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yo quiero, yo quiero, perdón, invitarles a que busquemos en nuestras Biblias a Éxodo capítulo treinta y cinco. Vamos a tener este capítulo completo hasta Éxodo treinta y seis, verso siete, uno al siete. El tema del mensaje en esta mañana es la dedicación a Dios, tesoros y talentos. La dedicación a Dios, tesoros y talentos. manténgalo allí mis hermanos. Hace unos días yo estaba conversando con Wendy acerca de ¿Por qué la Biblia constantemente repite las cosas? ¿Por qué repite las cosas tantas veces la Biblia? Y precisamente es por dos razones, la primera Y cuando nosotros leemos en la Biblia que el Señor repite algo es porque tiene mucha importancia, tiene prioridad sobre otros asuntos. Y la segunda razón es porque el ser humano por naturaleza es dado a olvidar las cosas. Nosotros somos dados a olvidar las cosas. Entonces, las cosas importantes en las Escrituras son dichas dos veces o más. Dos veces o más. Entonces, en esta ocasión, nosotros nos encontramos en esta sección, a partir del capítulo treinta y cinco, la reexposición, una vez más, hasta terminar este libro de Éxodo, de lo que es esa realidad maravillosa contenida en el tabernáculo. Ya aquí nosotros veremos la construcción del tabernáculo, una vez más vamos a ver algunas ordenanzas que el señor da al pueblo de Israel. Aquí nosotros podemos ver esta verdad del tabernáculo que el Señor, aquel que es santo, aquel que es el redentor, el gobernador del mundo, el Dios soberano de gracia y poder, desea venir y vivir en medio de su pueblo. Además, no se trata sólo de una realidad de residencia, sino también de una realidad de identificación. Señor quiere identificarse con su pueblo. Y por esa razón, acá nosotros vemos que mientras Israel fuera un pueblo de tiendas, un pueblo seminómada camino en el desierto hacia la tierra prometida, el señor tendría su tienda en medio del pueblo de Israel, en medio de las tiendas del pueblo de Israel. Mientras Israel fuera un pueblo nómada, en un hogar movible, viviría, mientras el pueblo viviría en ese hogar movible, así también Dios viviría en un hogar móvil para que así el pueblo de Israel pudiera sentir lo que es la presencia del Señor en su vida, que el Señor fuera el centro de sus vidas, todo girara en ese trajinar en el desierto en torno al Señor. Y entonces, de esta forma, Éxode está anunciando algo que nosotros vemos esa realidad cumplida en Efesios capítulo 2, verso 11 al 22, donde el Señor nos dice que ya nosotros no tenemos un templo, una morada física en la cual el Señor habita, sino que ya Él habita en nuestros corazones. Él ha venido a habitar a los corazones de aquellos que ha salvado. Nos dice la palabra que nosotros hemos sido sellados por el Espíritu Santo. Nosotros hemos venido a ser propiedad del Espíritu Santo. Todo aquel que ha nacido de nuevo, todo aquel que se ha convertido a Cristo, tiene como morada en su corazón al Espíritu Santo. y ese punto culminante llegará a su manifestación en el momento en el cual él venga a morar en esos cielos nuevos y esa tierra nueva. donde nos enseñan Apocalipsis, que el apóstol Juan vio descender del cielo esa nueva Jerusalén con unas medidas extraordinarias, no sé, simbólicas o reales acerca de cómo iba a estar o cómo va a estar compuesta esta ciudad. y allí entonces, como dice esa palabra, ya no habrá necesidad del sol, porque el mismo Espíritu Santo, el Señor, habitará en medio, y él será nuestro sol, él será nuestra luz. En lo que eso llega, mis hermanos, nosotros somos llamados a tener esa plena seguridad de que el Espíritu Santo está trabajando en nuestros corazones hasta él completar su obra en nuestras vidas. ¿Alguien puede decir amén a eso? Pero volviendo a Éxodo, estos capítulos desde el 35 hasta terminar el libro de Éxodo, hasta el capítulo 40, nosotros podemos ver que se divide en cuatro secciones que presentan de manera equilibrada cómo bajo Moisés aquí se finalizó el tabernáculo según las especificaciones exactas de Dios y cómo el Señor en su gloria tomó posesión de su tienda. Eso que nosotros hemos visto en las semanas pasadas, todas las indicaciones que Dios le dio a Moisés, pues a partir de este capítulo 35 vemos cómo se da la construcción siguiendo las ordenanzas, siguiendo las indicaciones que el Señor le dio a Moisés de este tabernáculo. En esta mañana nosotros