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Para más sermones, estudios de la Biblia y consejería familiar y matrimonial, visite nuestra página en Internet, laspalabrasdevida.org. Gracias por escuchar las palabras que aumentarán su fe. Dice así la palabra de Dios. No temáis manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el rey. que el Señor le añada bendición a la lectura de su Santa Palabra. Como ustedes saben, las Sagradas Escrituras están llenas de contrastes. Los contrastes son útiles para tres cosas, para valorar, para comparar y para diferenciar. Para valorar, comparar y diferenciar las cosas algunas preguntas podrían ayudarnos como estas ¿Qué forma tienen? ¿De qué están hechas? ¿Cómo son sus estructuras? ¿Son blandas? ¿Son duras? ¿Son rígidas? ¿Consistentes? ¿De qué tamaño son? ¿Son grandes? ¿Son pequeñas? ¿Cuáles son sus colores? Típicamente podemos concretar que algo está bueno a nuestros ojos en dependencia de cómo nosotros contestamos a estas preguntas. Por ejemplo, el día se distingue de la noche. La noche es oscura, está llena de tinieblas y la noche nos permite, entre otras cosas, apreciar cuán importante es el día para nosotros. No es lo mismo estar en el bosque de noche que de día. No es lo mismo. Si no existe la noche, hermanos, si no existen las tinieblas, no podríamos nosotros comparar cuán importante es para nosotros la luz del día. De hecho, Cristo no menciona el valor del día en Juan 9, 4, cuando dice conviénenme obrar las obras del que me envió. Entre tanto que el día dura, la noche viene cuando ya nadie puede trabajar. Se trabaja de día porque de día es que nosotros podemos ver y de día es que nosotros tenemos las habilidades para trabajar. Por la noche nos entra el sueño, estamos habilitados, nuestro cuerpo está habilitado para sentir el cansancio cuando baja el sol. Inmediatamente ya eso nos está dando una señal que es tiempo de descansar. Si nosotros trabajamos durante la noche, hoy en día que existe la luz eléctrica, El cuerpo constantemente nos está enviando la señal, es tiempo de dormir, es tiempo de dormir y nosotros resistiéndonos a la demanda del cuerpo. O sea que todas las cosas que Dios hizo, las hizo con un orden preciso y los contrastes nos ayudan a valorar, a comparar y a diferenciar las cosas. El mismo concepto es aplicado a los demás contrastes que existen entre lo amargo y lo dulce, la vida y la muerte, la paz y la guerra, lo justo y lo injusto, el cielo, el infierno, la iglesia, el mundo, Cristo y Belial, el creyente y el incrédulo, lo largo y lo corto, lo alto y lo bajo, lo grande y lo pequeño. Y en la escritura que leímos al principio hay un contraste entre la multitud que se había acercado a Jesús y la manada pequeña de discípulos que estaba dentro de esa multitud. dice Lucas 12.1. En esto, juntándose muchas gentes, tanto que unos a otros se hollaban, se apretaban unos a otros, comenzó a decir a sus discípulos que se guardaran de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Había mucha multitud ahí. Y mi pregunta para ti en el día de hoy es la siguiente. ¿Cómo podían sentirse los discípulos aquella manada pequeña de discípulos ante aquella inmensa multitud. que se apretaba entre sí, que se empujaban unos a otros, que no cabían en el lugar. ¿Cómo se podían sentir aquellos discípulos frente a aquella multitud? Quizás como solemos hoy pensar, nos imaginamos a Jesús, decirles ustedes son unos pocos en comparación con esta multitud. Pero a pesar de la lógica que plantea este contraste. Ustedes no están en desventaja alguna con esta vasta multitud porque Dios está con ustedes y uno con Dios es la mayoría. Dios está con ustedes. Noten a Daniel y sus compañeros en desventaja con la Nación Babilónica Pero no estaban solos, Dios estaba con ellos, gloria a Dios. Y lo demostró librándoles del fuego a los tres, a tres de ellos y a Daniel de los leones. Dios lo demostró que estaba con ellos. Noten a Noé. Noé, rodeado por aquella multitud incrédula. Había una multitud incrédula allí, bárbara. que se burlaba de él todos los días. Mira, tú estás haciendo el arca y nunca va a llover. Nunca se ha visto que ha caído lluvia del cielo, porque hasta entonces, hasta ese entonces, la tierra se alimentaba de sí misma con el vapor que de ella brotaba y de ahí era que salían las plantas y salía todas las cosas. Nunca había llovido. Pero mira tú haciendo un arca y llevas muchos años, muchos años haciendo esa arca. Nunca va a llover, se burlaban de él. Pero llegó el día en que empezó a llover y solamente Noé y su familia fueron salvos. Noten al justo lo frente a toda aquella multitud que quería echar al piso la puerta. Pero los dos ángeles fueron allí para ayudarle a escapar. ¡Escapa por tu vida! ¡Escapa al monte! ¡Escapa por tu vida! Dios siempre envía a alguien en nuestra necesidad cuando confiamos y creemos y esperamos en Él. Noten a Liceo y su criado sin armas para defenderse, rodeado del ejército sirio, sin armas, hermanos. Y dice, segunda de Corintios 6, del 15 al 17, que cuando el criado se levanta a servir al varón de Dios, ve un ejército numeroso alrededor de la casa y en toda la ciudad. Dice el versículo 15, tenía sitiada la ciudad con gente de a caballos y carros. Entonces su criado le dijo, ah, señor mío, qué haremos? Qué haremos? Y él le dijo No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Gloria a Dios. Y oró Eliseo y dijo, te ruego Jehová que abra sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado y miró. Y aquí el monte estaba lleno de gente, de caballos, de ángeles. Gloria a Dios alrededor de Eliseo y alrededor de su casa. Gloria al Señor. Uno con Dios es la mayoría. Decía Pablo en Romanos 8, 31. Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros? Si Dios es a tu favor, ¿Quién contra ti? ¿Quién podrá contra ti, mi hermano? Es probable que tú hayas acudido aquí hoy a congojado, atribulado, entristecido, apocado, herido, maltratado, abusado, y te sientes que eres una miseria, que no puedes enfrentar la vida. No temáis manar a pequeña, porque a vuestro padre os ha placido daros el reino. A ti y a mí, Jesús, nos dice lo mismo. El ser más rico e influyente y poderoso de todo el universo está ahora aquí mirándote y agradándose de que tú hayas venido a la casa de Dios. Y si eres poco, en número, si no tienes casi fuerza, como se decía en el programa de esa promesa, Él da esfuerzo alcanzado. y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan en Guiomara tendrán nuevas fuerzas, levantarán aras como las águilas, comerán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán. Nuestras fuerzas vienen de parte de Dios, por eso que el día de hoy Si has acudido aquí con temores, con flaquezas, debilidades, miedos, temores, porque todo alrededor se torna negro para ti, aprende juntamente con la Iglesia lo que el Espíritu nos trae como palabra en este día. Porque como dicen romanos 15.4, porque las cosas que se escribieron antes para nuestra enseñanza se escribieron a fin de que por la paciencia y la consolación de las escrituras tengamos esperanza. Gloria a Dios. Tenemos cuatro creencias que guiarán este sermón. La primera es no debemos temer. Un hijo de Dios no teme, cree. Un hijo de Dios no teme, cree solamente. No te dijo que si creyeras, dice el Señor, verás la gloria de Dios. Solamente tienes que creer la segunda verdad, que el Espíritu Santo quiere que tú y yo creamos esta, a pesar de ser nosotros una manada pequeña, no estamos solos. Tenemos a un pastor que nos guía, gloria a Dios. La tercera verdad es tenemos a Dios como nuestro Padre, como nuestro Padre, Él es nuestro Padre. Y la cuarta es, a Dios nuestro Padre le ha placido daros el reino. ¡Gloria a Dios! ¡Aleluya! ¡Qué escritura! ¡Qué escritura más maravillosa! ¡No temáis más nada, pequeña! Porque a vuestro Padre os ha placido daros el reino. ¡Gloria a Dios! Sabías tú que a los que les recibieron les dio potestad de ser llamados hijos de Dios. hijos de ese padre, que no todos somos hijos de ese padre, sino solamente los que hayan creído en Cristo son los que pueden llamarle a el padre. Gloria a Dios. Por eso yo pienso que el Señor no encontró otro animal para compararnos que las ovejas de una manada. Las ovejas son frágiles, ciegas, solo pueden ver por dos o tres metros a distancia nada más. Nosotros también somos como las ovejas, frágiles, débiles, nos enfermamos, muchas veces dudamos, somos de poco ánimo, somos como las olas del mar. Nos dejamos intimidar y estresar por los afanes de la vida, por lo que otros dicen de nosotros, Cuando nuestro jefe en el trabajo nos habla rudamente, sentimos que el cuerpo nos tiembla. ¿Cuántas cosas somos débiles? Hay personas que nos desmotivan, queremos hacer algo bueno, y se allegan a nosotros y nos dicen, no muchachos, no, no gastes energía y fuerza en eso, mira lo que pasó, mira lo que le hicieron a este, mira lo que le hicieron a aquel. No seas bobo, no seas tan caritativo. por nuestra débil condición humana no poseemos muchas veces visión espiritual como las ovejas que no pueden ver sino a dos o tres metros de distancia el enemigo de nuestras almas el enemigo de nuestras almas se aprovecha de nuestra constitución humana de nuestra debilidad para encantarnos con el pecado con el placer del pecado que este mundo promueve por medio de la tecnología la televisión, la radio y todos los medios estos que existen de comunicación masiva. Somos muchas veces como las ovejas que en lugar de esconderse cuando ve al lobo, va hacia él. En lugar de esconderse, va hacia él. Muchas veces corremos hacia el mismo precipicio, hacia el mismo abismo, pensando que hay camino sobre la tierra y nos caemos. Esta es la realidad de la condición humana. Si Dios no interviniera, si Dios no enviara a su hijo en nuestro rescate, no podríamos nosotros sobreponernos en nuestras debilidades y flaquezas. Bien se dice en Jeremías 17, 9, engañoso es el corazón y perverso más que todas las cosas. más que todas las cosas y dice quién lo conocerá ni tú mismo te conoces ni yo mismo me conozco somos víctimas de nosotros mismos a veces por el orgullo