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Santiago capítulo 2, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 1 hasta el versículo 4. Santiago capítulo 2, desde el versículo 1 hasta el versículo 4. La fe genuina es imparcial. ¿Reflejas el carácter de Dios? La fe genuina es imparcial. ¿Reflejas el carácter de Dios? Quiero empezar leyendo el texto de Santiago, capítulo 2, desde el versículo 1 al versículo 4, dice, hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida, y le decís, siéntate tú aquí, en buen lugar, y decís al pobre, estate tú allí, en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado, ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos? ¿Y venís a ser jueces con malos pensamientos? Eso es Santiago capítulo 2, desde el versículo 1 hasta el versículo 4. La fe genuina es imparcial. ¿Reflejas el carácter de Dios? O sea, pensemos, delante de Dios, ¿hay diferencia entre creyentes rusos, japoneses, italianos, egipcios, franceses, astralianos, etcétera? No. ¿Delante de Dios hay diferencia entre creyentes amarillos, blancos, negros, marrones, rojos, naranjas, azules, morados? No. ¿Delante de Dios hay diferencia entre creyentes altos, medio-altos, medio-bajos, bajos, diminutos? ¡No! O sea, ¿delante de Dios hay diferencia entre creyentes gordos, medio peso, flacos? ¡No! ¿Delante de Dios hay diferencia entre creyentes que son albañiles, pescadores, mecánicos, ingenieros, astronautas, etcétera? ¡No! ¿Delante de Dios hay diferencia entre creyentes, millonarios, ricos, medio ricos, medio pobres, pobres, o nosotros? ¿Hay diferencia? ¡No! ¿Hay diferencia delante de Dios por si tienes una personalidad introvertida o extrovertida? ¡No! Dios no hace diferencia entre personas. Pero el mundo sin Dios, sí hace diferencia. Y actúa con favoritismo. Y es fácil seguir su influencia. Pero Dios no desea eso para su pueblo. Dios desea que reflejemos su carácter. Él es imparcial. Él... Él actúa de la misma manera con todas las personas. Es que la discriminación es un problema entre la humanidad. Porque toda clase de grupos se juntan para excluir a otros de sus privilegios. ¿No? Hay clases de parcialidad en... bueno, estatus social, educación, ocupación, hábitos, raza, color de piel, edad, hombres y mujeres, cultura, riquezas, estilo, creencias, apariencia, capacidades, habilidades, etcétera. ¿No? Hay toda clase de... de clases de parcialidad, pero Dios no quiere que reflejemos parcialidad. Dios no quiere que reflejemos favoritismo. Dios quiere que actuemos como Él actúa. Dios quiere que seamos imparciales, porque la fe genuina refleja el carácter de Dios. Él es imparcial, nosotros también debemos de ser imparciales. Y por ello tenemos este texto aquí de Santiago, capítulo 2. Incluso, nosotros vamos a considerar solamente los primeros cuatro versículos, pero continúa el texto hablando de este mismo tema, a través de la carta, pero hasta el versículo 13, viendo la importancia de este tema. Por eso Santiago dedica mucho tiempo a este tema, porque es un problema común. Y es que tal comportamiento no es de extrañar en el mundo que no conoce al Dios verdadero. Porque el mundo se gobierna por el egoísmo. El mundo se gobierna por sus intereses propios. Pero hay un estándar más alto para el seguidor de Jesús. Y Santiago ha estado resaltando que la fe genuina se demuestra en acción. ¿Tienes fe genuina? Pues demuéstralo en cómo vives. Y es que el creyente debe reflejar piedad, o sea rectitud, el vivir para Dios, el hacer lo que es recto delante de Dios en toda área de su vida. Debe reflejar amor en toda área de su vida. Justamente, en los versículos anteriores, Santiago capítulo 1, desde el versículo 26 al 27, dice, si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón. La religión del tal es vana. O sea, puede haber una persona que profesa ser muy religiosa, muy fiel a Dios, muy recta conforme a la ley de Dios, que puede profesar, que pone en práctica la palabra de Dios, pero... si en este caso menciona la lengua, si usa la lengua de manera desenfrenada, lo que demuestra es que no es tan piadosa como dice ser. Incluso su religión de tal es vana. Y luego en versículo 27 dice la religión pura y sin