
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Pues vamos a comenzar con nuestra escuela dominical. Vamos a elevar al Señor una oración, estemos de pie. Padre bueno y Dios, Tú que moras en las alturas de los cielos, en esta mañana nosotros glorificamos y exaltamos Tu nombre. Al darte las gracias, Señor, una vez más, porque Tú nos das esta oportunidad para nosotros estar reunidos en Tu nombre, para así ser expuestos a Tu Palabra. Gracias, Señor, también porque podemos llegar a esta hora para aprender más de Tu Palabra a través de esta Escuela Dominical de Adultos. Suplicándote, Señor, que tú abras nuestros ojos espirituales, nuestros oídos, de igual forma, para que podamos estar atentos, para que podamos prestar oídos y atención, Señor, a tu palabra, que ha de ser estudiada y que esa palabra pueda producir en nosotros esa transformación, ese cambio interior que se manifieste en acciones prácticas en la vida diaria. Gracias también te damos, Señor, por estos libros que están a nuestro alcance, del cual nosotros podemos extraer grandes verdades que nos confrontan, que nos desafían, Señor, a ser real y efectivamente hijos tuyos en medio de una generación, como dice tu palabra, maligna y perversa, una generación alejada de ti, pero que nosotros somos llamados a ser faro, somos llamados a ser luminares, a traerlo a través de la luz de Cristo a lo que son las verdades del Evangelio. Este proceso de entrenamiento y capacitación que está a nuestro alcance a través de este libro pues suplicamos, oh Dios, que podamos aprenderlo, que yo lo pueda enseñar correctamente, y que podamos llevarlo a la práctica. Esto te lo pedimos, oh Dios, y nos ponemos en tus manos, por Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. Amén y amén. Muy bien. Estamos en la página sesenta y tres de este libro, Dios tiene un plan maravilloso para tu vida. Hoy estamos estudiando el capítulo 5, Haciendo que la gracia sea sublime. Haciendo que la gracia sea sublime. Comienza con un testimonio del hermano, el autor del libro. Dice, se lo voy a leer como está escrito. Desde el momento de mi conversión he estado buscando en vano las palabras para describir la locura de que un mundo moribundo rechace el regalo de Dios de la vida eterna. En cierto sentido, el hombre tiene en su cabeza un hueco en forma de Dios. Sólo cuando el Espíritu Santo entra a llenarlo, recibimos una mente cuerda, como dice II Timoteo 1.7. Corremos locamente hacia el infierno como si fuera el cielo y rechazamos el cielo como si fuera el infierno mismo. Yo estoy eternamente agradecido con Dios por su sublime gracia que una noche oscura de 1972 salvó a un infeliz como yo. Anhelamos que otros tengan esa misma gratitud, pero los incrédulos no alcanzan a comprender la gracia de Dios mientras no reconozcan su culpa. Eso es muy importante. Es una gran afirmación que da el autor de este libro. Dice, los incrédulos no alcanzan a comprender la gracia de Dios mientras no reconozcan su culpa. Es decir, el inconverso no puede conocer la gracia de Dios hasta que no sepa de qué el Señor le está salvando, de qué el Señor le está librando. Ahí también hay una cita de John MacArthur. Se la leo tal cual como está ahí. Usted me puede acompañar en la lectura con su libro. Dice La gracia de Dios no puede ser fielmente predicada a los incrédulos mientras no se predique la ley y sea expuesta a la naturaleza corrupta del hombre. Es imposible que una persona comprenda plenamente su necesidad de la gracia de Dios mientras no percibe cuán terrible ha sido su fracaso para cumplir con las normas de la ley de Dios. Y está hablando de un pastor que tiene una iglesia, vamos a decir, bastante numerosa en una zona de mucho libertinaje como es California. La iglesia del pastor John MacArthur en promedio anda por 10,000 personas. La asistencia es regular cada domingo. Tiene un campus. Tiene una universidad a nivel teológico. Y ustedes conocen el ministerio, la gran cantidad de libros que también este pastor ha escrito. Entonces, el pastor nos está diciendo a nosotros una verdad que nosotros encontramos en las escrituras, pero que se ha descuidado en nuestros tiempos. Y es que para nosotros predicar la gracia, primero tenemos que hacerle ver a la gente cuál es su condición caída. Tenemos que hacerle ver a la gente que es un pecador, que es una persona que constantemente quebranta la ley de Dios. es por ahí que comienza el evangelismo no presentándole lo bueno del mensaje del evangelio sin presentarle que esa persona está ahí aislada totalmente de recibir esos beneficios de parte de Dios porque su condición caída se lo impide nosotros romanos capítulo 5 verso 20 vamos a encontrar la razón por la que la ley de Dios aparece en la escena y por la cual nosotros también debemos de utilizarla para presentar el mensaje de salvación al inconverso. Romanos capítulo 5. Verso 20. Dice así La ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, ¿qué ocurrió? sobreabundo la gracia cuando abunda el pecado dice que la gracia sobreabunda y según la escritura lo que hace que