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Muy bien hermanos, vamos a continuar entonces de donde quedamos. Ayer hemos descubierto todo lo que tiene relación, hemos visto mucho de todo un poco, ¿verdad? Entonces algunas cosas se van a sentir repetitivas, pero está bien. El punto específico de la primera sesión o las primeras dos partes ha sido el tema del mandato apologético y la creación, nuestra condición como criaturas y cuál debe ser nuestra respuesta a Dios como Creador. Hemos hablado un poco acerca de los efectos del pecado, sobre eso y los desafíos que enfrentamos, pero ahora vamos a entrar en esa materia más específicamente en el tema de la caída y la redención, que es lo que espero poder cubrir hoy. Esa parte y luego la parte 3 que tiene que ver con la necesidad del incrédulo. Entonces, vamos a ver si lo logramos. Vamos a orar. Dios, ¿Qué bueno eres con nosotros de darnos una vez más esta oportunidad de estar aquí reunidos? Gracias Padre Santo porque hemos crecido en el conocimiento tuyo, en el conocimiento de tu palabra, porque a través de este estudio Hemos podido vislumbrar en alguna medida la consistencia de la fe que tú nos has dado. Gracias Dios porque podemos confiar y construir nuestras vidas sobre esta roca que es tu Hijo Jesucristo. Gracias oh Padre Santo por permitirnos esta gracia y también te pedimos que nos des una actitud de gracia. hacia los demás, hacia los que no te conocen, y que siendo obedientes al mandato apologético podamos también dedicar tu palabra, tu evangelio, y que muchos vengan al conocimiento de tu Hijo. Gracias a Dios por hacernos instrumentos en esta tarea tan importante y tan grande y reconocemos que nosotros mismos no tenemos ninguna capacidad, ninguna dignidad, ningún poder, sino que todo eso viene de ti, de tu Espíritu Santo que mora en nosotros. Te pedimos, Espíritu Santo, que nos ilumines en esta noche y que podamos seguir creciendo conforme a tus promesas y tu obra en nuestras vidas. En el nombre de Jesús. Amén. Amén. Muy bien, entonces, estamos en Caída y Redención, la sección Caída y Redención. Y en esta parte, hermanos, lo que nos damos cuenta es que no solamente somos criaturas, que eso sigue siendo una realidad y seguimos teniendo esa posición, pero se suma una característica, y es que como criaturas ahora caídas, entonces somos pecadores. No solamente criaturas, sino también pecadores, y eso complica la situación. Complica la situación, definitivamente. Romanos 3.23 dice, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. Esa es la realidad de todos los seres humanos en Cristo. Somos pecadores destituidos de la gloria de Dios. No importa la edad, no importa la situación, su posición social, no importa su nivel de educación, eso no tiene nada que ver. Todos somos pecadores de nacimiento. Y esa es la realidad, ese es un factor común de todos los seres humanos. Y el problema del pecado es que a veces pensamos en el pecado como que es desobediencia activa, como que es en lo que hacemos que pecamos. Pero realmente es mucho más profundo. Ayer les decía, podemos pecar con nuestros sentimientos también. Y lo cierto es que el pecado lo afecta a todo. Afecta toda nuestra forma de pensar, de sentir, de vivir, de actuar, de razonar, de decidir, nuestras motivaciones. Absolutamente todo está manchado por el pecado. Y tenemos que ser conscientes de eso cuando hablamos con el incrédulo. No queda en él una chispa de bondad, no estamos buscando en él una chispa divina para que logre encenderse y creer en Cristo, no. Aparte de la obra del Espíritu Santo, nadie es capaz de entender esto. Ok, nadie es capaz de venir a Cristo en arrepentimiento y fe. Entonces tenemos que ser conscientes de esa realidad al hablar con las personas. Ser conscientes de los efectos del pecado que lo distorsionan todo. ¿Qué dice Génesis? O más bien, ¿qué dice Dios en Génesis 6.5 describiendo a los seres humanos dice? Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y ponen atención, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Eso es un diagnóstico terrible. Y es Dios el que está haciendo este dictamen. Él está diciendo, así es la humanidad. Génesis 6.5, todo designio de los pensamientos, del corazón de ellos, era de continuo solamente el mal. Romanos 3, del 10 al 18, un pasaje muy conocido. Dice, no hay justo ni a uno. No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron. Aún se hicieron inútiles. No hay quien haga lo bueno. No hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta. Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios. Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre. quebranto y desventura hay en sus caminos, y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos." A veces leemos este pasaje y pensamos, uy, esa era Roma. Qué terrible como estaba Roma, ¿verdad? En el momento que Pablo escribió, ese era un contexto. Es muy diferente ahora, ¿verdad? Ahora la gente como que es más buena. Pero en ese entonces, no, mis hermanos. Este es un dictamen, de hecho, que Pablo cita de los salmos. Es algo que ya Dios había dicho hacía mucho tiempo. Esto es una descripción de la raza humana caída. Esta es la realidad a la que nos enfrentamos. ¿Qué más enseña Pablo en Romanos 1 acerca de los seres humanos? ¿Qué más enseña Pablo? Dios se ha dado a conocer a todas las personas en la creación, en lo que Él ha hecho, ¿verdad? En su obra de creación dio a conocer su eterno poder y deidad, Romanos 1.20, que dice, porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas. ¿Qué más revela? ¿Qué más da a conocer Dios? Da a conocer su ira contra el pecado. Según Romanos 1.18. Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. ¿Qué más revela? Revela sus requisitos morales. En Romanos 1.32 dice que ellos habiendo entendido el juicio de Dios. Estamos hablando de incrédulos. Pablo está describiendo a incrédulos y dice que ellos entienden el juicio de Dios. Que hay un sentido de lo que es bueno y lo que es malo impreso en el corazón de cada ser humano. Ellos saben cuál es el juicio de Dios. Que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complaza con los que las practican. Entonces. revela su poder y deidad, revela su ira contra el pecado y revela sus requisitos morales. De modo que, ¿cuál es la conclusión de todo esto? No tienen excusa. No tienen excusa. Porque las cosas invisibles de él, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, se han visto claramente, de modo que no tienen excusa. De nuevo, eso es Romanos 1.20. aún sin las Escrituras. Estamos hablando de los seres humanos aún sin la Palabra de Dios. Esta es una realidad que describe a todas las personas aún sin las Escrituras. ¿Por qué es importante decir esto? Hay un sentido a veces, incluso dentro de la Iglesia evangélica o especialmente, de pobrecitos son víctimas los que nunca han escuchado la Palabra de Dios, los que nunca han tenido acceso a la Biblia. ¡Ah, pobrecitos! ¿Verdad? Y entonces, en alguna medida sí, obviamente debemos sentir compasión por ellos, pero Dios no es injusto para castigar a alguien que no merece ser castigado. Cuando preguntan, ¡ay, es que esos inocentes que viven en lugares remotos donde no llega la Palabra de Dios! ¡Inocentes! Según lo que dice la Palabra de Dios, no hay ni uno solo inocente. No hay nadie al que Dios castigue injustamente. ¿Cierto? Entonces, ¿cuál es el problema? Que no reconocemos como verdad esto que nos está enseñando Dios a través de Pablo en Romanos. Que todas las personas quedan sin excusa con el solo hecho de existir. porque en este mundo se revela el poder y la deidad de Dios en la creación y en ellos mismos tienen impresa la ley de Dios. Que la ignoran, que la rechazan y que la suprimen