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El título del mensaje es el establecimiento del reino. La escritura primera de Reyes, capítulo dos, sería el reino eterno. Si pueden poner pies una vez más, aquí leeremos la palabra del Señor. Así dice la palabra. Y acercándose a los días de su muerte, David dio órdenes a su hijo, Salomón. Yo voy por el camino de todos en la tierra. Sé pues fuerte y sé hombre. Guarda los mandamientos, los mandatos del Señor tu Dios, andando en sus caminos, guardando sus estatutos, sus mandamientos, sus ordenanzas y sus testimonios, conforme a lo que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y donde quiera que vayas. Para que el Señor cumpla la promesa que me hizo, si tus hijos guardan su camino, andando delante de mí con fidelidad, con todo su corazón y con toda su arma, no te faltará hombre sobre el trono de Israel. También sabes lo que me hizo Juad, hijo de Sadvia, lo que hizo a los dos jefes de los ejércitos de Israel, a Abner, hijo de Ner y a Masa, hijo de Heter, a los cuales mató También derramó sangre de guerra en tiempo de paz, y puso sangre de guerra en el cinturón que lo ceñía y en las sandalias que tenía en sus pies. Haz pues conforme a tu sabiduría. No permitas que sus canas desciendan al sol a la muerte en paz. Pero muestra bondad a los hijos de Basilea, el ganadita, y que estén entre los que comen a tu mesa, porque ellos me ayudaron cuando huí de tu hermano Absalom. Mira, contigo está Simí, hijo de Yera, el Benjamín de Bajurín. Él fue el que me maldijo con una terrible maldición el día que yo iba a Mahanaim. Pero cuando descendió a mi encuentro en el Roldán, le juré por el Señor diciendo, no te mataré a espada. Pero ahora no lo dejes sin castigo porque eres hombre sabio. Sabrás lo que debes hacer con él. y harás que descienda sus canas con sangre al Señor a la muerte. Y durmió David con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David. Los días que David reinó sobre Israel fueron cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén. Salomón se sentó en el trono de David su padre, y su reino se afianzó en gran manera. Entonces Adonías, hijo de Jagüí, vino a Bethsabeth, madre de Salomón. Y ella le dijo, ¿vienes en paz? En paz, respondió él. Y añadió, tengo algo que decirle. Y ella dijo, habla. Usted sabe, dijo él, que el reino era mío y que todavía él esperaba que yo fuera rey. Pero el reino ha cambiado de manos y ha venido a ser de mi hermano, porque por voluntad del Señor era suyo. Ahora yo le hago una petición. No me la niegue. Habla, le dijo ella. Él entonces dijo, le ruego que habla al Rey Salomón, pues Él no se lo negará para que me dé por mujer a Bisay la Tsunamita. Muy bien, dijo Bethsabeth, hablaré por ti al Rey. Bethsabeth fue al Rey Salomón para hablarle para Adonías. Por Adonías, el Rey se levantó a recibirla, se inclinó delante de ella y se sentó en su trono, hizo colocar un trono para la madre del Rey y ella se sentó a su diestra. Entonces, ella dijo, Te hago una pequeña petición, no me la niegues. Pide, madre mía, porque no te lo niegaré, le dijo el rey. Y ella le dijo, que se dé a visar la sunamita por mujer a tu hermano Adonías. El rey Salomón respondió a su madre, ¿por qué pides a visar la sunamita para Adonías? Pide para él también el reino, pues es mi hermano mayor. Y con él está el sacerdote Abiatar y Juan, hijo de Sarvia. Y el rey Salomón juró por el Señor diciendo, así me haga Dios y aún más si Adonías no ha hablado esta palabra contra su propia vida. Ahora pues vive el Señor que me ha confirmado y me ha puesto en el trono de mi padre David y que me ha hecho una casa como había prometido que hoy mismo Adonías morirá. El rey Salomón envió a Benanía, hijo de Juaira, y este atacó a Adonías y lo mató. Entonces, dijo el rey al sacerdote, Abiatar, vete a Natot, a tu campo, porque mereces morir, pero no te daré muerte en esta ocasión porque llevaste el arca del Señor Dios delante de mi padre David, y porque fuiste afligido con todas las cosas con que mi padre fue afligido. Así Salomón prohibió a Abiatar de ser sacerdote del Señor para que se cumpliera la palabra que el Señor había hablado acerca de la casa de Eli en Silo. Cuando las noticias llegaron a Joab, porque Joab había seguido a Donías, aunque no había seguido a Absalón, Joab huyó a la tienda del Señor y se agarró a los cuernos del altar y se le informó al rey Salomón que Joab había huido a la tienda del Señor y que estaba junto al altar. Entonces, Salomón enviaba a Naniá, hijo de Joaída, diciendo, ve y atácalo. Naniá entró en la tienda del Señor y le dijo, así ha dicho el rey, sal de ahí. Pero él dijo, no, pues moriré aquí. Benemíez llevó la respuesta al rey. Así Joab habló y así me respondió. Y el rey le dijo, haz como él ha dicho, atácalo, mátalo y entiérralo, para que quites de mi casa y de la casa de mi padre la sangre que Joab derramó sin causa. El Señor hará volver a su sangre sobre su propia cabeza, porque Él atacó a dos hombres más justos y mejores que Él, y los mató a espada, sin que mi padre David lo supiera, a Abner y a Odemer, jefe del ejército de Israel, y a Masa y a Ejeter, jefe del ejército de Juda. pues le caerá sobre la cabeza de Juad y sobre la cabeza de su descendencia para siempre. Pero para David y su descendencia, para su casa y su trono, haya paz en parte del Señor para siempre. Entonces subió Benanía, hijo de Juaida, lo atacó y lo mató, y fue sepultado en su casa en el desierto. En su lugar, el rey nombró sobre el ejército a Benanía, hijo de Juaida, y el rey nombró al sacerdote Sadoc en lugar de a Vietar. Después, el rey envió a llamar a Simí y le dijo, fíjate una casa en Jerusalén, vira ahí y no salgas de allí a ninguna parte, porque el día que tú salgas y pases el torrente de Cedrón, ten por ciento que sin duda morirás, tu sangre caerá sobre tu cabeza. Entonces Semí dio al rey. La palabra es buena. Como ha dicho el rey, mi señor así lo hará a su siervo. Y vivió Semí en Jerusalén muchos días. Pero aconteció que después de tres años, dos de los siervos de Semí huyeron a donde Aquís, hijo de Maca, rey de Gad. Le avisaron a Semí, tus siervos están en Gad. Semí se levantó, ensilló a su asno y fue a Gad a ver aquí, aquí, perdón, para buscar a sus siervos. fue para Semí y trajo sus siervos de Gat. Pero informaron a Salomón que Semí había ido de Jerusalén hasta Gat y había vuelto. Entonces el rey envió a llamar a Semí y le dijo, no te hice jurar por el Señor y te advertí seriamente, el día que salgas y vayas a cualquier parte, ten por seguro que ciertamente morirás. Y tú me dijiste, la palabra que he oído es buena, ¿por qué entonces no guardaste el juramento del Señor y el mandamiento que te impuse? Dijo además el rey Asemí, tú sabes todo el mal que hiciste a mi padre David, que tú reconoces en tu corazón. El Señor pues hará recaer tu mal sobre tu propia cabeza. Pero el rey Salomón será bendito y el trono