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Muy bien, pues le invito hermano que tome conmigo su Biblia y que la abra a Lucas 3. Hoy vamos a mirar la introducción de Juan conocido como el Bautista. Recuerde Bautista no es su apellido. aunque mucha gente piensa que Juan se apellidaba Bautista, no se apellidaba Bautista, Bautista era su sobrenombre, así se le conoció al último profeta del antiguo pacto. Entonces, tome su Biblia en Lucas 3 y vamos a leer en esta tarde, vamos a empezar a leer en Lucas 3 del 1 hasta el versículo nueve. Entonces, tome su Biblia y vamos a leer la palabra del Señor. Le voy a invitar que se ponga sobre sus pies y vamos a a leer. Esta es la santa inspirada palabra de Dios y lea así en Lucas tres en el año décimo quinto del imperio del imperio de Tiberio César Siendo Poncio Pilato, gobernador de Judea, Hierodes Tetrarca de Galilea y su hermano Felipe Tetrarca de la región de Idurea y Traconite, y Laisenias Tetrarca de Abilinia, Durante el sumo sacerdocio de Anásica y Paz vino la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto, y él fue por toda la región, continua al Jordán, predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, Vos que claman el desierto, preparad el camino al Señor. Hacer derecha sus sendas. Todo valle será rellenado y todo monte y collado rebajado. Lo torcido será recto y las sendas ásperas se volverán caminos llanos. Y toda carne verá la salvación de Dios. Amén. Esa es la lectura de la palabra del Señor. Puede tomar su lugar. Entonces regresamos de nuevo a considerar este Evangelio de Lucas el Evangelio de Cristo a través de Lucas el mejor historiador de toda la historia de todo el mundo no hay nadie que le ha llegado a Lucas y Lucas aquí en esta carta han transcurrido casi 30 años desde el nacimiento de estos dos niños, Juan y Jesús, casi 30 años se han pasado más o menos en la vida de estos dos niños, ya no son niños, ahora ya son adultos, y Lucas pone delante de nosotros, una vez más, el contexto histórico, el contexto político, y el contexto religioso, en el que Juan y Jesús empezarían su ministerio. Esa es la entrada a la escena ministerial de estos dos hombres. Uno iba a ser el que iba a preparar el camino para el Mesías, el siervo de Jehová. Entonces, Lucas empieza con los poderes políticos de esa época, empezando desde arriba y luego Lucas le sigue hasta abajo, empezando con el César, que recuerda, viene a ser el cuarto reino político, la cuarta bestia de Daniel, los romanos. Y miramos de que Lucas empieza esta nueva sección que estamos mirando en Lucas 1 y dice, en el año décimo quinto del imperio de Tiberio César. Esta es la primera vez que nosotros miramos a Tiberio. Se me hace interesante Tiberio porque cuando yo miro la palabra Tiberio, mis papás tienen un perrito que se llama Tiberio. Pero no, este es un emperador que le siguió a Augusto César. Ahora, hemos mirado a Augusto César en el pasado. Recuerden, cuando el imperio romano transicionó, dio una transición de ser una república a ser un imperio, fue a través de mucho de lo que alcanzó Julio César, que en cierta manera viene a ser el primer César. Después de Julio, le siguió Augusto César, se llamaba Octavio. Y luego aquí miramos al tercero de la línea de los Césares. Después de Julio César, el imperio se hizo, se hizo el imperio romano a través de Augusto César. Augusto César fue el de todos los Césares. Este fue el mejor, este fue el que elevó a Roma al nivel que nosotros miramos aquí en las Escrituras. O sea, hizo de Roma un imperio grande. Ahora, después de que Augusto César miraba de que ya Mero, pues ya se estaba siendo viejo. Él quiso y se adelantó en la manera en que él trató de preparar quién iba a seguirle. Y él, la manera en cómo lo hizo, es de que él puso a otro cocesar, ya cuando Augusto ya estaba muy viejo, para que el Senado aprobara de que le iba a pasar el imperio a quien él iba a apuntar, a quien él iba a elegir. Pues lo que pasó es de que los hijos de Augusto César murieron. Entonces no tuvo un hijo a quien dejarle el legado, la la dinastía de emperador. Entonces lo que hizo Augusto César es de que él tuvo un matrimonio y a un hijo que no era de él, lo adoptó de ese matrimonio, era su hijastro, y lo lo adoptó y lo hizo su hijo. Y ese hijo se llamaba Tiberio. Tiberio, si uno hace los cálculos del año decimoquinto que Lucas aquí menciona, Llega a ser como el año 26 o 27 después de Cristo, el que Lucas está anotando aquí cuando Juan y Jesús empiezan su ministerio. Ahora Tiberio es uno de los emperadores más extraños por cosas que han salido ya recientemente acerca de él. se cuenta de que él era una persona tímida, alejada, no le gustaba mucho la atención. Recuerda Julio César, él era el rey que nunca se hizo rey y no quería ser rey, pero quería ser rey y le gustaba la atención. Augusto César, su nombre lo delata todo, de que él le gustaba estar enfrente y le gustaba la adoración de la gente de Roma. Tiberio era medio raro, extraño, no le gustaba tanto la atención y como parece el tiempo que Lucas está indicando aquí, él se retiraría de Roma y se fuera a una isla y de ahí gobernaría el imperio en una isla, una isla del sur que se llamaba Cracapri y en esa isla él usó cosas medias turbas, por decirlo así, cosas raras, feas. Ahora, no hizo muchas cosas buenas como Julio César o Augusto César, pero también no hizo muchas cosas malas. Entonces, pudo mantener en balance al imperio romano para cuando Jesús y Juan el Bautista empiezan su ministerio. Y podríamos decir que este Tiberio, en cierta manera, mantuvo a flote este imperio de toda la región que existía por todo el mundo conocido de aquel entonces. Entonces este es el César que ocupó el trono de Roma durante la vida adulta de Jesús y la vida adulta de Juan el Bautista. Y la cosa es que Lucas nos va a dar emperador, gobernante y tatrarca para en sí, a cementarnos y decirnos, esto que les voy a contar no fue algo, un cuento de hadas, pasó en la historia, esos eran la gente del gobierno, pasó en este cierto año y hasta