solamente consideraremos el capítulo 35 y la primera parte del capítulo 36 de Éxodo, dejando los siguientes capítulos, si Dios quiere, para el próximo domingo. Así que yo le invito, por favor, a que leamos los primeros tres versículos de este capítulo 35 del Éxodo. Mire como dice, Entonces Moisés reunió a toda la congregación de los israelitas y les dijo, Estas son las cosas que el Señor les ha mandado hacer. Seis días se trabajará, pero el séptimo día será para ustedes un día santo, día de completo reposo para el Señor. Cualquiera que haga trabajo alguno en él morirá. trabajo alguno en él, morirá. No encenderán fuego en ninguna de las moradas de ustedes el día de reposo. Esta sección empieza con una introducción general al final del libro de Éxodo. No sólo viene a ser como el prefacio a las leyes del día de reposo que vemos en los versículos 2 y 3, sino que también anuncia a lo largo de estos capítulos vendría a ser como un estribillo, que todo lo que fue hecho, lo fue según las órdenes divinas. Este estribillo, esta frase aparece siete veces respecto a la construcción de los objetos individuales del tabernáculo, siete veces respecto a los objetos propios del tabernáculo en el proceso de finalización de este, y tres veces respecto a la obra en conjunto. Se repite esto, todo se hizo acorde a lo que el Señor le había mandado a Moisés. Se repite varias veces. ¿Por qué este énfasis? Mis hermanos, porque Dios no deja nada al azar, Dios no deja nada a la invención del hombre, Dios no deja nada que tenga que ver con su adoración y nuestro servicio a él, a la imaginación del hombre, a lo que se vea bonito, a lo que esté de acuerdo a la sociedad del momento. Nosotros, el ser humano por naturaleza es muy propenso a pensar que la palabra de Dios es insuficiente para los detalles más pequeños de lo que es la alabanza y culto a Dios. Y por esa razón hay iglesias en nuestros tiempos que tienen la tendencia a añadirle muchas cosas al culto porque se ve bonito, porque se ve agradable a la vista del hombre, porque atrae gente. Y en ese proceso esas iglesias se han olvidado de que a quien se viene a adorar en aquel lugar es a Dios y no al hombre. a quien se viene a satisfacer, a darle honra, a hacer, si se pudiera decir ese término, sentir bien en aquel lugar, es a Dios y no al hombre. Y cuando se logra esto, entonces en segunda instancia, también buscaríamos que el hombre se sienta bien, pero no al revés. primero Dios y después el ser humano. Primero Dios y lo que Él ha mandado y luego, si queda espacio, el hombre y sus gustos. ¿Alguien dice amén a eso? Entonces eso es lo que nosotros podemos ver acá. Esto es lo que podemos ver en esta última sección del Éxodo. En estos últimos capítulos del Éxodo esto es lo que nosotros podemos ver ¿Qué es lo que podemos ver, mis hermanos? Que el Señor debe de ser alabado sólo en la forma que Él ordena y permite. También nosotros vemos más adelante en el libro de Levítico que el Señor enfatiza esto. Haz las cosas como te ha sido mostrado en el monte, en varias ocasiones. Lo leemos en las Escrituras. El mandamiento general de adorar y alabar a Dios debe de siempre hacerse bajo la autoridad de la Palabra de Dios. Eso es lo lógico desde el punto de vista de Dios, pero no es lo lógico desde el punto de vista del hombre. El hombre prefiere hacer las cosas como mejor le convenga, como mejor resulte, como mejor guste, como mejor se vea, pero las cosas nunca pueden hacerse para ser recibidas por Dios conforme a la invención del hombre, sino conforme a lo que Dios ha mandado. Entonces ese mandamiento de adorar y servir bajo la autoridad de la palabra de Dios lleva al mandamiento supremo que debe gobernar todo el trabajo del pueblo. ¿Y cuál es ese trabajo del pueblo? la construcción del tabernáculo en este caso, y bajo qué condiciones debe de hacerse la construcción del tabernáculo, bajo las condiciones que también debe de respetarse el día de reposo. Por esa razón, por tercera ocasión, nosotros vemos acá que el Señor le dice a Moisés y al pueblo de Israel, cuídate de guardar el día de reposo. Lo vimos en los mandamientos, en Éxodo 20, más adelante, en el capítulo 31. Y ahora acá vuelve el Señor a decir, guarda el día de reposo. ¿Por qué? Porque hubiera parecido muy fácil que se hubiese desarrollado en la mente de los constructores del tabernáculo decir, bueno, esta es la