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Vamos a comenzar con una oración para encomendar este tiempo al Señor. Padre del Cielo, te damos gracias por este tiempo que podemos tomar, gracias por este hermoso día sábado. Señor, te pedimos que estés con nosotros. Van llegando, que puedan ser beneficiados, Señor, de este taller para padres y abuelos. Ayúdanos, Señor, nos encomendamos a ti. En el nombre de Cristo. Amén. Bueno, gracias por estar acá esta mañana. Voy a comenzar por comentarles algo. La caja de libros está arriba, si te animas a ir a buscarla, está en la oficina. Un pequeño olvido de mi parte. Voy a comenzar con algunas, digamos, conclusiones. para poder poner, se podría decir, algunos pensamientos que nos van a acompañar durante toda esta sesión. Hoy vamos a tener seis sesiones. Entonces, Señor, te pedimos que nos ayudes en esto. Una de las cosas que vamos a ver es que el corazón determina la conducta. El corazón del niño es lo que determina la conducta. Luego, otro concepto es que los ídolos del corazón del niño lo manejan. También vemos que los padres son agentes de Dios para la crianza, un concepto que vamos a estar viendo. También vemos que la vara de corrección, la vara de disciplina, es el arma que Dios le ha dado al Padre para comunicar la autoridad. Debemos también aspirar a tener influencia sobre los hijos, un concepto muy importante que también vamos a estar desarrollando porque va a llegar un momento en la vida que ya no tenemos esa posibilidad de ejercer una autoridad desde lo físico, porque ya no somos más grandes que ellos, ya no somos más fuertes que ellos, ya no somos más inteligentes que ellos, pero tenemos que mantener una influencia. Luego, La vida de aquel que se niega a obedecer la Palabra, conocido en la Biblia como el necio, es una vida que está gobernada por sus deseos y temores. Vamos a ver cómo esto aplica. Otra cosa que vamos a estar viendo es que la cruz de Cristo debe ser el enfoque central de la crianza de los niños. Otro concepto es que el niño o adora a Dios o se postra ante ídolos que hay en su corazón. Entonces, las reglas también que aplicamos deben ser las mismas cada día. Eso habla de la consistencia que se nos pide. Entonces, otra cosa que vemos es El niño debe someterse a los padres porque este es un llamado, y dentro de eso es un llamado a confiar en Dios en vez de confiar en sí mismo. Que otro concepto vamos a estar viendo, que tener a tus hijos en lo que es una línea recta o una obediencia debida, es un producto de honrar a Dios. O sea, todo lo que vamos a estar viendo hoy tiene que ver con honrar a Dios. Para eso es que queremos ser padres piadosos. Así que ahí vamos a estar pasando el libro que voy a estar usando, que es este libro, ¿Cómo pastorear el corazón de tu hijo? Así que pueden tener una copia. Hoy vamos a dividir este taller en seis sesiones. La primera que comienza ahora es de 9 a 10 de la mañana, algo así, y vamos a estar viendo la introducción, capítulo 1, 2 y 3, y les voy a ir anunciando a medida que avanzamos. Entonces ustedes me pueden ir siguiendo en el libro. Lo que voy a estar haciendo es un resumen de lo que está en el libro, haciendo algunos comentarios como para que ustedes cuando tengan el libro en su casa lo puedan leer. Estamos grabando también estas sesiones para que ustedes puedan volver a escucharlo. Así que rogamos que esto sea de bendición para ustedes. Pero quiero empezar, antes de ir al libro, Con algunos pensamientos que daba es el doctor Nicolás Ellen, que es de ACBC, él dice lo siguiente, y a medida que hablamos, si puede ir conmigo a Hebreos 12, versículos 5 al 6, ahí leemos lo siguiente, dice, Además, han olvidado la exhortación que como a hijos se les dirige. Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor, ni te desanimes al ser reprendido por Él. Porque el Señor al que ama, disciplina. y azota a todo el que recibe por hijo. Así que él desde acá cuenta de que es preferible usar la palabra disciplina en vez de usar la palabra castigo, porque en sí el castigo es lo que va a recibir el inconverso, sobre todo en el final de sus días. Entonces, la palabra disciplina es la que aplica para el cristiano. Y es un poco lo que estamos buscando, que el niño entienda que todo lo que hacemos por él Es algo que se hace buscando, en primer lugar, la gloria de Dios. Algo que se hace buscando el bienestar de Él. Y esto no es un castigo, esto es una disciplina. Y es la misma disciplina que Dios muestra con nosotros en nuestra vida, en nuestro vivir diario, cotidiano. Y algo que vemos en lo que tiene que ver con las familias, la constitución de las familias hoy en día, y por eso quería llamar este taller, taller para padres y entre