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El tema del mensaje en esta mañana, un gran privilegio. Marcos 14, versos 12 al 17, nos dice así la palabra del Señor. El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de la pascua, los discípulos le preguntaron a Jesús. ¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua? Él envió a dos de sus discípulos diciéndoles, vayan a la ciudad y allí les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua, síganlo y donde él entre, digan al dueño de la casa. El maestro dice ¿Dónde está mi habitación en la que pueda comer la pascua con mis discípulos? Y él les mostrará un gran aposento alto, amueblado y preparado. Hagan los preparativos para nosotros allí. Salieron pues los discípulos y llegaron a la ciudad y encontraron todo tal como él les había dicho y prepararon la pascua. Al atardecer llegó Jesús con los doce discípulos. Fin de la lectura. Orejus al Señor. Padre nuestro que moras en las alturas de los cielos, en esta mañana a ti te alabamos y glorificamos y te damos las gracias porque nos permite una vez más estar aquí listos para recibir este alimento espiritual. Te suplicamos Señor que tu Espíritu Santo esté obrando de una manera eficaz en nuestros corazones para que podamos ver y entender este privilegio que tú nos das de poder venir a tu mesa y participar de este manjar espiritual. Esto te lo pedimos, Señor, en el nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador. Amén y Amén. Un gran privilegio El domingo pasado nosotros estuvimos considerando el tema un extravagante sacrificio de amor. ¿Se acuerdan? De cómo una mujer estuvo dispuesta a no quedarse nada para sí misma, sino a darlo todo por el Señor. Pues hoy nosotros vamos a continuar nuestro estudio, pero también nos vamos a encontrar con un gran privilegio, un gran privilegio. Y aquí estamos haciendo referencia con este tema, un gran privilegio, pues tenemos que ir a materia, tenemos que profundizar, tenemos que entrar en detalle y luego de ver estos detalles, ver a qué le estoy haciendo referencia con el tema del mensaje de esta mañana. La gran fiesta que se celebraba en Jerusalén en esta oportunidad no sería como ninguna otra antes ni después. Fue una fiesta especial. Y nosotros vemos que 12 discípulos, 12 apóstoles del Señor, 12 hombres comisionados con autoridad de parte de Cristo mismo, serían los privilegiados de participar de la última Pascua del Señor Jesús. serían los privilegiados de recibir una instrucción especial y participar de un tiempo de comunión sin igual con su Señor. Esta es una celebración especial de por sí. No era que no se había celebrado con anterioridad, se había celebrado probablemente en muchas otras ocasiones, pero esta sería la última celebración, la última Pascua bajo el antiguo pacto que celebrarían los discípulos del Señor. Y hoy, mis hermanos, Vamos a ver la primera parte de este gran privilegio que el Señor le concedió a estos discípulos y qué gran privilegio nosotros podemos extraer para nosotros en el siglo XXI. Y vamos a ver esta primera parte porque el próximo domingo continuaremos con la segunda parte, pero en esta mañana quiero presentarle este gran privilegio en tres puntos. Punto número uno, vamos a ver la preparación para la pascua. Este pasaje nos hablará más adelante, como si ustedes lo han leído acerca de lo que es la institución de la Santa Cena del Señor. Pero nosotros podemos ver que no es algo que se le ocurre a Cristo de un momento a otro, sino que es precisamente algo que está unido a lo que ya Dios, ya el Señor había revelado a su pueblo desde la antigüedad, señalando y sellando su promesa de salvación a los suyos. Ya nosotros hemos visto en otros estudios lo que es la institución de la Pascua. Hace un tiempo atrás estudiamos a Éxodo capítulo 12 y allí nosotros podíamos ver cómo el señor instituyó esta celebración, este recordatorio a manera de celebración que tendría que hacerlo el pueblo de Israel, los judíos de ahí en adelante, desde Éxodo 12 en adelante por todas sus generaciones. Entonces, precisamente Cristo, como representante de los hombres, como el Hijo del Hombre, participa de esta fiesta. Y aquí lo veremos enseñando acerca