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Muy bien, vamos a comenzar entonces nuestra escuela dominical. Vamos a estar de pie, vamos a elevar al padre una oración pidiendo su dirección en este tema que nos compete en esta mañana. oramos. Padre bueno y Dios, tú que moras en las alturas de los cielos en este día, tu día, señor, día especial, día donde tú nos ordenas en tu palabra que nosotros nos congreguemos, nos reunamos, podamos ser expuestos a tu palabra, y podamos también ser estimulados al amor y a las buenas obras. Este día nosotros te exaltamos, te glorificamos, te porque eres tú quien has abierto nuestros ojos espirituales, nuestros oídos espirituales para ver y oír las maravillas de tu ley. Gracias te damos por ello, Señor. Queremos suplicarte que tu gracia sea sobre cada persona que se una a esta escuela dominical para que este estudio, pues, sea de edificación a sus vidas, tanto de los que vienen de camino como los que ya estamos, Señor. Padre, te suplicamos que nosotros podamos ser hacedores de tu palabra, que no seamos oidores olvidadizos de ella. Pon en nosotros esa buena voluntad para hacer las cosas. Pon en nosotros ese ánimo pronto. Y que nosotros también, como seres pensantes, podamos disponernos a nutrirnos de esta palabra como es debido, pero también, Señor, a vivir por ella. Y si es necesario, hasta morir por ella, Señor. Padre, gracias te damos por este día. En tus manos estamos, Señor. Esto te lo pedimos, oh Dios, en el nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. Amén y amén. bien entonces en esta mañana nosotros estamos estudiando el capítulo 4 del libro Dios tiene un plan maravilloso para tu vida que lleva por título la clave perdida la clave perdida no tengo la página pero si alguien lo tiene por ahí cuánto página 49 de nuestros libros Entonces, el domingo pasado, cuando nosotros finalizamos el estudio, nos hacíamos una pregunta, o el libro nos hacía una pregunta, y nosotros la asumimos también como nuestra, y es la que dice, ¿Cómo hemos de traer a los pecadores al Salvador? ¿Cómo hemos de traer a los pecadores al Salvador? Si ya nosotros en los últimos estudios hemos visto de que no debemos de decir a la gente, Dios tiene un plan maravilloso para tu vida, porque la gente puede malinterpretarlo. Y ese plan maravilloso que la Biblia enseña es un plan, conforme a lo que vimos el domingo pasado, de luchas, batallas, dificultades, incluso por el hecho de ser cristiano. Es esa la realidad, ¿verdad? Cristo ha venido a darnos vida, y vida en abundancia. Pero esa vida en abundancia difiere sustancialmente de la vida en abundancia que la gente entiende en el mundo que es una vida en abundancia, valga la redundancia. Entonces, en esta mañana yo espero que también podamos nosotros irnos con la respuesta a esa pregunta. El autor comienza dando un testimonio de que cuando él se convirtió, él era una persona que le gustaba mucho surfear. Ustedes saben lo que es surfear, ¿verdad? Ir a la playa con una tabla, volar olas, caerse, eso es surfear y dice que cuando él se convirtió le dijo a sus amigos surfistas que él había encontrado una mejor, algo que era mejor que practicar el surf y que ellos no, dice él que ellos no podían creer eso porque realmente efectivamente él amaba eso, entonces fue tanto la insistencia de parte de él, del autor que ellos decidieron conocer un poco más acerca de qué era eso que él había logrado o había encontrado que le llamara más la atención que el surf y fue precisamente su conversión y él dice que insistió mucho con ellos para que ellos también pudieran hacer lo que se conoce como la oración del pecador una oración que es muy famosa una oración que se usa en las iglesias evangélicas bautistas quizás no se usa con mucha avidez en las iglesias reformadas, sean bautistas reformadas o presbiterianas reformadas, eso no se usa porque no tiene base bíblica en primer lugar, pero nosotros lo vivimos aquí en nuestra iglesia al inicio donde cuando venía un grupo para evangelizar siempre llevaba a la gente a hacer una conversión y eso llenaba números y esos eran los reportes que se daban, cuántos se convirtieron, 500, cuántos se convirtieron, 300, pero nosotros nunca llegamos a ver esas personas porque no se le daba un seguimiento siquiera, solamente era llenar un número, lamentablemente. No sé si eso se usa en esos países y le ha dado resultado a ellos en esos países, pero aquí sabemos que eso no dio resultado. Entonces algo similar fue lo que ocurrió. con el autor de este libro. Él también llevó a estos amigos a hacer esa oración del pecador, pero al poco tiempo, después que estos amigos hicieron la oración del pecador, todos se habían desviado, todos habían regresado a su camino anterior. Y dice que él nunca logró entender del todo ese