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Santiago capítulo 2, si Dios lo permite vamos a considerar desde el versículo 14 hasta el versículo 17. Santiago capítulo 2 desde el 14 al 17. Demuestra que tu fe está viva al cuidar de los demás. Demuestra que tu fe está viva al cuidar de los demás. Aquí en Santiago capítulo 2, desde el versículo 14 hasta el versículo 26, vemos que Santiago, inspirado por Dios, está... está... haciendo un contraste entre la fe verdadera y la fe que dice ser verdadera, pero que es falsa. Y esa... la fe verdadera se demuestra con las obras. Sabemos que, a través de la escritura, que la salvación es por medio de la fe, ¿no? Vienes a Cristo por la fe, no por medio de las obras. Recibes la salvación por la fe, no por las obras. Lo pone muy claro Efesios 2, del 8 al 9, Dice, porque por gracia sois salvos, por medio de la fe. Esto no es de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe. Eso es Efesios 2, del 8 al 9. Es claro que la salvación es por medio de la fe. Aparte de las obras. Romanos 5.1 Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. O sea, somos declarados inocentes por medio de la fe. Sos Romanos 5, 1. Entonces, la salvación, ¿cómo se obtiene? Al creer en Jesús como Señor y Salvador. Es por medio de la fe, aparte de las obras. Lo que Santiago está hablando aquí, en capítulo 2, es el demostrar esa fe. ¿Cómo se demuestra esa fe? Por medio de las obras. No está diciendo que la salvación es a través de las obras, sino que está diciendo que demuestras tu fe. Demuestras que realmente has puesto tu fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador por medio de las buenas obras. Lo que está resaltando es que realmente importa cómo vives. Por ello, Efesios 4.8 dice, el que hurtaba, no hurte más, sino trabaje haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga que compartir con el que padece necesidad. Ahí menciona la idea de compartir, de proveer para las necesidades de otros, lo cual es lo que Santiago va a usar como una ilustración de que debemos de estar dispuestos a ayudar a aquellos que están en necesidad, de mostrar nuestra fe al compartir con aquel que padece necesidad, como nos dice Efesios 4, 28. Es que debemos de vivir nuestra fe. Y, por ello, aunque aparenta que Santiago contradice a Pablo, vemos que está hablando de diferentes puntos del mismo tema. Con diferentes trasfondos, diferentes audiencias, con diferentes problemas. Santiago lo que está haciendo es condenar la falsa fe. Aquellos que afirman tener una fe genuina, pero demuestran lo contrario con sus hechos. Lo que Santiago está haciendo es condenar la fe hipócrita, que pone en práctica la justicia de Dios. O sea, y por ello vemos el contexto anterior. Aquí en el capítulo 2, desde el versículo 1 al versículo 13, Santiago, inspirado por Dios, condena el favoritismo, porque no concuerda con el amor de Cristo. Entonces, debemos de poner en práctica nuestra fe. La fe genuina producirá una conducta apropiada. Y por ello, en Galatas 5.6 dice, la fe que obra por el amor. Esos Galatas 5.6, ¿no? La fe que obra. ¿Obra por el amor a quién? A Cristo. ¿No? Y es que la fe genuina se demuestra por las obras. Es que la fe inactiva está muerta. No tiene efecto. No vale para nada. La fe no puede ser genuina si no hay crecimiento espiritual. Si no se demuestra amor hacia el hermano, no hay fe genuina. Y por ello aquí, este texto resalta este gran contraste entre la fe genuina que se demuestra con las obras, y la fe falsa, o sea, aquellos que profesan ser creyentes genuinos, pero no lo demuestran con sus hechos. Y aquí vemos cómo empieza esta sección, Santiago 2, y solamente voy a leer el texto que vamos a estar considerando esta mañana, dice, hermanos míos, Esto es Santiago 2, 14. ¿De qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice, id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también, la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Ahora aquí Santiago, acabo de leer Santiago capítulo 2, desde el versículo 14 al versículo 17, vemos cómo Santiago presenta esta