a tal punto que terminan olvidándola, sí, eso es cierto, eso ocurre, pero es su propia rebeldía, no es un tema de víctimas, no es un tema de pobrecitos, no, es un tema de rebeldía, en última instancia, en contra de su Creador, ¿Ok? Entonces tengamos eso presente también en nuestra tarea apologética. ¿Qué es lo que hicieron con la verdad? ¿Qué dice? Ah, vean, perdón, voy a darle la cita de donde dice, aún si las escrituras conocen a Dios, Romanos 1.21, dice, pues habiendo conocido a Dios, y vea que está hablando de incrédulos, y dice que los conocen, que lo conocen, perdón, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se embanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. ¿Qué hicieron con la verdad? Dice Romanos 1.28 que no aprobaron tener en cuenta a Dios. O sea, se colocaron en el lugar de juicio y dijeron, pusieron a Dios por debajo y dijeron, no, yo no voy a prestarle atención a Dios. No considero a Dios digno de mi obediencia, digno de mi atención, digno de mi adoración. No. Entonces, toman esa decisión. no aprobaron tener en cuenta a Dios, Romanos 1.28, y como no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada para hacer cosas que no convienen. Parte del juicio de Dios muchas veces sobre el pecado es más pecado, ¿verdad? Es como que Dios dice, ok, lo voy a dejar, que vaya por donde eligió irse. y el pecado engendra más pecado. El endurecimiento del corazón, en alguna medida, es una consecuencia de la propia rebeldía y al mismo tiempo es un acto de juicio de Dios. Dios está juzgando al pecador cuando lo entrega a su pecado y él se endurece. Fue lo que ocurrió con Faraón. Recuerdan la explicación en Romanos cuando Pablo dice que a Faraón lo endureció a causa de su incredulidad, ¿verdad? Ok, suprimen la verdad con injusticia, dice Romanos 1.18. Suprimen la verdad con injusticia. Romanos 1.18. Y esta idea de suprimir o reprimir o detener con injusticia la verdad es... imagínense una bola de playa intentando hundirla bajo el agua y mantenerla bajo el agua esa es la idea, esa es suprimir o esa es detener eso es lo que intentan hacer los incrédulos con la verdad y todos sabemos cómo termina esa historia tarde o temprano esa bola va a salir a flote ¿verdad? Y va a salir disparada. Normalmente es eso que pasa. Esa es la idea. Ellos están... Es una empresa inútil. Están intentando detener algo que no se puede detener. Están intentando suprimir algo que no se puede suprimir. Para siempre. Pueden sentir como que ganaron de vez en cuando. Pero en última instancia, y si no ahora, en el juicio final, esa verdad va a salir a flote. Y va a ser irreversible. Indetenible. Irresistible. ¿Qué más dice? Cambian a Dios por ídolos. Romanos 1.18, perdón, Romanos 1.23 dice, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Y finalmente dice, de nuevo, una actitud hacia la verdad, cambian la verdad por la mentira. Romanos 1.25, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, que es bendito por los siglos. Amén. ¿Cuál es el resultado de esto? Seguimos en Romanos 1. ¿Cuál es el resultado? Corazones entenebrecidos, dice Pablo, en Romanos 1.21, ya lo leímos, ¿Verdad? Que habiendo conocido a Dios no le glorificaron y entonces se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebresivo. Entonces, corazones entenebrecidos, Romanos 1.21. Y luego, no lo vamos a leer, pero degeneración moral que se describe en todos los versículos del 24 al 32, donde empieza a contar el resultado de degeneración que ocurre en los incrédulos, no solamente a nivel individual, sino como sociedad, ¿verdad? Y termina haciendo una lista de un montón de adjetivos muy fuertes que describen a la humanidad que se ha revelado en contra de Dios. Hermanos, ese es el contexto de la apologética. Ese es el contexto en el que nosotros nos movemos. Es el contexto... Todas las personas con las que hablamos, sin importar cuán buenas socialmente o civilizadamente sean, están en esta misma condición, están en esta misma posición. Y si no han llegado a un nivel de entenebrecimiento grave, ha sido por la gracia de Dios, pero todos van en ese camino, a menos que el Espíritu Santo los detenga. Esa es la condición de los hombres. No sólo es un rechazo al Evangelio. A veces nosotros lo tomamos muy personal, ¿verdad? Y decimos, bueno, es que este es el Evangelio que yo creo, y cuando lo peredico y lo rechazan, yo me siento rechazado. No se trata de nosotros. No nos están rechazando a nosotros, en última instancia. El rechazo es contra Dios. Están rechazando a Dios. Están rechazando los estándares de Dios. Recuerdan que ayer hablábamos de los estándares de verdad y mentira. Cómo la fe cristiana es la única que da sentido a esto. A la posibilidad de poder hablar en términos de lo que es verdadero y lo que es falso. Eso, fuera de la fe cristiana, no tiene pies ni cabeza. No tiene sentido. Pero, ¿qué es lo que ellos están diciendo? No, yo voy a rechazar los estándares de Dios, voy a determinar que la mentira es lo que voy a creer, y la verdad la voy a rechazar. Entonces, le estoy dando vuelta a lo que Dios demanda. Y finalmente, en última instancia, es un rechazo a la revelación, a la Palabra de Dios. Eso es lo que está ocurriendo. Hermano, muchas veces creemos que la maldad ha ido creciendo. Y no. La maldad parece que entró. de Jerón, la pedofilia de César, la corrupción en todo el tiempo. Ha sido igual. Sí, es cierto. Y vean, ¿saben qué es lo que ha pasado? Que nosotros hemos crecido en un occidente judeocristiano. Entonces, en alguna medida, por supuesto, Dios va a bendecir. En alguna medida, la gracia de Dios ha frenado las manifestaciones de la maldad que está ahí, gracias a que había un sistema de valores medio judeocristiano y leyes medio apegadas a las escrituras, entonces eso en alguna medida ha ayudado, pero también ha ocasionado que nosotros crezcamos pensando que esto es lo normal y cuando de repente nuestras naciones occidentales se parecen cada vez más a la Roma pagana, podemos escandalizarnos. Pero no es nada por lo cual escandalizarnos. Realmente eso es lo normal. Es que estamos acostumbrados a algo anormal. Estamos acostumbrados a un mundo muy impactado por el Evangelio. Que Dios nos conceda la gracia de que un avivamiento mantenga, y es más, aún profundice más, Esas raíces judeocristianas en nuestras naciones. Pero si por la víspera se saca el día a como van las cosas ahorita, no pinta muy bien para una o dos generaciones después de nosotros, ¿verdad? Cuidado, si no nosotros mismos terminamos viendo algún tipo de persecución en contra de la Iglesia. Y ese es el contexto de la apologética. ¿Qué más ocurre? ¿Cuál es...? ¿Qué más es...? una descripción de esta condición de los hombres. Bueno, se resisten no solamente a Dios, a su palabra y a la verdad, sino que se resisten a las cosas que tienen que ver con Dios. Todo y ya ahí estamos metidos nosotros. O sea, se resiste a la iglesia, se resiste a la comunidad cristiana, se resiste a los valores de la iglesia cristiana, Todo lo que tiene que ver con Dios y las cosas de Dios y el fruto de la obra de Dios en la vida de la iglesia es rechazado por las personas sin Dios. Lo odian, lo odian. ¿Por qué? Jesús usó términos fuertes con los fariseos, ¿verdad? Les dijo, ustedes hacen la voluntad de su padre. Y el padre de ellos no estaba diciendo que era Dios, ¿verdad? Sino que les dice que su padre es Satanás y están haciendo las obras de él. Satanás odia a Dios y odia todo lo que le recuerda a Dios. Por eso, cuando uno puede destruir a Dios, ¿qué es lo que busca destruir? La imagen de Dios, al hombre. Eso es lo que busca hacer. Y todas las mentiras de Satanás son destructivas. Todas, absolutamente todas. Piense usted en todos los movimientos socioculturales