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el titulo del sermones vasos de honor y deshonra, escritura romanos 9, del 20 al 24, la serie la gracia salvadora de Dios. Si les gusta ponerse de pie, si tienen la habilidad, lo pueden hacer. Esta es la palabra del Señor. Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le contestes a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela? ¿Por qué me hiciste así? ¿O no tiene el alfarero derecho sobre el barro de hacer de la misma masa un vaso para uso honorable y otro para uso ordinario? Me gusta mejor la traducción en inglés, de sonroso, uso de sonroso, porque realmente es ese sentido. ¿Y qué? Si Dios, aunque dispuesto a demostrar su ira y a ser notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y lo hizo, para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia que de antemano él preparó para gloria. Es decir, nosotros, a quienes también llamó, no solo dentro de los judíos, sino también dentro de los gentiles. Bendito sea la palabra del Señor. Padre, te damos gracias por lo que acabamos de leer. Y pedimos, Padre, que te reveles a través de tu palabra de una manera extraordinaria. Padre, habla nuestros corazones, enséñanos nuestras necesidades. Sabemos que hay mucha gente que ha entrado aquí, es posible nuestro hermano, algunos agobiados, afligidos, Padre. Pidimos que hoy, Padre, tu palabra sea medicina para ellos, que los sane. Hay algunos hermanos que han entrado, Padre, con muchos problemas. Pidemos que, Padre, tú les enseñes a poner su fe en ti y que tu ansiedad vaya a su vida. Hay personas que han entrado gozosos, padre, que salgan aún más gozosos. Háblanos, enséñanos Cristo. Y si hay alguien aquí que no sea salvo, padre, pedimos que hoy salga como un hermano o una hermana en Cristo. Padre, no sabemos nada, no podemos nada. Es lo que enseña este pasaje. Enséñanos, padre, la realidad de que la salvación proviene solamente de Dios y que tú tienes el poder Sobre todo el barro de construir y hacer, padre, modelear, como dice la palabra, vasos de honra. Y no sabemos cómo lo haces de barro arruinado como somos. Y también puedes construir, modelear, vasos para usos deshonrosos, padre. A ti sea toda la gloria. En el nombre de Jesús. Amén. Y amén. Pueden tomar sus asientos. En nuestro sermón anterior sobre la epístola a los romanos, concluimos con una pregunta retórica que hizo Pablo. Esa pregunta se encuentra en el versículo 19. Pablo dice en el versículo 19, me dirás entonces, ¿por qué pues todavía reprocha a Dios? Porque ¿quién resiste a su voluntad? En este verso, Pablo previó que aquellos que rechazaban la soberanía absoluta de Dios sobre la salvación cuestionarían las doctrinas bíblicas de la elección y de la doble predestinación. Su respuesta de Pablo, se recuerda, reprende duramente al interrogador por su orgullo irreverente y su necedad. Tal persona olvida que así como el barro no puede cuestionar al alfarero, Los humanos no tienen el derecho de cuestionar a su creador, a Dios. Sabemos que toda la humanidad es un barro, es un barro arruinado. Y de ese barro arruinado, que ningún otro alfaredo puede hacer algo para honrar, Dios agarra un pedazo de ella y hace un vaso, y no sabemos cómo, pero con las herramientas de la gracia y la misericordia, construye algo hermoso. Es lo que Pablo está enseñando. Y al mismo tiempo, construye o modelea algo que para uso ordinario o para uso deshonroso. Esto nos lleva al punto de nuestro sermón enfatizando que el dios soberano tiene autoridad absoluta sobre toda la humanidad. Después de toda la humanidad es un terrón de barro pecaminoso. Dios tiene el poder de modelar vasos para honra o deshonra según su voluntad. Él tiene la libertad del alfarero para hacerlo. El puede elegir algunos para la salvación y condenar a otros como reprobos. ¿Qué podemos decir a esto más que amén? Más que amén. Y mi oración es que para el final de este sermón nos sometamos humildemente a estas verdades reveladas. Así que miremos el versículo 20-21, donde aprendemos que toda la humanidad es naturalmente barro arruinada. Toda la humanidad es naturalmente barro arruinada. ¿Qué dice el versículo 20-21? Al contrario, ¿quién eres tú, hombre, que le contestes a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela? ¿Por qué me hiciste así? ¿O no tiene el alfarero derecho sobre el barro de hacer de la misma masa un vaso para uso honorable y otro para un uso ordinario? La palabra aquí es atimia o deshonorable, uso deshonorable, un uso vil. El plan de Dios para la salvación fue establecido antes de que el mundo comenzara, incluso antes de Adán y de Eva. Las escrituras enseñan que el decreto de la elección y el decreto de la caída, ambos están en la eternidad con Dios. Cuando Dios forma vasos aptos para la destrucción de una masa de barro y vasos aptos para la honra, esto no implica que predestinó a algunas personas a ser malas, y otras a ser redimibles desde la eternidad. No, no, recordemos que toda la humanidad está bajo el pecado. No hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque. En cambio, Dios aplica su gracia redentora a la humanidad que ya está muerta en pecados y transgresiones. Debemos recordar que Adán y Eva fueron creados perfectos. y la corrupción ahora endémica en cada ser humano fue resultado de la desobediencia voluntaria de Adán y Eva, no de Dios. Entonces, cuando estamos hablando de la humanidad como un barro arruinado, tenemos que entender, estamos arruinados por el pecado de Adán y de Eva. Pero el original, el barro que el Señor creó, fue un barro perfecto, honroso, lleno de gloria. Adán y Eva eran perfectos, no tenían que pecar. El Señor no los mantuvo en gracia, pero le dio el mandamiento a ellos a mantenerse a sí mismos en gracia. Los hizo perfectos con la habilidad de caminar en la perfección. Y ellos decidieron, en su desobediencia, desobedecer a Dios. Se arruinaron a ellos mismos y a toda su descendencia. Así que una vez no debemos creer que Dios Crea personas malas y luego las castiga por su maldad. Esto no es lo que Pablo está enseñando aquí en Romanos 9. Él los cree mal, lo hacen malo, y ellos salen malos y hacen maldad, y entonces el Señor los castiga por su maldad. Eso no es lo que está enseñando Pablo. Recuérdense que la humanidad fue creada perfecta, se arruinó ella misma, y ahora está bajo