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Bien, vayamos hermanos a Mateo capítulo seis. Mateo capítulo seis. Verso nueve a lo once. Vosotros pues oraréis así, Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Vamos a orar. Padre, nosotros ahora te rogamos encarecidamente para que tu Espíritu Santo ministe nuestros corazones en esta importante doctrina acerca del modelo de oración que Cristo nos plasmó como ejemplo a seguir. Bendícenos, oh Padre, pues lo rogamos en el nombre de Jesús. Como podemos observar en este texto que hemos leído, el Padre nuestro es una oración modelo. Y el propósito que Cristo tuvo en mente cuando nos legó este modelo de oración fue que tuviéramos a mano aquellas prioridades que deben de ser incluida en nuestra agenda de oración. Usted diariamente debe de orar para que el nombre de Dios sea santificado. Primero que nada en su propia vida, en su familia, en la iglesia y en la sociedad, naturalmente. Pero además de orar para que el nombre de Dios sea santificado, también es nuestro deber orar diariamente para que el reino de Dios sea una realidad constante y sonante en nuestros propios corazones, en nuestras familias, en la iglesia y en la sociedad. Pero además de orar por el reino de Dios, es nuestro deber orar diariamente para hacer la voluntad de Dios, porque necesitamos de la gracia de Dios para poder poner en práctica las enseñanzas que nos da el Espíritu Santo en la palabra de Dios, donde se haya revelada la voluntad de Dios para nuestras vidas. Después de orar, para que el nombre del Señor sea santificado, para que su reino sea establecido en la tierra y para que su voluntad sea hecha entre nosotros también. Dentro de nuestras oraciones diarias debemos de incluir el pan nuestro de cada día. Las necesidades espirituales, como podemos observar en ese orden que Cristo estableció, son nuestra primera prioridad. Y a partir de ahí se inician las necesidades temporales. Todos necesitamos del pan nuestro de cada día. Y, amados hermanos, es maravilloso y consolador para nosotros saber que el pan diario que tú y yo necesitamos está en los almacenes de nuestro buen y bondadoso padre celestial. No es en las manos del estado que está nuestro pan, no es en la mano de los comerciantes que está nuestro pan, es en las manos de Dios nuestro padre en quien está nuestro pan. Por eso, Cristo nos ordena y establece ese principio que nos ordena orarle a Dios, nuestro padre, para que él nos provea el pan necesario. Debemos de pedirle el pan nuestro de cada día a nuestro Padre Celestial motivado, primero que nada, en el hecho de que si él le da pan a los que no le pueden pagar por ese pan, Es obvio que él también nos dará a nosotros el pan. Recuerden que Dios le da el pan a las aves del cielo. Cristo a sí mismo lo establece para que no nos afanemos desmedidamente por el pan nuestro. Porque si nuestro padre se ocupa de producir alimento para las aves y les da ese alimento a las aves, de la misma manera, el que no se descuida de alimentar aves, tampoco se descuidará de alimentar a sus hijos. Recordemos que decíamos que al año Las aves recogen alrededor de 500 toneladas de provisión para alimentarse. En esa provisión están los gusanos y demás medios que Dios les proveyó para alimentarse de manera rica y abundante. con una dieta balanceada. Es raro ver a un pájaro que caiga del cielo muerto de hambre. ¿Por qué? Porque continuamente Dios le da de esas 500 toneladas la provisión que necesitan para ese día. Él le reparte esas 500 toneladas en un año y cada día le provee de los gusanos y demás insectos necesarios para que se alimentan de manera rica y abundante. Entonces, mis amados hermanos, si Dios alimenta a criaturas que no le pueden pagar por el pan que se comen, no nos alimentará también a nosotros que somos sus hijos, que somos sus hijas. Mateo capítulo 6 verso 26 nos dice Mirad las aves del cielo que no siembran, ni ciegan, ni recogen en graneros. Y sin embargo, vuestro Padre Celestial, no te leen fácil, vuestro Padre Celestial. Las alimenta. De ahí la pregunta, ¿no sois vosotros de mucho más valor que ellas? Si Dios alimenta pájaros, también proveerá para tu alimento. Salmo 145, 16 al 19, abres tu mano y colmas de bendición a todo ser viviente. Justo es Jehová en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras. Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan en verdad. Y note como su raya, su compromiso como proveedor de sus hijos. cumplirá el deseo de los que le temen, oirá a sí mismo el clamor de ellos y los salvará. Te salvará del hambre cuando tú estás hambriento. Amados hermanos, si Dios alimenta a las bestias, las aves, los peces y demás seres vivos, no te alimentará a ti. Que fuiste creado a su imagen y semejanza. Que fuiste salvo y adoptado en la familia que él tiene en la tierra. Si Dios alimenta a las criaturas irracionales, también te alimentará a ti por medio de aquellos instrumentos que él ha establecido para que la comida llegue a tu mesa, para que la ropa llegue a tu armario, para que el agua llegue a tu nevera, para que los zapatos lleguen a tus pies, para que el aire llegue a tus pulmones, etcétera, etcétera, etcétera. Isaías 46, 3 y 4. Escuchadme los que yo he traído desde el vientre. ¿Desde cuándo te están manteniendo? Desde el vientre. ¿Pasaste hambre en el vientre? Y después que saliste del vientre, En tus años de infante, ¿pasaste hambre? ¿Qué encontraste cuando saliste del vientre? Dos ricos biberones cargados de leche nutritiva. ¿Hasta cuándo? hasta que te salieron los dientes para que pudiera masticar lo que seguía. ¿O no fue así? Hermano, ¿quién diseñó tu vida? Fue Dios. Y Él sabía que en esa primera etapa Tú necesitabas ser alimentado. Por eso, lo primero que él fabricó fue un cordón para ponerte en contacto con tu madre, para que tu mamá, de lo que come, comparta contigo. Y él sabía que después de salir de allí, vendría sin dientes para poder masticar Por eso puso allí dos hermosas botellas cargadas de nutritiva leche para alimentarte. Pero él sabía que eso no podía ser para siempre. Por eso una vez cumplida esa etapa, aparecieron los dientes para que pudiera meterle mano a un trozo de carne, a un pedazo de yuca, a un mangú, etcétera, etcétera. Te he llevado desde la matriz, asegura Dios, y hasta vuestra vejez yo seré el mismo. El que te alimentó en el vientre, en la matriz, te garantiza alimento. ¿Hasta cuándo? Hasta vuestra vejez. hasta que vuestras canas os soportaré yo". O sea, te estaré dando comida. Yo he hecho y yo llevaré. Yo os soportaré y os libraré. Amados hermanos, ¿qué es lo que nos asegura Dios aquí? Bueno, nos asegura que desde la matriz hasta la tumba tenemos garantizado el pan nuestro de cada día. Él se ocupa de eso. ¿Y cuándo llega la hora de la muerte? Si el muerto era tan pobre que no dejó nada para que lo enterraran, ¿qué hace Dios? ponen los vecinos hacia una coleita para que lo entierren. Hasta para eso dio aprobito. Salmo 22.9. y diez. Pero tú eres el que me sacó del vientre, el que me hizo confiar desde que estaba a los pechos de mi madre. A ti fui encomendados desde la matriz, desde el vientre de mi madre. Tú eres mi Dios. Y amados hermanos, esa resolución que el salmista tomaba con relación a sí mismo, es la que también tú debes de tomar en esta mañana. A la luz de todo lo que Dios te ha provisto desde que fuiste concebido y hasta el día de hoy, tu respuesta debe de ser entregarle tu vida a Cristo Jesús. Porque Él es quien te creó, Él es quien te ha sustentado, Él es quien te da diariamente el pan para cada día. para tu sustento espiritual y material. Hermanos, si nuestro Padre le da alimento a quienes no le pueden devolver ni pagar nada, Él asegura que también nos dará alimento a nosotros. Y eso nos debe de motivar para orar. El pan nuestro dárnoslo hoy. Movido por su misericordia, Dios nuestro padre le da pan a quienes no le sirven cuando pueden hacerlo. Y si