
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Soberano Dios y Padre, Tú que moras en las alturas de los cielos, en esta mañana nosotros nos acercamos, venimos delante de Tu presencia y lo hacemos con ánimo pronto para ser expuestos a Tu Palabra. Suplicamos y rogamos que tu favor sea sobre nosotros de una manera especial a través de una correcta exposición de tu palabra y que tu Espíritu Santo esté obrando eficazmente en nuestros corazones, transformando nuestras vidas para que real y efectivamente podamos ser conformados a la imagen y semejanza de tu Hijo Amado, nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Queremos pedir Señor que tú tengas también de igual forma misericordia en nuestras vidas y que podamos acercarnos a ti con un sentido de urgencia, un sentido, una convicción profunda de que no somos nada delante de tu presencia, que somos polvo sencillamente Señor, pero que por tu gracia Padre, por tu gracia y por los méritos de Cristo podemos estar de pie y podemos disfrutar de tus favores, estos favores que tú nos regalas, estos favores que tú nos has dado para que podamos conocerte, para que podamos experimentar el gozo del nuevo nacimiento en nuestras vidas. Esto te lo suplicamos Señor en el nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. amén y amén muy bien pueden sentarse hoy nosotros vamos a entrar a estudiar lo que es el capítulo nueve de de este libro hábitos de gracia nosotros estamos en la segunda sección háblale al oído y hoy vamos a hablar ora con constancia y en comunidad Ora con constancia y en comunidad. Pero solamente vamos a ver la primera parte porque es un tema que a pesar de que no es tan amplio, a pesar de que no es tan amplio, pues realmente efectivamente quise dividirlo en dos sesiones para aprovechar al máximo la enseñanza que nos muestra este libro acerca de la oración comunitaria. Ya nosotros hemos visto, eso fue el domingo pasado, que la oración está en el corazón de la vida cristiana. Ya nosotros vimos que nosotros oramos no es solamente por obediencia al mandamiento de Dios, sino que entendemos que es un medio vital para que recibamos esa continua gracia de parte de Dios hacia nosotros para nuestra supervivencia y para nuestro crecimiento espiritual. Y también vimos que el gozo de la oración, la comunión con Dios, es esencial para lo que significa ser cristiano. Sin la oración no hay verdadera relación con el Señor, no hay un profundo deleite en quien Él es, sino solamente vemos algunos atisbos a la distancia de lo que es Dios, si no hay oración en nuestras vidas, si no hay oración constante. como enseña Jesús la oración privada o la oración del aposento que vimos el domingo pasado desempeña un rol importante en la vida del creyente. Nosotros desarrollamos nuestros diversos patrones y prácticas de oración privada en los hábitos de nuestra vida particular, es decir que nosotros venimos constantemente y estamos en la presencia del Señor a solas como vimos el domingo pasado nosotros debemos de buscar y encontrar un lugar y debemos de tener un tiempo para estar allí en el aposento, ese aposento que llamamos el lugar de la oración y como nos dice la palabra con la puerta cerrada pues orar al Padre que nos escuche en lo secreto pues nos recompensará en público como dice Mateo 6 Eso lo vimos el domingo pasado, la oración privada. Y nosotros damos un amén a eso. La oración privada es vital para nuestra buena salud espiritual. Y yo siempre le añado para nuestra buena salud emocional también. Porque si nuestra salud espiritual está buena, yo considero que también nuestra salud emocional va a ser afectada positivamente. Por lo tanto, nosotros creemos que debemos hacer de la oración privada un hábito en nuestras vidas diarias, en nuestras vidas diarias. Eso fue lo que vimos el domingo pasado, que es el capítulo 8 de este libro. eso es crucial la oración privada a solas con Dios entonces debemos de hacer un hábito por eso el libro se llama así hábitos de gracia es que nosotros comencemos a hacer hábitos de esas cosas que no tenemos por costumbre hacer y si ya lo estamos haciendo entonces que estas enseñanzas refuercen esa verdad verdad que ese hábito sea reforzado Así que de todas formas el que tiene el hábito como el que no lo tiene le va a ser de beneficio pues el escuchar estas enseñanzas que le estamos trayendo acá cada domingo. Entonces, otra cosa que nosotros también debemos de tomar en cuenta es que la oración privada no se queda solamente en nuestro tiempo a solas con la puerta cerrada en la presencia del Señor. Nuestra oración privada con mí, claro que sí, debe de hacerse en lo secreto, debe de hacerse en un lugar, debemos de tener un horario fijo, pero no se queda allí. No se queda allí, sino que nosotros debemos de aprender a incorporar la oración a la agenda