
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Esta es la segunda parte de esta pequeña serie en el libro de Filemón, que van a ser tres, esta es la segunda, y para eso vamos a leer todo el libro de Filemón. Dice Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo. A Filemón, nuestro amado hermano y colaborador. Y a la hermana Apia y a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa. Gracias a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios siempre, haciendo mención de ti en mis oraciones, porque oigo de tu amor y de la fe que tienes hacia el Señor y hacia todos los santos. y ruego que la comunión de tu fe llegue a ser eficaz por el conocimiento de todo lo bueno que hay en vosotros mediante Cristo. Pues he llegado a tener mucho gozo y consuelo en tu amor, porque los corazones de los santos han sido confortados por ti, hermano. Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte a hacer lo que conviene, no obstante, por causa del amor que te tengo, te ruego, siendo como soy, Pablo, anciano y ahora también prisionero de Cristo Jesús, te ruego por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones, el cual en otro tiempo te era inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí. y te lo he vuelto a enviar en persona, es decir, como si fuera mi propio corazón, a quien hubiera querido retener conmigo para que me sirviera en lugar tuyo en mis prisiones por el Evangelio. Pero no quise hacer nada sin tu consentimiento, para que tu bondad no fuera como por obligación, sino por tu propia voluntad. Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que lo volvieras a recibir para siempre, ya no como esclavo, sino más que un esclavo, como un hermano amado, especialmente para mí, pero cuánto más para ti. tanto en la carne como en el Señor. Si me tienes, pues, por compañero, acéptalo como me aceptarías a mí, y si te ha perjudicado en alguna forma o te debe algo, cárgalo a mi cuenta. Yo, Pablo, escribo esto con mi propia mano. Yo lo pagaré. por no decirte que aún tú mismo te me debes a mí. Sí, hermano, permíteme disfrutar de este beneficio de ti en el Señor. Recrea mi corazón en Cristo. Te escribo confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aún más de lo que te digo. Y al mismo tiempo, prepárame también alojamiento pues espero que por vuestras oraciones os seré concedido. Te saluda Epafras, mi compañero de prisión. En Cristo Jesús, también Marco, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. Antes de empezar vamos a orar. Señor, te damos gracias por este tiempo, por tu palabra también, y te pido tu ayuda, Señor, con tu Espíritu Santo, que tú puedas guiar este tiempo, puedas guiarme a mí también, y puedas ayudarme a hablar con valor, Señor, y también prepara los corazones y las mentes de mis hermanos para recibir tu palabra, que a pesar del instrumento ellos puedan, Señor, tener los oídos y puedan escuchar lo que tú tienes para ellos hoy. Gracias, Padre, por este tiempo, que tu nombre sea siempre glorificado y que también como iglesia podamos delimitarnos en lo que tú estás haciendo, vas a hacer, Señor. Y gracias por esta hermosa reunión, Señor, en el nombre de Jesús. Amén. En la anterior vimos los siete primeros versículos. Pablo escribe a Filemón y también hace mención a su esposa, también a su hijo, Arquipo. Y esto lo hace porque Ellos estaban haciendo una obra importante en la iglesia y entonces estaban ayudando, abriendo su casa para que las reuniones se lleven allí. Y también vimos que Pablo en el principio menciona a prisionero de Cristo y él está reconociendo la soberanía de Dios sobre las circunstancias en la cual él estaba atravesando. y también vimos el propósito de la carta y es que él está pidiendo a Filemón que pueda recibir a Onésimo y para recibirlo incluye que tiene que perdonarlo y está haciendo un pedido muy especial, un pedido que no simplemente es reponer lo que se perdió sino que Filemón, Onésimo vuelva y sea más que un esclavo, porque él no había dejado de ser esclavo de Filemón. Pero Pablo está intercediendo por él. Sabiendo que Onésimo, en ese tiempo que Pablo le predicó el evangelio, creyó, lo aceptó y fue transformado. Entonces tuvieron un tiempo ahí con Pablo para crecer en la fe, para también el mismo Pablo ver Si realmente había sucedido algo con Onésimo y Onésimo dio las señales de que sí. En su carácter, en su vida, en su servicio. Y. En los versículos seis y siete dice y ruego que la comunión de tu fe llegue a ser eficaz por el conocimiento de todo lo bueno que hay en vosotros mediante Cristo Jesús. Pues he llegado a tener mucho gozo y consuelo en tu amor por los corazones de los santos, porque los corazones de los santos han sido confortados por ti, hermano. Y esta era la oración que Pablo estaba haciendo por Filemón. Hablamos de la comunión también que había en la iglesia y todo esto también era una muestra del carácter de Filemón como cristiano. tenía comunión, su fe estaba siendo eficaz y Pablo le está animando. Y uno podría imaginar que esto le ayuda mucho a Filemón a poder reflexionar y ver de que la obra que