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Nuevamente, en la granja de Dios, en el versículo 5, Pablo, Apolos y los demás no son más que instrumentos en toda la maquinaria de la salvación. Diáconos, la palabra ministros, siervos por los cuales habían llegado a creer los miembros de la iglesia en Corinto. Ya lo están viendo, no estamos en 1 Corintios 3, 5. Y el hecho de creer es la obra de Dios, según que a cada uno ha concedido al Señor. Yo planteé a Apolo Regomas, Dios ha dado crecimiento, así que ni el que planta es algo, ni el que riega. Son instrumentos que los cuales Dios no tiene que usar. Se acuerda de cómo su mayor obra lo hace cuando tú y yo estamos dormidos. Ya lo vimos, ¿no? Pero esto es nuestro privilegio de ser instrumentos en sus propósitos. Y es Dios que da el crecimiento. En el versículo 8, el que planta y el que riega son una misma cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa. Eso es el tema que nos tiene detenidos. Hemos repasado la lista de esas recompensas conforme a su labor. Pero nosotros en todo esto nunca debemos perder de vista, pues van a ver en el versículo 9, que somos colaboradores en esto. Dice, colaboradores somos, y la idea es juntamente con Dios. Vosotros, labranza de Dios sois, edificio de Dios sois, conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada como Pablo, como el perito arquitecto, puso el fundamento del Evangelio y la salvación en sembrar la iglesia en Corinto. Y luego otros llegaron después de él y edificaron por encima la advertencia. Cada uno ve cómo sobre edifica, porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Todo comienza con la salvación, por gracia, el fundamento es Cristo. Y luego el argumento se amplía, porque ya no son simplemente Pablo, Apolos y otros, en aquel entonces, instrumentos en la obra evangelística en el mundo greco-romano en el primer siglo del cristianismo, sino ahora somos todos los creyentes, ¿no? Que estamos edificando por encima del fundamento de Cristo, y dice, si alguno edifica sobre ese fundamento oro, plata, piedras preciosas, materiales que son de origen divino, la primera clase de materiales y luego la segunda, madera, enojarasca, los materiales que los seres humanos pueden fabricar que son de bajo valor. La obra de cada uno será manifestada porque el día la declarará, porque el fuego será manifestada la obra de cada cual, cada uno cual sea, cual fuera su obra. El fuego hará la prueba. Esto es un tema que vamos a investigar Próximamente en otro sermón. Y si permaneciera la obra de alguno que sobre edificó, como ya lo hemos estado viendo, recibirá recompensa. Y si la obra de alguno fuera quemada, será perdida el empero. La persona, como la salvación es por gracia, la persona será salvo, más así como el que sale huyendo y apenitas logra escaparse de un edificio encendido en llamas, como por fuego. Y estas personas son los que serán avergonzadas en el día de juicio, puestas ante los ojos del universo entero, manifestados como los creyentes, desobedientes, infieles y negligentes que fueron. Y van a perder una tremenda recompensa, van a perder lo que hubieran y podrían haber tenido. ¿No? Un puesto de servicio mucho más grande en el reino de Dios. Es lo que van a perder estos creyentes. Ahora vamos al final de esta epístola, de este capítulo. Guarden en mente el texto. Ya lo hemos estado viendo. Ahora vamos al otro texto que empatizábamos hace ocho días. Primero de cuarenta y dos, quince. Este gran discurso sobre la resurrección termina diciendo que hemos, a la luz de todo esto en cincuenta y ocho del capítulo quince, hemos de estar firmes, esta triple fórmula, constantes Eso es fieles y siempre aspirando, ¿no? Crecer, hacer más en la obra del Señor. Cada creyente, somos lagrancas, somos las personas que están en el estadio, estamos todos compitiendo en contra de nosotros mismos. Lo vimos hace ocho días, porque la única persona que te pueden pedir en esto como creyente eres, resulta que eres tú, ¿no? Que soy yo, que somos nosotros mismos y nadie más. Y hemos de ser a la luz de todo esto constantes, creciendo en el nombre del Señor, siempre sabiendo que nuestro trabajo en el Señor no es, y siempre creemos esta fórmula, no es, ni jamás pudiera ser en vano. Bueno, vamos a Filipinces 3, con este texto vamos a aterrizar el día de hoy. Filipinces 3, por favor. El último texto aquí, a esto llegaremos, Filipenses 3. Esto es Pablo después de haber, es un mínimo de 25 años en el intervalo, en su vida como creyentes lleva este, por lo menos este periodo de tiempo, sirviendo a Dios en la obra apostólica, misionera, en el primer siglo del cristianismo, como el actor más grande en la historia, humanamente hablando, como el instrumento más usado. Como vamos a ver, cuando escribe estas palabras, Pablo hizo y había logrado ya más que cualquier otra persona ha logrado en toda la historia del cristianismo. Cuando, bajo inspiración del Espíritu Santo, dio este testimonio. El testimonio comienza con todo lo que Pablo había abandonado. Vamos a agarrar el hilo en el versículo 5, así considerado el octavo día del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos, en cuanto a la ley fariseo, en cuanto al ser lo perseguidor de la iglesia, en cuanto a la justicia que es, en conformidad con la falsa interpretación que los judíos daban a esa ley como algo externo y superficial, se consideraba como Saulo, ¿no? Antes de ser convertido como es una descripción de su descendencia, su religión falsa, incluso de la secta de los suariceos, como vamos a ver en un momento, era uno de los más destacados. Y dice, en cuanto a todo esto y lo que exigía la ley de Dios, la ley exige amor perfecto para con Dios y con el prójimo. Los judíos negaban eso y lo interpretaban como algo externo, superficial, irreprensible. Se consideraba Pablo y muchos otros de la misma secta. Pero el cambio viene en su conversión a Cristo. Las cosas que para mí, para él, eran tremendas ganancias, ¿no? Hace toda su vida estaba centrada en esta lista. Y dice, él las ha considerado, reputado, estimado como pérdidas. Cosas que ya no tienen valor alguno. ¿Y por qué? Porque conoció el amor de Cristo. Y luego dice en el versículo 8, ciertamente estimo, considero, evalúo, nuestra versión antigua dice reputo, todas estas cosas, pérdida. Es una palabra singular como una gran pérdida, cero a la izquierda. Por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, conocido a Cristo su cosmovisión, su forma de valorar y estimar y calcular, todo cambió de manera tan radical que ahora dice, por este conocimiento de Cristo que recibimos en el Evangelio, en la salvación, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, todo lo estaba echando, ya lo había echado a la basura y usa aquí Hay, vi hace un par de semanas un artículo, ¿no?, de por qué Pablo usaba palabras más que abusivas, groserías. En algunos comentarios que tenemos en el Nuevo Testamento bajo la inspiración del Espíritu Santo, este es uno de los ejemplos, hay otro en este mismo pasaje que no vamos a comentar. La palabra estiércol, no, excremento, una palabra que usaban en aquel entonces como grosería y hasta el día de hoy en inglés, por favor, no quieren saber. Hay mil formas para usar esta palabra como grosería en inglés. Y está en todas las películas de Hollywood, en algunas de esas películas es cada tercer o cuarto palabra. Ustedes que tienen ahí los subtítulos no tienen idea alguna de lo que no están traduciendo. Pero todo esto lo estoy comentando para que veamos qué tan grande el cambio. Es simplemente basura, sino es excremento. Y aquí Pablo renuncia a su descendencia, renuncia a su trasfondo religioso, renuncia a la comunidad a la cual pertenecía la secta de los fariseos, renuncia incluso a su propia reputación, renuncia a su celo falso, porque en cuanto a esta ley era de la secta más celosa, ¿no? Y renuncia incluso a su propia moralidad falsa, a su propia religiosidad falsa, Para ganar a Cristo, la última frase, en el versículo 8. Para ganar a Cristo y ser hallado en Cristo, no teniendo su propia justicia que Dios califica como peor que estiércol, peor que basura. En Isaías es un trapo de inmundicia, pregúntame después. ¿Qué quiere decir esa palabra? No lo voy a comentar desde el púlpito. Así dice Dios la justicia humana, ¿no? De todos los más religiosos en el mundo. Y ser hallado en Cristo no teniendo mi justicia propia que sería por una obediencia medias a la ley, sino la justicia que es por medio de la fe. La vida perfecta que Cristo vivió en nuestros lugares es esta justicia. Y la