del día. ¿Y cómo es eso? ¿Incorporar la oración a la agenda del día? Sí, debe de ser así. De hecho mis hermanos muchas personas tienen más una tendencia a orar durante el día que tener esos tiempos a solas con el Señor. Yo conozco muchas personas que son así, que durante todo el día están orando, pidiendo al Señor Ten Misericordia, pero no hacen un hábito de la oración privada. Entonces quizás esas personas necesitarían ser reforzadas en ese aspecto de la oración privada a solas en un lugar fijo y en una hora fija. Quizás deberían de ser reforzado en esto, pero también debemos de entender que cuando nosotros terminamos nuestro tiempo a solas con el Señor, cuando nosotros hemos tenido ese tiempo de consagración al Señor en ese aposento, en ese lugar privado, en esa habitación, en ese lugar que hemos determinado que es el mejor para nosotros reunirnos a solas con Dios. Luego de eso, entonces debemos de saber que Dios no quiere que se quede ese tiempo de oración ahí en el aposento. y que cuando yo salí del aposento ya no voy a orar más hasta que regrese de nuevo Dios no desea eso la oración es para todas las áreas de la vida y especialmente para nuestra vida en comunidad cuando nosotros seguimos la guía de las escrituras no practicamos solamente la oración privada sino que incorporamos ese espíritu de oración privada, ese espíritu de dependencia, ese espíritu de confianza en el Señor, lo incorporamos el resto del día en nuestra agenda regular incorporamos también esos tiempos de comunión con el Señor. Es decir, ese tiempo que pasé a solas en el aposento debe de ser incorporado a mi agenda diaria y luego también a los tiempos de oración en conjunto con otros creyentes. Es decir, oiga bien, para que me entiendan, tengo tiempos a solas con el Señor a diario, ¿verdad que sí? eso lo vimos el domingo pasado, Dios manda eso, Jesús nos dio el ejemplo, el que desde el punto de vista humano quizás necesitaba menos tiempo de oración, fue el que más tiempo dedicó a la oración, eso es lo primero, pero luego que salimos de ahí, entonces vamos a agotar tiempos verdad, en nuestra agenda diaria para estar en comunión con el Señor, para orar, para disfrutar de eso que recibimos en la mañana a solas, ahora lo disfrutamos en la comunidad. En la comunidad de nuestro trabajo, de nuestras ocupaciones regulares, de nuestros oficios regulares, allí también incorporamos esos tiempos de oración. y luego también manifestamos esos tiempos de oración a lo que es la oración comunitaria en conjunto con otros creyentes. Nosotros tenemos muchos versículos que nos llevan a susurrar oraciones luego de habernos ido del aposento. muchos versículos que nos hablan acerca de eso, versículos que nos instan a no dejar la oración en el aposento. ¿Usted quiere saber cuáles son esos versículos? Se los voy a mencionar rápidamente para que usted lo tenga pendiente. Primera, el más conocido y el más corto. Primera de Tesalonicense 5.17 ¿Qué dice? Oren sin cesar. Oren sin cesar. Romanos 12.12, dedicados a la oración. Colosenses 4.2, perseveren en la oración. Efesios 6.18, oren en todo tiempo. Lucas 18.1, Jesús hablándole a sus discípulos, a nosotros, Él les dijo que debían de orar en todo tiempo y no desfallecer. Entonces ahí yo le estoy presentando algunos versículos que nos exhortan a nosotros a no quedarnos todo el día en el aposento no es que nos está diciendo que nos pasemos todo el día en el aposento sino que más bien estos versículos nos están mandando, nos están ordenando a tener o a llevar una actitud de oración en el alma al entregarnos totalmente a nuestras tareas y compromisos cotidianos. a esos que nos invitan a esos pasajes bíblicos, oren sin cesar, dedicados a la oración, pidan constantemente, oren en todo tiempo, orar en todo tiempo y no desfallecer, dedicados a la oración, perseveren en la oración, todos esos pasajes bíblicos nos instan a tener una actitud de oración en medio de nuestras ocupaciones regulares, cuando yo hablo de ocupaciones regulares, ¿cuáles son? Manatana, por ejemplo, trabajo, joven en la escuela, todo lo que usted hace fuera de la iglesia, en la casa, los oficios, las diligencias, todo eso. Entonces, lo que la palabra del Señor nos invita a nosotras a tener una actitud de oración que comenzó cuando? en el aposento ¿verdad? cuando hablamos de aposento es tomando como referencia a la palabra de Dios pero no tiene que ser un aposento, un lugar donde usted se dedica a orar a solas con el Padre entonces no es dejar la oración allí pero tampoco quedarse allí durante todo el día sino salir a sus ocupaciones regulares y tener una actitud de oración una actitud de oración y es que en algún momento nosotros estemos preparados para dirigirnos de manera consciente hacia Dios, ya sea cuando están en la fila en el supermercado, en la fila