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El título del sermón es Sabiduría Divina, Escritura Primera, Reyes, Capítulo 4, serie El Reino Eterno, El Reino Eterno. Perdónenme, vamos a liderar con unos nombres y son difíciles en inglés y en español, que el Señor ayude esta lengua. El Rey Salomón fue el rey sobre todo de Israel, y estos eran sus oficiales, Hazarías, hijo de Sadoc, era el sacerdote, Elioré, Yahías, hijo de Sisa, eran secretarios. Josafat, hijo de Ahilud, era el cronista. Penanía, hijo de Juaira, estaba sobre el ejército. Isador y Abitar eran sacerdotes. Hazarías, hijo de Natán, estaba sobre los oficiales. Izabut, hijo de Natán, un sacerdote, era amigo del rey. Ahizar era el mayordomo. y Adoniram, hijo de Abda, estaba sobre los hombres que hacían trabajos forzados. Salomón tenía doce oficiales, sobre todo Israel, los cuales abastecían al rey y su casa. Cada uno tenía que hacerlo un mes en el año. Y estos son sus nombres, Ben-Ur, en la región montañosa de Efraín, Ben-Dekar, de Macás, en Salvín, en Bet-Semes y en Elón Bet-Anán. Ben-Hesed en Arobot, de él eran Soco y toda la tierra de Efer. Ben-Abin-Arab en toda la altura de Edor, Tafad, hija de Salamón, era su mujer. Bana, hijo de Ajilub, en Tanac y en Megiddo y en todo Bet-Sean, que está junto a Zaratén, más abajo de Jezreíl, desde Bet-Zean hasta Abel-Mehola, hasta el otro lado de Jokmien. Ben-Geber en Ramot de Galad, los aldeas de Jair, hijo de Mananías, que están en Galad. Era de él la región de Agob, que está en Bazán, 60 ciudades. Perdón, 60 ciudades grandes con muros y cerojos de bronce eran de él. Ajit Nadab, hijo de Ido en Mahanín. Aymaz en Neftalí, también se casó con Basmat, hija de Salamón. Baana, hijo de Husay en Aser y Belot. Josafat, hijo de Parúa en Issacar, Semií. hijo de Ela en Benjamín, que ver, hijo de Uri en la tierra de Galad, la región de Zejón, rey de los Samoreos, y de Og, rey de Bazán, y él era el único gobernador que estaba en aquella tierra. Judá y Israel eran tan numerosos como la arena que está en abundancia en la orilla del mar. Comían, bebían y se alegraban. Salomón gobernaba todos los reinos desde el río hasta la tierra de los Filisteos y hasta las fronteras de Egipto. Ellos trajeron tributos y servieron a Salomón todos los días de su vida. Las provisiones de Salomón para un solo día eran 30 coros, 6,600 litros de flor de harina y 60 coros, 13,200 litros de harina, 10 bueyes cebados, 20 bueyes de pasto, y cien ovejas, sin contar los ciervos, gracelas, corvos y aves cebadas. Porque Salomón tenía dominio sobre todos los reinos al oeste del río, desde Tipsa hasta Gaza, sobre todos los reyes al oeste del río, y tuvo paz por todos los lados a su alrededor. Y Judá e Israel vivieron seguros, cada uno bajo su para y bajo su higuera, desde Dan hasta Bersabé, todos los días de Salomón. Salomón tenía 40,000 establos de caballos para sus carros y 12,000 jinentes. Y los gobernadores abastecían cada uno un mes al Rey Salomón y a todos los que venían a la mesa del Rey Salomón. No dejaban que faltara nada. También llevaban cada uno, según su obligación, cebada y paja para los caballos de tiro y los corceles al lugar donde deberían estar. Dios dio a Salomón sabiduría, gran discernimiento y amplitud de corazón como la arena que está en la orilla del mar. Y la sabiduría de Salomón sobrepasó la sabiduría de todos los hijos del oriente y de toda la sabiduría de Egipto, porque era más sabio que todos los hombres, más que tan de Esraíta, el Esraíta, Emán, Calcol, Hidarda, hijos de Mahol, y su fama fue conocida por todas las nociones de alrededor. También pronunció 3,000 proverbios y sus cantares fueron 1,005. Dissertó sobre los árboles, desde el cedro que estaba en el Líbano hasta el hisopo que crece en la pared. También habló de ganados y aves, reptiles y peces. Y venían de todos los pueblos para oír la sabiduría de Salamón, de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría. Padre, te damos gracias por lo que acabamos de leer. En ella encontramos la sabiduría divina. Padre, pedimos que abra nuestra mente para recibir la corrección de tu palabra. La sabiduría divina es necesaria para lidiar con todos los problemas grandes espirituales en nuestras vidas, pero también para vivir en nuestras vidas cotidianas. Padre, pedimos, enséñanos esta realidad. Enséñanos la amplitud de la sabiduría divina. ¿Qué debe abarcar en nuestras vidas? Pedimos todo esto. A primera vista, nuestro capítulo parece cubrir una variedad de temas. Cómo debemos interpretar las listas de funcionarios del gabinete y de los funcionarios del distrito, las notas sobre la felicidad de la población, las necesidades de alimento para la mesa real, los informes sobre la cebada para los caballos, y los comentarios sobre las plantas de hisopo que crecen en una pared. Cuando yo primero llegué a esto, estaba yo, señor, esto es mucha información, y no miraba el tema formal, qué es lo que está ocurriendo aquí. Sin embargo, tras un examen más profundo, vemos que el capítulo tiene por tema la sabiduría divina de Dios y su aplicación en la vida del creyente. La Biblia frecuentemente llama a los creyentes a buscar la sabiduría divina. Usted recuerda que eso fue lo que pidió Salomón. En el capítulo 3, él es el nuevo rey y llega Dios a él en un sueño, en una visión y Dios le dice pide lo que tú quieras, lo que tú quieras yo te daré. Salomón le dice al Señor lo que yo quiero es que me des que sabiduría espiritual. Yo reconozco que soy impotente, que soy joven, que no sé cómo entrar ni salir como mi padre David. El pueblo es numeroso. Los problemas son grandes. Y yo no sé, yo soy joven y no tengo experiencia. Yo necesito, por favor, dame sabiduría divina. Bueno, nos enseña en el Antiguo Testamento lo que dice el Nuevo Testamento en el Libro de Santiago, el que le falte sabiduría, que le pida a Dios. Dios es generoso para dar y da sin reproche y se le dará dado lo que ellos piden. Entonces, Salomón le pide al Señor, dame