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Zacarías 1, los reciclos 18 a 21. Después alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro cuernos. Y dije al ángel que hablaba conmigo, ¿qué son estos? Y me respondió, esos son los cuernos que dispensaron a Judá, a Israel y a Jerusalén. Me mostró luego Jehová cuatro carpinteros, y yo dije, ¿qué vienen estos a hacer? Y me respondió diciendo, aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza. Mas estos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla. Entonces, Dios nos ha dado este libro de Zacarías por una razón, para pensar otra vez en la razón por la cual estamos estudiando este libro. No estamos estudiándolo para que podamos salir de aquí orgullosos de decir que hemos estudiado algunos de los libros menos conocidos de la Biblia. No es para que podamos hablar con nuestros amigos en otras iglesias y decir, hemos estudiado a Heo y Zacarías. ¿Cuáles libros ustedes han estudiado? Como que es una competencia. No creo que entendemos eso. Pero nunca debemos olvidar la razón más importante por estudiar esos libros desconocidos. Porque son parte de la Palabra de Dios y por consiguiente, escritos para nuestro beneficio. Hoy vamos a continuar nuestro estudio del libro de Zacarías y vamos a ver la segunda visión que Zacarías vio en su serie de ocho visiones. Esta segunda visión que vio Zacarías continúa con parte del tema de la visión anterior. Como dije hace ocho días, esas visiones están relacionadas para darnos la verdad de la esperanza del pueblo de Dios, que otra vez es el tema de todo este libro. En el versículo 13 de este capítulo dice que Dios respondió a la intercesión del ángel de Jehová, de Jesucristo, con buenas palabras, palabras consoladoras. Y esas palabras son lo que leemos en los versículos 14 a 17. una promesa de Dios para juzgar a las naciones y restaurar su pueblo otra vez, a través de reedificar el templo y reconstruir Jerusalén, de prosperar la nación otra vez. Pero aunque este pasaje que estudiamos la semana pasada dice que Dios estaba airado en contra de las naciones y que prometió juzgarlas, Eso no es lo que vimos la semana pasada. El enfoque de la primera visión fue en la restauración del pueblo de Israel, en su esperanza en esta manera. Pero en esta segunda visión que vamos a estudiar hoy, vamos a ver la otra parte de la promesa, del juicio de Dios sobre las naciones, el juicio de Dios sobre sus enemigos. Pues tenemos que pensar así en cuanto a esta visión que vamos a estudiar. En la visión anterior, la intercesión profunda de Cristo fue hasta cuando. Cristo estaba lamentando la condición tranquila y quieta de las naciones, mientras el pueblo escogido de Dios era intemuto, luchando para sobrevivir. Este reporte que los jinetes dieron a su capitán, a Cristo, demostró que no todo estaba correcto en el mundo. Las naciones estaban en paz. El pueblo de Israel, el pueblo de Dios, en tumulto, en muchos problemas. Pasado en la intercesión de Cristo, Dios en la primera visión prometió restaurar a su pueblo, y aquí en la segunda visión prometió juzgar a sus enemigos, juzgar a las naciones que habían agravado el mal en contra de Israel, como dice el versículo 15. Y otra vez, para entender este pasaje correctamente, tenemos que pensar en el contexto histórico. Esta generación del pueblo de Israel había vivido casi todas sus vidas en exilio en otro país. Por eso tenían que recordar que el exilio fue solamente temporal. y que Dios les había prometido su propia tierra y el vivir en esa tierra en paz. Leemos de este pacto y esta promesa a través de todo el Antiguo Testamento. El problema siempre fue que Israel desobedeció a Dios y por eso no podía disfrutar esas bendiciones de estar en su tierra en paz. Pero por la fe, ellos tenían que creer que Dios todavía estaba a su lado, que Dios todavía era soberano, como estudiamos la semana pasada. Todavía era celoso por su pueblo y usando su soberanía para su bien. Por eso ellos, el pueblo de Israel en ese tiempo, necesitaban esas visiones de esperanza, esos mensajes que Dios reveló a través de Zacarías. Ellos estaban viviendo en una tensión espiritual, la tensión entre la realidad de sus problemas, los problemas de la vida, y la realidad de las promesas de Dios. y por eso ellos necesitaban la esperanza que Dios todavía era fiel, que Dios estaba obrando por su bien que tenía el control. Pues lo que vemos en esta visión es una revelación de Dios de esperanza para su pueblo, para que el pueblo pudiera tener la confianza que Dios iba a juzgar a sus enemigos, a las naciones que les habían perseguido con tanta