mácula delante de Dios, o sea, la que es pura y sin mancha, la que Dios acepta, dice es esta, visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y guardarse sin mancha del mundo. Entonces, velar por las necesidades de otros, mostrar ese amor, el amor que Cristo nos ha mostrado a nosotros y mostrarlo a las personas necesitadas, a todos, incluye aquí a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, Y también, mantenerse puro en este mundo lleno de maldad. Por eso dice, y guardarse sin mancha del mundo. Entonces, debemos de reflejar nuestra fe. Y por ello, ahora empieza en el capítulo 2 abordando este tema tan importante. Porque Dios no hace acepción de personas. Por ello, la comunidad de creyentes tampoco debe de hacerlo. La verdadera fe no tiene sitio para distinciones sociales en el mundo. Ahora, hay algunos que piensan que posiblemente este texto se refiere a una reunión de la Iglesia para juzgar un conflicto entre dos miembros de la comunidad de creyentes. como nos menciona en Mateo 18 o incluso Primera Corintios 6, donde menciona algunos dentro de la comunidad pues tienen pleitos, pues entonces reúnase la iglesia y vamos a arreglar las cosas. Incluso el apóstol Pablo, ahí en Primera Corintios 6, del 1 al 8 lo menciona, pero nos dice en versículo 7, ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? O sea, ¿por qué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio y defraudáis y esto a los hermanos. O sea, ahí el apóstol Pablo está diciendo, no entiendo por qué hay problemas, no debería haber problemas entre creyentes. Y si acaso te han hecho mal a ti, pues sufre el agravio. O sea, tú refleja el carácter de Dios, refleja el amor de Dios y asegúrate que las cosas van bien. Pero entonces, hay algunos que piensan que quizás este contexto está hablando de un conflicto entre dos miembros y la comunidad de creyentes se ha unido para juzgar esta situación. Pero es más probable que se refiera a una reunión de adoración de la iglesia. Porque es una reunión común y llegan visitas y entonces, ¿cómo se tratan esas visitas? ¿Cómo se tratan a las personas que vienen? ¿Cómo tratas a otros? Porque debemos de reflejar imparcialidad, o sea, debemos de demostrar nuestra fe amando a Dios primero y a nuestro prójimo. Incluso, cuando le preguntaron a Jesús, en Mateo 22, del 35 al 40, un intérprete de la ley le preguntó para atentarle, diciendo, maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Y Jesús le respondió, amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante, amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. O sea, amar a Dios y amar a tu prójimo. Entonces, si realmente pones en práctica esos dos mandamientos, incluso Jesús dice, de esos dos depende toda la ley de los profetas. O sea, si resumes toda la ley y los profetas, es amar a Dios y amar al prójimo. Y si realmente pones en práctica esos mandamientos, pues no va a haber pleitos, no va a haber problemas entre la comunidad de creyentes y vas a tratar a otras personas incluso mejor de lo que te tratarías a ti mismo. Incluso nos dice Filipenses 2, del 3 al 4, dice, nada hagáis por contienda o por vanagloria. Antes bien, con humildad, estimando cada uno de los demás como superiores a él mismo. No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Eso es Filipenses 2, del 3 al 4. Entonces, debemos de amar y reflejarlo estimando a los demás por encima de nosotros mismos. O sea, queriendo el bien de los demás. No haciendo acepción de personas. Pero mostrar parcialidad demuestra egoísmo. El pensar solamente en ti. Muestra orgullo. Pensar que eres mejor. Demuestra protección de sus propios intereses. Mostrar favoritismo va en contra de la palabra de Dios. Y eso es lo que este texto está resaltando. O sea, debemos de poner en práctica las escrituras y reflejar el carácter de Dios siendo imparciales. No tratando a unas personas mejores que otras simplemente por algo exterior que tengan. No. Sino obrar con cada una de la misma manera. Siendo imparciales. Y por ello aquí el texto empieza diciendo, versículo 1, Santiago 2, versículo 1, dice, hermanos míos, y es la manera común de referirse a toda la congregación de creyentes como hermanos