abunda el pecado es la ley entonces nosotros podemos ver esta ilustración en lo que es la práctica de las leyes civiles y él pone un ejemplo Imagínense una persona que va corriendo por una autopista a un exceso de velocidad, eso es muy común acá en República Dominicana. ¿Por qué eso es muy común acá? Sencillamente porque aquí no hay una dinámica, no hay un sistema organizado de aplicarse la ley sin discriminar a nadie. Aquí cualquier persona puede librarse de una multa si tiene alguien que le ayude y lamentablemente eso conduce a que no se respeten las leyes. Pero imagínense un lugar donde las personas andan y desandan y no hay ese imperio de la ley como también se le conoce, pues lo que hay es un caos. nosotros vivimos relativamente más con menos accidentes de tránsito a pesar de que este país es uno de los de los países que tiene la y Wendy me enseñaba algo ahorita nuestro país tiene la más alta tasa de accidentes de tránsito de la región es decir que en otros países de latinoamérica para dar un ejemplo se conduce mejor que aquí entonces imagínese usted que aquí relativamente hay ciertas, ciertos, ciertas limitaciones para que se viole la ley con toda libertad. Hay ciertas limitaciones porque existe una dirección de tránsito, existe la DGC, existe una ley también que gobierna esto y en ocasiones, ¿verdad?, pues ponen como un freno. En algunos países, yo veía hace un tiempo un reportaje de creo que fue de Afganistán, donde ni siquiera el que estaba dando el reportaje decía que ni siquiera veía semáforos. Imagínense, algo tan común acá, ni siquiera eso abundaba. Y él presentaba en un video cómo la gente se metía, cómo un carro podía ir en vía contraria, cómo el otro tenía que cuidarse, un desastre. ¿Por qué? Porque no hay allí una ley, aquí hay una relativa ley, porque tampoco hay una ley absoluta en el sentido de la palabra que la gente es obligada a cumplirla. Tenemos los países más desarrollados como Estados Unidos, Canadá, Europa, donde sí se cumplen las leyes, a pesar de que hay personas que en todo lugar siempre habrán ese tipo de gente que quebranta la ley, pero donde donde se le da más importancia a la ley sin discriminar a personas, pues real y efectivamente hay un mayor resultado, control, respeto a las leyes. ¿Por qué? ¿Por qué en estos países lo hay? Pues sencillamente porque cuando se quebranta la ley, esa persona no va a tener, y se le descubre, no va a tener un amigo que le ayude a librarse de eso, como ocurre muchas veces en nuestro país. y también porque se le da tal importancia a la ley que se encarga esa misma ley de establecer los límites de velocidad, las señales de tránsito, los semáforos, que estén todos funcionando para que así tampoco haya excusa de que yo pasé de largo porque el semáforo estaba apagado. No va a haber esa excusa porque funciona allá. Acá sí lo hay. ¿Ve la diferencia? Es decir, la ley como tal lleva a que todos los principios que están enumerados allí se cumplan. Señales de tránsito, señales de pare, una sola vía, doble vía, c del paso, etcétera. No toque bocina, etcétera. Entonces, lo que él está diciendo acá es que la ley como tal le hace ver a la persona cuando infringe o mejor dicho no. La ley le hace ver a la persona su pecado. ¿En qué sentido? Porque si usted está en un lugar como Afganistán o República Dominicana, pero vámonos a Afganistán que es más una selva, es peor en Afganistán. Si usted va a Afganistán usted tiene que manejar con cuidado pero usted no se va a preocupar de que usted va a quebrantar ninguna ley. ¿Por qué? Porque no existe. Entonces, Usted tiene que cuidarse de que no venga un vehículo de frente aunque usted esté en su derecha. ¿Por qué? Porque aquel tampoco respeta ninguna ley. Usted tiene que cuidarse al cruzar una vía de mucho tránsito porque no hay semáforo. Usted es el que tiene que cuidarse. Pero si lo chocan o si usted choca, pues tampoco hay una forma de justificar esa infracción porque no hay un... un imperio de la ley no lo hay como tal entonces cuando nosotros hablamos de que al pecador hay que presentarle la ley lo que le estamos diciendo es que tenemos que hacer ver a la persona su condición caída para poderle presentar la gracia Nosotros tenemos que ser como esos países donde todo está señalizado, donde todos los organismos de seguridad funcionan, donde todas las leyes quebrantadas son castigadas y por lo tanto nosotros tenemos que ajustarnos a ello. Ahora, cuando nosotros estamos hablando desde este punto de vista como creyente acerca de la ley de Dios, lo que le estamos diciendo a la persona es que ya Dios ha establecido normas, que ya Dios ha establecido principios a los cuales la persona tiene que sujetarse. Y esas normas y esos principios no atañen solamente a los cristianos, sino a todo el mundo, al ser humano como tal, porque también ese es otro problema que se ha querido enseñar, no sé de manos de quién ha querido enseñarse eso, y es que como hay principios que gobiernan los cristianos tú como cristiana no puedes hacer esto pero aquella que no es cristiana pues si lo puede hacer