Está escuchando Preguntas y Respuestas Bíblicas con John MacArthur, maestro y autor de la serie Comentarios MacArthur del Nuevo Testamento. En estos días hay mucho debate acerca del grado de involucramiento cristiano en la cultura secular. ¿Acaso los cristianos deben buscar puestos políticos? ¿O acaso los cristianos deben molestarse en votar? ¿O deben los cristianos esforzarse por bocotear y estar en huelga? Un versículo que parece abordar el debate es Juan 18, 36, en donde Jesús le dijo a Pilato, una persona con un cargo político, citó, mi reino no es de este mundo. John, ¿qué quiso decir Jesús con eso? La mejor manera de responder a eso es decir esto. Puedes buscar un cargo político, ciertamente puedes votar, si quieres puedes protestar de una manera pública en contra de cosas inmorales, pero no confundas eso con el reino de Dios. Hazte la pregunta, ¿cuánta energía, cuánto dinero, cuánto involucramiento quiero darle al reino de este mundo? ¿Acaso debemos protestar en contra de decisiones pecaminosas hechas por el gobierno? Claro, debemos hacerlo porque tenemos que adoptar una postura a favor de la justicia. Pero tienes que entender que nuestro mandato no es limpiar los reinos de este mundo. Nuestro mandato es proclamar al Rey y su reino, el cual es un reino celestial. Cuando Jesús dijo, mi reino no es de este mundo, Él dijo, mira, no voy a pelear. Si mi reino fuera de este mundo, pelearíamos. Pero mi reino no es de este mundo. Entonces, ¿cuánto quieres pelear por una causa perdida? ¿No puedes arreglar el mundo? ¿No puedes remediar el mundo? ¿No puedes hacer que el mundo sea un mejor lugar? No estás a cargo de él. Satanás lo está. Entrégate a la extensión del reino en este mundo. Para más enseñanza en profundidad, visite ComentariosMacArthur.com
Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si Mi reino fuera de este mundo, Mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los judíos; pero Mi reino no es de aquí. . . .