00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Los he escuchado en repetidas ocasiones mencionar el hecho de que les gusta mucho la comunión que disfrutamos en esta iglesia. En el tiempo del café hacen evidente cuánto lo disfrutan porque hay que arriarlos para que se devuelvan. Y eso es bonito, realmente es algo que debemos celebrar y algo que debemos agradecer a nuestro Dios, esa posibilidad de disfrutar esa comunión, esa amistad y esos lazos de amor unos con otros domingo a domingo. Pero ¿sabía usted que hay una manera de extender esa comunión más allá del domingo, más allá del tiempo y el espacio que compartimos físicamente aquí en la iglesia, más allá del cafecito? Romanos 15 del 30 al 33 y con esto vamos a terminar Romanos 15. Dice así, Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta, para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros, y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén. Oremos. Padre de nuevo, rogamos que tu Espíritu Santo nos ayude hoy a leer este libro que Él inspiró, que podamos ser transformados, oh Dios, un poco más, mejorados un poco más por tu gracia, por tu obra de amor en nuestras vidas, porque tú has prometido continuar y perfeccionar lo que has iniciado en cada uno de nosotros y nos aferramos a esa promesa una vez más. Confiamos, oh Dios, en que tú estás haciendo algo en todos nosotros y en cada uno de nosotros por nombre. Y de alguna manera ansiamos ver el fruto de tu palabra en nuestras vidas. Ansiamos poder ver, oh Dios, la transformación que tú estás realizando en cada uno de nosotros, no sólo en nosotros mismos, sino también en nuestros hermanos y hermanas. Y te rogamos que nos concedas esa bendición, que traigas un fruto abundante a través de esta predicación. Inclina nuestros oídos y nuestros corazones hacia ti. En el nombre de Jesús te lo rogamos. Amén y amén. aquí empieza con un pero pero este pero no es pero no sé por qué la reina valera lo traduce como pero sin embargo la palabra que traduce como pero es simplemente ahora bien o y y está añadiendo a lo que había dicho anteriormente no está planteando ningún contraste con lo que había dicho sino que está añadiendo algo más está añadiendo una petición está añadiendo un ruego les está solicitando algo encarecidamente. Eso es lo que significa la palabra rogar en este contexto. Os ruego, os pido, os imploro, solicito. Me llama mucho la atención la humildad de Pablo en este punto. Yo creo que la autoridad de Pablo, la inteligencia de Pablo, el poder de su palabra, está evidenciado en toda la carta. Y cualquiera que hubiese leído la carta a los romanos y nosotros, que hemos tenido la oportunidad de estudiarla a tanto detalle, puede decir, este Pablo se las trae, ¿verdad? Esto es una eminencia. Es muy bueno, muy sabio, es un líder increíble, un apóstol con una misión poderosa y el Señor le ha concedido mucha bendición y mucha prosperidad en lo que él está haciendo, podrían pensar los romanos. Y sin embargo, Pablo les solicita, les ruega y les implora humildemente. no desde una posición de autoridad, no desde una posición de... como un mandato, podría haberlo hecho como una orden, les ordeno, no, les ruega, les solicita y de hecho añade el término que ya hemos discutido varias veces, hermanos, poniéndose en un término de cercanía con ellos, comunión con ellos, Enfatiza esa idea de todos somos hermanos en Cristo. Aquí no hay alguien que esté por encima de nadie. Hay igualdad ante Dios y yo, aunque soy apóstol llamado por Dios para llevar el Evangelio a los gentiles, me dirijo a ustedes como hermano. Me dirijo a ustedes ni siquiera como pastor, sino como un igual. Y es por la naturaleza de la petición. que Él está a punto de hacerles. Sin embargo, antes de pasar a la petición es y veamos la razón o el fundamento detrás de la petición. Primero dice que lo que va a rogarles se los ruega por nuestro Señor Jesucristo. por causa de Cristo o en el nombre de Cristo. Podría interpretarse como, como por amor a Cristo incluso. Si ustedes aman a Cristo como yo lo amo, si Cristo es su Señor, como es mi Señor, si estamos en esto juntos, entonces por ese mediador que nos une y por ese que es el mediador entre Dios y los hombres, nuestro Señor Jesucristo, una misma fe que comparte