en Cristo, pertenecientes de la familia de Cristo por la fe, dice, hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Aquí está resaltando que la fe en Cristo es incompatible con la parcialidad. Ahora, algo que hay que notar, vemos como Santiago, inspirado por Dios, aquí identifica a Jesucristo como glorioso Señor. es importante porque hay que recordar la persona a quien Dios usó para escribir la carta de Santiago era el medio hermano de Jesús que al principio no quería creer en él como Dios encarnado como el Señor pero luego nos dice en 1 Corintios 15 7 que Jesús se apareció a Jacobo después después de su resurrección apareció a él y luego después a los apóstoles, entonces, obviamente, ahora Santiago entiende, él conoce, él sabe. La verdad, Jesús es Dios encarnado, y entonces le identifica como glorioso Señor, identificando que Él es Dios glorioso, Él tiene y refleja la gloria divina. Es como nos dice Juan 1.14, dice, aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros y vimos su gloria gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Eso es Juan 1, 14, donde ese mismo texto identifica al Verbo como Dios encarnado, como Jesucristo, quien Él tomó carne, o sea, la segunda persona de la Trinidad se hizo hombre para venir a morir en la cruz por nosotros. y vimos su gloria, ¿no?, reflejando la gloria de Dios, incluso en el monte de... durante la transfiguración, los apóstoles vieron, le vieron resplandecer en su gloria. Entonces, viendo la gloria divina de Jesucristo, quien es el Mesías, eso es lo que significa Cristo, ¿no?, el ungido de Dios, y... Aquí Santiago le identifica como glorioso, ¿no? Aquel que refleja la gloria divina. Incluso en Hebreos 1.3 dice, el cual, estos Hebreos 1.3, siendo el resplandor de su gloria. O sea, está identificando a Jesús como el Cristo, como Dios encarnado, que tiene la misma esencia, la misma naturaleza, porque Él es Dios, tiene naturaleza divina y resplandece su gloria, dice, el cual siendo el resplandor de su gloria y la misma, perdón, y la imagen misma de su sustancia. Y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas. glorioso Señor Jesucristo. Él refleja la gloria de Dios porque Él es Dios. Y aquí, este texto no solamente está exaltando y honrando a Cristo, sino que también está pensando en su retorno como juez. Aquel quien es Señor y quien vendrá para juzgar, vendrá en su gloria. Incluso en Mateo 16, versículo 27. Mateo 16, 27 dice, porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Eso es Mateo 16, 27, donde nos menciona el retorno del Mesías, el retorno del Hijo del Hombre. Es un título mesiánico. El retorno de Jesucristo, quien es Dios encarnado, quien volverá, y cuando vuelva, volverá para dar a cada uno conforme a sus obras, ¿no? Él vuelve como juez. Y vemos su gloria. Lo que hay que recordar es que aún los creyentes también son destinados a ser transformados a la semejanza de la gloria de Cristo. Como nos dice Romanos 8,18. Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Eso es Romanos 8,18. O en Filipenses 3,21. el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas". Ahí hablando de esa transformación, ¿no? Que Dios obrará en nosotros, y aquellos que hemos puesto nuestra fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, seremos glorificados. Nos transformará, ahí menciona en Filipencias 3.21, asemejante al cuerpo de la gloria suya. Entonces, viendo aquí, volviendo a Santiago, capítulo 2, versículo 1, viendo aquí a nuestro glorioso Señor Jesucristo, quien es Dios, quien refleja la gloria de Dios, porque Él es Dios, y por ello es... tiene autoridad, le debemos de obedecer, le debemos de servir. Y es que el creyente debe de honrar a su Señor. Pero no debe de honrar demasiado a una persona. El creyente no debe de mostrar favoritismo. El creyente no debe de tomar decisiones sobre otros basándose en factores externos. Como la vestimenta, o apariencia física, o el color de piel, o el patrimonio neto, o sea, ¡de nada! sino que debe tratar a las personas de igual manera. Es que hacer acepción de personas te hace transgresor de la ley. Incluso aquí mismo en Santiago, Santiago 2, versículo 9, dice, Entonces, hacer distinción o