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ట్రాన్స్క్రిప్ట్
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Esta mañana continuamos con el segundo sermón del bosquejo que comenzamos la semana pasada. Hebreos 10 1 a 18 es el pasaje y el título es Hechos perfectos por su sacrificio. Hechos perfectos por su sacrificio. Y la semana pasada vimos el primer punto ahí del bosquejo. Hoy día vamos a estar viendo los dos otros puntos en el bosquejo. Y debemos entender que de una forma estos primeros 18 versículos de Hebreos 10 nos están dando un resumen de la obra perfecta de Cristo. Pero también hay algunas cosas nuevas y esas cosas, por decir un poco nuevas, están en los versículos 11 a 14 que vamos a estar viendo en el tercer punto esta mañana. Así que quiero animarnos a seguir meditando en la obra perfecta de Jesucristo que Él ha hecho a nuestro favor. Toda esta carta habla de la superioridad de Cristo en su persona y su obra. Y así que todo lo que hemos visto, ha habido varias aplicaciones, pero después del pasaje de hoy, va a haber más práctica en el sentido de las aplicaciones de la doctrina que hemos estado teniendo hasta ahora. Así que vamos a dar lectura de Hebreos, capítulo 10, versículos 1 a 18. Dice así la palabra de Dios. Pues ya que la ley solo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas, Nunca puede, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente, año tras año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera, no habrían cesado de ofrecerse, ya que los adoradores, una vez purificados, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios hay un recordatorio de pecado año tras año. Porque es imposible que la sangre de toros, de machos cabrillos, quite los pecados. Por lo cual, al entrar Cristo en el mundo, dice, sacrificio y ofrenda no has querido, pero un cuerpo has preparado para mí. En holocaustos y sacrificios por el pecado no te has complacido. Entonces dije, aquí estoy. Yo he venido. En el rollo del libro está escrito de mí para hacer, oh Dios, tu voluntad, habiendo dicho anteriormente sacrificios y ofrendas, holocaustos, sacrificios por el pecado no has querido, ni en ellos tú te has complacido, los cuales se ofrecen según la ley. Entonces dijo, he aquí, yo he venido para hacer tu voluntad, Él quita lo primero para establecer lo segundo. Y por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del Cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre. Ciertamente todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados. Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios, esperando de ahí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos por el estrado de sus pies. Porque por una ofrenda, Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados. También el Espíritu Santo nos da testimonio, porque después de haber dicho este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor, pondré mis leyes en su corazón, en su mente las escribiré, añade y nunca más me acordaré de sus pecados eniquidades. Ahora bien, donde hay perdón de estas cosas y ya no hay ofrenda por el pecado. Así dice la palabra de Dios. Vamos a orar brevemente solo para que Dios realmente nos ayude a entender este pasaje que vamos a estar viendo esta mañana. Gracias Señor por esta mañana y el pasaje que hemos leído ahora, lo que vamos a estar estudiando. Te pido Señor que tú nos ayudes a entender lo que tú dices en estos versículos tan importantes, preciosos respecto a tu perfecta obra a nuestro favor. En tu nombre. Amén. En estos sermones he estado usando varios recursos, incluyendo de James White y estoy usando la nueva Biblia de las Américas. Recordemos la verdad principal. La repetición de los sacrificios en el primer pacto manifestó su incapacidad para tratar definitivamente con el pecado. Sólo por el único sacrificio de Jesucristo es que nuestros pecados son perdonados y somos perfeccionados en él. La semana pasada vimos el primer punto que es Hebreos 10, 1 a 10. En contraposición con los muchos sacrificios del primer pacto, el sacrificio de Cristo purifica y santifica de adentro para afuera. Y para resumir, había varios contrastes en esos versículos. Los sacrificios del primer pacto eran un recordatorio anual del pecado. Mientras que, ¿qué es lo que celebramos cada domingo? La cena del Señor es un recordatorio del único perfecto sacrificio que quita definitivamente el pecado. Así que ya no tenemos los sacrificios que nos recuerdan de nuestro pecado, más bien tenemos la cena del Señor que es un recordatorio del sacrificio único una vez para siempre que quita definitivamente el pecado. Otro contraste. Dios no se complació en los sacrificios y ofrendas del primer pacto. ¿Por qué? Mayormente el pueblo no