ahorita podemos realmente exactamente decir cuál, más o menos, cuál año era en que Lucas está escribiendo todas estas cosas. Y ahora no solamente nos da el emperador, dice, sigue diciendo Lucas ahí en el versículo uno, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea. Esa es la primera vez que conocemos a Poncio Pilato. Y pues, ¿qué conocemos de él? Él es el impame Poncio Pilato, gobernador de Judea, que Aún no leímos en el creo de los apóstoles su nombre se cuela al credo para cimentar de que pasó en la historia verídica la crucifixión de Cristo Jesús. El credo que acabamos de leer que dice crucificado bajo Poncio Pilato. Entonces este Poncio Pilato fue fue instalado gobernador de la área de Jerusalén. y de las ciudades alrededor de Jerusalén por el imperio romano. Pues lo conocemos a él porque él se rinde en contra de los deseos malvados de los líderes judíos y el soborno de ellos para ejecutar a Jesús. Y la cosa es que según la tradición nos dice que él era un hombre que se hizo muy malvado, obstinado, le gustó sobornar, le empezó a gustar los robos, las injusticias, hacía ejecuciones frecuentemente y según la tradición este Poncio Pilato muere cometiendo su suicidio. Ahora, ¿cómo fue que llegó este Poncio Pilato a ser gobernador de Judea? Pues recuerde, en la región de Judea, los romanos eran muy astutos. Los romanos no iban y agarraban, conquistaban una provincia y ellos no llegaban y instalaban sus propios romanos. La cosa es de que ellos atraían a otro pueblo. Si era muy difícil esa región para controlar, ellos traían a otro pueblo, lo instalaban como rey y esos reyes venían a ser como títeres del imperio romano encargados a tener en orden esa provincia. Pues eso fue lo que hicieron los romanos. Levantaron al papá de Herodes y luego después Herodes se quedó con toda esa región de Judea. Y pues la cosa fue de que Herodes murió poquito después de que Jesucristo nació. Cuando trató de matar a Jesús, al poco tiempo ese Herodes grande murió. Pues antes de que muriera ese Herodes grande, ¿sabe qué fue lo que hizo? Le pidió a los romanos que dividieran su región, su pequeñito reino en Judea que lo dividieran en cuatro partes y se los dieran a sus hijos. Pues este Herodes el Grande tuvo un hijo tan malo que se llamaba Arcaleo. A él le tocó esta parte de la región de Jerusalén. Recuerde, toda la provincia de judea se dividió en cuatro partes, cuatro cachos y se les repartió a los hijos de Esterodes. Pues Esterodes, malvado arcaleo, hizo, hizo, hizo, terrorizó a la gente de Jerusalén. Pues los romanos lo que hicieron es de que, ok, hay que quitar a ese, lo depusieron y los romanos instalaron una serie de cinco gobernadores romanos y este Poncio Pilato viene a ser el quinto. Entonces, para tener a alguien instalado que tenía verdadera lealtad a Roma, instalaron a Poncio Pilato, y así es como Poncio Pilato llega a estar, llega a ser el gobernador de esa región. Y recuerde, esa región tenía tetrarchas. Un tetrarcha corresponde al número cuatro en griego y corresponde a un cuarto de la región. Y Luca nos va a mostrar a Herodes Tetrarca de Galilea. Esa es una región al norte. Este Herodes se llamaba Herodes Antipas. Él era el gobernador de Galilea hacia el norte y su reinado empezó desde que murió su papá. Y este Herodes Antipas es el que conocemos en los evangelios. Y el que conocemos en el libro de los apóstoles, de los hechos de los apóstoles, es este Herodes Antipas, el hijo de Herodes el Grande. Entonces, en ese tiempo comenzó su reinado y siguió como cuarenta y dos años en el futuro. Él estaba presente en Jerusalén cuando Jesús lo llevan delante de Herodes, porque acuérdense, a Jesús no lo miraban como de Belén, o de Jerusalén, a Jesús lo miraban como Galileo, pues este héroe de Sántipas era el gobernador de esa porción de Galilea, por eso lo llevan, primero los malvados sumos sacerdotes lo llevan con Pilato, y Pilato dice, no, pues yo esta área, mándenlo, él es Galileo, ¿verdad? Mándenlo con el rey de Galilea que aquí por aquí anda. Por eso Jesús lo manda también con Herodes, y luego pues Herodes lo manda otra vez a Pilato. Ese es Herodes. Y Lucas lo menciona. Ahora, menciona también a su hermano Felipe Tetrarca de la región de Ituría y Traconite. Esta es otra región, y Lucas lo que está haciendo es que nos está diciendo, Hubo gente importante, esto fue cuando pasaron las cosas. No es un cuento de hadas, no es una historia que nos inventamos los cristianos, pasó verdaderamente en el tiempo. Es como si yo dijera, hey, pues en el año tal, tal, con tal presidente estaba en la Casa Blanca, pues luego les doy más o menos de qué años estamos hablando. Pues Lucas está siendo historiador, todavía no empieza su evangelio. por decirlo así, el ministerio de Jesús. Aquí está haciendo más, enfocándose y tratarnos de enfocar a nosotros como el historiador, para que esta historia la coloquemos dentro de la historia humana, dentro de la historia de todo el mundo, de la historia del mundo. Y luego también menciona a Lisanes Tetrarca de Abilinia. Y pues de estos dos hombres, Felipe Tetrarca, Felipe por lo único que realmente se le conoce, este no fue tan malo. Pero también fue un hijo de Herodes el Grande y él construyó una ciudad conocida como Cesarea de Filipo. Y es como se le conoce en el libro de los hechos de los apóstoles. Esa cesarea de Filipo sale muchas veces. Pues podríamos decir, pues qué terrible que Dios tenga a su pueblo bajo cuatro pequeñitos reyes, un gobernador, pues tres pequeñitos reyes, un gobernador y tenga Dios a su pueblo bajo el talón de hierro de los romanos. Pues la cosa no es tan así. Porque nosotros esperamos de que gente impía, gente incrédula, sea blasfema, sea malvada. De ellos se espera lo peor, ¿verdad? De gente perversa, que Dios pone como gobernantes, no se espera nada bueno. Se espera más bien, ¿y ahora qué va a salir en las noticias? De este malvado, perverso, impío. Pero otra cosa muy distinta es de que alguien sea corrupto amparándose detrás del nombre de Dios. Y lo que hace Lucas es de