y la soberbia por la vanidad de la vida nuestra naturaleza de pecado que mora en nosotros o en este caso nos sorprendemos cuando estamos haciendo algo indebido en lo que ni siquiera estábamos pensando estábamos haciendo algo indebido que en el fondo nosotros no queríamos hacer y no tienen que ser pecados escandalosos solamente una mentirita blanca que le dicen una mentirita blanca yo estoy seguro de igual forma que las ovejas no desean encontrarse con el lobo ni que el lobo se las coma, ¿verdad? ¿Y por qué corre hacia el lobo? ¿Por qué el borracho corre hacia la botella de ron? ¿Por qué el mujeriego corre hacia la mujer ajena? ¿Por qué el avaricioso corre a la cartera ajena? ¿Por qué? somos como las ovejas que en lugar de escondernos el diablo corremos hacia el muchas veces eso mismo le sucedía a Pablo miren hermanos si Pablo no se hubiese puesto como ejemplo nosotros hoy Tuviésemos una imagen errónea de la santidad y la pureza y la consagración de aquellos hombres que nos precedieron. Pero eran hombres iguales que nosotros, con las mismas pasiones, con las mismas tendencias, y dice Romano 7, Pablo aquí hablando, porque lo que hago no lo entiendo, ni lo que quiero hago antes, lo que aborrezco aquello haga. Como la oveja que en lugar de esconderse cuando ve el lobo, corre hacia él. Y Pablo está experimentando aquí lo mismo cuando está lidiando con el pecado. En lugar de correr, de huir del pecado, está yendo hacia él. Haciendo cosas que no conviene. versículo 16 y si lo que no quiero esto hago dice Pablo apruebo que la ley es buena de manera que ya no obro aquello sino el pecado que mora en mí cuando Pablo hablaba del pecado se refería a su naturaleza pecaminosa que produce todos los pecados particulares que nosotros cometemos la naturaleza del pecado esa La estamos cargando todos los días. Cuando tú te levantas, tú te estás levantando con esa naturaleza de pecado. El pecado mora en ti y en mí. Y eso es lo que Pablo está enseñando aquí, dice el versículo 18, y yo sé que en mí, ese saber en mi carne no mora el bien, porque tengo el querer, más efectuar el bien, no lo alcanzo, versículo 19, porque no hago el bien que quiero, más el mal que no quiero, esto hago, y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí. En esa lucha están todos los cristianos que son sinceros. cristianos que son sinceros si los que dicen creer en cristo no están experimentando una lucha contra el pecado constante eso quiere decir que están obedeciendo al pecado y los deseos de la carne están viviendo la naturaleza pecaminosa pero si el creyente lucha contra el pecado contra él y se resiste para no permitir que el pecado lo venza El creyente está vivo espiritualmente, está porque está luchando contra el pecado. El pecado no lo está gobernando. El pecado no está sentado en el trono de su corazón. La naturaleza de pecado no está haciendo las decisiones o tomando las decisiones. Pero Pablo claramente nos está expresando aquí que en un descuido podemos sorprendernos haciendo cosas que no queremos hacer. Dice Pablo en el versículo 21 Así que queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley que el mal está en mí, porque según el hombre interior me deleito en la ley de Dios, más veo otra ley en mis miembros que se revela contra la ley de mi mente, de mi espíritu y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. No notan ahí la fuerza, la fuerza que hace el pecado para sentarse en el trono usando nuestros miembros, los miembros del cuerpo. Debemos entonces mantenernos a raya o mantener a raya el pecado matándolo de hambre. No le des comida a la naturaleza de pecado. Deja que la naturaleza de pecado en ti padezca hambre. Si le das comida, se va a levantar porque es una fiera que va tomando campo en tu vida, en tu cuerpo. Y cuando vienes a ver, te está devorando, te está destruyendo. Cuántas personas por alimentar las sobras de la carne hoy no tienen hogar donde estar. ¿Cuántas amistades se han perdido porque alguien movido por los deseos de la carne, movido por la ambición de una posición, ha caído en chismes, en bretes, en contiendas? ¿Cuántos amigos se han perdido por ese deseo pecaminoso del corazón? Esto es lo que Pablo quiere decirnos cuando nos dice en Colosenses 3.5. Tú debes matar a la naturaleza de pecado. No proveer para esa naturaleza de pecado. Debes permitir que esa naturaleza padezca hambre. Que esa naturaleza de pecado padezca hambre. dice Pablo en Colosenses 3.5. Hacer morir pueblo terrenal en vosotros. Es decir, no le des comida a estas cosas. Fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos, avaricia que es idolatría. No expongas ni tus ojos ni tus oídos a cosas que el diablo quiere que tú veas o que tú escuches. No alimente las obras de la carne. Por eso Pablo exclama Cuando él se registra a sí mismo y ve esos sentimientos pecaminosos hacia el mal, dice el miserable hombre de mí. ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte? ¡Hay una buena noticia! ¡Hay una buena noticia! ¿Quién nos libra del pecado y del dominio del pecado? ¡Jesucristo, el Hijo de Dios! ¡Jesucristo, el Hijo de Dios! Y dice, gracias, doy a Dios. Jesucristo es ahora quien le da vida a las ovejas, según Juan 10, 27. Y no perecerán jamás, dice, ni nadie las arrebatará de su mano. Mi padre que me las dio, dice Jesús en Juan 10, 27, es mayor que todos. Gloria a Dios. Y nadie puede arrebatar de la mano de mi padre esas ovejas. Aleluya. La victoria no reside en las habilidades de las ovejas, sino en las habilidades y el poder de un buen pastor. buen pastor él nos guiará y no solamente nos ayudará en la tendencia pecaminosa que naturalmente nosotros tenemos hacia el pecado sino también él como buen pastor no solamente nos alimenta sino provee para nuestras necesidades materiales gloria a dios las cosas en lo espiritual en lo material es suplido por él es suplido por él y él nos ha dejado instrucciones para que no nos afanemos para que no le tengamos miedo a la vida. Y él nos dice en Mateo 6, del 25 en adelante, por tanto os digo, no os congojéis, no os afanéis, no temáis, no tengáis miedo por vuestra vida, que habéis de comer o que habéis de beber, ni por vuestro cuerpo que habéis de vestir. No es la vida más que el alimento y el cuerpo que el vestido. Mirad las aves del cielo que no siembran ni ciegan, ni allegan en alcoholías y vuestro Padre celestial las alimenta. No soy vosotros mucho mejores que ellas, mas quien de vosotros podrá, congojándose, con temores y con miedos, añadir a su estatura un codo? No, hermano, porque se agrava entonces la situación. Versículo 28 Y por el vestido, ¿por qué os congojáis? Reparad los lirios del campo, cómo crecen, no trabajan ni hilan, más os digo que ni a un Salomón con toda su gloria fue vestido así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echarla en el horno, Dios la viste así, no hará mucho más a vosotros hombres de poca fe, no os congojéis, no temáis, no tengáis miedo, ni digamos qué comeremos o qué beberemos o con qué nos cubriremos, porque los gentiles, aquella gente que no tiene a Dios, buscan todas estas cosas que vuestro padre celestial sabe que más que debemos hacer buscar primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas que nos preocupan serán suplidas serán añadidas así que no os congojéis no temáis no tengáis miedo por el día de mañana que el día de mañana traerá su fatiga basta al día su propio mal su propio afán el temor que invade ahora tu mente no es un temor que viene de parte de Dios porque el amor que tú le tienes a Dios esa fue el temor esa fue el temor tú tienes a Dios en defensa tuya y Dios ha prometido suplir todas tus necesidades materiales también decía Pablo en filipenses 4 19 mi Dios pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas, en gloria, en Cristo Jesús. ¿Te falta vestido? ¿Zapato? La solución está en Él. La solución viene de Él. ¿Estás lidiando con tu pecado y estás siendo vencido por tu pecado? La victoria es de Él. Allégate a Él. Acércate a Él. Intima con él, no te despegues de él, porque la solución comienza y termina con Cristo. Otras promesas en Isaías 41, 13, que Dios nos dé, porque yo Jehová soy tu Dios, gloria a Dios. Quien te sostiene de tu mano derecha y te dice no temas, yo te ayudo, gloria a Dios. y en el capítulo cuarenta y uno versículo diez nos dice no temáis porque yo estoy contigo no desmayes porque yo soy tu dios que te esfuerzo siempre te ayudaré siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia gloria a dios y como decía pablo en filipense cuatro trece como dice todo todo hermano todo todo lo puedo en cristo que me fortalece gloria al señor En segundo lugar, también debemos descansar en el hecho que a pesar de ser una manada pequeña, no estamos solos. Tenemos a un buen pastor que nos guía. No solamente él se preocupa por lo que vas a comer, no solamente él se preocupa por lo que vas a beber, no solamente él se preocupa por su estado espiritual, sino también él se preocupa por las directrices, las direcciones que te da, los mandatos que te da para que tú puedas vencer en su nombre. No sólo nos alimenta, no sólo suple, sino también nos guía. Y no hay pastor sin ovejas como tampoco no hay oveja sin pastor. Por ello Jesús le dice a su pequeña manada de ovejas, no temáis manada pequeña, no teman. ¿Por qué le decía así? Porque esa manada pequeña tenía un pastor que les guiaba. Esa manada pequeña no estaba en el desierto sin dirección alguna, no. Esa manada pequeña tenía un buen pastor que le guiaba. Por eso le decía, no temas ante esta multitud. La multitud no tenía ningún pastor como Jesús, pero la manada pequeña sí lo tenía, gloria a Dios. Si mi hermano no te has hecho esta pregunta en comparación con esta vasta multitud, con el mundo, con todas las personas que pueblan este universo. Si te comparas con estas personas, tú ves que esas personas están que van rumbo al abismo, sin pastor, sin guía, sin dirección, y tú que eres una manada pequeña, tienes un buen pastor que te guía. Eso es el testimonio más glorioso que nosotros podamos tener, que en medio de tantas