sabiduría, porque te quiero amar a ti y quiero conducir al pueblo de una manera que el pueblo sea bendecido y que te ame y que se goce en tu presencia. dame sabiduría. Inmediatamente el Señor le dice porque tú has pedido esto y no has pedido riquezas, no has pedido larga vida, no has pedido la vida de tus enemigos, yo te daré no solamente la sabiduría que tú has pedido, no habrá un hombre más sabio que tú en todo el mundo, pero también dice Dios te daré riquezas y esas cosas que tú nos pidiste. Salomón se despierta del sueño y podemos realizar que Dios le dio la sabiduría cuando hubo un gran problema espiritual en Israel. Dos mujeres prostitutas tuvieron sus hijos, uno se murió, estaban peleando sobre quién era la madre real del hijo sobreviviente. Una estaba mintiendo, nadie sabía quién, no habían testigos, no había una manera de verificar de quién era el hijo. Caso fue a la corte menor, fue a la corte del medio, fue a la corte suprema. Nadie pudo ayudar a esta pareja de mujeres que estaban peleando. Aquí hay una amenaza al reino. El reino tiene que ser conducido en justicia, verdad y sabiduría. Y aquí tenemos un problema que nadie puede resolver. Se lo traen a la autoridad de autoridades a Salomón. Usted recuerda lo que él dice, dame una espada. corten el bebé dos, denle cada pareja de mujeres, denle cada una de las mujeres una parte, ahí todo el mundo se va con una parte del bebé. Sabiendo que la madre real no permitiría que en un mal venga su hijo, sabiendo que las emociones y el amor maternal conquistarían el día y que una de ellas diría, no, por favor, no maten al bebé, déselo a la otra mujer, mejor que viva el bebé. Y él pudo discernir quién era la madre. Todo el mundo quedó asombrado, ¿se recuerda? Ese era un gran problema espiritual. Nadie podía liderar con él. Salomón lo resuelve usando la sabiduría que Dios le dio. Y el pueblo está atónito, dicen, entonces al rey nadie le puede mentir. Entonces el Rey va a conducir un reino de justicia y de sabiduría. Y inmediatamente miramos el tono del reinado y va a ser un reino bajo la autoridad de Dios en la sabiduría que Dios da al hombre Salomón. Miramos esa sabiduría prácticamente en este gran problema. Pero yo creo y he aprendido por este capítulo que nosotros Como humanos, creemos que la sabiduría divina tiene un límite a los grandes problemas, a las grandes situaciones del mundo. Y no miramos que necesitamos la sabiduría divina en cómo organizamos nuestras vidas, en cómo pensamos de la naturaleza. Necesitamos la sabiduría divina en cómo manejamos nuestras emociones y nuestro tiempo libre Necesitamos la sabiduría divina en cómo vamos a trabajar y qué tipo de trabajadores vamos a ser. Necesitamos la sabiduría divina en cómo vamos a manejar nuestras financias para tener un poquito que queda para que la gloria de Dios, para usarlo para que el propósito de Dios. Necesitamos la sabiduría de Dios en los grandes problemas como las mujeres que trajeron este gran problema, pero necesitamos sabiduría divina en nuestras vidas cotidianas, normales. ¿Qué vamos a comer? ¿Y cómo vamos a comer? ¿Y cuándo vamos a comer? La sabiduría divina se necesita en todas las facetas de nuestras vidas. Y yo tengo que admitirle a ustedes que nunca lo había pensado así, hasta que llegué a este capítulo. Este capítulo es una extensión del capítulo 3 y creo que hay un gran deservicio en poner el capítulo 3 y poner el capítulo 4 porque realmente este capítulo debe estar unido. Nos enseña como Salomón usó la sabiduría de Dios en los grandes problemas y en las cosas comunes. Nos enseña la sabiduría de Dios en todos aspectos de sus vidas. La Biblia entonces frecuentemente llama a los creyentes a buscar la sabiduría divina como la buscó Salomón. Estamos llamando a buscar sabiduría en Proverbios 4, 5 al 9 Donde se quiere, dice la Palabra de Dios Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia No te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca No la abandones, y aquí la sabiduría es comparada a una mujer Le dicen no la abandones y ella velará sobre ti, amala y ella te protegerá. Lo principal es la sabiduría. Adquiere sabiduría y con todo lo que obtengas adquiere inteligencia. Estímala y ella te ensalzará. Ella te honrará si tú la abrazas. Guirnalá la desgracia pondrá en tu cabeza. Corona de hermosura te entregará. Entonces, aquí miramos la sabiduría comparada a una mujer hermosa que un hombre se quiere casar con ella. Abrazala, traela a su vida, tenela en parte de su vida y mira a la sabiduría de esta manera, ve tras de ella, hazla tuya, embrazala, acariciala, hazla lo que tú puedes, hazla el tesoro de tu vida y sabes que ella te pondrá a ti un gran tesoro sobre tu cabeza, te enseñará a mirar a Cristo en todos aspectos de tu vida Aprendemos que la sabiduría es mejor que la riqueza de esta tierra en Proverbios 8, del 10 al 11. Donde dice la palabra de Dios, reciban mi instrucción y no la plata y conocimiento antes que el oro escogido, porque mejor es la sabiduría que las joyas y todas las cosas deseables no pueden compararse con ella. No sé cuántos de nosotros miramos así la sabiduría de Dios. Creo que el mundo por igualmente mira el oro como algo increíble, sabiduría divina como algo que no tiene mucho valor. Pero para el cristiano debe ser el opuesto. El cristiano puede mirar que la sabiduría es más preciosa que todo oro. ¿Y cómo podemos comprobar esto? Miramos otra vez a Salomón. ¿Qué es lo que tú quieres? Dice Dios. Te daré lo que tú quieras. Él no pide oro, él no pide plata, él no pide joyas, él no pide riquezas. ¿Qué es lo que pide Salomón? Sabiduría, porque él sabe que era más preciosa la sabiduría de Dios que todas las joyas de todo el mundo. Salomón nos enseña el valor de la sabiduría. Nuestro capítulo enseña, nuestro capítulo enseña por qué esta búsqueda de sabiduría es tan esencial. La sabiduría guía a cada cristiano a vivir una vida justa y plena en la tierra, alineando sus acciones con la voluntad divina