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Es un gusto para mí poder tenerlos
de nuevo aquí para la toma dos del curso de apologética que
vamos a estar llevando a cabo esta semana con el favor del
Señor, si nos mantiene con buena salud y buen tiempo. Gracias
por su asistencia, gracias por mostrar el interés que mostraron
incluso cuando tuvimos que suspender hace ya tres semanas y pues bueno,
vamos a retomar, vamos a reiniciar, vamos a arrancar de cero con
la primera lección igual y la idea es que voy a ir un poquito
más despacio para aclarar dudas, cualquier pregunta que surge
en el camino, algo que no haya quedado bien Entonces lo vamos
a poder cubrir en esta ocasión. También les recuerdo que se está
grabando, nada más esto es para poderlo compartir con personas
que tal vez no puedan venir a todas las sesiones y que quieran escuchar
todo el material. Entonces esa es la razón por
la que estamos haciendo la grabación. Y bueno, y ahí quedará la posteridad,
no sabemos a cuántas personas más podría servirles. El material
que vamos a cubrir es un material introductorio a la apologética
bíblica, que es conocida también en los círculos reformados como
apologética presuposicional, así es que es un nombre largo.
Y ya vamos a ver por qué se llama así. Pero vamos a simplificarlo
a apologética bíblica, o lo que creemos que es el método bíblico
para hacer apologética. Entonces, esa va a ser la el
punto de partida, ¿verdad? Hay varias ramas diferentes de
la apologética, hay apologética evidencialista, que es la más
popular, que es la que se enfoca en ver las evidencias científicas
y tratar de partir de ahí hacia la existencia de Dios y ya luego
la fe cristiana, ¿verdad? Y todo esto, pero nosotros como al estudiarlo, tratar de profundizar
un poco más el tema de la apologética desde una perspectiva bíblica,
nos damos cuenta de que el problema va más allá de simplemente un
tema de ignorancia o un tema de falta de información. No es
eso. La Biblia nos habla más profundamente
de cuál es realmente el problema y al darnos el problema nos da
también cuál sería la mejor manera de abordar la situación de la
incredulidad o el problema de la incredulidad. En última instancia,
la apologética bien hecha, yo creo que siempre acaba en evangelismo,
¿verdad? Casi siempre esa es la, ese termina
siendo el resultado, en alguna medida, tal vez no inmediatamente,
tal vez no de golpe, pero incluso de manera, ¿cómo se dice? Como en transición o a lo largo
de un proceso, muchas veces termina siendo evangelismo. Porque en
última instancia, ¿qué es si no responder a los que tienen
preguntas acerca de nuestra fe? Entonces, en última instancia,
termina siendo evangelístico. No podemos hablar de nuestra
fe y dejar a Cristo por fuera. Y no podemos... Tampoco tratar
de ganar un debate informativo, nada más de decir, yo gané el
argumento, yo tuve la mejor información, yo le contesté todas las preguntas,
pero si no le llevamos a Cristo, si no le llevamos a la necesidad
que tienen de Cristo, entonces realmente hemos hecho un trabajo
un poco deficiente. aunque tal vez hayamos puesto
la fe cristiana en una posición respetable al responder adecuadamente,
a veces eso es una tentación porque las escrituras no nos
llaman a ser respetables o a que la gente nos respete y respete
nuestra posición, no necesariamente ese es el objetivo, sino demostrarles
que esta es la verdad. que lo que Dios dice es cierto,
y que no existe esa posibilidad de muchas verdades, múltiples
verdades, esta es mi verdad, esta es tu verdad, y todos bien,
todos los caminos llevan a Roma, eso no es lo que enseña la Escritura.