que se están dando ahorita, que son contrarios a las Escrituras, todos acaban en destrucción. Todos. En destrucción de la raza humana. Y el ser humano se alía con Satanás para su propia destrucción. Son ídolos que terminan destruyéndolos. Eso es lo que ocurre. Bueno, y por eso odian a la iglesia. Están en alianza con Satanás y enseguecidos por él. Es una alianza tonta. Porque no es que Satanás les da nada bueno. No es que Satanás los ama y los protege y busca lo mejor para ellos. No. Ellos están aliados a Satanás para su propia destrucción. Para su propia muerte. Podemos citar ahí 2 Corintios 4, de 3 al 4, que dice, pero si nuestro Evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto, en los cuales el Dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del Evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 2 Corintios 4, 3 y 4. Entonces, ¿qué necesita el incrédulo? Necesita nacer de nuevo. Hablamos de esto un poco ayer. Jesús le respondió a Nicodemo y le dijo, de cierto, de cierto te digo en Juan 3, 3, que el que no naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo creía saber mucho. Cierto, él era un maestro de la ley. Si era maestro de la ley, era graduado de las escuelas de rabinos de Israel. Sí, él era estudioso de la palabra de Dios, conocedor de las escrituras. Y sin embargo, Jesús, de manera muy irónica, le dice, usted siendo maestro de la ley no sabe estas cosas. ¿verdad? Él necesitaba nacer de nuevo, aún conociendo todo lo que conocía, no podía ver, aún siendo maestro de la ley, teniendo memorizada la Torah, no podía ver. Y Jesús le dice, necesita nacer de nuevo, necesita al Espíritu Santo. Juan 3, del 5 al 8 dice, respondió Jesús, de cierto, de cierto te digo, que el que no naciera de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es. Y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es. No te maravilles de que te dije, os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere y oye su sonido, mas ni sabes de dónde viene ni a dónde va, así es todo aquel que es nacido del Espíritu. ¿Recuerdan cuando les decía que es difícil explicar esta transformación? Es por eso. Es una obra que el Espíritu Santo hace y es como el viento. Uno no le puede poner el dedo y decir, aquí está actuando el Espíritu Santo en este corazón. No lo podemos ver. Nos damos cuenta después, o nos damos cuenta a veces en el momento, pero no es algo que podemos medir, no es algo que podemos ver. Y Jesús le está diciendo, así es exactamente como ocurre con aquellos que son nacidos del Espíritu. Es una obra que ocurre como el viento. Vemos sus efectos, pero no podemos ver el viento. solo Dios puede dar libertad. Para pensar conforme a la palabra de Dios y dejar de pensar en términos oscurecidos por el pecado, solo Dios puede hacer esa obra. Usted puede ser muy elocuente. Puede ser muy bueno presentando el Evangelio, puede ser muy bueno presentando pruebas y presentando evidencias y hablando de ciencia, puede ser buenísimo, un buen orador, cautivador, pero si el Espíritu Santo no está haciendo una obra en el corazón, nada vale todo eso. No vale de nada. No quiere decir esto que no debamos ser buenos y esforzarnos por presentar bien el Evangelio y esforzarnos por ser claros. Toda verdad importante demanda una presentación precisa. Debemos poder hablar con claridad y presentar con claridad la Palabra de Dios. Pero debemos ser conscientes de que la carga en última instancia no está en nuestros hombros. Y eso en alguna medida es liberador. Porque yo no estoy parado en el púlpito, domingo tras domingo, contando manos. A ver cuántos recibieron a Cristo en su corazón. No estoy pensando en esos términos porque yo sé que no depende de mí. No importa cuán bonita esté la música, cuán bueno esté el huevo de luces y la máquina de humo y todo lo que yo ponga. en la iglesia, y cuánta emoción logre inspirar en toda la congregación, eso no es lo que va a determinar la obra del Espíritu Santo, porque la obra del Espíritu Santo es como el viento. Entonces, debemos ser fieles, predicar fielmente, y dejar el resultado al Señor. Muy bien, para pensar conforme a su palabra, Mateo 11, 25 al 28, En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo, Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni el Padre conoce a alguno sino el Hijo, Y pon atención, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. No aquel a quien el Pastor lo quiera revelar, no aquel a quien el cristiano piadoso lo quiera revelar, no. Es una obra cuya prerrogativa está en Dios mismo, Jesús mismo. Él decide a quién lo da a conocer. Y curiosamente el llamado sigue siendo para todos. ¿Verdad? ¿Por qué? Porque nosotros no sabemos en quién Dios va a hacer la obra. Entonces, en nuestra tarea apologética debemos... Alguien dijo, debemos hablar con todos y tratarlos a todos como si fueran a creer, como si fueran elegidos. Así debemos tratarlos a todos. Porque nosotros no sabemos en quién el Espíritu Santo va a hacer una obra. Solo nos toca predicar. Y hay un consuelo en saber que, si bien yo no sé quiénes son, sé que hay. elegidos. Sé que hay ovejas del Señor que están esperando escuchar la voz de su Maestro para despertar y seguirlo. Entonces, yo predico y predico tranquilo y predico en paz porque la carga no está en mí. Soy fiel, intento ser fiel, predico lo mejor que puedo, me esfuerzo por presentarlo con claridad, pero entiendo que la obra en última instancia pertenece a Dios. Daniel, preguntamos cuando en iglesias o donde la persona que enseña es la que, digamos, lo muestra como está esperando que usted se convierta en él, o sea, no muestra una otra parte del amor. La santidad de Dios, la ira de Dios, claro. Y entonces, los que están escuchando están creyendo que sí, Dios no está ahí esperando que yo me convierta. Yo soy muy buena, yo estoy consiguiendo resolver eso. Sí, sí, sí, él está llorando, llorando casi, ¿verdad?, implorando. Sí, vean, ahí él tendrá que dar cuentas, el predicador tendrá que dar cuentas de su predicación, de su infidelidad, ¿verdad?, porque ese no es el Evangelio. Lamentablemente es el Evangelio popular, ¿verdad?, pero no es el Evangelio. Eso es como, el evangelio es un tiranosaurio rex y nosotros estamos predicando a Barney. Y es algo así, lo que está pasando en Asile, es puro amor y te quiero yo y tú a mí, y eso es lo que predican, y no ese es el dios del cielo. ese no es el dios del cielo y el mensaje del evangelio siempre ha contenido arrepentimiento y fe para que voy a necesitar yo arrepentirme ante un dios que le vale lo que yo haga que no le importa que ama a todos por igual que no tiene ningún problema con el pecado ese es un problema verdad pero allí eso es una realidad que enfrentamos en la iglesia evangélica en el país y en el mundo entero que se ha diluido el evangelio si como Ah, sí, claro, sí, de hecho. Pero nosotros, a nivel personal o como iglesias nuestras, Es poco lo que podemos hacer en ese sentido, ¿verdad? Porque yo no tengo los oídos de esas ovejas y no soy responsable en última instancia por ellos, porque el Señor me ha dado a mí mis ovejas y soy responsable de mis ovejas. Los pastores tenemos esa responsabilidad por las ovejas que tenemos bajo nuestro redil o en nuestro redil. pero no vamos a rendir cuentas por las ovejas de otro pastor. Entonces, eso por un lado, y no lo digo para quitarnos el tiro, sino porque si no nos vamos a abrumar tratando de ver de qué manera alcanzamos a toda la gente de todos lados, de todas las iglesias, cuando no es eso lo que el Señor nos ha llamado a hacer. Nos ha llamado a predicar el Evangelio con fidelidad para estos que lo ha puesto en nuestras manos. y debemos hacerlo con fidelidad, unirnos en la medida de lo posible