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Durante varios meses he hablado de lo que se llama el Sermón del Monte, Mateos 5, 6 y 7. Y Cristo había venido y había hablado de como siete y ocho bienaventuranzas, maneras de ser feliz, diciendo, voy a hacerles felices en toda tu vida, bienaventurados por la enfermedad. Y después de hablar de tantos bienaventuranzas y como el Señor contesta la oración, en capítulo ocho de Mateo hay una serie de milagros. Comienza con un leproso que viene, Señor si tu quieres puedes limpiarme. Cristo dice quiero que sea limpio. Luego entonces tiene un padre que tiene un hijo lleno del diablo. Y allí con problemas en la casa, discusiones, desobediencia. Y el dice Señor si puedes hacer algo. Y el Señor dice si tu puedes creer. Dice el Señor, preo ayuda mi credulidad y echa fuera el demonio de ese niño y restablece el hogar. Todos quisiéramos tener esta unión, esta unidad del hogar. El diablo quería estorbar y dividir hijos de padres y esposos y esposas y causar pecado y orgullo y división. Muchas veces los jóvenes no se dan cuenta de cuánto los padres, después de su relación con Dios, lo que más les importa es tener una relación con los hijos. Muchas veces mis hijos piensan que sólo queremos molestarlos. Cada vez que se habla, la conversación viene muy bien, Pero entonces empiezan a decir que quieren hacer esto o no quieren hacer otra cosa, y tenemos que aconsejarlos como sus padres. Debe hacer esto, no debe hacer otra cosa. Pero tú solo quieres quitarme todo el gozo de la vida, el gusto de la vida. Y no se da cuenta que papá y mamá no quieren ese conflicto, quieren la unidad. Pero si un niño está para comer veneno, Un padre y una madre le quiere y dice, hijo, no comas el veneno. No, tú solo quieres quitarme lo que es bueno, ¿verdad? Y tú solo quieres decir, no, no, hijo, es que quiero que tengas larga vida, quiero que estés saludable. No, no hay nada malo con eso, tú solo crees que es malo, pero eso no es. Y entonces, si el niño lo hace y se enferma espiritualmente, Y entonces mamá y papá dicen, he tratado de decirle, pero el niño no quiere, y entonces el único remedio es que el Señor entre en la familia. Si Jesús echa fuera esta rebeldía, esta rebelión, y le hace al niño ver que mamá y papá quieren lo mejor para él, y entonces tienen una familia unida en Cristo. Tenemos Cristo sanando un leproso. Tenemos Cristo remediando problemas en la familia, echando fuera un demonio. Tenemos Cristo aquí entonces sanando la suegra de Pedro que tiene fiebre, el primer supuesto Papa estaba casado con una suegra y así que Cristo le echó fuera esa fiebre de ella y ella le sirvió. Más tarde dijo tranquílate al mar y el mar mismo se calma y entonces hay montones de demonios y el Señor echó fuera todos los demonios, sana todos los enfermos Y viene un señor y dice, Señor, te seguiré a donde quieras. ¡Hombre! ¿Quién no va a seguir a personas que van a hacer tu vida feliz, bienaventurada por toda la eternidad? ¿Quién no va a seguir a alguien que puede echar fuera todos los demonios, sanar todas sus enfermedades, curar su lepra, hacer todos esos milagros? Y así hay muchos que cuando miren las cosas que Cristo puede hacer, quieren seguirle, pero es lo que Cristo dice en Juan 6, después de tomar, veremos solo un poco esta mañana, tomar unos panes y pescados y compartirlos con muchos, Y algunos dicen, vamos a hacerle a usted re, para que nos vea a nosotros. Pan y pescado, el manado, el cielo, cada día. Tú puedes ser el re, proveedor para nosotros. No tenemos que ir a trabajar. ¿Está bien, Cristo? ¿Vale? Tú lleves este re, yo no trabajo. El Señor dice, ustedes me quieren seguir por los panes y los peces, pero no por amor a Dios. Y así que, no. Es que voy a poner ¿Cómo ser mis discípulos si me quieren seguir? Leemos esta mañana la historia que desanimó a los tres que querían seguir a Cristo por los panes y peses y milagros y bienaventuranza, pero no vamos a llegar a ver mucho de esto hasta la próxima semana. Pero lo que vamos a ver es ver, una vez, porque hay dos veces en Lucas 9, que Cristo nos habla de cómo ser sus discípulos. Conocer sus seguidores. Vamos a llegar hasta la primera vez y la semana que viene terminaremos Lucas 9 para hablar de la segunda vez. Realmente lo que voy a hacer con Lucas 9, cuando estuve en España por los 10 años, yo sé que en Valencia en Sevilla, en Madrid, en Barcelona, en todas las ciudades grandes, en Granada un poco, tienen como una manera de tomar un bus o una ruta, a veces dicen, por la ciudad y allí como en Yosemite o en San Francisco aquí. Nunca he hecho eso en ninguno de estos lugares porque me parece muy costoso lo que ofrecen, Pero puede montar en un bus y hay un guía que para un momento aquí, va adelante un poco más allá, a lo mejor llega a un lugar de Yosemite donde ya se para, o llega a San Francisco, o Madrid, o Sevilla, y allí se para y ya puedes bajar del bus y mirar un poco lo que está allí, y entonces ya subes y vas más rápido. Muchos lugares muy bonitos donde podría parar, Pero tiene que seguir adelante. Sólo le apunto una cosa y sigue adelante. En capítulo nueve de Lucas, hay como ocho o nueve diferentes secciones aquí, digamos ocho, donde realmente