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Santiago capítulo 2, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 8 hasta el versículo 13. Santiago capítulo 2, desde el versículo 8 hasta el versículo 13. Sé imparcial poniendo en práctica la palabra de Dios. Sé imparcial poniendo en práctica la palabra de Dios. Aquí en Santiago capítulo 2, los versículos anteriores, vemos como Santiago, inspirado por Dios, ha estado argumentando la importancia de ser imparcial. No debemos demostrar favoritismo hacia nadie. Y, en este contexto, es el favoritismo hacia los ricos en contra de los pobres, y Santiago estaba dando razones por la cual eso es malo, porque contradice la consideración que Dios tiene hacia los pobres, porque no tiene sentido, y ahora desde el versículo 8 hasta el versículo 13, porque viola la escritura, viola la ley de Dios, viola la ley del amor, Porque aquí, desde el versículo 8 al versículo 9, vemos cómo mostrar parcialidad viola el mandamiento del amor. Desde el versículo 10 hasta el versículo 11, mostrar favoritismo te hace transgresor de la ley. Y luego termina la sección desde el versículo 12 al 13 mostrando que cada creyente tendrá que dar cuentas a Dios. O sea, Dios es quien evalúa y Él evalúa conforme a su palabra, conforme a la escritura, y entonces, cada uno tenemos que dar cuenta de cómo hemos obedecido su palabra o no. Y el énfasis está en la obediencia. Incluso, a través de esta epístola de Santiago, vemos la importancia de obedecer. obedecer la Palabra de Dios. Por ello, en capítulo 1, versículo 22, dice, pero seed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores engañándoos a vosotros mismos. Santiago 1, versículo 22, ¿no? Hay que ser hacedores. Hay que cumplirla, hay que obedecerla, hay que ponerla en práctica. No solamente escucharla o leerla, sino hay que ponerla en práctica también. Aún también en Santiago 2, versículo 14, 2-14 dice, hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? O sea, ¿podrá esa fe que dice tener salvarle? ¿Si no la demuestra? ¿Si no vive de acuerdo a ella? Porque, bueno, puede decir muchas cosas. Incluso, no sé si alguna vez habéis visto una camisa que dice, no sólo hables, hazlo. ¿No? O sea, no sólo... Sí, es muy fácil hablar. Muy fácil decir cosas. No. Demuéstralo. Vívelo. Hazlo. Es esa idea. Demuestra tu fe. La salvación es por la fe, no por obras. Las obras solamente demuestran tu fe. Demuestran que eres genuino. Y por ello aquí resalta la importancia de la obediencia, obedecer la palabra de Dios. Ahora, quiero leer el contexto anterior, empezando en versículo 1, para poder entender el razonamiento que nos está presentando, porque estamos llegando aquí a esta... Este tercer argumento, aquí desde el versículo 8 hasta el versículo 13, este tercer argumento para demostrar que hacer acepción de personas es incorrecto. Entonces quiero empezar leyendo el versículo 1. Dice, hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida y también entra un pobre con vestido andrajoso y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís siéntate tú aquí en buen lugar y decís al pobre está tú allí en pie o siéntate aquí bajo mi estrado ¿No hacéis distinciones entre vosotros mismos? ¿Y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd. ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? ¿Pero vosotros habéis afrentado al pobre? ¿No os oprimen los ricos? ¿No son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? Ahora versículo 8. Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura, amarás a tu prójimo como a ti mismo. ¿Bien hacéis? Pero, si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo, no cometerás adulterio, también ha dicho, no matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, Ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad y así haced como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia. Y la misericordia triunfa sobre el juicio. Ahora, he leído Santiago capítulo 2 desde el versículo 1 hasta el versículo 13. Si Dios lo permite, solamente consideraremos desde el versículo 8 hasta el 13. Es que sé imparcial poniendo en práctica la palabra de Dios. Ahora aquí, aquí en Santiago capítulo 2, desde el versículo 8 al 9, ¿Podéis notar cómo Santiago presenta el punto central? El punto central en dos frases condicionales. Porque en versículo ocho dice, si en verdad cumplís la ley real, y si notáis las últimas palabras del versículo ocho, dice, bien hacéis. Si la cumplís, bien hacéis. Versículo nueve, pero, si hacéis acepción de