de Dios, pero también nos prepara para el estado eterno. Cuando yo veo a Cristo en el sol, cuando yo veo a Cristo en la araña, cuando yo veo a Cristo en la hormiga, cuando yo veo a Cristo en la naturaleza, cuando yo veo a Cristo en mi trabajo, cuando yo veo a Cristo en mi pensar, cuando yo veo a Cristo en todo lo que hago y quiero honrarlo en todo lo que hago, entonces estoy preparándome aquí en esta tierra para ese estado eterno. Recuerda que Salomón te dice a ti, considera la grandeza de Dios, considera todas las estrellas, pero también te dice considera la hormiga. ¿Verdad que sí? Él nos habla de la hormiga. Aprende de ella. Mira como ella trabaja y pone al lado un poco de su comida para cuando venga el invierno tener algo de comer y no le falte y no se muera de hambre. Considera a la hormiga, dice. Trabaja como la hormiga trabaja. Él miró a Dios, un principio que Dios quería que nosotros aprendiéramos en la vida de una ¿qué? Hormiga. Esa es sabiduría. A la mujer le dices no seas una mujer que siempre estés taqueando y siempre estés, siempre estés con tu esposo regañando y estas cosas, vas a ser como un gotero ¿verdad? que va a volver a todo el mundo, no seas esa mujer. Y el Proverbios al final te dice cómo debe ser una mujer cristiana que ama al Señor, qué bendición debe ser a su esposo. Nos enseña cómo ser buenos esposos la sabiduría, nos enseña a ser como buenos hombres Nos enseña como mirar a Cristo. Nos enseña que una gota de lluvia contiene la maravilla de la potencia de nuestro Dios. Como llueve, los ciclos de la tierra. Todo apunta a quien? A Dios. Y no miremos todo como que si es algo destacado o algo que no esté en liga con otro. Todo apunta a quien? A Dios. Salomón entonces aprendió, dice, de los reptiles y de los animales y de los peces. Él construyó, si miramos sus escrituras, ciudades, era arquitecto. Él aprendió de todos los libros. Él sabía algo de todo porque todo apuntaba aquí en a Dios. Y en su tiempo libre, en su tiempo libre, él lo dedicó no al entretenimiento nada más, sino para aprender y mejorarse y conocer a Dios, sabiduría. En las cosas grandes, en las cosas que normales, sabiduría. Y no fue hasta que llegué a este capítulo y lo pude entender así que yo pude ver la amplitud de la sabiduría. Hoy veremos las bendiciones espirituales que fluyen de la sabiduría de Dios. Y es mi oración que nuestro Señor despierte en nosotros una profunda sed por su sabiduría. Miremos versículos 1 al 19. No se lo voy a leer otra vez, una vez es suficiente con todos los nombres. Pero versículo 1 al 19 le di por tema, la sabiduría de Dios es el fundamento de la vida cristiana. Otra vez, la sabiduría de Dios es el fundamento de la vida cristiana. Estos versículos contienen dos listas, los nombres de los funcionarios del gabinete de Salamón y los nombres de los funcionarios del distrito y sus áreas de servicio. Versículo 17 al 19. Una simple lectura de nuestros versos nos muestra la enorme responsabilidad de estos funcionarios. Cada uno tenía un mes para traer las provisiones a la mesa del rey. ¿Qué provisiones eran? La treinta mil estos, mil quinientos lo otro, animales por donde quiera para comer. Era una provision grande. Él tenía un gobierno estrecho y amplio y entonces Cada una de estas personas tenía que traer la provisión para ese mes, el mes designado para ella. Pero miren la sabiduría de Dios concedida aquí en Salamón. Él pudo manejar su sabiduría y darle un mes solo a una persona y un mes al otro. Y ellos tenían todo un año para prepararse, para traer lo que era necesario. Todo estaba funcionando en orden. Todo estaba funcionando en orden, no había desorden en ninguna parte de su gobierno. ¿Por qué? Por la sabiduría que él pidió a Dios para manejar el pueblo de Dios que Dios le dio a él. Vio que la sabiduría no solo era para los problemas grandes, sino también cómo iba a funcionar el gobierno, qué tipo de gobierno, qué tipo de reinado iba a ser. Entonces, miramos aquí a estos hombres trabajando, Y en su mes trayendo lo que iban a traer, tenían todo un año para prepararse para que nada faltara. Y dice que nada faltó de la mesa de Salomón, porque todo estaba designado en orden. Todo estaba designado de acuerdo a la sabiduría que Dios le había dado. Así que preguntamos, ¿qué significa todo esto para nosotros? ¿Por qué importa que Zabud sea el consejero del Rey y amigo? En el versículo 5. ¿Qué importa que Ahinarab está a cargo de las provisiones reales alrededor de Mahaní? en el versículo 14. ¿Por qué estas listas? Y amados, las listas muestran el alcance de la sabiduría de Dios, dada Salomón en el capítulo 3. Enseña que la sabiduría de Dios se aplica a cada aspecto de nuestras vidas, incluyendo cómo organizamos nuestros asuntos diarios. ¿Cómo manejo mi tiempo? ¿A qué hora me levanto? Para tener el tiempo para hacer esto y lo otro. ¿A qué tiempo me acuesto a la noche? Para traerle gloria al Señor. Y tener la fuerza necesaria el próximo día para hacer todo lo que el Señor ha puesto en mi vida. Pueden ver, organizando mi vida. Organiza su cocina para poder cocinar y hacer todo lo que usted necesita para traer algo a su familia. Organiza su trabajo. Organiza su manera de pensar. La sabiduría del Señor trae el orden de Dios. La sabiduría bíblica, como hemos dicho, es más amplia de lo que pensamos. Se trata no sólo de juicios morales y precisos, como miramos en el capítulo 3, en esto de las mujeres que trajeron este problema a Salomón, sino también de crear estructuras eficientes y ordenadas en nuestras vidas para evitar el caos y el desperdicio. Nada se desperdició en el reino de Salomón. Todo tenía uso, todo tenía su tiempo. Gloria sea a Dios. Amén. Entonces, Primera de Reyes capítulo 4, muestra que la organización del Reino de Salomón refleja la sabiduría de Dios. Según la Biblia, lo ordinario de nuestra vida también requiere sabiduría divina. Debemos vivir para Dios en cada faceta de nuestras vidas, dejando que su sabiduría guíe cada, cada