que no solamente nos menciona los líderes del gobierno secular. Lucas nos da los líderes del gobierno religioso. Y ahí es donde la cosa se pone mucho más peor. Porque una cosa es de que un impío sea corrupto y se ampare detrás del nombre de Dios y sean diablos por dentro. Pues estos dos humos sacerdotes No son buenos sumos sacerdotes. Miren lo que dice el 2. Durante el sumo sacerdocio de Anás y de Caipás. Ahora necesitamos entender esto y lo tenemos que tener muy en claro. Y sabe qué? Nadie le va a decir esto porque muchos cristianos todavía tienen la fantasía bíblica de que va a haber otro tercer templo, que la escritura nunca habla de un tercer templo y que va a haber un becerro de oro y que va a haber futuros sacrificios y se va a levantar todo el desde adelante, se va a elevar otra vez el antiguo pacto. Muchos cristianos creen esa fantasía. Pero el sacerdocio para este tiempo, el tiempo de Juan y el tiempo de Jesús, ya no era un sacerdocio legítimo y ya no era un sacerdocio piadoso, un piadoso de que servía a Dios, ya no era eso. solamente debería haber un solo sacerdote. Si nosotros miramos el Antiguo Testamento, cuando Dios da las instrucciones del sumo sacerdote, solamente debería haber uno y ese uno que era elegido hijo legítimo de Aarón, o sea, venía de Aarón. Aarón venía de la descendencia de la tribu de Levi, pero los sumos sacerdotes siempre venían de Aarón. porque Aarón fue el primero, y hijo de Aarón, hijo de Aarón, y siempre tenía que ser hijo de Aarón, y siempre solamente había uno, no habían dos, y aquí Lucas correctamente nos muestra, son dos los que están en operación. Cuando un sumo sacerdote moría, Dios levantaba a otro, y ese sumo sacerdote duraba toda una vida, moría, y Dios levantaba a otro. Y Lucas correctamente menciona un sacerdocio preocupado por dos personajes. Pues mire, 800 años después, cuando el rey Salomón construyó el primer templo y en sí trajo el arca al templo y dedicó el templo, Salomón eligió uno de los hijos de Aarón que fuera por donde iban a empezar otra vez los sacerdocios. Porque acuérdese, Había otro lugar donde estaba donde estaba el tabernáculo y luego el arca ya estaba acá y edificaron el templo y metieron el arca y pues qué hacemos con el tabernáculo? Pues hubo media confusión y la cosa es de que Salomón eligió a través de quien ahora iban a venir los sacerdotes porque en cierta manera había dos. Pues él eligió de que un hijo de Aarón llamado Sadoc y sus hijos fueron designados como la familia de los sacerdotes. ¿De dónde surgían los sacerdotes? Pues en una apostasía de los judíos como 200 años antes de Cristo. El legítimo sacerdote Se llamaba Onayas III, fue expulsado de Jerusalén y luego después fue asesinado en el año 167. Pues Dios contestaría esa apostasía de los judíos mandándole a los griegos y los griegos hicieron un montón de cosas feas con el pueblo, hicieron un montón de cosas feas en el templo y Dios levantó una revuelta llamada la Revuelta Macabea. Pues esos macabeos que sacaron a los griegos y sabe que hicieron esos macabeos, aunque eran sacerdotes de la tribu de Levi, pero no eran hijos de Aarón, sabe que hicieron? Dijeron, no, pues el sacerdocio está re bueno, nos quedamos con él. Desde ese entonces, el sacerdocio no era el sacerdocio que nosotros nos imaginamos en el antiguo pacto. Ok, entonces otros hijos de Levi tomaron el sacerdocio y se quedaron con él. Y para cuando ya llega aquí, está siendo introducido Juan el Bautista, está siendo introducido Jesús. Este sumo sacerdocio ya estaba completamente corrupto y este sumo sacerdocio se vendía al mayor postor. Ok, entonces por eso miramos a Jesús, que a Jesús realmente no le importa lo que dicen los líderes, porque ya era todo una, ya estaba todo el sistema corrompido. Ya estaba todo el sistema corrompido. Y pues sabe también que hacían los romanos bajo la autoridad, lo que hacían los herodes bajo la autoridad de los romanos. Ellos mantenían en su posesión, en su closet, las vestimentas del sumo sacerdocio. Acuérdense, el sumo sacerdote se ponía una vestimenta un solo día del año en que entraba al lugar santísimo y tenía su efod, tenía una placa aquí con las piedras de Israel. Y tenía aquí en su frente algo que le colgaba que decía santo para Yahvé. Yahvé, ese era el vestimiento del sumo sacerdote. Pues, ¿saben quién estaba en control de esas vestimentas? Los romanos y los Herodes. los ceodianos. Entonces, ellos se las ponían al que más les convenía. Y aquí Lucas lo que está haciendo. Lucas, Lucas, cuando nos pone cosas así, piensa de que, ok, alguien realmente va a exponer lo que realmente estaba en aquel entonces. Ok, no es tan fácil solamente de leer un montón de nombres y no tener ninguna idea de qué está pasando, porque no vamos a entender a Jesús, no vamos a entender a Juan el Bautista. ¿Por qué? Porque pasó en el tiempo y tenemos que que escarbarle. No es tan fácil solamente leer un montón de nombres y, ay, pues si fueron personas, quién sabe quién fueron. Necesitamos mirarlas. Quizás a mí estas cosas me fascinan. Esa información especial, porque ahí entendemos muchas cosas, porque mire, era tanta ya la codicia de este sumo, de la posición del sumo sacerdote, porque el verdadero poder realmente no lo tenían los romanos, realmente no lo tenían los herodes. no lo tenían. El poder de la gente judía, ¿sabe quién tenía el poder sobre la gente judía? El sacerdote. Ellos tenían el control del pueblo de Dios. El poder estaba detrás del sacerdocio para este tiempo, ¿y sabe quién era aquí? Se llamaba Anás, y Lucas nos lo menciona. Imagínense, era ese señor, y ese señor, ahorita vamos a mirar qué hacía, porque mire, Y yo me pongo a pensar, ¿cuántos días de expiación ya no contaron desde que ellos empezaron a corrompir algo que Dios pidió que fuera piadoso y algo que Dios pidió que fuera puro y que fuera santo? ¿Ya lo habían corrompido? ¿Cuántos días de expiación? ¿Ya no había arca? lo único que había un hermoso templo que Herodes había edificado a través de los sacerdotes y sabe que había un gran