personas, cometéis pecado. Ahí está presentando el punto central de esta explicación, de este razonamiento, de este argumento de que la Escritura dice que debes llamar a tu prójimo como a ti mismo. Si no lo haces, entonces estás rompiendo la ley de Dios. Y aquí dice, si en verdad cumplís la ley real, la ley real se refiere a la ley de Dios. Menciono aquí que es real porque viene y pertenece al reino celestial, al reino de Dios. Entonces, no solamente incluye el Pentateuco, o sea, los... los... libros de Moisés, ¿no? Génesis, Éxodo, Levítico, Números de Deuteronomio, los primeros cinco libros de la Biblia, sino incluye el resto de la Escritura también. Incluso las enseñanzas de Jesús, donde Jesús expande la ley. Entonces, por ello es la ley real, es la ley divina, la ley que viene de Dios. Y dice, si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura, o sea, poniendo en práctica la Escritura, luego las últimas dos palabras del versículo 8 dice, bien, hacéis. La ley real son todas las exigencias que Dios requiere de los creyentes. O sea, cumplir la totalidad de la voluntad de Dios para su pueblo coincide con la obediencia a la ley del amor. Por ello, el favoritismo no es poner en práctica el amor. Porque estás poniendo a una persona mayor que otra. Aunque están en el mismo plano. ¿No? Son humanos. Delante de Dios son... o sea, son personas individuales. Las debemos de tratar de manera igual. No debemos de mostrar favoritismo por ninguna razón. Sea porque... por su estado económico, porque uno sea más rico que otro, o por su color de piel, o por... simplemente porque pertenecen a... a otro barrio. O otra nación. Etcétera. No debemos demostrar favoritismo. En... Mateo 22, del versículo 37 al 40, vemos el resumen, ¿no? El resumen de la ley, ¿qué es? Cuando le preguntan a Jesús, ¿no? ¿Cómo resume Jesús la ley? Él dice en Mateo 22, del 37 al 40, Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y gran demandamiento. El segundo es semejante, amarás a tu prójimo como a ti mismo". Entonces, ahí vemos a Jesús resumiendo la ley. Esto es Mateo 22, desde el versículo 37 al 40, cuando un intérprete de la ley le preguntó cuál es el gran mandamiento en la ley. Y Jesús, ¿qué es lo que hace? Resumir la ley. Ama a Dios y ama a tu prójimo como a ti mismo. Entonces, si no practicas esos mandamientos. Estás rompiendo la ley de Dios. Y uno de ellos es amar al prójimo como a ti mismo. ¿Amar en qué manera? En todas las maneras. O sea, amar, mostrar el amor de Dios hacia todos como Dios lo muestra también. Y es que cumplir la ley de Dios requiere que ames a tu prójimo incluso más que a ti mismo. En Levítico 19, versículo 18, dice, no te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo." Yo, Jehová. Eso es Levítico 19, 18. En Galatas 5, 14, dice, porque toda la ley en esta sola palabra se cumple. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Eso es Galatas 5, 14. O Romanos 13, 8. No debáis a nadie nada, sino el amaros. unos a otros. Porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley. Ahí está mostrando la importancia del amor. Ahora, cuando menciona ahí que debes de amar a tu prójimo como a ti mismo, eso no significa que tú debes estar enfocándote en ti mismo y amándote. ¿No? Dándote palmas en la espalda y abrazándote y amándote a ti mismo. No. Lo que está diciendo es que seguramente cada uno de nosotros protegemos nuestro cuerpo. Cuando estamos cortando cebollas o tomates, pues nos aseguramos de que nuestro dedo no se ponga en el lugar del tomate y cortemos nuestro dedo. O cuando encendemos una chimenea y hay un fuego, pues protegemos nuestro cuerpo. Entonces, la idea es de que, automáticamente, nosotros, pues, protegemos nuestro cuerpo, protegemos nuestra vida, intentamos cuidar de nuestra salud, intentamos cuidar de nosotros mismos, pues, ese amor que tenemos hacia nosotros mismos, debemos demostrarlo a los demás. Debemos de ayudar y servir a los demás. Y entonces, por eso dice, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Entonces, si tú te intentas proteger a ti mismo, pues debes hacer lo mismo para los demás. Si no quieres, si tú no quieres quemarte con el fuego, pues entonces haz lo posible para que otros no se quemen con el fuego. No, es esa idea. Entonces, amar al prójimo como a ti mismo. Incluso si recordáis, en Lucas 10, había una persona que quería justificarse. Y le preguntó, esto es en Lucas 10, versículo 29, y le preguntó a Jesús, ¿Quién es mi prójimo? Eso es Lucas 10, versículo 29. Y Jesús, le... Justamente después de haberle