entonces aquella que no es cristiana te va a reclamar a ti porque tú eres cristiana y tú no debes de hacer eso y eso no es así mis hermanos nosotros tenemos que decirle a la gente eso que se le exige a esta cristiana también va para ti también es para ti independientemente de que tu visite una iglesia o no todo comienza por allí todo comienza por allí entonces nosotros tenemos que trabajar con esto porque porque el cristianismo de estos tiempos que hemos heredado lamentablemente de la iglesia predominante no católica en nuestro país que es el pentecostalismo, ese cristianismo ha dejado de lado la enseñanza de la ley de Dios se han enfocado solamente en la gracia el don inmerecido de Dios a favor del hombre y por lo tanto la gente piensa que por creer algo por leer alguna palabra bonita por escuchar algún sermón bonito sin haber un cambio en su corazón pues va a recibir el favor de Dios y eso no es lo que la Biblia enseña la Biblia no enseña eso la ley nos muestra a nosotros de que por naturaleza somos todos pecadores que todos estamos alejados de Dios que hemos quebrantado los mandamientos de Dios día a día que no merecemos nada de Dios, nadie. Y por lo tanto, estamos condenados al infierno. Todo debe comenzar por allí, mis hermanos. Entonces, nosotros utilizamos la ley como una forma de hacerle ver a la gente su pecado. su pecado. Ahora, cuando estamos hablando acerca de la ley, ¿a qué ley nos estamos refiriendo? Muy bien, a la ley moral de Dios. ¿Cuál es la ley? ¿En qué está contenida la ley moral de Dios? En los 10 mandamientos. Esa es la idea. Eso es lo que quería ver si pasaban la prueba de nuevo. La Biblia nos dice que todo hombre dará a Dios cuenta de sí mismo. Entonces, el pecado no solo se convierte en algo personal, sino que abunda, abunda el pecado. Entonces, la ley, esos 10 mandamientos, le muestra al hombre que esa mera lascivia de ver a una mujer, un hombre, eso lo convierte en un adúltero en el corazón, aunque no cometa el acto físico. Que esa mentirita blanca, la ley nos dice a nosotros que se convierte en un falso testimonio, que hacer las cosas a nuestra manera, oiga bien, eso es lo que más abunda, hacer las cosas a nuestra manera, eso nos convierte en personas rebeldes y violadores del primer mandamiento. Que el odiar a otra persona, a otra persona, sí, ese, perdón, el odiar a otra persona se convierte en homicidio, sin haber realizado el acto físico. Entonces, mire cómo es que va la combinación de presentar la ley moral de Dios, de los 10 mandamientos, pero a la luz de lo que Cristo enseña al respecto. Mire lo que dice 1ª de Juan, capítulo 3, verso 15. ¿Puede ir conmigo? Todo el que aborrece a su hermano es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él. En esto conocemos el amor en que él puso su vida por nosotros, también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Todo el que aborrece a su hermano, verdad es lo que le acabo de decir. Vámonos también a Romanos, Romanos capítulo 7. Verso 8. Nos dice de la siguiente forma. Pero el pecado, aprovechándose del mandamiento, produjo en mí toda clase de codicia, porque aparte de la ley, el pecado está muerto. En el sentido de que es una cosa inactiva, es inerte. ¿Qué es lo que le estamos queriendo decir? Que donde no hay ley, pues a nadie se le puede acusar de haber cometido una infracción. En Afganistán a nadie se le puede acusar de conducir por el lado que él quiera, porque no hay ley, no se le puede acusar de esa infracción. En otros lugares donde sí se cumple lo que se conoce como el imperio de la ley, si ese país establece que usted debe de manejar por la derecha y a usted lo agarran por la izquierda, ya usted está infringiendo la ley. O al revés, algunos países como Japón y el Reino Unido, donde se maneja a la izquierda, si lo encuentra manejando a la derecha, usted está infringiendo la ley. Es decir, lo que establece la ley en ese lugar es lo que prima. En países como República Dominicana hay que conducir a la derecha. En esos países hay que conducir a la izquierda. Y si se da lo contrario, pues usted está infringiendo la ley. Es decir, si usted conduce en Japón a la derecha, a pesar de que a usted le enseñaron en República Dominicana que era la derecha, allá usted está infringiendo la ley. ¿Se da cuenta la diferencia? Es decir, lo que prime en el lugar es el imperio de la ley. Se le llama imperio de la ley porque es lo que manda allí por encima de cualquier líder, cualquier hombre, cualquier persona, no importa su condición. José Miguel. Pregunta. Sí. En el caso espiritual, la palabra dice que yo puse su ley en los corazones de las personas. Entonces, en el caso de aquella persona, que por alguna situación remota, no han recibido esa palabra, esa ley, Exacto. Entonces, en cuanto a eso que estamos presentando como ejemplo, y en el caso de Cristóbal no impide nada. No, el hombre no tiene excusa, eso es lo que dice Romano. El hombre no tiene excusa como tal porque hay un conocimiento no acabado acerca de la ley de Dios. Ese conocimiento es revelado en su máxima expresión a través