00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Proverbios 14, 27. No sé cómo han venido aquí esta tarde a la iglesia. Quizás algunos con temor de alguna cosa. Temor es algo que todos los humanos experimentamos muchas veces, yo creo. Quizás temor de los narcos, la violencia. que hay alrededor de nosotros. Quizás temor de pues antes era de COVID. Quizás temor de perder un trabajo o de no encontrar trabajo. Quizás temor de relaciones malas con otras personas. Por todas esas cosas son malas cosas y tenemos temor de eso. Pero debemos también tener temor de Dios. ¿Crees que se debe hacer esto? ¿Es algo para creyentes como nosotros, o es algo que solamente los que no son creyentes deben tener? ¿O es algo que solamente era en el Antiguo Testamento, pero no más en el Nuevo Testamento? ¿Y qué significa eso, tener temor de Dios? Parece ser un tema incómodo para nosotros porque asociamos temor con cosas o personas que son malas. Pero espero que podamos ver hoy esta tarde. que el temor de Dios no es nada malo, es algo bueno y es algo maravilloso para nosotros. Entonces leemos Proverbios 14, 27. Esa es la palabra de Dios. El temor de Jehová es manantial de vida. para apartarse de los lazos de la muerte. Vamos a orar. Nuestro Dios, confesamos que a veces no sabemos bien cómo debemos relacionarnos contigo y no lo hacemos bien muchas veces. porque tú eres tan grande y tan lejos en los cielos y también al mismo tiempo tú eres muy cerca a nosotros, tú eres tan santo, tan poderoso, tú eres fuego consumidor, tú eres un juez y al mismo tiempo tú eres nuestro padre, tú eres misericordioso, tú eres amor y Ayúdanos a ver más y conocer más ahora cómo tú eres Dios y cómo nosotros debemos relacionarte, relacionar nosotros contigo como tú lo mereces. En el nombre de Jesús. Amén. Entonces, en este versículo le vamos a travesar el temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte. Lo que vamos a considerar hoy es primeramente una razón o cuáles son las razones por la cual debemos temer a Dios. Vamos a considerar qué es, qué significa eso, temer a Dios. Vamos a ver qué son efectos en nuestra vida si tenemos temor de Dios y también cuáles promesas Dios da a su pueblo para los que temen a él. Y vamos a concluir con una pregunta. Pero este sermón me ha ayudado mucho a estudiar un libro de uno de los puritanos que se llama Juan Bunyan. Él fue predicador hace muchos años y fue encarcelado por su fe en este tiempo en la cárcel. Él ha escrito el libro El progreso del peregrino. Pero también ha escrito muchos más libros, y un pequeño librito ha escrito acerca de este tema que tocamos hoy. Se llama Un tratado sobre el temor de Dios. Y este me ha ayudado mucho a aprender más de qué realmente estamos hablando si hablamos del temor de Dios. Entonces, primeramente, la razón. ¿Por qué debemos tener temor de Dios? Pues este versículo nos muestra que es para nuestro bien. Pero eso no es la razón principal que debemos temer a Dios porque es bueno por nosotros. La razón principal por qué debemos temer a Dios es Dios mismo. Dios lo desea de nosotros. Y Él es triste, Él está triste cuando los hombres no temen a Él. Él dice en Deuteronomio 5, 29, ¿Quién diera que tuviesen tal corazón que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre? Entonces, cuando las personas, cuando nosotros no tememos a Dios, eso hace Dios triste, porque Él sabe que no es bueno para nosotros mismos también, y Él nos ama. Pero Dios no solamente lo desea de nosotros, Él también exige de nosotros que debemos temer a Él. Y eso es un deber que tenemos cada uno de nosotros. Leemos en Ecclesiastes 12, 13. El fin de todo el discurso oído es este. Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre. Debemos temer a Dios porque Dios lo desea y lo exige. Y también por quien es Dios, por su persona. Dios es grande. Dios no es un pequeño ídolo que ponemos en la mesa, que tiene ojos y no puede ver, que tiene orejas y no puede oír, que tiene boca y no puede hablar. Dios es el creador de todo el mundo, de todo el universo, de cada uno de nosotros. Y por eso, Él merece ser temido de nosotros. Leemos en primera de Crónicas 16.25. Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, y de ser temido sobre todos los dioses. Dios es grande y Dios también es poderoso. Podemos tener temor de otras personas, de mala gente, de situaciones, pero Jesucristo mismo nos enseña que debemos tener el temor más grande de Dios, más que todas otras cosas. Él nos dijo en Lucas 12, 4 y 5, Mas os digo, amigos míos, no temáis a los que matan el cuerpo y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a quien debéis temer. Temed a aquel que después de haber quitado la vida tiene poder de echar en el infierno. Si os digo a este, temed. Dios no solamente es grande y poderoso, él también es un Dios santo. Leemos en Éxodo 15, 11. ¿Quién es como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? Cuando nos damos cuenta que Dios es santo, cuando vemos más de su santidad, entonces eso también debe producir en nosotros algunas respuestas. Y vemos en la Biblia por lo menos tres respuestas que debemos tener a la santidad de Dios. Y cada una de esas respuestas también es relacionado con el temor de Dios. Por ejemplo, porque Dios es santo, nosotros debemos alabar a Dios. Dicen, Salmo noventa y seis, nueve, alabad, adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. Eso debemos hacer porque Dios es santo, pero ese versículo sigue y nos dice, temed delante de él toda la tierra. Debemos adorar a Dios por su santidad en temor, pero también Porque Dios es santo, debemos santificarlo. Quiere decir que debemos darle un lugar especial en nuestra vida. Muy diferente que todas otras personas y cosas. Leemos en Isaías 8, 13. A Jehová de los ejércitos, a él santificad. Y nos dice después, sea él vuestro temor y sea vuestro miedo. Y también porque Dios es santo, nosotros mismos también debemos ser santos. Como sabemos, como nos dice Pedro 1.15, sino como aquel que os llamó es santo, se también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir. Porque escrito está, sed santos, porque yo soy santo. Y el versículo que sigue nos dice, y si invocáis por padre, aquel que sin excepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación. Una razón más por qué debemos temer a Dios Es porque Dios es bueno. Y eso quizás es difícil de entender. ¿Por qué debemos temer a Dios? Porque Él es bueno. Pues leemos, por ejemplo, en Oseas 3, 5. Después volverán los hijos de Israel y buscarán a Jehová, su Dios, y a David, su rey. Y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días. Juan Bunyan dijo esto, el hombre se fragmenta en polvo en la presencia de Dios, aunque Dios se nos muestra en su ropa de salvación. Podemos pensar, por ejemplo, en los ángeles antes del nacimiento de Jesucristo que vinieron a María, por ejemplo, a los pastores con buenas nuevas. María, tú vas a dar luz a un bebé que va a ser el hijo de Dios, que va a ser el salvador del mundo. O también han dicho a los pastores, os ha nacido hoy un salvador. Buenas nuevas, pero ¿qué era la reacción de las personas? Tenían mucho temor cuando vinieron los ángeles aún con esas buenas nuevas. Igualmente, también después de la resurrección de Jesucristo, cuando los ángeles también proclamaban buenas nuevas, es resucitado Jesús. y tenían temor las personas en este encuentro con los ángeles. Pues los ángeles no son Dios, entonces mucho más, cuánto mucho más debemos temer a Dios si Él viene a nosotros con buenas nuevas y en su bondad. Los ángeles son criaturas como nosotros. Pero son sin pecado, y ellos también temen a Dios. ¿Cuánto más nosotros también debemos temer a Dios si nosotros sí tenemos mucho pecado? En su bondad, Dios nos perdona a nuestros pecados. Y Él dice en Jeremías 33, 8 a 9, Y los limpiaré de toda su maldad. con que pecaron contra mí, y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron. Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago. y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré. ¿Cómo podemos entender eso? Tener temor de la bondad de Dios. Pues sabemos que el pecado iba a la muerte. Y si Dios nos perdona nuestros pecados, entonces no hay esos pecados que nos llevan a la muerte. Entonces eso nos da gozo. Pero al mismo tiempo, reconocemos que si Dios no hubiera hecho eso por nosotros, seríamos perdidos sin Él. Un ejemplo que me ha tocado varias veces en mi vida, manejando en la carretera bastante rápido y por mi culpa o por culpa de otra persona casi casi casi un accidente que podía ser bien feo que ha podido ser pues fatal y unas veces pasaba eso en mi vida y yo pensé que qué bueno que no pasó nada en este momento Y yo sigo manejando con mucho gozo, pero también así temblando. Y en esos momentos sentía mucho gozo y también mucho temor a la misma vez. Así también quizás parecido es cuando tenemos temor de Dios, porque reconocemos que lo que merecemos y también vemos lo que Él nos ha dado y vemos su bondad. Dice Salmo 2.11, servid a Jehová con temor y alegraos con temblor. El temor es una reacción natural a la grandeza de Dios. El apóstol Juan dijo en Apocalipsis 1, 17, cuando le vi caí como muerto a sus pies. Un otro predicador ha dicho, en el momento que ves a Dios, lo vas a temer. Entonces, nos podemos preguntar si no tememos a Dios realmente. ¿Realmente conocemos bien a Dios? Esas son unas razones por las cuales debemos tener temor de Dios. ¿Pero qué realmente es eso? ¿Qué significa eso, tener temor de Dios? Vamos a ver en Proverbios 14, 27, este versículo nos habla de el temor de Jehová. ¿Qué es esto, el temor de Jehová? Juan Bunyan también en este librito que le ha escrito, nos da tres diferentes formas del temor de Dios. Dos que son malos y uno que es bueno. Un temor de Dios, un tipo de temor de Dios que no es bueno, Es el temor que los demonios tienen, por ejemplo. Nos dice la Biblia que los demonios creen y tiemblan. Ellos si conocen, saben que existe Dios y creen en él y tienen temor de él. Pero no es bueno ese temor, porque su temor es por causa de su rebelión, por causa de su pecado, por causa de que ellos odian a Dios y hacen todo en contra de él y de su voluntad. Y por eso tienen temor de él. No es un bueno temor esto. Es un temor también, este temor que hace que una persona huye de Dios. Por ejemplo, en el jardín de Edén, cuando Adán y Eva pecaron, ellos han tenido temor de Dios y se escondieron, se fueron lejos de Dios. No querían estar en su presencia. Era un temor de Dios que también era malo. Hay también un temor que no confía completamente en Dios. Hay personas que dicen, pues, yo tengo temor de Dios y por eso voy a hacer sacrificios a Él o voy a ir a la iglesia por Él, pero al mismo tiempo tengo temor de otro Dios o otras personas y voy a hacer todo para hacer que ellos son buenos conmigo. Dice Segunda de Reyes, 1741, de las personas allá en ese tiempo, así temieron a Jehová, aquellas gentes, y al mismo tiempo ascibieron a sus ídolos. Todo eso es un temor que no es bueno, que no debemos tener. Pero hay un temor que es bueno, pero solo por un tiempo, no para siempre. Y ese es el temor que nosotros tenemos cuando reconocemos que nosotros somos pecadores. Y cuando tenemos temor de ser condenados de Dios por nuestros pecados. Es un temor que también nos lleva al arrepentimiento verdadero. Ese es un temor que hace que el hombre no se huye de Dios, sino que busca a Dios, que clama por misericordia de Dios. Como el publicano que dice en Lucas 18, 13, Dios se propicio de mi pecador. O como el carcelero en Hechos 16, 30, que dijo, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ahí estaban personas con temor de Dios y que han buscado la salvación, la misericordia de Dios. Y para todos que encuentran eso, que son salvos por la gracia de Dios, no hay más condenación. Sabemos de eso por los que son en Cristo en Romanos 8, 1. Después de ser nacido de nuevo, no es bueno tener este tipo de temor de Dios, un temor de ser condenado por Dios. Pablo nos dice en Romanos 8, 15, pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de erupción por el cual clamamos Hada Padre. Y también nos dijo Pablo en segunda de Timoteo uno siete, porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Entonces no hay razón más. Si somos cristianos, no tenemos más razones para temer a Dios. Son las razones que solamente para las personas que no son creyentes, solo ellos deben temer a Dios. Pues no es así, Dios también quiere que nosotros como sus hijos tememos a él, pero no con un temor de ser condenados de Dios. Entonces, el temor de Dios