los hacía de corazón. También esos sacrificios no eran los perfectos para que pudieron quitar el pecado. Así que tanto por. No el hacer los sacrificios de un corazón desviado del señor, como de la imperfección de los sacrificios mismos. Dios, bueno, Dios había preparado algo mejor, que es Jesucristo, quien vino, obedeció de corazón toda la voluntad de Dios. Y terminó dando su cuerpo. Como el sacrificio perfecto. Y el tercer traste que vimos la semana pasada era los sacrificios del primer pacto no podían santificar de dentro para afuera. Mientras que el perfecto sacrificio de Jesucristo, a base de su vida de perfecta obediencia, santifica completamente a su pueblo. Y eso quiere decir que nos aparta, nos separa del mundo del mundo y para Dios. Estamos santificados para Dios. Así que pasamos al segundo punto y en el segundo punto vamos a estar viendo los versículos 15 a 18, pero luego volver a los versículos 11 a 14. En contraposición con la incapacidad del primer pacto para perdonar el pecado y cambiar el corazón, el nuevo pacto en la sangre de Cristo hace todo esto. Hebreos 10, 15 a 18, también el Espíritu Santo nos da testimonio porque después de haber dicho, este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor, pondré mis leyes en su corazón y en su mente las escribiré. Añade, y nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades. Ahora bien, donde hay perdón de estas cosas, ya no hay ofrenda por el pecado. Donde hay perdón de estas cosas, ya no hay ofrenda por el pecado. El contexto de este capítulo de Hebreos va enfatizando una y otra vez las mismas verdades. Jesucristo vino para hacer la voluntad de Dios, de Dios Padre, como nos indican los primeros versículos de este capítulo. ¿Y qué fue esa voluntad? Esa voluntad fue su vida de perfecta obediencia, su muerte de expiación, su resurrección de victoria y inaugurando así el primer pacto en su sangre. Y así que entendiendo eso, el versículo 15 dice que es el Espíritu Santo quien da testimonio. También el Espíritu Santo nos da testimonio. Pero, ¿dónde encontramos las palabras de este testimonio del Espíritu Santo? Están en una cita del Antiguo Testamento. En Jeremías 31 es donde se encuentra esta cita. No vamos a pasar ahí. Pero lo importante para nosotros es entender que el autor de Hebreos cita a Jeremías y lo atribuye a quién? Al Espíritu Santo de Dios. El significado es que los autores del Nuevo Testamento entendían que el autor real detrás de todo el Antiguo Testamento es el Espíritu de Dios mismo. Y así que este es el mismo punto de vista que Jesús. Tenía en su ministerio terrenal, porque Jesucristo mismo a una vez cuando estaba hablando con los saduceos. Dijo al citar o hablar de la del Antiguo Testamento, les dijo a los saduceos no han leído lo que les fue dicho por Dios. Y luego hace una referencia en el libro de Éxodo. Diciendo que el Antiguo Testamento fue escrito o es las palabras mismas de Dios y del Espíritu de Dios. Toda la palabra, toda la Biblia es la palabra de Dios y él se ha dignado hablar con nosotros. Así que nosotros debemos entender que aquí cuando dice el Espíritu Santo nos da testimonio haciendo esta cita es para ayudarnos a entender que es Dios mismo hablando con nosotros. Y así la pregunta es, vamos a decirle a Dios que es mentiroso? No, es Dios mismo hablando aquí. Y ese es el nuevo pacto que se ha inaugurado en la sangre de Cristo. Aquí en Hebreos 10 16, la cita es bueno, del mismo pasaje que Hebreos 8, pero es menos extensa. Dice Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor. Dios mismo es quien toma la iniciativa para establecer este nuevo pacto, y esto es por medio de Jesucristo. No es que un ser humano tuviera la idea de buscarle a Dios y hacer un nuevo pacto con él. Más bien, Dios viendo también entendiendo el fracaso total de los israelitas, tomó la iniciativa para rectificar la situación. Este nuevo pacto no es como el primer pacto. El primer pacto pasó de vigencia. Este nuevo pacto nunca pasará de vigencia. porque está establecido y inaugurado por Jesucristo mismo, quien es el Garante, quien ha derramado su propia sangre y también el que vive para siempre. ¿Y qué es lo que dice otra vez aquí? Hemos estudiado esto en capítulo ocho, así que no vamos a darle tanto tiempo, pero dice versículo 16, la segunda parte. Pondré mis leyes en su corazón y en su mente las escribiré. ¿Cuál fue un problema persistente de los israelitas bajo el primer pacto? Fue que ellos llegaron a ver la ley de Dios de forma externa. Y recuerden los primeros versículos del capítulo 10. que habla de que Jesucristo dijo yo he venido para hacer tu voluntad o Dios y fue a hacer la voluntad de Dios de corazón. Y cuando Dios les dio la ley a los israelitas. Qué era la