personas que van hacia el precipicio, hacia el infierno, estemos solamente unos pocos que vayamos a la gloria al cielo. Gloria a Dios. Un infierno que ustedes deben evitar y hay una gloria que ustedes deben procurar. Él nos está llevando en la dirección correcta. Gloria a Dios. Él nos da directrices como estas. He aquí yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed pues prudentes como serpientes y sencillos como palomas. Dos cosas nos enseña el versículo. La primera cosa es que la imprudencia nos trae conflictos. Esto es lo que nos está enseñando el Señor. Sean prudentes. ¿Por qué? Porque la imprudencia nos trae conflictos. A veces nosotros estamos buscando los problemas o creando los problemas por no ser prudentes. Por no ser prudentes. Sean prudentes, debemos medir nuestras palabras, ser cuidadosos y cautelosos en lo que decimos, en lo que hacemos. No hagas mucho ruido, mucho alarde de lo que eres ni de lo que tienes, porque estás en medio de lobos, en la escuela, en la calle. Condúcete prudentemente, prudentemente, porque estás rodeado de lobos. de hombres perversos y magos. Lo segundo que el Señor nos enseña aquí es que ser orgulloso hace que otros nos odien. Ser orgulloso hace que otros nos miren mal. Debemos ser sencillos como las palomas, como lo son las palomas, sencillos, con sencillez. A la manada pequeña Jesús le está enseñando entonces dos cosas, sean prudentes y sean humildes. Si nos conducimos así, si ustedes se conducen así, van a sobrevivir en todo lugar a donde ustedes vayan, en el trabajo, en la escuela, en la calle, en todo lugar. Y van a cultivar las relaciones, las buenas relaciones. Otra cosa que aprendemos de la manada pequeña de ovejas es que reconocen a su pastor, andan juntas, son dependientes unas de otras y obedecen al pastor. Lo que diga el pastor es lo que se hace. Dice Jesús contando cómo es que opera esta costumbre en el pueblo de Israel con relación a las manadas de ovejas. En Juan 10, del 1 al 5, él dice, de ciertos, de ciertos digo, el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador. de las ovejas es a este abre el portero y las ovejas oyen su voz y a sus ovejas llama por nombre y la saca y cuando ha sacado fuera todas las propias va delante de ellas y las ovejas le siguen porque conocen su voz más al extraño no seguirán sino huirán de él porque no conocen la voz del extraño Hermanos, cuán importante es esta escritura, porque como ovejas tenemos que comportarnos así de esa misma manera. Si somos ovejas de Cristo, escuchamos su voz nada más, porque él es nuestro pastor y le seguimos. No obedeceremos a la voz del extraño Satanás cuando venga a tentarnos, porque es ladrón y es salteador. En Juan 10, 27 nos dice el Señor, mis ovejas oyen mi voz. Las ovejas de él lo escuchan a él porque son sus ovejas. Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen. Hay dos cosas aquí. ¿Conoces a tu pastor? ¿Conoces tú a tu pastor Jesucristo? ¿Jesucristo te conoce a ti? Son dos cosas. Jesucristo debe conocernos a nosotros como sus ovejas. Y nosotros debemos reconocer a Jesucristo como nuestro pastor. Ahora, esto trae ciertas implicaciones de las cuales yo quiero hablar. Si somos ovejas de Cristo, debemos, en primer lugar, negarnos a nosotros mismos, dejar de confiar en nosotros mismos para depositar toda nuestra confianza en ese pastor. Número dos, debemos también dejarnos guiar por Cristo y obedecer sus mandamientos. El mismo Jesucristo nos dice, bueno, yo soy tu pastor. ¿Qué cosa? Guardar mis mandamientos. Si me amáis, guardar mis mandamientos. Y eso es lo que hacen las ovejas. Se dejan guiar por su pastor Jesucristo y obedecen sus mandamientos. No podemos decir que somos ovejas de él y hacer después lo que nos venga en gana. Ni tampoco debemos andar alejados del resto de la manada de las ovejas viviendo una vida independiente porque las ovejas dependen unas de las otras y por eso andan en una manada juntas. ¿Qué va a pasar con una oveja que se separa de la manada? el lobo se la va a comer si tenemos un pastor tenemos también un redil al cual pertenecemos que es una iglesia local de creyentes por tanto no debemos dejar como nos dice la escritura no debemos dejar de congregarnos como tenemos por costumbre porque somos parte de ese redil demás ovejas con los demás creyentes, donde Dios se manifiesta abundantemente en su cuerpo, que es la iglesia del Señor. Allí Dios ha vestido a sus ovejas con dones, capacidades. Puso pastores, puso maestros, puso un angelista para la edificación del cuerpo de Cristo. Cristo sigue siendo Se sobreentiende nuestro pastor principal, pero él ha dejado en su iglesia pastores que siguen siendo ovejas en un sentido, pero que él los ha llamado, los ha capacitado particularmente para cuidar y alimentar las ovejas con la palabra que él mismo ha dado hasta que Cristo regrese por segunda vez a la tierra para recompensar a todas aquellas ovejas que fueron fieles y a todos aquellos pastores que fueron fieles con su labor así que tanto pastores como becas tenemos responsabilidades ante