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como en el capítulo 7, regresando a capítulo 6, en ese 6, versículo 7, dice, y dijo Jehová, raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado. Desde el hombre hasta la bestia y hasta el reptil y las aves del cielo, pues me arrepiento de haberlos hecho. Versículo 13, dijo, pues Dios no ha decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos, y aquí que los destruiré con la tierra. Versículo 17, y es aquí que yo traigo un diluvio de agua sobre la tierra para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo. Todo lo que hay en la tierra morirá. Y entonces capítulo siete, versículo uno dice, dijo luego Jehová Noé, entra tú y toda tu casa en el arca, porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación, de todo animal limpio tomará siete parejas, macho y su hembra. más de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra, también de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar vida, viva la especie sobre la faz de la tierra, porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. Vemos aquí que vez tras vez tras vez Dios dice, voy a destruir la tierra. El juicio viene. El juicio viene. Voy a destruir toda la vida que hay en la tierra. Tienen que prepararse. Tienen que prepararse porque el juicio viene. Si no subes al arca, vas a morir. Y vez tras vez nos advierte a los que están en la tierra en este tiempo que va a venir el juicio. Pero ¿cómo respondieron los de ese tiempo? No nos da los detalles aquí, pero sí habla más de la respuesta de las personas en otras partes de la Palabra del Señor. Si quieren mirar conmigo a Mateo capítulo 24. Mateo capítulo 24. ¿Cómo respondieron a esas advertencias del juicio venidera? En Mateo capítulo 24, Jesús está hablando de Noé y del diluvio para prepararnos a nosotros para nuestro juicio. Nosotros no vamos a enfrentar el diluvio de Noé, ya ha pasado eso. Pero sí, todavía vamos a enfrentar un juicio. Y dice Mateo capítulo 24 y versículo 37, versículo 37. Dice, más como en los días de Noé, así será en la venida del Hijo del Hombre. porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando un casamiento hasta el día en que Noé entró en el arco, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Un poco más, habla de eso al final de la Biblia en 2 Pedro 3. El pastor acaba de terminar hace unos meses en los libros de Pedro. Y en 2 Pedro 3, Otra vez habla de los días de Noé para prepararnos a nosotros. Y dicen en 2 Pedro 3, Amados, esta es la segunda carta que os escribo. Y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles. Sabiendo primero esto, que en los posteriores días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias y diciendo, ¿dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen, así como desde el principio de la creación. Estos ignoran voluntariamente que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos y también la tierra que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua. Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. Más, oh hermanos amados, no ignoréis eso. que para con el Señor un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá. como ladrón en la noche, en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán desechos, y la tierra y las obras que en ellas hay serán quemadas. Puestos que todas estas cosas han de ser desechas, ¿cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir? esperando y apresurándose para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán desechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán. Entonces, cómo respondieron las personas en el Día de Noé? La misma manera que las personas hoy en día responden. Primeramente vivieron sus vidas normales. Dicen que los días de Noé que estaban haciendo hasta el día que vino un diluvio, comiendo, bebiendo, casándose, solamente viviendo la vida como nada iba a pasar. viviendo la vida normal. Y por qué vivieron así? Por qué vivieron normalmente? Cuando el próximo día toda la tierra iba a estar destruida y todos ellos iban a ser ahogados por agua. Cómo podría vivir normalmente así? Porque habían dicho, como dices, que el Segundo Imperio III siempre la tierra ha sido así. Siempre hemos sido malos y nada ha pasado y va a seguir así. Nada va a pasar. Si el Señor prometió eso hace 100 años, pero nada ha