la maldición de Dios. En este punto surge una gran pregunta que tenemos que contestar y liderar con ella. Y es la siguiente. Pastor, usted está enseñando que el Señor ordenó, decretó la caída del hombre. Es una buena pregunta, ¿verdad? ¿El Señor decretó la caída? ¿El Señor decretó que el hombre iba a caer y que la mujer iba a caer? Hay dos razones por las que creemos que Dios sí ordenó, decretó la caída. La primera, Es la enseñanza bíblica de la soberanía de Dios. Dios es soberano sobre la naturaleza y la historia humana, toda bella, incluso la caída. Él goberna todo con su poder y autoridad. Él es soberano sobre la disposición de su gracia. Puede salvar a quien quiere y al que no. La Biblia enseña que nada puede suceder sin la acción soberana de Dios. Amén? Entonces, tenemos que concluir nada más por esta razón, que sí, la caída fue un decreto de Dios. Pero ahí surgen muchas implicaciones, ¿verdad? La segunda razón por que creemos que la caída fue un decreto de Dios, es la siguiente. Sabemos que Dios tiene la autoridad y el poder para evitar que suceda cualquier cosa que realmente puede suceder. Dios puede ejercer su autoridad, poder y soberanía, impidiendo que algo suceda, o dejar lo que suceda. Esas son las opciones de Dios siempre en todos los sentidos. Él puede parar que algo ocurra o puede dejar que algo ocurra de acuerdo de su voluntad. Dado que la caída ocurrió, tenemos que concluir que Dios pudo haber evitado la caída, pero decidió no hacerlo. Aún más precisamente, la caída fue decretada y el resultado de esa caída, que es la gloria a Dios, la gracia que Dios da a los elegidos fue el plan de Dios desde el principio. Sin embargo, la maldad y la desobediencia y el pecado del hombre era responsabilidad exclusiva del hombre. El propósito de Dios, al no impedir la caída, no era proveerse de una malvada masa de barro para ejercer su soberano, decreto de reprobación, no. Las escrituras nos dicen que la caída, que produjo un lote de humanidad caída y barro frágil y corrupto fue para su gloria y para la salvación de un grupo específico. Hay aquí gente que viene y me dice, ¿Usted es pastor? Y digo, sí, me dicen, contéstame esta pregunta. La caída causa que el hombre nazca en pecado, ¿cierto o no cierto? Tenemos que decir absolutamente. Y si Dios sabía que la caída iba a resultar en más gente ir al infierno que al cielo, y eso es lo que enseña la Biblia, el camino es amplio y estrecho, ¿que va para dónde? Para el infierno, y el camino es angosto y difícil, que va al cielo, y pocos, dice la palabra de Dios, los encuentran. Sabemos que es una una multitud de personas incontable, pero comparado a los que van a ir al infierno, son pocos. Dice la palabra de Dios. Amén. Y si Dios sabía que más gente iba a ir al infierno que al cielo, entonces ¿por qué creó al hombre y por qué permitió la caída? Es una buena pregunta, ¿verdad que sí? A mí son muchos cristianos a veces ponerse nervioso, empezar a sudar cuando alguien hace esa pregunta. Si Dios sabía que Masete iba a ir al infierno, ¿por qué creó sabiendo lo que iba a ocurrir? Y si no lo iba a detener, ¿por qué no lo detenió? ¿Por qué no impidió Dios que Adán y Eva no pecaran, si tenía el poder de hacerlo? ¿Por qué no impidió la caída? Es una buena pregunta. Una pregunta que nosotros honestamente tenemos que contestar. Y la contestamos de esta manera. ¿La caída fue para la gloria de quién? De Dios. Y si Dios impedía la caída, si un grupo no irá al infierno, un grupo grande, pero tampoco un grupo chico, un grupo elegido, ¿no iría a dónde? Al cielo. Y para no castigar a estos, Dios no iba a ejercer autoridad para no bendecir a este grupo. ¿Amén? ¿Podemos ver? Es el primero. Y la segunda cosa que tenemos que decir a la persona que hace esta pregunta. Ustedes siempre quieren creer en la libre albedrío del hombre. Adán y Eva eran las personas más libres que el Señor había creado. Eran perfectos. Y el Señor los dejó que hicieran una decisión en la perfección en que fueron creadas. Y mira la decisión que hicieron. Y si el hombre perfecto no puede decidir quedarse perfecto, entonces ¿cómo el hombre pecaminoso puede decidir venir a Dios? Es imposible. ¿Amén? Entonces, tenemos que mirar que la caída sí fue parte del plan de Dios. Dios decretó la caída antes de que el mundo fuera formado, igual que decretó la elección de los santos. Amado, sabemos que Dios había determinado ser un Dios de gracia para los elegidos mucho antes de que el mundo fuera creado. Y antes de la caída, Dios amaba a su pueblo. ¿Cómo sabemos tal cosa? Mire, Jeremías 31, 3. Desde lejos el Señor se le apareció y le dijo, con amor eterno te he amado. Por eso te he sacado con misericordia. ¿Oyeron el amor de Dios? con amor eterno. ¿Qué significa un amor eterno? Bueno, yo creo que ninguno de nosotros tenemos ninguna idea de lo que significa un amor eterno. ¿Por qué? Porque nosotros nunca hemos amado a alguien eternamente. Nosotros nacemos en el tiempo y salimos en el tiempo. Vivimos y morimos. No hay nada en nuestras vidas que sea eterna. No hay ninguna habilidad de nosotros conocer y amar eternamente, porque vivimos en un poco, en un suspiro de tiempo. Pero aquí el Dios, que es omnipotente, omnipresente, dice a nosotros, mira, yo te he amado a ti con un amor eterno. Antes de crear el mundo, antes de que el mundo existiera, ya te amaba yo por nombre. Es algo increíble considerar. Ya tenía tus días nombrados. Ya te puse tu nombre. Ya determiné con quién te ibas a casar. Determiné cuántos hijos ibas a tener. Determiné todo lo que iba a ocurrir en tu vida. Determiné todas las cosas que te iban a atraer a mí. Yo te he amado con amor, ¿qué? Eterno. Antes de que hubiera el tiempo, antes de la creación, yo te amaba. de toda la eternidad, que significa desde siempre, para los siempres, de los siglos, de los siglos, si podemos usar esas palabras, que realmente no son suficientes, porque la palabra siglo habla de tiempo. Estamos hablando de antes del tiempo el Señor conocía a Ismael Miranda. Es algo increíble considerar. No tenemos nosotros ningún lugar para referencia para esto, porque nosotros no sabemos nada de la eternidad. Pero aquí enseña que Dios ha amado a los elegidos desde antes que hubiera un mundo. Es más, específicamente, Efesios 1.4 dice lo siguiente, porque Dios nos escogió en Cristos antes de la fundación