00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Muy bien hermanos amados vamos
a abrir nuestras biblias en romanos el capítulo 16 y ya estamos en
la parte final de esta hermosa epístola en romanos 16 y vamos
a concentrarnos básicamente en los primeros dos versículos que
hablan de nuestra hermana Febe entonces en esta última parte
que tenemos nosotros es la conclusión capítulo 16 del 1 al 6 va a empezar
la conclusión realmente es hasta el final del capítulo que es
el 27 y va a recomendarnos a muchas personas saludos personales y
es interesante porque mientras más años nosotros pasamos no
sólo en el ministerio sino conociendo gente a través de que son creyentes
no que no haya mala, manzanas podridas o lo que usted quiera,
pero la manera como Dios obra a través de la congregación,
a través de los hermanos, es muy interesante, sobre todo cuando
nos trae en este lugar de diferentes lugares, diferentes países, aunque
estamos unidos por este mismo idioma, el castellano o el español,
como le llamamos aquí. Dice en esta parte del capítulo
16 lo siguiente, y quiero que noten por favor los nombres y
lo que Pablo dice, y aunque solo nos vamos a concentrar en estos
primeros dos versículos, imaginemos lo que podemos decir del resto
de los hermanos que está aquí. Les recomiendo a nuestra hermana
Febe, diaconisa de la iglesia isencrea, para que la reciban
en el Señor de una manera digna de los santos. y que la ayuden
en cualquier asunto en que ella necesite de ustedes, porque ella
también ha ayudado a muchos, y aún a mí mismo. Saluden a Priscila
y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, los cuales expusieron
su vida por mí, a quienes no sólo yo doy gracias, sino también
todas las iglesias de los gentiles. Saluden también a la iglesia
que está en su casa, Saluden a mi querido hermano Epeneto,
que es el primer convertido a Cristo en Asia. Saluden a María, que
ha trabajado mucho por ustedes. Saluden a Andrónico y a Junias,
mis parientes y compañeros de prisión, que se destacan entre
los apóstoles y quienes también vinieron a Cristo antes que yo.
Saluden a Amplias, mi querido hermano en el Señor. Saluden
a Urbano, nuestro colaborador en Cristo, y a mi querido hermano
Estaquis. Saluden a Apeles, el aprobado
en Cristo. Saluden a los de la casa de Aristóbulo. Saluden a Herodión, mi pariente. Saluden a los de la casa de Narciso,
que son del Señor. Saluden a Trifena y a Trifosa,
obreras del Señor. Saluden a la querida hermana
Pérsida, que ha trabajado mucho en el Señor. Saluden a Rufo escogido
en el Señor, también a su madre y mía. Saluden a Asíncrito, a
Flegonte, a Hermes, a Troas, a Hermas y a los hermanos con
ellos. Saluden a Filólogo y a Julia,
a Nereo y a su hermana, y a Olimpas, y a todos los santos que están
con ellos. Salúdense los unos a los otros
con un beso santo. Todas las iglesias de Cristo
los saludan, pues vamos a dar gracias a Dios. Bendito sea tu
nombre, Señor. Te damos gracia por tu obra a
través de los siglos. Te damos gracia por los hermanos
fieles en su labor, en su trabajo. Te damos la gracia que somos
parte de tu viña, de tu ministerio. Somos parte de tu equipo, que
es un equipo ganador, vencedor. Y no permita, Señor, que el enemigo
distraiga de la labor y el trabajo que nuestros hermanos, buenos
hermanos en Cristo, realizan a través del mundo, y más que
todo en esta iglesia. Gracias te damos que aunque somos
pequeños, somos fuertes en espíritu. Derrama, por lo tanto, un corazón
de servicio, de lealtad, de fidelidad en medio de tu pueblo. Gracias
te damos en el nombre de Jesucristo. Amén. ¿Cuál es el título? Ciervo de Ciervos. Phoebe, que
se recomienda aquí, Pablo la recomienda altamente, grandemente
recomienda a esta mujer, a esta hermana en Cristo, es la que
lleva la carta y ella hace y realiza un viaje desde Crea, Corinto,
que no está muy lejos, algunos hablan nueve millas o menos,
pero ella realiza este viaje para llevar esta carta, pero
no se imagine que es una carta moderna, no existía el papel
ni el bolígrafo como hoy en día es tan fácil y hoy día la gente
ya ni escribe, simplemente manda textos. En estos saludos que
hace el apóstol Pablo, ¿qué vemos? ¿Qué es lo que vemos? La congregación
es en diferentes lugares. Vemos el hecho de que la iglesia
del Señor no puede estar sola, que el pastor no puede predicar
aquí a sillas o a bancos. Solo es que la gente es importante. Es un binomio perfecto que Dios
ha creado entre ancianos, ministros de la obra y del Evangelio. Es una lástima que a veces hemos
profesionalizado mucho esto, pero de que la obra del Señor
se realiza de ambas partes, aquí está la previa evidente. Una
y otra vez, Pablo repite muchos de estos nombres en otros lugares,
personas que lo ayudaron y lo auxiliaron. Fueron siervos de
siervos. fueron ayudantes, fueron ministros,
fueron mayordomos de siervos que Dios ha llamado para cumplir
la obra del Señor. Entonces, es altamente estimable
y recomendable que prestemos atención por qué Pablo escribe
de esta manera, de esta hermana en el Señor Jesucristo. Dice,
le recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconiza de la iglesia
en Sencrea, dice, para que la reciban en el Señor de una manera
