
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Cuando Abraham empieza por la primera vez a hablar directamente con Dios con más certidumbre y así un poco más de las primeras oraciones en la Biblia, Y podemos llamar esto Abraham aprendiendo a orar. Abraham aprende a orar. La próxima vez veremos a Abraham ya orando más de lleno y entonces un poco acerca de sus hijos y nietos, cómo oran para terminar el libro de Génesis. Pero para esta noche tenemos diferentes lecciones que el Señor nos enseña acerca de la oración. Comenzando en Génesis 15, dice en versículo uno, Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abraham en visión, diciendo, No temas, Abraham, yo soy tu escudo, tu galardón será sobremanera grande. Nota que es igual como he dicho hasta ahora en Génesis, que Dios habla primero antes de hablar a Abraham, antes de orar. Así debe ser con nosotros. Cuando miramos las promesas de Dios, eso debe guiar nuestra oración, inspirar nuestra oración, mirando quién es Dios y lo que promete Dios. Estoy terminando Josué en mis devociones y ya entrando en jueces, pero están estudiando Josué aquí en la Escuela B Dominical para adultos. Una gran lección allí es, por lo menos una vez con Gabo Onitas, especialmente, pero un par de veces como de ahí lo mismo, que dice directamente, y no pidieron la dirección del Señor, Y entonces perdieron la primera batalla con ahí. Hicieron una liga contra la voluntad de Dios con Gabaón, que causó una gran batalla. Y así una gran lección, que debemos buscar al Señor, escuchar al Señor antes de orar, y entonces orar antes de actuar. Debemos aprender esta lección. Antes de actuar, debemos orar. Pero antes de orar, debemos buscar de la Palabra de Dios la dirección del Señor acerca de sus promesas, lo que Él nos instruye para saber cómo orar y por cuáles cosas orar. Y si conocemos la Palabra de Dios muy bien, La palabra es la espada del Espíritu y el Espíritu nos puede guiar acerca de la oración, como orar. Hay algunos que, oh, yo voy a orar en el Espíritu, aleluya, amén. Pero primero busque al Señor, o a lo mejor no estás orando en el Espíritu, como dice la Biblia. Estás seguro que conoces la Biblia, entonces el Espíritu usa la Biblia para dirigir nuestras oraciones y nuestras acciones que siguen. Así, aquí comenzamos con Dios dando una presentación de sí mismo, de su gran poder y presencia, y su gran promesa a Abraham, que él va a tener un hijo, va a tener la tierra prometida, Y entonces Abraham, en versículo dos, ora y responde a la promesa y la persona de Dios. Y así debemos hacer nosotros. Oremos y entonces leeremos más de Génesis 15 en adelante. Nuestro Padre celestial, una vez más, te damos gracias por la palabra de Dios. Gracias, Señor, por tus promesas, porque cuando oramos por muchas cosas y sabemos que tú has dicho que esto o otra cosa es tu voluntad, como has dicho que nuestra santidad es tu voluntad y la salvación de almas es tu voluntad, Podemos orar sabiendo que si tú pones en nuestros corazones orar por la salvación de un alma, será tu voluntad obrar en ese corazón y salvarlo. Y si tú, Señor, has dicho que es tu voluntad que seamos santificados, sabemos que podemos orar por la santidad y tener certidumbre que el Espíritu Santo nos ayudará a vivir santamente. Pero ayúdanos, Señor, a reconocer nuestras debilidades. y entonces crecer en la fe, como Abraham tenía que llegar a ser el padre de los de fe. Tenía primero que crecer en la fe. Y creció en la fe por medio de crecer en su conocimiento de ti, de tu palabra, y por medio de la oración. Así, ayúdanos nosotros a orar como debemos, guiados por tu espíritu, por tus promesas, por tu palabra, y así crecer en la fe y a la vez crecer en oración. En el nombre de Jesús pedimos esto. Amén. Si aquí encontramos Dios de grandes promesas, Pero a menudo es difícil creer las promesas con nuestra fe tan débil, solo porque uno ora no significa que ya tiene gran fe. Y aunque dice, oh, yo creo que Dios puede. ¿Cuántas veces nosotros oramos por algo, pero dudamos sinceramente porque no es por la falta de