del mundo. Ya yo era escogido por Dios. ¿Y si fue antes de la fundación del mundo, fue antes de la qué? De la caída. ¿Pueden verlo? antes de que, porque la caída vino después de la fundación del mundo. Los decretos de la caída y los decretos de la elección, el Señor los hizo cuando? En eternidad pasada, pero antes que ocurrieran en el tiempo, el Señor ya me amaba a mí, ya me conocía por nombre. No sé si eso hace su corazón cantar, pero debe hacerlo cantar. Si usted es en Cristo, ¿pero cómo es que Dios me conocía a mí por nombre y acción? El día que iba a vivir, el día que iba a renacer, el día que iba a morir en esta tierra, ¿cómo es que Dios tenía todo ya planificado antes de crear el mundo? Es algo increíble. Que él determinó que yo sería suyo. El punto principal de Pablo es este. Así como un alfarero puede moldear un vaso para honra y otro para deshonra del mismo barro, Dios tiene el derecho soberano de elegir algunos para vida eterna mientras permite que otros permanezcan en su estado pecaminoso. Ambos vasos vienen del mismo barro caído, la humanidad. La razón porque yo soy un vaso de honra no es porque yo salí de un barro especial, un barro mejor. No que dice el libro de Efesios. Todos somos hijos de desobediencia. ¿Hijos de qué? De ira. Pero Dios, esas grandes palabras, con su gran amor, con quien nos amó, me sacó de ese grupo y me trasplató a un grupo que realmente no debo estar. Este es el Evangelio, amados. Y escuchen, del mismo barro arruinado, El señor agarra un pedazo de barro y dice, voy a hacer algo hermoso de ello. Y todos los otros alfareros dicen, no se puede hacer, el barro está que, arruinado, de eso nada bueno sale. Pero que dice Isaías, el señor da belleza porque las cenizas. Y usando las herramientas de gracia y misericordia, en sus manos él agarra algo que está arruinado, imposible de convertir en algo hermoso, y lo hace. Y usted está aquí, ¿por qué? Un milagro de Dios. Un barro, un vaso, ¿qué? Un roso, bello, un vaso para colocar flores, un plato ordenado, lujoso. Y cuando alguien mira ese vaso, alguien nos dice, ay qué lindo ese vaso, mira qué lindo se hizo el vaso a sí mismo. Todo el mundo le da la gloria, ¿quién? al alfarero porque todo el mundo dice ese vaso es hermoso y salió de ese barro. Nadie puede hacer algo de ese barro. ¿Cómo es que ese alfarero tiene que ser un gran alfarero? Usar ese barro para hacer algo tan hermoso de un barro que arruinado, intocable realmente. Y lo resto del barro él hace ¿qué? Vasos para deshonra. ¿Es legítimo que Dios haga algo así? No tiene que hacer ningún vaso para honra, pero lo hace, amados, lo hace. Es el Pensal de Segunda de Timoteo 2, 20, donde ahí Pablo dice lo siguiente. Ahora bien, en una casa grande, no solamente hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro, y unos para honra y otros para deshonra. Ahí está la palabra deshonra, o para usos deshonrosos. El punto de Pablo es que en una casa grande hay vasos hermosos y honorables, como floreros, que todo el mundo mira y dice, qué lindo vaso florero, con flores saliendo, qué lindo, ¿verdad? Uno quiere poner en su casa esas cosas que va a ser de bendición a los que nos bendicen, que van a mirar la belleza, qué lindo vaso, qué lindo florero. platos decorativos. Aún hoy la gente pone platos decorativos, los pone ahí para que todo el mundo lo puedan ver, detrás de vasos de cristal para que todos miren los vasos tan lindos, horneados con oro y plata y flores, qué lindo se ven. O copas ornamentadas, hechas por manos tan lindas para beber, que la gente dice, wow, mira qué copa más linda. pero en la misma casa también hay vasos para usos deshonrosos, como los de lavar los pies." Recuerden, estamos hablando del tiempo donde Pablo estaba viviendo y dice, hay cosas vacías, deshonrosas. como las que usan para lavar los pies. El esclavo usaba, lavaba los pies, y esa no se quedaba afuera para que todo el mundo la mirara y la mirara, ¡qué linda! No, esa cuando se usaba, después de terminar, se tiraba la agua, ¿qué? Sucia, y se escondía, se ponía al lado, porque tenía un uso, pero no tenía gloria. ¿Pueden ver la diferencia? En esa casa también hay cosas deshonrosas, como el de lavar de los pies también, vasos para el baño, para el baño. En esos tiempos no había, como tenemos hoy, plumería, entonces se usaba una vacía grande y él no hacía su negocio. Y el esclavo más bajo tenía que limpiarla y tirarla afuera. Tenía un uso, pero no un uso que para honra. Nadie entra a un baño y mira Mira lo que hicimos en el toile dice, ay que lindo esta ese, ese si me gusta. Pero debe salirlo, debe ponerlo en la sala para que todo el mundo lo mire. No, verdad que no, para uso que? Deshonroso, verdad, no tiene gloria, se usa y se va. Vasos como estos, vasos para echar basura y mugre, Son necesarias en la casa, pero no tienen honra. Estas vasillas ordinarias y poco atractivas cumplen un propósito, pero no se le otorgaba ninguna gloria. El mismo alfarero que forma un vaso para un honor también formó vasos para la reprobación. Son vasos para uso deshonroso y vil. Y no tenemos ningún derecho, dice Pablo, a quejarnos por esta realidad. Gloria sea a Dios. Amén. Aún en nuestras casas hoy tenemos vasos para honra y otros deshonrosos. Hecho de la misma tiza, vamos a decir. Isaías 45.9 lo pone de esta manera. Hay del que contiende con su hacedor. Cuidado. Cuando la palabra de Dios dice hay, es una maldición que está detrás de ella. Hay del que contiende con su hacedor. El tiesto entre los tiestos de tierra. ¿Cómo te treves un vaso a hablar contra el alfarero? Dice. ¿Qué irreverente eres? Abrir la boca y decir, esto no es justo. ¿Dirá el barro al alfarero, qué haces? ¿O tu obra dirá, él no tiene manos? En otras palabras, hay dos quejas que el señor odia. ¿Qué estás haciendo? Esto no es justo. A mí no me gusta. Dice Dios, cállate la boca. Yo soy el alfarero. ¿Ustedes son qué? Barro. Yo puedo hacer con el barro lo que yo quiera hacer. Amén. Y la segunda contiene es, o tu obra dirá, él no tiene manos. Realmente está hablando de lo que está haciendo, que no le puso manillas para agarrar. No lo estás haciendo como yo quiero. Es el pensar. Cuidado con hablar contra Dios. La conclusión de este versículo es la siguiente, y está clara. Dios elige y Dios condena. Esa es su prerrogativa. La salvación pertenece estrictamente a