de David será firme delante del Señor para siempre. Entonces el rey mandó a Benanía y lo dejó a Eda y este salió y atacó a Asemí y lo mató. Así fue confirmado el reino en las manos de Salomón. Un pasaje largo lleno de mucha sangre. Amén. Mucha muerte. Pero si Dios quiere, vamos a ver cómo todo eso predice la segunda venida de Jesucristo. Amén. Padre, te damos gracias por la palabra que acabamos de leer. Palabra linda y justa. En ella, Padre, vamos a encontrar grandes verdades, Padre. Verdades necesarias para nosotros entender. Verdades que apuntan a Jesucristo. Verdades que apuntan a la segunda venida. Verdades que apuntan al Evangelio. Y Padre pedimos que abra nuestro entendimiento para reconocer estas verdades, aplicarla a nuestro corazón y ser conmovidos, Padre, a predicar el Evangelio a las almas perdidas antes que sea muy tarde para ellas. Pedimos todo esto en el nombre de Jesús y para Tu gloria. Amén y Amén. Amados pueden tomar asiento. Glorie Dios. Bueno, hemos estudiado el primer capítulo y en él hemos visto las grandes verdades de Dios y aquí ahora nos vamos a encontrar con este segundo capítulo. El primer capítulo, si usted se recuerda, se trataba de sucepción. La sucepción, esa era la preocupación, específicamente quién se convertiría en el próximo rey. La voluntad y la judicia humanas anularían la elección soberana de Dios, es decir, anonías, o prevalecería en última instancia la soberanía de Dios, en apuntar a un rey, el más joven de la familia, el más no apto para ser rey, venía de una relación escandalosa, era el más joven y tenía la menos experiencia. Bueno, parecía que Adonías había ganado el día, ¿se recuerda? El ejército, Juab, estaba con él, la religión estaba con él, los sacerdotes estaban con él, Abiatar, los hombres promenentes, sus propios otros hermanos se fueron a él, parecía que Adonías iba a ser el rey. Había ganado el día, Dios había perdido, pero al último instante Dios intercede, se mueve y ¿qué pasa? Salomón se convierte en rey y Adonías tiene que abandonar el reino y reconocer que Dios había apuntado a su hermano menor. En el capítulo 2 la atención se centra en la seguridad del reino. La pregunta es La pregunta es si el reino que representa proféticamente el reino venidero de Cristo puede ser establecido de manera segura y completa aquí en la tierra. Esa es la pregunta que tenemos que hacer. ¿Puede el reino de Dios ser establecido aquí en la tierra bajo el rey legítimo de Dios? Bueno, sabemos que la narrativa responde a nuestra pregunta en lo afirmativo. Sí, el reino de Dios será establecido y esto se logrará por dos medios. Primeramente, el reino se establece en obediencia a la ley del pacto cuando el pueblo de Dios obedece a su Dios. El reino se establece en obediencia a la ley del pacto por el pueblo de Dios. En otra palabra, el reino se establece cuando nosotros, como los hijos de Dios, caminamos en obediencia a la palabra de Dios porque la amamos, porque la amamos. Y segunda, el reino se establece cuando el Señor elimina a todos los enemigos del reino. En otra palabra, la eliminación de sus enemigos establecerá el reino. Es lo que miramos a la segunda parte. La segunda parte, Salomón mata a Domías, expulsa a Aviatar, mata a Juab y mata a Asimía. Estos son enemigos al trono, enemigos del reino, enemigos de Dios y tienen que ser eliminados. Entonces, miramos dos verdades aquí. Que al pueblo del Señor, en ellos se establece el reino cuando ellos aman y obedecen al Señor. Y al pueblo del Señor, el futuro será establecido cuando Dios elimine todos enemigos. Amén? Entonces hoy en sus vidas el reino puede estar establecido y en el futuro el Señor Cristo vendrá y eliminará todos sus enemigos y sólo quedarán los amigos, los hijos de Dios. Amén? Exploremos estas dos verdades. Miremos el versículo 1 al 4. El reino se establece en obediencia a la ley del pacto del pueblo del Señor. Nuestro capítulo comienza con David acercándose a la muerte. Sus días son muy pocos. Ningún hombre puede escapar de esta realidad. David dice lo mismo. Si la segunda venida de Cristo se demora, cada uno de nosotros tendrá que enfrentar este último obstáculo, este último enemigo, la muerte. Entonces, con sus últimas palabras, David suplica y ordena a su hijo que sea fiel. Es muy importante que usted entienda lo que está ocurriendo aquí. Con toda la sabiduría de David, con toda una vida vivida que ama a Dios, con toda una vida vivida en diligencia a las cosas de Dios, Las últimas palabras de Dios, de David a su hijo, no son, mira, construye más castillos, mira, construye más edificios, mira, asegúrate enriquecer tu pueblo, mira, asegúrate a tener un buen ejército, mira, expande las bordes de Israel conquistando a tus enemigos. Él no le dice nada de estas cosas. Lo que le dice a Salomón con sus últimas palabras es sólo una palabra, Salomón, ser fiel. Con todo lo que le podría decir, David lo resumó en una palabra, fidelidad. Y esa palabra tiene que ser una palabra que nosotros le damos mucha importancia. Él le dice ser fiel, ser fiel. Amar a Dios y obedecer a Dios de todo corazón, dice David, es el propósito de la vida. Otra vez, amar a Dios y obedecer a Dios con todo el corazón, dice David, es el propósito de la vida. jubilarnos, no de comprar casa, no de mirar a nuestros hijos jugar el fútbol, no de crecer, no de tener mucho dinero, no de tendentir en negocios, no de tener una grande familia. El propósito de la vida, el propósito de cada cristiano debe ser amar y obedecer a Dios. Amén. Porque si yo amo y obedezco a Dios, mi familia será grandemente bendecida. Si yo amo y obedezco a Dios, será una gran bendición a este mundo. Y si yo amo y obedezco a Dios, seré encontrado fiel a la segunda venida de Jesucristo. Entonces, el propósito de nuestras vidas, escuchen por favor, pongan atención, es amar y obedecer a Dios. Es lo que le dicen a mí, es todo, el todo de tu vida, lo que he aprendido yo en vivir una vida entera en esta tierra es, hijo mío, ser fiel a Dios. Ojalá que usted como padre o abuelo tenga en el mismo corazón, visila a sus propios hijos. Toda la vida se puede resumir en esto. Fidelidad a Dios. Amén. Fidelidad a Dios. Entonces David le encarga a Salomón este apasionado mandamiento y este bíblico mandamiento. La belleza de la palabra de David a su Hijo es que son tan apropiadas para nosotros hoy como lo eran cuando las pronunció a su Hijo Salomón. Cuando Él le dice a Salomón, mira, mi hijo, sé fiel, ama a Dios, síguelo, entrega toda tu vida a Él, haz toda tu vida que la base sea Cristo, que la base sea Dios, esas palabras podemos aplicarlas hoy a usted y a mí, como que si David nos estuviera hablando a nosotros. Mire el versículo 2, donde Él le dice, sé pues fuerte y sé hombre, Qué lindas palabras, ¿verdad? Ser fuerte y ser hombre. Pero cómo vamos a definir la fuerza y cómo vamos a definir ser un hombre. Acaso David le está diciendo, mira, alza muchas