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hermanos este la palabra es de gran de grande bendición damos gracias a dios por su santa palabra este a veces la palabra hiere este a veces este este corta penetra incomoda pero finalmente hermanos si si tenemos ojos abiertos por dios la palabra siempre nos hace bien nos incomoda, finalmente nos sana, nos fortalece, nos hace bien, no solamente para la vida terrenal, sino para la eterna, y de eso debemos gozarnos. Hermanos, con el día de hoy ya entramos en lo que En nuestro estudio de la ley moral de Dios estamos entrando en la segunda tabla. ¿Se acuerdan ustedes verdad que Dios le dio a Moisés dos tablas de piedra con los diez mandamientos grabados en la piedra por el dedo de Dios? Que yo sepa, hermano, no hay otra. No hay otra porción de la palabra de Dios que haya sido dado, dada en esa forma. Y obviamente, hermano, Dios quiere que tomemos en cuenta toda su palabra, pero debemos fijarnos aquí en la ley, porque Dios tiene un propósito especial para la ley de Dios. Como hemos manifestado en tiempo pasado, los más de 600 mandamientos que aparecen en el Antiguo Testamento se reducen o se resumen en solamente días. La primera tabla, cómo relacionarnos con nuestro Creador, nuestro Dios. La segunda tabla, cómo relacionarnos horizontalmente con nuestro Prójimo, con otros seres humanos. En el Nuevo Testamento ya hemos visto que los días, los seiscientos fueron reducidos a días, los días a dos. Amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas. Y el segundo, a tu prójimo, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Entonces, hermanos, hayamos aquí la segunda tabla de la ley moral de Dios, que nos enseña cómo relacionarnos con los otros creados a la semejanza e imagen de Dios, cómo convivir con ellos. Pero no solamente eso, hermano, porque el cumplimiento de la ley, hermano, es el amor al prójimo. Entonces, esta segunda tabla nos enseña cómo nosotros podemos amar a nuestro prójimo. A pesar de la gravedad, peso e importancia de los primeros cuatro mandamientos de la primera tabla de la ley moral de Dios, pronto por la buena voluntad de Él, aprenderemos que si uno no cumple los mandamientos de la segunda tabla, tampoco cumple con los de la primera. No nos olvidemos, hermano, lo que dice la palabra, el que guardare toda la ley pero ofendier en un solo punto es culpable de todos. Uno no puede hacerle mal a su prójimo hecho a la semejanza e imagen de Dios y a la vez honrar y obedecer a Dios. Es muy importante, hermanos, que tengamos eso en mente. Nosotros no podemos adorar, bendecir, honrar a Dios, hermanos, a menos que lo honremos según la primera tabla, a menos que cumplamos con todos los seis mandamientos de la segunda tabla. Acompáñenme, por favor, hermanos, Santiago capítulo 3. Santiago capítulo 3 en el Nuevo Testamento. Santiago 3, versículo número 9. Con ella, hablando de la lengua, con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella, la misma lengua, maldecimos a los hombres que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. Entonces, hermanos, vemos aquí el bendecir a Dios con nuestra lengua y maldecir al prójimo, hacerle mal al prójimo, hermanos. Este, es, es una señal, es una señal de, este, es una señal de un corazón inconverso. Es lo que dicen seguida ahí en Santiago, hablando del fruto. ¿Verdad? Este, este, que un árbol. Estoy luchando aquí con el aire, hermanos. Déjenme ajustar eso. Este, Mi Biblia ya tiene varias roturas en las páginas así por el mismo viento. Enseguida donde dice hermanos, acaso alguna fuente fuera por una misma abertura agua dulce amarga. Este, hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas o la vida higuera? Higos, así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. Entonces, hermanos, aquí hayamos, este, una incongruencia, ¿sí? con un lado de nuestra boca bendecimos a Dios cantamos sus alabanzas lo estimamos verbalmente pero por el otro lado hermano es de no tratamos con el mismo respeto e honra a los que han sido hechos a la semejanza de nuestro Dios y nos llama la atención el hermano Santiago dice eso no puede ser así y hay corrupción en la fuente dice la palabra y nosotros necesitamos darnos cuenta hermano no podemos cumplir con la primera tabla menos que cumplamos con las dos primera de Juan por favor primera de Juan primero de Juan capítulo 4 versículo número 20 Primero de Juan 4, 20 dice, si alguno dice yo amo a Dios y aborrece a su hermano, se supone que al decir yo amo a Dios, está ya cumpliendo con, es decir, hay un amor sincero, genuino hacia Dios según la primera tabla, pero ya aborrece a su hermano, es decir, no cumple con la segunda tabla, mire lo que dice, si alguno dice yo amo a Dios y aborrece a su hermano es mentiroso pues el que no ama a su hermano a quien ha visto como puede amar a Dios a quien no ha visto y nosotros tenemos ese mandamiento de él el que ama a Dios ame también a su hermano. Entonces, hermano, por eso estamos enfatizando, ¿verdad? Que este, este, que amemos a Dios y si vamos a amar a Él, tenemos que, este, amarlo según, este, la enseñanza de la primera tabla, pero a la vez tenemos que cumplir con la segunda. ¿Cómo puede uno reverenciar y estimar a Dios cuando desprecia a su prójimo que ha sido creado en la semejanza e imagen de él. ¿Cómo vamos a amar a Dios cuando odiamos o guardamos rencor contra aquellos que lleven su imagen y semejanza? Por esta razón, los mandamientos de la segunda tabla son de altísima importancia e igualmente importantes que los mandamientos de la primera tabla. Ahora, hermanos, pongamos atención, por favor. Estos no son sugerencias, hermanos. Estos no son buenos consejos, hermanos. Estamos enseñando los mandamientos divinos. Este no es mandamiento de hermano Berto, de ninguna iglesia, es de nuestro Creador. Y hermanos, así debemos recibir la Palabra de Dios. En este capítulo 20, vamos a leer nuevamente toda la ley de Dios, hermanos. comenzando el versículo 1 hasta el versículo 17 pero vamos a enfocarnos solamente en la segunda tabla y que comienza a partir del versículo 12 La Biblia dice, y habló Dios todas estas palabras diciendo, yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto de casa de servidumbre, no tendrás dioses ajenos delante de mí, no te harás imagen, ni ninguna semejanza a lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios fuerte y celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen. Y hago misericordia a millares a los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque no dará por inocente Jehová el que tomare su nombre en vano. Acuérdate de reposo para santificar los seis días. Trabajarás y harás toda tu obra. Más el séptimo día reposo para Jehová tu Dios. No hagas en él obra alguna tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criado, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos, la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay. Reposó en el séptimo día. Por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. Lo apartó. Es para Él. Versículo 12, comienza con la segunda tabla. Honra a tu padre y tu madre para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. No matarás, no cometerás adulterio, no hurtarás, no hablarás contra tu prójimo falso testimonio, no codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buen, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Vamos a orar. glorioso padre que tú bendigas la lectura de tu palabra tu santa palabra tu palabra eterna tu palabra señor infalible tu palabra señor este este gloriosa perfecta este poderosa señor es tu palabra gracias señor por el privilegio de poder estudiarla desde leerla meditar en sus verdades señor rogamos señor que cada día crezcamos en nuestra relación con Nuestra Biblia, Señor, Padre, que podamos amarla, atesorarla con más diligencia, con más fervor. Señor, Padre, tal como hubo manifestación de petición en la mañana, Padre, que atesoremos esta porción de la Palabra en nuestros corazones. gracias padre por el privilegio de ser mensajero tuyo yo soy igualmente necesitado como los demás señor yo pido que me instruya me enseñe señor padre que me uses en este momento señor para cumplir este para con mi deber contigo señor y padre que pueda yo servirles a ese pueblo a esas personas ese pueblo señor y que tu nombre sea glorificado muchas gracias te damos de antemano alimente señor a tu gracia señor que este podamos ser fortalecidos en en tu santa este tu santa palabra tus mandamientos tus consejos señor padre que de verdad te amamos señor todos los días de nuestra vida rogamos señor por los