suceso. porque todos o casi todos se habían apartado de la fe. Nunca lo entendió hasta que llegó un momento en el cual él un día estaba sentado en su oficina leyendo una porción de un sermón de Charles Spurgeon, el famoso predicador que se conoce en el mundo evangélico, no solamente en el mundo reformado, hasta en los pentecostales se conoce como el príncipe de los predicadores. Y dice que esa predicación de Charles Spurgeon usaba la ley de Dios, los diez mandamientos, para hacer que sus oyentes temblaran y se arrepintieran y vinieran a los pies del Señor. La ley de Dios, los diez mandamientos. Y dice que lo que desencadenó un cambio radical en su vida fue cuando él leyó lo siguiente. Ustedes lo tienen allí. No sé por dónde vamos, pero Cáiganme atrás. Dice, existe una guerra entre ti y la ley de Dios. Los diez mandamientos están contra ti. El primero se adelanta y dice, sea este hombre maldito, porque me ha negado. Tiene otro Dios aparte de mí. Su Dios es su vientre y rinde homenaje a la lascivia. Todos los diez mandamientos, como si fueran diez grandes cañones, están apuntando hacia ti, pues has violado todos los estatutos de Dios y has vivido diariamente descuidando sus mandamientos. Alma, te será cosa muy dura declarar la guerra contra la ley. Cuando la ley vino, pacíficamente, Sinaí estuvo envuelto en humo e incluso Moisés dijo, Estoy espantado y temblando. ¿Qué harás tú cuando la ley de Dios llegue con todo su furor, cuando la trompeta del arcángel te arranque de tu tumba? Cuando los ojos ardientes de Dios penetren en tu alma culpable, cuando los grandes libros sean abiertos y toda tu vergüenza y pecado sea publicado, ¿qué harás? ¿Podrás estar en pie contra la ley airada en ese día? Dice él que él después estaba leyendo, eso le impactó grandemente esa lectura que es una cita de una predicación de Charles Purgion, el príncipe de los predicadores, y que más adelante él estaba leyendo Gálatas 3.24. y que en un momento dado le asaltó una pregunta, ¿será posible usar la ley como guía para conducir a los pecadores a Cristo, así como condujo a Israel a Cristo? Y dice que él cerró su Biblia y comenzó a buscar una persona, un pecador, con el cual él pudiera hacer ese, vamos a decir, ese experimento. Y dice que se encontró con un caballero que estaba dispuesto a conversar acerca del tema y revisó con él los diez mandamientos Luego compartió con ese caballero acerca de la cruz y dice que ese hombre se puso de pie así dijo jamás he oído que alguien exprese eso con tanta claridad en toda mi vida. Entonces, dice que el autor del libro empezó a entender el gran principio de que precisamente la ley es una guía, es un ayo, que es un guía, lo mismo como traduce nuestra Biblia, que conduce al conocimiento del pecado, convenciendo al pecador de su necesidad del Salvador. eso es la ley y dice que él comenzó a estudiar las escrituras, comenzó también a estudiar la cómo se se acostumbraba a presentar el evangelio de grandes predicadores de los siglos anteriores, siglo diecinueve, dieciocho, diecisiete, y esos grandes predicadores que Dios había usado a lo largo de los siglos, y él descubrió que usaban esos predicadores a los cuales él hace mención, como Juan Wesley, que es el fundador de los metodistas, Spurgeon, el príncipe de los predicadores, Whitefield, Moody, Lutero y otros, él descubrió que había un principio que ellos utilizaban que prácticamente había sido olvidado en los siglos posteriores. y era precisamente usar la ley como una advertencia, como una forma de preparar a la gente, preparar el camino para presentar el evangelio a los pecadores. Entonces, esa es la línea que nosotros debemos de entender y por donde debemos de irnos. Cuando nosotros vamos a hablar con la gente, cuando vamos a presentar el mensaje de salvación, Tenemos que confrontar a la gente con su pecado y la única forma en que usted puede encontrar a la persona confrontada con su pecado es precisamente haciéndole ver cómo Dios demanda la perfección absoluta del ser humano y cómo su vida, la de esa persona, está totalmente alineada de esa vida de perfección que Dios exige. La ley debe de ser esa columna dorsal de nuestra presentación evangelística, porque la función de la ley es precisamente preparar el corazón del pecador para la gracia. Acá hay una cita de Martín Lutero. Martín Lutero dijo de la ley de la siguiente forma. En su verdadera obra y esencia correcta, prepara a un hombre, si usa la ley correctamente, para anhelar y buscar la gracia. Ahora vámonos a la Biblia. Vámonos a Primera de Timoteo, capítulo 1, verso 8. Acompáñenme, por favor. Si alguien lo encuentra primero, lo puede leer con toda libertad. Primera de Timoteo, capítulo 1, verso 8. Mire cómo dice. Pero nosotros sabemos que la ley es buena, como dice, si uno la usa