hacer acepción de personas, te hace transgresor de la ley. El mundo que nos rodea lo hace. Solamente tienes que subirte al metro de Madrid y lo puedes notar. Dependiendo de cómo una persona va vestida, se le trata mejor que a otra. Le cede el lugar si va vestida bien O quizás se van huyendo porque está vestida mal. ¿No? Simplemente por la apariencia. Lo que están demostrando es distinción entre personas. Incluso en diferentes tiendas. ¿No? Hay tiendas que ni siquiera te dejan entrar si no vas vestida de una manera. Hay restaurantes que ni siquiera te dejan entrar. Al menos que vayas vestida de una manera específica. Da igual si te puedes permitir ir a ese restaurante o entrar en esa tienda o no. Solamente por tu vestimenta. ¿No? ¿Qué están haciendo? Favoritismo. Están actuando con parcialidad. Están haciendo acepción de personas simplemente por algo que pueden ver. ¿No? Están evaluando. Pero lo que Aquí Dios nos dice, es que nosotros, como creyentes, como seguidores de Cristo, porque Dios no hace excepción de personas, Él provee salvación para todos. Entonces, nosotros también debemos de ser imparciales. No hay que hacer distinción de personas, incluso por eso constantemente a través de las escrituras, incluso mencionan la importancia de aún en el juicio, como en Deuteronomio 1, 17. Dice, no hagáis distinción de personas en el juicio, así al pequeño como al grande oiréis. No tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios, y la causa que os fuere difícil la traeréis a mí y yo la oiré. Hechos de Deuteronomio, capítulo 1, versículo 17. Ahí mismo dice, en un juicio, los jueces no deben de temer, aunque tengan que hacer un juicio entre una persona muy importante y alguien que no, da igual, hay que tratar a las personas de la misma manera. Da igual si es el rey de una nación y es un juicio entre el rey de la nación y un pobre mendigo. Da igual, debes de tratarlas de la misma manera. ¿Por qué? Porque eso es lo que Dios hace. ¿No? Eso es lo que nos está enseñando. O sea, y la fe debe de ir acompañada de obras. Debemos de poner en práctica Su Palabra. Por eso nos dice Santiago 1.22. Seed hacedores de la Palabra. No tan solamente oidores engañándonos a vosotros mismos. Debemos de poner en práctica la Palabra. Y aquí nos dice que nuestra fe debe ser sin acepción de personas. ¿No? El favoritismo es inconstante con el carácter de Dios. Cristo no tuvo acepción de personas. Él sanó a personas ricas o a los familiares de personas ricas y a personas muy pobres. Él no hizo acepción de personas. Él no dijo no. A ti no. A ti no porque tienes el pelo largo. A ti no porque eres muy bajo. A ti no porque... ¿Por qué no? No, o sea, él no hizo acepción de personas. Trató a las personas de la misma manera. Nosotros debemos de reflejar ese mismo carácter. No debemos de temer a una persona simplemente por su estatus social. sino debemos de tratar a las personas de la misma manera. Es que Cristo no tuvo acepción de personas. Cristo salvó y sanó a todo el que quiso sin acepción de personas. La fe en Cristo no muestra favoritismo. Porque Dios es imparcial. Nos dice de Deuteronomio 10, 17. Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores. Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho. Deuteronomio 10, 17. O aún cuando el rey Josafat estaba haciendo reformas, ahí en Judá, en Jerusalén específicamente, dice en 2 de Crónicas 19, del 6 al 7, dice, mirad, está hablando los jueces, mirad lo que hacéis, porque no juzguéis Perdón, porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea pues con vosotros el temor de Jehová, mirad lo que hacéis, porque con Jehová vuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho. Segundo de Reyes 19, del 6 al 7. ¿Por qué lo menciona tanto en el juicio? Porque es muy fácil ver a una persona poderosa y querer congraciarte con ella y decir, pues voy a cambiar el juicio para favorecer al rico, al poderoso. O quizás estás molesto contra esa persona porque quizás es tu vecino, es muy rica, entonces dices, pues voy a ir con el pobre. O quizás dices, estoy harto de los ricos, entonces voy a ayudar al pobre, simplemente por eso. No. Dios está diciendo, debe ser justo. El malhechor debe