velo, un velo que a lo mejor estaba de cuatro pulgadas de grueso y extendía para arriba como unos 20 pies y estaba grande, ancho. Ese es el mismo velo que cuando Jesucristo muere, se rompe de arriba para abajo. Imagínese romper algo de tres pulgadas de grueso porque estaba grandísimo. Eso era lo más valioso que tenía el templo, el velo. Por eso el escritor de Vergos hace tanta cosa con el velo, porque era lo más importante que tenían. Ya no tenían el arca, ya no tenían sacerdocio, ya no tenían nada, solo un templo con un velo. Entonces, imagínense todo ese tiempo, imagínense pagar por una posición para hacerse sumo sacerdote, no para servir los propósitos de Dios, sino para servir los propósitos de Roma y los propósitos propios. Porque ¿sabe qué hacían con ese sacerdocio? ¿Qué hace todo mundo que quiere poder? ¿Qué hace todo mundo que ama el poder? Pervierte el poder, pues era lo que hacían estos hombres. servían sus propios intereses. Y la triste realidad es que siempre ha sido eso. Cualquier político que busca poder lo busca para corrupción. Y esto es lo que la familia Daná se había convertido. Se había convertido en una familia mafiosa. Se habían convertido en criminales religiosos. O sea, perdonen las palabras, pero este Anás era el Big Guy. ¿Ok? ¿Se entiende lo que digo? Este Anás era el Big Guy detrás de todo el negocio que ya estaba detrás de todo esto que Dios pidió que fuese santo y que fuese bueno y que se hiciera de tal manera para que Dios no los destruyera. Ya no era lo que nosotros tenemos en nuestra imaginación por mucho tiempo. Los hijos de Anás, sus yernos, los Herodes ponían y ponían a diferentes, pero el que estaba detrás de todo el negocio era Anás. Ahora, ¿sabe qué era lo que hacían esos malvados? Tenían dos negocios. con dos era suficiente para enriquecerse. Cada vez que hay una institución que pide dinero, ok, esto va para todo. Cada vez que hay una institución, sea política o sea religiosa, que anda nomás pidiendo dinero, pide dinero para llenarse los bolsillos ellos, ok. Si este lugar algún día les empieza, les empezamos a pedir mucho dinero, no es para, ay para Es que para el evangelio, hermano, no, no, no. Cada vez que hay pide y pide dinero es para llenarse los bolsillos y corrompir algo que es sagrado, algo que es bueno, como también nuestro querido gobierno. Pues mire lo que hacían estos hombres de Dios. El primer negocio eran los sacrificios. Cada persona judía tenía que venir al templo y tenía que dar un sacrificio. Todo el mundo tenía que hacer eso. ¿Saben cómo fueron bien innovadores para sacar dinero a la gente? Pues la gente, en aquel entonces, tú creabas a tu corderito que te representaba, tú le dabas de comer y ya cuando llegaba cierta edad, tú te lo llevabas y tú ibas y lo sacrificabas. Pues estos de innovadores, ¿sabe qué hacían? Decían, no. Ay, es que mira, tenemos que inspeccionar el corderito que tú traes y mira, ay, qué triste. Mira, tiene una mancha. No, pues no, o sea, no está las expectativas que Dios pide. El tuyo tiene una mancha, pero ¿sabes qué? Nosotros acá tenemos nuestros propios corderitos. Cúmpralo de nosotros. Los de nosotros están certificados ya. Cómpralo de nosotros y ese puedes llevarlo tú e ir a sacrificarlo. Pues imagínense la ganancia que estos corruptos hacían. Este era el gancho. Determinar de que el personal, el corderito personal que venía de tu rebaño no era adecuado y ellos abusaban de la gente para que ellos adquirieran animalitos precertificados por ellos. y los revendían al pueblo. Entonces, de nada te servía venir de Galilea 70 millas con tu corderito en tu caravana porque sabías de que te lo iban a rechazar, le iban a encontrar algo malo. Es como la Uduana de las fronteras. Encuentran lo que quieren encontrar y lo que no encuentran lo buscan. Así estaban ya estos. ¿Por qué cree que Jesús se convirtió en el enemigo número uno de ellos? Porque les decía la verdad. Pues sí y no. Ellos sabían qué corruptos eran. Jesús se convirtió en el enemigo número uno. ¿Sabe por qué? Porque Jesús entraba al templo y miraba a este mercader. ¿Y qué hacía Jesús? Agarraba un látigo y iba y les redumbaba las mesas y sacaba a los animales y les decía, esta casa es la casa de mi padre y la casa de mi padre será llamada casa de oración, no de mercado. Imagínense, tenían una ganancia, tenían un negocio, como que este va a venir a derrocarnos el negocio. ¿Cómo que vamos a dejar de que alguien venga de afuera y empiece a tumbar mesas? Por eso Jesús. Miraba la corrupción, miraba la extorsión y la razón de que Jesús, él no estaba metida en estas cosas, sino que él se estaba entrometiendo, interrumpiendo el negocio y la minita de oro que ellos tenían. Ahora había otro negocio que ellos también tenían. ¿Sabe cuál era el otro negocio? Las ofrendas. Ahora aquí, ahí les va el catch. Todo el mundo tenía que ofrendar. Todo el mundo tenía que traer su ofrenda. Ya sea fuera de impuesto, como miramos hace algunos domingos, un impuesto de ceremonia, una purificación, una limosna, así de voluntad, o diezmos. Había tres o cuatro tipos de diezmos que se traían a la folia del templo. Pues, en su sistema macabro, que ellos ya habían desarrollado, mire lo que hacían. La moneda en circulación en todo el imperio era la moneda de Roma, que tenía a un César, el perfil del César en la portada, y luego después atrás tenía el sello de ese César. ¿Y sabe qué le decían a la gente? Esas monedas no entran aquí a nuestros sorprenderos. Esa moneda es un ídolo. Tú no puedes entrar al templo con un ídolo. Entonces, ¿sabes qué es lo que tienes que hacer? Tienes que cambiar tu moneda romana por una moneda que el templo acepta. Es como si yo les dijera, o como si el hermano Frankie y yo les dijéramos, ¿saben qué? Aquí no se aceptan dólares. Lo que ustedes tienen que hacer es comprar una criptomoneda que solamente esta iglesia acepta y que esta iglesia mina. Y ustedes tienen que cambiar sus dólares por esta criptomoneda. Y nosotros somos los, los, los, los, los, los, los del medio. Nosotros les cambiamos