿verdad? Quitando la mala hierba. Y ya después de unos días, uno está pensando, ¿qué estoy haciendo en este campo? Sufriendo todo el día, ¿verdad? Y muchos iban a sus casas y nos quedamos unos pocos en los campos trabajando, ¿verdad? Y siempre pensaba, trabajando todo el día, ¿Por qué estoy aquí yo sufriendo? Y los otros ya han ido a sus casas y están sentados, me quedé pensando, en el sofá, bajo el aire, viendo la televisión, tomando una coca, y yo aquí en el campo. ¿Por qué? Pero pasó. Ya pasó este tiempo, ¿verdad? Y ahora, hermanos, tengo buenas memorias de este tiempo. Yo me acuerdo cuando empezamos, hace 35 años, empezamos como misioneros aquí en México. Era muy malo yo para levantar el sostén, para la deputación. Era un hombre muy tímido y me dio mucho miedo visitar las iglesias y presentar la obra. Y la verdad, hermanos, es que llegamos a México con muy poco sostén. Y los primeros años, cómo batallamos mucho con el dinero y con la salud, muchas cosas. Yo me acuerdo que empezamos con el hermano Ashcraft, Tommy Ashcraft, con su papá. Ellos tenían una escuela para aprender el español. Hermanos, siempre digo a las personas, no es mi culpa que batallo tanto para hablar el español. Es la culpa del hermano Tommy Ashcraft, ¿verdad? No me enseñaron bien. Este es la prueba, hermanos. También el hermano Kevin Wynne estudió en el mismo, en la misma escuela, ¿verdad? Ustedes saben cómo habla él, ¿verdad? Estoy jugando, hermanos. He pensado en mandarle una carta al hermano Tommy y pedir el regreso de mi dinero porque me cobraba para enseñarme el español. Pero empezamos con ellos ahí batallando y después nos cambiamos hasta Sonora. Batallando con el dinero, con la salud, me pegó hepatitis luego. Y nunca quería ir a los doctores. Y al fin mi esposa trajo un doctor a la casa. Andaba muy mal yo, ¿verdad? Y luego él dio cuenta. Tú tienes hepatitis. Y me dio una receta. Entonces fuimos y compramos la medicina. Y me mejoré luego con la medicina. Y luego, hermanos, después de unos meses, mi familia se enfermó también. con hepatitis. Entonces, ustedes saben que en aquel tiempo uno podía ir a la farmacia y podía pedir cualquier medicina, ¿verdad? Entonces, me fui a la farmacia con la receta. Ellos tienen lo que tenía yo y esta cosa sirvió. Esta medicina me sirvió. Va a ayudarles a ellos, ¿verdad? Entonces, me fui a la farmacia. Y me dijeron, oh no, esta medicina ya tiramos. Fue hecho de la sangre y tenía la virus, ¿cómo se llama? AIDS. Sí, de sida. Wow. Me quedé pensando, pues voy a morir del sida. Y pero aquí estoy hermanos. Gracias a Dios. Pero se enfermaron ellos. Me acuerdo que llevé mi familia, o sea, los hermanos, unos hermanos. Estuvimos a la vez empezando dos iglesias. y llevé a unos hermanos de estas dos iglesias a una conferencia en Monterrey. Dejé a mi esposa con mis dos hijas pequeñas en Guatapampo. Ella andaba embarazada y nos fuimos. Estuvimos afuera unos cuatro o cinco días. Y ella, tuvimos, teníamos un carrito, y ella subió, ella y sus hijas, nuestras hijas, subieron al carro para ir a Navajo, para comprar mandado. Y es una distancia de casi una media, o sea, un poco más de una media hora, y puros campos. Y entonces, ya casi a la mitad de llegando a Navajo, se paró el carro. Y andaba ella embarazada y tuvo que andar con sus hijas a un pueblito donde había un pastor. el hermano Hilario Valenzuela. Y unos, no sé, cinco kilómetros, andando con nuestras hijas, embarazada ella. Y ahí en el valle del río Mayo, están los Mayos, la tribu Mayo, ¿verdad? Y cada año se... Por su religión, los hombres ponen máscaras y andan como fariseos. Ustedes han visto a los fariseos, ¿verdad? Y es parte de su religión. Y los niños hacen lo mismo, hacen máscaras. ¿verdad? Y pretenden de ser fariseos, los niños. Entonces, ella andando hasta Hechojoa, el pueblo de Hechojoa, para pedir ayuda del pastor Hilario. Ellos pasaron por un pueblito y andaban unos niños con máscaras de fariseos. Y sabe qué, hermanos, empezaron a tirar piedras a mi esposa