legítimamente. Es decir, si uno la usa con el propósito para el cual fue diseñada la ley. Ahora, ¿para qué propósito fue diseñada la ley? Cuando estamos hablando de la ley, es bueno entender que nos estamos refiriendo a la ley moral de Dios. Cuando hablamos de la ley, estamos hablando de esas series de ordenanza que Dios le dio a Moisés, que está contenido en los cinco primeros libros de la Biblia, la ley completa. Pero cuando hablamos de la ley moral, que es la que sigue vigente luego de la venida de Cristo, la ley moral es la que está contenida en los diez mandamientos. ¿Me siguen? Ok, tenga eso pendiente, porque voy a hablar ley, ley, ley. Cuando esté hablando de ley, ¿estoy hablando de qué cosa? de los diez mandamientos exactamente la ley moral de dios que son los diez mandamientos porque la ley de moisés se divide en tres ley moral ley ceremonial y ley civil Ley moral, los diez mandamientos. Ley ceremonial, todas esas ordenanzas que habían que celebrar, que apuntaban a Cristo. El sacrificio de los animales, cómo debían de purificarse los sacerdotes, cómo debían de guardar el día de reposo. Y la ley civil, eran las ordenanzas que aplicaban para la nación de Israel como una nación. Esa esa ley civil era la que decía que si un un joven desobedecía a su padre, merecía la muerte y tenía que aplicarse la muerte que establecía que cuando una persona era encontrada teniendo relaciones sexuales fuera del matrimonio, debían de ser ambos apedreados. Esa es la ley civil. Entonces todo eso fue abolido luego de venir Cristo. La que queda vigente es la ley moral que está contenida en que cosa? la ley mosaica está dividida en esas tres moral civil y ceremonial pero para nuestro tiempo bajo el nuevo pacto la ley moral es la que queda vigente hasta que cristo venga esa todavía nosotros somos llamados a cumplirla, que está resumida en los 10 mandamientos. Entonces, ¿para qué propósito fue diseñada la ley de Dios, la ley moral? Si usted todavía está ahí en 1 Timoteo 1, verso 8, el siguiente versículo nos dice cuál es el propósito por el cual fue diseñada o fue elaborada la ley de Dios. Primera de Timoteo, capítulo 1, siguiente versículo es 9, dice así, Reconozcamos esto, que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para quienes? para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los que matan a sus padres o a sus madres, para los asesinos, y ahí sigue, sigue, sigue, sigue hablando para quién es la ley. Ahí lo enumera, ¿verdad? ¿Quiénes? Los inmorales, homosexuales, los secuestradores, los mentirosos, los que juran falsamente, etc. Entonces el diseño principal de la ley no es para los salvos, sino para los inconversos. Para los inconversos. Fue dada principalmente como una herramienta evangelística, como una guía para llevarnos a Cristo. para llevarnos a Cristo. Ahora la ley no nos salva, nadie va a llegar al cielo intentando guardar los 10 mandamientos, las Escrituras son bien claras en cuanto a eso, que nadie es justificado por las obras de la ley, nos dice Gálatas 2.16, por las obras de la ley nadie será justificado, La salvación es por gracia únicamente, por medio de la fe, únicamente en Cristo. Entonces, ¿cuál es el propósito de la ley si no salva? Pues precisamente viene a funcionar como un espejo, como un espejo. ¿Qué hace el espejo? Nos refleja, nos muestra cómo estamos. Déjame ver. Necesito arreglarme un poquito. Tengo aquí una mancha. ¿Eh? ¿La tengo? Sí, caramba, esa no se quita. Esa es la ley, es un espejo, nos muestra cómo somos. Y usted se ve al espejo porque usted está buscando arreglarse para usted salir lo mejor posible. Esa es la función de la ley. Entonces, los que tratan de justificarse por la ley es como que tomaran el espejo y trataran de lavarse la mano con el espejo. Eso es imposible. Entonces la ley no nos purifica, la ley no nos limpia, la ley no nos hace santo, pero sí nos muestra nuestra condición, sí le muestra al inconverso su condición caída, su condición pecaminosa y a nosotros también, porque mientras estemos en esta tierra no vamos a estar exentos de pecado, entonces también nos muestra eso. Entonces viene a ser como esa vara, como ese callado del Pastor, nuestro Sumo y Eterno Pastor Jesucristo, para guiarnos a nosotros como ovejas hacia Él. Viene a ser esa red del pescador, el arado del agricultor, son esas diez trompetas de oro que preparan el camino para el Rey. Esa es la ley. La ley hace que el pecador sienta sed de justicia para que pueda vivir. Su luz santa de la ley revela el pecado, el pecado de la persona, del corazón humano. Eso es lo que hace la ley, le revela su condición para que esa persona acuda a buscar ayuda vaya en auxilio de alguien que puede lavar su pecado, de alguien que lo puede limpiar, de alguien que le conduce precisamente a Cristo y