sus dólares por esa criptomoneda y nos dan. algo para acá para nosotros y ustedes les damos la moneda adecuada y ustedes todavía tienen que ir a depositarla. ¿Por qué cree que Jesús hace tanto escándalo cuando mira a esta viuda que después de que la robaron todavía va y da todo lo que tiene? Y Jesús está mirando y está diciendo, malvados todavía de que se agandallan a la gente todavía le roban y todavía da a la señora y da todo lo que tiene para ellos aunque era para Dios a través del corazón de ella pero era para ellos entonces ellos se hacían los cambiadores autorizados y la cosa es de que estaban ganando dinero con una mano y con otra O sea, la cosa es de que con una mano agandallas y con la otra mano le picas el ojo a la gente. Y esto era el sistema que ellos estaban, que ellos ya tenían puesto para ganancias ilícitas y un monopolio sobre todo lo que tenía que ver con lo religioso. Y la gente no tenía otra opción. ¿Por qué cree que Jesús? Va la segunda vez al templo, porque fueron dos veces cuando Jesús viene al templo y pasa esto. Va y les tumba las mesas a los mercaderes que estaban cambiando monedas. ¿Por qué? Porque lo que Dios pidió que lo hicieras de corazón y lo hicieras de cierta manera, ellos ya lo habían pervertido, corrompido y ya era una ganancia. Estos hombres que ya no tenían nada que ver con lo que el Antiguo Testamento pedía del sumo sacerdocio y del templo o del tabernáculo, estaban ganando dinero con todas sus tarifas. todavía con lo que la gente no tenía escapatoria, pero tenía que hacer en fe. Cada vez la iglesia romana está igual y las iglesias cristianas ya también están igual. Donde sacan dinero a la gente y la gente se queda con la parte triste. que le sacan todo y todavía le sacan más y le sacan más solo, solo por el fin de realmente tener y estar en buena posición con Dios. Pues esto es lo que estaba pasando en esa región, en ese sistema político, en ese sistema religioso. Pues es cuando Dios hace algo. Está todo esto establecido en Jerusalén y dice ahí en Lucas 3 2. Durante el sumo sacerdocio de Anás y Caipás vino la palabra de Dios a Juan. Hijo de Zacarías en el desierto. Ahora, no sé si usted se acuerda, pero la última vez que escuchamos a Juan o a Juan ser mencionado fue en Lucas 1, 80, que dice así. Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu y vivió en lugares desiertos hasta el día que apareció en público a Israel. No conocemos ya nada más de lo que pasó de la vida de Zacarías, Elizabeth. Quizás ellos ya estaban súper ancianos cuando lo tuvieron y murieron muy pronto. Y Juan el Bautista se sale de todo este sistema político, de todo este sistema religioso que ya estaba todo corrompido y por los suelos. Y Juan el Bautista, sin mezclarse con todo esto, se va al desierto. Y estando él en el desierto, Este hijo de Zacarías, Juan, conocido como Juan el Bautista, viene la palabra de Dios. Cuando usted escucha esa frase de que viene la palabra de Dios, si usted mira en el Antiguo Testamento, cuando venía la palabra de Dios, venía a los profetas para que los profetas empezaran a proclamar la palabra que ellos recibieron de Dios. Ellos recibieron la palabra de Dios. Ahora Dios les está diciendo ahora ustedes hablen, hablen por mí, hablen a este pueblo y aquí está viniendo la palabra de Dios. Así es como típicamente Dios llamaba a los profetas del Antiguo Testamento. Y acá está Juan el Bautista, el último profeta del Antiguo Testamento en el desierto, así como le hacían muchos de los otros profetas. Acuérdese, la palabra del Señor venía vino a Isaías, así como vino con Juan el Bautista. La palabra del Señor vino a Jeremías. La palabra del Señor vino a Ezequiel. La palabra del Señor vino a Amós y vino a todos los profetas del Antiguo Testamento. Y aquí está viniendo por última vez la palabra de Dios a un profeta. Después de este profeta aparecería el verbo de Dios. Esta fue la última vez que vino Palabra de Dios como venía en el Antibotestamento. Ya desde Jesús, ya no hay Palabra de Dios así como venía con los profetas. La única palabra que nosotros tenemos después de Jesús es el Espíritu Santo acarrear a hombres a escribir las sagradas escrituras, pero a través del Espíritu Santo siendo acarreados y siendo movidos a escribir la palabra de Dios. Pero aquí Lucas lo pone en términos de que pongan atención, no va a haber ya más profetas, pero sobre este Juan el Bautista está viniendo la palabra de Dios, así como vino con todos los otros profetas de la antigüedad, empezando con Moisés y terminando ahorita aquí con Juan el Bautista. Aquí ya está Dios diciendo, Juan el Bautista, ya va a empezar el ministerio tuyo y ya debes de empezar a proclamar, ya debes de empezar a preparar el camino para mi hijo, para que mi hijo tenga una introducción. ¿Sabe por qué Jesús decía que Juan el Bautista era el más importante, que no hubo hombre más importante que él, que Juan, en todos los otros antes que él? Porque Juan vino y fue el que introdujo a Dios mismo. Es como, por ejemplo, usted va a una convención y hay alguien que va a hablar, popular, mucha gente lo conoce y tiene mucha fama. ¿A quién le toca el mejor privilegio de toda esa convención? Al quien lo introduce. ¿Ok? El que introduce a alguien famoso Y empieza a hablar acerca de él. Él tiene el mejor privilegio de introducir a alguien que todo mundo sabe. Pues Juan el Bautista viene a la palabra de Dios y Juan el Bautista empieza a preparar todo para que Jesús entrara a la escena. Ahora se me hace interesante cómo está en el desierto. Mucha gente entonces, en aquel entonces, se iba al desierto como una declaración política, como una protesta silenciosa en contra de toda la corrupción y todo lo malo que ya estaba siendo parte del establecimiento religioso y político en Jerusalén. Y así lo hacían todos los profetas de Los profetas fieles de Dios siempre andaban en el desierto. ¿Por qué? Porque el establecimiento corrupto siempre estaba en las ciudades más grandes y el profeta tenía que vivir afuera. Los profetas nunca vivían junto con la