obra de Dios. Yo no estoy trabajando. Esta es la obra de Dios. Yo no estoy ocupando mi tiempo en las cosas mías. Es la obra de Dios. Vamos a aprovechar el tiempo y vamos a trabajar también el séptimo día. Pero a pesar de ello, el Señor le dice, esto no está permitido. En los versículos 2 y 3, el Señor retomó lo que ya había ordenado en el capítulo 31, versos 12 al 17. Es como si el Señor le está diciendo allí, luego de que ustedes de manera altanera, de manera pecaminosa construyen el tabernáculo, yo necesito acordarles donde ustedes me interrumpieron. Dese cuenta que el capítulo 31 termina cuando el Señor está dando este mandamiento. Y ya en el capítulo 32 vemos entonces el becerro de oro. El día de reposo es el día del Señor, mis hermanos, y por lo tanto es muy importante para Él. Pase lo que pase, este día debe dominar el programa del pueblo de Dios. no sólo en la tarea pública en aquel entonces de construir y decorar el tabernáculo, sino también en la vida doméstica. Eso es lo que el señor le está diciendo, está bien, el tabernáculo hay que construirlo, pero ustedes no pueden trabajar este día. Y también deben entender esto, tampoco deben de trabajar en sus casas, por lo tanto, no deben de encender fuego en este día. Eso es lo que dice ahí el verso 3. Ustedes no van a encender fuego en ninguna de las moradas de ustedes. El día de reposo tiene que ser sometido a una planificación detallada tanto en el ámbito público como en el privado para salvaguardar su reposo libre de trabajo. Y por esa razón viene ese mandamiento. Prepárense el día anterior porque el día de reposo ni siquiera enciendan fuego en sus moradas. Vamos a ver cómo ustedes van a resolver este asunto si hace frío no sé cómo lo harán, no sé cómo lo hicieron, pero ese día no enciendan fuego en sus casas. Entonces, mis hermanos, para nosotros aprender a hacer la obra del Señor, en primer lugar tenemos que aprender a descansar en el Señor. Eso en otras pocas palabras lo que el señor le está diciendo al pueblo de Israel. Ustedes tienen que saber que también deben de guardar este día a pesar de que estén trabajando en la construcción del tabernáculo. Deben descansar este día, se lo acuerdo. Esto es una realidad que nosotros creemos que se aplica para todos los tiempos porque no estuvo incluido solamente en la ley civil y ceremonial de Israel sino que está incluida en la ley moral de Dios que son los 10 mandamientos. Yo he dicho en muchas ocasiones que hay iglesias que incluso se llaman hasta reformadas tienen el nombre de reformadas que dicen no, el día de reposo solamente fue para los judíos, Jesucristo es nuestro día de reposo, Jesucristo es nuestro reposo, ya no tenemos que hacerlo, pero ven acá mis hermanos, como es posible que el Señor nos haya dado una ley moral que está vigente para todas las épocas, todos los tiempos, Y en esa ley moral el señor haya incluido el día de reposo y ahora nosotros podemos decir los nueve mandamientos están vigentes pero el cuarto no, ahí no se aplica para nosotros. Es como una gran incongruencia. Si al señor le hubiese placido no concedernos a nosotros un día para descansar de nuestras ocupaciones regulares, En esta época del nuevo pacto no hubiese incluido el cuarto mandamiento en la ley, en los diez mandamientos, en la ley moral de Dios. No lo hubiese incluido allí, mis hermanos. Entonces nosotros debemos de hacer provisión para guardar este día como el Señor lo ha mandado en su palabra. Seguimos leyendo, mis hermanos, y aquí a partir del verso 4 nosotros comenzamos a ver los materiales para el tabernáculo. dice así verso 4 Moisés habló a toda la congregación de los israelitas y les dijo esto es lo que el señor ha ordenado Tomen de entre ustedes una ofrenda para el Señor. Todo aquel que sea de corazón generoso, tráigala como ofrenda al Señor. Oro, plata y bronce, tela azul, púrpura y escarlata, lino fino y pelo de cabra, pieles de carnero, teñidas de rojo, pieles de marsopa y madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, piedras de onice y piedras de engaste para el efo y para el pectoral. Que venga todo hombre hábil de entre ustedes y haga todo lo que el Señor ha ordenado. tabernáculo, su tienda y sus cubiertas, sus broches, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus vasas, el arca y sus varas, el propiciatorio y el velo de la cortina, la mesa y sus varas y