ese es el Espíritu Santo. Tenemos un ejemplo, vámonos a números 21. Números 21 es el cuarto libro de la Biblia nosotros lo estamos leyendo en nuestra lectura diaria pero ese capítulo 21 todavía no lo hemos leído lo vamos a leer quizás el domingo que viene lo estaremos leyendo me parece estoy seguro que lleguemos ahí Número 21, versos 6 al 9, allí nosotros vemos que Dios envió serpientes abrazadoras, en nuestra versión dice serpientes abrazadoras, en la Reina Valera dice serpientes ardientes, entre los israelitas, obligándolos a reconocer que habían pecado. Cuando el pueblo se volvió a Dios arrepentido, él le ordenó a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la colocara sobre un asta donde la gente la pudiera ver. Entonces, las personas que habían sido mordidas por esas serpientes abrazadoras, serpientes normales, ¿verdad? Serpientes ardientes, como dice en esta versión la reina Valera, cuando una persona había sido mordida por la serpiente tenían que ir y mirar a esa serpiente de bronce que estaba en esa hasta y el que miraba a esa serpiente de bronce recibía sanidad ahora bien te dirá pero eso qué aplicación tiene eso bueno vámonos entonces a Juan capítulo 3 Juan capítulo 3, verso 14. ¿Lo tiene? ¿No? ¿Quién lo tiene? Léalo. Entonces Jesús específicamente cita este pasaje del Antiguo Testamento con referencia a su inminente sacrificio sobre la cruz para comprar nuestra salvación del pecado. Eso es lo que está diciendo Jesús ahí. Así como Moisés levantó esa serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre para que todo aquel que cree tenga en él vida eterna. Entonces, los 10 mandamientos vienen a ser como esas serpientes ardientes, esas serpientes abrazadoras que leemos en número, que llevan consigo la venenosa maldición de la ley, nos pica cuando conocemos la ley, nos muerde. Ahora, si nos quedamos así con la mordida, ¿qué ocurre? perecemos, no físicamente, pero espiritualmente. De hecho, el ser humano nace con ese veneno, lo que pasa es que se atiza más o le hace ver más, mejor dicho sería esa la idea, la serpiente que le pica le hace ver de que necesita un salvador, necesita mirar a un salvador. Esa es la función que hace la ley. Y la ley establecía la muerte para el que pecaba. ¿Por qué Dios envió las serpientes a la nación de Israel? ¿Por qué le envió? Adivina, a ver, si no lo ha leído. ¿Por qué Dios envió las serpientes? Por pecado, exacto, por desobediente, por cacoduro, por terco. por dura serviz, eso es, eso fue castigo, por bochinchoso, rencilloso, y por eso Dios envió eso, entonces la desobediencia del pueblo, el juicio de Dios establecía muerte del pueblo, ahora como Dios mostró misericordia para el pueblo, luego de haber sido mordido por la serpiente, Exactamente. Dios le dijo levanta esa asta y pon allí una serpiente de bronce y todo aquel que haya sido mordido por la serpiente cuando mire la asta va a recibir sanidad. Y Jesús dice eso es a mí que se aplica. Usted ve como toda la Biblia es un complemento por eso es que no podemos leer la Biblia aislada. Porque si usted se queda en números, solamente va a decir, no, pues hay que hacer una serpiente de bronce. Pero no es eso lo que dice, es que esa serpiente, así como fue levantada en el desierto, así era necesario que Cristo también fuera levantado por nosotros. El Antiguo Testamento dice que el Mesías haría la ley grande y gloriosa, Isaías 42, 41. Los líderes religiosos habían degradado la ley de Dios, habían deshonrado La ley de Dios. Los líderes religiosos del tiempo de Jesús. ¿Por qué lo habían hecho? Porque le habían añadido muchas tradiciones. Habían torcido las ordenanzas. El espíritu de la ley lo habían torcido. Los fariseos, los escribas, los mismos sacerdotes. Y por eso lo habían hecho inválida, le dice Jesús. Habían convertido la ley en algo pesado, algo gravoso. Y cuando los líderes religiosos habían hecho esto, pues habían llevado a que el poder de la ley para lograr su propósito fuera anulado. ¿Y cuál era ese propósito? Conducir a las personas al conocimiento de su pecado. Ese era el propósito de la ley y de esa necesidad de arrepentimiento y salvación. Ese era el propósito de la ley. La ley fue dada con ese fin. Pero los fariseos, los escribas con su mentalidad opacada, dándole más énfasis a al rito que a lo que debería de conducir la ley pues dice Jesús que ellos los líderes religiosos habían invalidado totalmente el mandato como tal y dice Jesús que incluso ellos impedían que otros entraran al reino de Dios. Eso es lo que dice Jesús en Lucas 11, 52. Hay de ustedes, intérpretes de la ley, porque han quitado la llave del conocimiento. Ustedes mismos no entraron y a los que estaban entrando se lo impidieron. Eran personas que decían ser expertos en la ley, pero como no habían usado la llave del