malicia. Ellos podían tener la esperanza en el justo juicio de Dios. Porque aunque sus enemigos eran fuertes y reales, su Dios también era un juez real y fuerte. Y esa es la aplicación para nosotros mismos también. Vamos a pensar en este mensaje de esta manera, con el tema de nuestra esperanza en el juicio de Dios. nuestra esperanza en el juicio de Dios. Porque aunque nuestros enemigos son reales y fuertes, nuestro Dios es un juez real y fuerte. Mientras nos enfocamos en este tema de la esperanza en el juicio de Dios, en primer lugar vamos a ver la realidad de que nuestros enemigos son reales y fuertes. Y para entender este punto vamos a ver en otro pasaje en lo que vio Zacarías en esta segunda visión. Vamos a leer otra vez en los ciclos 18 y 19. Dice, después alcé mis ojos y miré. He aquí cuatro cuernos. Y dije al ángel que hablaba conmigo, ¿qué son estos? Y me respondió, esos son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén. Entonces, exactamente como la semana pasada, tenemos que pensar. Ustedes tienen que pensar aquí para entender esta visión, pero pensar bíblicamente. Para interpretar esta visión, no con nuestro propio conocimiento. No vamos a adivinar lo que pensamos significa esta visión, sino vamos a ver bíblicamente, por contexto, por toda la Biblia, lo que significa esta visión. La primera cosa que Zacarías vio fue cuatro cuernos. Y debido a lo que dicen otras partes del Antiguo Testamento, nosotros sabemos lo que estos cuernos representan. La palabra cuerno es usada en las Escrituras para representar la idea del poder o de la fuerza. Eso es un poco difícil de ver en nuestras traducciones en español, porque cada vez que el escritor original usó la palabra cuerno en el idioma original de Hebreo, se traduce en nuestras traducciones como poder o fuerza o algo así. Entiéndanme, no estoy diciendo que la traducción es incorrecta. El problema es que esos traductores deberían traducir, no interpretar. su interpretación es correcta pero lo que deben hacer es traducir la palabra y no interpretarla porque el problema cuando en el original dice cuerno El traductor traduce la palabra como poder. Como dije, es la interpretación correcta, pero es difícil para nosotros porque cuando esos mismos traductores usan la palabra cuerno, como aquí en nuestro pasaje, porque no lo hemos visto en otras partes de la Biblia, no entendemos lo que significa. Entonces vamos a ver en dos pasajes en los Salmos para ayudarlos a entender este punto, para ayudarlos a entender que cuando habla de cuernos, bíblicamente está hablando de poder o fuerza. Vamos a ver en el Salmo 18 y el reciclo 2. El Salmo 18 y el reciclo 2. El Salmo dieciocho y el reciclo dos. Aquí vemos en este Salmo de David una descripción de Dios. El Salmo dieciocho dos dice Jehová, roca mía y castillo mío y mi libertador, Dios mío, fortaleza mía. En él confiaré mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. En el original, en el reciclo dos, podemos leerlo como dice la Biblia de las Américas, porque usa la palabra cuerno en su lugar apropiado aquí. Al final del reciclo dice, mi escudo y el cuerno de mi salvación. Esa es la traducción correcta, que significa el cuerno de mi salvación. Significa lo que dice el poder, la fuerza de mi salvación. Por otra vez digo, los traductores deben traducir y no interpretar. Por eso aquí en el Salmo, si leemos originalmente que dice, Dios es el cuerno de mi salvación. Vemos algo similar en el Salmo 75. El Salmo 75, los versículos 4 y 5. Ese es otro lugar cuando dice en el original cuerno, y en nuestra traducción dice algo diferente, una interpretación de la palabra. El Salmo 75, los reciflos 4 y 5. Entonces, en nuestra traducción dice, Dije a los insensatos, no os infatuéis, y a los impíos, no os enorgullezcáis. No hagáis alarde de vuestro poder, no habléis con serviz erguida. Entonces, aquí notemos la palabra cuervo, pero en la original lee así. Literalmente podemos traducir ese reciclo así, escúcheme. Dije a los insensatos, no se infatuen, y a los impíos, no alcen el cuerno, no levanten en alto su cuerno. no hablan con servicio y ruido. Otra vez, lo que nuestra traducción hace es interpretar la palabra cuerno en vez de traducirla. No alzar el cuerno, lo que dice el original, significa no enorgullecerse, no actuar como una persona insensata y orgullosa. Hay muchos otros ejemplos también que no vamos a ver en el Antiguo Testamento cuando la palabra cuerno se traduce como poder o fuerza o algo así. Por favor, no permitan que su atención vaya aquí. Estamos estudiando esto por una razón. Tengo que mencionar este asunto de la traducción, no