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viajes y todas sus actividades normales así que hoy le tocó predicar en Ecatepec y nosotros vamos a a seguir avanzando en el libro de Eclesiastes con la ayuda de Dios si recuerdan llegamos hasta el versículo 6 del capítulo 7 en el mensaje anterior cubrimos mucho terreno Pero el texto clave fue Eclesiastes 6, 9 que dice que mejor es lo que los ojos ven que el divagar del deseo. Eso significa que es mejor enfrentar la realidad de la vida que ignorarla. Es mejor reconocer las realidades eternas que soñar con que no existen. Es mejor enfrentar el lado serio de la vida, la realidad de la muerte, las tristezas, los pesares, y la realidad del pecado en nuestro mundo, la realidad de nuestro pecado, que tomar todo esto a la ligera, como pensando que si no le hago caso, no existe, no pasa nada. Y vemos que la única manera correcta de enfrentar estas realidades eternas es hallarnos en Cristo. Si nos hallamos en Cristo, estamos listos para morir y estamos listos para vivir realmente. Los creyentes leímos que ciertamente no nos acordaremos mucho de los días de nuestra vida, o sea, no nos pesará vivir bajo el sol, ya que Dios nos mantendrá ocupados con la alegría de nuestro corazón. ¿Se acuerdan de eso, no? Hoy vamos a avanzar un poco más en el capítulo siete, pueden ir buscando ahí si quieren para leer. Originalmente pensé que iba a cubrir todo el capítulo 7 lo que resta pero no vamos a hacerlo hay muchas cosas aquí que merecen nuestra atención así que hoy vamos a ver desde el versículo 7 hasta el 14 del capítulo 7 y vamos a leer de una vez antes de antes de orar y pedir la ayuda de Dios 7.7 ciertamente la opresión entontece al sabio. Y el soborno corrompe el corazón. Mejor es el fin del asunto que el comienzo. Mejor es el espíritu paciente que el de espíritu altivo. No te apresures en tu corazón a enojarte porque el enojo reposa en el seno de los necios. No digas, ¿a qué se deberá que los tiempos pasados fueron mejores que estos? pues no es la sabiduría la que te hace preguntar sobre esto mejor es la sabiduría con herencia y es una ventaja para los que ven el sol porque la protección de la sabiduría es como la protección del dinero pero la ventaja de conocer la sabiduría es que da vida a los que la poseen considera la obra de Dios Porque ¿quién podrá enderezar lo que él ha torcido? En el día del bien, goza del bien, y en el día del mal, considera que Dios hizo tanto lo uno como lo otro a fin de que el hombre nada halle después de él. Vamos a pedir la ayuda de Dios antes de continuar. Padre, gracias por tu palabra. Gracias por traernos aquí el día de hoy. Te pedimos, Señor, que quites de nuestras mentes todo interés terrenal, toda distracción. Te pedimos que nos ayudes a dedicar este tiempo verdaderamente a ti, a tu palabra, que abras nuestros corazones, nuestras mentes, y que nos enseñes señor y nos transformes por medio de tu palabra señor tenemos mucho que aprender acerca de la paciencia y el contentamiento fallamos mucho en estas virtudes te rogamos señor que tu palabra nos muestre el día de hoy tanto nuestras fallas como lo que dice tu palabra y como podemos ser más santos, ser más como Cristo. Pedimos que nos moldees, nos transformes, que ayudes al que va a hablar, Señor, porque yo no puedo convencer a nadie. Dependemos gozosamente de Ti. Enséñanos, ayúdanos. Te rogamos en el nombre de Cristo Jesús. Amén. Esta es otra de las lecciones del libro de Eclesiastes que, otra de las secciones, que nos recuerdan mucho al libro de Proverbius y notaron cuando estábamos leyendo, a primera vista parece que hay muchos saltos. Parece que Salomón brinca de un tema a otro y eso a veces nos dificulta ver cuál es el tema central o cuál es el hilo conductor de una sección como esta. Pero sí hay. Si hay un hilo conductor, si hay un vínculo general en esta sección y buscaré mostrárselos con la ayuda del Dios. El hilo o los hilos conductores aquí son la paciencia y el contentamiento como escribimos aquí en el Pintarrón. En estos versículos encontramos consecuencias, encontramos las consecuencias, o el efecto de la falta de paciencia y la falta de contentamiento. Paciencia y contentamiento son cosas que van de la mano, están muy relacionadas, son muy cercanas, son prácticamente sinónimas, no son sinónimas pero casi. No puedes tener la una sin la otra. Y sabemos por la palabra que para el creyente tanto la paciencia como el contentamiento son cosas necesarias, esenciales. Déjenme decir esto, tú no vas a llegar al cielo hasta que hayas aprendido algo acerca de la paciencia y el contentamiento. Sabemos que Dios no nos lleva al cielo antes de que hayamos aprendido aquí lo que tenemos que aprender. Estas son dos de las lecciones más esenciales. Si no hemos aprendido lo suficiente acerca de esto, aquí vamos a seguir hasta que Dios, hasta que nosotros aprendemos y Dios termine de enseñarnos esto. Dios quiere que aprendamos ambas cosas en nuestro paso por este mundo. Les voy a leer como para introducir, para poner el tono de este mensaje podemos leer en Hebreos 10.36 Hebreos 10.36 y en Primera Timoteo 6.6 Primera Timoteo 6.6 Hebreos dice 10.36 dice porque os es necesaria La paciencia, o sea, tener paciencia para el creyente no es algo opcional, aprender la paciencia no es algo opcional. Os es necesaria la paciencia para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Es necesaria la paciencia para