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es nuestro deber como cristianos, ¿verdad? Y en Efesios 6, 11 y 12, si usted quiere ir rápidamente ahí, puede, y si no, solo escucha, ¿verdad? Ahí está hablando el Señor de que nosotros necesitamos una armadura. Y la razón es, ¿por qué necesitas una armadura? Bueno, necesitamos una armadura, pero no solo Dios está requiriendo que usted se ponga una armadura. Él está ofreciendo su armadura. No está diciendo, vístete, ponte una armadura, la que tú quieras, la que a ti te guste. Porque a nosotros nos gustan muchas cosas que parecen buenas, pero no son muy buenas. Entonces, Él quiere que nosotros nos pongamos su armadura. Entonces, la pregunta sería, ¿por qué Dios quiere que yo use una armadura? Bueno, quiero decirte, Que Dios sabe que nosotros tenemos una lucha. Y como nosotros tenemos una batalla y una lucha, Él quiere que usted, yo, nos vistamos con una armadura, cualquiera, con su armadura. Entonces, porque tenemos un enemigo, y ese enemigo es el diablo. El diablo, hermanos, quiero decirles que el diablo vino para destruirnos. El diablo no vino solo a ver qué hacía porque no tiene mucho tiempo de sobra y a ver si puede jugar con alguno de nosotros. El diablo quiere destruirte a ti, me quiere destruir a mí. ¿Cómo es que el diablo te va a destruir? Bueno, hermanos, la maldad es tanta como Mateo 24, 12 dice que la maldad se está aumentando y por haberse aumentado la maldad, el amor de muchos se enfriará. ¿Por qué se enfriará? Porque cada vez la maldad es más grande que parece que está apagando el amor de Dios. Ya no tenemos el amor por el prójimo, ya no tenemos el amor por nuestros hijos, por nuestra esposa y por todos los hermanos en la iglesia. Ya no tenemos tanto ese amor porque la maldad cada vez es más grande y más grande que ya parece ser que nuestro amor se está enfriando. Y digo esto porque no necesitamos hablar tanto, sólo necesitamos mirar a nuestro alrededor. Y tú puedes mirar que los que estaban antes ya no están, los que venían fieles ya no vienen tan fieles, porque el amor de muchos se está enfriando y ya no tenemos ese amor. Parece como que todas las circunstancias que nos están rodeando ahorita nos están ahorillando a que nos vayamos enfriando cuando no estamos leyendo la Palabra de Dios, no estamos orando, no buscamos tener comunión con Dios. Entonces, cada vez más y más parece que todo lo que pasa a nuestro alrededor nos está obligando a enfriarnos. Por ejemplo, todo lo que está pasando hace ya casi dos años con esta enfermedad y muchos parece que es el pretexto perfecto para ya no venir a la iglesia. Si algunos están mirando ahora, Creo que, y si puedes estar aquí, deberías estar aquí. Y si no estás aquí, es porque tu amor se está enfriando, ¿verdad? Algunos pueden estar mirando en línea ahorita, pero no están enfermos. Simplemente dijeron, no quiero ir por la tarde a la iglesia y no voy a ir, y ya no vinieron. Pero no es porque están enfermos, porque tienen una debilidad. Si están trabajando, pues están trabajando y no vamos a juzgarles por eso. Pero si pueden venir, deberían estar aquí. Porque son hijos de Dios y es su deber como cristianos estar en la iglesia. Pero ellos no piensan, no creen que tienen un enemigo. Ellos piensan que están de vacaciones. Los cristianos no tenemos vacaciones. Ahora, no me malinterpreten. No quiero decir que no pueden ir y pasar un tiempo con su familia. No. No estoy diciendo eso. Estoy hablando en general que todos los cristianos a veces pensamos que estamos de vacaciones. y sólo vamos a ir el domingo a la iglesia y algunos dicen por ahí que son miseros porque sólo vienen por la mañana. Algunos cristianos sólo han cambiado de templo porque siguen con el mismo pensamiento que cuando eran católicos, sólo venir por la mañana, ya cumplieron, ya no regresan hasta el otro domingo. Y es lo que