gente, siempre andaban afuera. ¿Por qué? Porque si se la pasaban mucho tiempo ahí en la ciudad, ¿qué les pasaba? ¡Los mataban! solamente iba y daba la palabra de Dios, la daba como dos de la piel día y en cierta manera trataba de salir. ¿Por qué? Porque la gente no quería escuchar palabra de Dios. Pues aquí está Dios. Mandando su palabra al último propeta del antiguo pacto. iniciando su ministerio ahora dice el 3 y él fue por toda la región continua al Jordán predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados ahora hoy no tengo tiempo para explicar y para realmente Escarbarle a que es este bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados la próxima la próxima vez que estemos juntos vamos a mirar qué significa esto que Juan predicaba porque Juan predicaba el evangelio Todos los profetas del antiguo pacto predicaban el mismo evangelio. Jesús viene y predica el mismo evangelio. Pablo y Pedro y los apóstoles salen y predican el mismo evangelio. ¿Sabe por qué? Porque el evangelio siempre ha sido el mismo, nunca ha cambiado. Pero eso lo vamos a mirar la próxima semana. Ahora hay que saltarnos al versículo 4 y 6 y ahí terminaremos. nuestro tiempo hoy que dice como está escrito aquí está Lucas dando él su introducción a todo esto ya dio la introducción política ya dio la introducción religiosa ya dio la introducción de que Dios ahora sí le comisionó a Juan y le dijo que empieza a predicar y mire lo que el comentario de Lucas dice como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías Y luego Lucas nos cita una de las citas más largas de los profetas en el Nuevo Testamento que lo hemos visto. Hemos visto este pasaje muchas veces. Que dice, vos del que clama en el desierto, preparad el camino al Señor, haced derechas sus sendas. Todo valle será rellenado, y todo monte y collado rebajado, lo torcido se hará recto, y las sendas ásperas se volverán caminos llanos, y toda carne verá la salvación. de Dios. Ahora déjeme le digo por qué pienso yo que Lucas cita todo este Salmo 40 por una porción tan larga. porque acuérdense en aquel entonces los apóstoles los que escribían las cartas para las iglesias no tenían mucho papel y lo que tenían usaban cosas en las que se enfocaban y que eran necesarias que tenían que estar ahí y todo el comentario extra no lo ponían porque no tenían papeles con que escribir y aquí Lucas toma todo este pasaje de Isaías y déjeme le digo por qué porque mire Como miramos con Simeón, Simeón estaba esperando la consolación de Israel. Él tenía la expectativa de que Dios iba a traer consolación y él leía mucho a Isaías. Y Isaías del 1 al 39 se trata de los juicios de Dios y lo que Dios iba a hacer porque su pueblo se había extraviado, se había ido hacia los ídolos y iban a recibir el castigo de Dios. Pero miramos de que Isaías y Dios cambian de tono empezando en el 40 hasta el 66. Y ahí Dios habla de que él iba a traer consolación, de que él iba a alcanzar cosas grandes a través de su Mesías, a través de su siervo. Y miramos de que Simeón lo miró de esa manera. Y aquí Lucas en cierta manera lo está mirando así. Aquí Lucas lo que les está diciendo, porque mire todo ese pueblo para ese tiempo los judíos tenían una expectativa del futuro. Ellos miraban las profecías de los de los profetas del Antiguo Testamento y ellos tenían un futuro y ellos estaban siempre mirando Dios algún día va a mandar al Mesías y Dios algún día va a cumplir las promesas que él había prometido a través de los de los de de de todas las profecías del Antiguo Testamento. Y ellos tenían en sí una escatología. Ellos miraban de que algún día Dios iba a traer el fin de su cautiverio de manos gentiles. Ellos miraban la profecía de Daniel. Ellos miraban la profecía de Ezequiel. Ellos miraban la profecía de Jeremías. Miraban la profecía de Joel. Leían la profecía de Zacarías. Miraban la profecía de Malaquías. Pero la más extensa acerca de lo que Dios iba a hacer en la profecía de Isaías. Cuando miramos a Simeón, Simeón mira la consolación, mira ya el capítulo 40 al capítulo 66 Dios lo está por cumplir. Él pinta la raya cuando él mira la consolación en sus brazos. Y aquí Lucas está mirando esa misma raya. Lucas está diciendo que ustedes que tenían la expectativa de que Dios hiciera algo y que Dios empezara a cumplir, les estoy les estoy poniendo todo ese, ese, ese, ese, casi todo ese capítulo para que ustedes miren, ya está empezando Dios en ese capítulo y va a seguir cumpliendo, cumpliendo, cumpliendo y cumpliendo hasta el 66. Dios los está cumpliendo. Y Lucas aquí dedica tanto tiempo y tanta porción para mostrarnos de que Isaías, si las dos partes de Isaías, que Isaías escribió, una es Dios, cómo iba a corregir a su pueblo y cómo los iba a castigar. Pero la otra parte eran las profecías acerca de su futuro, de lo que Dios iba a hacer a través de su consolación, a través de la salvación, a través de Cristo Jesús para su pueblo. Y aquí Lucas lo resalta con este punto. Ya el pueblo de Dios ha sufrido ya casi por 600 años. Y se ha terminado Isaías del 1 al 39. Ahora ya empieza Isaías del 40 al 66. Del 1 al 39 ya es pasado. Para ellos, para el pueblo de Dios que esperaba este futuro, Isaías 40 al 66, ahora ha llegado a cumplirse en Juan y va a llegar a cumplirse completamente en Cristo Jesús, el siervo de Jehová. Los apóstoles no escriben por escribir, no gastan tiempo por gastarlo, no gastan tinta, no gastaron hojas por gastarlo. Aquí nos está diciendo, y lo podemos leer otra vez, como está escrito ya la Las palabras del profeta Isaías, la palabra de Dios ya está viniendo a Juan. Y para que sepan de que ya es tiempo, vos que claman el desierto, preparad el camino para Yahvé. Haced derechas sus sendas, todo valle será rellenado, todo monte y collado rebajado, lo torcido será hecho recto, y las sendas ásperas se volverán en caminos llanos, y toda carne va a ver la salvación de Dios. Isaías 40 al 66 empieza de aquí. ¿Y sabe qué? Lucas, Jesús va a citar varios pasajes de Isaías 40 al 66 en su ministerio. ¿Ok? Entonces Lucas