pesas, ten muchos músculos, o asegúrate de invertir en muchos negocios, o ¿sabes qué? Cásate con una mujer hermosa ¿Sabes qué? Ser muy machista y donde tú digas tu mal... No, no, no, no. Cuando él le está diciendo ser pues fuerte y ser hombre, él está enlazando estas palabras a la palabra de Dios. Mire lo que sigue. Él dice que un hombre debe primero guardar los mandatos del Señor. Ser fuerte y ser hombre está relacionado en qué? En guardar los mandatos del Señor. Si usted quiere ser un hombre, si usted quiere ser una mujer que ama a Dios, Quiere ser un joven que ama a Dios. Guarde los mandamientos del Señor. Amén. Esa es la definición para nosotros en este día de los padres. Padres, hombres, la definición de ser un buen hombre es qué? Guardar los mandatos del Señor. Ser fiel. Ser fiel. Guardar los mandamentos del Señor. En otras palabras, debe ser usted un hombre sometido a la Palabra de Dios, sometido a la Palabra de Dios. Según nuestro texto, esta sumisión se encuentra en andar en los caminos de Dios, guardando sus estatutos, sus mandamientos, sus ordenanzas y sus testimonios. Todo esto lo dijo David. En otras palabras, en todas las partes de la Palabra de Dios, asegúrate que tú obedezcas todas las partes de la Palabra de Dios. debe haber obediencia a la Palabra de Dios, y para haber obediencia a la Palabra de Dios, para haber sumisión a la Palabra de Dios, usted tiene que saber cuál es la Palabra de Dios. Tiene que estudiar la Palabra de Dios. La Palabra de Dios tiene que tener raíces en su corazón, porque cuando usted estudia, cuando usted conoce, cuando usted aprende la Palabra de Dios, entonces sus caminos serán guardados. Usted hará lo que le agrada a Dios y lo que desagrada a Dios, y puede guardar los mandamientos y está delante del Señor en santidad. El mandato es ser santo, porque yo soy que santo. Aquí no estamos hablando de una salvación por obras, pero lo que estamos hablando es que si las vidas del cristiano han sido transformadas, entonces el corazón nuevo quiere amar a Dios. No queremos traer injuria a Dios, no queremos pecar contra Dios, queremos vivir una vida que le agrada a Dios, una vida que complace a Dios, y como único podemos hacer esto es enguardar los mandatos del Señor. en guardar sus estatutos, mandamientos, ordenanzas y sus testimonios. Así que David continúa y le dice que un hombre de Dios debe vivir conforme a lo que está escrito en la ley de Moisés. Es decir, que no puede añadir ni quitar a la revelación divina. Debe vivir, escuche, bajo el peso completo de la palabra de Dios y doblegarse a su verdad. Otra vez, debe vivir bajo el peso completo de la Palabra de Dios y doblegarse a su verdad. El Hombre de Dios dice, todo lo que diga la Palabra de Dios es lo que yo haré. No voy a añadirle lo que yo quiera y no le voy a quitar lo que a mí me dejuste. Hay muchas denominaciones, en la denominación, metodistas humanas de las nuevas que han dicho, esta parte de la Biblia no me gusta, no me cae bien, y la han quitado. Y lo que ha ocurrido esa denominación es un gran pecado. Cuando nosotros no caminamos bajo toda la Palabra, cuando no nos doblegamos delante de la autoridad de la Palabra de Dios, nos hacemos Dios. a nosotros mismos. Nosotros decidimos lo que es bueno y lo que es malo, lo que vamos a seguir y lo que no vamos a seguir. No, no, no, no, no. Un hombre de Dios, dice David, un hombre de Dios camina conforme a lo que está escrito en la ley de Moisés, la ley de Dios. Él no le añada la palabra de Dios lo que él quiera hacer y que está prohibido y él no le quita la palabra de Dios lo que él le ofende. Él dice lo que Dios diga es correcto. Y escuche, así funciona. Yo solamente estoy correcto cuando estoy de acuerdo con la Palabra de Dios. En cualquier otro instante que yo esté en un desacuerdo con la Palabra de Dios, yo estoy mal y equivocado y en el error. Amén. Yo sólo pienso bien cuando pienso en la Palabra de Dios. Sólo camino bien cuando camino de acuerdo a la Palabra de Dios. Sólo me comporto bien cuando me comporte como dice la Palabra de Dios. En otras palabras, yo sólo estoy bien cuando estoy bajo la autoridad de la Palabra de Dios. Eso es lo que le está diciendo David a su hijo. Mira, no le quites, no le añades, sométete, haz lo que ella diga, si alguna parte te ofende, sepa que tú estás mal y la Palabra de Dios está bien, pero hijo mío, mira, sé hombre, ama a Dios, camina bajo la autoridad de su Palabra. Somete tu vida a los mandamientos del Señor. ¿Qué podemos decir más que Gloria a Dios? Aquí se encuentra el reino creciendo entre el grupo cristiano. Cuando nosotros más amamos a Dios, aquí se puede presenciar la presencia de Dios más, más y más. Cuando nosotros amamos a Dios y caminamos fiel, podemos sentir y mirar su presencia activamente moviéndose entre nosotros. Amén. Es lo que su familia será grandemente bendecida, tu vida será grandemente prosperada en las cosas de Dios cuando tú decidas caminar en la palabra de Dios. Entonces para el cristiano el reino se establece, escuchen, cuando nosotros caminamos en la obediencia. De hecho, si Salomón hubiera obedecido de todo corazón la palabra de Dios, Dios habría asegurado que su promesa a David, de que no le faltará hombre sobre el trono de Israel, que esa promesa permaneciera para siempre. Desafortunadamente, Salomón empezó bien. En su juventud, él escuchó la palabra de su padre, ser fiel, seré fiel padre. Le pido al Señor sabiduría para ser fiel, Padre. Yo voy a hacer todo lo que Tú me digas, Padre. Y incluso el capítulo nos enseña que él, los hombres que David le dio, mira, cuidado con estos hombres, él escuchó y él lideró con estos problemas de una manera bíblica. Él escuchó las palabras de su Padre y por la primera parte de su vida él fue muy fiel y sabemos lo que ocurrió cuando llegó a ser viejo. Se apartó de la palabra del Señor. Le añadió a la palabra del Señor. Le quitó a la palabra del Señor. Había La Palabra del Señor me pedía tener muchas esposas. ¿Cuántas tenía él? Más de 900. Le quitó, esa parte no me gusta, le quitó. La Palabra del Señor le dice, no puedes adorar a ídolos. Le quitó esa parte y dejó que sus esposas convertieran su corazón en un corazón idólatra. ¿Y qué ocurrió? El reino fue quebrantado en dos. y la promesa de David parecía estar en un gran problema. Sabemos que se cumple finalmente en Cristo, gloria a Dios, pero desde el momento ese, el reino de David no quedó bien. No como antes, porque él se alejó de la obediencia. Amados, si usted quiere ver su familia en bancas rotas, si usted quiere ver espiritual, si usted quiere ver problemas en su casa, en sus vidas, aparte será la palabra del Señor. camine como usted quiera, haga lo que usted quiera y mire los resultados. Serán trágicos. El punto de nuestro texto entonces, claro, la obediencia a la ley es la condición para el disfrute de las promesas. Dios hace promesas, pero están basadas en la