paréntesis abuelos, Algo que vemos es que muchas veces por cuestiones de trabajo, por dinámicas de la familia, es como que los abuelos se convierten en padres por defecto, ¿no? O sea, están ahí, los padres están trabajando o en otras actividades, y los niños están con los padres. Entonces, por eso también esto es importante para los abuelos. Y la idea que estamos buscando que es obviamente la idea que nace acá de los principios bíblicos, es que tanto los padres como los abuelos estén en la misma página. Y hay que entender un poco eso, de que la responsabilidad de la crianza es dada a los padres. Pero dado que los padres muchas veces no van a estar presentes, es bueno que los abuelos estén en la misma línea con esos principios bíblicos que estamos tratando. Ahora, lo ideal es que, porque no queremos irnos tampoco hacia el otro lado de errar en esta dinámica, lo ideal es que, obviamente, los abuelos tienen que entender que Ellos son padres de hijos adultos que a su vez tienen ahora sus nuevas responsabilidades. Pero la idea es mantener el balance, ni como abuelo buscar ser posesivo de los nietos como si fueran sus hijos. No queremos eso, pero a su vez no queremos ignorar la influencia, y esta es una palabra muy importante en lo que es crianza de niños, influencia, la influencia que los abuelos tienen. Entonces, si estamos hablando de abuelos piadosos, Tiene mucha influencia para poder apuntalar la enseñanza que el Padre está dando, está brindando. Entonces, tengamos eso en mente. Ahora, vayan conmigo por favor a Efesios 6.14. Efesios 6.14 es un pasaje que vamos a estar viendo varias veces. Hermanos, no es 614, es 6 del 1 al 4. Bueno, y se los leo. Dice este pasaje, hijos, obedezcan a sus padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien y para que tengas larga vida sobre la tierra. Y ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos, sino críenlos en la disciplina e instrucción del Señor. Como les digo, vamos a estar volviendo a ese pasaje. Y hay una razón por la que también alentaba a que sus hijos estuvieran aquí hoy, porque necesito que entiendan que cuando esta carta, Efesios o mismo Colosense estaba siendo dada a estas iglesias, esta carta se leía en público. Y Pablo, el escritor, sabiendo que llega una sola carta, ellos no tenían una Biblia como tenemos nosotros, que la abrimos, tenían esta, por ahí, única copia. En un momento, Pablo se está dirigiendo ahora a los niños. Lo que habla implica que los niños estaban ahí presentes. Obviamente que entendemos de que muchas iglesias, la nuestra incluida, a veces en los servicios tienen servicios especiales para niños, Junior Church, o a veces tiene servicios especiales para los jóvenes, como lo hacemos los lunes aquí. Pero el punto es que era lo más normal, natural, común y corriente, era lo lógico que los niños estuvieran ahí. ¿Para qué? Para escuchar también la Palabra de Dios. Y Pablo acá, en contra de todo lo que era la costumbre de la época, en un sentido de una manera revolucionaria, Pablo le habla a los niños. Y para que tengan una idea cuán revolucionario eso es, estamos hablando de una cultura donde la patria potestad del padre era tal que el padre podía hacer exactamente lo que quisiera con el hijo. El padre podía echar al hijo de la casa, el padre podía abandonar al hijo, el padre podía castigar al hijo como quisiera, el padre podía aún de maneras caprichosas, era tal el poder que tenía que podía hasta matar al hijo accidentalmente o no accidentalmente y no había ley que fuera contra el padre porque el padre tenía poder total sobre el niño, el niño era completamente ignorado. No estamos diciendo que eso está bien, les estoy diciendo cuál era el trasfondo cultural del tiempo en que Pablo, de una manera shockeante, revolucionaria, llega a esta parte de su Carta de Efesios, y lo hace también en Colosenses, y dice, le voy a hablar a los niños, a aquellos que son completamente ignorados, aquellos que son completamente pasados por alto, aquellos que son poco más que una carga. Pero Pablo está incorporando nuevos conceptos que tienen que ver con la familia, la unidad de la familia y cómo cada uno de los miembros de la familia debe y tiene que vivir para la gloria de Dios. Entonces él le habla a los niños, hijos, obedezcan a sus padres en el Señor. Y lo hacen de una manera tierna, lo hacen de una manera que muestra su corazón, busca y está apelando a que estos niños entiendan algo que vamos a ver ahora, que deben ellos aprender a obedecer. Entonces, ¿cómo aplicamos esto nosotros? No importa la edad de su hijo. Su hijo tiene una responsabilidad delante de Dios. Niño, no importa tu edad. Tú tienes una responsabilidad delante de Dios. Tú tienes un Creador. Tú