poder del Señor o que Dios no haya prometido alguna cosa? Pero es a veces tan increíble que no podemos o no, no queremos, queremos. Pero como puedo decir no podemos, sin la ayuda del Señor, creer lo que Dios promete. Y es lo que pasa con Abraham, versículo dos. Dice Dios, no temas, Abraham, soy tu escudo, tu galardón, y será de manera grande. Voy a hacer grandes cosas para ti. Vas a tener un gran galardón. Y respondió Abraham. Ay, señor Jehová, ¿qué me darás siendo así, que ando sin hijo y el mayor domo de mi casa es ese damasendo Eliezar? Dijo también Abraham, mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Vaya, qué oración. Un poco triste, ¿verdad? Yo creo que nosotros somos así a veces. Ay, señor, no sé si me puedes ayudar, pero hay esta enfermedad y hay estos problemas y no sé, señor, pero tú has dicho que debo orar, así que estoy orando, señor, aunque no creo que tú puedes hacer nada, ¿verdad? Somos muchos como hablan de verdad, ¿no? El hecho es que debemos tener fe cuando Dios dice una cosa, pero el hecho es que Él casi no pudo creerlo y dice, bueno, a lo mejor tú quieres usar mi siervo para tener un hijo y entonces yo voy a adoptarle con mi hijo. Y así que, señor, eso será el linaje de Abraham por medio de la adopción de esta persona de Damasco, ¿verdad?, que es de Siria. Yo no sé, señor. Y el Señor tiene que contestarle, mira, no he dicho que soy grande y que tengo grandes cosas para ti y no debes preocuparte tanto, pero a veces nuestra fe es tan flaca que aunque sea sincera, es flaca. Solo porque tu fe es flaca no significa que no es sincera. Y solo porque es sincera no significa que es fuerte. Uno puede tener fe sincera, pero flaca, y fe fuerte, supuestamente, pero no orar con mucha sinceridad. Aquí tenemos un hombre de poca fe, pero mucha sinceridad. Una migaja de fe. ¿Pero qué dice Cristo de la fe? ¿Tiene que ser grande? ¿Puede ser como un grano? de mostaza, ¿verdad? Puede ser nada más grano de mostaza. Ahora, muchas veces he dicho que a veces un compañero en la universidad me dijo esto una vez y me gustó, que dice que a veces personas dicen, yo tengo una fe muy chica con grano de mostaza, pero nunca crece. Realmente la persona nunca ora. Y mi compañero dice, bueno, hay una semejanza muy grande entre un grano de mostaza y un pedazo de arena. Pero la arena no crece. La mostaza crece. Y así es que si tú tienes fe verdadera, aunque sea pequeña, va a crecer. Y si hay una persona que dice, oh, tengo mucha fe, a lo mejor tienes una piedra, pero no tienes, ¿verdad? No tienes un melón o algo vivo que puede de verdad crecer. Así es que muchos dicen, oh, mi fe es flaca. A veces ni es fe. Es solamente querer creer, pero no es creer. Así que a veces nuestra fe es flaca, pero si es fe real, Vamos a ver respuestas, y vamos a orar más, y vamos a crecer en el Señor, y vamos a ganar otros al Señor también. Mire el resultado de esta fe flaca, pero sincera, ¿verdad? Versículo 4, luego vino la palabra de Jehová diciendo, No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera y le dijo, mire las estrellas del cielo, si puede contarlos, así será su descendencia hasta la arena del mar, que hablamos, pero así será el número de tus hijos. Y creyó a Jehová, creyó. Fue flaca, pero versículo 6 creyó. ¿Y qué pasó en versículo 6 entonces? Quiero leer seis puntos. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Amén. Y le dijo, yo soy Jehová, que te saqué de hoy de los caldeos, y puedo hacer grandes cosas. Y versículo 8, y él respondió, ay, señor Jehová, Otra vez, fe verdadera, pero flaca. Primero nota que Dios le anima. Tú tienes poca fe, pero tienes fe real. Así que voy a contar tu fe para justicia. Amén. La fe es una cosa que Dios bendice. Aunque sea flaca, si es real, Dios dice, voy a bendecirte por esta fe. Y este versículo se repite varias veces en el Nuevo Testamento, en Romanos, especialmente, para decirnos a nosotros, ¿cómo habrá? Dios no bendice nuestras buenas obras y mérito, pero nuestra fe que Él pone en nuestros corazones. Y así que por la fe somos salvos, no por las