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Le damos la bienvenida a la Iglesia Evangélica de la Gracia en Barcelona, España, y le invitamos a que visite nuestra página web por gracia.es. Deseamos que Dios le bendiga ahora a través de su palabra. Buenos días. Quisiera empezar con una ilustración del sermón de esta mañana. Imagina que eres un joven de esta congregación que Un día se levanta por la mañana y siente esa vocación, ese llamado al matrimonio de parte del Señor. Pero no tiene novia, entonces decide poner remedio a ese problema. De tal manera que el sábado por la tarde va a la peluquería a cortarse el pelo, a ponerse bien guapo, y el domingo por la mañana madruga mucho para ir a la única floristería que está abierta de la ciudad a comprar un gran ramo de rosas. Se presenta aquí con la mejor de sus galas, bien perfumado, bien guapo, y dispuesto a darle ese ramo de rosas a la chica más guapa de toda la congregación. Pero vaya, resulta que esa chica se ha puesto enferma y hoy no ha venido. Pero no importa, él lo toma como una señal del cielo. Y va a otra chica que también le gusta, que está en aquella esquina, y se le declara con un gran ramo de rosas. Y la chica, mira por dónde, le da calabazas. Pero él no desiste, porque en la otra esquina de la congregación, el local es grande, hay una chica que no ha visto lo que acaba de pasar, y él corre para allí, Se le declara a esta chica y esta chica primero se sorprende, luego se ilusiona y finalmente le da una oportunidad para salir a tomar un café. Ahora, ponte en el lugar de la chica cuando se entere de que no estaba pensando en ella precisamente cuando compró las flores, ni cuando escribió la tarjeta, ni cuando preparó aquellas palabras. El texto que vamos a meditar en el día de hoy nos habla de un amante que es todo lo contrario, de alguien que pensó en ti antes de que existieras, que preparó un plan de salvación, un plan de amor, el gesto más romántico de la historia, el acto de amor más grande que jamás se haya dado, y lo pensó en ti para que sepas que Él es el perfecto amante. Cristo Jesús. El texto en el que vamos a estar meditando hoy, hermanos, que tiene como punto central la elección, no fue escrito para que discutas con arminianos, fue escrito para que sepas qué tipo de amor personal es el que Cristo Jesús tiene por ti. Así que vamos a acompañarme a Efesios, capítulo 1. Vamos a estar meditando en los versículos del 3 al 10. Efesios, capítulo 1, del 3 al 10. Dice así la palabra del Señor. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo. de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos como las que están en la tierra. Amén. Vamos a orar al Señor. Señor, nos acercamos a Tu Palabra perplejos de lo profunda, lo compleja, lo rica que es, Señor, y lo incapaces que somos muchas veces de comprenderla. Así que acudimos a Ti para que nos des entendimiento, Señor, para que Tú te reveles por medio de las Escrituras a cada corazón, al mío propio y al de mis hermanos, Señor. Que Tú nos hables hoy poderosamente y que podamos ver cómo Tu amor es personal, cómo Tu amor es perfecto, Señor. Y cómo cuando conocemos de Tu amor quedamos abrumados y no podemos vivir sino para Ti, Señor, para amarte para siempre. Porque Te lo pedimos todo, Señor, en el nombre de Tu Hijo Amado. Amén. Muy bien. En primer lugar, hay varias cosas que quiero comentar de este texto, si os habéis dado cuenta. Tiene mucho contenido. Yo creo que tres sermones sobre este texto no bastarían para abarcarlo entero, así que vamos a centrarnos en algunos detalles que quiero resaltar de este texto que creo que forman un poco la estructura central. Pero hay tanta y tanta riqueza. Pablo dice tantas y tantas cosas en tan pocas líneas que me siento con la incapacidad de poder exponer cada una de las cosas que aquí Pablo nos presenta. Pero en primer lugar sí que quiero destacar el versículo primero, el versículo 3, donde dice bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Esta palabra bendito sea ya nos está hablando de qué tipo de texto tenemos delante, es una doxología. Todo esto que va a exponer aquí Pablo lo expuso, lo escribió para que tú te goces ¿En quién es Dios? Y alaves a quien es Dios. Pablo lo que está haciendo aquí es exaltar la gloria