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Juan 6, y si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 35 hasta el versículo 48. Juan 6, del 35 al 48. Es que la salvación es exclusivamente por medio de Jesucristo. ¿Crees esto? La salvación es exclusivamente por medio de Jesucristo. ¿Realmente lo crees? Es que debes de creer que Jesús satisface. Debes de creer que Jesús provee seguridad eterna. Debes de creer en Jesús sin dudar. Y debes de creer en Jesús como el único mediador entre Dios y los hombres. Aquí el texto empieza expresando que Jesús es el único que provee satisfacción y satisface a todo el que cree. Y todo el que cree en él, el que viene a él, recibe satisfacción. Ya no va a tener hambre, ya no va a tener sed. Pero el problema es que muchos no creen. Pero Jesús, a todos los que creen en Él, Él los protege, Él les da seguridad. Y entonces, les da seguridad, cumpliendo la voluntad de Dios Padre, que, de que Jesús no pierda a nadie, sino que lo resucite en el en el día postrero, entonces todo el que cree en Él tiene vida eterna. Entonces los judíos empiezan a murmurar, empiezan a criticar, porque dudan de la identidad de Jesús, realmente no quieren creer en Él. Y Jesús les dice, no murmuréis. Y entonces les explica que nadie puede venir a Él, al menos que el Padre le trajere. y usa un texto de la Escritura y luego demuestra, de acuerdo a su unión con el Padre, o sea, la comunión que hay entre Dios Padre y Dios Hijo, solamente el que viene a Jesús tiene vida eterna. Él es el único mediador entre Dios y los hombres. Y por ello, las salvaciones exclusivamente por medio de Jesucristo Ahora quiero leer el texto aquí Juan 6, empezando en el siglo 35. Jesús les dijo, Jesús les dijo, yo soy el pan de vida, el que a mí viene nunca tendrá hambre y el que en mí cree no tendrá sed jamás. Mas os he dicho que aunque me habéis visto no creéis, Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del Cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y ésta es la voluntad del Padre, el que me envió. Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y ésta es la voluntad del que me ha enviado. que todo aquel que dé al hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día postrero. Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho, yo soy el pan que descendió del cielo, y decían, ¿no es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo pues dice este, del cielo he descendido? Jesús respondió y les dijo, no murmuréis entre vosotros. Ninguno puede venir a mí si el Padre que me envió no lo trajere y yo le resucitaré en el día postrero. Escrito está en los profetas y serán todos enseñados por Dios. Así que todo aquel que oyó al Padre y aprendió de él viene a mí. No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios. Este ha visto al Padre. De cierto, de cierto, os digo, el que cree en mí tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Es que la salvación es exclusivamente por medio de Jesucristo. ¿Crees esto? Aquí en el texto vemos como Jesús nos dice que Él es el pan de vida. Y Él satisface el hambre, satisface la sed. Pero es necesario creer en Jesús. Y aquel que va a Jesús, Jesús no le rechaza. Dios Hijo vino para hacer la voluntad de Dios Padre. Y la voluntad de Dios Padre es que creamos en el Hijo. Jesús es el Salvador. Y Él resucita en el día postrero a los que creen en Él. Pero las personas necesitan la ayuda de Dios para creer. Es que Jesús ha dado a conocer a Dios Padre. Todo el que cree en Jesús tiene vida eterna. El problema es que muchas veces dudamos de la suficiencia del sacrificio de Cristo. Muchas veces dudamos de nuestra seguridad eterna. Y pensamos que nuestras buenas obras valen de algo. para que Dios nos ame más e intentamos ganarnos la aprobación de Dios. Muchas veces dudamos de la palabra de Dios, dudamos de las promesas de Dios, dudamos de la soberanía de Dios y nos quejamos contra el plan de Dios. Y por ello tenemos este texto, porque tenemos que ir a Dios a su manera y es por medio de Jesucristo. Es que intentar acercarte a Dios por ti solo es imposible. Intentar acercarte a Dios aparte de Jesucristo no funciona. Intentar ganarte mérito con Dios para la salvación es inútil. Solo Cristo te puede satisfacer espiritualmente. Solo los que están en Cristo tienen seguridad eterna. Solo Jesús salva. Y entonces, si estás en Cristo, puedes estar satisfecho, o sea, tienes