porque todos nosotros tenemos que ser eruditos del idioma original. No es la razón. Sino para explicar por qué podemos leer nuestro pasaje en Zacarías 1 de cuatro cuernos y decir que habla de poder, de fuerza. No es mi interpretación. Debido al contexto de otros pasajes, esa es la interpretación bíblica, el significado bíblico de los cuernos. Como dije la semana pasada, no les sirve a ustedes si yo les doy mi interpretación de un pasaje sin explicarla. Por eso es importante entender lo que ya expliqué. Podemos pensar de esta manera. El pueblo de Israel era un pueblo pastoral. No quiere decir que eran pastores de iglesias, sino pastores de ganados. Era un pueblo agrícola. Ellos se habrían dado cuenta de que, en sus ganados, los animales con cuernos normalmente eran los animales más fuertes y poderosos. Y por eso en su cultura, como en la cultura de todas las naciones en esa época, los cuernos llegaron a ser símbolos de poder y a veces también de orgullo. Por eso, cuando Zacarías vio esta visión, y cuando la comunicó al pueblo, ellos habrían entendido el significado de los cuernos, que estaba hablando del poder u orgullo de algo o de alguien. Esa es la interpretación bíblica, y es exactamente lo que ellos habrían entendido en su propio contexto. Pero la pregunta es, ¿qué representan esos cuernos? ¿El poder y la fuerza de quién, o de qué? Zacarías hizo casi la misma pregunta en el versículo 19. Y dije al ángel que hablaba conmigo, ¿qué son estos? Y me respondió, esos son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén. Entonces Zacarías tenía la misma pregunta, ¿qué son estos? Es interesante que Dios no le dio una respuesta muy específica. Es decir, Dios no dijo, esos cuatro cuernos representan a Babilonia y a Siria, que conquistaron a Israel y a Judá, y también representan Grecia y Roma, dos imperios que van a llegar en el futuro. No, no dijo eso. Solamente dice en el pasaje que esos cuernos representan los enemigos de Dios, porque dice, los que dispersaron a Judá y a Israel. Y yo enfatice esto porque muchas personas se ven atrapadas, especialmente en estos libros proféticos, de identificar, de tratar de identificar algunos de los detalles de esas visiones cuando Dios no nos da su significado. Por ejemplo, en la visión anterior que estudiamos hace ocho días, muchas personas se enfocan en los colores de los caballos. Pero cuando Zacarías pidió una explicación en la visión pasada, Dios no le dijo ninguno de esos detalles. No le dijo la razón por esos diferentes colores. Tampoco aquí en esta visión, cuando Zacarías pidió una explicación, Dios explicó los detalles. No. Solamente reveló lo que era necesario para entender la visión. Y nosotros no deberíamos adivinar lo que nosotros pensamos significan esos otros detalles. Eso es muy peligroso porque la Biblia no dice. Porque, por ejemplo, En esta visión, sí es posible que estos cuatro cuernos se refieran a Babilonia y a Siria, porque el reciclo menciona la destrucción de Israel y Judá, y Grecia y Roma como los imperios que iban a seguirlos. O tal vez signifique que está hablando de Babilonia con dos cuernos y Siria con dos cuernos. O es posible que se refieran a una combinación de otras cuatro naciones. O es posible que sea nada más un número representante de lo completo. Que quiere decir todos los enemigos de Dios en contra de su pueblo. No sabemos. Simplemente no sabemos. El pasaje no dice. Y no es correcto para nosotros de tratar de adivinar lo que esos detalles significan. El chiste es no poder el punto más importante. Estos cuatro cuernos representan el poder de los enemigos de Dios. En el contexto de Israel en ese tiempo, las naciones que se habían levantado en contra de Israel, así como en contra de Judá. Es muy importante entender esto. Si no tenemos los detalles, no importa porque Dios no los ha explicado. Tenemos que entender el punto más importante. Estos cuatro cuernos representan el poder y la fuerza de los enemigos de Dios. Es lo que vemos en el resto del versículo 19. Estos son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén. Esta palabra dispersar es muy precisa porque describe exactamente lo que pasó con Israel. Las 10 tribus de Israel fueron conquistadas finalmente en el año 722 a.C. por Asiria y dispersadas por esa tierra. Las dos tribus de Judá, incluyendo a Jerusalén, fueron conquistadas por Babilonia en el año 586 a.C. y también dispersadas en exilio por ese país. Y no era algo sorprendente. porque Dios había prometido el juicio. En Levítico 26, cuando dijo al pueblo, Si no me oyeres, sino que procedieres conmigo en