Dios le da pan a tanta gente malagradecida, no le dará pan a quienes ¿Le agradecen y le sirven? ¿Qué usted cree? Si él alimenta a esa pandilla de malagradecidos que habitan en el mundo, que son sus enemigos, declarados, que son anticristos, declarados, si él los alimenta, no alimentará tu persona que fue salvada por la gracia de Dios, porque en Cristo derramó su sangre en la cruz. Mateo 5, 45 dice que Dios hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. Ahí está. La provisión de Dios para la gente que no le ama, que no le conoce, que no le sirve. Isaías capítulo 1, versículo 2. Crié y engrandecí hijos y ellos se rebelaron contra mí. Él los crió. Él los engrandeció. Sin embargo, no lo creen, no lo conocen, no lo aman. Y a pesar de todo eso, nuestro padre lo continúa sustentando en esta tierra. Y de manera particular, yo quiero aplicar esto a los hijos de los creyentes. Hay muchos a quienes Dios hasta sus 18 años de vida, les bendijo, primero que nada, proveyéndole de buenos padres, de buenas madres, que se ocuparon de que no le faltara absolutamente nada para su sustento cotidiano. Se ocuparon de que recibieran una buena educación. Vivieron bajo un buen techo. Se acotaron en una mullida cama todo el tiempo que fueron al baño. Encontraron un papel blanquito allí. Encontraron jabón que a ellos no les costó un centavo. Encontraron agua. de la cual nunca pagaron una factura. Encontraron comida en la mesa cuando llegaron de la escuela, de la cual nunca aportaron un centavo. Sin embargo, no toman nada de eso en cuenta para, primero que nada, agradecerle a sus padres, que fueron el instrumento que Dios usó para hacer provisión para ellos. Hermanos, preguntad qué habría sido la vida de nuestros hijos si, desde que fueron concebidos en el vientre de mamá, no hubiesen recibido todo el sustento necesario para alcanzar una edad adulta. ¿Cuántos sustento durante 18 años necesitaron sus cuerpos para hoy ser lo que son? Vivir como viven, andar como andan. ¿Quién les dio todo ello? nuestro bondadoso Padre Celestial a través de papá y a través de mamá. Se alimentaron de la mesa del Señor, bebieron de la mesa del Señor, fueron bendecidos con todo lo que necesitaban para vivir. No obstante eso, se han alejado. Se han alejado. de la casa de Dios, de aquel que la sustentó, alimentó, cuidó, disciplinó y guió para que hoy tengan y vivan una vida próspera en todos sus caminos. Dios ha sido bueno para con la mayoría de los hijos de los miembros de esta iglesia. No obstante eso, la respuesta de muchos de nuestros hijos ha sido pagar mal al que bien le ha servido. Que Dios tenga misericordia de nuestros hijos y como al hijo pródigo los vuelva en sí desde esa pocilga donde el pecado les ha llevado. Porque obviamente no terminará bien quien viva de espalda a nuestro bondadoso creador, sustentador y salvador. debemos de confiar en Dios, nuestro padre, como el sustentador, no solamente de nuestras almas, sino también de nuestros cuerpos. Él le da pan a quien no puede pagarle. Él le da pan a quienes no lo merecen. A quienes Lo único que merecen es el infierno, pero no un suculento plato de comida en la mesa. Hakon reconoció esa verdad en Génesis 32, 9 al 10. No soy digno de todo el amor inagotable y de la fidelidad que ha mostrado a mí, tu siervo. Cuando salí de mi hogar y crucé el río Jordán, no poseía más que mi bastón, pero ahora todo lo de mi casa ocupa dos grandes campamentos. Dios Le llenó las manos a Jacob cuando la tenía vacía. Noté con qué fue que él salió de su casa. Salió de allí con un bastón. Era toda su fortuna, era toda su riqueza. No tenía, en otras palabras, en qué caerse muerto, como dice la gente. Y ciertamente, mis amados hermanos, muchos llegamos aquí como Jacob, solo con el bastón de la fe que profesábamos. Y Dios, en su amor y misericordia, nos ha prosperado grande y abundantemente. para gloria, honra, honor y alabanza de su nombre glorioso. Lo que el Señor ha hecho por nosotros