obras. Y así como Abraham, su fe le fue contado por justicia. No sus obras, no tenía obras. No su grande fe, solamente su fe. Pequeña que sea, pero fe real fue contada por justicia. Hay muchos que cuando lo aceptan al Señor para ser salvos, no tienen gran fe. Pero, Señor, Tú has dicho que me perdonarás y me cambiarás. Así, Señor, Señor, ayúdame. Creo en Ti con la ayuda que Tú me das. Y entonces tienen poca fe, pero son salvos. Su fe es contada para justicia. Y si son salvos de verdad, empiezan a crecer poco a poco, ¿verdad? Un árbol no crece en una noche. Primero se muere a sí mismo, esta semilla, este grano de mostaza. Uno a veces tiene que morir de sí mismo, desesperarse de sí mismo, para luego empezar a crecer y tener fe en Dios para hacer las cosas y no en ti. Pero nota que hasta después de escuchar otra promesa de Dios y otra palabra de Dios, que dice Abraham, aquí entonces, Señor Jehová, que conoceré que la he de heredar, Y el Señor le dijo, tráeme un becerro y así un gran sacrificio. Y ya podríamos hablar de todo eso. Pero de cualquier manera, encontramos aquí que todavía tiene dudas. Dice, ¿cómo voy a saber esto? Esto me recuerda de otra historia que pronto estaré leyendo mis devociones cuando llego a jueces. ¿Alguien sabe quién más dijo, Señor, pruébame esto que tú vas a hacer alguna cosa? ¿Verdad? Señor, ¿qué hace ese vellón mojado y toda la tierra seca? ¿Qué, Señor, que haga toda la tierra mojada y el vellón seco? Yo no sé, Señor. Es que de verdad, Dios le había pedido una gran cosa y él quería estar seguro, ¿verdad? Antes de hacer esa cosa, quiere Dios y se entiende. No debemos buscar pruebas de Dios, debemos solo creer en Dios. No obstante, Dios es un Dios de gracia y muchas veces nosotros queremos una seguridad antes de orar y decimos, Señor, tú dices que debo pagar, dar una gran cantidad de dinero a tu obra, a misiones. Señor, si tú de verdad estás en eso, si tú de verdad quieres que yo dé 10.000 dólares, Señor, muéstrame alguna cosa. A lo mejor me puedes dar 10 dólares o 100 dólares esta semana. Algo para mostrarme que de verdad esto no es mi emoción, sino algo de Ti. Y no debemos tener que hacer eso. Pero de vez en cuando, ¿verdad?, no ponemos una prueba tonta como un vellón que se moje. Pero a veces decimos, Señor, si tú quieres que haga este sacrificio, demuéstramelo con un poco de prueba de alguna manera, ¿verdad? Y entonces el Señor a veces tiene gracia en eso. No debemos depender de eso. Pero tenemos un Dios de gracia y esa es la lección de oración aquí, que Dios es un Dios de gracia, que bendice hasta poca fe y aquí por su gracia hasta acepta que él está todavía queriendo pruebas. Y entonces Dios dice, OK, voy a darle una prueba de algo. Primero, vas a tomar unos sacrificios y ponerlos allí. Vas a dividir algunos en la mitad, mitad de un sacrificio en un lado del camino, mitad en el otro. Tomar unos palominos, ¿verdad? Y ponerlos. No tienes que dividir esos. Puedes leer todo esto aquí, ¿verdad? Pero entonces encontramos en versículos 7 al 13, que Dios está repitiendo su promesa. Versículo 13, Jehová después dijo a Abram, ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena y serás esclava allí. Van a ir a Egipto, van a ser esclavos por cuatrocientos años, pero tú vas a tener hijos. No digo que vas a tener hijos que no tengan problemas. A veces Dios nos promete cosas, pero no nos promete una vida sin problemas. Hay un poema en inglés que dice Dios no nos promete un camino de rosas sin espinas. A lo mejor nos promete rosas, pero no nos promete rosas sin espinas. Así que el señor está diciendo Mira, Abraham, yo voy a repetirle mi promesa. Vas a tener no solo un hijo, pero una descendencia grande. Pero versículo 13 por cuatrocientos años serán oprimidos como esclavos. Mas también versículo 14, la nación a la cual se verán, juzgaré yo. Después de eso, saldrán con gran riqueza, como hicieron de Egipto. Y tú vendrás a tus padres en paz. Un día vas a morir y serás sepultado en tu vejez. Y en la cuarta generación, después de 400 años, van a volver aquí. Y sucedió