pasado. Nada va a pasar. Solamente seguimos viviendo la vida. Nada va a pasar. Nada va a cambiar. Todo va a quedar lo mismo. Igual como en el día de hoy. Y aún muchos de nosotros cristianos solamente al amor vamos a la iglesia, al amor pensamos en Dios de vez en cuando, pero para la mayoría de la vida vamos al trabajo, vamos a la casa, vivimos la vida normal. Y no estamos pensando que mañana podremos estar frente a frente con nuestro Creador. Pero tenemos que reconocer que igual como en los días de Noé, las personas pensaron que nada iba a cambiar. Dijeron, Noé, has estado diciendo eso por 100 años, que un diluvio va a venir. Y no hemos visto ningún diluvio. Nada va a pasar. Podemos vivir nuestras vidas normales. No tenemos que arrepentirnos. No tenemos que arreglar cuentas con Dios. Y entonces vino el diluvio y en un día todos muertos. Y de la misma manera, esta noche, mañana, en cien años, no sabemos cuándo, pero el Señor vendrá como ladrón en la noche y estaremos frente a frente con Dios. ¿Y cuántos de nosotros estaremos sorprendidos? Porque hemos estado durmiendo espiritualmente. Es tan fácil vivir la vida normal, ir al trabajo, regresar, comer, dormir, regresar y pensar, bueno, así es la vida. Y no pensar en el hecho de que el juicio de Dios vendrá. El juicio de Dios vendrá y ignoramos las advertencias de Dios. Igual como los días de Noé hasta que ya es demasiado tarde. Hay un hombre llamado Ignace Semmelweis. Yo no había escuchado de él antes de esa semana, pero es un hombre muy importante porque en los años 1800 él trabajaba mucho con las mujeres cuando estaban dando a luz. Y empezó a notar que cuando los doctores lavaban sus manos, que muchas veces las personas, los bebés y las mujeres estaban mucho más saludables y tenían una chanza más grande para vivir. Entonces empezó a estudiarlo y hacer todo eso. Y para nosotros ya es obvio eso. Pero en ese entonces ellos no sabían nada de los gérmenes, no sabían nada del bacteria y de esas cosas. Y la mayoría de los doctores nunca lavaban las manos. Fueron de un paciente y otro paciente sin lavar las manos, sin hacer nada. Y él, después de estudiarlo, escribió un libro y dijo, yo creo que todos los doctores deben lavarse las manos muy a menudo, porque creo que va a proteger a muchos de enfermedad o aún de muerte. Y cómo respondieron? Los doctores dieron, eres loco. Todos los doctores por los últimos miles de años hemos estado haciéndolo de esa manera. Todos los inteligentes, los científicos, todos dicen que no se necesita lavarse las manos. Hicieron tanta burla de ese doctor que él literalmente se fue loco y murió loco. ¿Por qué? Porque él estaba advirtiéndolos de algo muy importante que iba a salvar sus vidas y ellos dijeron, no, nada va a pasar. No necesitamos hacer eso. De hecho, uno de los presidentes de los Estados Unidos, un hombre llamado Garfield, que era un presidente que cuando empezó a ser presidente, un hombre le disparó y entró la bala en su cuerpo y se quedó allí. En ese entonces, los doctores pensaron que para poder ayudar a los pacientes tenía que quitar la bala de la persona. De cualquier manera posible. Y vino un doctor, que su nombre es muy interesante porque su nombre fue doctor, y su segundo nombre en inglés es Bliss, que significa felicidad, el doctor felicidad. Y él era un experto, supuestamente, en las balas y en las personas que habían recibido balas en su cuerpo. Y ese experto científico, en ese entonces, eso fue un poco después del tiempo del señor Semmelweis, pero había dos señores más que habían hecho muchos más experimentos. Uno se llama Louis Pasteur y el otro se llama José Lister. Y esos dos hombres habían hablado a muchos doctores y habían dicho, mira, los experimentos muestran que tienen que lavarse las manos, tienen que mantener todo bien limpio o sino va a entrar en infección. Y ese doctor experto que fue encargado del presidente dijo, no, no necesito hacer eso. Entonces tomó su mano sin lavarlo y dijo, tengo que quitar esa bala. Entonces puso su mano ahí dentro del cuerpo y buscó, buscó, buscó y por días y semanas cortó, cortó, buscó sin lavarse nada de los instrumentos o sus manos. Y por 79 días el pobre presidente fue probado y probado y probado con muchas manos, instrumentos y muchos doctores piensan que hoy en día Él murió con mucho dolor. ¿Por qué? Porque los doctores no