de Dios. ¿Cuál es su grandeza? Es una doxología, es una bendición. Por todo lo que va a decir Pablo, Dios bendice al Padre. ¿Verdad? Y notemos también, en este versículo, que la palabra bendito aparece tres veces. ¿Sí? Dice, bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Tres veces aparece la palabra bendecir. Bendito sea, Pablo está bendiciendo a Dios el Padre, ¿por qué motivo? Porque primero el Padre nos bendijo a nosotros con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Es decir, esta es la sinergia que se produce. Dios el Padre nos ama, nos bendice y porque Él nos ama y nos bendice. Ahora es que Pablo puede escribir estas palabras de bendición al Señor. Yo bendigo a Dios el Padre porque Él nos bendijo, pero ¿dónde, con quién y cómo nos bendijo? ¿Dónde están? ¿Dónde residen? ¿Dónde se guardan? ¿Dónde se almacenan? ¿En qué lugar del cosmos están las bendiciones de Dios por las cuales Pablo exalta al Padre? ¿En esta tierra? ¿En tus riquezas? ¿En tu providencia? ¿En lo que Dios ha provisto para ti? No. Por supuesto que el Señor nos sostiene. Por supuesto que Él no nos deja. Por supuesto que Él está con nosotros. Pero las bendiciones de las que está aquí hablando Pablo no son las bendiciones del día a día. Son las bendiciones eternas que residen en los lugares celestiales en la persona de Cristo. ¿A dónde está Cristo? Allá sentado en la vista del Padre. Ahí están tus bendiciones. Tus bendiciones están en Él. Fíjate lo que está diciendo aquí el apóstol Pablo. En Él tenemos la mayor de las bendiciones. ¿Sí? ¿Por qué es importante entender esto? Porque, hermanos, el mayor regalo que nos ha hecho Dios es entregarse a sí mismo. Nos ha dado a sí mismo. Dios no necesitaba crearnos para ser un Dios feliz, para que nosotros le adoráramos y Él re-autoafirmarse. ¿Sabes que hay muchas personas narcisistas que basan su felicidad en lo que piensan los demás de ellos y necesitan constantemente que las personas aprueben lo bien que hacen las cosas porque ellos, de alguna forma, necesitan reafirmar su persona. Mira, Dios no es así. Dios ya era perfectamente feliz, completo, en su propio ser. Padre, Hijo y Espíritu Santo desde toda la eternidad han vivido una perfecta plenitud en amor y no necesitan crear a seres que les adoren para reautoafirmarse. Pero Dios es tan bello, Dios es tan glorioso, Dios es tan feliz en sí mismo que por amor crea al hombre para que el hombre se deleite en la persona de Dios. Fuimos creados para debilitarnos en Él. Él es tan glorioso que la única felicidad verdadera que vas a encontrar reside en Él, en Su persona. Esa es nuestra verdadera bienaventuranza. Esa es nuestra verdadera felicidad. Esa es nuestra verdadera y mayor bendición por la que Pablo está dando gracias a Dios el Padre. nos ha dado a Cristo y con Él nos lo ha dado todo. Ahora bien, vamos a ver en qué manera o de qué modo hemos sido bendecidos en Cristo. Seguimos leyendo y dice, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo. Esta palabra según viene a decir mediante o por medio de la elección. Es decir, todo lo que acabo de decir hasta ahora depende, es posible por la elección que Dios tuvo de nosotros en la eternidad. Si no hubiéramos sido escogidos, no hubiéramos sido bendecidos. Por si no estás convencido de que Dios nos escogió antes de la fundación del mundo, déjame que te cuente un argumento gramatical muy simple. Esta palabra, este verbo que utiliza aquí Pablo, escogió en el griego es un verbo aoristo. Los verbos aoristos en el griego nos están hablando de acciones que sucedieron en el pasado y que ya fueron completadas. ¿Sí? Acciones que fueron en el pasado y que no están siendo, sino que ya fueron completadas. Si yo hablo de que Messi es un gran jugador, por supuesto ya está siendo un gran jugador, pero sigue en activo, ¿verdad? Es un verbo, podríamos decir, algo así como un verbo continuo. Sigue marcando goles, al español sobre todo. Messi sigue saliéndose a día de hoy. Llegará un día que se retire y Messi muera y hablarán de Messi como el gran jugador que fue. La idea aquí de este verbo En Aoristo nos escogió... Es que eso fue una acción que sucedió en el pasado y que ya fue completa, que ya no es. Ya acabó, fue un evento del pasado. Ahora, ¿en qué momento nos escogió Dios? Seguimos