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pausamos un par de semanas para ver otros temas pero Dios mediante vamos a terminar la serie no la dejaremos sin concluir la vamos a terminar con el mensaje de hoy y uno o dos más para terminar el libro hemos cubierto del capítulo 1 al 8 completos y la mayoría del 11 Recordarán que nos adelantamos en su momento al once para ver el tema de Echa tu pan sobre las aguas. Hicimos eso por la oportunidad que tuvimos de participar en lo que está aquí hoy, por la gracia de Dios. No voy a cubrir todo lo que queda en los capítulos finales de Eclesiastes. Nuestro objetivo nunca fue cubrir Eclesiastés de una manera exhaustiva. Eso nos habría tomado probablemente el doble de tiempo. Hubiéramos estado dos años en Eclesiastés y ya llevamos más de un año, así que no vamos a cubrir todo lo que queda. En estos últimos capítulos del libro, Salomón repite algunos puntos que ya había tocado, mezclándolos con temas nuevos. Eso no lo hace porque se le olvidó que ya los tocó, ni porque ya no tiene nada que decir y sólo está repitiendo. Sabemos que Salomón escribió mucho más que sólo Eclesiastes bajo inspiración divina, pero Salomón repite ciertos puntos porque nosotros no aprendemos a la primera. Por eso, necesitamos repetición. La Biblia enseña repetitivamente todas sus grandes verdades y doctrinas. Pablo cuando repetía cosas, lejos de disculparse, decía el escribirle las mismas cosas, a mí no me es molesto y para ustedes es más seguro. Nosotros pensamos a veces, híjole, el pastor está tocando ese tema otra vez, ¿no? Ya me lo sé. Ya lo entendí. Pero Salomón, Pablo y el Pastor nos repiten muchas cosas porque lo necesitamos. Porque según 1 Corintios 8, si alguien se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debiera de saberlo. Así que los animo a leer los capítulos que nos quedan os animo a leer todo el libro, claro, pero lean los capítulos que nos quedan para que tengan la foto completa y yo cubriré todo lo que pueda en los mensajes remanentes empecemos en el capítulo once, por favor leyendo la porción principal que vamos a cubrir capítulo once, versículo siete Agradable es la luz, y bueno es a los ojos ver el sol. Si el hombre vive muchos años, alegres en todos ellos. Acuérdese, sin embargo, que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad. Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón los días de tu adolescencia, y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos, pero sabe que sobre todas estas cosas de juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo y aparta de tu cuerpo el mal, porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas, no tengo en ellos contentamiento. Antes que se obscurezca el sol, y la luz de la luna y de las estrellas, y las nubes vuelvan tras la lluvia. cuando tiemblen los guardias de la casa y se dobleguen los hombres fuertes, cuando estén inactivas las muelas por quedar pocas y se obscurezcan los que miran por las ventanas, cuando se cierren las puertas de la calle y se debilite el ruido del molino, cuando uno se levanta ante el borgojeo de un pajarito y todas las hijas del canto sean abatidas. Cuando también se tenga miedo de las alturas y hayan horrores en el camino. Cuando florezca el almendro, a una langosta, y a una langosta sea una carga y se pierda el deseo. Porque el hombre se va a su morada eterna, y los que hacen duelo rondan alrededor de la plaza. Acuérdate de él antes que se rompa el cordón de plata y se destroce el tazón de oro, antes que el cántaro se quiebre junto al manantial y la rueda se rompa sobre el pozo. Entonces el polvo volverá a la tierra como era y el espíritu volverá a Dios quien lo dio. Vamos a orar. Padre, acudimos ante ti humildemente de nuevo, Señor. Asombrados porque tienes cuidado de nosotros, porque nos instruyes, porque recuerdas que sólo somos carne, Señor. Sólo somos hombres. Te rogamos que el día de hoy apliques tu manera Tu palabra de manera especial, Señor, a cada corazón, especialmente a los jóvenes, pero también, Señor, a los que no son jóvenes, pero aún tienen oportunidad de buscarte y de servirte. Señor, ayuda, nos interrogamos. Si no nos ayudas, nada va a pasar aquí. Nadie va a ser cambiado, edificado. Nadie te va a glorificar. Ayúdanos, Señor, por favor. Te rogamos. Todo esto en el nombre de Cristo Jesús. Amén. La porción de Ecclesiastés que acabamos de leer está dirigida sobre todo a los jóvenes. Sin duda tiene aplicación, aplicaciones para todos, como veremos, pero está dirigida especialmente a los jóvenes. Ya conocemos el formato de este libro, lo hemos visto en los doce mensajes anteriores. Eclesiastes es un libro de problemas y soluciones. El libro los expresa en términos de aguijones y clavos, como hemos visto en el capítulo doce. Eclesiastes plantea los grandes problemas, las grandes congojas de la vida, y después las soluciones trascendentales, que siempre se hallan en Dios, en su palabra, en su salvación. El día de hoy estamos considerando el problema que Salomón llama la vanidad de la adolescencia y la joventud. Salomón muestra una preocupación especial por los jóvenes, por los adolescentes. Esta iglesia está llena de jóvenes, está llena de adolescentes, por todos lados los veo aquí. Ustedes gozan del privilegio más grande que uno puede tener en la vida, conocer de Dios, escuchar de Dios, desde una edad temprana, saber acerca del único camino de salvación que es Cristo, desde una temprana edad. Entonces, les pregunto a todos ustedes, jóvenes, que emprenden su camino, que emprenden su peregrinaje, buscan sabiduría, quieren no desperdiciar sus vidas, no tirarle a la basura, Escuchen la sabiduría de Salomón. Dios les preparó un mensaje especial por medio de él. Y empieza con esto, agradable es la luz y bueno es a los ojos ver el sol. Las maravillas naturales de Dios en este mundo nos asombran desde niños. Las maravillas de este mundo y esta vida son fascinantes, espectaculares. La versión King James dice, la luz es dulce, cosa agradable es apreciar el sol. Los niños siempre andan maravillados, se llenan de gozo, se llenan de ilusión con las cosas más simples. las cosas más sencillas. Uno de los gozos que tenemos los adultos es ver cómo un niño se maravilla con las cosas más simples. Con una mariposa, ¿no? El otro día estábamos en la entrada y creo que a Cecia le cayó una catarina y ¡guau! ya estaba así asombrada de ver una catarina, ¿no? Con una mariposa, con las