dicho que debes de amar a tu prójimo como a ti mismo, le pregunta, ¿Quién es mi prójimo? Y Jesús, le responde con la parábola del buen samaritano. Y si recordáis, hay una persona que le... que... los ladrones le despojaron, hiriéndole se fueron, dejándole medio muerto. Y entonces, presenta una escena donde varias personas pasan al lado, ven a la persona necesitada, que está medio muerta, y pasan de largo. Y Jesús usa a personas que se les reconoce como ser muy espirituales, debían de ser los primeros en ayudar, pero cuando le ven, le dejan a un lado, ¿no? Y menciona a un sacerdote en versículo 31, menciona a un levita, versículo 32 y versículo 33, un samaritano, alguien despreciado, alguien odiado por los judíos, y entonces vemos que él fue movido a misericordia y él, aunque no le conocía, él le mostró amor. Proveyó para sus necesidades, sanó sus heridas, y aún proveyó para sus necesidades en el futuro. Y entonces Jesús termina esa parábola diciéndole al hombre que debe de hacer lo mismo. ¿No? Ese es tu prójimo. ¿Quién? Quien sea. Quien sea que esté a tu alrededor. O sea, las personas con las cuales tienes contacto. Tu prójimo. Y Jesús aún incluye a los enemigos. En Lucas 6, del 31 al 35, realmente nos está enseñando que el amor selectivo no es cumplir la ley de Dios. Es hipocresía. O sea, si dices, bueno, voy a amarle a él, pero a él no. Voy a ayudar, pero a él no. Ese amor selectivo no es cumplir la ley del amor. Nos dice Lucas 6 del 31-35. ¿Cómo queréis que os hagan los hombres con vosotros? Así también haced vosotros con ellos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos a quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores para recibir otro tanto. Esto es Lucas 6, ahora versículo 35. Amad, pues, a vuestros enemigos y haced bien y prestad, no esperando de ello nada, y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es benigno para con los ingratos y malos. Eso es Lucas 6, del 31 al 35. O sea, el amor selectivo no es cumplir la ley de Dios. y por ello debemos de poner en práctica la obediencia, ¿no? La fe y la ley se complementan con obediencia, el obedecer la ley. Aún tenemos aquí en Santiago 2, versículo 22, Santiago 2, 22, dice, no fue justificado, perdón, versículo 22, ¿no ves que la fe actuó juntamente con sus obras? y que la fe se perfeccionó por las obras y está dando el ejemplo de Abraham en el versículo anterior que Abraham demostró su fe por sus obras entonces aquí está diciendo que demuestra tu fe con tu obediencia al obedecer o al obedecer la ley de Dios entonces ¿cuál es la ley de Dios? amarás a tu prójimo como a ti mismo Pero entonces en el siglo IX, eso es Santiago 2.9, dice, pero, aquí hay un contraste, pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado y quedáis convictos por la ley como transgresores. Entonces lo que Santiago está haciendo es siguiendo el tema, el tema del capítulo. En el versículo 1 empezó el tema. Dice que vuestra fe en vuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Por ello vuelve al tema, en el versículo 9 dice, pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado. O sea, incluso en Proverbios 14, 21 dice, peca el que menosprecia a su prójimo. Esos proverbios 14, 21. O sea, aquellos que muestran favoritismo pecan. O sea, erran. No llegan al estándar de Dios. Rompen la ley de Dios. Y es que el favoritismo quebranta el mandamiento de amar al prójimo. Por ello, puede acusar a aquellos que muestran parcialidad de pecar y romper la ley de Dios. O sea, al romper el mandamiento de amarás a tu prójimo como a ti mismo, estás pecando. ¿No? Por eso aquí Santiago condena. Dice, cometéis pecado y quedáis convictos. Convictos por la ley como transgresores. La ley de Dios demuestra que somos culpables. Hemos errado. No hemos cumplido su ley. Y por ello vemos la gran importancia de poner en práctica el amor. El amor que Dios nos ha demostrado a nosotros. Entonces, este mandamiento, el mandamiento del amor requiere que demos la misma bienvenida a las reuniones de la iglesia, a todos. ¿No? Da igual quien entra por la puerta. Mostrar, mostrar el mismo amor a todos. En Gálatas 3, 28 dice, ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, Porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Sos Galatas 3, 28. Es que la violación de la ley de Dios demuestra la actitud de la persona. Ese es el problema. La violación de la ley muestra desprecio al dador de la ley. Y el que hace acepción de personas intencionalmente está pecando y rompiendo la ley de Dios. Por ello aquí