leyendo y el texto nos lo dice. Antes de la fundación del mundo. Antes de la fundación del mundo. Te voy a hacer una pregunta. ¿Qué hiciste tú antes de la fundación del mundo? ¿Qué eras tú antes de la fundación del mundo? Nada, no eras. Antes de que fueras, ya estabas en la mente de Dios. Y antes de que fueras, Dios ya te amaba. Como ese gran amante, que cuando se está preparando en su casa, cuando se está acicalando, ya está pensando en su esposa, en su amada, y no está pensando en otras. Ya estaba pensando en ti. Hay otro auristo más adelante, la expresión que traduce nuevamente como habiéndonos predestinado, también está en auristo en el versículo 5, en dos ocasiones nos habla de la elección del Señor en un pasado terminado y completo. Dios no nos está escogiendo, Dios no nos escogerá, Dios nos escogió en aquel momento. y tú y yo no habíamos hecho nada al respecto. En este momento es cuando a muchas personas les surgen algunas objeciones. Por ejemplo, la más común es, entonces, si Dios nos escogió de forma soberana, eso quiere decir que yo no soy responsable. de creer o no creer. Si yo no puedo decidir si creo en Dios o no para salvarme, eso me exime a mí de mi responsabilidad en creer, ¿verdad? A priori eso era un argumento lógico, pero déjame decirte que es un absurdo. Porque el hecho de que tú seas responsable, o el hecho de que tú seas incapaz, no quiere decir que tú no seas responsable. Dejad que os ponga un ejemplo. Imagínate que yo voy conduciendo un coche sin seguro. Yo voy sin seguro en el coche y ¡bum! Me estampo contra un Lamborghini. No tengo seguro. ¿Quién es responsable de pagar el Lamborghini? Yo. Pero yo no soy capaz de pagar el Lamborghini. Que yo no sea capaz de pagar el Lamborghini, ¿quiere decir que yo no sea responsable de pagar ese Lamborghini? Por el hecho de que yo no tenga el dinero suficiente y que siete vidas con mi sueldo no bastarían para pagar ese coche, ¿quiere decir que yo ahora automáticamente no soy responsable de pagar ese coche? No. Lo único que indica el hecho de que yo no sea capaz es que estoy en serios problemas. Y cuando hablamos de la incapacidad del hombre para creer en Dios por sí mismo, lo que estamos hablando es de que el ser humano está en serios problemas. porque debe creer en Dios, porque Él lo manda, porque es el único camino de salvación. Creer en quien Él es y en lo que Él hizo, creer en su Evangelio, es el único camino para ser salvos. Y el gran drama es que por nosotros mismos somos incapaces de creer si Dios no hace una obra previa en nosotros. No intentes devanarte los sesos en donde se cruzan la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre. No se cruzan. ¿Y sabes por qué no se cruzan? Porque no es necesario que se crucen. Tú eres responsable, aunque seas incapaz. Y Dios salva soberanamente porque Él sí es libre y Él sí es capaz de salvar a quien quiere y como quiere, porque Él es Dios. ¿Sí? Muchas veces se presenta esta tensión, o lo que algunos llaman como una tensión, y tal vez lo habréis oído, como una vía con dos frailes, ¿verdad? Y dicen, aquí está la responsabilidad del hombre, y aquí está la soberanía de Dios, y en el horizonte, en algún punto que no sabemos dónde, se cruzan. Mira, yo he trabajado en Renfe cuatro años, ¿vale? Te voy a decir algo que igual no sabes. Las vías no se cruzan. Nunca. ¿Vale? Siempre van en paralelo. Y aunque a ti te parezca que se cruzan, ¡nunca se cruzan! Entonces, solo voy a comprar ese ejemplo por lo absurdo del ejemplo. ¡No se cruzan nunca! Y no hace falta que se crucen. Todos los seres humanos fuimos creados para oír la voz de Dios, para creer en Él. Y el hecho de que no lo hagas, el hecho de que no seas capaz de hacerlo, no te exime de tu responsabilidad. Solo deja claro el gran problema en el que estás. Ahora, si tú estás en esa situación, si tú estás sin Cristo, sin todas las bendiciones de las que vengo hablando y de las que vamos a seguir hablando, Si tú estás sin Cristo, ahora no intentes averiguar si estás escogido o no, si estás predestinado o no, si estás en la lista del libro de la vida. No es necesario. Corre a Cristo en arrepentimiento y fe. Porque la buena noticia es que la Escritura también nos dice que el que a mí viene, Dios no ha hecho fuera. Así que