estrellas, con el amanecer. A mí desde niño siempre me gustó ver las estrellas, ver fotos tomadas con telescopios, porque me llenan de una sensación de la infinitud de Dios, de la grandeza de Dios. Ves algo más grande de lo que puedes comprender y sabes, Dios es más grande. Dios es más que lo que estoy viendo. Todos saben a qué me refiero, tal vez lo perciben más viendo otras maravillas, ¿no? Pueden ser las olas del mar, a todo mundo nos llegan diferentes aspectos de la creación más, pero todos lo han experimentado. En el niño, en los jóvenes, esa sensación es especialmente fuerte, mucho más fuerte que cuando somos adultos, mucho más frecuente. es pura, llena de asombro, llena de esperanza. Los niños, los jóvenes han probado poco de la maldición del pecado. Han probado aún poco. Tienen un sentido de asombro que aún no se opaca por el pecado, por las consecuencias del pecado. Los que ya no somos jóvenes o ya no somos tan jóvenes, ¿no? Sabemos, tristemente, que con los años, con el pecado, se va opacando la sensación de asombro que teníamos de niños. Muchos pasan la vida tratando, buscando cómo recuperar eso, eso que vivieron de niños, eso que sentían de niños. Una consecuencia del pecado es que a todo nos acostumbramos. A todo. Si te mudas a la playa y vives ahí a la orilla del mar, después de unos años ya no te va a impactar de la misma manera. No te va a mover de la misma manera. A todo nos acostumbramos. Todo pierde su sabor con los meses, con los años. Todo nos aburre. por dulce o asombroso que haya sido en un principio. La maldición del pecado asegura que poco a poco ya no disfrutamos igual de lo que antes nos llenaba de gozo, placer, asombro. Una de las consecuencias del pecado es desilusión en las cosas que antes disfrutábamos mucho. Todo mundo intenta aferrarse a aquellas cosas que antes les traían ese asombro, ese gozo. O intentan encontrar cosas nuevas que les traiga un sentimiento renovado de ese gozo. Pero leemos en el versículo ocho. Si el hombre vive muchos años, en el caso del hombre que vive muchos años, Alegrese en todos ellos. Acuérdese, sin embargo, que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad. La vida es buena. Las bendiciones de Dios son buenas, aún para el inconverso, en cierta medida. Pero sin Dios no durarán. Al joven sin Dios, aunque viva muchos años, le esperan muchas tristezas, muchas desilusiones. Todo cuanto viene es vanidad. Joven, si estás sin Cristo, puedes esforzarte por sacar lo mejor de la vida, por gozar de lo bueno. Pero los días de tinieblas en tu vida serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad. Hoy estás lleno de ilusiones. Tal vez estés anhelando el día en que cumplas años. Yo me acuerdo de chiquito, ¿no? El cumpleaños era fabuloso. Y además traía ciertos privilegios a veces el cumpleaños, ¿no? Los papás decían, hasta que cumplas tantos, Te vamos a dejar hacer tal o cual cosa. El cumpleaños era fabuloso. O a veces era... Buscábamos el cumpleaños porque entonces nos iban a dejar hacer lo que ya hacía el hermano mayor. Tal vez estás anhelando ser un adulto. Tal vez estás anhelando alguna profesión, ser piloto, la profesión de tus sueños, desempeñar el trabajo de tus sueños. Anhelas tal vez tener una novia, anhelas casarte, anhelas graduarte de la carrera y ejercer. Es decir, el hombre sin Dios siempre anda queriendo que esta etapa ya se acabe para que ya venga la buena, ¿no? La que estoy esperando. Anhelas tener tu primer carro, tener tu casa, tener hijos, anhelas viajar, conocer el mundo, anhelas vivir una larga vida, gozando de todo lo que tienes o lo que crees que tienes por delante. Pero amigos sin Dios, los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto bien es vanidad, Esto es verdad por varias razones, les voy a dar dos. Primero, porque los placeres y gozos de este mundo no cumplirán lo que prometen. No cumplirán su promesa. Se irán opacando, perderán su sabor. Eso lo vemos, lo veremos muy claramente en los versículos que vienen en el siguiente capítulo. Segundo, Es verdad en cuanto a la tumba, por muy buena que sea tu vida en este mundo, en comparación con la de otros, por muy buena que sea en comparación con la de otros, por muchos que hayan sido tus días buenos, serán muchos más tus días de terror en la tumba. Si mueres sin Cristo, habrás vivido lo que sería un día de luz para una eternidad de tinieblas, sin vuelta atrás. ¿Has pensado la muerte? ¿Has considerado el día de tu partida? ¿Te has imaginado eso? ¿Lo has pensado? Es bueno que lo hagas. Hoy día muchos padres tratan de suavizar o esconder las realidades de la muerte a sus hijos. Ese es un grave error. Dios quiere que te enfrentes hoy con la realidad de la muerte para el bien de tu alma. Entre más joven, mejor. Así podrás prepararte para el encuentro con Él. Según el Salmo 90, tu muerte será pronto. ¿Cómo hermano? Yo tengo 15. Tu muerte vendrá pronto. Viene pronto. Llegará pronto. Aunque vivas 80 años, tu vida te parecerá corta. Cuando llegues a los 80 dirás, híjole, de volada. Se pasó de volada. Tu vida te parecerá corto. Te parecerá, si mueres a los 80, que pronto terminó. Por lo tanto, pídele adiós. que te enseñe a contar tus días, a contar tus días, de tal manera que traigas a tu corazón sabiduría. Muchos que están vivos el día de hoy no van a ver el día de mañana. Muchos vivos hoy, ahorita están respirando, mañana no. Por eso Salomón nos dice en el versículo nueve, once nueve, Alégrate joven, en tu juventud. Tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia. Y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos. Pero, sabe, ten presente que por todas estas cosas te juzgará Dios. Ahora, este versículo nos puede parecer medio raro, medio contradictorio. Dios lo puso así a propósito. El punto del texto es, si disfruta de tu juventud, disfruta de las bendiciones de Dios, las cosas buenas de la vida en tu juventud, pero si persigues el pecado, recuerda, al final, la última parada, el juicio. Vean, parte del sentido de este versículo es que Dios no espera que los jóvenes actúen como adultos. ¿A qué me refiero con eso? Dios no espera que un joven sea pura seriedad. Un chavo de 13 años sea pura seriedad. Dios no espera que no juegues. que no disfrutes diversiones sanas. Es parte de la juventud. Debes de gozar eso, es bueno. Pero Dios sí te advierte lo siguiente, no dejes que el pecado te robe del gozo de tu juventud. Si tú crees que la juventud es explorar el pecado, explorar