obediencia de los santos. Amados, aquí tenemos lado a lado la promesa de David, Esta gran promesa de la gracia de un rey venadero, de un salvador y la ley de Moisés y nuestro llamado a caminar a obediencia con Dios como su pueblo. No hay conflicto entre la gracia y la ley, ambas aquí están perfectamente compatibles. No somos salvos por la obediencia por las obras, pero nuestra salvación por gracia se manifiesta en vidas transformadas y obedientes. Eso es lo que le está diciendo a David. David no le está hablando a un incrédulo, le está hablando a su hijo que ya es salvado, ¿por qué? Por gracia. Ahora que tú eres salvo por gracia. Ahora que el Espíritu Santo te ayuda a obedecer a Dios. Ahora mi hijo, obedece a Dios. Para que tengas una vida exitosa como un cristiano. Para que puedas ir hacia adelante como un hijo de Dios. David no le está diciendo a su hijo, mira, obedeces a Dios y serás salvo. Él está diciendo, ya que eres salvo, ahora debes qué? Obedecer a Dios. Pueden ver la diferencia? Porque es una gran diferencia. El incrédulo no puede obedecer a Dios, porque es incrédulo. Pero el cristiano que has transformado, ahora él puede obedecer. No porque tiene, pero porque ama a Dios. No para alcanzar la salvación, porque ya has sido salvo. Y quiere asegurar que tenga una vida que sea un deleite delante de los ojos del Señor. El texto supone que un rey debe permanecer fiel para disfrutar la bienaventuranza de la comunión con Dios y sus promesas. Eso lo confirma David cuando le dice a Salomón, para que el Señor cumpla la promesa que me hizo, si tu hijo guarda tu camino, andando delante de mí con fidelidad, con todo su corazón y con toda su alma, no te faltará un hombre sobre el trono de Israel. la obediencia asegura el reino entre nosotros. El reino se establece cuando el pueblo del Señor activamente obedece y ama a ese Dios que ellos dicen amar. Encontramos esta misma enseñanza en el Nuevo Testamento. Un respeto al futuro y el mejor reinado de Jesucristo. Leemos en Mateo 7, 24. Por tanto cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa, pero no se cayó porque había sido fundada sobre la roca. Es lo que David le está diciendo a su hijo. Mira, funda tu vida en la roca. Obedece las palabras de Dios. Tú que eres cristiano, camina en obediencia porque amas a Dios, porque no quieras ofender a este gran Dios que te ha hecho un hijo de Él. Son palabras buenas para usted y para mí. Es más, muchos de los llamados cristianos hoy creen que su éxito en el ministerio es un sustituto por la obediencia a la palabra de Jesús. dependen de la asistencia, perdón, dependen de la asistencia a la iglesia, los himnos que cantan, las oraciones, el dinero que dan, las conferencias que atienden, los programas de evangelización en que participan y nada de esto importa si nuestras vidas no hacen evidente nuestra salvación por la gracia a través de nuestra nueva obediencia a Dios. ¿Escucharon lo que acabamos de decir? Nada va a importar, todos sus logros, todos sus logros delante de Dios. Usted dice, pero fui a la iglesia, di mi dinero, hice tal y tal cosa. Nada, eso no importa. Me obedeciste. Son otras palabras. Usted no puede tener dos vidas. Una vida que parece amar a Dios y una vida que parece vivir bajo la autoridad del demonio. Usted o tiene que amar a Dios toda su vida o no amarlo. Encontramos la verdad de esto en Mateo 7, 21. Este pasaje realmente me causa a mí. ansiedad. Las varias veces que lo he leído, siempre quiero entenderlo mejor, porque aquí hay una amenaza grave. Escuchen lo que dice Mateo 7, 21. No todo el que me dice, Señor, Señor. Paremos ahí. No todo el que me dice, Señor, Señor. ¿Por qué es importante? Porque estas personas se identifican como, ¿qué? Cristianos. Ellos no hablan de Jesús en la segunda persona, ellos hablan de Jesús como mi Salvador. Él es el Señor. Señor, Señor, sale de su boca. Nos asisten a la iglesia, cantan, hacen todas las cosas que nosotros hacemos. Ellos se identifican como cristianos. ¿Cómo sabemos? Porque le llaman a Cristo, ¿qué? Señor, Señor. Pero dice Él, no todo el que me dice Señor, Señor entrará al reino de los cielos. Y eso me causa ansiedad, porque yo le llamo al qué? Señor, usted le llama al qué? Señor, todos hablamos ahí y decimos qué? Señor, Señor. Y dicen, no todos los que dicen Señor, Señor entrarán al reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. ¿Cuál es la voluntad del Padre? Que amemos a Dios con todo nuestro corazón y amemos a nuestros prójimos. Eso nos identifica como realmente los hijos de Dios. Que amemos al Señor de tal madera que lo queramos que obedecer. Muchos, ¿cuántos amados? Muchos, me dirán en aquel día, Señor, Señor. Y miren la lista de los logros, de los elogios de estas personas. ¿No profetizamos en tu nombre? Yo nunca he profetizado de la manera de que ellos están hablando. ¿Y en tu nombre echamos fuera demonios? Yo nunca eché demonios, yo no sé si usted lo ha hecho, pero yo nunca he tenido ese ministerio. ¿Y en tu nombre hicimos muchos milagros? Ningún milagro que yo sepa ha ocurrido debajo. Milagro de la conversión, sí, pero de que yo mire a alguien, un ciego recuperar sus ojos, alguien muerto resucitar entre los muertos, yo nunca he tenido ese ministerio. ¿Y usted? Así que estos hombres tienen unas listas de cosas que han hecho que son mejores que mi propia lista, mejor que la lista de ustedes, y no son cristianos. Diríamos, ciertamente estos hombres son de Dios, miran, profetiza, miran, hechas fueran demonios en el nombre de Cristo, miran los milagros que salen de sus vidas, Si ellos, si alguien va a ser cristiano, ciertamente estos hombres y estas mujeres son cristianos. Porque miren, miren la gran fruta. Y la fruta estamos viendo como la fruta de qué? De obras. Y no la fruta de amar a Dios y obedecerle. Esa es la fruta que Cristo dice que es la verdadera fruta. El que hace la voluntad de mi Padre. ¿Qué es? ¿Cuál es la voluntad del Padre? Que amemos a Dios con toda nuestra alma, ser y vida. Y amar a nuestro prójimo. Esa es la obediencia a Dios. ellos tienen obedienzas, logros, elogios, mira lo que yo he hecho claramente somos cristianos, señor, señor ellos me dirán, dicen, mira lo que yo he hecho, entonces les declararé jamás los conocí, no que los conocí y los perdí de vista o se me olvidan, sino que que nunca fueron ustedes míos con toda la participación en la iglesia, con todos sus milagros, con todo echar el demonio hacia afuera con todas las profecías, con todo lo que hiciste, nunca, jamás fuiste mío. Apartense de mí, ellos dirán que eran cristianos, pero Cristo los identifica aquí los que practican la qué? Iniquidad. Ellos se identifican como salvos, Cristo los identifica como qué? Labradores de qué? Iniquidad. Y al último instante, el juicio de Él importa más que el juicio que yo pase sobre mi propia vida. Pueden verlo, amados. Este pasaje realmente debe causar gran alarma en nuestras iglesias