querían escuchar las advertencias y ellos creían, bueno, siempre lo hemos hecho de esa manera. Esa es la mejor manera de hacerlo. Y es probable si los doctores solamente lo hubieran dejado, él hubiera vivido. Pero como ellos trataron de sanarle con quitar la bala, terminaron matándole de una manera muy dolorosa. ¿Por qué? Porque ellos creían que siempre lo habíamos hecho así y esa es la mejor manera de hacerlo. Y de la misma manera nosotros hoy en día. Pensamos, bueno, yo he vivido muchos años, siempre voy al trabajo, regreso del trabajo, hago las mismas cosas y olvidamos del juicio de Dios. Ni entra en nuestra mente que un día vamos a tener que enfrentarnos con Dios. Pero tenemos que reconocer que el juicio viene. Si alguien aquí esta noche que no está seguro si está bien con Dios o a lo mejor alguien aquí que sabe que no está bien con Dios, sabe que a lo mejor han dicho que han creído en Dios, pero en su corazón saben que no tienen nada que ver con Dios. A lo mejor es un niño, un joven, a lo mejor un adulto. Les ruego que arreglan cuentas con Dios. Arrepiéntase antes que sea demasiado tarde. No sabemos cuándo vendrá el juicio de Dios, pero si usted no se ha arrepentido, ese día será horrible para usted. Y para los de nosotros que somos cristianos, tenemos que escuchar lo que Juan dice a la iglesia en Apocalipsis, capítulo 3. Apocalipsis, capítulo 3 y versículo 2 dice, se vigilante. Y afirma las otras cosas que están para morir, porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues. De lo que has recibido y oído y guárdalo y arrepiéntete, pues si no velas, vendrá vendré sobre ti como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Como cristianos tenemos que estar despiertos. Es tan fácil, yo lo he visto mucho en mi propia vida, solamente andar por la vida. Y al amor no estamos haciendo cosas muy grandes que son malas, pero tampoco estamos haciendo mucho bien para el Señor. Solamente estamos viviendo la vida, yendo al trabajo, regresando, andando por la vida, y pocas veces pensamos, un día voy a estar enfrente de Dios. ¿Y cómo he vivido por Él? Al amor, hay algún cristiano aquí que sabe que hay pecado en su vida. Gracias a Dios, dicen Romanos 8, que no hay condenación para los que están en Cristo Jesús. Gracias a Dios que si has confiado en Cristo, nunca tendrás que recibir la condenación del infierno. Pero la palabra sí dice que muchos estarán avergonzados en el día del Señor. Y si no hemos confesado ese pecado y al amor de algunos aquí que por años han dejado la amargura consumirles y ha quitado su gozo, ha quitado su deseo de servir al Señor y no has hecho mucho para el Señor porque tienes esa amargura, confiésalo. ¿Quieres enfrentarse a Dios con esa amargura en tu corazón? Al amor para algunos es envidia. Al amor para otros, aún siendo cristiano, has robado cosas de su trabajo. Al amor has mentido a su esposo, a tu esposa, a tus padres. Al amor hay jóvenes aquí que están desobedeciendo a sus padres, viviendo en rebeldía contra sus padres, y saben que lo que están haciendo no está bien, pero ¿qué va a pasar si regresa el Señor? Y estás viviendo en pecado y no estás sirviéndole a Él. Y para muchos de nosotros, solamente estamos dormidos. No estamos acercándonos más y más al Señor. No estamos sirviendo al Señor. Solamente estamos comiendo, bebiendo. Amor, vamos a la iglesia, pero no estamos haciendo lo que en verdad agrada al Señor. Un día el juicio vendrá. Tenemos que prepararnos para el juicio en primer lugar despertándonos para escuchar las advertencias de Dios. Pero regresando a Génesis capítulo 7, la segunda cosa que tenemos que hacer después de escuchar las advertencias y despertarnos de dormir, la segunda cosa que vemos aquí es que tenemos que seguir las instrucciones de Dios cuidadosamente. Al final de capítulo 6, Génesis 6, 22, dice, Y lo hizo así Noé, hizo conforme a todo lo que Dios le mandó. Acaba de darle instrucciones muy exactas acerca de cómo construir el arca y cómo traer todos los animales al arca. Y dice que lo hizo conforme a todo lo que Dios mandó. Capítulo 7, versículo 5, Y hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová. Era Noé de 600 años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra, y por causa de las aguas del diluvio entró Noé en el arca. Y con él, sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, de