digna de los santos y que la ayuden en cualquier asunto en
que ella necesite de ustedes, porque ella también ha ayudado
a muchos y aún a mí mismo. Primero, Pablo se refiere a ella
como una hermana en Cristo. Yo creo que es vital en el tiempo
moderno que vivimos en la regeneración, en el hecho de que una persona
debe estar plenamente persuadida y convencida que es salva, que
tú has conocido al Señor Jesucristo como tu Señor y Salvador. porque
eso es la entrada al servicio y al ministerio, porque no somos
salvos por obras. Hay mucha gente que se puede
llenar de actividades en el servicio de Dios, pero de nada sirve si
tú no has nacido de nuevo, si todas las doctrinas que Pablo
está mencionando aquí no han sido efectivas, eficaces, vistas,
mostradas, productivas en tu vida personal, seas hombre o
mujer. O sea que es vital de importancia
en el hecho que Pablo reconoce que esta hermana es nuestra hermana
en Cristo. Y aunque está ya en el cielo,
es nuestra hermana en Cristo. Y que cuando nosotros estamos
en la iglesia, en la obra del Señor, aquí o en cualquier otro
lugar, son nuestros hermanos en Cristo. No son perfectos,
pero han mostrado la obra de redención. La sangre de Cristo
Jesús los ha redimido. Su vida ha cambiado por completo. Yo creo que uno de los grandes
problemas que encontramos hoy en día es que la gente dice ser
cristiana, pero no lo es. Y quizá hemos empleado mal el
adjetivo, porque el cristianismo surge por insulto de otras personas,
de acuerdo a hechos. ¿Pero qué tal si nos llamamos
hermanos en Cristo? ¿O qué tal si nos llamamos servidores
de Cristo? Y más aún, santos en Cristo. Porque la Escritura y lo que
el apóstol nos enseña a nosotros es el hecho de que somos santos
en el Señor. Era una diaconisa de Cencrea. Cencrea no estaba muy lejos de
Corinto, nueve millas, algunos dicen siete, pero no era una
distancia muy grande y ahora hay un canal que han hecho hace
unos cuantos siglos, dos siglos quizá atrás, pero que era una
ilusión de mucha gente en aquellos días de los griegos en el hecho
de unir esos dos mares. Pero si Sencré estaba un poquito
más al sur era también un puerto que miraba más bien hacia el
sur y el otro Corinto y por eso es que ella va de Sencré a Corinto
para probablemente ir por tierra a una distancia y luego por mar,
por océano, hasta llegar a Roma. Así que ella es la persona emisaria
de llevar, yo imagino, unas cuantas paginitas de pergaminos, y que
era una mujer que tenía posibilidades y que era diaconisa en la iglesia
en Sencrea. Esta asignación no era fácil,
no solamente por el terreno y la distancia, porque si tú miras
los mapas, es una distancia de 750 millas entre Corinto y Roma. Así que era una distancia bastante
grande. Muchos de nosotros viajamos distancias
mayores gracias al avión, pero piensa en aquel momento que la
transportación era por tierra, era más lenta, era a pie o era
en carreta, o el embarco. Así que imagínate cómo esta mujer
emplea su tiempo para ir donde Pablo y Pablo le encarga una
carta. Pero ahora pensemos por un instante,
no era una carta cualquiera. ¿Tú te imaginas si se hubiera
perdido esa carta? Cuando tú lees Romanos, ustedes
me han oído decir es el Monte Éveres del cristianismo. Es la
carta magna de la cristiandad. ¿Era un encargo serio? ¿Qué hubiera
pasado con esas doctrinas como la justificación, la redención,
la amarteología o la doctrina del pecado? ¿Qué hubiera pasado
con la santidad del creyente? ¿Cómo es que somos justificados
por la fe? Cuando tú miras el encargo, era
muy grande y precioso. Si esa carta se hubiera extraviado,
hubiera sido tomada como cualquier cosa. Y el Señor nos ha dado
un gran encargo a nosotros de proclamar el Evangelio. Así que
Febe hace no solo esa inversión de tiempo y trabajo, y de sacrificio
y de esfuerzo, sino también de cuidado. Porque hoy en día tenemos
la Carta de los Romanos, la Epístola para nosotros, pero es gracias
a Febe que cumplió el encargo. no solamente de Pablo. Y Pablo,
por cierto, escribe aquello, pero él tiene que delegar en
personas que puedan seguir llevando la obra y el ministerio adelante,
porque él no podía hacerlo en ese caso. Entonces, Pablo no
solamente alaba y recomienda a esta mujer, a esta hermana
en Cristo, que es una servidora en Cristo. Ese es el segundo
punto que pudiéramos mencionar aquí, que es una sierva del Señor
Jesucristo. Es una diaconisa de esa encrea. Y ustedes han visto a través
de los años que aquí no nombramos diáconos ni diaconisas. Hay iglesias
que por organización muestran aquello. y no debemos pensar
que la organización encencrea en los pañales de la iglesia
que fue nombrada, sino que era utilizando una palabra muy común
en aquellos días. Era una sierva, era una ayudante,
era una servidora, era una trabajadora de la iglesia. En un sentido
todos nosotros somos diáconos. todos somos servidores del Señor. Su aporte como un granito de
arena, cualquiera que éste sea, cualquier cosa que usted haga
en este local, en esta iglesia, en primer lugar es para el Señor. Usted sirve a Dios, no necesita
el título. Cuando ponemos título a veces
atrasamos todo. Hay ciertos oficios, por supuesto,
como el oficio y trabajo del pastor, porque está ocupado en
ese ministerio. Pueden haber personas que son