Dios. El hombre no puede oponerse. Que el pueblo de Dios diga amén. Amén. No tenemos ningún derecho a decir, esto no es justo, no me cae bien. La mayoría de la gente va al infierno, no creo que es justo. ¿Y qué tal de los elegidos? No, no, no. El Señor hace lo que Él quiera con lo que Él hizo. Y todo le pertenece a Él. Entonces, ahora entramos al versículo 22 y 23. donde aprendemos que Dios demuestra su ira sobre los vasos deshonrosos para derramar gracia sobre los vasos de honor. Escuche los versículos. ¿Y qué si Dios, aunque dispuesto a demostrar su ira y hacer notorios su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para la destrucción? ¿Qué tal si lo hizo para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia que de antemano él preparó para gloria? Nuestro versículo, el pasaje versículo, empieza con, ¿y qué si Dios, aunque dispuesto a demostrar su ira y a ser notorio de su poder? Amados, debemos preguntarnos, ¿hay algo malo en que Dios, el justo y santo, muestre su poder y su ira? Podemos luchar con esta verdad porque vivimos una cultura que rechaza la noción de un Dios justo y aracundo, pero Pablo enseña consistentemente que Dios es tanto gracia como también ira. Es misericordia, pero también es justicia. Debido a su santidad, Dios tiene que odiar el pecado. Si Dios no odia el pecado y no lo castiga, no es un Dios justo, no es un Dios santo. Y recuerda que nosotros, naturalmente, éramos todos hijos de que ira. Él decidió descargar de ese barro arruinado, hacer un vaso de honra, pero no significa que no va a castigar el resto del barro. Tiene que hacerlo, porque Dios tiene que odiar el pecado. Hemos leído esto antes. Romanos 1, 18, porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad y injusticia de los hombres que con injusticia restringen la verdad. La ira de Dios se revela. La palabra de Dios habla de la ira de Dios, actual. Creo que nosotros, cuando decimos nosotros, la humanidad, no nosotros aquí como cristianos, Pero creo que a la humanidad le gusta sobreexplicar y sobremirar el amor de Dios. El Dios en que yo creo es un Dios de amor, y Él perdona todo, y nos ama todo igual. Es un Dios de amor. Y sí, Dios es un Dios de amor, pero también tiene que ser un Dios de ira. Y si no miramos el otro lado de la moneda, si no miramos la ira de Dios, entonces no hay necesidad para el amor de Dios. Pueden ver eso, amados. Y si Dios no va a castigar el pecado, Entonces, él no puede clamar que es un Dios justo. Y en Cristo, él castigó el pecado de aquellos que iban a creer, porque su pecado no fue tirado a la basura, su pecado fue pagado por aquel que murió por él. Incluso nuestro pecado tiene que ser, tiene que ir a sobre nuestro pecado, nada más que cayó sobre la persona y el personaje de quien? Cristo Jesús, y no nosotros. Así que esto, Es lo que demuestra que Dios es un juez justo, que Él odia el pecado, que Él castigará el pecado. Y debemos recordar que cuando Dios iba a descargar su ira sobre Sodoma y Gamora, Abraham preguntó, Sorprendidamente en Génesis 18, 23 y 24, lo siguiente, Abraham se acercó al Señor y dijo, ¿En verdad destruirás al justo? Junto con el impío no caiga el justo, sino el justo que ha puesto su fe en quien? ¿En Dios? ¿Destruirá el que tiene fe en ti con el que no te ama? Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad. ¿En verdad la destruirás y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que hay en ella? Así que incluso Abraham, el padre de los fieles, cayó en un grave error al sugerir que Dios podría castigar personas inocentes, porque son redimidos, con los que son que injustos. Él dice, esto no es bien, no es justo que tú, si tú destruyes la ciudad y hay personas justas, esto no está bien, serías tú un dios injusto. Cuidado Abraham, cuidado. ¿Estás hablando contra quién? El alfarero. Más tarde Abraham recobró el sentido y le dijo a Dios en Génesis 18.25, lejos de ti hacer tal cosa, matar el justo con el impío, de modo que el justo y el impío sean tratado de la misma manera. Lejos de ti, el juez de toda la tierra, ¿no hará justicia? ¿Cuál era la respuesta? Claramente, el juez de toda la tierra, ¿hará qué? Justicia. Él hace, él divide, hace vasos para honra, que no deben tener honra, y hace vasos, ¿qué? Deshonrosos. Y con este grupo, él trata con ellos con misericordia y gracia, con el otro grupo, él trata con ellos, ¿con qué? Justicia y ira. ¿Hará el juez de la tierra lo que es justo? Absolutamente que sí. Sin embargo, Abraham, aunque recuperó, no pudo entender la gravedad de la situación. Claramente, es más que imposible que Dios castigue al inocente, al que está en Cristo junto con el culpable, o al justo con el malvado. Algo así es impensable para Dios. Él promete que los vasos de honra estarán en la casa listo para que todo el mundo vea y los vasos de honra serán escondidos y echados afuera cuando su uso ya no lo tengan. ¿Amén? Podemos mirar esta realidad. Cuando Pablo entonces habla de Dios mostrando su poder y ir hacia los vasos de destrucción, no debemos pensar que Dios castiga a personas inocentes o que Dios castiga a las personas inocentes. No, ¿qué dice la palabra de Dios? Lejos de ti, el juez de toda la tierra no hará justicia, claramente lo hará. La iglesia de hoy, que carece de una doctrina vital, no acepta la idea de que Dios derrame su ira sobre los pecadores impenitentes. Sin embargo, la Biblia enseña que sí es correcto que el juez de la tierra muestre su ira. Aunque podemos tener dificultades con esta idea, solo se toma un momento para leer la Biblia para ver que la ira de Dios, de un Dios santo contra el pecado, es justo. Por ejemplo, cuando Jesús hizo un látigo y expulsó a los que cambiaban el dinero en el templo, su ira estaba justificada. Vemos la encarnación de la ira de Dios. ¿Pero con quién mostró Dios Jesús, el Hijo de Dios? ¿Con quién mostró Él esa ira? ¿Con todo el pueblo o con los que cambiaban el dinero y estaban robándole al pueblo de Dios? ¿Vio? Hay una separación. ¿Por qué es que Cristo mostró tanta ira? Porque habían aquellos, como dice el puertorriqueño, pillos o ladrones, ¿verdad? Personas que estaban usando el templo para robarle al pueblo de Dios, para extraerlos de la presencia de Dios. Y entonces la gente de Dios no entraba al pueblo a orar porque le tenían miedo a estos ladrones. Y Cristo se llenó de ira. Y trató