en el plano espiritual, proveyéndonos toda dádiva y todo don perfeito que desciende de lo alto, eso no tiene precio, mis amados hermanos. Esa es una riqueza que no se mide. ni en dólares, ni en euros, ni en yuanes, ni en pesos. Él nos ha bendecido con toda riqueza en los lugares celestiales de nuestros corazones, de nuestras vidas. Y toda esa riqueza llegó a nosotros de pura gracia. Porque usted no fue al bravo a comprar el perdón de sus pecados. Usted no fue al bravo a comprar el amor de Dios. Usted no fue al bravo al bravo a comprar la paz de Dios. Usted no pagó ningún dinero para reconciliarse con Dios. Usted todo lo recibió de manera gratuita porque Cristo Jesús pagó el precio cuando derramó su sangre para que tú y yo hoy Fuéramos los depositarios de las riquezas inescrutables que el Señor compró y puso a nuestra disposición para enriquecernos espiritualmente. Para enriquecernos con esos bienes eternos del amor de Dios, de la paz de Dios, de la benignidad de Dios, de la compasión de Dios. Pero Dios no solamente ha suplido nuestras necesidades espirituales como un padre generoso que él es. Él también ha satisfecho nuestras necesidades temporales como un padre bienhechor que él es. Usted necesitaba un techo donde vivir Y Dios le proveyó de ese techo donde usted vive. Dios le proveyó un carro para que usted tenga dónde moverse, cómo moverse de un lugar a otro. ¿Qué hay en usted de las necesidades que usted ha experimentado? Que Dios de manera rica y abundante no se las haya provisto. ¿Qué necesidad perentoria usted ha experimentado y no ha visto la mano de Dios llena de generosidad? Respondiendo para satisfacer de manera puntual esa necesidad que usted tiene. Yo necesitaba de un salvador suficiente y poderoso Bendito sea el Señor que me respondió al clamor para que él llenara esa mi necesidad y la satisfizo de manera absoluta y para siempre. Porque la salvación es un regalo de Dios y es un regalo es un regalo irrevocable. Bendito sea su nombre para siempre. Nunca más quienes reciben la salvación por gracia volverán a experimentar la necesidad de ser salvo. Porque. Siendo salvo. Siempre seremos salvo. hay seguridad en los dones de Dios para nuestras vidas. Debemos, por consecuencia, mis amados hermanos, pedir, pedir y pedir continuamente, porque ninguna necesidad en la vida tuya es ajena al plan de Dios. Es ajena al conocimiento de Dios, es ajena a la disposición de Dios, nuestro padre. Para venir en auxilio en respuesta. A esa tu necesidad. Ahí se basa el apóstol Pablo cuando dice en filipense 4 6 por nada estéis afanosos si no sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios. En toda oración y ruego. Con acción de gracia. Porque. Porque cada oración. recibirá la respuesta divina. Por medio de esta oración modelo, Cristo nos está enseñando que no debemos poner nuestra confianza en las causas secundarias, sino en Dios nuestro Padre, a la hora de experimentar cualquier especie de necesidad. No es en las causas secundarias donde debemos de poner nuestra confianza, no es allí donde debemos de dirigir nuestra mirada, sino a nuestro Padre Celestial. Cuando tengas hambre, ¿Dónde debe de acudir en primera instancia para buscar saciar esa necesidad? ¿Dónde tu papá? ¿Dónde tu mamá? ¿Dónde tu empleador? ¿Al gobierno? No, mis hermanos, en primera instancia debemos de acudir a nuestro Padre Celestial. No a las causas secundarias, o sea, los medios que Dios usa para proveernos. Esa es la causa secundaria, los medios que Dios usa, los instrumentos. No es ahí, no es al instrumento. Es a quien usa el instrumento para proveernos. A quien primero debemos de acudir. Recuerden lo que enseña Mateo 6, 27. ¿Quién de vosotros, por mucho que se afane, podrá añadir un codo a su estatura? Cuando usted va a pedirle pan a la persona equivocada, por más que usted pida y pida y pida, no le van a dar nada. Es lo que el señor está diciendo aquí. Por eso argumentamos que no debemos de ir a buscar