situación de manera, como un acontecimiento general. Lo que Santiago está haciendo es poner a prueba la autenticidad de la fe. Porque las buenas obras son una expresión esencial de la fe genuina. ¿No? Como un árbol demuestra que está vivo por su apariencia. Lo puedes ver. ¿No? Puedes ver que el árbol está vivo cuando que crece, cuando da hojas verdes, cuando da fruto, ¿no? Puedes ver que está viva. Si está muerta, pues también lo demuestra. No hay obra visible, ¿no? Se puede notar que el árbol está muerto. Y es que lo que está presentando aquí Santiago es que una persona puede afirmar que tiene fe genuina sin realmente tenerla. Y por eso aquí Santiago dice, en el siglo XIV, de que aprovechará si alguno dice, ¿no? Y ese énfasis en dice, o sea, eso es lo que sale de su boca. Dice que tiene fe. Y está hablando de fe geruina. Pero, y no tiene obras. Luego dice, ¿podrá la fe salvarle? Y lo que está diciendo es, ¿podrá esa clase de fe que dice tener, salvarle? O sea, simplemente tener una profesión de fe, el decir, sí, tengo fe, ¿Eso, con solamente eso, le salva? No, o sea, tiene que ser un fe genuina. Y esa fe genuina se demuestra por medio de las obras. Ahora, aquí, este término, obras, se usa para... se puede usar, dependiendo del contexto, para obras malas o para obras buenas. En Juan 3, del 19 al 21, lo usa de las dos maneras cuando dice esta es la condenación que la luz vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas porque todo aquel que hace lo malo aborrece la luz y no viene a la luz porque sus obras perdón para que sus obras no sean reprendidas más el que practica la verdad viene a la luz para que sea manifiesto que sus obras son hechas en dios esos juan 3 del 19 al 21 donde menciona Este mismo término, que traducido, obras, se puede referir a malas obras, a buenas obras. ¿De qué está hablando aquí Santiago? Está hablando de buenas obras, ¿no? Para Santiago, las obras son aquellas en conformidad a la voluntad de Dios. Son obras que obedecen la palabra de Dios. No simplemente por seguir reglas, sino por amor, ¿no? Entonces, son buenas obras. Y... Lo que hay que tener muy claro es que no está contradiciendo a Pablo. ¿No? Porque Pablo describe cómo puede ser salvo. ¿Cómo puede ser salvo? Por medio de la fe. ¿Qué es lo que está haciendo Santiago? Está diciendo cómo demuestras esa salvación. Por medio de las obras. ¿No? Hay una diferencia. En Romanos 3.20 Y dice, ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado o declarado inocente delante de él, porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Entonces eso es Romanos 3, 20. Romanos 3, 28, concluimos pues que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la ley. Eso es Romanos 3, 28. Aún tenemos Garatas 2, 16, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo. Nosotros también hemos creído en Jesucristo para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. Esos Galatas 2.16. Entonces ahí tenemos al apóstol Pablo, esos en Galatas 2.16, donde él dice no puedes ser declarado inocente por medio de tus méritos, por medio de tus buenas obras. sino que es por medio de la fe en Jesucristo. Tienes que creer en Jesús como Señor y Salvador. Creer genuinamente y entonces serás salvo. Lo que Santiago está diciendo es que demuestras esa salvación por medio de las obras. Ahí está la diferencia. Pablo nos está diciendo cómo podemos ser salvos. ¿Cómo podemos ser salvos? Por medio de la fe. y Santiago nos está diciendo cómo podemos demostrar esa salvación. ¿Cómo? Por medio de las obras. ¿Vale? Entonces ahí está la diferencia. Entonces, aquí Santiago no está contradiciendo a Pablo cuando dice, ahí en versículo 14, ¿podrá la fe salvarle? No, porque está hablando de la fe que es falsa porque no tiene obras, no demuestra, no demuestra su fe. Entonces, lo que está afirmando es que la fe genuina tiene obras, tiene buenas obras, se puede ver, se puede notar. Y es que Santiago no está defendiendo como alguien puede ser justificado delante de Dios, sino que la fe genuina se demuestra en sus obras. Por ello, Aquí mismo, en Santiago 2.17, dice, así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Eso es Santiago 2.17. O Santiago 2.20. Más quiere saber, hombre humano, que la fe sin obras es muerta, o sea, no tiene vida. si no se demuestra por medio de las obras. Santiago 2, 26. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Santiago 2, 26. En Tito, Tito 1, 16, dice, profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan. Esos, Tito 1, 16. Sí, profesan conocer a Dios, pero sus obras lo niegan, sus hechos lo niegan. Y por ello, aquí Santiago no está diciendo que la fe no puede salvar. Ya que luego, aquí mismo en el capítulo 2, afirma que la fe genuina salva. Porque ahí en Santiago 2, 23, dice, se cumplió la escritura que dice, Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios, ¿no? Da el ejemplo de Abraham, que él por su fe, él cree en la palabra de Dios, cree a Dios, y ahí es donde recibe la justificación, ahí nos dice le fue contado por justicia, y entonces él demostró, demostró esa fe, ¿cómo? Por medio de sus obras, y por ello nos dice el versículo 21, no fue justificado por las obras Abraham, nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar. ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras y que la fe se perfeccionó por las obras? Entonces, primero Abraham creyó, luego demostró esa fe cuando Dios le dijo que sacrificara a su hijo, él estuvo dispuesto, hacerlo. Y fue a hacerlo. Fue al monte, levantó el cuchillo para matar a su hijo y Dios le paró, ¿no? Entonces, demostró esa fe por medio de sus obras. Entonces, Santiago no está diciendo que la fe no puede salvar, sino, él afirma que es por medio de la fe, pero la fe se demuestra. La fe se vive. Y entonces, lo que Santiago está diciendo es que Una simple profesión de fe no puede salvar, se tiene que demostrar, tiene que ser genuino. Y el punto principal es que la fe, que no se demuestra con obras, no es genuina. Por eso, aquí vemos que se está refiriendo a la congregación de creyentes diciendo, hermanos míos. Con esa terminología familiar. Está muy interesado en ellos. Como hermanos en Cristo, dice, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Ese término, ahí, cuando dice, ¿podrá la fe salvarle? Está, está hablando de salvación de almas, está hablando de salvación escatológica, salvación de la ira de Dios, salvación del juicio futuro. Aquí mismo en Santiago, En el capítulo 1, versículo 21, habla, usa este término de esa manera, cuando dice, por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. o en santiago 5 versículo 20, santiago 5 20. Sepa que el que haga volver el pecador del error de su camino salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados. Entonces se está hablando de salvación de almas. Viendo que realmente está hablando de que las obras demuestran una fe genuina que le salva Que le salva del juicio venidero, que le salva de la ira de Dios. Por ello, aquí mismo el contexto es un contexto de justificación. Como acabo de leer ahí en capítulo 2, desde el versículo 21 al versículo 23, hablando de que Abraham creyó y fue justificado. Fue declarado inocente. y aún viendo que nos, que nos salva del juicio, porque ahí en capítulo, perdón, capítulo 2, versículo 12 al 13 dice, así hablad y así haced como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad, porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia, y la misericordia triunfa sobre el juicio. Ese contexto de juicio, vemos que la fe, la fe genuina, que se demuestra con las obras, nos salva del juicio venidero. Entonces, en este contexto está hablando, cuando menciona la salvación, cuando dice podrá la fe salvarle, está hablando de la salvación escatológica, de la salvación futura, la salvación del alma. Y es que la profesión de fe que no va acompañada con las obras, no puede salvar. La fe que no actúa, no es una fe genuina. Si no se actúa conforme a la fe, es que no hay fe. Si no hay una transformación, una transformación de vida, eso significa que no hay una fe genuina. Porque nos dice 2 Corintios 5, 17. Segunda Corintios 5, 17. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron, y aquí todas son hechas nuevas. Si has puesto tu fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, eres una nueva criatura. Ya no deseas lo que antes deseabas. Ya no disfrutas de lo que antes disfrutabas. Porque has sido transformado. y hay algo en ti que te va transformando, ¿no? El Espíritu Santo te va transformando. Eso es 2 Corintios 5, 17. Esa transformación que Dios obra en la vida del creyente se demuestra, se nota. Es que la fe genuina da fruto, se demuestra en su fruto. Incluso Jesús mismo en Mateo 7 Mateo 7, desde el 15 al 29, Jesús mismo dice que la fe se da fruto. Aquí, esto es Mateo 7, versículo 15, dice, guardaos a los falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son los rapaces. ¿No? Ahí está identificando a hipócritas. ¿No? Los falsos profetas. Que aparentan ser algo que realmente no son. Versículo 16. Por sus frutos. ¿Los conocenéis? ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo da frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Así que por sus frutos los conoceréis. no todo el que me dice señor señor entrará en el reino de los cielos sino el que hace la voluntad de mi padre que está en los cielos muchos me dirán en aquel día señor señor no profetizamos en tu nombre y en tu nombre echamos fuera de moños y en tu nombre hicimos muchos milagros y entonces les declararé nunca os conocía apartados de mí hacedores de maldad y entonces vemos como sigue el texto con con este Esta parábola de los dos cimientos, ¿no? Uno que pone su fundamento sobre la roca, ¿no? Y es estable. Y entonces, viendo cómo Jesús enseña ese mismo principio que la fe se demuestra con las obras, ¿no? La fe da fruto. Como un árbol que está vivo, ¡da fruto! Se puede notar que está vivo. Así es la fe genuina. Se demuestra, se nota que está viva. Y entonces lo que hace Santiago es ilustrarlo. En el versículo 15 al 16. Esto es Santiago 2, versículo 15. Dice, y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad de mantenimiento de cada día, Y alguno de vosotros les dice, id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Entonces lo que Santiago está haciendo es desarrollar esta idea, la idea de que fe sin obras no tiene beneficio. Y ahora lo que hace Santiago es presentar esta ilustración concreta para expresar este punto esencial. La fe se demuestra. La fe genuina se demuestra con las obras. Ahora posiblemente Santiago ha observado una situación similar o simplemente está presentando una historia ficticia pero que es real, ¿no? Que es posible. Aquí lo que Santiago está describiendo es un patrón típico de conducta, ¿no? hay una persona necesitada, y lo sabes, y tienes la opción de ayudar o no. Y dependiendo de lo que haces, eso demuestra tu fe o no. Y es que Santiago empieza describiendo la condición de un miembro de la comunidad de creyentes, porque aquí dice, y si un hermano o una hermana. Ahí lo presenta de una manera muy general. Puede ser un hombre, puede ser una mujer, pero alguien en la comunidad. Un hermano o una hermana están desnudos, y ahí simplemente es un término en el lenguaje original que se refiere a que no tienen suficiente ropa para vestirse. Son personas pobres, la poca ropa que tienen está desgastada, es ineficaz contra el clima, Entonces tiene necesidades reales. Se puede ver, con solamente ver la persona, por medio de su ropa, porque está desgastada, se nota que tiene necesidad. Le falta ropa y muestra su pobreza. Pero además de su falta de vestimenta, dice, y tiene necesidad del mantenimiento de cada día Ahora, ese término mantenimiento se refiere al sustento. Está hablando de comida, ¿vale? Provisiones, comida diaria. Lo cual nos recuerda a la oración, ¿no? Que cuando Jesús enseñó a sus discípulos, les dijo en Mateo 6, 11, el pan nuestro de cada día dánoslo hoy, ¿no? Debemos de pedir a Dios que él nos provea para cada día. Pero al mismo tiempo hay que recordar que comúnmente Dios usa a los creyentes, a los hermanos en Cristo, para ayudarnos mutuamente, para proveer para nuestras necesidades. Pero en este caso, no lo están haciendo. Porque