intención de Dios? Era decirle Mira, les estoy dando la ley que lo cumplan de forma externa. Eso es lo importante. ¿Eso fue la intención de Dios? No, nunca fue su intención. De hecho, en Deuteronomio, un pasaje que conocemos bien. Dios dice a los israelitas de Deuteronomio 6 y versículo 5, amarás a Yahweh tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu fuerza. De corazón tenía que ser su cumplimiento de la ley. Pero los israelitas no bien, no tenían la ley, no tenían la potestad en sí misma para cambiar corazones. Pero todos los participantes del nuevo pacto que ha sido establecido por la sangre de Cristo ya son transformados por el poder de Dios. Dios mismo es quien escribe su ley en nuestras mentes, en nuestro corazón. Y así que en el nuevo pacto, en la sangre de Cristo, la ley no se debe ver como algo externo, frío, que nos quita la libertad y la felicidad. Más bien, vemos la ley de Dios como una extensión de Dios mismo, de todo su amor y bondad hacia nosotros. Es una ley que deseamos cumplir porque amamos a Dios y amamos a nuestro prójimo. Es una ley que deseamos cumplir porque deseamos el bien de todos. Eso es lo que Dios nos ha dado. Y cuando vemos nuestro mundo actual, ¿qué es lo que vemos? Muerte y destrucción. Todo lo que promueven los del mundo es contra la ley de Dios, contra el amor real por el prójimo, contra Dios mismo, que es el resultado, destrucción. Así que Dios en el nuevo pacto ya nos ha transformado el corazón para que nosotros pudiéramos obedecer, amar, perdón, amar y luego obedecer su ley. Y si uno quiere ir leyendo, uno puede ir a Salmo 119. Todo el Salmo habla de la ley de Dios. En el nuevo pacto, la transformación de Dios nos pone en otro en ese camino, un camino diferente. La vida cristiana es un camino de crecimiento en amor por Dios y amor por nuestro prójimo conforme a la ley de Dios. Y hay algunas iglesias que dicen, bueno, la ley fue para el Antiguo Testamento para ese entonces y no es para hoy. No es así. La ley de Dios, por ejemplo, en los 10 mandamientos, siguen vigentes hasta el día de hoy. Y nosotros necesitamos entender cómo aplicamos sus mandamientos, si en nuestro contexto de hoy. Hebreos capítulo 10, versículo 17, dice y nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades. Nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades. Recordamos otra vez en versículo 3. Hebreos 10 3, pero en esos sacrificios hay un recordatorio de pecado año tras año. En el nuevo pacto, Dios dice nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades. Y otra vez, en el primer pacto, los sacrificios eran un recordatorio de pecado. Pero en el nuevo pacto, Dios dice que jamás se acordará de nuestros pecados. Y esta clase, cuando dice no acordar, no, él no se acordará de nuestros pecados, significa una decisión deliberada de parte de Dios. a base del perfecto sacrificio de Cristo. Es decir, no es que en sí Dios se olvida, más bien decide ya no tomar en cuenta en nuestra contra nuestros pecados. Y eso es a base de lo que Jesucristo ha hecho, su perfecto sacrificio. Eso realmente que es lo que merecemos de Dios. Y vamos a estar viendo en los próximos versículos las próximas predicas que dice. Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo, del que pisotea el sacrificio de Cristo. que tiene por el mundo lo que Cristo ha hecho. Pero en nuestro estado natural de pecado, nosotros violamos las leyes de Dios y hacemos todo en contra de Dios. ¿Qué es lo que merecemos? Merecemos la furia, la indignación, la ira eterna de Dios. Pero aquí, a base de que Cristo ha tomado eso a nuestro favor, ¿qué es lo que nosotros tenemos? Perdón de pecados. Y realmente nos debe dar alegría, realmente de entender que Dios no va a tomar en cuenta nuestros pecados. a base de que Cristo ha tomado la ira de Dios. Ha derramado su sangre para nosotros. Versículo 18 Ahora bien, donde hay perdón de estas cosas, ya no hay ofrenda por el pecado. Donde hay perdón o donde hay remisión, ya no hay ofrenda por el pecado, es decir, Ya no se requiere otro sacrificio. Recuerden el contexto de hebreos. Era de decir a los creyentes hebreos, vuelven a los sacrificios en el templo. Continúen con nosotros, no los otros judíos, les estaba diciendo. Y era la tentación para no experimentar la persecución y la burla de otros. Pero aquí el autor está diciendo, donde hay perdón, cuál fue el argumento anteriormente en este capítulo, se continuaban, se repetían los sacrificios porque nunca podían quitar el pecado. Y aquí dice, donde hay remisión, hay perdón. Ya no hay ofrenda por el pecado, no se requiere. Ya a Cristo ha dado el sacrificio perfecto que quita definitivamente el pecado. El comentarista Kistemaker dice Para el cristiano las palabras ya no hay más