con la Iglesia de Roma. Una experiencia en común bajo el Señorío de Cristo, pertenecientes al mismo Señor. Él es dueño tanto de los creyentes de Roma como de Pablo y de todos los apóstoles. Esto le pone peso a la petición que les va a hacer. No se los estoy pidiendo. como cualquier conocido, como un hijo de vecino, se los estoy pidiendo como hermano, se los estoy pidiendo porque estamos juntos en esto gracias a Cristo, y porque Él es Señor, suyo y mí, y en ese sentido se los pido. Si aman al mismo Señor que yo, si quieren ver el reino de Cristo, el señorío de Cristo extenderse de la misma manera que yo quiero, si esta es su causa, como lo es para mí, Entonces, unidos en esto, les voy a pedir algo. Pero antes, añade la segunda, o el segundo fundamento, y por el amor del Espíritu. De nuevo, por causa del amor, o el nombre del amor que tenemos del Espíritu. Y es que esta es la base realmente de pedir lo que pide y vamos a abordar esto un poquito más profundamente, pero es el amor del espíritu el ágape. Hemos hablado del ágape en otras ocasiones, pero por si no se acuerdan, se refiere el ágape al amor entregado, al amor sacrificial, Y en ocasiones el amor de pacto que Dios ha demostrado para con nosotros y que es el mismo amor que nosotros ahora podemos devolverle a Dios porque podemos amarle a Él porque Él nos amó primero. Y es un amor que Dios pone en nosotros por la obra del Espíritu Santo en particular. Y por eso es llamado el amor del Espíritu. Y también es un amor que es fruto del Espíritu Santo obrando en nuestras vidas, como dice Gálatas. Mas el fruto del Espíritu es amor. Ese es el primero. Luego añade gozo, paz, paciencia, benignidad, etc. Pero el primero que menciona es el amor. Es el amor que el Espíritu Santo crea en nosotros. Es el amor que Él impulsa, que inspira, que enciende en nosotros. Esa es obra del Espíritu Santo y Él lo imparte a todos nosotros y lo mantiene vivo en todos nosotros. Ese amor es el fundamento de la petición que les va a hacer. Y también es el amor con el que el Espíritu Santo nos ama. Es un amor que experimentamos todos los creyentes hacia adentro y hacia afuera, con el que somos amados y con el que amamos a nuestros hermanos y hermanas en la fe. En otras palabras, les pido que hagan esto por el amor que me tienen, porque tenemos el mismo Espíritu, el mismo Espíritu que les ha sido dado a ustedes, es el Espíritu que mora en mí, Y eso de nuevo le da peso a la petición. Lo que les pide es motivado por el Señorío de Cristo y por el amor del Espíritu. Y eso da peso a la petición. Y Él no accidentalmente lo pone primero. Les dice, con base en esto, piensen en esto primero y ahora escuchen. ¿Qué es lo que les pide? Que me ayudéis orando por mí. Adiós. Esa palabra ayudar es unirse. De hecho, la Biblia de las Américas, si no me equivoco, lo traduce como ofrecerse o ofrecer, perdón, no ofrecer, esforzarse conjuntamente con alguien. Entonces, no es una ayuda como desde lejos, sino tiene esa idea de venir y unirse a alguien en una misión, unirse a alguien en una tarea, asistir a alguien en una lucha, ¿verdad?, o en un esfuerzo. contender juntos, ser aliados en una batalla juntos. Esa es la idea. Ayudar en una labor que implica unirse con fervor, unirse con fuerza, con decisión, con ganas, sin desmayar. Eso es todo lo que está comunicando este, que la Reina Valera lo traduce simplemente como ayudar, pero es tan profundo, tan rico. Pablo les dice, Únanse a mí, júntense a mí en esta lucha, y noten que le está hablando a un pueblo que está muy lejos de él. Los romanos no los tenía cerca, ni siquiera los conocía, y a pesar de la distancia, a pesar de la geografía, y por eso creo que es en el espíritu, por eso él menciona el espíritu primero, les dice, Únanse a mí, más allá de la distancia, Únanse a mí, Es difícil para nosotros entender las metáforas de guerra, ¿verdad? Vivimos en un país sin ejército y todo el lenguaje de batalla a veces nos pasa por encima de la cabeza y no lo comprendemos realmente. Tenemos alguna comprensión, pero lo cierto es que tanto en el Imperio Romano como en la mayoría de países del mundo hay una conciencia y un entendimiento un poco más claro de lo que es la guerra. Y... Algo que podemos entender nosotros, quizá incluso aunque no