tú estás en serios problemas. Si no estás en Cristo, y lo único que debes hacer al respecto es creer. Ve a los pies de Cristo en arrepentimiento y fe. Confía en Él, en que Él es fiel para perdonar los pecados y recibirás la vida eterna. Con todo, el arminianismo siempre tiene cosas que decir, ¿verdad? Y hay muchos que alegan y explican este texto y otros textos de una forma un tanto rara, diciendo que Dios nos escogió porque en su presencia Él sabía qué personas iban a responder favorablemente al mensaje del Evangelio cuando ellos lo oyeran. Es decir, Dios hizo el libre a todo el mundo para poder seguirle o no y Él nos ha apuntado de algún modo en el libro de la vida a los que favorablemente en el devenir de la historia íbamos a responder favorablemente al llamado del Evangelio. ¿Me seguís? ¿Cuál es el problema con este texto? Bueno, el problema más que con este texto, con esta idea, es... que por textos como Romanos 3 estaríamos en severos problemas si esto fuera así, porque no hay nadie que siga a Dios, no hay nadie que le busque, no hay nadie que favorablemente en su propia condición esté buscando adorar al único y Dios verdadero. Así que si fuera así, estaríamos en serios problemas. Pero además, la Biblia nos revela por qué Dios no nos escogió en base a nuestra respuesta y es porque Dios es incomovible. Dios es incomovible. ¿A qué me refiero cuando digo que Dios es incomovible? Quiero decir, no quiero decir que Dios sea incompasible, que Dios no padezca por el sufrimiento ajeno. Dios padece y Dios se identifica con el sufrimiento de los seres humanos a tal grado que se hizo uno de nosotros y padeció una de las mayores muertes, de las muertes más crueles, y sufrió todo tipo de consecuencias del pecado. No, Dios es un Dios cercano que se identifica con el pecado de su pueblo y que sufre con el pecado de su pueblo. Dios es compasivo. Cuando hablamos de que Dios es inconmovible, nos referimos a que las circunstancias no cambian la voluntad de Dios. Mira, tú y yo hacemos todo tipo de cosas condicionados por las circunstancias, ¿verdad? Todas las decisiones que tomamos están de alguna manera condicionadas por nuestras circunstancias. ¿Me compro este coche por el número de hijos que tengo? ¿Me voy a vivir a esta ciudad por un trabajo? ¿Me pido lo más barato de la carta porque voy corto de dinero? Todo tipo de circunstancias nos obligan a nosotros a tomar decisiones condicionadas. Pero Dios no está condicionado por las circunstancias. Mira, Él decidió quedarse orando con el Padre y le dijo a sus discípulos ir tirando en barco y se quedó sin medio de transporte y las circunstancias se tuvieron que aguantar y el camino sobre el mar Jesús decidió alimentar a 5.000 y sólo habían unos pocos panes y unos pocos peces y a los panes y los peces no les quedó más remedio que multiplicarse porque él había querido alimentar a esos 5.000 Jesús quiso salvar a personas que no creían en Él, pecadoras, rebeldes, y a los pecadores no nos queda más remedio que rendirnos ante sus pies. Porque Dios, cuando Dios hace las cosas, las circunstancias se aguantan. Dios es incomovible, las circunstancias a Él no le cambian. Él es el único que es libre, verdaderamente libre. Las personas no paran de pretender ser autónomas, ser libres en sí mismas y en su propia opinión, ¿verdad? No, es que yo hago lo que quiero. Bueno, tú haces lo que puedes. Y tú haces lo que puedes y haces lo que puedes en base a tus circunstancias. En base a cuánto dinero tienes, en base a cuánto tiempo tienes, en base a cuán joven eres y ya no puedes hacer según qué cosas. Tú no paras de estar condicionado, pero él es el único que es libre verdaderamente. Él es el único, además, que está fuera del pecado, que el pecado no le condiciona, que el pecado no tiene potestad y poder sobre Él. Él es el único que es auténticamente libre para hacer lo que Él quiere sin ningún tipo de ataduras. Dios es soberano y Él nos escogió libremente. simplemente para mostrarnos su amor y que disfrutemos de él. Dice nuestro texto para que fuéramos hijos adoptivos suyos. Fíjate cómo sigue nuestro texto, dice, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo según el puro afecto de su voluntad. según el puro afecto de su voluntad. Dejadme que meditemos en estas