oposición, yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados, y a vosotros Os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros, y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades. Este fue un juicio prometido de Dios desde el principio, de esparcir, de dispersar al pueblo de Israel por sus pecados. Todos esos cuernos que vio Zacarías eran parte de este juicio prometido de Dios debido a los pecados de su pueblo, parte de su juicio en dispersarles entre las naciones. Obviamente, si leemos la historia, en el resto del Antiguo Testamento, eso es exactamente lo que había pasado. Estos cuernos, esta fuerza militar de esas naciones conquistaron a Israel. Y completamente, como vemos en el reciclo 21, cuando repite otra vez la descripción de esos cuernos. En el versículo 21 dice, aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá tanto que ninguno alzó su cabeza. ¿Qué significa esta frase? Que ninguno alzó su cabeza. Podemos entender la frase en dos maneras. En primer lugar, pensando en una tradición de las naciones en esta época. Cuando un rey conquistó a otro rey y su ejército, este rey fue obligado a acostarse con su cabeza abajo del pie del conquistador, demostrando su rendición completa, su sujeción completa. Es una posibilidad en cuanto a esta frase, describiendo el vencimiento de Israel. Ellos eran como el cautivo con su cabeza bajo el pie de sus conquistadores y no podían alzar su cabeza porque les habían vencido completamente. O la otra manera para entender esta descripción es similar. La frase, un hombre no podía alzar su cabeza, era un modismo hebreo. En el negativo significa la pérdida de la independencia. En el positivo significa recuperar la independencia. Vemos la misma frase en Génesis 40, hablando del copero. Dice que el faraón alzó la cabeza del jefe de los coperos, e hizo volver a su oficio al jefe de los coperos. Es decir, este copero recuperó su cargo y independencia. Y para describir esto, el modismo hebreo es alzar la cabeza. Es un ejemplo del uso positivo. Tenemos un ejemplo del uso negativo en Fuentes 8 cuando dice, Así fue su viajado Madian delante de los hijos de Israel, y nunca más volvió a levantar cabeza. Todo eso para decir que entendemos, otra vez bíblicamente, por el contexto de la Biblia, que esta frase está hablando de un vencimiento completo, que cuando estos cuernos llegaron para atacar a Israel, ellos eran conquistados completamente, sin esperanza, esparcidos y también dispersos por toda la tierra. Eso fue el juicio de Dios sobre su pueblo en el pasado. Y era un ejemplo a este pueblo aquí que había regresado a su país de otra vez a arrepentirse para no caer en los mismos pecados como sus padres, ni caer en el mismo juicio. Esta es la explicación de la primera parte de esta misión, de los cuatro cuernos que Zacarías vio. Ellos representaron los enemigos de Dios que habían conquistado al pueblo completamente, que habían sido usados como dos instrumentos de Dios para hacer su juicio sobre los pecados de su pueblo. Y ahora que entendemos la interpretación, y espero que todos ustedes todavía estén conmigo después de escuchar, porque tenemos que estudiar esto, ¿no? Tenemos que estudiar a veces cosas un poco más difíciles. Tenemos que entender lo que significa la visión. Pero ahora que hemos visto la interpretación de la visión de Zacarías, tenemos que ver también la aplicación. Yo dije que el tema de este mensaje es nuestra esperanza en el juicio de Dios. Y que lo que vemos en este primer punto es el hecho de que nuestros enemigos son reales y fuertes. Pues sin duda, esta fue la verdad para Israel en su historia. Sus enemigos eran reales y fuertes. Muchas naciones se habían levantado sobre ellos durante su historia. Y al final, dos naciones en particular, Asiria y Babilonia, habían conquistado a ellos como parte del juicio de Dios. Pues es decir, Israel no podía negar que tenía enemigos, y que eran enemigos reales y fuertes. Y nosotros tenemos que admitir la misma verdad, ¿no? Como el pueblo de Dios hoy en día tenemos enemigos también, y son reales, y son fuertes. Usando los términos de este pasaje, hay cuernos que se habían levantado en contra de nosotros. Enemigos con mucho poder, mucha fuerza, mucho orgullo porque piensan que pueden destruir al pueblo de Dios. Y no tenemos que adivinar cuáles son estos enemigos porque la Biblia los describe. Son el mundo, el diablo y los deseos de la carne. Para ver esta verdad vamos a leer nuestras Biblias en Efesios 2. A veces no sirve a ustedes si solamente yo digo eso. Vamos a ver en Efesios 2, los versículos 1 a 3, para ver cómo la Biblia describe a estos