paz y gozo reconociendo que Él es tu Salvador, y Él promete tu seguridad eterna. Ahora, aquí encontramos un dicho de yo soy, en Juan, y es el primero de siete, cuando él dice en versículo 35 y también en el versículo 48, yo soy el pan de vida. Ahora, los otros seis, las otras seis ocasiones donde él dice yo soy en Juan, estos dichos de yo soy lo encontramos en capítulo 8 y 9 se identifica como la luz del mundo dice yo soy la luz del mundo en juan 10 yo soy la puerta de las ovejas o también yo soy el buen pastor en juan 11 yo soy la resurrección y la vida o en juan 14 yo soy el camino y la verdad o en juan 15 yo soy la vid verdadera pero aquí encontramos esta primera frase no yo soy que realmente identifica con El yo soy del Antiguo Testamento. O sea, Dios se reveló de esa manera. Ese es su nombre. Cuando Moisés le pregunta ¿Qué les diré a los hijos de Israel? ¿Cuál es tu nombre? Y él les dice en Éxodo 3, el 13 al 14, dice yo soy el que soy. Él es el que no tiene ni principio ni fin. Él es el Dios verdadero. Y Jesús enfatiza su pre-existencia, porque Él es Dios. Es como en Isaías 45, versículo 18, cuando Dios dice, yo soy Jehová y no hay otro. No hay otro. Eso es Isaías 45, versículo 18. Ahora, aquí, en Juan 6, si notáis el contexto anterior, en el versículo 2, le están siguiendo, están siguiendo a Jesús una gran multitud porque ven sus señales, las señales que hacía. Eso es en versículo 2. Luego, del versículo 5 al versículo 13, de aquí de Juan 6, vemos como Jesús alimenta a los 5.000, y menciona que son 5.000 varones. Y entonces, del versículo 14 al versículo 15, le quieren hacer rey. Pero Él se retira al monte solo. Y luego, mientras sus discípulos están intentando atravesar el mar, Jesús anda sobre el mar, demostrando una vez más que Él es Dios. Eso es del versículo 22 al versículo 27. Y Jesús luego dice a la multitud que la obra de Dios es creer en Él. O sea, eso es lo que deben de hacer para cumplir la voluntad de Dios, es creer en Él. Eso es del versículo 28 al 29, pero luego le piden una señal, de la misma manera que recibieron esa señal del maná en el desierto, pues le piden una señal, ahí versículo 30 al 31, y Jesús les dice que Dios es el que envió el maná y también el verdadero pan que da vida. Eso es del versículo 32 al versículo 34, porque ellos dicen que Moisés les dio ese pan, pero no. Moisés no se lo dio, fue Dios el que se lo dio. Pero hay una gran diferencia entre el maná, que Dios dio, y el pan de vida que Dios da, lo cual Jesús lo identifica como sí mismo. Él es el pan de vida. Este es el pan que viene de Dios. Y hay una gran diferencia porque Ellos piensan en un pan que necesitan vez tras vez, o sea, necesitan recibirlo. Por eso, en versículo 34 les dice, Señor, danos siempre este pan. Pero Jesús no está hablando de algo que se puede levantar y tomar con las manos y comértelo. No, está hablando de sí mismo. Y Jesús se presenta a sí mismo como la comida que nutre la vida espiritual. Y solamente el que come este pan del cielo, obtiene vida. Y entonces, Él se indifica como el pan de vida. Dice, yo soy el pan de vida. ¿Qué es lo que hace el pan? Pues, el pan alimenta. El pan llena y fortalece. Da vida, nutre, satisface. Y lo que Jesús está expresando es la necesidad de que el hombre busque a Dios y conozca a Dios. Porque esa idea de tener hambre y sed es una búsqueda para satisfacción, pero el único que puede satisfacer es Dios. Y al conocer a Dios es cuando tienes vida eterna, pero lo que Jesús nos va a presentar es que no puedes conocer a Dios sino por medio de Él. En Juan 17, versículo 3, dice, y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado. Eso es Juan 17, versículo 3. Es que Jesús Aquí insiste que el que viene a él quedará satisfecho. Y por ello, el primer punto que estamos considerando es que debes de creer en Jesús y creer que Jesús satisface. O sea, cree que Jesús satisface. Y lo vemos en el versículo 35 al versículo 37. Cree que Jesús satisface. Porque él presenta aquí que cuando viene uno hambriento y va a Jesús, nunca más tendrá hambre. O alguien sediento, cuando cree en Jesús, nunca más tendrá sed. Porque la fe elimina el sentido de falta, y Cristo no te deja insatisfecho. Pero aún así, no quita la dependencia de Jesús. Debes de continuar dependiendo en Él, confiando en Él, continuar buscándole y menciona esa idea de comer y beber, porque lo va a mencionar, y luego está anticipando