ningún sacrificio por el pecado, suenen como cosa normal. puesto que él nunca ha conocido el ritual de los sacrificios de animales. Pero la persona de ascendencia judía, de la segunda mitad del siglo primero, estas palabras deberían haber resonado con estruendosa finalidad. El milenario sistema levítico de presentación de sacrificios a Dios había perdido todo su sentido a causa de la muerte de Cristo. ¿Y qué es el sacrificio de Cristo? Era definitivo, ya que puso fin a todos los sacrificios por el pecado. Lo que el hombre era incapaz de hacer debido a su pecado, a la maldición de la muerte y a su propia incapacidad para obedecer la ley de Dios, Cristo lo hizo. Él pagó el precio, quitó la maldición y vivió una vida de obediencia perfecta. Así que ya no había más vuelta atrás a los sacrificios anteriores. Y realmente debemos meditar en eso, en la vida de los judíos y cómo les habría parecido al judío normal. Diciendo no puede ser eso es todo lo que sabemos. Pero con el sacrificio de Cristo, Dios dijo ya no más. Hay un sacrificio final y perfecto. ¿Y qué es lo que Dios mismo hizo en el año 70? Llevó a los romanos para destruir el templo. y todos los sacrificios. Y con eso puso fin, definitivo, punto de exclamación diciendo ya no más, ya no más. ¿Por qué? Donde hay perdón, ya no hay ofrenda por el pecado. Porque Él es, Jesucristo es, el sacrificio perfecto de todos nuestros pecados. Y eso es todo lo que hemos estado viendo en estos capítulos. Continuamos con el punto 3, los versículos 11 a 14. En contraposición con la obra repetida de los sacerdotes del primer pacto, al haber realizado Cristo su único sacrificio, él se sentó a la diestra del Padre. habiendo perfeccionado los santificados y esperando la sumisión completa de sus enemigos. Versículo 11. Ciertamente, todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados. Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios, esperando de ir adelante hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies, porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados. Y obviamente esos versículos están hablando del mismo tema. Vuelve a ser el contraste entre los sacerdotes del primer pacto y Cristo. Y les recuerdo, ¿cuál mueble no se encontraba en el tabernáculo? Una silla. que dice, ciertamente, once, todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar pecados. Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios. Y el hecho de que no había una silla en el tabernáculo tenía un significado espiritual. Y yo creo que ese hecho nos habría pasado por alto si el autor no hubiera dicho, mira, hay una razón por la cual no había silla. en el tabernáculo es porque nunca terminaba su trabajo. En el primer pacto, la obra del sacerdote nunca terminaba. Tenía que seguir ofreciendo los mismos sacrificios una y otra vez. Nunca perfeccionaban, nunca quitaban el pecado. Pero a diferencia de esos sacerdotes, Cristo, habiendo presentado su único sacrificio por el pecado, se sentó a la diestra del padre. Y hemos hablado de esto antes, pero vamos a hablar de esto nuevamente aquí y hacer énfasis también en algo que no hemos visto antes en el desarrollo de hebreos. Él se sentó a la diestra de Dios. Primero. Dice que los sacrificios en versículo 11, que el primer pacto no podían quitar los pecados, no podían. Perdonar ni purificar a los adoradores. Y por eso Los sacerdotes continuaban día tras día, año tras año, los mismos sacrificios. Pero a diferencia de esos sacrificios, como dice también Hebreos 10 14, por una ofrenda él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados. Y hay varios versículos en hebreos que habla de esto. Hebreos 1, versículo 3, la segunda parte, Hebreos 1 3, dice Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el hijo se sentó a la diestra de la majestad en las alturas. Hebreos 9, 26, la segunda parte. Pero ahora una sola vez en la consumación de los siglos se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo. Él se sentó porque ya se había provisto por el perdón del pecado y el poder del pecado también había sido destruido. Ya el pecado no tenía poder. La segunda verdad de por qué podía sentarse a la diestra de Dios es porque, ¿qué es lo que dice esta carta? Su sacrificio fue presentado en el tabernáculo verdadero en la presencia de Dios. Y la pregunta es, ¿Dios Padre aceptó su sacrificio o lo rechazó? aceptó su sacrificio. ¿Qué hubiera pasado si el sacrificio de Cristo no hubiera sido aceptado por el Padre? Ya habría tenido que seguir buscando otra manera de satisfacer la justicia de Dios. Pero el hecho de que se sentó, quiere decir, presentando su ofrenda El Padre dijo, está bien, satisfecho, la ira de Dios y toda justicia por tu sacrificio. Dice en Hebreos 9, versículos 