de la palabra. El hombre en su ser interno, aunque lo niegue con sus labios, sabe que existe Dios. Sabe que existe un Creador que debe de ser honrado. Eso es lo que dice Romanos 1. El hombre sabe en su ser interior, en lo más profundo de su ser, aunque no lo confiese con sus labios, aunque lo niegue públicamente, pero en su ser sabe que existe ese ser supremo. Y dice la Biblia que, Romanos dice que el hombre no le dio gloria como se merece y que ese hombre prefiere adorar a la criatura antes que al Creador. Entonces hay ese conocimiento de que Dios pide esa adoración en todo ser humano. Hay un hueco, como dice el libro, en el corazón del hombre que no conoce a Dios y ese hueco, ese vacío, es llenado por el Señor. Pero el hombre prefiere negar eso. entrar a un proceso de autonegación y decir, no, no es así, prefiero esto, o prefiere buscar llenar ese vacío con otras cosas que no sea Dios. Entonces por eso no tienen excusa, por eso están condenados. Pero cuando la persona se encuentra con lo que es la ley de Dios revelada acá en los 10 mandamientos, entonces recibe como mayor claridad. Por eso le ponía el ejemplo de tres zonas, tres países, República Dominicana, Afganistán y vamos a decir Estados Unidos. Acá es medianamente aceptable el cumplir ciertas leyes. Entonces nosotros podríamos decir que el hombre que no conoce a Dios está como en esa condición, sabe que existe algunos principios que debe de seguir, principios morales, pero con todo y eso su corazón le lleva a a quebrantarlo, lo lleva totalmente a quebrantarlo. Entonces estamos como en ese término medio, no tanto como Afganistán, pero tampoco vamos a decir que cuando venimos a Cristo, entonces nosotros llegamos a ser parte de ese pueblo avanzado que cumple las leyes. Sí. Yo tengo un sobrino que lo encontró a la policía manejando, hace un salto, y le echaron su licencia. Sí, así es. No le echaron la licencia. Así es, así es. Le mandó el video perdón, ya, pero era como de 14 o 15 años. Sí. Sin licencia. Sí. No podía manejar. Exacto. Exacto. Es así. Es así en esos países. Sí, así es. Exacto, ¿no? Y cualquier artilugio, exacto, resuelve. Entonces, por eso nosotros somos, yo personalmente soy un defensor de que la ley está por encima, debe de estar por encima de todo, amiguismo, de todo. Es decir, ¿cómo se le dice? Esos países fueron fundados en respeto a las leyes, independientemente de quién esté allí ejerciendo esas leyes. Se respeta la ley, no al hombre como tal. Cuando se respeta la ley, pues ya se sabe que no hay forma de escapar de ella, porque no va a haber alguien que va a estar por encima. Lamentablemente en nuestro país todo comenzó mal cuando Balaguer dijo que la Constitución era una hoja de papel. Ahí lo dañó ya. Y hasta ahora todavía no hemos salido de eso. Ojalá tengamos tiempo de nosotros ver algún cambio en nuestro país. Pero mientras tanto, nuestro deber es, nosotros sí, ser personas de bien en la sociedad. Ser personas que cumplen la ley. Entonces, ¿quedó claro José Miguel López? Ok, ¿más o menos? Entonces, el mandamiento lo que deja ver es el pecado, ¿verdad? Cuando nos dice, tiene que andar por esta línea, entonces usted va a tener cuidado como por ejemplo ese caso que da linda de el que no es cristiano no voy a tomar mucho aquí nadie lo detienen por si está borracho no hay cuánto borracho usted vea en la calle y por qué usted dice ver mucho borracho en la calle porque usted ve gente manejando a los locos o están drogados o están también también todo eso mis hermanos Entonces, eso es lo que hace la ley, nos muestra el pecado. Entonces, cuando una persona encontrada con que ha violado la ley y con que hay alguien que va a ejecutar esa ley, va a cumplir con lo que dice esa ley, pues, ¿qué le queda al transgresor, al pecador? No le queda otra cosa, sino entender la seriedad de su pecado. Entonces eso es lo que dice el apóstol Pablo en Gálatas, capítulo 3, verso 24, que la ley viene a ser nuestro guía para conducirnos a Cristo. ¿Por qué? Porque cuando yo me enfrento a la ley y digo, oye, estoy terrible, no puedo hacer nada, estoy perdido, estoy condenado, merezco el juicio, merezco el castigo. ¿Por qué? Porque ya la ley lo dijo que lo hizo mal y el que está allí lo va a ejecutar, va a ejecutar el juicio. ¿Qué nos queda a nosotros? Entonces la ley se convierte en esa guía que nos conduce a Cristo. Dice, si tú quieres ser librado del castigo, tú necesitas ir a Cristo. Es decir, la ley es nuestro guía, es nuestro tutor para conducirnos a Jesucristo. ¿Por qué nos conduce a Jesucristo? Porque es la única forma en que nosotros podemos ser justificados siendo pecadores, habiendo quebrantado la ley, ser declarados sin pecado, solamente a través de Cristo. Hay una lectura ahí de John Stott, que fue un pastor anglicano del siglo XIX. Él dice, no podemos... ¿En qué página estamos, Mirna? ¿70? 67, donde dice John Stott, como dijo John Stott. ¿Cuánto? 