hacían cuando eran católicos, la mayoría es lo que hacían. Entonces, tenemos que tener en cuenta que el diablo no viene para jugar con nosotros. El diablo te quiere destruir a ti. Me quiere destruir a mí. ¿Cómo es que nos quiere destruir? Bueno, en Génesis 3.1 el diablo vino a Eva y le engañó diciendo con que Dios ha dicho que si comes de ese fruto morirás. Pues no es así. ¿Sabes qué? El diablo viene a nosotros cada día engañando engañando a cada uno, diciendo con que Dios dice que tú tienes que ir a la iglesia. ¿Por qué tanto ir a la iglesia? No tiene que ser así. Tú no tienes que estar en la iglesia. Tú vas a ir a trabajar mañana. Tienes que descansar. Tienes que hacer muchas otras cosas. Dios te entiende que estás cansado y no tienes que ir. Él entiende. Bueno, no creo que Dios entienda eso. Porque si nos ofrecieran trabajar domingo, No importa que ya trabajamos toda la semana, hasta tarde iremos a trabajar porque nos van a pagar. No estamos confiando que Dios nos paga mejor. ¿Verdad? Entonces el diablo nos quiere destruir engañándonos como hizo con Eva, que toma de eso y serás como Dios. No necesitas ir tanto a la iglesia. Entonces nos está destruyendo. El diablo quiere destruir a cada persona, pero quiere destruir las familias. ¿Por qué el diablo quiere destruir las familias? Porque la sociedad está formada por familias. La iglesia está formada por familias. ¿Por qué creen que tenemos una sociedad donde todo está con los pies para arriba? Porque no hay familias fuertes. Y una sociedad está formada por familias. Y si no hay buenas familias, no hay una buena sociedad. ¿Por qué la sociedad sufre tanto? ¿Por qué hay tanta violencia? Porque no hay familias. Ya no hay familias. Entonces, cuando no hay una familia, no hay una sociedad. Y cuando no hay una buena familia, no hay una iglesia fuerte. Entonces, el diablo no está aquí jugando. El diablo sí te quiere destruir de verdad. Pero nosotros pensamos que el diablo nos quiere destruir, que no nos va a hacer nada. Pues, quiero decirte que el diablo dice la Biblia que es como un león rugiente que anda buscando a quien devorar. O sea que el diablo no es un gato muy mansito. El diablo no quiere ser tu amigo. El diablo te quiere destruir. Tienes que tener eso en mente. El diablo no está preocupado por atacar a la familia dentro de la iglesia con enemigos de afuera. No. El diablo ya está atacando la familia, de dentro la familia. ¿Qué estoy diciendo con esto? Bueno, que el diablo está atacando nuestra familia adentro ya. Ya está dentro muchas veces de nuestra familia. Y ahí nos está atacando. ¿Cómo nos está atacando? Bueno, con nuestros propios hijos, con nuestro esposo, nuestra esposa. Entonces, ¿qué está pasando? Bueno, ya él está destruyendo el núcleo familiar. ¿Por qué? Porque el núcleo es lo que sostiene nuestro planeta Tierra, pero también el núcleo familiar es lo que sostiene la unidad en la familia. Pero si el diablo destruye la unidad, estamos perdidos. Déjame decirte que el diablo cuando viene a tu familia y la destruye, destruye la sociedad y la iglesia. No hay nada bueno. El plan de Dios siempre ha sido que la familia sea fuerte para tener un mundo mejor. Pero no lo tenemos porque cada familia hace lo que quiere. Ya estamos, la maldad es tanta que el amor se está muy frío ahora y ya no nos preocupamos por nuestros hijos. Parece ser que si yo le pregunto a un padre aquí y le digo, ¿cuál es el deseo más grande para tu hijo? Cualquier padre aquí me diría lo mejor. Yo quiero lo mejor para mi hijo. Mira, déjame decirte que si tú eres un cristiano, tú debes traer a tu hijo a la iglesia. Amen. Eso es lo mejor. Así es. Si tu hijo no viene a la iglesia, es porque tú no le amas. Si tú no lo traes a la iglesia, es porque tú no amas a tu hijo. Hoy en día el hijo golpea al padre, golpea a la madre, le grita y hace y deshace, porque los padres no estamos