con otros hermanos que tienen el mismo sentir y de esa manera tal vez potencializar la predicación sana del Evangelio y una comprensión sana de la vida y de la experiencia humana, pero no es nuestro llamado irnos a meter a las iglesias de otros a Sí, como a robar ovejas, por decirlo así. Ahora, si tenemos plataformas que sirven para que se expanda nuestro mensaje más, y otros lleguen a escucharlo, y por esa razón terminan saliendo de un lugar donde no los están alimentando, y buscando un lugar donde les pliquen esa notina, eso es prerrogativa de Dios. y debemos nosotros sí ser fieles en todos los recursos y medios que podamos para que el mensaje se extienda, pero en última instancia nuestra cabeza va a rodar, nos van a llevar a cuentas por las ovejas que tenemos a cargo. Ahora ustedes, las ovejas, eso es otro cuento, con ustedes es diferente. Porque las ovejas, que son las llamadas a hacer la obra del ministerio, nosotros somos llamados a capacitar. De alguna manera la tenemos fácil. Capacitamos para que ustedes vayan y hagan, ¿verdad? Entonces, a ustedes sí les toca interactuar un poco más. No se van a ir a meter a otras iglesias a robar ovejas tampoco. Pero están interactuando con otros creyentes y están interactuando con otras personas con más regularidad de lo que nosotros lo hacemos. Nosotros pasamos la semana preparando el sermón, preparando la enseñanza, preparando el discipulado y estamos muy concentrados en nuestras ovejas y eso es bueno, ese es nuestro deber, predicar y orar por los nuestros. No podemos hacer misión, no podemos fundar escuelas cristianas, no podemos hacer todo a la hora del ministerio y seguir pastoreando. Seríamos muy malos pastores si nos pusiéramos a hacer de todo. Pero nuestro deber es entrenar a la iglesia para que hagan de todo, ¿verdad? Y los que el Señor llame a hacer las diferentes tareas del ministerio, que las hagan bien. Y si su llamado involucra, pues, convivir con otros grupos de personas que tal vez el pastor nunca llega a ver, tienen que ser fieles ustedes donde están, en sus círculos. ¿Cómo? Y abrir secre. Secre es una institución, una escuela cristiana en San José. Y el sueño nuestro es que haya una escuela cristiana de ese calibre aquí en Ciudad de Quesada, Secre II. Por eso hablamos del Secre II. Bueno, hermanos, ojalá, ojalá eso se haga una realidad. Muy bien, los medios para este conocimiento redentor, lo sabemos ya de memoria, la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios. La única manera de que el incrédulo llegue a ser redimido es la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios. ¿Qué dice Romanos 10, 17? Porque la fe es por el oír y el oír por la palabra de Dios. Y por eso nuestra responsabilidad enorme de que cuando abrimos la boca y decimos el Señor dice, lo que estamos diciendo es lo que el Señor dice, su palabra. Es responsabilidad nuestra. Sí, sí, sí, tiene que estar cargado, todo lo que hacemos, todo lo que enseñamos, todo lo que decimos, tiene que estar cargado de la palabra de Dios, completamente. Y qué dicha que menciona eso Marce de los cantos, no viene el caso directamente, pero enseñamos a través de lo que cantamos en la iglesia, por supuesto. ¿Cuántos no recordamos algún canto, algún himno en momentos de prueba, en momentos de dificultad, y nos llega a la mente alguna verdad bíblica que hemos aprendido a través de algún canto? Pero hay canciones que dicen, ponen en la boca de Dios cosas que no han dicho. Eso iba. El peligro es cuando metemos o dejamos que se metan en la iglesia cantos que no son bíblicos. Entonces, ¿qué estamos haciendo? Enamórame de ti. Estamos metiendo canciones que no enseñan Biblia. Y tenemos que ser muy cuidadosos, muy celosos con esa parte. ¿Qué estamos alimentando? ¿Cómo estamos alimentando a nuestras ovejas? La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios. Aún nuestras ovejas van a crecer en la medida que les demos el alimento de la Palabra de Dios. Esa es la única manera que crezcan en su fe. Primera de Corintios 2.13 dice, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. ¿Y cuáles son las palabras que enseña el Espíritu? Es correcto. Los 66 libros del canon bíblico. Exactamente. Primera de Corintios 2, 4. Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poderes. Ya lo habíamos leído. Y Juan 8, 31 a 32 dice, dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él. Si vosotros permaneciéreis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Entonces, eso es lo que necesita el incrédulo en primer lugar, la palabra de Dios. Y obviamente, la obra del Espíritu Santo que avive esa palabra en su corazón. Sin estos medios, sólo hay dos opciones. Sin estos medios, o suprime la verdad, ¿cierto? Sigue como venía, detiene la verdad, o la confiesa con sus labios, pero no la cree realmente en su corazón. Esas son las dos opciones. Sin la obra del Espíritu Santo, esas son las dos opciones. O suprime la verdad, o dice creerla, pero no la cree realmente. Ok, implicaciones para los apologistas, implicaciones apologéticas de todo esto. Ya hablamos mucho de estas, entonces no me voy a detener mucho, pero lo primero es que no existe la neutralidad, porque el incrédulo... Si bien no ignora la verdad completamente, no puede abandonar tampoco sus compromisos de fe. Entonces, lo que el incrédulo está haciendo es emprendiendo una tarea irracional. Él está intentando entender el mundo sin Dios. O sea, intentando entender el mundo de Dios sin Dios. Eso es lo que está haciendo el incrédulo. Vive en el mundo de Dios sin tomar en cuenta a Dios, sin andar en temor de Dios, y al final a quien va a rendir cuentas es a Dios. Entonces, es una locura, realmente. Lo que el incrédulo intenta hacer es una locura. Vivir en el mundo de Dios sin tomar en cuenta a Dios. Pero, en última instancia, el pecado es irracional. Es locura. Hay una tendencia ahora, en nuestros tiempos también, de darle explicación al pecado. Yo no sé si ustedes lo han notado. Ay, es que hizo eso porque, ay pobrecito, tal y cual cosa le pasó, tuvo esta experiencia o aquella, vivió esto, aquello y lo otro. Hay detonadores, hay cosas que pueden inducirnos a pecar, pero en última instancia el pecado ¿de dónde viene? viene del mismo pecado en mi corazón, sale de aquí. A mí me gusta usar el ejemplo de una botella, creo que lo he usado varias veces en la iglesia, pero si usted tiene una botella destapada, y lo que hay dentro de la botella es agua sucia, Usted mueve la botella y lo que va a salir de la botella es agua sucia, porque eso es lo que ya había dentro de la botella. Pero si usted coloca una botella de agua limpia en las mismas circunstancias y empieza a sacudir la botella, lo que va a salir es agua limpia, porque eso es lo que tiene la botella. Esa es la realidad del pecado. Es lo que Jesús dijo, el agua es buena o va a producir un fruto bueno, no importa donde lo ponga. el árbol valo va a producir un fruto malo no importa dónde lo ponga, porque el problema no son las circunstancias, lo que le pasó de niño, la mala familia que tuvo, no ese es el problema, el problema es que es pecador. Todo eso agrava la situación y no lo vamos a desacreditar, pero el problema Último, y con el que al final tiene que lidiar cada persona, es su propio pecado. Y mientras intente racionalizar el pecado, explicar el pecado en términos de las circunstancias, y de los demás, y de lo que le pasó, y de su pasado, y mientras haga eso, nunca se va a ser responsable de su propio pecado. Y si no se hace responsable de su propio pecado, no va a poderse arrepentir de su pecado, porque no se puede arrepentir por su papá, no se puede arrepentir por su mamá, por las circunstancias, por el pasado, por la escuela, por los