en el banco, ya sea cuando va en el autobús, en el vehículo, incluso en medio de una conversación complicada Usted puede tener ese momento de oración con el Señor, de clamar a Dios. Esa es la invitación que nos hacen las Escrituras. Muchas veces pasamos por alto esos pasajes bíblicos que están allí. Dedíquense a la oración. ¿Y cómo yo me dedico a la oración si tengo que trabajar? En medio del trabajo. En medio de sus diligencias. Cuando usted va por el camino. Cuando usted va por la calle. Usted debe de estar en esa actitud de oración. Como escribe un autor muy famoso, él dice, en todo lugar donde está Dios, está la oración. Como Dios está en todo lugar y es infinitamente grande, la oración debe invadir toda nuestra vida. Oiga como él dice, es bonita la frase, en todo lugar donde está Dios, está la oración. Como Dios está en todo lugar y es infinitamente grande, la oración debe invadir toda nuestra vida. ¿Qué les parece a ustedes? Entonces estamos viendo, el domingo pasado vimos, la oración a solas, la oración en el aposento, en ese lugar retirado, siguiendo el ejemplo de nuestro Señor que sacaba tiempo sacaba tiempo para orar, se iba a solas, pasaba noches enteras en ocasiones orando o en otras ocasiones se iba muy de madrugada, nos dice la palabra, nuestro maestro, nuestro señor, el ejemplo a seguir por cada uno de nosotros. pero esa oración no se queda allí en esos tiempos sino que también las Escrituras nos instan el mismo Señor Lucas 18.1 como les mencioné nos insta a orar en todo tiempo y no desfallecer Entonces eso nos muestra que es necesario que en nuestras ocupaciones regulares debemos de orar, debemos de mantener como antes se conocía muy popularmente en el mundo evangélico tiempos de comunión con el Señor, no solamente cuando llegamos a la iglesia, no solamente nuestra oración particular a solas privada con el Señor sino también nuestras ocupaciones regulares, entonces pasamos de la oración privada a la oración durante todo el día en comunión con el Señor orando, clamando en medio de nuestras ocupaciones regulares sin descuidar nuestras ocupaciones regulares y entonces llegamos al punto culminante que viene a ser la oración en conjunto que viene a ser la oración comunitaria El punto culminante de la oración que permea toda la vida fuera del aposento es orar en conjunto con otros cristianos. Esto es a lo que nosotros llamamos la oración corporativa. Cuando hablamos corporativa no hablamos de una corporación, hablamos del cuerpo. corporativa viene del cuerpo, el cuerpo de Cristo. ¿Cuál es el cuerpo de Cristo? La iglesia, la oración corporativa. Organizar una oración con otros requiere más energía que una oración susurrada en el trajín del día. requiere preparación, requiere planificación, requiere iniciativa y requiere la coordinación de agendas. Una oración privada no necesita toda esa preparación porque yo puedo hacerlo Yo lo hago yo solo, no necesito de nadie más, pero la oración corporativa, la oración en conjunto, la oración de la iglesia pues necesita esa planificación. Pero lo que sí es cierto, mis hermanos, es que cada gota de esfuerzo vale la pena. cada gota de ese esfuerzo que hacemos para acercarnos a Dios en oración, en comunión y en relación con otros hermanos, vale la pena. Y entonces así tenemos al menos dos aspectos de una vida saludable de oración. Oramos individualmente en secreto y en movimiento durante el día a día y oramos comunitariamente resistiendo la privatización de nuestras oraciones, no sólo pidiendo a otros que oren por nosotros sino especialmente que oren con nosotros, que oren con nosotros. y eso es lo bello que nosotros podemos ver que el Señor nos ha dejado y es el poder formar parte de una iglesia, podemos disfrutar de esa comunión, podemos disfrutar como dice Hebreos 10 que podemos estimularnos al amor y a las buenas obras y a la oración junto con otros hermanos entonces por esa razón oramos en conjunto de hecho cuando nosotros nos vamos a las escrituras y nos encontramos que si algún ser humano podría haber estado bien sin compañía regular en la oración ese habría sido Jesús el que fue sin pecado el que no cometió pecado el que fue, vivió una vida perfecta como nosotros no podemos vivir de este lado de la eternidad y este Señor, nuestro Salvador Pues desde el punto de vista humano podemos afirmar, el domingo lo dijimos, que quizás no necesitaba orar a solas y oraba a solas. Que quizás, y ahora lo decimos, no necesitaba orar en compañía de otras personas, pero ahora veremos que también oraba en compañía de otras personas. Entonces, la invitación que nosotros tenemos el domingo pasado y hoy volvemos a reafirmarla es que tomemos el ejemplo de Cristo en la oración que nos esforcemos a ver esa vida de oración que vivió Cristo y le pidamos al Señor esa misma gracia para