cuando dirá en versículo 53, esto es Juan 6, 53, si no coméis la carne del hijo del hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. Esto es Juan 6, 53, lo cual Ya lo está definiendo aquí en la idea de creer. Creer en Jesús como Señor y Salvador. Buscar satisfacción en Él. Y los que van a Él encuentran satisfacción. Es como Isaías 55. Isaías 55, versículo 1. A todos los sedientos, venid a las aguas. Y en los que no tienen dinero, ¡venid! Comprad y comed, ¡venid! Comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. Eso es Isaías 55, versículo 1, donde vemos que Dios es el único que satisface. Satisface el hambre y satisface la sed. Él es el que satisface ese deseo espiritual. Y por ello cree que Jesús satisface. Pero en versículo 36, aquí en Juan 6, 36, a pesar de la oferta maravillosa que Jesús les ofrece, que si creen en Él, van a estar satisfechos, ellos persisten en rechazarle. Y por ello Jesús les reprocha por su falta de fe. Es que no aprecian el significado de lo que ven. No tienen fe para creer que Jesús es el Mesías. Y aunque han visto a Jesús y sus obras maravillosas, no le han visto con ojos de fe. Es que la actitud que ellos presentan es lo opuesto a lo que busca Cristo. Ahora, anteriormente, en el capítulo 5, Jesús reprocha a los habitantes de Jerusalén por su falta de fe, aunque tiene testigos, amplios testigos de que Él es divino, porque ahí en Juan 5, del 36 al 38, identifica varios testigos, como Juan el Bautista, Dios Padre, sus obras maravillosas que testifican de que Él es Dios, de que Él es divino. Y el problema es que no quieren escuchar, y por ello les reprocha de su falta de fe, pero aquí, a los que están en Galilea, a estos Galileos, les reprocha también por su falta de fe, por eso los dice en versículo 36, más os he dicho que aunque me habéis visto no creéis". Es una pena porque Jesús se acaba de identificar como el pan de vida y que el que viene, el que a mí viene nunca tendrá hambre y el que en mí cree no tendrá sed jamás. Tienen que poner su fe en él como Señor y Salvador, tienen que creer pero no lo quieren aceptar. Y entonces en versículo 37 Después de considerar que él es el único que satisface, pero muchos no quieren creer, o sea, si las personas no vienen con fe al ver a Jesús y sus milagros, a lo mejor surgiría la incógnita de ¿ha fracasado? ¿ha fracasado Jesús en su misión? Y la respuesta es ¡en ninguna manera! porque aunque muchos no creen, los propósitos de Dios no son frustrados, sino que Jesús confía en que Dios Padre llevará a cabo su plan de redención, y aquí está intensificando la soberanía de Dios, porque nos dice en el siglo 37, todo lo que el Padre me da vendrá a mí, y al que a mí viene no le echo fuera. Entonces, implica que algunos no van a ir. Algunos, Dios no le va a dar. No le va a dar al Hijo a algunos. Y es que lo que nos damos cuenta, está hablando de esta elección soberana, y hay que recordar que el hombre natural, el hombre que está muerto en sus pecados, es esclavo a la tiranía de Satanás es esclavo al reino de las tinieblas y pertenece al reino de las tinieblas nunca buscaría a Dios porque siempre continuaría en su pecado disfrutando de su pecado aunque no satisface pero Dios Vemos que Él toma la iniciativa. Y es que aparte de la obra divina, los hombres permanecerían contentos en su pecado. Y es que aquí nos presenta que antes de que el hombre pueda venir a Cristo, es necesario que Dios se lo dé. Es que Jesús, aquí nos presenta que Él acoge a todo el que viene a Él. O sea, todo el que Dios le da, Él le acoge. Él no rechaza a nadie. ¿Y qué es lo que hace con los que con los que recibe? Los preserva. Y Él preserva a todos los que vienen a Él. La razón por la que ha venido a Él es porque Dios se los ha dado y han puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Está mostrando la soberanía de Dios, pero al mismo tiempo en la responsabilidad del hombre es lo que nos va a mencionar en los siguientes versículos de que cada uno debe de poner su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador y Jesús preserva aquel que viene a él. En Judas, Judas capítulo 1, del versículo 24 al 25. Y aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha, delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén. Eso es Judas 1, 24 a 25, donde nos dice que él es poderoso para guardaros. sin caída y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría. Él