decisión. Incluso esas decisiones que no parecen ser importantes. Mira lo que dice Primera de Corintios 10 31. Entonces, ya sea que coman, o que beban cosas cotidianas, normales, que no pensamos en ellas, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para qué? La gloria de Dios. ¿Pueden verlo? Cualquier cosa que hagan, coman, beban, las cosas normales, las cosas grandes, háganlo todo para qué? Para la gloria de Dios. Ese debe ser El tema de nuestras vidas. Y esa es la sabiduría divina. Yo quiero vivir para traerle ¿Qué? Gloria a Dios. Para que mi familia sea bendecida viviendo en mi casa, en mi hogar. Que todo esté organizado en las vidas de ellos para traer el gozo y que ellos puedan mirar a Cristo. Oh Señor, dame tu sabiduría. Amados, la sabiduría es necesaria porque sabemos que Dios está muy presente en todo lo que hacemos. Las últimas palabras registradas de Jesús en Mateo en el capítulo 28 Versículo 20, la segunda parte. Estas son las últimas palabras de Cristo. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del que? Del mundo. Usted ha pensado el significado de que Cristo esté en su vida todos los días. Significa en cada momento, en cada segundo de su vida Dios está presente. Cristo está presente cuando está durmiendo, cuando está despierto. Cuando tiene su tiempo de entretenimiento, cuando está trabajando, cuando usted se esfuerza para leer un libro, para ver la gloria y conocer y crecer en su sabiduría, cuando usted está cantando, cuando usted está comiendo, cuando usted está haciendo en todo momento de tu vida, Cristo está que, presente. Y queremos vivir entonces cada momento de nuestras vidas para traerle gloria. Oh Señor dame que, sabiduría. porque no quiero desperdiciar ni un segundo de mi vida no trayéndole gloria a Dios en como vivo. La sabiduría de Dios está destinada a guiarnos en los pequeños y grandes asuntos de nuestras vidas. Oh amados, la sabiduría divina es el fundamento del vivir cristiano. En versículo 20 y 28 entonces viene y se enseña que la sabiduría de Dios es la fuente del gozo cristiano. Si la sabiduría es la fundación de la vida cristiana, también es la fuente del gozo cristiano. ¿Cómo miramos? Mire el tono del texto, de los textos en el versículo 20 al 28. Hay un gozo obvio en nuestro texto. Leemos el versículo 20 que, Judá e Israel era tan numeroso como la arena que está en la abundancia a la orilla del mar. comían, bebían y dice la Palabra de Dios, se alegraban. Pueden ver el gozo. Estaban contentos viviendo en el reino de Salamón. Vemos la seguridad y el contentamiento de Israel en el versículo 25, donde dice, y Judá e Israel vivieron seguros, cada uno bajo su para y bajo su higuera, desde Dan hasta Versíba, todos los días de Salamón. Estaban seguros, no tenían este pensamiento de un ataque inminente. Escuchamos el gozo del escritor por el alcance del gobierno de Salomón en el versículo 21 al 24, cuando él dice mientras se concentra en la paz del pueblo de Dios, él dice acerca de la paz sobre todos los reyes al oeste del río y Salomón tuvo paz por todos lados al su que alrededor. Había paz, había seguridad, había comida, Había tanta riqueza, nos enseña otra porción de la escritura, que la plata era despreciada, la plata se miraba como nada, porque todo el mundo tenía platos y vasos hechos de que? De oro, porque la plata no valía nada, de tanto oro que había en el reino de Salomón. Vemos que él construyó edificios y jardines y que él traía animales de otros lugares y traían oro las financias y la seguridad del, qué tipo de reino. Era la época de oro. Qué tiempo para vivir en Israel. Amén. Para la autoridad del rey más sabio que haya existido. La teología del texto es esta. Dios mantiene el pacto con su pueblo y ese pacto, ese mantenimiento del pacto causa el gozo del pueblo. Detrás del gozo del capítulo se encuentra su fundamento, el cumplimiento de las promesas del pacto de Dios. La fidelidad al pacto es la fuente de gozo para el pueblo de Dios. Mire lo que dice el doctrinonomio 7.9. Reconoce pues que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel que guarda su pacto y su mesicoldia hasta mil generaciones con aquellos que lo aman y guardan sus mandamientos. ¿Pueden ver? Señor, guálda su pacto. Nuestros versículos, entonces, analizan tres promesas clave cumplidas durante el reinado de Salomón, por cual trajo el gozo al pueblo de Dios. Tres promesas claves. La primera promesa refiere al pueblo de Dios. El capítulo describa a Judá y Israel tan numerosos como la arena que está en abundancia en los ríos del mar, en el versículo 20. Esto no es una cuenta precisa del número de gente, sino una referencia a la promesa hecha a Abraham. ¿Usted recuerda esa promesa en Génesis 22, 17? De cierto te bendicere grandemente y multiplicare en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo, lean conmigo, y como que la arena en la orilla del mar. Y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. Es la promesa, el pacto con Abraham que Dios hizo. Y aquí se cumple temporalmente en el reino de quien? De Salomón. Temporalmente porque sabemos que el cumplimiento eterno se ve en el reino de quien? Jesucristo. Pero por un tiempo, un breve tiempo, el pueblo de Israel era tan numeroso como que la arena en el mar, llenando todas las partes del reino. Dios había sido fiel. a su promesa a Abraham. 