diaconistas o diácono que están ocupados más tiempo en otras
cosas, en las cosas del asunto del Señor, pero no porque se
nombran oficialmente. Así que cada vez que tú hagas
algo, cualquier trabajo en la iglesia, sea que el pastor te
lo pida o que otra persona te lo pida y que el señor te dice
que lo debemos hacer en el nombre de él, eres un diácono. Ella
era una trabajadora y servidora de Cencrea. Y no es que la iglesia
de Cencrea le pagaba, porque no creo aquello en ese sentido. Probablemente los de Corinto,
Macedonia y Acaya, que estaban en esta región, habían juntado
algo de dinero también para hacerlo llegar a Jerusalén. Recuerda
que Pablo quería ir primero de Corinto a Jerusalén, para después
pasar por Roma. Entonces era una persona que
estaba activa en las cosas de Dios. Y hay algo importante porque
la gente hoy en día trata a la iglesia del Señor en que tú vas
y cumples algo, en la iglesia te da el servicio y después te
vas y después en la semana tú no sabes nada de tus hermanos,
de tu religión. de tu congregación, cualquiera
que ésta sea. Pero una gran diferencia con
la Iglesia de Cristo es que tú vienes a la congregación para
oír la palabra de Dios, para trabajar para Dios y servir a
Dios, porque tú no eres un mero espectador. Cualquier persona
que asista a una iglesia cristiana y diga que es creyente no puede
ser un mero espectador. Y creo que hay muy pocos ejemplos
que yo puedo mencionarles aquí de personas que han llegado y
han sido meros espectadores. Porque yo creo que la naturaleza
de nuestra salvación nos inspira a nosotros, nos motiva a que
el creyente diligentemente tiene que trabajar en la obra de Dios.
A veces más, a veces menos, pasamos por etapas y pasamos por periodos,
pero es importantísimo que tú entiendas que tú no estás sentado.
Aún personas mayores, Y admiramos a las personas mayores aquí,
más de 80 años. Porque podemos, en una manera
u otra, seguir siendo diáconos, siervos. La mayoría de las personas
en aquel tiempo vivían de ese servicio. Eran siervos de gente
que tenía más capacidad económica o dinero. Era su manera de subsistir. Pero el cristianismo trae a esta
mujer a un estatus también de respeto. Recuerda que la mujer
no tenía ningún tipo de derecho ni de valor en aquellos días.
Pero es el cristianismo que mira lo que Pablo está hablando. Mira
Lucas 8 como hemos leído también de cómo estas mujeres ayudaban
en el ministerio a Jesús. especialmente en ayudar en las
cosas de Dios. Si tú sacas la cuenta, a lo mejor
en todas estas mil y pico de iglesias que hay en Miami, son
malas mujeres que asisten, son malas mujeres que ayudan en la
congregación. Donde estamos nosotros, estamos
para servir, para ayudar, ser diáconos, somos servidores de
Dios. Si tú no tienes eso en mente,
entonces nota que en nuestro boletín dice cada miembro es
un ministro. Esa palabra ministro es siervo.
Estamos puestos para servir. ¿Recuerdas cómo el maestro de
maestros, nuestro señor, nos dijo claramente que él no había
venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por
muchos? Así que lo poquito que tú puedas
hacer o que pienses, porque a veces el engaño es, uy, me gustaría
tener más tiempo para servir a Dios. me gustaría tener mejor
salud. Esos son engaños de Satanás y
son eufemismos que la gente utiliza para no hacer nada para Dios.
Porque el Señor que nos manda al campo y que nos manda a trabajar,
nos manda a que busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia.
Él no está mirando el éxito ni la cantidad, sino la manera de
infidelidad como tú y yo trabajamos para Él. Así que esta sierva
de Cristo, en el servicio de la Iglesia en Sencrea, ella vivía
para servir a otros, o sea, daba de su tiempo, daba de su dinero,
daba de sus recursos sin egoísmo para otros, porque dice esta
diaconisa debe ser recibida en el Señor de una manera digna
de los santos y que le ayuden en cualquier asunto que ella
necesite de ustedes, porque ella también ha ayudado a muchos,
nota el plural, y aún a mí mismo. Así que era una servidora que
daba sin pedir nada a cambio. Y hay un precio que pagar cuando
tú eres un discípulo del Señor, cuando tú eres un siervo del
Señor, mucha gente te puede criticar. Así que esta sierva del Señor
y nosotros como siervos no son meramente oficiales nombrados,
sino que estamos puestos para servir a otros, diáconos y diaconisas. No somos meramente espectadores
en el servicio de Dios, somos ministros, estamos encargados. Y Febe tenía, interesantemente,
un nombre que era romano, por lo tanto gentil, pagano. Por
eso cuando uno lee la epístola de los romanos, está guiada entre
judíos y gentiles, pero todos los nombres que acabamos de leer,
y los judíos habían comenzado a adoptar algunos nombres del
paganismo. Febe es alguien que ilumina,
pero era la diosa para los romanos, era la diosa de la luna. venía
de Artenisa y por lo tanto para ellos pensaban que era la luna
personificada. Dios nos cambia cuando nos salva. Notemos cómo, aunque ella tenía
ese nombre pagano, era ahora una diácono de Cristo. del Hijo
de Dios, de Aquel que hizo los cielos y la tierra. Y tenemos
que respaldar nosotros aquellos hermanos que primeramente son
salvos y reconocer aquellos que también trabajan en el Señor.