el mal, llegar a los límites, te estás robando del verdadero gozo de la juventud. Si tu juventud la usas para pecar, para probar el mal, para ver hasta dónde puedo jugar con fuego sin quemarme, hasta dónde puedo disfrutar el mal sin torcer mi alma, sin destruirme, por todas estas cosas, ¿te juzgará Dios? Si emprendes ese camino, los días de tinieblas serán muchos. Todo cuanto bien es vanidad. Ahora, seguramente algunos de ustedes, especialmente los jóvenes, pero esto aplica a todos, Lo que voy a hacer un poco en este mensaje es que voy a regresarme a las porciones de eclesiastés que no cubrimos, porque complementan muy bien el mensaje de hoy. Seguramente algunos de ustedes piensan, hermano, las cosas en mi vida van bien. Mi vida va bien. Dios debe estar contento conmigo. Porque yo no veo su juicio en mi vida. No veo evidencia alguna de que Dios esté enojado conmigo, como dices, pero vean, esa no es evidencia ni garantía de nada. Ecclesiastes capítulo nueve, nueve versículo uno, eso no es evidencia de nada. Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas para declarar todo esto. Que los justos y los sabios y sus obras están en la mano de Dios. ¿Qué significa eso? Dios protege, Dios bendice a los que son sabios según su palabra. No a los sabios según el mundo. Sabios según su palabra. Protege a los justos. ¿Justos en qué sentido? En virtud. de su relación con Cristo. Pero, vean lo siguiente aquí, esto es lo clave. Sea amor o sea odio, no lo sabe el hombre por todo lo que está delante de él. Sea amor o sea odio, no lo sabe el hombre por todo lo que está delante de él. Tú no sabes si Dios te ama solo por las circunstancias de tu vida. Tú no sabes si Dios te ama sólo por las circunstancias de tu vida. Sólo porque al parecer te va mal o al parecer te va bien en esta vida, no puedes determinar si eres creyente o no en base a eso. Tú no puedes determinar si crees en Cristo o no en base a si te está yendo bien o mal en la vida. Las circunstancias externas de tu vida no garantizan el favor de Dios. ni el enojo de Dios. Dios dice que Él es paciente con muchos hombres que tienen una vida larga, que les permite pecar mucho, y al final les muestra su enojo. Hermano, yo no veo que Dios esté enojado conmigo, todo lo contrario, todo va bien. Todo va viento en popa, lo mejor está por venir en mi vida. No estés tan seguro. Eso no es evidencia ni garantía de nada. Lo que sí es seguro, por todas estas cosas, te juzgará Dios. Por todo lo que hagas, por cómo vivas ahora, en tu juventud. Prácticamente todo en su juventud, todos en su juventud, llegan a pensar algo como lo siguiente. déjenme probar un poco déjenme probar un poco del pecado ¿qué tanto daño puede hacerme? vivir el mundo por un ratito ver lo que ofrece vivir la feria de vanidades luego me vuelvo a Dios yo, yo lo voy a buscar después ¿qué tanto me puede afectar? Yo he vivido una juventud tranquila, no soy borracho, no soy ratero, no soy criminal, no soy drogadicto. Me conocen como un buen chavo. De hecho, las señoras me quieren como para su hija o al revés. Me conocen como un buen chavo, una buena chava, un joven honrado. Veamos lo que dice Eclesiastes 10, versículo 1. acerca de una actitud como esta. Un poquito, vamos a probar un poquito. ¿Qué dice Dios? 10.1. Las moscas muertas hacen heder, apestar, contaminan el frasco del fino perfume del perfumista. Así afecta un poco de necedad, una pequeña locura al que es estimado como sabio y honorable. Esto aplica a cualquier etapa de la vida. Un poco de pecado, una caída, un tropiezo arruina todo. Destruye tu reputación, destruye tu vida. Puede descarrilar tu vida y tu futuro una sola caída, un solo tropiezo. Hermano, yo soy más inteligente que eso. Yo soy más inteligente que otros. Yo sé cómo probar y no engancharme. Puedo jugar con el fuego tantito y no quemarme. Yo no soy como otros, soy yo. Soy yo, hermano. Si crees eso, eres un necio. Si esa es tu opinión de ti mismo, eres un necio. Dios te llama un necio. Un poco de necedad, un poco de pecado, pueden arruinar tu vida. Un poco de fruto prohibido puede resultar en una batalla con adicción, un accidente que te cambie la vida, que te robe tu vitalidad, tus capacidades, los años que tú veías que tenías por delante, una vida prometedora, arruinados. Un poco de placer prohibido puede resultar en un hijo mucho antes de que estés listo descarrilar toda tu vida. Un poco de exceso, un poco del mundo puede arruinar tu vida. Dios te manda una advertencia hoy, pero si insistes en tu rebeldía, si insistes en taparte los oídos, si te aferras a que ahora no necesitas a Dios, que eres muy joven para eso. Muy rápidamente, muy rápidamente llegará el día, llegará el momento en que Dios ya no te insista, en que Dios ya no ponga su pie en tu camino, en que Dios te diga, pásale, síguete, hazlo, anda en la vista de tus ojos, haz lo que quieras eso pasó con Acab en los tiempos de Elías ¿se acuerdan? Acab estaba a punto de ir a una batalla consultó al profeta Micaías antes de ir pero Acab ya había llegado al punto en su vida Dios Le había advertido todo lo que le iba a advertir. Le había puesto el pie todas las veces que le iba a poner el pie. A ese punto había llegado en su vida. En el que Dios no lo detendría más. Micaías... Acá habíamos de consultar a Micaías. Y Micaías llega y le dice... Ve a la batalla. Síguete. Todo saldrá bien. No tengas miedo. ¡Hazlo! Y como Micaías siempre le decía que no, acaba, acabe, le sonó medio raro eso. Entonces le dice, no Micaías, a ver, dime la verdad. Y Micaías le dijo, si vas, mueres. Pero, no le importó acabar. Se siguió. Eso hizo, fue y murió. ¿Quieres que eso pase contigo? ¿Te vas a arriesgar a eso? Las advertencias de Dios ya no significaban nada para él. Ven, no, dime la verdad. Si vas, mueres. Bueno, está bien, voy. A eso nos puede parecer ridículo. A eso llega el pecador en un punto en su vida. Llega el momento en que Dios ya no le va a estorbar más. No importa lo que Dios diga, yo voy a hacer lo que quiero hacer. Y llega el momento en que Dios dice, está bien, haz lo que tú quieres hacer. Aun si eres joven, y por la gracia de Dios ya eres un verdadero creyente, que hay algunos jóvenes creyentes entre nosotros, gracias a Dios, si ya conoces a Cristo, aun como joven creyente Te puedes equivocar en muchas cosas. Hay muchas tentaciones. Hay muchos errores que puedes cometer que tendrán consecuencias en tu vida aún como creyente. Puedes cometer graves