que al puesto del sol, entonces, versículo 17, que ya oscurecido se veía un horno humano humeando y una antorcha de fuego, en que el día hizo Jehová un pacto con Abraham. Ahora, pasé por alto aquí, que dice en versículo 12, caída el sol sobrecogió el sueño a Abraham, y aquí que el temor de una grande oscuridad caía sobre él cuando Jehová le dijo esto. Aquí encontramos entonces que el Señor dice, ya has ofrecido un sacrificio. Y yo voy a aceptar ese sacrificio, pero de una manera que tú no tienes nada que ver con eso. Tú estarás dormido. Y yo voy a traer un horno celestial y aceptar el sacrificio con un fuego celestial allí en el camino. Y esto creo que nos muestra un par de cosas. Número uno, si vamos a oír a Dios en oración, debemos presentarle un sacrificio por nuestros pecados. no un sacrificio de nuestras buenas obras, sino del Cordero de Dios, que fue inmolado desde la fundación de la tierra, crucificado en la cruz, y decir, Señor, Tú has provido sacrificio Tú le has crucificado, Señor. Yo estoy aquí incapaz, como habrán dormido, que no podía hacer nada. Así es mi salvación, solo confiando en el Señor Jesús, y así para cada oración. La oración es cuando No puedo decir, yo haré esto y tú haces esto, señor. La oración es cuando uno dice, no puedo hacer nada, señor. Confío en ti para hacerlo todo. Si tú quieres que yo haga una cosa, dame fuerza para hacerlo, pero hasta eso será de ti, el poder para hacer mi parte si hay alguna cosa que debo hacer. Pero la oración es como Hudson Tyler, gran misionero, dijo como misionero, yo creo que Dios puede mover los corazones de hombres y salvar hombres con la mera oración. Creo que Dios puede proveer para su obra con la mera oración. Él así, su lema de vida era Génesis, digo, Juan 15, del injerto en un árbol. Y sólo tenía que quedarse allí para venir la savia. El injerto no hizo nada, sólo descansó en el árbol. Y así es con nosotros y la oración. La oración no es decir, yo haré esto, sino, Señor, no puedo hacer nada. Pero como un injerto, voy a descansar en ti. y creer que tú puedes hacerlo. Y la primera cosa que tienes que hacer es aceptar este sacrificio, proveerte un sacrificio del Señor Jesús y crucificar tu sacrificio como el horno quemando aquí, Señor. Así que me hace dormir si quiere, pero creo que tú tienes que hacer esto. El oración es cuando apresentamos un sacrificio al Señor, pero nota, no sé si en su dormida o incluso antes de la dormida allí, dice que cuando estaba allí, Donde está en capítulo 15 en estos versículos, caída de la sola, sueño, tremendo cerro, tomo esto por la mitad o versículo 11, descendían aves de rapiña y sobre los cuerpos muertos y Abraham los ahuyentaba. Y entonces venía la caída del sol y Abraham durmió. Nota que él tenía algo que hacer allí para responder la convicción del Espíritu Santo de ahuyentar las aves. Muchas veces en la Biblia, aves es un símbolo del diablo, los demonios. Es como decir el diablo no quiere que tú creas en el sacrificio del Señor. Yo tengo que decir, Señor, ayúdame a decirle no. Ayúdame a ahuyentar con tu poder, Señor, estas aves. Y así que el diablo siempre quería estorbar a Cristo para que no muriera. Y quiere estorbarnos a nosotros para no orar. Y así que hacemos lo que el Señor nos guía para hacer, en arrepentirnos y tener fe en Él. Pero entonces Él nos hace dormir cuando estamos arrepentidos y tenemos fe en el poder del Señor. Y Él hace el trabajo de salvación o el trabajo de contestar oración. Así es que no dejes al diablo estorbar la oración. Es interesante que dice en Ecclesiastes 5, creo que es, que cuando uno entra en la casa de Dios, muchas veces entra sueño. Recuerda ese versículo, eso le ha pasado que el Señor, que bendiga, dice, Señor, estoy orando que... Ya me entró un sueño, ¿verdad? El hecho es que tenemos que ahuyentar, ¿verdad? Las aves, las excusas para decir, Señor, con tu ayuda, ayúdame. No puedo hacer nada para este motivo de oración. Tú me vas a hacer dormir, pero tengo que ahogentar las aves en tener arrepentimiento y fe y la ayuda que me das para confiar