enemigos. En el libro de Efesios 2, 1 a 3, Joaquín enlista esos tres enemigos que yo he dicho, el mundo, el diablo y los deseos de la carne. Vamos a leer aquí en Efesios 2, los reciclos 1 a 3. Y él os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados. en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo, en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. En primer lugar, el enemigo es el mundo. El mundo es el sistema malo de la cultura y de la sociedad que se opone a Dios en todo. Somos perseguidos por las personas que pertenecen a este sistema del mundo, como Cristo fue perseguido en la misma manera. Somos tentados a actuar como el mundo, tentados a ceder a sus placeres, tentados a poner nuestras prioridades en sus cosas, en el dinero, en el trabajo, en el entretenimiento. El mundo es nuestro enemigo, y es real y fuerte. El diablo también es nuestro enemigo. Es él quien reina sobre el mundo, sobre ese sistema malo que se opone a Dios. Él es un león rugiente que anda alrededor buscando a quien devorar. El mundo dice que no es real. El mundo dice que el diablo no existe. Habla de él en los chistes. Lo usa para asustar a los niños. Pero no cree que es el príncipe, la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, como dice aquí en Efesios 2. Por supuesto, no sean engañados. Satanás existe. El diablo es real. Y es fuerte. No más fuerte que Dios, por supuesto, pero más fuerte que nosotros en nuestras propias fuerzas. El diablo es el enemigo del pueblo de Dios y es real y fuerte. Y los deseos de la carne también son nuestros enemigos. Esos deseos son aquellos que nos cautivaron antes de nuestra salvación. Los deseos de actuar como el mundo, de consentirnos a sus placeres. En la salvación Cristo nos ha rescatado de esta esclavitud, pero todavía son nuestros enemigos. La tentación es vivir como si no fuéramos cristianos. La tentación es ceder temporalmente a los pecados que caracterizan a una persona sin Cristo. Estos deseos, estas tentaciones están en nosotros mismos, así como en el mundo. Por eso no podemos escaparnos de su presencia. Cada día luchamos en contra de ellos en el poder del Espíritu Santo. Por eso los deseos y la carne son nuestros enemigos, los enemigos de cada hijo de Dios, enemigos reales y fuertes. Por eso es la aplicación de este primer punto del mensaje. Tenemos que admitir y darnos cuenta de que estamos en una batalla, en una guerra espiritual. Si vivimos como si estuviéramos nada más como espectadores de esta guerra, vamos a ser heridos terriblemente. Tenemos que darnos cuenta que vivimos cada segundo de nuestras vidas en el campo de la batalla, enfrentándonos con estos cuernos, con las fuerzas de nuestros enemigos, siempre, en cada instante. Si no nos damos cuenta de esto, vamos a caer y de forma rápida. No tenemos enemigos. Son el mundo, el diablo y los deseos de la carne. Son los cuernos que se levantan en contra de nosotros. El pueblo de Israel no tenía duda de su posición peligrosa entre las naciones, siempre atacado, enfrentándose con sus enemigos. Y nosotros, el pueblo de Dios, el día de hoy, como parte de su iglesia, tenemos que darnos cuenta de la misma cosa. Tenemos enemigos, y son reales y fuertes. Pero el pasaje no termina aquí. La visión no termina con nada más con el poder y la fuerza de nuestros enemigos. Si fuera así, no habría sido una visión de esperanza. Pero la esperanza en esta visión se encuentra en los versículos 20 y 22. Aquí encontramos la razón por la cual yo escogí el título para el mensaje, nuestra esperanza en el juicio de Dios. Pues como estudiamos hace ocho días, Dios no abandonó a su pueblo, sino prometió a juzgar las naciones y bendecir otra vez a su pueblo. Otra vez vamos a leer los versículos 20 y 21 en Zacarías. Otra vez. el capítulo 1 y los reciclos 20 y 21. Me mostró luego Jehová cuatro carpinteros. Y yo dije, ¿qué vienen estos a hacer? Y me respondió diciendo, aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza, mas estos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla. Después de ver que los enemigos del pueblo de Dios son reales y fuertes, vamos a ver en el segundo punto de este mensaje que nuestro Dios es un juez real y fuerte. Es un contraste, ¿no? Tenemos enemigos reales y fuertes, el mundo, el diablo, los deseos y la carne, pero tenemos un Dios que es un juez también real y también fuerte. Porque la segunda cosa que Zacarías vio en esta visión fue cuatro carpinteros, según el reciclo 20. Pero otra vez tenemos que entender cuál es el significado de la palabra en el original. Si tú lees este reciclo en otras traducciones vas a encontrar