está resaltando mucho este punto. La gente en el mundo antiguo tenía la idea de preparar el camino en que en aquel entonces, cuando salía un rey o salía un ejército a conquistar a otra región, y si eran triunfantes, lo que hacían era de que, ok, ya viene el rey de regreso, vamos a nivelar el camino, porque los caminos de aquel entonces no eran como los caminos de hoy. o sea, todos tierrosos en vez, se desvanecía el camino y pues si un rey iba a regresar a su pueblo, a su ciudad, con gran gloria y gran prestigio que había conquistado otra región, pues no quería que nada le causara vergüenza. Ahora, pues hoy en día nuestros gobernantes son una vergüenza, ellos ya perdieron la vergüenza. ahorita nuestros gobernantes se caen, saludan a ángeles, hacen un montón de cosas que nos quedamos, ay, ¿ahora qué? en aquel entonces había más prestigio entre los gobernantes y ellos querían que si ellos iban a regresar el camino estuviera derechito y mandaban a gente de la ciudad o mandaban a los soldados y los mandaban para que prepararan el camino porque ya venía el rey y el rey iba a venir con honor y Y el Rey iba a venir y esperaba que todo estuviera derechito, que todo estuviera listo para cuando Él viniera. Pues la idea a ellos lo hubieran entendido, y aquí Juan, en cierta manera, él está preparando a la gente y preparando el camino al Señor en la manera en cómo les predica el Evangelio a la gente, para que la gente no se saque de ondas cuando venga Jesús, para que estuviera preparado su corazón, para que estuviera preparada su anticipación del Rey, para que subieran sus sendas derechas, para que realmente se arrepintieran de sus pecados, preparar su corazón, ese todo valle será rellenado, todo monte y collado, rebajado, todo iba a estar bonito para cuando viniera el Rey. Esa era el ministerio. Ese fue el ministerio de Juan el bautista y él aquí en su predicación y lo vamos a mirar la predicación de Juan. Es la predicación de cualquier siervo de Dios. Predicar el arrepentimiento, predicar la fe en Cristo Jesús, predicar que abandones tu estilo de vida pasado. y empieces a dar frutos dignos de arrepentimiento. El Evangelio nunca ha cambiado. Nosotros somos los que hemos cambiado y no podemos encontrar el Evangelio en ningún lado. Yo les voy a predicar el Evangelio mirando la predicación de Juan el Bautista y era la misma predicación de Juan el Bautista o en cualquier profeta del antiguo testamento, se puede predicar el evangelio de Cristo. Ahora ellos lo miraban como algo futuro y no tenían todos los detalles, pero lo miraban. Ahora nosotros lo miramos pasado y tenemos todos los detalles y aún así nos quedamos compulsos en qué es el evangelio. Pues aquí el evangelio de cómo Juan lo va a preparar el corazón de la gente es mostrándoles no de que están equivocados, No construyendo, ay, ¿sabes qué? Pues es que andan medios chuecos, andan, no. La predicación de Juan el Bautista va a ser, ustedes son una bola de víboras. ¿Ok? Son una bola de víboras. Tienen una naturaleza pecaminosa. Tienen pecado. ¿Y saben qué? Yo aquí estoy, en este río, todo lodoso, pero ¿saben qué? Bautícense arrepintiéndose de su pecado, preparando el camino para cuando viniera Jesús, la gente estuviera lista de que Jesús iba a venir y preparar, pledicar el mismo evangelio. Jesús empieza su evangelio en Marcos y dice, arrepentíos cree del evangelio. Es el mismo evangelio, es el mismo mensaje que todos predicaron y que cada cada predicador debe de predicar. Entonces Juan viene y él espiritualmente empieza a reconstruir los corazones de la gente que necesita y que realmente capta de que está en pecado y necesita arrepentirse. Ese es el mensaje de Juan. Esa es la manera en cómo él empieza a preparar el camino para Jesús, para que Él empiece su evangelio. Y es como si fuera una analogía. Todos podemos aquí, en cierta manera, caber aquí. Porque esto que Dios va a hacer en el corazón humano, en cierta manera, todos tenemos un camino chueco. Tenemos que enderezarlo. Todos tenemos valles en nuestra vida y tenemos que enderezarlo. En veces nosotros tenemos montañas de orgullo, tenemos montañas de cosas feas en nuestra vida y tenemos que arreglarlas. Ahora, Juan no va a venir y va a decir tú hazlo por ti mismo. Juan va a decir tú estás en pecado, puedes arrepentirte, puede haber perdón para tus pecados, pero tú tienes que esperar a que venga a quien yo le estoy preparando el camino. De nada sirve de que todo mundo se bautizara, de que todo mundo escuchara. la predicación tan pea de víboras que ya están saliendo aquí, nomás les estoy predicando fuera juicio e ira, y ustedes salen como las víboras tratando de meterse al agua, así como si hubiera un fuego, así como cuando se quema un bosque, salen las víboras y buscan el agua, así están viniendo ustedes, y les dice así bien peo, ¿para qué? Para mostrarles sus pecados, pero no solamente para mostrarles su pecado, sino para que cambien su vida, y no solamente para que cambien su vida, Él al final les dice, viene uno después de mí. A Él es a quien yo ni siquiera soy digno. Ni siquiera soy digno de yo ponerme en una postura de siervo y desatarle como un siervo hincado la correa de sus pies. Yo los estoy preparando para Él y si ustedes cuando venga Él lo rechazan, de nada sirvió. Este baño que se están echando en el Jordán, de nada va a servir de que supuestamente empiecen a ser frutos de arrepentimiento, de nada va a servir eso. Si ustedes no reciben a quien yo vengo a preparar el camino. Él viene después de mí, y Él es mayor que mío, y Él es más poderoso que yo. Juan el Bautista preparó al pueblo para que recibiesen a Jesús, y ya después viene Jesús. ¿Y qué dice Juan? Es necesario que Él crezca. y que yo vengo y yo vengo a preparar, yo vengo a anunciar, yo vengo a preparar corazones, yo vengo para que la gente a través de la gracia de Dios se arrepienta y toda esa altura, toda esa profundidad, toda esa longitud del pecado dentro de sus vidas para que empiecen a desechar eso para cuando vengan Jesús abracen a Jesús. Sabemos