recibimos por medio de la fe en Cristo. Pero todo es con otro fin. No es solamente de perdonar y librarnos de lo que la religión no puede hacer, no puede salvar a nadie, es la obra de Cristo lo que salva. Y conocer a Cristo, y este tema hace años predicamos una larga serie de sermones sobre este pasaje. Y el poder de su resurrección y la participación de sus padecimientos en conformidad a su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos. Todo lo que está buscando ahora es totalmente diferente. Quiere conocer más a Cristo, quiere ser no tan solo siervo, esclavo, colaborador con Cristo en la obra de alcanzar a los escogidos, sino quiere participar en todos los padecimientos, en todos los sufrimientos. Y la lista de sufrimientos del mismo apóstol es la lista más grande de la historia del cristianismo, con la excepción de nuestro Señor Jesús. Y termina diciendo, Y sobre este día de resurrección y el juicio vamos a hablar probablemente de hoy en noche. No que yo haya alcanzado, dice, la meta en esta salvación, ni que sea pleno, perfecto, plenamente desarrollado, maduro, la palabra es técnica, sino que procedo por ver si alcanzo aquello por el cual fui también alcanzado de Jesucristo. Hermano, yo mismo no hago cuenta de haberlo ya alcanzado. Ni Pablo se consideraba como un supersanto, menos nosotros, pero una sola cosa hago. Esa es la frase sobre la cual se han predicado mil sermones. Olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo al blanco. Y ahí viene nuestro tema, el premio de la soberanía, la soberana vocación, el soberano llamamiento en nuestras versiones actualizadas de Dios en Cristo Jesús. Así que todos los que somos, Maduros, ya no niños, ya no recién nacidos, sino más avanzados y maduros en la fe. Esto mismo sintamos. Esto mismo se traduce pensemos. Sintamos, en nuestra religión antigua, combinando la mente, las emociones. Y si alguna otra cosa pensamos, Dios nos lo va a revelar, incluso hoy en este sermón. Ya termina la lectura de los textos, a este vamos a llegar. Y ahora comencemos nuevamente con la encuesta que hemos citado desde hace ya tres semanas, ¿no? De Gallup, uno de los grupos más reconocidos en el extranjero a nivel mundial, en donde según la encuesta de Gallup, el 85% de los trabajadores en todo el mundo, contestando de manera anónima esta encuesta, estos trabajadores, el 85%, ¿se acuerdan? ¿Cuál es la palabra que quiero usar aquí? Confesaron su insatisfacción con su trabajo, con su chamba, con su vocación, incluso en muchos casos. Y en esta encuesta llegaron al extremo de usar una palabra, por eso yo estaba luchando, confesaron que odian su trabajo. Y muchos de ellos que odian a su jefe, ¿No? Y lo que vimos, la única excepción a esta regla, se vuelve peor en China, en Japón, en donde no es el 85%, es el 94%. En China sería entendible, en Japón, no estoy, no sé. Pero en el 94 dice la encuesta lo mismo, que no tan solo odian su trabajo, sino que no participan. ¿Qué es esto? Que no están comprometidos. Que hacen lo que hacen porque no tienen que hacer para no sufrir las consecuencias. En esas sociedades no les permiten vivir como parásitos, no voy a decir más. Sino que tienen que hacer algo. En Gringolandi pagan el 40% de la sociedad para que no muevan ni un dedo. No trabajan en nada. Y ya van tres generaciones porque son votos comprados en cada... por lo menos en las elecciones federales, ¿no? Así. Pero en China y Japón, no. Tienen que trabajar. O se van a morir de hambre. Como la palabra de Dios dice que el que no trabaje... ¿Cómo, cómo? Ya saben. ¿Cómo, cómo? Esto no es... Rara vez hemos citado ese texto. ¿Cómo se les ocurrió? Yo no tenía ni que golpear el púlpito para la respuesta. Pero el punto. ¿Cuántos cristianos pudiéramos colocar en algo parecido a lo que reflejan estas cifras? ¿No? ¿Cómo hemos usado bien? Ahora vamos a la introducción. Lo que hemos de tener como cristianos en este asunto es una perspectiva distinta, obviamente, de la vocación, la chama de trabajo que Dios nos ha asignado. Es un gran tema que hemos tocado muchísimas veces, de cómo cada cliente tiene que convertir su trabajo, desde el esclavo más humilde hasta el más rico y famoso, convertir su trabajo en servicio para Dios. Y servir a Dios, amando a Dios y a su prójimo a través de su trabajo. Y seremos grandemente recompensados al convertir nuestra chamba en servicio para Dios. A esto volveremos. Hay varias cosas que vamos a discutir en lo que falta aquí en esta parte de este tema. No vamos a dar ejemplos concretos, ¿no? De cómo esto puedes aplicar cotidianamente. Pero vuelvo a decir, los creyentes Tenemos otra perspectiva de este asunto y la perspectiva que tenemos es la que hemos escuchado nuevamente cantando estos himnos y la que acabamos de ver aquí en el testimonio de Apóstol Pablo. Entendemos que la obra de Dios es totalmente diferente. Hay una importancia de esta obra, ¿no? Que es incalculable. Hay una obra a la cual cada creyente ha sido llamado y es una obra grandísima, ¿no? La obra de vivir para Cristo, de negarnos a nosotros mismos, ¿no? Es la obra más grande que un ser humano pueda realizar. Los inconversos no saben nada de esto y con razón. Las cifras, no con razón. Las respuestas anónimas a la encuesta. Los enconversos viven para las cosas triviales, las cosas insignificantes, las cosas pasajeras, las cosas temporales. Y al fin y al cabo no encuentran un motivo ni fin más allá que su propio ego. O más allá de los ídolos de su propio corazón. No encuentran algo más importante, más trascendental, más real, no más permanente. Porque están atrapados aquí viviendo en un mundo pasajero. en donde es cuestión de años, días o semanas y serán obligados a rendir cuentas a su creador y pasarán a la eternidad habiendo vivido en vano, como si la totalidad de sus vidas estuvieran dormidos o en un estado parecido a lo que vemos en las películas de zombies. Pasarán a la eternidad no habiendo hecho nada con su talento, como vimos hace un par de domingos, ¿no? Y tendrán que rendir cuentas. Ahora comienzo de nuevo. Tan solo los cristianos tenemos los clientes este privilegio de hacer algo realmente importante. La Biblia destaca este argumento de mil maneras. Hay esta tremenda historia de Nehemiah habiéndose regresado del caldero de Babilonia, dedicándose a reconstruir los muros de Jerusalén al principio. La historia de Nehemiah. Y todo lo que hacía el enemigo, el diablo, usando a Zambalat Y a Gesem, o Gesem, es un debate sobre la traducción. Estos dos cuates que se le acercaron, incluso le mandaron cartas, luego le enviaban mensajes, y luego comenzaron este proceso de, le vamos a intimidar, le vamos a infundir miedo a Niamías, ¿no? ¿Para qué? Para que abandone la obra que está haciendo. Algunos amigos tuyos esperándome, San Luis, hay muchos de estos. Escuchan. La respuesta venía a mías, estoy haciendo una gran obra. La respuesta, ¿no? Tan famosa. I'm doing a great work. Y no puedo descender a ustedes, ¿no? ¿Por qué ha de detenerse esta obra? Cuatro veces le enviaron mensajes tratando de lograr que abandonara su obra. ¿Y su respuesta? ¿Qué les pasa? ¿No entienden que yo estoy haciendo una grandísima obra aquí? Y yo no puedo perder, yo no tengo ni tiempo para hablar con ustedes. ¿Cómo voy a abandonar la obra? ¿No? Y así hemos de pensar, como vamos a ver el día de hoy nuevamente. Igual, la obra a la cual Dios nos ha llamado es grande. Es algo importantísimo. No es una obra egoísta. ¿No es algo en donde hay algún beneficio personal, egoísta, narcisista metido de por medio en el asunto? No, sino que es la obra de Dios. ¿Puede haber algo más importante que la obra de nuestro Dios en este mundo? ¿Puede haber algo más grande que la obra de este Dios en nuestras vidas? En lo que Dios ha hecho para rescatarnos, lo imposible, ¿no? No hay nada más grande que haya sido hecho para salvar, ¿no? y salvó lo que hizo nuestro Señor Jesús. Y por lo tanto, al involucrarnos después de salvar y perdonarnos, y regenerar nuestra naturaleza, y comenzar una transformación de nuestra personalidad, nos llama a hacer la obra más importante en el mundo. Esto es la pura introducción, y vuelvo a escuchar. No hay cosas insignificantes, no hay cosas pequeñas, no hay nada trivial en esto. La obra que Dios nos ha llamado a hacer durará más allá. de esta vida. Tendrá una importancia que nunca se acabará a lo largo de la eternidad. Y volveremos a estos temas de cómo discernir entre lo que es temporal y lo que es eterno, entre el tiempo y la eternidad. Lo veremos próximamente, nuevamente. Pero nuestra obra continuará. Cuando la