pan a los medios que Dios usa para eso. Pídalo a Dios y Dios moverá los medios para que el pan llegue a la mano suya. Pero muchos lo hacen al revés. Muchos lo hacen al revés. Primeramente van a los medios. Y no van al que usa los medios. Primero que nada, amados hermanos, si usted está enfermo, a quien primero usted debe de orar no es a San Médico, a San Doctor, a quien primero usted debe de ir es a Jehová Dios. Porque ¿qué es el médico? Un diácono de Jehová Dios. Eso es el médico, un diácono de Jehová Dios. usa su inteligencia, usa sus manos para darle la receta que usted debe de usar para comprar el medicamento que lo va a sanar. ¿Quién de vosotros, por mucho que se afane, le podrá añadir un codo a su estatura? La respuesta es Nadie. La palabra afanarse se refiere a la preocupación ansiosa por el éxito. No te llene de preocupación ansiosa por lo que tú no tienes. Pídelo al dueño de eso que tú no tienes. Porque lo que tú no tienes tiene un dueño. Y el dueño de lo que tú no tienes es tu padre. Eso es lo que dice Jesucristo aquí. Es tu padre el dueño de esa casa que tú quieres. Es tu padre el dueño de ese carro que tú tienes. Es el dueño de esa comida que tú quieres. Él es el dueño. Pídesele a él. No vaya a la causa secundaria. A los intermediarios. Porque el intermediario generalmente da ahí. Son los que más ganan. Por más que nos afanemos, no podremos cambiar de color uno solo de nuestros cabellos. Proverbio 14 dice, la mano de los diligentes enriquece Pero note lo que dice el versículo 22. La bendición del Señor enriquece y no añade tristeza con ella. Ahí están, por un lado, la responsabilidad del hombre y por otro lado está la responsabilidad de Dios. El que tú consiga algo, algún bien, alguna riqueza, no depende de tu diligencia, sino de aquel que pueda ser fructífera tu diligencia. Aquel que puede prosperar el ejercicio de tu vocación, de tu oficio, él es quien puede. multiplicar tu cementera. El que da pan al que come, ese mismo. El que da semilla al que siembra, ese mismo. Es el que provee y multiplica la cementera. ¿Y qué es la cementera? Tu oficio, tu profesión. Esa es tu cementera. Tu vocación, esa es tu cementera. Y esa cementera tiene un dador, nuestro Padre Celestial. Por eso, Cristo nos manda a orar el pan nuestro, dánoslo hoy. El moreno de oración, el pan nuestro de cada día, nos enseña que debemos de ser agradecidos debemos de ser personas agradecidas con el dador de ese pan que disfrutamos cada día en nuestras mesas. Cada ropa que te pone para vestir tu cuerpo, cada zapato que te pone para calzar tus pies, cada vez que vas a la gasolinera para poner combustible, para moverte en ese carro. ¿Quién hace la provisión de ese dinero? Tu padre celestial. Y, amados hermanos, en ese contexto debemos de ser agradecidos. Dice alguien, por lo general, la gente mientras más recibe de las manos del señor, más pronto se olvidan de él. O no es así? Cuando adquieren lo que querían tener, casa, trabajo, negocio, entonces se descuidan de su relación personal con él. Se descuidan de sus deberes. Ya no tienen tiempo para orar, leer la Biblia, para congregarse. Están muy ocupados. Esa es la razón que dan. Están muy ocupados. Hay muchos que cuando son padres pobres tenían mucho fervor en sus oraciones, eran muy dedicados y consagrados en la asistencia a los cultos de oración, eran muy consagrados y dedicados al programa y agenda de la iglesia. Pero luego que cruzaron el Jordán, y salieron de la olla? Entonces, ya no son tan dedicados, tan consagrados, tan comprometidos con servirle al Señor, con adorar al Señor, con ministrar a los demás de la obra de la gracia de Dios en sus vidas. Ya no están tan comprometidos. Observe lo que dice Oseas en el capítulo 13, versículo 6. Se saciaron y se enalteció su corazón. Por eso se han olvidado de mí. Ese pecado es viejo. Ese pecado es viejo. Se saciaron. ¿Y qué pasó cuando se saciaron? Borraron. borraron su relación personal con el Señor. Ya