inconversos entre nosotros gracias por el privilegio señor que nos das de este este congregarnos con ellos y ellos con nosotros y padres sabemos señor que todos Están muy a la expectativa, siempre viendo nuestras vidas, Señor, que no seamos tropiezos para con ninguno de los inconversos. Y rogamos encarecidamente, Señor, que Tu Santo Espíritu haga la obra, y que pronto, Señor, este este este este ellos sean parte de tu familia señor y a la vez señor este que tu iglesia crezca señor según los principios sanos de tu santa palabra muchas gracias te damos de antemano señor que toda la gloria sea para cristo este hoy y por toda la eternidad muchas gracias en nombre de cristo amén amén el primer mandamiento de la segunda tabla de la ley moral de Dios, establece cómo debemos relacionarnos con nuestros superiores, y con las autoridades puestas por Dios en nuestra vida. ¿Cómo debemos relacionarnos con nuestros superiores? Ahora, aclaro aquí, hermanos, para que no se malentienda, todos nosotros ante Dios somos del mismo valor. No hay raza, lengua que sea superior o inferior. Nosotros reconocemos, hermanos, que todos nosotros somos descendientes del mismo hombre de Adán y Eva, y de allí sus descendientes pasando el diluvio todos somos descendientes de Noé y sus hijos y estamos conscientes de eso, claro Dios hizo una distinción entre Cam, Jafet en cuanto a su destino, en cuanto al propósito de sus descendientes, y esa es una distinción hecha por Dios, no por nosotros, nos incamos, ¿verdad?, delante del propósito de Dios, quiénes somos nosotros para allá luchar, siendo barro luchar con nuestro alfarero Dios eterno, el Creador. Pero hermanos, reconociendo que todos somos iguales, en la iglesia todos somos hermanos y hermanas, En la iglesia no hay licenciados, ni doctores, ni abogados, ni los títulos del mundo. Somos hermanos. Es como familia, ¿verdad? Ya nosotros nos llevamos con un respeto mutuo el uno con el otro. Pero cuando usamos aquí las palabras superiores, tenemos que reconocer que Dios ha establecido a ciertas personas en todas nuestras vidas como nuestras autoridades o superiores en el sentido con una mayor responsabilidad sobre nosotros. Ahora, hermanos, es importante que entendamos eso. mis hijos y yo somos iguales ante Dios no hay diferencia pero en el hogar yo sigo siendo por la buena providencia y voluntad de Dios el padre de mis hijos y obviamente llevo una cierta autoridad sobre ellos conforme la enseñanza de la Palabra de Dios. Entonces, hermanos, cuando hablamos de nuestros superiores, estamos hablando de personas que tienen autoridad sobre nosotros, nuestros padres, los maestros y otros que vamos a ver aquí en un momento. Mucha de la desintegración de nuestra sociedad y la desintegración de la familia es porque los infantes, niños y jóvenes no saben relacionarse con sus padres y las autoridades establecidas por Dios. hermano este es uno de los mandamientos y claro en la segunda tabla es la más arriba es es el primero de la segunda tabla porque aquí hermanos es donde la sociedad tiene su orden tiene su estructura estructura este aquí hermanos hallamos el respeto este la obediencia este la honra de las autoridades establecidas por Dios La violación del quinto mandamiento es general, habiendo sido violado por los mismos padres como por los hijos. El honor exigido por Dios hacia las autoridades terrenales por el quinto mandamiento debe ser inculcado por los padres y debe ser aprendido por cada infante, niño y joven. Como ya comenzamos desde el principio del estudio de la ley, hermanos, la ley de Dios es grandemente amplia. al ver aquí el quinto mandamiento hermanos y lo vamos a leer nuevamente versículo 12 onda tu padre a tu madre para que tus días se alarguen la tierra que Jehová tu Dios te da este mandamiento va más allá de la familia de hecho hermano este tiene relación con todos los superiores las autoridades establecidas por Dios en nuestra vida y la sujeción a la autoridad se aprende, hermanos, en la cuna, en el seno del hogar. Y la razón porque hay tanta desintegración en nuestra sociedad es porque hay tanta desintegración, hermano, en nuestros hogares, comenzando con nosotros los padres, porque no les inculcamos en la honra, el respeto, la reverencia que Dios exige de los hijos para con sus padres. Ahora, hermanos, Vamos a seguir yendo hacia adelante, hermano, el mismo bosquejo que veníamos dando. Vamos a ver primero los deberes positivos exigidos por el mandamiento, los aspectos negativos prohibidos por el mandamiento, y finalmente, primero Dios, hermano, veremos las enseñanzas sobresalientes de cada mandamiento. Entonces, hermano, yo voy a entrar aquí, espero que usted esté atento, escuchando de buena gana, poniendo atención, hermanos. Yo soy el primero para reconocer, hermanos, yo fui un hijo rebelde, yo no honré a mis padres, deshonré totalmente a mi padre y mi madre en mi niñez y mi juventud. Entre todos, hermano, yo siento, entre todos nosotros los pecadores, salvo por su gracia me siento el mayor yo soy el primero como dice este yo no no soy digno hermano de dar esa enseñanza pero dios en su bondad ya este me salvó y luego ya este me reconcilié con mis padres fue fue fue un tiempo difícil allá pero dios Logramos, verdad, establecer la comunidad, los rencores y todo lo que traía yo en mi corazón, mi rebeldía, me reconcilié con mis padres. Y gracias a Dios, el día de hoy, mis padres me estiman, me aprecian. No están totalmente de acuerdo con cómo yo vivo, que yo ande que yo ande tan lejos de casa, verdad, no pueden convivir mucho con sus nietecitos, etcétera, pero hermanos, doy gracias a Dios por el perdón de Dios, nosotros que hemos violado este pecado, hay perdón de Dios, yo lo sé, yo lo he vivido hermanos, pero a pesar de mi mi vergüenza como niño, infante, como adolescente, hermanos, yo tengo que decir lo que dice la Escritura, esperando, ¿verdad?, que aprendamos de Dios mediante las Escrituras y también por las rebeldías mías, hermanos, y que podamos nosotros ya cumplir aquí por el Espíritu Santo lo que dice la Palabra de Dios. Entonces queremos ver, hermanos, los deberes positivos exigidos por este mandamiento. Número uno, hermanos, el deber de reconocer a las personas incluidas en este mandamiento quienes son dignas de honor. el deber de reconocer a las personas incluidas en este mandamiento quienes son dignas de honor hermano, este mandamiento va más allá de nuestros padres y habla de las autoridades puestas por Dios en nuestra vida y cuando uso la palabra autoridad no me refiero exclusivamente a la autoridad civil hermanos pero vamos a definir bíblicamente quienes son quiénes son, cuando dice honra a tu padre madre, quiénes son las personas dignas de honor y lo primero que vamos a ver hermano, la Biblia reconoce a los reyes y autoridades terrenales como nuestros padres, vayamos por favor, 1 Samuel, 1 Samuel capítulo 24 primero de Samuel capítulo 24 versículo número 11 voy a comenzar versículo 9 dijo David a Saúl porque oye la palabra de los que dicen mira que David procura tu mal y aquí han visto hoy tus ojos como Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva me dijeron que te mataste pero te perdoné porque dije no extenderé mi mano contra mi señor porque es el ungido de Jehová y mira padre mío, y mira padre mío, David se dirige a Saúl el Rey, mira padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano, porque yo corté la orilla de tu manto y no te maté, conoce pues y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni hay pecado contra ti, sin embargo tú andas a casa de mi vida para quitármela. entonces hermanos vemos aquí este este David reconocía que Dios había instalado a Saúl como rey y aquí se dirige a él diciendo padre mío y mira padre mío mira la orilla de tu manto en mi hermano entonces hermanos aquí tenemos la idea bíblica el concepto bíblico que aún nuestras autoridades civiles hermano los reyes que nos gobierne este son considerado como nuestro padre Isaías por favor 49 Isaías 49 en versículo 23 dice, reyes serán tus hallos, y sus renas tus nodrices, y con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies, y conocerás que yo soy Jehová, que no os avergonzarán los que esperen en mí. Entonces hermanos, Dios le da a la autoridad civil, tanto al rey como a la reina, como dice aquí hermanos, una autoridad sobre nosotros y son padres nuestros en el sentido bíblico. Ahora vamos a seguir hermanos con otro este con otro este quienes son las personas dignas de honor también vemos los patrones y jefes del trabajo segunda reyes por favor segunda reyes capítulo 5 segunda