en ti. Así que todo es de Dios, pero aquí encontramos que hay que presentarle un sacrificio y entonces el Señor nos hace dormir para mostrar que el pacto es solo de Él y confiamos en su promesa. Luego, capítulo 16 es un capítulo interesante que tiene otra oración, pero aquí no de Abraham. Si tú eres un hombre de oración, una mujer de oración, muchas veces eso afecta a tus hijos, tus esposos, tus esposas, ¿verdad? Y esto es lo que parece que pasó aquí. Hablan de desobediencia al Señor. Por su falta de fe, que Dios daría un hijo a Sara se casó con Agar, ¿verdad? Y entonces Ismael nació de Agar. Otra vez Dios dijo, voy a proveerte, solo orar y confía en mí. Uno entiende, él tenía 75 primero y más tarde, 90 años de edad, cuando escuchó dos veces la voz del Señor, pero ya era grande. Y su esposa grande, primero 65, más tarde, cuando nació el hijo, ella tenía 90 años de edad. Uno entiende humanamente, ¿verdad? Su falta de fe, su debilidad. Lo hemos experimentado demasiado aquí. Y Dios todavía bendice a Abraham y le da a un hijo que había prometido, Isaac. Pero también, si Abraham no iba a creer, su falta de fe iba a causar grandes problemas. Y así se casó con Agar. Iba a causar grandes problemas. Pero así es que cuando el niño nace, causa gran conflicto entre Agar y Sara. Antes de nacer Isaac, en capítulo uno y dos de Génesis 16, Sara, la mujer de Abraham, no le daba hijos. Ella tenía una sierva, Agar, y dijo, ya ves que Jehová me ha hecho este ruego. Hasta ella le rogó. Más tarde le culpa a él por aceptar la verdad de lo que pasa. Pero de cualquier manera, ella le rogó y entonces él se culpó, porque un hombre siempre tiene la culpa. No importa que la esposa la haya empujado, tentado o molestado, lo que sea, no hay ninguna excusa para desobedecer a Dios. Y yo tengo la excusa si pego, no importa las circunstancias de afuera. Así que Entendió Abraham el ruego de Sarai. Esta palabra ruego, no solo petición, es ruego, ruego. Las mujeres a veces saben rogar, ¿verdad? Hasta que se haga una cosa. Y entonces el ruego. Y Sarai, su mujer, entonces, de Abraham tomó, Sarai, mujer de Abram, tomó agar y le dio verdad a su esposo. Y él llegó a ella, entonces nació el niño. Pero versículos 8 al 10 ya tiene un gran conflicto. Y allí ella fuera de la casa. Versículo 6, afligía Sara a ella y ella huyó de su presencia. Y el Señor, el ángel de Jehová, en versículo 7, es probablemente Jesús. Hay un ángel del Señor y hay el ángel del Señor. Eso dice el ángel del Señor. Probablemente es Jesús preencarnado, lo que llamamos una teofanía, ¿verdad? Igual como apareció a Josué, iba a aparecer en capítulo 18 a Abraham, ¿verdad? Jesús apareció un par de veces, parece. Alló el ángel de Jehová, ella junto al agua en el desierto, camino del sur, y Jehová dijo, en versículo 8, Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú y a dónde vas? Y ella respondió, Y ya podemos decir que está orando, está hablando con Dios. Pero realmente no pide una cosa, solo se queja, igual como Abraham la primera vez. Señor, no tengo un hijo, solo este siervo, yo no sé qué va a hacer. No pide un hijo, solo se queja. Y así hace Agar, igual como había hecho Abraham. Y entonces dice, hoy yo delante de Sara y mi señora. Y le dijo el ángel, se envuelve a tu señora. Va a ser difícil, muy difícil. Yo no digo que es fácil. Le va a pegar, le va a molestar. Pero sometete a su mano. Y le dijo el ángel, multiplicaré tanto tu descendencia que no podrás ser contado a causa de la multitud. Y dijo, he aquí que has concebido y darás su luz en hijo, que es Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. Me encanta ese versículo. Jehová ha oído tu oración. ¿No? Jehová ha oído tu aflicción. Romanos 8 dice que muchas veces el Espíritu intercede por nosotros con gemidos indecibles. A veces nosotros vamos al Señor en oración, entre comillas, pero a veces es solo como Abraham y aquí con Agar, quejas. Sin mérito, ¿ella era una gran creyente? No. En Gálatas especialmente, dice ella como era símbolo de las obras, que tenía un hijo por obras y no por