y a mis hijas. Y una piedra pegó a mi hija más grande en el ojo. Estaba saliendo sangre y ellos tuvieron que caminar, seguir caminando. Y hermanos, este año, ¿cómo sufrimos cosas así? Muchas cosas, batallando con el dinero, con muchas cosas, ¿verdad? Fue uno de los años más pesados de nuestro ministerio. Hemos pasado por muchos tiempos difíciles. ¿verdad? Pero ya pasaron, ¿verdad? Y aún en este tiempo tan difícil, hermanos, tenemos muchas buenas memorias. Entonces, lo que estoy diciendo, hermanos, es que en el momento cuando llega la crisis, pensamos, pues ya no. He pasado por tantos problemas, tantas crisis que ya no quiero hacer eso. Pero pasen, hermanos. Y la verdad es que la tribulación es una tribulación leve. El diablo es muy bueno para asustarnos. para decirnos ya, ya todas las cosas se van para abajo, nunca vas a tener gozo otra vez, es una mentira, ¿verdad? Y entonces la Biblia nos dice, es una cosa que no podemos ver en el momento, pero la Biblia nos dice, por tanto, no desmayamos, ¿verdad? Y en diecisiete, porque esta leve tribulación momentánea va a pasar. Gracias a Dios y no hemos hermanos aquí estamos en México. Y las cosas que yo estoy contándoles. Nosotros aquí en México, qué bueno es servirle a Dios en México. Qué bueno que no estamos en otros países donde sufren cosas. Los pastores, los misioneros, los siervos de Dios sufren cosas mucho, mucho más peores. Hay siervos que están en prisiones, que están sufriendo muchas cosas, ¿verdad? Pero la verdad es que nuestra tribulación es leve y momentánea, va a pasar. Otra cosa que no podemos ver nosotros, pero tenemos que, o sea, con nuestros ojos, Pero es algo que necesitamos ver con nuestros ojos espirituales. ¿Verdad? Mirando, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven. Y es nuestra renovación diaria. En el versículo 16 dice, por tanto, no desmayamos antes, aunque este nuestro hombre exterior se va descastando. El interior, no obstante, esta es la promesa de Dios, se renueva de día en día. Dios está con nosotros y Él tiene su modo para ayudarnos a seguir sirviéndole a Él cada día, ¿verdad? Y yo me acuerdo que una noche En el principio, cuando empezamos la obra en Navajo, y ustedes saben de eso, pero en Navajo hace mucho calor. Y había tiempos cuando tenía yo que. teníamos que hacer unas cosas para alistar el templo cada día, cosas físicas. Y en la mañana, domingo en la mañana, andaba haciendo estas cosas y luego iba a la casa para cambiar mi ropa porque estaba sudando tanto para alistarme, manejar un camión para recoger. La gente luego llegaba a la iglesia para dirigir la música, para enseñar la escuela dominical, para predicar y muchas, muchas. El pastor hace todo a veces, verdad? Y entonces en la noche, un domingo en la noche me quedé tan cansado. Físicamente, pero también emocionalmente. Ustedes saben de lo que está hablando. Pasamos por eso. Y luego, siempre con un instituto bíblico, hermanos, es mucha carga, porque los jóvenes son tontos. Oh, perdón, hermanos. Y luego llegaron conmigo. Pastor, no está Mario. ¿Dónde está Mario? Pues se fue en la ruta y no ha venido. Y pensamos que se fue Mario. Ah, wow. ¿Dónde está Mario? Entonces me salí de la casa y estábamos buscándole. Y pensamos, pues, algo que pasó. Se desanimó Mario y se fue, ¿verdad? Y estamos buscándolo. Y los otros jóvenes están llegando conmigo. Y por otras cosas que estaban pasando, le dije al señor, señor, ya no puedo, no tengo la fuerza para para confrontar este problema. Estaban pasando otras cosas y le dije Dios, tienes que ayudarme. No sé qué hacer y tienes que ayudarme. Y luego salió Mario de un camión Y se quedó esperando después de la ruta, se quedó esperando un amigo y se puso a dormir en el camión. Y ya en la medianoche salió del camión. Qué está pasando? Y pero hermanos, en el momento Dios es fiel. Cuando? Cuando vamos a recibir la ayuda de Dios, la gracia de Dios? Pues en la crisis, ¿verdad? Ocupamos, vamos a recibir el poder de Dios cuando ocupamos el poder de