ven a esta persona que no tiene suficiente ropa, aquí lo describe como una persona desnuda, que tiene necesidad de mantenimiento de cada día, Y versículo 16 dice, y a alguno de vosotros le dice, id en paz y calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? O sea, no está demostrando fe genuina porque no está dispuesto a ayudar. Y es que Dios, como mencioné antes, comúnmente usa a los creyentes para proveer para las necesidades de otros creyentes. Aquí nos presenta a una persona extremadamente necesitada. una persona subalimentada, una persona desnutrida, que constantemente no alcanza la comida requerida para venderle su vida y su salud. El creyente debe demostrar su fe proveyendo para las necesidades de aquellos en la congregación, ayudarles. Es que el cuidado de los hermanos en Cristo es lo básico de la obra de la fe. Los hermanos aquí que describen no tienen lo necesario para la vida. Tienen falta de algo importante. Aquí está identificando a una persona sin hogar, una persona extremadamente necesitada. Por eso dice, eh... Están desnudos y tienen necesidad de mantenimiento de cada día. O sea, no tienen suficiente comida para comer. Y entonces, en el siglo XVI, dice, y alguno de vosotros, algunos dentro de la comunidad, que, sí, dicen ser creyentes, pero, vamos a ver si lo demuestran o no, porque, dice, y alguno de vosotros le dice, id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, de que aprovecha. Entonces, aquí demuestran que ven la necesidad. ¡La ven! Reconocen la necesidad. Pero no hacen nada. No hacen nada para aliviar la situación. Ese, esa frase, «Id en paz», que nos describe, que nos menciona aquí Santiago 2, 16, es una expresión común de bendición. Lo vemos a través de las escrituras, por ejemplo, cuando Elí, ahí en 1 Samuel 1.17, se dirige a Ana. Él le dice en 1 Samuel 1.17, ve en paz y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. Ahí está Ana orando. Elí piensa que está borracha. Porque está ahí mucho tiempo, y se está moviendo sus labios, pero él no escucha nada, piensa que está borracha, y ella dice, no, estoy orando. Entonces el I le dice, ve en paz. ¿No? Ve en paz. Es la misma idea, id en paz. O también en Marcos 5, 34. Si recordáis, esta mujer que padecía de flujo de sangre. Y ella dice, si solamente tocar es un manto, el manto de Jesús seré sana. Entonces ella va, toca el manto, es sanada. Jesús se da la vuelta y dice, ¿quién has sido? Y al final ella sale y dice, he sido yo. ¿Y Jesús cómo la responde? Le dijo, hija tu fe te ha hecho salva, ve en paz. Ve en paz y queda sana de tu azote. Esos marcos 5.34. Nuestra expresión, ve en paz, id en paz, realmente representa el final de la conversación. Es como decir... ¡Adiós! ¡Que te vaya bien! Vale, sí. No está mal decir... ¡Id en paz! No, la expresión no es el problema. Sino es que están usando la expresión como tapadera para su incumplimiento. ¡Ah, sí! ¡Que te vaya bien! ¡Ve con paz! Pero no está dispuesto a proveerle la ropa necesaria, proveerle la comida necesaria. Y entonces, por eso dice, id en paz, calentaos y saciaos. Ahí le está diciendo, ve, sí, que todo te vaya bien, pero no está haciendo nada. Y es que esa bendición vacía, realmente es un insulto. Porque al ser vacía, es vacía porque no hay acción, no está dispuesto a ayudar. Dice, ir en paz, calentaos y saciaos. Esa idea de calentaos y saciaos. ¿Calentaos por qué? Porque necesita ropa. ¿Saciaos por qué? Porque necesita comida. Y lo que demuestra es su conocimiento de la necesidad. Pero hay un contraste entre sus palabras y su inactividad. Ahora, quizás les está exhortando a ir, encontrar ropa. encontrar comida. O quizás es una oración para que Dios supla las necesidades. ¿No? Como... como... Id en paz y que Dios os provea. ¿No? Que Dios sea el que os provea para calentaros. Que Dios sea el que provea para sustentaros. Y obviamente sabemos que Dios sí lo hace, pero también usa a los hermanos en Cristo para hacerlo. Y es que... eh... Vemos que aunque se ve la necesidad. ¿No? Ve la necesidad del hermano o la hermana creyente, pero no hace nada. Sólo expresa