tiene poder para proveer seguridad eterna. Es que no solamente debes de creer que Jesús satisface, sino también debes de creer que Jesús provee seguridad eterna. Es lo que nos va a presentar ahora desde el versículo 38 hasta el versículo 40. Aquí en Juan 6, del 38 al 40, cree que Jesús provee seguridad eterna. porque en el siglo 38 dice porque he descendido del cielo no para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me envió es que la razón por la cual el hijo preserva al creyente es porque es la voluntad de dios padre es que aquí nos presenta el propósito de la encarnación del Hijo, era para hacer la voluntad de Dios Padre. Por eso dice, en el siglo XXXVIII, el extendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Otra vez enfatizando de que Él viene de Dios Padre. O sea, haciendo hincapié en su pre-existencia. de que Jesús es Dios. Y aquí está mostrando una armonía dentro de la Trinidad. Esta armonía para el plan de salvación. Viendo a Dios Padre y Dios Hijo trabajando en coordinación. Y esta perfecta unidad asegura que el Hijo aceptará todo lo que le da el Padre. Y por ello deja claro la obediencia de Dios Hijo. El Hijo no pierde a nadie, sino que lo preserva. Eso es versículo 38. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y ahí he presentado que Él va a cumplir la voluntad de Dios Padre. ¿Cuál es la voluntad de Dios Padre? Buena pregunta. Nos lo dice el versículo 39. Esta es la voluntad del Padre, el que me envió. que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Esa es la voluntad de Dios Padre. Él no quiere que el Hijo pierda nada, ni nadie, específicamente está refiriendo a las personas, que no pierda a nadie, y que lo resucite. Entonces, enfatizando que lo va a preservar, todo el que viene a Él, todo el que el Padre le da, le va a resucitar en el día postrero, en ese día final. Ahora, en el tiempo de Jesús, cuando Él está ministrando en la tierra, vemos un cumplimiento parcial cuando Él no pierde sus discípulos. Si recordáis, en Juan 17, del 11 al 12, Jesús dice, ya no estoy en el mundo, más estos están en el mundo, y yo voy a ti, Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. es Juan 17, ahora versículos 12, cuando estaba con ellos en el mundo yo los guardaba en tu nombre a los que me diste yo los guardé y ninguno de ellos se perdió sino el hijo de perdición para que la escritura se cumpliese. Eso es Juan 17 del 11 al 12. Entonces, en primera instancia Jesús no pierde a sus discípulos. Pero aquí no está hablando solamente de esta vida temporal, está hablando de vida eternal, está hablando de la preservación del creyente, de aquel que tiene fe en él para salvación. Está hablando de la preservación del creyente hasta la resurrección del día final. Entonces le va a preservar, le va a guardar hasta ese día que le resucite y disfrute de la eternidad con Dios. Por ello, nunca se va a perder. Y es que el Hijo actúa en perfecta obediencia guardando a la persona de fe y resucitándola en el día postrero. Porque ya nos ha mencionado que ha venido para hacer la voluntad de Dios Padre. ¿Cuál es la voluntad de Dios Padre? Perseverar. preservar, preservar al creyente y resucitarlo en el día postrero, y eso es exactamente lo que Jesús va a hacer. Lo cual, para el creyente, eso debe ser de gran gozo, de gran esperanza. Porque si has puesto tu fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, Jesús promete cumplir la voluntad de Dios Padre, y la voluntad de Dios Padre es la preservación. es el resucitar, en el día postrero, resucitar a la vida eterna. Y aquí está destacando, una vez más, la soberanía de Dios en la salvación. Porque Dios es el que elige y da al Hijo. Los elegidos van al Hijo con fe. y el hijo recibe y preserva. En hecho, perdón, en Romanos, Romanos capítulo 8, desde el versículo 29 hasta el versículo 34, enfatiza esta preservación, donde en Romanos 8, versículo 29, Porque a los que antes conoció, también los predestinó, o sea, de antemano, los predestinó, los escogió, para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó. Y a los que llamó, a estos también justificó. Y a los que justificó, a estos también glorificó. Que pues diremos a esto, si Dios es por nosotros, ¿qué encontrará a nosotros? el que no es catimón y es su propio hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos hará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió. Más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. Sos