Dios, ¿verdad? Ya cuando no podemos, no tenemos poder nosotros, Dios nos va a dar lo que ocupamos. para seguir adelante. Y hermanos, yo puedo decirles, ya soy un hombre viejo, según ustedes, que Dios es fiel, Dios es fiel y nos va a ayudar para seguir hasta el fin, verdad? Hasta el fin de nuestros ministerios. Dios tiene muchos modos diferentes para renovarnos, o sea, para mostrarnos su gracia, para sostenernos, para que podamos seguir adelante. A veces ya cuando perdimos el deseo, la visión, el ánimo, él nos da ánimo. para seguir adelante un día más. A veces, cuando ya no podemos, Él hace milagros. Él hace cosas. Cuando empezamos, llegamos a México con muy poco sostén. Yo pensaba que tenía más. Y unos pastores me dijeron, Nelson, cuando llegas a México, vamos a empezar a ayudarle como una iglesia, ¿verdad? Y yo pensaba que tenía una cantidad de sostén, que iba a llegar, pero no llegó, hermanos. Y llegamos a Montebrón. y estábamos batallando con el dinero en gran manera. Y más, el hermano Tommy Ashcraft estaba cobrándome 100 dólares cada mes para enseñarme mal el español. Ellos también estaban batallando con el dinero. Tenía un carrito, un pinto, yo, pinto azul, viejo. Pagué 250 dólares para este pinto. Y llegando a México, Nuevo León, falló el alternador del pinto y no tenía dinero para repararlo. o para comprar otro, ¿verdad? Entonces, me quedé pensando, pues, yo sé que si tengo mucho cuidado, puedo caminar con la pura pila, ¿verdad? Nunca han hecho eso. Pues sí, son mexicanos, ¿verdad? Y entonces, hermanos, me fui al taller mecánico con la pila y él cargó mi pila. Y entonces podía andar dos o tres días con la pura pila, si no usaba los focos en la noche, ¿verdad? Y entonces cada dos, tres días iba al taller y él me cobraba muy poco para cargar la pila, ¿verdad? Pero después de unos tres, cuatro veces, el mecánico me preguntó, ¿por qué siempre vienes para acá? Y le dije, pues no sirve el alternador, ¿verdad? Y él dijo, hermano, estuvo el carro y al lado del carro una mesa con cosas. Y él me dijo, oiga, aquí hay un alternador, este alternador usado queda en su carro. Wow, ¿quiere venderlo? Sí, ¿en cuánto? Y en un precio muy barato me vendió el alternador y lo puso luego. Amen, gracias Dios. Luego falló el arranque. Y estuve en Laredo, Texas, y ustedes saben cómo es a veces cuando se falla, está fallando el arranque, ¿verdad? Es como una pila muerta, ¿verdad? Y andaba yo queriendo prender el carro y orando mucho, Dios, ayúdame una vez más, por favor, Dios, ayúdame, prender este carro. ¿Verdad? Entonces, estuve con un misionero, Danny Cummings, Daniel Cummings. Y él me preguntó, ¿qué está pasando con su carro? Es el arranque, no sirve el arranque. Hermanos, él me dijo, estuvimos en su casa y tuvo un piso afuera de su casa de concreto. Y él me dijo, oiga, aquí hay un arranque que queda a su carro. Y lo pusimos. Y hermanos, wow. Y un día estuvimos sentados nosotros afuera de la casa. Nuestras hijas estaban jugando, estuvieron jugando. Y le dije a mi esposa, es lo que pensé. Un día vamos a tener sostén suficiente para vivir bien. Es lo que pensaba. Nunca llega este día. Y nuestros hijos van a ser grandes y no van a ver lo que estamos viendo. No van a ver el poder de Dios, la gracia de Dios, la ayuda de Dios en nuestras vidas. Entonces yo quiero que mis hijos estén viendo lo que nosotros estamos viendo, la gracia de Dios, el poder de Dios. Entonces hay una cosa que tenemos que hacer. Es dar. Si estamos dando, Entonces Dios tiene que ayudarnos porque está entrando el dinero y está saliendo. Y hermanos, es lo que hacemos nosotros. Damos es nuestra vida dar, dar, dar. Y la verdad, hermanos, hay tiempos cuando nos cansamos de dar ya Dios. Y a veces estamos ayudando las personas y ellos no andan agradecidos, agradecidas, ¿verdad? Estamos dando, dando, dando. Pero mis hijos siempre han querido servir a Dios, ¿verdad? Porque Dios es bueno. Y hermanos, en el momento es una crisis. Pero ya mirando para atrás, wow, mira lo que Dios