buenos deseos. Y por ello Santiago dice, de qué aprovecha. Tienen necesidades, tú las puedes cumplir. ¿De qué aprovechas si no haces nada? Es que las palabras, aunque bien intencionadas, no suplieron las necesidades. Tenían una necesidad real y no ayudaron. Incluso nos dice en Proverbios 3, versículo 27, dice, no te niegues a hacer el bien a quien es debido cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo anda y vete y mañana te daré cuando tienes contigo que darle. Es la misma idea. O sea, haz lo que es bueno. Vive tu fe. Demuestra tu fe ayudando a los demás, cuidando de los demás. Demuestra que tu fe está viva al cuidar de los demás. Y es que no cubrir una necesidad obvia no sólo daña al necesitado, sino que realmente cuestiona el estado espiritual de aquel que no actúa para aliviar la necesidad. Incluso en Mateo 25, en Mateo 25 Jesús está dando esta parábola de las ovejas y de los cabritos, y está haciendo diferencia entre personas, aquellos que demuestran su fe por sus obras, y aquellos que no demuestran, aquellos que demuestran que no tienen fe, Y lo demuestran a través de sus obras. Y aquí en Mateo 25, versículo... Bueno, el texto es desde el 31 al 46, pero voy a leer desde el versículo 33. Dice, Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Y entonces el Rey dirá a los de su derecha, ¡Venid! Esto es Mateo 25, versículo 34. ¡Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo, porque tuve hambre, y me disteis de comer. Tuve sed, y me disteis de beber. Fui forastero, y me recogisteis. Estuve desnudo, y me cubristeis. Enfermo, y me visitasteis. Y en la cárcel, y vinisteis a mí." Entonces los justos le responderán, diciendo, Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento y te sustentamos y sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero y te recogimos o desnudo y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a ti? Y respondiendo el rey les dijo, de cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Y continúa el texto, viendo la otra cara de la moneda, de los impíos, que no tienen fe genuina, no lo demuestran por medio de sus obras, al no cuidar de las personas necesitadas. La importancia de poner en práctica nuestra fe, proveer para las necesidades de aquellos que lo necesitan. Y aquí presenta a una persona que tiene poder para ayudar, pero no lo hace. tiene una necesidad real que puede suplir, pero no la cubre. Tiene exactamente lo que necesita su hermano en Cristo, su hermana en Cristo, pero por egoísmo no ayuda. En primera de Juan 3, primera de Juan 3 del 17 al 18, nos muestra la necesidad de amar a nuestros hermanos en Cristo y proveer para sus necesidades. en 1 Juan 3, del 17 al 18. Dice, pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Eso es 1ª de Juan 3, del 17 al 18. Lo está diciendo la misma idea. Demuestra tu fe genuina por medio de tus obras, mostrando tu amor hacia los necesitados. Por eso, ahí en 1ª de Juan 3, 17, dice ¿Cómo mora el amor de Dios en él? ¿No? Si no está dispuesto a ayudar al necesitado, sino que cierra su corazón. ¿Cómo mora el amor de Dios en él? Y es que el... el cuidado de Dios con sus hijos no niega nuestra responsabilidad de que cuidemos a otros. Sí, claro, cada uno de nosotros tenemos que depender de Dios, confiar en Él, orar que Dios provea para nuestras necesidades diarias. Pero eso no niega que si vemos la necesidad, que ayudemos. Y entonces por ello Santiago presenta la misma pregunta al final del versículo 16 con la que empezó, porque empezó diciendo, hermanos míos, ¿de qué aprovechará? Si alguno dice que tiene fe y no tienes obras, y no tiene horas. Y la última, bueno, la pregunta, la última frase del versículo 16 dice, ¿de qué aprovecha? O sea, ¿de qué aprovecha simplemente hablar y no ayudar? ¿No? y lo que Santiago está diciendo, no aprovecha. Y entonces, en versículo 17, lo que hace es resumir. Resumir lo que acaba de decir, desde el versículo 14 al 16. Porque dice, así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Entonces, Santiago recalca que la palabra de un creyente indiferente, que fracasa