reyes capítulo 5 versículo número 13 aquí tenemos el relato de namán el leproso verdad este que finalmente fue sanado por el profeta Pero vemos aquí, hermanos, en el relato, versículo 10, versículo 9, vino una man con sus caballos y con su carro, se paró a las puertas de la casa de Eliseo, el profeta. Entonces, Eliseo le envió un mensajero diciendo, ve, lávate siete veces en el Jordán y tu carne se te restaurará. y serás limpio. Ahora, este hombre vino de lejos siendo un hombre poderoso, un líder, un gentil, y ya el israel profeta ni sale para recibirlo, manda otro y le dice, ve al río, allí el río Golan, lávate siete veces en ese río y ya serás sano. Nada más se molestó, nada más se fue enojado, diciendo de aquí yo decía para mí saldrá luego y estando en pie invocará el nombre de jehová su dios y alzará su mano y tocará el lugar y cerrará la lepra habana y farfar ríos de damasco no son mejores que todas las aguas de israel si me lavaran ellos no seré también limpio y se volvió y se fue enojado ahora dice pues yo me pude haber bañado en tres ríos este allí en en mi tierra ya hay ríos y arroyos bonita y me pudo haber y ese ese hombre ni me sale rey se quiere que yo me vaya a bañar en el río Jordán no son los ríos, está molesto en su espíritu enojado versículo 13 más sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo ahora sus criados son sus empleados no son sus siervos los que le atienden son pagados sostenidos por por la mamá sus criados le responde se le acercaron y le hablaron diciendo padre mío si el profeta te mandara alguna gran cosa no la harías cuánto más diciéndote lávate y serás limpio Bendito el patrón que tenga a criados y empleados temerosos creyentes en Dios. Este hombre fue grandemente bendecido por sus empleados que le dijeron, razona bien, padre mío dice, razona bien. Miren, éste no te pide gran cosa, nada más que vayas y te laves y ya serás sanado. Y si fuera algo grande, difícil, lo harías con gusto. ¿Por qué estás molesto, pues? Interesante cómo ellos le apelaron a él diciendo, versículo 13, Padre mío, siendo criados, éste lo reconocieron. Este no son halagos. Muchas veces estamos acostumbrados a usar halagos aquí. Este güero y patrón y otras cosas en una forma para halagar. Pero aquí, hermanos, ellos se dirigen a él, reconocían su autoridad sobre ellos, llamándole a él, este padre mío. Ahora, hermano, este concepto es difícil de concebir aquí en una cultura donde los patrones muchas veces son abusivos. pero en realidad hermanos bíblicamente la biblia dice que nuestros patrones y jefes de trabajo deben ser considerados como padres y merecen ser honrados no por su comportamiento ni por su carácter personal sino por lo que dice la palabra de Dios. Número tres hermanos vemos Otras personas incluidas aquí, en este mandamiento, quienes son dignas de honor, son los pastores y ministros del Evangelio. Según Herreyes, por favor, Según Herreyes, capítulo 2, versículo 12, viéndolo Eliseo, clamaba, Padre mío, Padre mío, ¿a quién se dirigía? Es de Alías. Dice, Padre mío, Padre mío, carro de Israel y su gente de caballo. Y nunca más le vio, y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes, alzó luego el manto de Alías, que se le había caído y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. entonces hermanos vemos aquí la relación entre el estudiante entre el discípulo y su maestro espiritual y vemos aquí la relación cuando dice padre mío padre mío vayamos al nuevo testamento hermano Galatas Galatas capítulo 4 Galatas capítulo 4 versículo 19 y hallamos hermanos que Nuestros ministros, nuestros pastores, los puestos por Dios en una posición de autoridad sobre nosotros deben ser honrados según el quinto mandamiento. Dice Galatías 4, versículo 19, Pablo se dirige a los de Galatia y dice, hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros. Entonces este Pablo reconoce a los convertidos bajo su ministerio como sus hijitos y obviamente lo contrario es verdad igual. Ellos debían haberlo reconocido como un padre espiritual entre ellos hay un texto aquí hermanos déjeme hallarlo donde Pablo dice que tienen muchos maestros pero yo os engendré en el evangelio donde se encuentra se me paso a notar el texto bíblico yo os engendré El Evangelio es el libro de Tesalonicenses. Habla de su ternura entre ellos. Este es el primer Tesalonicenses capítulo dos, por favor hermanos. Versículo ocho, tan grande es nuestro afecto por vosotros que hubiéramos querido entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, porque habéis llegado a sernos muy queridos, porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo fatiga, como trabajando de noche a día, no para ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el Evangelio de Dios. Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa justia reprensiblemente nos comportamos con vosotros, los creyentes, así como también sabéis de qué modo que como el Padre a sus hijos exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros y os encargábamos que anduvieses como es digno de Dios, como os llamó a su reino y su gloria. Y falta otro texto, no me acuerdo aquí hermanos, pero dice Pablo, vosotros tenéis muchos maestros. 1 Corintios 4, 15. A ver. Ajá, 1 Corintios 4, 15. Gracias. 1 Corintios 4, 15. Porque aunque tengáis diez mil años en Cristo, no tendréis muchos padres. Pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del Evangelio. Entonces, hermanos, la Biblia establece que los ministros del Evangelio son dignos de honor como padres. Ahora vemos otro hermano y los ancianos en nuestras comunidades, los ancianos. Ahora no estoy hablando del puesto de obispado o anciano en la iglesia, más bien los de años de experiencia, los Canosos, ¿verdad? Los canosos. Levítico 19, versículo 32, dice la Palabra de Dios, hermanos. Delante de las canas te levantarás y honrarás el rostro del anciano y de tu Dios tendrás temor, Yo Shobá. Ahora, me cuenten que en la antigüedad, en la cultura mexicana, cuando entraba un anciano o una anciana en la habitación, todos se paraban para recibir a la persona. Una forma de respeto hacia el anciano. Ahora hermanos, esta es una práctica honorable según la palabra, porque aquí dice hermano, delante de las canas te levantarás, honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor Jehová. Entonces vemos aquí hermano, incluido en el quinto mandamiento, es un temor, reverencia, un respeto, una honra especial para los ancianos entre nosotros. Vemos también hermanos, y este ya se dice sin tener que buscar otros textos pero hay muchos los padres y abuelos naturales onda tu padre y tu madre no significa solamente tus padres naturales pero los padres de tus padres, los abuelos de tus padres, los bisabuelos de tus padres y aún los... es decir, toda linaje, todos los antepasados así deben ser reverenciados los padres y abuelos naturales. Pero también hermanos, pronto agregamos uno más aquí, los padres sustitutivos. Porque todos nosotros, yo me auto-incluyo, no fuimos criados por nuestros padres naturales. ¿Cuántos aquí entre nosotros no fueron criados por sus padres, su padre y madre legítimos, altos humanos? por sus abuelos, sus tíos, o por una madrastra, uno, dos, tres, pues yo pensé que iba a haber más, cuatro, cuatro, somos varios. no fuimos criados, hermano, por nuestros padres naturales, sino con un sustituto tal como Jesús, ¿verdad? Que nació de la Virgen, teniendo un padre celestial por concepción, pero en su hogar reconocía a José como su padre, el sustituto, prácticamente su padrastro, ¿no? muchos hijos no son criados por sus padres naturales pero les ha sido dado por Dios en su providencia un padre madre sustitutivo tal como los huérfanos, madres solteras, hijos abandonados, hijos adoptados por el divorcio, recasamiento y muchas cosas parecidas hermanos y ahí entren hermanos les debemos a nuestros padres sustitutivos una honra, una reverencia, hermano, según lo que enseña el quinto mandamiento. Entonces, los reyes y autoridades terrenales, los patrones y jefes del trabajo, los pastores ministros del evangelio, los ancianos, los padres de abuelos naturales y los padres sustitutivos. Hay que entender esto, hermano. no vamos a poder apreciar el mandamiento a menos que entendamos a quienes debemos honrar, a quienes somos obligados por el mandato divino de mostrarles un respeto y reverencia especial. Número dos, hermanos, el segundo deber exigido por este mandamiento, el deber de reverenciar y respetar a todas las autoridades puestas en nuestra vida por la providencia de Dios. El deber de reverenciar y respetar. Y aquí, hermano