1 Reyes 4 nos dice que Dios había sido fiel al pacto abrahámico, el pueblo de Dios se había multiplicado y el reino les pertenecía a ellos. Y amados, aprendemos que así como Dios cumplió su promesa en los tiempos de Salomón, un cumplimiento mayor es inevitable en el reino mesiánico. Leemos de ello en el libro del Apocalipsis. En ese día estaremos entre una gran multitud de toda lengua nación, tribu y pueblo, una multitud tan grande que se promete que no va a poder ser contada. Un día usted y yo miraremos alrededor y miraremos como la arena del mal, el pueblo del Señor delante del trono alabando de toda lengua, de toda nación, algo increíble considerado. Así que Dios seguramente cumplirá su promesa como la cumplió en el Tiemplo de Salomón. ¿Qué debe producir en nosotros esto? El gozo. Si el pueblo de Salamón se gozó viendo que Dios había cumplido la promesa a Abraham, nosotros tenemos que gozarnos en el cumplimiento que viene. Debe ser la fuente de nuestro gozo. La segunda promesa que miramos en nuestra pasada se refiere a la tierra, en el versículo 21 y 24. Estos versículos sobre el territorio de Salamón se relacionan con la promesa de la tierra hecha a Abraham. Génesis 15, 18, le dice Dios a Abraham lo siguiente. En aquel día el Señor hizo un pacto con Abraham diciendo a tu descendencia he dado esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Ufrates. ¿Qué miramos en el tiempo de Salomón? Ellos están viviendo desde ¿qué? Egipto al río ¿qué? Ufrates. Eso nunca había ocurrido. El reino de Saúl no había estado tan estrecho. El reino de David se amplificó, pero no llegó a estos límites. Pero en el tiempo de Salomón, la promesa Abraham fue cumplida desde que Egito, Alufreta, todo ese lugar estaba lleno de ¿quién? De Israel. Dios le había dado la tierra prometida. Esta promesa Abraham fue reconfirmada en el pacto del Sinaí, donde Moisés recibió los diez mandamientos en Éxodos 23, 31, donde Dios dijo, fijaré tus límites desde el mar Rojo hasta el mal de los Filisteos y desde el desierto hasta el río Ufrates, porque en tus manos entregaré a los habitantes de esta tierra y tú los echarás de delante de ti. Dios lo había hecho. Leyeron en el pasaje donde dice, y ellos llegaron hasta que a Egipto, a Lufrates, y esta es diciéndonos Dios cumple sus promesas. Amados, Dios fue fiel a los pactos de Abraham y el pacto del Sinaí. Y el pueblo de Dios vivía en la tierra prometida, a los límites que Dios había prometido. Bar Salomón había extendido y llenado los límites de las promesas del pacto. Y nuevamente, así como Dios cumplió sus promesas en los tiempos de Salomón, es seguro un cumplimiento mayor en el reino mesiánico. Allí reinaremos con Jesús sobre todas las naciones y el universo será posición de Dios y su pueblo. El pueblo de Dios llenará toda la creación. No solamente del río de Egipcio al río Eufrates, sino el pueblo de Dios estará por toda la creación. ¿Qué podemos decir? Gloria a Dios. ¿Y qué debe llenarnos? de gozo. El pueblo estaba gozoso, Dios le había dado la tierra prometida, que nosotros nos gocemos en las promesas de la creación llena del pueblo del Señor. Dios cumple sus promesas, que el pueblo de Dios se regocije en esta verdad. Y la tercera promesa fue la promesa de paz en el versículo 24 y 25. Esta promesa se refiere a la estabilidad y seguridad que Dios le había prometido a Israel bajo el pacto davídico. Usted recuerda ese pacto, lo hemos estudiado en 2 Samuel 7, 10 al 11, donde Dios le dice a David, asignaré también un lugar para mi pueblo Israel y los plantaré allí a fin de que habiten su propio lugar y no sea perturbado de nuevo, ni los malvados los afligirán más como antes, desde el día en que ordené que hubiera jueces sobre mi pueblo Israel, A ti te daré reposo de todos tus enemigos. El Señor también te hace saber que el Señor te edificará una casa. Dios lo había cumplido. Salomón es la casa ¿de quién? De David. ¿Y qué aprendimos durante su reino? Había una paz perpetua. Salomón nunca tuvo que pelear una guerra. ¿Sabían eso? El rey Salomón nunca tuvo que pelear una guerra. Nunca hubo alguien que invadiera Israel. Nunca había enemigo que trató supar el reinado de Israel después de los hermanos. Había un completamente, imagínese hermano, vivir en un país donde usted, todo el mundo tiene su propia higuera donde sentarse. Donde el oro fluye. Amén. Donde el pueblo de Dios es como la arena que llena todo. donde los bordes son tan amplios como Dios prometió y donde haya perfecta paz, donde no haya miedo. ¿Cuántos de ustedes les gustaría vivir en una nación así? Amén. Y así vivían por todos los años que Salomón fue rey. Señor, dame sabiduría. Señor, dice, te la doy. Y mire donde llegó la sabiduría, una seguridad, una paz. una bendición increíble para el pueblo. Yo quiero sabiduría para lidiar con tu pueblo. El Señor le dio esa sabiduría y aquí está el pueblo bendecido. Gloria a Dios. ¿Pueden ver que el capítulo 3 y el 4 son iguales? Es una continuación de lo que empezamos a ver en el capítulo 3. Aprendemos que las promesas se cumplió en tiempos de Salomón. La gente vivía en perfecta paz por un tiempo, temporalmente. Tenían paz y armonía. Todo el miedo había desaparecido. ¡Qué gran bendición! Pero el pacto davídico también apunta al futuro reino mesiánico y su paz eterna para el pueblo de Dios bajo el mayor hijo de David, Jesucristo. Sí, el pueblo vivió en completa paz por las décadas que Salomón era rey. Pero eso solo fue temporadamente. Llegó otra vez, ¿qué? El desorden. Llegó otra vez los enemigos, la invasión, la pobreza, la hambre, el desacuerdo. Usted en la historia de Israel sabe que estas cosas son ciertas. Era una bendición temporal, era una vista a lo que podemos ver en el reino mesiánico, pero no era el reino mesiánico. ¿Pueden verlo? El pacto de David apunta al mejor pacto. Hablando de este reino futuro, las promesas se reafirman en Mequías 4.4. Para que podamos ver que esto fue solo una vista, que no fue el cumplimiento final, Mequías habla de ese reino por venir después del reino de Salomón y dice lo siguiente. Cada uno se sentará bajo su qué? Para. Y bajo su qué? Higuera. ¿Qué acabamos de leer? Mequías te dice, lo que leíste es en Salomón, En Primera de Reyes fue un vistazo a lo que es por venir, pero no fue el cumplimiento final. Porque dice, llegará el día donde esto ocurrirá otra vez y mejor. Y no habrá quien los atemorice, porque la boca del Señor de los ejércitos ha hablado. Entonces, apúntame Kías, viene el Salvador. Amados en el reino mesiánico, el pueblo de Dios vivirá bajo vivirá para siempre sin miedo porque no se permitirá ningún