de que esta fiesta real y efectivamente habla de Él, habla de Cristo, habla de su sacrificio. El sacrificio de Cristo por el cual Él como jorderos de Dios, sin mancha ni tacha alguna, sería sacrificado horas más adelante por nosotros en nuestro lugar. Por esa razón, esta celebración era una celebración especial. Y por esta razón, estos discípulos tuvieron ese gran privilegio El Señor Jesús durante su vida terrenal cumplió con toda la ley de Dios y por esa razón el Señor pues también participa en esa ordenanza sagrada del sacramento que Dios mismo había establecido a su pueblo. en el antiguo pacto a través de la Pascua y lo hace de una manera especial, mostrando en primer lugar que Cristo es el anfitrión. Él es quien define cómo y dónde se ha de celebrar esta fiesta. El verso 12, si usted lo puede leer de aquí de Marcos 14, nos señala que este era el día en que se sacrificaba. Qué cosa? El Jordero Pascual, el día en que él y sus discípulos, Jesús y sus discípulos, participarían de esta celebración tan especial. Y los discípulos entienden, mis hermanos, que Jesús es el anfitrión que ofrece él esta cena especial. ¿Y por qué decimos eso? Porque los discípulos se acercan a donde Jesús y le preguntan a Jesús y le dice, ¿dónde quieres que celebremos la Pascua? Es decir, si Jesús no era el anfitrión, cómo es posible que usted le va a decir a alguien, ¿dónde tú quieres que hagamos esto? No, no. Usted hace los arreglos y usted le dice, bueno, si tú quieres tú participa. Pero ellos entienden que Jesús es el anfitrión. y que él iba a tener esa intimidad con esa familia espiritual, como él lo había enseñado en Marcos 3, ¿se acuerdan? Cuando estudiamos Marcos 3, 33 al 34, donde Jesús dice ¿Quién es mi madre? ¿Quién son mis hermanos? Ellos son mis hermanos, ellos son, ella es mi madre, porque todo lo que hacen la voluntad de mi padre, ese es mi hermano, mi hermana, mis padres, mis madres, mis madres. Y por eso Marcos nos cuenta, mis hermanos, que los discípulos preguntan a Jesús dónde debían ellos preparar la cena de la Pascua. Él es quien define esto. Es Jesús quien define el lugar, las condiciones en que debía de celebrarse esa fiesta. Más adelante, aquí en el verso 14, Cristo manda a decir al dueño de la casa dónde se realizará esta celebración, manda a decir a ellos. ¿Cómo se le manda a decir? Bueno, cuando le dice, pregúntenle a este señor dónde está mi cuarto, mi cuarto de huéspedes para comer la Pascua con mis discípulos, reclamando para sí un lugar especial. Hay un comentarista que informa que era una costumbre en Jerusalén hospedar durante la fiesta a los visitantes que solicitaban hospedaje para participar de la Pascua con su familia. Eso era común, no había hoteles. Quizás habían posadas, pero en Jerusalén no. Entonces era costumbre que alguien llegaba de lejos a celebrar la Pascua que Dios había ordenado que en Jerusalén que se celebraba. Entonces, cuando llegaban a este lugar, pues habían personas con recursos que decían que estaban allí abiertos y alguien decía yo necesito hospedaje para celebrar la Pascua. Decían bien, acá está. Lo más probable, mis hermanos, es que el dueño de esta casa a la que está haciendo referencia Jesús era un seguidor de Jesús, de modo que con mucho mayor gozo él abriría su casa al señor, al verdadero anfitrión de la cena de la paz. Es probable. No lo dicen las escrituras, verdad? Entonces nosotros estamos haciendo una suposición. que este hombre era un seguidor de Jesús en el lugar donde se celebró la Páscoa. Y para esta celebración, mis hermanos, nosotros vemos que Cristo también determina quién debe de preparar la Páscoa. Sabemos por el pasaje paralelo de Lucas los nombres de estos dos discípulos que fueron a preparar el lugar. El lugar, perdón. En Lucas nos dice que estos dos encargados fueron Pedro y Juan. Fueron los encargados para preparar la pascua. Había que hacer compras. Había que comprar pan sin levadura. Había que comprar vino. Había que comprar hierbas amargas. Había que sacrificar el cordero. Acuérdese eso. Había que matarlo. Había que alistar la comida para que luego todos participaran. Y si bien esta era una fiesta familiar en esta oportunidad, Cristo usaría esta celebración