Romanos 8, del 29 al 34, donde vemos cómo Dios Padre ha elegido y el Hijo recibe a quienes Dios Padre le da y los preserva, y por ello ya no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, como nos dice ahí al principio del capítulo 8 de Romanos, en Romanos 8, versículo 1, Dice, ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Y es que todo creyente tiene la esperanza eterna y es segura al estar en las manos de Dios. Están en las manos de Jesús. Porque en Juan 10, del 27 al 29, Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna. No perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi padre". Eso es Juan 10, versículo 27 al 29, entonces el creyente tiene esperanza segura, tiene esa esperanza eterna porque está en las manos de Dios y Dios le protege, Dios le guarda, le da esa seguridad y por ello en el versículo 40 continúa hablando de la voluntad de Dios Padre, volviendo aquí a Juan 6 versículo 40, y esta es la voluntad del que me ha enviado que todo aquel que vea al Hijo y cree en Él tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día postrero". Si notáis, continúa hablando de la voluntad de Dios Padre, y es que también menciona, en esa última frase, lo resucite en el día postrero, o le resucitaré en el día postrero. Y es que está repitiendo el argumento del versículo 38 y 39, aunque con un énfasis diferente. Y es que el texto, simultáneamente, está resaltando la soberanía de Dios, que Él lo controla absolutamente todo, y la responsabilidad del hombre. Es que el individuo que el Hijo no pierde, y resucita en el día final, es el que tiene fe. El que mira a Jesucristo con fe, es salvo y recibe vida eterna. Es que para recibir vida eterna es necesario creer por fe en Jesús como Señor y Salvador. Porque si notáis, anteriormente ha dicho, por ejemplo, en versículo 39, que de todo lo que me diere, ¿no? Enfatiza lo que el Padre me da, en versículo 37, todo lo que el Padre me da vendrá a mí. Entonces, ahí vemos la soberanía de Dios. Él es el que elige, Él es el que da al Hijo. Pero aquí en versículo 40 también enfatiza la responsabilidad del hombre. Dice que todo aquel que vea al Hijo y cree en Él tenga vida eterna y yo le resucitaré en el día postrero. Es que para recibir vida eterna es necesario creer por fe en Jesús como Señor y Salvador. En Romanos 10, versículo 9, que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levantó a los muertos, serás salvo. O sea, tienes que creer. Tienes que creer de corazón. Tienes que confesar con tu boca que Jesús es el Señor y Salvador. Entonces serás salvo. En Juan 5, 24, el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. Eso es Juan 5, versículo 24. Y es que Jesús insiste que la vida que Él da es eterna. Y Jesús asegura de resucitar al creyente. Ahora, no solamente Jesús responde a la incógnita de por qué algunos no responden con fe, sino que también explica la vida que provee el pan de Dios. O sea, Él es el pan de Dios y Él da vida, vida eterna. Es que la salvación es exclusivamente por medio de Jesucristo. Por ello debes de creer que Jesús satisface, debes de creer que Jesús provee seguridad eterna, pero también debes de creer en Jesús sin dudar. Esto lo vemos aquí en Juan 6 del versículo 41 al 43. Cree en Jesús sin dudar, porque en el versículo 41 los judíos reaccionan ante las palabras de Jesús. Y ellos se oponen ante la afirmación de Jesús. Ellos no quieren creer porque les molesta que Jesús dijera que vino del cielo. También les molesta que Jesús se identifique como el Hijo de Dios, que Él es Dios encarnado. Ellos no lo quieren aceptar. Ahora, Juan comúnmente usa el título de judíos para referirse a los líderes o representantes de aquellos que son hostiles hacia Jesús. Y les vemos aquí en estos judíos que están en Galilea, están en Capernaum, que ellos realmente demuestran el mismo espíritu que sus padres. porque en el desierto vemos en éxodo 16 del 2 al 4 que los hijos de Israel murmuraron contra los líderes que Dios había puesto sobre la congregación de Israel y murmuraron porque ellos tenían hambre éxodo 16 versículo 2 y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto y les decía a los hijos de Israel ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos a las ollas de carne cuando comíamos pan hasta saciarnos pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud y Jehová dijo a