Así que, preferencia de denominaciones, pueden nombrar sus diácono y
diaconizas, preferencia de denominaciones y organizaciones. Pero para ti
y para mí, cada cosa que hacemos en la obra del Señor, cada trabajo
que tú hagas para Dios, Eres un servidor primeramente de Dios.
Y no hacemos esto esperando recibir algo a cambio. Siempre la gratitud
es buena, pero no para merecer, no para recibir ni sacar en cara,
pero ciertamente porque la obra de Dios está siempre en juego
y queremos ayudar a nuestros hermanos. Pero cuando Pablo también
dice en tercer lugar que es santa, o sea, les recomiendo a esta
hermana, es creyente en Cristo, les recomiendo a esta diaconisa,
una sierva de Cristo, servidora de Cristo, de muchos y de mí
mismo, Pero al mismo tiempo dice que es santa, digna de los santos. Somos santos en el Señor. Nota
rápidamente en la introducción de Romano, en el capítulo 1. Pero esta carta en su importancia
cuando Pablo escribe a los romanos, Vamos a leer desde el versículo
3. Es el mensaje acerca de su hijo que nació de la descendencia
de David según la carne y que fue declarado hijo de Dios con
un acto de poder conforme al espíritu de santidad. por la resurrección de entre
los muertos nuestro Señor Jesucristo. Es por medio de Él, es decir,
Cristo, que hemos recibido la gracia y el apostolado para promover
la obediencia de la fe entre todos los gentiles. O sea que
aquí este cruce, esta guerra entre generaciones de aquellos
días o nacionalidades, entre judíos y gentiles, dice, entre
todos los gentiles, por amor a su nombre, entre los cuales
están también ustedes, llamados de Jesucristo, a todos los amados
de Dios que están en Roma, llamados a ser santos, gracia y paz a
ustedes, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Por eso una mejor descripción
no es si eres cristiano o no, es si eres santo o no. Porque
si tú eres santo, eres cristiano. Si tú eres santo, has nacido
de nuevo. Te puedo llamar un hermano en
Cristo. Y recuerda que esa santidad es que tú ya no practicas las
cosas antiguas. La vida antigua ya de todo nuevo
se tornó. Aquí cual peregrino es, nuestro
hogar está allá en los cielos. Entonces el cristiano es una
persona humana que vive en este mundo, pero que ha sido apartado
por Dios por medio del Evangelio para servir a Dios. Vivimos en
un tiempo moderno donde la gente se retira, la gente se mueve,
tenemos más provisión económica que nunca antes, pero la gente
no toma en cuenta los planes de seguir sirviendo a Dios. Siempre tú encuentras en este
país personas que dicen bueno yo no puedo vivir aquí con estos
taxis, con esto y todos los seguros que van subiendo y la gente piensa
en eso. Y no te estoy hablando de personas
que son gentiles y no de creyentes. Su mirada es que no se dan cuenta
que son peregrinos y extranjeros en esta tierra. Tú y yo creemos
en Dios. ¿Qué dice la Biblia cuando nos
dice que debemos buscar primeramente el reino de Dios y su justicia?
Y todas las demás cosas van a ser añadidas. Muchas veces estamos
afanados por el pan diario que Dios ha prometido. Es verdad
que hay muchas cosas materiales en el hecho de servir y trabajar
para nuestro Dios. Así que esta mujer era santa.
tenía todas las señales, todos los frutos que Romanos no solamente
nos enseña en el capítulo 6. Había presentado sus miembros,
su vida misma, como dice Romanos 12, también el altar de la consagración
para Dios, nuestro servicio para Dios. Y ella ha ayudado a muchos. Así que somos santos en el término
que le gusta usar a Pablo. ¿Cuáles son tus prioridades? ¿Cuál es el tiempo que nosotros
trabajamos e invertimos para Dios? Es verdad que hay un gran
tiempo que tenemos que invertir con nuestra familia cuando estamos
criando a nuestros hijos. Pero no debemos perder de vista
el reino de Dios y su justicia. Dios es primero. la gente lo
tergiversa o lo cambia pensando que es la iglesia. No, no, la
iglesia no es, no es ni siquiera el pastor dentro de la iglesia,
es Dios lo que es primero y mucha gente puede malinterpretar esto. Así que en cuarto lugar, nuestra
hermana Febe no solamente era una mujer santa, O sea, separada
como todos nosotros debemos ser separados para Dios en alma,
vida y corazón, sino que era una persona que producía fruto
ayudando a otros. Hoy en día está muy de moda la
palabra patrocinador. Febe era una patrocinadora de
muchos. Era una benefactora de muchos. Quizá a veces podemos tener algunas
críticas de conducta, pero era una mujer de acción, era una
mujer que cuando tú piensas, en realidad ha ayudado a muchos.
Los hermanos debemos estar puestos que cuando tú miras en tu vida
en el pasado, de parte de este servidor hay mucha gente que
han sido nuestros benefactores económica y espiritualmente,
así que Ella que vivía en este puerto de Sencrea obviamente
recibía a muchos. La gente quizás se movía más
antes, se mudaba más antes que ahora buscando no solamente vida,
un mejor porvenir, buscando trabajo, buscando cómo mantenerse. Vamos
a ver Dios mediante posteriormente Aquila y Priscila, cómo están,
llegan a Corinto expulsados de Roma, cómo se junta con el apóstol
Pablo. O sea que los siervos de Dios
no podemos hacer nada si no tenemos no solamente la guía de Dios
en esto y las oraciones del pueblo de Dios, sino gente que aporta,
gente que coopera con su vida, con su tiempo, porque son siervos
de siervos. No todos lo son. Por ejemplo,
algunos pueden ser llamados al ministerio y algunos le pueden
poner un sobrenombre. No, él es pastor de pastores.