conocimiento, para conducir a los pecadores al Salvador, ellos mismos habían obstaculizado la obra de la ley como un instrumento que prepara el terreno en el corazón de las personas. Eso era lo que habían hecho estos líderes en el tiempo de Jesús. Entonces lo que Jesús hace precisamente es enderezar lo que los líderes religiosos habían torcido. y honró lo que ellos habían despreciado. Vámonos a Mateo 5, 17 al 20. Mire lo que dice Jesús allí. Mateo 5, 17 al 20. ¿Lo tiene? Página 984, Nueva Biblia de las Américas. Leemos. No piensen que he venido para poner fin a la ley o a los profetas. No he venido para poner fin, sino para cumplir. Porque en verdad les digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que todo se cumpla. Cualquiera pues que anule uno solo de estos mandamientos a un de los más pequeños y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos. Pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. porque les digo a ustedes que si su justicia no supera la de los escribas y fariseos no entrarán en el reino de los cielos entonces aquí nosotros vemos como Jesús dice que esta ley y está haciendo referencia a la ley moral de Dios es llamada a ser cumplida, es llamada a ser obedecida, que mientras exista cielo y tierra, ninguno de esos mandamientos va a ser quitado, todo va a ser cumplido Eso es lo que Jesús dice allí. Entonces, más adelante Jesús muestra la naturaleza espiritual de la ley, más adelante enseñando que Dios desea la verdad en lo más íntimo, como dice el Salmo 51, 6. Dios juzgará no sólo las acciones, sino los pensamientos y las intenciones del corazón. Eso es lo que Jesús dice. No es que ustedes digan, como decían los fariseos, no matarás, y el fariseo diría yo no maté a nadie, estoy bien, o no robarás, yo no robé a nadie, yo estoy bien, o no adulterarás, yo no adulteré contra nadie, estoy bien. Eso Jesús dice, miren, el espíritu de la ley no es eso solamente, porque aquí entonces todos seríamos santos, todos estaríamos libres de culpa. Ese no es el espíritu de la ley, sino que Jesús engrandece, si se puede decir así, los mandamientos del Señor y vemos dos ejemplos en ese mismo, si usted cerró su Biblia, ábrala de nuevo, Mateo 5, dos ejemplos con respecto a dos mandamientos. Mateo 5 21. Mire cómo dice Jesús. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados no matarás y cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte. Pero yo les digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte y cualquiera que diga insensato a su hermano será culpable ante la corte suprema y cualquiera que diga idiota será merecedor del infierno del fuego. del infierno de fuego. Tremendo. Verso 27. Ustedes han oído que se dijo, no cometerás adulterio. Pero yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio con ella en su corazón. ¿Cuáles son esos dos mandamientos Jesús está haciendo referencia, está tomando como ejemplo? El sexto mandamiento, no matarás. Y el séptimo mandamiento, no cometerás adulterio. Entonces ya Jesús está diciendo, Ya Jesús está diciendo, el espíritu de la ley no es solamente no hacer el acto físico, el espíritu de la ley va a las emociones, a los sentimientos, al corazón. Entonces cuando nos vemos allí nos encontramos que somos pecadores, que somos pecadores. Más adelante en ese mismo discurso Jesús amplía la ley aún más al abrir el noveno mandamiento que dice no hablarás contra tu prójimo falso testimonio verso 33 hasta el 37 que está hablando precisamente del no jurar en falso y Jesús concluye esta parte de su enseñanza aquí en Mateo 5 verso 48 que dice el verso 48 sean ustedes perfectos como su Padre Celestial es perfecto". Esa declaración debió de haber dejado sin habla a los oyentes primarios y probablemente esa era la intención de Jesús, porque la función de la ley es precisamente que toda boca se calle. ¿Usted sabía eso? Que nadie tenga excusa. Eso es lo que dice Romano 3.19. Camine para adelante, por favor. Busque conmigo Romano 3.19. Para que usted vea que es así que nos dice la palabra, que esa es la función de la ley. 3.19, Nueva Biblia de las Américas, página 1154, dice Ahora bien sabemos que cuanto dice la ley lo dice a los que están bajo la ley para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios. Toda boca se calle y todo sea hecho responsable ante Dios. ¿Quién se puede justificar ante los ojos de Dios si se nos ordena a nosotros ser perfectos? ¿Hay alguien aquí perfecto? usted pudiera justificarse delante de dios si el señor ya nos ha dicho que tenemos que ser perfectos como como nuestro padre es perfecto ¿tiene usted algo que avale su perfección? entonces por esa razón usted ve como nadie dijo nada nuestras bocas quedan calladas nuestras bocas quedan cerradas ¿por qué? porque todos somos culpables eso fue lo que