haciendo el trabajo de padres. Entonces no hay respeto. Si usted va a Efesios 6.1, dice ahí, hijos, obedecer al Señor a vuestros padres, ¿verdad? Obedecer en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. ¿Por qué un hijo tiene que obedecer a su padre? Porque es justo, es justo que cada hijo, cada joven, obedezca a su padre porque él le da de comer. Eso es justo porque tú vives en su casa y porque tú vives en su casa tienes el derecho de obedecer a tu padre por respeto. Pero no hay respeto. Ya no hay respeto. Versículo 2 dice, honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien. Eso es una promesa de parte de Dios. Ahora, ¿por qué están pasando tantas cosas? Bueno, esta promesa se la dan nuestros hijos. Pero nuestros hijos ya gritan a los padres, ya hay hijos que golpean a sus padres, golpean a sus madres, levantan la voz. ¿Por qué? Porque están desobedeciendo a Dios. No hay un temor de Dios. No hay amor a Dios. Porque la maldad dentro de allá, no hablo de los de afuera, estoy hablando de la iglesia. Dentro de la iglesia ya la maldad también es grande. Cada cristiano estamos siendo separados. Ya no estamos interesados en buscar a Dios cada día. ¿Por qué? Porque estamos tan involucrados en otras cosas que no nos importa. Y déjeme decirle por qué el hijo no respeta al padre y a la madre. Porque Efesios 5.21 dice así, Someteros unos a otros en el amor, en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al Señor. Cuando el hijo no obedece al padre o a los padres, la mujer no se sujeta a su marido o respeta a su marido, el diablo ya está dividiendo a tu familia. Si tú tienes esos problemas, el diablo ya empezó a dividir a tu familia. El diablo no vino para ser nuestro amigo. El diablo quiere destruirnos. Ese es su trabajo. Entonces ya empezó a trabajar, ya empezó a dividir a tu familia. No dejes, hermano, no dejes que el diablo divida a tu familia. Claro que nuestros hijos son rebeldes a veces. Sí, yo sé. Empiezan en una edad donde empiezan a querer decir yo, ya, como que empiezan, ¿verdad?, a sentirse un poco más, como más fuertes, como que ya las pueden, ¿verdad? Pero no, no dejes, hermano. No, eso no es verdad, eso no es así. Tenemos la palabra de Dios. Tú tienes que venir con la palabra de Dios a tus hijos. Enseñarles la palabra de Dios para que eso no suceda. No dejes que tu familia sea dividida. Para los que tienen hijos pequeños, tienen una gran bendición. Tú tienes todo, todo por delante. Tú tienes eso en tus manos. Tienes la gran bendición de poder instruir a tus hijos. en la palabra de Dios, en los caminos de Dios. Tú quieres lo mejor. Yo sí te pregunto, ¿te gustaría tener hijos para el diablo? ¿Te gustaría tener hijos para él? Tú dirías que no. Pero si no los traes a la iglesia, si no les enseñas la palabra, estás creando hijos para el diablo. ¿OK? Entonces, muchas veces, hermanos, miren, el diablo nos destruye cuando nos empieza a dividir. Yo me gusta mirar mucho los programas de vida salvaje y un día estaba mirando cómo un coyote puede comerse a una cría de un bisonte. Imagínense, un coyote es un perro pequeñito y la cría de un bisonte yo creo que pesa unas 150 libras. ¿Pero sabes cómo empieza ese coyotito? Y nadie dice ahí, en el reportaje, que nadie le toma en cuenta. Los padres de esa cría no le toman en cuenta. Porque es bien pequeñito. ¿Qué le puede hacer a mi hijo, vamos a decir, a su cría? ¿Qué le puede hacer? Nada, porque es bien pequeño. No es ni la mitad de la cría de fuerte. Entonces, ¿qué puede hacerle? Nada. Y deja que empiece a jugar. Y el coyote empieza a jugar con la cría del bisonte. Y empieza, y la cría así lo sigue, lo empieza a seguir. El coyote empieza a huir y la cría lo sigue, lo sigue, lo sigue y lo empieza a apartar de su manada, de su madre. Y una vez que lo aparta, lo muerde en un lugar específico y lo paraliza y ahí se lo devora. ¿Sabes