poder tener tiempos a solas durante el día y en la iglesia en oración que nos animemos a ellos y que el Señor entonces conforme a su gran bondad hacia nosotros pues nos conceda como dice la palabra, como dice el salmista, nos conceda las peticiones de nuestro corazón. Nosotros vemos mis hermanos a Jesús una y otra vez llevando una vida de oración que no solamente era individual, sino también comunitario. Por ejemplo, Lucas 9, 28. Nosotros vemos allí que Jesús tomó con él a Pedro, a Juan y a Jacobo y subió al monte a orar. ¿Qué le parece? Él podía haberse ido solo, vámonos nosotros. Pudo haberse llevado a los doce, no sé por qué no se lo llevó. Yo siempre he dicho que cuando se hacen cosas así que yo no entiendo, la soberanía de Dios soberano. Siempre se lo llevaba a ellos tres. ¿Por qué? Dios no tiene favoritismo, pero Dios es soberano y Dios siempre sabe lo que hace. Entonces ahí lo vemos, que se llevó a estos tres hombres a orar. Y cuando los discípulos le dijeron al Señor enséñanos a orar, ¿cuál fue la respuesta del Señor? Ah, perfecto, ustedes van a orar así, ustedes orarán así. Ahora esa oración que él les enseñó a orar que es un modelo que nosotros tenemos en las escrituras a seguir que de hecho nosotros pues en el Catecismo de Heidegger que estamos leyendo acá vemos como el mismo Catecismo nos va enseñando los pasos que debemos de tomar como referencia de esta oración del Padre Nuestro para nosotros orar de manera personal con el Señor. ¿Cómo Jesús les enseñó a orar? A través de esa oración modelo. Esa es una oración comunitaria. Esa es una oración comunitaria. ¿Por qué? Porque la oración es dirigida a quién? ¿Cómo dice? ¿Cómo inicia? Padre nuestro. Él no dice, padre mío. Padre... Nuestro. Es una oración comunitaria. Y esa oración se dirige siempre a nosotros. Nuestro. Danos, no dame. perdónanos no perdóname la oración del Padre Nuestro es una oración comunitaria es una oración para ser hecha en comunidad para que los demás también participemos escuchándola y nosotros digamos amén Padre Nuestro amén es mi Padre también que estás en los cielos santificado sea tu nombre venga tu reino ¿Cómo sigue? ¿Cómo dice? Entonces estamos allí participando, mis hermanos. Entonces cuando Jesús le enseñó a orar, como se lo pidieron los discípulos, Jesús no le dijo que no, pero le enseñó a orar una oración comunitaria. Una oración para ser hecha en el contexto de varias personas orando. El texto clásico en el que Jesús permite que otras personas invadan su espacio de oración es Lucas 9.18 nos dice, oiga bien, oiga bien como dice Lucas 9.18, estando Jesús orando a solas estaban con él los discípulos. pocas veces nosotros vemos que Jesús se alejaba de sus discípulos y en esas pocas veces era o para descansar o para orar como nosotros vemos en varios pasajes bíblicos Mateo 14.23 Marcos 1.35 Lujas 5.16 etcétera y sin duda uno de esos hábitos regulares junto con otras personas era la oración, era la oración, esa era la invitación, mantener esa comunión en la oración debe de haber forjado la confianza de Pedro y de Juan cuando nosotros leemos en las Escrituras que la gente lo reconoció, que la gente lo vio como que eran personas sin preparación pero reconocían que habían estado con Jesús, reconocían que habían estado con Jesús. ¿Cómo? Precisamente por esos tiempos de comunión, esos tiempos que el Señor había manifestado tener y había invitado a tener con sus discípulos y eso les había llevado a ellos a tener un alto concepto de lo que era la oración. De hecho, mis hermanos, la oración comunitaria de Jesús con sus discípulos guió a la oración comunitaria en la iglesia primitiva que ellos lideraban. y eso está explícito en cada, bueno en casi todas las páginas del Libro de los Hechos. Eso es lo que nosotros vemos allí, es decir, cómo ellos desarrollaron ese hábito de oración, porque veían a su Maestro orar, porque veían a su Maestro apartar tiempo a orar, porque lo escuchaban orando, lo escuchaban orando. Vamos a ver algunos pasajes bíblicos, todos están en Hechos, este es el libro que nos narra la vida de la iglesia en el siglo I, parte de la vida de la iglesia en el siglo I, Hechos 1.14, todos estos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración también 2.42 Hechos 4.24 Unánimes alzaron la voz a Dios y la llenura del Espíritu Santo ocurrió luego de que todos oraron juntos Hechos 4.31 la Iglesia escogió a los siete, los primeros diáconos y después de escogerlo nos dice Hechos 6.6 que después de escogerlo oraron y pusieron sus manos sobre ellos. Mientras Pedro estaba en prisión, ¿qué nos dice Hechos 2.5? que la Iglesia hacía oración sin cesar por Él, hacía oración ferviente a Él, al Padre, por Pedro, que estaba preso. Y cuando escapó milagrosamente, ¿qué nos dicen las Escrituras? Que cuando Él llegó, ¿cómo los