La Escritura es muy exclusivista, muy, muy exclusivista, tanto
que caemos mal, ¿verdad? Y el mundo nos aborrece por eso,
porque lo tildan de no ser tolerantes, pero es que realmente el carácter
de la verdad, Es absoluto, por definición. No puede haber más
de una verdad. No pueden existir verdades opuestas. Dos cosas no pueden ser ciertas
al mismo tiempo si son contrarias entre sí. ¿Vale? Entonces, no
puedo... Un ejemplo muy sencillo, yo no
puedo estar sentado y de pie al mismo tiempo. O estoy sentado
o estoy de pie, pero las dos cosas no pueden ser verdad. Y
partiendo de ese ejemplo tan sencillo, pues podemos hablar
también de verdades mucho más trascendentales como lo es la...
la fe cristiana. Entonces, con eso como introducción,
vamos ahora. Padre, queremos darte gracias
por la suficiencia de tu palabra. Gracias porque no nos has dejado
a la deriva en este mundo donde hay miles de voces a nuestro
alrededor, muchas personas que reclaman tener la verdad, muchas
voces, que nos hablan con autoridad y nosotros necesitamos aprender
a reconocer cuál es la verdad y dónde está realmente la última
fuente de autoridad a la que vamos a acudir y te damos gracias
porque la tenemos en tu palabra porque no solamente la dejaste
por escrito sino que la has protegido a lo largo de los siglos y también
te has encargado en tu providencia de que sea traducida a tantos
idiomas incluido el nuestro De tal manera que hoy podemos leerla
y disfrutarla como si la hubieras escrito en nuestro idioma. Te
damos gracias por eso, gracias por esa providencia. Ayúdanos
a honrar tu palabra, a honrarte a ti como el autor de esta palabra,
a honrar a tu Espíritu Santo. como el que la inspiró y también
la hace calar en nuestros corazones y le da vida en nuestras vidas
y también para que podamos honrar a Jesucristo, el autor y el consumador
de nuestra fe, el personaje principal de este maravilloso libro. Es
en su nombre que oramos. Amén. Muy bien. A veces se entiende
la apologética como una rama de la teología para gente que
quiere estudiar en un seminario y quiere especializarse en apologética
y como que esa es la idea. Entonces, se coloca como algo
muy allá arriba, ¿verdad? Tiene que ser usted muy inteligente,
tiene que ser usted muy... estar muy informado, ¿verdad?,
para poder realizar esa tarea apologética y entonces se cree
que no es para todos. Sin embargo, las Escrituras tienen
algo muy diferente que decir. en las escrituras la apologética
se trata como un mandato y donde aparece el pasaje por excelencia
el pasaje lema de la apologética es primera de Pedro 3 15 que
lo tienen creo que lo tienen si lo tienen en sus hojas dicen
sino santificar a Dios el Señor en vuestros corazones y estar
siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia
ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. Noten que los verbos en esta
En este pasaje está el imperativo, para los que les gusta la gramática,
eso significa que son órdenes, verdad, son instrucciones. Santificad
a Dios el Señor en vuestros corazones. Estad siempre preparados para
presentar defensa. Y eso significa que entonces
no es una sugerencia. No es una buena idea nada más
para algunos, no. Es un mandato para todos los
creyentes. ¿Y por qué sabemos que es para
todos los creyentes? Porque Pedro, cuando está escribiendo esta
carta, no está escribiéndole a pastores, no es una carta pastoral.
Como las cartas de Pablo, ¿verdad? Que a veces sí podemos especificar,
no, esto es dirigido a pastores, a maestros, a ancianos. En este
caso, no, Pedro le está escribiendo a la iglesia. Y a la iglesia
en la dispersión, la iglesia que anda regada por todo el mundo,
y les está escribiendo esta carta y les está diciendo santifiquen
a dios el señor en sus corazones y estén siempre preparados para
presentar defensa entonces ahí estamos ustedes y yo cada uno
de nosotros no importa la posición en la que estemos dentro de la
iglesia si estamos en un oficio o no si estamos llevando a cabo
un ministerio si estamos sirviendo en algún área o no específica
es para todos los creyentes todos somos llamados todos tenemos
este mandato de llevar a cabo la defensa de la fe. Y la pregunta
entonces que nos tenemos que hacer, porque esto es lo que
nos interesa a todos los creyentes, es ¿qué tipo de defensa de la
fe glorifica a Dios? Porque podemos hacerlo bien o
podemos hacerlo mal. Como ya les había dado el ejemplo,
¿verdad? Podemos enfocarnos en ganar un
debate, Y entonces, y esa es nuestra principal preocupación,
estamos errando en cuál es el modo en el que debemos presentar
esta defensa. Entonces, vamos a acudir a las
escrituras, que son las que nos van a dar los tips necesarios. Y el tip clave, principal, es