palabras como artesanos o herreros en vez de carpinteros. Yo creo que la palabra artesano refleja mejor la palabra original. Aquí está hablando de un artesano en general, podría ser carpintero, herrero, albañil, dependiendo en el contexto. Y como en la parte anterior, tenemos que tener cuidado de entender el punto que Dios está empatizando, y no empantanarnos en lo que imaginamos es el significado de los detalles. Porque el punto aquí no es quiénes son estos artesanos, sino lo que hacen. Podemos ver esto claramente en el versículo 21, en cuanto a la pregunta de Zacarías. Zacarías no preguntó quiénes son éstos, sino qué vienen éstos a hacer. Es decir, la identidad de estos artesanos no se explica. El punto no es quiénes son, sino lo que van a hacer. y vamos a estudiar lo que iban a hacer según el versículo 21 en un momento. Pero en general ellos llegaron para destruir esos cuatro cuernos, para ejercer el juicio de Dios sobre sus enemigos. Creo que la manera más entendible en la cual podemos entender la segunda parte de la visión de Zacarías es que estos cuatro artesanos representan el poder y el juicio de Dios en contra de los enemigos de su pueblo. ¿Por qué? Tal vez la idea es que son herreros con martillos para quebrantar los cuernos. O tal vez la idea es nada más que ellos son instrumentos en la mano de Dios para hacer su voluntad. Instrumentos capacitados para hacer su oficio, como artesanos son capacitados para hacer su obra. Es lo que yo pienso es la interpretación correcta aquí. Esos son instrumentos en la mano de Dios, capacitados por Dios, como artesanos son capacitados para hacer su obra, para demostrar, para ejercer su juicio sobre estos cuernos, sobre estos enemigos de Dios. Entonces, otra vez, no deberíamos preocuparnos tanto en algo que Dios no ha revelado ni aclarado. La mejor manera para entender esta parte de la visión es así. Cualquier que sea el poder levantado en contra del pueblo de Dios, aquí representado por los cuernos, Dios siempre tiene su poder e instrumentos para oponerlo y destruirlo para proteger a su pueblo. Porque qué dice aquí que iban a hacer esos artesanos, esos instrumentos en las manos de Dios. El reciclo 21 dice, estos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla. La primera cosa que esos artesanos iban a hacer era hacer temblar los cuernos a los enemigos de Dios. ¿Esta frase te hace pensar en algo que estudiamos recientemente? Espero que sí. En Agios 2, el versículo 3, Dios dijo, de aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca, y haré temblar a todas las naciones. Y después en Ajeo 2, Nós. 21 y 22, dijo, Yo haré temblar los cielos y la tierra, y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones. Es la misma promesa dada por dos diferentes profetas, por Ajeon, aquí por Zacarías. Dios prometió hacer temblar a las naciones, a los enemigos de su pueblo. En este contexto, por medio de algunos instrumentos suyos, iba a juzgar a las naciones que se habían levantado en contra de Israel. Otra manera para describir lo que van a hacer estos artesanos es como otra traducción dice, estos artesanos han venido para aterrorizarlos. Esa es la manera en la cual Dios iba a juzgar a las naciones. Hacerlas temblar y aterrorizarlas. Y no sin causa, porque la segunda cosa que esos artesanos iban a hacer era derribar los cuernos de las naciones. Tenemos que entender algo. Dios no estaba amenazando a las naciones, pero sin poder. Como vemos en ese segundo punto del mensaje, nuestro Dios es un juez real y fuerte. Era así para su pueblo en ese tiempo, y es así para nosotros hoy en día también. Los cuernos aquí que hicieron tal destrucción en contra de Israel, iban a ser aterrizados y conquistados por el juicio de Dios por medio de sus instrumentos, los artesanos. Entonces, en esta segunda parte de la visión de Isaac Arias, tenemos, podemos ver la esperanza para el pueblo de Dios, de los cuernos, es decir, los enemigos del pueblo de Dios se habían levantado en contra de Israel y su país era conquistado completamente. Pero Dios todavía continuó siendo soberano. Dios todavía tenía el control. Dios todavía escuchó la intercesión de su Hijo para bendecir a su nación otra vez y rescatarles de sus enemigos. Los enemigos de Israel eran reales y fuertes, pero su Dios era un juez justo, real y fuerte. Dios no iba a permitir que esas naciones se quedaran en paz, sino iba a juzgarlas por sus pecados. El Dios es soberano en todo. Es el Dios todopoderoso. Es un Dios que usó a esos artesanos, fueran lo que fueran, para cumplir su pacto con su pueblo y rescatarlo otra vez. Pero la verdad es que