tienes un Dios al cual le debes obediencia. Y una obediencia que es una obediencia inmediata. Una obediencia que es una obediencia sin cuestionamientos. Dice acá Pablo, honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa. Para que te vaya bien y para que tengas larga vida sobre la tierra. Habla en términos generales de una promesa. Habla en términos generales que no está prometiendo que ese niño va a vivir 90, 95 años. Por ahí ese niño tiene una vida muy corta. Pero cualquiera que sea el tiempo de la existencia de ustedes, niños, no hay mejor manera de vivirla que vivirla para la gloria de Dios. Y una de las maneras que vemos estar viviendo para la gloria de Dios es honrar a su padre y a su madre. Entonces, ¿qué es importante también de esto? porque nos ayuda a los padres a ver que Dios es tierno, compasivo y claro respecto a lo que quiere para nuestros hijos. Entonces, una de las cosas que nosotros tenemos que tener en cuenta, y acá le voy a arrojar antes de entrar a ver lo del libro, le voy a arrojar tres conceptos. que necesito que usted lo tenga en su mente desde ahora hasta el final de lo que son todas las sesiones. Porque Ted Tripp hace un excelente trabajo dividiéndolos por edades. Pero estos tres conceptos que el doctor Nicholas Ellen presenta, son tres conceptos que, sin importar la edad, van a estar ayudando tanto al niño como, por supuesto, al padre, quien está a cargo de la educación. Y algo que acabo de decir, cuando digo padre, es padre y madre, Pero la obligación primaria cae sobre el padre, sobre el hombre. Ahora, todos entendemos de que, hablando de familias digamos tipo, muchas veces es el hombre el que trabaja y la madre está en la casa. Entonces, muchas de esas cosas que son responsabilidad del hombre, van a ser pasadas por el hombre, delegadas a su esposa, si tiene, digamos, la bendición de estar en la casa. Pero los tres principios son estos, y son principios que son no negociables. Y si quieren anotar, es esta. La sumisión a la autoridad y seguir instrucciones, este es un principio innegociable de los niños. Niños, ustedes tienen que aprender a someterse a la autoridad y seguir instrucciones. Y deben someterse a la autoridad aún si no están de acuerdo, aún si no confían en la autoridad. deben someterse a la autoridad y seguir instrucciones. La segunda cosa que tenemos que ver como padres, y que es nuestra responsabilidad, es el desarrollo del carácter de los niños. Ellos necesitan ser desarrollados en su carácter, porque eso es lo que van a ser las personas que van a ser en el futuro. Y una manera de verlo también es que, a medida que lo hacemos, pensemos que cada cosa que parecen insignificantes, hagámosnos la pregunta, ¿cómo se ve eso 20 años en adelante? Entonces, eso nos va a ayudar a tomar un poco más de, digamos, seriedad en lo que estamos haciendo. Y la tercera cosa, que es muy importante, es la conexión con la comunidad. Los niños tienen que aprender a relacionarse con la comunidad. En este caso, la comunidad de fe, su familia en la iglesia, pero también en la escuela. también cuando vayan a la universidad, que estén preparados. Ellos tienen que saber relacionarse y están nosotros, los padres, munirlos, darles, proveerles las herramientas para que lo hagan, que sepan expresarse, que sean claros en sus pensamientos. Entonces, esos tres principios, sumisión a la autoridad y seguir instrucciones, desarrollo del carácter, conexión con la comunidad, son vitales. Entonces, porque lo que estamos viendo es que cada uno de esos tres principios no habla en sí, ni espera, ni depende en la edad del niño, sino en la madurez. En definitiva, esto va para todos. Ahora, en el caso de los niños que son inconversos todavía, porque entendemos esa realidad, obviamente les va a costar un poco más. porque no tienen todavía la naturaleza que un niño convertido tiene, no tiene el Espíritu Santo ayudándole a ser obediente, pero aún así todo eso no exime al niño que es inconverso de esta debida sumisión a la autoridad. Por ejemplo, El niño no puede ser en la casa el que manda y determina cómo se hacen y cuándo se hacen las cosas y qué se hace. Porque es tan simple como esto. La autoridad es el padre y la madre. Y ellos tienen que aprender eso, aceptar eso. Sin negociación. Miren, es lo mismo, el niño luego tiene que crecer, va a tener 16, 17 años y va a estar manejando. Y él no puede decirle al policía que trate de pararlo, oh no, no me importa que me pares, o veo las luces atrás mío, sigo aún más rápido. No. Hay una autoridad que le está diciendo, pare. Y tiene que aprender eso. Y lo tiene que aprender desde ahora. Desde que tiene, ¿sabe qué? meses, por ahí el niño no camina, pero el niño tiene que aprender que