errores. Puedes caer en pecado. Puedes desperdiciar grandes oportunidades que no volverán. De eso se trata en gran medida este mensaje. Acuérdate de tu creador en los días de su juventud. Tienes una oportunidad hoy, si no la aprovechas hoy, no va a estar mañana. Puedes desperdiciar eso, aún como creyente. Un buen ejemplo de eso son los discípulos. Una ilustración de esto, de una oportunidad perdida como creyentes. ¿Se acuerdan en el jardín de Getsemaní, en Mateo 26, no vayan, Mateo 26, que hizo Cristo con los discípulos, estaba él orando, les encargó que oraran regresó para encontrar dormidos dormidos en el día más crítico en el último día para dormir y no orar los encuentra dormidos cuando tenían que estar orando y regresa por tercera vez, regresó a la segunda dormidos regresa la tercera vez y que les dice dormidia ¡Dormid ya! ¡Descansad! He aquí, ha llegado la hora. La oportunidad para orar se acabó. Sigan durmiendo, si pueden. Si pueden seguir durmiendo, sigan durmiendo. ¿Ustedes creen que los discípulos se arrepintieron de haber hecho eso después? Seguramente. Seguramente. ¿Se acuerdan qué pasó? Casi todos, menos Juan y Pedro por un rato, lo dejaron solo. Dejaron a Cristo solo. Lo abandonaron. No tuvieron el valor. No estaban listos para enfrentarse a eso. No estaban listos para morir si tuviera que ser con su Señor. Tú puedes estar hoy, joven. ¿Eres creyente? ¿Conoces a Cristo? Hoy es tu oportunidad para prepararte. No sabes que viene. No sabes que oportunidades vengan. No sabes que tareas Dios tenga para ti. Si desperdicias el momento de prepararte hoy, no cuentes con que Dios te lo va a restaurar después. con que Dios te va a abrir otra ventana de oportunidad después de que tú fuiste negligente. Aún como creyentes podemos desperdiciar grandes oportunidades. ¡Sigan durmiendo! ¡Síguenle! Eclesiastes 11.10. 11.10. Quita pues de tu corazón el enojo, aparta de tu cuerpo el mal, porque la adolescencia y la juventud son vanidad. ¿Por qué habla este versículo de enojo? Quita el enojo de tu corazón. Bueno, ¿cómo tienden a reaccionar los jóvenes cuando se les exhorta? Cuando les dicen, hijo, hijo, Amigo, tal vez no sean los papás, tal vez sea un amigo, tal vez sea el pastor, tu amigo creyente, hijo. Amigo, no vivas como los amigos pecaminosos que te rodean. No vayas por ese camino con ellos. No hagas lo que ellos hacen. No sigas su ejemplo. ¿Cómo reaccionan? Cuando sienten que alguien les está privando de la gran oportunidad para divertirse, para gozar la vida, se enojan, se enojan. Otras versiones lo traducen, quita la ansiedad de tu corazón, quita la ansiedad joven de pensar, me estoy perdiendo de lo bueno. Me lo estoy perdiendo y tienen esa ansiedad los jóvenes, ¿no? Mis papás no me dejaron ir, me estoy perdiendo de la fiesta del siglo, ¿no? Me estoy perdiendo de lo mejor de mi vida. El mejor día de mi vida, casi casi. Quita la ansiedad de tu corazón. Quita esa idea de que tus papás o tus autoridades no te dejan vivir plenamente la vida. Esas son mentiras del diablo. Son mentiras del diablo. Tus padres Dios te los puso para frenarte, para ver los peligros que tú no ves. Le ruego a Dios que los haga ver esto, la verdad de esto. Yo sé que yo no puedo convencerlos, estoy seguro. Pero Dios sí puede. Le ruego a Dios que tenga misericordia de ustedes, que los convenza a tiempo. No, hijo, no puedes irte de antro. No, hijo, no puedes tomar. No, hija, no puedes llegar después de la hora que te dije. No puedes viajar sola. No puedes quedarte en casa de tu amigo o tu amiga. ¿Te enojas cuando Dios usa a tus padres, tus autoridades para ponerte límites? Quita de tu corazón ese enojo. Si no, si no lo haces, tendrás consecuencias. Aparta de tu cuerpo el mal. La adolescencia y la juventud son vanidad. Evítate la tristeza que te traerá a ser caso omiso de las advertencias de Dios y tus padres. Si no quieres escuchar, si estás en esta etapa o esta actitud en la que nadie te puede convencer, nadie te puede detener, tú eres superman, tú eres superchica, todo lo sabes, sabes lo mejor para ti, mejor que Dios, mejor que tus padres. Lo único que me queda decir entonces, ya verás, ya verás. Las palabras de Salomón son palabras de alguien que sabe, alguien que conoce, perdón, conoce los amargos frutos que te traerá a seguir así, hacer lo que tú quieras, lo que tu corazón te dicte. Un comentarista, les voy a leer lo que escribió un comentarista que describe la advertencia que nos presenta Salomón. Así lo relata él. Las palabras de advertencia de Salomón son palabras de alguien con sincera preocupación. Palabras dictadas por la experiencia de alguien que ha probado el camino en el que ahora estás. Lo conoce bien, se preocupa profundamente por ti, joven. Por ti, joven, que ve siguiendo vanidades ilusorias. abandonando tu propia misericordia. Las lágrimas llenan sus ojos mientras te habla. Te ve abriendo tus velas, esparciendo tus alas para lanzarte al mar, sin conciencia alguna del peligro en el que estás. Es el mismo mar cuyas aventuras y placeres lo tentaron a él. lleno de peligros donde sus bellezas son más tentadoras, cuyos rincones más hermosos están rodeados de almas naufragadas. Lugares donde su propia alma estuvo en peligro mil veces y de las cuales escapó por un milagro de gracia. Habiendo llegado a buen puerto, en asombro agradecido, Él te disuade con todo su corazón que corras el mismo peligro que corrió Él. Te ruega que no emprendas un camino del que tan pocos regresan. Eclesiastes 12.1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud. antes que vengan los días malos y lleguen los años de los cuales digas, no tengo en ellos contentamiento. Acuérdate de tu Creador ahora. Búscalo hoy. Este es un problema de la vida y aquí está la solución. Esta es la solución. a la vanidad de la adolescencia y joventud. Estas palabras están dirigidas de manera especial a ti, si aún eres joven. Tómate todo esto personal, ponle tu nombre a los versículos. Dios te está hablando de manera personal, te está hablando directamente. Lo que estamos viendo hoy es la palabra de Dios para ti, joven. El mandamiento de Dios para ti es recuerda, acuérdate. Y no es sólo recordar a tu creador en sentido intelectual, ¿no? Abrir tu Biblia de vez en cuando. Tampoco es sólo hoy, por un ratito. De vez en cuando, los domingos, es vivir recordando. Vivir como viendo al invisible. Recordarlo en todo momento. Reconocer su verdad, su existencia en toda situación, en toda