con los vasos deshonrosos, estos reprobos, con látigos, y los expulsó, y les gritó, y volteó las mesas, y tiró el dinero, y quebrantó los lugares donde tenían las palomitas, y todo, todo se fue afuera. Porque la casa del Señor tiene que ser un lugar de que oración. Y porque el celo por la casa de Dios era parte de la profecía del Mesías. ¿Por qué hizo Cristo eso? Para purificar el lugar que el pueblo real del Señor pueda venir y orar y buscar a Dios. ¿Pueden ver la diferencia, amados? Porque Él quería enseñarle misericordia y gracia al pueblo elegido. Y por eso enseñó su ira contra los reprobos que estaban usando ese tiempo para robar y disminuir el pueblo del Señor. Es algo increíble considerar. Amén. Hay mucha gente que no le gusta esta porción de la escritura. La quieren cambiar, la quieren quitar. Cristo con látigos. No, yo pienso en Cristo en amor, y comiendo con los pecadores, y enseñando gracia, y el pastor de las ovejas que no tienen pastores. Y me gusta la foto de un Cristo amoroso, y bueno, que perdona desde la cruz, y ora por ellos. Pero esta foto parece que no. no pertenece. Esta historia parece que fue escrita por alguien que no sea el Espíritu Santo. Esto de látigos y gritar y voltear mesas y estar lleno de ira. Esa foto de Cristo no me gusta. Obviamente no es inspirada. La debemos cortar, la debemos sacar afuera de la Biblia. Cuidado. Porque sí, él es un dios de amor, pero también es un dios de ira. Él es un dios que perdona y un dios que va a castigar. No podemos tener una parte de Dios y una otra. Amén? O Dios no es Dios. Cada vez que el Nuevo Testamento menciona, perdón, el juicio final, muestra a todos de pie ante el tribunal de Dios con la boca cerrada. El mundo entero es declarado culpable ante del Señor. Yo he oído personas blasfemando a Dios, diciendo, cuando yo llegue al cielo, apuntaré mi dedo a Dios y le voy a decir, explícate. Cuidado. Cuidado. ¿Qué enseña la palabra de Dios? Toda la creación caía delante de Dios. Romanos 3, 19. Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, lo dice a los que están bajo la ley, los que no se han arrepentidos, Para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante de Dios. Amén. ¿Para quién? Dice, para los que están bajo la ley. ¿Quién está bajo la ley? Los que no están bajo la gracia. Está hecho para los vasos que reprobos. Los vasos deshonrables. Y que miramos en el cielo cuando ellos lleguen, toda boca estará ¿qué? Callada. Nadie hablará nada. Todos serán hechos responsables delante de la presencia de Dios. Lo único que dirá la boca es, Cristo es el Señor. Toda rodilla doblará, toda lengua, incluso la de las reprobos dirá, Cristo es el que, Señor. Y el único sonido que vamos a oír es el grito y el gemir cuando van al infierno. ¿Pero acusaciones? ¿Esto no es justo? Tú no puedes hacer esto conmigo, eso no se oirá en el cielo. Toda boca quedará callada delante de la omnipotencia y la justicia de nuestro Dios. Pero nuestro versículo también nos enseña acerca de la paciencia de Dios con el pecador. Enseña que Dios tiene el poder y puede juzgar cuando Él quiera. Pero también habla y dice, ¿y por qué es que Dios fue paciente con estos pecadores, con estos répromos? Y dice, es para la gloria de su nombre y para el beneficio de los elegidos. Pero enseña que Dios es tardo en derramar su justicia a veces, que Dios es paciente con el pecador. Y si tú no estás en Cristo, es posible que tú estés sentado aquí, estando en esta iglesia, por cuantos años usted ha estado en esta iglesia, diciendo, pero sigo viviendo y Dios no me hace nada, y sigo afuera de gracia y no me ha muerto. Y es posible que usted viva 90 años en esta tierra, 90 años fáciles, lleno de salud, con dinero en el banco, con todo lo que tú quieras. Y piensas falsamente que eso significa que puedes hacer nada y Dios nunca te ha hecho nada, así que estoy bien. Cuidado. Estás presumiendo. Estás presumiendo. Cuando parece que escapamos de las consecuencias de nuestros pecados, nuestros corazones pecaminosos y endurecidos asumen erróneamente que Dios es impotente o que no le importa lo que estamos haciendo. Esta es una suposición tonta y muy peligrosa. Amados, sabemos que a lo largo de la historia, Dios en ocasiones ha suspendido su paciencia para recornarnos que Él es un Dios justo que en verdad castiga a los malvados. Miremos Sodoma y Gomorrah. ¿Qué dice la palabra de Dios cuando sus pecados llegaron al cielo, cuando Dios ya no pudo soportar más con ellos? Dice, hasta aquí llegamos y voy a destruir ese lugar. Saca los justos. Y mata a todo injusto. Amén? Y la palabra de Dios, tenemos instante en la historia, en el tiempo de Noé, tenemos instante en la historia, donde Dios dice, mi paciencia con este grupo o con este mundo se ha acabado y aquí voy a derramar mi ira. La gracia, el tiempo, la ventana de la gracia se ha cerrado, ahora se abre la ventana de qué? Del juicio. Y cae el juicio de Dios. Y qué terrible. Qué horroroso es el juicio de Dios para el impenitente. Y es posible que estés sentado aquí pensando, pues nunca nada pasa. Estoy bien cuidado. Porque es posible que Dios sea muy paciente contigo y te deje esperar toda tu vida. Y mueras y encuentres en ese día la eternidad de fuego. Varios pasajes enfatizan la paciencia de Dios a castigar a los pecadores. Entre ellas tenemos Romanos 2.4. ¿O tienes en poco la riqueza de su bondad y la tolerancia y la paciencia de Dios, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? Hay mucha gente así. Que cree porque Dios es paciente, que Dios se lo olvidó, que no puede con ellos. Que se escaparon, que a Dios no le importa. Cuidado, todo pecado le importa a Dios. Y el pecado más grave que puedes tener en tu vida es saber la verdad y no venir a ella. No hay peor pecado cometer. Es un pecado de insolencia, de orgullo terrible. No debemos confundir entonces la paciencia de Dios con debilidad o incapacidad. La Biblia enseña que la paciencia de Dios eventualmente dará paso a su ira y todos los pecadores, todos los pecadores amados, impenitentes enfrentarán el tormento eterno por sus corazones endurecidos. Amados, la gran paciencia de Dios con los reprobos no es para su arrepentimiento. Ellos ya son reprobos, quiere decir que Dios lo ha pasado. Sabemos, amados, déjame hacer una diferencia. Cuando nosotros miramos al mundo, no miramos a alguien