palabras. Esta palabra, puro afecto, es una palabra muy importante en el griego. Es eudoquia, ¿vale? Esta palabra es la misma palabra que utiliza Dios el Padre en el bautismo de Jesús y en la transfiguración cuando se oye una voz desde los cielos que dice, este es mi hijo amado en quien tengo complacencia. Hace unos meses prediqué sobre ese texto y hablamos de que Dios tiene su complacencia, que Dios tiene su gozo puesto en la persona de su Hijo. Pero este texto nos revela que Dios tiene puesto su gozo en hacer su voluntad. Su voluntad que es un bien para con nosotros. Su voluntad en este contexto es escogernos a nosotros. Dios se goza en su Hijo para la salvación de su pueblo. Pero esas palabras, eudoquia y celema, beneplácito, puro afecto y voluntad, se vuelven a repetir más adelante. Fijaos cómo sigue nuestro texto más adelante. Dice, dándonos a conocer el misterio de su voluntad según su beneplácito. Y aquí se han cambiado estas dos palabras, se han cambiado de orden. En primer lugar, Pablo nos está diciendo, mira, Dios salva a quien quiere, como quiere, y Él se goza en hacer Su voluntad. Pero ahora, más adelante, nos revela el misterio de Su voluntad, que es que se goza en que le conozcamos. Él se goza en que le conozcamos. Estaba el pastor Jairo esta mañana hablándonos del conocimiento de la voluntad de Dios expresado en su palabra y eso es donde Dios tiene su gozo. ¿Tú sabes lo que quiere que hagas Dios? Que te goces en conocerle, en conocer el misterio de su voluntad, que te goces en conocer su evangelio, lo que él ha hecho por ti. Ahí Dios es donde se complace, cuando exaltamos y nos admiramos de la obra de Cristo. Cuando entendemos que no fue un ramo de flores, que fue una muerte en aquella cruz lo que Él nos entregó, y que no fue una tarjeta sino que fue una carta preciosa de amor, una declaración de amor que Él nos hizo y que Él escribió en la eternidad cuando ya pensaba en ti. Dios hace lo que quiere según su voluntad. Su voluntad es que conozcas lo que Él quiere. ¡Qué precioso es esto para nosotros! Otro detalle más que nos perdemos en las traducciones, por no Sabéis que nuestras traducciones son muy buenas y son fieles a la palabra, pero hay detalles y hay matices que muchas veces se pierden del original, ¿verdad? Y es uno de los detalles que no se capta en la Reina Valera ni en otras versiones que he estado mirando, es el énfasis que Pablo hace en la palabra nosotros. En el original griego hay un montón de veces que Pablo pone nosotros y que no hacía falta ponerlo porque ya se entendía por el tiempo de los verbos que estaba hablando de nosotros. Pero lo pone con el único objetivo de dar énfasis. Así que yo me he permitido hacer una pequeña paráfrasis y poner la palabra nosotros con el énfasis que entiendo que Pablo la estaba poniendo para que veamos lo personal que es este texto cuando habla del amor de Dios para con nosotros. acompañarme en la lectura dice bendito sea el dios y padre de nuestro señor jesucristo que nos ha que nos bendijo a nosotros con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en cristo según nos escogió a nosotros en él antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha delante de él el amor habiendo sido predestinado nosotros para ser adoptados a su hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para la alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo a nosotros, aceptos en el amado, en quien nosotros tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados, según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros, en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer a nosotros el misterio de su voluntad. ¿Os dais cuenta cuánto énfasis está poniendo el apóstol Pablo en lo personal que es el amor de Dios para con nosotros? Dios no trazó un plan de salvación para quien quisiera. Él estaba pensando en su esposa. Él estaba pensando en ti con nombre y apellidos. Él cuando estaba muriendo en la cruz lo estaba haciendo por ti. Y cuando vemos lo profundo del amor de Dios, nos maravillamos. Somos transformados. Nos enamoramos de Él, como ese buen galán que sabe cómo conquistar a su dama. Nos enamoramos de tal acto de amor. Y ahora no queremos hacer otra cosa que vivir para Él. Ese es nuestro Dios. A pesar de