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por la cual los ángeles nunca
mueren. Los ángeles no mueren, sino que
permanecen para siempre. Porque los mismos siempre están
obedeciendo la voluntad de Dios. Y como ellos obedecen la voluntad
de Dios, su vida angelical permanece para siempre. Mientras haya voluntad
de Dios para obedecer, los ángeles estarán obedeciendo. Y estando
ellos en obediencia a la voluntad revelada de Dios para sus vidas,
tienen garantizada la subsistencia angelical. Y amados hermanos,
esa misma promesa es la que nos ofrecen a nosotros. Esa misma
promesa de vida para siempre es la que Dios le ofrece y garantiza. A los que oyen, creen y obedecen
su palabra. El que hace la voluntad de Dios. Dios le garantiza que permanece
para siempre. La obediencia a la voluntad de
Dios, dispuesta en sus mandamientos, nos prolonga la esperanza de
vida, no solamente con la esperanza
de la vida eterna, sino también que nos garantiza Longevidad. En nuestra vida física sobre
la faz de la tierra. Efesios capítulos 6 verso 3. Es un eco. De esa gran promesa
de Dios para aquellos que obedecen su voluntad. Que le promete el
Señor a los hijos. Que honran. a sus padres con una vida de
obediencia. ¿A ellos? El versículo 2 le manda diciendo
honra a tu padre y a tu madre. ¿Y qué le garantiza Dios a quienes
obedecen a ese mandamiento? para que te vaya bien y seas
de larga vida sobre la tierra. ¿Qué produce la voluntad de Dios
debidamente conocida, creída y practicada? Bienestar temporal y longevidad
para quienes la obedecen. Por eso es que el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre. Con una vida bendecida,
pero también con una vida longeva. La obediencia a Dios añade año de vida a la vida terrenal
y obviamente nos premia con la vida eterna para vivir para siempre. ¿Usted quiere que su alma nunca
muera? Entonces entregues en cuerpo
y en alma a conocer la voluntad de Dios y a poner en práctica
esa voluntad de Dios expresada en sus mandamientos. Usted quiere
que le vaya bien en esta vida, en cualquier terreno, en cualquier
camino, en cualquier desempeño de su vida en esta tierra. Dedíquese
a estudiar, conocer y obedecer la voluntad de Dios expresada
en su ley. Si Dios a usted le manda en Mateo
22, 37 al 40. Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Si Dios
le manda eso, ya usted lo sabe. ¿Qué debe de hacer? Obedecer. Ame a Dios. no con una parte
de su corazón, no con una parte de su alma, no con una parte
de su mente. Ámelo con todo. Ámelo con toda su alma, con todo
su corazón y con toda su mente. Y le garantizo que a usted le
irá bien. Porque Dios honra a quienes les
honran. Él bendice a quienes les aman. Si usted quiere que le vaya bien
en esta tierra, cumpla la segunda parte de este gran mandamiento.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Esa es la voluntad de
Dios. ¿Cómo aman los ángeles y habitantes
del cielo a Dios? con todo su corazón, con toda
su alma, con toda su mente. ¿Y qué? ¿Cómo ellos aman a su prójimo? ¿Cómo aman ellos a los demás
ángeles? ¿Cómo se aman a sí Y obviamente,
como ellos aman a Dios sobre todas las cosas y a los demás
ángeles como a sí mismo. En el cielo no hay pleito nunca. Nunca usted ha visto en la Biblia
registrado que un ángel se peleó con otro. que un ángel tuvo una
garata con otro ángel, que un ángel tuvo una discusión con
otro, una diferencia de opinión con otro y quedaron disgustados en el cielo. Todos sus habitantes
viven en armonía, viven en paz y viven en un estado perenne
de gozo. ¿Saben por qué? porque se han
entregado en cuerpo y en alma a conocer y a obedecer la voluntad
de Dios. Primero, para garantizar una
frutífera y bienhechora relación personal con Dios y para garantizar
y asegurar una relación interpersonal los unos con los otros. de manera
perfecta. Y eso es un gran bien para ellos. Mientras usted más ame a su prójimo,
a su hermano, a su hermana, menos ocasión de pecado contra su hermano