se está haciendo, el servicio, por Cristo está dando frutos y más que todo frutos en su vida y Pablo le anima a eso y él había confortado los corazones estaba confortando los corazones de los hermanos recibiendo Bueno, nosotros los hacemos cada domingo, ¿no? No sé cómo lo harían ellos, si sábado o domingo, pero estaban siendo las reuniones allí y ellos estaban recibiéndolos. Y entonces ahí uno puede imaginar un poco que Pablo está también a la vez preparando el corazón de Filemón y de la familia, de la iglesia, porque venía alguien más Y venía alguien que tal vez si hubiera vuelto así de la nada, sin ninguna intercesión de alguien, hubiera sido doloroso, hubiera sido un mal trato, un mal tiempo para la iglesia, porque era alguien que había pecado contra Filemón y también había dañado en la parte económica a ellos. y la Iglesia también se iba a ver afectada, pero el regreso de Onésimo es especial. No es para pedir algo que no merecía o para decir Filemón, tú eres cristiano y deberías recibirme, eso te manda la Biblia, ¿no? Y entonces hasta ahí habíamos visto del 1 al 7. Y la segunda parte consiste desde el 8 hasta el versículo 16. Y mi sermón de hoy son tres puntos. El primero, el mediador, el segundo, un antes y un después en onésimo, y el tercero es Filemón y la providencia de Dios. Dice en el 8, por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte a hacer lo que conviene, No obstante, el 9, por causa del amor que te tengo, te ruego, siendo como soy, Pablo, anciano, y ahora también prisionero de Cristo, Jesús. Y aquí vemos que Pablo está intercediendo por Onésimo. Él está mediando esta situación entre Onésimo y Filemón, entre un esclavo y su amo. y comienza él por lo cual, esto por lo cual conecta los los versículos anteriores de hablando de Filemón, la comunión que tenía, la fe, y la consolación, y el amor para los hermanos, todo eso está conectando aquí, por lo cual dice, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte a hacer lo que conviene. Y cuando pensamos en esto de Porque Pablo, justo en esta situación, él no se presenta como apóstol con una autoridad que pudiera decir, Filemón, tienes que hacer esto y lo tienes que hacer de esta manera. Y para mí, a la medida que podía ir estudiando y también revisando comentarios para entender mejor, me daba cuenta de que la situación aquí es muy delicada, como que para que Pablo estuviera diciendo, soy el apóstol y tú me debes obediencia. Porque vemos que es un amo y un esclavo la situación, el problema que hay, ¿no? Y aquí vemos la sabiduría de Dios dándole a Pablo para tratar esta situación. Y también en esto Pablo está abriendo su corazón con un amigo en el cual no viene como el apóstol, como el escogido de Dios para predicar a los gentiles el evangelio, sino que está haciendo un pedido muy íntimo. Y para ver esto de la autoridad de Pablo, quiero que podamos abrir nuestras Biblias en 1 Corintios 9, versículos 1 al 2. Dice, no soy libre, no soy apóstol, no he visto a Jesús nuestro Señor, ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? Si para otros no soy apóstol, por lo menos para vosotros sí lo soy, pues vosotros sois el sello de mi apostolado en el Señor. Y también habrán sus Biblias en colosenses. 1.1. dice Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios y el hermano Timoteo. Estos son algunos ejemplos de Pablo mencionando que él es apóstol, que tiene autoridad y sobre todo que Dios lo había escogido para ese ministerio. Aunque Pablo tenía mucha autoridad para mandar, Él en esta situación está manejando todo este evento del perdón que necesita otorgar Filemón a Onésimo y el regreso de Onésimo también. Pero Pablo no hace uso de su autoridad, sino que él está aquí mencionando que la base de este pedido está basado en el amor que él tiene por él. Y también pensaba mucho en esto que dice, para mandarte a hacer lo que conviene. Y en esto de hacer lo que conviene se me vino a la mente lo primero que pude tener en la idea era a Pablo O sea, tratando las cosas eficazmente, así como cuando él tuvo que tratar un asunto con Pedro. Y también hay otro asunto con un joven que se llamaba Juan Marcos. Para eso quiero que abran sus Biblias en Segunda Corintios 11, 9. Y aquí también nos va a mostrar el ejemplo de Pablo. Una parte, él es un apóstol, tenía derechos, pero aquí muestra otra faceta de su vida. Dice, y cuando estaba con vosotros y tuve necesidad, a nadie fui carga, porque cuando los hermanos llegaron de Macedonia, suplieron plenamente mi necesidad y en todo me guardé y me guardaré de seros carga. En el 22 al 33 dice, son ellos hebreos, yo también soy, yo también. Son israelitas, yo también. Son descendientes de Abraham, yo también. Son servidores de Cristo, hablo como si hubiera perdido el juicio. Yo más, en mucho más trabajos, en muchas más cárceles, en azotes, en un sinnúmero de veces, a menudo en peligros de muerte. Cinco veces he recibido de los judíos 39 azotes, tres veces he sido golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y he pasado una noche y un día en lo profundo, con frecuencia en viajes, en peligros