están saciados, ya no necesitan más de Jehová Dios. Por eso lo despacharon de su vida, porque ya no lo necesitaban, porque tenían lo que deseaban tener. Y amados hermanos, esto es triste cuando lo vemos en nuestros días. Cuando hay tanta luz y tanta gracia para los hombres. Vemos a muchos que cuando están con las manos vacías, se comportan como si no pudieran vivir sin Dios. No pueden vivir sin Dios cuando están con las manos vacías. Pero cuando Dios les llena las manos de pan, entonces se comportan o viven como si no necesitaran más a Dios. No necesitan a Dios en su vida. No lo necesitan más en su familia. No lo necesitan más en sus trabajos. Dios es un estorbo para su desarrollo, para su crecimiento, para su prosperidad. Dios es un estorbo. Por eso lo sacan de su vida. Cuando estaban con las manos vacías, Eso era lo que más hablaba de Dios. Pero una vez su mano estaba en llena. Dios no aparece ni en sus pensamientos. Por eso no hablan de Dios. No hablan de Cristo porque ya no necesitan de Cristo. Amados hermanos, debemos de ser agradecidos. debemos de ser agradecidos porque todas las cosas que Dios nos da son buenas en sí mismas. Todo lo que Dios nos da es bueno en sí mismo. No es buena la vida que tú ostenta y disfruta cada día en ese maravilloso cuerpo que tú tienes. Eso no es bueno. No es buena la vida que tú disfruta cada segundo, que tú ostenta cada segundo en ese hermoso cuerpo que tanto gozo, que tanto placer, que tantos bienes te permite disfrutar. Hermanos, imagínense usted sin lengua. Sin lengua. ¿Podrá usted sin lengua, o sea, sin las papilas gutativas, disfrutar la comida? ¿Eh? ¿Usted no podrá disfrutar la comida sin lengua? ¿Podrá usted hablar sin la lengua? Hermanos, la vida que Dios me ha dado Es un bien extraordinario. Y se la dio para que usted la administre, para que usted la disfrute, para que usted la use para gozar de las cosas buenas que Dios ha creado. Para eso dotó su cuerpo de sentidos, como la vista, para que se deleite en la belleza. como el gusto para que usted disfrute lo que se come. Como el oído para que usted se deleite oyendo los sonidos. Porque hay sonidos feos, pero hay sonidos hermosos. Hermanos, seamos agradecidos. ¿Usted no se creyó esa lengua que tiene? Créame que no. ¿Alguien la puso allí? Usted no se creó esos ojos que usted tiene. Alguien se los puso ahí. Usted no se creó esos oídazos que tiene. Alguien se los puso ahí. ¿Quién fue? La evolución. Fue la madre evolución quien creó esos oídos, esos ojos y esa lengua que usted tiene. Fue Jehová Dios quien hizo el plano. Cogió tierra. y le sopló aliento de vida para dar ese producto llamado a usted. Para dar ese producto llamado a usted con nombre y apellido. Gloria sean dadas al Señor. Seamos agradecidos, hermanos. Porque todos los bienes que Dios nos da son buenos, comenzando con nuestra propia vida. La vida es buena, hermano. ¿Por qué la gente no se quiere morir? ¿Te has visto alguien que está renunciando al regalo de la vida? Me quiero morir. ¿Te has visto alguien que quiera morirse? ¿Por qué? Porque el don de la vida es algo maravilloso. Nadie quiere morir. Porque no hay nada mejor que la vida. ¿Cuánto daría la gente por estar vivo? Por la vida. ¿Cuánto daría la gente? ¿Cuánto estarían dispuestos a pagar los millonarios? ¿Cuánto pagaría el dueño de esta cosa de la computadora Mac, esa cosa? ¿Cómo que se llama? El dueño de la computadora Mac. Steve Jobs. ¿Cuánto daría Steve Jobs por salir de las garras de ese cáncer de páncreas que lo mató? ¿Cuánto daría por salir de ahí? ¿Entregarías toda su fortuna con tal de recuperar el preciado don de la vida? Hermanos, son de las cosas buenas, buenas en gran manera que Dios nos ha dado. La vida, Qué regalo, qué regalazo. La comida es buena, el vestido es bueno y toda criatura que Dios nos da para disfrutarla es buena. ¿Quién no es feliz cuando tiene delante de sí un buen servicio de comida? ¿Quién no es feliz? Dios ha puesto su bondad en esas cosas