O sea que puede ayudar aún a otros pastores, porque no todos pueden
tener la misma calidad de pastorado, ni la misma experiencia. Pero
ciertamente yo puedo recordar a mucha gente que siendo joven,
imbécil, sin experiencia, proyectaron las cosas que uno podía hacer
en el futuro. Hay mucha gente que guiaba a
muchos, que era una persona que ayudaba a otras. Nota ese plural. Y das y no esperas nada en retorno,
que a veces uno se cansa. Y eso es lo que tenemos que tener
cuidado, tanto hombres en el ministerio como hermanos en el
ministerio, en que a veces vemos ingratitud, vemos desprecio,
vemos personas que no hacen caso. Y no es que tienen que decir
lo que nosotros decimos, pero por lo menos prestar atención.
Sí, esta es la voz de Dios, esta es la palabra del Señor que es
para nuestro bien. Y podemos decir que con tantos
años aquí hay mucha gente que puede ver eso en su servidor,
en Marcela, en otros hermanos en la fe aquí y reconocer a aquellos
que trabajan dando la palabra y que por lo tanto ustedes han
sido benefactores nuestros como también otras personas. Y como
benefactora de Pablo mismo, O sea, él pone como testigo a otros,
pero también él dice, también me ha ayudado a mí, en el versículo,
al final del capítulo, versículo 2, porque ella también ha ayudado
a muchos y aún a mí misma. Yo creo que una de las peores
cosas que uno pueda ver y tener en la vida es no ser grato. Uno
debe tener gratitud. Por ejemplo, muchos hijos son
gratos de lo poco que los padres pudieron hacer, queriéndolo hacer. O sea que ellos hicieron. Tenemos
una generación engreída en muchos aspectos en que se piensa, los
hijos sobre todo en este país, que él tiene ciertos deberes,
el papá o los padres, ciertos deberes con nosotros, pero no
hay ningún tipo de gratitud ni de agradecimiento que nosotros
veíamos en nuestros padres. Veíamos cosas negativas, pero
por lo menos pudieron proveer lo que era básico y necesario
para nuestra vida, nuestro desarrollo. Lo que hoy tú eres es debido
a que alguien dio, fue benefactor, te dio la vida. Y por supuesto
hay padres que son inconscientes, que no merecen ese nombre, pero
aún uno puede mirar a personas que a pesar que los padres no
fueron del todo responsables ni mucho menos un modelo espiritual
en esas cosas. Sin embargo, hoy en día que han
envejecido se preocupan o piensan porque es es tu deber delante
de Dios. No hacemos nada por nuestro prójimo, le hacemos un
bien a nuestro prójimo, aunque ellos no lo hayan hecho hacia
nosotros. Entonces, ¿cuál era la hospitalidad
que trae esta mujer? Es ser siervo de siervos. O sea,
cómo Pablo fue ayudado en el ministerio, no solamente por
Fer, que ahí él lo pone con nombre claramente, y lo que ha hecho,
y pone a otros testigos, y pone otra lista de hermanos, o sea,
porque no es la única. Hay mucha gente alrededor de
nosotros a través del tiempo y de los años, y muchas veces
pueden pasar desapercibidos, o sea, no recordamos, porque
estábamos en una etapa en la vida en que no fue necesariamente
muy activo, para nosotros pensar en aquello. Y yo justamente pensaba,
¿quién fue una persona como Febe en mi vida? Y me vino alguien
en que yo digo, bueno, en verdad, esta hermana hizo algo pensando
en su nacionalidad, pero que ha afectado la obra de Dios grandemente,
y ayudándome a mí, Ella pensó en ayudar también a su pueblo. En el año 76 salí de mi país
que es Perú. Había la posibilidad de con quién
iba yo a desarrollar el ministerio. Yo había hecho una promesa en
el año 76 de ayudar al seminario, fue como mi cuarto año, pero
ese año justo el seminario se muda. del lugar donde yo vivía,
cerca, a Trujillo, que son como 260 millas, son ocho horas por
los terrenos allá. Era muy doloroso, pero yo recuerdo
aquí a esta señora, ella me dio mucho ánimo, esa señora es mi
mamá. Y era difícil dejar a mi mamá
y a mis hermanas, porque mi papá no estaba en casa. Y uno oraba,
bueno, señor, ¿cómo es que esto va a ser? Pero fue muy claro
y son cosas que yo no olvido. Pero hay cosas que van a quedar
peregnes en mi corazón. Tienes que servir al Señor y
que cumple tu promesa a Dios. Y créame que salió una gran carga
de mis hombros. Y claro, ese año yo sobreviví
con lo poco que el seminario me pagaba. Y no podía ayudar
a mi mamá ni a mis hermanas en ninguna mañana, pero Dios creo
que proveyó mejor cuando yo no estuve ahí que cuando estaba
cerca de ellas. Y no era que yo proveía económicamente,
era simplemente el apoyo, verdad, moral, cuando alguien está ahí
en casa, está ahí cercano a nosotros. Y imagínate, yo era soltero.