usted va a acometer. Y obviamente, eso va a producir
como resultado una relación más estrecha, más íntima, más cercana,
más profunda, más gratificante. En el cielo, los ángeles se aman entrañablemente. Por eso, en el cielo, no existe
pecado. Porque ellos aman a Dios sobre
todas las cosas y aman a su prójimo como se aman a sí mismo. Y ese
amor lo ponen en práctica. Hacen lo que Dios les demanda
que hagan los unos por los otros. Y eso, mis amados hermanos, debemos
de practicarlo en medio de nuestra iglesia local. Esto está aquí
escrito para que lo conozcamos, lo creamos y lo practiquemos
de manera continua en nuestra relación personal los unos con
los otros. Esa es la voluntad revelada de
Dios. Dios nos llama a poner en práctica
su voluntad en la iglesia, en la familia, en nuestra propia
vida, como lo hacen los ángeles del cielo. Los ángeles llevan
a cabo y practican una obediencia fervorosa a la voluntad de Dios. Obedecen
de manera ferviente a la voluntad de Dios. Y, hermanos, esa misma
medida de obediencia ferviente es la que Dios quiere que practiquemos como individuo, como familia,
como iglesia y como ciudadanos de esta nación. Romanos 12, 11 nos llama diciendo
fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Fervientes en espíritu, sirviendo
al Señor. La palabra ferviente significa
entusiasta, fogoso, ardiente, vehemente, impetuoso, vívido,
febril, exaltado. Está claro. ¿Cómo es que Dios espera que
le obedezcamos? Él espera que lo hagamos como
lo hacen en el cielo. ¿Y cómo lo hacen en el cielo?
Lo hacen de manera entusiasta, fogosa, ardiente, vehemente,
impetuosa, vívida, febril, de manera exaltada. Así Dios espera
que tú le obedezcas. Palabra ferviente es lo contrario
a ser desapasionado. Es lo contrario a ser frío. Es lo contrario a ser indiferente. Es lo contrario a ser desganado. Es lo contrario del desánimo. Hay cosas desagradables
como una gente desanimar al lado de uno. No hay cosa más desagradable
que estar cerca de una gente que es indiferente, que le da
o no le da, que ni le va ni le viene, que ni le importa ni no
le importa. No hay cosa más desagradable
que estar cerca de una gente fría como un témpano de hielo. Nada le emociona. Nada le estimula. Nada ni le huele ni le hiere. Son frío. Un témpano de hielo. Gente sin pasión. Desapasionada. Son como cadáveres de muertos. Eso es desagradable. Amados hermanos, Dios espera.
que a la hora de obedecer su voluntad no seamos frío, indiferente,
desapasionado, desganado. Porque obedecer de manera desapasionada
la voluntad de Dios, eso es como vómito para él. Obedecer de manera
fría, indiferente y desganada a la voluntad de Dios, eso es
como vómito para él, algo desagradable, nauseabundo. Dios espera que cuando obedezcamos
cualquiera de sus mandamientos sea un gran mandamiento o un
pequeño mandamiento. Él espera que seamos entusiasta,
fogosos, ardiente, vehemente, impetuoso, vívido, febriles y
exaltados. Y hermano, eso destaca las emociones
nuestras. Destaca nuestros sentimientos,
destaca nuestros afectos, destaca el hecho de que todo nuestro
ser, corazón y cuerpo debe de estar involucrado en la obediencia
a su voluntad. No debemos ser fríos o parciales,
indiferentes, desapasionados, desganados, Y usted siente cuando algo se
le sienta a usted al lado ahí. Siente su estado emocional. Inmediatamente abre la boca y
empieza a cantar. Porque usted sabe que las cuerdas
vocales están más detempladas que una guitarra, que esa guitarra
cuando la aflojan la cuerda. Usted lo siente. ¿Qué es lo que le pasa a fulano? que está cantando como una guitarra
a quienes le aflojaron la cuerda, que no hace música, que hace
escándalo, bulla, incómoda. Todo cuanto Dios nos ha dicho
que debemos de obedecer, Lo debemos de hacer con fervor,
con pasión, con gozo y alegría. Lucas 6, 31 nos dice, como queréis
que hagan los hombres con vosotros, así también hacerlo vosotros
con ellos. Es un mandato. Es la voluntad
de Dios. ¿Cómo usted debe tratar a su
hermano? Según la voluntad de Dios. ¿Cómo usted quiere que