Dios a los pastores les dice y esto severamente se lo dice a los pastores me lo está diciendo a mí en primera de Pedro cinco del dos al cuatro vamos a buscar ahí la escritura porque es una escritura muy importante para que ustedes ¿Quién es buen pastor? Bueno, la escritura se encarga de eso. ¿Quién es buen pastor? Quien cumple con estos requisitos. Primero de Pedro 5, del 2 al 4. Apacentar la ley de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente, no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto. no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado sino siendo ejemplo de la ley y cuando aparezca el príncipe de los pastores Jesucristo vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria si ven a un pastor hermanos si ustedes ven a un pastor enfocado en las riquezas de este mundo para ver qué puede sacar fuerza, las maltrata, si se enseñorea de ella, no las alimenta y solamente está interesado en sacarle la mayor cantidad posible de riqueza. Ese no es un pastor, sino un asalariado. No les importan las ovejas. Está detrás del dinero y de la riqueza y dará cuenta de su obra cuando Cristo venga por segunda vez a la tierra. El pastor debe ser un ejemplo en la Grecia así como lo describe la palabra en primera de Timoteo 3 y en Tito 1. Pero a las ovejas que le dicen a las ovejas Hebreos 13 vamos a buscar ahí la palabra de Dios Hebreos 13 17 nos dice así el Señor, obedecer a vuestros pastores, si ese pastor es cuidadoso, es temeroso de Dios, es amador de la doctrina, es un ejemplo en la grey, utiliza la palabra de verdad nos enseña la verdad dice la palabra obedecer a vuestros pastores y sujetados a ellos porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta para que lo hagan con alegría y no quejándose porque esto no es provechoso si ambos grupos ovejas y pastores cumple con su ovejas. Ninguna oveja se va a escandalizar y se va a ir de la iglesia porque el pastor esté dando mal ejemplo. Ni ninguna oveja va a estar tan despreocupada porque va a estar conectada con su pastor y va a obedecer a su pastor. en Juan 10 28 y no perecerán jamás ni nadie las arrebatará de su mano porque él les da vida eterna y esto nos lleva a la tercera creencia tenemos a Dios también como nuestro padre Dios es nuestro padre no temáis manada pequeña porque a vuestro padre ahí está reconociendo a Dios como nuestro padre la manada pequeña tiene a Dios como padre y lo dice Cristo en Juan 6 44 ninguno puede venir a mí si el padre que me envió no le trajere y yo le resucitaré en el día postrero el padre es el que trae a Cristo las ovejas o sea que el hecho de que algunos de ustedes hayan venido por primera vez aquí hoy no es casualidad es que el padre los ha traído a Cristo Es que el Padre los ha traído a revenir y glorificamos el nombre del Señor. ¿Para qué el Padre los ha traído? Dice la palabra, para transformarlos, para hacerlo como Cristo Jesús. David reconoció que una de las evidencias de que tenemos a Dios como Padre es que el Padre usa con nosotros la vara y el callado. La vara y el callado. El padre usa la vara y el callado. El callado es usado por un pastor, ¿para qué cosa? Para guiar las ovejas. Para guiar las ovejas. ¿Y la vara, para qué cosa es? A ver, ¿nos gusta la vara? No nos gusta la vara. No nos gusta la vara. ¿Qué le hace al esposo que está mirando para otro lado que no debe mirar? ¿Eh? Dios lo lleva. Dios lo corrige, lo va a corrigir. ¿Verdad? ¿Qué le pasa al avaricioso? ¿O qué le pasa a la señora casada que está escuchando la voz de otra persona que no es su marido? Dios nos va a disciplinar, hermanos. Dios nos va a disciplinar. Si Él nos toma como hijos, Él nos va a llevar a circunstancias tales hasta que nosotros aprendamos esa lección. Ambos instrumentos, dice David, que nos infundirán ahí dentro. Ayuda mucho que Dios nos corrija nos discipline, nos guíe. Dice Hebreos 12 del 5 al 11, y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijo se os dirige, diciendo, Hijo mío, no menoprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él, porque el Señor al que ama, disciplina, y exhorta a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos, porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces soy bastardos y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al padre de los espíritus y viviremos? Y aquellos ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía. Pero este, el padre, para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. En verdad, que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza, pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados, porque la intención de ser padre es transformarnos, purificarnos, cambiarnos para que seamos como su hijo Jesucristo. Y Él nos disciplina con esa intención de que nosotros seamos santos. Él sabe lo que hace y por qué lo hace. Y esto nos lleva a nuestro cuarto encabezado, a nuestra cuarta creencia. A Dios nuestro Padre le ha placido darnos el reino. Gloria a Dios. A Él le ha placido darnos el reino. Él nos guía Él nos alienta, Él suple nuestras