decisión. Es dedicarte a él, entregarte a él, confiar en él. Ponerlo en primer lugar en tu vida. Servirle. Recordar a Dios, vean, recordar a Dios es la suma de toda obediencia. ¿Alguna vez obedeciste a Dios sin recordarle? No. ¿Obedecemos a Dios por accidente? No. Recordar a Dios es la suma de toda obediencia, de todo nuestro deber como creyentes. Él merece el primer lugar. en todo momento en nuestras vidas. Olvidar a Dios es la esencia del pecado, la esencia de la desobediencia, es poner algo por encima de Él en nuestra escala de prioridades. Vemos, les voy a leer un par de textos que demuestran esto. No vayan, Salmo 9, los empíos serán trasladados al infierno. Todas las naciones que se olvidan de Dios. El impío, por la altivez de su rostro, no busca a Dios. No está Dios en ninguno de sus pensamientos. Una de las marcas del creyente es que Dios está en todos sus pensamientos. ¿Cómo, hermano, entonces me quedo encerrado en un clóset solo pensando en Dios? No. Pero sí, en todo lo que estás haciendo a lo largo del día. Sales por la puerta de tu casa, llegas a tu trabajo, llegas a la escuela, estás haciendo la tarea, recuerdas a Dios, quieres agradar a Dios, buscas estar consciente de Dios que te está viendo, que está ahí contigo, recuerdas a Dios en todo. El creyente se esfuerza por hacer eso, es la gran batalla de nuestras vidas. El pecador se esfuerza por olvidar a Dios en todo lo que hace. Tú irías a pecar recordando a Dios, recordando, Dios me está viendo, Dios no quiere que haga... ¡No! ¡Sácase! Empujas con todas tus fuerzas para sacar eso de tu mente cuando estás determinado a pecar. El pecador se esfuerza por olvidar a Dios. El hombre por naturaleza, dejado a sí mismo, tiende a olvidar a Dios. Y esos esfuerzos comienzan, adivinen cuando. Niños, desde la niñez. Por eso, por eso Dios exhorta a los jóvenes, antes de que logren lo que buscan, antes de que cometan naufragio con sus almas. Ustedes que son padres aquí, su misión en la vida con sus hijos es obligarlos a recordar a Dios, en la medida de hasta donde lleguen, lo que puedan hacer. Papá, no quiero ir a la iglesia. ¿Vives en mi casa? Pasa a la iglesia. Regla número uno de la casa. Papá, tengo otras cosas más importantes. No hay nada más importante. La educación de tus hijos, la educación académica no es más importante. Y si no me lo crees te vas a enterar cuando ya no estén bajo tu techo tus hijos y estén olvidando consistentemente y permanentemente a Dios. 12.1. Antes de que vengan los días malos, acuérdate de Dios. Antes de que lleguen los años de los cuales digas, no tengo contentamiento en ellos. Lo que viene después de la juventud es lo que Salomón describe en el resto de nuestro texto el día de hoy. Es algo difícil de afrontar, lo que viene después de la juventud. Y si tratamos de enfrentarlo sin el Creador, olvidando al Creador, terminará en la más grande desgracia de nuestra existencia. Morir sin Cristo. Veamos cómo describe Salomón lo que viene después. Primero nos dice, es urgente que te acuerdes de tu Creador. Antes de que esto venga, es urgente que te acuerdes ya. Esto claro, antes de que llegues a dónde, a la vejez, claro, si llegas, si llegas, eso no es seguro. Podrías salir de este mundo hoy, no pienses que llegarás a la vejez, pero si llegas sin Cristo, llegarán los días en los que dirás, no tengo contentamiento en ellos. Las cosas que una vez disfruté, Ya no las disfruto, ya no tienen sabor. Las cosas que me emocionaban, que yo esperaba con ansias el día, ya no me llenan. No me traen gozo, no me traen felicidad, se han opacado. Aún si eres joven, has experimentado algo de esto. No es necesario que hayas vivido mucho tiempo sobre este mundo. Te pregunto, ¿te siguen gustando los juegos? Tienes 12. ¿Te sigue gustando lo que te gustaba a los 6 años? Sí, aplaudes si estás así. Decide, papá, vamos a hacer... Vamos a ir a Los Columpios. No, ya no. Ya quiero ir a Six Flags, papá. Los Columpios ya no largan. quieren a Six Flags. No te divierten las cosas que te divertían en lo más mínimo. Bueno, pues, ¿qué crees? Tengo malas noticias. Eso sólo empeora. Ese efecto sólo se pone peor conforme avanzas en la vida. Conforme avanza tu vida sin Cristo y tu cuerpo se va descomponiendo Emprenderás una búsqueda cada vez más desesperada por encontrar algo que te llene, algo que te traiga gozo y placer. La búsqueda será cada vez menos fructífera. Vendrán días malos. Por eso, acuérdate de tu Creador. Eclesiastes 12, 2. Antes que se oscurezca el sol, y la luz de la luna y de las estrellas, y las nubes vuelvan tras la lluvia, acuérdate de tu Creador. Aquí Salomón comienza a describir el cuerpo humano en su proceso de envejecimiento con la ilustración de una casa. Esto es lo que todos experimentaremos si vivimos lo suficiente, si llegamos, si vivimos, Tal vez, esperemos que no te acontezca todo lo que está en la lista aquí de Salomón. Pobrecito de ti si te pasa todo esto. Puede ser. Esperemos que no, no, no te llegue todo lo que está en la lista. Tal vez sí. Creo que con una o dos me basta a mí. Leímos, se acuerdan, agradable es la luz, bueno es a los ojos ver el sol. Pero vendrán los días en que esas cosas agradables se opacarán, perderán su sabor, se obscurecerán. Los gozos de la juventud serán tarde o temprano opacados por las tribulaciones de la vejez y las consecuencias del pecado. Algunos mueren en la mañana de la vida. Jóvenes. Otros mueren en la tarde de la vida. Pero si sobrevives a esos dos, todos los que quedan mueren en la noche. Ya no hay una siguiente etapa. Si llegas a la noche de la vida, morirás. Morirás. Y experimentarás algún grado de lo que aquí se describe. Ahora que eres joven, Aún cuando pasan cosas desagradables, cuando te llegan tormentas, problemas a la vida, mantienes esperanza, ¿no? Tienes fuerza, tienes vitalidad, tienes tu salud. Tienes la esperanza de que el sol saldrá después de la tormenta. Pero en el versículo 2 dice que en la vejez Las nubes, o sea, tormenta, problema, tribulación, lluvia, y no llega después el sol, llegan más nubes negras. Eso es lo que describe el versículo 2. Si llegas a la vejez sin Dios, te parecerá que ya no hay luz, que apenas pasa una tormenta y ya viene la que sigue, en el horizonte. Un problema tras otro sin descanso. En la vejez, atender problemas de la salud se vuelve una ocupación de tiempo completo, en muchos casos. No te queda tiempo para nada más. Sólo estás preocupándote por la salud. Llegado a