tierra sea quemada, cuando todas las cosas temporales hayan sido reducidas a cenizas, la obra de cada creyente, del creyente más humilde La obra que cada creyente está haciendo ahora brillará, dijo nuestro Señor Jesús, brillará como la luz del sol. El creyente más humilde está haciendo algo más importante que el trabajo de reyes en tiempos antiguos, gobernantes, presidentes y líderes políticos hoy en día. El creyente más humilde está haciendo algo más importante que todo lo que entendemos en todas las disciplinas y todas las vocaciones. Porque cada creyente más humilde está involucrado en una obra espiritual cuyas consecuencias son eternas. En donde hay almas eternas metidas de por medio en el asunto. La cuestión de la salvación, la perdición de una muchedumbre de personas está sobre la mesa. Y Dios está realizando su plan eterno de alcanzar a cada persona destinada para la vida eterna. Y nos ha dado el privilegio de tener una parte en esta obra. El privilegio de compartir el conocimiento del Evangelio, el único camino de salvación. El privilegio de extender en alguna medida el reino de Dios. El privilegio de compartir la palabra de Dios. El privilegio de ser instrumentos humanos usados para alcanzar a personas destinadas para la vida eterna. La salvación es esta obra en gran medida. Y hemos de superar las palabras de Nehemiah, lo que contestó a Zambalab y el otro cuate. Y hemos de decirnos a nosotros mismos constantemente que estamos haciendo una obra grandísima. Y como vamos a ver, no podemos permitir que las cosas triviales, las cosas pasajeras, las cosas insignificantes nos impidan en esta obra. Que no podemos ser distraídos, que no podemos ser desviados en esta obra. Y hay que decirlo otra vez. Este es el privilegio que nos ha dado nuestro Dios. Nos ha encomendado su verdad. La iglesia local es columna y baluarte de esta verdad. Tenemos el privilegio de ser portavoces de esta verdad. Tenemos el privilegio de ser representantes de este Dios. El privilegio de comunicar el mensaje más importante que exista. Y todo lo que hagamos en esto es importantísimo. Desde un vaso de agua, como ya lo hemos estado viendo, ¿no? Hasta grandes sacrificios, humanamente hablando, tenemos el privilegio de vivir nuestras vidas en este contexto con ánimo, con entusiasmo, con celo, con entrega, con disciplina, con paciencia, con perseverancia. recordándonos de lo que estamos diciendo, hablándonos, predicándonos a nosotros mismos este mismo mensaje con un celo verdadero por la causa de Dios que será victoriosa, por la obra de Dios que no puede fracasar. por los decretos y los propósitos de Dios, ¿no? Que serán realizados sin estorbo, sin obstáculo al final y al cabo, ¿no? De tal modo que en nuestro texto, en 1 Corintios 15, no podemos servir a este Dios en vano. Es como cuando sabemos cómo va a terminar la película. Vemos a los protagonistas tan desanimados. Sabemos cómo va a terminar la trilogía del Señor de los Anillos. Y nosotros sabemos cómo va a terminar. Y nos estamos preguntando por qué no sirven con más ganas, con más ímpetu, con más celo, con más esfuerzo. Porque va a terminar bien esta historia. Y es lo mismo aquí. Nosotros todos los creyentes sabemos cómo termina esta historia. Dios cumplirá su palabra. Dios llevará a cabo sus planes. Dios cumplirá su pacto. Su nombre será honrado. Su gloria manifestada, como veremos en el día del juicio, es la cosa más espantosa en donde Dios va a manifestar su gloria al universo entero. Y a nosotros nos ha dado el privilegio de involucrarnos en alguna medida en esta obra. Sí. Como vimos hace ocho días, la única duda aquí es, ¿qué es lo que estamos haciendo en todo esto? Ahora, habiendo introducido nuevamente nuestro tema, ahora vamos a discutir y espero no alargar este argumento. Es un argumento que conocemos. Es un argumento que llevamos semanas comentando. Pero hay que apurarnos aquí. Y es lo siguiente, muchas personas se enredan en este asunto como creyentes porque no pueden armonizar todo esto de la recompensa, del servicio, de coronas de gloria y sobre poco fiel, sobre mucho te pondré. No lo pueden armonizar o reconciliar con la gracia de Dios. Y eso es lo que vamos a hacer aquí en una forma muy abreviada. A lo mejor volveremos a esto en un contexto más amplio. Pero por el momento lo tenemos que resumir. Vamos a bosquejar este argumento. Y el primer argumento, y pudiéramos poner este bosquejo en el pisero, no lo vamos a hacer. Es lo siguiente. El hecho de servir a Dios con nuestras vidas como creyentes no es algo excepcional, no es algo extraordinario, no es algo especial. En un contexto como ya lo hemos visto, es simplemente nuestro deber. Vimos, repetidas veces lo hemos visto, Dios pudiera usar el puro amor, la pura gratitud, Dios pudiera apelar a toda una lista de motivos para que le sirvamos con nuestras vidas y no tan solo a nuestro deber de lo que somos. en algún momento apostólico, sino como vimos hace ocho días el temor de Dios, de quedarnos avergonzados en el día del juicio. por no haber hecho más, por haber recibido en pano la gracia de Dios, por haber no hecho lo que deberíamos, lo que pudiéramos haber hecho en su servicio. Y todo este asunto, Dios sabe lo que podríamos ser, sabe lo que somos y sabe lo que seremos en cuanto a la transformación de nuestro carácter, por su gracia lo que seremos, todo esto lo sabe Dios. Y por lo tanto, el argumento en Romanos 2, por las misericordias de Dios, hemos de presentar a nuestros cuerpos, no como un sacrificio muerto, sino vivo, santo y agradable a Dios, que es nuestro servicio razonable. No tenemos ese folleto de Peter Masters, pastor del Tabernáculo Bautista en Londres. No, tu servicio razonado, no razonable. Es este tema. Y es simplemente razonable que hagamos esto. Incluso es irracional no hacerlo. Es locura no hacer esto. Es estupidez, es necesidad, ¿no? Y pone en cuestión toda la confesión de fe, la profesión de fe de quien sea. Los que dicen, no, esto de que la salvación es por gracia es una almohada para dormirme, ¿no? Como vamos a ver más adelante, estos que se duermen en el camino, ¿no? Eso es lo más absurdo, ridículo, necio, estúpido y peor. Ver un creyente actuar así. El texto dice, es nuestra adoración, es la respuesta lógica, razonada, ¿no? Lo que Dios espera de nosotros, lo que hemos de esperar de nosotros mismos y de todos los demás creyentes. El Dios que en su misericordia soberana nos escogió pudiera habernos reprobado para siempre. Nos predestinó para vida eterna. Envió a su Hijo desde el cielo para que viviera una vida perfecta en nuestro lugar. Y luego para que se entregaran a la cruz del Calvario para quitar para siempre la culpa de nuestros pecados, condenando estos pecados y aplicando todo su castigo a nuestro Señor Jesús en la cruz del Calvario. Si esto no es un motivo suficiente para servirle, no puede haber otro. Y luego todo el tema que nos tiene detenidos, este Dios nos va a recompensar. ¿Cómo? Al entregarnos gratuitamente el don de su hijo y el perdón de nuestros pecados, la salvación eterna de nuestras almas. Luego dice, y cualquier cosa que hagan en mi servicio será recompensado. Esta recompensa es de gracia, no la merecemos. Somos a fin de cuentas todos siervos inútiles, habiendo hecho todo lo que nos ha sido ordenado, mandado, dijo Cristo en el puro deber a que decimos a nosotros mismos lo que hicimos, lo que se nos fue ordenado a hacer. No es algo de mérito, no es algo de mal, no es algo... ¡No! Entonces, la pura verdad de este argumento explica que Que, que si Dios, el que no tiene que recompensarnos por ninguna cosa. La recompensa no es la vida eterna. No estamos ganando, no estamos comprando, no estamos, no. No es un cambalache, no. Nos va a recompensar. A esto volveremos, ¿no? Próximamente para explicarlo más a fondo. Pero segundo, rápido, ¿no? Estos argumentos los conocemos. Nuestro servicio en sí no es aceptable. Nuestros mejores servicios son manchados, con debilidades, con incapacidades, con imperfecciones, con una, en el mejor de los casos, una mescolanza en cuanto a nuestros motivos. Y Dios acepta nuestro servicio por medio de Cristo. Todos los sexos lo dicen. Ofrezcamos sacrificios espirituales. ¿Cómo vamos a ofrecer los sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo? Primero de Pedro 2, 5. Que este Dios los haga aptos, aptos para que hagamos su voluntad en cualquier cosa. Esto es la obra de su gracia, ¿no? La obra de pasar por alto en la sala de fama, salón de fama de los héroes de la fe. Ni una palabra sobre sus debilidades, ni una palabra sobre sus