hay una autoridad sobre él. Ahora, fíjense esto, la autoridad a la que la persona está dispuesta a someterse, miren este pensamiento, la autoridad a la que la persona está dispuesta a someterse es la autoridad a la que ellos mismos creen que son iguales. Bueno, yo me someto, me sometería ahí porque estamos al mismo término. Bueno, eso no va a ser hecho cuando el niño, joven o adulto, sea llevado delante de un juez. No son iguales. Se tiene que someter a la autoridad. Ellos no son iguales tampoco en el caso del policía que les decía. No son iguales con un maestro en la escuela. El maestro en la escuela dice algo y eso es. Ellos no son iguales en autoridad al Maestro. Pero está esa tendencia del ser humano, del hombre caído, del niño caído también de creer de que, bueno, la autoridad a la que me voy a someter es, ¿no?, y voy a estar dispuesto a rebelarme contra esa autoridad que creo que es igual. E increíblemente eso es lo que muestra ese corazón también pecaminoso. Porque nosotros muchas veces nos rebelamos contra Dios Y lo que hacemos es decirle, Dios, estamos iguales, estamos a la par, estamos al mismo nivel. Entonces sacamos a Dios de la fotografía y nos ponemos a nosotros mismos ahí, somos nuestro propio Dios. Y eso, hermanos, es lo que está pasando también en el corazón del niño. Y eso está siendo afirmado cada día, cada momento que pasa. El corazón del niño no es un corazón neutral, es un corazón nacido en pecaminosidad. Entonces, en definitiva, para ya dejar esa parte, ¿quién creó la autoridad? Dios. Revelarse contra la autoridad, la que sea, los padres en la familia, el jefe en el trabajo, la policía en la calle, en la ruta, el juez en la corte. Revelarse contra la autoridad es revelarse contra Dios. Y esto los niños tienen que aprenderlo. Porque el niño no solamente, es por su propio bien también, es su protección. No puede ser que un niño de uno o dos años esté tomando decisiones y siendo él el que maneja el tiempo de la familia cuando ese no es el diseño divino. Y no solamente eso, el niño no sabe absolutamente nada de la vida. El padre tiene que ser quien impone la autoridad y el niño tiene que aprender eso de una manera que es no negociable. Ahora, del tiempo de los cuatro a los cinco años, la meta es someterse a la autoridad. Mire de qué manera el niño se tiene que someter a la autoridad. Sin demora, sin debate, sin discusión. Lo que el padre dice, eso es. Si los padres no están ahí y los abuelos están alineados en lo que es la crianza del niño, obviamente tiene que estar ese arreglo con los padres, ese acuerdo. Lo que el abuelo dice, lo que la abuela dice, eso es. Básicamente, no hay manera de demorar. No, no, pero ¿por qué? No. Desde el momento que se le dio la orden, Eso es lo que el niño tiene que hacer. Sin demora. No tiene que haber debate. Pero me parecería que no. Sin demora, sin debate, sin discusión. Si eso no está pasando, eso no es obediencia. Es desobediencia. Entonces tenemos que, como padres, aprender esa parte. Entonces, y es ahí cuando una de las cosas que vemos, que nos muestra Ted Tripp, es que los niños, sobre todo cuando son muy pequeños, no prestan atención a las palabras, porque ellos no tienen la capacidad de reconocer y de poder asimilar conceptos. Entonces, es ahí cuando se hace necesaria la corrección y lo que es la disciplina de la vara. Entonces, porque eso es lo que va a ayudar al niño. Obviamente que esto que estamos hablando tiene que ver con cosas que los cristianos maduros tienen que aplicar en una manera consistente, porque nos vamos a encontrar que, si lo hacemos inconsistentemente, no va a estar funcionando. Pero el hombre, la mujer madura que está criando niños, se maneja no en base a sus sentimientos y emociones, o pobre niño, ¿cómo voy a hacer eso? No, se maneja en base a convicciones bíblicas. Y eso es lo que le va a permitir, con amor, porque eso también es parte del requerimiento bíblico, con ternura, que eso también es parte de lo que Dios espera, poder imponer lo que es el orden y la autoridad sobre ese niño. Ahora, los niños deben aprender a funcionar bajo lo que es este diseño divino. Por eso hay que empezar desde que salen del hospital. Esa es la realidad. Ahora... Por ejemplo, en el grupo de los 5 a 12 años, ese es un tiempo muy importante porque es cuando están desarrollando el carácter. Y estoy, como digo, haciendo un repaso de lo que vamos a ver en más detalle. Entonces, como les decía, es más difícil para el inconverso. Pero miren esto, la meta que estamos buscando como padres, como abuelos, es que la meta no es que se porten bien, porque eso es una confusión también, sino que la meta es que ese niño tenga y viva una vida transformada. La conducta es el