menciona, cometéis pecado, esto es del siglo IX, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Entonces, estamos... somos culpables delante de Dios. Ese... Un transgresor es una persona que desobedece el mandamiento de Dios. Y entonces, vemos que la ley demuestra que somos culpables delante de Dios y quedamos convictos por habiendo pecado contra Dios, habiendo roto su ley. Y por ello, en versículo 10, lo que... desde el versículo 10 hasta el versículo 11, vemos a Santiago que le presenta razonamiento en cadena, desde el versículo 10 al 11, que lleva a la misma acusación que el versículo 9. ¿Cuál es la acusación? Mostrar favoritismo es romper la ley. Es ser transgresor de la ley de Dios. Ahora, Santiago sabe, por experiencia, que ninguno puede cumplir la ley de Dios perfectamente. Nadie puede guardar perfectamente toda la ley. Y es que la relación con Dios es la meta. no una obediencia abstracta de mandamientos separados. ¿No? El poder seleccionar y decir, ah mira, yo cumplo estos mandamientos, estos no, pero bueno, por lo menos cumplo estos, muy bien. No, no podemos seleccionar. ¿Por qué? Porque Dios es quien ha dado toda la ley. Y porque Él ha dado toda la ley, si rompemos uno, aunque sea uno de sus mandamientos, realmente estamos despreciando su ley. Estamos despreciando a Dios, quien ha dado su ley. Entonces, realmente estamos quebrantando toda la ley, rompiendo la ley. Es como, si recordáis, las tablas de la ley, ¿no? Los diez mandamientos que estaban escritas en tablas, pues, eran diez, ¿no? Diez, los diez mandamientos, pues, ¿qué pasa? Si rompes un mandamiento, vamos, y como, si recordáis, Moisés tiró las, rompió las tablas esa primera vez, porque el pueblo de Israel se había desenfrenado en pecado, Entonces, al romper una tabla, ¿qué es lo que ocurrió? Se rompió el resto también. Si lo pensamos de esa manera, ¿no? Rompemos uno, ¡rompemos todo! Porque hemos descuidado nuestra relación con Dios. Hemos roto la ley de Dios. Y por ello, la relación con Dios es la meta. Nos damos cuenta de que no podemos cumplir a la perfección los mandamientos de Dios. Por eso necesitamos un Salvador. Por eso necesitamos la misericordia de Dios. Y lo que Santiago hace, inspirado por Dios, es mostrar que romper un mandamiento genera culpabilidad ante toda la ley. La ley es perfecta. Y seleccionar lo que quieres obedecer es desobediencia. Entonces, la ley de Dios es perfecta. Pero si dices, bueno, si voy a cumplir todo Menos estas dos cosas que... no, no, no me gustan. Realmente estás rompiendo todo la ley. Es desobediencia. Desobediencia hacia Dios. Y es que el que practica obediencia selectiva, se engaña a sí mismo. En Galatas 5.3 Y dice, otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. Eso es lo que dice el apóstol Pablo. Hay algunos que estaban enfocándose en cumplir ese mandamiento para los israelitas de circuncidarse. Y estaban enfocados en eso y eso era su prioridad. Pero Pablo dice, vale, eso es bueno, pero tienes que cumplir toda la ley. Tienes que cumplir toda la ley. Eso es Galatas 5-3. Mateo 5, del 18 al 19. Jesús dice, porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos. Mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Eso es Mateo 5, 18. donde Jesús pone ese énfasis de que es serio. O sea, romper la ley de Dios, sea rompiendo unos pequeños mandamientos o uno de los grandes, aún así es romper la ley de Dios. Es serio. Y es que romper la ley de Dios en cosas pequeñas o grandes tiene la misma seriedad. En ambos casos, se está despreciando la ley de Dios. Y por ello, Santiago, inspirado por Dios, quiere dejar extremadamente claro que cada mandamiento es importante. Ahora, aquí en versículo, en versículo 10 dice, porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Entonces, por solamente errar en una cosa, eres culpable de todos, ¿no? De todas formas, hay que recordar que nosotros nacemos siendo pecadores. Entonces, no nos volvemos pecadores al pecar, sino nacemos siendo pecadores y pecamos. Y rompemos la ley. Pero aquí, en este contexto, Santiago quiere dejar claro que si se hace favoritismo, o si se muestra favoritismo, acepción de personas, o incluso se hace, se desobedece en otro punto de la ley, ¡eres culpable! Y para demostrarlo, versículo 11 dice, porque Él dijo, ¿quién es el que dijo? Dios. No cometerás adulterio. También ha dicho, no matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Entonces, vemos cómo Santiago ahora explica que la ley es una unidad. Es una unidad inseparable. La ley de Dios no se puede