gracia. Así que ella es símbolo de incredulidad. No obstante, tiene el niño y ya tiene su queja y tiene su aflicción. Y Dios tiene gracia. Dios tiene misericordia. Dios tiene compasión. A veces creo que Dios escucha a personas sin que lo merezcan. Dicen en Santiago 1, si uno no tiene fe, no cree que recibirá ninguna cosa del Señor, si no tiene fe. Dice que nunca recibirá nada del Señor. No, solo dice, no crea que, estoy seguro que va a recibir algo del Señor. Pero como dice Cristo en la parábola, Dios manda lluvia a los buenos y los malos. Muchas veces los malos están orando, dame lluvia, dame lluvia. Y Dios dice, bueno, hay unos buenos aquí orando, así que voy a dar lluvia y va a caer a buenos y malos. Gracias a Dios, yo soy bueno porque Dios me mandó lluvia. No, tú eres malo. Y Dios escuchó la oración de los buenos y la lluvia cayó a los dos. Pero para todos tiene compasión Dios, para que tú creas en Él, no porque lo mereces, no porque Dios está contestándote. A veces Dios contesta la oración de algún incrédulo solo para mostrar cuán bueno es Él, no para mostrar cuán bueno es el incrédulo, para mostrar cuán bueno es Él, que puede contestar una oración en simpatía, en compasión, por uno que es desobediente. Gracias a Dios por eso, porque ninguno somos siempre obedientes y ninguno podemos decir, señores, por mi gran obediencia y que te pido esto, ya debes darme esto. No, no, no, no, no. Tienes que ser como habrá. Te voy a hacer dormir, pero un dormido de fe. Y cuando tienes fe en mí, si eres sincera fe, tienes sincera fe. Yo voy a contestar, pero en este caso no mire su oración, mira su aflicción. Y contesta, podemos decir su oración, aunque ni es una oración directa. Contesta su aflicción. Gracias a Dios por esa misericordia, que el Espíritu ora con gemidos indecibles y a veces escucha nuestras lágrimas más que nuestras palabras. Puede escuchar nuestras lágrimas más que o tanto como nuestras palabras a veces. Así es nuestro Dios y así es la oración. Aunque ni sepamos qué pedir, no tenemos ni fe para pedirle alguna cosa. Podemos quejarnos con Dios, Él es lleno de gracia. Y si nos hace algún favor en Su misericordia, será para ayudarnos a creer. Y entonces podemos orar con fe después de eso. Dios hoy es basado en Su compasión, en Su amor y en Su promesa que dijo, voy a bendecir a este niño. No porque tú lo mereces, no porque Él lo merezca. sino porque yo lo he prometido a Abraham. Y como yo lo he prometido, la lluvia de bendiciones viene a él por la fe de Abraham al lado allí. Aquí encontramos entonces, Dios no contesta por mérito, sino cuando ofrecemos un sacrificio de Jesucristo y digo Señor, no tengo mérito, pero Cristo pagó por mi pecado. Vengo basado en el nombre por el sacrificio de Cristo Y hasta, Señor, no tengo mucha fe, como un grano de mostaza. Pero Tú eres un Dios de compasión, de simpatía. Y así, Señor, si esto es Tu voluntad, que hagas esto. Capítulo 17, el Señor repite su promesa otra vez. 17, 1 al 3, siendo a grande edad ya de 99 años. El Señor le apareció otra vez y le dijo, Yo soy el Dios Todopoderoso, anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, te multiplicaré de gran manera. Dios otra vez. A veces el Señor tiene que repetir nuestras promesas. No sé cuántas veces tengo que leer la Biblia. Tengo más de 70 años de edad. He leído la Biblia muchas veces. Con ustedes que han estado aquí 30, 35 años, me han escuchado predicar casi cada palabra de la Biblia alguna vez, ¿verdad? Porque predico toda la Biblia, ¿verdad? Y si yo estoy aquí otros 10 años y usted está aquí 10 años, lo más probable es que con el tiempo voy a predicar toda la Biblia. Aunque fue más fácil antes porque yo prediqué todos los cultos. Domingo a la mañana, domingo a la noche, escuela dominical, miércoles a la noche, cuatro veces a la semana. Así que pude lograr predicar toda la Biblia en unos 10 o 15 años. Pero ahora ya solo predico una o dos veces a la semana. Así que a lo mejor va a tardar 20 años. A ver si estamos aquí en 20 años. Pero de cualquier manera encontramos que el Señor está