encontró? ¿Cómo los encontró? En Hecho 12.12. Muchos estaban reunidos y oraban. ¡Excelente! Pero mis hermanos, fue después de orar y ayunar que la Iglesia en Antioquía envió a los primeros misioneros Pablo y Bernabé, a su primer viaje misionero, Hechos 13.3, cuando se establecían iglesias y designaban ancianos, nos dice la palabra, Hechos 14.23, que designaron ancianos en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, lo encomendaron al Señor. Incluso en la cárcel nosotros vemos una oración comunitaria. ¿Quién se acuerda de esa oración? ¿A qué oración me estoy haciendo referencia que hubo en la cárcel? Una oración comunitaria. ¿Tú lo tienes? Exactamente, cuando Pablo y Silas estaban presos. Exactamente, Hechos 16.25 dice eso. Oraban y cantaban himnos a Dios y los presos los escuchaban. Es decir, en medio del dolor, acuérdese, si usted lo ha leído, que ellos habían sido golpeados, las cárceles no son como las que se... Todavía aquí hay muchas cárceles con condiciones terribles, pero no se comparan con ese tipo de cárcel que había en aquellos tiempos. y a pesar de estar adolorido y estar preso, ellos cantaban y oraban a Dios. Hechos 20, 36 y también Hechos 21, 5, nosotros encontramos una emotiva despedida de Pablo de los ancianos de Éfeso y luego de haber estado hablando con ellos, entonces nos dice la palabra que se arrodilló y oró con todos ellos. De ser ahí nosotros tenemos base bíblica más que suficiente para considerar y tener en alta estima lo que es la oración comunitaria, una oración que nosotros no debemos de descuidar, no debemos de descuidar. Nosotros somos invitados a fortalecer nuestra vida de oración a solas con el Señor a través de la oración comunitaria. Somos llamados a fortalecer nuestra vida de oración comunitaria a través de la oración a solas con Dios. Es a eso que el Señor nos invita. es a combinar ambos aspectos oración personal a sola con el Señor, oración en el camino en nuestro diario vivir y oración entonces comunitaria en la iglesia. Entonces ahora yo quiero presentarles mis hermanos cinco consejos para lo que es la oración en comunidad. Cinco consejos para la oración comunitaria, para la oración corporativa. Estamos hablando de la oración en conjunto, ¿verdad? Vamos a ver cinco consejos. Pero antes de darle ese consejo debemos de saber y debemos de entender que nuestra necesidad de la ayuda de Dios en la actualidad no es menor que la necesidad de la iglesia primitiva y que la oración en conjunto permanece todavía hoy hoy como un medio vital de esa gracia continua de Dios en la vida cristiana y en nuestras comunidades. Es decir, acuérdese, la gracia de Dios fluye, ¿a través de qué? De los medios de gracia. ¿Cuáles son esos medios de gracia? En resumida cuenta, tres, ¿verdad? Oración, lectura y comunión, es decir, el cuerpo participar de los servicios y de los sacramentos. Entonces, para que la gracia de Dios siga fluyendo en abundancia en nosotros necesitamos lectura, necesitamos oración y necesitamos comunión. Si descuidamos uno de esos, pues estamos en un grave peligro. en un grave peligro porque la gracia de Dios fluye a través de los medios de gracia. Por eso es necesario congregarnos, pero no solo eso, por eso es necesario orar a solas en el camino y orar en la iglesia, por eso es necesario leer la palabra, estudiarla, meditarla, memorizarla, que ya lo vimos hace un tiempo atrás. Eso es la vida cristiana, mis hermanos. Sin dejar de hacer nuestras ocupaciones regulares, tenemos que saber cómo meter, si se podría decir así, esos hábitos que Dios nos ha dado como medios de gracia para que nuestra vida espiritual sea saludable. Meter esos hábitos en nuestra agenda personal, en nuestra agenda particular. Ya hemos visto en lo que nos atañen esta mañana, que la Iglesia Primitiva oraba en comunidad. Ahora bien, los detalles de cómo lo hacían no están tan claros, es decir, en las Escrituras nosotros no encontramos cuáles eran los pasos que ellos seguían para orar, solamente tenemos la oración modelo. del Padre Nuestro y tenemos una oración que le dio el Señor antes de ser entregado en Juan 17, ese capítulo entero es una oración, pero no tenemos detalles específicos de cómo oraban Pedro, cómo estaban orando Pedro y Silas cuando estaban presos o Pablo y Silas o Pablo y Bernabé cuando fueron enviados o cuando Pablo oró con los ancianos, no nos dice, solamente dice que oraron. nos dice que oraron. Por lo tanto, mis hermanos, nosotros podemos afirmar que no existe un patrón para la oración comunitaria, esa oración comunitaria que se hace en grupos de dos, de diez, de cien o de mil personas, no existe un patrón. La oración comunitaria sí la encontramos en las escrituras, pero las escrituras no nos dicen este es el patrón que debemos de seguir para que sea una oración comunitaria. Lo que nos dice