pagar por lo que ha hecho y el inocente debe salir libre, ¿no? Es la idea, o sea, debes de ser imparcial. En Romanos 2.11 dice, porque no hay acepción de personas para con Dios. Son Romanos 2.11. En 1 Pedro 1.17, si invocáis por padre aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación, Eso es 1 Pedro 1, 17. O sea, Dios trata a todos por igual, no importando su estatus, no importando su apariencia, no importando sus capacidades, sus habilidades, Dios trata a todos por igual. Todos somos pecadores, todos merecemos su ira, Él no dice, ah bueno, tú eres una buena persona, entonces por ser buena te voy a dejar ir, te voy a dejar pasar. O tú porque eres un buen líder te voy a dejar pasar. No, tú porque wow, tu belleza me impresiona, entonces te voy a dejar pasar. No. Sino todos tienen que clamar a Jesús para ser salvos. Todos de la misma manera. No hace acepción de personas. Todos tenemos que creer en Jesús como Señor y Salvador para ser salvos. Dios es imparcial. Debemos de reflejar el carácter de Dios. Es que el creyente debe seguir el ejemplo de Dios en su imparcialidad. Continúa aquí el texto. Después que nos ha dicho, mira, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas, ahora lo ilustra. Dice, porque si entra en vuestra congregación, perdón, porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, andrajoso es un término que significa sucio, o incluso el término en el lenguaje original tiene la idea de tener un aspecto repugnante. O sea, es una persona que quizás solamente tiene una... un traje, ¿no? Solamente tiene una vestimenta y tiene que hacer toda su vida con ella, o sea, es una persona muy pobre. Y entonces tiene que trabajar, y entonces llega con su ropa sucia, pero el rico llega con toda su opulencia, llega con toda su riqueza, expresando su riqueza... Y entonces, aquí está ilustrando que no debemos ilustrar favoritismo, porque en el siglo III dice, y miráis con agrado, al que trae la ropa espléndida. Y le decís, siéntate tú aquí en buen lugar. Y decís al pobre, estate tú allí en pie o siéntate aquí bajo mi estrado. ¿No hacéis distinciones entre vosotros mismos y venís a ser jueces con malos pensamientos? O sea, la ilustración que nos presenta aquí Santiago es bastante común, ¿no? Llegan diferentes personas y la prueba de tu fe es cómo las tratas. Las tratas bien a las dos, no importando lo que el... su físico, o sea, no importando lo que puedan reflejar de manera exterior, o sea, cómo les tratas. Y lo que hace Santiago es presentar un ejemplo de favoritismo que el versículo 1 condena, porque el versículo 1 dice que nuestra fe sea sin acepción de personas. Pero aquí nos ilustra lo que es acepción de personas. Lo que hacer es hacer esa distinción. Y es que hay muchas diferentes clases de personas. Y hay que tratarlas sin parcialidad. Y aquí de la manera que lo describe, o sea, aparenta que entran dos visitas a la congregación. ¿Por qué aparenta que son visitas? Porque les tienen que decir dónde sentarse, ¿no? Los que comúnmente llegan, pues saben dónde sentarse, pero a una visita, pues le tienes que identificar, mira, aquí te puedes sentar. Y por ello aparenta que son visitas que vienen a la congregación Ahora, en el lenguaje original usa el término, aquí he traducido congregación, pero usa el término sinagoga, que también puede significar asamblea, y usa el término sinagoga simplemente para referirse a esta reunión cristiana. Y vemos que se han reunido y llegan estas visitas, Lo cual, el apóstol Pablo mismo, da a entender que llegaban visitas, comúnmente, a las reuniones de la iglesia. Como nos dice en 1 Corintios 14-23, si pues toda la iglesia se reúne en un solo lugar y todos hablan lenguas y entran indoctos o incrédulos, no dirán que estáis locos, ¿no? Y ahí está hablando de un problema que hay en Corintio de... de que están usando mal los dones intentando sobresalir entre los demás con diferentes dones, en especial el don de lenguas, pero ahí básicamente menciona esa idea de que llegan personas, llegan personas que no han sido instruidas, personas que son visitas, que no creen, que aún no creen en Jesús. Eso es 1 Corintios 14, 23, Entonces llegan visitas, y por ello aquí