obtener las promesas de Dios, para hacer la voluntad de Dios. Y leemos en 1 Timoteo 6.6 grande ganancia es la piedad con contentamiento. O sea, algo muy valioso, algo muy deseable es la piedad, que se refiere básicamente a la santidad, a temer a Dios, con contentamiento. Si conoces a Cristo, una parte muy importante de lo que Dios te está enseñando en tu paso por este mundo son estas dos cosas. esperar el tiempo de Dios y contentarte con la voluntad de Dios. Ahora, estas dos cosas no las tiene el hombre por naturaleza. ¿Alguno de ustedes conoce algún bebé que nació con paciencia y contentamiento? Yo no. Yo no nací con eso. Nadie de ustedes nació con eso. Desde pequeños somos todo lo opuesto a pacientes, todo lo opuesto a contentamiento, contentarnos. Así que lo que vamos a ver hoy va en contra de nuestra naturaleza. Hemos visto a lo largo del libro que la verdad de Dios a menudo va en contra de lo que esperábamos o esperaríamos. A menudo va en contra de nuestra forma natural de pensar. Lo vimos en el mensaje pasado, ¿se acuerdan, no? Mejor el día de la muerte que el día de nacimiento. Mejor ir a la casa de duelo o la casa de luto que a la casa del banquete. Necesitamos sabiduría de Dios. Una sabiduría mayor que la nuestra, mejor que la nuestra, para ver y evaluar este mundo y todo lo que nos pasa en este mundo. De eso se trata la paciencia. De eso se trata el contentamiento, mantener en toda situación una perspectiva centrada en Dios, teocéntrica, bíblica, de todo lo que nos pasa y todo lo que nos rodea. Ahora, vivir con paciencia y contentamiento nos traerá muchos beneficios, nos trae bendiciones, y nos protege de trampas nos protege de caídas como la que está aquí al principio de nuestro pasaje en el versículo 7 la tentación de oprimir o abusar de otros y la tentación de pedir o exigir algo a cambio de lo que es nuestra responsabilidad lo que ya teníamos que hacer 7.7 ciertamente Ecclesiastes 7,7. Ciertamente la opresión entondece al sabio. La versión en inglés dice, enloquece al sabio. Y el soborno corrompe el corazón. Ya hemos visto, Salomón ya nos ha hablado antes acerca de este tema de la opresión y los abusos de poder. Aparentemente pensaba mucho en esto. como Rey de Israel, posiblemente lo veía mucho en las naciones y los gobernantes de las naciones que lo rodeaban, posiblemente le requería mucho esfuerzo frenarlo y matarlo dentro de su propio reino, frenar abusos, frenar opresión, posiblemente él mismo se veía tentado a oprimir y a exigir demasiado de sus súbditos. Yo creo que sí, él mismo estaba tentado, y vamos a ver que todos estamos tentados a esto. Si recuerdan en Primera de Reyes, no vayan ahí, pero en Primera de Reyes, el pueblo le pidió a su heredero, ¿se acuerdan?, a su hijo, Roboam, que hiciera que redujera el yugo y la dura servidumbre que les había impuesto su papá, Salomón. Entonces, sin duda, Salomón mismo estaba tentado a esto. Ahora, sea cual sea la razón por la que repite aquí el tema, Salomón estaba muy consciente de esto, de los peligros, de las tentaciones que produce el poder. Hay una cita famosa, que seguro todos conocen, de Lord Acton, que dice, el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente. Salomón entendía ese peligro, y lo toca varias veces en este libro. Pero lo que cambia en este versículo 7 es que, a diferencia de versículos anteriores que hablan en general del mal de la opresión o de cuál debe ser nuestra reacción ante los abusos de poder, éste habla de la tentación de abusar que les viene a aquellos que tienen poder. Y eso es lo que quiero que subrayen. Esto aplica a cualquiera de nosotros. Este versículo, esta tentación aplica a cualquiera de nosotros. En la medida que lleguemos a tener poder en cualquier esfera de la vida, seremos tentados a abusar. Ahora, tengo que mencionar esto porque hay muchos comentaristas que interpretan el versículo como refiriéndose al efecto que tiene sobre los sabios simplemente ver la opresión. El efecto que tiene sobre un sabio ver que alguien es oprimido o que un pueblo es oprimido. Pero eso contradice lo que ya hemos visto sobre el tema. Hemos visto que Salomón nos dice, si observas en una provincia la opresión de los pobres y la privación del derecho y la justicia, ¡no te asombres! ¡No te asombres! No te sorprendas por ello. Entonces, ¿el sabio enloquece ante simplemente ver abusos de poder? ¿Ante ver que otros son abusados, que pueblos son oprimidos? No. El mismo Salomón manda, no te sorprendas. No le des más importancia de lo que debes. No te sorprendas de que en este mundo haya abusos y opresión. Entonces, eso no enloquece al sabio. ¿Le molesta? Sí, claro. Claro que le molesta. Es uno de los aguijones de la vida en este mundo. Pero el sabio sabe que la opresión y los abusos de los gobernantes de este mundo no escapan de la mano de Dios. Eso también ya lo leímos. ¿Por qué? Porque al alto lo vigila uno más alto. Y hay alguien, ¿quién es ese alguien? Dios, aún más alto que ellos. O sea, Dios vigila a todos los gobernantes de este mundo y los va a llamar a cuentas al final. Entonces, en nuestro versículo 7 del capítulo 7, Salomón no está hablando del efecto que produce ver opresión y abusos, está hablando de la tentación que tenemos todos a abusar de los que están bajo nuestra autoridad. dice que abusar, oprimir entontece, enloquece es decir, el que era sabio, deja de ser sabio se entontece cuando abusa de otros y luego en la