qué está haciendo la madre? Ay, eso no es tan peligroso. Que juegue un rato. Yo voy a pastar aquí. ¿Sabes cómo estamos los padres hoy en día? Vamos a dejar a nuestros hijos. Eso no es peligroso. Está bien, tiene eso, pero su teléfono ahí no es tan peligroso. Está bien, fue con ese amigo, con esa amiga. Eso no es peligroso eso. Está bien. Son cristianos, son amigos de la iglesia. Tienes que tener cuidado también. No todos los que... Muchas veces tienes que tener mucho cuidado. No todos los jóvenes quieren buscar a Dios. No todos están interesados en buscar a Dios. No todos están interesados en ser santos delante de Dios, entonces tenemos que tener cuidado. Entonces vemos que esa cría es devorada porque la madre de esa cría no puso atención, estaba pastando ahí, no pasa nada. Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde, su cría estaba muerta. ¿Cómo un león devora a un búfalo? ¿Saben cómo? Apartándolo de la manada. Y el león empieza a mirar entre la manada que hay un búfalo que está enfermo, es débil, tiene un defecto en un pie, cojea. Algo tiene, no sé cómo son los leones de astutos, pero eso es el diablo. David Levy compara al diablo con un león. Dice, el diablo anda como un león buscando a quien devorar. Mira, el diablo conoce cada uno de nosotros. Me conoce a mí, me conoce a ti, y sabe de qué pie cojeas. sabe tu debilidad y te va a demorar si te dejas y no solo eso, va a destruir a tu familia si tu se lo permites el diablo no puede destruir a tu familia si tu no se lo permites si tu familia es destruida es porque cada padre y cada madre aquí le estamos permitiendo al diablo que nos destruya nuestros hijos Mateo 12, 25 Dice que una familia no dividida no puede prevalecer. Una ciudad que está dividida no prevalece. Si una familia está dividida, no puede prevalecer. Si un padre jala para un lado, los hijos jalan para otro lado, y nadie está de acuerdo dentro de la casa, quiero decirte, el diablo ya dividió tu casa. Y el diablo ya te está destruyendo. Y tú no te has dado cuenta. Tú estás pastando ahí. y alimentando, y haciendo, y deshaciendo, pero tú no te has dado cuenta. Hoy está el diablo destruyendo nuestras familias, ¿por qué? Porque ambos padres estamos tan ocupados y trabajando, porque queremos, queremos, queremos, queremos, y queremos, y creemos, y nunca es suficiente. Nunca es suficiente. Entonces, nosotros podíamos, bueno al menos yo podría tener una casa, vivir en una casa más cómodo y tener algo mejor, pero tendría que pagar un precio. Cada uno de nosotros tenemos, escuchen bien, tenemos que adaptarnos a lo que Dios nos da. Si Dios te da para pagar una casa, qué bendición, la puedes pagar. Pero no vendas a tus hijos por una casa. Jamás tengas deudas que no puedes pagar y jamás agarras deudas si tienes que descuidar a tus hijos. Así es. Pongan una balanza, una casa y tus hijos. ¿Qué vale más? ¿Y saben qué hacemos? Dejamos nuestros hijos todo el día en la escuela y queremos que en la iglesia el día domingo nos los eduquen y que salgan bien. ¿Sabes por qué Dios le dio padre a nuestros hijos? para que los instruyamos en sus caminos, si no les hayas dado una piedra para que fueran sus padres. No, Dios dio padres para que esos niños sean instruidos en sus caminos y nunca se aparten de ellos. ¿Sabes con qué compensamos que estamos bien ocupados? Con darles cosas a nuestros hijos. Con darles cosas. Y cuando Efesios dice, no desesperéis a vuestros hijos, Es chistoso que nuestros hijos, el otro día Jonathan me dice, ¿recuerda lo que dijo el pastor? No me haga enojar. Quiero que sepas que la Biblia no enseña eso, porque me estás haciendo un versículo, me lo estás sacando de contexto. Y eso es un pretexto. Así es. Realmente los jóvenes los molestamos, hermanos, cuando ahí dice la Biblia, no desesperéis a vuestros hijos. Se refiere a estas cosas. Se refiere a que nosotros no estamos