amigos, por el bullying... No se puede arrepentir de eso. Se puede arrepentir de su pecado. Pero para eso tiene que hacerse dueño de su pecado. El pecado, en última instancia, es irracional. Y es una locura elegida. O sea, la gente elige actuar locamente en el mundo de Dios. Es responsable entonces el loco de su locura, que prefiere vivir una fantasía antes que someterse al Dios que lo creó. Entonces, se vuelve enemigo de la realidad. Es la paranoia de la que hablábamos ayer, pero muy real, muy en la práctica. es el mismo paranoico del que hablábamos ayer que prefiere redefinir la realidad e interpretar la realidad de acuerdo a sus locuras Y se convierte en un enemigo de la realidad en última instancia. Porque Dios es quien dicta la realidad. Y si es enemigo de Dios, está viviendo una ilusión, está viviendo una fantasía. Y esa burbuja se va a reventar. Tarde o temprano, se va a reventar. Dani, es como decir, bueno, no sé si hay algún drama, algo así. Pero, digamos, lo veo un hogar con muchachos del colegio que ahora les justifican todo, digamos. Ah, sí. Bueno, no sé si a mi psicólogo le agradezco una situación similar. O sea, no puedo decirle, es un patriarco, necesita disciplina y así nunca puede ser. lo que pasó con los papás, así que ya los profesores no pueden hacerle nada a los niños y digamos que todo va de cabeza. Y en lugar de decir las cosas como son, ¿verdad? Y los papás muchos los critican y van, y no, mi chiquito no, y aquí los que fallan se ponen con los profesores. O sea, no se dan cuenta de que realmente su chiquito está haciendo algo que no es correcto y tiene que tener esas consecuencias. Y es que es la misma locura que se da a nivel individual, se da también a nivel institucional. ¿Verdad? Tenemos gobiernos poniendo leyes en contra de Dios, que niegan la realidad. Tenemos un sistema de educación, lamentablemente en Costa Rica, que efectivamente, activamente, lo que está intentando hacer es enseñarle a nuestros hijos a entender el mundo sin tomar en cuenta a Dios. Eso es lo que ocurre. Cuando en alguna clase de estudios sociales, de ciencias, de matemática, se menciona a Dios como el autor de la historia, como el que arraigó o entretejió la matemática en el mundo, en la creación, en el universo. ¿Cuándo se habla de Dios en esos términos? ¿Cuándo se le enseña a nuestros hijos a entender la biología, su propio cuerpo, su propia vida, en términos de que es creado, de que Dios lo diseñó, en términos de diseño inteligente? Eso no se ve. se les enseña a pensar sin tomar en cuenta a Dios. Eso es lo que ocurre. Y luego los cristianos, los padres cristianos, nos escandalizamos porque hemos entregado a nuestros hijos a Egipto y regresaron a casa hablando egipcio. Y nos escandalizamos y nos sorprendemos porque allí están adorando a Ra en lugar de adorar a Dios. Pero nosotros fuimos quienes los pusimos en las manos de ellos. Ahora, no debemos ser insensibles. Es cierto que el sistema de educación no era tan malo hace tiempo, ¿verdad? Es que ha empeorado. aceleradamente, en los últimos 10, 20 años, exageradamente, ¿verdad? Muchísimo. Pero debemos poner nuestras barbas en remojo y empezar a pensar, y vean de nuevo, voy a lanzar esta granada y que explote, y que pase lo que tenga que pasar. Pero como iglesias, nosotros deberíamos estar pensando en formar escuelas donde podamos enviar a nuestros hijos, o donde nuestros hijos puedan enviar a sus hijos, porque no sabemos cuándo va a ocurrir, pero que sepan que les están enseñando cosmovisión bíblica en medio de todas las materias que estudian. Porque no puede ser que nuestros hijos no puedan pensar en términos del Dios que los creó en todas las áreas de su vida. No puede ser. Y muchas veces nos toca desenseñar. Porque van a la escuela a aprender algo que toca en casa desenseñarlo. Y eso es una tarea muy cansada. La escuela debería ser nuestra aliada, no nuestro enemigo. Es más, la educación de los hijos es responsabilidad de los padres. La escuela es una extensión de esa autoridad. Es que yo como papá dije, estoy de acuerdo en que este fulano enseña a mi hijo, pero está investido con mi autoridad. ¿Qué es lo que pasa en nuestro país? No, que el gobierno cree que tiene la autoridad de enseñar a nuestros hijos y que de alguna manera nosotros tenemos que someternos a lo que dice Egipto. Esa no es la cosmovisión bíblica. Tenemos que empezar a pensar en términos cristianos y si conocen educadores, administradores educativos en nuestras iglesias, que se unan, que empiecen a hacer reuniones y que piensen en términos de cómo podemos solventar o proveer para esta necesidad que tienen nuestras iglesias, de una escuela, colegio, y si Dios así lo quiere, hasta universidad, que sea verdaderamente cristiana, no de nombre, no solo de nombre, sino verdaderamente cristiana, que enseñe una cosmovisión cristiana en toda la materia. ¿Y cualquier documento que uno redacte, Siempre le corrigen que debe poner la persona estudiante. No voy a poner los y las estudiantes. No, la persona estudiante. Entonces, en cualquier momento podría ir a la palabra estudiante. Y vean de nuevo la irracionalidad de todo esto. Nosotros la notamos. Nosotros vemos la ridiculez. Y no solamente nosotros. Hay muchos incrédulos muy sensatos. ¿Verdad? Que aún ellos se están dando cuenta de la estupidez que es. Pero eso es lo que celebran. ¿Y qué es lo que dice Pablo en Romano? Entre ellos se entregan títulos, ¿verdad? Se llaman unos a otros sabios y son necios, pero entre ellos se alaban su inteligencia y eso es lo que vemos. Incrédulos ateos aberrantes entregando títulos de educación a otros incrédulos ateos aberrantes para que ellos se encarguen de formar a nuestros hijos. Estamos con problemas. Pastor, ¿y con ustedes? Como usted lo acaba de decir, los principales nuestros hijos inician con la palabra y en la casa. Porque ellos tienen que conocer a Cristo. Tienen que conocer al Señor y su palabra, su verdad. Porque van a estar desde el kinder, con los amiguitos, los vecinos, hasta la misma iglesia, muchas veces. O sea, yo he escuchado a gente cristiana dar una... o sea, amortarse más fácil a este mundo que usted dice, o sea, una mamá de una muchacha que justifica que su hija viva con el novio y es que se gana, y yo le digo, vea, los viejos toman sus decisiones y no dan a sus hijos por eso, y los sigue amando y demás, yo no puedo probar por decir, o sea, yo tengo que decirle a mi hija ¿Llamar pecado lo que es pecado? Correcto. Si usted decide, es su decisión, pero yo como madre no puedo decir... Es mejor que prueben para ver si funciona, a ver si hay química. Exactamente, yo le digo, pero usted es cristiano, y eso lo que usted está teniendo es su hijo. O sea, ¿qué es lo que dice la Palabra del Comienzo? Los hijos debemos de formarlos y es la Palabra del Comienzo. Mi hija, ¿verdad? Es muy linda la experiencia con mi hija menor, porque mi hija mayor, pues gracias a Dios, gracias. Viniendo, pero como dicen, soy la niña más inteligente. La menor, sí, comenzamos a estudiar la palabra desde que ella estaba muy chiquita. Entonces, ella llegaba mañana del colegio a hacer mami. Increíble. Y ella se pasó tan bien en hacer mami. En todo el colegio. Es una adolescente, es una adolescencia totalmente, o sea, distinta, ¿verdad? Cuando ellos van conociendo, porque siempre están bajo la agresión del grupo, bajo el mundo y demás, y los atraen muchas cosas, pero siguen siendo adolescentes. Pero sí vuelven, o sea, y ella dice, mami, de muy pocos, o sea, todos mis amigos, Y todos mis compañeros, ni duden de cómo pensamos. Ayer yo, por ejemplo, era clima. Todos creen que nosotros somos cómodos. Pero lo bonito es que a ella se siente, no le importa lo que piensen de ella. Eso es