segunda mitad del versículo dice que buscar sobornos corrompe el corazón el que estaba bien motivado el que estaba bien motivado en lo que estaba haciendo, al recibir un soborno, deja de estarlo. Deja de estar bien, bien motivado. Ya no lo está cuando empieza a esperar cosas que no le corresponden a cambio de lo que era su obligación. Ahora, ¿cuál es la aplicación para todos nosotros? No quiero que lo apliquen o que vean esto sólo en términos de gobernantes, sólo en los que tienen un cargo muy alto, un puesto muy importante, el presidente, el presidente municipal, el comandante de la policía, no, no lo vean sólo en términos de eso. El texto no dice gobernantes, lo que dice es que un sabio. Un hombre sabio, la persona que sea, puede caer en la tentación de oprimir, de exigir de más, o en la tentación de esperar algo más, sólo por realizar lo que le tocaba hacer, sólo por realizar su obligación. Ciertamente la opresión entontece al sabio y el soborno corrompe el corazón. Ahora, prácticamente todos, tenemos alguna medida de autoridad en algún momento de la vida, en alguna esfera de la vida. Puede ser que alguno de nosotros sí tenga autoridad en algún área, algún puesto del gobierno, o en el trabajo, en un equipo, en nuestro trabajo, en donde sea, en un proyecto. en la casa, todos tenemos alguna medida de autoridad en algún lugar, todos. Hasta de niños nos llega cierta autoridad sobre nuestros hermanos, por ejemplo. En cualquier caso, en cualquier situación donde tengamos autoridad sobre alguien, puede surgir la tentación de abusar de quienes están a nuestro cargo, exigir de más. o pedir a cambio, pedir algo a cambio de hacer lo que es nuestra obligación. De niños, se iban nuestros papás y nos asignaban una tarea, ¿no? Yo supongo que todos vivieron esto. Limpiar la casa, por ejemplo. Hijo, vamos a salir al súper, queremos que limpien la casa, tú te quedas a cargo. Y pobre de ti si regresamos y la casa no está limpia. ¿No? ¿Qué hacíamos? Niños, nada de sabiduría. Cerraba la puerta. Vamos a trabajar muchachos. A ver, tú vas a hacer esto, tú vas a hacer aquello. empezamos a dar órdenes, ¿no? Pónganse a trabajar. Luego, luego, caíamos en la tentación. O sea, un niño puede caer en la autoridad de oprimir a sus hermanos, si le dan tantita autoridad. O sea, esto está en todos lados. Desde pequeños está esta tentación. Desde pequeños está la tentación de pedir o esperar algo indebido a cambio de hacer lo que nos toca. Cuando ves a dos niños, a dos hermanos, y uno le pide un favor a otro, o le pide ayuda, ¿cuál es la respuesta casi automática? ¿Qué me das? Si lo hago, ¿qué me vas a dar? A cambio, ¿no? Te está pidiendo un favor, deberías de ayudarle, pero como niños, ya sabemos todo acerca de los sobornos, acerca de las mordidas, Por eso es un grave error estar siempre sobornando a los hijos a cambio de su obediencia. Vean, eso no significa que no podamos recompensar a un niño cuando hace algo bien, pero si la forma de lograr la obediencia del niño es, haz esto y al rato vamos al parque. Haz esto y al rato te compro un helado. Haz esto y al rato te voy a dar algo. Los estamos programando mal desde pequeños. Deben aprender a hacer su deber porque su papá lo dice. Porque su mamá lo dice. No porque al rato lo van a recompensar o no. deben de aprender a hacer su deber, a obedecer a sus padres y a Dios, sin esperar algo más. Ahora, ¿estas dos tentaciones desaparecen siendo adultos? ¿Los superamos rápido y a los ya por ahí de los 11, 12, ya no hay nada de eso? Por supuesto que no. En el trabajo es una tentación real para los jefes siempre estarle cargando la mano de masa a sus subordinados. Yo conozco muchos casos de jefes que no hacen nada y solo son los de abajo en la cadena de mando que hacen todos, todo. Ellos nada más están constantemente yendo por un café, platicando, nunca están en su oficina, nunca están haciendo nada, nunca están contestando correos. Hay que perseguirlos para cualquier autorización. Es una tentación real para los jefes abusar. Es una tentación real para todos esperar algo más por lo que deberíamos de hacer. Es nuestra obligación. Tenemos que hacerlo, pero queremos algo más. No sé ustedes, pero a mí en el trabajo constantemente me están diciendo, me debes un café. ¿Me debes una comida? ¿Le pido algo a alguien? Ok, pero te va a costar una comida. O sea, es tu trabajo, maestro, de cómo que me va a costar una comida. Tienes que hacer lo que tienes que hacer. Pero permea esta idea de que si hago bien mi obligación, me debes algo. No puedo simplemente hacer lo que me toca ya. Tengo que sacar provecho. Ahora en el gobierno, en las burocracias, sabemos de primera mano cómo funcionan las cosas, ¿no? Vas a sacar un permiso, no quieres dar mordida, no quieres dar soborno, y te lo van a dar en tres años en lugar de tres semanas. Quieres que procesen tu pago, tu trámite a la velocidad normal, a la velocidad correcta, lo que debiera de ser. Mejor llega con algo. o ni lo pienses, ¿no? Salomón nos dice que hasta un hombre sabio puede estar tentado a caer en esto, y dice que traerá consecuencias a su vida. Todos podemos caer en la tentación de exigir más de lo justo de quienes están trabajando con nosotros, para nosotros. todos podemos caer en la tentación a pedir o esperar algo a cambio de realizar lo que es nuestra obligación, lo que es nuestro deber, y nos traerá consecuencias. Dice Salomón, no se entontece, corrompe el