siendo buenos ejemplos para ellos. Y nosotros demandamos algo que no estamos queriendo hacer. La familia es muy importante. Todas las familias son importantes. Hermano, ¿sabes qué estás creando? Dicen por ahí, son una palabra, la escuché el otro día, que estamos creando una generación de ninis, jóvenes ninis. Se me llamó la atención porque dice, ni estudian, ni trabajan, ni obedecen. ¿Y sabes por qué? Porque ahí está el joven en la casa, no estudia el niño, ¿verdad? Porque a veces el papá lo quiere por ahí llamarle la atención y sale hermano. Deja a mi niño, 35 años tiene. Es su bebé. Hermanos, sí quiero que vayan aquí a Segunda de Timoteo 3, 1 y 4. Ahí sí, quiero que vayan. Segunda de Timoteo 3, 1 y 4, dice así, también debes saber esto, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, ábaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos. ¿Qué va a haber en estos tiempos? Estamos viviendo tiempos peligrosos, ¿no? Habrá hombres amadores de sí mismos. Hermanos, hay mucha maldad. Y agregue eso que nosotros los padres cristianos no estamos haciendo el deber de padres como cristianos. Cuatro, traidores, impecuosos, impactuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad pero negarán la eficacia de ella, a estos evita. Pero ¿cómo vamos a poder evitar esta clase de personas si los tienes viviendo en tu casa? Que son tus hijos, que no quieren nada con Dios. ¿Cómo? ¿Cómo los evitas si los tienes en tu casa? ¿Por qué? Es que, hermano, dice la Palabra de Dios, ¿herencia de Jehová son quiénes? Los hijos. ¿No dice tu casa? ¿No dice tu carro nuevo? Nada. Nada trajimos a este mundo y sin duda nada sacaremos de este mundo. Pero algo que sí puedes llevar son tus hijos. Tus hijos sí los puedes llevar a Dios. Tu casa no. Tu carro tampoco. Tienes una gran bendición si tienes tus hijos pequeños. Porque los puedes llevar al cielo. Pero esa decisión es tuya. y mía, de nadie más. El diablo quiere destruir tu familia y él no quiere que lleves tus hijos al cielo. Cuando tú te casaste, ¿te casaste planeando tener hijos para el diablo? No lo creo. Pero sin duda lo estás haciendo si no haces el deber que tienes que hacer como padre. No dejes que el diablo te engañe. No dejes que el diablo te dé cosas. No dejes que el diablo te dé lo que tú quieres. Se dice que en una ocasión se juntaron varios demonios para destruir a cristianos. Y dijeron, hemos hecho bastante y no lo hemos podido destruir. Y dijo uno, si matamos a su líder, se destruye. Se acabó. Mataron a Jesús. Jesús resucitó y ahora los cristianos son más fuertes todavía. Entonces más adelante dijo otro, no pues fracasamos, pero si les perseguimos, y dijo otro, y si les matamos, y dijo otro, y si los matamos cruelmente para que todos puedan mirar el miedo que les podemos infundir y de esa manera acabaremos con ellos. Se juntaron varios, entonces empezaron la persecución a la iglesia, a matarlos, a echarlos a los leones, y ¿saben qué pasaba? Más se crecían. Entonces por allá no es quién estaba uno, bien callado, nadie lo tomaba en cuenta, parecía que era el demonio más tonto. Y dijo, si me dejan opinar, yo voy a decir algo. Y dijo, adelante, ya nosotros fracasamos. Dice, si les damos a ellos todo, y dijo, estás loco tú. ¿Cómo que si les damos todo, si lo que queremos es destruirlos? No, dijo, si les damos todo lo que ellos quieran, los vamos a destruir. Y no es cierto. Y no es cierto que nos... Yo hablo por mí, yo estoy hablando por mí mismo, no quiero hablar por nadie. No es cierto que si nos da... tenemos más cosas... de Dios. ¿Te acuerdas cómo llegaste a este país? ¿Te acuerdas dónde vivías? ¿Te acuerdas dónde dormías? ¿Te acuerdas qué carro manejabas? ¿Te acuerdas? Y hoy en día? Y no es cierto? Entre más tienes, más te apartas del Señor. No podemos ver las bendiciones ya de parte de Dios hacia nosotros, sino que entre más tenemos, más nos