lo que estamos buscando es la gloria de Dios. Eso es lo principal. Primera de Corintios 10, 31 dice,
Si pues coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para
la gloria de Dios. Comer y beber son las cosas más
triviales y cotidianas. que nosotros hacemos. Es más,
tan así que yo creo que difícilmente nos acordamos qué almorzamos
ayer o qué almorzamos hace dos días, ¿verdad? Salvo los que
llevan sus logs de dieta y alimentación, tal vez se pueda acordar o por
lo menos revisan. Pero los que comemos lo que haya, no nos acordamos
¿De qué comimos? Y sin embargo, la Biblia nos
dice que aun eso, que lo hacemos tan fácilmente y lo damos por
sentado, debemos hacerlo para la gloria de Dios. Si es así
con algo tan trivial, ¿cuánto más con el mandato apologético? ¿Cuánto más con todo lo demás
que hacemos como cristianos? Entonces, obviamente, la apologética
no escapa a esta meta de nuestra vida cristiana que es llevar
gloria a Dios en todo lo que hacemos. Y entonces, en todas
nuestras interacciones, buscamos defender la fe, porque eso glorifica
a Dios, no negociarla. O sea, yo no puedo llegar con
una actitud de, bueno, vamos a encontrar un término medio,
un punto medio. No. O sea, mi deber, si yo quiero
glorificar a Dios, debo honrar su palabra como la autoridad
final. Y si la Biblia, si yo creo que la Palabra de Dios es
verdad, no puedo negociar con ella, no puedo ser transigente
cuando me están diciendo cosas que son contrarias a lo que la
Palabra de Dios dice. Entonces, al buscar defender
la fe, estamos buscando honrar a Dios y no deshonrarla. Debemos acudir a los medios que
Dios ha utilizado para darse a conocer. Y la vez pasada les
había preguntado cuáles son los medios de la revelación de Dios. A ver si se acuerdan los que
lo tienen anotado, pueden decirlo. ¿Cuáles son los medios? Sí, su
palabra, ese debería así ser el primero que nos llegue a la
mente, ¿verdad? Usualmente, la palabra de Dios, por supuesto.
La historia, la naturaleza. Ya soltaron un montón. Sí, vean,
el Espíritu Santo habla a través de la revelación especial en
las Escrituras, ¿verdad? Y tenemos también las obras de
Dios, y entonces ahí hablamos de la creación, pero también
sus obras de providencia en la creación. O sea, no solamente
habla a través de lo que hizo y ya. hizo el mundo y lo dejó
ahí funcionando y ya entonces él nos habla a través de eso.
Es cierto que viendo el mar, viendo las bellezas de la creación,
viendo el atardecer ahí sobre el volcán Arenal, esos espectáculos
nos hablan de Dios, nos hablan de su poder, nos hablan de su
atención al detalle, nos hablan de su sabiduría, nos hablan de
que es creativo, es un artista, es lo que hace, lo hace bien,
lo hace hermoso, ¿verdad? Entonces hay mucho que podemos
aprender de él en la creación. Pero no solamente eso, sino en
el curso en el que él lleva la creación. O sea, la historia
de la humanidad no es algo que ocurre en el vacío. La historia
de la humanidad no es algo que simplemente pasa y como lo vemos
en En la escuela o en el colegio muchas veces nos enseñan así,
¿verdad? Que cuáles fueron las causas principales de la guerra,
de la Primera Guerra Mundial, y cuáles fueron las consecuencias,
y tendemos a analizar, ¿verdad?, las causas en términos meramente
humanos, porque eso es lo que nos enseñan en la escuela, a
pensar sin tomar en cuenta a Dios. Pero como cristianos, nuestro
deber es ver a Dios incluso en la historia. Y como él, al igual
que él llevó de la mano la historia de Israel, y podemos leer su
historia en las escrituras, él no dejó de interactuar o de gobernar,
más bien, la historia cuando terminó de escribir Juan Apocalipse. Él ha continuado siendo el Dios
y Señor de la historia, gobernando cada aspecto de la historia de
la humanidad desde el día cero hasta el último día. Él está
en control y se revela a través de esas obras, se revela a través
de lo que hace en la historia. Yo no sé cuántos de ustedes se
han detenido a pensar en algún momento que tal vez algunos de
los desastres que han ocurrido no solamente en nuestro país
pensando en términos de desastres naturales sino alrededor del
mundo y hemos visto muchos desastres No siempre tenemos la respuesta
a esto, pero un ejercicio sano a hacer es, ¿será que el Señor
está castigando a esta nación por algo? Porque la actúa así. Nosotros hemos visto en el Antiguo
Testamento cómo el Señor actuaba de manera contundente en contra
del pecado cuando una nación se alejaba de su palabra, se
alejaba de su adoración y se metía en todo este tipo de idolatrías
y aberraciones. Vemos una y otra vez cómo el
Señor castiga. Él no ha cambiado en ese sentido.