esta promesa del juicio de Dios no fue cumplida completamente en el tiempo de Zacarías. Es porque estudiamos también el libro de Ageo, al final cuando Sodobabel recibió la promesa de Dios, que Dios iba a hacerle como el anillo de sellar otra vez. Espero que ustedes recuerden eso. Pues sin duda Dios estaba con su pueblo en ese tiempo, pero estudiamos que esta promesa fue cumplida y va a ser cumplida en su plenitud en Cristo, no en Sodobabel. Aquí vimos la misma verdad. Dios había permitido que ellos regresaron a su país. Pero en el futuro, ellos iban a ser dispersados otra vez, cuando los romanos destruyeron a Jerusalén en el año 70 después de Cristo. Entonces, esta promesa, esta profecía de destruir las naciones y restaurar al pueblo de Dios, no fue cumplida completamente en la nación física de Israel. En parte, sí, pero no completamente. Esta verdad es la misma para nosotros también, porque ahora Dios nos protege, a veces juzga a los enemigos ahora. Pero esta profecía, esta promesa, va a ser cumplida en su plenitud en Cristo en el futuro, cuando Cristo regrese, cuando las naciones sean juzgadas final y totalmente. Porque ahora en el mundo podemos ver que los enemigos de Dios están vivos, están atacándonos, no son juzgados completamente. Entonces, ¿qué debemos decir? ¿Que esta promesa no es la verdad? No. Esta promesa fue cumplida en parte en Israel. Es cumplida en parte ahora cuando Dios nos protege, pero va a ser cumplida completamente y finalmente cuando Cristo regrese y juzgue a las naciones. Cuando Dios demuestra su poder a través de Cristo, podemos pensar en la visión de Cristo en Apocalipsis, de Cristo entre los candeleros, cuando dice que de su boca salía una espada, una espada aguda de dos filos, representando el juicio que iba a ejercer sobre las naciones en el resto del libro, derramando la copa del ira de Dios. Cuando Cristo regrese y juzgue a las naciones así, vamos a ver el cumplimiento final de esta profecía, de esta promesa de Dios de juzgar a las naciones y restaurar a su pueblo. Pero como siempre en estos pasajes del Antiguo Testamento, tenemos que pensar no solamente en el contexto histórico y cómo Dios obró con su pueblo, sino la aplicación para nosotros también. El pueblo de Dios, a través de todo tiempo, a través de toda la historia, ha enfrentado muchos enemigos. Enemigos de las iglesias falsas, con su falsa doctrina. Enemigos en el mundo, enemigos en los deseos de la carne. Pero Dios siempre, siempre ha sostenido a su pueblo. Siempre ha existido un remanente, por mayor parte no muy grande, en comparación con las religiones falsas. Pero nunca ha abandonado a su pueblo. Nunca. Y nunca va a abandonar a su pueblo tampoco. Es imposible. Porque Dios es un Dios fiel, un Dios soberano, un Dios perfecto. Él es el justo juez. Y aunque nuestros enemigos son reales y fuertes, también nuestro Dios es real y fuerte, y va a juzgar a nuestros enemigos, a veces aquí en la tierra, pero sin duda en el infierno, sufriendo su justa ira para siempre. Por eso este mensaje debería ser una fuerte advertencia para ustedes aquí el día de hoy que no son parte del pueblo de Dios, porque son parte de los enemigos de Dios. Porque no hay otra opción. Una persona es un hijo de Dios o un enemigo de Dios. No existe una tercera opción. Esta visión era y es una de esperanza para el pueblo de Dios. Pero es una profecía, es una visión de juicio para la persona sin Cristo. Si tú no eres parte del pueblo de Dios, eres parte de esos cuernos. esos enemigos del pueblo de Dios con todo su poder satánico y su orgullo. Y Dios va a juzgarte. Tal vez va a usar sus artesanos, va a usar algunos instrumentos en sus manos para imponer su juicio sobre ti y tus pecados. O tal vez va a esperar hasta el día de tu muerte y juzgarte cuando estés ante su gran tribunal con una sentencia de muerte, una eternidad en el infierno. No seas parte de los enemigos de Dios, porque ellos no pueden vencerle. No continúes resistiéndole a Él, pensando que puedes vivir como quieras, o que Dios no existe, o su juicio no va a alcanzarte. Como estudiamos antes de este capítulo, el juicio de Dios alcanzó al pueblo de Israel, y va a alcanzarte a ti también, sin duda. Vuelvete a Él, no seas parte de sus enemigos. Arrepiéntete de tus pecados y crea en Cristo y solamente en Cristo como tu salvador para que puedas participar en las bendiciones de ser parte del pueblo de Dios. Para nosotros como cristianos, este segundo punto, que nuestro Dios es un juez fuerte y real, debería darnos la esperanza. Como hemos visto una y otra vez aquí en este libro y también en Ajeo, Nosotros tenemos