Don, vamos a empezar a utilizar esas palabras reverenciar y respetar. Ahora, ese es el primer deber exigido por el quinto mandamiento, hermanos, que nosotros los estimemos, los reconozcamos como dignos de Ondra y que les demos la reverencia y respeto que Dios les asigna. Ahora, hermanos, vamos a ver unos textos bíblicos. Primero de Pedro, por favor. Primero de Pedro. y les aviso si hay una tendencia de rebeldía en su corazón hacia la autoridad puesta por Dios aquí se va a revelar este mandamiento este de plano nos humilla nos exige que que demos reverencia respeto al indicado por Dios aquí hallamos en primera Pedro capítulo 2 versículo 17 honrar a todos amar a los hermanos temer a Dios que dice honrar que dice Arre. Honrad Arre. Honrad Arre. Por más que no nos guste el partido de nuestro Presidente, hermanos, no tenemos la libertad de andar deshonrándolo, criticándolo, debemos honrar al Rey. Ahora podemos estar en desacuerdo con sus principios de gobierno, decisiones que toma, pero a él, a su puesto, tenemos que honrarlo, estimarlo, darle la reverencia conforme a lo que manda la Palabra de nuestro Dios. Vayamos por Proverbios capítulo 24 Proverbios 24 versículo 21 dice la palabra de Dios teme a Jehová hijo mío y al rey no te entre metas con los deledosos Porque su quebrantamiento vendrá de repente, el quebrantamiento de ambos. ¿Quién lo comprende? Dice, teme a Jehová, hijo mío, y al rey. Este, vayamos otro texto hermano. Primera de crónicas. Primera de crónicas. Capítulo veintinueve. Versículo número veinte. Primero de Crónicas 29, versículo 20, Después dijo David a toda la congregación, Vendecid ahora a Jehová vuestro Dios. Entonces toda la congregación bendijo a Jehová Dios de sus padres, e inclinándose adoraron delante de Jehová y del Rey. En otras palabras, hermano, ellos tenían una reverencia particular hacia Dios y a la vez hacia esa autoridad, este como rey sobre la nación de Israel. Malaquías, por favor. Malaquías. Malaquías. Malaquías, capítulo uno, versículo número seis. Malekías 1.6, el Hijo honra al Padre, el siervo a su Señor. Estamos viendo Padre Natural, Hijo Natural. este empleador empleado. Dice, el hijo honra al padre, el siervo a su señor, si pues yo soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Si soy señor, ¿dónde está mi temor? Dice, yo va de los ejércitos a vosotros los sacerdotes que menospreciáis mi nombre y decís en que hemos menospreciado tu nombre. Entonces, hermano, se le debe Arre, se le debe a la autoridad civil Se le debe a los padres naturales, se le debe, hermanos, a los patrones, se le debe, hermanos, se le debe a los ministros del Evangelio, los pastores, un respeto, una reverencia, hermanos. Eso es lo que Dios ordena por el quinto mandamiento. El deber de reverenciar, respetar. Número tres, hermanos, el deber de rendirles rendirles obediencia. El deber de rendirles obediencia a todas las autoridades puestas en nuestra vida por la providencia de Dios. Entonces, hermanos, este hombre a tu padre, a tu madre va más allá de la reverencia, respeto, mientras estemos bajo su autoridad, hermanos, nosotros le debemos rendir obediencia, obediencia. Ahora, este, vamos a ver los textos bíblicos que respalden eso, hermanos, Deuteronomio capítulo 17, Deuteronomio capítulo 17, versículo 12, 17, 12, Y el hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová tu Dios, o al juez, el tal morirá, y quitará el mal de en medio de Israel. Entonces aquí vemos, hermano, el puesto del sacerdote, un levita seguro, ¿verdad? Un levita. Este puesto entre el pueblo merecía un respeto especial. El pueblo le tenía que obedecer, no solamente al sacerdote, pero también, hermano, al juez. Y dice que si uno no obedeciere al sacerdote, el juez, dice, el tal morirá, quitarás el mal de medio de Israel. Vayamos, por favor, hermanos. Hebreos capítulo 13. Hebreos capítulo 13. Hebreos capítulo 13, versículo 7, Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios. Considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. Versículo 17, Obedeced a vuestros pastores, sujetaos a ellos, porque ellos velen por vuestras almas, como quienes que han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. Entonces, vemos aquí hermano, el pastor no toma para sí ese, es decir, no es una exigencia. Pero hermanos, es un mandato divino reconocer esta autoridad. Ese puesto, este puesto por Dios, ese puesto merece honra y es exigida por el quinto mandamiento. Romanos capítulo 13. Romanos capítulo 13. Capítulo 13, versículo 1. Sométese toda persona. Sométese es obedecer. Sométese toda persona a las autoridades superiores. Porque no hay autoridad sino de parte de Dios y las que hay por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad a lo establecido por Dios resiste. Y los que resisten acarrean condenación para sí mismos entonces vemos aquí hermano la importancia de someternos a las autoridades establecidas por nuestro Dios hermanos ellos deben ser no solamente honrados reverenciados respetados pero debemos rendirle obediencia vayamos por favor Tito libro de Tito capítulo 3 Tito, capítulo 3, versículo número 1, también debes saber esto. Estoy en 2 Timoteo, perdón. Tito, capítulo 3, versículo 1. Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades que obedezcan que estén dispuestos a toda buena obra. Entonces hallamos aquí, hermanos, este debemos reverenciar, respetar, rendirles obediencia, estando dispuestos a toda buena obra. Sigamos en nuestro estudio bíblico. Primera de Pedro, por favor. Primera de Pedro. Primero de Pedro, capítulo 2, versículo 13-14, por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea rey como a superior, ya a los gobernadores como por él, enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Judas, por favor, Judas, capítulo 1, versículo 8, No obstante, de la misma manera, también estos soñadores, estos apóstatas, soñadores mancían la carne, mira lo que dice, rechazan la autoridad y blasfemen de las potestades superiores. Entonces hallamos luego, hermano. que el que desprece la autoridad establecida por Dios sea quien sea hermanos ya está acarreando condenación el pueblo de Dios redemido por Dios se caracteriza por humildad por mansedumbre por sumisión hermano reconociendo aquellos establecido por Dios y esa es la enseñanza el deber del quinto mandamiento ahora llegamos al punto número cuatro hermanos 4. Y aquí hallamos el deber de recompensarles a todas las autoridades puestas en nuestra vida por la providencia de Dios. Reverenciar, respetar, rendirles obediencia, recompensarles. Recompensarles. En otras palabras, hermano, hacerles bien. Hacerles bien. Primera Timoteo, por favor. Primera Timoteo. Primera Timoteo capítulo cinco trata, es el pasaje que trata la vida de una viuda. si debe ser recibida del número de las viudas cuidadas, sostenidas por la iglesia del Señor. Esta congregación nunca hemos tenido ese deber, verdad, esa oportunidad más bien, el deber siempre está pendiente, pero si uno es viuda, y cumple los requisitos especificados aquí en 1 Timoteo 5, la iglesia debe encargarse de su bienestar aquí en la tierra hasta que ya, hasta su muerte. Ahora hay requisitos bíblicos y no estamos no estamos en ese momento para estudiar el tema pero hermanos entre eso leemos lo que dice aquí versículo número 4 pero si alguna viuda tiene hijos o nietos aprenden éstos primero a ser piadosos para con su propia familia y a recompensar, ahí aparece, a recompensar a sus padres porque ésto es lo bueno y agradable delante de Dios Entonces, hermano, el quinto mandamiento nos enseña la reverente respeto hacia las autoridades, rendirles obediencia, pero también recompensarles a aquellas autoridades. Aquí dice que los hijos y nietos aprenden primero a ser piadosos para con su propia familia, recompensando a sus padres. Es decir, sosteniendo a esa viuda en su necesidad. Entonces, hermano, esto no es algo extraño. Hoy en día hay asilos de ancianos. Y esos existen porque muchos ya al llegar a la edad avanzada no tienen con quien verlos, quien cuidarlos, quien atenderles. Pero hermanos, muchos en nuestros asilos de ancianos Están allí porque los hijos y los nietos están fastidiados, ya no tienen tiempo, no quieren atender, no quieren recompensarles a sus padres y por lo tanto los meten allí en ese supuesto hogar, un asilo de ancianos y se olvida de ellos. Hermano, esto no es lo correcto. Vemos aquí que nosotros para con la autoridad, para con nuestros padres, las autoridades, pues tenemos un deber para con ellos de recompensarles. Génesis capítulo 45. Génesis capítulo 45. Es grato ver aquí el ejemplo de José. entre los muchos hijos él fue el más cumplidor en cuanto a esa responsabilidad se puede decir así indica la palabra de Dios pero y Génesis capítulo 45 versículo 10 versículo 11 este voy a comenzar versículo 9 damos prisa ir a mi padre decirle así dice tu hijo José Dios me ha puesto por señor de todo Egipto ven a mí no te detengas Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes. Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezca de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes. Ahora, este, vemos aquí hermanos, José cumpliendo con ese deber de recompensarle a su padre, este, por los años de haberle sostenido, haberle enseñado, haberle educado, haberle protegido, haberle ya inculcado en la vida humana, y ahora José ya está grande, este cuantos años tendría el este aproximadamente 39 años aquí 39 años y hasta ya viendo por el bienestar de su padre anciano este el viudo ahora hermanos este es el deber de nosotros según el quinto mandamiento 49 versículo 12 49 versículo 12 no es el 12 esta es un texto mal escrito aquí pues este es el mismo testimonio de José hermanos vayamos a 47 28 47 28 y vivió Jacobo en la tierra de Egipto 17 años Y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años. Entonces, hermanos, uno dice, oh, estoy dispuesto a recompensarle a, recompensarle a mi padre durante un tiempo pequeño, este, este, dos, tres, cuatro años, pero vemos aquí, hermano, ¿cuántos años estuvo en Egipto siendo atendido por su propio hijo, José? Dice, ¿cuántos? ¿Qué? 17 años. Fue una prueba. 17 años se encargó de su padre, de su bienestar, de sus necesidades físicas. Hermanos, necesitamos reconocer, es parte del quinto mandamiento de nuestro Dios. Otro ejemplo excelente en las Escrituras, Ruth. Ruth le recompensó a su suegra. ¿Se acuerda? Ella salía para trabajar, no solamente para ella misma, pero para sostenerle a su suegra. Vayamos a Ruth, por favor, Ruth capítulo 2. una mujer muy virtuosa. Rú capítulo 2, versículo 18, Y lo tomó y se fue a la ciudad, y su suegra vio lo que había recogido, sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio. Y le dijo a su suegra, ¿Dónde has espigado hoy? ¿Dónde has trabajado? Bendita sea el que te ha reconocido. Y contó ella a su suegra con quien había trabajado. Y dijo el nombre de varón con quien hoy ha trabajado es Boaz. Y allí continúa el relato precioso. Pero hermanos, vemos la recompensa dada, extendida por Ruth a su suegra en su aflicción. Entonces, el deber de reverenciar, respetar, el deber de rendirles obediencia, el deber de recompensarles, y vemos, hermanos, el quinto, número cinco, hermanos, incluido aquí en este mandamiento es el deber de los padres de inculcarles a sus hijos, y a los que estén bajo su techo en estos principios. Honra a tu padre y tu madre, hermanos. No es algo... Ningún niño nace con ese concepto. Nace con esa capacidad. Nace con esa inteligencia. Con esa inclinación. Entonces, hermanos, vemos aquí, en el quinto mandamiento, el deber de los padres de inculcarles a sus hijos y a todos que estén bajo su techo en estos principios. Ahora se lo voy a mostrar hermano, esto no es una interpretación privada, Efeisios capítulo 6, Efeisios capítulo 6 hermanos, Efeisios capítulo 6 versículo número 1 y vemos aquí la repetición del quinto mandamiento en el libro de Efeisios, hijos obedecerán el Señor a vuestros padres Porque esto es justo. Honra a tu padre a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien y sea de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ir a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Entonces aquí tenemos hermano, hay un vínculo muy íntimo aquí entre el deber de los hijos y a la vez el deber de los padres. Y cualquier que no guarde, que no cumpla en cuanto tanto el padre, la madre, el hijo, es una violación del quinto mandamiento. Entonces es nuestro deber, según el quinto mandamiento, es de entrenar, criar a nuestros hijos en disciplina, amonestación del Señor, sin provocarles ira. En Génesis 18, Génesis 18, Versículo 19, hallamos hermano que Abraham fue hallado fiel en ese respeto, al respecto de eso. Dice 18-19, porque yo sé que mandará, es decir, Dios habla, yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí. que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia a juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que he hablado acerca de él. Entonces, hermanos, este mandamiento no va dirigido solamente a los hijos, pero es un mandamiento dirigido a los padres y a la vez a los hijos. El mandar el hogar es establecer el reino de Cristo sobre Él, sobre el hogar, sobre la esposa, sobre los hijos y sobre uno mismo. Es darle lugar a Dios para que Él gobierne su hogar. El mandar no es machismo ni egoísmo. El mandar no es malo. El mandar es vivir bajo las normas de Dios y Su Palabra en la esfera del control varonil. El hogar mandado por Dios mediante los padres no debe permitir el espíritu contrario o influencias extracontrarias a lo que Dios manifiesta. Cada integrante debe someterse a su cabeza tal como Cristo Jesús se somete al Dios Padre. de los padres implica uno de ejemplo, de instrucción, de provisión, de disciplina, de formación, modales, cómo relacionarse con otras personas, cómo desarrollar la humildad, cómo dar, compartir, recibir, en fin. Entonces, hermanos, vemos el deber de los padres de inculcarles a sus hijos que estén bajo y todos que estén bajo su techo es de inculcarles en estos principios. Muchos se frustran con los jóvenes y con los niños y con los pequeños hoy en día. Pero hermano, el gran incumplimiento ha sido por causa de los padres. Los padres desobedientes, rebeldes al quinto mandamiento no les ha enseñado a sus hijos y por lo tanto los hijos ya sienten libres tienen una libertad para actuar para faltar respeto para contradecir para maldecir hermano eso está mal ahora vemos el número 6 hermano el deber de los hijos el deber de los hijos de desarrollar e implementar estos principios primero en su propio hogar con sus padres. En otras palabras, hermano, éste se aprende en el nido, en el seno del hogar. Yo he visto a niños que saben respetar al Maestro saben respetar a los vecinos, saben respetar a las autoridades, pero a sus propios padres no los respetan. No los respetan. Y vemos, hermano, que Dios es el que obliga, obliga al niño que desarrolle, que implemente, que se sujete este primero en su propio hogar con sus padres. Es vergonzoso que el hijo se someta bien con todo lo demás menos sus propios padres. El deber del hijo es mantener en alta estima, respeto, reverencia a sus padres en todo tiempo, aunque ellos humanamente no sean dignos de reverencia por su forma de ser o por sus hechos. el deber de oír atentamente sus instrucciones, el deber incluye en oír atentamente sus instrucciones, mandamientos y consejos. Incluye el deber de estudiar e imitar el ejemplo de los padres en todas las áreas que no vayan en contra de la voluntad de Dios y su palabra. El deber de recibir todas las provisiones de sus padres no con jactancia, no sintiéndose yo soy digno de todo lo que mi padre me da, no. Deben recibir las provisiones de sus padres con gratitud continua. Deben recibir la disciplina de sus padres sin malos sentimientos, sin palabras acusadoras, sin desprecio, siempre dándoles las gracias por cumplir con su deber para con Dios, ese deber de niño ser un representante noble de sus padres, en el mundo, en todas sus relaciones y en sus tratos. En otras palabras, hermano, nuestros hijos tienen el deber de cultivar esta vida desde su infancia, su niñez, en nuestro hogar. Y padres, es su deber enseñarles que se sujeten gozosamente a su autoridad paternal. Ya basta con los niños ingratos. Los que se sientan a la mesa todos los días de su vida, dos o tres veces al día, reciben su ropa durante 18 o 20 años. verdad son atendidos médicamente ya educados instruidos y todos los gastos y luego el hijo ya se vuelve ingrato para con sus padres como si fuera digno hermanos debemos recibir nuestros hijos deben recibir todo de nuestras manos con la actitud gracias padre ya este ha sido bueno para conmigo sea mucho sea poco que se le ha dado este debe ser recibido con una gratitud constante estar escuchando hijos así se reciben las provisiones de sus padres con gratitud la educación, el consejo es decir, es el deber de nuestros hijos presentes y los menores en particular que cultivan eso ya ahora en el hogar No que lleguen a ser padres, pero ahora estando en su hogar, lo que el hombre sembrare, ese también ha de cosechar. Siempre bien, sea un hijo obediente, sea un hijo