Él sigue siendo el Dios castigador de la historia. Cuando los pueblos
se alejan de Él, Él castiga. Entonces, debemos pensar en esos
términos. Y también su bendición, cuando Él derrama bendición sobre
una nación. ¿verdad? Naciones que han buscado honrarle
en alguna medida o que todavía cosechan frutos de una raíz cristiana
o judeocristiana. ¿El Señor bendice eso? Por supuesto
que sí. Entonces, pensemos en esos términos,
no solamente en la historia de la humanidad, sino también en
nuestra propia historia. Él gobierna también nuestra historia.
Y yo estoy seguro de que si nos pusiéramos a contar historias
en este momento aquí, todos tendríamos algo que contar que nos ha pasado,
que nos ha llevado a conocer mejor a Dios. que nos ha llevado
a entender algo de su carácter, que habíamos visto en su palabra,
pero que no lo habíamos visto con claridad hasta que ese evento
ocurrió en nuestras vidas. Entonces, Dios está activo y
presente en la historia. Entonces, la providencia de Dios,
sus obras de providencia, sus obras en la historia, su creación,
por supuesto, el medio central es la Escritura. Pero hay uno
más, ahí en los medios de revelación de Dios, los hombres, los seres
humanos, fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Entonces,
hay una manera especial en la que Dios se da a conocer a través
de las personas o en la... se puede decir como en la contextura
del ser humano, ¿verdad? O en cómo fuimos creados, en
cómo vivimos, cómo experimentamos el mundo, cómo nos relacionamos,
todo eso es un reflejo. de nuestro creador. Fuimos creados
para reflejarle a él. Si bien a causa del pecado ahora
lo hacemos muy mal y hay muchas deficiencias, no escapamos a
esa realidad. Todos los seres humanos, crean
o no en Dios, son creados a imagen de Dios. y revelan a Dios en
alguna medida. Y a mí me llama mucho la atención
ese pasaje de Romanos que dice que los seres humanos tratan
de frenar con injusticia la verdad, con tal de no ver a Dios. ¿Verdad?
Ellos intentan ocultar todo lo que les recuerde a Dios, refrenarlo,
detener la verdad, pero al final del día, si lograran eliminar
el mundo entero y la creación, todavía tendrían que lidiar consigo
mismos. Porque ellos mismos son una revelación. de Dios, ellos
mismos tienen que lidiar con su propia existencia, con la
realidad de que son personas creadas a la imagen de Dios.
Entonces, hay mucho que podemos aprender en los seres humanos
acerca de Dios, en sus atributos comunicables y también en los
incomunicables, porque por oposición, Cuando nosotros vemos, sí, nosotros
somos finitos, pero hay un Dios infinito. Entonces, hay otros
atributos que no tenemos, pero que por oposición podemos aprender
acerca de Dios. Nosotros somos mortales, Él es
inmortal. Nosotros somos mutables, Él es
inmutable. Entonces, aún en lo que no somos,
aprendemos acerca de Dios. Y, por supuesto, ahora sí, pasamos
al punto tres, el medio central. El medio central, Es la Escritura. Esa es la autoridad suprema para
todo creyente. Todo creyente verdadero va a
doblar su rodilla en última instancia ante la Palabra de Dios. Las Escrituras son inerrantes. ¿Recuerdan qué significaba inerrante? Que no es lo mismo que infalible.