necesidades, Él nos reprende, Él nos disciplina, pero con la intención de darnos algo sumamente valioso que es su reino. Es su reino, qué privilegio ser parte de la realeza, ser parte viviente de un reino físico y espiritual. Jesús le dice a sus discípulos en Lucas 22 del 29 al 30 yo pues os asigno un reino como mi padre me lo asignó a mí para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino y os sentéis en tronos juzgando a las 12 tribus de Israel Cristo está hablando aquí de un reino físico donde todos nos sentaremos a la mesa con él cuando él venga por segunda vez a la tierra y allí estaremos en los tronos juzgando también de cierta manera con este grupo selecto al cual Cristo le dice que estarán juzgando a las doce tribus de Israel. Nosotros también estaremos allí con cierta función para servir de testimonio para aquellos que no aceptaron a Cristo Jesús como un salvador personal. Sin embargo, ese reino ya está presente ahora, ya está presente. ¿Dónde? En los corazones de los creyentes, en ti y en mí. Lucas 17 del 20 al 21 nos dice preguntado por los fariseos cuando había de venir el reino de Dios le respondió y dijo el reino de Dios no vendrá con advertencia ni dirán era aquí o era allí porque aquí el reino del Dios está entre vosotros no dice ustedes conocerán el reino de Dios No, no, el reino de Dios ya está aquí. Está entre nosotros. El reino ya existe. Está establecido en nuestros corazones. Tenemos a un rey al cual nosotros obedecemos. Quién es nuestro rey? Cristo Jesús. Tenemos leyes, mandatos, preceptos que obedecemos la santa palabra de Dios. Tenemos un reino ya establecido. Tenemos un salvador, pero tenemos también a un rey. Cristo no solamente salvador tuyo y mío. Cristo es también Rey, dueño de nuestras vidas. Y hermanos, desde que fue establecido ese reino, sólo existe una forma de distinguir quiénes son miembros de ese reino y quiénes no son miembros de ese reino. Los miembros de ese reino solamente pueden ser conocidos por sus frutos. Dijo Cristo, por sus frutos lo conoceréis. Y expresa Pablo, que estos son los hijos de la luz. Primera de Santa Lucencia 5.5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas. O sea, no somos hijos de las tinieblas porque tenemos a un pastor que es luz para nosotros y nos guía a la luz. Los hijos de las tinieblas no tienen alguien que los guíe. Es como esa multitud que no sabe a dónde va. Hay caminos que al hombre le parecen derechos, pero sus caminos son caminos de perdición. Así está el mundo. Pero nosotros, la manada pequeña, tenemos la luz que es Jesucristo y que nos ilumina. Gloria a Dios. El príncipe de las tinieblas le esconde a su gente la verdad del evangelio para que no le resplandezca la luz del evangelio. pero a nosotros Dios nos ha dado la luz del Evangelio y estamos en el camino correcto, gloria a Dios y hay dos figuras que también Cristo usa para comparar los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas los hijos de las tinieblas son los cabritos y los hijos de la luz son las ovejas ¿Cómo la oveja se distingue del cabrito o del chivo? ¿Cómo se distingue? ¿Qué tiene? A ver, colaboren con esta pregunta. ¿Qué tiene el chivo que no tiene la oveja? Tiene una barbilla. ¿Tiene una barbilla? A ver, ¿qué otra cosa? Lana. ¿Eh? ¿Lana? Los cuernos. Los cuernos. Yo traje alguna diferencia aquí. ¿La oveja qué cosa, cómo es? Es mansa. Es mansita. Calladita. Calladita. Se deja atar, se deja trasquilar. Sin embargo, el cabrito, se resiste y se resiste trata de que va no no no no no se puede con facilidad le gusta el pleito temiste capaz de matar a una persona capaz de echar al piso a una persona con un tarrazo con un cabezazo son agresivos se suben en cualquier lugar sobre cualquier cosa rompen la cena rompen la cerca y se van a derredir las ovejas huelen bien tu puedes estar al lado de esas ovejas porque huelen bien pero el cabrito huele mal tanto que no puedes estar al lado del cabrito es insoportable las ovejas se acostumbran a comer en un solo lugar los cabritos no los cabritos van de un lado a otro y lo mismo están jugando con una piedrecita, con un palito o con un trapo y moviéndose de un lugar a otro, no comen. Hay que alimentarlos de otra manera, pero las ovejas van a un solo lugar y comen. Si matas a una oveja, no dice ni a ella. Pero si matas a un cabrito, todo el mundo se entera. Todo el mundo se entera. Entonces Cristo nos dice en la palabra que así como aparta el pastor las ovejas de los cabritos, así apartará Jesucristo al creyente fiel del infiel, al creyente del incrédulo en el juicio final. Habrá una selección, no ahora, en el juicio final. El Señor es paciente ahora para con nosotros porque no quiere que nadie se pierda. Ahora es el tiempo para salvarse, para vener a Cristo Jesús en arrepentimiento y fe, pero llegará un día en que Cristo hará esto que está diciendo aquí en Mateo 25 del 31 al 34 y cuando el hijo del hombre venga en su gloria y todos los santos ángeles con él entonces se sentará sobre el trono de su gloria y serán reunidos delante de