los animales limpios y de los animales que no eran limpios, y de las aves y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, de dos en dos entraron con Noé en el arca. macho y hembra, como mandó Dios a Noé. Y sucedió que el séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. El año 600 de la vida de Noé, en el mes segundo, a los 17 días del mes, aquel día fueron rotas. Todas las fuentes del grande abismo y las cataratas de los cielos fueron abiertas. Y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. En este mismo día, Entraron Noé, Isaac, Cam, y Japheth, hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos con él en el arco. Ellos y todos los animales silvestres, según sus especies, y todos los animales domesticados, según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra, según su especie, y todas las aves, según su especie, y todos los pájaros de toda especie. Vinieron, pues, con Noé, al arca de dos en dos de toda la carne en que había espíritu de vida. Noé tomó en serio las advertencias de Dios. ¿Y qué hizo? Obedeció al Señor. Otra vez, póngase en las sandalias de Noé. No era fácil. Él tenía que construir un arca grandísimo. Era de como 300 pies o más. Era de tres plantas. Era algo grandísimo. No sabemos si tú a lo mejor tuvo ayuda de otros que pagó a trabajadores para ayudarle o él con sus hijos lo hizo. Lo hicieron ellos mismos. Aparece por lo que vemos al final del capítulo 5, dice que Noah tenía 500 años y ya en el capítulo 7 dice que tiene 600 años. Entonces parece que a lo mejor tomó unos 100 años de trabajo duro. Seguramente tomó mucho dinero para hacer todo eso. Tomó mucha fuerza. Tomó mucho de su tiempo. No pudo mirar mucho Netflix cuando estaba trabajando en el arco, ¿verdad? No pudo sentarse y tomar su café o pasar tiempo jugando fútbol. Tenía que estar ahí trabajando en el arco, trabajando en el arco. Tomó dedicación y por 100 años no vio nada. No vio ningún diluvio. Y seguramente que muchos, como menciono en otros pasajes, probablemente estaban burlándose de él, diciendo, ¿Por qué estás construyendo ese arco tan grande? ¿Qué estás haciendo? Pero él siguió obedeciendo al Señor sin ver los resultados, sin ver nada. ¿Por qué? Porque como mencionamos la semana pasada en Hebreos 11,7, por la fe no es. Cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase. Y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. Imagínense que usted es un soldado, y usted está andando allí por un terreno, por un campo, y se da cuenta un general que está ahí al lado, grita y dice, mira, estás caminando por un campo que está lleno de bombas, de minas terrestres. Y están por todos lados. Y él dice, mira, yo mismo puse todas esas minas en cada lugar y estás en el centro de un campo lleno de bombas. Pero si escuchas mis mandamientos y si haces exactamente lo que yo te digo, puedes salir vivo. Porque yo puse todas las minas y yo sé exactamente dónde están. Pero si no escuchas, seguro que vas a poner tu pie en un lugar que te va a matar y va a explotar. ¿Cree usted que usted va a escuchar y obedecer los mandatos de ese señor? O va a decir no, yo soy muy inteligente. Yo, yo, yo sé cómo se mira una mina, aunque está enterrado debajo de la tierra. No se preocupa, señor, yo, yo lo tengo todo bajo control. No, obvio, vas a decir tú sabes, tú plantaste todas las minas, tú sabes dónde están. Decirme claramente y yo te aseguro que yo voy a hacer exactamente lo que tú dices, porque Porque es tu vida. Y tú sabes, si no escuchas sus mandamientos, vas a morir. Pero ¿cuántas veces no tenemos esa misma fe en el Creador de todo? Noé sabía que Dios iba a atraer ese diluvio. Él tuvo fe. Y él sabía que Dios sabía mejor que él. Y aunque por 50 años él había estado construyendo esa arca y no había venido un diluvio, él dijo, yo sé que Dios sabe mejor que yo. Parece raro a mí. Es difícil. Muchos se burlan de mí, pero yo voy a obedecer porque Dios lo mandó. Yo sé que es de suma importancia. Yo sé que el diluvio viene. Y si yo no obedezco, yo voy a hundirme con el resto de la tierra. Y obedeció al Señor en todo lo que dijo acerca de los animales, acerca de las instrucciones, acerca de traer a su familia. Y por esa causa fue salvo. Por su fe en la palabra de Dios. Pero ¿cuántas veces nosotros decimos, bueno, Señor, yo sé que tú sabes exactamente dónde están