que es bueno, el tercer tipo de temor, no es un temor de condenación. Pero es también es algo como reverencia a Dios, pero más que reverencia. Si ahorita va a entrar el presidente de México, yo voy a tener reverencia. Yo voy a tener algo de temor, un cierto tipo, o el rey de Inglaterra o quién sabe. Yo voy a tener un cierto tipo de reverencia, y respeto, y temor. Pero eso no se puede comparar con el temor que debo tener de Dios. Juan Bunyan dijo también, después de que el espíritu de adopción ha venido, un cristiano puede tener un temor más grande que antes. Y podemos preguntarnos, ¿por qué puede ser? ¿Cómo puede ser que el temor de Dios como cristianos es más grande que el temor que tuvimos cuando estábamos inconversos, el temor de condenación de Dios? ¿Cómo puede ser que nuestro temor como cristianos es aún más grande que eso? Y una pregunta que nos podemos hacer para entender eso quizás mejor es, pues, la pregunta es, ¿tienes más miedo de desagradecer a alguien que amas o de desagradecer a alguien que no amas? Pues yo creo que sabemos la respuesta. Para personas que casi no conocemos, pues no nos importa mucho si no tenemos su favor, si hagamos algo que no les gusta. Pero para los que son muy cerca de nosotros, queremos darles gozo, queremos hacerles felices, queremos hacer las cosas que son buenas para ellos. Es un temor, el temor de Dios que debemos tener es como también los hijos deben tener temor de sus padres. Cuando saben si ellos hacen algo malo, que son desobedientes, si no tienen respecto, que va a haber consecuencias por eso, que va a haber castigo. Así también Dios es como nosotros, como un padre con los hijos. Leemos en Deuteronomio 8, 5 a 6. Reconoce a sí mismo en tu corazón que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga. Guardarás pues los mandamientos de Jehová tu Dios andando en sus caminos y temiéndole. En el Nuevo Testamento en Hebreos 12, 5 y 6 nos dice, Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo, Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él, porque el Señor al que ama disciplina. y azota a todo el que recibe por hijo. Es bien fuerte, disciplina, azotamiento. Juan Bunion dijo, Dios quiere que tememos a su azotamiento, porque Él ha determinado disciplinarnos así, si pecamos contra Él. Yo me recuerdo una vez, mi padre ya estaba con Dios en el cielo, pero cuando era más joven, que una vez estaba en su presencia y yo había dicho una mentira directamente a él y yo pensaba, él no va a saber nada, es mentira, nunca va a saber la verdad. Y su respuesta era, Michael, ¿por qué estás diciéndome una mentira? Y entonces, pues, pueden imaginarse cómo yo me sentía en este tiempo. Eso yo he visto en la cara de mi padre, que él era muy triste por eso. También ahora, como padre, si mis hijos también me dicen una mentira, me hace triste. Pero en este momento he visto cómo, pues, cómo lo había entresticido. a decir esa mentira a mi padre. Y yo estaba más grande, no he recibido azotes o algo así, pero eso era suficiente para mí. Mi papá ahora sabe que yo había mentido a él y está muy triste conmigo. Eso también era un cierto tipo de temor después que yo tenía que yo no quería hacer algo así otra vez. Yo quería dar gozo y placer a mi padre y honrar a él con mis palabras, con mis acciones, con mi vida. Así también debe ser para nosotros con Dios. ¿Cómo debemos nosotros temer a Dios? Entonces, miremos a los efectos del temor de Dios. ¿Qué pasa en tu vida si realmente tienes un temor de Dios? Dice en Proverbios 14, 27, nuestro versículo, el temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte. Si temes a Dios, entonces tus acciones van a mostrar esto, tus acciones, sus actitudes en tu vida van a mostrar esto. Y la primera cosa que va a ser el caso en tu vida es que tú vas apartarte del mal, como nos dice ese versículo. Proverbios 3.7 nos dice, no seas sabio en tu propia opinión, teme a Jehová y apártate del mal. Y Proverbios 16.6 nos dice, con el temor de Jehová, los hombres se apartan del mal. Y no solamente apartarnos de mal, también odiar el malo, odiar el pecado. Proverbios 8, 13 nos dice, el temor de Jehová es aborrecer el mal. La soberbia y la arrogancia, el mal camino