ha hecho. Dios es bueno, ¿verdad? Y entonces nos está renovando. Dios tiene dos modos para darnos ayuda, para darnos poder. Dios nos hace fuerte. Dios nos hace fuerte por medio de su gracia, ¿verdad? Él está haciendo milagros. Son milagros, hermanos. Podemos ver la mano de Dios en nuestra vida. Dios hizo esta cosa. Dios nos hace fuerte por medio de su gracia y Dios nos hace fuertes por medio de la prueba. Tenemos un joven en el instituto. Hay un gimnasio que es bueno, no tiene mala música, ¿verdad? Y no van las señoritas. Y entonces este joven, Manny, se va al gimnasio, pide permiso para salir en las mañanas. En nuestro instituto, hermanos, no cobramos. Pero los estudiantes su modo de pagar es trabajar y trabajan duros hermanos en el monte. Y muchas veces el hermano Manny se levanta tempranito para ir al gimnasio. Ustedes saben verdad para ir al gimnasio, para torturar, torturar su cuerpo. Y luego trabaja duro en el monte. Y pero qué está haciendo él? Pues físicamente él está haciendo sufrir su cuerpo para para que tenga más fuerza. Y hermanos, Dios nos deja pasar por estas pruebas. Y espiritualmente y emocionalmente, Dios nos está haciendo fuerte. No quiero asustarles. Pero él sabe, pues, mi siervo, ¿quién es el siervo más joven? Mi siervo está pasando por esta crisis. pero quiero usarle de un modo más grande y va a pasar en el futuro por una batalla mucho más terrible. Entonces tengo que hacerlo fuerte espiritualmente, emocionalmente, para que él pueda aguantar, ¿verdad? Y hermanos, Dios está con nosotros y nos está haciendo fuertes. Mi cuerpo, el cuerpo del hermano, ha estado fallando un poco. Tengo la esperanza que ya he pasado un poco por estos tiempos. Me operaron dos veces en este año y tengo la esperanza. Pero ya tengo 62 años, ¿verdad? Pero, hermanos, físicamente, emocionalmente puedo seguir adelante, o sea, espiritualmente, porque Dios está conmigo. Entonces, es una cosa que no se ve en nuestra renovación diaria, ¿verdad? Dios está con nosotros. Y no importa lo que, la crisis, Dios nos va a ayudar. Dios es fiel. Nosotros no somos fieles, fracasamos, ¿verdad? Pero Dios es fiel con su siervo. Y otra cosa, y vamos a desayunar. Nuestra número uno, nuestra tribulación leve es una cosa que no se ve, pero la verdad es que es leve esta tribulación, nuestra renovación diaria, verdad? Él está con nosotros, él nos da lo que ocupamos, él nos da poder y número tres, nuestra recompensa segura, nuestra recompensa segura, dice en el versículo diecisiete, porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros, mira lo que dice, un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. Dios está haciendo algo en nosotros y por medio de nosotros, y hermanos, él nos va a recompensar. Dice, produce en nosotros, esta crisis, este problema que usted tiene, produce en nosotros un cada vez. Wow. No sé ustedes, pero yo tengo muchos problemas, pero cada vez, cada problema, Me está ayudando. Vamos a recibir. Recompensa, recompensas cada vez que tengamos. Problemas, verdad, pruebas, un cada vez más excelente. Estamos sembrando poco. pero vamos a cosechar mucho en nuestro terreno. Nosotros. Dios ha sido bueno. Ha sido un proceso. Nunca pensamos que íbamos. Nunca queríamos tener tanto terreno, pero Dios obró. Casi nos forzó. Yo puedo contarles la historia dos veces. Nos forzó a comprar más terreno. No fue mi intención, pero tenemos como siete hectáreas. Pero entonces una parte llegó un pastor jubilado con nosotros y compramos un terreno. Voy a contarles la historia muy rápido. Compramos cuatro hectáreas. Tenemos casi ocho hectáreas. Compramos cuatro. Y le dije, Dios, no ocupamos tanto terreno, ¿verdad? Pero era un buen, muy buen precio. Y entonces, un buen lugar, cerquita del río, un terreno muy bueno, bonito, y entonces nos pusimos de acuerdo. No teníamos el dinero, pero nos pusimos de acuerdo de que íbamos a comprarlo. No tenía papeles, gracias a Dios, porque duró tiempo para arreglar los papeles, y en este tiempo Dios obró para