el Señor en su palabra que donde están dos o tres reunidos en su nombre, allí él está. Entonces una oración comunitaria con dos personas, ya, eso es una oración comunitaria. Cuando lo hacemos con un propósito, con un fin específico. Entonces, por eso también afirmamos que la práctica de la oración en conjunto varía en cada familia, en cada iglesia, en cada comunidad según el contexto, según el liderazgo de esa iglesia, según la historia compartida de esa iglesia, de esa comunidad. Los líderes sabios son llamados a observar los hábitos y prácticas que ya están funcionando en el grupo, cuáles son útiles y podrían ser alentados y cuáles podrían resultar de poca utilidad a largo plazo y podrían ser reemplazados. Pero la dinámica permanece, orar en comunidad, aunque eso varíe de iglesia a iglesia, de pueblo a pueblo, de nación a nación, Entonces vamos a ver cinco lecciones que el autor ha aprendido liderando grupos pequeños de oración en los últimos años, tal vez alguno de ellos sean buenos para una familia, para nosotros como iglesia ¿verdad? y que podamos entonces con ánimo pronto y con la ayuda del Señor saber cómo manejar estas lecciones para que la oración no decaiga, la oración comunitaria no decaiga en nuestro caminar con el Señor. Cinco lecciones vamos a ver. Número uno, mantén la regularidad Eso es lo primero. Debemos de hacer una rutina semanal o quincenal de oración comunitaria. En vez de hacerlo de manera aleatoria, nosotros debemos de planificar un tiempo, un lugar para reunirnos con otros creyentes para orar. Nosotros como iglesia tenemos un día fijo. ¿Qué día es ese para orar? El miércoles es una costumbre, mis hermanos, que se maneja en muchísimas iglesias, principalmente de corte reformado. Entonces usted ve que muchas iglesias reformadas, hasta iglesias bautistas que no son reformadas, pues tienen esa costumbre de reunirse el miércoles para orar. La dinámica varía de iglesia en iglesia y el horario también. Hay iglesias que inician a las 7, hay otras que inician como nosotros a las 8. pero la idea es orar. Bueno, la invitación es que nosotros podamos tener esa regularidad. Nosotros como pastores también nos reunimos para orar. Ya en esta ocasión como pastores pues nos reunimos a orar una vez al mes. pero esa rutina ya está agendada, nosotros la tenemos agendada en un calendario. Ya en estos tiempos yo le he dicho a ustedes que tenemos muchas facilidades como tener un dispositivo electrónico donde usted puede agendar y ya ese dispositivo está programado para que cuatro días antes todos recibamos una notificación. Generalmente ese día de oración es lunes, generalmente jueves, viernes por ahí creo que creo que es el jueves o el viernes no me acuerdo ya yo estoy recibiendo una notificación ya yo sé que para ese lunes hay oración en la noche como pastores todos los meses entonces es mantener la regularidad eso es eso es lo primero no es ah bueno que vamos a ver si nos reunimos en miércoles pero Mejor lo hacemos para otro día. No, mis hermanos. Claro, hay situaciones que escapan a nuestro control que nos pueden llevar a hacer algunos cambios, pero no debe de ser lo normal. Debe de ser lo extraordinario, ¿verdad? Que, ah, bueno, hoy se presentó un evento que no pudimos manejar, entonces vamos a tener que hacer este cambio. Debemos de tener esos hábitos. de oración comunitaria, así como veíamos el domingo pasado que somos llamados a tener hábitos de oración personal, diario, constante, como iglesia esas reuniones deben de llevarse a cabo semanal y como mucho entonces cuando no se pueda quincenal. En el caso de los pastores lo hacemos mensual porque ya también estamos involucrados en la reunión semanal, ¿verdad? Por eso el cambio. Eso es lo primero. Usted debe de hacer un hábito de la oración comunitaria. Usted debe de participar de la oración comunitaria. Usted no puede inventarse excusas. Hay que hacerlo. Y ahora como iglesia entonces también le estamos dando la facilidad que el que está de lejos, el que no puede llegar presencialmente, lo puede hacer, se puede conectar a la distancia. Así que tienen ese desafío por delante las que no asisten, ¿verdad? Yo voy a asistir, o presencial o virtual, pero voy a estar allí. Y siempre en la oración pues todos oramos, todos oramos, que ese es un error que también piensa algunas personas cuando hablamos de la posición que ocupa la mujer en el liderazgo de la iglesia y de una vez asumen de que no pueden hacer nada, que no pueden orar tampoco, no, las mujeres oran también, participan de la oración, a eso el Señor nos llama también, a todos orar. Entonces, ¿qué es lo primero? mantener la regularidad. Hay que hacer un hábito, usted tiene que acostumbrarse a orar comunitariamente. El hecho de que usted ore de manera individual no lo excusa para no orar comunitariamente. Entienda