11 y 12, pero cuando Cristo apareció como sumo sacerdote, de los bienes futuros a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, no entró al lugar santísimo una vez para siempre. Perdón, entró, no de esta creación, sino más bien entró al lugar santísimo una vez para siempre, no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, obteniendo redención eterna, obtuvo lo que los sacrificios del primer pacto no podían obtener, la redención eterna. Y a base de eso, nosotros tenemos entrada a la presencia de Dios. Y eso es lo que vamos a estar viendo en la próxima prédica. Los versículos 19 y 20. La tercera razón por para estar no por el cual podía estar sentado a la diestra del padre es porque es el lugar de acceso inmediato al padre. Y qué hace ahí? intercede a nuestro favor. Muchas veces en esta carta habla de la intercesión del hijo. Hebreo 7, 25. Por lo cual él también es poderoso para salvar para siempre, para salvar para siempre los que por medio de él se acercan a Dios. puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos. Así que Cristo se sentó a la diestra del Padre y Él está ahí intercediendo a nuestro favor. ¿Y qué está diciendo? Cuando pecamos, Jesucristo dice, yo he pagado el precio de ese pecado. La ira justa de Dios no nos debe caer encima a los que son creyentes. ¿Por qué? El Hijo intercede y dice, es mi sangre, mi ofrenda, mi vida que he dado para Él. Y eso es la intercesión de Cristo. No tenemos necesidad de otro intercesor, ni un santo, por decir, ni María, ni cualquier otro, solo Jesucristo. La cuarta verdad, por la cual él está sentado a la diestra de Dios, Y eso es lo que dice en versículo 13. Y vamos a pasar un tiempo aquí. Versículo 13. Se sentó a la diestra de Dios, esperando de ahí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. Es una cita de Salmo 110 y Kistemaker dice el Salmo 110, versículo uno aquí citado, aparece con frecuencia en la epístola a los hebreos, ya sea como cita o alusión. Debido a la interpretación y aplicación que Jesús hiciera de este versículo en respuesta, no? a la respuesta a la pregunta de los fariseos. Ellos preguntaron, ¿Quién pensáis de o qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Y es que Jesucristo dio la respuesta conforme al Salmo ciento diez uno. El escritor de hebreos emplea este versículo casi palabra por palabra, modifica la redacción conforme al contexto. Sus enemigos son todos aquellos que se oponen al dominio, autoridad y poder de Cristo. Y el último último enemigo que será destruido es la muerte. Conforme al primero de Corintios 15 26. La pregunta es ¿Quién está reinando en este momento? ¿Quién está reinando en este momento? Dios está reinando, Jesucristo está reinando. Dice aquí esperando de ahí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. Debemos entender que Cristo está reinando en este momento. Está sometiendo a todos sus enemigos por debajo de sus pies. A primera vista, nos puede parecer muy fuera de lugar que el autor vincule La perfección del sacrificio de Cristo. Miren el contexto. ¿Qué es el contexto? ¿Está hablando del reinado de Cristo por decir? No, pero nos puede parecer que es esta aplicación que está haciendo aquí. ¿Por qué está citando este versículo? Así que nos puede parecer fuera de lugar que el autor vincula la perfección del sacrificio de Cristo para ser perfectos a los santificados con su reino y el someter a todos sus enemigos. Pero pensemos en estos conceptos. No son verdades aisladas. El reinado de Cristo tiene que ver expresamente con la destrucción del pecado. y todos sus efectos, tal como leímos en Hebreos 9, 26, donde dice que él destruyó el pecado por el sacrificio de sí mismo. Pregunto, ¿cuándo fue que entró en enimistad con Dios la humanidad? ¿Cuándo entró en enimistad con Dios la humanidad? Fue cuando entró el pecado. Cuando los primeros seres humanos pecaron y desobedecieron a Dios. ¿Cuándo es? Podemos hacer la misma pregunta. ¿Cuándo es que Satanás y sus demonios entraron en enemistad? Cuando pecaron. Así que es la obra de Cristo. La obra de Cristo es para no sólo declarar victoria, pero para ganar victoria sobre todos sus enemigos. En resumidas cuentas, toda la maldad que está puesta a Dios es resultado del pecado. Y por el pecado se introdujeron la muerte y toda clase de destrucción. La obra de Cristo en su sacrificio, su resurrección y coronación fue el acto que destruyó el poder del pecado. Y es desde ese entonces que el Mesías fue entronizado y está reinando, sometiendo a sus enemigos por debajo de sus pies. Otra vez, esta es una cita de Salmo 110, versículo 1. Y este es el versículo que más veces se repite, se cita en el Nuevo Testamento. Hasta algunos comentaristas o teólogos dicen que es el