resultado de lo que está pasando en el corazón. La conducta es el resultado externo de cuáles son las convicciones de ese niño. Entonces debe el niño aprender a Tratar con los temas de corazón, porque si no lo que se cae es en un legalismo. Nosotros no queremos que nuestros niños sean legalistas, fariseos, que simplemente son tumbas blanqueadas, no. Queremos ir a la raíz del problema. ¿Qué? ¿El problema es cuál? El pecado. Entonces, debemos también hacernos varias preguntas, pero Antes de seguir con esto, voy a ir a los adolescentes rápidamente. ¿Qué es lo que podemos ver en los adolescentes? Cinco preguntas que nosotros deberíamos hacerles, y el adolescente debe hacerse también, y son estas. ¿A quién sirves? ¿Satanás o Cristo? La otra es, ¿dónde sirves? ¿Qué iglesia? ¿Qué doctrina? ¿Qué tipo de iglesia es? La tercera cosa es, ¿cuáles son los amigos que tienes? Porque eso, como dice el dicho, es verdad, ¿no? Dime con quién andas y te diré quién eres. Luego, tu carrera, ¿qué carrera quieres seguir? ¿Cuál es tu ambición en la vida? Todo eso el niño, el adolescente tiene que estar pensando. Y la quinta, que es muy importante y vamos a ver al final, en la última sesión, ¿con quién te vas a casar? Todas esas son preguntas vitales, esenciales para el adolescente. Ahora, ¿por qué hacemos esto? Porque estamos tratando de ayudar al adolescente a que dirija sus pensamientos de una manera que es cristocéntrica. Porque si ellos tienen que aprender esa parte también, no tienen una buena relación con Cristo, ¿qué es lo que va a pasar? No van a tener la claridad para poder tomar buenas decisiones. Y eso se va a ver en todas estas áreas que hablamos. En la iglesia donde van, donde sirven, los amigos que tienen, tipo de persona que buscan para casarse, ¿no? Entonces, ¿por qué esto es importante? Porque como padres tenemos que estar atentos a eso. Por ejemplo, Como pastor estoy viendo cosas. Me alegra cuando un muchacho, un niño quiere bautizarse. Pero el punto es el siguiente. Yo no estoy mirando la profesión de fe del niño, del muchacho. Yo quiero ver si está la posesión de la fe. Entonces necesito ver eso. Necesito asegurarme de que hay frutos que están siendo acompañadas a lo que es la profesión de fe. La profesión de fe es fácil de hacer. Pero el tema es si ese niño, si ese muchacho posee la fe. Entonces, sobre todo en lo que es adolescencia, preadolescencia, eso son cosas muy importantes, ¿no? Entonces, vamos, eso fue una introducción a lo que vamos a estar haciendo ahora. Tenemos unos 20 minutos como para ver si ustedes tienen ahí su libro. Vamos a ir rápidamente por esto. Bueno, la introducción del libro introduce temas que son muy importantes. Autoridad, pastoreo y la importancia del Evangelio. De los 10 a los 12 años, una gran cantidad de niños, dice él, se han ido de la casa. Increíble, aunque estén físicamente ahí, pero ya no están bajo autoridad. Y uno de los problemas es que muchas personas tienen hijos pero no quieren ser padres. Ese es también otro problema, porque es parte, es una evidencia, es un síntoma de una cultura que está abstraída en sí misma. Las personas tienen sus propios planes. Los niños son un impedimento para eso. Entonces, ¿qué es lo que encontramos ahí? Y esto es en la introducción del libro nada más, que se nos enseña que la realización personal de los padres es más importante que los hijos. Y obviamente empezamos mal. Entonces, Como resultado de esto, los padres pasan poco tiempo con los hijos y está esta idea de que lo que es cualitativo es más atractivo que el concepto que antes tenían nuestros abuelos de cuantitativo, de tener tiempo con ellos. Entonces, otro problema que hay ahí, que nos enseña Ted Tripp en la intro, es que la autoridad es un concepto que es anticuado. No, no me hablen de autoridad, no creo en eso. Pero bueno, los padres de hoy son parte de una generación que abandonó la autoridad y esto hay que cambiarlo. No puede ser eso en las iglesias. Ya, por ejemplo, no es culturalmente aceptable que papá sea el jefe de la casa. Y que mamá, bueno, está bien, no obedece lo que papá dice, simplemente pretende hacerlo, ¿no? Pero no hay una obediencia real, entender bajo los conceptos bíblicos que Cristo es la cabeza del padre, del esposo, el esposo es la cabeza de la esposa, la esposa está sobre los hijos. Entonces, los niños crecen en ese clima y ya, digamos, no se sienten, bueno, en esa obligación, van a la escuela y no, filas ordenadas, ¿qué es eso? ¿Para qué? no piden permiso para hablar, no temen las consecuencias de contrariar a sus padres. O sea, en definitiva, los niños no aceptan un papel de sumisión a la vida. Es un gran problema. Pero bueno, el punto es que la situación no es que sea