levantar el dinero. Y tuvimos cuatro hectáreas, pero tuvimos problemas con un vecino. Y no era la culpa de él ni de nosotros, pero la línea estaba mal. Según él, él tenía una parte de nuestro terreno y según nosotros, tenemos una parte de su terreno, ¿verdad? Entonces nos quedamos platicando y le dije al vecino, oiga, El remedio más fácil sería uno de nosotros comprar el terreno de la otra persona. Y él me dijo, pues yo quiero vender mi terreno porque no tengo entrada a mi terreno. Y nos citó un buen precio y entonces compramos su terreno, otras dos hectáreas, entonces tuvimos como una L, ¿verdad? Entonces, llegó un pastor jubilado del otro lado, y él me preguntó, oiga, ustedes, así es su terreno, y esta parte era puro monte. No pueden comprarla. Pues sí, pero no la necesitamos y no tenemos el dinero. Y es todo lo que dijo él, y se fue él. Y luego, La iglesia que pastoreaba él antes nos mandó el dinero para comprar el otro terreno, ¿verdad? Y tuvimos que comprarlo, ¿verdad? Pero en este terreno, los cholos llegaban para fumar marihuana. Y no sé si ustedes saben eso, porque hicimos la lucha de no decirles a los estudiantes, pero estaba creciendo mucha marihuana. ¿Sí sabían? Y el humano Jesús cada año o dos veces en el año iba para quitar, era como un campo de Y lo que estaba pasando, hermanos, los cholos llegaban para fumar marihuana y tiraban semillas de sus cigarros a propósito. Hermanos, cualquier tonto puede sembrar marihuana y tener una buena cosecha, ¿verdad? El hermano Jesús contó una vez, no cada matita, pero contó cuatrocientos matas. Y al fin fumigaba con veneno y matamos a todo, ¿verdad? Y sigue creciendo, pero no quería decirles a los jóvenes porque tenía miedo que el hermano Julio iba a ir en la noche. Y me dio ganas, me quedé pensando, pues, ¿podemos venderlo? No, estoy jugando. Pero, hermanos, es la ley de sembrar y cosechar, ¿verdad? Sembraron poco los cholos y crecían mucho, ¿verdad? Y, hermanos, estamos sembrando. Dice aquí, produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. Oh, hermanos, el diablo nos dice a cada uno de nosotros, tú no estás haciendo mucho. Lo que tú estás haciendo no vale, ¿verdad? Es una mentira. Estamos sembrando, sembrando a veces. Hermanos, una regla de sembrar es siempre ocupa tiempo. Hermanos, no vamos a ver la cosecha hasta la gloria. En la gloria vamos a ver la cosecha. Aquí estamos viendo unas primicias. Pero en la gloria vamos a ver la cosecha. Y el que ha estado sembrando va a tener una cosecha grande, ¿verdad? Dice, produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. Ahora, dice, y eterno peso de gloria. Cuando empieza la eternidad, y muchas veces pensamos, pues, no quiero esperar hasta la gloria para tener gozo. Pero, hermanos, para nosotros la eternidad empieza en el momento de confiar en Cristo. Ya estamos en la eternidad. Ya, hermanos, Dios tiene una herencia para nosotros, una herencia eterna, pero ya Él quiere empezar a darnos la herencia. Él quiere Ya empezar a recompensarnos, hermanos, y puedo decirles que la recompensa de Dios es buena, es muy buena y estamos gozando su recompensa ahora mismo. Vamos a terminar en hebreos otra vez. Capítulo 6. Y vamos a leer estos versículos otra vez. Hermanos, Dios es fiel. 16.10 de Hebreos, porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre. Oh, hermanos, quiero animarles a seguir adelante. Dios es fiel. Él sabe lo que está pasando y Él le va a recompensar en gran manera, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin. Oh, vamos a seguir, hermanos, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis, hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe Y la paciencia heredan las promesas. Dios tiene promesas únicas, una herencia única para cada uno de sus siervos, hermanos. Pero vamos a seguir adelante. Amén.
Mirando las cosas que no se ven
系列 Conferencia misionera 2019
讲道编号 | 1123191934521972 |
期间 | 49:34 |
日期 | |
类别 | 会议 |
圣经文本 | 使徒保羅與可林多輩第二書 4:16-18; 使徒保羅與希百耳輩書 6:10-12 |
语言 | 西班牙语 |