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Amén hermanos, pues estoy gracias a Dios que hoy estamos viendo los jóvenes tomar el servicio. Es bonito ver la generación venidera. ponerse listo para servir al Señor y doy gracias a Dios lo que Él está haciendo en la juventud de nosotros. Y ahorita he pedido al hermano Abraham que venga a predicar, entonces que pongamos atención y pues que oremos por la Palabra, ¿verdad? Doy gracias al Pastor Germías que me dejaba predicar hoy. Es una bendición. Tienes tu Biblia. Que vayas a Mateo capítulo 21. Mateo capítulo 21. Hoy voy a predicar de fe. Mateo capítulo 21 versículo 18 dice la Biblia que por la mañana volviendo a la ciudad tuvo hambre Y viendo una hierba cerca del camino, vino a ella y no halló nada en ella, sino olla solamente, y le dijo, Nunca jamás nazca de tu fruto. Y luego se secó la hierba. Viendo a esto, los discípulos decían maravillados, ¿Cómo es que Seco es seguida en la heguera? Respondiendo, Jesús le dijo, De cierto os digo que si tuvieras fe y no dudarías No solo harías esto a la jiguera, sino que si a este monte dijeres, quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que perece en oración, creyendo, lo recibirás. Vamos a orar. Benito Padre, gracias por este día. Gracias para todas tus bendiciones. Ayúdame a enseñar tu palabra hoy y ayúdanos a ponerlo en nuestras vidas en nombre de Jesucristo. Amén. Aquí estamos viendo la historia de la heguera y aquí está Jesús. Vio una heguera y no tenía nada fruto y Jesús le dijo a la heguera que se va y se fue. Y los discípulos le vio eso y se sorprendieron. Y le preguntaron, ¿Cómo haces esto? Y dice Jesús que en el versículo 21 dice, Respondiendo Jesús le dijo, de cierto os digo que si tu eres fe y no tu eres, no solo harías esto de la sierra, sino que Así a este momento dijiste, quítate echando en la mar, será hecho. Aquí está diciendo Jesús a sus discípulos que tienes fe. Si tienes fe en mí, puede ser cualquier cosa. Porque en el versículo 21 dice que y todo lo que pides en oración, creyendo, lo recibirás. Y mi primer punto que podemos ver aquí es, en el versículo 22 puedes ver lo que Jesús está diciendo que y todo lo que pides en oración, creyendo, lo recibirás. Aquí está diciendo que si le pides de Dios algo, si tienes fe en Él, te va a dar. Y mi primer punto es, cuando estás ganando almas a Cristo, o cuando estás tocando puertas para invitar personas a la iglesia y ganarlos a Cristo, necesitas tener fe en Cristo. Porque si no tienes fe en Cristo, no puedes ganar a alguien a Cristo. Porque, por ejemplo, cada vez que fui a tocar puerta a la colegio y tocaba una puerta y se salió alguien y le hablé de Cristo a él, no quería, se enojaron y cierraron la puerta enfrente de mi cara. Y yo ahí, yo no tenía el poder de Dios conmigo. Yo ya sé que unas veces las personas rechazan el Evangelio y no quieren saber nada del Evangelio. Pero en ese momento yo estaba caminando a mí mismo. No tenía el poder de Dios conmigo. Y como dice aquí Jesús, que si le pides a Él en oración, creyendo, le vas a recibir. En ese momento, estaba allí con mi compañero de Tocanopuertas. Pedí a Dios en ese momento que me ayude y que me da poder para ver a alguien salvado o para invitar a alguien a la iglesia. Y fuimos a tocar otra calle. Y Dios nos respondió. Dios nos dio poder para invitar a alguien a la iglesia o ver a alguien salvado. Y, por ejemplo, Un calle, vimos un calle y estaba un poco, como se veía bien feo el calle, se veía que tenía muchos problemas en ese calle. Y yo y mi compañero teníamos poco miedo, teníamos poco, este calle se ve muy raro, se ve muy sketchy, se ve muy peligroso. Y yo le dije, ¿qué quieres decir en este calle? Dijo que sí, vamos, más o menos que vamos, no perdemos nada. Y yo dije, OK, vamos. Y tocamos cada puerta. Y no