que disfrutamos con el fin de animarnos a darle gloria y gracias a él, pero también con el fin de animarnos a trabajar duro para conseguirlas. Por eso ha puesto bondad en todos los bienes que Él nos da para animarnos a que los usemos para su gloria y para animarnos a trabajar duro para que las obtengamos. Los bienes que Dios nos da son buenos. Por eso previenen de las trampas y tentaciones Como dice Agur en Proverbios 38 y 9, no me des pobreza ni riquezas, manténme del pan necesario, no sea que me sacie y te niegue, y diga quién es Jehová o que, siendo pobre, urte y blasfeme en nombre de mi Dios. Los bienes previenen las enfermedades que afectan nuestra vida espiritual. que Dios nos conceda, amados hermanos, corazones llenos de gratitud para agradecerle a Dios, nuestro Padre, por cada porción de pan que pone en nuestra mesa, pero también para pedirle el pan, porque dependemos de él, el pan que necesitamos para satisfacer nuestras necesidades. Finalmente, debemos ser agradecidos porque los bienes temporales que nos llegan, amados hermanos, no llegan a nuestras vidas por casualidad, sino porque la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios así lo ha determinado. Primera de Timoteo capítulo 6 verso 17 a los ricos de este siglo manda que no sean altivos ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas y no en el Dios vivo que nos da sus rayes, que nos da las cosas en abundancia. Para que la disfrutemos. Hermanos, es la voluntad de Dios que Dios disfrute la cosa que te da. No es que la engavete y la guarde. Sino que la disfrute. Te la da en abundancia para que tú puedas en abundancia disfrutar de esa abundancia que Él pone en tu mesa. Esto lo reconocía. David, primer libro de crónica, 29-14, porque todo es tuyo y de lo recibido de tu mano te damos. Dios es quien provee, nuestro Padre es quien provee todo cuanto necesitamos para nuestra vida aquí en la tierra. Tenemos esa seguridad y garantía y el Padre es nuestro. nos confirma esa verdad. Que Dios nos dé gracia, hermano, para una vida plena y cabalmente dependiente de él en todo nuestro camino. Los que están aquí sin Jesucristo debemos recordarle que este mundo es un mundo incierto. sobre todo en materia alimenticia. En Haití, un 75% de la población no tiene asegurado que hoy pondrán comida en su mesa. 75% de 11 millones de habitantes. Eso es mucha gente. Hermanos, es una misericordia de Dios que tú pongas pan en tu mesa. Porque tú no eres mejor que los haitianos, ni más merecedor de alimento que los haitianos. Es por pura misericordia de Dios que tú la tienes segura cuando llegues de aquí. Tiene un corazón agradecido. vive para alabar a Dios. Porque cuanto bien tienes, proviene de sus manos. Que Dios te ayude a entender esa verdad, a creer esa verdad, y por fe, a vivir a la luz de esa verdad. Te damos gracias, oh Dios, por tu glorioso evangelio que en esta hora ha sido predicado entre nosotros. Gracias por ser nuestro proveedor, el que suple todas y cada una de nuestras necesidades, tanto espirituales como temporales. Gracias, Padre, por ser nuestro padre. Y gracias por la generosidad de tu corazón. Concédenos orar no solamente por el pan de nuestra mesa, sino también por el pan de la mesa de cada familia que forma tu pueblo. Acuérdate especialmente de aquellos hermanos y hermanas de la fe que hoy tienen su mesa desierta porque no tienen todavía el pan nuestro de cada día. Concédele llevar pan a su mesa. Concédele, Señor, todo aquello que necesitan para que con el sudor de su frente puedan llevar el pan nuestro de cada día. Te lo rogamos para tu gloria y en el nombre de Jesús.
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy #2
Series Sermon del Monte
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy
Sermon ID | 89243947484 |
Duration | 56:59 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Bible Text | Matthew 6:9-11 |
Language | Spanish |
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