6, 7, en la parte de abajo. No podemos venir a Cristo para ser justificado mientras no hayamos ido primero a Moisés para ser condenados. Pero una vez que hemos ido a Moisés y reconocido nuestro pecado, culpa y condenación, no debemos permanecer allí. Debemos permitir que Moisés nos conduzca a Cristo. Y él presenta a Moisés como una analogía. ¿No es esa? ¿Qué página hay? 6 y 5, dice ahí John Estoto, ajá, exacto 6 y 5, página 65 en la parte de abajo, entonces él está utilizando a Moisés como una analogía que representa a lo que Dios le dio a Moisés que fue la ley La ley no nos ayuda, solo nos deja incapacitados, no nos justifica, solo nos deja culpables frente al tribunal de un Dios Santo. Dice el autor que hace alrededor de 100 años cuando se escribió este libro, me imagino 110, 115, 120 años, se enseñaba acerca de la ley, se confrontaba a la gente con sus pecados, se le hacía ver a la gente su pecado. Ya eso no se ve, ya eso no se predica, ya eso no se oye. Claro, con sus excepciones, iglesias que todavía mantienen sus principios bíblicos, pero la mayoría de las iglesias evangélicas de nuestros tiempos no se predica eso. Lo que se predica es un evangelio de mejoramiento de la vida, un evangelio de superación, un evangelio positivista. Jesucristo te va a dar gozo, te va a dar paz, te va a dar amor, te va a dar realización, te va a dar una felicidad perdurable. El problema está, mis hermanos, que Cristo da todo eso. Pero primero, para poder recibir esos beneficios, la gente tiene que reconocer su pecado. La gente tiene que reconocer que es un pecador, que no merece nada de parte de Dios, que Dios no está obligado a darle nada, que por naturaleza somos personas dadas a caer en pecado. Y eso solamente se logra cuando nos confrontamos con lo que es la ley. Cuando le decimos acorde a la ley, mira, aquí están los mandamientos que tú has violado. Tú eres un asesino, tú eres un ladrón. Tú eres un homicida, ya lo repetí. Tú eres un adúltero. Tú eres un idólatra. Tú eres una persona que da falso testimonio. Eso es lo primero que hay que confrontar a la persona. ¿Por qué es tan necesario esto? Porque hasta que la persona no vea su condición caída, no va a ver la necesidad de acudir a Cristo por salvación. Sino que va a ver a Cristo o va a ver el Evangelio como una lámpara, una lámpara, ¿cómo le dicen esa del genio? La lámpara mágica que la frota y sale el genio y le concede los deseos y eso no es lo que la biblia enseña para predicar ese evangelio de gracia primero la persona tiene que conocer su pecado su pecado. Entonces, eso ha traído muchas personas que están en la iglesia, que dicen ser cristiana, pero su vida está totalmente alejada de el verdadero testimonio cristiano. Porque no se han arrepentido de ellos, porque no han arreglado cuentas con el Señor. Como dice Pablo, están utilizando la gracia como ocasión para la carne. las iglesias se están llenando de personas no convertidas, y usted ve que la sociedad dominicana cada día está peor, pero el evangelio está creciendo. Entonces, ahí hay un problema. Si el evangelio crece en un país, la sociedad cambia a causa de la gran cantidad de personas que se convierten. Eso ocurrió en la época de la reforma con Martín Lutero. Europa en sentido general Todos los países que fueron influenciados por la reforma protestante, a excepción dado el caso de España, tuvieron un avance en todos los aspectos de la sociedad. Todos los aspectos fueron influenciados positivamente por los reformadores. Y de ahí salieron esos grandes países que todavía persisten y ya poco a poco van a caer también porque se han olvidado. de lo que fue la base de su progresismo, de su desarrollo, como los Estados Unidos. Usted verá, bueno, quizás a lo más pequeño lo vea, cómo esos países van a decaer. ¿A causa de qué? A causa del pecado. a causa de que no han tenido en cuenta a Dios. Es que llega un momento dado en el cual todo este avance, toda esta prosperidad lo logramos nosotros con nuestra propia fuerza, como dijo Nabucodonosor en Daniel. Cuando eso llega a esas naciones, entonces así mismo como subieron, así mismo comienza esa pendiente resbaladiza que los lleva de nuevo al oscurantismo de donde el Señor los sacó en los tiempos de la Reforma. Entonces, cuando el Evangelio llega a una nación, cuando hay un avivamiento real en una nación, la sociedad, en sentido general, comienza a cambiar. Y eso usted no lo está viendo en República Dominicana. ¿Ah, que hay muchos evangélicos? Sí, pero ¿cuántos convertidos de esos evangélicos hay? ¿Cuántos están manteniendo ese alto testimonio que el Señor los manda? ¿Cuántos han sido confrontados con su pecado? ¿Por qué? Porque son personas que no se han convertido de corazón, no han venido al Señor buscando el perdón de sus pecados y todavía siguen en sus pecados. Porque ven la gracia como algo que le da libertad para pecar. Y usted ve eso, para dar un ejemplo, que son los testimonios más feos que vemos acá. Esos artistas que se convierten y todavía siguen con esas canciones de doble sentido. Y todavía vemos una vida llena de lujuria, una vida llena de lascivia. No ha habido confesión de pecado, no ha habido arrepentimiento en ello. Como dice aquí, cuando nosotros hacemos a un