Aunque vino toda esta preparación de Juan, ¿cuántos estaban en el aposento alto? 120. Muchos se arrepintieron. Y sí, hubo muchos que Pablo se encuentra uno que fue bautizado por Juan y no sabía que había venido el Espíritu Santo, pero creyó. Juan tuvo un gran ministerio y preparó a la gente mostrándole su pecado. Esa palabra, cuando viene palabra de Dios a un profeta, el profeta siempre venía y le reprendía el pecado y les decía que se voltearan, que se arrepintieran y que regresaran a las promesas, a todas las testipulaciones del pacto que ellos habían hecho con Dios. Y Dios los perdonaría y Dios les daría gracia y les mostrará compasión. Pero solamente Dios hacía eso si se arrepintiera. Así preparó Juan el Bautista al pueblo. Porque Dios estaba empezando a hacer algo grande. Es como en esa parábola. ¿Se acuerda de esa parábola? La vamos a mirar aquí en Lucas, donde Jesús da la parábola. Un hombre plantó un viñedo, lo arrondó a sus labradores, lo arrendó a sus labradores y se fue a un viaje por un largo tiempo. Y al tiempo de que ya era tiempo de colectar una ganancia por esa viña que él rentó, mandó a un profeta, mandó a otro, mandó a otro, mandó a otro. y los mataron, hicieron lo que quisieron con ellos, pero una vez ese hombre que hizo ese viñedo dijo, ah, les voy a mandar a mi hijo. Pues aquí Juan el Bautista está preparando esa parábola para que viniera ese hijo, para que ese dueño de la viña recibiera el fruto que le correspondía. Ahora, Para terminar, la idea que Juan está desarrollando aquí en su evangelio, que Lucas está desarrollando aquí en su evangelio a través de Juan. Es de que es muy cierto que la venida del Mesías está en nuestro pasado. Lucas lo pone aquí en el tiempo, en cierto tiempo de la historia, poniendo a todos estos, este emperador y todos estos reyes y estos sacerdotes pasó en el tiempo, pero también Algún día Jesús va a venir por ti. Algún día el Mesías va a venir por ti. Por toda esta gente ya vino. Y unos recibieron salvación, otros recibieron juicio. Pero algún día Dios va a venir por ti. Tú algún día vas a morir. Tú algún día vas a tener que responder. Entonces yo te pregunto en esta tarde, si Cristo viniera por ti, ¿Cómo está tu vida? ¿Cómo estás tú? En un sentido, todos nosotros somos como Jerusalén. Donde el mundo allá afuera trata de corrompernos, trata de atacarnos para que empecemos a pensar como ellos y empecemos a actuar como ellos y empecemos a tener la misma ideología que ellos. Todos nosotros, en cierta manera, somos un Jerusalén. Ahora, ¿cuánto te dejas tú corromper? Depende de ti. Pero se te predica el evangelio así como Juan lo predicaba, domingo tras domingo y en cierta manera todos nosotros tenemos valles, todos tenemos valles de desánimo, en veces tenemos valles de indiferencia que escuchan por una hora la palabra de Dios expuesta y les entra por un oído y les sale por el otro. Pero en cierta manera, Jesús va a venir. Ahora, lo podemos mirar todo este relato como algo pasado, pero algún día va a venir Jesús por ti. Tú algún día vas a morir. ¿Cómo estás tú? ¿Hay cosas secretas, oscuras, a las que debes de renunciar antes de que Él venga por ti? No estamos hablando de la segunda venida. La segunda venida puede, Jesús, durar 7000 años más, pero tú no vas a durar 7000 años más. Lo más que tú puedas durar son 80 años más del día de hoy. Y eso lo digo solamente para los niños. Jesús va a venir. ¿Cómo está tu vida? ¿Cómo está tu alma? Está preparada. El Evangelio realmente la prepara y hace de tu vida lo que realmente quiere Dios que se haga. Porque aquí Dios está queriendo que Jerusalén y toda Judea, preparando el camino, pero para que el camino estuviese bien para la venida de Jesús. Ahora Jesús no va a venir a predicarte. Jesús ya no va a regresar como la primera vez que vino. Él vino a dar su vida. Él vino a mostrar la gracia. Él vino a mostrar el amor de Dios esa vez. Ascendió al cielo, pero la próxima vez que Él venga o que venga personalmente por ti, no va a venir a predicarte. Va a venir a ser tu juez o va a venir a ser tu salvador. ¿Cuál de esos dos estás preparado para recibirlo? ¿Lo vas a recibir como juez o lo vas a recibir como salvador? Yo te animo de que prepares tu camino, prepares tu vida. Ahora eso no lo vas a hacer tú. La manera en cómo la preparas es arrepintiéndote y creyendo en Cristo Jesús. Esa es la única manera. Esa es la manera en cómo lo preparas. Esa es la manera en cómo el Espíritu Santo va a entrar a tu vida y va a empezar a cambiarte y va a empezar a nivelar ese camino, esos montes va a bajarlos, esos valles subirlos para cuando venga Él. No va a ser perfecto, pero no vas a ser un completo impío dado a la condenación eterna. Oremos Padre, te damos gracias por tu palabra Señor. Señor, yo te pido, Señor, que si hay alguien aquí que no ha puesto su confianza en ti, te pido, Señor, que tú muevas, Señor, corazones, que tú prepares caminos, Señor, para en nuestras vidas para algún día, Señor, que tengamos que estar delante del Gran Tribunal o si no se arrepienten delante del Gran Trono Blanco, Señor, Tu Señor obras en nuestras vidas para no perdernos De tanto que se nos predica el Evangelio Y nosotros rechazarlo Señor te pido que tu Espíritu Santo Obre en nuestras vidas que nos cambie, que nos haga vivir una vida distinta, una vida diferente, una vida que te agrade a ti, una vida que muestra que estamos dando frutos de arrepentimiento y que realmente el camino para aquel día que tú vengas por nosotros, ya sea en la muerte o en tu segunda venida, esté preparado nuestro corazón, nuestra alma. Te amemos y que te segamos a ti, que creamos en ti hasta el final de nuestra vida. Señor, te pido por la exposición de tu palabra, Señor, que tú obres en nuestras vidas. En el nombre de Jesús lo pedimos. Amén.
(23) Voz que clama en el Desierto
Series El Evangelio según Lucas
Sermon ID | 72423229593398 |
Duration | 1:02:59 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Luke 3:1-6 |
Language | Spanish |
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