todos sus utensilios, y el pan de la presencia, también el candelabro para el alumbrado con sus utensilios y sus lámparas, y el aceite para el alumbrado, el altar del incienso y sus varas, el aceite de la unción, el incienso aromático y la cortina de la puerta a la entrada del tabernáculo, el altar del holocausto con su enrejado de bronce, sus varas y todos sus utensilios, y la pila con su base, todas las cortinas del atrio, sus columnas y sus bazas, y las cortinas para la puerta del atrio. las estacas del tabernáculo y las estacas del atrio y sus cuerdas, las vestiduras tejidas para el ministerio en el lugar santo, las vestiduras sagradas para el sacerdote Harón y las vestiduras de sus hijos para ministrar como sacerdotes. Moisés, aquí invita a toda la congregación de Israel a llevarle una ofrenda al Señor para la construcción del tabernáculo. Esta ofrenda debía tomarse de lo que ellos tenían. El Señor no exigía lo imposible. Pero tampoco iba a ser el milagro para que se proveyera este material. Nosotros vemos aquí que había materiales que eran costosos, muy costosos. Y estos materiales ya estaban a la disposición de los israelitas porque ellos lo habían recibido de manos de quién, ¿quién se acuerda? De los egipcios. gran parte de estos materiales lo habían adquirido cuando ellos pidieron a los egipcios que le dieran de todo esto cuando ellos partieron de allí y habían otros que se podían adquirir de varias maneras en el lugar donde ellos habían acampado. Entonces, es cierto que reunir estos materiales significaba un gran esfuerzo y en algunos casos sería a costa de un gran sacrificio personal. Pero el Señor no vaciló en pedir lo mejor, porque se iba a usar con el propósito de permitir que el pueblo honrara su nombre. El Señor no le negó ninguna información a su pueblo, le dio detalles. Mira, esto, esto, esto y esto y esto es lo que hace falta. Los metales preciosos, los de más valor, pero también las pieles de animales, las cosas más sencillas como por ejemplo las estacas, las sogas, estaba todo incluido ahí, nada era demasiado costoso, ni demasiado pequeño para ser dedicado al Señor. Y posiblemente había algunas personas allí que no tenían oro, no tenían joyas, sin embargo esas personas que no tenían esto, podían participar en este proyecto de la comunidad. ¿Cómo nos dice el verso 10? que venga todo hombre hábil de entre ustedes y haga todo lo que el Señor ha ordenado", dijo Moisés. Ellos podían dedicar, mis hermanos, sus habilidades al Señor al ofrecer la labor de sus manos. Habían hombres que podían, no tenían las riquezas, pero podían recoger, preparar las pieles de los carneros, los tejones, como dice aquí las mujeres podían también hilar los diferentes tipos de material, la tela, como nosotros podemos ver allí, los artesanos podían tallar la madera, trabajar el oro y la plata, Era necesario preparar el aceite de olivo e incienso según las indicaciones exactas del Señor que hemos visto en los capítulos anteriores. Entonces, cada uno podía usar sus dones y talentos de alguna manera. En la obra del Señor nadie es una persona que sale sobrando nadie puede decir yo aquí no hago nada todos somos necesarios todos somos necesarios mis hermanos ahora claro está aquí nosotros vemos que hay un orden verso 5 como nos dice tomen de entre ustedes una ofrenda para el señor todo aquel que sea de que cosa generoso, las ofrendas, el material de material costoso, pero también material no tan costoso, debía ser regalos hechos libremente, no se ejercía ninguna coacción, mira si tú no ofrendas, Dios no te va a bendecir, eso no se ve acá, si se ve en las iglesias, Hoy hay gente que van a salir con los bolsillos vacíos de su iglesia. No lo dude. Pero eso no lo había acá, mis hermanos. No se proclamó aquí ninguna amenaza de la ley. El Señor quería que este derramamiento de ofrendas saliera del corazón del pueblo, de adentro, de los sentimientos. Él quería que ellos trajeran en espíritu de gratitud por los dones de gracia y para la gloria del santo nombre del Señor. Los dones que habían recibido por gracia, pero también para la gloria del Señor. Hoy en día, mis hermanos, nosotros no podemos encontrar mejores principios de lo que es la mayordomía cristiana que lo que nosotros vemos en esta porción, en este capítulo del Éxodo. Las ofrendas al Señor aún forman parte de nuestra vida cristiana en la