lado la ley de Dios y la función para la cual fue diseñada, que es convertir el alma, entonces eliminamos el único medio que permitirá al pecador ver su necesidad del perdón de Dios. Hasta que no se confrontan con la ley, pues entonces él dice, no, yo estoy bien así, ya yo hice una oración con mis labios, yo puedo seguir mi vida. Yo puedo seguir mi vida porque ya yo hice la oración, ya yo tengo a Cristo en mi corazón. Y ahí cae dentro de ese grupo de personas que el señor le dice, le va a decir en aquel día que son personas hacedores de maldad. O también esa porción que nos dice que este pueblo se acerca a él y con sus labios le honra, pero su corazón, ¿qué ocurre? Está lejos de él. Eso es lo que ocurre en muchos casos en nuestros tiempos. Entonces, la ley viene a ser ese hallo, ese guía, ese espejo que nos muestra nuestra condición. La guía es el que nos lleva a Cristo, pero también el espejo que nos muestra nuestra condición caída. Nosotros tenemos un caso terrible que nos presenta cómo debe, cómo actúa la ley cuando la persona es confrontada con ella. Cuando David pejó con Bezabed, violó cada uno de los diez mandamientos. Cada uno de los diez mandamientos, el rey David, codició a la mujer de su prójimo, vivió una mentira, se la robó, cometió adulterio, mató a su marido, al marido de la mujer, deshonró a los padres y a la madre, violó los seis mandamientos, que es la relación entre el hombre y el hombre, y los otros cuatro mandamientos, pues entonces también fueron violados. Los diez mandamientos, Y por esa razón Dios envió al profeta Natán para reprenderlo. Vámonos a... busquemos en nuestras Biblias, 2 Samuel, capítulo 12. 2 Samuel, capítulo 12. Vamos a leer los primeros 13 versos. Página 318 en la Nueva Biblia de las Américas. dice así entonces el señor envió a natán a david y natán vino a él y le dijo había dos hombres en una ciudad el uno era el uno rico y el otro pobre El rico tenía muchas ovejas y vacas, pero el pobre no tenía más que una corderita que él había comprado y criado, la cual había crecido junto con él y con sus hijos. Comía de su pan, bebía de su copa y dormía en su seno, y era como una hija para él. Vino un viajero a visitar al hombre rico y éste no quiso tomar de sus ovejas ni de sus vacas para preparar comida para el caminante que había venido a él, sino que tomó la corderita de aquel hombre pobre y la preparó para el hombre que había venido a visitarlos. Esa es la historia. Mire cómo reacciona David. y se encendió la ira de David en gran manera contra aquel hombre y dijo a Natán vive el Señor que ciertamente el hombre que hizo esto merece morir y debe pagar cuatro veces por la cordera porque hizo esto y no tuvo compasión David está ahí mencionando la ley de Moisés que decía que cuando alguien quitaba algo tenía que devolverlo cuadruplicado entonces David está mencionando la ley David está mencionando la ley, oye bien, seguimos leyendo. Entonces Natán dijo a David, tú eres aquel hombre Así dice el Señor, Dios de Israel, yo te ungí rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl. Yo también entregué a tu cuidado la casa de tu Señor y las mujeres de tu Señor, y te di la casa de Israel y de Judá. Y si eso hubiera sido poco, te hubiera añadido muchas cosas como estas. ¿Por qué has despreciado la palabra del Señor haciendo lo malo ante sus ojos? Has matado a espada a Urias el hitita, has tomado su mujer para que sea mujer tuya, y a él lo has matado con la espada de los amonitas. Ahora pues, la espada nunca se apartará de tu casa, porque me has despreciado, y has tomado la mujer de Uriah Celitita para que sea tu mujer. Así dice el Señor. Por eso, de tu misma casa levantaré el mal contra ti, y aún tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu compañero, y éste se acostará con tus mujeres a plena luz del día. En verdad, tú lo hiciste en secreto, pero yo haré esto delante de todo Israel y a plena luz del sol. Fin de la cita. Verso 13. Entonces David dijo a Natán, he pecado contra el Señor. Y Natán dijo a David, el Señor ha quitado tu pecado, no morirás. Fin de la lectura por ahora de acá. Entonces, Mira el orden en que se presenta la reprensión de Natán hacia David. Natán le presenta a David el pastor de Israel, una parábola acerca de algo que él podía entender, ovejas. ¿Por qué? ¿Por qué lo podía entender? Porque él había sido pastor de ovejas, él conocía esa terminología. Entonces, Natán comenzó con lo que es la esfera natural, en lugar de exponer de inmediato el pecado del rey. Él comienza relatando una historia acerca de un hombre rico que en lugar de tomar una oveja de su propio rebaño mató a la oveja favorita de un hombre pobre para dar de comer a un viajero. David se indignó por esa injusticia. Manifestó su conocimiento de la ley. Él dice que el transgresor debía de restaurar cuatro veces ese cordero y debía de morir por su delito. Está mencionando la ley. Él conocía esa parte de la ley. Entonces, luego que él expone esto, Natán lo confronta con el pecado que había cometido el rey y le dice, tú eres el que ha tomado el