corazón. Ahora, dijimos que el hilo conductor de esta sección es la paciencia y el contentamiento. ¿Qué tienen que ver esas dos cosas aquí? Vivimos en esta cultura en estos tiempos donde todo se quiere para ayer, todo es para ayer. Y no estoy diciendo que el opuesto sea bueno, yo entiendo que a veces Algunos jefes piden todo para ayer porque también sus equipos son flojos y no quieren hacer las cosas como deben de hacer. Las tareas, los trabajos, los reportes no deberían de tardar tiempos desmedidos, pero no estamos concentrándonos en eso. La cultura laboral actual es todo es para ayer. Así que quienes tienen autoridad están tentados a oprimir, a abusar de sus subordinados para obtener tiempos y resultados irreales, innecesarios, todo es una emergencia, todo tiene que salir hoy, aunque salgas a la hora que sea, aunque te duermas ahí, no me importa, pero tiene que salir ya. Exigen, o tal vez exigimos, de nuestros subordinados que vivan para el trabajo. ¿Qué es eso? Falta de paciencia. Falta de paciencia. Podemos estar tentados también, todos, a abusar de otros por impaciencia. Queremos todo ya. o por falta de contentamiento. Muchos jefes, en el momento que les dan un equipo de trabajo o en el momento que tienen autoridad en cualquier esfera, lo ven de, esta es mi oportunidad de beneficiarme de alguna manera. Me voy a beneficiar. Es como un atajo para impulsar mi carrera, impulsar mi imagen, impulsar mi éxito. Hay quien exprime al máximo los que están a su cargo por su falta de contentamiento, con el puesto que tienen ahora, con el sueldo que tienen ahora, tienen que subir, tienen que obtener más poder, más éxito. No contentarnos con la recompensa que ya tenemos por nuestra labor, sea monetaria o simplemente la gloria de Dios, es un pecado. Debemos de contentarnos. aprender a contentarnos. Si no nos contentamos, si esperamos más, corrompe el corazón, según nuestro texto. Resulta en que ya no hacemos las cosas motivados correctamente. Por amor a Dios y por amor al prójimo. Siempre estamos viendo, ¿qué me vas a dar? ¿Cuál es el beneficio para mí? ¿Qué puedo tener? Y eso es falta de contentamiento. Ahora vamos al versículo 8, 7-8. Mejor es el fin del asunto que el comienzo. Mejor es el de espíritu paciente que el de espíritu altivo. No te apresures en tu corazón a enojarte porque el enojo reposa en el seno de los necios. Aquí empieza a quedar un poco más claro el hilo conductor de este pasaje. paciencia y contentamiento nos guardarán del orgullo y del enojo. Vean como están ligadas estas cosas, nos guardarán del orgullo, de la impaciencia, del enojo. Estos tres pecados van de la mano. Llevan el uno al otro, son como una cadenita. Un espíritu altivo pensar que soy más de lo que soy pensar que soy más importante que otros lleva a un espíritu impaciente. Pensar que yo soy más importante de lo que realmente soy lleva a un espíritu impaciente. Y la impaciencia lleva al enojo. Yo soy muy importante Mi tiempo es muy importante y yo no puedo estar esperando. No tengo tu tiempo. Pienso mucho de mí, me impaciento y me enojo. No tengo tiempo para esperar a otros. No tengo paciencia para los errores de otros. Una de las formas más fáciles de ver cómo andamos en esto de la paciencia es cómo reaccionamos cuando alguien se equivoca. Y más si es alguien cercano, en la casa, nuestra esposa, nuestros hijos. ¿Cómo reaccionamos? ¿Nos enojamos luego, luego? ¿Regañamos luego, luego? ¿No tengo paciencia para los errores de otros? Si me obligan a soportar las tardanzas y los errores de otros, si me estorban, ¿me voy a enojar? Salomón está contestando estas actitudes, está contestando la impaciencia que domina nuestros días. Dice, mejor es el fin del asunto que el comienzo. No todo tiene que estar ya. Eso valdría la pena recordarlo todos los días. No todo tiene que estar ya. No siempre hay que tener gratificación instantánea. Hay que tener la paciencia para cerrar bien las cosas. Para llegar a la meta. Hoy día, ¿cómo son las cosas? Me cambio de trabajo como me cambio de celular, ¿no? Cambio de pareja como cambio de cepillo de dientes o cambio de amigos como cambio de cepillo de dientes. Siempre estoy impaciente por lo que sigue. No puedo terminar de leer un libro. No puedo cumplir compromisos a largo plazo. Siempre quiero algo nuevo. Quiero cambios constantes. Quiero experiencias nuevas. Falta de paciencia. Falta de contentamiento. Siempre quiero el comienzo, estoy hambriento por el comienzo, pero no puedo esperar hasta el final. Versículo 8. Mejor es el de espíritu paciente que el de espíritu altivo. El de espíritu paciente es el que reconoce, yo no soy el centro del universo. Yo no tengo que ir siempre en primer lugar. No tengo que ser la prioridad número uno de los demás. Ni siquiera tengo que ser mi prioridad número uno. Eso sería algo inaudito para algunas personas pensar en eso. Yo no tengo que ser mi prioridad número uno. Dios dice que no. Nosotros no somos nuestra prioridad número uno. Yo no existo sólo para mí. Sí puedo ser el que sirve en lugar del que es servido. Yo soy solo un jugador, no soy el equipo. No se acaba el equipo si no estoy yo. Dios sabe mejor que yo lo que necesito. El espíritu paciente puede esperar al tiempo de Dios. Versículo 9. No te apresures en tu corazón a enojarte, porque el enojo reposa en el seno de los necios. el que siempre está enojado, el que es pronto en enojarse, por la tardanza de otros, porque las cosas no van al ritmo que quiere, porque otros no tienen la misma escala de prioridades que yo, porque otros no entienden, simplemente no entienden. Es un necio. La Biblia dice que es un necio. Su pronto enojo es un síntoma de su espíritu altivo y de su impaciencia. Leemos en Proverbios, ciertamente la soberbia producirá contienda, pero con los que admiten consejos está la sabiduría. 