esas minas y si no pongo mi pie en el lugar exacto que me voy a explotar y todo mi cuerpo va a estar en diferentes lugares. Pero yo creo que yo puedo adivinar dónde están. Pero así vivimos la vida, verdad? Señor, yo sé que tú me has dado las instrucciones de cómo vivir la vida en la palabra de Dios, pero yo no necesito esa palabra. Yo soy bastante inteligente. Yo sé cómo criar a mis hijos. Yo sé cómo tener un matrimonio feliz. Yo sé cómo tener la vida más feliz. Ignoramos la palabra de Dios. ¿Qué debemos estar haciendo? Debemos estar estudiándolo, diciendo, Señor, muéstrame qué paso tomar, porque yo no quiero ir a la destrucción. Si no somos salvos, tenemos que seguir los pasos del Señor para ser salvos. No decir, bueno, yo creo que hay muchos caminos al cielo. Aunque Cristo dijo que yo soy el camino, yo creo que yo puedo ganar mi propia salvación. No. Cuán necio tendríamos que ser para hacer eso. Y los que somos salvos, aunque no vamos a estar condenados, sí podemos destruir nuestras vidas y las vidas de otros. Y tenemos que seguir las instrucciones exactas de la Palabra del Señor. Proverbios 28, 9 dice, Él que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable. ¿Escucharon? El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable. ¿Cuántas veces hemos decidido, bueno, Señor, yo no necesito leer la palabra, yo no necesito poner atención, yo sé que Tú dijiste que tengo que obedecer a mis padres, o tengo que honrar las autoridades, o tengo que servirte a Ti, pero yo no tengo que hacer esas cosas, y entonces nos metemos en muchos problemas, entonces decimos, Señor, ¡sálvame! ¿Y qué dice el Señor? Si apartes tu oído de mis palabras, tu oración es abominable. Gracias a Dios que Él es misericordioso y a veces aún nos salva, pero no ha prometido hacerlo. Si nosotros ignoramos voluntariamente Su palabra y entonces clamamos a Él para librarnos de la necedad que hemos hecho, no esperamos que Él tiene que salvarnos ese problema. Tenemos que poner atención a su palabra, tenemos que obedecer a su palabra, seguir las instrucciones que Él nos da. Y regresando a Génesis capítulo 7, versículo 16, Génesis 7, 16. Dice, y los que vinieron, macho y hembra, de toda carne vinieron, como le había mandado Dios. Y Jehová les cerró la puerta. Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra, y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra, y subieron las aguas, y crecieron en gran manera sobre la tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Y las aguas subieron mucho sobre la tierra, y todos los montes altos que habían debajo de todos los cielos fueron cubiertos. Quince codos más altos subieron las aguas después que fueron cubiertos los montes. Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles y las aves del cielo, y fueron raídos de la tierra y quedó solamente Noé y los que con él estaban en el arco, y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días. Cuando vino el diluvio, Dios cerró la puerta. Ya no había más oportunidad. Ya nadie más podía entrar. Los que estaban adentro eran todos. Y ya cuando vino el diluvio, seguramente algunos ya estaban pegando al lado del arco. Déjame entrar, déjame entrar. Ya me estoy ahogando. Pero ya no había oportunidad. Ya el tiempo se había acabado. Y a Noé no podría predicarles más. Pero gracias a Dios nos dice en 2 Pedro, capítulo 2, versículo 5. No tienen que buscar, solo escuchar. 2 Pedro 2, 5. Y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé pregonero de justicia. con otras siete personas trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos. No los dice en Génesis, pero nos dicen, según de Pedro, que qué estaba haciendo Noah todo el tiempo que estaba construyendo el arca. Estaba predicando la justicia. Estaba diciendo, arrepiéntete, viene el juicio, entra al arca, vendrá el día cuando ya estaré, ya estará demasiado tarde. Y predicó la Palabra del Señor, predicó el juicio. ¿Por qué? Porque Él sabía cuando cerró la puerta ya no habría oportunidad para decir a su vecino, ya viene el diluvio. Ya no habría oportunidad para decir a su primo, ya viene el diluvio, ya se acabó el tiempo. ¿Y saben qué? Va a venir el tiempo cuando ya no tendremos oportunidad para decir a otros que viene el juicio, porque el juicio ya habría venido. Hoy es el día para predicar. Hoy es el día para compartir con nuestros