tengamos ejército, es que nadie puede luchar y ganar una guerra solo. Es iluso pensar que alguien puede meterse en una guerra contra un ejército y vencer solo. No se puede. Hay otros soldados que luchan junto a uno, hombro a hombro, que comparten la carga, que se cubren, que se animan, que resisten juntos. Y si un soldado pide ayuda, los demás, toda su unidad acude en su ayuda y hace lo necesario para protegerlo y para sacarlo del peligro. No se quedan descansando, charlando en la trinchera mientras un solo soldado sale al frente a luchar, sino que ahí donde la batalla arde, allí está el ejército completo, allí está el soldado junto a toda su unidad. Y la misión de Pablo en alguna medida es como una guerra. Lo que Pablo está intentando hacer es una guerra, espiritualmente hablando, y él pide que los romanos luchen junto a él. Les está pidiendo que hagan el esfuerzo por pelear esta misma batalla, que se unan a él en esta batalla. ¿Cómo? Orando por mí a Dios. Así me pueden ayudar. Así podemos luchar juntos, dice. Este es el medio, esta es la forma para unirnos, aunque no nos conocemos romanos, aunque yo no he tenido la oportunidad todavía de irlos a visitar, así me pueden ayudar ya, hoy mismo, hablen con Dios por mí, pídanle a Dios por mí, ¿cómo? De corazón, No en una lucha con Dios, no ese es el sentido de la lucha, sino luchando juntos por la obra del ministerio, en oración. Deben hacerlo con intensidad. La idea de ayudar, de unirse en ese sentido de batalla, no es decir, bueno, voy a hablar por usted y que Dios lo acompañe. No, es doblar rodilla y orar ardientemente, fervientemente, intensamente, con energía, con disciplina, con esfuerzo, con persistencia, con un sentido de urgencia y con fervor. Todo eso está implícito detrás del término, ayúdenme orando por mí. Noten que la oración es trinitaria. Esto me llamó mucho la atención. Oramos al Padre, bajo el Señorío de Cristo y en el amor del Espíritu Santo. Voy a hacer una pregunta. ¿Cuántos de ustedes aquí se acuerdan a menudo de orar por mí? Yo hoy me uno a esta petición de Pablo. Y les pido, les ruego, mis hermanos, mis hermanas, porque servimos a un mismo Señor, porque el Espíritu ha sido derramado en todos nosotros, y hay un amor real en ustedes y en mí. Y por ese amor, que debemos tenernos los unos a los otros, acompáñenme en oración. Oren por mí con urgencia, oren por mí con fuerza, con constancia, pidan a Dios por mí. Y no sólo por mí, Oren por sus diáconos, oren por el futuro anciano que hoy nos encuentra con nosotros y oren por todos los líderes que tenemos y que tendremos. Soy cada vez más consciente de la necesidad que tengo de esa oración y que es la mejor ayuda que cualquiera podría brindarle. Lo sé y sé que necesito sus oraciones y por eso se las pido. Así como Pablo necesitaba las oraciones de los romanos. Y no sólo le pide oración a los romanos, si ustedes leen sus cartas, él constantemente les pide a casi todas las iglesias a las que les escribe, oren por mí, acuérdense de mí. porque sabe cuánto depende de la oración de otros. Y lo cierto es que todos necesitamos oración, no solamente yo, todos necesitamos oración. Cada miembro de esta iglesia puede saber, y se los digo no por alardear, cada uno de esta iglesia puede saber que hay alguien que ora por ustedes por nombre. Yo recorro la lista de membresía semana tras semana, orando por cada uno, por sus hijos, por sus familias, por sus proyectos, por su santificación, por su ánimo, por su crecimiento. Y de nuevo, no quiero alardear, pero es para que usted sepa que es amado. Sepa que el Espíritu Santo ha derramado un amor real en cada uno de nosotros. sepa que en el Cuerpo de Cristo usted es objeto de ese amor. Pero yo soy solo uno y mi oración por ser el Pastor no es más especial. Así que ora usted por sus hermanos y hermanas. A veces no sabemos cómo orar, es cierto, pero siempre podemos preguntar, nada que un mensajito rápido no resuelva. A veces no sabemos exactamente qué está pasando o nos acordamos de una petición y decimos ¿qué habrá pasado con esto? y mandamos un mensaje y nos actualizamos y actualizamos la lista de peticiones y seguimos orando. Pero hay muchas peticiones que podemos hacer los unos por los otros aún sin preguntar. Sin embargo, le animo a mandar