diciendo, a lo mejor tengo que repetir y repetir y repetir que yo soy grande, yo soy bueno y yo prometo y yo prometo. Y a lo mejor no me escuchas la primera vez y todavía le he mostrado mi generosidad en contestar, pero quiero repetir una vez más. Vas a tener un hijo. Estará ahí, no de acá. Y entonces, ¿cómo oró Abraham en versículo 3? Entonces, ¿qué hizo? ¿Quiere leer versículo 3? Entonces, Abraham cayó sobre su rostro. Ahí es. A veces no tenemos que decir nada, no tenemos que hacer nada, pero si hay fe, caemos sobre nuestro rostro y dejamos todas las manos del Señor, pero le alabamos, le glorificamos. Y entonces va a repetir esto en capítulo 17, versículo 17, cuando Dios lo repite, cayó sobre su rostro otra vez y se rió esta vez. Interesante, esta mezcla de incredulidad con fe, un poco de fe para reírse. Más tarde, Sarai se ríe, pero una risa de falta de fe. Parece que Dios no condena a Abraham aquí. Así parece que la risa de Abraham, parece que fue una risa de fe. Y así que mezclando su falta de fe con fe, y eso le daba reverencia, alabanza, Y gozo, cuando tenemos fe que Dios va a hacer algo con gozo. Pero mira lo que vino antes de eso, verdad? En capítulo 17, 1 al 3, siendo Abraham de 99, le dijo yo soy Dios Todopoderoso, versículo 2, pondré mi pacto y cayó. Y entonces capítulo 17, versículo 15. Dice, dijo también el señor Abraham a Saraí, tu mujer, ya que llamarás por nombre Saraí, no Saraí, sino Sara, princesa, y yo voy a llamarte a ti, Abraham, padre de multitud, y no solo Abraham, padre grande, versículo 17, y le daré a ella, hijo, por medio de ti, para aclararlo. y la bendeciré, y vendrá a ser madre de gentes y naciones. En el versículo 17, Abraham cayó sobre su rostro y se rió, y dijo en su corazón, hombre de cien años de edad, ha de nacer un hijo, y mi esposa Sara de noventa, ha de dar a luz. ¡Wow! Y ya se ríe, pero todavía tiene su duda. Tiene fe, tiene alabanza, Pero tiene duda. ¿Cómo lo sé? Versículo 18, que es la próxima oración de Abraham. Dijo Abraham, a Dios deseo que Ismael vive delante de ti. Señor, es cierto, qué bueno, qué bueno, pero por si acaso no lo haces. Todavía que si me dices Ismael. Versículo 19, respondió Dios. Ciertamente, Sara, tu mujer, dará a Luz un hijo. Llamará su nombre Isaac. Risa, porque va a traer gozo a tu corazón. Voy a cambiar la risa de incredulidad de Sara para una risa de gozo, porque Isaac significa risa. Pero versículo 20, confirmaré mi pacto con él. Pero versículo 20, y por Ismael también te he huido. Como tú me pediste, ya voy a bendecirle. Y aquí le bendeciré. Le haré fructificar, multiplicar mucho en gran manera. Doce príncipes engendra y le pondré por gran gente. Versículo 21. Quiero repetir. Yo estableceré mi pacto con Isaac. Así que ya tiene doble bendición. Isaac y Ismael. Doble bendición. Sí. Ismael, padre de los árabes. La guerra ahora mismo con Israel, árabes contra israelitas. Medios hermanos por dos mil años, cuatro mil años, medios hermanos peleándose, matándose, cuando Dios dijo, voy a bendecir a Ismael. Habrá muchos árabes, incluso diez veces más israelitas árabes que israelitas. Pero mi bendición será para Israel. Pero tú quieres orar por una cosa, puedes darte lo que pides. Estás en el desierto, más tarde, y debes estar contento con maná, pero pides carne. Cordonices. Y Dios dice en Salmos que da carne para sus dientes. y flaqueza para su alma. A veces Dios nos da cosas que pedimos fuera de su voluntad y solo causa más problemas que Dios obre con los problemas para su gloria o no lo permitiría. Dios es un Dios soberano. Significa que Dios no controla cada detalle, pero Él permite. Salmo 76, versículo 10. Dios permite mucha maldad, pero llega un momento que dice ya no más. Dios permitió la muerte de muchos judíos con Hitler, pero llegó un momento que dijo ya no más. El hecho es que Dios permite ciertas maldades cuando él va a controlar la maldad para su gloria. Pero como estamos fuera de su voluntad, pidiendo esto fuera de su primera voluntad, porque tiene una voluntad permisiva, deseosa para la gente y una voluntad