que tenga una gran E elegido, una gran R, reprobos. No sabemos quiénes son quién. Le predicamos a todos. Amén. Sabiendo que la fe viene por oír y oír por la palabra de Dios, que el Señor usará la palabra de Dios para atraer a aquellos que él ha determinado atraer. Amén. Gloria sea a Dios por ello. Pero si Dios sabe quiénes son sus elegidos y quiénes son sus qué reprobos. Y aún con los reprobos, Dios es qué paciente. Y uno dice, ¿y por qué por ellos, con ellos? Si Dios lo ha determinado para la destrucción, ¿por qué no los mata? ¿Por qué no los mata ahí cuando cometen pecado cada vez que come? Porque Dios dice, tú eres un reprobo, no tienes gracia. ¿Por qué Dios lo permite a ellos vivir? ¿Cuál será el uso para el réprobo? La paciencia de Dios aquí no es para que ellos vengan a Cristo. ¿Son qué? Réprobos no nunca van a venir a Cristo. Entonces, ¿por qué Dios permite que vivan? Es una buena pregunta para hacer, ¿verdad que sí? Y la palabra de Dios nos enseña por qué. La gran paciencia de Dios con los réprobos es para su gloria y el beneficio de los elegidos. Ellos también tienen un uso, un uso deshonroso. No hay gloria, pero tienen un uso en una casa grande por un tiempo. Cuando Dios muestra paciencia con los reprobos, lo hace para dar, dice la palabra de Dios en nuestro versículo, a conocer la riqueza de su gloria sobre los vasos de misericordia que de antemano él preparó para gloria. Aquí me gustaría dar un ejemplo de un reprobo con que el Señor le enseñó gran paciencia para traer gloria a su nombre, y para traer bendición a su pueblo. Amén? Consideremos a Faraón. La paciencia de Dios con Faraón y los egipcios permitió que su gloria fuera revelada a Israel. Si Faraón hubiera sido destruido inmediatamente, nadie habría visto la misericordia de Dios a Israel. En cambio, a medida que se desarrollaron las diez plagas, la misericordia y la gracia de Dios en la elección se hicieron más evidentes, no solo para Israel, sino para todo el mundo incrédulo. Muchos de nosotros cometemos el rol de mirar a Faraón y a Dios como embrujado en una batalla. a battle of will. Pharaoh pulls and God pulls and we are talking about the opposite. And God pulls a little bit and Pharaoh pulls God and they are in a battle. Y miramos que como que son fuerzas opuestas con el mismo poder. Faraón no los deja ir. El Señor, tú los vas a dejar ir. Y Faraón dice, no, yo no los voy a dejar ir. El Señor dice, te voy a dar esta plaga. Él dice, ok, ok, ok, me arrepiento, los voy a dejar ir. El Señor le quita la plaga y él engañó a Dios de una manera y otra vez va y no los deja ir. Y Dios, ¿me engañaste? Eso no es lo que está ocurriendo en este pasaje. Y si usted lo lee así, no lo lee así. No fue una batalla entre iguales. Fue paciencia de Dios con Faraón. Permetílo pensar que él tenía poder. Dios lo levantó desde el nada. Lo puso en el trono. Lo hizo un Dios al mundo. Un Dios falso, como está diciendo nuestro hermano. Al mundo. Todo el mundo dijo, Faraón, con él nadie juega. Él es el superpoder. La nación egipcio es el súper poder del mundo. Nadie puede con ellos, ni los dioses pueden con ellos. Dios lo levantó bien alto, lo dejó vivir, tuvo paciencia con él, para después destrozarlo poquito a poquito delante de los ojos de todo el mundo abrumado para enseñar que el dios de un pueblo esclavo era el verdadero dios de todo el mundo. Plaga tras plaga el señor mando. Una plaga. Oh, lo voy a dejar ir. El señor dice, ok, quitaré la plaga, pero sabes que no los va a dejar ir, porque yo que endurecí su corazón, porque quiero mandarle otra plaga. No eran fuerzas iguales, opuestas. Era Dios usando a este vaso deshonroso, este vaso reprobó, destruyéndolo delante del mundo para que todo el mundo mirara que el Dios del pueblo esclavo era el verdadero Dios en toda la tierra. para traerse gloria a él y bendecir a su pueblo. ¿Pueden ver la diferencia, amados? Faraón no le mintió a Dios. Dios le dijo a Moisés, él no lo va a dejar ir. Te va a decir que lo va a dejar ir, pero no lo va a dejar ir, porque yo ando recién de su corazón para que no lo haga. ¿Por qué? Porque quiero mandarle otra, que otra plaga, porque quiero destruir a Egipcio en frente de los ojos de todo el mundo, un vaso deshonroso, una nación deshonrosa, para que todo el mundo vea la gloria del vaso de honor, que antes no tenía honor, el pueblo de Israel. increíble considerar, amén? Eso es lo que está ocurriendo en ese pasaje. La eventual destrucción de Egipto por parte de Dios hizo que las naciones paganas de la tierra prometida temieran al Dios de Israel. Es más, leemos de ello en Josué 2, 9 al 10. Usted recuerda a la mujer hablando con los espías de Dios y le dijo a los hombres, sé que el Señor les dado a ustedes esta tierra. ¿Cómo sabía tal cosa? ¿Cómo sabía ella el nombre del Señor? Este es un pueblo que anteriormente era, ¿qué? Esclavos, un pueblo nomático, hablando, caminando por todo el desierto por cuarenta años. Un pueblo sin nación, sin bordes, entrando a la ciudad. Ellos son establecidos, tienen muros, tienen soldados. Ella le dice, sé que esta tierra le pertenece a ustedes. ¿Pero cómo puede saber esta mujer tal cosa? Una mujer que era, una mujer ramera también. Sé que el terror de ustedes ha caído sobre nosotros, y de que todos los habitantes del país se han acobardado ante ustedes. El lenguaje ahí, en el idioma original, no es que se han acobalado, sino que se están derritiendo delante de todos ellos del terror. Un miedo que hace una rodilla tocar la otra. Temblando delante del pueblo estamos nosotros. Dice, sé todas estas cosas. Porque hemos oído como el Señor sacó, el Señor sacó, perdón, el agua del mar rojo delante de ustedes cuando salieron de Egipto. ¿Tenía Faraón un propósito? ¿Ese vaso deshonroso? ¿El Señor fue paciente con él, con ese reprobo para qué? ¿Para elevarlo? para mandar las diasplagas, destruir Egipto económicamente, espiritualmente, físicamente destruida, y después para destruir su ejército en el agua, ahogándolos. Hemos oído. Vio porque Dios tardó y fue paciente con el reprobado faraón, para que todas las naciones escucharan y dijeran, con este pueblo no se juega, porque el verdadero Dios está con ellos. Amén. Gloria a Dios. Porque hemos oído, dice la mujer. También supimos lo que hicieron a los dos reyes de los amoreos que estaban al otro lado del holdán, a Zeon