una relación fuerte con el pueblo de Israel en este tiempo, porque nosotros también podemos sentirnos sin esperanza debido a la persecución que enfrentamos, debido a la aparente prosperidad y tranquilidad del mundo. Pero si nosotros nos hemos arrepentido de nuestros pecados y verdaderamente somos parte del pueblo de Dios, Él sabe lo que está pasando. Él siempre escucha la intercesión de Su Hijo, y Él es celoso por nosotros. Por eso, va a demostrar su juicio sobre Sus enemigos y nuestros enemigos, tal vez no aquí en esta tierra, pero sin duda en el futuro. Esta es nuestra esperanza. Vamos a pensar en dos más aplicaciones específicas para ayudarnos mientras terminamos este mensaje. En primer lugar, Tenemos que recordar la verdad, de que las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Como dice Hezec 1 de Corintios 10, 4 y 5. Tenemos muchos enemigos. Pero no podemos hacer nada en nuestras propias fuerzas. La victoria es nuestra, pero no es debido a nosotros. Jeremías 23, 29 dice que la palabra de Dios es como un martillo que quebranta la piedra. O en Efesios 6 aprendemos que es la espada del Espíritu. Esa es la razón por la cual vencemos a nuestros enemigos. No porque somos fuertes. o porque usamos los instrumentos mundanos, sino porque nuestro Dios es un juez fuerte, porque su palabra es poderosa y porque Él va a luchar por nosotros. Y otra aplicación sería nuestra confianza en el poder milagroso de Dios. Es decir, no debemos olvidar el tema de este libro, la esperanza del pueblo de Dios. ¿Por qué podemos tener esta esperanza incluso cuando los cuernos del mundo, del diablo, de los deseos y la carne se han levantado en contra de nosotros? Es decir, ¿cómo podemos guardar nuestra esperanza y confianza cuando estamos enfrentándonos con tanta malicia y tanto poder? Tenemos que hacerlo en fe. Eso es lo que Israel tenía que hacer. Habría parecido imposible para ellos el pensar que sus enemigos iban a ser destruidos, aterrizados y derribados de su posición de poder. ¡Imposible! Exactamente lo que Dios hizo por ellos. Y es lo que Dios está haciendo ahora. Y es lo que Dios va a hacer en el futuro. Cuando nosotros enfrentamos situaciones así, cuando la solución parece imposible, podemos guardar nuestra esperanza en Dios porque tenemos la promesa de Efesios 3, 20 y 21, que Dios puede hacer mucho más abundantemente de lo que podemos pedir, o entender, o incluso imaginar. Entonces podemos tener la esperanza en el juicio de Dios. Porque aunque nuestros enemigos son reales y fuertes, nuestro Dios es un Juez real y fuerte. Tenemos muchos enemigos. Tenemos que darnos cuenta de esta verdad. Los enemigos del mundo, del diablo, los deseos y la carne. Ellos luchan en contra de nosotros cada momento. Y a veces parecen como que tienen el poder sobre nosotros. Parece como que van a ganar. Pero no es así. Porque tenemos un Dios que es un Juez también real y también fuerte, más fuerte que nuestros enemigos. Porque es el Dios soberano, el Dios todopoderoso, el Juez del Universo, quien siempre hace lo que es justo. cuando seamos atacados, cuando nos sintamos abrumados por los ataques del mundo, del diablo, de los deseos de la carne. Tenemos que volver nuestra mirada desde esas circunstancias y en vez de eso fijar nuestros ojos en Dios. en su poder, en su justicia y tener la confianza y esperanza que Él va a juzgar a nuestros enemigos, que no podemos ser vencidos porque es un Dios real y fuerte y porque nosotros somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Vamos a orar. Nuestro Padre Celestial, Te damos muchas gracias que aunque todo el poder del mundo se levanten contra nosotros, no tenemos que tener miedo. Porque estos cuernos, estos enemigos no tienen poder en contra de ti. Porque tú siempre tienes tus artesanos, tus instrumentos para protegernos, para ayudarnos, para estar con nosotros. y que siempre tenemos la esperanza del futuro, que un día vamos a estar en el cielo y nuestros enemigos conquistados para siempre, incluyendo al enemigo más fuerte y final, la muerte, que no tenemos que temer tampoco. Tenemos toda la victoria en ti, toda la victoria en Cristo. Ayúdanos a vivir en esta esperanza en esta semana. En el nombre de Cristo. Amén.
Nuestra esperanza en el juicio de Dios
Series Estudio sobre Zacarías
Podemos tener la esperanza en el juicio de Dios, porque aunque nuestros enemigos son reales y fuertes, nuestro Dios es un Juez real y fuerte.
Sermon ID | 928161819710 |
Duration | 49:07 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Zechariah 1:18-21 |
Language | Spanish |
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