vemos estas dos visitas que llegan a esta congregación, y aquí te escribe a una persona que pone a su exposición su riqueza, su estatus. Estos ricos se visten con ropa que simboliza su riqueza, su presentación, atrae admiración, porque ahí mismo menciona en versículo 3 dice y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida de la manera que se viste el rico es para para que todo el mundo le mire que todo el mundo vea su riqueza su dinero especialmente porque menciona con anillo de oro con ropa espléndida Se termina el traducido en espléndida, es la idea de que radiante, de que brilla, es extremadamente elegante. Entonces llega con toda su opulencia, demostrando su prosperidad, con anillos de oro, y de la manera que lo refleja, o sea, que lo menciona el texto, es como se nota, sin lugar a duda, que esta persona, la persona que acaba de entrar, tiene mucha riqueza. Pero, al mismo tiempo, quizás un poquito después, o por lo menos ese mismo día, llega otra persona. ¿Qué es la cara opuesta? ¡Exactamente lo opuesto! Porque dice, y también, la última parte del versículo 2, y también entra un pobre, con vestido andrajoso, o un vestido sucio, ¿no? Es un contraste muy grande con ese, esta vestimenta, o esa ropa espléndida, ¿no? Radiante y elegante. Aquí entra una persona que, con solamente mirarle, es casi repugnante, ¿no?, de su aspecto. Y... Uno, su presencia atrae admiración, pero el otro es como repugnancia. Ahora, el mundo, o sea, aquellos que no creen en Jesús como el Señor y Salvador, harían distinción en un momento, sin problemas. ¿No? ¿A este le vamos a tratar bien? ¿A este no? Incluso, si podemos, le echamos aquí. Para que no se vaya el rico. ¿No? Para que no se vayan las personas importantes para nosotros. Y... El mundo hace eso, ¿no? Incluso el mundo hace amigos con los ricos para obtener ganancia. Pero cuando pierden... sus riquezas pasan al olvido. ¿No? O sea, para el creyente, la riqueza o el estatus de una persona no debe de cambiar la relación. Si una persona huele bien o huele mal, no debe de importar el trato. Tenemos que reconocer que todos hemos sido creados a la imagen de Dios y tratarles de la misma manera. Siempre. ¿No? En... Y continúa aquí el versículo 3, dice, miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís, siéntate tú aquí en buen lugar. Y decís al pobre, estate tú allí en pie o siéntate aquí bajo mi estrado. Ahí demostrando esa acepción de personas. Y ese favoritismo se puede notar porque se les trata de manera diferente. prestan atención a lo exterior, y eso es una de las formas principales de mostrar parcialidad. Te das cuenta de algo exterior, y entonces le muestras favoritismo. ¿Y al rico qué se le ofrece? El asiento de honor. En cambio, al pobre, apenas se le tolera. Porque si notáis, dice en versículo 3, al rico le dice, siéntate tú aquí en buen lugar, y decís al pobre, estate tú allí, en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado. Entonces, al pobre le tratan con desprecio. Sí, al rico le dirigen a un asiento bueno. Pero al pobre se le dirige a un sitio fuera de la vista de las personas. Incluso aparenta de que le indican, porque ahí dice siéntate aquí bajo mi estrado, ese término estrado, en el lenguaje original se refiere al posapiés. Entonces, estás sentado, y tienes un lugar para poner tus pies, y le dicen al pobre, siéntate bajo mi estrado, identificando en el suelo mismo, ni siquiera le dan el estrado, ni siquiera le dan el posapiés para sentarse, no, por debajo de ello. O sea, demostrando su desprecio. Le quieren fuera de la vista, le quieren lejos. Y aparenta que el pobre, sí, puede asistir mientras que reconozca su posición. Y es que aparenta que el pobre debe sujetarse al que le cede un lugar, contrario a la enseñanza de Cristo. Incluso nos dice Mateo 23, del 8 al 12, dice, pero vosotros no querráis que os llamen Raví, porque uno es vuestro maestro, el Cristo. Y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra porque uno es vuestro padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros porque uno es vuestro maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido. Incluso Cristo mismo demostró ser siervo cuando él lavó los pies de los discípulos. Y es que se espera que el creyente ponga en práctica El amor de Cristo. La ley del amor. Incluso aquí mismo en Santiago, en Santiago capítulo 2, versículo 8, dice, Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la escritura, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Bien haces. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Si pensamos en eso, Si entra una persona y solamente hay un asiento disponible para esa persona, o sea, entre tú y esa persona solamente hay un asiento, ¿qué es lo que el amor haría? Dar el asiento. ¿No? O si no hay asiento disponible, es cederle tu asiento. ¿Por qué? Porque amas a tu prójimo como a ti mismo. Porque sirves a tu prójimo. Porque ayudas a tu prójimo. Hay veces que mi princesita y yo hemos estado en el metro y no hay asientos y entra una mujer y yo me levanto y le cedo mi sitio y se quedan plasmados como ¿qué acaba de ocurrir? ¿Qué acaba de ocurrir? Porque nadie se levanta por nadie, nadie le cede el asiento, nadie le cede el lugar. A veces abro una puerta y dejo pasar a una mujer y se quedan plasmadas. ¿Por qué? Porque en el mundo no es común. Pero se debe de notar que somos creyentes. Se debe de notar que servimos al Dios verdadero. Debe de haber una diferencia notable entre cuando una persona entra en una congregación de creyentes o si entra en un teatro, por ejemplo. o entra en otro lugar, que se pueda notar que somos seguidores de Cristo y que amamos a nuestro prójimo como nosotros mismos. En versículo 4, ahí vemos la sentencia, Santiago declara la sentencia después de ilustrarlo. En el versículo 1 ha dicho no debéis hacer acepción de personas. Lo ilustra y Ahora en versículo 4, aunque lo hacen una pregunta, realmente la respuesta a la pregunta es sí, porque dice, no hacéis distinciones entre vosotros mismos si venís a ser jueces con malos pensamientos. O sea, si ponen en práctica esa ilustración, lo que demuestran es favoritismo. Y es que la pregunta que presenta equivale a una afirmación. Y es que Santiago declara la sentencia de lo que ha expuesto el versículo 2 y versículo 3. Y es que el favoritismo, o sea, el mostrar favor a una persona solamente por su... por... por... eh... a una persona más que a otra solamente por lo exterior, es... eh... muestra una actitud dividida. O sea, el favoritismo muestra una actitud dividida hacia Dios. Y cuando domina el favoritismo, se hacen concesiones, en vez de obedecer a la fe. Porque si, eh... Tratas a un rico, por ejemplo, mejor que a un pobre, llega el día que cuando haya un juicio y tengas que juzgar, pues vas a ayudar o vas a favorecer al rico más que al pobre. Y al final no vas a poner en práctica la escritura de ser fieles a Dios. Incluso haciendo ese favoritismo no estás cumpliendo la ley de Dios. Y entonces cuando domina el favoritismo se hacen confesiones en vez de obedecer a la fe. Porque la discriminación es opuesto a la fe genuina. Hay que recordar, Cristo murió por todos. Él y sanó a toda clase de personas. Es que la discriminación no solo es hacia lo exterior de la congregación, de las personas que están fuera, sino también ocurre dentro de la comunidad de creyentes. Por eso tenemos que tener cuidado. reflejar el carácter de Dios. Y es que el Evangelio trasciende las distinciones entre personas y las une en Cristo. Por eso podemos tener congregaciones de diferentes nacionalidades, de diferentes colores, de diferentes edades, de diferentes alturas. ¿Por qué? Porque Cristo nos une. Nos dice Efesios 4, del 1 al 6, Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor. Solicitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz, un cuerpo y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. esos Efesios 4 de 1 al 6 mostrando esa unidad y la unidad entre creyentes demuestra la verdad y el poder de Dios en Juan 17 11 dice ya no estoy en el mundo más estos están en el mundo y yo voy a ti Padre Santo a los que me has dado guárdalos en tu nombre para que sean uno así como nosotros Y continúa ahí, eso es Juan 17, 11, y el Juan 17, 21 al 22 dice, para que todos sean uno como tú, oh Padre, en mí, yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste la gloria que me diste, yo