13.10 14.29 El que tarda en airarse tiene mucho entendimiento, pero el espíritu apresurado hace resaltar la insensatez. Ahora, esto tampoco se vuelve una excusa ni una cobija para los negligentes, los irresponsables, los que desperdician el tiempo de otros, pero no estamos hablando de eso hoy, ese es otro mensaje, ese sería el mensaje sobre la impuntualidad, sobre la falta de amor por otros. Paciencia, contentamiento, Estar contentos con lo que Dios nos ha asignado nos guardarán del orgullo, nos guardarán del enojo. Son una vacuna contra estas cosas. Sigamos en el versículo 10. Eclesiastes 7.10. No digas a qué se deberá que los tiempos pasados fueron mejores que estos. pues no es la sabiduría la que te hace preguntar sobre esto. Lo más natural para el hombre es estar descontento con sus circunstancias actuales. Siempre estar viendo para adelante o para atrás. Esperamos que mañana sea mejor que hoy y afirmamos que ayer fue mejor que el ahora. Sea eso verdad o no. Nos invade la nostalgia Escuchamos todo el tiempo, ¿no? Ojalá que todo fuera como cuando llenen ahí el espacio. Como cuando éramos niños. Como cuando estaba fulanito, fulanita con nosotros, etc. Pero Salomón nos dice, no es la sabiduría la que nos hace pensar así. Hay un antídoto para esto. A Dios no le agrada que estemos siempre pensando que el pasado fue mejor que el hoy. Y no necesitamos más prueba de eso que los israelitas en el éxodo, ¿se acuerdan? ¿Cuántas veces, ojalá que estuviéramos de vuelta en Egipto? ¿Estábamos mejor? No estaríamos, esa es otra frase diferente. ¿Estábamos mejor en Egipto? Nosotros debemos de vivir así, imitando a Israel, mirando hacia atrás, con esta actitud, siempre viendo hacia atrás, eso no agrada a Dios. Ahora, alguno puede decir, bueno hermano, yo no deseo regresar a mi juventud, no deseo regresar a mis viejos días, pero ojalá que todo fuera como en tiempos de Spurgeon. Ojalá que yo viviera en los tiempos de Spurgeon. Y vean, es interesante que todas las generaciones siempre han pensado que los tiempos pasados fueron mejores. Siempre todos piensan lo mismo. Si se ponen a leer sermones de hace 100 años o 200 años, adivinen qué van a encontrar. autores, pastores, lamentándose de la maldad de sus tiempos y deseando que regresáramos a tiempos donde se temía a Dios, ¿no? Pero, ¿qué es lo que hemos visto en Eclesiastes? Que no hay nada nuevo debajo del sol, el destino eterno de los hombres sigue siendo solo uno de dos lugares. Leímos en el quinto mensaje, aquello que fue ya es, y lo que ha de ser ya fue. Dios recupera lo que ya pasó. Las respuestas de las preguntas trascendentales de la vida son las mismas hoy. Hace mil años, doscientos años, son las mismas hoy a cuando escribió este libro Salomón. Dios te puso en el tiempo y en la época que Él quiso. Tu lugar no es desear que te hubiera puesto en otro tiempo. Tu lugar es servirle aquí. Tu lugar es servirle en el aquí y el ahora. Eso es lo que nos debe de preocupar. Dios no se equivocó en tu fecha de nacimiento y es vanidad estar pensando que sí. Matthew Henry da el siguiente comentario sobre este versículo. Dice, Dios ha sido siempre bueno y los hombres siempre malos. Si en algunos aspectos nuestros días son peores que los de antaño, probablemente en otros son mejores. ¿Cuál es la conclusión? Vivimos en el 2018 porque Dios quiso. Debemos encontrar contentamiento en el tiempo en el que nos puso, en el lugar en el que nos puso, en sus propósitos, en su providencia. no en nuestras circunstancias. De eso se trata el libro de Eclesiastes. Encontrar tu contentamiento en Dios, no en tus circunstancias. Versículo 11, Eclesiastes 7, 11. Mejor es la sabiduría con herencia. Otras versiones dicen, mejor es la sabiduría que una herencia. Y es una ventaja para los que ven el sol. Por medio de la sabiduría hay una ventaja para los que viven bajo el sol. Porque la protección o el escudo de la sabiduría es como el escudo del dinero. Pero la ventaja de conocer la sabiduría es que da vida a los que la poseen. Ahora, llegamos a estos dos versículos que hablan de la sabiduría y de las ventajas o los beneficios que trae. Lo primero que tenemos que notar es el tipo de sabiduría de la que está hablando aquí Salomón. No está hablando simplemente de sabiduría terrenal. No es sólo sabiduría para tomar una decisión en el trabajo. No es sólo sabiduría para tus decisiones cotidianas en la vida. Para hacer una compra. para manejar algún problema. Dice el versículo 12 que esta sabiduría da vida a los que la poseen. Es decir, Salomón está hablando de sabiduría espiritual. Y multitudes de personas hoy día no tienen tiempo, no tienen paciencia para buscar la sabiduría de la que habla aquí Salomón. Lo más que llegan a hacer es buscar unos días. o unas horas, un ratito. Buscar a veces cuando están pasando por algo difícil, buscar cuando les sobra tiempo, cuando no hay algo más importante que hacer. Pero si entendieran la ventaja, lo que el versículo llama la herencia que trae la verdadera sabiduría espiritual, la buscarían y la buscarían y