en su ayuda a los necesitados, es igual a la profesión de fe que no tiene buenas obras. Es totalmente vacía, no aprovecha. Es que el que rehúsa ayudar no puede ser creyente. Por eso el versículo 14 dice, podrá... esa fe, ¿no? La fe ¿Salvarle? ¿Esa fe que proclama? ¿Podrá esa fe salvarle? Esa fe que dice tener fe genuina pero no se demuestra, no se demuestra por medio de las buenas obras. Y es que, entonces, el que rehúsa ayudar no puede ser creyente, de la misma manera que dar buenos deseos, simplemente dar buenos deseos a un necesitado no ayuda a la persona necesitada. Es que de la misma manera que las palabras sin acción no benefician al pobre, la fe sin obras no benefician al supuesto creyente. ¿No? Porque la fe se demuestra por medio de las obras. Y lo que Santiago está enfatizando es la fe, la fe que no va acompañada de buenas obras es vana. y lo que acaba de describir es la fe que no obra de manera exterior y la razón por la que no obra de manera exterior es porque no hay fe en el interior no es una fe genuina en el interior es que si no hay buenas obras que demuestran tu fe es que no tienes fe genuina la inactividad de la fe da testimonio de una fe falsa. Es como mencioné antes, un árbol. Si un árbol está muerto, se nota. Podemos pensar en un cadáver. Un cadáver se nota que está muerto. ¿Por qué? Está inactivo. No se mueve. No se levanta. No juega al fútbol. No cocina una buena paella. Un cadáver está muerto. Nadie espera de un cadáver que corra una maratón. Una maratón. O que pinte un cuadro. ¿Por qué? Porque está muerto. Y si está muerto, lo demuestra por su inactividad. Es la misma idea. Una fe muerta, en el sentido de que no es genuina, no es real, demuestra que está muerta. porque no hay actividad, no hay vida, no se demuestra por medio de sus buenas obras. Ese es el punto que Santiago está diciendo. Aquí está dando esta ilustración de proveer para un necesitado. Anteriormente ha mencionado el mostrar favoritismo y que demuestras tu amor hacia Cristo al no mostrar favoritismo, sino amar a tu prójimo como a ti mismo. Eso es lo que han mencionado en los primeros trece versículos de Santiago 2. Entonces, todo tiene que ver con demostrar tu fe. La salvación es por medio de la fe, pero la fe genuina se demuestra por medio de las obras. Y es que, si tu fe, la fe que dices tener, no beneficia a otros, tampoco te beneficiará en el juicio de Dios, porque no es una fe genuina. Es que Santiago no está contrastando la fe y las obras, sino la fe intrínsecamente deficiente que no produce obras, y la fe genuina, que sí resulta en acción. Entonces, la idea es, demuestra tu fe, vive tu fe, refleja tu fe. Y esto, y esto es en todo, en toda área de tu vida. O sea, si ves, aquí menciona al necesitado. Ves la necesidad de alguien y tienes la posibilidad de cubrir ayuda, cubre con lo que puedas. Pero también, o sea, tu fe se demuestra en cómo hablas, en cómo vives, en lo que piensas, en dónde inviertes tu tiempo, dónde inviertes tu dinero. O sea, tu fe se demuestra en toda área de tu vida. Tu fe se debe de vivir Y si te das cuenta de que no hay vida, ¿eso significa? Es porque la fe que dices tener no es genuina. ¡Pues considera tu corazón! ¡Asegúrate de tu relación con Cristo! ¡Asegúrate que realmente has puesto tu fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador! Porque Él es el único que puede salvar. En nadie más hay salvación. Es por medio de Él, por medio de su obra en la cruz por nosotros. Entonces demuestra tu fe, demuestra que tu fe está viva al cuidar de los demás, al vivir para Dios, al vivir por amor a Dios y reflejar el amor de Cristo, el carácter de Dios, reflejar la palabra de Dios, o sea, poner por obra sus mandamientos. Entonces demuestra tu fe, Demuestra que tu fe está viva al cuidar de los demás. Vamos a terminar en oración.
Demuestra que tu fe está viva al cuidar de los demás
Series Santiago
Sermon ID | 79231626512540 |
Duration | 43:24 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | James 2:14-17 |
Language | Spanish |
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