daño, maldad o pecado. Aprendemos entonces que Dios cumple sus promesas en el tiempo de Salomón, cumplió sus promesas y las cumplió en Israel, pero más importante las cumplirá finalmente a su pueblo, a la iglesia. Dios siempre ha sido fiel y siempre será fiel a su pueblo del pacto. Por lo tanto, debemos ser las personas más gozosas de todas las personas en este mundo, porque en Cristo se nos promete paz, seguridad y bendiciones hoy y para qué siempre. Estas bendiciones no serán temporales como en los tiempos de Salomón, sino eternas. Leemos nuestro llamamiento a la adoración. Y el Dios de la esperanza Esa esperanza que él tenemos que él va a cumplir sus que? Promesas Los llene de todo que? Gozo La esperanza que tenemos en que Dios va a cumplir sus promesas nos llena de que amados? Gozo Y paz en el creer para que abunden en esperanzas por el Espíritu por el poder del Espíritu Santo Mira lo que dice que Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en su creer en creer que Dios que cumple sus promesas, cumplirá sus promesas en el futuro. Amén. Gloriese a Dios. El tercer punto es, si el primer punto fue la sabiduría, la fundación de qué, la vida cristiana. El segundo punto fue la sabiduría es el gozo del cristiano. El tercer punto es el siguiente, la sabiduría de Dios es una gracia de la vida cristiana. Una gracia prometida a todo cristiano si solo pedimos. En esta sección el escritor elogia la sabiduría de Salamón usando la palabra sabiduría seis veces en el versículo 29, 30 y 34. Él usa el verbo relacionado más sabio dos veces en el versículo 31 y otros términos similares en el versículo 29. Y sin embargo, nuestra Escritura es clara, la sabiduría de Salomón es excelente solo por su fuente. ¿Qué dice la Palabra de Dios? Escuche. Dios dio a Salomón sabiduría. ¿Pueden verlo? ¿Quién la da, amados? Dios. Dios dio a Salomón sabiduría, gran discernimiento y amplitud de corazón como la arena que está en la orilla del mar. Dios fue quien la dio. Y eso lo podemos comprobar en el capítulo 3. ¿Qué quieres? Dame ¿qué? Sabiduría. Y Dios la dio. Podemos comprobar lo que nuestro hermano Ramiro leyó con nosotros. La escritura para nuestra consideración hoy de la sabiduría. ¿Qué dice? Dice Dios, yo tengo sabiduría lista para dársela. ¿Quién la pida? A los santos tengo esta sabiduría para dárselo a ellos. Dios está dispuesto a darnos la sabiduría necesaria. Así que este entendimiento evita, el entendimiento que es Dios el que la da, evita que la sabiduría se convierta en orgullo. Estaba leyendo en el libro de Ezequiel y Dios le habla al rey de Tiro y le dice te di tanta sabiduría y con esa sabiduría creaste un ejército enorme. Con esa sabiduría hiciste negocios beneficiosos para tu pueblo. Con esa sabiduría que yo te di, le dice Dios a él, tú pudiste hacer negocios financieros que trajo una abundancia a tu pueblo. Con esa sabiduría pudiste construir una nación que realmente no se había visto. Con esa sabiduría fuiste grandemente bendecido. Pero con esa sabiduría que yo te di, con todo lo que pudiste hacer, con la sabiduría que yo te di, tú dijiste, entonces yo soy Dios. ¿Pueden ver el problema? La sabiduría dada, produjo tanta bendición, que el rey tomó crédito por la sabiduría que Dios le había dado. Yo soy Dios. Y Dios dice, porque tú dices, yo soy Dios, cuando yo fui el que te di la sabiduría, dice Ezequiel, tú morirás como un hombre muere. para comprobarte en los ojos a ti y a todos que eres nada más un que, un hombre. Y después Dios continúa y lo compara a Satanás. Yo le di sabiduría a Satanás, como mi ángel creado le di hermosura, sabiduría y usaste esa sabiduría y dices mira, mira que sabio soy, mira que lindo soy, yo debo ser Dios y fracasaste y te lancé del cielo, te tiraste al infierno y rey de tiro tú eres igual, te di sabiduría y debes de dame la gracia y la bendición y estar agradecido a mí, tú dijiste que tú eras Dios. Es fácil de hacerlo con la sabiduría que Dios da. Empezamos a mirar todo lo que podemos alcanzar con esa sabiduría y decir mira que grande soy yo, igual que Nabucodonosor, mira esta es Babelonia, tan grande que yo construí por mi propia fuerza, voy a construir un ídolo con mi cara que la gente la adore, porque yo obviamente con esta sabiduría, este poder que tengo, yo soy un Dios. Dios lo humilló para comer a Zacate por siete años. Vas a comer a Zacate hasta el punto que tú te arrepientas. Le tardó siete años a este hombre para sacar ese orgullo de su corazón. Entonces, la sabiduría tenemos que reconocerla como dada por Dios, viene de Dios, es la fuente de la sabiduría, es quien, amados, es Dios. Y esa sabiduría conducirá a nuestra vida para traerle gloria aquí en Dios. La sabiduría que Dios da no debe nunca convertirse en una razón por orgullo vano. Entonces, el secreto de la sabiduría no es un secreto. La sabiduría proviene de Dios. Su gracia es la fuente de la sabiduría. Y eso es lo que aprendemos aquí. La sabiduría de Salomón fue sobresaliente, dice el versículo 30 al 31. Él superó la sabiduría de los pueblos del oriente y de Egipto. Y eso cuando usted lo oye, usted solo lee y va hacia adelante y no piensa en ello. Pero esto era para el pueblo desde el tiempo que lo leyó, cuando él dice la sabiduría de Salomón era más grande que el grupo que está aquí en el oriente de Egipto. La gente se abrumó, pero wow, Egipto es un lugar que muy sabio, para decir que Salomón es más sabio que todos ellos, era un gran elogio. Y dice que la sabiduría de Salomón fue mayor que las que que la de todas las figuras sabias conocidas en su época. Dios da el nombre de varias personas y dice Salomón fue más sabio que ellos y todo el mundo se abrumó también. Pero este hombre es una estrella en la sabiduría y Salomón es más sabio que todos ellos. Dios está diciendo algo increíble sobre este rey. También miramos que la sabiduría de Salomón sobresalió en el alcance. En el versículo 32 al 33. La vasta sabiduría y la amplia gama de intereses de Salomón fueron incluso