eso. No que yo ore individual, pero claro que hay que orar individual, por eso lo hablamos el domingo. Claro que hay que hacerlo, pero el Señor también nos manda a orar comunitariamente. Una cosa no quita la otra, así que no hay excusa de que yo me quedo aquí orando en mi casa, no, eso no. Está bien, siga orando en su casa, pero venga el día establecido a orar. Mantenga la regularidad de la oración comunitaria. Número dos, comience con la escritura. comience con la Escritura, la oración cristiana más genuina llega en respuesta a la auto revelación de Dios a nosotros mis hermanos, entonces por eso es adecuado comenzar los encuentros de oración comunitaria con algún apoyo en las propias palabras de Dios hacia nosotros leyendo un pasaje o haciendo referencia a algún lugar de las escrituras como una especie de llamado a la oración nosotros inhalamos las escrituras y exhalamos la oración pero primero tienes que inhalar para poder exhalar Entonces ese es un problema mis hermanos que nosotros vemos, ese es un problema que nosotros vemos en algunas iglesias que comienza en el tiempo de oración y luego si hay tiempo hay una predicación. No, la dinámica de la oración comunitaria y personal también es que comenzamos con las escrituras. Entonces, si usted ha participado de algún tiempo de oración aquí en la iglesia, usted se habrá dado cuenta que siempre comenzamos con la meditación de la palabra y luego pasamos a la oración. Si usted no sabía eso, pues está invitado para este miércoles. ¿Qué le parece? Para que lo vea, que es así. Antes de leer el libro ya lo hacíamos así. ¿Por qué? Porque ese es el modelo bíblico. Número tres. limita el tiempo de compartir. Esto quizá que no se da tanto, pero yo sí he visto que en algunas reuniones con los pastores se ha dado ese caso de que la gente comienza a hablar, ¿verdad? Como duramos un mes sin vernos, es como un pequeño reporte de cómo está la iglesia, el hermano fulano está enfermo, el hermano X no ha vuelto a la iglesia, la situación de la iglesia, los recursos están en esta condición, mi familia como pastor está en esta condición, pido la oración por esto, pedimos la oración por esto, entonces no extendemos mucho y entonces se va mucho tiempo compartiendo los motivos de oración y entonces cuando venimos a ver, ay pero ya no queda tiempo porque nos fuimos, duramos muchísimo y eso lo hemos ido arreglando, lo hemos ido arreglando. Vamos a ser puntuales y vamos a presentar lo más breve posible esas peticiones de oración para que ese tiempo de compartir esos motivos de oración sea limitado y así podamos tener más tiempo para orar. Entonces aquí eso no se da ¿verdad? porque generalmente los tiempos de oración que hacemos lo manejamos ya en conjunto como iglesia para orar por la iglesia, pero yo quiero que también como iglesia podamos entonces aprovechar estos tiempos de oración comunitaria para orar por nosotros, comenzar a externar nuestras peticiones de oración, hacerlas públicas. No peticiones especiales solamente, sino peticiones del día a día, que el Señor me dé más fe, que el Señor aumente mi estabilidad económica, para dar un ejemplo. Que comencemos a exponer, ¿verdad?, nuestras peticiones específicas limitándolo en el tiempo. Número cuatro, incentiva oraciones enfocadas. incentiva oraciones enfocadas. El contexto comunitario no es un lugar adecuado para divagar, pone a prueba la atención y la concentración aún en los guerreros de oración más devoto. ¿Qué les estoy diciendo con esto? Que cuando están… vamos a hacer una oración Rachel, vas a orar por esta petición, enfójese en esa petición, en esa petición. Ejemplo, vamos a orar por salud de los que están enfermos, enfójese en eso, en orar por salud de esa persona, porque eso también puede hacer que se extienda mucho la oración. Ahora, usted puede orar con libertad en su casa, en ese momento a solas, en la presencia de Dios. Usted puede orar, usted puede sacar ese tiempo para pedir por todo lo que le venga a la mente en ese momento, pero cuando estamos orando de manera comunitaria, enfóquese en el motivo que se le ha pedido que usted ore. Si no se le pidió que oren por finanza, déjenselo a otra persona. Ahora, si usted quiere que oren por finanza, entonces, cuando estamos compartiendo los motivos de oración, usted diga, mire, yo quiero que oren por finanza. Entonces, ahí lo ponemos en lista. Ahí lo ponemos en lista. Se van a poner esto en lista, ¿verdad? Pero si no le pidieron que orara por finanzas, ore por lo que se le pidió. Ore por salud de alguien, ore por eso. Ore por un despertar, ore por eso. Enfocada, oraciones enfocadas. De gracias al Señor por la respuesta a una oración, porque también cuando Dios responde a la oración, oramos dando gracias. Entonces usted va a orar, gracias Señor porque tu concediste esta