bueno. Ella dice, yo sé que esto va a rayar. Gloria a Dios. Gloria a Dios. Gloria a Dios. Y entonces uno de ahí lo que usted dice es el Espíritu Santo es la palabra de nuestro convenio. Y es cierto, vean, y por la gracia de Dios ocurre esto porque es la realidad en la mayoría de nuestros contextos. No hay escuelas cristianas buenas cerca. Esa es la realidad. Entonces, todos nuestros hijos que crecen en la iglesia, nacen en la iglesia, dependen muchísimo del trabajo que se haga en casa para poder salir al otro lado, después del colegio y peor aún, después de la universidad, poder salir todavía con la fe firme. Pero no es una fe, y aquí hablan los padres específicamente, pero también como iglesias, no es una fe en la universidad de nuestros niños Cuando les planteen el ateísmo en todas las materias y traten de llevarlos por estas corrientes, ellos no van a poder decir, es que yo aprendí esta cancioncita en la escuela dominical. Y entonces voy a cantarla para que vea usted lo que yo creo. Ellos necesitan estar firmes en la palabra de Dios, una cosmovisión bíblica firme, arraigada, que puedan argumentar, que puedan hablar, que puedan defenderse, aunque los traten de la patada, pero que tengan firmeza y seguridad en lo que creen. Y una cancioncita de escuela dominical no es suficiente. Es más, la escuela dominical no es suficiente. Es trabajo en casa, son los padres los que tienen que hacer este trabajo. El varón en el lugar es el que debe ir, que es una responsabilidad que se le ha dejado a la escuelita doméstica, al varón no ocupar ese papel que le pertenece al varón. Pero que eso debería ser del varón. Sí, y en las casas donde no hay varón, pues le toca a la madre, ¿verdad? Pero sí es responsabilidad del padre en primer lugar, de los padres en general, no es responsabilidad de la iglesia, no es responsabilidad de la maestra de escuela dominical, es responsabilidad de los padres. Y en la medida que pudiéramos, con el favor del Señor, tener una institución contra la que no tengamos que luchar, sino que sea nuestra aliada, en la formación cristiana de nuestros hijos, eso sería mejor. Así que oremos por eso, oremos por eso juntos y que el Señor provea en su misericordia. Hermanos, ¿estamos dónde? Ya me perdí. Punto E, los medios. Gracias, sí. Los medios para entender. Entonces, no. No, mentira. Punto E. No buscamos neutralidad. Eso, gracias. No buscamos neutralidad. Segunda de Corintios 6 del 14 al 15. No os unáis en yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿Y qué parte el creyente con el incrédulo? Entonces, cuando estamos en estas conversaciones, de nuevo, no se trata de buscar neutralidad. Y ya ustedes pueden pensar en las implicaciones de este pasaje para lo que acabamos de hablar de la educación. No voy a entrar en eso. Después podemos hacer toda una conferencia de educación cristiana. Pero, lo cierto es que no puede haber neutralidad entre dos puntos de vista completamente diametralmente opuestos. O sea, no puede haber neutralidad. Porque para que la haya, alguno de los dos tiene que comprometer lo que cree. Y si nosotros como creyentes lo hacemos, tal vez ellos no tienen problema en hacerlo. Pero si nosotros como creyentes comprometemos, la verdad estamos deshonrando a Cristo. Eso es lo que estamos haciendo. Negando su señoría sobre todas las cosas. Mateo 1230. El que no es conmigo, contra mí es. Y el que conmigo no recoge, desparrama. Así de radical es el cristianismo. Si hay puntos de acuerdo, y debemos encontrar esos puntos de acuerdo, en los que ellos toman prestado cosas del cristianismo, porque, de nuevo, hermanos, no pueden vivir en el mundo de Dios siendo 100% consistentes con su incredulidad. Hay cosas que ellos van a dar por sentado simplemente porque Dios existe. Dios es un Dios de orden, creo que habíamos usado este ejemplo. ¿Qué razón tiene el materialista ateo que cree en la evolución para pensar que mañana va a salir el sol? así como salió ayer. ¿Qué razón tiene en su cosmovisión para creer que así como la gravedad lo sostuvo todo el día de hoy, pegado a la tierra, mañana la gravedad va a seguir funcionando igual y que no de repente la gravedad va a decir voy a darme la vuelta y ahora más bien todo lo que baja tiene que subir? ¿Qué le garantiza que eso no va a pasar según su cosmovisión? Nada. ¿Según su cosmovisión? Nada. Pero él tiene que tomar prestado que hay un Dios de orden, que estableció leyes en el universo y que hay regularidad en el mundo, excepto cuando Dios decide actuar en contra de su propio orden, o sea, de manera extraordinaria, en sus milagros, ¿cierto? Pero fuera de los milagros, el mundo es bastante regular y bastante ordenado, y tiene que dar lo por sentado del incrédulo, aunque no crea en Dios. Entonces, está viviendo con capital prestado del cristianismo. Todos los incrédulos viven con capital prestado del cristianismo. Debemos encontrar ese capital en nuestras conversaciones con ellos y hacerles ver lo inconsistentes que son. con su propia fe. Muy bien, como estamos de tiempo, por lo menos arranquemos la tercera. Si no logramos terminarla, pues la terminamos mañana, pero por lo menos arranquemosla. Para tocar, yo creo que sí. Vamos a darle un poquito, por lo menos, a esta. ¿La que les digo? Esa. La 3. ¿Están todos en la página? Perdón, en la lección 3. ¿Qué necesita el incrédulo? Eso es lo que dice la pregunta. ¿Qué necesita el incrédulo? Podemos asumir varias cosas, ya las hemos mencionado. Podemos asumir que el incrédulo conoce a Dios, nos cuesta asumir eso, porque nos hemos creído el cuento de que tal vez no, pero sí, todos creen en Dios o conocen a Dios, tal vez no creen, pero lo que busca es suprimir la verdad, es un tema de que activa y rebeldemente están buscando detener con injusticia la verdad. Tal vez no es un mal deber, es como que cree en Dios pero no conoce. Lo que Pablo utiliza el término conocer, ¿verdad? Conocer cosas de Dios, conocer aspectos de Dios. Pueden saber su poder, su sabiduría, su bondad incluso, ¿verdad? En la creación. Entonces esas cosas están ahí. Pero lo conocen, saben que eso es real, pero intentan refrenar esa verdad, refrenar ese conocimiento. No necesita entonces saber que Dios existe. A veces la apologética se esfuerza por demostrar la existencia de Dios, pero no es eso lo que necesita el incrédulo. El incrédulo no necesita que le demostremos que Dios existe. Debemos pensar un poquito diferente. Necesita que le recordemos que Dios existe. Eso es lo que necesita, porque ya lo conoce, pero ha decidido negar esa verdad y quizá por tanto tiempo que ya ni siquiera lo recuerda, pero sigue viviendo con capital prestado, sigue viviendo como si Dios existiera. Entonces debemos recordarle y hacerle ver esa inconsistencia en su cosmovisión. ¿Qué necesita? Necesita la palabra de Dios que produce fe. No simplemente leerle la Palabra de Dios. No es que necesite que yo me siente con él y le lea pasajes de la Biblia. No es eso. Necesita que yo le presente el Evangelio de manera concisa, de manera clara. sin negociar, sin transigir el Evangelio, sin embellecerlo, que hemos hablado un poco de eso ya, el pecado es feo y tenemos que llamar el pecado por lo que es, no podemos embellecerlo, lo sobrenatural es real, por mucho que no le guste al ser humano moderno que está mal acostumbrado al ordinario, pero lo extraordinario es real, Dios es un Dios sobrenatural y Él ha hecho milagros y uno de los milagros más contenciosos en la apologética es la resurrección de Jesucristo. La cruz fue un sacrificio sangriento, fue cruel, fue lo peor que la humanidad, el peor pecado que la humanidad puede haber cometido fue asesinar al Hijo de Dios y debemos marcarlo, señalarlo por lo que fue. Una cosa atroz, pero