Son dos cosas diferentes. relacionadas, pero no exactamente
iguales, no son sinónimos. ¿Quién se acuerda qué significa
inerrante, o qué significa infalible, o cuál es la diferencia? Correcto. Entonces, inerrante
tiene que ver con su contenido. Cuando decimos que la palabra
de Dios es inerrante, estamos diciendo que no contiene ningún
error. Si debemos hacer la salvedad
de que en este sentido nos referimos a la Palabra de Dios en sus idiomas
originales. A raíz de la traducción ha habido
algunos problemas, pero el Señor incluso ha protegido las traducciones
de tal manera que sí tenemos traducciones muy fieles. a las
escrituras originales, pero aún así siempre es recomendable tener
un buen comentario, una buena concordancia que nos explique,
bueno, este término es más profundo, nos ayuda a entender un poco
más en los idiomas originales, pero... Si me preguntan a mí,
la Biblia de las Américas, la Reina Valera 1960, incluso la
nueva Biblia de las Américas, son Biblias muy fieles a las
Escrituras originales en las que podemos confiar. ¿Cuál versión
deberíamos estudiar? ¿No ese es el tema? Pero a mí
me gusta una respuesta que me dieron a mí cuando hice esa pregunta.
Todas. Agarra todas y téngalas abiertas
una a la par de la otra, ¿verdad? Estúdialas así y siempre tenga
una Biblia literal como predilecta. Lo mejor es, cuanto más literal
sea mejor. Aunque a veces son más difíciles
de entender, pero eso está bien. Voy a salirme un poquito aquí
por una tangente, pero... Yo sé que está muy de moda buscar
traducciones más suaves y más fáciles de entender, más accesibles,
más aterrizadas, ¿verdad? Y se han hecho esfuerzos por
hacer algunas traducciones así, que más que traducciones parecen
como interpretaciones, ¿verdad? Más que traducciones. Y las que
son traducciones un poco más literales, tienden a ser un poco
más difíciles de entender. La Reina Valera no es una traducción
fácil de entender. Por la gracia del Señor, todos
la conocemos, ¿verdad? Y casi que nos formamos con esa
Biblia bajo el brazo, los que crecimos en la iglesia cristiana.
No es una Biblia fácil de entender, pero yo creo que es bueno. estudiarla
porque nos eleva a nosotros en lugar de rebajar la Biblia, ¿verdad?
Entonces, mantiene un vocabulario elevado, palabras difíciles,
que si tengo que ir al diccionario de vez en cuando, excelente,
porque así crezco yo. En cambio, si me lo ponen todo
muy sencillo, muchas veces tienden a diluir incluso la teología
cuando lo hacen muy fácil de entender. Hay traducciones que
son realmente lamentables. Pero bueno, no nos vamos a ir
demasiado por ese lado. Infalible ya no tiene que ver
con el contenido sino con la naturaleza propiamente del libro. Infalible significa que no tiene
la capacidad de fallar, que no puede fallar, no puede caer,
no puede fracasar, no puede quedar sin fruto, no puede ser inefectiva. La palabra de Dios es infalible. No falla, no contiene error en
sí misma y no es capaz, no puede por naturaleza fallar porque
su autor es Dios. Y si Dios plasmó esa escritura
y la protegió, al inspirarla por su Espíritu Santo, podemos
confiar en que tiene esas cualidades que le dan autoridad suprema
sobre nuestras vidas. Entonces, la Palabra de Dios
es la constitución del cristiano. Esa es nuestra constitución y
aquí hablamos un poco de ciudadanía y ese concepto de que nosotros
realmente nuestra ciudadanía está en el cielo y la constitución
del reino de Dios es su palabra. Entonces yo me guío y me rijo
por su palabra y cualquier otra constitución, cualquier ley,
cualquier organización, cualquier institución que exista en mi
país, yo como cristiano la tengo que colocar debajo de las escrituras. Es mi deber, es mi responsabilidad. honrarlas en la medida que no
se opongan a la Palabra de Dios. Pero en el momento que se oponen
a la Palabra de Dios, es mi deber deshonrarlas. Es mi deber desobedecer. Muy bien. Entonces, si Dios es
el autor de las Escrituras, y las Escrituras son la constitución