y la boca perversa aborrezco. El temor de Dios hace y produce en nuestras vidas también santidad. Como nos dice Filipenses 2, 12, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor. Eso debemos esforzarnos, no para ser salvos, para poder ser salvos, sino para mostrar que sí hemos sido salvos. Y nos dice Filipenses 2, 13, porque Dios es el que en nosotros produce así el querer como el hacer por su buena voluntad. Y eso también debe ser evidente en nuestras vidas como cristianos. Como nos dice en Hebreos 12, 14, seguir la paz con todos y la santidad sin la cual nadie verá al Señor. También nos dice Segunda de Corintios 7, 1. Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Entonces, el temor de Dios va a ayudarnos, va a hacer tener el efecto en nuestra vida que nos aportamos de mal y que vivimos más y más en santidad. Otra cosa que el temor de Dios hace en nosotros es, nos da una disposición de rendir, de dar todo a Dios. Como cuando Abraham fue llamado a sacrificar a su hijo Isaac. Él pues, él ha querido obedecer Dios y hacerlo. Hasta el último momento cuando vino el ángel y dijo, porque tú has hecho eso, eso muestra que Y yo pensaba muchas veces, pues esto, esta muestra que tú amas a Dios, pero eso es no, no, no queremos en la Biblia. Dice en Génesis 22, 11 y 12, entonces el ángel de Jehová leyó voces desde el cielo y dijo, Abraham, Abraham. Y él respondió, eme aquí. Y dijo, no extiendas tu mano sobre el muchachito, sobre el muchacho, ni le hagas nada, porque yo conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Un temor de Dios también nos va a cambiar la manera de cómo oremos con Dios. Vamos a tener una oración que es más ferviente, más constante y más de nuestros corazones. Juan Bunyan dijo, si la oración no es acompañada de este temor de Dios, no vale nada. Leemos en hebreo 5 7. que Jesucristo también el oro hacia Dios y fue escuchado por Dios por tener ese temor. Nos dice ahí y Cristo en los días de su carne ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte. Fue oído a causa de su temor reverente. Juan Bunyan también dijo esto. Este temor de Dios es tan necesario por la oración que es agradable a Dios. Y la oración que es agradable a Dios es un efecto natural de este temor que tienes que tener a los dos o vas a tener ninguno. El que no ora no teme a Dios. El que no ora ferventemente y constantemente no teme a Dios. Y el que no teme a Dios no puede orar. Porque si la oración es el efecto de ese temor de Dios, entonces sin ese temor no hay oración. ¿Cómo puedes orar si no temes a Dios? Hombre, si no oras, no temas a Dios. No vivirás tanto como un cerdo o un perro en este mundo si temerías a Dios. El temor de Dios también produce en nosotros adoración a Dios. Dice David en Salmos 5, 7, Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa, adoraré hacia tu santo templo en tu temor. Y leemos en Apocalipsis 15, 3 y 4. Y cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo, grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Pues sólo tú eres santo, por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado. Esos son algunos de los efectos que el temor de Dios va a tener en nuestras vidas. Y también la Biblia nos da maravillosas promesas para las personas que temen a Dios, que vamos a considerar algunos. Aquí el versículo que estamos mirando, Proverbs 14, 27, dice que el temor de Jehová es manantial de vida. Entonces, para las personas que tienen temor de Dios, Dios viene con salvación. Puede ser salvación espiritual, puede ser salvación en circunstancias difíciles, una defensa que necesitemos. Salmo 34 7 nos dice El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. También Dios guía a las personas, da guianza a las personas que no saben cuál camino andar. Pero si tienen temor de Dios, Dios promete eso. Salmo 25, 12. ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Dios también da provisión para las personas que temen a Dios. No sé si necesitas alguna cosa que Dios provee por una cosa. Dios dice en Salmo treinta y cuatro, nueve y diez. Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan y tienen hambre, pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien. También quizás necesitas misericordia. Sabes que has hecho mal. Sabes que mereces castigo, consecuencias por tus hechos y necesitas tanto la misericordia de Dios. Pues Dios nos dice en Salmo ciento tres once, porque como la altura de los cielos sobre la tierra engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Quizás necesitas sabiduría. Dios nos dice en Proverbios 9-10, el temor de Jehová es el principio de la sabiduría y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. También Dios nos dice que los que temen a Dios van a tener la bendición de Dios en su vida. Pienso que eso es lo que queremos todo en nuestras vidas. Un Salmo chico, el Salmo 128, habla de eso. Son seis versículos y hablan de la bendición para las personas que temen a Dios. Dice así, Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos, Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurados serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa, tus hijos como plantas de olivio alrededor de tu mesa. He aquí, así será bendecido el hombre que teme a Jehová. Bendígate, Jehová de este Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, y veas a los hijos de tus hijos paz sobre Israel. También nos dice la palabra de Dios que Dios va a cumplir el deseo de los que temen a Él. Quizás estás orando por una cosa, y orando, orando, orando, Y Dios nos dice en Salmos 145, 19, cumplirá el deseo de los que le temen, oirá a sí mismo el clamor de ellos y los salvará. Y últimamente, al final de nuestras vidas, lo que debemos escuchar, lo que debemos saber de Dios es que Él está contento con nosotros, que Él tiene placer con nosotros. Dios toma placer en las personas que temen a él. Dice Salmo 147, 11. Se complace Jehová en los que le temen y en los que esperan en su misericordia. Hay muchas más bendiciones, seguramente muchas más promesas para las personas que temen a Dios. Entonces, pues quiero hablar a mí mismo, pero también a ustedes y animar cada uno de nosotros que tememos más a Dios en nuestras vidas. Pero cómo podemos hacer eso? Cómo podemos tener más temor de Dios o temerlo como debemos hacerlo? Yo creo que una cosa que podemos y debemos hacer es mirar más a Dios, mirar, buscar más a Dios en su palabra, conocer más a él. Y lo más que conocemos a él, vemos su grandeza, su santidad, su poder. Lo más también vamos a tener temor de él en nuestra vida. También arrepiéntete de tus pecados. Si estás viviendo en pecado, arrepiéntete de esas cosas. Eso también vemos en 2 Corintios 7, 10 y 11, que el arrepentimiento es algo que va junto con el temor de Dios. En 2 Corintios 7, Pablo está hablando del arrepentimiento de las personas que él ha visto en esa iglesia. Él dice, porque la tristeza que, según Dios, produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse, pero la tristeza del mundo produce muerte, porque he aquí esto mismo, de que hayáis sido contristados, según Dios, qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor. Y al final, lo último que podemos siempre hacer es orar a Dios, orar que nos da más un temor por él. Temer a Dios es algo que es según la voluntad de Dios. Y si oremos cosas que son según su voluntad, Él también lo va a hacer. Podemos orar, por ejemplo, lo que también leemos en Salmo 86, 11. Afirma mi corazón para que tema tu nombre. Que eso también sea nuestra oración y que Dios nos ayude a tener temor de él como lo merece, que tiene esos efectos en nuestras vidas y también que podamos ver la bendición que viene de esto. El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte. Vamos a orar. Nuestro padre Dios, le damos gracias por tu palabra fuerte, poderosa, y buena. Gracias por habernos dado una oportunidad de ver más de ti, más como tú eres, y más como nosotros debemos vivir delante de ti, como debemos manejar nuestra vida, conociendo a ti, conociendo también tu verdad y tus promesas. Dios, Tú mereces todo honor y queremos también darte eso en la manera como vivimos y como también tememos a Ti. En el nombre de Jesús lo pedimos. Amén.
El temor de Dios
Sermon ID | 52523317182492 |
Duration | 39:27 |
Date | |
Category | Prayer Meeting |
Bible Text | Proverbs 14:27 |
Language | Spanish |
© Copyright
2025 SermonAudio.