ese mensaje, le animo a hacer esa llamada y conversar y conocer las necesidades de sus hermanos y hermanas, o incluso a sentarse a tomar un cafecito juntos, ya que nos gusta tanto. Visítense y compartan y actualicen mentalmente o físicamente su lista de peticiones y estén orando los unos por los otros. Y si no tiene ideas, las Escrituras están llenas de ideas para orarlos unos por los otros. De hecho, Pablo aquí nos da unas ideas. Pablo tiene al menos tres tipos de peticiones que son las que va a mencionar a continuación. La primera tiene que ver con protección de la oposición. Pablo les dice, oren por mí para que sea librado de los rebeldes que están en Judea. Este es el primer punto que pide Pablo. el contenido, por decirlo así, de su primera petición. Oren por mí, luchen conmigo en este sentido. que yo sea librado, que sea rescatado, protegido y preservado de esos, porque recuerden que Pablo va para Jerusalén. Pablo va para Jerusalén y ahí se va a encontrar con esos rebeldes, desobedientes, que se rehúsan a obedecer a Dios, que se rehúsan a creer el Evangelio, que se rehúsan a aceptar a Cristo, que lo han rechazado activamente y están allí en Judea, para donde va Pablo a continuación. Entonces, él sabe que va a estar en un contexto hostil, donde lo van a perseguir, donde lo van a atacar. Siempre había recibido oposición de los judíos y esta vez no iba a ser diferente. Entonces, él les pide específicamente que, aunque su ministerio se ha visto marcado por la persecución de estos testarudos, que no se vea imposibilitado, que sea librado de ellos, que sea librado de los reverdes de Judea. ¿Qué oposición enfrentamos nosotros? Piensen en eso. Quizá no hay una multitud de incrédulos esperándonos allá a la puerta de la iglesia para pedrearnos. Pero lo cierto es que hay oposición espiritual y Pablo a los efesios les recuerda, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. enemigos formidables que no vemos. Y si no estamos orando los unos por los otros, fácil, vamos a caer en sus fauces. Satanás no está contento con la labor que realiza ninguna iglesia. Nos va a atacar. Va a atacar con sus planes malvados, perversos. Va a atacar con tentaciones. Va a atacar con acusaciones y culpa. Va a atacar con desánimo. Y yo les pido que oren por mí en este sentido. Tentaciones, culpa, desánimo son parte de la vida cristiana. Ustedes luchan con eso y yo lucho con eso. Yo no estoy exento. Y muchas veces me siento inepto. Sé que soy inepto, pero muchas veces se siente más pesada esa realidad y puede ser paralizante. Pídanme. que pueda recordar mi llamado, pidan que pueda recordar dónde está mi identidad, en Cristo, y que pueda permanecer firme. Órenlo, y oremos los unos por los otros, porque necesitamos discernimiento, necesitamos perseverancia y necesitamos protección, y el único que puede hacer eso por nosotros es Dios. La cultura anticristiana es un enemigo también difícil, Vivimos en un mundo que cada vez rechaza más abiertamente lo que nosotros creemos, donde cada vez se vuelve más difícil ser cristiano, donde las burlas aumentan, las presiones aumentan y las mentiras aumentan. Y puede haber persecución social, puede haber persecución institucional, en el trabajo, en el estudio, en la comunidad. Así que oremos por valor los unos por los otros, por fidelidad, por mansedumbre y porque podamos tener un buen testimonio donde sea que el Señor nos haya colocado. Ese es el enemigo de afuera, pero también hay un enemigo dentro de la iglesia. La falsa doctrina está haciendo estragos en la iglesia cristiana, alrededor del mundo, y nuestro país y nuestra ciudad, que es Hada, no es la excepción. Y el error no siempre es fácil de identificar. Necesitamos que Dios nos ayude para reconocer cuando esas voces que suenan muy sabias están metiéndonos gato poliebre. Necesitamos sabiduría de lo alto. Algunos casos son muy evidentes, el evangelio de la prosperidad, yo no tengo mucho temor de que alguien aquí en la iglesia caiga en eso. Creo que hemos sido enseñados muy claramente en ese sentido, pero el liberalismo teológico es más solapado, más difícil de identificar. Nuestro hermano Gustavo tiene mucha experiencia en esa área, y yo sé que él va a ser de mucho enriquecimiento con su enseñanza en ese sentido. el