respondió nadie, excepto una casa. Y fueron siete niños. O siete niños que respondieron. Abrieron todo. Los niños se salieron de la casa. Y dice, hola, hola, ¿quién eres tú? ¿Por qué tienes un corbata? Somos de Primera Iglesia Bautista y queremos darte una invitación a la iglesia. Y después sus padres se salieron y dijeron, ¿quién eres tú? ¿Por qué estás aquí? Y yo le dije, aquí queremos darte una invitación a la iglesia. Y él dijo, OK, si les cuidas bien, ellos pueden ir. Y yo dije, oh, qué bueno. Y en esa semana teníamos Carnival Sunday. Trajimos siete niños en esa casa y todos fueron hermanos. Y tenía una hermana también. Pero todos vinieron en la voz esa semana. Y eso fue una... Dios nos tocó en ese momento. Nosotros pedimos de Dios que Dios puede darnos poder, puede darnos fe, podemos darnos a alguien para invitar a la iglesia. Porque en esas semanas no teníamos a nadie. No vimos fruta, como aquí dice Jesús que no vio fruta. Y nosotros no vimos fruta y queríamos ver a alguien en la iglesia. Y pedimos de Dios, en el versículo 22 dice que pides de él en oración, creyendo, le vas a recibir. Y yo creí eso, yo pedí de Dios, ayúdame Dios, dame una persona para invitar a la iglesia. Y Dios me le dio, me dio siete. Y en ese momento me sentí orgulloso. Me recuerdo que así de chiste me sentía orgulloso. Que traí siete personas, siete niños. ¿Y cuántos traíste tú? Traí dos o cero. Y me sentía orgulloso de chiste así. Pero eso te enseña que tienes fe en Cristo y tienes fe en su poder. puedes hacer su obra y puede darte el poder para invitar personas a la iglesia y ganar almas. Y mi segundo punto que podemos ver desde el versículo 22, que pides de Jesús que te da poder, le vas a recibir, es resisting temptation. No sé cómo decir resisting, pero resistir tentaciones de la vida. Bueno, unas veces en mi vida yo tengo tentaciones a hacer algo malo o pensar algo malo. Y especialmente en el colegio, cuando pasas los carros, puedes escuchar música mala, o pasas con unas personas que dicen groserías, y tú tienes tentaciones y pensamientos malos. Pero me pido de Jesús que me ayude con mi mente Dios me ayuda, porque aquí dice que si le pides a Jesús en oración, creyendo, le vas a recibir la ayuda. Me ayudó Jesús porque unas veces cuando estaba en el colegio, tenía dudas. Tenía dudas de mi salvación, tenía dudas del Evangelio, tenía dudas de unas cosas de mis vidas. Pero yo tenía fe en Cristo, y yo le pedí a Dios, Dios ayúdame, puedes ayudarme con mi fe, puedes ayudarme a seguirte, puedes ayudarme a hacer tu obra, y me ayudó. Porque aquí dice Jesús que pides de él creyendo te puede ayudar. Y en ese momento Jesús me dio, creo que una vez en Night Bus, Me acuerdo que el diablo me estaba atacando en tener dudas de mi salvación otra vez. Me acuerdo que ya acabamos de dejar a todos los niños en Chicago y mi capitán me dijo, ¿qué quieres predicar frente a todos los hombres? Yo dije que yo no quiero. ¿Por qué? Me dijo, ¿por qué no quieres predicar? Yo dije que tengo dudas, tengo miedo a predicar, tengo temor, tengo ansiedad. Yo no quiero predicar ahorita. Dice, ¿por qué? Y después le dije que unas veces que dudo mi salvación y que unas veces que dudo que dice la Biblia. Él me dijo que toma el Evangelio. como la palabra de Dios y tú tengas fe. Y que pones tu fe en Cristo. Pones tu fe 100% en Cristo. Eso me ayudó cuando me enseñó este pasaje en el versículo 22. Dice que todo lo que pedirás en oración creyendo, lo recibirás. Y me dijo mi capitán, dice que tú pide de Dios que te ayude con tu fe. Tú pide de Dios. Con fe. Pide a Dios con fe para ayudarte con tu fe. Y yo dije, OK, voy a hacer eso. Y yo fui en los últimos, los sillas del bosque y fui a orar. Y yo dije, Dios, por favor, ayúdame con mi fe. Porque yo sentía que el diablo me estaba atacando y yo necesitaba ayuda