de ríos, peligros de salteadores, de mis compatriotas, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, en trabajos y fatigas, en muchas noches de desvelo, en hambre y sed, a menudo sin comida, en frío y desnudez. Además de tales cosas externas, está sobre mí la presión cotidiana de la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién es débil sin que yo sea débil? ¿A quién se le hace pecar sin que yo me preocupe intensamente? Si tengo que gloriarme, me gloriaré en cuanto a mi debilidad, el Dios y Padre del Señor Jesús, el cual es bendito para siempre. ¿Sabe que no miento? En Damasco y el gobernador bajo el rey Areta vigilaba la ciudad de los damasenos con el fin de prenderme, pero me bajaron en un cesto por una ventana en una muralla y así escapé de sus manos. Ese era el ejemplo de Pablo, el trabajo que estaba haciendo. Y entonces, si volvemos a Filemón, en el 8 dice, para mandarte a hacer lo que conviene. Y Pablo siempre hacía lo que convenía. En el 9 dice, no obstante, por causa del amor que te tengo, te ruego, siendo como soy, Pablo anciano y ahora también prisionero de Cristo Jesús. Pablo amaba mucho a Filemón y vemos que él habla del fruto de la vida, del carácter de Filemón también en el Evangelio. y entonces Pablo está tratando una situación especial con Filemón y no está haciendo uso de su autoridad. Y también está mostrando Pablo su condición a Filemón. Él le dice, por el amor que te tengo, te ruego siendo como soy, Pablo, anciano y ahora también prisionero de Cristo. Y esto en la mente de Filemón es algo que yo puedo notar e imaginar también es que le está haciendo una comparación a la vida de Filemón. Es como si le estuviera diciendo, mira mi situación Filemón, yo estoy en esto, te amo, estoy sufriendo, estoy mayor y estoy encarcelado. Ahora, Filemón lo que podría hacer era pensar en él, ¿no? Tal vez Filemón tenía en mente decirle a Pablo, a medida que va leyendo la carta, Pablo me robaron. Perdí una gran suma de dinero, alguien afrentó contra mí, rompió mi confianza. Podría decir eso, perdón Filemón, pero cuando lee lo que Pablo está escribiendo y le dice por amor, yo estoy anciano, estoy prisionero, y entonces se da cuenta de que Filemón estaba siendo muy bendecido por el Señor. Aunque había perdido, no se encontraba, por ejemplo, como la situación de Pablo, mayor y en la cárcel. En el 8 también habla de la libertad en Cristo, yo estaba pensando mucho en esto de la libertad en Cristo y entonces se me vino a la mente que libertad en Cristo podría ser decir lo que yo pienso, lo que siento y buscar Buscar mi beneficio, buscar que yo sea atendido, demandar cosas. Como en algún tiempo cuando comencé en la fe, pensé que que toda la iglesia se debía para servirnos, para socorrernos, para estar ahí cuando aún nosotros no veníamos o yo no venía a la iglesia. Pensé que yo tenía esa libertad para hacer de que si alguien me ofendió, perderme dos cultos y que el pastor se preocupe, me llame y para sentirme así libre de conducirme. Pero no es este tipo de libertad en Cristo. Y esta libertad en Cristo sólo se puede ejercer en el Espíritu Santo. Y para eso quiero citar al pastor Sugel Michelin, hablando sobre la libertad en Cristo. Dice, cuando veo a muchos cristianos que profesan ser cristianos en arbolar continuamente la bandera de la libertad cristiana, como si Cristo nos hubiera hecho libres para seguir satisfaciendo nuestros deseos. Y cuando tú le dices al hermano, no, guárdate de esto, y el hermano te dice, es mi libertad cristiana. ¿Sabes lo que es la verdadera libertad cristiana? Cristo nos hizo libres al precio de su sangre para que podamos decirle que no a nuestros deseos pecaminosos e incluso para que podamos restringirnos de cosas que aunque son legítimas pueden hacerles daños a nuestras almas o pueden dañar las almas de otros. Eso es libertad cristiana, verdadera libertad. Cristo nos libertó de la esclavitud del yo, o sea, de la carne, de mis deseos, para que podamos hacer eso y decirle que no a nuestros pecados y decirle que no a cosas tal vez que sean legítimas, pero que no nos ayuda para correr mejor nuestra carrera. Y sigue. Y yo confío en que tú, en tu corazón y en tu conciencia, tú sabes cuáles son esas cosas. Mira, si tú no puedes hacer eso, si tú no puedes decirle que no a tus deseos, no puedes hacerlo. La razón es que aún sigues siendo esclavo de tu viejo yo, lo que quiere decir que tú no eres cristiano. Para los cristianos es una lucha decir que no, yo lo sé. Lo sé por experiencia, es una lucha. Pero, ¿saben por qué se reconoce al cristiano? porque están luchando, están luchando. Y cuando se caen, vuelven y se levantan en arrepentimiento y regresan al campo de batalla para seguir peleando. Es eso lo que identifica a un verdadero cristiano. Hasta aquí la cita. Y esto nos ayuda a tener una idea de qué es hacer lo que conviene, ¿no? Y a mi manera de entender, Lo que Pablo va a hacer lo que conviene es todo lo que sea mejor para la gloria de Dios, para la gloria de Cristo, para su obra, para su evangelio. Y en Gálatas también dice sobre la libertad, hablando de la comida, de obtenerse a muchas cosas, y también habla de la madurez. de poder ser maduro y también entender a los que están abajo. Si no puedes comer esto por amor de tu hermano, no lo hagas y entonces así. Y siguiendo. Pablo basa su pedido en el amor. Él amaba a Filemón. y también ahora a Onésimo. También abre su corazón a Filemón diciéndole la condición en la que se encuentra. Y hablamos al anterior sobre este tipo de amor que no es nuestro, que no estaba en nosotros tampoco, pero cuando somos salvados, cuando el Espíritu mora en nosotros, entonces estamos facultados para amar de esta forma. Abran sus Biblias en 1 Corintios 13, versículos 1 al 7. Es muy conocido esta Esta sección, pero aún así quiero leerlo. Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o símbolo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha. El amor es paciente Es bondadoso, el amor no tiene envidia, el amor no es ansioso, no es arrogante, no se porta indecorosamente, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido, no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo sufre, todo lo crea, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Y es este amor el que menciona aquí que Filemón tiene. Y es este amor que Pablo está demandando de Filemón, pero con un pedido de amigo, con un pedido de confianza íntimo, que no es una orden, que no es una obligación. Y le está mostrando a Filemón, o mejor dicho, preparando su corazón. Hablamos de la comunión que tenía él, que recibía a los hermanos y que consolaba, que los llenaba de gozo y ahora le está diciendo que igualmente, de esa misma forma, con este tipo de amor reciba a Onésimo. Cuando Pablo abre su corazón a Filemón y le muestra su condición, hace que Filemón pueda pensar y reflexionar en la suya. Y en esto del Evangelio hay muchas distorsiones. Pensamos que el Evangelio es para arreglar nuestras vidas, para arreglar nuestros problemas, no tener dificultades, muchos a veces incluyen incluyéndome a mí en persona. He venido ante el Señor diciéndole arréglame esta situación y yo te voy a servir. O dame esto, sáname y yo te prometo que voy a ser fiel. Pero aquí en el pedido de que Pablo hace y también acabamos de leer Primera Corintios 13 y vemos qué tipo de amores, de sufrido y muchas otras aquí. Y eso es lo que está pidiendo él. Al buscar su regreso en el amor, Pablo da por hecho que perdonar es muy difícil y que el perdón es una dádiva, un regalo, una misericordia, porque alguien pagó el precio que tú jamás podrías pagar. El perdón no es un privilegio. No es que yo me lo merezco o que yo soy suficientemente bueno para que el Señor pudiera fijarse en mí. Y tenemos el propio ejemplo de Onésimo. Él conoció al Señor en una situación donde hizo mucho daño y quizás ahora, imagino, él había gastado el dinero o lo más probable es que se lo habían quitado a otros ladrones y conoce el Evangelio en esa condición. Y cuando venimos al Señor, como hacía mención antes, muchos venimos en la ignorancia de decir, Señor, dame esto y yo hago esto por ti. Pero aquí lo que quiero que podamos ver y entender es que cuando venimos al Evangelio es porque hemos visto nuestra verdadera condición. Así como Onésimo, No podía pagar lo que había hecho, el dinero, devolver y necesitaba de alguien más. Y entonces, por eso el primer subtítulo de mi sermón era el mediador. Alguien tenía que hacer algo. Alguien tenía que interceder por Onésimo. Alguien tenía que hacerse cargo de la cuenta. Muchas veces decimos la justicia es justicia y no podemos saltarla. Pero cuando nos toca a nosotros es distinto. Queremos misericordia, queremos que nos perdonen. Imagínense tanto dinero. ¿Quién no quisiera que prestarse dinero y decir en un tiempo que se lo gasta y pedir al que le prestó ya no me lo cobres, regálamelo. Pero las cosas no funcionan así, ¿no? Y por eso es el título mediador. Necesitamos de alguien. Al mismo tiempo necesitamos ver nuestra condición, porque si no vemos nuestra condición, no vemos la necesidad de un mediador tampoco. No vemos que estamos perdidos y que en nosotros no hay nada que podamos hacer para saldar una cuenta tan grande. La segunda parte, un antes y un después en Onésimo, que está en el versículo 10 al 14. Dice, te ruego por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones. el cual en otro tiempo te era inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí. Tenemos a Pablo rogando y también abogando por Onésimo. Onésimo fue convertido por el Señor por la predicación de Pablo en su prisión. Y una de las evidencias de aquí del arrepentimiento de Onésimo era que Cuando él robó, cuando él escapó, se volvió inútil. Ya no servía, había causado daño y entonces él reconoce su condición también que ya no tiene nada. Pero en esto llega donde Pablo, Pablo le predica el Evangelio y se convierte, el Señor lo convierte ahí. y entonces dice el cual en otro tiempo te era inútil pero ahora nos es útil a ti y a mí y veía como en esta parte como una marca de verdadero arrepentimiento es nuestro servicio cuando nos arrepentimos reconocemos la autoridad del Señor sobre nuestra