apartamos. Más nos apartamos. David dijo, Señor no me des poco para que no te maldiga, pero tampoco me des mucho para que no te maldiga. Entonces, hermanos, en Romanos 1.21, pueden ir ahí, Romanos 1.21. Ahora hermanos, quiero enfatizar algo que tenemos que enseñar a nuestros hijos la palabra de Dios. Quiero hacerte una pregunta. Quizá me estoy adelantando a esto porque quizá no voy a tener mucho tiempo. ¿Cuándo fue la última vez que te juntaste con tu familia a leer la Biblia en la mesa. No contestes. Si tú no lo hiciste o no lo has hecho, quiero decirte que el diablo está destruyendo tu familia. Te estás olvidando de lo principal. No estás con tu familia enseñando la Biblia. No le estás enseñando el temor de Dios. Y si no lo estamos haciendo, nuestros hijos van a sufrir las consecuencias. Dice aquí Romanos 1.21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se embalecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios. Nuestros hijos conocen o saben de Dios desde que son pequeños. Porque les hemos traído a la iglesia desde pequeños, la mayoría de nosotros. Conocen de Dios, saben de Dios. Pero llega un tiempo que parece que no saben nada. Y parece ser que son más sabios que Dios. ¿Sabes qué? Es algo duro mirar que los jóvenes solo llegan a salir la high school y ya no quieren nada con la iglesia. Yo te pregunto, ¿será porque son bien rebeldes o será porque los padres no hicimos el trabajo que deberíamos haber hecho? ¿Por qué hay niños en la iglesia pero no hay jóvenes en la iglesia? Porque los niños tú los puedes traer y les dices, vas y vas a ir, ir bien, pero al joven ¿Por qué la iglesia está llena de niños, y adultos, y ancianos, pero jóvenes? ¿Tú tienes hijos jóvenes? ¿Dónde están? Si no están aquí, tú sabes por qué no están aquí. Pero yo te digo, de acuerdo a la Palabra de Dios dice aquí, profesando ser sabios se hicieron necios, porque ya una vez que van, salen de la calle, ya parecen ser que son muy sabios, y ya no quieren nada con el Señor. 23. Y cambiaron la gloria de Dios, el incorruptible, en semejanza de imagen del hombre corruptible, de aves, de ecuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios les entregó a la inmundicia en las concupiscencias de sus corazones, de modo que se deshonraron entre sí sus propios cuerpos. Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra la naturaleza. Naturaleza. Y de igual, y por el que es contra naturaleza aquí. Y el 27, y de igual modo también los hombres dejaron el uso natural de la mujer. se encendieron en sus lascivias unos como otros cometiendo hechos vergonzosos. Quiero decirte que tus hijos son un prospecto a hacer todas estas cosas porque han conocido de Dios. Ponte a pensar, no dice los de afuera, no, sino que conocieron de Dios. Mira, aquí los tuviste en la iglesia. Ahora dice que no creen nada de Dios. Ahora no quieren venir a la iglesia. Déjame decirte a ti, padre. Si nuestros hijos están como están, no es culpa de tu esposa, es culpa de nosotros los varones, los hombres de la casa. Porque nosotros ya no estamos haciendo lo que Dios nos mandó a hacer. Y como no estamos haciendo eso, ¿quién es el que debería decir, vamos a leer la Biblia? ¿La esposa o el padre? ¿Pero sabes qué? Estamos muy cansados. Sí, sí nos cansamos. Y a veces no tenemos fuerzas para hacernos. Ahora, yo siempre he dicho a mis hijos que mientras ellos vivan en mi casa, bajo el techo de mi casa, van a hacer lo que yo diga. No sé si les he estado lavando el cerebro desde que han nacido, pero siempre ha sido así. No porque yo quiero que sea así, sino porque les enseño la Biblia y les digo, Dios dice esto y esto y esto, y les enseño la Biblia. Ahora, porque tienen por derecho, viven bajo mi casa, entonces tienen que atacar las reglas de mi casa. Y si no quieren, pues pueden irse. Es duro, ¿no? Recuerdo en una ocasión creo que yo dije a mi padre que