con mi fe en ese momento. Y después me quedé orando. Mi capitán dice, ¿estás listo a predicar? Yo estaba listo a predicar. Y yo quería predicar. Y eso que me ayudó, ese pasaje me ayudó a ganar almas y también a resucitar tentaciones. Porque hay muchas tentaciones en este siglo, en este mundo. Satanás te puede atacar en la mente, te puede atacar al cuerpo, te puede atacar espiritualmente, te puede atacar en cualquier momento. Y cuando tenemos a Cristo en nuestro lado, podemos resistir al diablo. Porque el diablo es más fuerte que nosotros. Y unas veces, por ejemplo, otra vez cuando fuimos a tocar puertas en Chicago, Unas veces, como dices, mi compañero y yo estamos en duda todo el tiempo, porque el diablo nos está dando dudas, nos estamos dando como que Dios no puede ayudarnos, y en esos momentos estamos pensando así, con duda, sin fe, pero el diablo quiere que nosotros pensemos así. Pero me recuerdo que mi compañero dijo que vamos a orar. Antes que tocamos puertas, vamos a orar con fe a Dios para ayudarnos a ganar a alguien a Cristo. En ese momento fuimos a orar y Dios nos dio poder. Y ya no teníamos duda en ese momento. Y fuimos a tocar puertas y hablamos con gente y todo estaba bien. Pero en ese momento teníamos duda y no pudimos hacer nada con Dios. Porque es imposible agradar a Dios sin fe. Si no tienes fe, no puedes agradar a Dios. En ese momento, cuatro horas sin fe, fuimos cuatro horas sin fe tocando puertas en Chicago y nadie nos escuchaba a nosotros. Porque nosotros no teníamos fe en el Evangelio. Es, por ejemplo, cuando alguien quiere ir a tu casa a vender un respirador o algo así, te meten a tu casa y te dicen, puede ser esto, esto, eso. Te puede quitar todo el polvo de tu casa. Ese respirador puede limpiarte toda la casa. Te puede hacer comida también. Esas personas creen que ese respirador es un buen producto. Creen en esto. Y cuando vamos a tocar puertas, nosotros mismos creemos en el Evangelio, que es una buena cosa. Te da vida eterna. Y unas veces cuando yo fui a tocar puertas, yo no creía en eso. Yo tenía dudas de la Biblia unas veces, o el diablo me estaba atacando en ese momento. Y tener a un diablo atacándote, no puedes hacer nada, porque es imposible agradar a Dios sin fe. Y después, bueno, oramos en ese momento que Dios ayude a nosotros con nuestra fe. nos dio como ocho personas para para invitar a la iglesia y fueron a la iglesia con nosotros ese próximo semana y fue una bendición Y cuando tenemos a Jesús en nuestro lado, podemos ganar los dudas, podemos ganar al diablo, los dudas, las tentaciones en la vida. Y otra cosa que podemos aprender de este, que yo aprendí de este viciclo, es que necesitamos tener, necesitamos tener content, ¿cómo dices en español? Content, contentamiento. Contentamiento. ¿Cómo dices? Contentamiento. contentamiento. Otra cosa que aprendí de este bicicleta es tener contentamiento en mi vida. Porque cuando estás tocando puertas, y vas a tocar puertas, ya está lloviendo, o ya está frío. Y yo tengo mis zapatos de vestir, y me duelen los, no los patos, pero me duelen los pies. Me duelen los pies cuando voy a caminar por muchas horas, porque tengo los zapatos de vestir. Y no hay mucho, no hay lluvia. Y me siento que yo no quiero eso. Yo quiero regresarme al colegio. Yo no quiero tocar puertas ahorita, porque está difícil. Tengo frío. Me duelen los pies. Hay lluvia. Hay personas que si dices algo malo a ellos, te golpean. O hay unas personas malas ahí. Y yo no quiero hacer eso ahorita, porque estoy puñegando. ¿Cómo dices? Complain. Quejando. Quejando todo el tiempo. Quejando no te va a servir nada. Me acuerdo que estaba quejando por horas. Estaba lloviendo y estaba helado. Y nos estábamos pegando en nuestras cabezas. Y yo dije, granizo. Y el granizo nos estaba pegando en la cabeza. Y yo le