necesito parar para por lo menos ocho o doce sermones y estudiar solo Lucas nueve en varias semanas, pero eso sería como tomar en Yosemite un bus de estos y bajar medio día allí que entonces quiere otro mediodía en otro lugar y va a tardar algunas semanas para mirar Yosemite si está explorando cada lugar en detalle, así tiene que ir rápido a veces por San Francisco, Yosemite y solo por cada lugar ir adelante. Vamos a tomar un tour de cómo ser un discípulo según Lucas 9. Pero en las primeras paradas solamente vamos a decir, mira este punto. No hay tiempo para predicar un sermón de esto, pero mira la verdad. Ahora, rápido, mira otra verdad aquí. Rápido, mira otra verdad aquí. Llegamos a la cuarta parada. Y voy a decir, ok, nos bajemos del autobús para ver un poco, explorar esto un poco, y allí vamos a terminar el sermón y regresar al hotel hasta la semana que viene, ok? Así que, Lucas capítulo 9, primeros versículos aquí. Podemos llamar esto la preparación de discípulos. Cuando prediqué esto en 1993, antes de comenzar esta iglesia, lo llamé, ¿Cómo hallar vida? Porque en este capítulo veremos que Cristo dice, si quieres hallar la vida, tienes que perder tu vida. Si quieres Perder tu vida, puedes hallar la vida. Y vamos a explicar un poco de qué es hallar y perder la vida. ¿Cómo es vivir? Porque Cristo dice, he venido para que tengan vida y que la tengan en abundancia. En inglés decimos, get a life. Para una persona que vive una vida aburrida, decimos, get a life, have some fun. Y así es lo que busca cada persona, lo que busca la gente. Pero el Señor aquí va a decir, perder tu vida si quieres hallar tu vida. If you want to get a life, you have to lose your life. Y así, no entendemos esto hasta meditar un poco lo que Cristo quiere decir. Pero entonces, otra vez que prediqué esto, No llamé como ser mayor. Porque aquí veremos que los discípulos están discutiendo quién será el mayor de ellos en el reino de los cielos. Y Cristo toma un niño para decir, este niño para mí es el mayor. Sigue la gente como niño, ¿sí? Hablaremos de eso la semana que viene también. ¿Cómo ser el mayor por ser el menor? Tienen que llegar a ser como un niño menor, y entonces llegas a ser grande en los ojos de Dios y ser el mayor para Él. Pero esta vez vamos a enfocarlo más en cómo prepararse para ser un discípulo del Señor Jesucristo. Muchos buscan la vida. They want to get a life. Pero hayan la muerte. Piensa, mira, me han dicho que si yo tomo esta medicina, ya esta droga me va a dar vida, me va a sentir que estoy volando. y toman esta medicina o esta droga y les enferman, si no les mata de todo, ya les puede causar grandes problemas. Otro dice, debes juntarte con nuestra familia, allí es la vida, allí tenemos un buen tiempo. Y entonces mira que las bandillas están peleando unos con otros y entonces allí tienen nada más problemas en su vida porque eso no fue la vida. That wasn't the life que ellos querían o pensaban que querían. Así encontramos aquí que el Señor dice cómo hallar la vida es por ser un discípulo del Señor Jesús. Más tarde, en otra semana, hablaremos de Lucas 10, pero en Lucas 10, versículos 41 y 42, dice, Respondiendo Jesús, le dijo, Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas, pero sólo una cosa es necesaria, y María ha cogido la buena parte, la cual no le será quitada. Y así es que nosotros encontramos allí que el Señor dice, mire, estamos afanados de muchas cosas, preocupados por muchas cosas para hallar la vida, pero el Señor dice, en nada de eso vas a hallar la vida. María tomó tiempo para sentarse a los pies del Señor Jesús. aprender la Palabra de Dios, orar al Señor Jesús, y en comunión con Jesús halló la vida, halló la buena parte, que no le sería quitado de ella, ese gozo, ese gusto de estar con Cristo. El hecho es que si yo quiero hablar de la vida, dice en Colosos 3, que nuestra vida está escondida en Cristo. Los jóvenes no me entienden. Porque fue la otra semana, alguien me preguntó, Pastor, ¿cuáles películas mires tú en la tele? Bueno, no tengo tele. Oh, en tu iglesia hay una regla que no puede ser tele. No, no hay ninguna regla. Ninguna regla en absoluto. Pero déjame describirlo de esta manera. Yo tengo en mi casa, digamos, si tengo, carnitas, bistec, camarones, papas, arroz, montones de buenas verduras frescas del jardín, y allí mi esposa me prepara una comida de camarones y bistec y carnitas y papas y arroz y todo eso, ¿verdad? Y usted me llega con un paquete de caramelos dulces, ¿verdad? Y dice, Pastor, mira, toma, eso es la vida, comer esos caramelos. Y yo miro aquí, oliendo la comida, viendo a mi esposa. y los camarones, ya voy a dar hambre, ¿verdad? ¿Para qué? Entonces el bistec, el arroz y las papas, el pan fresco del horno, y todos los pasteles que están allí al lado de un paquete de caramelos, un paquete de potato chips, de chuchería, y tú dices, pastor, es que pones una regla que uno no puede comer caramelos o potato chips, ¿verdad? No, come lo que quieres, solo no tengo ganas. Estoy tan lleno de camarones, y de bistec, y de papas, y de pasteles, y de toda esa buena comida... ¡No tengo ganas! Pastor, ¿no tienes tele en la casa? No, aquí en este libro tengo un bistec. En comunión con