versículo favorito de Dios. Debemos entender que la derrota del pecado por la obra de Cristo fue la batalla decisiva para asegurar la victoria final. Y lo increíble de eso es que nosotros compartimos esa victoria. Nosotros somos los victoriosos. No hemos sido derrotados. Solo falta que todas las batallas sean realizadas. La victoria final es asegurada. Por la victoria de Cristo, que es lo que los los sacrificios del primer pacto no podían hacer, destruir el pecado, terminar con el pecado, pero el sacrificio de Cristo. A. ya ha derrotado el pecado y todos sus efectos. Nosotros compartimos su victoria y así nosotros podemos, bueno, nosotros participamos en esto de poner a todos sus enemigos por debajo de sus pies. Quiero leer algunos pasajes de del Antiguo Testamento primero, Salmo 110. Vamos a leer ahí. Salmo 110. Y vamos a leer los primeros siete versículos. Salmo 110, versículo uno a siete dice Yahweh a mi señor, siéntate en mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por el estrado de tus pies. Yahweh extenderá de este Sion tu poderoso cetro diciendo, domina en medio de tus enemigos. Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder. En el esplendor de la santidad desde el seno de la aurora, tu juventud es para ti como el rocío. Yahweh ha jurado y no se retractará, tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. El Señor está a tu diestra, quebrantará reyes en el día de su ira, juzgará entre las naciones, las llenará de cadáveres, quebrantará cabezas sobre la ancha tierra, el beberá del arroyo en el camino, por tanto levantará la cabeza. Y obviamente hemos visto otras citas en otros momentos de hebreos que están aquí también. Versículo 2 Yahweh extenderá de este Sion tu poderoso cetro diciendo domina en medio de tus enemigos. Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder. ¿Quién está dominando? ¿Quién está reinando hoy? Jesucristo. Hay muchas personas poderosas que piensan que tienen poder. Pero no es así. Salmo capítulo 2. Salmo capítulo 2. ¿Por qué se sublevan las naciones y los pueblos traman cosas vanas? Se levantan los reyes de la tierra y los gobernantes traman unidos contra Yahweh y contra su ungido. ¿Quién es su ungido? Jesucristo, diciendo, rompamos sus cadenas, echemos de nosotros sus cuerdas. El que se sienta como rey en los cielos se ríe. El Señor se burla de ellos, luego les hablará en su ira, y en su furor los aterrará, diciendo, Yo mismo he consagrado a mi rey sobre Sion, mi santo monte. Ciertamente anunciaré el decreto de Yahweh que me dijo, mi hijo eres tú. Yo te he engendrado hoy. Pídeme y yo te daré las naciones como herencia tuya, como posesión tuya los confines de la tierra. Tú los quebrantarás con la vara de hierro, los desmenuzarás como vaso del alfarero. Ahora pues, los reyes muestran discernimiento, reciben amonestación. Los jueces de la tierra adoran a Yahweh con reverencia y alegrense con temor, temblor. Honran al hijo para que no se enojen y perezcan en el camino. Puede inflamarse de repente su ira. ¡Cuán bienaventurados son todos los que en él se refugian! Pasamos al Nuevo Testamento, Mateo capítulo 28. Acercándose Jesús, perdón, Mateo 28, versículo 18 hasta 20. Acercándose Jesús les dijo, toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan pues. Y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado. Y recuerden, yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo. ¿Qué dice? ¿La autoridad sobre la iglesia me ha sido dado? No dice eso. Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y la tierra. Vayan pues y hagan discípulos de algunos cuantitos personas. No, dice de todas las naciones. De todas las naciones. Y estuvimos viendo el señorío de Cristo. ¿Sobre cuál área es Señor Cristo? ¿Es Señor de toda persona? Sí. ¿Es Señor de nuestras familias? ¿Qué tal de la iglesia? ¿El gobierno civil? Cristo tiene potestad, tiene dominio, autoridad sobre esas áreas también? Y la respuesta es sí. Todos van a tener que rendir cuentas a Dios, a Jesucristo. Y nosotros tenemos la autoridad de enseñar a todas las naciones, bautizándoles en el nombre de del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. ¿Por qué tenemos esa autoridad? Porque Jesucristo dijo, toda autoridad me ha sido dada. Entonces, de mi autoridad, reinando, les doy autoridad para hacer esto, para enseñar y para discipular las naciones. Primero, Corintios. Capítulo 15 y luego vamos a recapitular como Cristo está reinando. Primera Corintios 15, 23 a 28. Pero cada uno en su debido orden. Cristo las primicias y luego los que son de Cristo en su venida. Está hablando de la resurrección de los muertos. Entonces vendrá el fin cuando él entregue el reino a Dios y Padre después que haya terminado con todo dominio Toda autoridad y poder. Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el último enemigo que será eliminado es la muerte, porque Dios ha puesto todo en sujeción bajo sus pies. Pero cuando dice que todas las cosas están sujetas a él, es evidente que se exceptúa aquel, es decir, Dios Padre, que ha sometido a él todas las cosas. Y cuando todo haya sido sometido a él, entonces también el Hijo mismo se sujetará a aquel que sujetó a él todas las cosas para que Dios sea todo en todos. Así que Cristo se sentó a la diestra de Dios y en este momento está sometiendo a todos sus enemigos por debajo de sus pies. ¿Qué significa que está sometiendo a todos sus enemigos? ¿Cómo está sometiendo sus enemigos? Bueno, debemos entender tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo que en primer lugar está sometiendo a sus enemigos por medio del Evangelio. Los que estamos aquí, éramos enemigos de Dios en un tiempo de nuestra vida. Sí, éramos enemigos de Dios. Cristo, por medio del poder del Evangelio, nos ha sometido a él. Y ya por medio de la transformación del de lo que estamos viendo en este mismo pasaje en hebreos. Nos ha hecho perfectos, nos ha dado un nuevo corazón. Y así que ya no estamos en enemistad contra Dios. Más bien, nos amo a él, nos ha puesto de su lado. Y así que qué es lo que nosotros hacemos? Vamos proclamando el evangelio y a otras personas y esas personas también. Algunas de esas personas también se someten a Cristo en el evangelio y es una manera básico clave en el cual él está sometiendo a sus enemigos por debajo de sus pies. Luego. ¿Cuáles son otras maneras? Nosotros hemos sido, como dice en estos versículos 13 y 14, santificados y así Dios nos usa también en manifestar la maldad del mundo. Y el juicio de Dios, por ejemplo, ¿qué es lo que viene sobre los que no se someten a Dios? Juicio. juicio de Dios. Y nosotros proclamamos también el juicio de Dios, el juicio venidero. Y podemos decir que, sin lugar a dudas, nuestro mundo en este momento está bajo el juicio de Dios. Está bajo el juicio de Dios. Y, por ejemplo, el enemigo del secularismo, de pensar del humanismo, De creer en la Pachamama. Dios va sometiendo eso. O por medio de transformar o por medio de juzgar. Y nosotros compartimos en esa victoria. Así que hay varias maneras por las cuales Dios está sometiendo a sus enemigos. por debajo de sus pies. Y vemos eso tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Continuando con la última frase y en versículo o la frase en versículo 14. Dice porque por una ofrenda él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados. Y podemos decir o hacer la pregunta, quiénes son los que participan en esta victoria de Cristo? Aquí dice los que son santificados, los que son hechos perfectos. Los que no son los que hemos sido apartados del mundo y separados para Dios, ya no estamos en enemistad contra Dios. ¿Por qué? Por el sacrificio perfecto que él ha hecho. ¿Recuerdan? Versículo 10, Hebreos 10, 10. Por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre. Nosotros, los que creemos en Cristo, hemos sido santificados y participamos en esta victoria con él. Y hay muchos otros versículos que hablan de quiénes son los que. Versículo 19 del mismo capítulo. Hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar en un lugar santísimo por la sangre de Cristo. Por un camino nuevo y vivo que él inauguró para nosotros, quiénes son los nosotros? Los que tenemos, dice en versículo 21, puesto que tenemos un gran sacerdote, los que tenemos a Jesucristo como nuestro sacerdote. También somos los santificados, los que participamos. En este sacrificio de Cristo. Y así que ahí quería terminar esta sección con estos versículos 11 a 14. Hablando de la gran victoria de Cristo. Cristo está reinando ahorita. No debemos dudar. ¿Por qué vivimos como si estuviéramos del lado perdedor? No estamos perdiendo, estamos ganando. y vamos a ganar y la victoria es seguro. Quiero dar un resumen en este momento de muchas cosas que hemos visto de Cristo y porque somos del lado victorioso. ¿Qué es lo que Hebreos nos ha estado enseñando? En Hebreos Cristo es Sacrificio. En hebreos, Cristo paga el precio de rescate. En hebreos, Cristo es garante, fiador. La garantía de la herencia eterna. En hebreos, Cristo es sumo sacerdote. Él es testador. por medio del cual el que ha muerto para inaugurar el nuevo pacto. Él es mediador y intercesor. Y también lo que acabamos de ver, él es rey soberano. Todo eso nos enseña Hebreos de quién es nuestro perfecto salvador. Y así que, ¿cuál debe ser nuestra reacción? ¿Debemos vivir caris bajos? ¿Depresión? ¿Pensando ya? ¿Ya otro día? Difícil. ¿Qué es lo que Pablo hacía? Era interesante. Pablo estaba en la cárcel. Estaba cantando y testificando