dije a mi compañero, más o menos que regresamos al colegio. Y él me dijo, ¿de verdad sí quieres regresar? Yo le dije, ¿ya quieres acabar hoy? Y yo le dije que yo pienso que es más mejor porque hay granizo, está bien frío, está lluvia, nadie nos abrió la puerta. Tanto duda y tanto quejando. Pero mi compañero me dijo que, no, está bien, una más calle. Vamos una más calle. Y vimos un calle y dice que, OK, vamos. Y conocimos una muchacha, no una muchacha, pero un muchacho, ya tenía como 25, y trajimos a la iglesia y se hizo salvo. Imagina, nosotros ya no queríamos tocar esa calle. Esa persona no se hacía salvo. Se llama el Sr. Vaughn. Fue un moreno bien alto, como 6'5". Y él quería ir a la iglesia. Y me creo que su testimonio fue algo bien bonito ahí, porque fue a la iglesia y ahí estaba, ya como de 25 años, 6'5", bien alto, y estaba bien aburrido. Y les trajimos a la iglesia y estaba bien aburrido en la iglesia. y todas esas cosas. Y yo le hablé de Cristo con él en el Evangelio. Y se hizo salvo. Y fue una bendición a ver. Y después, cuando se hizo salvo, se bautizó en esa semana. Y fue una bendición viendo eso. Y cuando acabamos todo, cuando acabamos el servicio en la tarde, cuando acabamos el servicio de la tarde, fuimos a nuestros buses para dejar a los niños en Chicago. Y él se metió también, y teníamos night bus, y él estaba brincando de silla a silla, me estaba golpeando, me estaba pujando. Y me dijo, me dijo, yo soy salvado. Tenía tanto gozo en su alma que fue salvado ese día. Y estaba cantando él. Tenemos los cánticos de voz. Él estaba cantando, brincando, pujando, golpeando. Y fue bien chistoso porque estaba muy, Tenía tanto gozo en su alma que fue salvo ese día. Tenía tanto gozo. Y yo me sorprendí, porque unas veces yo no tengo ese gozo. Yo pienso que, no, yo unas veces no doy gracias a Dios por mi salvación unos días. Unas veces yo, oh, yo soy salvado. ¿Y qué? Pero en ese momento ese señor, ese señor Bond, estaba bien. Estaba bien feliz. Y eso me dio gozo, viendo a él que fue salvado. Y ya tenía un lugar en el cielo, que ya no necesitaba ir al infierno como yo. Yo merecía el infierno, pero alguien me enseñó el evangelio y ya puedo ir al cielo un día. Y en ese momento, ese van, Me recuerdo que me dijo que yo merecía el infierno, pero ya voy sin cielo un día porque ponía fe en Cristo. Y escuchando lo de él, fue algo bien bonito, algo que ya tenía, fue a muerto, a vivo, porque ponía fe en Cristo. Y la única razón que eso pasó es porque yo y mi compañero, mi compañero tenemos fe en Cristo. Porque yo ya me quería ir, yo no quería tocar puertas, porque ya estaba lluvia, ya estaba granizo, estaba frío, me dolió los pies, ya no quería ir. Pero mi compañero dice, una más vez, una más calle, y fuimos y conocimos a ese señor. Imagina, mi compañero dijo que, ¿sabes qué, Abraham? Es cierto, vamos al colegio, ya no quiero tocar puertas. Nunca vamos a conocer a ese señor Van. Pero mi compañero tenía más fe que yo en ese momento. Y dijo, vamos. Y yo dije, OK, vamos. Y ese señor Van ya tiene un lugar en el cielo. Porque nosotros tenemos fe para Jesús. Tenemos fe en, o más mejor que mi compañero, tenía fe para andar una más calle. Y ganó a alguien en Cristo. Y fue una preciosa cosa para ver. Y otro ejemplo, me acuerdo que otro hombre, mi primer alma que yo gané a Cristo se llamaba, un señor se llamaba Omar, y fue un hispano. Yo creo que fue en Guatemala, que estaba más, yo ya estoy chapado, pero estaba más chapado que yo. y me recuerdo de él. No estaba en nuestra ruta, estaba en la ruta de mi amigo. La capitana de esa ruta de mi amigo se llama Johnny. Y me recuerdo que él me dijo que vengas en nuestro bus para ese día. Y yo le dije, OK, voy, sí. Porque este Johnny no tiene ningún, no tiene un hispano. Y él dijo que puedes ir en nuestro bus. Y yo