Jesús dijo cuando cuando le llevaron la mujer que había sido hallada en adulterio Jesús conocía que era una malicia de ellos, porque si la mujer real y efectivamente hubiese sido llevada en adulterio, no debió haber llegado ella sola, sino la pareja. Y por esa razón Jesús, es decir, el hombre y la mujer, ambos eran culpables, ambos merecían la muerte, conforme a la ley. Y por esa razón Jesús dice, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Y todos se fueron. Todos se fueron porque reconocieron su condición. Entonces, cuando la Biblia dice que debemos de ser perfecto, lo que nos está diciendo a nosotros es que nosotros día a día tenemos que confrontarnos con esa ley, con la ley de Dios, y que debemos entonces, al vernos lleno de imperfecciones, nosotros acudamos a Cristo en auxilio, buscando su ayuda. Aquel que es perfecto, aquel que no cometió pecado, aquel que siendo inocente murió como un culpable. Eso es lo que nos presenta la ley, mi condición caída, mi condición pecaminosa, yo no puedo estar delante de la presencia del Señor, necesito un mediador, necesito a Cristo. Por esa razón el Salmo 19, 7 dice, la ley del Señor es perfecta que restaura el alma, ¿Por qué? Porque cuando nosotros vemos la palabra del Señor me confronta y yo debo de, o en el peor de los casos, caer en lo que es la autonegación y decir no, eso no es así. Como mucha gente lo hacen, pero se está engañando a ella misma, la persona que dice eso. O reconocemos que por nuestros propios méritos no podemos estar delante de Dios y necesitamos entonces de un salvador entonces ese es el fin de la ley mis hermanos y por eso cuando predicamos cuando damos el mensaje a la gente tenemos que hacerle ver la realidad de su vida a la luz de la ley moral de Dios para que así no haya excusa Entonces, la verdadera función de la ley es hacer que los hombres reconozcan y estén conscientes de su pecado. Esa es la función de la ley. Como nos dice Romanos, capítulo 3, verso 20, lo lee conmigo, Romanos 3.20. Porque por las obras de la ley, Página 1154, Nueva Biblia de las Américas, porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él, pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado. Por medio de la ley viene el conocimiento del pecado. Es como que, y aquí él pone un ejemplo, de que alguien venga a decirle a usted, le tengo una buena noticia, alguien acaba de pagar una multa de tránsito que tú tenías de 25 mil dólares. Ese es el ejemplo que él pone acá. Y la mayoría de los que están acá dirían, ¿cómo es eso de que yo tengo una multa si ni siquiera tengo licencia? No, claro, puede ser que no la tenga, pero la multa se la pueden poner con un carro prestado. Ni siquiera tengo licencia. Qué tontería me está hablando. Muchas veces las personas cuando presentan ese mensaje, Dios tiene un plan maravilloso para tu vida. Ahí es que está el problema, dicen. Yo tengo mi vida resuelta, yo no tengo problema. Eso fue lo que vimos el domingo pasado. Ahora bien, ¿qué ocurriría si usted tiene su licencia, usted cometió una infracción y alguien viene y le dice a usted, mira, la infracción que cometiste por exceso de velocidad que te costaba 25 mil dólares, un monto alto, eso se sabe que no ocurre, pero para darle un ejemplo así bien grande, esos 25 mil dólares que te pusieron por infringir la ley, alguien te lo pagó. ¿Cómo usted reaccionaría? Usted sabe que usted la cometió, la falta. ¿Cómo usted reaccionaría con esa buena noticia? ¿Y quién fue para darle el abrazo? ¿Para darle la gracia? ¿Cómo yo iba a salir de esa deuda tan grande? Entonces, miren la diferencia, mis hermanos. Por esa razón, cuando nosotros predicamos el mensaje al que no conoce del Señor, primero tenemos que hacerle ver su condición caída a la luz de la ley moral de Dios. A la luz de la ley moral de Dios. si yo no ayudo a esa persona a entender que ha violado la ley entonces la buena noticia le va a parecer a esa persona una necedad le va a parecer algo ofensivo porque tú me dices eso si yo no he violado ninguna ley entonces una vez que la persona ha entendido que ha violado la ley la buena noticia de que la multa ha sido pagada en su totalidad convertirá de verdad en una buena noticia eso que usted le está diciendo a esa persona por eso cuando nosotros decimos que el evangelio son buenas noticias que son buenas nuevas porque eso es lo que significa la palabra evangelio en griego solamente son buenas noticias solamente son buenas nuevas para la persona que ha entendido su condición caída y que su camino le está conduciendo cada vez más al infierno solamente así, hasta que la persona entiende su pecado, hasta que la persona no entienda su pecado, pues nunca el Evangelio será para esa persona buenas noticias. Entonces, nuestro enfoque debe de ser, el Señor ha hablado en su