reverente, sea un hijo agradecido. Eso es lo que queremos cultivar en nuestras familias. Es interesante. Hermano, esto no es algo Mire, ese es el fruto de la enseñanza de la palabra de Dios. En el Antiguo Testamento se profetiza el ministerio de Juan el Bautista, tanto en Isaías capítulo 40, tanto en el libro de Malaquías. Vayamos al libro de Malaquías, por favor. Libro de Malaquías. Malaquías capítulo 4, La Biblia proféticamente habla del precursor de Cristo, el que vendría delante de Cristo para introducirle a la nación de Israel. El que prepararía a un pueblo bien dispuesto para el ministerio de Cristo. Malaquías capítulo 4, versículo número 5, leemos que Él vendría en el espíritu de Elías. Y aquí yo os envío el profeta Elías antes que venga el día de Jehová grande y terrible. Y Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, el corazón de los hijos hacia los padres. No sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. hermanos, entendemos lo que estamos leyendo por el ministerio de Juan el Bautista, el que vendría con el espíritu de Elías, por su ministerio, su predicación, por el arrepentimiento exigido, por la la fe en el Señor Jesucristo, el corazón de los padres se volverían a atender, apreciar, estimar, atesorar a sus hijos, y los hijos hermanos, este respeto, obediencia de sus padres. Una sana enseñanza es este tiene ese fruto. Hermanos, por eso no se tolera, no se tolera en hogar un espíritu contrario. Respetamos la autoridad de Cristo a través de los padres y el padre se sujeta a Cristo, la mujer se sujeta al Ese es el orden bíblico. Ese es el fruto de haber recibido la palabra sana de Dios, de haberse arrepentido verdaderamente, haber creído. Ya los hijos, los padres atesoran a sus hijos, los aprecian, los estiman. Ya no son una maldición, no son una carga, no son una pesadilla. Ese es el la herencia de Jehová. Es el fruto del vientre. Es Dios que me ha sido grandemente bondadoso. Gracias Señor por el privilegio de ser mayordomo, de prestarme estos hijos para la gloria tuya, les voy a enseñar, inculcar, voy a enseñarle la palabra de Dios, crearlos en la adminición y la disciplina de Cristo. Oh Padres, si no es su sentir, su sentir ya está equivocado y malo. Nosotros deberíamos estimar el fruto del vientre como una herencia preciosa de nuestro Señor. Por lo tanto, deberíamos servirles a nuestros hijos, atenderles. Incultarles, hermanos, con convicción, constancia, con un espíritu agradecido, dependiente de Dios. Señor, nunca lo he hecho anteriormente, pero si me ayudas y si me guías, Señor, yo les instruiré. Ese es el deber. Pero vemos también, hermanos, los hijos, el corazón de los hijos se vuelve. Se vuelve. Se vuelve. a los padres, y ya se cultiva una relación. Los padres no son vistos como cuates amigos, sino como padres autoritativos. Esa es la autoridad puesta por Dios en el hogar, y cada hijo y cada hija gozosamente se sujeta se entrega para el bienestar, se entrega a los padres para el bienestar del hogar, para que funcione bien y el hogar sigue hacia adelante unido bajo la autoridad paternal. No hay lugar para respondonas, solamente lugar de disciplina. solamente para recibir la paga. No respondor, no, no debe haber. No, no debe haber ya quejas. No, no debe, no debe haber obediencia con berrinche. Ok, lo voy a hacer. Uno cumple, pero ya comunica a todos los presentes, no estoy gusto en cumplimiento de lo que hace. Hermano, esto no es. Nosotros, debido a la enseñanza de la Palabra, pusimos tres requisitos para la obediencia de nuestros hijos hace muchos años. La obediencia tiene que ser, número uno, instantánea, al instante. No cuando el niño quiera, sino cuando la Palabra haya salido de la boca de los padres. Una obediencia instantánea una obediencia completa, no a medias, y una obediencia gozosa. Si no hay gozo, no hay sumisión en el corazón. Si no hay gozo, hay queja, hay murmuración, hay esta inconformidad, y esto no se tolera. Cristo quiere, hermanos, obediencia gozosa, completa, instantánea de su pueblo. Es el deber de los hijos desarrollar, implementar estos principios primero en su propio hogar con sus padres. Uno que no sabe sujetarse al padre y a la madre no está preparado para entrar en la labor en ese mundo. No está dispuesto para tener un patrón en el mundo. Si uno no obedece al hogar, no va a obedecer de corazón allá fuera del hogar. Por eso, Padre y Madre, es nuestro deber inculcarles en la obediencia absoluta a nuestro hogar. Número siete, el deber. Hayamos otro deber aquí, según el quinto mandamiento, el deber de honrar a los padres todos los días de la vida, aún después de su fallecimiento. En otras palabras, hermano, el deber de honrar a los padres no se acaba con la muerte de nuestros padres. Hay hijos que así piensan, ya los sepultamos ahora, ya estamos libres, ya podemos hacer lo que queremos. Ya, ya, no tenemos la restricción de nuestros padres, la crítica, la observación, la supervisión. Ahora ya vamos a actuar y hacer, deshacer como queramos nosotros. Hermano, este es precisamente en contra del espíritu, del mandato, del quinto mandamiento. Yo tengo el deber de honrar a mis padres en vida, en su muerte, y aún todos los años de mi vida más allá de la muerte de ellos. Cuando entendí eso por primera vez, les escribí a mis padres. Papá, mamá, no he sido un buen hijo. Ustedes lo saben mejor que yo. Pero desde que Dios me ha salvado, me ha enseñado, es mi deber honrarles y quiero honrarles. Y les digo en mi carta, no solamente en su vida, pero aún, después de su muerte. Yo quiero vivir honrando su nombre y su persona. Oh, hermanos, mis padres no supieron cómo reaccionarse. Se emocionaron. Fueron tocados. Yo sé que mis propios padres nunca han pensado así. Pero es nuestro deber, hermano. Eso es lo que el quinto mandamiento exige. que ellos sean honrados, no solamente en vida, pero aún más allá de su fallecimiento. Número 8, hermanos, el deber de honrar a los padres. El deber de honrar a los padres por convertirse a Cristo, por hacerse sabios en las Escrituras, por hacer sumisamente la voluntad de Dios, y por vivir para la gloria de Dios. Los hijos más honrados no son los más cercanos, sino los más piadosos, los más sabios, los más espirituales, los más obedientes a Dios. Si usted quiere honrar a su padre, y tiene el deber de hacerlo, a su padre y madre, es necesario, no importa la religión que ellos tengan, es su deber bíblicamente hablando de convertirse del pecado, de la justicia propia, de la religión falsa, a Cristo Jesús, ser salvo por Él, seguirle a Él, hacerse sabio en sus escrituras y vivir para su gloria. Vayamos al tercero de Juan, por favor. Tercero de Juan. ¿Qué es lo que da el mayor gozo al padre? Que sus hijos anden en la verdad. Tercero de Juan, por favor. Versículo 3. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad y de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que éste, siendo el padre espiritual. No tengo yo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad. ¿Qué es lo que más les da a los padres tristeza, dolor, aflicción? No es la pobreza. No es la escasez. No los dolores físicos. Sabe el dolor más profundo en el corazón de los padres. el hecho de que su hijo, su hija, sea rebelde, borracho, borracha, mal encaminado, esclavo de deudas financieras. Hermanos, El padre se goza al saber que su hijo sea, verdad, sea sabio, sea responsable, sea temeroso de Dios, sea cumpledor como marido, cumpledora como esposa, es decir, ya sabe ordenar su vida conforme las Escrituras, obedeciendo a Dios. Eso es lo que da mayor gozo. Un buen testimonio es José Borrás. ¿Se acuerda del testimonio de José Borrás? Ya falleció el hermano. Era sacerdote católico. Un español se convirtió a Cristo. Estaba él en el seminario estudiando cuando el Señor empezó a obrar en su vida. Él estudió las Escrituras, llegó a la convicción que Cristo era el único Salvador y toda la iglesia católica era pura mentira. Y fue con sus padres. Era el hijo consentido, el hijo favorito, el José. No sé si él tenía su chamarra de muchos colores, pero prácticamente así lo estimaba, lo amaba, lo apreciaba como hijo entre todos. Era el sacerdote de la familia. Y relaten su testimonio cómo llegó a su casa y les fue recibido por sus padres en su casa y se sentó a platicar con ellos y manifestar cómo Cristo le había salvado y que él iba a dejar el sacerdocio para seguir a Cristo y ser un seguidor de Cristo en la vida cristiana. Y el gozo que tenían sus padres en su corazón se convirtió en enojo desprecio hacia su hijo. Lo corrieron de su casa y le dijeron que nunca regresara a su casa. Y