irremediable. Hay principios bíblicos para poder aplicar en esto. Entonces, Dios está de nuestro lado para ayudarnos. Y el propósito del libro que escribió Ted Tripp es afirmar que esta situación justamente no es irremediable. Hay principios bíblicos que podemos poner en acción. Entonces, volviendo a lo que es los conceptos importantes que vamos a ver acá. La visión bíblica es que la tarea de la crianza es multifacética. Entonces, esto quiere decir que incluye tanto una autoridad buena, pero incluye también pastorear a los niños. Debemos pastorear a los niños, debemos entender y hacerles entender cuál es el rol que ellos tienen en la familia, en el mundo, ¿no? Cuál es el rol que tienen y la relación que deben tener con Dios. Entonces, y mantener el Evangelio es algo que nosotros tenemos que hacer constantemente. Si usted se hace la pregunta, ok, ¿cuál es la clave para crear hijos para Cristo? Bueno, la clave es que el Evangelio de Cristo tiene que ser central en todo lo que hacemos. Entonces, ¿para qué? Para que ellos no solamente vean las frustraciones como niños, como pecadores que son, sino que vean las buenas nuevas del Evangelio. Ellos necesitan ver eso. Entonces, acuérdense en estos tres conceptos que van a ver en la intro nomás, autoridad, pastoreo y evangelio. Ahora, nos muestra ahí también Ted Tripp que hay autoridades dadas por Dios. Está Dios, que es la autoridad máxima, está el hogar, está la iglesia, está el Estado, están los negocios. Entonces, Cuando hablamos de autoridad, Dios llama a sus criaturas a vivir bajo la autoridad. Él es nuestra autoridad y Él ha investido autoridad en personas que tienen esa autoridad, en el hogar, los padres, la iglesia, están los ancianos de la iglesia, el Estado, los negocios. Bueno, el punto es que no debemos avergonzarnos de tener esta autoridad, porque esta es una obligación dada por Dios. y debemos entender el concepto que nosotros ejercitamos esta autoridad como agentes de Dios. Entonces debemos dirigir a nuestros hijos y lo que es la agenda que Dios tiene para ellos de esta manera en el nombre del Señor. Ahora vamos a ver por ejemplo El propósito de la autoridad, dice ahí, es fortalecerlos para que tengan dominio propio al vivir bajo la autoridad de Dios. Entonces, para que tengan en cuenta, estamos en la introducción del libro. Entonces, los niños, dice el autor, por lo general no se rebelan contra la autoridad que es verdaderamente bondadosa y abnegada. Por eso les digo, esto no es una autoridad que, como se dice, a cara de perro, no. Es con amor, es con ternura. Son nuestros hijos. Cuando hablamos de pastorearlos, el padre es el guía del niño. El padre pastorea al niño para evaluarse a sí mismo y para evaluar su respuesta en la vida. Entonces, algo muy importante, no puedes enseñarle estas cosas por medio de la instrucción solamente, fue lo que hablé hace un rato, sino que debes guiarlo por un camino de descubrimientos y debes pastorear los pensamientos del niño, ayudarle a aprender lo que es, como el proverbio nos enseña, discernimiento y sabiduría. El niño necesita el pastoreo del padre para eso. Ahora, Proverbios 13.20 dice El que anda con sabio será sabio, pero el compañero de los necios sufrirá daño. Entonces, es ahí que ellos necesitan nuestra dirección, también, para ese tipo de cosas. Porque lo que son los valores y la vitalidad espiritual, no solamente son cosas que se aprenden, sino que se adquieren, ¿cómo? A través de la imitación. Entonces llega un momento en que el niño tiene que entender esto, la asociación con otros, va a determinar también cómo les va a ir, ¿no? Y eso lo tienen que aprender de nosotros. Ahora, como les decía también, y hablando de esto, de buscar amigos, de hacer las cosas bien, lo que estamos buscando no son niños que sean perfectos, ni bien comportados, sino que sean niños que entienden el por qué pecan. Porque cada vez que desobedecen están pecando. Necesitamos ayudar a nuestros niños a que entiendan esa parte. Ahora, No debemos dar consejos no bíblicos a los niños. ¿Por qué? Porque esto los aleja de la cruz. Les doy un ejemplo. Si viene un niño y nos dice, Manuelito me pegó. Y yo le digo, bueno, tenés que aprender a ser hombrecito, andá y fajate con Manuelito. Y después se hacen amigos. No, eso es un consejo no bíblico. Estoy desviando a mi hijo de donde Dios quiere que lo lleve. Porque no es una cuestión de hombría, eso era cuando éramos inconversos. Ahora tenemos que enseñarle a nuestros hijos principios bíblicos que hablan de, bueno, van a recibir el mal muchas veces y tienen que saber responder de una manera que es agradable a Dios. Y a veces les toca perder. Eso lo vemos muchas veces con los matones en la escuela, buscando y siempre