congregación. Nosotros ofrendamos no porque el Señor necesite nada de nosotros, nosotros sí necesitamos de Él mucho. Nosotros como iglesia todavía necesitamos ofrendas generosas para sostener la obra de la congregación local, pero también para hacer una obra misionera, para podernos irnos a otro lugar, para abrir obras en otros lugares, Necesitamos tener ese plan de expansión como iglesia. Claro está, primero tenemos que sentar las bases nosotros. Entonces es necesario esto, mis hermanos. Entonces ese llamamiento que el Señor dice allí, tomen de entre ustedes una ofrenda para el Señor, todavía está vigente en nuestros tiempos. Por eso la ofrenda se colecta en medio del culto. No se hace antes del culto ni después del culto. Se hace durante el culto porque es parte de nuestra adoración al Señor. Éxodo capítulo 35 destaca, mis hermanos, esa frase, esto es lo que el Señor ha ordenado. Esto es lo que el Señor ha ordenado. La ofrenda es para el Señor. El Señor nunca pide sin razón ni sin fundamento. Es el Dios salvador el que manda esto, el Señor que se ha revelado a sí mismo en toda su gracia y misericordia, que ha hecho un pacto eterno con su pueblo. El Señor que sabe que un pueblo agradecido querrá mostrarle gratitud por sus bendiciones va a ofrendar con liberalidad, no se le va a meter presión y miedo para que lo haga, porque saldrá de ese corazón agradecido. Ahora un corazón que no es agradecido o que no ha entendido la gracia de Dios en su vida, le va a costar ofrendar, le va a costar darle a Dios lo que es de Dios. Si usted como creyente necesita demostrar el agradecimiento de lo que el Señor ha hecho en su vida, pues va a comenzar ofrendando al Señor con liberalidad. Si las bendiciones de Dios son importantes para nuestras vidas, vamos a desear entonces también ofrendar con liberalidad, porque el Señor así lo ha mandado. Eso es lo que nosotros vemos también en el Nuevo Testamento, ser generoso con ese espíritu de liberalidad al ofrendar voluntariamente al Señor. Me gustaría invitarle a usted, que usted busque a II Corintios, no ahora, sino anótelo, búsquelo en su casa, capítulo 8 y capítulo 9. Esos dos capítulos nos hablan acerca de cómo debe de ser la vida de aquel corazón que es agradecido con el Señor. Cómo debe de tener esa liberalidad para ofrendar para el Señor. Dos capítulos que aparentan estar como escondidos allí y como que no se usan mucho para hablar acerca de la liberalidad, pero que nos muestran a nosotros que como creyentes debemos de ser personas generosas para la obra del Señor. Nosotros como congregación del Señor, pues también tenemos ese privilegio de traerles ofrendas al Señor. Como lo vemos acá, como lo vemos acá. Y no solamente él pidió, 2 Corintios 8 y 9, no solamente Moisés pidió ofrendas de oro y de plata, sino que él se aseguró que todo tipo de habilidad se pusiera al servicio del Señor. Es decir, no solamente el traer el aspecto físico económico para el Señor, sino también nosotros estar dispuestos a dedicar tiempo, trabajo, dones, talentos para la obra del Señor. Dios le ha dado a cada miembro del Cuerpo de Cristo la oportunidad de expresar su amor por el Señor a través de sus recursos económicos pero también a través de sus dones, a través de sus talentos. ¿Cómo está su vida dedicada al Señor? En la misma proporción le respondería yo en que usted ha puesto al servicio del Señor sus dones y recursos. El Señor no pide lo imposible. Donde existe un espíritu de gratitud, el asunto de la mayordomía y esa mayordomía de esa entrega será un gozo y no el dolor de cabeza que algunos se imaginan. ¡Ah, que ahora tengo que traer esta ofrenda! ¡Ah, que ahora tengo que llevarla! Tenemos que entregarnos por completo al Señor, mis hermanos. Veamos los versos 20 al 29, Éxodo capítulo 35. Versos 20 y 29 al 29. Entonces toda la congregación de los israelitas salió de la presencia de Moisés y todo aquel a quien impulsó su corazón y todo aquel a quien movió su espíritu y vino y trajo la ofrenda del Señor para la obra de la tienda de reunión. para todo su servicio y para las vestiduras santas. Todos aquellos de corazón generoso, tanto hombres como mujeres, vinieron y trajeron broches, pendientes, anillos y brazaletes, toda clase de objetos de oro, cada cual pues presentó una ofrenda de oro al Señor. Todo aquel que tenía tela azul, púrpura, escarlata y lino fino, pelo de