y a Og, a quien destruyeron por completo. Hemos escuchado todo lo que el Señor ha hecho por ustedes. ¿Sabe qué? Estamos derretiendo en terror delante de ustedes. Por eso me quiero alinear con ustedes, porque he visto el verdadero Dios en ustedes. ¿Pueden verlo, amados? Algo increíble de considerar, ¿verdad que sí? El terror del Señor delante de las naciones, cuando mira como Él ama a su pueblo. Como Él trata con las naciones que han tratado tan vilmente con su pueblo. Cuando Él agarra el vaso deshonroso con quien tuvo mucha paciencia y lo usó y después lo destruye delante del mundo. Oh, amados, miren esto. Porque el mismo Dios trata con este mundo de esta manera, para traerse gloria a sí misma y para bendecirlo a ustedes. Por lo tanto, la gloria de Dios se compara con riquezas infinitas para los elegidos. Dios trata con paciencia a los reprobos para el placer, para la gloria suya y para la bendición de su pueblo. Esta rica gracia es un núcleo de la doctrina de la elección. Deberíamos ver la predestinación como parte de la asombrosa gracia de Dios, que refleja las abundantes riquezas de su gloria a su pueblo. Como Dios funciona en todo este mundo, lo que él permite y no permite, o no él permite un presidente malo por un buen tiempo, es para su gloria y para la bendición de su pueblo. ¿Qué decimos a esto más que gloria sea a Dios? Más que cualquier otra, esta doctrina revera que la gracia de Dios es un regalo solamente para los elegidos de Dios. Amén? Dios formó vasos de honra con barro arruinado. ¿Cómo es posible que yo, barro arruinado, sea un vaso de honra? Es algo increíble. Por eso me gustan los himnos de ayer, específicamente el himno sublime gracia, que dice, sublime gracia del Señor, Amados, el himno deja en claro que no estábamos buscando a Dios, sino que Dios nos encontró. Nos encontró con su misericordia y gracia. Estábamos perdidos, pero ahora Dios nos encontró. Estábamos ciegos, pero ahora podemos ver, alabados a Dios por la doctrina de la lección. El que hace todo lo hizo por nosotros. agorado barro arruinado, un barro que ningún alfarero pueda hacer algo con ello, y hace algo hermoso. Gloria sea su santo y divino nombre. Dios eligió hacer vasos de gloria de una masa corrupta de barro. Y amado, si usted está en Cristo Jesús, Dios ha hecho esto por usted. Él les ha hecho vaso de misericordia que preparó antes a la fundación del mundo para gloria. Nuestro versículo también nos enseña que estamos unidos a Dios por su plan para gloria eterna. Este plan incluía una familia compuesta no solamente de judíos, pero dice nuestro versículo que gentiles también. Leemos lo que dice Pablo cuando dice, nosotros, a quien también llamó, no solo entre los judíos, sino también entre los que, gentiles. Regresemos para atrás. al tema de un barro arruinado. Toda la humanidad es un barro arruinado. Todos nacemos bajo pecado. Pero por lo menos los judíos podían decir, sí, somos arruinados, pero a nosotros pertenece que las verdades, las visiones, el testimonio, los profetas, las promesas. ¿Pero qué puede decir el gentil? Somos arruinados y no teníamos los profetas, no teníamos los mandamientos, no teníamos el pacto, no teníamos nada con Dios. Arruinados, pero arruinados terriblemente. ¿Qué dice Pablo? De esa masa arruinada, arruinada, aún salva no solamente a los judíos, pero a ustedes, los gentiles. Es más, Pablo dice a nosotros, se incluye como que si fuera uno de nosotros, arruinados, gentil. increíble de considerar. ¿Qué derecho teníamos nosotros al pacto? Ninguno. ¿A los profetas? Nada. ¿A la palabra de Dios? Ninguna. ¿Usted ha leído la Biblia alguna vez? ¿En una porción la ha entendido? ¿Dios le ha dado claridad? ¿Qué derecho tiene usted de claridad a su palabra? Ningún derecho. Pero Dios lo hizo a usted a un vaso de honra. Gócesen, hermanos. Canten, griten. No ahora, pero después. Pero canten, griten adentro de sus corazones. Mira lo que Dios ha hecho. Nuevamente, Pablo nos muestra la realidad de que Dios tendrá misericordia de quien tendrá misericordia. Y cuando Dios dijo, yo tendré misericordia de quien yo tendré misericordia y endulzaré al que voy a endulzar, él no estaba diciendo, yo tendré misericordia sobre los judíos. El Dios tendrá misericordia sobre el que yo tenga misericordia. Y Dios tuvo misericordia a llamar a las naciones que no eran parte de su pueblo, las llamó a sí mismo. Amados, Pablo está hablando de nosotros. Nosotros que no éramos el pueblo y nunca podíamos lograr una adopción tan increíble, ahora somos pueblo por gracia. Dios realmente ha tendido misericordia de que él quiera tener misericordia. ¿Por qué? Porque aquí estamos nosotros. En otro lugar, en Romanos, en el capítulo que viene, Pablo va a decir que somos la rama de olivo silvestre injertada en una raíz del árbol que no era de nosotros. En otras palabras, no aportamos nada a la mesa. Nada en nosotros podría mover a Dios a incluirnos en su reino. Nuestra única esperanza son las riquezas de su gloria y misericordia. De eso se trata la lección, amados. Dice Pablo, Dios tiene misericordia, que tiene misericordia, aun nosotros, los gentiles, gloria sea a Dios por ello. Es esencial, amados, saber que en nuestro último versículo, en el versículo 24, y los que siguen, Pablo está citando al libro de Oseas que nuestro hermano leo, por eso lo pusimos ahí. Cuando Dios dice, llamaré a un pueblo que no era mi pueblo, lo llamaré el pueblo de quién? De Dios. Bueno, eso está hablando de Israel, cuando sea lo habló, pero aquí Pablo lo aplica a quién? A los gentiles, a usted y a mí. ¿De qué está hablando Pablo? Bueno, está citando Oseas. Oseas, por orden de Dios, y déjame darle la claridad en el pasaje que le dio nuestro hermano. Oseas, por orden de Dios, se casó con una mujer llamada Gomer, que era una ramera, una prostituta infiel. Imagínense, el señor hablar a un hombre aquí, vete, cásate con una prostituta. No, gracias. Y a un judío que no podía tocar algo que no era limpio y que impura, era una mujer prostituta, era algo terrible. Y este es el profeta de Dios, aún más terrible. Señor, vete, cásate con una ramera, con una prostituta. Y mire que obediente es el profeta. Pai tomó a una mujer que nadie quería como mujer, como esposa, y se casó con ella. O sea, se casó con una mujer llamada Gomer, que era una prostituta infiel. A casarse con ella, o