amigos y familiares. El juicio viene. Dios va a castigar el pecado. Si no te arrepientes, vas a quedarte fuera. Hoy es el día de arrepentirte. Y la última cosa que vemos para prepararnos para el juicio de Dios, no solamente despertarnos a las advertencias de Dios, seguir las instrucciones de Dios cuidadosamente, pero tenemos que proclamar la destrucción que viene con urgencia. Noé predicó, fue un pregonero de justicia, porque él sabía que cuando Dios cerró la puerta, ya no habría más oportunidad. Cuando Cristo regresa, ya no habrá más oportunidad para decir a nuestros amigos y familiares de Cristo. Ya se acabó el tiempo. Tenemos que hacerlo hoy. Tenemos que hacerlo hoy. invitar a los amigos a las escuelitas bíblicas, invitarlos a la iglesia, darles un tratado, hablar a nuestros familiares y amigos, porque no sabemos cuándo vendrá el juicio. Pero cuándo viene, ya es demasiado tarde. Que el Señor nos ayude a prepararnos para el juicio de Dios. Segundo Corintios 5, 10, porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. No es un sermón que yo en mi carne quería predicar. Es un sermón Muy triste. Es un mensaje de destrucción, de juicio. Pero Señor, si no lo predico, no estoy predicando tu palabra. Señor, en primer lugar, te ruego que si hay alguien aquí esta noche que está enfrentando el juicio de Dios porque no se ha arrepentido de su pecado, Está todavía rechazándote a ti y a tu manera de salvación. Ayúdales esta noche a ver que el juicio viene. Ayúdales esta noche a buscarme a mí o a otro hermano de la iglesia, o a ellos mismos, a solas, a rodearse delante de ti, buscar tu perdón, buscar tu salvación, que solamente se encuentra en Cristo. Señor, perdónanos como cristianos creyentes por tantas veces andar igual como los hombres en el día de Noé, comiendo, bebiendo, casándonos, dándonos el casamiento, sin pensar en ese día del juicio. Tanto para los que no son salvos para seguir predicando su palabra, como los que somos salvos preparándonos para ese día cuando vendrás. Obedeciendo tus palabras cuidadosamente. Señor, ayúdanos a reconocer que todos vamos a tener que enfrentarte un día. Si no estamos en Cristo, ese será el día más horrible de toda la historia, porque seremos condenados para siempre al infierno, para un tormento increíble por toda la eternidad. Y para los que somos sus hijos, aunque gracias a Dios y estamos en Cristo por su sangre, nunca tendremos que enfrentar la condenación. Creo que muchos de nosotros estaremos muy avergonzados por andar por toda la vida como no habrá un juicio. Como viviremos para siempre aquí, como cada día es lo mismo. El Señor no va a cumplir su promesa. Señor, ayúdanos a despertarnos espiritualmente. Ayúdanos a reconocer que el juicio vendrá. Puede ser esta noche, puede ser en otros mil años, no sabemos cuándo, pero vendrá y tenemos que estar preparados, no durmiendo. Ayúdanos a despertarnos y ver que ese juicio vendrá. En nombre de Cristo pedimos esas cosas. Amén. Vamos a terminar esta noche cantando el número 313. Ven, amigo, a Jesús, pues Él murió por ti. Amigo, si usted está aquí esta noche sin Cristo, si usted no está seguro, si está preparado para ese día de juicio, Venga adelante mientras que cantemos y con mucho gusto alguien puede mostrarte por medio de la palabra de Dios cómo puedes estar seguro. Si eres tímido, acércame a mí después del servicio, uno de los diáconos, uno de los líderes, y con mucho gusto queremos mostrarte cómo puedes estar seguro. Pero para los que somos cristianos, a lo mejor reconoces que has estado durmiendo espiritualmente. Y quieres venir adelante y decir, Señor, ayúdame a despertarme, ayúdame a vivir cada día como hoy puedo enfrentarme en el juicio de Dios. Y quiero estar preparado, quiero servirte, quiero escuchar buen hecho, buen siervo y fiel. No quiero estar avergonzado porque tengo pecado en mi vida que no quiero confesar, porque no quiero servir al Señor de todo corazón. Si usted necesita oración, ven adelante mientras que cantemos. De pie, por favor, 313. Ven, amigo, a Jesús. Ven, amigo, a Jesús.
El pecado y el diluvio
Series Génesis
Iglesia Bíblica Bautista Antioquia
Sermon ID | 61024415157777 |
Duration | 36:18 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Bible Text | 2 Peter 3; Genesis 7 |
Language | Spanish |
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