cabra, pieles de carnero, teñidas de rojo y pieles de marsopa, los trajo. Todo aquel que podía hacer una contribución de plata y bronce trajo la contribución reservada para el Señor. Todo el que tenía madera de acacia para cualquier obra del servicio la trajo. Todas las mujeres hábiles hilaron con sus manos y trajeron lo que habían hilado de tela azul, púrpura, escarlata y lino fino. Y todas las mujeres cuyo corazón las llenó de habilidad, y hilaron pelo de cabra. Los jefes trajeron piedras de onise y piedras de engaste para el efo y para el pectoral, y las especias y el aceite para el alumbrado, para el aceite de la unción y para el incienso aromático. Todos los israelitas, tanto hombres como mujeres, cuyo corazón los movía a traer algo para toda la obra que el Señor había ordenado por medio de Moisés que se hiciera, trajeron una ofrenda voluntaria al Señor. Estos versículos describen la respuesta de los israelitas a la petición que hizo Moisés de ofrendas para el Tabernáculo. Aquí se nos dice que toda la congregación participó. La respuesta vino del corazón. Eso es lo que podemos afirmar. Del corazón. Del corazón. del ser interno, del ser humano, voluntariamente. Las personas que tenían habilidades ofrecieron sus servicios de buena voluntad. Las mujeres hilaron las telas necesarias, tal como se había especificado. Los líderes de las tribus llevaron piedras preciosas y gemas. La naturaleza voluntaria de esta ofrenda se recalca en esos versículos, pero también se resume en el versículo 29. Lo lee conmigo de nuevo. Todos los israelitas, tanto hombres como mujeres. ¿Qué es lo que dice allí? cuyo corazón los movía a traer algo para toda la obra que el Señor había ordenado por medio de Moisés que se hiciera, trajeron una ofrenda voluntaria al Señor. ¡Qué gozo debe haber sido para Moisés al ver que la gente respondía de esa manera! Un poco antes, esa misma nación estaba bailando alrededor del becerro, ¿se acuerdan? El Señor en su ira había amenazado con quitarles las bendiciones del pacto y había dicho a Moisés voy a hacer de ti una gran nación. Moisés en cambio un gesto de humildad había intercedido por el pueblo y el Señor misericordiosamente a causa de esa intercesión había perdonado los pecados del pueblo y esa relación de pacto había sido reestablecida. Entonces, en vista de ese pasado oscuro de la nación de Israel, la respuesta entusiasta del pueblo debe haber sido especialmente animadora para Moisés, para Arón, que estaban allí como los líderes visibles. Mis hermanos, hay gozo muy grande en la obra del Señor. Es ver cuando congregaciones enteras responden, cuando una iglesia responde a un servicio voluntario. No solamente estamos hablando de recursos económicos, estamos hablando de tiempo, estamos hablando de dones, estamos hablando de talentos. Aquí estoy, estoy dispuesto, estoy dispuesto. Como nos dice II Corintios 9, 7 al 8, ahí le doy un avance de lo que usted va a leer en su casa, que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abunden para toda buena obra. Dios bendice para que usted también bendiga. Dios bendice para que usted también bendiga. Seguimos leyendo, mis hermanos, versos 30 al 35. Este es el llamamiento de Bezalel y de Aholiab. Entonces Moisés dijo a los israelitas, miren, el Señor ha llamado por nombre a Bezalel, hijo de Uri, hijo de Ur, de la tribu de Judá, y los ha llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en conocimiento y en toda clase de arte. para elaborar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en el labrado de piedras para engaste, y en el tallado de madera, y para trabajar en toda clase de obra ingeniosa. También le ha puesto en su corazón el don de enseñar Tanto a él como a Oliab, hijo de Aizamak, de la tribu de Dam, los ha llenado de habilidad para hacer toda clase de obra de grabador, de diseñador y de bordador en tela azul, en púrpura y en escarlata y en lino fino y de tejedor, capacitados para toda obra y creadores de diseño. Aquí están estos que eran los maestros en la construcción del tabernáculo. esto eran los que iban a dirigir esto y otra vez vemos aquí que se le da la gloria a Dios, le dice Dios ha puesto en Aulíat y en este otro hombre ese espíritu para construir, se le está dando la gloria a Dios, es decir esas habilidades naturales que el ser humano tiene para construir, para hacer una casa, Para tener