la buscarían hasta encontrarla. entenderían que es lo más valioso que existe. Uno de los versículos más conocidos del libro de Salmos es, enseñanos a contar nuestros días de tal manera que traigamos al corazón sabiduría. Dios quiere que dimensiones tu vida, que hagas la cuenta, que cuentes tus días, que cuentes tu tiempo sobre este mundo. y te des cuenta de lo corto que es tu tiempo bajo el sol y que vivas de tal manera que hagas lo más importante en ese corto tiempo que tienes que vivas de tal manera que hagas lo más importante traer a tu corazón sabiduría espiritual que no dejes pasar tu vida sin conocer la sabiduría de Dios que es Cristo según la Palabra, según el Nuevo Testamento, 1 Corintios. Por Él, o sea, por la gracia de Dios, estáis vosotros en Cristo, a quien Dios hizo para nosotros sabiduría, sabiduría. ¿Cuántas personas conoces que andan por esta vida apresurados y no tienen tiempo, no tienen paciencia para las cosas de Dios? para buscar a Dios, para buscar a Cristo. Tal vez tú estás igual, no tienes tiempo para la sabiduría de Dios, no cuentas tus días, no ves lo corto que es tu vida, de tal manera que traigas sabiduría a tu corazón. Y vean, esto aplica también a creyentes. La búsqueda de sabiduría de un creyente no acaba cuando conocemos a Cristo, apenas comienza. leemos en romanos 11.33 vamos a leer todos juntos romanos 11.33 por favor dice ¡Oh, la profundidad de las riquezas y de la sabiduría del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprendibles son sus juicios e inescrutables sus caminos! Pero ¿cuántos de nosotros no tenemos paciencia para un sermón largo? ¿No tenemos paciencia para oración diaria, para devocionales diarios? para estudio profundo de la palabra, para asistir a una reunión de oración o un estudio entre semana. No tenemos tiempo para esas cosas. Hermanos, escuchen esto. Las cosas espirituales no son apresuradas. Las cosas espirituales no son a prisa. Dios no nos bendice, no nos ayuda a crecer si estamos siempre a prisa con sus cosas, para que no me quite mucho tiempo. Siempre orando a prisa, siempre leyendo la palabra de Dios a prisa, o simplemente no haciéndolo, ¿no? Cristo cuando sus padres lo buscaron, ¿se acuerdan? Desesperadamente porque se quedó hablando con los doctores de la ley en Jerusalén. ¿Qué les dijo a sus padres en Lucas 2? ¿Se acuerdan? Él se quedó ahí, sus padres se salieron pensando que estaba con algún familiar, algo así, se dieron cuenta días después que no estaba con ellos, regresaron apanicados, por fin lo encuentran en el templo, ¿Lo regañan? Y Cristo les contesta ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que en los asuntos de mi padre me es necesario estar? Y vean, Cristo pecó cuando hizo esto. ¿No? ¿No pecó? Fue sin pecado Cristo. No fue incorrecto lo que hizo. Y lo más interesante es lo que dice en el último versículo del capítulo, dice que Jesús crecía en sabiduría y en estatura y en gracia. Otras versiones dicen en favor para con Dios y los hombres. Buscar sabiduría espiritual, dedicarle el tiempo que requiera, te va a traer una bendición, y Cristo mismo buscaba esa bendición. Cristo estaba dispuesto a dedicar el tiempo que tuviera que dedicar. Lees tu Biblia en tu casa, 5, 10 minutos y sientes que no te llevaste nada, hay que dedicarle más tiempo. Hay que luchar, hay que esforzarse hasta que pase algo. Y no estoy hablando de llevarnos sólo por lo que sentimos, pero si no somos edificados, si no llegamos a una comunión verdadera con Dios en nuestra vida de oración, en nuestra vida de lectura y estudio, hay personas que me dicen, híjole, cómo me cuesta trabajo orar. La única cura para eso es orar y orar y orar y orar y orar hasta que cambien las cosas. pedir y pedir y pedir hasta que empieza a pasar algo real pero muchas personas se quedan con que no paso nada bueno voy a lo siguiente de verdad hay personas que pasan años así Tienes que luchar por encontrar una comunión verdadera con Dios. No puedes contentarte con un esfuerzo ahí a medias aprisas, sin paciencia, no pasó nada, bueno, ni modo. Siguiente, ya cumplí. De eso no se trata. Busquemos. Lo real. Busquemos sabiduría espiritual como la buscaba Cristo. Crecer en el favor de Dios. ¿Tenemos paciencia para eso? ¿Estamos buscándolo como lo que es? ¿Estimándolo con el valor que tiene? Salomón hablaba de esto y decía que la sabiduría es como una herencia. Algunas lecciones dicen mejor que una herencia. Y por medio de ella hay ventaja para los que ven el sol. La sabiduría es como la protección, el escudo del dinero. Este pasaje es bien interesante, vamos a ver qué significa eso. ¿De qué está hablando? ¿El dinero puede fungir como un escudo, como una protección en la vida? ¿Sí? Aunque la Biblia advierte una y otra vez que no confiemos en ese escudo, que no busquemos ese escudo, que no sea la mira de nuestras vidas, pero es cierto que el dinero te puede facilitar la vida. Hay personas que dicen, no, el dinero te puede sacar de cualquier aprieto. Bueno, depende con quién es el aprieto, con los hombres o con Dios. Con los hombres puede ser que sí. Y por eso muchos lo buscan, y por eso confían en él. Pero vean, el dinero no te puede sacar de aprietos espirituales. Nunca. El dinero no compra la vida eterna. Y Salomón dice, esa es la diferencia respecto a la sabiduría espiritual, la sabiduría de Dios. Dice, la ventaja de conocer la sabiduría es que da vida. a los que la poseen. O sea, es un