más impresionantes que la cantidad de proverbios y canciones que escribió, y escribió muchos. Sus escritos cubrieron todo, desde temas morales y materiales hasta detalles cotidianos, apreciando grandes cosas como los cedros de Lébanos y pequeñas cosas como el hisopo en una pared. Habló de las hormigas y de lo que podríamos aprender de ellas. Habló de la grandeza de Dios en la creación. Dios dotó grandemente a este hombre. Aprendió de los reptiles y de los pájaros y de los animales y de los peces. Trajo un zoológico de animales importados de las otras naciones a, ¿a qué? A Israel para que pudieran aprender de ellos. Plantó jardines por donde quiera, grandes y hermosos. Construyó una arquitectura increíble de palacios y casas y el Templo del Señor. Hablaba proverbios, cantaba canciones. Tenía una curiosidad inmensa para aprender porque él miraba en el aprender. ¿A quién? Al Creador. La naturaleza lo fascinaba porque en la naturaleza admiraba a Dios. Cuando el sol se pone y se levanta, admiraba el poder de Dios, declaraba el poder de Dios, admiraba en las estrellas a Dios. Su tiempo fue invertido en aprender, a curiosidad, a darle gloria a Dios, a organizar su vida para traerle más gloria a Dios, a hacer sus decisiones normales para traerle gloria a Dios, a superar los problemas grandes para traerle gloria a Dios. Todo estaba para traerle gloria a Dios. Amados, esta es la sabiduría divina. Que usted pueda mirar como el famoso reformador William Wilberforce. que peleó por casi 20, 30 años para liberar a los esclavos de Inglaterra. Cuando le pidieron a él, ¿qué quieres hacer con tu vida? Dice, estoy contento sentarme aquí en el zacate mojado, mirando esta araña, tejer su tela araña, mirar la gloria de Dios en ella. Estoy contento para el resto de mi vida solo estudiar esta araña y mirar esta araña como hace sus cosas, mirar La increíble sabiduría, omnipotencia, poder de Dios en crear un animalito que pueda hacer lo que hace. Pueden verlo, amados. La sabiduría nos guía a mirar a Dios en todos los aspectos de nuestras vidas. ¿Cómo voy a tratar a mi esposo y mi esposa, mis hijos, mis hijas? ¿Cómo voy a liderar con ese hijo que es difícil o esa hija que es difícil? Yo sé que nadie tiene ese problema aquí. Pero es posible, ¿verdad? Tener ese hijo o esa hija que no se comporta y uno dice ¿Cómo voy a lidiar con ese que es un poquito más terco, un poquito más duro que los otros? La sabiduría de Dios se necesita en cómo ser padre. No frustrar a nuestros hijos. La sabiduría de Dios se necesita en ser un patrón. ¿Cómo voy a lidiar con mis empleados para que ellos puedan ver a Cristo en todo lo que yo hago? ¿En cómo voy a pagar mis impuestos? La sabiduría de Dios se requiere en todas las partes. Salomón era un hombre que su alcance de sabiduría. Si usted pudiera hablar con Salomón, usted saliera abrumado diciendo, este hombre sabe todo de todo. En todo él mira a Cristo, yo quisiera mirar a Cristo como él mira a Cristo. Era algo increíble. Amados, el don de la sabiduría de Dios debería inspirarnos a aprender más acerca de Él Salomón nos muestra que la sabiduría divina es curiosa, explora y describe las obras de Dios en todo su reino. Organiza tu vida para que tengas mucho tiempo, no para el entrenamiento, sino ¿para qué? Para aprender y gozarte de Dios. Muchos de nuestros himnos antiguos tienen esto por este pensamiento. Y tengo que ser completamente honesto, yo nunca había visto la sabiduría en su amplitud de esta manera, no sé si usted la había visto. Siempre ha habido el señor necesito sabiduría comparada con este gran problema que está afligiendo a la iglesia. Para las grandes cosas sí, pero las cosas comunes como una araña y mirar en ella una lección que me apunta Dios, nunca pensé yo que la sabiduría era tan amplia para abarcar todos esos temas. Para los grandes problemas sí, pero para las decisiones que tengo a hacer como liderer con mi hijo, con mi esposa, con el trabajo y esto, no pensaba yo que la sabiduría era tan amplia. Estábamos, mi esposa y yo de vacaciones, miramos, fuimos a un restaurante enorme Era como cuatro restaurantes en unos y tenían todo, todo listo, todo. Esta parte para acá, esta parte para acá. Tenían tortillerías por cuatro diferentes tortillerías para asegurarse que todos los lugares sus tortillas frescas. Tenían meseros en esta parte y esta parte. Y es la comida corriendo y saliendo rápido en este restaurante tan vasto. Y yo estudiando este pasaje diciendo, la sabiduría de Dios. Todo funcionando para hacerle el dinero humano, ¿verdad? ¿Qué tal si nosotros fuéramos así para la gloria de Dios? Algo increíble considerar, ¿verdad que sí? Nuestros himnos de antes también se enfocaba en la naturaleza. Mira la grandeza de Dios, la sabiduría que se puede ver en los himnos de antes cuando nos maravillamos en quien es Dios. ¿Cuán grande es Él? En 1885 fue escrito Señor mi Dios, al contemplar los cielos. ¿Pueden verlo? Ahí te miro. El firmamento y las estrellas mil. Al oír tu voz en los potentes truenos, no solo mirar el Toro y decir mira que bonito está truenando, pero oír la voz en él, no que estamos oyendo a Dios Pero mirar que este es el poder de Dios, que Dios hizo las leyes de la ciencia para que ese trueno pueda funcionar como funciona. Y mirar ese trueno tan grande y decir ese es un poquito, un porcentaje chiquito del poder grande que tiene Dios. Orí tu voz en los potentes truenos y ve al brillar el sol en su ceñir. mirar el sol y contemplar que lejos estamos del sol tan cercas y tan lejos la suficiente distancia para tener temporadas para calentarnos y tener frío pero no morirnos del calor y no qué morir de qué del frío para que todo crezca para que tenga, tenga su temporada todo tiene su temporada dice Salomón en una de sus escrituras todo tiene su tiempo mi corazón entona esta canción cuando miro toda tu naturaleza, cuán grande es Él, cuán grande es Él. Amén. Esa canción nos enseña lo de lo que estamos hablando, la sabiduría de ver a