para confirmar su obra, señalar y señalar los beneficios de su pacto con su pueblo, tal como nosotros vamos a ver más adelante. Pero es a través de esta cena pascual que él instituye lo que nosotros celebramos hoy en día. Qué es lo que él instituye a través de la cena pascual? la Santa Cena, la cual, mis hermanos, personas debidamente autorizadas por el Señor, pues también debemos de continuar enseñando y ministrando en la iglesia. ¿Hasta cuándo? Hasta que Él venga. Por esto, por esta razón, mis hermanos, estas personas tenían ese gran privilegio. No era una cena como cualquier otra. No, no es una cena como que fue una sola vez que se hizo. Probablemente durante todo su ministerio terrenal, Jesús participó en varias ocasiones de esta celebración, pero este era un momento especial, un momento irrepetible. y por lo tanto ellos tenían un gran privilegio de participar de esta celebración. Nosotros, siguiendo la lectura de Marcos, nos damos cuenta que en los versos 13 al 16 dan fe de la dirección exacta a la que tienen que llegar los que debían de preparar la pascua para comerla a todos. No da explícitamente la dirección de la casa, sino de instrucciones como hallarla al seguir estas instrucciones. Y nosotros suponemos, mis hermanos, que lo más probable era que Jesús estaba ocultándole a Judas los detalles exactos del lugar. Recordemos lo que vimos el domingo pasado. Lo que vimos el domingo pasado en los pasajes anteriores a este que Budas había entrado en un compromiso con el pecado y estaba buscando oportunidad para entregar al Señor. Probablemente si Buda sabe dónde se va a celebrar esa Pascua, probablemente ese hubiese sido el lugar donde Budas entrega a Jesús. Y por esa razón Jesús, adelantándose a todo esto, no permite que él sea estorbado en su tiempo. Ese tiempo de especial comunión que él iba a tener con los doce, incluido juda mismo, eran de los que tenían que estar allí, pero que ya no le iba a servir de nada el participar a Judas de esa celebración, pero en cambio los otros once tendrían el privilegio de gozar de esa comunión, de esa instrucción con el Señor. Hermanos, como aquellos doce, Hoy también nosotros tenemos un gran privilegio. Cada vez que nosotros nos reunimos como Iglesia, es una reunión, es una cita que tenemos con el Rey de Reyes. Es un gran privilegio este el reunirnos con el Señor. Nunca venga a la iglesia por Ramón. Nunca venga a la iglesia por no quedarle mal a alguien que me invitó. Nunca llegue a la iglesia porque no tengo otra cosa que hacer. Nunca llega a la iglesia porque me obligaron a ir. Aunque sea así, llegue a la iglesia viendo como una cita de la cual usted está siendo privilegiado de participar en la presencia del Señor con otros hermanos en la fe. Pero no sólo eso, mis hermanos, sino que cuando se celebra la Santa Cena, debemos de verlo como un gran privilegio que se nos ha dado también de participar de su mesa, de participar del cuerpo y la sangre de Cristo. Y si usted todavía no participa de esto, pues pida al Señor que pueda participar prontamente de ese privilegio que el Señor le está dando a otros, del cual usted no puede participar. La pregunta que tenemos que hacernos nosotros es, ¿venimos preparados para este gran privilegio? ¿Lo hacemos así o somos tristemente como Budas? Participó de, como se dice, de la boca para afuera del cuerpo, pero no fue beneficiado por su actitud, por su pecado. ¿Viene usted preparado para participar de ese gran privilegio que el Señor le concede cuando nos reunimos como iglesia? Ojalá que sí. Ojalá que sí. Número dos, aquí también podemos ver la obediencia de los que van a preparar la cena. La obediencia de los que van a preparar la cena. Nuestro texto nos permite ver que los discípulos, ¿quiénes eran? Según Lucas, estos dos discípulos, Pedro y Juan, no se tardaron en obedecer, no inventaron excusas, no dijeron en un rato. Déjame terminar esto. Como a veces algunos postergan los asuntos concernientes al evangelio. Sí, yo sé que tengo que arrepentirme. Yo sé que tengo que convertirme o no lo hace. Yo sé que tengo que ir a la iglesia, pero por qué no lo haces? Hermanos, cómo es posible que nosotros posterguemos nuestro tiempo de comunión con