que tenemos un gran énfasis en este texto en nosotros, Y como decía Jair en esta mañana, debemos recordar que nosotros no somos el centro del universo, ni nosotros somos el centro de este texto. Todo lo contrario. Y esto sí lo capta bastante mejor nuestras versiones. El centro de este texto es Cristo, ¿verdad? Es en Él que fuimos predestinados, es en Él que tenemos redención, es en Él y en Su sangre que tenemos el perdón de los pecados, es en Él y es por Él y es para Él. y Dios se goza en que conozcamos cuál es su voluntad, cuál es su plan. Pero también nos revela en este texto cuál era su plan, ¿verdad? Dice, dándonos a conocer, versículo 9, el beneplácito, dándonos a conocer el misterio de su voluntad según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así la que están en los cielos como las que están en la tierra. ¿Recuerdas cómo empieza la Biblia? En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Ahí nos habla de lo que hizo Dios al principio, ¿verdad? Aquí nos está hablando de para qué. ¿Cuál es el propósito? ¿Por qué Dios creó los cielos y la tierra? con el fin de, en el cumplimiento de los tiempos, esto es, en la venida de nuestro Señor Jesucristo, cuando Él vino a este mundo, reunir todas las cosas en Cristo. Cristo, toda la creación, todo lo creado, al final le va a dar gloria a Él por lo que Él ha hecho. El propósito de que haya existencia es que creyentes y no creyentes al final doblen sus rodillas ante aquel que es el centro, para el cual fue creado el cosmos, por quien fue creado y para el cual fue creado, para Cristo Jesús. En el principio Dios creó los cielos y la tierra y los creó para ponerlos en los pies de Cristo. Esto nos habla de la grandeza y de la soberanía de Dios. Pero recuerda que este texto está escrito porque Dios se complace en que tú y yo lo sepamos, que tú y yo adoremos a Jesús por quien él es y por lo que él ha hecho por nosotros. Dejadme tener unas palabras de aplicación para el texto que estamos meditando hoy. En primer lugar, como vengo diciendo, estas palabras han sido reveladas no para ser más inteligente que los demás, no para que le eches un vistazo a la eternidad pasada. ¿Qué sabes de la eternidad pasada? No demasiado, ¿verdad? De la futura sabemos cosas y ahí tenemos nuestra esperanza, pero de la pasada sabemos más bien poco. Y este texto no es para que tú sepas cosas que no entiendes y que trascienden. Este texto es sólo para que sepas una cosa. ¿De qué manera ama Dios? ¿De qué manera ama Dios? Hermanos, el problema de no confiar en la soberanía de Dios o de no creer en la soberanía de Dios o en cuestionar la justicia de Dios al escoger a unos para salvación y a otros para condenación, el problema de eso fundamental es que estamos rebajando la calidad del amor de Dios. No tiene tanto que ver con debates filosóficos, no tiene tanto que ver con cuestiones sobre la responsabilidad humana, tiene que ver con el tipo de amor y con lo que significó la obra de la cruz en el Calvario. Por eso es tan importante que nosotros entendamos cómo nos salvó Dios, cómo nos amó Dios en la eternidad. En segundo lugar, este texto fue revelado para que te arrepientas. Este texto nos está hablando de la enorme cantidad de bendiciones que hay para aquel que cree y nos está mirando de reojo a aquellos que no creen. y le está diciendo no va a haber otra salvación, no va a haber otra manera de estar a bien con Dios, de complacer a Dios si no te arrepientes y crees en el Evangelio. Si no adoras a su hijo, si no te rindes a sus pies, tú estás en serios problemas con el Creador. Arrepiéntete y cree. Arrepiéntete y cree. Por último, en términos generales, vuelvo a decir lo del principio, estamos ante una doxología. Un texto que fue escrito para exaltar la gloria y la grandeza de Dios, para que nosotros, al ver todas estas verdades, ¿qué tengo que hacer yo ahora, en esta semana, con lo que Samuel ha dicho? Yo ahora lo que tengo que hacer es quedarme abrumado, no por lo que Samuel ha dicho, sino por lo que pone el texto, por las grandes maravillas de Dios y adorarle en obediencia. Fíjate que el peso de nuestro texto está en que creamos en lo que él ha revelado. El centro de nuestro texto está en que nuestra confianza esté puesta en Cristo, porque ahí Dios el Padre