Moisés he aquí yo os haré llover pan del cielo y el pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de un día para que yo lo pruebe, si anda en mi ley o no. Eso es Éxodo 16, del 2 al 4. Los hijos de Israel murmuran contra los líderes de Dios, pero realmente están murmurando contra Dios y Dios provee pan para satisfacer su hambre. Pero aun cuando Dios está proveyendo pan, está proveyendo alimento, en números 11, del 4 al 6, vuelven a quejarse. Y dice, en versículo 4, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron, ¡quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos. Y ahora nuestra alma se seca, pues nada sino este maná ven nuestros ojos. Esos números 11, del 4 al 6, murmurando, están murmurando, se están quejando contra Dios. Y aquí, esto lo que vemos aquí de estos judíos en Capernaum, del siglo 44, volviendo a Juan 6, 44, murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho, yo soy el pan que descendió del cielo. En Jerusalén también se molestan por las palabras de Jesús. Y por ello lo quieren matar. En Juan 5, 18 dice, por esto los judíos aún más procuraban matarle porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio padre, haciéndose igual a Dios. Le están rechazando, están rechazando a Jesús. Y ellos no quieren aceptar que viene del cielo, ellos no quieren aceptar que Él es Dios encarnado y por ello En versículo 42 decían, ¿no es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo pues dice este, del cielo he descendido? Y para ellos, su argumento es válido, porque ellos piensan que conocen la familia de Jesús. Nos dice Juan 2, 12, que se mudaron a Capernaum. O sea, que descendieron a Capernaum él, su madre y sus hermanos y sus discípulos. Y estuvieron ahí no muchos días. Esos Juan 2, versículo 12. Entonces, conocen a su madre y sus hermanos, los discípulos. Ellos conocían a José, conocían a María. Y por ello ellos dicen, ¿qué derecho tiene Jesús de decir que viene del cielo? Ellos piensan que conocen todo lo que hay que conocer de Jesús. Y por ello ellos rechazan la afirmación de Jesús. La ironía es notable. Porque nosotros sabemos que ellos no saben tanto como ellos piensan que saben. Porque ellos ignoran la concepción virginal. O sea, José no es el padre. No es el padre de Jesús. sino que nos dice Lucas, capítulo 1, versículo 35, "...el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios". Eso es Lucas 1, versículo 35. O sea, Jesús es el Hijo de Dios. Él es Dios encarnado. Y ellos, aquí estos judíos, hablan en ignorancia porque no entienden la identidad verdadera de Jesús. No quieren reconocer que Jesús es Dios. Ha venido de Dios y Él va a Dios. En el primer capítulo de Juan, nos lo describe muy bien, cuando nos dice versículo 1, Juan 1, 1, en el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios. Este era en el principio con Dios, todas las cosas por él fueron hechas, y sin él, nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y saltando al versículo 10, en el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho, pero el mundo no le conoció. a lo suyo vino y los suyos no le recibieron más a todos los que le recibieron a los que creen en su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de dios los cuales no son engendrados de sangre ni de voluntad de carne y voluntad de varón sino de dios y aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros y vimos su gloria gloria como del unigénito del padre lleno de gracia y de verdad he leído juan capitulo 1 del 1 al 4 y luego del 10 al 14 donde nos describe y nos declara que Jesús es Dios, Dios encarnado. Y por ello Jesús, aquí en Juan 6, versículo 43, Jesús, Él no está sorprendido de que murmuren contra Él. No está sorprendido de que le rechacen. Ellos piensan que saben mejor, por eso murmuran. Piensan que su habilidad es suficiente y que no necesitan ayuda y que ellos saben discernir todo correctamente, pero Jesús les dice, no murmuréis entre vosotros. Porque en versículo cuarenta y cuatro, incluso hasta el final del texto, desde el versículo cuarenta y cuatro hasta el versículo cuarenta y ocho, Jesús se identifica como el único mediador entre Dios y los hombres. Por ello debes de creer en Jesús como el único mediador entre Dios y los hombres. Lo vemos desde el versículo 44 hasta el 48. Porque en el versículo 44 Jesús dice, ninguno puede venir a mí si el Padre que me envió no le trajere y yo le resucitaré en