dividir. ¿Por qué? Porque Dios no se puede dividir, ¿no? Menospreciar una ley es menospreciar a Dios, quien es el dador de la ley. Y el texto enfatiza que la ley no es solamente un texto, sino viene de una persona que habla, una persona hablando. Por eso dice, porque Él dijo. ¿No? Son palabras divinas. La ley no es un documento impersonal. Es la palabra de Dios. Es la palabra que refleja Su voluntad. Es Su voluntad revelada. Aquellos que escuchan la ley, que tienen fe en su ley, que ponen en práctica su palabra, pues tienen fe en Dios y entran en una relación con Él. Y, al mismo tiempo, son responsables delante de Él, ¿no?, de poner en práctica su voluntad, poner en práctica su palabra. Si vemos la ley como una serie de mandamientos separados, individuales, podríamos asumir que si desobedecemos uno de ellos, sólo acarrearíamos la culpa de ese mandamiento. ¿No? Tenemos toda esta... esta gama, ¿no?, esta... todos estos mandamientos, pero si los vemos de manera individual, pensamos, ah, bueno, sí, solamente he roto un mandamiento. Ya está. Solamente he roto uno. Eh... He mentido, ¿no? He dicho falso testimonio. Solamente he roto ese. Lo que Santiago está diciendo es no. Al romper uno has roto todo. Has roto toda la ley. Porque es una unidad inseparable. Porque refleja la voluntad del dador de la ley. Y es que la ley refleja el carácter de Dios. Por eso se debe de guardar toda la ley de Dios. Violar un mandamiento es desobedecer a Dios y ser culpable delante de Él. Por ello, romper un mandamiento es desobedecer al dador de la ley. Ahora aquí, si notáis, en versículo 11 menciona el adulterio y menciona el matar, ¿no? Lo que está haciendo es usando dos de los diez mandamientos que encontramos en éxodo 20. Éxodo 20 del 13 al 14 menciona no matarás, no cometerás adulterio. Eso es éxodo 20 del 13 al 14. Hay que recordar también que Jesús expande estos mandamientos porque podrías pensar, bueno, el adulterio es algo que ocurre físicamente, ¿no? Pero Jesús dice, oísteis que fue dicho a los antiguos, no matará, perdón, en versículo Mateo 5, 27, oísteis que fue dicho, no cometerás adulterio, pero yo os digo, que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Entonces, va más allá que solamente algo físico. Es el codiciar, el desear, el mirar a una mujer para codiciarla. Nos dice ahí Mateo 5, del 27 al 28. Entonces Jesús expande la ley diciendo no solamente algo físico, Es también algo del corazón, de la mente, el mirar a una mujer para codiciarla. Pero también Jesús, en ese mismo texto, en Mateo 5, del versículo 21 al versículo 22, expande también la ley de matar. Pensamos, bueno, matar es matar a alguien físicamente. Pero Jesús dice, no, va más allá que eso. Es odiarle. Porque nos dice Mateo 5.21 Oísteis que fue dicho a los antiguos no matarás y cualquiera que matare será culpable de juicio pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano será culpable de juicio y cualquiera que diga necio a su hermano será culpable ante el concilio y cualquiera que le diga fatuo quedará expuesto al infierno de fuego Es un Mateo 5 del 21 al 22. O sea, Jesús expande la ley diciendo, sí, matar incluye matar a alguien físicamente, quitarle la vida física, pero también es odiar a una persona. ¿No? O incluso ahí, tener ese... Sí, la ira para insultar a alguien. Entonces, viendo cómo Jesús expande la ley. Ahora, aquí Santiago usa estos dos mandamientos Posiblemente simplemente para decir, mira, todo... delante de Dios, todos los mandamientos tienen el mismo... mismo nivel. Rompas el que rompas, estás rompiendo toda la ley de Dios. Y... y entonces, eh... aquí está presentando esa idea de que, mira, tú puedes, eh... no cometer adulterio, dice, ahora bien, sí, no cometes adulterio, pero matas ya te has hecho transgresor de la ley. Está indicando, mira, tú puedes, tú puedes decir, ah, eh, yo no soy malo, yo solamente rompo un mandamiento, pues, Dios dice, eres culpable de todos. Has roto todos, o sea, realmente has roto toda la ley. Ahora aquí, eh, si notáis, dice, aunque no adulteres, pero matas. ya te has hecho transgresor de la ley. Aquí en Santiago es interesante porque menciona varias veces diferentes clases de violencia e homicidios. Posiblemente, Santiago está resaltando que hay algunos que están llegando a ese punto. Donde en Santiago 4, del 1 al 2, dice, ¿dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones las cuales combaten en vuestros miembros? ¿Codiciáis y no tenéis? ¡Matáis! Y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar. Combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís". ¿No? Incluye la idea de matar. O Santiago 5, 6. Santiago 5, 6. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia. Eso es Santiago 5, versículo 6. Entonces, posiblemente Santiago está pensando en que hay algunos que están rompiendo la ley del amor a tal punto que posiblemente están testificando en contra de otros, que son inocentes, pero están testificando en contra de ellos en un juicio y les dan muerte. Y entonces, llevando a muerte física también. No solamente al odio, pero aquí simplemente vemos a Santiago como presenta esa idea de que rompes un mandamiento, eres culpable de todos. Y entonces, por ello, dice, te has hecho transgresor de la ley. O sea, has roto los mandamientos de Dios. Y... eh... O sea, son mandamientos, cuando pensamos en matar y en adulterar, son mandamientos que aplican en nuestra relación con el prójimo. No tienen que ver con personas a nuestro alrededor. Por ello, mostrar parcialidad es pecado tanto como matar o adulterar. Y es que al mostrar favoritismo mostramos que somos transgresores de la ley. Y por ello no debemos hacerlo. Debemos ser imparciales poniéndonos en práctica la Palabra de Dios. ¿Qué es lo que nos dice la Palabra de Dios? Amarás a tu prójimo como a ti mismo. ¿No? Nos lo menciona ahí en el versículo 8. Y por ello en el versículo 12 Eso Santiago 2.12 dice, Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Ahora, Santiago está haciendo una conexión con el hablar y el hacer. ¿No? Debes de obedecer, ponerlo en práctica. Incluso en capítulo 3, va a tomar bastante tiempo, mucho énfasis en la lengua, en la boca, lo puedes notar ahí desde el versículo, esto es capítulo 3, del 1 al 12. Y aún en capítulo 1, versículo 19, dice, por esto, mis amados hermanos, todo hombre será pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. ponen en versículo 22, dice, pero sed hacedores de la palabra. Esto es Santiago 1, 22. Sed hacedores de la palabra, no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Y... bueno, el punto es que... que Santiago examina la boca y las axiones y hace una conexión entre ellas. O sea, debemos de... de poner en práctica la Escritura y debemos de usar nuestra boca conforme a la Escritura. Y es que lo que demuestra es que la boca Tanto la boca como las acciones son importantes delante de Dios. Por ello, hay que hablar y hacer. ¿No? Y aquí dice, así hablad y así haced como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. O sea, dándonos cuenta de que en el futuro Dios nos va a evaluar. ¿Conforme a qué? Conforme a la ley de la libertad, que se está refiriendo a la Escritura. Y es que los creyentes deben de demostrar su fe con su conducta. El creyente debe de constantemente ajustar su conducta, reconociendo que la evaluación de Dios aún queda en el futuro. O sea, Dios nos va a evaluar. ¿No? Cristo, si has puesto tu fe y confianza en Jesús como el Señor y Salvador, Cristo tomó toda la ira que te merecías. Entonces, no vas a ser juzgado en ese sentido. No vas a recibir la ira de Dios. pero si eres creyente vas a ser evaluado. No vas a recibir recompensas dependiendo de... de tu vida, de cómo has vivido, de tus obras. Y por eso hay que mantenerse puros y sin mancha del mundo. Debemos de recordar que vamos a ser juzgados por nuestras obras. Nos dice Mateo 12, 36. Más yo os digo, más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día de juicio. O sea, nos van a evaluar nuestras palabras. Eso es Mateo 12, 36. Mateo 16, 27. El Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 1 Mateo 16, 27 o 2 Corintios 5, 10. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Esos Segundos Corintios 5, 10. O sea, esa evaluación que da en el futuro, ese juicio de evaluación que da en el futuro, vamos a presentarnos delante de Dios, Él nos va a dar conforme a nuestras obras. Por eso debemos de, como nos dice aquí en el siglo XII, así hablad y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Es que el creyente debe de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios en toda área de su vida. Debe de vivir de acuerdo a la palabra de Dios. Aquí menciona la ley de la libertad, se refiere a la palabra de Dios. Ha mencionado en el capítulo 1, versículo 25, capítulo 1, versículo 25, ha mencionado la perfecta ley. En capítulo 2, versículo 8, ha mencionado la ley real y ahora la ley ahora aquí en versículo 12 la ley de la libertad refiriéndose a la palabra de Dios la razón por la que se refiere aquí a la palabra de Dios como la ley de la libertad