Dios en el trueno, en las estrellas mil, en el sol y decir después mirar a Dios en estas cosas y cómo funcionan esas cosas y sin Dios tú eres qué, grande y mirar a Dios en todos los aspectos de nuestras vidas, esa es sabiduría amados. Dado que la sabiduría de Dios es evidente en todas partes de la creación, los cristianos deben sentir gran curiosidad por las obras de Dios, tanto grandes como pequeñas. Queremos aprender de libros, de la naturaleza, de invertir tiempo en las cosas que realmente importan. El objetivo de la sabiduría es explorar y escribir con alegría y gozo todas las obras de Dios y amar a nuestro Dios cada vez más a medida que lo vemos en su creación. Por eso se nos manda a buscar la sabiduría. Solo a través de la sabiduría divina podemos ver a Dios más claramente en todo lo que hacemos. Proverbios 9.10. El principio de la sabiduría es el temor del Señor, es salvación. Cuando vengamos al Señor, el Señor nos salva, nos da la sabiduría por medio de la escritura para ser salvos y el conocimiento del santo es inteligencia. Cuando llegamos a Dios, entonces podemos disfrutar de la sabiduría de Dios. Amén. Y es por eso que Santiago, como dijo nuestro hermano claramente, nos dice lo siguiente. No lo tengo ahí. No es el siguiente. Santiago 1, 5. y si a alguno de ustedes le falta sabiduría. Tengo que confesarle algo. Cuando llegué a este pasaje me faltaba sabiduría. Lo leí, dijo, ¿qué tiene que ver esto con alguien que vive en el 2024? ¿Qué me importa el sopo en la pared, la cebada para los caballos? ¿Qué me importa los nombres de todas esas personas que ni puedo pronunciar? ¿Verdad? ¿Qué me importa que Salomón era tan rico que cada persona tenía un mes para proveer. No miré la organización, no miré la grandeza. Y cuando leía, estaba leyendo lo que estaba pasando, le decía, a lo mejor lo voy a brincar y voy directamente al 5. No señor, no puedo hacer eso, eso no es enseñar expositivamente. Así que fui al delante del señor en mis rodillas y le digo, señor, ¿sabe lo que pedí amados? Dame sabiduría para entender este capítulo. El capítulo se trata de sabiduría y yo no miraba la sabiduría que se trataba del capítulo. Tuve que pedir sabiduría para poder entender que capítulo detalla que la sabiduría de nuestras vidas ordinarias. Y cuando empecé a mirar la sabiduría de Dios, como le dije, empecé a mirar los restaurantes y las flores y estábamos en vacación, mire esto y mire eso, el sol se puso y esto es grande, ahí hay Dios y empezamos a mirar que la sabiduría abarca todo, es amplia. es amplia. Es algo increíble. Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, a mí me faltaba, porque yo miraba la sabiduría como estrecha, no amplia, solo para los problemas grandes de mi vida, cuando yo necesito sabiduría de Dios. No, amado, para escoger lo que voy a comer, cuándo me voy a acostar, cuándo me voy a levantar para traer la gloria Necesito sabiduría de Dios. Organizar mi vida, mis gabinetes, todo. Necesito ¿qué? Sabiduría de Dios. Si alguien va a decir, uno de ustedes le falta sabiduría. Que la pida ¿de quién? De Dios. ¿Qué dice Proverbios 2 que le dio nuestro hermano? Yo tengo la sabiduría lista para dárselo a los santos. Pídasela ¿a quién? A Dios. Quien da a todos abundantemente sin reproche. Que lindo que Dios no te dice, ya pidiste sabiduría ayer. No te puedo seguir dando sabiduría. Tengo una porción limitada. Mira como tú eres hombre, la quieres todo para ti. Dice la Padre cuando te falte sabiduría pídele a quien? A Dios. Él da que en abundancia y sin reproche. Y dice y le será dada a la persona que pide. Dios nos promete darnos sabiduría. Entonces que debemos estar orando? Igual que el Padre Nuestro darnos hoy el pan de cada día. Ese pan de cada día tiene que incluir ¿qué? La sabiduría para poder vivir. Eso es la bendición. Lo que necesitamos para vivir una vida que le traiga gloria a Dios es el pan. Necesitamos de Cristo. Necesitamos el pan, las bendiciones de Dios, la vida, la fuerza de Dios. Necesitamos ¿qué? Sabiduría divina. Si a alguno de ustedes le falta sabiduría. ¿Cuántos de ustedes le falta sabiduría? Ojalá que pueda decir a todos, nos falta más sabiduría. Nunca había pensado yo en sabiduría en estos términos, pastor, exactamente. Yo tampoco. Señalamos nuestra falta de qué? De la sabiduría. No venlo así. Amados, que la sabiduría guíe nuestras vidas diarias, tanto en las pequeñas cosas como en los grandes asuntos, que nos inspira a confiar en Dios, reconocer su presencia en todo y cultivar un temor reverente de su grandeza. Busquemos y oremos por la sabiduría divina que nos lleva a Cristo. Porque solo en esa sabiduría hay el temor de Dios. ¿Y el temor de Dios conduce a quién? A Dios mismo. Ojalá que hayan sido grandemente bendecidos. Oremos. Padre, te damos gracia por tu palabra y pedimos que esta misma sabiduría que aquí se presenta a los santos, sean nuestras, para verte en todo, para organizar nuestras vidas, para controlar nuestras emociones, para controlar nuestros miedos y nuestra impotencia, Padre, para mirar a Jesucristo, para traerte gloria, para invertir nuestro tiempo en las cosas que realmente importan, para ser buenos esposos, esposas, hijos, hijas, trabajadores, evangelistas, Padre, admitimos que nos falta sabiduría. Pedimos a la fuente de la sabiduría y pedimos, Padre, danos sabiduría. Y la recibimos de Ti porque Tú la prometes dar, en el nombre de Jesús y para Tu gloria. Amén.
Sabiduría Divina
Series El Reino Eterno
Nuestro sermón nos enseña que la sabiduría es importante en cada faceta de la vida del creyente, desde las grandes pruebas hasta la organización de nuestras vidas. Por lo tanto, como cristianos, debemos buscar la sabiduría de Dios más que los metales preciosos de esta tierra. Su sabiduría nos guarda y prepara para el estado eterno.
Sermon ID | 8524529166043 |
Duration | 58:59 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Kings 4 |
Language | Spanish |
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