Dios, con Cristo, tengo tanto gozo. En hablar de Cristo y servir a Cristo con otros cristianos, hay tanto entusiasmo, hay tanta llenura, hay tanta vida, y tú me ofreces... ¿Una película aburrida en la tele? o una música mundana cuando yo tengo aquí un ignario y tengo montones de CDs de música cristiana con orquestra y con coros grandes de millones de personas y con grandes Aleluya, Aleluya, Gloria al Señor y tú dices, Pastor, tú no debes buscarte una vida aquí, escucha, para tener esa vida. Y digo, al lado de un coro de mil personas, un orquestro de centenares de personas, grande, grande magnificencia de música y gloria a Dios. Y así, pa-pa-pa-pa-pa-pa-pa, unos tambores, y yo soy el que no tengo la vida. I'm sorry, I tell you, get a life. Pero si usted no tiene diste, Usted no tiene papas. Usted no tiene camarones. Usted no tiene la mesa llena. Y usted ha encontrado que potato chips está a su gusto y esos caramelos. Come tus potato chips y tus caramelos. Tú no vas a entender que mi estómago ya está lleno de buena comida. Tú no vas a entender que mi corazón, mi mente, está llena de alabanza a Dios, de comunión con Dios, de estudio con la Biblia. Tú no vas a entender y apreciar la buena comida. Por eso, tú buscas comida donde quieras. Ese es el libro de Ecclesiastes en la Biblia. Dice, no encontré la vida. Por eso traté de ganar mucho dinero. Pensé que eso me daría la vida. Y me dejó como nada. Traté de buscar música en mujeres y placeres y bailes y muchas fiestas, y me sentía vacío, como si no estuve lleno o satisfecho. Mira, si usted quiere chuchería, va a ser por una persona bien gorda, pero que tiene diabetes. Se llena, pero no de vitaminas. Y vamos a tirar por la ventana el bistec, las chuletas de cerdo, el pollo, las carnes, el arroz, todas las tartas buenas y pasteles de manzana, para un paquete de potato chips o caramelos, es dulce, interesante. Yo les digo la verdad, a mí me gusta mucho hamburguesas de McDonald's más de Burger King, cierto hamburguesa de Jack in the Box, cuando no le mata a uno, ¿verdad? Para los que entiendan la historia de Jack in the Box. Pero de hecho, es que... Me gusta, pero yo les digo la verdad, no recuerdo la última vez que tuve una hamburguesa de McDonald's o Burger King. Porque, bueno, si no, lo que pasa es que fui a casa, mi esposa tiene una sopa de pollo, de verduras, de verduras frescas de nuestro huerco caliza detrás o me tiene allí un pollo especial con papas y con arroz y con las verduras y me tiene una buena comida tan rica y me quieres comer esa hamburguesa resecada que se ha calentado cuatro veces en el microwave que está chiquitillo y finito que ni puede ver la carne y decir tú pierdes la vida pasó por comer este banquete en tu casa No, es que tengo algo tanto mejor. Pastor, tú no vas al cine, no escuchas la música mundana y no quieres los bailes de las cosas mundanas. Mira, si yo tengo un paquete tan grande, tú puedes tenerlo si quieres. Te vas a enfermar. Por eso los padres les advierten de esto y los pastores Pero, ¡suerte! Si tú crees que vas a tener todas tus vitaminas con paquete de caramelos y potato chips, ¡te engañas! Vas a salir enfermizo y débil, pero allí es tu vida, si eso es tu vida. Pero aquí el Señor está diciendo, mira, los que pierden la vida, los que se nieguen sus potato chips y caramelos, porque quieren comer la buena comida, hay en la vida. que no te quieren perder la buena vida, la buena comida, no te quieren perder eso, hay en alguna vida por allí, les explicaré, les explicaré menos, pero no les va a satisfacer. Por un tiempo te sientes lleno, satisfecho, feliz, ¿verdad? ¡Por un momento! Pero entonces, ¿qué le va? El Señor quiere bendecirnos. Desde Lucas 1, con María, dice, bienaventurada la que creyó cuando María iba a dar a luz al niño Jesús, como la Santa Virgen María hizo. ¿Y cómo se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor? Ella era la más bienaventurada en la tierra. ¿Por qué? Porque creyó en el Señor Jesús. Y así tenía relación especial, utilidad especial, para traer a Jesús al mundo. En Juan 20 termina el libro de Juan, en la resurrección, Tomás tiene dudas si Cristo ha resucitado. Y Cristo dice, pon tus manos, tus dedos en mis manos, si quieres, para verlo hoy, lo que yo soy el que es muerto y ha resucitado. Y dice, ya creo, Señor. Y Cristo dice, Tomás, Juan 20, ¿creíste? Bueno, felices o bienaventurados son los que no vieron, no tenían que ver, y creen. Los más felices son los como María y los que no tenían ni idea de Jesús resucitado, pero creen porque saben que tienen vida, la provisión de Dios, buscan primero el reino de Dios y todas esas cosas, Mateo 13 dice, todas esas cosas están añadidas a ellos. Pero hay otros, usted no conoce mi Dios, usted no conoce la riqueza, de andar cerca de Cristo, de ganar almas, de estudiar la Biblia, de apreciar la Biblia. Usted es como un niño que mira todo el bistec y cabarrones, y el niño dice, pero yo quiero un caramelo. Y deja lo que es realmente bueno, por lo que es menos, y hace que le pueda enfermar. Pero si eso es lo que usted piensa, que no hay gozo en seguir a Cristo, que el Espíritu le convenza, que hay gozo en seguir a Cristo. Esa es la bienaventuranza. Pero Dios quiere