es porque es una obligación que cumplimos con gozo por el conocimiento de que Dios nos ha librado del pecado Tenemos libertad por la sangre de Cristo. Él murió en nuestro lugar. Tenemos libertad. Hemos sido liberados de la esclavitud del pecado. La esclavitud de las tinieblas. Y por ello, estamos en libertad. Y vivimos de acuerdo a la voluntad de Dios. Cumplimos sus mandamientos porque le amamos. Y por ello es la ley de la libertad. Él nos ha dado su Espíritu, el Espíritu Santo, para darnos poder para obedecer. Entonces, ya no lo vemos como una ley que nos condena, sino una ley que nos da vida, una ley que nos libera, nos libera de la esclavitud al pecado. Y por ello es la ley de la libertad. Entonces, vamos a ser juzgados conforme a la ley de la libertad, conforme a la Escritura, lo cual, esa ley nos da gozo porque hemos sido transformados. Dios nos ha cambiado. Y entonces en versículo 13 dice, porque juicio sin misericordia se hará con aquellos que no hicieron misericordia, con aquel que no hicieron misericordia, y la misericordia triunfa sobre el juicio. Lo que está haciendo aquí Santiago, inspirado por Dios, es contrastar la naturaleza del juicio del incrédulo, o sea, de aquel que no cree en Jesús como Señor y Salvador, Y porque no cree en Cristo, pues no muestra misericordia. No pone en práctica la ley del amor. No ama al prójimo como a sí mismo, sino que se ama a sí mismo. ¿No? Por eso, aunque hay una fila muy larga, ¿qué es lo que hace? Pues se cuela. ¿No? No quiere esperar. Quiere quitar a los demás de encima. Eh... de... eh... quitarles del medio. Se enoja con otros rápidamente. ¿Por qué? Porque él es la persona más importante del mundo. ¿Por qué las demás personas no entienden que yo soy la persona más importante del mundo? ¿No? Deberían quitarse del medio, dejarme a mí primero, esa última manzana que queda, Es mía, obviamente es mía, porque es una persona más importante del mundo, ¿no? Ese amor por sí mismo es lo que refleja el incrédulo, es lo que no debe reflejar el creyente. Y por ello no muestra misericordia. No muestra misericordia. Y por ello lo que Santiago está haciendo aquí en este versículo, versículo 13, es contrastar la naturaleza del juicio del incrédulo con la del creyente. O sea, el incrédulo no muestra misericordia y por ello no haya misericordia. ¿Por qué no haya misericordia? Porque nunca ha puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Entonces, él mismo tiene que pagar por su pecado. Él mismo tiene que recibir la ira porque no ha decidido aceptar a Jesús como Señor y Salvador. ¿Quién es el que ha recibido la ira de Dios? no ha mostrado su fe. Por eso, el incrédulo no recibe misilicordia, sino recibe juicio. Por eso dice, porque juicio sin misilicordia será con aquel que no hiciere misilicordia. Si no muestra misilicordia, lo que está demostrando es que no es un creyente genuino. Y es que la discriminación es lo opuesto a la misilicordia. porque justicia y misericordia son atributos de Dios, el creyente también debe de reflejarlos. Al mostrar misericordia hacia otros, mostramos nuestro deseo de obedecer a Dios. La obediencia a la palabra de Dios demuestra un corazón cambiado por la gracia de Dios. Aquel que nunca muestra misericordia es porque no ha aceptado la misericordia de Dios. nuestra actitud y nuestras acciones misericordiosas evidencia la presencia de Cristo en nosotros. O sea, nuestra relación con Cristo nos asegura misericordia. Por eso la última frase del Siglo XIII dice, la misericordia triunfa sobre el juicio. Nosotros somos pecadores desde el nacimiento. ¿Merecemos misericordia? No. Necesitamos misericordia. Si no es por la misericordia de Dios, estaremos condenados por la eternidad en el lago de fuego. pero Dios nos muestra su amor. En que siendo pecadores, Cristo murió por nosotros, nos dice Román 2, 5, 8. Entonces, necesitamos la misericordia. Tenemos que darnos cuenta de nuestra necesidad de misericordia, clamar a Dios para salvación. Y entonces, nos transforma, nos cambia. Y nuestra relación con Cristo nos asegura misericordia. Y por eso la misericordia triunfa. Triunfa sobre el juicio, nos dice la última frase del versículo 13. porque refleja la fe genuina. O sea, mostramos misericordia porque tenemos fe. Y es que la misericordia incluye bondad, incluye amor. A pesar de la incapacidad del necesitado en devolvértelo. O sea, muestras amor aunque no te muestren amor. Muestras misericordia aunque no te muestren misericordia. Perdonas, aunque no te perdonen. La idea es reflejar el carácter de Dios. Y es que Dios espera que sus hijos demuestren su relación con Él. Incluso por eso nos dice en Mateo 5,7. Bienaventurados los misericordiosos. Porque ellos alcanzarán misericordia. Tú muestras misericordia, demuestras que has sido transformado, que has recibido la misericordia de Dios, y por ello alcanzas misericordia. Nos dice Mateo 7, 2. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados. Con la medida con que medís, os será medido. Eso es Mateo 7, versículo 2. Entonces, si juzgas, si criticas, pues eso es la misma, con esa misma evaluación te van a evaluar. Por eso, muestra misericordia. en Zacarías, Zacarías 7, 9, "...judgad conforme a la verdad, y haced misilicordia, y piedad cada cual con su hermano." Zacarías 7, 9. Es que aquellos que han recibido perdón, aquellos que han recibido misilicordia, deben de mostrar misilicordia, deben de perdonar. si recordáis en Mateo 18 Jesús menciona la parábola de dos deudores y uno de ellos debe una cantidad que nunca podrá pagar en su vida y se le perdona la deuda pero luego cuando sale se encuentra con un siervo con un consiervo que le debe poco Bueno, relativamente, en comparación con lo que ha sido perdonado. Y... Y entonces, le exige que se lo pague, ¿no? No quiere perdonar. Y... Entonces, eh... ¿qué es lo que ocurre? Al final de... de... de la parábola, esa historia, dice, ¿no debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? O sea, y lo que Jesús está dando a entender es que si has sido perdonado, si has recibido misericordia, debes de mostrar misericordia, debes de perdonar a otros. En Mateo 6,12. O sea, esa parábola que acabo de mencionar es en Mateo 18, del 23 al 35. En Mateo 6,12 dice, perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores". O sea, tenemos que considerar eso. Porque si tú no estás dispuesto a perdonar, ¿vas a recibir perdón? ¿No? Por eso dice, perdónanos como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. O sea, consideremos cuál es nuestra actitud, cuál es nuestro amor hacia los demás. ¿Realmente perdonamos a otros? Nos dice Mateo 6, 14 al 15. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial. Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Eso es Mateo 6, del 14 al 15. ¿Por qué? Porque si no perdonáis, demostráis que no habéis sido perdonados. Si no habéis sido perdonados, es porque no habéis postrado vuestra fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Y por ello, seguís mereciendo la condenación. Y es que Dios requiere que mostremos amor, que mostremos misilicordia. Por eso aquí, en versículo 13, volviendo aquí a Santiago, 2.13 dice, porque juicio sin misilicordia será con aquel que no hiciere misilicordia. Y la misilicordia triunfa sobre el juicio. Entonces, todo este, toda esta sección, desde el versículo 8 al versículo 13, está argumentando la importancia de obedecer la palabra de Dios siendo imparcial. Siendo imparcial, poniendo en práctica la Palabra de Dios. Porque, vale, te ofenden, te dañan, bueno, muestra misericordia, muestra perdón. Incluso nos dice 1 Pedro 4,8, el amor cubrirá multitud de pecados. Eso es 1 Pedro 4,8. Debemos demostrar amor. Y ahí nos dice, en versículo 8, La ley, ¿no? Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Como a ti mismo. En Filipenses 2, va un poquito más allá. Porque nos muestra que debemos de amar a los demás como más que a nosotros mismos. O sea, tratarles como superiores a nosotros mismos. Nos dice Filipenses 2, Versículo 2. Completad mi gozo sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánime, sintiendo una misma cosa. Versículo 3. Estos filipenses, 2-3. Nada hagáis por contienda o por vanagloria. Antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros". Esos filipenses 2, del 2 al 4. ¿Y qué es lo que hace a partir del versículo 5? Da el mejor ejemplo a seguir. Jesucristo. Dice... ¿Crees que eso es difícil? Mira a Jesús. Síguele a Él. ¿No? Sigue su ejemplo. Que Él... nos consideró a nosotros como superiores al mío. Él murió en nuestro lugar. Él tomó nuestro castigo en la cruz. y por él somos salvos. Entonces, debemos demostrar ese carácter, ese amor. Por ello, sé imparcial poniendo en práctica la palabra de Dios. Sé imparcial poniendo en práctica la palabra de Dios. Vamos a terminar en oración.
Sé imparcial poniendo en práctica la Palabra de Dios
Series Santiago
Sermon ID | 72231645124176 |
Duration | 52:54 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | James 2:8-13 |
Language | Spanish |
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