fui en su bus, en su ruta en ese día. Y después yo estaba hablando con Omar, estaba hablando de los deportes, estaba hablando de la vida, estaba hablando de que le gusta comer y todas esas cosas estaba hablando. Y yo creo que tiene 28 y tiene dos hijas que trajo él. Y después de eso fuimos a la iglesia hispana y después Antes que fuimos a la iglesia hispana, yo le di a Migelio y le rechazó porque es católico. Y fuimos a la iglesia bautista de Hammond ahí y escuchó a este pastor Andy Gomez. Y cuando ya acabó el servicio, este hermano, este pastor Andy, le dio una invitación y él hació su mano. y que así se salvó. Y se fue a ir y se hizo salvo. Y después de eso, se fue a mí, me quiero bautizar también. Y yo le dije, ¿te quieres bautizar también? Dice, yo también quiero. Y en ese día se bautizó también. Y fue una bendición que hermano Johnny, con poca fe, invitó a un hispano a la iglesia. Porque él no sabía español, pero le invitó. Tenía fe, dice, Creo que él me dijo, Johnny, dijo que puse como unos cinco palabras en español. Puse iglesia bautista, iglesia. Así sabe él. Iglesia bautista, iglesia, ocho y media. Esas son las únicas palabras que sabe en español. Y le trajo el Señor a la iglesia. Y se hizo salvo. Se llama Omar. Y después sus hijas se hicieron salvo también. Después. Y fue una bendición viendo eso y su vida. Y me recuerdo que ya tenía como unos cuatro meses sin viéndole. Le conocí en septiembre y ya tenía cuatro meses sin viéndole. Y las últimas tres semanas de escuela, porque fue en otra ruta. So, me recuerdo que mi hermano Johnny, el capitán de esa ruta, dice, Abraham, ¿recuerdas a Omar? Ya tenía como cuatro meses sin viéndole. Dice, ¿recuerdas Omar? Yo dije, oh, sí, sí. ¿Te quiere hablar? Y me estaba hablando de la Biblia. Dice que me gusta ese pasaje. Me gusta ese capítulo de la Biblia. Me gusta el capítulo de, no, me estaba diciendo que todas las cosas de la Biblia y que le gusta este libro, que le gusta ese discípulo, que le gusta este pasaje, le gusta ese predicador. Me estaba diciendo todas las cosas que aprendió de la Biblia. Y fue una bendición escuchándolo. Tanto él tenía fe para recibir a Cristo, su Salvador, pero tenía también fe para leer la Biblia, para seguir a la iglesia. Y yo viéndolo, fue una bendición. Y fue porque la fe del hermano Johnny. Fue la fe del hermano Johnny para invitarlo a la iglesia, para verlo. Y me recordó que me enseñó ese hermano Johnny ese viciclo. Y mi capitán de mi ruta también me enseñó. Dice que pides de Dios, aquí en el viciclo 22. Y todo lo que pides en oración, creyendo, lo recibirás. Y me enseñó ese viciclo. Dice que pides de Cristo, teniendo fe y creyendo en Él, le vas a recibir. Y unas veces yo no tengo esa fe. Yo dudo. Yo pido a Dios, Dios, ¿me puedes ayudar en este momento? Y no tengo fe. Y Dios no me escucha. Porque Dios no quiere a alguien que duda. Porque es imposible agradar a Dios sin fe. Pero Dios ahí está, listo a escucharte en cualquier momento y cualquier problema en tu vida. y te va a ayudar, y tienes fe. Y es algo que aprendí en este escolar, en el tiempo de escuela, de colegio, que teniendo fe puede ser cualquier cosa para Dios, pero en dudas no puedes hacer nada. Y yo aprendí cómo usar mi fe para ganar almas a Cristo, a evitar cosas en la iglesia, y eso me dio experiencias nuevas. Algo que yo no sabía y yo ya lo sé. Y fue una bendición ir este año allá. Y eso que ya tengo, yo sé que fue un mensaje medio corto, pero vamos a orar. Benito Padre, gracias por este día. Gracias por tu palabra. Gracias por tu misericordia. Ayúdanos a seguirte y amarte. En nombre de Jesucristo, amén. por 386.
Tener Fe
Sermon ID | 829212112542313 |
Duration | 26:27 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Language | Spanish |
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