el día postrero. Eso es versículo 44. Y es que el que es independiente nunca buscará a Dios y por ello no puede creer. Sólo Dios puede impulsar al pecador a buscar y a creer. Y es que el hombre nunca iniciaría la búsqueda de Dios. Por ello es necesario un movimiento de la gracia divina. Aquí, en versículo 44, está presentando la misma idea del versículo 37, pero de forma negativa, ¿no? Porque en Juan 6, 37 dice, todo lo que el Padre me da vendrá a mí y al que a mí viene no le echo fuera. Pero aquí en versículo 44 dice, ninguno puede venir a mí si el Padre no, perdón, si el Padre que me envió no le trajere y yo le resucitaré en el día postrero. Entonces, enfatizando la misma idea, de que es necesario que Dios impulse al pecador a buscar y a creer, y al mismo tiempo tiene que creer en Jesús como Señor y Salvador, y entonces tendrá vida eterna. Hay que recordar, todos, todos somos pecadores. Y todos nacemos siendo pecadores, separados de Dios. Y es Cristo, es el que nos ha reconciliado. Aquellos que hemos puesto en nuestra fe y confianza a Jesús como Señor y Salvador. Nos dice en Romanos 3, 10, no hay justo ni a un uno. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron. A una se hicieron inútiles, no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Y luego en Romanos 3, 23, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. Estoy reconociendo que todos son pecadores, todos están separados de Dios. Lo maravilloso es que Dios elige a algunos para la salvación. Nos dice Efesios 1, del 3 al 5. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, en Cristo. según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados, hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad". O sea, Dios elige a algunos para salvación. O sea, todos merecemos la muerte eterna. Pero, Dios elige a algunos para salvación y nos dice ahí Efesios 1 5 según el puro afecto de su voluntad simplemente porque él quiso salvar y entonces aquí volviendo a Juan 6 versículo 35 usa un texto de Isaías, específicamente Isaías 54, versículo 13, y lo usa para explicar lo que significa esa idea de traer, cuando dice en versículo 44, si el padre que me envió no le trajere, dando a entender que nadie puede venir a él, si, ahí en versículo 44, ninguno puede venir a mí, si el padre que me envió no le trajere, Entonces, ahora lo va a explicar en versículo 45, dando a entender que Dios es el que atrae al pecador, implantando iluminación y enseñanza. Por eso en versículo 45 dice, escrito está en los profetas y serán todos enseñados por Dios. Así que todo aquel que oyó al padre y aprendió de él viene a mí. Es que sólo los que reciben esta enseñanza de Dios vienen a Jesús. Ahora, usa el texto de Isaías 54, 13, pero también otros profetas mencionan la misma idea, como en Jeremías 31, versículo 33. Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Eso es Jeremías 31, 33. O en Ezequiel 36, Versículo 26 al 27, «Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros, y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardaréis mis preceptos, y los pongáis por obra». Y entonces, vemos como Dios imparte esa iluminación, esa enseñanza, para que el hombre pecador pueda darse cuenta de su necesidad de un Salvador y arrepentirse. Es que Jesús, hay que recordar que Jesús es Dios, y al hablar, realmente Dios es el que enseña, porque Él es Dios. Ahora, los judíos rechazan la enseñanza de aquel a quien ellos dicen que obedecen pero es que todos los que vienen a cristo demuestran que son hijos de dios en versículo 46 esto es juan 6 46 no que alguno haya visto al padre sino aquel que vino de dios este ha visto al padre y lo que Jesús está dando a entender es que la enseñanza de Dios no es independiente del Hijo, porque Jesús media la revelación de Dios. Él es el que ha visto a Dios Padre, y por ello aquí enfatiza que nadie más, ¿no? En versículo 46, no que alguno haya visto al Padre, como en primera de Juan 4.12, nadie ha visto jamás a Dios. O en Juan 1,18. A Dios nadie le dio jamás. Esto es Juan 1,18. Pero dice, el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer. Y ese es el punto al cual está llegando. Que nadie ha visto a Dios Padre, sino el que viene de Dios. ¿Quién es? Jesucristo. Y por eso Juan 6, 46 dice, no que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios. Este ha visto al Padre. Lo que Jesús está diciendo es que Él es el que es el mediador