tratando de hacerle el mal a alguien. Y bueno, ese niño tiene que escuchar de nuestros labios instrucción bíblica. Ahora, obviamente que Eso que es parte de lo que es la ley de Dios no es algo que viene normal y fácil al niño, porque el niño todavía es, si es inconverso, un hombre natural. Pero el punto es que si nosotros estamos mostrándole el Evangelio y cómo debe responder de acuerdo a los estándares de Dios, ese niño puede abrazar el Evangelio. Entonces, luego en el capítulo 1 llega a lo que es al corazón de la conducta. Y las escrituras enseñan que el corazón es el centro de control de la vida, porque la vida de una persona es el reflejo de lo que pasa en el corazón. Esto es lo que Proverbios 4.23 nos dice. Con toda diligencia, guarda tu corazón porque de él brotan los manantiales de la vida. Entonces, el corazón determina la conducta, por tanto lo que dices y haces expresa lo que está en el corazón. A veces uno dice algo y, uy, no sé de dónde salió eso. Sí sabemos, salió del corazón pecaminoso y debemos arrepentirnos de eso. Marcos 7, 21 y 22 dice el Señor hablando, porque de adentro del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Qué lindo todo lo que hay en nuestro corazón. Bueno, tenemos que hacerle ver al niño que lo que sale de él está saliendo de su corazón. Por eso, no solamente concentrémosnos en la parte externa, en la conducta. La conducta no es el asunto fundamental, el asunto básico es lo que está ocurriendo en el corazón. Ahora, un cambio de conducta, que sí buscamos eso, no proviene de un cambio en el corazón, o sea, perdón, un cambio de conducta que no proviene de un cambio que haya ocurrido en el corazón, no es recomendable. No quiero decir que alentemos al niño hasta que no lo sientas verdaderamente y no lo hagas. No. Tienes que sentir la corrección. Pero el punto es que no nos concentremos en las cosas externas. La disciplina que le damos a los niños tiene que ver con las actitudes del corazón. Ahora, debes aprender a involucrarte con ellos, no solamente a reprenderlos. Porque reprenderlos bien es fácil. Tenemos autoridad, pero si no hay involucración, si no entendemos lo que está pasando, si no entendemos también por qué pecó, no vamos a poder aprender y hacer crecer esa influencia que necesitamos tener en ellos. Bueno, la tarea fundamental de los padres, de nuevo, es pastorear el corazón de los hijos. Vamos al capítulo 2. El capítulo 2 habla del desarrollo de tu hijo, lo que son las influencias formativas, Las disciplinas de la niñez se endurecerían en vidas adultas y estables, por eso les decía. Miren que lo que pasa en el niño ahora, una niña que le gusta, es bien chiquita y se pinta los labios y está todo así tratando de ser una modelo. Imagínela 20 años en adelante, ¿no? O un niño que anda pegándole al gato, al perro y todo. Imagínelo 20 años en adelante, ¿no? Entonces, las influencias formativas son esos eventos y circunstancias en los años de desarrollo del niño que demuestran ser los catalizadores, los que provocan quiénes van a llegar a ser cuando llegue el futuro para ellos, cuando el tiempo pasa. Estas influencias informativas son ahora la semilla de quiénes ellos van a ser en el futuro. Eso es para bien y para mal, ¿no? Pero la formación no es algo automático, no es algo que simplemente tiramos unos versículos bíblicos ahí y va a funcionar, no. Sino que debemos acompañar a estos niños, debemos estar ahí en estos eventos y en las circunstancias que están haciendo que este niño reaccione de una determinada manera. Miren esto, algo que nos dice Ted Tripp, la persona que tu hijo llega a ser es el producto de su experiencia de la vida, de la vida de él. Esa es una cosa. Y luego también la persona que él llega a ser es el resultado de cómo reacciona esa experiencia. Esas dos cosas tenemos que nosotros tenerlo en cuenta. ¿Por qué? Porque van a ayudarnos a entender cuán importante es la estructura de la vida familiar alrededor del niño, Van a ayudar al padre y al abuelo a ver y entender cómo el niño responde al fracaso, cuando las cosas le salen mal. Cómo el niño entiende los roles que él tiene en la familia. Cómo el niño resuelve conflictos familiares. Todo ese tipo de cosas. Si están siendo observadas por el padre y por el abuelo, van a poder ayudar y beneficiar a este niño. Entonces, miren esto. Lo importante es que nosotros tengamos estructuras familiares bíblicas. Colosenses 2.8 nos dice, nos alienta a eso, dice, miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y van a sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo. Entonces, déjeme que le pregunte. ¿Se basan los valores del hogar de usted en la tradición humana y los principios básicos de este mundo, o se basan en