estas habilidades, construir estos instrumentos, estos que tenemos acá, ellos le dan la gloria a Dios. Pero el hombre, por naturaleza, en su condición caída, no acostumbra a esto. No, esto yo lo hice porque yo soy sabio, porque soy inteligente. ¿Quién es que ha dado la inteligencia? ¿Quién es que ha dado esa capacidad de estudiar y prepararse? Es Dios, mis hermanos. Entonces nosotros también somos llamados a reconocer, como nos dice Santiago 1.17, que toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto. Viene de lo alto. Viene de Dios. y que es Dios quien obra en nosotros tanto el querer como el hacer según su buen propósito. Gloria a Dios en las alturas también por esas habilidades prácticas que nos da para ponerlas al servicio a Dios. ¿Qué le parece? Nuestros dones, nuestros talentos al servicio a Dios. Tremendo, hermoso, Que usted pueda decir, estas habilidades que Dios me ha dado, por ejemplo Marta, estas habilidades contables yo las voy a poner al servicio a Dios. ¿Qué le parece? ¡Gloria al Señor! ¡Gloria al Señor por ella! Siempre debemos estar así dispuestos, más que dispuestos, nuestros recursos económicos, nuestros bolsillos y también nuestros dones, nuestros talentos. pero mire lo grande que ocurre en esta historia porque no se queda allí se anima a leer verso 1 al 7 que ocurrió mire lo que dice Besalel, Auliad y toda persona hábil en quien el Señor ha puesto sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra de construcción del santuario, harán todo conforme a lo que el Señor ha ordenado. Eso ya lo hemos visto, ¿verdad? Todo hay que hacerlo conforme a lo que el Señor ha ordenado. Entonces Moisés llamó a Besalel y a Oliad y a toda persona hábil en quien el Señor había puesto sabiduría y a todo aquel cuyo corazón le impulsaba a venir a la obra para hacerla. y recibieron de Moisés todas las ofrendas que los israelitas habían traído para hacer la obra de la construcción del santuario. Los israelitas seguían trayéndole ofrendas voluntarias cada mañana. Así que vinieron todos los hombres hábiles que hacían todo el trabajo del santuario, cada cual del trabajo que estaba haciendo, y dijeron a Moisés, oiga bien, El pueblo trae más de lo que se necesita para la obra de construcción que el Señor nos ha ordenado que se haga. Entonces Moisés dio una orden y se pasó una proclama por todo el campamento y dijo, ningún hombre ni mujer haga más trabajo para la contribución del santuario. así el pueblo dejó de traer más, porque el material que tenían era abundante y más que suficiente para hacer toda la obra. Mis hermanos, la respuesta de la petición de ofrenda fue asombrosa. La respuesta fue asombrosa. La ofrenda fue mucho mayor que la necesidad. Cuando le entregaron los materiales a Bezalel y a Oliat y a los demás que iban a acompañar en la construcción del tabernáculo, la cantidad era tan grande que era necesario, fue necesario pedirle al pueblo, ya no traigan más, ya, párense. hubo que dar esa orden. También nosotros vemos que el apóstol Pablo recibió una respuesta semejante de las iglesias de Macedonia. Eso nosotros lo vemos en 2 Corintios 8, otro avance de lo que usted va a leer en su casa. Dice, esa ofrenda de esa iglesia en Macedonia para el sostenimiento de los santos fue tanto que no era como lo habíamos esperado. en el sentido positivo. No era como lo habíamos esperado. Se dieron, se dieron a sí mismos al Señor. Se entregaron por completo al Señor. Entonces ahí en II Corintios nosotros aprendemos el secreto de las ofrendas generosas. ¿Cuál es el secreto de las ofrendas generosas? Que primeramente la persona se da a sí mismo al Señor. Ese es el secreto. Cuando una persona se da al Señor pues lo demás sale sobrando. lo demás no le falta. Dieron aquí en Éxodo y en esa historia en Macedonia porque apreciaban la gracia que el Señor Jesucristo le había dado. Por esa razón, cuando nosotros como cristianos comenzamos a apreciar esta gracia de Dios en el regalo de su Hijo Jesucristo, entonces nos vamos a dar por completo al Señor. por completo nos vamos a dar al Señor. Entonces nosotros debemos de hacer esa misma petición que les hizo Pablo a los Corintios. No busco de ustedes nada si no lo busco a ustedes. No busco de ustedes nada si no a ustedes. Mis hermanos, esa carga, ese yugo que el Señor ha puesto bajo nuestros hombros, Él mismo nos ha dicho que su yugo es ligero y su