corderito de otro hombre. Tú eres aquel hombre ¿Por qué has despreciado la palabra del Señor haciendo lo malo ante sus ojos? ¿Por qué lo has hecho, David? Y cuando David exclamó, he pecado contra el Señor, entonces el profeta le presentó la gracia. Pero solamente cuando David confesó su pecado. No lo justificó. No dijo, yo soy el rey, yo merecía algo más que tener a mis mujeres. No dijo eso. imagínense yo aquí solo yo y esa mujer también sola aquí no lo justificó mis hermanos él dijo es pecado contra el señor entonces luego que él confiesa esto que sabemos que no fue solamente la única palabra que él confesó porque ahí está el salmo 51 si usted quiere vámonos al salmo 51 poquito más adelante de ahí Página 572, Nueva Biblia de las Américas. ¿Cómo dice el título y el subtítulo abajo? ¿Cómo dice? Oración de un pecador arrepentido. ¿Y el subtítulo? Ahí está. Salmo de David, es decir, David lo compuso, cuando después que se llegó a Bezabed, el profeta Natán lo visitó. Esa es una oración de confesión de pecado, pecador arrepentido, como dice el título. Entonces, imagínese usted que Natán hubiera temido el rechazo del rey, que el rey en aquel entonces era autoridad final para todo asunto. Ay, no, no me puedo acercar al rey a decirle esto, porque si va y no encuentro al rey como de buena forma, muy animado, me puede mandar a matar. Yo tengo que cuidar mi vida, yo tengo familia que cuidar. Yo tengo todavía mucho tiempo más para profetizar. Si Natán hubiera pensado eso, si hubiera decidido agregar un poquito más de sus ideas, Si Natán hubiese dicho a David, Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida, sin embargo hay algo que impide que disfrute de este plan maravilloso y es el pecado. Imagínese que él hubiese pasado por alto la naturaleza personal del pecado de David. ¿Qué hubiera ocurrido con David? Si a esa persona, si a David en esa condición se le dice solamente, ah, pero es que todos somos pecadores acá, todo lo que están aquí en la corte es pecadora, todos somos pecadores, y tú también eres pecador. Y a David se le ocurre preguntarle a Natalia, ¿de qué pecado tú me estás hablando? Cuando nosotros estamos presentando el mensaje de salvación, hay que hacerle ver a la gente su propio pecado. tú eres pecador. Está bien, todo el mundo es pecador, pero tú eres pecador. Tú has quebrantado la ley de Dios. Eso fue lo que hizo Natán. Si David no se hubiera visto obligado a temblar bajo la ira de la ley de Dios, el profeta Natán Y era eliminado el único medio para producir lo que nos dice II Corintios 7.10, la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios. Y esa tristeza que es conforme a la voluntad de Dios es necesaria para el arrepentimiento. La convicción de pecado, esa convicción interna es la que produce tristeza que es según Dios y esa a su vez produce arrepentimiento que conduce a la salvación. Primero tiene que haber una convicción de pecado en el ser humano. Comienza con el peso de la culpa personal del ser humano. Eso fue lo que ocurrió con David. al sentirse confrontado por su pecado, no por el pecado de la humanidad. No, tu pecado, tu cometiste ese pecado. Y eso lo llevó entonces a decir, es pecado contra el Señor. La ley fue lo que hizo que trabajar y estuviera cargado, que estuviera dolorido, como nosotros lo vemos ahí en el Salmo 51. Porque si solamente leemos la segunda de Samuel, usted dice, ah, bueno, él lo dijo de sus labios. ¿Quién sabe si lo dijo del corazón? Porque como una frase tan cortita, es pecado contra el Señor. Dicen, no, eso lo dijo para salir del medio y Dios se lo creyó. No. El Salmo 51 muestra el arrepentimiento genuino de este rey. nosotros también somos llamados a presentar ese mensaje mis hermanos primero hay que confrontar a la gente con su pecado con su condición caída ni siquiera es correcto yo he cometido hasta yo he cometido ese error de decirle no es que todo el mundo es pecador no debe de ser así Hay que confrontarlo con sus propios pecados. Esa persona tiene que verse en el espejo de la ley que le haga ver sus defectos. No los defectos de la humanidad. No, sus propios defectos. Sus propios defectos a la luz de la palabra del Señor. Entonces, cuando Natán presentó a David las buenas nuevas de que no moriría, que Dios había remitido su pecado, luego de haberlo confrontado con su pecado. ¿Usted cree que el rey se sintió aliviado? ¿Cree usted que luego de, de, de esa reprensión ya con eso David dijo, ay, qué bueno, me fui librado de esto. Hasta cierto punto sí pudo haberse sentido aliviado, pero Hay algo ahí que debió de haberle dolido aún más a David. Usted sabe qué fue. No solo eso, ese fue uno. Lo que vendría después. Todo lo que dice ahí, Natán, porque tú has hecho esto, ahora te va a ocurrir esto, y son cosas fuertes que hasta cuando yo las leo dicen, wow, pero por qué otra gente deben de sufrir las consecuencias del pecado de David nosotros podríamos tener como una como asumir algo y decir no como era el rey David y él y era el representante de la nación entonces toda la nación estaba representada en él pudiera