directa que va a pasar. Pero de cualquier manera, entonces, si pido no la voluntad directa que Dios quiere que pase, sino lo que Dios permite, Es como ustedes que tienen hijos que a veces han pedido, papi, papi, por favor, por favor, que me des la cuarta soda. Mi papá me relató siempre que le gustaba soda de fresa. Y cuando era un niño tenía siete hermanos, todos mis tíos, ¿verdad? Y mi abuelo siempre hacía los hermanos compartir. Mi papá, si hubiera conocido a mi papá, va a entender, él no iba a compartir. Él dijo, no, es mi soda de fresa, es una buena botella y yo quiero todo esto para mí. Y mi abuelo dijo, ¿lo quieres tanto que lo vas a tener? Siéntate ahora a la mesa y toma todos los dos litros de soda de un golpe solo para ti. Dice que tenía que tomar toda esa soda y después nunca quería tocar soda de fresa por toda su vida. Dio el deseo de su corazón, pero se enfermó de eso. El hecho es que el Señor es un Dios de gracia Pero tenemos que orar, como dicen Santiago, si es tu voluntad. Y no solo porque yo lo quiero y eso será lo mejor. Ok, voy a darte Ismael. Tú sabes cuántos millones y millones de judíos serán exterminados por causa de Ismael y los árabes. Tú sabes por cuántos siglos No van a vivir en la tierra prometida entre dos mil setenta o digo entre el año setenta cuando. Los romanos se echaron fuera los judíos y el año 1948, cuando ya tienen su tierra otra vez y casi lo perdieron hasta 50 años atrás. Esta semana estamos celebrando, ayer, hoy, creo que es hoy, la celebración de Jerusalén unida. Cuando en 1967 los árabes y egipcios casi exterminaron, querían exterminar a Israel, y Dios les dio poder para no solo conquistar a los árabes, pero extender su territorio. El hecho es que Ese problema de tantos siglos viene por esta oración para comenzar. Cuando demanda una cosa que Dios permite y Dios usa para su gloria. Pero me pregunto si hubiera sido mejor para él decir Señor bendice a Ismael con algún rinconcito por allí. Verdad que estoy contento, pero más tarde encontramos Cuando Abraham de más grande, 120 años de edad, 140 años de edad, muere su esposa y él entonces 130 años de edad. Entonces él se casa otra vez, tiene muchos otros hijos y dice que los despidieron a todos por allí. No van a heredar con mi hijo Isaac, dijo a los otros. Ya había aprendido su lección, competir por Ismael tanto. Pero Dios dijo, como pides, voy a darte lo que pides. Tengamos cuidado de lo que pedimos. Pedimos confiando en la gracia de Dios, en la sangre de Jesucristo, sin mérito ninguno nuestro, que Dios lo haga todo, pero pidiendo siempre con poca fe a veces, pero creyendo que Dios contesta, aunque es poca fe y no sabemos ni cómo pedir. Pero, Pedía por la voluntad de Dios, que se haga tu voluntad, como en el cielo, así en la tierra. Solo comienzo de oración, Abraham aprendiendo a orar. La próxima vez, en el capítulo 18, con Sodoma y Gomorra, y luego en el capítulo 22, encontramos a Abraham orando como se debe orar. De pie, por favor. Nuestro padre celestial, gracias por la palabra de Dios, gracias por las lecciones de oración en la Biblia, por esas lecciones de cómo Abraham aprendió a orar. Ayúdanos, Señor, de él y hasta de Agar, a aprender de tu gracia, de tu misericordia, de tu bondad. Pero a la vez, Señor, aprender que nos hace falta un sacrificio. Nos hace falta, Señor, ahuyentar aves para poder concentrarnos. Pero, Señor, tenemos que depender de Ti y entonces pedir que se haga Tu voluntad y no la nuestra, para que las cosas salgan mejor, más suave, más bonito. Ayúdanos a confiar en Ti, un Dios que contesta oración. Pero ayúdanos a orar como tú quieres, en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Gracias, Dios, por tu salvación. Gracias, Dios, por tu bendición. Gracias, Dios, por darme en Jesús la vida eterna. Perdónelo.
Abram aprende a orar
Series Oración
Iglesia Bíblica Bautista Antioquia
Sermon ID | 67241532374733 |
Duration | 47:39 |
Date | |
Category | Prayer Meeting |
Bible Text | Genesis 15-17 |
Language | English |
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.