es donde se goza. Mira, en otras religiones se devanan los sesos para saber qué es lo que agrada a Dios y se esfuerzan para agradar a los dioses, sean sacrificios, sean rituales, sean votos, sea lo que sea. Si hay un Dios, yo tengo que hacer, yo tengo que esforzarme en agradarle. ¿Sabes cómo te tienes que esforzar tú para agradar al Dios Todopoderoso? ¿Al único Dios verdadero? Si te quieres esforzar en algo, esfuérzate solo en creer. Si te quieres esforzar en algo, esfuérzate en creer. Mira, si tú crees que este libro es verdad, que este libro es la palabra de Dios, tú lo vas a devorar. Si tú crees que Dios es el soberano, como estamos viendo, el que tiene el control sobre todas las cosas, sobre lo bueno y sobre lo malo, Él es el Señor, si tú crees esto, tú vas a devorar cada día. tú no vas a querer hacer las cosas por tu cuenta. Lo que tenemos que hacer es crecer en fe. Si te quieres esforzar en algo para agradar a Dios, esfuérzate en creer cada día más en el Evangelio, en creer en que no son tus obras las que te hacen justo delante del Padre, en que no hay nada en ti de valor para agradar al Padre. Sólo puedes hacerte dueño de lo que le agrada al padre, que es la obra perfecta de su hijo, por medio de la fe. Porque este es el propósito de Dios, que le conozcamos a Él. Dice Juan, y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero. Esa es la vida eterna. esfuérzate en creer y todo lo demás va a ser consecuencia va a ser una vida congruente vivir en santidad si yo creo que este libro me enseña a vivir yo voy a buscar la sabiduría para vivir en este libro y no lo voy a buscar fuera lo voy a buscar en la palabra yo voy a buscar el consejo de dios para tomar decisiones Yo voy a buscar el consejo de Dios para saber cómo tengo que conducirme en el trabajo, para saber cómo debo conducirme en la iglesia, para saber cómo debo compartir el evangelio. Yo voy a buscar el consejo de Dios para todo. Yo voy a buscarlo en oración, porque sé que soy débil, porque sé que no entiendo todas las cosas, porque sé que estoy necesitado de que Él me apoye y sé que Él es el soberano. Y no sólo sé que Él es el soberano, sé que Él es por mí. Él es soberano, pero Él es por nosotros. Dios todo lo puede, pero Dios nos ama. Y tú puedes saber que hay un Dios que todo lo sabe, intelectualmente. Pero cuando confías en el amor perfecto de Dios, Cuando haces ese ejercicio de fe, no solo Dios es todopoderoso, sino Dios es bueno, entonces es cuando obedecer es sencillo. Porque sabes que va a ser sí o sí para tu bien. Para esto se nos revelaron estos misterios. Hermanos, tengamos bozo. El Señor ha vencido. Siempre estuvimos en sus manos. Nunca... Una frase que me encanta, que la escuché a José de Segovia en una ocasión es, ¿sabes por qué el amor de Dios nunca va a terminar en ti? O sea, el amor que Dios te tiene nunca se va a acabar, porque nunca empezó. Dios siempre te amó desde la eternidad. Cuando vemos estas verdades eternas, deberíamos salir abrumados tremendamente y transformados, enamorados por el Esposo y ahora queriendo vivir solo y únicamente para Él. Que el Señor nos ayude. Señor, muchas gracias por ese amor tan personal que tú has tenido para con nosotros, Señor. Gracias porque no se quedó en un plan ideal en la eternidad, sino porque tú te encarnaste y viniste a morir por pecadores que no te queríamos, Señor. Gracias por tanto amor para enemigos tuyos, Señor, como somos nosotros. Te pedimos salvación y te pedimos redención de nuestra mala manera de vivir, Señor. Porque aunque somos creyentes, tantas y tantas veces no confiamos en Ti. Necesitamos crecer en fe para que la verdad de Tu Palabra cada día nos transforme más, Señor. Y seamos moldeados a la imagen de Tu Hijo, Señor. Porque esa es Tu voluntad. Que nos gloriemos y nos maravillemos de lo hermoso de tu Evangelio, de lo hermoso de tu persona y que disfrutemos de ti para siempre. Gracias, Señor, por tal privilegio. Ayúdanos a vivir conforme a la verdad de tu Evangelio, porque te lo rogamos en el nombre de Cristo Jesús. Amén.
El gran plan trazado y cumplido
ప్రసంగం ID | 1129182228246511 |
వ్యవధి | 43:10 |
తేదీ | |
వర్గం | ఆదివారం సర్వీస్ |
బైబిల్ టెక్స్ట్ | ఎఫెసీయులకు 1:3-10 |
భాష | స్పానిష్ |
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