sea, le dio su nombre, la rescató de la prostitución, le dio el honor de ser su esposa. de ser una mujer limpia y con reputación ahora buena. Él se hizo menor para que ella se hiciera mayor. ¿Podemos ver a Cristo? ¿Pueden ver a Cristo? Porque es lo que Cristo se hizo. Se casó con una ramera, con nosotros. Amén. Él que era santo y perfecto se hace menos para casarse con pecadores como nosotros. Es algo increíble considerar. Nos rescató. Monseas le dio su nombre, la rescató y le dio su honor. Sin embargo, Gomer fue infiel a sus votos matrimoniales. Tuvo trece hijos, Jezreel, Lo-ruamán, y Lo-amí. Los dos últimos nombres simbolizan la condición de Israel. Lo-ruamán significa sin misericordia, sin piedad. Y Lo-amí significa no es mi pueblo. Estos eran hijos de inmoralidad sexual. En otras palabras, no eran hijos de quien, o seas, esta mujer se fue y tuvo relaciones con otros hombres y los últimos dos hijos que nacieron no eran de él. No piedad y no es mi pueblo. Imagínate Dios y si le, dale el nombre a tu hijo y dile que tú no eres mío. Sería terrible, porque Dios está diciendo que este hijo no es de él, y si no es de él, no puede ser que tuyo, el profeta, en otras palabras, hijo de inmoralidad sexual. Qué terrible mujer. Después que este hombre hizo tanto por ella, que tratar a este hombre de esta manera sería algo horrífico. Pero aquí no termina el horror. Después de su infidelidad, Gomer volvió a prostituirse, se vendió a la prostitución. abandonó al profeta el hogar a sus hijos y fue a la prostitución, avergozando al profeta aún más y despreciando su gracia anterior de salvarla. ¿Cuál de nosotros, hombres, si fuéramos hombres aquí, cuál de nosotros tomaría esta mujer para atrás? Al principio no nos hubiéramos casado con ella. Al segundo después que me hizo la inmoralidad y que tuvo hijos que no sean míos y se fue para atrás la prostitución. ¿Cuántos de ustedes tomarían esta mujer? Levanten las manos. Exactamente. No. Yo tan bueno y ella tan malo. Ahora que ella se merece lo que está agarrando. Amén. Y eso es lo que está aquí. Era increíble porque Dios está pintando una foto de Israel. Dios que fue tan bueno con ellos. Ella se fue y se prostituyó. Tuvo relaciones con otro. Tuvo hijos que no son del Señor. Y ahora se fue completamente a la inmoralidad. Dios el Santo se disminuyó para ensalzarla a ella y mira cómo lo trató. Es imposible ahora que Dios la tome de nuevo, ¿verdad que no? Sabemos algo de Dios. ¿Amén? Algo increíble. En lugar de rechazar a esta esposa infiel, Y por orden de Dios, que quería pintar una foto de gracia, o sea, va hacia ella, la compra, la redime de la prostitución y le devuelve su antiguo honor para que los hijos de la infidelidad sean restaurados junto a ella. La hace su mujer de nuevo y le da el nombre suyo a estos hijos que él sabe que no son de él. Así que el niño que era antes sin piedad, era su nombre. Dios le cambia el nombre a mi amado. Es mío. Lo adopto. No mereces piedad, pero eres mi qué, mi amado hijo. Es suficiente para hacernos llorar. Porque José lo está viviendo en cara en lo que Dios hizo con su pueblo Israel, pero aquí Pablo lo aplica, ¿a quién? Al grupo gentil, a usted y a mí. El hijo que era sin piedad se convierte en mi amado, y el niño que no es mi pueblo, no es mío, se convierte en mi pueblo. Ese era usted, sin piedad. No mi pueblo. No eres mío. Efesios capítulo 2, que dice, éramos hijos de qué? De ira. No el pueblo del Señor, pero Dios. Se traga todo su honor. Se traga todo su orgullo personal. Se disminuye. Y los toma usted y me toma a mí y me dice, no tenías piedad, pero ahora te voy a llamar amado. No eres mi pueblo, pero ahora te llamo qué? Mi hijo. Wow. Increíble. asombroso, imposible, tanta gracia, tanto amor, tanta disminución en parte de Dios, condesión de Dios, para hacerme algo que no merezco, en ninguna manera, aplicados a los gentiles en el libro de Romanos, aplicados. Por eso dicen, a unos otros, los gentiles, y después habla de Joseas, y uno dice, ay Dios mío, ese soy yo, hijo de prostitución, hijo de vil, hijo del pecado, hijo de sin gracia, hijo de lo malvado, lo terrible, hijos de ira, sin piedad, no el pueblo de Dios, y ahora tengo el nombre de Cristo, ¿cómo es posible? Porque Dios toma del barro que nadie pueda formar algo bueno, de hecho, porque es el barro arruinado, Y usando la herramienta de gracia y misericordia, y sus manos santas, convierte algo que nadie podía usar en algo glorioso y honroso, para ponerlo en la casa, para que todos lo miren y digan, es alfarero, es alfarero, es increíble, porque mira lo que hizo. Mira esta cosa hermosa que hizo de este barro arruinado. La gloria siempre sea a quien? A Dios. Mediante la lección, Dios ha hecho esto por usted y por mí. una masa de barro pecaminosa y degenerada, Dios formó a los elegidos para que fueran vasos de humor, gloria y belleza, que adornan su casa. Benditos a Dios. Padre, te damos gracias por tu palabra tan hermosa. No hay palabras, Dios. No hay palabras. Nos quedamos, padre, como el profeta Ezequiel, mudos delante de ti, sin poder hablar. ¿Qué podemos decir? ¿Qué pocas son las palabras humanas? Más que gracias, Dios, y eso nos oye bien, pero es todo lo que tenemos. Gracias. Este Dios que toma barro arruinado, que ningún otro alfarero puede usar. Cenizas. Y das algo hermoso. Y le da honor y gracia y gloria y la pone en su casa. Damos gracia a Dios. Y de ese barro arruinado hace también vasos para deshonra. Enseña su ira sobre ellos. Y aún es paciente para el beneficio de los vasos escogidos. Es algo increíble, Dios. Como hemos dicho una y otra vez y lo digo ahora, las palabras faltan. Solo queda una profunda agradecimiento que es insuficiente. Pero Padre, es lo que podemos ofrecer. Damos gracias por tu misericordia en el nombre de Jesús. Amén.
Vasos de honor y deshonra
Series La Gracia Salvador de Dios
La Biblia afirma que Dios tiene el derecho absoluto de moldear, del mismo barro arruinado, tanto vasos para honra como para deshonra. Aprendemos que no tenemos ningún derecho a contender con Dios con respecto a este derecho. El deber del cristiano es ver la belleza en la elección de Dios.
Sermon ID | 818242118513662 |
Duration | 1:03:10 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Romans 9:20-24 |
Language | Spanish |
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