vida Reconocemos la necesidad de comunión, como habla en los primeros versículos, en la necesidad de dar fe, de dar testimonio. Y el Señor bendice esta obra maravillosa que es su Evangelio a través de nuestras vidas. Y eso es lo que está haciendo Onésimo, dando frutos de su arrepentimiento, siendo útil a Pablo y Pablo también va a mencionar más adelante que va a ser muy útil para, no solamente para Filemón, no solamente para servir en su casa, sino para el Evangelio. Y en esta parte, una de las aplicaciones que podríamos tomar es si esta señal de arrepentimiento es parte de nuestra vida, si es parte de nuestro diario vivir. Porque si tomamos como ejemplo a Onésimo, Onésimo no solamente iba a volver a su casa, sino también a la iglesia, como un hermano y un hermano amado. Y esto me hace entender de que nuestro servicio también es aquí, pero también es en casa, también es afuera. Y también mi ánimo en esto es que a medida que vamos pasando por esto, pudieran ir pensando, meditando, cómo está nuestro servicio, cómo está nuestra vida de adoración, de devoción, cómo le estamos sirviendo al Señor, como le estamos sirviendo a nuestras esposas, a nuestros hijos que los tienen, a nuestros hermanos y a los demás. El arrepentimiento y el amor. Es otra parte que también quiero hablar. Onésimo fue salvo mostrando a través de su vida y su servicio que amaba al Señor y a Pablo. Pablo llega a comparar a Onésimo con su propio corazón mostrando su amor por Onésimo. En el versículo 11 al 12 dice En el 11 dice, en el cual en otro tiempo te era inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí, y el 12, y te lo he vuelto a enviar en persona, es decir, como si fuera mi propio corazón. Pablo está mandando a su hijo Onésimo como lo más preciado que él pudiera tener. Es como si él hubiera quitado su corazón y lo hubiera envuelto en una caja. No tengo idea cómo se llama el proceso de trasplante de corazón y el proceso anterior para conservar el corazón del donador a la persona, pero lo que he visto es que Tienen mucho cuidado de mantenerlo con la temperatura ideal, en el clima ideal para poder llevarlo y para poder hacer la operación y ponerle a otra persona. Y a Pablo aquí está recomendando lo mismo, le está diciendo que cuando lo vea a Onésimo ahí sentado en la primera banca tal vez, él pudiera no ver al ladrón, no ver al que le lastimó, al que hirió a la familia, al que tal vez le dejó mal parado ante la iglesia, sino que lo viera como algo precioso. Y creo que otro, también otro ejemplo de por qué ver al hermano como algo precioso, algo amado, es porque Nosotros llevamos la imagen de Dios en nosotros. Y me hacía reflexionar mucho, porque como humanos estamos sometidos a muchas imágenes, que olvidamos lo importante. A veces vemos lo que hermano me dañó, lo que el hermano no me saludó, pero no lo vemos como algo precioso. y en esto de vernos, de tratarnos, siempre va a haber falta, siempre va a haber que nos lastimamos, pero también lo maravilloso es que podemos animarnos, como Filemón animaba a la iglesia, le llenaba de gozo, de consuelo, y una de las cosas que a mí me llena de gozo es el estar acá, el poder haber llegado también en algún tiempo así, y que alguien te reciba, que alguien te ayude a ser más útil, como a Onésimo le van a ayudar, como Pablo le había ayudado también a él, pero ahora iba a ser en la iglesia, con alguien que le había lastimado, pero que ya no se iban a tener la misma relación, sino una relación mucho más elevada. Y a mí me viene a la mente que hacer lo que conviene es hacer eso. Ver todos estos aspectos que Pablo está tratando y llevarlo a un nivel que esté mucho más arriba de lo que nosotros pudiéramos imaginar que fuera bueno. Hubiera sido bueno que Onésimo devolviera el dinero, eso hubiera sido lo justo, ¿no? Pero aquí tenemos que no puede hacerlo y que alguien más tiene que ayudarle. Quisiera que abran sus Biblias en Hechos 15, versículos 36 al 40. 36 al 40. Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé, volvamos y visitemos a los hermanos en todas las ciudades donde hemos proclamado la palabra del Señor para ver cómo están. Bernabé quería llevar también con ellos a Juan llamado Marcos. Pero Pablo consideraba que no debían llevar consigo a quien los había desertado en Panfiblia y no los había acompañado en la obra. Se produjo un gran abtecado un un desacuerdo tan grande que se separaron el uno del otro y Bernabé tomó consigo a Marcos y se embarcó rumbo a Chipre. Más Pablo escogió a Silas y partió siendo encomendado por los hermanos a la gracia del Señor y viajaba por por Siria y Cilicia confirmando a las iglesias. En En Galatas 2.11 al 14, yo quiero que sepáis hermanos que el evangelio que fue anunciado por mí, perdón estoy leyendo el 2.11, pero cuando Pedro vino a Antioquía me opuse a él cara a cara porque era de condenar Porque antes de venir algunos de parte de Jacobo, él comía con los gentiles. Pero cuando vinieron, empezó a retraerse y apartarse, porque temía a los de la circuncisión. y el resto de los judíos se le unió en su hipocresía, de tal manera que aún