bendecirnos, pero las bienaventuranzas vienen por medio de la fe. Así comenzamos a arrancar el bus del tour de Yosemite, en este caso de Lucas capítulo 9, y vamos aquí con las primeras paradas en Lucas 9, versículo 1, que dice, habiendo reunido sus doce discípulos, Les dio poder y autoridad sobre los demonios y para sanar enfermedades. Y versículo 2 les da un propósito en su vida. Les envió a predicar al reino de Dios y sanar los enfermos. Pero entonces en versículo 3 les dice, No tenéis nada para el camino, ni bordones, porfa pan, ni dinero, ni dos túnicas, y en cualquier casa donde entréis, quedad allí. Primera lección para ser un discípulo del Señor Jesús. Solo paramos el curso un momento. No hay tiempo para estudiar esos detalles. Primera cosa es confiar en el Señor. Confiar en el Señor por sus provisiones diarias. Eso es difícil. ¿Tú crees que hay un cielo? ¿Crees que hay vida eterna? ¿Que vas a vivir en mansiones de oro para siempre? ¿Tú crees que hay gloria y felicidad eternal? Así es bien, gracias a Dios. Pero me atrevo a decir que es más fácil creer que Dios nos va a dar palacios de oro y mansiones de oro por la eternidad, más fácil creer esto que creer que Dios va a pagar la renta mañana. ¿Puedes venir a la iglesia para orar con nosotros? ¡Y tengo que trabajar sin pagar renta! ¡Es que no puede ser así! ¿Dios no puede cobiar? ¡Yo pago bien mansiones de oro, pero no tiene riqueza para pagar mi renta mañana! ¡En el cielo nunca voy a padecer hambre! ¡Voy a tener un árbol de doce frutas! ¡Voy a tener comida por la eternidad! Pero no creo que Dios tiene paz para mí para mañana. ¿Ves? Es más fácil creer en Dios por la eternidad que creer en Dios para un poco de pan. Dice, voy a ponerles a prueba. Disciplos van a salir y van a predicar, van a sanar, voy a darles todo poder, pero también voy a darles provisión para su pan de carne. Dicen, no, no, no, no debo traerme un lonche por si no puedes proveer Dios. No, no traes ningún bordón, ningún dinero, ningún lonche. Solo vaya y voy a proveer gente en el camino que va a proveer por usted, ya créeme. Cree que yo puedo proveer para usted las cosas diarias, cotidianas. Es que puedo ahorrar al Padre Nuestro si no traes el pan cotidiano, pero no puedo creerlo. Qué lástima que vive tan nervioso. Todo viene sobre mí, como si no hay un Dios. Tú tienes que pagar tu renta. No hay un Dios para darte el trabajo y la fuerza y la ayuda. Sí, hay un Dios. Hay un Dios grande que puede curar leprosos, que puede levantar los muertos, que puede hacer palacios de oro. Hay un Dios que puede hacer llover maná del cielo por 40 años en el desierto. Hay un Dios que puede sacar agua de una peña de una roca en el desierto. Hay un Dios que puede hacer grandes cosas. Y hay un Dios que puede pagar tu renta y darte el pan para mañana también. Pero eso es más difícil creer, ¿verdad? Puedo creer que Dios puede gobernar las naciones y rico de las guerras del mundo, Pero mis problemas, la guerra con mi esposo, no, no, no, no, no. Dios no puede ayudar en eso. ¡Qué lástima! Que no creemos que Dios puede hacer lo sencillo, pero creemos que Dios puede hacer algo grande, ¿verdad? No, Dios también se interesa en lo sencillo. Tenemos que reconocer que hay que confiar en Él y esperar en Él para la provisión, pero con la provisión esperar la persecución. Seguimos el bus sólo un poco más adelante, ya visto que Dios provee, pero mire lo que viene con la provisión, el vecino. Versículo 5, ¿dónde quiere que no vos recibieran? Salid de aquella ciudad y sacudid polvo de vuestros pies Porque algunos van a buscarte como Herodes en el versículo 9 que a Juan yo le hice decapitar. ¿Quién es este andando por aquí? Quiero decapitarlo a él también. Hay Herodes. viviendo como tu vecino, ¿verdad? Difícil decapitarte. A lo mejor no es tu vecino, a lo mejor es tu esposo, ¿verdad? Pero el hecho es que allí tienes problemas, aflicciones y vas a servir al Señor. Alguien le va a desanimar y vas a tener persecuciones y dificultades. Así que cree que Dios puede proveer, pero con la provisión tendrá algo de persecución. Pero Dios le dará la gracia para eso también. Eso es todo un sermón que ya no hay tiempo. Vamos a arrancar el bus y vamos a seguir adelante. Estos son paradas breves. Luego llegamos al versículo 10 al 17. Y aquí encontramos para ser un discípulo no solo hay que confiar en él para la provisión diaria, esperando un poco la persecución como vecino allí por servir al Señor, pero hay que entonces reconocer que Dios va a probar tu fe y tu compasión. Ya ves que Dios puede probar tu pan, pero que si estás en un desierto con cinco mil hombres, aún más de las mujeres y niños, Imagínense, 5.000 hombres, 5.000 mujeres y los niños, y son latinos, son 10 o 15 niños por cada uno, el desierto está lleno de gente, ¿verdad? El hecho es que allí tienen por lo menos, digamos, dos niños por cada familia, y eso más mínimo, 20.000 personas, ¿verdad? Aquí encontramos entonces que el Señor ha predicado todo lo mañana. como el pastor, dando sermones, ¿verdad? Y él va a las 3 de la tarde predicando, peor que el pastor. Y allí entonces, el Señor está allí y dice, mira, la gente tiene hambre, ¿qué vamos a hacer? Y entonces dice, bueno, escuche