les he dado para que sean uno, así como nosotros somos uno. Eso es Juan 17, del 21 al 22. O sea, debemos reflejar esa unidad, no importando las características que el mundo valora. Las características exteriores. Como mencioné antes, ¿no? El estatus social, la educación, la ocupación, los hábitos, la raza, el color de piel, la edad, hombre o mujer, la cultura, riquezas, estilo, apariencia, capacidades, etcétera. Porque no debemos demostrar parcialidad. Y es que algunos que muestran favoritismo están reclamando el derecho de juzgar, de decir, yo soy el que determina si una persona es aceptable o no. ¿Esta persona es aceptable? Esta no. ¿Por qué? Por el exterior, lo puedo notar, lo puedo ver, y entonces, ¿qué es lo que está ocurriendo? Se está volviendo un juez. Y, por eso aquí, Versículo 4, esto es Santiago 2.4, dice, ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos y venís a ser jueces con malos pensamientos? O sea, los que hablan mal de otros se hacen a sí mismos jueces. Aunque sólo Dios, legítimamente, puede ejercer como juez. Nos lo menciona ahí Santiago 4, del 11 al 12, dice, hermanos, no murmuréis los unos a los otros. el que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga la ley. Pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder, pero tú, ¿quién eres? ¿Tú quién eres para que juzgues a otro? Eso es Santiago 4, del 11 al 12. Y es que aquellos que muestran favoritismo, están reclamando el derecho de juzgar, aunque realmente, solamente Dios a Dios le pertenece esa posición de juez. Y es que sus malos pensamientos se demuestran que estos jueces son injustos, que tienen malos motivos. Ellos quieren determinar lo bueno y lo malo. Ellos quieren determinar a quién aceptar y a quién no, a quién recibir y a quién no. Y se están poniendo en esa posición de juez cuando Dios es el juez. Y aún cuando, eh... Aún a los jueces, nos dice en Levítico 19.15, dice, no harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre, ni compasiendo al grande. Con justicia juzgarás a tu prójimo. Eso es Levítico 19.15 o Deuteronomio 16.19. No tuerzas el derecho, no hagas acepción de personas, ni tomes soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de los justos. En Deuteronomio 27, 19, maldito el que pervierte el derecho del extranjero, del huérfano, de la viuda, y dirá al todo pueblo, amén. O sea, constantemente a través de la Escritura, incluso aquellos que Dios establece como jueces, incluso los sacerdotes, de acuerdo a la ley, debían de ser jueces con el pueblo y enseñar al pueblo la ley de Dios y determinar juicio conforme a la escritura, no conforme a sus propios pensamientos, no, conforme a la escritura, debían de juzgar entre pleitos o diferentes situaciones en el pueblo, ellos debían de siempre actuar con justicia, no haciendo acepción de personas, no mostrando favoritismo. Y por ello, en Malaquías 2, vemos la condenación. Malaquías 2, versículo 9. Dice, por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos y en la ley hacéis acepción de personas. Eso es Malaquías 2, 9, viendo esa condenación a los sacerdotes, que Dios les puso como jueces, pero no estaban cumpliendo la ley de Dios, estaban haciendo acepción de personas, lo cual Dios detesta. Y eso es lo que estos versículos nos están enseñando. No debemos hacer acepción de personas. No debemos de tratar a una persona mejor que a otra simplemente por lo que podemos ver en el exterior. No, debemos de tratar a las personas de manera igual, porque Dios lo hace así. Y por eso la fe genuina es imparcial. ¿Reflejas el carácter de Dios? Por ello, debemos de conscientemente reflejar el carácter de Dios. Porque nos es muy fácil ver a una persona y juzgar a esa persona simplemente por lo que viste. O por lo que hacen. O cómo son. Cuando Dios no hace eso, nosotros tampoco debemos hacerlo. Es que la fe genuina es imparcial. ¿No? Reflejas el carácter de Dios. Vamos a terminar en oración.
La fe genuina es imparcial, ¿reflejas el carácter de Dios?
Series Santiago
Sermon ID | 528231645215810 |
Duration | 47:41 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | James 2:1-4 |
Language | Spanish |
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