Bernabé fue arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban con rectitud en cuanto a la verdad del Evangelio, dije a Pedro, delante de todos, si tú siendo judío ¿Vives como los gentiles y no como los judíos? ¿Por qué obligas a los gentiles a vivir como los judíos? Y ahora, contrastando con lo que Pablo está enviando a Onésimo, y lo está enviando como algo especial, su corazón. Y vemos aquí dos detalles, ¿no? Que para que Onésimo pudiera por decirlo así, pasar la prueba, es que él dio un testimonio realmente de su conversión. Aquí vemos el actuar de Pablo con autoridad, preciso y llamándole la atención a Pedro. diciéndole ¿Por qué te comportas así? Imagínense en la multitud que si el pastor Eduardo hiciera algo con los otros pastores llamándole la atención así pensaríamos es muy duro ¿No? ¿Cómo va a hacer eso? Pero vemos aquí a Pablo en cuanto a Filemón lleno de amor viendo ese otro lado de Pablo ¿No? Ese lado de que es amigo, que es íntimo, que también él se duele y que él va a ayudarte, va a hacer todo lo posible por mostrarte el Evangelio en su vida para que tú lo puedas conocer más. Es evidente el amor de Pablo por Filemón, pero también por Onésimo, porque ambos eran muy útiles en el ministerio y mostraban verdadero fruto de su arrepentimiento y fe. en esta parte del arrepentimiento y el amor, debería también llevarnos a pensar a nosotros cómo estamos viviendo el Evangelio, si lo estamos haciendo de manera dura, de manera que pudiera decir o pensar que voy a ver por mis intereses o realmente porque al Señor le importan mucho las vidas, le importa mucho salvar, porque si no le importara, él no hubiera mandado a su hijo a morir por nosotros. Y hasta aquí también podemos ver que hay servicio, hay amor de parte de De Pablo para ellos también hay amor, en respuesta de parte de Onésimo y de Filemón. La tercera parte, Filemón y la providencia de Dios. Versículo 14. Pero no quise hacer nada sin tu consentimiento, para que tu bondad no fuera como por obligación, sino por tu propia voluntad. Pablo no está forzando a Filemón, sino está apelando al amor, el mismo que tiene él, que tiene Filemón y que ahora también tiene Onésimo. Y es este tipo de amor ágape al que estamos hablando. Y es interesante el hecho de pensar la autoridad de Pablo y ahora que le estoy diciendo no quise hacer nada sin tu consentimiento, para que tu bondad no fuera como por obligación, sino por tu propia voluntad. Los jueves estamos llevando el Evangelio, aprendiendo que es el Evangelio la situación nuestra, cómo predicarlo, y cada inicio que tenemos del estudio hay un tiempo para compartir qué estamos haciendo con el evangelio, si lo hemos compartido, si lo hemos vivido, si lo estamos aplicando, y este jueves tenemos un examen también, y yo me preguntaba No he podido hasta ahora compartir de una manera así frontal con alguien, decirle esto del Evangelio y qué voy a decir el jueves. Pero el Evangelio no solamente se aplica para llevar a los perdidos, también se aplica en nuestras vidas. Se aplica como está habiendo nuestra esposa el poder del Evangelio en nuestras vidas, cómo estamos viéndolo en los demás también, cómo estamos tratando situaciones difíciles, como Pablo está tratando con Filemoni y Onésimo. Y en este punto también Hablando, este amor agape no está en nosotros, sino que Dios lo coloca en nosotros por medio del Espíritu Santo, obrando y controlando nuestras vidas. Gálatas 5, vayan ahí por favor. 16 al 25. Digo, pues, andad por el Espíritu y no cumpliréis el deseo de la carne, porque el deseo de la carne es contra el espíritu y el del espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro de manera que no podéis hacer lo que deseáis, pero si sois guiados por el espíritu no estáis bajo la ley. Ahora bien, las obras de la carne son evidentes los cuales son inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes contra las cuales os advierto, como ya los he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio, Contra tales cosas no hay ley, pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos por el Espíritu. El versículo 15 y 16 en la carta de Filemón dice, porque quizá por esto se apartó de ti por algún tiempo. para que lo volvieras a recibir para siempre. No ya como esclavo, sino más bien, sino más que un esclavo, como un hermano amado, especialmente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. Es maravilloso poder leer estos dos versículos y poder notar que aunque Pablo no menciona directamente sabe todo lo que está bajo el gobierno de Dios. Sabe que todo está bajo el gobierno de Dios. Pero quizá por esto se apartó de ti, dice. Y esto es donde llegué a este punto y dije, Señor, creo que soy muy inútil porque esto está hablando de la providencia de Dios. Y muchas veces en mi vida yo, por ser testarudo, por ser terco, cosas que sucedieron, en vez de ver el otro lado, solo veía que el Señor no me amaba, que el Señor no tenía nada que ver conmigo. y aquí vemos por qué quizá por esto se apartó de ti por algún tiempo para que lo volvieras a recibir para siempre y a veces siempre preguntamos