Estaba hablando de que yo apenas tenía 20 años, 22 años. Pero también había ido a Puerto
Rico a ver la posibilidad de casarme con Marcela, a ver si
había algo, porque ella quería servir al Señor. Y ahora cuando
mira todas estas desgracias que ocurren alrededor de nosotros,
Cuán importante es con quién te vas a casar y con quién vas
a tener tus hijos para el ministerio, porque esta no es una labor de
un hombre solo, es de toda la familia. Y agradezco a Dios por
la manera como la familia me ha apoyado para que yo pueda
seguir sirviendo. Nos casamos en el año 78, pero
al ir a Puerto Rico en el año, en enero del 76, yo conocí a
un pastor, era dominicano, y Marcela vivía con dos hermanas que todavía
viven, está retirada y tengo mucho aprecio por ella y Marcela
también porque fueron como benefactores Viola y Bárbara Lewis, Viola
Heger. Ellas dieron su vida por lo menos
a la mayor, Viola Heger vivió en Hato Mayor por muchos años,
desarrollaron una escuela que hasta ahora sigue. Así que por
eso es que yo llego a conocer a algunos dominicanos en el año
76 y me invitaron a predicar en Santo Domingo y prediqué una
iglesia que ocho años después llegué a ser su pastor, sin pensarlo. En el 76 que me conoce el pastor
Emilio Suárez, está retirado y vive en Santo Domingo. Él me
dice, ¿no quieres venir a una campaña, a una serie de campañas?
Pero yo era nuevo. Yo no tenía muchos años en el
ministerio, apenas salía del cascarón. Y Dios me concedió
el privilegio de predicar en el extranjero y lo hice así. Acepté una serie de ciudades
en Puerto Rico y de pueblos en Puerto Rico. Conocí la cultura
caribeña. Era una preparación para entender
la cultura caribeña, que es muy distinta de la latinoamericana.
que si no hubiera sido así yo no hubiera terminado aquí en
Miami si vengo de Perú directo aquí a Miami creo que no duraría
ni un mes entonces las culturas son distintas no es que sea una
mejor que la otra hay que tener apreciación por la obra de Dios
y ciertamente en el 77 prediqué una iglesia que estaba saliendo
adelante en Gascoyne en la República Dominicana en Santo Domingo y
había un montón de gente que estaba ahí esperando en el 77. Y después regresé al Perú, nos
casamos, tuve mis hijos, tuvimos nuestros hijos. En el 83, a comienzos, se han
pasado más o menos seis años, quieren que regrese. Y bueno,
vamos a regresar. Pero aparece una hermana dominicana en Lima, en la iglesia de Salamanca. Se acerca a mí y me dice, bueno,
esto es lo que yo quiero hacer y por favor, ¿por qué no va usted
y pone una semana? Recuerda que yo no quería ir.
No tenía idea porque estábamos tratando de levantar fondos.
Voy a ir a un país más pobre a pedir algo para nosotros, o
sea que eran muchas cosas en controversia, pero ella me suplica. Ella ayudó mucho a nuestra familia
en el sentido de que en ese entonces, Recién estaban llegando los Pampers
a Perú, pues tú sabes lo caro que eran. Así que Johnny tuvo
el privilegio de criarse con pañales que eran desechables.
Así es que él disfrutó de esa benefactora que tuvimos nosotros. Y pensando en el hecho de que
ella quería que vuelva a su país a predicar, Y voy y otra vez,
claro, tuve después que vivía ya varias veces yendo a Santo
Domingo y se acordaba mucha gente de mí. Era interesante el hecho
de cómo Dios me llevó a mí a predicar. Y hay gente que muchas veces
yo he encontrado que me dicen, usted es mi abuelo espiritual. Pero se refieren a que alguien
conoció al señor a través de poco ministerio ahí, de gente
que iba y... Pero eso no es gracias a mí. Fue que alguien fue. Ven a mi
país. Esta gente. pero ella quería
que vaya y predique las Cuerdas Nuevas porque todavía no se habían
levantado los pastores que hoy hay para predicar tanto intelectualmente,
bíblicamente. Estaba surgiendo la obra en medio
de estas congregaciones. Y, por supuesto, yo no me quiero
llevar ningún tipo de gloria, pero quiero resaltar que mucha
gente que conoció el Evangelio en la República Dominicana fue
gracias a este hermano. se había convertido también por
una enseñanza y predicaciones que él lleve en el 77 y había
oído de mí y que era esta iglesia ahora ya que estaba ahí en Lima
y en Perú fue a la iglesia un par de veces para hacernos conocer
y también ser ayuda y bendición. Quiero que vean conmigo algo,
vamos a ir a Marcos porque Marcos reúne también si quieren anotar
y verlo después Mateo 19 pero Marcos vamos a leer Marcos el
capítulo 10 Y también pueden anotar Mateo
el capítulo 19, estudiarlo, comparándolo. Pero Marcos 10 nos habla, por
ejemplo, del joven rico. ¿Recuerdan del joven rico? El
joven rico tenía muchas posesiones, los mandamientos que él menciona,
que él estaba obrando en cuanto a la obra, a lo que Dios quería
hacer en su vida. Vamos a leerlo. Capítulo 10,
verso 17. Cuando Jesús salía para irse,
vino un hombre corriendo y arrodillándose delante de él, le preguntó, Maestro
bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le respondió,
¿por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno,
Dios. Tú sabes los mandamientos, no
mates, no cometas adulterio, no hultes, no des falso testimonio,
no defraudes, honra a tu padre y a tu madre. Maestro, todo esto
lo he guardado desde mi juventud, dijo el hombre. Jesús mirándolo
lo amó y le dijo, una cosa te falta, ve y vende cuánto tienes
y da a los pobres y tendrás tesoro en el cielo. Entonces, vienes
y me sigues. Pero él, afligido por esta palabra,
se fue triste porque era dueño de muchos bienes. En realidad,
él amaba más a mamón las cosas de riquezas para aquellos que
no entienden la palabra mamón, el mundo, su vida personal, su
estatus personal, sus cosas que eran de la vida más que a Dios. Aunque tenía una buena intención
de servir a Dios. Entonces, noten porque esta aplicación
aunque pareciera que no es, es en cuanto a Fevi y a muchos de
nosotros que servimos en la obra del Señor. Jesús mirando en derredor
dijo a su discípulo, ¿qué difícil será para los que tienen riquezas
entrar en el reino de Dios? Los discípulos se asombraron
de sus palabras, pero Jesús respondiendo de nuevo les dijo, hijos, ¿qué
difícil es entrar en el reino de Dios? Es más fácil para un
camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar
en el reino de Dios. Y aquí aprovecho porque siempre
hay especulaciones, que la gente dice, no, es que habían algunas
puertas que le llamaban el camello, el ojo del camello. No, no, no.