lo traten a usted? ¿Y cómo usted quiere que lo traten
a usted? ¿A patá? Fría, de manera fría, indiferente. Como queréis que hagan los hombres
con vosotros, así también haced Eso es un imperativo. Vosotros
con ellos. Esa es la voluntad de Dios, hermanos. Marco 11, 22. Tened fe en Dios. Eso es un mandamiento. Esa es
la voluntad de Dios. Tenga fe en todo lo que Dios
le ha revelado en su palabra. Esa es su voluntad, que usted
sea un hombre de fe, una mujer de fe. Esa es la plena, absoluta, clara,
precisa voluntad de Dios, que usted tenga fe en Dios. Lucas 12, 5. Temed a aquel que después de
haber quitado la vida, tiene poder. Para qué? Para enviar vuestra
alma al infierno. Cuál es la voluntad de Dios en
este versículo? Que le tengamos temor a Dios. Esa es la voluntad de Dios. Mateo 11 28. Vengan a mí todo
lo que estáis trabajados y cansados y yo os haré descansar. Esa es la voluntad de Dios para
tu vida. ¿Estás cansado? ¿Estás agotado? La voluntad de Dios es que tú
lleves tu trabajo y tu carga y lo ponga en los hombros de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Esa es la voluntad de Dios para
tu vida. Y cómo tú debes de obedecer eso de manera ferviente, de manera
entusiasta. Si alguno tiene sed, venga a
mí y beba. Esa es la voluntad de Dios. Que apague tu fe, que satisfaga
tu necesidad de agua de vida viniendo a Cristo a beber de
esa agua. Porque es la única agua provista
por Dios para saciar la sed de tu alma y no es la voluntad de
Dios que te muera de sed. Para eso proveyó el agua de vida
que es Cristo Jesús. Esa es la voluntad de Dios. ¿Cómo
tú debes de obedecer esa voluntad de Dios para tu vida? De manera
fervorosa. Esforzado por entrar por la puerta
estrecha. Abandonar el camino ancho y espacioso
que lleva a la perdición. Esa es la voluntad de Dios para
tu vida. ¿Y qué tú debes de hacer? ¿Permanecer en desobediencia
a ese mandato en el que te llama Dios a entrar por la puerta estrecha? La Biblia, de hecho Cristo tiene
en esos cuatro evangelios, hay más de mil mandamientos expresos
como eso. donde Cristo de manera expresa
revela la voluntad de Dios. Amén de todo lo que hay en el
Antiguo Testamento y en las cartas apostólicas. Estoy hablando de
los cuatro evangelios, la revelación de la voluntad de Cristo para
ti. Y hermanos, es interesante observar
que cada mandamiento de Cristo está relacionado con nuestro
bienestar temporal pero también con nuestro bienestar eterno. Si queremos que en esta vida
nos vaya también como les ha ido a los ángeles en el cielo,
que obedecen de manera entusiasta la voluntad de Dios. Debemos
estudiar los mandamientos de Cristo revelados en los cuatro
evangelios y obviamente la demás carta también. y el Antiguo Testamento
ni se diga. Estamos llamados a hacer la voluntad
de Dios y a orar por ello como los ángeles del cielo. Y amados hermanos, en ese contexto, debemos de afirmar que los ángeles
en el cielo hacen la voluntad de Dios, poniendo lo mejor de
ellos para hacer la voluntad de Dios. Los ángeles no ponen lo que les
sobra de ellos para hacer la voluntad de Dios. Ellos ponen
lo mejor de lo mejor que hay en sus cualidades angelicales
a la hora de poner en práctica la voluntad de Dios. Recuerden
que ellos fueron hechos espíritu ministradores. Para servir. A la iglesia del Señor. Puede estar seguro que un ángel
no comete un solo error por descuido. A la hora de ejecutar la voluntad
de Dios. No cometen una sola falta, un
solo fallo, un solo error por descuido a la hora de ejecutar
la voluntad de Dios. Porque hermanos, porque ponen
lo mejor de su capacidad intelectual, ponen lo mejor de su voluntad,
ponen lo mejor de su naturaleza angelical para hacer la voluntad
de Dios. Y eso es lo que Dios espera de
nosotros. que pongamos las más excelentes
cualidades con que él ha dotado nuestro cuerpo y nuestras almas
al servicio de hacer su voluntad. En la iglesia, en la familia,
en nuestros quehaceres cotidianos, debemos dar lo mejor de nosotros.