cierto punto en la vida, esa es la realidad de las cosas. Algunos de ustedes tal vez lo estén viviendo, o están cuidando de quienes lo están viviendo. En el versículo 3, Salomón empieza a ser más específico, ilustrando al cuerpo humano en términos de una casa. Dice, vendrán días, tres, cuando tiemblen los guardias de la casa. Esto probablemente se refiere a las manos. ¿Con qué te defiendes? ¿No? Con los guardias. Se refiere a las manos. Ya no podrás realizar tareas, tal vez incluso tareas simples, con tus manos. Mi abuelo es carpintero. ¡Excelente carpintero! ¡Fabuloso carpintero! Ya no hace carpintería. Ya no puede. Ahí con una sierra y... No, pues no. Ya no se puede. Una pérdida. Excelente carpintero. Ya no puede. Tal vez no seas carpintero. La precisión de las manos no la extrañas hasta que ya no está. Yo, por ejemplo, sabía que no podía ser doctor porque yo tengo un pulso espantoso. Yo sabía que era imposible que yo fuera doctor. No quiero saber cómo voy a tener la mano en 40 años, si Dios me da vida. 30 años. El uso de la pluma. Ni siquiera vas a poder hacer eso como antes. Algunos de ustedes tienen muy buena letra. Otros, si tu letra era mala antes, ¿qué será? Después, ¿qué será? Versículo 3. y se dobleguen los hombres fuertes. Tu fuerza se irá, tu postura no será lo mismo, no será lo que es. Siempre está el chiste de que primero crecemos y después decrecemos, ¿no? Eso es real, no sé exactamente cómo funcione, puede ser por una caída, pueden ser varias cosas, pero sí pasa. Y se obscurezcan los que miran por las ventanas, pérdida de la vista, tal vez hasta ceguera. Y se cierren las puertas de la calle, probablemente habla de los labios, la capacidad de... Ah, me brinqué uno, perdón. En tres, cuando estén inactivas las muelas, por quedar pocas. Hay que ir al dentista. Pérdida de dientes, problemas para masticar, se oscurezcan los que miran por las ventanas, se cierren las puertas de la calle, los labios, la capacidad de hablar, de comunicarnos. ¿No han estado con personas que ya no se pueden comunicar en su vejez? Yo sí. Es tremendamente difícil. Podemos perder hasta la capacidad de hablar. Yo he visto a personas desesperadas. por despedirse de sus familiares, por expresarles por lo menos qué es lo que está pasando, no pueden, ya no pueden. Y se debilita el ruido del molino, pérdida del oído, una de las pérdidas más comunes. Hoy día hay tanto ruido a nuestro alrededor que nos estamos quedando sordos a una velocidad impresionante. Cuando uno se levanta ante el gorgojeo de un pajarito, a veces con la pérdida del oído, se pueden escuchar aún ciertas frecuencias. Pierdes ciertos rangos de frecuencia y se quedan otras y resulta molestísimo. No lo he vivido, pero es lo que he investigado. Resulta tremendamente molesto. Escuché de un ejemplo de alguien que le molestaba muchísimo en su vejez el sonido de un cierto pajarito que abundaba ahí donde vivía y ese ruido le molestaba y le causaba angustia porque eso sí lo escuchaba lo demás, ¿no? Pero eso sí. También puede referirse a insomnio, ¿no? ¿Cuáles son los problemas más comunes en la vejez? Ya no pueden dormir. Cualquier cosita los despierta y ya no vuelven a dormir en toda la noche. y todas las hijas del canto serán abatidas, sean abatidas. Pérdida de la voz, pérdida de la habilidad de cantar, pérdida de la habilidad para escuchar a otros cantar, pérdida de la habilidad para disfrutar la música, Muchas veces se puede identificar a pacientes terminales cuando ya no quieren escuchar su música favorita. Cuando llega el momento, no, ya no pongan eso. Ya están cerca del fin. Cuando también se tenga miedo de las alturas y haya horrores en el camino. ¿Qué pasa en la vejez? ¿Las escaleras? Un problemón. Un problemón. peligro de tropezar, peligro de caerse, en la vejez, vamos abuela, vamos a salir, no, no, no, no, no, vayan ustedes, yo me quedo, terrores en el camino, me voy a tropezar, voy a tener que subir, voy a tener que bajar, no, vayan ustedes, yo me quedo hijito, yo supongo que eso lo han visto la mayoría, Cuando florezca el almendro, color del cabello, las flores del almendro son blancas como la nieve. Aún la langosta será una carga, aún las cosas más pequeñas se vuelven una carga, una dificultad. Esto no, creo que se los he contado antes. Yo me acuerdo con mi abuelita que estaba luchando con demencia y Alzheimer's. Control de la tele, imposible de manejar ya. Hijo, ven, enséñame cómo manejar la tele. Y le angustiaba terriblemente que ya no podía hacer algo así. Agarraba el control de la tele y pensaba que era el teléfono. Las cosas más pequeñas, una carga, una dificultad. Las cosas más fáciles se vuelven difíciles. Y se pierde el deseo. Los deseos, los apetitos naturales se pierden. Yo vi con mi abuela en el lugar donde se quedaba que alimentar a los huéspedes se volvía una tarea crítica. ¿Por qué? Si no nos alimentaban, ellos no se iban a alimentar. Ya no tenían hambre, ya no querían comer. Tenían que estar encima de ellos para que comieran. Pérdida de otros deseos está implícito aquí también. Ahora, ¿por qué están pasando todas estas cosas? ¿Por qué esta terrible historia que todos tendremos que vivir si llegamos? Cinco, porque el hombre se va a su morada eterna. Te estás acercando al final de tu viaje, Cada uno de nosotros tiene un boleto sencillo, no es redondo. Boleto sencillo a la eternidad. Pasamos por esta vida una sola vez. Experimentamos esto una sola vez. Eres joven, una vez. Envejeces, una vez. Y al final, tu destino eterno. Y los que hacen duelo, rondan alrededor de la plaza. Tu funeral, tu entierro. Los que dejamos atrás nos extrañan, por un tiempo luego nos olvidan. Y con el siguiente versículo termina la ilustración de Salomón. Es completamente obvio que habla del envejecimiento, la muerte. El siguiente versículo parece mostrar algo del conocimiento anatómico que adquirió en sus amplias investigaciones Acuérdate de él antes que se rompa el cordón de plata y se destroce el tazón de oro, antes que el cántaro se quiebre junto al manantial, se quiebre en la fuente y la rueda se rompa sobre el pozo. Habla aparentemente de la columna, el cordón de plata, el cerebro, el tazón de oro, Después, el sistema circulatorio, corazón, venas. Esto es lo que nos espera a todos y Dios nos da una larga vida. Cuerpo y mente descomponiéndose. Hemos visto ambos de cerca, yo he visto ambos de cerca. Son difíciles de soportar. Es común que pensemos, eso no me va a pasar a mí. Por