carga fácil. Y eso lo ha hecho, mis hermanos, porque ha transformado y ha trabajado con nuestros corazones. Por eso cuando un corazón ha sido transformado por el poder del Espíritu Santo, todas las cosas serán más fáciles de trabajar en la vida de ese cristiano. Cuando usted ve a una persona que es difícil y que hay que estarle empujando para cosas tan sencillas como el servicio a Dios, pues es una evidencia, mis hermanos, de que esa persona no ha conocido al Señor, que necesita que el Señor transforme su corazón, que necesita que el Señor transforme su vida. Todo comienza con un detalle tan sencillo como congregarnos, como reunirnos, como guardar este día, apartarlo, que de hecho Como iglesia ni siquiera cumplimos lo que es común en las otras iglesias reformadas. Pregúntele, pregúntele usted a los hermanos de la iglesia bíblica, para darles un ejemplo, de la iglesia bíblica de la Trinidad, cuáles actividades tienen el día domingo. Ustedes se van a encontrar con la sorpresa que no termina con el culto de la mañana y la escuela dominical, sino que en la tarde también tienen otro culto. Y que en ocasiones, durante la tarde, lo aprovechan para hacer visitas. porque es una forma de honrar el día de reposo. Para poner un ejemplo, una iglesia que ha crecido, es decir, que incluso el tener tantas actividades no va a contribuir a que el crecimiento se detenga. Y así está la iglesia bíblica del Señor Jesucristo, también con esas actividades y así hay muchas otras iglesias. Mis hermanos, la invitación es que nosotros podamos, como hijos de Dios que somos, estar dispuestos a darnos por completo a Dios. a darnos por completo al Señor, a entregarnos por completo al Señor. Pero eso solamente puede ocurrir cuando Él transforma nuestro corazón, cuando Él cambia nuestro corazón. Cuando ese corazón de piedra es transformado en un corazón de carne, como dice la palabra, que es sensible a las cosas de Dios, que es sensible al llamado de Dios y que está dispuesto a entregarse por completo y que llegará un momento en el cual diga, ya pero está demasiado, has traído demasiado, has dedicado demasiado tiempo en vez de decir, tienes tú un tiempo para dedicarle al Señor. ¿Tienes tus recursos para dedicarle al Señor? Lo poco que el Señor te ha dado o lo nada que el Señor te ha dado, sea lo que sea, tienes tú la oportunidad de ofrecer un servicio al Señor. Esto es lo que nosotros podemos aprender en este capítulo 35 y en esta primera sección del capítulo 36 de Éxodo. El Señor nos ha dado dones y talentos y nos ha dado recursos, pero esos recursos solamente podrán estar a la disposición del Señor cuando Él trabaje con nuestros corazones. Mientras no trabaje con nuestros corazones, seremos personas de dura servicio. Seremos personas que estaremos celebrando a otros ídolos y dándole la gloria a otros ídolos y no a aquel que merece la gloria y la honra en nuestras vidas. Jehová Dios. Yo quiero invitarle a usted, mis hermanos, si usted tiene algún problema todavía para ser generoso con el Señor, si todavía tiene un problema para dedicar sus dones, sus talentos al servicio del Señor, que venga el Señor, confiese sus pecados y dígale al Señor, Señor, yo necesito ser una persona generosa, yo necesito ser una persona entregada por completo a tu obra, porque tú mereces el primer lugar en mi vida. Tú lo mereces y yo debo de darme por completo a Ti porque Tú te diste por completo a través de Tu Hijo Jesucristo. Estemos de pie mis hermanos y vamos a orar al Señor.
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Hoy día no se pueden encontrar mejores principios de la mayordomía cristiana para usar en nuestra congregación que en esta sección de Éxodo 35; 36:1-7. Las ofrendas al Señor aún forman parte de nuestra vida cristiana en la congregación. Se necesitan ofrendas generosas para sostener la obra de la congregación local tanto como para realizar la obra misionera en el país y en el resto del mundo. Una congregación o un presbiterio que no tenga ningún plan de mejoramiento ni de expansión falla en la provisión para el futuro. Así el llamamiento de "Tomen de entre ustedes una ofrenda para el Señor" siempre está vigente.
Sermon ID | 911222154527878 |
Duration | 44:45 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Exodus 35; Exodus 36:1-7 |
Language | Spanish |
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