ser el caso pero y si no es así y si es que cuando yo peco todos en mi entorno de una forma u otra son afectados. Y si eso es así, entonces eso no debería de llevarnos a nosotros a tener como un temor aún mayor de no pecar contra Dios, porque no solamente soy yo el que voy a ser afectado, sino también mis allegados, mis familia, mi familia. Entonces tenemos que ser cuidadosos con eso, ¿verdad? Y eso es precisamente lo que vemos aquí, mis hermanos. Sí, David pudo haberse sentido aliviado porque el Señor perdonó su pecado, pero me imagino que debió de haber lamentado toda su vida ese pecado por lo que le vino después. Entonces el pecado es algo que Dios perdona, pero las consecuencias llegan a pesar de haber perdonado nuestros pecados. Y por eso es esencial presentarle la ley al inconverso, hacerle sentir su culpabilidad personal, que entienda que ha pecado contra Dios, que ha violado su ley innumerables veces, que es enemigo de Dios en la mente y haciendo malas obras. Como dice el Salmo 7 11, que Dios es un Dios, un juez justo, que no tendrá por inocente al culpable y que cada día se indigna. Cada día se está indignado. contra el impío. Y si no se arrepiente, la espada está preparada para él. Como dice Romano 2, 5, que con cada transgresión los pecadores están acumulando ira para ellos en el día de la ira. La ley les muestra al ser humano su propia condición. Una persona, por ejemplo, que usted esté limpiando una casa a oscuras, no hay luz y usted comienza a barrer. Usted pensará que usted lo ha hecho lo mejor posible. Cuando usted enciende la luz o cuando usted abre la ventana, usted se va a dar cuenta que todavía queda mucha basura. Entonces así mismo es la ley de Dios. La persona piensa mientras está a oscura que está todo bien en su vida. La gente piensa que cuando se compara con el vecino que es un ladrón, su vida está bien porque se ha comparado con el vecino y está todo bien. Pero la ley le muestra a la persona que no está todo bien, que a la luz de la ley de Dios es un miserable pecador y necesita ayuda. Mientras el hombre no es confrontado con su pecado, va a actuar igual que el rey David. Va a conocer la parte que le conviene de la ley de Dios. Va a poder decir, no, pues ese hombre merece que devuelva cuatro veces y la muerte. ¿Por qué? Porque no ha sido confrontado con su pecado. Hasta que la persona no es confrontada con su pecado y le dice, usted es ese pecador, usted es esa persona. Entonces, no hay forma de que la gente vea su condición caída. Y eso comienza por nosotros, mis hermanos. Nosotros tenemos que confrontarnos con la ley también día a día. La Biblia nos manda a nosotros examinarnos diariamente a la luz de la palabra. No es tratar de justificar. No es que ese fulano es peor que yo. Es que Dios no me manda a confrontarme o a compararme con el vecino, con el amigo, con el compañero de trabajo, con el familiar. Dios no me manda a compararme con ellos. Dios me manda a verme a la luz de la ley de Dios. Eso es lo que Dios manda en su palabra. Es la palabra la que debe de confrontarme. Ahora hay personas que van a mantener siempre esa reacción dura y van a siempre encontrar una excusa barata para no querer venir a los pies del Señor en arrepentimiento y fe. Y esa persona, la palabra de Dios dice que Dios lo entrega, Dios lo abandona. Cuando el hombre no tiene en cuenta a Dios, Dios lo entrega. a sus deleites, a sus pasiones, pero sépase algo, que esa persona irremediablemente está camino al infierno, a una eternidad sin oportunidad de reconciliación para siempre. Entonces, van a ver en nuestros caminos cuando nos encontramos con personas que confrontemos con la ley que van a mantener esa esa excusa, ¿no? Que yo soy bueno, que eso no es así como dice ahí que el dios a quien yo sirvo no es ese dios que tú me estás diciendo, va a haber personas así que le van a decir a usted podemos seguir orando por ellos Pero si persisten sus pecados, ya ustedes saben que en el momento en que se ha llamado a cuenta, ¿a dónde estará esa persona por la eternidad? Entonces, hemos aprendido acá, mis hermanos, que para nosotros poder presentar la gracia de Dios, el regalo inmerecido de Dios, la salvación, los dones que Dios ha dado, primero a la persona hay que confrontarla con sus pecados a la luz de la ley. Eso es vital, eso es vital. ¿Por qué? Porque la ley viene el conocimiento del pecado. Entonces en el próximo capítulo Vamos a ver la importancia de la motivación del pecador al responder al evangelio. Vamos a dejarlo hasta acá, mis hermanos. Y si hay alguna pregunta, este es el momento para que usted la haga.
Haciendo Que La Gracia Sea Sublime
Series Dios tiene un plan Maravilloso
Mientras el pecador se encuentra sentado como rey en el trono de la justicia propia, engañado por el pecado, tú debes ser como un Natán para él y decirle: "Tú eres ese hombre." Entre más entienda su pecaminosidad, más apreciará la misericordia de la cruz.
Sermon ID | 91122171644159 |
Duration | 57:40 |
Date | |
Category | Sunday School |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.