Hermanos, así es como los ángeles lo hacen en el cielo. Y es lo
que Dios espera que también suceda aquí en la tierra. Debemos dedicarle a él para hacer
su voluntad lo mejor de lo mejor de todo lo que él nos ha dado
tanto en el alma como en el cuerpo. a la hora de servirle a él, hermano,
debemos dar lo mejor de nuestro tiempo. Lo mejor de nuestro tiempo. Lo mejor de nuestra juventud, lo
mejor de nuestra niñez, lo mejor de nuestra edad adulta y lo mejor
de nuestra vejez. Debemos usarla para hacer la
voluntad de Dios. Cuando no sucede así, usted verá una niña desperdiciada. Y claro, lo que se siembra produce
fruto. Una niña desperdiciada, ¿qué
producirá? Una juventud igualmente desperdiciada. Y una juventud desperdiciada,
¿qué producirá en la edad adulta? una adultez desperdiciada. Y la adultez desperdiciada generará
una vejez que lo único que da es pena,
lástima. Porque ni para ellos mismos sirven. Cuando usted va a la raíz de
todo ese asunto, hermano, ¿no dedicaron lo mejor de sí mismo
para hacer la voluntad de Dios? Es la voluntad de Dios que un
niño gaste su tiempo cinco o seis horas al día viendo televisión,
viendo internet y vagabundeando en la calle. Y no estudiando. Y no haciendo tareas. Y no sacando
notas de excelencia en el colegio. ¿Cómo es la voluntad de Dios? ¿Es la voluntad de Dios que te
pases cinco horas pegado a una televisión? ¿O es la voluntad
de Dios que te pases cinco horas haciendo tu tarea, haciéndola
lo más excelentemente posible para sacar un 100 cuando te califique? ¿Qué tú crees? ¿Qué es la voluntad
de Dios? Y obviamente, esas calificaciones
te abren la puerta en la universidad, para conseguir buena beca. Pregúntele
a Francina cómo está estudiando, ahí donde estudia, no es con
los cuartos míos. No hay media beca que tiene.
Pero la consiguió, hermano, por las buenas calificaciones. Su
niñez la pasó haciendo la voluntad de Dios. Y eso sucede en todos los terrenos
y en todos los ámbitos de la vida humana. Quien se dedica
a conocer y a obedecer la voluntad de Dios, mis amados hermanos,
le irá bien. Le irá bien. No necesariamente
hablo de bien material, hablo de ese bien espiritual. de una vida en paz y con una
buena conciencia, que es la riqueza mayor. Los ángeles de Dios hacen la
voluntad de Dios con presteza y con diligencia. Y amados hermanos,
eso es lo que Dios espera de nosotros. ningún ángel discute o cuestiona
la voluntad de Dios y los mandatos de Dios a la hora de asumir responsabilidades
para implementarla, para ponerla por obra, para hacer lo que se
le encomienda, lo que se le manda. Sea distante donde lo envíen
o sea cerca donde lo envíen, no pondrán mala cara. Sea pesado
el trabajo o sea liviano el trabajo, no pondrán mala cara. Sea de
fácil acceso el lugar donde se le envía
o de un mal acceso el lugar donde se le envía, irán sin poner Pero,
yo diré pero, si hay mucho lodo me devuelvo, si hay mucha lluvia me devuelvo, si me reciben a palo me devuelvo,
si hay muchos homosexuales me devuelvo. ¿Recuerden esos Domingo Morra?
La pasaron esos angeles ahí. La pasaron, sí o no. No la enviaron
fue a un departamento del cielo, a Sodoma y Gomorra. Hermano, no importa las circunstancias,
Dios dará la salida para que lleguemos y hagamos la voluntad
de Dios. Así fue con los ángeles que fueron a Sodoma. Finalmente, hermano, dos breves
aplicaciones. Dos breves aplicaciones. ¿Por
qué debemos de orar? Hágase tu voluntad. ¿Por qué? Porque carecemos, nacemos con
la carencia de una voluntad dispuesta para obedecer la voluntad de
Dios. Nacemos con una voluntad innatamente
rebelde, contumaz, opuesta de manera violenta muchas veces
a hacer la voluntad de Dios. Nacemos innatamente siendo desobedientes
a la voluntad de Dios. No estamos dispuestos a sujetarnos
y a hacer la voluntad de Dios. Nacemos dañado de fábrica. No nacemos con una voluntad lista
para someterse a la voluntad de Dios, sino por el contrario,
nacemos siendo obstinadamente rebeldes y contumaces. Sí o no. O nació usted siendo una colderita,
un colderito obediente. a todo lo que papi y mami le
decían. Isabel creo que aún no ha cumplido
un año y me parece que ya tuvieron que sobarla. Varias veces ya he entrenado
el huaqui. Ocho meses. ¿Y por qué? A Isabelita tuvieron
que sobarla ya. porque nació dañada de fábrica,
desobediente, desde que nacen. Esa es la razón por la que los
hijos de Dios deben de orar, hágase tu voluntad en la tierra
de mi vida, como se hace tu voluntad en la tierra de los ángeles.