del cristiano, eso significa que la Palabra de Dios tiene
todo lo que necesitamos para todas las áreas de la vida. Si
bien no es un libro de ciencias, informa nuestra cosmovisión para
entender las ciencias. No es un libro de historia, propiamente
como el estudio de la historia de la humanidad contiene historia,
pero no es un libro de historia. Y sin embargo, nos informa para
nosotros entender la historia, la historia de Costa Rica, la
historia del mundo, la historia antigua, la historia actual,
¿verdad? Tiene algo que decir acerca de
la política. Tiene algo que decir acerca de
la economía. Tiene algo que decir acerca de la familia. Tiene algo que decir acerca de
todas las áreas de nuestra vida. Y por supuesto, de la apologética. Entonces, nuestro pensamiento,
nuestro razonamiento, cada vez tiene que estar más conforme
a las Escrituras. De tal manera que toda la justificación
racional para todo lo que hacemos, y pensamos, y decimos, y cómo
vivimos, debería desprenderse de las Escrituras. Esto es un
ejercicio. No es algo que todos tenemos
al 100% y que estamos todos en el mismo nivel. No es así. Es
parte del proceso de santificación. Estamos siendo rehabilitados
en nuestras mentes, y por lo tanto, cada vez aprendemos a
pensar más bíblicamente. Ese es el punto. ¿Verdad? Pero
debemos hacer de esto una empresa nuestra. Es algo que queremos
hacer. Algo en lo que queremos crecer. Naco. Hermano, y ahí
es donde entra la convicción nuestra, ¿verdad? En el sentido
de que la visión que yo tengo acerca del mundo está moldeada
por el consejo de la palabra de Dios. Correcto. Así debe ser.
Y es el creyente que camina verdaderamente en el futuro. ¿Sí? Se nos dice
que tenemos la mente de Cristo. ¿Ustedes han pensado en eso?
O sea, tenemos la mente de Cristo. Ese tema de la unión mística
con nuestro Salvador es bien profundo y complejo, y tiene
muchos matices, y hay mucho de eso que no vamos a entender de
este lado del cielo, estoy seguro. Pero una de esas cosas es pensar,
bueno, ¿cómo pensaba Cristo? todos sus pensamientos eran perfectos,
alineados con la Palabra de Dios. Nunca tuvo un pensamiento que
fuera contrario a las Escrituras o contrario a la voluntad de
su Padre, nunca. Y se nos dice que ahora nosotros
tenemos la mente de Cristo, o sea que tenemos por su Espíritu,
esa capacidad creciente, entiéndase siempre en el proceso de santificación,
de pensar cada vez más como Él, de entender el mundo cada vez
más como Él, porque su Espíritu mora en nosotros, y Él, donde
habita, transforma, ¿verdad? Entonces, ahí está morando el
Espíritu en nosotros, transformándonos, y esta dinámica con la Palabra
de Dios es indispensable. El mismo Autor de las Escrituras
es el que mora en nosotros. Y ese autor de esas Escrituras
va a dar vida a la Palabra en nuestros corazones y en nuestras
mentes. Muy bien. Punto 5... Punto 4,
perdón. ¿Qué dice la Escritura al respecto
de la apologética? No está el término apologética
en ninguna concordancia. No lo van a encontrar en la Biblia,
así como tampoco va a encontrar el término Trinidad. No se encuentra
en las Escrituras. Pero sí habla de la apologética
y de elementos que informan la apologética. Y, por supuesto,
está el mandato, lo que acabamos de leer, el mandato apologético,
que en ningún lado dice apologética. Pero el mandato apologético está
ahí. ¿Por qué? Porque la palabra defender o
presentar defensa es apología. y de ahí viene el término apologética
pero propiamente si lo buscan en español no lo va a encontrar
ninguna biblia, sin embargo si la biblia dice mucho acerca del
conocimiento
Creación
Series Apologética
Primera parte de una miniserie de Apologética, basada en el artículo PRESUPPOSITIONAL APOLOGETICS: AN INTRODUCTION, por John M. Frame, y el libro Siempre Listos de Greg Bahnsen.
| Sermon ID | 81242236525846 |
| Duration | 56:30 |
| Date | |
| Category | Teaching |
| Bible Text | 1 Peter 3:15; Proverbs 26:4-5 |
| Language | Spanish |
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