imperfecciones, ni una palabra sobre sus motivos mixtos. Nada, sino Dios premiando, alabando, recompensando a cada creyente. ¿A por qué? porque nuestro servicio en sí mismo no es aceptable y sin embargo por medio de Cristo lo es. ¡Increíble! Esa es la gracia de Dios. Y tercero, escuchen, por la misma gracia con la cual fuimos perdonados y justificados, el boleto al cielo, la justificación por la fe, por la misma gracia, somos capacitados que tienes que no hayas recibido. Capacitados para hacer cualquier servicio. Esto es el argumento de principio a fin. Hasta el rey David, después de la ofrenda y todo lo del templo. ¿Quién soy yo? Decía David. ¿Y quién es este pueblo para que pudiéramos ofrecer? de nuestra propia voluntad, estas cosas que una tremenda ofrenda, esas cosas semejantes, ¿con quiénes somos nosotros? Porque todo es tuyo de lo recibido de tus manos. Le damos, se lo estamos devolviendo. Aldador, original, la gracia de Dios. Está en todo. La capacidad de servir. Escuchen, el llamamiento para servir. Cada argumento aquí lo conocemos, ¿no? Es Pablo, dicen, ¿quién soy yo? Al menos indicado, más pequeño, de que Dios en Efesios 3 me haya dado este privilegio de predicar el Evangelio entre los pueblos gentiles, evangelizar en el mundo greco-romano en una sola generación en aquel entonces. Y Pablo diciéndole, yo el perseguidor, yo el peor enemigo, yo el verdugo, yo el que se dedicaba a torturar a hombres y mujeres, a dar mi voz para que fueran apedreados. ¿Yo? El privilegio, el llamamiento de servir. ¿Yo? Así Saulo, ¿no? Antes en la descripción y ahora Pablo, ¿no? Esta gracia, es la gracia de Dios que llama a quien sea, ¿no? Y a lo largo de la historia muchos de los grandes instrumentos usados por Dios no se implementan en el púlpito, ¿no? No podemos detenernos. Este autor del himno, sublime gracia, Amazing Grace, el himno cristiano más cantado hasta el día de hoy. En Hollywood, cine, mundo artístico, miles de versiones. Es un himno cristiano y el autor del himno, un ex capitán de un barco que se dedicaba a comprar y vender esclavos sobre la costa de África. y miles de almas murieron en esa esclavitud. La trata no táfico de personas de almas En algunos viajes de los esclavos fallecían en alta mar antes de llegar al Caribe, antes de llegar a América del Norte, antes de llegar. Estaban llegando en aquel entonces a Gran Bretaña. Estos cuates que piensan que la esclavitud es un asunto único, no. Todo el mundo traficaba. Mencioné hace ocho días la otra esclavitud. Buscan el libro. Si no lo tienes, te lo voy a prestar en forma de libro digital. narra la esclavitud en este país. Pero un mero, mero, ¿no? Capo de este tipo de cosas convertido en alta mar en medio de una tormenta cuando se iba para abajo la nave y luego escribe el himno cristiano más cantado a lo largo de los últimos 200 años. ¿Sí? Sí. El llamamiento, el privilegio, la oportunidad para servir en cualquier forma, es la misma gracia. De igual manera como el éxito, lo vimos en la lectura, tres veces, cuatro veces, cinco veces, el que da al crecimiento. Ustedes han creído, pero según que les ha sido dado el éxito en el servicio, es la misma gracia. Al usarnos en cualquier sentido, es la misma gracia. El hecho de que somos ayudados en una forma extraordinaria, como instrumentos incapaces, débiles, pecaminosos en nosotros mismos, incompetentes. Dios te ayuda para ayudar, Dios te ayuda para consolar, Dios te ayuda para animar, Dios te ayuda para orar, Dios te ayuda para amar. Vamos a discutir, ve las dicendas de los próximos capítulos, vamos a discutir este tema del amor fraternal y vamos a hacer el recorrido por la Biblia. No debo decir esto, pero voy a, ya. El beso. El beso. Santo. Siénteme espantoso en la Biblia. El beso. Santo. Personas que no querían nada, no tenían nada en común, cero. Por naturaleza enemigos, ¿no? Todos sentidos y luego convertidos. Y cuatro veces en las epístolas, el mandato, el orden, ¿no? De arriba, de saludarnos los unos a los otros con este misterioso beso santo. Un servicio, ¿qué será esto? El tema es espantoso porque Judas identificó a nuestro Señor Jesús aquella noche en el Getsemaní. Ustedes, los soldados romanos que me acompañan, los que vienen a agarrarlo, sabrán que es el albergue que me permite la proximidad, me permite acercarme a él. Y le voy a dar un beso. Ese es otro tema. Beso de muerte. Beso de hipocresía. Claro que sí. No estamos hablando de eso. Estamos hablando de la gracia de Dios que nos puede capacitar al grado de recibirnos los unos a los otros por su pura gracia. En la cultura de aquel entonces es un tema increíble ese beso. Lo que significaba y no significaba. Pero usados. Yo voy a decir para lavar los pies de otros creyentes. Para besar, por lo menos, besarles la mano. Usados. Esa es la gracia de Dios. No, no hay otra explicación. Estas personas que identificaban a Pablo, tú diste el beso de muerte a miembros de mi familia. Ahora vienes y me dices que has sido convertido y eres uno con nosotros. Y Pablo, yo voy a pintarlo, cae de rodillas. Vamos a ver este ejemplo de la mujer besando los pies de Cristo. Yo supongo que Pablo se ponía y comenzaba a besarle sus pies de estos creyentes para mostrarles el milagro de la gracia de Dios en su vida. Sí, esto es así. Esta gracia que nos da la capacidad de servir en algo, de ser útiles en algo. Si están solo orando, es su gracia. Toda la alabanza, todo el crédito es de Él. ¿Quién puede hacer esto? Bendecir tus esfuerzos, usar tus oraciones, Obrar mediante tu testimonio, como vamos a ver. ¿Quién puede hacer esto? Es la gracia de Dios. Nos debemos pensar en... Esa es la historia, ¿no? Es una plaga en el primer mundo, porque hay mini-mega iglesias en todas las ciudades grandes, por lo menos en la Unión Americana. Y todos piensan, no, es que es debido a ellos, ¿no? No, no, no, no fue debido a Spurgeon, ni a Bunyan, ni a Whitfield, ni a John MacArthur, ni hasta el listo hoy en día. El éxito John MacArthur, su iglesia se dividió repetidas veces. Esa es la historia que no te van a decir. Cuando comenzó lo que ahora es el seminario, los primeros cinco alumnos llegó al estudio temprano, en la madrugada llegaban a las cinco y media. Los alumnos cerraron con chapa y candado la puerta de su oficina y los sacaron a John MacArthur fuera. Diciendo, este hombre predica sermones largos. Y esto de ser versículo por versículo, no. Algunos piensan que es el único medio. No, no lo es. Virgil nunca predicó así. Pero mi punto, este hombre no puede ocupar el público más. Estamos ahora, ¿cuántos? 40 años después viendo que estaban equivocados. ¿Pero qué es lo que estoy ilustrando? El éxito no es de él. No es de ningún mérito nuestro. Claro que no. No, no. Algunos de estos grandes héroes de la fe, es una tremenda historia. Algunos optaron por no, me van a enterrar en un cementerio, y no van a poner ni siquiera mi nombre ahí, en la lápida. ¿Es esa la palabra? Ni mi nombre. Para que después no vayan para que esto no suceda. Van a poner el nombre de mi Señor. Es increíble. Entendí el argumento. Ahora rápido, si todo esto es de gracia, ahora escuchen, ahora no podemos pasar por alto y le dije que íbamos a bosquejar esto. Estamos bosquejándolo. Rápido. Muchos dicen, ok, entiendo que todo eso es la gracia. No hay ninguna incongruencia con la gracia, la salvación por gracia y todo este asunto de nuestro servicio y la recompensa por obras. Como hemos visto hace muchos años aquí, algunos de ustedes y otros están escuchando esto quizás por primera vez. Ahora escuchen. Agregado a esto, nuestro texto con el cual empezamos dice que Aunque el que planta y el que rega son una misma cosa, aunque no son nada en sí mismos, sin embargo, aunque, la versión antigua, cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Ya hemos visto, no es cualquier tipo de labor, es trabajo arduo, como ya lo hemos visto en otro sermón. Y esto cada uno recompensado conforme a lo que hizo. Sí, la recompensa no es la salvación, la salvación es pocracia. Sí. Y luego lo pinta, tantas veces Dios lo pinta en estos términos. Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido y aún sirviendo. Dios no es injusto, dice el texto en Hebreo 6. Como si Dios no nos recompensara, sería una injusticia de su parte. Como si él caería en la injusticia. Habiéndonos capacitado, habiéndonos rescatado, habiéndonos ayudado, habiéndonos dado todo para hacer cualquier servicio. Como si fuera injusto de su parte no recompensarte. Es lo que el texto dice. Llevamos tantos años en inglés cuando se predica sobre estos temas. God is no man's debtor. Dios no está endeudado con alguien. Dios paga sus deudas como si fuera una deuda de su parte. Así lo plantea Hebreo 6.10. Y juzgará a cada uno conforme a lo que ya hemos visto, la calidad de sus labores, de sus labores, de su obra, la calidad. sea la que fuera, la que sea, será evidente la clase, la calidad de trabajo. Y el texto advierte tan solo las obras de buena calidad y por lo tanto las obras de muchas personas que le han servido a Dios como si fueran esclavos o como aquel, volveremos al síndrome del hermano mayor en la parábola. Llevo toda mi vida esclavizado aquí, toda mi vida sirviéndote. Y no me has dado nada de esto al pródigo. Le estás tratando con una gracia para el hijo mayor inconcebible. Y muchos le sirvan a Dios así, como si fuera pura esclavitud. No, estas son obras que serán quemadas. Si tú le sirves a Dios como si estuvieras cumpliendo con el puro deber o un tipo de esclavitud, estás perdiendo tu tiempo. Estás garantizando que lo que el texto dice es lo que te va a pasar. Tus obras serán quemadas. Sufrirás la pérdida de la recompensa. Serás avergonzado ante el universo entero. Al edificar por encima el fundamento de Cristo con materiales de poco valor, es lo que te va a suceder. Y como ya sabemos, no vamos a discutirlo, volveremos a Caleb, volveremos a estos 30% de los siervos en la Biblia que terminaron su carrera no en la mejor forma. Estamos hablando de muchísimos creyentes, probablemente la mayoría de los creyentes. La calidad de sus labores, Esto entra en vigor. Y muchos dicen al escuchar eso, luego meten de por medio la queja que vamos a discutir más a fondo próximamente de que no, yo no tengo muchas habilidades. Yo no tengo mucha capacidad. Lo que ya vimos hace unos domingos, otra vez en la palabra de los talentos, les entregó al que aparentemente tenía poca capacidad. El texto dice conforme a su capacidad, un solo talento. Al otro conforme a su capacidad, dos talentos. Al otro conforme a su capacidad, cinco talentos. Entonces, estos que dicen, no, yo no soy dotado. Esto no entra aquí. No es necesario que tengamos muchas capacidades, ni muchos dones, ni muchas habilidades. No. En tal caso, tan solo aquellos podrían ser recompensados. No. Es un vaso de agua. No es otra cosa. Y los que dicen, no, como no me quieren dar, llevamos tantos años peleando con esto, son una lista de hombres que querían que les entregáramos el púlpito a nuestra iglesia. Porque según estos, no, si no puedo predicar, si no puedo enseñándoles, no puedo servir a Dios. No, la verdad es que tú puedes predicar. Y tú estás predicando con tu vida. Tú estás enseñando con tus palabras. Con tus obras, con tu amor, con la influencia en el círculo grande o pequeño en que te encuentras, tú puedes hacer más que los que ocupan los púlpitos. Créeme, cuando yo era recién convertido, cuando pasé los primeros años en el seminario en Denver, yo, cuando era copastor en una iglesia, tenía mil oportunidades de hablar, de evangelizar. Saben, yo trabajé en gasolineras, haciendo laseo en edificios, sin número de trabajos. Y un verano yo manejaba en estos servicios de Pony Express, subiendo las torres altas en Downtown Denver. Estacionaba mi camioneta y entregaba los paquetes. Increíblemente, yo tenía oportunidades para hablar con las personas que recibían los paquetes. Pero ya en el ministerio nadie quiere hablar con ningún pastor. En el momento en que saben, los vecinos, los amigos, los conocidos, no. ¿Pastores? De inmediato, los muros de protección. Pero tú puedes predicar, y tú puedes hablar, y tú puedes comunicar el Evangelio, como lo acabo de decir, con tu vida, con tus obras, con tus palabras. A esto volveremos. y luego no nos juzga conforme al juicio de los hombres, es otro gran tema. Muchos primeros serán postreros y muchos postreros primeros en este asunto. Lo digo repetidas veces Cristo. Muchos que son alabados por los hombres hoy, otros que son menospreciados y considerados como incompetentes o inútiles, las cosas se verán diferentes en el día de juicio. Y no nos juzga conforme a los resultados. Tampoco. Esta historia, ¿no?, de Isaías, Jeremías, Noé, 120 años tan solo, ocho personas resultaban ser puros miembros de su familia. Y para muchos de nosotros esa es la obra más grande que Dios nos ha encomendado. Evangelizar, agonizar, desvelarnos. procurando y buscando la salvación, comenzando con nuestros seres queridos. Hay personas aquí, hay personas en todas las iglesias, y aparentemente no entienden que como padres de hijos, su primera responsabilidad evangelística es con sus propios hijos. Esto es tu campo misionero, la iglesia que está en tu casa. metafóricamente hablando. Y rápido, Dios se fija en todo esto y nos recompensa fijándose en nuestros deseos, como ya lo hemos dicho tantas veces. Hay tanta cantidad de textos que hablan de esto. Dios recibirá tu ayuda, tu apoyo para los creyentes sufriendo de necesidad, hambruna, en la sequedad, en la tierra prometida, dice Pablo a los corintios, conforme a sus deseos. Dios ama al dador alegre. Dios juzga el deseo. Juzga la famosa voluntad dispuesta. Juzga la actitud. Juzga el espíritu. Se fija en esto. Yo voy a decir al que reciba alegremente. No es solamente al que da. Dios ama a los que reciben alegremente, felizmente, gozosamente, contentamente. Dios se fija en eso. Como tú y yo lo hacemos con nuestros hijos. Sí, me obedecieron, pero fue a látigos. Sí, obedecieron, pero por fuera y por dentro. Y tú como papá, tú como mamá estás con, esto no es ninguna obediencia. Cumpliste la tarea y ahora no te lo voy a aceptar por tu mala actitud. Se fijan en los motivos, en por qué hacemos lo que hacemos. Todo eso lo entendemos. Grandes sacrificios en 1 Corintios 13. Todo el patrimonio vendido y todo entregado para dar a comer a los pobres y todo mal motivado. Sin el verdadero amor de Dios por medio, de nada sirve. Hasta personas que mueren como mártires del diablo. Si, porque se entregaron a morir, pero no motivados por amor a Dios. Eso de nada sirve. 1 Corintios 13, tú puedes ser quemado en la ojera, 45 minutos mínimo. Eso es lo que anunciaban a los que les iban a quemar, les decían, no, te van a amarrar y luego te van a desnudar y luego van a echar la primera chispa y la primera llama y luego no se va a prender y luego pueden pasar dos, tres o más horas para que haya un fuego suficientemente caliente. Y hasta que haya suficiente fuego para que tú seas encenerado, vivo, no morirás. Eso es lo que les decían a las personas de advertencia, ¿no? Increíble. Les leían los pasos, exactamente lo que se les iba a hacer. Para ver, ¿no? En la Inquisición y en otros contextos. Eso lo hacían con mujeres acusadas de adulterio. Mujeres acusadas de adulterio les hacían eso. Increíble. Pero el texto dice, sin amor para con Dios, si te queman así, no estoy hablando aquí por algún pecado, sino como un mártir, en teoría inocente, de nada te servirá. La fe obra motivada por amor. El amor de Cristo nos impulsa, nos constriñe. Dios no es injusto para olvidar el texto. Ya lo citábamos. Vuestro trabajo motivado por amor, que has mostrado a su nombre. Y ellos se fijan en todo esto. Y esto, esta serie de sermones, muchos lo toman como muy negativo. No estamos tratando de obligar a nadie. No estamos con el látigo aquí. No, claro que no. ¿Sería en vano eso? ¿De nada serviría? Esto es muy positivo. Estamos tratando de salir de dudas en este asunto y ser motivados correctamente. Y termino esta parte diciendo lo siguiente. La pura gratitud, ¿no?, ha de ser un motivo. Y la lista de cosas por las cuales tenemos motivos para ser personas llenas de gratitud, El amor de Dios, el compañerismo que tenemos con los mejores seres humanos que habitan este, con todas sus debilidades y defectos, los verdaderos cristianos son los mejores. Y la ayuda, la protección divina en todas las dificultades, todas las pruebas, el poder de Dios, la fortaleza para aguantar, perseverar y ser más que vencedores. Este Dios librándonos constantemente de mil peligros, colmándonos con paciencia, con unanimidad, con generosidad, con sempatía, con consuelo, con consolación divina. Dios, con el don de tu familia, es increíble que dónde estaríamos sin la familia, sin hasta cierto grado la salud, sin la provisión, sin la pobreza. motivos de gratitud para servir a Dios. Y luego se fija en nuestra fe, eso no lo vamos a discutir, eso es un tema constantemente, porque la fe es la obra de la gracia de Dios, confiando, creyendo y entregándose a Dios. Y dependemos de Dios por medio de la fe, en todas las cosas grandes y pequeñas en la