él todas las gentes y los apartará los unos de los otros como aparta el pastor las ovejas de los cabritos y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a la izquierda entonces el rey dirá a los que están a su derecha a las ovejas venid benditos de mi padre heredad el reino preparado para vosotros desde antes de la fundación del mundo pero que le dirá a los cabritos apartados de mí no os conozco vayan al infierno ustedes van directo al infierno porque no aceptaron al Hijo de Dios, que en el corazón no recibieron el Evangelio. Todos en algún sentido hemos sido cabritos. Es cierto, nos defendíamos a nosotros mismos, murmurábamos, chismeábamos. Si había una oportunidad de tomar un puesto, ahí estábamos nosotros. Si teníamos que maltratar a alguien, maltratábamos. a cualquiera por tal de aprovecharnos de las demás personas. Éramos cabritos antes de venir a Cristo, pero la gracia de Dios nos transformó un día en ovejas fieles. Gloria a Dios. Nos gustaba embestir a otros, hablar mal de otros, causarle tropiezo a los demás, nos burlábamos de los demás, andábamos en los placeres de este mundo de la vida, en orquías, en todas las suciedades de esta vida. Sin embargo, un día, un día glorioso, un día se presentó el Señor a nuestras vidas y nos trajo a su redimplorio a Dios. Como decía Marcos Vidal en su canción, el milagro aún no puedo asimilar lo que me ha sucedido. El milagro más glorioso que yo he vivido, que después de malgastar lo que no era mío, no he tenido que pagar. Traicioné a aquel que me perdonó la vida, humillé al que curó toda mi herida, y en mi huida coseché lo que merecía. Y desvanecido en mi dolor, en algún momento él me encontró, y he despertado en el redil, no sé cómo, entre algodones y cuidados del pastor. Y antes de poder hablar de mi pasado, me atraviesan sus palabras y su voz. He aprendido la lección del amor divino, que me transformó cruzándose en mi camino y que dio mi vida entera a otro sentido, otra mente y otro fin. Yo no sé lo que traerá para mí el mañana, pero sé que nunca apagará su llama. Salga el sol por donde quiera. Él me ama. Sé lo que es la gracia y el perdón. Su misericordia es mi canción. Gloria a Dios. La noticia más gloriosa es que el padre lleno de amor que nos dio a su hijo. A él le ha placido también darnos a nosotros el reino, darnos su perdón y su gracia. Somos ahora príncipes y reyes. Gloria a Dios en el revir de Dios. Como dice Apocalipsis 1 6 y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios su padre. A él sea gloria y imperio para siempre jamás. Qué final más feliz. ha tenido nuestra historia que después de ir de un lado para otro terminemos en el lugar correcto, en el redil de Dios. ¿Dónde estaríamos si la gracia de Dios no nos hubiese alcanzado? ¿Dónde estaríamos? ¿En la cantina de ron? ¿Quizás en la vida fraudulenta y viciosa de engañar al prójimo incluyendo al cóndor? ¿En el camino de la codicia y de la avaricia? de la tragedia de la muerte y el dolor de otro, engañando y siendo engañados, tatuados todo el cuerpo, con agujeros en el cuerpo, en todas partes, con enfermedades veredias, con conflictos matrimoniales, con conflictos en hogares. ¿De dónde Dios nos sacó? De ese muladar, de ese mundo mil nos sacó, gloria a Dios. Más aún, hermano, que alguno de los presentes vive allí todavía. y no siente lo que muchos de nosotros hemos sentido, la paz, el gozo de la salvación. Hoy es la oportunidad para que vengan los pies de Cristo arrepentidos. Hay salud, hay perdón en Cristo Jesús. Ven a Cristo. Te lo ruego en nombre de Cristo. Ven a Cristo y recibirás la vida eterna. No rechaces la verdad. ¡Oh, no! ¡No rechaces la verdad! ¿Por qué vas a andar en la mentira? ¡Oh, no! ¡No rechaces la luz! ¿Por qué vas a andar en las tinieblas? Ven a Cristo. No tengas miedo. Él es todo abundante para ti como lo ha sido para mí, para mi familia. En este llamado que Dios me ha hecho para aquí, para este lugar, este país, esta zona, este estado, yo glorifico el nombre del Señor porque he atendido a la voz de ese pastor que llegó a mi vida y me dijo, haz, haz, haz de mi reino tu negocio Yo te he dado y te he regalado este reino glorioso. Haz de mi reino tu negocio, tu ambición, tu riqueza. Y no estamos aquí por gusto. Estamos aquí para rescatar a los perdidos. Para traer a muchos al conocimiento de la verdad. Para unirnos juntos a ustedes y luchar. Porque muchos corazones endurecidos se han abrandado. Porque muchas personas que están en el mundo sin esperanza Lo necesitan, necesitan de ti, necesitan de mí. Las palabras de Cristo para ti y para mí, que ahora estamos aquí en su presencia es, no temáis, manada pequeña, porque al Padre le ha placido darnos el reino. El reino es tuyo y mío ahora. A él sea la gloria y la honra por los siglos de los siglos. Amén. Que Dios los bendiga.
No Temáis Manada Pequeña
Series La Protección de Dios
Sermon ID | 86172353210 |
Duration | 56:20 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Luke 12:32 |
Language | Spanish |
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