legalismo, todos, todos nos hemos visto metidos en ambientes legalistas dentro de la iglesia. Y hay corrientes espirituales que vienen de otras religiones que se están metiendo también solapadamente a la iglesia, disfrazadas de sabiduría y casi, casi pareciendo inofensivas. Y esa es una estrategia de Satanás que hace que eventualmente la iglesia sea irreconocible, que deje de ser iglesia. Oremos por discernimiento y fidelidad, y oren por mí para que pueda permanecer fiel a la sana doctrina, para poderla comunicar, para poderla enseñar, para poder pastorearlos y protegerlos de esos lobos rapaces, como la Grey de Dios que son. La segunda petición, él ora por su ministerio actual. En ese sentido ora por el peligro, pero ahora específicamente por lo que está haciendo, por lo que está a punto de hacer. Recuerden lo que Pablo estaba a punto de hacer en Jerusalén. Él llevaba una ofrenda, ¿se acuerdan? De parte de los gentiles, una ofrenda para los pobres en Jerusalén. Entonces, él dice que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén se acepta. Está pidiendo por lo que está a punto de hacer, su ministerio actual. ¿Por qué? Porque había prejuicios. La iglesia en Jerusalén podía estar llena de prejuicios étnicos y políticos en contra de los gentiles, y de hecho los judíos cristianos más conservadores tenían una tendencia y podían rechazarlo a él, al mismo Pablo, pensando quién es éste que enseña en contra de la ley de Moisés. éste que nos enseña a desechar las tradiciones judías, éste que está aceptando a no judíos y no los circuncida, éste que predica una libertad en Cristo que nos pone nerviosos, nos inquieta. Podía haber rechazo incluso de parte de la iglesia y él sabía que eso era algo que podía afectar, si aceptaban o no, la ofrenda, la contribución de sus hermanos gentiles. Mis hermanos, yo también les pido que oren por mí en términos de lo que estoy haciendo. No solamente en términos de protección, sino también de mi trabajo y ministerio. Y yo les rindo cuentas a menudo contándoles qué estoy haciendo, en qué proyectos estoy metido, pero en alguna medida hay cosas que tal vez no he compartido. Por ejemplo, es difícil al relacionarme con otras iglesias y otros pastores ser el único pastor presbiteriano. Es difícil. Todos mis hermanos presbiterianos están en San José, están en el árbol, en términos de pastores y ancianos. Entonces, a veces se siente uno como el bicho raro, se siente uno como que anticipa que puede haber prejuicios y que puede haber rechazo fácilmente. Y esperense a que sepan que bautizamos niños, que bautizamos bebés. que Dios me dé gracia ante nuestros hermanos de otras denominaciones y de otras iglesias, y oren por las oportunidades de reino, por las reuniones de varones que hemos realizado aquí en la zona, por las reuniones de músicos que estamos realizando mes a mes y porque surjan otras oportunidades en las que podamos servir a nuestros hermanos y hermanas de otras denominaciones. Oren por mi oficio como traductor también. Oren por mi oficio como editor. Eso es lo que ocupa la mayor parte de mi día y a veces hay días muy tediosos, muy cansados, muy difíciles. He estado notando también que mis ojos se están desgastando al pasar tanto tiempo frente a la computadora y después de los 40, Entonces, ese desgaste de mis ojos, desgaste de mis manos, que puede afectar mi trabajo, ¡oren por eso! Y oremos los unos por los otros, donde sea que el Señor nos haya llamado. Oremos los unos por los otros como trabajadores, donde Dios nos haya puesto a cada uno, que podamos ser de testimonio, que podamos ser fieles como padres, como madres, como esposos, esposas, hijos, hijas, hermanos, hermanas, que el Señor nos use donde nos ha puesto. Como estudiantes, como emprendedores, en fin, donde sea que nos haya colocado, que podamos desempeñarnos bien, que podamos glorificarle a él, que podamos hallar gracia ante creyentes e incrédulos y que podamos llevar gloria a su nombre sobre todas las cosas. Y la última dirección de oración de Pablo, la última petición es en cuanto a sus anhelos y planes. Él pide en el versículo 32 para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios y que sea recreado juntamente con vosotros. Este era un anhelo que Pablo tenía, lo mencionó