palabra, el Señor nos ha dicho qué es lo que debemos de ser y hacer, cómo debemos de comportarnos, ¿Cómo es que debemos de comportarnos a la luz de su Palabra? Perfecto, en perfección. Eso es lo que dice la Palabra. Sean ustedes perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. ¿Ahora es posible esto? No. ¿Ahora cómo entonces yo logro ser perfecto para yo alcanzar algún beneficio de parte de Dios? Nunca lo lograré. Nunca tendré la capacidad de ser perfecto. Pero si alguien me dice Hay alguien que vivió la vida perfecta sin pecado y esa vida perfecta se te puede cargar a tu favor. Y lo que tú necesitas hacer para recibir ese beneficio es confesar tus pecados, reconocer que tú eres una persona pecadora, arrepentirte de ellos, disponer en tu corazón no volver a seguir ese camino y entonces esa vida perfecta va a ser cargada a tu favor y el Padre Dios mirará en ti como si tú mirará a través de ti como si tú nunca hubieras pecado por esa vida perfecta que obró Cristo ese es el mensaje mis hermanos que nosotros tenemos que dar ahora hay un problema ¿cuál será? o no estamos dando ese mensaje o estamos dando un mensaje incorrecto. Nos estamos enfocando en los beneficios que recibe la persona y no les estamos haciendo ver de que a la luz de la ley de Dios lo que esa persona merece y todos en esta tierra merecemos es el infierno. Eso es precisamente el mensaje que nosotros somos llamados a dar. Nosotros tenemos que a través de los 10 mandamientos, a través de la ley moral, hacerle ver a la gente lo mal que han obrado lo mal que han obrado que han ofendido a Dios al violar su ley entonces una vez que esa persona ha entendido lo mal que ha obrado su pecado entonces las buenas noticias se le pueden dar las buenas noticias se le pueden dar Entonces eso es precisamente lo que nosotros debemos de hacer como iglesia, es presentarle a la gente la verdad del evangelio. Mucha gente dice no, ve la iglesia más como una actividad más. Entonces por esa razón cuando usted le invita a la iglesia dice no porque yo tengo que hacer esto. Ahora, cuál es el problema, que pudiera darse el caso también que quizás usted también está viendo la iglesia como una actividad más. Entonces también hay un problema ahí grave con usted. porque la iglesia no es una actividad más la iglesia es el objetivo final para el cual nosotros fuimos creados y estamos en esta tierra es vivir para el señor el pecado ha desviado la atención del hombre hacia otras cosas entonces si usted ve la iglesia como una actividad añadida a sus actividades regulares pues no va a poder decirle otra cosa al inconverso Todo comienza con nuestro corazón primero. Todo comienza acá, conmigo. La iglesia es la razón de ser del ser humano en esta tierra. Esa congregación, esa reunión de santos que buscan glorificar y exaltar a Dios porque fueron creados para la alabanza de su gloria. Y nos preparamos, capacitamos acá para salir entonces a nuestras actividades regulares glorificando a Dios en nuestras actividades regulares en base a lo que hemos aprendido y hemos recibido en la congregación. Esa es la razón de ser del ser humano, mis hermanos. Cuando una persona entiende eso, entonces esa persona va a ser capaz de dejarlo todo. Es esa persona que va a ser capaz de decir, me voy para Haití a evangelizar, voy a llevar entrenamiento en medio de peligros. Es esa persona que dice, bueno, yo estoy aquí en Estados Unidos, pero me voy para México como misionero con muchas limitaciones. O esa persona que dice, me voy para República Dominicana. ¿Por qué lo hacen? Porque han entendido que su vida gira en torno al servicio a Dios, que es la razón de su existencia aquí en la tierra. Y estará dispuesto a dar todo lo que está a su alcance para el avance de su obra. Entonces, eso comienza por nosotros, mis hermanos. Fuimos creados con este fin. Ahora bien, luego que tenemos esto en claro, tenemos que hacerle ver a la gente que el pecado es infracción de la ley, como dice Romano 7.7 y que la infracción de la ley lleva un justo castigo y que ese justo castigo es la condenación eterna, el infierno eterno y que esa persona ha infringido la ley en cosas tan sencillas de pensamiento como vimos ahí en el ejemplo que dio Jesús solamente ver a alguien con lujuria ya eso pecó ya cometió el pecado decirle a alguien idiota ya eso es pecado ya ha matado ya ha cometido el pecado de matar ¿Se da cuenta cómo nos confronta eso también a nosotros? Entonces esa es la función de la ley, nos desnuda y la ley pues nos lleva a reconocer nuestro pecado. Entonces, cada vez que mentimos, cada vez que robamos, cada vez que fornicamos, blasfemamos, cometemos adulterio, nos dice la palabra que nosotros la hacemos con conocimiento de este mal. ¿Por qué? Porque también, aparte de que Dios nos ha dado la ley