el hermano relata en su testimonio la tristeza, el dolor de corazón que sentía y como era el favorito, ahora el más despreciado. El hermano sigue relatando. Sigue relatando. Era presidente de un seminario bautista en España antes que falleciera. Pero relata que él confió en Dios. Que Dios moviera sus corazones. Que Dios tocara Y él persistió en obediencia a la verdad cristiana. Y siguió a Cristo el Evangelio y empezó a congregarse y enderezó su vida en las Escrituras. Y dice a lo largo, sus padres ya otra vez se llenaron de orgullo nuevamente de él. Porque ya vieron la sabiduría que empleaba en su vida. y como conducía su vida honradamente a su servicio hacia su semejante. La forma que sus hijos trataban a ellos como los abuelos. Y ellos fueron convencidos y antes que él falleciera, según su testimonio, ya se reconciliaron. Hermanos, eso es lo que la Biblia dice. El deber de honrar a los padres es convertirse a Cristo. vivir en rebeldía contra Dios no honra a los padres. El Hijo Sabio hará lo que Dios manda y Dios manda que nos arrepintamos y creamos en el Señor Jesucristo y así honramos a nuestros padres. Número nueve, hermanos, el deber de honrar a los padres por criar El deber de honrar a nuestros padres por criar a nuestros hijos en los principios bíblicos más altos y enseñanzas más sabias. Y según el buen ejemplo puesto por sus padres. Hermano, lo que estamos enfrentando el día de hoy es una desintegración entre los niños, los jóvenes y la sociedad, la generación grande. No se entiende, no se aprecia. Cuando hay convivio, aquí están los jóvenes ahí reunidos y los grandes allá. Pero hermanos, la Biblia habla de Cristo cuando Él estaba en el templo, no estaba ahí con los otros niños. Él estaba platicando con los maestros, los doctores de la ley. Él quería la sabiduría, quería aprovechar la experiencia de los grandes, de los educados, de los canosos. Hermanos, así vemos. Si nosotros vamos a honrar a nuestros padres, tenemos que enseñar, tenemos que enseñarles a nuestros hijos lo que recibimos. Y si no fue una enseñanza completamente bíblica, tenemos que inculcarles en las enseñanzas bíblicas para que ellos respeten a nuestros padres, a nuestros abuelos, y para que ya haya una cadena, hermanos, de obediencia, de respeto, reverencia en todos nuestros descendientes. qué honor hay en enseñarles bien a los hijos y los hijos ya no se preocupen por enseñar bien enseñarles bien a sus propios hijos si tal el día llegara que Eliseo dice mi papá me llevó al templo para escuchar la palabra de Dios la mayor parte de mi niñez y adolescencia ahora mi hijo aprenderá esto sobre lo largo no me voy a preocupar por su educación espiritual no lo voy a llevar al templo este que él haga lo que quiera ¿Qué honra sería para su padre despreciando la enseñanza que le impartió a él? Yo siempre he dicho, hermano, yo no sé si soy buen padre o no hasta que yo vea cómo sean mis descendientes. Si mis hijos inculquen a sus hijos en lo que yo les he enseñado y aún yendo más allá y luego mis nietos enseñan a sus hijos Entonces, ya que yo vaya, que haya esa cadena, esa fidelidad, esa convicción, tal vez ya después de dos o tres generaciones, hermano, me voy a gozar mucho. Me goce, tal vez sería mejor, me goce mucho. Porque, hermanos, no es solamente cumplir con los míos, pero instruirles y darles las convicciones. para que ellos tengan la misma convicción para inculcarles a los suyos. Y luego ellos tienen que impartirles a los suyos esa convicción para que ya sus hijos luego inculquenlas. Es decir, así va de generación a generación. Por eso tenemos hoy en día lo que se entiende como un desconect, una desconexión entre generaciones. no se entiende. ¿Cómo se dice comúnmente entre ustedes? Se pierde la enseñanza, es lo mismo, es una desconexión, es decir, ya no sigue, no se traspasa de una generación a otra generación, se pierde ahí en el camino. Hermanos, el quinto mandamiento prohíbe que haya esa desconexión, esa pérdida de enseñanza. Cada generación tiene que honrarle a sus padres ya incultándoles bíblicamente en los mismos principios. Termino el día de hoy, hermanos. Termino aquí brevemente diciendo los deberes de los hijos para con su padre en forma más detallada. Número uno, el deber de temer estimarlos reverencialmente. El deber de temer y estimarlos reverencialmente. Hermano, mis hijos no son mis cuates ni yo soy el cuate de mis hijos. Hay un respeto mutuo. Los amo, los estimo. A veces les tengo que exhortar porque ellos, y hay unos en particular que se enaltecen. Se sienten más grandes de lo que es su verdadera posición. Se sienten iguales con sus padres. Yo les digo, no, esa no es la actitud correcta. He tenido que corregir el orgullo a veces en mis hijos. Ellos tienen que tomar su lugar, como yo necesito tomar mi lugar. No es un lugar que yo haya puesto, que ellos hayan determinado. Es lo que Dios determina para con nuestros hijos. Deben temerlos. Levítico 19, por favor. Levítico 19. Levítico 19, versículo 3. Cada uno temerá. Ya llegamos, Levítico 19, 3. Cada uno temerá a su madre, a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios. En unos hogares se tolera el honor del padre o el honor de la madre y el desprecio de la pareja contraria. Yo jugué ese juego. Yo participé de ese juego como niño. no me costaba humanamente hablando ahora ya que entiendo bien la escritura ya no cumplía nada pero como que ya me nacía honrar a mi padre y tenía un cierto desprecio hacia mi madre y nunca se corrigió mi hogar y así crecí Y siempre, claro, Dios me salvó y empezó a mostrarme mis faltas y el desprecio y la falta de reverencia, y tuve que reconciliarme, como ya he dicho. Pero, hermanos, nosotros, Dios exige un temor reverencial hacia los dos, hacia el papá, hacia la mamá. Padres, varones, no toleran sugar. que sus hijos honren a uno y no al otro. El deber de tener estimarlos reverencialmente. Dice, cada uno temará a su madre y a su padre. Vayamos hermanos, debemos venerarlos, venerarlos. Hebreos capítulo doce, debemos venerarlos. Hebreos capítulo doce. Hebreos capítulo 12, versículo 9. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus y viveremos? Entonces, un temor reverencial y debemos venerarlos. Hermanos, debemos prestar cuidadosa atención y oír sus instrucciones. tanto del padre como de la madre. Hermanos, tenemos un libro entero sobre estas exhortaciones. Que el hijo escuche, que el hijo ponga atención, que el hijo ya sea sabio. Proverbios, por favor, capítulo uno, versículo ocho. Oye, hijo mío, oye, hijo, es el deber suyo oír la instrucción de sus padres. Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre. No desprecias. la dirección de tu madre. Podríamos seguir a lo largo del libro de Proverbios otros textos, hermanos, pero es el deber de los hijos reverenciar, temer reverenciar a sus padres, venerarlos, prestar cuidadosa atención y oír sus instrucciones. El deber de guardar los mandamientos de su padre. Proverbios capítulo 6, por favor. Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre. y no dejes la enseñanza de tu madre, átalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Hermanos, por eso como padres debemos exigir, exigir cosas, hacer mandamientos en nuestro hogar que sean basados en la verdad de la palabra de Dios. No debemos exigir algo que no sea respaldado por los principios del espíritu de la palabra de Dios. Entonces, aquí dice, el hijo debe guardar los mandamientos de sus padres. Debe bendecir, alabar a sus padres. Proverbios capítulo 30. En otras palabras, debe hablar bien de ellos, no criticarlos. No pisotearlos. Debe cultivar una lengua de gratitud, de respeto, de reverencia en cuanto a sus padres. Proverbios, capítulo 30, versículo 11. Hay generación que maldice, maldice a su padre y a su madre no bendice. Capítulo 31, 28. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada. O hijos escuchen, cultivan, aprenden desde chicos, no juzgar y criticar a sus padres sino ya es de alabarles, hablar bien de ellos, estimarlos. Es siempre grato cuando uno me dice, dice, Este, uno de tus hijos me comentó tal, tal, tal, tal, tal. Y algo que ya, algo noble, algo, este, digno de alabanza, es decir, en lugar de faltarnos respeto, en lugar de deshonrarnos delante de los, de los demás, los hijos ya han hablado, han actuado de tal forma que la gente, la gente venga y nos comente, ¿verdad?, ya algo que, que hicieron. Eh, eh, así debe ser. Este, hay generación que maldice a su padre, no bendice. a su madre. El deber de bendecir, alabar a los padres, dar gracias a Dios por los padres. Mire, todos los padres son iguales. Yo entiendo en el sentido. Hay unos más generosos, más garibosos, más diligentes, más cuidadosos, más fervientes en sus deberes para con sus hijos. Hay otros padres que parece que ya no No nos comparten ese sentir. Pero los padres que tenemos no es por voluntad humana, no es por haber llenado una encuesta, haber seleccionado a ellos anticipadamente. Por la voluntad soberana de Dios tenemos nuestro padre, debemos dar gracias a Dios por nuestros padres. Malaquías 1.6 dice, el deber de honrar a nuestros padres, el deber de honrar a los padres. Efesios 6, 1 y 2, el deber de obedecer a los padres estando bajo su autoridad. Y el deber de casarse en el Señor con la bendición de los padres. Hijos, no desprecien, no desprecien el consejo de sus padres en su casamiento. Si sus hijos, si sus padres te aman como su hijo, Yo estoy seguro que busquen el bienestar tuyo, en darle consejo en cuanto a una pareja. En mi juventud, cuando yo era soltero, no le importaba a mi padre con quien me casara. Que tuviera dos piernas, que fuera mujer, todo lo demás estaba bien. pero Dios me iluminó por enseñanzas que había recibido que yo para entrar en matrimonio sin la sabiduría de un padre que yo tenía muchas posibilidades de fallar de equivocarme de seleccionar a una no conforme la voluntad de Dios entonces le solicité a a un señor grande, de Canas, con sabiduría. Él tenía hijas, pero él había dicho que nunca quería que sus hijos se casaran con un hijo de padres divorciados. Entonces no había interés propio, porque yo sabía la convicción de él, la respetaba. Me acerqué ahora a quien es mi suegro. y le dije este, mire este a mi padre no le importa con quien me case pero yo sé que necesito la guianza la sabiduría de de un padre y ya que mi padre no cumple su función su deber yo vengo y suplico que usted me aconseje es decir no estoy no me voy a casar a menos que ya me des su aprobación hasta le pido que me ayude a hallar una mujer que sea virtuosa que sea una compañera en la obra, el ministerio al cual Dios me ha llamado. Ya pasaron meses y no hubo nada, respuesta. Por fin le llamé, dice, ya, ya, yo, que me cuente ya, este, hay noticia, hay novedad ya, hay una recomendación, alguien que ya. No había nada. Dice, todavía no, dice, ok, voy a seguir orando, esperando a Dios. Un día en la providencia de Dios estaba con él y le pregunté qué pasó. No quiere cumplir como mi padre espiritual. Claro, con respeto le decía ya, no le faltaba respeto. Pero, ¿por qué no me echa la mano? Pues ya, siento la necesidad de casarme con una mujer virtuosa. Y es cuando mi suegro me preguntó si yo consideraría ya casándome con su hija. Le dije, voy a orar. Y pasaron unos días, le llamé y le dije no. no sentía que era la voluntad de Dios para mí. Entonces, pero le solicité que siguiera apoyándome. Unos pocos meses después le llamé y le dije, hermano, Dios ha obrado mi corazón y siento que su hija sería la persona indicada e idónea para ser mi esposa. Me daría permiso para tratarla y finalmente es la voluntad de Dios casarme con ella. Y claro, ya Dios encaminó los detalles y ya me casé con mi esposa pero hermanos yo no tenía padre que a él no le importaba pero vemos la importancia hermano de casarnos en el Señor tal como la Biblia manda con la aprobación de nuestros padres me acuerdo el relato de hermano Guadalupe cuando llegó de los Estados Unidos se reunió con su padre Y su padre le pidió que no lo deshonrara en el pueblo, que él no se casara, que no se llevara a robar a una muchacha ahí en el pueblo. Que lo respetara a él. Que se casara bien, que fueran a pedir la mano de la muchacha con los padres y que todo se hiciera bien. Y el hermano relata, ya tenía varios años, yo calculo, tal vez 27, 28 años tenía el hermano, 29. Por ahí, este consintió, papá le voy a honrar. voy a hacer lo que usted me manda y ya con el paso del tiempo verdad ya su papá fue a ver a Alfonso y le pidió la mano de María y se casó se casó con María hermanos esta es la forma es una forma de honrar acuérdese de Isaac el ejemplo de Isaac verdad el padre el padre dio la aprobación de su mujer antes que se casara Los padres no somos monstruos, no estamos tratando de manipular, controlar la vida de nuestros hijos. Más bien, queremos asegurar que la pareja de nuestros hijos sea la adecuada, que sea una persona que complemente, que tenga las señales de ser un buen compañero de matrimonio. y un padre y madre para los descendientes. Entonces, hermanos, el deber de casarse en el Señor con la bendición de sus padres. Primeros Corintios siete treinta y nueve, Génesis veintiocho, uno al dos. Hermanos, entonces, vamos a dejar la enseñanza, veremos lo prohibido por este mandamiento posteriormente. Hermano, ese es uno de los más importantes, hablando de nuestra vida terrenal, uno de los mandamientos más importantes, porque aquí es donde aprendemos someternos a las autoridades establecidas por Dios. No le cuesta a una hija instruida en estos principios, no le va a costar a ella, ya que se haya casado, someterse a su marido. Si no ha aprendido la sumisión a los padres, va a batallar, va a luchar, va a tener muchos conflictos. Pero hermanos, esto se enseña en la casa. Esto se enseña en la infancia. Esto se enseña en la niñez. Esto se enseña en la adolescencia. Y yo puedo asegurar, ya que sus hijos serán adolescentes, va a haber más retos todavía. Pero hay que persistir. Hay que reconocer la autoridad de Dios sobre el hogar. Y guardar lo que es la autoridad establecida por Él. No dejar que los jóvenes ya se enseñarían verdad del hogar. Entonces, hermanos padres, tomen en cuenta estas palabras. Son palabras de sabiduría. Es un mandamiento sabio. Hijos, sean obedientes, reverentes. Aprendan. Es para su bien. El que no sabe someterse será siempre una persona miserable. Es la obediencia, la humildad que nos conduce a la prosperidad, la riqueza y muchas otras bendiciones mencionadas en el libro de Proverbios, ¿verdad? Sin humildad no habrá bendición. Entonces, tal como José, tal como muchos ejemplos, Daniel y muchos ejemplos, Jesucristo mismo, el que se unió hasta la muerte siendo obediente, obedeció. y fue hasta la Cruz del Caballo. Hermanos, entendiendo la amplitud de este mandamiento, no hay uno, ni uno que se atrevería, que se haya de atrever de decir yo he cumplido con los mandamientos. La exposición de este mandamiento debería hacernos caer sobre nuestros rostros y reconocernos como rebeldes. obstinados, inconformistas con la autoridad de Dios en nuestra vida. Hermanos, que Dios nos enseñe la humildad, la obediencia, según la exigencia del quinto mandamiento. Amén. Gracias Padre, te damos en este momento por el privilegio de estudiar la palabra de Dios, leerla, tratar de entender, Señor, la amplitud de tu ley, de tus mandamientos, Y Padre rogamos Señor, que esta palabra de la vida resucione a todos los oyentes. Señor, que Tú, Señor, obrese en nosotros el arrepentimiento y luego la disposición de humildad y sumisión a las autoridades establecidas por Ti. Oh Señor, que Tu nombre sea puesto muy en alto entre nosotros, que nuestros hijos, Señor, desde que seamos como adultos, que seamos cumpledores para con nuestros hijos, Señor enseñándoles todo lo que la Biblia exhorta y padre que nuestros hijos aprendan la reverencia, el respeto, el honor señor lugar y padre que ellos este señor sean encaminados señor hacia hacia la vida señor de sumisión a las autoridades establecidas por ti. Muchas gracias te damos de antemano señor por lo que harás en nuestras vidas en nuestras familias nuestros descendientes por causa de esta enseñanza Gracias, Señor, que esta enseñanza, Señor, sea usada por Ti, Señor, para convencernos de nuestra gran pecaminosidad delante de Ti, que seamos conducidos por Tu Espíritu de arrepentimiento a la fe, y que hallemos, Señor, la verdadera justicia en el Cristo crucificado, resucitado, el que vive por los siglos intercediendo por todos los creyentes en la gloria. Muchas gracias te damos, Señor. Ayúdanos en el repaso de los textos. Gracias en nombre de Cristo.
Honra A Tu Padre Y A Tu Madre-Parte1
Series La Ley Moral De Dios
Este mandamiento sobre la honra a los padres es fundamental para una vida bendecida y también la base para el respeto a las autoridades en esta vida. Una razón por la falta de orden y el caos que hay en nuestra alrededor es por el falto de entendimiento que hay de este mandamiento y por no obedecerla.
Sermon ID | 524132247510 |
Duration | 1:51:04 |
Date | |
Category | Teaching |
Bible Text | Exodus 20:1-17 |
Language | Spanish |
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