discípulos, es lo que vamos a hacer. Versículo 13, Él les dijo a los discípulos, todos juntos en el versículo 13, ¿qué les dijo? Darles vosotros de comer. Si yo no puedo creer que tú puedes comer mi comida cada día, menos para cinco mil personas. Mis hombres, cinco mil hombres. Mira, mi esposa casi no puede dar de comer a un hombre, o dos en la casa, menos cinco mil. Nos preocupamos cada vez que vienen los pastores de otras ciudades para estudiar, como en dos semanas, cómo van a tener la comida, ¿verdad?, para veinte o treinta hombres. Y aquí hay cinco mil hombres. Además de las mujeres. Algunas mujeres comen más. Y niños más. ¿Y cuántos niños están allí? Y sólo tienen cinco barras de pan y un par de pescados, hombre. Darles los docentes de comer. No tenemos dinero para tanta gente, señor. Sería el salario de todo el año para eso. Y más. Pero cuando llevamos a Cristo en compasión a la gente, el poco pan y el poco pescado que tenemos, Cristo hace milagros. Cristo hace milagros. Él está probando dos cosas. Primero, ¿tienes compasión a la gente que está por allí? ¿No les miran con hambre, con sed, muriéndonos despierto? Mira, usted tiene un poco de pan, ¿lo va a agarrar para el sed o lo va a partir y dar un poco a ellos? ¿Tienen compasión para hacer lo que pueda? ¿Pero qué es esto con tanta gente, Señor? Bueno, no lo da la gente, dámelo a mí, dice Cristo. Y cuando pongo en las manos de Cristo lo poco que tengo, Él puede partirlo y habrá doce canastas de sobra de panes y pescados al final. El hecho es que les da de comer hasta que los más hambrientos pueden comer al máximo y ya no pueden más, y la canasta se encierra, una canasta por cada discípulo de los doce discípulos de sobra. Aquí encontramos que Dios dice primero que tengas compasión de la gente. Tú tienes el pan de vida en las palabras de Dios. Tú sabes cómo llegar al cielo y la gente va al infierno. Y no te importa. No tienes compasión de ellos. Pero ustedes tengo yo. Bueno, por ahora a mí. Y entonces vaya a repartir lo que yo le doy de la palabra Y verán si yo no puedo satisfacer a la gente. Si yo no puedo salvar sus almas, como en aquel día salvé sus cuerpos de la muerte. Y así es que tenemos que tener compasión, pero entonces fe que Dios puede usarnos a nosotros. Usar el poco pan y el poco pescado que tenemos. No tengo muchos talentos. No puedo hablar bien el español. No tengo mucho entendimiento de la Biblia. de lo poco que sé, lo poco que puedo hacer, tengo compasión y voy a compartirlo con la gente. Creer que Cristo, poniéndolo en sus manos, puede usarlo para salvar las almas. Yo creo que muchos no salimos para testificar porque no creemos que va a servir. Si usted miró una casa en fuego y varios niños ¿Y usted de verdad cree que si entra por un momento va a salvar dos bebés? ¿Y usted cree que va a salir vivo con dos bebés vivos? ¿Usted se arriesgaría para salvar los bebés? ¿No puede ver en el condado de Contra Costa un millón de almas? ¿En el condado de Contra Costa no puede ver doscientos mil hispanos? latinos en nuestro condado. Usted tiene pan de vida. Ellos están muriendo. Todos vamos a morir. Si no creen en el Señor Jesús, van al infierno para quemarse para siempre. Pero si yo entro y les quiero rescatar, no sé qué decir. Con los bebés en la casa quemando, vas a encontrar qué decir. Si crees que la gente va al infierno, Y si tú crees que serás útil, ahora, si no crees que serás útil, ¡puedo entrar, no puedo hacer nada, sólo me voy a morir, me van a atacar, es que nadie me va a dar! Si yo voy, nadie será salvo, ¿verdad? Si tú crees que no sirves, entonces tú no sirves. Si crees que tu servicio no sirve, tú no sirves. Pero si tú de verdad crees que salías para ser ciclón para Cristo, y tú crees que Dios puede usar ese pan y ese pescado, y tú crees que Dios te puede usar a ti para ganar la gente de Cristo, rescatarlos del fuego del infierno, ¡qué cruel! ¡Qué cruel eres! Si quieres decir no, es que a lo mejor me van a criticar si les trata de rescatar su pueblo del infierno. ¡Qué cruel! A lo mejor el bebé en la casa llora porque usted le asusta, pero le va a salvar. A lo mejor el alma dice, no, tú sólo quieres quitarme de mi religión y mis placeres mundanos. Van a llorar. Pero qué importa si Dios puede usarte para salvar sus almas. Pero yo no soy útil. Si yo fuera enalme, creería. Dios no es potente para poder usarme a mí. Ser Espíritu Santo no es potente, es fuerte para usarme a mí, darme sabiduría para hablar. ¿O crees que Él es potente? Entonces, ¿qué es el problema? Si Él puede usarte, ¿por qué no vas? Y me atrevo a decir que es por falta de compasión. o por falta de fe de que Dios te puede usar, y falta de compasión por las almas perdidas. Hay una parada breve solo para ver una idea de esto y vamos para hacer discípulos a versículos 18 al 22. Seguimos por la calle aquí hasta versículos 18 al 22. Aquí Cristo hace una pregunta de los discípulos. Versículo 18, ¿qué dice la gente que yo soy? ¿Quién dice la gente que yo soy? Y versículo 18, algunos dicen que es Juan Bautista, otros Elías, otros un profeta, y ya les pega una pregunta más directa. Y vosotros, ¿quién decís que soy? Para ser un discípulo del Señor Jesús, tengo que confiar en Él para proveer mis necesidades. y seguirle con fe aunque otros me persigan. Segundo, tengo que dejar Dios probar mi compasión y mi fe y aumentar mi compasión y fe para servir a Dios. Tercero, Cristo me pregunta quién soy yo. ¿Qué he hecho yo por ti? Pedro contesta, ¿Tú eres Dios, el Cristo? Y Cristo dice, ¿Tienes razón, Pedro? ¿Ya sabes lo que voy a hacer por ti? Versículo 22. Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas y sea desechado de los ancianos por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto y resucite al tercer día. ¿Quién soy yo? Si ha entrado una persona aquí de eminencia, usted a lo mejor diría, eso es el presidente de mi país, o este es un cantante famoso, un artista, esto es un deportista que todos conocen. ¡Wow! Y va a quedarse impresionado. Pero ¿sabe lo que pasa con esta persona casi cada mañana? Se levanta, y primero la esposa dice, ¿y quién crees que tú eres, señor presidente? ¿Señor artista? ¿Señor deportista? Te crees importante, ¿verdad? Como si no se da cuenta con quién está casada, ¿verdad? Y los niños, peor. ¡Papi! ¿Por qué me dejas? ¿Por qué es tan sucio esto? ¿Por qué no hay una tuya? No me importa quién es, presidente, tú eres... ¿Verdad? Y los niños no aprecian los padres que tienen a veces. Y las esposas y los esposos no entienden que están casados con princesa, hija de Dios, príncipe, hijo de Dios. Y no nos apreciamos unos a otros. Pero peor cuando no apreciamos a Cristo y lo que ha hecho por nosotros. ¡Mami, tú dices que tengo que lavar los platos en este caso, pero si has hecho tú por mí! Tú no te acuerdas de hijo cuando naciste, pero yo recuerdo que casi morí de un ataque de corazón en el parto. Yo recuerdo la sangre que estaba por toda la mesa allí derramada, El médico pensó que yo iba a morir de pérdida de sangre para que usted naciera. Usted no se acuerda cuando me quedé con tu calentura día tras día y noche tras noche sin dormir para frotarte allí la frente. y para calmar tus dolores, para darte líquido. Tú no te acuerdas las veces que tenía que salir tu papá o yo a las 4 o 5 de la madrugada para trabajar hasta las 9 o las 10 de la noche, trabajando para que usted tenga ropa y comida en la mesa y un plato para él lavar. ¿Qué ha hecho para ti? ¿Te he dado vida? ¿Te he preservado la vida? ¿He promovido para tu vida? ¿Ya no te importa lavar el plato para mí? ¿Pero quién es Cristo? Mi Creador, mi Sustentador, el que me da vida y fuerza y provisión cada día de todas mis cosas, que me promete vida eterna, el cielo por delante. ¿Y qué ha hecho Él por mí para ganarme esto? Dejó su riqueza en la gloria, su trono de la gloria, para venir y nacer de una virgen, para vivir aquí una vida perfecta, pero rechazado por los mismos hombres, todos sus hermanos no creyendo en él, menos la gente judía, y allí para ir a una cruz y cargarse en una cruz de madera, está clavado en esa cruz, y tan grave, con el Padre oscureciendo el cielo, y Cristo diciendo, pórtenme las amparas, y allí Padre en tu mano encomiendo mi espíritu, consumado es, y muere, para ganarme a mí la vida eterna. Pero se ha hecho Dios para mí, han muerto para salvarte y llevarte vida eterna, perdonar tu pecado. ¿Quién más puede hacer Dios? ¿Quién más puede hacer que morir por ti y por mí? Pero me pido que yo vaya a certificar y que sea más fiel a la iglesia y pide muchas cosas. Es que él no sabe que ha hecho Dios para mí. ¿Quién es Dios? Mira, la razón porque quiero servir a Dios como misionero es porque conozco a Dios. Conozco al Dios que tengo, y medito lo que Él ha hecho por mí, lo que merece, y me atrevo a decir que si usted no le sirve de todo corazón, porque usted no conoce a ese Dios. Usted sabe acerca de él, pero no le conoce de persona a persona como tu Padre Celestial, como tu Hermano Celestial, como proveedor de todas sus necesidades, que ha muerto para salvarte. No, no te das cuenta de que cada día dice Apellos 4. Estamos entristeciendo el corazón del Espíritu Santo de Dios, haciéndole triste con cada vez que hacemos algo que le desagrada, le hacemos, digamos, llorar. a Dios cada día. ¿Y qué ha hecho Dios para mí? Ha llorado por usted y a través de las lágrimas le extiende una mano de ayuda y una barra de pan para el nuevo día. le extiende más bienaventurantes, más bendiciones, llorando que tú estás escupiendo en su cara, olvidándose de Él, riéndose de Él, rehusando de decirle, y Él sigue con la mano de bendición extendida. Tú sigues cegándole la mano y Él sigue extiende la mano. Vendrá el día que el Señor dirá, ya no más. Pero hasta ahora, Dios ha sido bueno, es decir, ¿Quién soy yo? dice Jesús. ¿Soy una persona que tú, que mereces tu servicio? ¿Qué he hecho yo por ti? He tenido que sufrir muchas cosas por ti, hasta la muerte. Y el bus, a los próximos versículos de cómo ser discípulo, después de reconocer quién es Jesús y apreciar lo que Él ha hecho por nosotros para inspirarnos a servirle, aquí nos bajamos de bus y terminamos nuestra excursión con versículos 23 a 26. Vamos a leer versículos 23 y 24 juntos, por favor. Lucas 9, 23. Y decía todo. Y si alguno quiere venir en pos de mí, niégase a sí mismo. Tome su cruz cada día y sígueme. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá. Y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Y uno más, veinticinco. Porque, pues, ¿qué aprovechará el hombre si gana a todo el mundo y si destruye o pierde a sí mismo? Porque Él se avergonzado de mí, mis palabras de éste se avergonzará al Hijo del Hombre cuando viene a su gloria. Aquí está diciendo para ser un discípulo del Señor Jesús hay que contar el costo. Leímos esta mañana lo que hablaremos la próxima semana al final de este capítulo de tres hombres que dijeron te seguiré. Quiero ver esos milagros, quiero comer ese pan cada día. Señor, quiero verte obrar y hacerme feliz siempre. Y el Señor dice, ¿pero le va a costar? ¿Ha apuntado el costo de seguir a Cristo sinceramente? Y los tres parece que indican no, Señor. Si eso es lo que me va a costar, no. Mateo 7 dice que hay un camino ancho y un camino estrecho. Casi todo el mundo va por el camino ancho. Estás con mucha compañía si no quieres seguir el camino estrecho del Señor Jesús. Estás con mucha compañía por el camino ancho. Pero qué triste esto. Porque es el camino estrecho que guía a la felicidad, que guía a la utilidad del Señor. Hay que contar el costo. ¿Y qué es el costo? ¿Qué es lo necesario para ser un discípulo? Tres cosas. Negarse a sí mismo. Tomar su cruz. Y sígueme. Negarte a sí mismo. ¿Quieres llegar a ser un atleta? Bueno, solo hay que sentarte en el sofá y comer potato chips y soñar por ser atleta y llegas a ser atleta. ¿Verdad? ¿Viene Real Madrid? ¿Viene... allí de... Los Ángeles? ¿Yo no te quiero? ¿Chivos? ¿Chivos qué? Yo no sé los equipos. Y le ofrecen un trabajo. ¿Tú eres él sentado en el sofá comiendo peperonche? Eso es lo que queremos en nuestro equipo, ¿verdad? Creo que no. Van a decir, que vengas al campo de entrenamiento y vas a correr muchas millas cada día, vas a hacer ejercicios por a lo mejor seis horas al día, tú vas a abstenerte de comer un montón de cosas que a ti te gusta, no vas a ir a fiestas todas las noches porque vas a dormir en un régimen especial, vas a perder muchas cosas para ganar millones de dólares. ¿Quieres ser un músico? ¿Un artista? Bueno, entonces hay que comer muchos potato chips y quedarme en el sofá. ¿No? Hay que abstenerse de mucha comida mala, comer buena comida, seis horas al día, siete horas al día, cantar, cantar, ejercer la voz, tratar de hacer cosas con la voz, Ya ves porque yo no soy un cantante, porque no hago eso siete horas al día, así que no puedo cantar. Pero el hecho es que los que quieren ser cantantes o tocar bien el instrumento y ganar millones de dólares por eso, tocar bien el piano y estar en conciertos en todo el mundo ganando millones de dólares, les va a costar siete, ocho, diez horas al día de trabajo, además de abstenerse de muchas cosas. Tenemos que negarnos a nosotros mismos y a nuestros propios deseos si queremos llegar a ser algo para Dios. Pero a lo mejor para servir a Dios no puedo ir a mis fiestas mundanas y escuchar la música mundana y estar pasando todo el tiempo ganando dinero y tengo que abstenerme de cosas como las drogas y comer demasiadas cosas malas que a mí me gusta hacer y eso no es justo. Por eso es el camino ancho. Muy pocos quieren perder la vida, quieren negarse a sí mismo para llegar a ser los atletas, los artistas, o los discípulos cristianos de este mundo. Le vas a gustar si quieres ser más útil del Señor Jesús. Negarse a sí mismo, tomar su cruz. No significa lo que muchos piensan que, oh, tengo una cruz tan pesada que Dios me da, pobre de mí. No, no, no. Esa no es la cruz de que se habla aquí. Aquí habla de versículo 26, el que se avergonzare de mí, me avergonzare de él. No, esa es una persona que no se avergüenza de Cristo, comienza o confiesa en Cristo, pero eso significa que el mundo le critica y le avergüenza a usted. Llevarlo a la cruz era decir, este es un gran criminal. Cristo que no hizo nada malo. Le avergonzaron llamándole un criminal, como un asesino, allí colgado entre dos cuadrones. Y no era una cosa de vestido real. Le quitaron toda su ropa y estaba totalmente desnudo allí. Llamado criminal, desnudado, delante de mujeres, niños, todo el mundo. ¡La vergüenza! Era la peor vergüenza. Además de peor dolor. Y nadie le quitó la vida. Entregó su vida por ti y por mí. No se avergonzó de su padre. Tomó su cruz. Tomó la vergüenza de seguir su padre. Dice, si quieres seguirme a mí, serás vos avergonzosa. Vas a negarte a ti mismo muchas cosas que a ti te gustan. Y otros no van a entender. ¿Por qué no puedes ir y hacer esas cosas? Bueno, solo porque tengo un bistec tan grande, una comida tan rica de comunión con Dios, que no me importa perder lo demás, porque a ti tengo vida. Enseguida a Cristo tengo mi vida. Y así que nego a todo, y todo mi cruz de vergüenza de confesión, oh, muchos, oh, Pedro, yo no te voy a negar, Señor, voy a confesarte, no me importa morir por ti. Tres veces esta noche me vas a negar, Pedro. No sabes cuán duro es sufrir la vergüenza de llamarte cristiano consagrado a Dios. Tú vas a esa iglesia, tú no tomas, tú no bebes, ¿Tú no corres con mujeres? ¿Tú no tomas las drogas? ¿Tú no haces, no escuchas la música mundana? ¡Ja, ja, ja, ja! Tres veces me vas a negar, dices, no, no soy de esos cristianos extremistas. Yo, yo soy