lo menos no en ese grado. Eso les pasó por su negligencia. Yo me voy a cuidar. Yo voy a comer bien. Voy a hacer ejercicio. Pero vean, estas cosas están fuera de tus manos. Fuera de tus manos. Algunas de las personas más físicamente preparadas del mundo terminan completamente incapacitados. Están fuera de tus manos. A veces las personas más cuidadosas de su salud padecen las peores enfermedades jóvenes. Ahora no estoy diciendo que seamos irresponsables, solo te digo, está fuera de tus manos. Tú no puedes controlar esto. Lo más que podrás hacer es demorar un poquito, un poquito tal vez. No podrás escapar de las consecuencias de la maldición del pecado sobre tu cuerpo. Todos pierden la batalla contra el tiempo. Todos. Todos encuentran que está fuera de sus manos retener sus facultades físicas y mentales. Al final, nadie es inmune al tiempo. Esto te sobrevendrá en el mejor de los casos. ¿Cómo, hermano? En el mejor de los casos, en el peor, te morirás antes. Antes de llegar a esto. Y de verdad, te digo, llegará antes de lo que te imaginas. Empezarás a perder tus facultades físicas, tal vez mentales. ¿Qué te quedará si no te has acordado de Dios en tu juventud? ¿Qué te quedará? ¿Qué te quedará? Estoy en mi lecho de muerte, pero ¿cómo me divertí hermano cuando tenía 20? No creo, lo dudo. Cuando Martin Lloyd Jones, supongo que muchos saben de él, predicador famoso, cuando estaba en su lecho de muerte, muriendo de cáncer, Llegó su amigo Ian Murray, otro autor que a lo mejor algunos conocen, a visitarlo y Martin ya no podía hablar, lo único que podía hacer era escribir. Y su amigo Ian Murray le dijo, amigo, cuánto me pesa llegar a verte aquí en dolor y triste. Y Martin le escribió en el papel, en dolor, pero no triste. En dolor, pero no triste. Si llegas a esta edad con Dios, todo estará bien. Todo estará bien. Estarás más cerca. Verás a los jóvenes y dirás, ay, pobre de ti, yo ya estoy en la puerta. Yo ya voy a estar con el Señor, ya casi llego, ya estoy tocando a la puerta, ya estoy cruzando al río, el río de la muerte como cristiano, como esperanza. Yo lo veo con mis abuelos, los dos que aún viven, dos ya pasaron a la eternidad, dos aún viven. Los dos que aún viven son hijos de Dios. aman a Cristo. Llegaron a la vigez con Dios y por lo tanto están bien. Están padeciendo muchas cosas, caídas, luchas, muchas dificultades, pero están bien. Voy a estar feliz el día que me den la noticia que ya se fueron a estar con Él. ¿Tú qué tendrás si llegas sin él? ¿Algo? ¿Te van a consolar tus años de fiesta? ¿Qué viviste la vida loca en tu juventud? ¿Eso te va a consolar? No. Salomón te describe todo esto, toda esta advertencia para decirte busca a Dios hoy. Busca a Dios antes de que el polvo vuelva a la tierra como era. Y tu espíritu vuelva a Dios, quien lo dio. Ahora, algunos estarán pensando, hermano, ¿por qué me tienes que arruinar la fiesta? ¿Por qué me atormentas con esto ahora, en mi juventud? Porque Dios, así, me lo manda. Dios así lo quiere. No tengo de otra. Si estás enojado conmigo, está bien. No me preocupa. Prefiero que Dios me cuente fiel. Es mi tarea advertirte. Dios así lo quiere. Dios así me lo exige. Es ahora o nunca para ti. ahora o nunca para ti. Las oportunidades que tienes hoy no van a regresar. Está cayendo la arena en el reloj. Se están acabando. Pon esas oportunidades al servicio de tu alma. mientras las tengas. No desperdicies el vigor y la oportunidad de tu juventud. Dice Lamentaciones, bueno le es al hombre llevar el yugo en su juventud, llevar la carga en su juventud. Te arruino la fiesta por el bien eterno de tu alma. Seguramente no quieres escuchar. Seguramente no estás dispuesto a obedecer. Pero te lo tengo que decir. Dios es el único que te puede detener de tirar tu vida a la basura. La gran mayoría de los jóvenes en este mundo están completamente engañados. Se han tragado el anzuelo de la feria de vanidades completito. Sabiduría en un joven es poco común. Yo conozco, los cuento con los dedos de la mano, los jóvenes realmente sabios, sabios según la palabra de Dios. Cada uno de ustedes tiene la oportunidad de ser sabios, jóvenes sabios. Lo harán, buscarán a Dios o tirarán esta oportunidad a la basura. y después se arrepentirán amargamente. Eso sí se los aseguro. Todos pensamos neciamente, yo soy diferente. Mi caso es diferente, yo soy diferente. Yo puedo probar sin caer, yo puedo manejar las tentaciones. Soy fuerte, yo puedo manejar. No. Soy fuerte, soy astuto. No, no eres astuto. Yo puedo salirme con la mía. Puedo disfrutar del pecado y después voltearme a Dios sin consecuencias. Pues mira, te digo esto. Si logras salirte con la tuya, serás el primero en la historia que lo haya logrado. Cada generación piensa como ahora piensas tú. y cada una encuentra el error en el que estaban, tarde o temprano. El pecado te terminará destruyendo como a incontables generaciones antes que tú. El verdadero gozo, la verdadera vida, están en Cristo. No hallarás gozo verdadero en el mundo y el pecado. Nunca cumple lo que promete Es una mentira. ¿Quieres gozar de la vida? ¿Quieres tener vida en abundancia? Busca a Cristo hoy. Acude a Él hoy. El mundo afirma que ser creyente no es divertido. Afirma que ser creyente no es divertido. Que disfrutar de la vida recordando a Dios conforme a su palabra es perderte de todo lo que te ofrece el mundo, toda la diversión. Pero si crees eso, yo te digo esto, no conoces a Cristo. No puedes comparar. No sabes si te están mintiendo o no porque tú no conoces a Cristo si crees eso. Seas joven o no, Dios te dice que el creyente puede vivir con verdadero gozo, disfrutando lo que te viene de su mano. Vamos a Ecclesiastes 9.7 para concluir. Último esfuerzo. 