los principios bíblicos, o se basan en Cristo? Porque miren que el mundo le está diciendo una cosa totalmente distinta. Los niños ahora son los que están en control de todo. Ellos no tienen idea de nada. Y eso delante de Dios es un pecado muy grande hacia el niño, del cual el padre va a tener que rendir cuentas. Pero bueno, a veces la madre y los niños le esconden, por ejemplo, secretos al padre, a veces el padre y los niños le esconden secretos a la madre, todo ese tipo de cosas, habla acá el autor, de que habla un poco de cuál es la filosofía detrás, habla de que no hay una coherencia bíblica en lo que se está haciendo, entonces todo ese tipo de cosas hay que cambiarlo. Otra parte que habla él ahí es de los errores al entender las influencias formativas. Por ejemplo, les aliento a que lean eso, vean las influencias formativas como determinantes. Miren esto, el niño no es una víctima impotente de las circunstancias en las que fue creado. El niño no es una víctima, el niño reacciona. Pero bueno, tampoco podemos negar las influencias negativas que son formativas de este niño. No podemos decir que el niño no es afectado por estas influencias. Pero bueno, el niño en definitiva no es inerte en la infancia, sino que reacciona a la vida. Usted tiene un niño de un año y ese niño ya está reaccionando a la vida y está aprendiendo y está formando el carácter de la persona que va a ser. Lo mismo para el de dos años y así. Capítulo 3. El desarrollo de tu hijo. ¿Dónde tiene que estar? Bueno, la orientación tiene que estar hacia Dios. La dirección de la nave, del barco, no está determinada por la dirección del viento, sino por la orientación de la vela. ¿A qué se refiere eso? La orientación hacia Dios es como la vela del niño. El niño va a vivir y va a estar orientado en la vida conforme a si está orientado hacia Dios o no. Entonces, cualquiera que sean las influencias formativas de la vida del niño, es la orientación hacia Dios la que determina la respuesta del niño a esas influencias formativas. Proverbios 9 del 7 al 10 dice esto, les leo. El que instruye al insolente atrae sobre sí deshonra y el que reprende al empío recibe insultos. No reprendas al insolente para que no te aborrezca, reprende al sabio y te amará. Da instrucción al sabio y será aún más sabio, enseña al justo y aumentará su saber. El principio de la sabiduría es el temor del Señor y el conocimiento del Santo es inteligencia. Y miren esto que dice el autor acá, dice los niños son adoradores, adoran al Señor o adoran a los ídolos que forman y crean en su corazón. Nunca los niños son neutrales, así sea un niño de ocho meses, ¿Qué dice David en el Salmo 51? Que en pecado me concibió mi madre, desde la concepción mismo. En definitiva, debemos marcarle al niño que hay dos caminos para escoger. El adorador del Dios verdadero quiere conocer y servir mejor a Dios. Y hacia ahí tenemos que llevar al niño. En cambio, una persona que está envuelta en idolatría se postra ante esas cosas que no son Dios y que no pueden satisfacer. El niño no se da cuenta de este compromiso religioso que hace, pero nunca es neutral. Y él no lo va a entender. Por eso nosotros necesitamos llevarlo. Así que, ¿qué otra cosa vemos? Hay otra dimensión, el niño está interactuando con el Dios viviente. O adora y sirve y crece en el entendimiento de las implicaciones de tener relación con Dios, o trata de encontrarle sentido a la vida sin una relación con Dios. Y eso es típico, hermanos, en aquellos niños que son librados a ellos mismos y pasan horas y horas en otras actividades que no tienen nada que ver con Dios. Por eso la importancia de la orientación hacia Dios. Así que, fíjense esto, hay otras cosas acerca de las influencias formativas, y esto es como un resumen. Dos cosas alimentan la persona que tus hijos serán, las influencias formativas de la vida y su orientación hacia Dios. Entonces, por ahora, Esta es la sesión 1. En la próxima sesión vamos a estar viendo, tú estás al mando, evalúa y reconstruye tus objetivos y descarta los métodos no bíblicos. Y esto lo vamos a ver en lo que son los capítulos 4, 5, 6 y 7 del libro, Cómo pastorear el corazón de tu hijo, de Ted Tripp. Así que vamos a dejar aquí en lo que tiene que ver la primera sesión.
Sesión 1 - Autoridad-Pastoreo-La importancia del Evangelio
Series Taller para Padres y Abuelos.
En este taller, estamos aprendiendo desde el libro "Cómo Pastorear el Corazón de tu Hijo" escrito por Tedd Tripp. En esta sesión estaremos viendo los conceptos de la autoridad, pastoreo y la importancia del Evangelio.
Sermon ID | 7924213351077 |
Duration | 51:18 |
Date | |
Category | Conference |
Language | Spanish |
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