de Cristo. ¿Por qué estaba en la cárcel? Porque él dijo, Cristo es Señor. Cristo es Señor, César no es Señor. En la cárcel, sin lugar a dudas estaba proclamando Cristo como Señor y Salvador. Aún en situaciones bien difíciles. y nosotros compartimos la victoria de Cristo. De ahí en adelante se sentó a la diestra del Padre, esperando hasta que sus enemigos sean puestos por debajo de sus pies. En este momento, los enemigos de Cristo están siendo puestos por debajo de sus pies. Y quiero hacer una aplicación directa también. Es locura lo que está pasando en el mundo ahorita. Cuando pensamos en el aborto, ¿qué estamos haciendo con la próxima generación? Lo estamos matando. Cuando pensamos en el divorcio, cuando pensamos en la destrucción de la familia, la homosexualidad, eutanasia. Escuché un comentario interesante. Esta generación, que ya está llegando a los 60 años, por decir, Hace unos 50, 60 años es cuando comenzó el aborto. Entonces sus padres, los padres de esa generación, comenzaban a matar sus bebés. Y a esas personas, los que sobrevivieron esa matanza, están diciendo a sus padres, ya vamos a acabar con ellos, con la eutanasia, con los mayores. Es una generación o un tiempo de muerte. Y luego tenemos ideología de género. Otra vez, muerte, muerte. Todo lo que el enemigo está promoviendo es muerte. ¿Qué es el resultado del pecado? Muerte. ¿Qué es lo que Cristo ha vencido? Pecado y la muerte. ¿Y quiénes son los que Dios ha puesto aquí en este momento para proclamar vida? Somos nosotros. Y nosotros podemos proclamar vida, la restauración de enemistad con Dios primero y luego todo el bien que viene de estar restaurado con Dios. Vida. Cuando rechazamos a Dios es muerte, destrucción. Pero Dios nos ha puesto en este momento para proclamar la vida. Y la vida que Él ha ganado por destruir el pecado por resucitarse de los muertos y por estar sentado ahora a la diestra del Padre, sometiendo a sus enemigos por debajo de sus pies. Y nos ha puesto nosotros para participar en esa sumisión de sus enemigos. Primero, por la proclamación del Evangelio, del Evangelio, aún muchas veces a personas que han sido destruidos por el pecado en el sentido de haber hecho un aborto. Estaban han destruido su cuerpo por medio de ideología de género. Pero es de proclamar vida aún en medio de eso y el perdón de los pecados. Y así Dios nos ha puesto para eso. Así que quiero animarles que con debemos entender que Dios nos ha puesto aquí en este momento para proclamar todas estas verdades de Jesucristo. A un mundo. Que está pereciendo. Dice. Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios, esperando de ahí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos por el estrado de sus pies. ¿Por qué? Por una ofrenda Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados. Vamos a orar. Gracias, Señor, por lo que tú has hecho en Jesucristo para derrotar, para vencer el pecado, la muerte, el enemigo, el diablo. Y sabemos, Señor, que nosotros compartimos tu victoria porque tú nos has santificado por tu perfecto sacrificio. Sabemos que tú estás reinando en este momento. Tú estás sometiendo a tus enemigos por debajo de tus pies. Sabemos que toda autoridad por esta victoria que tú has ganado te ha sido dado tanto en la tierra como en el cielo. Y así que tú nos has dado también la autoridad de ir, proclamar tu evangelio y hacer discípulos de todas las naciones. Y ayúdenos, señor, a entender que este momento de historia en la cual estamos viviendo momento de o tiempo de destrucción increíble, señor, que el enemigo parece Tener la victoria es sólo un momento. Y tú estás, tú nos vas a usar para proclamar tu gran Evangelio, el poder de Cristo, para la salvación de muchas personas. Gracias, señor, por eso y gracias que podemos estar animados entendiendo que tú has ganado esa victoria. Ayúdenos también, señor, a entender lo que eso significa en nuestras vidas personales, en nuestro hogar. Con nuestras familias y con otras personas, señor, que necesitamos vivir de una forma diferente. Gracias, Señor, por todo eso. En tu nombre. Amén.
Hechos perfectos por Su sacrificio #2
సిరీస్ Hebreos
Verdad principal: La repetición de los sacrificios en el primer pacto manifestó su incapacidad para tratar definitivamente con el pecado. Solo por el único sacrificio de Jesucristo es que nuestros pecados son perdonados y somos perfeccionados en Él.
Escrituras tomadas de la Nueva Biblia de las Américas Copyright 2005 por The Lockman Foundation; usadas con permiso; todos los derechos reservados. www.NuevaBiblia.com
ప్రసంగం ID | 5624010243439 |
వ్యవధి | 1:09:37 |
తేదీ | |
వర్గం | ఆదివారం సర్వీస్ |
బైబిల్ టెక్స్ట్ | హెబ్రీయులకు 10:1-18 |
భాష | స్పానిష్ |
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