Porque no nacemos con una voluntad dispuesta para someterse a la
voluntad de Dios. Nacemos con una voluntad esencialmente
rebelde a la voluntad de Dios. Y hermanos, esa rebeldía a la
voluntad de Dios la vemos en su esencia en la mal llamada o la de la rebelión feminista. O en la rebelión de aquellos que
se cobijan bajo la bandera que tiene como símbolo el arco iris. Esa es la esencia de la rebelión
a la voluntad de Dios. Porque la rebelión de esas agrupaciones
de personas. No es ni siquiera la voluntad
especial de Dios revelada en su palabra, sino una rebelión
en contra de la ley de Dios escrita en la tabla de su genes. Dios
escribe una ley en su gene. X y Y. Es una ley que da varón. XX es
una ley que cuando se conjuga, produce
hembra. Pero en el contexto de estos
grupos, su lema e ideología en el día de
hoy Se resume en la expresión el hombre no nace hombre, se
hace hombre. La mujer no nace mujer. Se hace
mujer. Y hermanos, eso ha llegado a
unos niveles. De tal desafuero a la voluntad
de Dios. Que en ciudades como Nueva York.
cuando emiten un arte nacimiento, el género no se lo ponen. Le dejan esa
parte en blanco al documento. ¿Saben para qué? Para que cuando
la persona que nació crezca, según sea su autopercepción, ponga su género. ¿Tú te percibes? ¿Un orangután? Pues tú puedes
poner ahí género orangután. Tú eres libre de poner allí lo
que tú quieras. Hermanos, ese es el colmo y la
esencia de la rebelión del hombre a la voluntad de Dios, escrita
en su ley especial, la Biblia, o en su ley natural, la creación. por eso debemos de orar, hágase
tu voluntad. Segundo, en segundo lugar, nuestro
modelo a imitar a la hora de obedecer la voluntad de Dios no son los hombres, sino los ángeles, los que están
ya o los que están en el cielo. Porque Solo los ángeles obedecen
a Dios de manera absoluta, no de manera parcial, como hacemos
nosotros, no según las cosas que nos convienen, como hacemos
nosotros. Los ángeles obedecen de manera
irrestricta a la voluntad de Dios. Por eso Nuestro estándar de obediencia
a la voluntad de Dios no es la humana, sino la angelical. Haz la voluntad de Dios y esfuérzate
en ello como la ponen en práctica los habitantes del cielo. A los corintios Pablo le decía
en primera lo corintio once uno set imitadores de mí, así como
yo de Cristo. Y a los filipenses también les
decía filipenses tres diecisiete se pues imitadores de Dios como
hijos amados. Es ahí los estándares de nuestra
vida de obediencia, con quienes nosotros estamos llamados a medirnos
y a quienes debemos de procurar imitar en materia de conocer
y obedecer la voluntad de Dios. Amados hermanos, no seamos imitadores
de lo malo. Imitemos en esta iglesia a lo
que imitan al Señor Jesucristo. Imite a aquellos que son fieles en su asistencia
a la escuela dominical. Ah, fulano no viene a la escuela
dominical. Y si tiene 10 años la iglesia,
yo tampoco voy. Fulano no trae los niños a la
escuela dominical y tiene 15 años en la iglesia, yo tampoco
los llevo. No imite esa conducta, porque
esa es una conducta mala, dañina para la vida suya y la vida de
los demás. No imite a los que se congregan
tan solo en el culto de la mañana y siempre llegan tarde. pero brillan por su ausencia
en el culto vespertinos, sin que haya una razón válida que
justifique su ausencia. Limita esa conducta, porque a
usted no le conviene imitarla, porque le va a ir mal. Sea un imitador de los ángeles. Sea un imitador de quienes imitan
fiel y cabalmente a Cristo. Sea un imitador de Dios el Padre,
como dice el apóstol aquí. ¿Usted ha visto a Dios el Padre
faltando a un culto aquí? Yo tengo 37, 38 años asistiendo
a esta iglesia y nunca, nunca, He visto que a un culto de esta
iglesia ha faltado Dios el Padre. Ni Dios el Hijo, ni Dios el Espíritu
Santo. Imiten, imitemos. Los buenos ejemplos, los buenos
patrones. Imite. A los diáconos fieles. Que sirven con interés, dedicación
y fervor. En la iglesia. A los amigos. ¿Te ha preguntado alguna vez cuál
es la voluntad de Dios para tu vida? Hecho capítulo 3, verso 19. revela
la voluntad de Dios para tu vida. Arrepentíos y convertíos. Para que vuestros pecados sean
borrados. A fin de que tiempos de refrigerio
vengan de la presencia del Señor. Esa es la voluntad de Dios para
tu vida. ¿Qué tú harás ahora? Ya conoces la voluntad de Dios.