9-7. Anda, come tu pan con gozo, bebe tu vino con alegre corazón, porque tus obras ya son aceptables a Dios. Es aceptable ante Dios, a Dios le agrada que sus hijos disfruten de las cosas lícitas, de las cosas puras, de las cosas buenas de este mundo y esta vida, en su justa proporción, sin olvidarlo, sin pecado. Dios nos da la capacidad de vivir y disfrutar verdaderamente. La vida del creyente verdadero no es una tristeza, No es un aburrimiento como el mundo te lo vende, como el diablo te lo vende. Leemos en 8. En todo tiempo sean blancas tus vestiduras, nunca falte un cuento sobre tu cabeza. Goza de la vida con la mujer que amas todos los días de tu vanidad. que Dios te ha dado bajo el sol, porque esta es la porción de tu vida y del duro trabajo con que te afanas debajo del sol. El creyente no es alguien aburrido, no está aburrido, no vive en aburrimiento, en sufrimiento, recluido, perdiéndose de todas las oportunidades que le ofrece la vida. El creyente es el único que vive de verdad. El único, es el único que tiene la capacidad de gozar las cosas buenas que Dios creó, como Él las diseñó, de manera correcta. Sin Dios vivirás tratando de gozarlas sin poder hacerlo realmente. Pero con Él las gozarás de verdad. En Cristo puedes disfrutar, no sólo de los placeres de la vida, sino también de las responsabilidades de la vida. ¿Cómo hermano? Sí, del trabajo. Versículo 10. Hay gozo en las oportunidades de trabajar y servir a Dios en este mundo para el creyente. Este es uno de mis pasajes favoritos, favoritísimos. Está la lista de los favoritos y la lista de los favoritísimos. Me gusta mucho este versículo. Todo lo que te venga la mano para hacer, hazlo con empeño. Porque en el Seol, en la tumba, ¿a dónde vas? No hay obras, ni cuentas, ni conocimiento, ni sabiduría. Es un mandamiento ser productivo en los días que Dios nos dé bajo el sol. Hay un lugar para descansar, hay un lugar para disfrutar, celebrar, disfrutar a la pareja. Es aceptable ante Dios que lo hagamos, también hay un lugar para aprender. para trabajar, para esforzarse, sirviendo a Dios. El creyente fiel vive productivamente. El hombre en el mundo piensa que el paraíso es tener dinero infinito e irse a vivir en una isla para estar en la playa echado todos los días de su vida. ¡No! Dios dice que no, que esa no es la verdadera felicidad. Las personas que tienen ese tipo de oportunidades terminan drogadictos, suicidándose, depresión, pastillas. ¿Por qué? Porque lo tienen todo y dicen, alguien me mintió. ¿Quién me engañó? A mí me tienen toda la vida diciendo que esta es la felicidad y no es cierto. ¿Por qué no? Porque te mintieron. El creyente fiel vive productivamente, busca aprovechar cada oportunidad, se esfuerza, trabaja con empeño, y esto es agradable a los ojos de Dios. Es agradable. No malgastes tu juventud en la feria de vanidades. No tires tus mejores años sirviendo al pecado, sirviendo al enemigo de tu alma. No creas sus mentiras acerca de la vida cristiana. Si estás creyendo esas mentiras, te invito, búscate un creyente verdadero y pregúntale si vive aburrido en sufrimiento, si es mejor o peor su vida después de Cristo. No creas las mentiras. Yo no conozco a nadie que alguna vez me haya dicho, hermano, ojalá que hubiera creído después. Nadie dice eso. ¿Por qué? En las cosas, según las mejores cosas de la vida, en donde sea, en cualquier profesión, encontrarás a personas que te digan, como que mejor no. Resulta que ningún creyente te va a decir eso. Ningún creyente verdadero. ¿Por qué? Porque ahí está la verdadera vida. Ahí está la vida en abundancia. Todos dicen, ojalá que me hubiera entregado antes. Todos. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes de que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas, no tengo en ellos contentamiento. He aquí ahora el tiempo más favorable para ti, joven. He aquí ahora el día de la salvación. Ahora, les voy a pedir tres minutos más, porque muchos de ustedes aquí no son jóvenes. Han escuchado todo este mensaje, algunos de ustedes, y han pensado, hermano, yo ya no soy joven. Mi oportunidad pasó. Ya desperdicié mi joventud. No hice caso alguno de Dios cuando era joven. Eché todo a perder. Ya no hay esperanza para mí. Ya no tiene caso, estás equivocado. Si estás en Cristo, hay una promesa para ti que leeremos en un momento. Si no estás en Cristo, te leo lo siguiente de Ecclesiastes 9. Ecclesiastes 9.4. aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos pues mejor es perro vivo que león muerto porque los que viven saben que han de morir pero los muertos nada saben ni tienen más recompensa pues la memoria de ellos es puesta en olvido también su amor y su odio y su envidia fenecieron ya Y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. Si estás vivo, aunque ya no seas joven, he aquí ahora el tiempo favorable, hoy el día de salvación. Y si eres creyente, hay una promesa para ti que te lamentas haber desperdiciado tantos años. Y es que Dios te promete que Él restituirá los años que comieron la oruga, el pulgón, el saltón y la langosta. Dios te da oportunidades aún hoy, no puedes recuperar las que pasaron, no. Pero si estás en Cristo hoy, hoy tienes oportunidad aún de servirle. ¡Esfuérzate aún más! ¡Hermano, desperdicié la mitad de mi vida! ¿Entonces qué estás haciendo hoy? ¿Estás viviendo la vida cristiana como debes de vivirla? ¿Plenamente? ¿Entregado del todo? ¿Buscando oportunidades de servicio? ¿Exprimiéndote, gastándote en el servicio del Señor? ¿Gozando de las cosas buenas que Él te da, agradado con Él? Dios nos ayude. Vamos a orar. Padre, muchas gracias por ponernos esta advertencia tan claramente en tu palabra. Te rogamos por tantos jóvenes que hay en este lugar. Señores torvales, No les dejes seguir su camino. No les dejes tapar sus oídos. No les dejes callar sus conciencias. No los dejes encontrar gozo en el mundo. Estórbales, te rogamos, Señor. Fuérzalos a entrar, te rogamos. Ablanda sus corazones. Señor, quita el enojo y la ansiedad de sus corazones, que fluye de creer mentiras del diablo respecto a la vida. Ayúdalos a ver a Cristo, la razón de nuestra existencia, a encontrar vida y vida en abundancia. Y Señor, para cualquiera que no es joven, si no te conoce, Te rogamos también que aún hoy le estorbes, Señor, que no llegue el momento en que tú le digas, adelante, haz lo que quieras. Ayúdalos a mirar a Cristo aún hoy. Y para los que te conocemos, Señor, ayúdanos a vivir vidas cristianas. como es digno de tu llamamiento, Señor, a ser contados fieles. No nos permitas desperdiciar tiempo, fuerza, oportunidades, conociéndote, Señor. Qué pena nos da lo que ya hemos desperdiciado. Te rogamos todo esto en el nombre de Cristo Jesús. Amén.
13 Eclesiastes Acuerdate de tu Creador
Series Eclesiastés
No malgastes tu juventud en la feria de vanidades. No tires a la basura tus mejores años sirviendo al pecado, sirviendo al enemigo de tu alma… Nadie nunca dijo, "hubiera creído después, me hubiera entregado a Cristo después."
Sermon ID | 83191544433119 |
Duration | 1:23:33 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Ecclesiastes 11:7-10; Ecclesiastes 12:1-7 |
Language | Spanish |
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