Dios? Cómo es posible que posterguemos el tiempo que le debemos de dedicar a nuestro señor y salvador a través de la oración, de la adoración a Dios con otros hermanos? Hermanos, entendamos que cuando somos invitados a participar de los servicios religiosos es una cita con nuestro Señor y Salvador que tenemos. Es un gran privilegio que el Señor nos da que no a todos se le concede participar de esta celebración. No lo veamos como algo para pasar el tiempo, cuando me sobra el tiempo, cuando yo puedo, cuando me da el deseo, cuando no me duele el pelo, cuando las uñas no me duelen. No lo veamos así, mis hermanos. Estos discípulos recibieron un encargo muy especial eran ellos los que iban a preparar la Pascua y ellos debían obedecer sin demora y por lo tanto debían de prestar atención a las instrucciones. Verdad, porque si usted va a obedecer, usted tiene que oír primero lo que se le está pidiendo. No haga la cosa sin oír. A Dios no le agrada que hagamos la cosa. Primero dije no, yo entendí que era así. No, no, no, no. Déjese de eso. Ellos no podían distraerse. Ellos debían de escuchar abiertamente, atentamente al señor para saber lo que él quería. Hermanos, nosotros no nos podemos imaginar que a Dios le agrada esto o que a Dios le agrada aquello o que debe de ser así. Simplemente nosotros debemos de prestar atención, dejar a un lado nuestra imaginación y escuchar lo que el señor nos pide en sus palabras. debemos de hacerlo así. Ah, hay veces que esa palabra me va a confrontar y yo a mí no me gusta eso. Pero no tengo opción. No tengo opción. Recordemos las palabras que encontramos en primera de Sahuel 15, que en unas cuantas semanas lo vamos a leer, pero se lo voy a decir ahora por avance. Esa palabra primera de Samuel 15 22 nos dice que ciertamente el obedecer es mejor que un sacrificio y el prestar atención que la grasa de los carnes. Nada le agrada más a Dios que se le preste atención a su palabra para obedecerla. Ya nosotros no tenemos profetas como lo hubo en el antiguo pacto, Ahora el Señor nos ha dado la revelación profética más segura, que es su palabra. ¿Quiere usted agradar a Dios? ¿Quiere usted disfrutar de comunión con él? ¿Quiere usted disfrutar de un tiempo especial con su maestro? Entonces, como uno de sus discípulos, usted debe de prestar atención a lo que el Señor habla en su palabra. Todos los seguidores de Cristo han de seguir sus instrucciones, las instrucciones del Señor. Pero no solo es leer, no es solamente escuchar una predicación, es seguir las instrucciones que por medio de ella nos da el Señor. Vamos a leer nuevamente Marcos, capítulo 14, verso 13 al 16. Mire como dice, léalo conmigo, por favor. Él envió a dos de sus discípulos diciéndoles vayan a la ciudad y allí les saldrá el encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo y donde le entre. Digan al dueño de la casa. El maestro dice dónde está mi habitación en la que pueda comer la pascua con mis discípulos? Y él les mostrará un gran aposento alto, amueblado y preparado. Hagan los preparativos para nosotros allí. Salieron pues los discípulos y llegaron a la ciudad y encontraron todo tal como él les había dicho y prepararon la pascua. Los discípulos siguieron las instrucciones del Señor. No se fueron por otro lado, no se imaginaron nada, no se pusieron a hablar lo que no debían, ni a perder tiempo, no dijeron al Señor en un ratito vamos, Más tarde, ahora, cuando yo termine esto o aquello, ellos fueron en el momento preciso y llegaron al lugar indicado. Hermanos, si hoy nosotros estamos estudiando la Biblia, debe haber fruto de ella en cada uno de nosotros. Si nosotros llevamos tiempo formando parte de una comunidad de fe, debe haber fruto en nuestras vidas de la enseñanza que hemos recibido. Pero para esto es necesario prestar atención. Para esto es necesario seguir las instrucciones de la palabra de Dios. Acuérdese que allí también estuvo Judas por tres años con el maestro y nunca le sacó provecho. Los discípulos obedecieron, el Señor los capacitó para ello. La buena noticia, hermanos, es que Cristo sigue siendo el mismo y capacita a los suyos para que prestemos atención, para que obedezcamos sus instrucciones. Él sigue obrando en