petición, porque fue un tiempo en el cual estuvimos orando, en el cual estuvimos pidiéndole al Señor y tu tuviste misericordia de nosotros y nos concediste esto, orando específicamente, dándole las gracias por lo que has recibido. Oraciones enfocadas. Número 5. Ora sin espectáculo pero ten en cuenta a los demás. Ora sin espectáculo pero ten en cuenta a los demás. La oración comunitaria no es para impresionar a otros sino que es para reunirnos con otros en nuestras alabanzas, oraciones, confesiones, agradecimientos y súplicas, que son los pasos que hablamos el domingo pasado. Si no se acuerdan, pues le invito a que pueda ver el video. Entonces, debe de estar enfocada. Acuérdese que venimos juntos en humildad Y oramos, la oración comunitaria es para ser oída por los que nos rodean, porque también los que nos rodean, como dice la palabra, van a poder decir el amén a nuestra oración. Entonces no es solamente yo voy a orar bajito, la oración comunitaria es para que los demás escuchen pero sin hacer, como se dice, un espectáculo de esa oración para que la gente vea que yo sí tengo muchas palabras para orar, que yo soy una persona inteligente y yo sé cómo orar al Padre y esto no es eso. No es para promover el ego de la persona que está orando, sino para que el que está escuchando sea motivado también a aprender, si aún no ha aprendido a orar, Por eso es que también la oración comunitaria es importante para nuestra salud espiritual, porque yo aprendo a cómo orar a través de escuchar a otras personas orando. Nunca yo voy a aprender a orar si yo no tengo ese tiempo para escuchar a otros orando. Entonces también vemos personas que su léxico de oración es muy corto, rápido, acabe. ¿Por qué? Porque no sacan esos tiempos para orar. con otros hermanos. Esa oración comunitaria siempre es bueno que entendamos que no solamente se dirige a Dios, sino que tiene en cuenta a quienes están allí orando en conjunto y que todos estamos orando. Lo que sucede es que hay uno que está orando en voz alta, pero los demás estamos orando en nuestra mente, escuchando la oración y diciendo el amén a esa oración. Padre suple necesidad a fulano y yo estoy aquí, estoy escuchando a esa persona que está hablando y digo amén. Estoy afirmando, ¿verdad? Amén, sí señor. Estoy afirmando que yo estoy de acuerdo con esa oración que está elevando en voz alta a esa persona aunque yo no lo estoy haciendo con mis labios. Pero en ese momento sí digo amén. Reafirmo eso. Así es. Sí señor. Amén. Reafirmamos esa verdad que está elevando al Padre esa señora o ese señor. Entonces la oración en comunitaria es para ser escuchada por los demás pero sin hacer alarde, sin caer en ese pecado de que por muchas palabrerías que yo eleve al Padre el Señor me va a escuchar más. Y siempre cuando oramos debemos en esa oración comunitaria, acuérdense estamos hablando de oración comunitaria, la oración individual la hablamos el domingo pasado, hoy es oración comunitaria, cuando elevamos al Padre esa oración comunitaria siempre tenga pendiente orar en plural, plural, nosotros, nuestro, estamos aquí en tu presencia Señor, oramos pedimos de misericordia de este Señor y nosotros queremos que tú seas con Él. Es decir, siempre incluya a los demás en la oración, incluya a los demás en oración. ¿Cómo? Haciendo la plural, la oración comunitaria. La individual en su casa a solas en el aposento, usted la hace, Señor yo te pido, ayúdame, guíame, es decir, lo hago personal, yo, porque yo estoy a solas con el Señor, pero en comunidad oramos en plural, nosotros, nuestros, etc. Muy bien, entonces, mis hermanos, esta es la primera parte de este capítulo 9, Ora con constancia y en comunidad, esta es la primera parte. Por razón de tiempo he querido dividirlo en dos secciones, entonces el próximo domingo, con el favor de Dios, vamos a tener la segunda parte de esta primera sección. La invitación, mis hermanos, es que consideremos esto, que regresemos al estudio, que regresemos a las grabaciones, que podamos entonces volver y degustar lo que hemos aprendido y cualquier cosa que se nos haya escapado. Vamos a dejarlo hasta acá y si hay alguna pregunta este es el momento en que usted puede participar con sus inquietudes, sus preguntas y sus dudas.
Cinco consejos para la oración en comunidad
Series Hábitos de GRACIA
El punto culminante de la oración que permea toda la vida, fuera de la puerta del aposento, es orar en conjunto con otros cristianos. Organizar una oración con otros requiere más energía que una oración susurrada en el trajín del día. Pero cada gota de esfuerzo vale la pena
Si te interesa conocer más acerca de este tema, te invitamos a que te comuniques con nosotros
Sermon ID | 84242250571412 |
Duration | 56:32 |
Date | |
Category | Bible Study |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.