Aquí la expresión es literal. ¿Cuán fácil puede ser para ti
si aún a los 40 años comenzamos a tener dificultad para ensartar
un hilo en el ojo de una aguja? El Señor está hablando literalmente,
diciendo, ¿cuán difícil? Es imposible. en realidad entrar
en el cielo, si es que amamos las cosas de este mundo y no
a Dios. Ellos se asombraron aún más diciendo entre sí, ¿y quién
podrá salvarse? Mirándolo, Jesús dijo, para los
hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas
son posibles para Dios. Entonces Pedro comenzó a decir
a Jesús, nosotros le hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús
respondió, En verdad les digo que no hay nadie que haya dejado
casa o hermanos o hermanas, o madre o padre o hijos, o tierras por
causa de mí y por causa del Evangelio, que no reciba cien veces más
ahora en este tiempo casas y hermanos y hermanas, y madres e hijos,
y tierras junto con persecuciones y en el siglo venidero la vida
eterna. Pero muchos primeros serán últimos,
y los últimos primeros. ¿Qué has dejado tú para servir
a Dios? Pensamos a lo mejor que lo poco
que hacemos, qué sacrificio estamos haciendo realmente para Dios.
¿Eres un patrocinador de otros o eres un benefactor para otros?
Muchas veces la opinión que tenemos de los servidores de Dios es
de menosprecio. es que ellos no están trabajando
como deben trabajar, o no están haciendo la obra que deben hacer,
ilusionamos de crítica. No digo en esta iglesia, pero
siempre espero, ya que la obra de Dios es así, en algún lugar,
en algún momento alguien oirá este sermón. Y es para ustedes también. La
vida cristiana es una vida de sacrificio. No es que este servidor
o cualquier otro que se dedica a la obra de Dios, no es que
no podía encontrar trabajo en otra cosa y dejó esa vida con
tal de seguir al Señor y servirle. Porque para mí, no sé de otros,
yo estoy en el ministerio por vocación. Dios me ha llamado
a hacer esto. Y yo sé que estaba el tanque
lleno y que ahora me queda un cuarto de tanque. por la edad,
pero mientras podamos, vamos a seguir sirviendo y trabajando
para Dios. Y nota lo que Pablo dice acerca
de Feo. Pero qué hubiera sido si no hay
benefactores, si no hay siervos de siervos? Dios es muy claro en decir Mira,
yo voy a proveer para tu vida y es verdad. En mi caso es verdad. Y quizá uno pueda decirle, sí,
hemos dejado todo para ser como Pedro. Ellos dejaron su barca,
dejaron su vida de oficio, dejaron su vida de pescadores. Te hemos
seguido, ¿qué vamos a tener? Pero la respuesta del Señor no
es que va a ser en el futuro todo. Porque esa es la desgracia
que mucha gente siempre piensa de la religión, para el futuro,
cuando me muera. No, el Señor dice, ahora acá
tendrás tu recompensa. Si lo comparas con Mateo 10 y
Mateo también 19, el Señor dice, pero yo a ustedes que han dejado
todo por servirme, por seguirme a mí, yo los pondré en doce tronos. Y era interesante porque en la
lectura de la odisea, el Señor le dice a su iglesia, te pondré
en tronos para juzgar. todo lo que hiciste por estos
niños un vaso de agua te lo voy a recompensar. No lo hacemos
por la recompensa ni lo mentiroso de la prosperidad. Pero en Mateo
hay también algo muy profundo cuando dice si tú ayudas a un
profeta recompensa de profeta tendrá. Por eso le mencioné el caso de
este hermano. Dios es un Dios bueno y justo
para todo tu trabajo que tú haces para Él. Y que tú puedas ser,
este servidor pasará, pero vienen otros, que tú puedas ser un servidor
de siervos, de aquellos que Dios llama al ministerio y han dejado
todo con tal de predicar el Evangelio. No es mirar sus personalidades
porque nadie es perfecto, pero es a la obra que realizan. ¿Tú
recuerdas cuántas veces Jesús menciona a la mujer viuda, Eliad? Es comisionado a ir a una mujer
viuda. Y hay diferentes maneras en que
tú puedes reflexionar en cuanto a la viuda de Sarepta que tenía
un hijo y era en tiro y sidón, o sea que ni siquiera era en
Israel que ellos tenían que cuidar a sus profetas. tenían que velar por aquellos
líderes, porque el descuido de eso no solamente lo vemos hoy
en día en iglesias que están casi perdidas por cerrar, sino
también en Israel, que dejaron de cumplir, de adorar y servir
a Dios y Dios les envió profetas. Y esos profetas como Elías y
Eliseo son enviados en medio de una gran apostasía. Y tú sabes lo que Dios hizo con
Elía y a lo mejor la gente lo mira así y no se da cuenta de
todo el entretejido y toda la fábrica de Dios, como Él tiene
todo bajo control. Y le dice escóndete de acá, vete
al arroyo, que yo he dado orden a los cuervos que te alimenten. Obviamente los de Israel no iban