me iba de la casa, porque mi padre era bien estricto. Ahora digo, qué bueno que tuve ese papá. Pero en ese tiempo pensaba que era bien estricto y dije, ojalá se muriera. No, es serio. Y yo le dije, me voy a ir de mi casa, de la casa. Ya no quiero estar aquí. ¿Y saben qué hizo? Se puso a llorar. No, no se crean. Agarró y dijo, yo te ayudo a empacar. Vámonos. Y yo dije, ay, no. Dije, no. No, si solo estoy jugando. Entonces, ¿sabes qué? Tus hijos te conocen. Hermanos. Tienes que ser un poco fuerte. No tienes que ser débil. No estoy diciendo que seas, ¿verdad? Con amor, pero tienes que ser fuerte. Tienes que ser el hombre de la casa donde tus hijos dicen, no, yo sé que mi papá, si hago esto, me mata. Un día, se me hace que el pastor está diciendo, no, ahora que el hijo ya le responde a su papá. Y por ahí mi hijo le dijo, yo le hago eso y me mata a mi papá. Eso piensa, no lo voy a matar. Pero hermanos, la verdad es que los jóvenes no están aquí porque no los podemos obligar. Ya no los podemos obligar porque no les enseñamos bien. Algunos de nosotros somos tapaderas de ellos. Sabemos que ellos andan mal, que están haciendo las cosas mal y ahí los tenemos. Eso es ser cristiano. Eso realmente es apapachar el pecado. No es que seas un buen cristiano. Ay, es que pobre de mi hijo, ¿a dónde se va a ir? Pues sí, él toma una decisión. Él tiene que pagar el precio. Si tú tomas una mala decisión, tú vas a pagar el precio. Si tú tomaste la mala decisión de no hacer lo que Dios dijo, ahora estás pagando el precio. ¿Verdad? Entonces, me voy a apurar porque creo que ya es tarde. Sí, unos cinco minutos hermanos. Entonces, imagínense hermano, imagínense que su cónyuge, su esposo, porque como no estamos buscando a Dios, nos estamos alejando de Dios, imagínate hermana, que tu esposo te dice, ya no te quiero. ¿Pero qué pasó? No es que ahora quiero a Juan sin miedo. a Pancho Pantera. Pero imagínense, porque aquí dice la Biblia que conociendo a Dios se desviaron, hicieron todo lo contrario y después cambiaron el uso natural. Imagínense, qué desgracia, ¿no? Hermanos, es la realidad, es que eso puede pasar. La Biblia nos lo enseña. Hermanos, ¿Cuán importante es tu familia? ¿Es importante tu familia para ti? Romanos 12, 1 y 2 dice que no te conformes. Pero algunos de nosotros ya nos conformamos y decimos, ya perdí a mis hijos. Ya son grandes. ¿Saben qué? Algunos padres me dan tristeza ajena. Oigan bien, tristeza ajena. Que hay padres que tienen hijos de 6 años, 8 años, 10 años, y los niños hacen a los padres como quieren. Como quieren. y los padres ahí como que no pueden hacer nada yo a veces quisiera sacarme el papo y darles unos fajas pero a los papás y los médicos no, no es cierto pero si me da una tristeza ajena que los padres grandes los padres y el niñito pequeñito y no pueden hacer nada ahora si tu hijo no está aquí y debería estar aquí El diablo está trabajando muy bien en tu casa, y tú le estás permitiendo trabajar al diablo. Después no vengas a llorar y a decir, ay, es que mi hijo no quiere hacer eso, porque tú le estás enseñando. Si tú a veces vienes, a veces no venimos, y podemos venir, no estoy hablando de cuando no puedes venir, pero si puedes venir y no vienes, déjame decirte, estás enseñando muy mal a tus hijos. Estás enseñando que la iglesia, que Dios no es importante. Y cuando crezcan, no esperes que tornen a bien. No esperes un milagro, porque Dios no obra de esa manera. Dios no obra con esa clase de milagros. Dios dice, instruye. ¿Dónde? Al niño, ¿en qué? En su camino, en el camino de Dios. Y cuando sea grande, No se va a apartar de él. Ahora, no quiero decir que los padres que no tienen a sus hijos aquí son malos. No. Porque hay hijos que son rebeldes. Y aunque los padres son buenos, son rebeldes. Yo tengo un padre muy bueno. Pero en cambio, yo soy rebelde. Usted también. Tenemos a Dios. Él es