que el Señor utilizó para traer salvación. La fe no es un asunto de, ah, no se preocupe, bueno, usted no cree, bueno, más adelante piénselo. No, allí hay urgencia. Es un asunto de vida o muerte. El destino eterno del incrédulo depende de ese punto, cree o no cree. Y si no cree, dice la Biblia, ya es condenado. Entonces tenemos que entender esa urgencia. Y por último, lo más desagradable para el incrédulo. Jesucristo es Señor. Y Él es Señor de todo. Señor incluso de nuestros pensamientos. Señor de cómo entendemos, de cómo interpretamos, de cómo hablamos. Señor de lo que sentimos, de lo que nos motiva, de lo que hacemos. Señor de lo que planeamos, de lo que emprendemos, de la carrera que decidimos estudiar, de con quién nos casamos, de dónde vivimos. Él es Señor de todo, porque no quedó nada afuera cuando Él dijo, toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en el mar. tierra. Toda es toda. Y por supuesto, todo esto suena duro y quizá chocante, pero no debemos olvidar las ricas y hermosas promesas del Evangelio. No podemos dejar eso por fuera. La gracia, la bondad, la misericordia, el perdón que Dios extiende en Cristo. que en ese mismo acto atroz de la humanidad se muestra el acto de amor sublime y de gracia sublime del Dios Creador, en el mismo acto. Muy bien, entonces no se trata solamente de leerle versículos. Me doy a entender. Cuando hablamos de presentarles la palabra, estamos hablando también de aplicarla al incrédulo y a su situación. Cada persona es diferente y cada persona tendrá problemas diferentes con el cristianismo, dudas muy particulares con el cristianismo. ¿Existe Dios o no existe Dios? ¿Por qué existe el mal? ¿Por qué hay pecado? ¿Por qué hay maldad en el mundo? lo que la Biblia demanda en la ley, por qué Dios es tan exigente, por qué tan duros esos mandamientos, tan imposibles, debemos estar preparados. para contestar a esas preguntas. Entonces, a eso me refiero con poder presentar la Palabra de Dios, razonar desde una perspectiva bíblica y poder dar respuesta a estas preguntas. No necesariamente capítulo y versículo, aunque yo me admiro con las personas que son capaces de memorizar capítulos y versículos de la Biblia. Yo soy malísimo para recordar números. Malo, malo, malo, malo. Entonces, es de admirar, no voy a decir que no deban hacer eso, pero es más que eso, es más que memorizar versículos, es que tengo que pensar en términos bíblicos y hablar en términos bíblicos. Es cierto, es cierto. Y eso es, mis hermanos, vean, porque es la Palabra de Dios, los números no fueron inspirados, los números están ahí para nuestra ayuda, pero es el contenido de esa Palabra lo que transforma vidas, ¿verdad?, y cómo podamos articularlo. Presentar la Palabra es presentar Ah, perdón. Conocer las situaciones actuales del mundo también. Eso es importante para nosotros. Conocer las situaciones actuales del mundo para poder dar respuesta cuando las preguntas tienen que ver con cosas que están ocurriendo ahorita. Por ejemplo, la guerra en el Medio Oriente. No voy a hacer un comentario al respecto, pero se ha dado una romantización de Israel y nosotros como cristianos deberíamos tener una perspectiva bíblica correcta al respecto. no les voy a dar cuál es la mía en este momento, que no viene el caso, pero eso es solamente para poner un ejemplo. Entonces, pasamos la página. Presentar la palabra es presentar una perspectiva bíblica a la experiencia humana. Sí. Mencioné como la existencia de Dios, que puede tener problemas con la existencia de Dios, problemas con la resurrección de Cristo, es otro ejemplo, no lo mencioné ahorita. ¿Por qué existe el mal? O sea, todo mundo tiene preguntas diferentes y a veces son cosas muy particulares, verdad, las que dudan. La ley, ¿por qué la ley demanda perfección de esa manera? Entonces debemos estar preparados para responder a esas preguntas, sean cuáles sean. OK. Entonces, detrás estábamos en presentar, la palabra es presentar una perspectiva bíblica a la experiencia humana y puede incluir argumentos y evidencias, recuerdan que no he querido hablar del evidencialismo y del uso de las evidencias porque esos casi en lo que se enfoca muchas veces la apologética y sin embargo no es lo más efectivo. Si hay un lugar para las evidencias, no vamos a decir que no, pero si ya se han puesto atención todo este tiempo, la evidencia en sí misma no va a convencer a nadie. Porque hay un problema de presuposiciones, hay un problema de lo que ya cree y los compromisos que tiene. Entonces, a mí me gusta usar el ejemplo del Gran Cañón. Nunca he estado en el Gran Cañón, solo he visto fotos, pero un creyente que se para ante el Gran Cañón... Se puede parar a par de un incrédulo, ambos observar el mismo lugar, ver la misma maravilla, y el incrédulo va a decir, ah, qué procesos geológicos más impresionantes. Las capas evolutivas se pueden ver ahí en las piedras, diferentes etapas, la cretacea. Tal vez, ¿verdad? Si es muy científico. y el creyente va a ver la misma evidencia y su respuesta va a ser muy diferente. Entonces, no es un tema de evidencia. No es un tema de evidencia. Sin embargo, las evidencias tienen su lugar si las utilizamos adecuadamente. No rechazamos su uso. Pero los argumentos que utilicemos en torno a las evidencias tienen que ser argumentos bíblicos. No argumentos que apelen a la razón, a la ciencia, al empirismo. No. argumentos bíblicos, razones bíblicas, fundamentos y criterios bíblicos. Es más, hermanos, esto nada más para empezar a pensar. El mismo concepto de evidencia y la interpretación de las evidencias lo dicta Dios. Dios es el intérprete de las evidencias, no yo, no el ser humano. Empezando por ahí tenemos que acomodar cómo estamos pensando. Porque creemos que el hombre y su conocimiento y su razón es todopoderosa. Entonces yo le presento la evidencia y cualquier hombre sensato debería poder ver la evidencia y creer. No, no funciona así. El criterio para interpretar la evidencia no es el hombre. El criterio para interpretar la evidencia es Dios, es su Palabra. Entonces, aún como presentamos la evidencia, debe ir bien bañado de una cosmovisión bíblica. Y si ellos no van a abandonar su compromiso de fe, nosotros no tenemos por qué hacerlo tampoco. Entonces, desvergonzadamente bíblicos, desvergonzadamente cristianos. Así es como debemos presentarnos ante el Increíble. Daniel. Sí. Entonces, aquí ya llegó una paciente que empezamos a hablar de Dios y me dice, ah, me dice usted es creyente. Y yo, sí, me dice, ah, yo soy, porque cuando uno comienza a decir, yo soy católica, digamos, siempre dice, ah, sí, yo soy católica, como para que ya no nos moleste. Y entonces, me dice, ah, soy maestra de catecismo. Y yo, ay, qué bueno. Me dice, sí, yo, este, tengo muchos años de ser catequista, pero no hay, y cuando, cuando usted habla, ¿qué hace? Le digo, ¿cómo les presenta el evangelio a sus, a sus estudiantes? Le digo, ¿qué es el evangelio? Entonces, este me dice, sí, ya, y lo que está ahí en la mesa, veo Marco, Lucas, y Juan. Y entonces por ahí empecé el evangelio ese, ya comencé yo. Y bueno, vamos, por dicha de Dios, siempre cuando Dios me da esa oportunidad, como que en ese momento no hay ningún compañero. Entonces, en esa oportunidad de explicarle, me dice, bueno, voy a aprender algo nuevo. Y yo no sé. Y le dije, hazlo, si es que apetece. Entonces, después me dicen, yo creo que usted es un hombre, bueno, yo casi todo lo leo. Que la catequice, que la catequice. Le mando devotionales a ella, o como a veces tiene una consulta, me dices que tengo un estudiante así, o sea, ella en esta situación, qué versículo le doy, o cómo, ella... Buenísimo. Con los católicos hay muchos puentes todavía, porque son... Tienen el mismo libro, ¿verdad? Y