hoy. Porque debe sacudir el fundamento de que yo puedo ser salvo por las cosas que yo hago. Entonces, si usted quiere saber si usted es salvo, escuche esto. ¿Usted ama a Dios con todo su alma, corazón y vida? ¿Usted quiere obedecerlo no porque quiere ganarse cielo, sino porque quiere hacer bendición a Él? Porque usted tiene agradecimiento por lo que ha hecho en su vida. Usted llora por las cosas que Dios llora y ama las cosas que Dios ama. Y cuando usted comete error, cuando usted comete pecado, usted se siente horrible de antes y no lo confiesa. Y se pregunta, ¿cómo yo puedo tratar a mi Dios tan bueno que es Él, tan mal como lo he hecho yo? Yo, es el amar a Dios, es el obedecer a Dios, es reconocer su palabra, que nosotros demostramos realmente que Él nos ha salvado por gracia. La ley no lo salva, pero la ley puede señalar que somos salvos. Amén. Y esto es lo que estamos aprendiendo. Aquí está establecido que el reino de Dios entre nosotros. Amados, la estabilidad del reino no se basa en nuestras experiencias, profesión de fe, educación, linaje o logros ministrales, sino únicamente en la obediencia a la clara palabra de Dios. Escuche este versículo, Juan 14, 15. Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos. Escuche lo que no dice. No dice, guarden mis mandamientos y enseñarán que me aman. Él dice, si ustedes me aman, Lo que fluye de ese amor es que, que guardarán mis que, mandamientos. ¿Y de qué está hablando? ¿Quiénes son los que aman a Cristo? Pues no está hablando del incrédulo. Él está hablando de qué, de los cristianos, los salvados por gracia. Si ustedes son salvos por gracia y auténticamente me aman, entonces lo que fluirá de su vida, fluirá de su vida será qué, el deseo de obedecer a Dios. Amén. qué hermoso y Juan 15 10 11 dice lo siguiente si guardan mis mandamientos permanecerán en mi amor así como yo he guardado los mandamientos de mi padre y permanezco en su amor estas cosas le he hablado para que mi gozo esté en ustedes y su gozo sea perfecto escúchelo otra vez si guardan mis mandamientos permanecen en mi amor el que guarda mis mandamientos es porque Quiere a Dios, ama a Dios, quiere seguir con Dios. Entonces, hemos entendido, entonces, por esta primera parte, hermanos, lo siguiente. El reino de Dios se establece en la obediencia de su pueblo. ¿Amén? ¿Usted quiere ver el reino de Dios? Ame a Dios, obedézcalo. Pero ahora vamos a cambiar al segundo grupo, versículo 13, 46. el reino sólo puede establecerse cuando los enemigos de Dios sean eliminados. Hoy podemos ver el reino en nosotros en la obediencia, pero el futuro vendrá el reino para ser establecido y cuando ese reino venga definitivamente por última vez para ser establecido en esta tierra, ese reino comenzará con Dios eliminando a las amenazas a ese reino. Amén. Eso significa que cualquier persona que usted conozca hoy mismo, que no esté caminando con Cristo, si no se arrepiente y venga el Señor, esa persona será eliminada, destruida por la soberana poder de nuestro Señor. Muchos han interpretado esta porción de la Escritura de manera antibíblica y sin amor a nuestro hermano Salomón. Ellos argumentan que Salomón era un hombre sediento, de sangre que mató para solidificar su poder. Ah, el resto de este pasaje enseña que Salomón cuando se hizo rey quería matar a cualquier persona nada más por matarla. Cualquier persona que él miraba como una amenaza, lo voy a matar. Pero la narrativa retrata a Salomón como elegido de Dios que le ofreció a sus enemigos gracia. Esa gracia que sus enemigos nunca le ofrecieron ¿Cuál gracia? Adonías trató de matar a su propio hermano Salomón. No lo invitó a la fiesta. Un signo de que cuando él se convirtiera en rey, ¿qué iba a hacer con Salomón? Lo iba a matar. Salomón se hace rey, invita a Adonías a venir delante de él, lo hace venir, y le dice, ¿sabes qué? Te debo de matar. Porque trataste de robarte lo que el Señor no te iba a dar a ti. Pero sabes que eres mi hermano y te amo. Te voy a permitir que vivas. algo que tú no me ibas a permitir a mí. Lo único que tienes que hacer para continuar viviendo y gozando de esta vida, ser relacionado con el rey, vivir bajo la sombría del reino de Dios, es obedecer a Dios. ¿En qué forma? Nunca de tratar robarte el reino otra vez. Si tú dejas eso de querer ser rey y quieres vivir una vida, puedes vivirla debajo de este reino. Esa es gracia. Es una gracia increíble que le dio su hermano. No lo mató, lo pudiera haber matado, pero le permitió vivir si él denunciara cualquier derecho al reino. ¿Y qué dijo Adonías? Claramente lo denuncio, tú eres el rey, Dios te lo ha dado, yo quiero vivir. Y aquí enseña que no estaba siendo auténtico cuando él hizo esa promesa. También había Atar, él le dio la espalda a Salamón, se fue con el enemigo Adonías, el pudiera haberle matado a Aviatar por su traición pero le dijo sabes que te va a quitar el sacerdocio. Puedes vivir pero nunca puedes ministrar delante del Señor. Y Asimí que maldició a su padre, él le dijo tú maldiciste a mi padre y debes morir, pero que le dice sabes que Si te arrepientes de esa maldición, construye una casa, vas a vivir en esa casa por el resto de tu vida. Ponle todo lo que tú quieras en la casa, lo más grande que tú quieras, pon el terreno más grande que tú quieras, pero nunca salga de esa casa, de ese terreno. El momento que tú salgas, vas a morir. ¿Entendiste? Claramente Dios, está bien, yo puedo vivir, ¿y qué hizo? Salió de esa casa. Entonces, Salomón no era un hombre sediento que quería sólo matar, sino le ofreció, ¿qué? Gracia increíble a sus enemigos. Gracias que ellos rechazaron, y en el rechazar esa gracia demostraron que iban a hacer una amenaza al reino del Señor, y ahora como rey él tenía que eliminar cualquier amenaza a su reino. ¿Pueden ver la diferencia, amados? Porque no era un hombre sediento lleno de sangre, absolutamente no. Cuando estos hombres rechazan la gracia, y amenazan al reino de Dios, Salomón protegió al rebaño de Dios de la maldad de estos hombres y los mató. La Biblia afirma en el versículo 46, permítanme ir al último versículo, que después de la eliminación de todos los enemigos del reino, el reino quedó establecido en manos de Salomón. Esta es la teología de nuestro capítulo, para que el reino esté seguro, las amenazas contra él deben ser neutralizadas. El reino debe ser preservado de aquellos que intentan destruirlos. Nuestro texto tiene un aspecto profético. Recuerde que la Biblia dice que en el día final, en el reino del Señor, no entrará el que roba, no entrará el que mienta, no entrará un asesino, no entrará el hombre inmoral, sexual, no entrará el mentiroso, no habrá lugar para los perros, dice la Palabra de Dios acerca de estos hombres que no se arrepienten. Hombres que se le ofrecieron la gracia no la rechazaron y ahora en el día final no tienen un lugar en el reino del Señor. Aprendemos que así será cuando Jesús venga, cuando Jesús enabre su reino eterno en los días finales. El hijo mayor de David, Jesucristo, enviará a sus ángeles para eliminar a aquellos que han rechazado la gracia a vivir vidas impenitentes. Escuche la amenaza que se encuentra en Mateo 13, 40 y 42, Cristo hablando. Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin del mundo. El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles y recogerán a su reino, a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego, allí será el llanto y el crujir de dientes. Que promete la palabra de Dios que en el día final los ángeles recogerán a cualquier persona que sea tropiezo, que sea pecador, iniquio, o una persona llena de iniquidad, y lo echarán al fuego donde ellos van a gritar y van a sufrir por toda una eternidad. ¿Pueden verlo? Lo mismo que hace Salomón en destruir sus enemigos, lo hará Cristo cuando Él venga. El reino de Dios al final será establecido en la destrucción de los que? Enemigos de Dios. Según este Salonicense, capítulo 1, versículo 9 al 10, dice lo siguiente, estos, hablando de los impenitentes, sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluido de la presencia del Señor y de su gloria y de su poder. cuando Él venga para ser glorificado en sus santos en aquel día y para ser admirado entre todos los que han creído porque nuestro testimonio ha sido creído por ustedes. Aquí miramos los grupos, un grupo que dice, Gloria a Dios, Aleluya, ha venido Cristo, te hemos esperado, somos tuyo, te amamos, glorifiquemos al nombre de Dios, finalmente ha venido nuestro Rey. Y el otro grupo que será destruido, los enemigos, los impenitentes, los que no quieren que el Rey Soberano reine sobre ellos. Ellos serán destruidos. ¿Qué tipo de destrucción? Sufrirán castigo de eterna destrucción, excluido de la presencia del Señor y de la gloria de su poder. Sólo los justos, los que se han valido del Evangelio disfrutarán del reino eterno para siempre. Leemos en Mateo 13, 43, entonces los justos resplandecerán como el sol. En el reino de su Padre, el que tenga oídos, que qué, oiga, sólo los justos resplandecerán. El reino de Dios es establecido en nosotros hoy en nuestra obediencia, pero en el futuro será establecido en la eliminación de qué, de los enemigos de Dios. ¿Y quién estará ahí? Sólo los qué, los justos. Usted y yo si estamos en Cristo. Así entonces Salomón eliminó cuatro amenazas mortales al reino de Dios. Vamos a cada una de ellas y estudiemos. Primero pidiéramos a Donías. A Donías le pidió a Betabé que le pidiera a Salomón que le permitiera casarse con Abisaé, esperando que Salomón estuviera de acuerdo si su madre se lo pedía. Recuerda que Salomón le dijo, mientras tú no intentes robarte el reino, tú puedes vivir, te extiendo gracia. Él dijo, nunca lo haré, Él dijo que se arrepintió de su mal, aquí miramos que ese arrepentimiento era falso. Y usted dice, ¿pero cómo sólo está pidiendo una mujer? La verdadera intención de Anonías era hacer una movida por el trono, ya que Abisahí era considerada una de las esposas de David. Sabemos que David nunca la conoció como un hombre conoce a una mujer. pero no importa todavía era qué, esposa de David y en esa cultura obtener la esposa de un rey anterior era igual que reclamar la posición de ese rey. Él lo sabía, Salomón lo entendió también y él dijo voy a preguntarle a Bechabé y él hablará con su hijo y a lo mejor no tendrá la sabiduría porque es joven No tiene experiencia, a lo mejor él no va a entender y me la va a dar a mí. Ya tengo aquí a Juab en mi campo. Tengo aquí a Abiatar en mi campo. Tengo aquí a mis hermanos en mi campo. Sus hermanos fueron y lo reconocieron a él como rey. Tengo los hombres prominentes de Israel en mi campo. Y ahora cuando tenga la mujer de David como mi esposa, todo el mundo dice, pero este debe ser el rey. Era un intento robarse el reino de nuevo, enseñando que ese arrepentimiento era un arrepentimiento falso. La petición de Adonías violó el acuerdo de paz con Salomón. Salomín había permitido que Adonías viviera mientras abandonara cualquier derecho al trono y Adonías había aceptado. Al hacer esta petición, Adonías se convirtió en una amenaza para el reino y necesitaba ser destruido. De ese momento, Salomón pudo entender que Adonías nunca iba a parar tratar de robarle el reino. y poner un reino humano donde el día viera estar el reino divino. Este hombre ya no podemos tener confianza en él. Recuerde que Adonías contaba con un fuerte apoyo del clero, los militares y hombres influyentes. Salomón no permitiría que nadie desafiara su gobierno como un giro de Dios. Así como Cristo no permitirá que nadie desafie su reino eterno. Amados, debemos entender que no hay lugar para aquellos que deseen gobernarse a sí mismo en el reino de Dios. No hay lugar para otro soberano. El trono sólo se puede sentar uno, y nunca será usted, y nunca será yo. ¿Es quién, amados? Jesucristo. Leemos en 1 Corintios 15, 24. Entonces vendrá el fin, cuando Él entregue el reino al Dios y Padre, después que haya que terminado con todo dominio. haya terminado con toda autoridad, haya terminado con todo poder, pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. ¿Pueden ver? En el trono celestial solar cupo para quien? Cristo Jesús. Si Salomón hubiera permitido que Adonías viviera, si él hubiera dicho, pero este es mi hermano, no lo puedo matar, el pobrecito, Él le hubiera negado su derecho como rey. Él le hubiera dado la espalda a todo lo que Dios le había dado. En ese momento, Adonías ya no era su hermano. Adonías era una amenaza al plan de Dios. Era una amenaza al reino eterno. Tenía que morir. Y lo mandó a matar. Llegamos entonces a Beatar, el sumo sacerdote, En lugar de ejecutar a Abiatar por apoyar a Donías, Salomón lo expulsó de sacerdocio, mostrando una misericordia y gracia increíble. Salomón recordó dos cosas, la lealtad de Abiatar hacia su padre. Dijo, cuando mi padre fue afligido, tú también fuiste afligido. Cuando mi padre sufría, tú sufrías con él. Tú amaste a mi padre, fuiste fiel a mi padre. Y eso no se me va a olvidar, no te mataré. porque tú amaste a mi padre. No me amaste a mí. Te fuiste con adonía sabiendo que Dios me había elegido a mí. No creías que Dios podría haberlo usado a mí. Fuiste un traidor a mí. Mereces muerte, pero fuiste leal a mi padre. Y eso cuenta conmigo. Qué hombre más sabio. Y Dios le va a dar aún más sabiduría. Pero qué hombre más sabio. Le dice, ¿sabes qué? Fuiste leal. Y cuando fuiste un sacerdote, fuiste fiel. Calgastes los mandamientos del Señor, calgastes, Él dice, los mandamientos cumpliste con todo lo que Dios te había dado, fuiste leal, por lo tanto Salomón le permita a Beatal vivir. Pero nunca jamás él pudo ministrar a Dios, fue excomulgado. Imagínese, y eso fue un castigo creo peor que la muerte para este hombre. De él de ser el sumo sacerdote a sacarlo del sacerdocio por completo, fuera. Tú no puedes ministrar aquí. Había