nosotros. Entonces nosotros debemos de aprender a seguir sus instrucciones apenas las recibamos, no cuando nos parezca o no cuando se nos antoje, no cuando a que yo tengo. Voy a ver si saco tiempo para esto. Tenemos que hacerlo al momento, al momento que el Señor nos lo pide. Tenemos que hacerlo. nunca esperar a que el Señor venga y esté insistiendo sobre nosotros. Hay alguien que dijo que una obediencia postergada es desobediencia. Obediencia postergada es desobediencia. Mis hermanos La última parte del verso 16 nos dice que ellos encontraron todo tal como el señor les había dicho y prepararon la pascua en ese lugar que ya estaba dispuesto, ya estaba amueblado, nos dice para la gran celebración. Solo tenían que preparar la comida y participar de ella con su maestro cuando llegara el momento. hermanos, no en vano el apóstol Pablo nos urge a que nosotros cambiemos nuestra forma de pensar, que no nos amoldemos al mundo, sino a Dios, de modo que comprobemos cuál sea la buena voluntad de Dios, la que es buena, agradable y perfecta. Nosotros hallaremos profundo gozo al seguir al señor, al seguir las instrucciones y veremos asombrados cuán perfecta ha sido su instrucción. Cuando veamos al final del tiempo como real, efectivamente se cumplió lo que el señor había. Es así, mis hermanos. Es así. Es así, mis hermanos. Los discípulos debían preparar todo lo necesario para participar de la Pascua, siguiendo las instrucciones del Señor. Y no sólo así ellos podrían gozar de la comunión de este tiempo, de la institución, de la cena del Señor, sino que también serían privilegiados al poder celebrar este día como un inicio glorioso a lo que es una serie de celebraciones que todavía el día de hoy seguimos celebrando. ¿Qué les parece, mis hermanos? En tercer lugar, nosotros podemos reflexionar en este pasaje acerca del tiempo de comunión, el tiempo de comunión. Recordemos, mis hermanos, que esta sería la última vez que los discípulos participarían de la Pascua con el Señor, pero a la vez tendría un mayor significado por las cosas que sucederían en esa noche. en ese lugar especial, en ese aposento alto que ya estaba dispuesto, amueblado con lo necesario para que allí estuviera Jesús con sus discípulos. Eso es lo que nos dice el verso 17, que al llegar la tarde o al atardecer vino Jesús con sus discípulos, con los doce discípulos. Pasó el día, los preparativos habían sido realizados, ahora llegaba el tiempo para gozar de esa comunión. Ya en ese momento no había multitudes, ¿se acuerdan que lo hemos visto con anterioridad? ¿Verdad? Como las multitudes iban detrás de Jesús, que no le daba tiempo ni siquiera para comer, para descansar, que Jesús tenía que irse a lugares solos para estar allí. en comunión con el Padre, o en un momento tenía que irse con los discípulos para enseñarles a solas, pues ya no estaban allí esas multitudes, ya no estaban allí esas personas que buscaban un milagro, ya no estaban allí esos burladores preguntando lo que no querían escuchar, solamente estaba Jesús y sus discípulos, sus apóstoles, sus hermanos. Debemos de entender que lo que es la celebración de la Santa Cena es algo que debemos de verlo como algo restringido. No todos pueden participar porque quieran participar. Debe de haber ese conocimiento de que real y efectivamente yo he confesado a Cristo como mi Señor y Salvador. y que lo he demostrado a través de ese gesto físico que ha ocurrido internamente, pero lo demuestro a través de ese gesto físico como lo es el bautismo, que el bautismo es el que me acredita como seguidor del Señor, como miembro del pueblo del pacto. Ese es el privilegio. que el Señor nos da. Veámoslo como un gran honor el que el Señor nos concede. Siguiendo con nuestra lectura, mis hermanos, llegó el momento para que en ese aposento alto donde no habían distracciones ellos tuvieran la oportunidad para disfrutar de esa comida pascual, la comida que recordaba la liberación que Dios había prometido y que Dios le había dado al pueblo de Israel en Egipto. Cuando esa muerte pasó de largo, el ángel de la muerte pasó por alto por alto la casa de los hijos de Israel que tenían que enfrenten los tinteles de las casas. la sangre del cordero. Un