vida. O sea, la lista es interminable aquí. En el bosquejo, de cómo Dios analiza todo esto. Y como estoy echando a perder el sermón, ahora tenemos que pasar a lo que vimos hace ocho días. Ahora vamos a ver algunos textos. Aquí estamos en Romanos 12. Citaba yo el primer versículo. Ahora vamos al versículo 11 en Romanos 12. Ven esto. Es una lista de exhortaciones sobre el amor verdadero, el amor sin fingimiento, aborreciendo lo malo en el versículo 9, amándonos unos a otros en el versículo 10, el amor fraternal, dándole la preferencia a los demás. Y lo que nos interesa, porque en medio de una lista larga de exhortaciones con la cual termina esta pístola, la más importante del Nuevo Testamento, dice, en el versículo 11, en el cuidado, y, o sea, analizando los eruditos en el griego, en los diccionarios y expertos, hay muchos debates sobre esta palabra cuidado. La mejor forma para entenderlo es en cualquier servicio, tipo de labores, que hagamos. Algunos lo traducen en lo que requiere de elegencia, pero están yendo un poco más lejos. El punto aquí es, en cualquier servicio, no perezosos. Esto, lo que comentábamos hace ocho días, nos va a ocupar aquí, lo vamos a bosquejar antes de terminar. Esto es la flojera, no flojos, no perezosos, no negligentes, no sirviendo así a medias, sino, vean, ardientes. Esta palabra ardientes, fervientes en muchas versiones, es un aspecto del verdadero seno cristiano, ardientes en espíritu, sirviendo al Señor. no perezosos, ¿no? Y es un gran argumento en medio de una tremenda lista de explotaciones negativas y positivas. Aquí la parte negativa no perezoso, la parte positiva ardientes, fervientes, como si Cristo estuviera a nuestro lado. ¿Cómo haríamos el servicio? ¿Cómo llevaríamos a cabo lo que vamos a hacer? Y este tema está por todas partes en el Nuevo Testamento. El texto más citado, permítanme leerlo, dice, a ver si lo puedo encontrar, dice, escuchen, que hemos de ser no perezosos, que no os hagáis flojos, perezosos, negligentes, mas imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia hereden las promesas, es lo mismo. El mismo tema en Hebreos 6, 12, el mismo tema en Hebreos 5, los flojos, negligentes, perezosos, simplemente para oír lo que vimos al principio de esta serie de sermones sobre oidores expositivos, como la flojera, como Esto es increíble. La flojera espiritual es un obstáculo enorme para la mayoría de los creyentes. ¿Cómo? Sí, claro que sí. Estos que se identifican como creyentes, su vida es diez semanas y meses dormidos. o medio dormidos, o medio despiertos, o como en un estado de zombie, no sé. Se identifican como creyentes y no vemos ningún esfuerzo para servir a diferentes a Dios. Miramos a la vida de esas personas y nos preguntamos, vemos, además de asistir a los cultos y muchos irregularmente, ¿habrá algún esfuerzo que podemos ver en su servicio para con Dios? Si llegamos a dudar, como ya lo vimos con la vida y los pámpanos, como ya lo vimos con los talentos, como ya lo vimos con la granja de Dios, son personas que nos hacen dudar de su profesión de fe, porque la fe sin obras es muerta. Y vemos, no, parece que son oidores, pero no hacedores. Vemos que Dios no lleva ninguna carga de servicio. que no se preocupan por nadie, salvo un pequeño círculo que resultan ser sus seres queridos y nadie más. Quieren que todos los demás oren por sus seres queridos. Todo este lío, ¿no? Nada más. Tomen muy a la ligera cualquier responsabilidad cristiana. No están realmente involucradas, pueden estar o no, y nadie se da cuenta, se pasan por desapercibidas estas personas. Son la mayoría de los clientes hoy en día, créanme. Y cuando comenzamos a preguntarnos, ¿qué les pasa? Y la respuesta es la flojera, la pura pereza. No son firmes, no son constantes, no. Menos creciendo, no. Son indolentes, son inconstantes, son lo contrario. A veces se nos hace que en vez de ir para adelante van para atrás. Y entonces, rápido, no podemos detenernos con esto. Estamos luchando para ver una parte de esto hace un par de domingos y no lo logramos. Vamos a bosquejar aquí algunas causas de esta flojera espiritual que vemos. Y la causa está en el sermón ya predicado, ya. Son personas que no están viendo la verdadera realidad de todo esto. Con la visión, como dice Pedro, corta, ¿no? Describe a esas personas como, no poniendo toda inteligencia, describe a esas personas como cuyas vidas son, parece estériles, dice. Y describe más cosas que no vamos a ver el día de hoy hablando de esta clase de personas. Yo estoy diciendo tan solo que son personas flojas en el reino de Dios, en su servicio para con el Señor. Bueno, rápido, algunas causas de esto no podemos atenernos, espero que no. Primero, escuchen. Muchas de estas personas son flojas en la lectura de las escrituras y la oración. O sea, en las responsabilidades las más básicas. Los textos que dicen, como niños recién nacidos, desear la leche, es una parte de nuestro tema. Para que crezcamos la leche espiritual en salvación, en salud espiritual, es mejor traducción. Y luego otros textos, orar sin cesar. No son veladas de oración, no es algo organizado, orquestado, no, no, no. Es el hábito, la práctica, no tan solo de mantener comunión, compañerismo con Dios, sino de orar de momento a momento, cotidianamente. Y esas personas, no, les cuesta tanto leer, les cuesta tanto orar. Y yo no estoy diciendo que no haya una lucha en esto, pero lo que estoy diciendo es que cuando nos preguntamos por qué les cuesta tanto, resulta que es la flojera. Nada más lo que vemos. Y las causas de esta flojera espiritual, desde un principio, la oración y la lectura de la Palabra son como un tipo de combustible, son como gasolina, son como gas, son como luz, son como electricidad, son como formas para recibir la energía, para servir a deberes allí, pero están con el tanque vacío, con la luz apagada, usando las metáforas ilustrativas. Y cuando nos fijamos en esas personas y nos preguntamos, ¿qué es lo que les está impidiendo? Resulta que hay muchos obstáculos en sus vidas. Sus circunstancias son contrarias. Son impedidas por un sinnúmero de cosas. Algunos, no, eso es la falta de tiempo. Yo no tengo tiempo. No, eso es increíble. Estas personas que no tienen tiempo ni siquiera para asistir el domingo, no son creyentes. Son farsantes, hipócritas, mentirosos, que nos quieren engañar a nosotros, o son engañados. ¿Cómo vamos a ver aquí? Autoengañados. No, yo no dudo de que hay circunstancias contrarias, de que hay compromisos, de que haya responsabilidades, que si tú permites que te impidan, te van a impedir. Eso no es el punto aquí. No, cada creyente tiene que enfrentarse con esto. Hay oposición por fuera y por dentro. La oposición por dentro, la carne codicia contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Esas cosas se oponen mutuamente. Es Romano 7, Gálatas 5 y es un tremendo obstáculo. Esta lucha interna, la carne, los restos y remanentes del pecado que todavía mueren en el corazón de cada creyente. Pablo, cuando quiero hacer bien a esta ley, el mal está presente en mí. Y que te puede llevar, en los peores casos, al secuestro expreso incluso. Algo aparentemente en contra de tu voluntad dominante sucede. Sí, eso es Romano 7. Pero la oposición por fuera, A esto volveremos. Circunstancias contrarias. Responsabilidades de la vida, pastor. No comprendas esto. No, yo soy un tonto. Yo no vivo en el mundo real. Yo vivo en un palacio, en un castillo. No conozco la vida real. No. Los pastores tienen más obstáculos. Más oposición. Sí. Eso no es la menor duda. Y si todo esto fuera poco, la realidad del enemigo, el diablo mismo. El diablo no quiere que ningún creyente obedezca a Dios en ninguna cosa. Se opone a cada y todos los actos de obediencia de parte de todos los cristianos, sin excepción. Comenzando con que no quiere que tú te pongas a orar. No quieres que lees devocionalmente las santas escrituras. No quieres que vengas al culto. No quieres que hagas caso del mensaje. No quieres que pongas atención. El diablo es activo, es poderoso. Nunca se da por vencido. En el inframundo del diablo, no. Hay mil maquinaciones, trampas. ¿Y nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, potestades, gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad que habitan los lugares celestiales, las acechanzas del enemigo? ¡Claro que sí! como un león rugiente buscando a quien pueda devorar, anda tratando de conducir a todos y a todos los que dicen ser creyentes a la apostesía, a que renuncien a su profesión de fe. Y tiene mil maneras para lograr eso, porque él no sabe