a tener ninguna compasión por una mujer gentil. Y ser viuda
y tener un hijo y ese hijo ser huérfano que no tenía su padre,
que es en realidad quizá la mayoría como vive hoy en día, aunque
no sean viudas. No hay una figura paterna, pero
Dios es el que mira todo aquello. Dios sabe. Y después que se acaba
el agua del arroyo, nadie puede vivir sin agua, y ya no vienen
los cuervos a traerle carne, porque los aves te quitan a ti,
pero esas son las cosas de Dios, son contrarias a lo que la gente
se imagina y piensa. Las aves, las gaviotas, todos
te quitan la comida para ellos. Pero Dios da orden y dice a los
cuervos, no tráele comida a Elias. Y él lo come. Así se sustenta. Todos vivimos por fe. Pero se
secó el arroyo. Y Dios había escondido a Elías
de la presencia de Acap, que buscaba no solo para matarlo,
sino para ver si ponía en orden, porque la gente estaba muriendo
por la sequía. Y viene Dios y le impresiona
a Elías. Yo he dado orden a una viuda
en Sarepta de Sidón que te alimente. Pero a todo esto la mujer viuda
ni entendía. Y Elías va y se encamina. Y Dios siempre junta
los caminos en su providencia porque la obra es de Él. Y llega
a la casa de la viuda. Y cuando llega y le da el hospedaje,
dice Elías, al que debiera servir, pero nota el proceso en cómo
Dios obra en sus trabajadores, sus servidores. Yo he dado orden
que esta mujer te alimente. Y si tienes algo de comer, sí.
Tengo un poquito de harina y un poquito de aceite. Lo iba a poner
ahora en el fuego, y para mi hijo y para mí, y dejarnos morir
porque no tengo nada más. Esa era su situación. Para una madre muy duro. Y sabes el resto de la historia.
Porque Elías le dice, haz como has dicho, pero dame a mí primero. Creo que en este tiempo moderno
yo no me atrevería a decir eso. A menos. que tú pongas al profeta como
primero en representación a Dios. ¿No es verdad que suena carnal?
No, no, no, coman ustedes. Y dejémonos morir todos. Pero
él había oído bien la orden de Dios. Yo he dado una orden que
esta mujer que él mente, Cuando Dios da una orden, no
está mirando lo que tú tienes o lo que no tienes. Pero Dios envía al profeta para
que ella no muera de hambre. Porque Él ya le dice, no va a
faltar la harina ni va a faltar el aceite mientras estemos aquí.
Pero dame a mí primero. Y así lo hace la duda. ¿Cuántos de ustedes entienden
que Dios es primero? sobre tu familia, sobre tus hijos
más queridos, sobre tus nietos, sobre tu cónyuge. Dios es primero. Su amor, su redención por nosotros
y que cada vez que nosotros, entre comillas, podemos sacrificar
de nuestra vida, nuestro tiempo en lo que estamos haciendo para
Él, Dios siempre es glorificado. Y siempre hay algo que hacer.
y sabemos que apoyamos al centro prenatal. ¿Cuántas mujeres hay
que pueden también ayudar, ser benefactora de otras mujeres? Como cualquier persona en el
mundo que corren por el mundo, a lo mejor tienen un embarazo
no deseado. Y ellos llaman, otros llaman
a otras iglesias, no, no, no tenemos para dar, porque no entienden,
piensan que solo es dinero. no en el hecho de consolar, de
confortar a otros, de poder ayudar. Y claro, el dinero siempre es
importante. Dios es primero. Cuán fieles
somos a Dios en estas cosas. Démosle honra y gloria a Dios.
Y recuerda, ser un servidor, una servidora de siervos, porque
a través de eso servimos a la obra del Señor. Vamos ahora. Oh Dios, estamos en tu equipo,
estamos en tus negocios. Estamos en un trabajo que es
eterno. Eso es lo que nos da gozo y alegría. A pesar de los
problemas de la vida, de los ataques del enemigo, de los desánimos
que puedan haber, tenemos de ti una mansión eterna en los
cielos. Mira a tus santos, protégenlos. Mira a tu pueblo, Dios, que es
un pueblo santo. Concédele las peticiones de su
corazón en santidad y en armonía con tu buena voluntad. Gracias
por todo lo que tú nos das, sin merecerlo. Gracias, oh Dios,
porque tú no eres un Dios que te quedas dado. Tú eres generoso. Tú recompensas a aquel que te
sirve. Y cuánto más cuando vemos que los resultados son eternos. Algún día conoceremos a Febe
personalmente. Algún día conoceremos a muchos
hermanos que están expectantes de recibirnos en el cielo. A
ti sea toda la honra y la gloria. Amén.
Siervo de siervos
Series Romanos
-Saludos de Pablo y de las iglesias.
-Febe, encargada de llevar la carta.
-El joven rico.
-Elías y la viuda de Sarepta.
| Sermon ID | 72423115393834 |
| Duration | 54:11 |
| Date | |
| Category | Sunday Service |
| Bible Text | Mark 10:17-31; Romans 16:1-6 |
| Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.