entre Dios y los hombres. El que escucha a Jesús recibe la instrucción de Dios. Porque Jesús es el que revela a Dios Padre. Él le da a conocer. Él es el mediador. En primera Timoteo 2.5 dice, porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. Y aquí Jesús está ofreciendo la invitación para todo aquel que cree que obtenga vida eterna. Por ejemplo, en versículo 47, esto es Juan 6.47, de cierto, de cierto os digo, el que cree en mí, tiene vida eterna. Luego, en el siglo cuarenta y ocho, dice, yo soy el pan de vida. Y Jesús está ofreciendo una invitación a todos para que crean en Él. Él llama la atención una vez más a su afirmación de que Él es el pan de vida. Pero, al mismo tiempo que Él presenta la invitación, También es una advertencia para aquellos que rehusan creer, para aquellos que no quieren creer. Como os dice Juan 3.36, el que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehusa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Y entonces, por eso es una advertencia para aquel que rehúsa creer, porque el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Eso es lo que nos dice Juan 3, 36. Es que cada persona necesita acercarse a Jesús de acuerdo a sus términos y su gracia. Para el que cree, la herencia es inmediata, es vida eterna. Y es que la salvación es exclusivamente por medio de Jesucristo. Por ello es de creer que Jesús satisface. Creer que Jesús provee seguridad eterna. Creer en Jesús sin dudar y creer en Jesús como el único mediador entre Dios y los hombres. Ahora, quizás, estás aquí y Jesús aún no es tu Señor y Salvador. Quizás piensas que no necesitas a Jesús para acercarte a Dios. O quizás piensas que puedes ser salvo por medio de tus logros, tus méritos, tus habilidades. O quizás piensas que conoces a Dios porque sabes que existe. Quizás piensas que honras a Dios porque haces buenas obras. Quizás piensas que estás satisfecho sin Cristo. O quizás piensas que uniendo tus buenas obras y tu fe de que Dios existe es suficiente para la salvación. Pero no es así. Este texto da a entender que estás pensando incorrectamente. Solamente Jesús salva. Tienes que acudir a Él para salvación. Tienes que creer en Él como Señor y Salvador. Ahora, si eres creyente, si eres un creyente genuino, quizás piensas que necesitas alimentarte de lo que el hombre te puede decir, o de lo que el hombre te puede dar. Quizás piensas que no necesitas, que no necesitas leer la Biblia a diario, que no necesitas orar a diario. Quizás piensas que puedes vencer la batalla espiritual solo, o piensas que ya eres suficientemente espiritual. O quizás que piensas que mereces más de lo que Dios te está dando. Pero otra vez, este texto está enfatizando tu necesidad de creer en Jesús, de estar satisfecho con Jesús, de creer en Él exclusivamente, de no obedecer a otro, sino obedecer a tu Señor y servirle con fidelidad. Y por ello, Si aún no has puesto tu fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, ese es el primer paso que debes de tomar. Porque sin fe no puedes agradar a Dios. Tus buenas obras no te dan mérito para la salvación. Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres. Jesús es el único camino al cielo. Solo por medio de Jesús puedes ser salvo. Por ello, no rechaces la salvación que Jesús provee. Ahora, si eres creyente, si Cristo es tu Señor y Salvador, recuerda, no puedes hacer que Dios te ame más, Él ya te ama. Descansa en su soberanía, descansa en su control, descansa en la salvación que Jesús provee. Confía en tu seguridad eterna, confía en sus promesas, confía en su palabra. No temas los problemas de este mundo, porque son temporales. No temas lo que te puede hacer el hombre. No pongas tu esperanza en los recursos, en tus recursos y en tus habilidades. Sino vive para tu Salvador. Gózate en tu salvación eterna. Porque Jesús es Señor. Porque Dios es Rey Soberano. Por ello, humíllate ante la soberanía de Dios. Sométete ante la autoridad de Jesús. Obedece la palabra de Dios. Y vive como Dios quiere que vivas. Porque la salvación es exclusivamente por medio de Jesucristo. Pero evalúa. ¿Realmente lo crees? Vamos a terminar en una oración.
La salvación es exclusivamente por medio de Jesucristo, ¿crees esto?
Series Juan
Sermon ID | 920201851333572 |
Duration | 54:16 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | John 6:35-48 |
Language | Spanish |
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