si son o no verdaderos creyentes hasta que vea sus obras y lo que hace, no puede leer el corazón. Por eso se lanza a todos. Pero según nuestro Señor Jesús, El obstáculo más grande en todo esto que estamos resumiendo aquí, rápido, es lo que dijo cuando le preguntaron, eso lo vimos hace unos momentos, son muchos o pocos los que se salvarían, y él dijo, esforzaos a entrar por la puerta angosta, porque os digo que muchos, muchos tratarán de entrar, procurarán entrar, muchos tratarán de entrar y no podrán. Y la palabra es forzaos, ¿no? Nos enseña un montón de cosas. Que no hay ningún atajo, no hay ningún camino corto, vía rápida para avanzar en la vida cristiana. Que sin disciplina, que sin esfuerzo, que nadie puede andar en este camino que se describe aquí como angosto. que debemos esperar la oposición. Lo citamos hace mucho, si no me equivoco con esto de que el reino de los cielos sufre violencia de la boca de nuestro señor y tan solo los violentos se apoderan de este reino. ¿Qué es esto? Habrá conflictos y batallas difíciles si queremos obedecer a Dios. Eso es lo más fácil de entender. Yo voy a orar a tal hora. Vendrán todo tipo de cosas para estorbar que tú lo hagas a esta hora. Haz tu lista. Te garantizo que vendrá todo tipo de oposición. Y increíblemente hay una muchedumbre de cristianos hoy en día que piensan que pueden vivir, pretenden vivir la vida cristiana sin ningún esfuerzo, sin ninguna lucha. Sabemos nosotros que no se logra nada, ningún bien real, en la esfera natural, menos en la dimensión espiritual. No se logra nada, sino un gran esfuerzo. Nosotros vemos esto por todos lados. Lo comentábamos hace ocho días, en el mundo profesional, músicos, artistas, médicos, todas las disciplinas, todas las profesiones, exijan Un tremendo esfuerzo, un compromiso, tan sólo para terminar la carrera. Y vivimos en una nación en donde nos dicen que, yo creo que las cifras reales son aproximadamente el 90% de los que pretenden estudiar a nivel superior no terminan, no terminan sus estudios. y la mayoría de los que terminan sus estudios nunca terminan trabajando en la vocación o la disciplina que estudiaron y por el cual se prepararon, no lo hacen. Y nosotros entendemos que esto es así en el mundo. Entonces, ¿cómo vamos a pensar que hay alguna fórmula mágica para servir a Dios, vivir la vida cristiana sin ningún esfuerzo? ¿Cómo? Pensamos así. Muchos piensan que esto es así. Y en las iglesias que reducen todo esto a la bancada de prosperidades cada domingo con otra fórmula, una nueva fórmula, para que de manera mágica logras que Dios haga lo que tú quieres. Piensan que esto es servir a Dios. y medio mundo, si yo entiendo que debe haber un esfuerzo y luego se contentan con lo menos posible. Luego se contentan con el mínimo, lo que vimos hace ocho días, la lucha, el box, las carreras, el maratón, la larga distancia, el atletismo de aquel entonces, Pablo diciendo yo vivo mi vida cristiana como si yo estuviera así en el estadio compitiendo a este nivel y luego, luego otros con lo mínimo. Y nos preguntamos ¿Por qué? Y lo que estamos diciendo es que ¿Acaso no entienden que esto no es así? Y luego, personas con prioridades equivocadas. Sí, estoy dispuesto a hacer un esfuerzo, pero tengo mi lista de prioridades. Y resulta que las cosas espirituales siempre están en tercer lugar, en cuarto lugar, en quinto lugar en su lista de prioridades cotidianas. Y luego se quejan de que no logran nada, de que se les acaba el tiempo. Y misteriosamente las mismas personas en su lista de prioridades, comer, creo que sí, misteriosamente encuentran tiempo para comer. Bañarse, la mayoría sí, no voy a decir más. Algunos por la prisa. Vean cómo estamos dando el beneficio de la prisa. Se despertaron tarde y fueron a trabajar sin bañarse. Está bien. Está bien. ¿Dormirse? ¿Encuentran misteriosamente el tiempo necesario para dormirse? ¿Y si algo les roba media hora o más de sus horas? Cuando yo vengo, no sé, me llego aquí dos, dos de la madrugada es la meta. Y normalmente Luke está luchando rápido y furioso. 2.15, llegamos a la casa. Toda la ciudad. Y yo estoy viendo y calculando, a las 9 tengo que levantarme. Ese es el límite. Entonces, si logro 7 horas, estoy bien, en teoría. Pero llego a la casa y soy convertido ya en zombi. ¿Qué es lo que estoy ilustrando? Si me roban una hora más. o media hora. Yo tengo que recuperar ese... Y misteriosamente tiempo para toda la lista de quehaceres cotidianamente, en la familia, en el hogar, en el matrimonio. Y luego tiempo para descansar y relajarnos. No estamos dormidos, estamos relajándonos. Estamos así, ¿no? Y tiempo para divertirnos un poco. Hoy en día, la mayoría de la gente están, y no es, como yo leo libros en mi celular, y puedo estar ahí horas, no tengo cientos de libros digitales, estoy leyendo cada oportunidad, además de hacer otras cosas en línea. Pero la mayoría de la gente, su celular les dice, estás pasando tres horas, cuatro horas, cinco horas cada día. Y el celular piensa, puede ser en redes sociales, no sé. Viajando, navegando en internet, no sé. Son horas. Y tu celular te da el reporte cada semana, a menos que lo tienes apagado. Y luego no hay tiempo. No. No. Cualquier cosita es un obstáculo enorme para los asuntos de Dios en tu vida. Por más grande o pequeño, es un obstáculo enorme, hermano, no entiendes. Y Cristo te contesta, no tan solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Y luego, rápido aquí, estamos analizando este asunto de la flojera espiritual y ahora escuchan, para muchas personas el error es tan sencillo, Esas son las personas que viven en conformidad con sus emociones y sus estados de ánimo. Así viven sus vidas. Cuando tienen deseos y se sienten animados y tienen ganas de hacer algo, lo hacen. Y cuando no tienen deseos y no se sienten animados, no se sienten motivados. Estas personas no tienen ganas, no. Y esto es un error carrafal. Y podríamos dedicar una larga serie de sermones a analizarlo. No lo vamos a hacer. Estas personas viven así. Pero la triste realidad en esto es otra. La realidad es que no nos dan ganas de hacer muchísimas cosas. Y sin embargo, las hacemos. Si las personas fueran a trabajar, cada vez que no me siento con ganas de trabajar, cada vez que mi estado emocional en el movimiento progresista de la izquierda en Trincolandia, es toda una generación. Si llego al salón de clases a nivel, puede ser secundario o universidad, y alguien me mira Salvo yendo de la clase, les voy a demandar porque me quitaron mis ganas de estudiar con la mala cara que me dieron, ¿no? Y seguramente son racistas y seguramente son iastolistas, ¿no? Seguramente votaron por Trump, eso es lo que van a decir con todo lo que sucede es culpa de Trump. Que puede ser elegido desde la cárcel como Nelson Mandela lo fue en África del Sur y si no roban la elección, veremos el hermano. Tiene razón. Si no roban la elección, desde la cárcel, o fusilar a Trump, será el próximo presidente de la Unión Americana. Vean lo que estoy diciendo, si es verdad o no. Pero ¿por qué nos desviamos con Trump? En Gringolandia, Trump es el pretexto para acusar a quien sea, ¿no? De todo lo posible. Y yo no estoy diciendo esto a favor o en contra de Trump, ¿no? Estoy diciendo algo más feo. Ya no hay elecciones reales en la Unión Americana. Y lo dejamos. Trump no es tu pretexto. Se tiene que decir esto a millones de personas en el extranjero, en Gringolandia. Pero lo que estoy señalando es esto. Si no fuéramos a trabajar cada vez que nos sintiéramos mal, sin ganas, ¿no? Me siento perezoso. Me da flojera. No estoy animado. Y voy a permitir que mis emociones dominan mi vida y todo lo que hago depende de mis sentimientos. Y nos desviamos con las ilustraciones porque están educando toda una generación del extranjero a vivir su vida así. Y el resultado mañana, el mundo entero se va a colapsar como consecuencia de esto. Se colapsaría hoy si toda la gente sin ganas se negaran a ir a trabajar. No voy a trabajar porque no tengo ganas. El mundo entero terminaría mañana. Así, así, así. Eso es un gran tema, ¿no? ¿De dónde vienen estos ánimos? ¿De dónde vienen estas ganas? ¿De dónde vienen estos deseos de obedecer y servir a Dios? Estoy preguntando. Y si tú me dices que Dios nunca te da ese deseo. La Biblia dice que Él da al querer. Ese es el deseo. Y si tú me dices, yo no tengo ni, ni, ni la energía, ni las fuerzas. Y la Biblia dice que Él da al poder, el querer y al hacer. Es lo que da, lo que obra, y dice que esto debe producir en nosotros, ¿qué dice? Temor y temblor. Ah, porque si Dios no te da esos