creen en alguna medida en el mismo Dios, en alguna medida. No siempre hay grados ahí, pero el punto es que es más fácil encontrar esos puntos de unión, puntos donde podemos aprovechar lo que ellos dicen creer y mostrarles lo que dice la escritura. ¿Verdad? Lo que es interesante, también me adelanto esto, es la avancedumbre, ¿verdad? sale con los tacos de frente Termina siendo de mal testimonio. Queriendo honrar a Cristo, terminamos deshonrándolo. Ese es el peligro. Otro testimonio, todavía más profundo, bueno, del pastor Adrián, que es a él. En tiempo de pandemia, unos compañeros que son súper católicos, me llamaron un día más tarde para que yo fuera oficial de un funeral en la iglesia en Japón Hay una familia que se le murió un familiar, la señora se murió la semana pasada de COVID, nada más se perdieron una bolsa de refrigerante. Y estaba ella, la señora y el hijo, impregnados al mismo tiempo, murió una semana después de que se volvieran los dos. el otro muchacho, el primer general no está oficiando misas aquí porque los sacerdotes no y la familia está desconsolada y necesitamos y ahí nada, se desmonta algo y ya me llevo a la casa latina era como la zona en la calle donde trabajamos yo estaba sentada con los clubes, con todo el lugar y le digo, ay señor, ¿qué hago aquí? bueno, si me llaman es porque ya ellos me prepararon, ¿verdad? y llamé a la casa latina entonces Me dijo, hermanita, me dice, pídele a Dios que le dé la palabra. Igual me dijo que si me había llamado era porque el Señor me había preparado y yo, este... tenía una amiga ahí en Florencia que me había acompañado varias veces a ir a visitar a las casas y me dijo, si, si esto es disponible, entonces yo le puse esta ropa porque yo ando con mi uniforme y salgo a las cuatro y nos vamos directo ahí a la funeraria a las cinco y de verdad, nos fuimos y gracias al señor La muchacha que iba conmigo era amiga del muchacho que había muerto. Allá con gracia, nosotros ahí en el cementerio, yo no me acuerdo en ese momento cuál fue, pero ella, mi amiga, adora lindísimo. Entonces, después adoramos al señor, presentamos el anhelo ahí. Fue muy lindo la oportunidad. Hasta allá, imagínense. Y es que esos son... Y en esos momentos, en esos momentos es más... como penetrante, ¿verdad? como penetrante, ¿por qué? porque hay algo atractivo en el amor cristiano. Si se hacen las cosas en los momentos donde uno puede desplegar amor, el amor cristiano, y predicar el evangelio en esos contextos, es más poderoso que simplemente en un debate ahí frío o... o donde no hay una relación. Y vamos a hablar de esas cosas un poco más mañana, y también con el método aporogético y el versículo al que Nago le tiene tantas ganas. También lo vamos a cubrir mañana. Vamos a tratar de avanzar solo un poquitito más, mis hermanos, hasta las siete y media, unos cinco minutitos más. Entonces, ¿dónde me quedé? Yo hago eso para ver si están poniendo atención. Al presentar evidencias, entonces, por ejemplo, para la resurrección que les decía que es uno de esos temas complicados, hay tres tipos de certeza que nosotros debemos manejar o presentar o desplegar o evidenciar. a la hora de presentar evidencias. Una de ellas es la certeza psicológica, mental, que viene de saber que la Palabra de Dios lo dice. Y si la Palabra de Dios lo dice, eso debería ser suficiente para mí. Yo no necesito nada más. Yo no, ¿verdad? Para mí, que la Palabra de Dios diga que Jesucristo resucitó es suficiente, porque la Palabra de Dios es verdadera, y tiene autoridad, y Él no miente, es inerrante, es inefable, es infalible. Entonces, Todo eso carga mi mente de seguridad, de firmeza. También hay certeza lógica, que quiere decir que voy a presentar argumentos válidos, que tengan sentido, argumentos que la otra persona que vive en el mundo de Dios y toma prestado del capital de la lógica, porque son buenos para reconocer la ilógica en otros, no muy buenos en sí mismos, pero... Esa realidad me obliga a presentar de manera lógica, coherente, las evidencias de la resurrección de Cristo. Y, por supuesto, esos argumentos, juntos, me llevan a la certeza objetiva de que tengo las premisas correctas, he llegado a las conclusiones correctas, todo esto es coherente, todo esto es lógico, visiblemente, cualquiera con con algún grado de conocimiento debería poder reconocer por lo menos la sanidad de mis argumentos, si bien no vaya a creer, eso no tiene nada que ver, pero que pueda reconocer que no estoy hablando tonteras, ¿verdad? Ya les había dicho esto antes, pero me gustaría que lo anoten. Toda verdad importante demanda una presentación precisa o una presentación clara. Entonces, como creyentes, ¿Cuál verdad es importante? Toda la verdad. La Palabra de Dios. Entonces, siempre que presentemos la verdad de la Palabra de Dios, debemos hacerlo de manera clara, precisa. Toda verdad importante demanda una presentación precisa. Toda verdad importante demanda una presentación precisa. Y la verdad del Evangelio, la verdad de las implicaciones del Evangelio, la verdad de la Palabra de Dios, es la verdad más importante. Así que debemos presentarla con precisión. Tenemos que tener también una motivación espiritual correcta y hacerle ver a la otra persona su motivación espiritual. Es un tema de que ha creído un error. ¿Por qué ha elegido abrazar el error en lugar de la verdad? ¿Por qué prefiere la mentira a la verdad? Posiblemente ya está claro que lo que yo le estoy diciendo es verdadero o por lo menos suena muy coherente. Tal vez esa persona ya lo reconoce y aún así lo va a rechazar. Entonces, la pregunta que le tengo que hacer, no es decirle, como decía Navalla, es que usted es burro, porque yo le estoy diciendo, está clarísimo que lo que le estoy diciendo es verdad y usted no lo acepta, es burro, no es un tema de ser burro, es un tema del corazón, es un tema de rebelión. Entonces, tengo que hacer la pregunta más profunda, no me puedo quedar en las evidencias. Las puedo usar, pero no me puedo quedar en las evidencias. Tengo que preguntarle por qué. ¿Por qué está aceptando el error? ¿Por qué quiere huir de la verdad? Hay algo más profundo ahí. Entonces, no buscamos la consistencia simplemente por ser lógicos y ya, porque la lógica es el fin en sí mismo y queremos ser respetables y que todo mundo sepa que somos muy buenos argumentando. No, es más, vean, la lógica, los argumentos sanos, la coherencia, la presentación clara, el uso apropiado del lenguaje, el manejo incluso de las evidencias, de los datos, de la corrección de los datos, todo eso es un reflejo del Dios que en sí mismo es coherente. Entonces cuando yo me esfuerzo por ser coherente no es simplemente porque yo amo la lógica o amo la razón, no es porque amo a Dios, el creador de la lógica, el creador de la razón, el que en sí mismo es la fuente de todo esto. Entonces quiero reflejarlo bien, quiero honrarlo en la presentación de la palabra. porque porque en el fondo eso es exacto exacto exactamente no se nos debe olvidar eso para quien estamos trabajando ante quien caemos y ante quien permanecemos de pie es nuestro señor jesucristo Al final no se trata de la evidencia, la mayor necesidad que tienen es la necesidad de Cristo, la necesidad de arrepentirse y creer, y allí nos vamos a quedar para mañana. Arrepentimiento y fe.
La necesidad del incrédulo
Series Apologética
Tercera parte de una miniserie de Apologética, basada en el artículo PRESUPPOSITIONAL APOLOGETICS: AN INTRODUCTION, por John M. Frame, y el libro Siempre Listos de Greg Bahnsen.
Sermon ID | 82241534378172 |
Duration | 1:16:20 |
Date | |
Category | Teaching |
Bible Text | 1 Peter 3:15; Proverbs 26:4-5 |
Language | Spanish |
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