cristiano, pero de mi manera. No soy de esos fundamentalistas que quieren una vida tan estricta, ¿verdad? No, es porque no has saboreado todavía. la comunión con Dios. No has conocido a Dios para saber cuán rica es esa comida, por eso no quieres avergonzarte y llamarte un cristiano discípulo entregado, fundamentalista para el Señor Jesús, y qué lástima. ¿Hay que negarse a ti mismo y sufrir la vergüenza de la cruz, dejar la gente reírse de uno? Eso lo digo siempre de aprender, que yo no hablo bien el español, pero hablo más o menos. Y hay una razón por eso. Porque hablo mucho y porque me avergüenzo mucho. Es que si uno no deja a la gente reírse de uno, nunca va a aprender otra lengua. Nos pasamos noches con otros misioneros contando las veces que nos hemos avergonzado nosotros mismos y la gente nos ha avergonzado por cosas tontas de hablar en español, ¿verdad? mi primer sermón en España, dice, y ustedes mujeres, quería decir, mujeres deben tener cada noche preparadas unas buenas patatas para sus esposos, bien calientes, y dice, y esposos deben tener preparadas unas buenas patadas para sus esposos. Y yo no entendí por qué se reían, ¿verdad? Patata, patada, qué es la diferencia, ¿verdad? Pero el hecho es que las veces que uno se avergüenza a sí mismo en un sermón o en persona con la gente, pero si usted dice, ay, van a reírse de mí, no voy a hablar español, nunca voy a aprender a hablar español, ríese de mí, no importa, así voy a aprender lo que hago mal, pero corríjeme, por favor, no solo se ríe, corríjeme cuando digo tonterías, ¿verdad? Yo creo que en este sermón he dicho algunas tonterías, ya veo con la risa. Pero de cualquier manera, tenemos que reconocer que es necesario si vamos a aprender. Pero cuando viene a servir a Dios más, para hablar la lengua celestial y no querer hablar de las crudeces del mundo, para siempre estar hablando de Cristo y no estar hablando de las tonterías mundanas, va a fervilizar la gente. Y tienes que no solo negarte a ti mismo, pero tomar la cruz y sufrir la vergüenza de decir, no, no voy a esos lugares, no como esas cosas, no hago esas cosas, no escucho esas cosas, porque tengo algo mucho mejor. Ríete de mí si quieres, pero con gusto, toma la cruz. Y sígueme. Seguir concentrando tu vida en Cristo, hay que perder la vida para hallarla. Seguirme a mí significa Cristo con esto, no te sigues a ti mismo, no haces lo que tú quieres, haces lo que yo quiero. No hacer tu voluntad, sino mi voluntad. Que oramos, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo, solamente yo no quiero hacer tu voluntad, Señor. Pero seguirme es la persona que quiere decir, ok, ¿qué quieres tú, Señor? Los que se entreguen al Señor, Mejor los que no se entreguen al Señor, no saben cuánto pierden, no saben lo que es la vida. Nuestra vida está escondida en Cristo, dice Colosenses 3, 1 y 2. Ustedes los jóvenes, pecadores, cualquiera, no pueden ver que estoy lleno. No me interesa la chuchería. Solamente piensa, oh el pastor está siempre hablando de chuchería, diciendo que mucha chuchería me va a enfermar. Él es un tonto, no sabe que es bueno. Él necesita aprender que la chuchería mundana es buena y divertida y no sabe, no puede ver que acabo de comer espiritualmente una comida tan grande y tan rica que he perdido apetito por la comida de este mundo. Hace que tú te entregues al Señor de llena, para venir regularmente a ganar almas, para venir y llorar por las almas, para venir y aprender en las clases cómo ganar almas para el Señor, cómo ser justo. Hace que te entregues de corazón al Señor con tus dieznos, con tus talentos, con toda tu vida. Hace que estés entregado. Nunca puedes disfrutar de la vida. llena, real, abundante. Y a lo mejor no lo haces porque no crees que es una vida tan alegre. No crees que es una vida tan satisfactoria. Porque dices, el pastor vive una vida aburrida. No. Lo que pasa es que tú necesitas este cine porque no conoces bastante a Cristo. Tú necesitas esta música mundana porque no has apreciado la alabanza de Dios. Tú necesitas placeres con gente mundana porque no has disfrutado de lleno de placer de compañerismo cristiano regular en tu vida. Tú necesitas esa pornografía y esas cosas malas de revistas y esas telenovelas que están por allí. porque no has apreciado la riqueza de conocer y estudiar y llenarte de la palabra de Dios estás convencido que eso es la vida porque nunca has probado si es la vida verdadera y al se perder tu vida nunca puedes hallar la vida real y disfrutar de la buena comida Le animo Venir, orar, entrégate al Señor. Get a life. Deja de creer que tu vida está en el mundo. Busca la vida eterna, la vida abundante, que es una vida entregada de lleno al Señor Jesús. Oremos.
Preparando discipulos 1 - Lucas 9
Series Discipulado
Como hallar su vida o Como ser el mayor. Los que querían seguir a Cristo tenían que aprender muchas leeciones importantes para contar el costo. Lucas 9:1-26 muestra las primeras lecciones. En el próximo estudio de Lucas 9 veremos unas lecciones más.
Sermon ID | 91102013418 |
Duration | 58:26 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Bible Text | Luke 9:1-26 |
Language | Spanish |
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