escudo, es una ayuda en tu vida, buscar la sabiduría y encontrarla. La sabiduría espiritual te va a ayudar en muchas situaciones. Va a ser un gran beneficio, pero no solo eso, tiene un beneficio mucho más grande. Da vida. Una versión dice, la sabiduría excede al dinero en que da vida a los que la poseen. Pero vean, ¿cuántos, tal vez nosotros, entre nosotros haya quienes estamos más interesados por lograr esta protección que pudiera darnos el dinero con éxito terrenal, con lucro, con ganancias? Estamos más interesados en eso, le dedicamos más esfuerzo, más pasión, más todo, que a buscar esta sabiduría de Dios. Que Dios dice, no, esto es mucho mejor. Esto es mucho mejor que lo otro. Salomón sabía mucho sobre estas cosas. Las pudo comparar, sopesar. Él tuvo ambas cosas. Tuvo dinero, tuvo riquezas, más de lo que nos podamos imaginar. Pero al final nos dice, sabeduría espiritual es mejor que riquezas, mejor que herencias terrenales, infinitamente mejor. Y vean cómo lo expresa él en el libro de Proverbios. Proverbios 3, vamos a leer todos ahí. Proverbios 3. 3.13. Bienaventurado el hombre que haya sabiduría y el que obtiene entendimiento porque su provecho es mayor que el de la plata y su resultado es mejor que el oro fino. Es más valiosa que las perlas. Nada de lo que desees podrá compararse con ella. Abundancia de días hay en su mano derecha y en su izquierda riquezas y honra. Sus caminos son caminos agradables y en todas sus sendas hay paz. Es árbol de vida a los que de ella echan mano bienaventurados los que la retienen. Capítulo cuatro, ahí mismo, versículo trece, aférrate al consejo, a la instrucción y no la sueltes, consérvala porque ella es tu vida. Capítulo ocho, Esta es la voz de la sabiduría. Este capítulo es como si la sabiduría fuera una persona y nos estuviera hablando. Pueden leerlo todo el capítulo después si les interesa. Dice... Ahora pues, hijos, oíme. Bienaventurados los que guardan mis caminos, escuchad la corrección, sed sabios, no la menospreciéis, Bienaventurado el hombre que me escucha velando ante mis entradas cada día, guardando los postes de mis puertas. Hablábamos hace un momento de cómo tenemos que hacer lo que tengamos que hacer para buscar la sabiduría espiritual. Vean la paciencia que requiere. Hay que velar en su entrada. guardar los postes, está hablando de alguien que está ahí afuera de la puerta, tocando, esperando, esperando que le contesten, así, esperando, una respuesta, velando, persistiendo. Porque el que me halla, halla la vida y obtiene el favor de Jehová. Pero el que me pierde se hace daño a sí mismo. Todos los que me aborrecen, aman la muerte. ¿Qué advertencia más fuerte nos pudieran dar? El que tiene en poco esta búsqueda de sabiduría espiritual, el que no tiene paciencia para esto, ama la muerte. Tengo otras cosas que hacer, hay otras cosas más importantes, luego le doy tiempo a eso. ¿Amas la muerte? ¿Qué más advertencia podemos tener? ¿Cuál prefieres tú? ¿Cuál de estas dos estás buscando tú? Bueno, sigamos. Versículo 13 del capítulo 7. Considera la obra de Dios porque ¿quién podrá enderezar lo que Él ha torcido? Seguimos aquí con el hilo conductor, la paciencia, el contentamiento. Y estas dos virtudes nos ahorrarán mucha frustración. Si no tenemos una perspectiva bíblica, teocéntrica de la vida, las cosas torcidas de este mundo son un gran aguijón, una gran congoja. Todos nosotros tenemos mucha experiencia con cosas torcidas. en esta gran ciudad. El transporte, la corrupción, la impunidad, servicios que no funcionan, leyes que están mal escritas, centros de justicia que no fungen como eso, personas que no hacen su trabajo, la lista es larga, larga, larga. siempre habrán cosas torcidas en esta vida en este mundo vamos a tener que vivir con ellas no los estoy tratando de motivar a vamos a salir a corregir todo lo que está mal en esta vida en este mundo en esta ciudad no lo vamos a lograr vamos a tener que vivir con ellas vamos a tener que soportarlas de hecho este tema ya lo había tocado Salomón anteriormente en el capítulo 1 nos dijo que lo torcido no se puede enderezar y lo incompleto no se puede completar. Dos veces nos recuerda esto Salomón. Esta es una gran fuente de molestia, de desesperación para quienes no conocen al Señor y también para los que le conocemos. Es una gran fuente de molestia. Los que no conocen al Señor, ¿qué hacen con esto? Viven sus vidas tratando de enderezar todo ellos mismos. Ahí está, ponen un golpe por acá y siempre están tratando de enderezar todo en sus vidas, a su alrededor, ellos mismos. Con sus propias fuerzas. Y siempre se quedan cortos. Siempre se quedan cortos. ¿Y cuánto les frustra? Pero... El creyente puede lidiar con estas molestias, puede y debe ver estas cosas como algo que Dios está usando en su vida para entrenarla, para desarrollar la paciencia. Dios usa lo torcido, usa lo que no funciona fuentes de frustración terrenal para entrenarnos en la paciencia. Según Gálatas 5.22, la paciencia es un fruto del espíritu. Es algo que Dios tiene que producir en nosotros. Tomás Brooks se basó en este versículo 13 de Eclesiastes 7 para escribir un tratado Es un tratado muy famoso en inglés, en español, no sé, no creo, pero... En inglés se llama The Crook in the Lot. Esa es una manera antigua de decir la curva en tu camino. Lo torcido en tu camino. La curva en tu camino que Dios te ha asignado. Dios a todos nos ha asignado curvas vueltas en la