escrita, también el Señor nos dice que en nosotros ha sido escrita ese conocimiento del pecado. Y aunque no lo reconozcamos con nuestros labios, sabemos que lo estamos haciendo mal. Es decir, no es solamente aquí está la palabra, sino en lo más profundo del ser hay ese conocimiento de que lo está haciendo mal. Está la conciencia, pero nunca se puede quedar la voz de la conciencia no se puede quedar allí, porque una conciencia puede estar tan cauterizada, tan dañada por el pecado, que la conciencia ni siquiera le dice eso está mal, entonces no se puede quedar en la conciencia. Pero, pero sí, hay algunas personas que aunque no lo reconozcan con sus labios, saben que lo están haciendo mal, aunque no debe de quedarse allí solamente, como les dije. Esa ley, cuando nosotros usamos la ley de Dios, la usamos para apelar a la conciencia, para traer conocimiento del pecado. Entonces, nosotros podríamos decir que a través de presentar la ley, a través de presentarle su condición caída, pues estamos colaborando con el Espíritu Santo para convencer a la gente de su transgresión. Ahora esa ley, tienen que confrontarme a mí primero. ¿Lo está haciendo con usted? ¿La ley lo está confrontando a usted? Cuando usted lee la palabra, ¿eso produce un cambio en usted? Cuando usted llega a la iglesia y usted oye la palabra, usted oye la predicación, usted oye el estudio, usted oye la palabra cantada, ¿provoca un cambio en usted? porque si eso no está provocando un cambio en usted posiblemente usted tenga la mente cauterizada y está en peligro entonces de estar aquí y sea de ese grupo que el señor le diga en aquel día apartense de mí no los conozco y eso no está ahí en el libro pero yo quiero hacer énfasis en eso porque de nada sirve yo decir voy a presentar la ley al inconverso cuando quizá esa ley no me está confrontando a mí ¿Está produciendo la obra en usted? ¿Sí o no? ¿Quién me responde? Solamente José Miguel. Amén. Porque debe de haber un esfuerzo consciente de nuestra parte. Esa palabra tiene que irme moldeando. Esa palabra tiene que irme confrontando. Tengo que ir creciendo en gracia, en conocimiento, en base a esa palabra. Claro está, nosotros debemos de depender completamente del Espíritu Santo para la conversión, tanto de los perdidos como también de nosotros, pero siempre hay una parte humana que nos corresponde hacer uso a nosotros. Entonces, el uso de la ley, para los que llegaron tarde, cuando estamos hablando de la ley, nos estamos refiriendo a la ley moral de Dios, que está contenida en los 10 mandamientos. tenga eso pendiente. Vuelvo y lo repito, ¿verdad? Porque no estoy hablando de la ley dominicana, no estoy hablando de la ley de la conciencia, no, la ley de Dios moral contenida en los diez mandamientos que tiene una mayor explicación que las diez frases que nosotros encontramos en Éxodo capítulo 20, que ya eso nosotros lo hemos visto con anterioridad en los sermones pasados cuando estudiamos cada cada mandamiento y que tenemos allí también a nuestra disposición para volver a ello esas grabaciones. Entonces la ley en el evangelismo es la clave olvidada para llegar al corazón del pecador para producir convicción y conversión. La persona cuando es confrontada con la ley toma una decisión o la rechaza de plano porque siempre va a ser así, o la rechaza de plano o la recibe. Y eso le lleva a esa persona a convertirse, a arrepentirse, convicción de pecado en su corazón. Entonces, para el próximo domingo, si Dios quiere, nosotros vamos a ver las razones por la que el conocimiento del pecado es un paso esencial de la preparación del corazón para la gracia del Evangelio. ¿Por qué es necesario confrontar a la gente con su pecado primero, antes de presentarles las buenas nuevas? Le invito a que usted se lea ese capítulo 5, tome notas, Use, busque, mejor dicho, los pasajes bíblicos en su Biblia, subraye esos pasajes bíblicos y venga el próximo domingo entonces ya con esa base para también poder socializar lo aprendido. Vamos a dejarlo hasta acá la lección y vamos a dar un tiempo por si hay preguntas para contestarlas.
La Clave Perdida
Series Dios tiene un plan Maravilloso
El uso de la Ley en el evangelismo es la clave olvidada para llegar al corazón del pecador, para producir convicción y conversión. Muchos de nosotros en el pasado hemos querido evitar que los pecadores se sientan culpables. Pero la realidad es que SÍ son "culpables delante de Dios", y por lo tanto, es nuestro deber hacerles ver esa condición.
Este es el estudio del capitulo cuatro del libro: Dios tiene un plan maravilloso para tu vida.
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Sermon ID | 94222056585340 |
Duration | 55:14 |
Date | |
Category | Sunday School |
Language | Spanish |
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