tal, se había descalificado a sí mismo. Y esto, amado, fue el plan de Dios. Esto cumplió con una profecía donde Dios le dio a Elí. ¿Se recuerdan a Elí, el capítulo 16 de 1 Samuel? Le había dicho a Elí que el sacerdocio dejaría a su familia Abietar fue el último descendiente de Itamar, la familia de Elí. Zadok, que reemplazó a Abietar, era el de la familia de Eliezer. Esto devolvió al sacerdocio a su línea original. La palabra de Dios nunca falla. Y si no entendió todo eso, escuchen. Dios le había dicho a Elí, porque tú amaste a tus hijos más que me amaste a mí. Tú y tu lineaje serán eliminados. Elí seguía una línea de los hijos de Aarón. Sadoc seguía la otra línea de los hijos de Aarón. En quitar a Beatar, la línea regresó a la línea original. Mire la profecía aquí. Pero levantaré para mí un sacerdote fiel que hará conforme a los deseos de mi corazón y de mi alma, y le edificaré una casa duradera, y él andará siempre delante de mí ungido. Y todo aquel que haya quedado de tu casa, y vendrá y se postulará ante él por una moneda de plata o una torta de pan, y le dirá, asígname a uno de los oficios sacerdotales para que pueda comer un bocado de pan. Quedarán sin nada, perderán todo. Abietar y su familia fueron excomulgados, igual que Dios le había dicho a Elí. Nuestra ascensión ahora cae sobre Juan. Juárez fue el único que Salomón no le dio gracias. ¿Y por qué no le dio gracias Salomón a Juárez? Le dio gracias a Donías, le dio gracias a Piatá, aún le dio gracias a Emi, pero no a Juárez. ¿Por qué lo mató sin decirle, si tú haces esto, puedes vivir? Porque Juárez había demostrado una que otra vez que era un hombre que no podía, no podía tener la confianza en él. Un hombre que haría cualquier cosa para quedarse en poder. Un hombre que mataría a cualquier persona que fuera un oponente. Y a esa persona no se le puede poner confianza. Juan se enteró de que Adonías había sido ejecutado y había estado reemplazado. La casa de tarjetas se ha caído. Si Adonías está muerto, ya no hay lugar para él. Había puesto toda su confianza en Adonías. temiendo por su seguridad personal, se refugió en el tabernáculo, reclamando protección divina y deseando que su caso fuera decidido únicamente por Dios. El que corre al altar y se agarra los cuernos está diciendo que Dios sea mi juez. Cuando Venenía fue a buscarlo, Juab se dio cuenta de que él iba a morir. Juab le informó a Venenías que si debía morir, que él quería morir en la casa de Dios para recibir la misericordia del Todopoderoso. Escuchen, amados, como un varo a los cuernos está diciendo, cometí un crimen, pero fue en mi inocencia, no fue a propósito, que Dios me juzgue. Pero ¿qué sabemos de Juan? Los crímenes de él no fueron que inocencia, fueron que premeditados. Sin embargo, Job no podía reclamar la misericordia de los inocentes. Su pecado de asesinato había sido deliberado y nunca él se había arrepentido de ellos. No pudo haber piedad para los impenitentes. Y mira aquí, Éxodos 21, 14. Sin embargo, si alguien se enfurece contra su prójimo para matarlo con alevosia, lo tomarás aún de mi altar para que muera. Si mata a alguien a propósito y va a agarrar los cuernos pidiendo misericordia, para esa persona no hay que misericordiar, esa persona tiene que qué, morir. Entonces, de nenea va y le dice a Salomón, mira que le está agarrando los cuernos, él dice que fue inocente, él dice que él necesita la misericordia de Dios y que si lo vamos a matar, que lo matemos en la casa de Dios, a ver si nos atrevemos, ¿qué haremos? Y dice Salomón, él no es inocente, mátalo. y el padre lo mata. Juan muere en el mismo altar de Dios. Juan finalmente sangra por la sangre que advirtió de Abner a Masa y de Jorías. ¿Qué dice Galatas, amados? No se dejen engañar. De Dios nadie se burla, pues todo lo que el hombre siembre, esto también que se hará. Él vivió una vida de matar, una vida de asesinar para capturar el poder y al final, él es matado. Amén. Justicia servida. Y por último vemos a Semí. Semí una vez maldijo a David, al rey escogido de Dios cuando David huyó de Absalón en 2 Samuel capítulo 16. Usted recuerda, Absalón, el hijo de David, tomó el reino, David está huyendo, está pasando encima de los montes, ahí estaba Semí, Y él agarró piedras, empezó a tirárselas a David, maldiciendo con malas palabras a David, hombre sangriento, mira cómo te gusta, qué bueno que tu hijo hizo esto, para que tú puedas aprender lo que tú le hiciste al pobre Saúl, mira que tú mereces esto y peor, y tirándoles piedras, y tirándoles piedras, y estaba, dice la palabra, tirando también, qué, polvo, maldiciendo y maldiciendo, y viene un soldado de David y le dice, pero quién es ese perro muerto, que le habla así al rey. Permíteme ir y le quito la cabeza de sus hombros. Me gusta como dice la palabra de Dios. Porque lo que él dice es permíteme ir y decapitarlo. Y David le dice, no, no, no, vea lo que él maldiga, todo lo que él quiera. A ver si el Señor mira mi aflicción y me recompensa regresar a Israel. Cuando el Señor regresa a David como rey, ¿quién es el primero que viene? Es Simí. Ay, perdóname, rey, que no lo quise, que hablé sin pensar y no lo tomes a cabo y por favor no me mates. Y David siendo muy astuto, sabiendo que si lo mataba, la casa de Benjamín, el tribu de Benjamín, es posible le diera la espalda, le dijo, te voy a perdonar. ¿Qué le dice David? Yo no te mataré. Nunca le prometió que nadie lo iba a matar. ¿Él le dijo qué? Yo no lo mataré. Y ahora en su cama de muerte, David le dice, recuérdate lo que me hizo Semih, no dejes que sus canas lleguen a la muerte sin sangre. Dice, asegúrate que él pague. Semih viene delante de Salamón. Salamón no lo ejecuta a Semih inmediatamente, sino que le puso bajo arresto domiciliario y le prohibió salir de la ciudad. Construye una casa, pone la piscina, pone lo que tú quieras, usa todo tu dinero, hazle una casa hermosa, con todo lo que tú quieras, con todo el terreno, pero ahí vas a quedarte y nunca sales. El momento que tú salgas de esa casa, me vas a enseñar tu desobediencia y ahí te vamos a matar. ¿Qué dice ese mío a Salomón? De acuerdo, yo creía que me ibas a matar, así que si me permite vivir y construir una casa de lujo, yo construiré la casa de lujo y ahí vivo el resto de mi vida. No hay problema, Salomón, no te voy a desobedecer. A lo largo de tres años, Semí rompió su juramento a salir de Jerusalén para recuperar a dos esclavos fugitivos. Al hacerlo, demostró que no era más fiel a Salomón de lo que lo había sido a David. Era un hombre infiel que siempre iba a hacer lo incorrecto. A su regreso, Salomón ordenó su ejecución y que aprendemos que no hay lugar para un individuo blasfemo y desobediente en el reino de Dios. Alguien que sea desobediente y blasfema, alguien que no ame a Dios, no puede vivir en el reino de Dios. Levíticos no dice lo mismo. Saca fuera del campamento al que maldijo y que todos los que lo oyeran pongan