animal inocente los había librado de la muerte. Y en los siguientes pasajes, entonces, nosotros vamos a ver cómo Cristo señala que él es esa eterna pascua, que él es esa promesa gloriosa de Dios de liberar a su pueblo de la muerte, pagando por los pecados de su pueblo. con esta esperanza gozosa que Cristo es quien hizo o es quien murió, quien llevó nuestros pecados en la cruz, es a quien nosotros debemos de acercarnos constantemente cuando disfrutamos de ese privilegio de participar de la cena. del Señor, que nos señale y simboliza y sella esas promesas de salvación de Dios a nuestro pueblo. Que somos nosotros, que somos su iglesia. Ese es el privilegio que nosotros tenemos. Vamos a tenerlo en alta estima. Por el Evangelio de Juan, nosotros sabemos que ellos no solamente cenaron, sino que además, ¿qué otra cosa Jesús hizo durante esa celebración que no narra Marcos y sí lo narra Juan? Lavaron los pies de los doce enseñándoles humildad y servicio. También oró por ellos, le expresó su amor y como también vemos, pues ellos también tuvieron un tiempo para cantar. Así que podemos decir que hubo allí todos los detalles de un culto. Un gran culto. A pesar de que en ese momento ya Cristo había sido objeto de un terrible complot. Uno de los 12 que estaban allí, el encargado de ejecutar esa traición y de hecho. De hecho, mis hermanos. Según algunos comentaristas, Judas no participó de la cena. sino que cuando el Jesús le dice y lo menciona acá también. En ese momento, antes de instituir la cena juda sale. A cumplir con lo que le había prometido a los fariseos, a los líderes religiosos, a los líderes judíos, él sale antes de la institución de la cena. Hermanos, que nada nos impida a nosotros participar del tiempo de comunión con nuestro Dios. Nada es más importante. Por eso la invitación es que no dejemos de participar de estos cultos y que cuando tengamos el privilegio de la celebración del sacramento, de la cena del Señor, lo hagamos con ánimo pronto. Lo hagamos con ánimo pronto. Y si hay en nosotros algún pecado, alguna indisciplina, algún testimonio desordenado, que trabajemos para que eso no se convierta en un obstáculo y nos robe a nosotros el privilegio de participar de esta comunión del pueblo de Dios con Cristo a través de la celebración del sacramento de la cena del Señor. hermanos, es un gran privilegio participar de la cena del Señor, participar de la comunión con el Señor, también en los cultos, porque somos afirmados en la fe, se nos es ratificada la promesa de redención, participamos de la comunión con Cristo, participamos de la comunión con el pueblo de Dios, Se nos predica nuevamente el evangelio. Se nos recuerda que nosotros fuimos perdonados de todos nuestros pecados y que ahora nosotros vivimos para Dios, porque él vive en nosotros. Cómo no orar? Cómo no adorar a Dios por esto? Cómo no prestar atención y seguir las instrucciones del señor para gozar de esta gran comunión? Cómo no hacerlo? ¿Cómo despreciar este privilegio que el Señor nos da de participar de su comunión con Él? ¿Cómo despreciarlo? ¿Seremos hallados o justificados delante de Él cuando inventemos excusas, cuando inventemos banalidades para no reunirnos como el Señor manda? ¿Usted cree que va a haber excusa delante de Él? Cuando despreciamos algo que el Señor nos da como un privilegio, ciertamente no va a haber excusa, aunque su mente trate de engañarlo. Vamos a estar de pie y vamos a orar al Señor, y vamos a pedirle que nos dé esa gracia de poder disfrutar de estos tiempos de comunión con el Señor, en los cultos y en las celebraciones del sacramento de la cena del Señor.
UN GRAN PRIVILEGIO
Series MARCOS
Es un gran privilegio participar de la Cena del Señor, porque somos afirmados en la fe, se nos es ratificada la promesa de redención, participamos de la comunión con Cristo, y la comunión con el pueblo de Dios.
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La versión de la Biblia que utilizamos es la Nueva Biblia de Las Americas (NBLA)
Sermon ID | 63241556326900 |
Duration | 35:51 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Bible Text | Mark 14:12-17 |
Language | Spanish |
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