deseos, como ya lo comenté al principio de este segmento, ni eres creyente, pum-dum, no eres creyente. Tú me dices, ¿crees que este hombre se entregó? Derramó su sangre, sudó gotas de sangre y sufrió lo que habría sido el infierno en tu lugar y no te sientes motivado. ¿Y te llamas creyente? Y hay más cosas aquí que no vamos a ver. Ahora hay que terminar. Busca en Filipenses el texto con el cual empezamos. Y con esto hay que concluir, Philip Ences. Ahora, este pasaje lo volveremos a ver. Es un texto que vimos en la lectura al principio del sermón. Yo decía, la meta es llegar a esto y ya estamos llegando. Con esto vamos a concluir. Bueno, aquí veamos el mismo tema, ¿no? Desde la perspectiva del gran Apóstol Pablo, veamos este tema, por favor, para concluir aquí. ¿Listos? Ahora, el hilo que vamos a agarrar con este tema que vimos en la lectura al principio, es que el gran deseo de Pablo es de conocer más y mejor a Cristo, al fin de conocerlo en versículo 10, 3-10, el fin de participar en la obra que Cristo está haciendo en este mundo, y esto necesariamente implica sufrir padecimientos, como lo dice en el mismo versículo 10, ¿Qué tan diferente es esto de la banquera de prosperidad? Y esto significa hacer un gran esfuerzo, y con esto vamos a concluir. El gran esfuerzo se describe aquí con esta palabra, prosigo al blanco. En el versículo 12 dice, no que yo sea completamente transformado, santificado, madurado, no. Tampoco he alcanzado el propósito de Dios para mi vida en este mundo. El propósito, aquello para lo cual fui alcanzado de Cristo, no. No lo he alcanzado, dice Pablo, después de un mínimo de 25 años de haber sido convertido. En el versículo 3, hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo alcanzado. Pero una cosa, es una sola cosa, hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás. extendiéndome a lo que está adelante, por delante, en el camino, prosigo al blanco. Y para concluir el día de hoy, vamos a comentar en breve este asunto. Vamos por partes. Primero, la palabra proseguir aquí, prosigo, es la misma palabra que se traduce perseguir La misma palabra usada en el griego para hablar de Pablo persiguiendo la iglesia. Como un verdugo persiguiendo a sus enemigos. Con este celo, con esta misma energía, con este gran esfuerzo. El día de su conversión iba rumbo a Damasco, no acompañado por autoridades con el fin de agarrar a los clientes y encarcelarlos en Damasco. Perseguía la iglesia. Y dice ahora, es la misma palabra griega, con esta misma energía, con este mismo esfuerzo, Con el mismo empeño, con el mismo deseo, con la misma entrega, persigo al blanco. Es un juego de palabras. Y luego la frase extendiéndome, rápido vean lo que dice aquí, extendiéndome al final del versículo 13, a lo que está delante. Esto es la figura del atletismo, del corredor en el maratón, lanzándose. Se está cayendo y con toda su fuerza, con todo su empeño, se lanza, se echa hacia la meta. Esa es la palabra. ¿Y qué es lo que nos dicen estas palabras? No hay nada de sueño, nada de flojera, nada de lo que impide a medio mundo aquí. Pablo miraba este asunto desde esta perspectiva como un hombre llamado por Dios a cumplir con una carrera. Como un llamado encargado, comisionado para pelear una batalla. Como ya sabemos, ¿no? Con un llamamiento celestial y santo para servir y glorificar a Dios y terminar el propósito de su vida. Y el propósito aquí es llamado a conocer a Cristo y ser más semejante a Cristo. Y luego estar con Cristo para toda la eternidad. Es algo muy sencillo y muy profundo. Llamado a conocer, llamado a ser semejante a este Cristo y llamado a estar con Él para siempre. Y esto es la meta, esto es el blanco. En esto se fijaba Pablo en todo lo que hacía. Ahora terminemos comentando algo aquí. Estas no son las palabras de un super santo. El mismo dice, no lo soy. Estas son las palabras de una persona que experimentaba luchas, dificultades, obstáculos, conflictos por todos lados. Este hombre, su vida llena de problemas. enfermo por muchos años con una enfermedad crónica que él describe como una estaca metida en su carne y el diablo le daba vueltas para provocarle más dolor. Un hombre que sufría de necesidades económicas. Él mismo lo dice en varios textos. Un hombre que pasaba por periodos de desánimo y depresión debido a todo este paquete. Luchaba con todos sus enemigos posibles. Ni hablar del diablo, los judíos lo estaban cazando como un animal a lo largo de años, los judíos, con el fin de matarlo. Pasaba experiencias dificilísimas. Perseguido, lo vuelvo a decir, por sus enemigos espirituales, escuchen a este encarcelado, azotado, apetreado, padeció naufragio repetidas veces, y por fin encarcelado en Roma y martirizado. Este es el hombre que habla aquí. Con esto concluyo. Si hacemos la lista de cosas, si hacemos la comparación entre este hombre y cualquier persona presente, cualquier persona que conozcamos, cualquier persona que haya vivido después, no hay nada como este paquete de oposición. Y con esto concluimos. Los puntos son, primero, Pablo nunca dejaba de examinarse a sí mismo a la luz de la meta. La meta, más conocimiento de Dios y más semejanza a Cristo. Esa es la meta señalada aquí repetidas veces. Siempre se examinaba, ¿qué tan semejante soy a Cristo? En mis conocimientos a Él, ¿qué tanto le conozco? ¿Qué tan íntimo es mi relación con Él? ¿Qué tan profundo es mi compañerismo con Él? ¿Qué tan transformado soy por todo este conocimiento que estaba recibiendo, no por inspiración del Espíritu Santo y comunicando a los demás creyentes? Aplicándoselo a sí mismo primero. Nunca dejaba de examinarse así. Primero. Segundo, dice a la luz de lo anterior, me concentro en una sola cosa. Una sola cosa. Lo reduce todo a esto. Una sola cosa hago, ¿no? No estoy permitiendo que mi vida sea distraída por ninguna oposición, ningún obstáculo, ningún impedimento, no. Estoy persiguiendo una sola cosa. Y termino con esto. ¿Cómo es que perseguía esta una sola cosa? Ven con mucha atención. Nos lo explica. Una sola cosa hago en el versículo 13, olvidándome de lo que queda atrás. ¿Quién escribió esto? Pablo. El hombre que hizo más que cualquier otro cristiano en la historia del cristianismo dice, me olvido de lo que ya hice. Olvidándome de lo que he logrado, ¿no? No estoy mirando en el retrovisor, ¿no? No estoy contento, en otras palabras, con lo que ya hizo, ¿no? Pablo no estaba contento. Y esto es, para concluir, esto es el problema que vemos en cantidad de creyentes. Piensan que ya hicieron algo y ya. Piensan que ya sirvieron en algo y ya no. Y si Pablo no podía vivir así, nosotros tampoco. No podemos contentarnos con lo poco que ya hicimos. ¿Cómo? ¿No hay jubilación en este ejército? ¿No hay ni siquiera días de vacaciones en este conflicto? No. Tenemos que mirar a la meta. Y la meta es que tú y yo seamos transformados hasta lo más posible, ¿no? Hasta lo máximo posible convertidos y transformados en la persona que fuimos destinados a ser. Y con esto concluyo. Este ejemplo nos sirve quizás. Este es un tema de comentario constante en muchas iglesias en el extranjero, hasta el grado en que lo ponen en letreros y en sus paredes, y lo ponen, es como verlo en coches, ¿no? Te sacas a un carro y ves, hay un anuncio, dice una cabronomía. No dice morena, no dice bad, pri, no es algo, pero entiendan, ¿no? Ahí están colocando algo, y lo que dicen es, es opresivamente, ¿no? Algo parecido a esto. Ponen ahí, este, Dios no ha terminado su obra todavía en mí. ¿Qué dice? ¿Qué dice? Dios no ha terminado su obra en mí. Ahí lo ponen en la defensa de su carro. En comunidades llenas de iglesias y grupos evangélicos, es bastante común ver eso. ¿Qué es lo que están diciendo? Dios no ha terminado. Dios está todavía obrando. Dios está todavía trabajando para completar su obra en mí, para acercarme a la meta que es Cristo. ¿Y cuántos clientes conocemos con esa mentalidad? Es fácil poner eso en una calconomía, en un cuadro, ¿no? Con letras las más bonitas, ¿no? A colores. Es fácil, ¿no? ¿Pero por qué lo ponen así? Para recordar a los demás, ¿no? De lo que hemos escuchado. Yo creo que para recordarse a sí mismos de que todavía Dios está obligándonos a fijar nuestra mente, nuestro corazón en la meta. Y con esto concluimos.
Oidores Expositivos 28
Series Oidores Expositivos
El único que te puede impedir servir a Dios eres tú mismo...
Sermon ID | 96232334231199 |
Duration | 1:31:41 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Corinthians 15:58; Philippians 3:4-15 |
Language | Spanish |
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