por qué, por qué me pasó esto, por qué me pasó lo otro y una de las cosas que para mí me costó superar fue el hecho de de perder a mi mamá a los 15 años, unas dos semanas antes de cumplir 16. Y mi mamá fue la que me llevó a la iglesia, quien me compartió el evangelio. Y yo estaba en una etapa donde estaba muy feliz, muy contento por conocer al Señor, por ver al Señor en la vida de mi mamá también. Pero cuando pasó esto, fue como que como que si te golpearan y olvidaras todo lo demás, olvidaras el gran beneficio del Señor que hizo por ti y te centraras solamente en tu pérdida. Y recuerdo que me llené de mucha rabia, de mucha tristeza, de mucho resentimiento porque no le encontraba un sentido a todo esto. Yo decía, Señor, Me quitaste la única persona que me había mostrado realmente lo que tú eres, tu evangelio, el poder en ella. Porque para mí era como que yo le veía a ella y decía, Señor, ¿qué tiene ella que yo no tenga? Porque aún en enfermedad, aún en escasez, servía al Señor y yo veía todo eso. ¿Qué tiene ella? Y lo que pude aprender de eso ahora recién es que ella tenía al Señor, lo más precioso para ella. Y creo que lo mismo me dejó para mí. Si no fuera que el Señor me amara y que Él hubiera hecho eso, yo no hubiera entendido que lo más precioso que yo tengo no era mi mamá, no era que pudiera tenerla por 100 años y todo eso, sino que lo más precioso es Dios y el Evangelio que ella me dejó. Y ese es el mismo Evangelio que me mantiene aquí todavía, y sé que me mantendrá todavía más, pero eso es lo bello, ¿no?, de la vida cristiana, que tú puedes caminar, puedes tener confianza, Pero nadie quita que vendrán pruebas muy difíciles, pruebas que quizás te harán dudar de lo que crees, de lo que estás haciendo. Pero gloria a Dios por el Evangelio, por los pastores y también por instrumentos como yo que está aprendiendo de esto. Pero aún así, con todas las debilidades, quiero honrar al Señor y y también prepararme más. Sé que me falta mucho. Yo escuchaba los dos sermones anteriores de Eduard y Jaime, el pastor Jaime, y veía la gran necesidad de prepararme más, pero también veía el gran consuelo del Señor. que Él puede tomar personas como Onésimo, con una gran deuda, pagar eso, restituirte, y el hecho de que ustedes estén aquí, de que sus hijos estén con ustedes, que crean el Evangelio, es porque alguien, alguien más pagó, hizo lo que se tenía que hacer para que tú pudieras estar acá, para que tú pudieras creer, Y eso es lo maravilloso. Este evangelio seguirá por la eternidad. Como decía Paul Washer, no hemos conocido gran parte del evangelio. Él dice, hemos conocido una pequeña parte. Que las eternidades, por las eternidades, vamos a seguir admirándonos por eso. Y cuando yo escuché eso, realmente fue para mí una gran revelación. Porque yo, en mis principios, cuando escuché el Evangelio, acepté al Señor, bueno, en la iglesia que estaba, así era, ¿no? Hacías la oración del pecador y eso. Pero después pensé que sólo era eso y que el cielo iba a ser una especie de vacaciones donde tú vas y y todo es centrado en ti, ¿no? Pero no va a ser así. Y a manera de que vamos creciendo, el ser humano se aburre de todo, ¿no? Se aburre hasta de descansar, hasta de ver películas, se aburre, se aburre de todo, de la compañía. Y si no fuera el Evangelio, yo diría, Señor, ¿qué estuviéramos haciendo? El Evangelio nos ayuda a vivir coherentemente con con una visión que trasciende los cielos, la eternidad. Y allá seguiremos aprendiendo, seguiremos conociendo a nuestro Señor, admirados. Y una de las cosas que me alegra, me llena de gozo, es que en el Señor somos útiles. En el cielo vamos a seguir aprendiendo, admirándonos de Él. No va a haber tiempo para para aburrirnos, para muchas otras cosas que aquí son tediosas. El cielo es algo que no cabe en nuestra mente, nuestra imaginación no llega hasta ahí. Dice cosas que ojos no vio, que no se concibió en la mente, son las que están preparadas. Y no me puedo imaginar ver al Señor en su trono, sirviendo, Y eso es lo maravilloso, que podemos tener nosotros la esperanza de que vivimos en un mundo donde va a pasar. Y mientras va pasando hay dolor, hay necesidad, pero nosotros tenemos esperanza. Quiero que puedan abrir sus Biblias en Romanos 8, 28. Esto habla de la providencia de Dios. Es un tema muy amplio la providencia de Dios. Y yo aún apenas he comenzado en esto y digo, Señor, ¿cuánto me falta? Pero es maravilloso. Este es nuestro Dios. Algo que no puede caber en nuestra mente. Dice en 8.28. Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien. Esto es para los que son llamados conforme a su propósito. Otro ejemplo también está en Génesis 45. Versículo 1 al 8. Dice así. José no pudo ya contenerse delante de todos los que estaban junto a él y exclamó, Hacé salir a todos de mi lado. Y no había nadie con él cuando José se dio a conocer a sus hermanos. Y lloró tan fuerte que lo oyeron los egipcios y la casa de Faraón. Se enteró de ello. José dijo a sus hermanos, yo soy José, ¿vive todavía mi padre? Pero sus hermanos no podían contestarle porque estaban atónitos delante de él. Y José dijo a sus hermanos, acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron y él dijo, Yo soy vuestro hermano José, a quien vosotros vendisteis a Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido aquí, pues para preservar vidas me envió Dios delante de vosotros. Porque en estos dos años ha habido hambre en la tierra, y todavía quedan otros cinco años en los cuales no habrá ni siembra ni siega. Y Dios me envió delante de vosotros para llevaros un remanente en la tierra y para guardaros con vida mediante una gran liberación. Ahora pues, no fuisteis vosotros los que me enviasteis aquí, sino Dios y el y él me ha puesto por padre de faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto. Ahora quiero leerles un concepto de la providencia de Dios. La divina providencia es la incesante actividad del creador, incesante, nunca para, mediante la cual, con gran bondad y misericordia, Él mantiene a sus criaturas en ordenada existencia. Además, guía y dirige todos los acontecimientos, circunstancias y acciones libres de los ángeles y hombres, y encamina todo hacia el fin propuesto para su propia gloria. Pablo no pone el énfasis en que Onésimo se escapó, sino en la voluntad de Dios, cosa que no se puede ver en la carne, sino en el Espíritu Santo. Y aquí viene la pregunta, en vez de preguntar por qué me pasa esto, si no debemos preguntar por qué me está pasando, para qué me está pasando esto. Y es lo que me animo para ustedes que puedan pasar a la segunda pregunta, ¿no? ¿Para qué me está pasando esto? ¿Para qué el Señor está utilizando esta situación o cualquier circunstancia en su vida? Filemón tiene mucho que perder si no perdona como él fue perdonado, pero tiene mucho que ganar si perdona como Cristo. Pablo está destruyendo la esclavitud de una manera muy eficaz. El Evangelio es poderoso. Y para concluir, mi ánimo es este. Yo aún no conozco mucho sobre la providencia de Dios. Estoy empezando. a conocer sus propósitos, sus mandamientos, cómo Él quiere que dirija mi vida, cómo Él quiere que le obedezca, cómo Él quiere que afrente situaciones difíciles. Pero es maravilloso que nuestro Dios tiene el control de todo y en Él es al que confiamos nuestros pasos, nuestra salud, nuestra vida, nuestra economía. Pero a medida que pasaba por todos estos textos, Pensé que era como algo repetitivo, que ya todos saben, que ya todos lo han escuchado antes. Y sé que han escuchado, ¿no? Hay tantos pastores muy buenos que explican las cosas muy bien, te hacen entender. Pero cuando uno llega a esta parte es bien personal. Eres tú y Dios. Y en esta parte lo único que podría decirle y animarles es que, como dicen los productos de subsidio, consumen lo nuestro igual, de esa misma manera, que pudieran ustedes decir, yo quiero vivir como el pastor Jaime, como el pastor Eduard, seguir su ejemplo. Y Señor, gracias por tu palabra, aunque Ahora viene de parte mía con mucha necesidad, debilidad, pero el Señor está obrando, es su palabra, es su evangelio. Y eso a mí me dio calma, me dio tranquilidad de saber de que por más que pudiera tener palabras muy excelentes, si el Señor no obra, no va a haber cambio, no va a haber la obra maravillosa de perdón, de conocer los preceptos del Señor, de vivirlos, y como dice David, ¿no? De que sean un deleite para nosotros. Y a manera de terminar, quiero leerles una canción. Es una canción muy especial, en especial para mí. Cuando la escuché por primera vez, me llenó de tanta alegría y de gozo, porque llevó mi mirada por encima del sol. Y el título es así. Por encima del sol. Por encima del sol hay una vista real. De allí la vida se puede ver como es en verdad. Una visión celestial de todo lo terrenal. Toda la historia se ve a la luz de la eternidad. Quiero fijar mis ojos mucho más allá de lo que puedo ver. Miles de páginas me sirven de ventana para andar por fe. Mi Dios está en su trono y lo gobierna todo. ¿Puedo yo confiar? Pues soberano es Él. Pueden subir las aguas, firme está mi alma, cuando puedo ver por encima del sol. Por encima del sol se puede ver redención. Todo lo viejo cambiando por una nueva creación. La más profunda aflicción luego se vuelve una nueva canción. Cuando yo puedo un destello ver de la gloria de Dios. Puedo pasar por el fuego, que soplen los vientos, se agitan los mares, pues no hay sufrimiento. que no dé buen fruto de vida a su tiempo. Mientras yo espero, mis ojos están por encima del sol. Que Dios lo bendiga, hermanos.
La práctica del perdón Cristiano #2
Series Filemón
Verdad principal: La vida del cristiano debe ser un fiel ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo. Debemos esforzarnos en parecernos más a Él, cuando perdonemos, busquemos la reconciliación y la restauración entre hermanos.
Es en el perdón, cuando más nos parecemos a Jesús, nuestro Salvador.
Escrituras tomadas de: La Biblia de las Américas® (LBLA®), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.LBLA.com
Sermon ID | 721242175274 |
Duration | 1:10:06 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Philemon 8-16 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.