las manos sobre su cabeza y que toda la congregación lo apierre. ¿Amén? No hay lugar para la persona que es blasfema. Así que nuestro pasaje nos enseña en última lección que Salomón aseguró el reino eliminando a quienes se le oponían. y Él condujo a este reino a un reino de paz. ¿Qué hará Cristo cuando venga? Hará lo mismo. A los mentirosos, a los blasfemos, amén, a los orgullosos que quieran quitarle el reino, a los que le den la espalda a la religión verdadera como aviatar, a los hombres de sangre, todos ellos serán eliminados. Así como es establecido el reino, en usted hoy, en su obediencia. ¿Cómo será establecido en el futuro? En la eliminación de todos los enemigos de Dios. Esto debe romper nuestro corazón, considerando que usted, estoy seguro, conoce a muchas personas que viven vidas desobedientes a Dios. Amén. Y si cuando venga Cristo y ellos todavía están vivos, ellos serán destrozados en pedazos. por la ira y la juicia del Señor. ¿Qué leímos en el Apocalipsis 19? El ángel, parado en el sol, llamando a las aves de toda la tierra, vengan y cómanse la carne de todos los desobedientes, de los reyes y los príncipes, de los hombres grandes y los hombres chicos. El hombre que no ha venido a Cristo, vengan pájaro, comen su carne, porque la espada que sale de la boca de Cristo es de dos filos, y con ella él matará a todos los que se opongan a él. Es más, Su túnica es una túnica empapada de la sangre de sus enemigos. Amados, miren, igual que Salomón, Cristo es un rey de gracia, y Él ofrece gracia hoy como Salomón la ofreció. Mira, arrepiéntete y vive. Pero si no te arrepientes cuando Dios publica el reino, vas a ser tú una amenaza y tú tienes que ser, ¿qué? Eliminado. Amados, se los ruego como su pastor. Se los ruego, como un hombre de Dios, tengan diligencia en su corazón para evangelizar. Porque Cristo vino como un rey humilde con una corona de espinas la primera vez, sentado en un asno. ¿Verdad? Un hombre, y hubo muerte cuando él vino, fue su muerte. La segunda vez él viene con una corona de diademas. Amén. en un caballo blanco, con tanto poder que va a haber sangre también, pero no la sangre de él esta vez. La sangre que Dios salva, la sangre que va a invertir ahí, va a ser la sangre de sus enemigos, que elimine toda amenaza al reino de Dios. ¿Qué dice la Palabra de Dios? En el reino de Dios no entrará ningún mentiroso, ningún asesino, ninguna persona inmoral, ninguno que blasfeme contra Dios. Esas son todas las personas que ustedes conocen. Nosotros conocemos a personas. Ustedes aman a personas que son desobedientes, que son blasfemas, que son como Adonías, yo seré rey. Que son como Heretar, usando la religión incorrectamente. Que son como Simí, personas que maldicen a Dios o que blasfeman a Dios. mentirosos que son como Job, que derraman sangre con su boca por lo menos, sino con sus acciones. Nosotros conocemos a Job, a Simí, conocemos a Aviatar, conocemos Adonías, están en nuestras familias, en nuestros círculos familiares, son personas que usted ama, pero si usted mira y los mira bien, dice, tú eres Adonías, tú eres orgulloso, tú quieres ser el rey de tu propia vida, tú eres Juan, siempre estás matando a una persona con lo que sea con tu boca. Tú eres como Siní, siempre estás haciendo promesas y no cumples con ellas. Siempre estás maldiciendo a Dios, usando el nombre de Dios. Tú eres como aviatar, eres religioso, pero no sigues al verdadero Dios, eres descalificado. Estas personas no son personas del ayer, son personas del hoy. Están presentes en sus familias, en sus círculos de conocimiento, sus amistades. Y ellos tienen que saber que si no se arrepienten genuinamente, cuando venga el Rey, serán ¿qué? Destruidos, eliminados, para siempre. Oh, hermanos, no vivamos una vida cómoda, donde le damos gracias a Dios por nuestro cristianismo y por los hermanos aquí, pero en el trabajo y en otros lugares nos quedamos callados porque no queremos ofender. Amados, viene Cristo, y viene de una manera completamente diferente de la primera vez que Él vino. Nosotros, creo como cristianos, hacemos el error de siempre mirar atrás cómo vino la primera vez. El error no es mirar hacia atrás. Debemos mirar atrás y mirar como Él vino y darle gloria a Dios por lo que vino. Pero también tenemos que mirar hacia adelante y mirar como Él promete venir de nuevo. El error es no mirar hacia atrás. El error es no mirar también hacia el futuro y mirar que la segunda venida de Cristo es completamente diferente. Ambas de la rey, rey rechazado, ahora rey victorioso, rey que sangra a las manos de sus enemigos, rey que va a hacer a sus enemigos sangrar en sus manos, rey con una corona de espinas, rey con una corona de diadema, rey que sangra, rey que está empapado de la sangre de sus enemigos, rey que ora por sus enemigos, rey que ahora va a matar a sus enemigos. Amados, estas personas están en nuestras vidas también. ¿Qué vamos a hacer? ¿Estaremos contentos nomás en nuestro cristianismo y que todo el mundo se vaya al infierno? ¿Hablaremos un poquito aquí y acá pero no queremos ofender a la tía porque no queremos que falte de venir a la casa? La salvación, el reino está aquí. en su obediencia, pero para ellos será causa de su muerte. Amados, amemos al Señor. Parte de nuestra obediencia es la obediencia a toda la palabra de Dios, la gran comisión. Bueno, esa parte no lo dije en el primer servicio, creo que el Señor me la puso en el corazón para ustedes hoy. Oremos. Padre, te damos gracias por tu palabra. Es bendita y es perfecta. En nosotros se establece el reino cada día en nuestra obediencia. Gloria a Dios por ello. Pero también me da un futuro donde el reino será establecido visualmente aquí en este planeta para siempre. Y todos aquellos padres que están en ti se regocijarán. Vendrán con Cristo, no a pelear, pero a mirarlo al pelear. Vendremos a reinar con Él y, Padre, qué gran, glorioso día será un día de gran gozo para nosotros. Pero para el mundo será un día de terror, de nubles oscuras, de noche, Padre, donde los reyes y los hombres de este mundo correrán y piderán a los montes y las montañas que caigan sobre ellos que lo esconden de la gran ira del Verbo de Dios. por nuestro futuro y lamentar por el futuro de los penitentes y predicar el Evangelio a todo el mundo, Padre. Gracias por lo que hemos aprendido. Gracias por esta vista bien chica acerca de lo que viene, que hoy encontramos el Evangelio en el nombre de Jesús.
El Establecimeinto del Reino
Series El Reino Eterno
¿Cómo se establecerá el Reino de Dios? Está establecido en la obediencia del pueblo de Dios y en la destrucción de todos los enemigos del reino. Este sermón es un llamado a comprender lo que realmente significa la Segunda Venida de Cristo.
Sermon ID | 616242137505517 |
Duration | 1:06:36 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Kings 2 |
Language | Spanish |
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