desde Romanos 1. lo repitió hace poco y ahora de nuevo lo está poniendo en esa categoría. No tengo el plan claro todavía, no sé exactamente cuándo voy a ir ni en qué circunstancias, pero yo quiero ir, yo quiero estar con ustedes, así que oren por eso, oren por ese anhelo de mi corazón. que con gozo llegue a vosotros, que sea recreado juntamente con vosotros. Él deseaba pasar tiempo con ellos, deseaba reposar con ellos, ser refrescado en su comunión con ellos, animarles y ser animado y recobrar fuerza para seguir hacia España. Ese era su ideal, eso es lo que él quería. Pero algo que él añade, me lo salté a propósito, es que dice, por la voluntad de Dios. si Dios así lo quiere, si ese es el plan que Dios tiene, porque el futuro está en sus manos. Entonces, oramos por los anhelos que tenemos. Pero oramos siempre, como lo hizo Jesús, hágase tu voluntad y no la mía. Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo anhelo, lo que a mí me encantaría. Todos tenemos sueños. Hay anhelos en nuestros corazones que ni siquiera son planes todavía, que son ideas, chispazos. Y también hay planes concretos que tenemos ya establecidos y que queremos llevar a cabo. ¿Conoce usted los anhelos, planes y deseos de sus hermanos y hermanas en la fe? ¿Qué aspiraciones tenemos? ¿Qué metas estamos persiguiendo? Podemos orar por cosas específicas, por supuesto, pero hay una petición muy especial que podemos hacer por el futuro de cada uno. Que se haga, oh Dios, tu voluntad en la vida de mi hermano y en la vida de mi hermana. Más allá de lo que él quiere, más allá de lo que desea y más allá de lo que anhela. Y a propósito, por eso no les estoy compartiendo anhelos y deseos personales. Porque creo que lo mejor que pueden hacer por mí y lo mejor que podemos hacer los unos por los otros es orar por que se haga la voluntad de Dios en nuestras vidas. Que podamos estar todos sujetos a esa voluntad. Que aprendamos a aceptarla. Que aprendamos a buscarla. y que en medio de toda la incertidumbre del futuro podamos confiar en Dios y hallar reposo en sus brazos, confiar en que Él realmente está en control. Y sí, pidamos a Dios que bendiga nuestros planes particulares si los conocemos y pidamos a Dios que conceda los anhelos de nuestros corazones. Eso no está mal, pero sobre todo que su nombre sea glorificado en nuestras vidas, independientemente de cómo Él responda y de lo que Él ordene, que podamos hallar gozo y paz. que podemos hallar descanso en su voluntad. Pidan esto para mí. Pablo termina con una bendición. Pido esto también para ustedes y creo que debemos pedirlo los unos para los otros. Así que pongámonos de pie. y pidamos juntos esto a modo de oración, el versículo 33, y que ésta sea, mis hermanos, la primera de muchas peticiones que elevemos al Padre los unos por los otros, hoy, esta semana y todos nuestros días, que éste sea un ensayo para demostrar ese amor del espíritu que tenemos los unos por los otros. Puestos de pie, leamos juntos Y pidamos esto, el versículo 33, 1, 2, 3. Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén. Amén. Oremos. Amado Dios, queremos pedirte que tu Espíritu Santo, que nos ama y que derrama tu amor en nosotros, haga ferviente ese amor en nosotros los unos hacia los otros y que se vea manifestado ese amor en constante oración, en un recuerdo constante de nuestros hermanos y hermanas, de sus anhelos y deseos, de sus sueños, de sus planes, de su llamado, de su vocación, de su trabajo, de su contexto y de protección del maligno, de la cultura, de Satanás y de las mentiras que él esparce dentro y fuera de la iglesia. que podamos orar en estos términos, orar fervientemente, orar sin desmayar para enfrascarnos juntos en esta lucha en la que Tú nos has puesto y a la que Tú nos has llamado. Fortalécenos y edifícanos en el nombre de Jesús.
La mejor ayuda
Series Romanos
30 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, 31 para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta; 32 para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. 33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.
Sermon ID | 762556107116 |
Duration | 32:36 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Bible Text | Romans 15:30-33 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.