La pregunta es, ¿cuándo la va a obedecer? ¿Eres niño? ¿La va a obedecer
cuando ya sea joven? Aún soy muy niño, no puedo obedecer
la voluntad de Dios. Voy a esperar ya cuando tenga
18. Entonces yo obedeceré, haré lo
que Dios dice. ¿Es sabio eso? No es que yo soy
joven todavía. Yo no tengo la necesidad de arrepentirme
ni de convertirme. Yo voy a dejar eso cuando ya
yo sea adulto o un viejo, una vieja. Entonces. Me arrepentiré. Entonces me convertiré. Entonces
haré la voluntad de Dios. Ahora no. No tengo tiempo para
eso. O sea, no hay tiempo para ofrecer
a Dios. Está muy ocupado. haciendo otras cosas en sustitución de obedecer la
voluntad de Dios. La pregunta para ti es, ¿cómo
te irás de aquí en esta mañana? ¿En rebeldía a la voluntad expresa
de Dios para ti ahora? ¿O te irás de aquí haciendo lo
que Dios dice y obteniendo lo que él promete. Note lo que dice
arrepentidos y convertidos. Si hace eso, si te sometes a
eso, si obedece eso. Él dice tus pecados serán borrados. Tus pecados serán borrados. También te asegura que a tu vida
vendrán tiempos de refrigerio. ¿Cuántos no gustan los refrigerios,
verdad? ¿Te gustan los refrigerios o no te gustan los refrigerios?
¿A quién no le gustan los refrigerios? Sobre todo cuando son hechos
por ciertas hermanas que son expertas haciendo refrigerio.
Esos jugos dan la hora. Qué buen refrigerio. Esos bizcochos,
esos chulitos, esa... ¿Cómo que se llama esto? ¿Qué
hace? Los quimpes, ¿qué hace por ahí
esta hermana? Son sabrosos esos refrigerios. Hermanos, nos gustan
los refrigerios. Pero los refrigerios para el
alma tienen un requisito para recibirlos. Arrepentidos y convertidos. Y tendrás. Tus pecados borrados. Y tendrás. El refrigerio. Requisito obediencia
inmediata. Obediencia total. Ser requisito. Que Dios te de ese corazón de
los ángeles para obedecer. porque bien te irá en esta vida. Te damos gracias, Padre, por
Jesucristo, porque Él nos ha enseñado el
camino de la obediencia. Gracias por tu Espíritu Santo, porque Él nos ha enseñado tu
voluntad revelada en tu palabra. Ayúdanos a creer y a obedecer
tu voluntad para que nos vaya bien y disfrutemos de una vida
próspera y bendecida. Pues lo pedimos para tu gloria
y en el bendito nombre de Jesús. Amén.
Hágase tú voluntad en la tierra como en el cielo
Series Sermon del Monte
Hágase tú voluntad en la tierra como en el cielo
| Sermon ID | 7824175152447 |
| Duration | 46:38 |
| Date | |
| Category | Sunday - AM |
| Bible Text | Matthew 6:10 |
| Language | Spanish |
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