malo. No, Él es bueno. ¿Y cómo somos nosotros? ¿Verdad que somos rebeldes? Ahora, no me lo tomen a mal. No estoy diciendo que usted es un padre malo. También no quiero que la agarren contra mí. Pero sé que ahorita al salir de mi escuela, ya no hay escuela. Pero es verdad que muchas veces no estamos haciendo el trabajo que Dios nos ha mandado. Yo quisiera preguntarte, ¿con qué limpiará? Quiero que me respondan. ¿Con qué limpiará el joven su camino? ¿Pero cómo la va a guardar si no la enseñas? A ver, contesta. Bueno, no me contentes. Quédatelo ahí. ¿Cómo va a guardar? ¿Con qué? ¿Cómo va a limpiar su camino? ¿Cómo va a decir esto no es correcto, esto sí es correcto? ¿Cómo con guardar su palabra? Pero un niño no puede guardar la palabra de Dios si tú no le estás enseñando la palabra de Dios. ¿Se la enseñaste esta semana? ¿Cuántas veces? ¿Oraste con ellos esta semana? ¿Cuántas veces? Dios no va a bendecir tu familia. Dios no va a bendecir tu familia. Bueno, ya se acaba. Hay muchas cosas que hablar. Poco tiempo. El diablo te quiere destruir. Solo quiero decirte eso. El diablo te quiere destruir. El diablo usará cualquier cosa que esté a su alcance para destruirte. Yo te quiero preguntar a ti. Incluso Incluso la iglesia. Algunos de la iglesia para destruir. Hay algunos que ya no vienen y aún tú los visitas mucho. Yo no sé de qué ando a hablar. ¿Sabes? Pablo dijo, cuídate de los mutiladores. Hablamos de los que están dentro. Hermanos, la iglesia es muy importante. Marcos 14, 27 dice, heriré al pastor y las ovejas se dispersarán. El diablo agarra al papá, lo empieza a destruir y la familia se destruye. Dios hizo, lo hizo perfecto todo y desde el principio dijo, el padre es la cabeza y la madre su ayuda idónea y los hijos obedecen a los padres Porque Dios es primero. Pero si el padre no hace lo que Dios dijo, la esposa no se sujeta a su marido, los hijos no obedecen, y es un total caos, un total desastre, y todo se va a terminar. Si tus hijos no están aquí, espero que si son mayores de edad, estén en una iglesia. Y si no están ahí, discúlpame, pero parece ser que el diablo ha agarrado la etaja. ¿Es importante tu familia? Pregunta. ¿Es importante? No contestes. Quédate con esa pregunta. No dejes que el diablo destruya tu familia. No vale la pena tener algo mejor y perder nuestros hijos. ¿Verdad, hermano? Tantas cosas que decir, pero Yo solo quiero decirte que el diablo no está jugando, no quiere ser tu amigo. Hermano, trae tus hijos a la iglesia. Son pequeños, tal vez puedes traerlos. Y si son jóvenes y no quieren venir, no te des por vencido. Sigue orando por ellos, no te conformes. No te moldees. Sigue, sigue. El deseo de Dios es que todos sean salvos. Y si nosotros oramos de acuerdo a la voluntad de Dios, Dios nos oye. Dios contesta la oración. Hermano, tú tienes la decisión, tú tienes todo en tus manos. Vamos a orar. Padre, te doy gracias por tu palabra. Gracias porque en ella nos enseñas lo que necesitamos. Te pido que si en esta noche he ofendido a alguien, con mis propias palabras, que me perdones. Te pido que nos vayamos a casa, llévanos con bien. Pero que vayamos meditando y pensando, el diablo está destruyendo mi casa. ¿Le estoy permitiendo a él destruirme? ¿Se lo voy a seguir permitiendo? Hermano, toma una decisión, pon un alto al diablo y di no más, no vas a destruir mi casa, no vas a destruir a mi esposa, no vas a destruir a mis hijos. Hermanos, agarremos la palabra de Dios y demos al diablo, no le demos al diablo la oportunidad de destruir nuestra familia. Tomen una buena decisión. padre quédate con nosotros, ya nos conviene que ayudamos a tomar decisiones
La Familia Cristiana
సిరీస్ Hogar y Familia en la Biblia
ప్రసంగం ID | 101121421486548 |
వ్యవధి | 42:18 |
తేదీ | |
వర్గం | ఆదివారం - PM |
బైబిల్ టెక్స్ట్ | ఎఫెసీయులకు 6 |
భాష | స్పానిష్ |
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