vida frustraciones cosas torcidas deseamos evitarlas por supuesto pero no podemos porque Dios las ha designado para que aprendamos para usarlas para aprender lo que Él quiere que aprendamos y con eso llegamos al versículo 14 En el día del bien, goza del bien. Otras versiones dicen, goza de la prosperidad. Y en el día del mal, o la adversidad, considera que Dios hizo tanto lo uno como lo otro a fin de que el hombre nada halle después de él. Dios nos ha asignado a todos un número de días prósperos, días buenos y días de adversidad, días malos. Todos quisiéramos puros días buenos. Todos la pasamos tomando medidas, grandes esfuerzos, tratando de lograr que nuestros días sean buenos en general. Tratamos de evitar los días malos por todos los medios, pero no lo vas a lograr porque Dios se va a encargar o sea Dios se va a encargar de que tengas lo necesario el balance en tu vida los días malos que tienen que venirte para enseñarte lo que tienes que aprender para enseñarte paciencia para enseñarte contentamiento si todos tus días fueran buenos si todos tus días fueran de prosperidad buscarías a Dios El que crea que sí no ha entendido el tema. Nadie busca a Dios si Dios no pone curvas en tu camino. Si Dios no pone cosas torcidas en tu camino. Problemas, frustraciones, días malos. ¿Habrías buscado a Dios si Dios no hubiera puesto esto en tu camino? ¡No! La respuesta es sin duda que no. El hombre que no vive días malos no busca a Dios. El creyente que no vive días de adversidad no crece en paciencia ni en contentamiento. Dios determina, nos asigna la medida de días buenos y malos que necesitamos. ¿Y qué bendición nos da? Porque si no hubiera hecho eso, ¿dónde estaríamos? ¿Cuándo le hubiéramos buscado? Nunca. Nunca. Como creyentes, nunca creceríamos sin días malos. Pero hermano, como que a Dios se le pasó la mano conmigo. Yo tengo demasiados días malos. Dios sabe lo que necesitas. No se le ha pasado la mano. ¿Alguna vez has pensado... ...que todos tus esfuerzos por evitar los días malos... ...y digo esto con temor y temblor porque... ...¿quién quiere evitar días malos a su vida, no? Pero, ¿alguna vez has pensado que todos tus esfuerzos por evitar los días malos... ...son esfuerzos tuyos por evitar lo que Dios está usando en tu vida? por evitar el crecimiento, el instrumento que Dios usa para tu crecimiento. ¿Puedes decir que Dios no te ha dado días buenos? ¿De verdad puedes decir, no, a Dios todos mis días son malos? ¿Puedes decir eso? ¿Que Dios te ha dado más de lo que puedes sobrellevar? Dios dice, yo hago la mezcla perfecta. No me falta, no me sobra. Yo hago la mezcla perfecta de adversidad y de prosperidad en tu vida. ¿Para qué? Para llevarte a Él si no le conoces. Para acercarte a Él si ya le conoces. A manera, según este versículo, que no encuentres nada después de él. O sea, Dios se va a encargar que tú no encuentres nunca nada mejor que Él. Nunca ningún sustituto real de Él. Nunca. A manera de que te decepciones de este mundo y lo busques a Él. Entonces, si no conoces a Dios el día de hoy, ten por seguro Que Dios se va a encargar de que nunca encuentres el sustituto que buscas para Cristo. Que nunca encuentres nada que supla la necesidad de tu alma fuera de Él. Si sí conoces ya a Cristo, recuerda, mientras peregrinas por el desierto de este mundo, que Dios asigna tus días malos para tu bien, para que crezcas, para que aprendas paciencia, para que aprendas contentamiento y también en su gracia te da días buenos. No todos los días son de adversidad. ¿Y la razón? Pues es necesaria la paciencia. para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Grande ganancia es la piedad con contentamiento. Vamos a orar. Padre, te damos muchas gracias, Señor, porque has asignado la medida de adversidad que necesitamos. Ayúdanos Señor a mantener siempre esta perspectiva bíblica aún en los días de adversidad. Ayúdanos a algo que es tal vez más difícil, Señor, que es también centrarnos en Ti en los días buenos. Buscarte aún más en los días buenos, si eso fuera posible. No olvidarte cuando las cosas van bien. Ayúdanos, Señor, a no ser tardos en aprender la paciencia, el contentamiento, porque si somos tardos es para nuestro propio mal. Sólo nos dificultamos más el camino a nosotros mismos. Ten misericordia de nosotros, te rogamos, y ayúdanos a crecer en estas virtudes Señor, para crecer a la medida y la estatura de Cristo Jesús. Te rogamos todo esto en el nombre de Cristo. Amén. Vamos a terminar con el 461 por favor. Himno 461. 461. En el firmamento veo a Dios, en el viento Él habla en majestad, aunque reina sobre tierra y mar, es eso para mí. Yo creeré en su natividad, En la historia es una realidad Aunque el vino para liberar ¿Qué es eso para mí? Hasta que por fe le conocí Y su gran poder en mí sentí No sabía que era un Dios de amor que vino desde allá para salvarme a mí. Yo ahora pertenezco a Él. Él me ayuda con su gran poder. Me conduce siempre a la verdad. es todo para mí amén martes no hay estudio el miércoles nos vemos con normalidad Dios los guarde
10 Eclesiastes Contentamiento
Series Eclesiastés
Si conoces a Cristo, una parte importante de lo que Dios te está enseñando en tu paso por este mundo es paciencia y contentamiento.
Sermon ID | 8319655794 |
Duration | 1:11:00 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Timothy 6:6; Ecclesiastes 7:7-14 |
Language | Spanish |
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