00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Si eres creyente, creyente de verdad, perteneces al pueblo de Dios, a la iglesia con mayúscula, a la iglesia universal, a la iglesia a la cual Cristo amó y por la cual se entregó a sí mismo. ¿Pero eres también miembro de una iglesia local? Si no lo eres, ¿por qué no lo eres? Y si lo eres, ¿por qué lo eres? ¿Por qué pediste ser miembro de esa iglesia? ¿Y qué significa eso para ti? Voy a dividir esta clase en cuatro bloques. En primer lugar, la membresía de la iglesia, el libro de texto. Voy a hacer un resumen del libro de Jonathan Lehman. En segundo lugar, la membresía de la iglesia, la base bíblica. ¿Enseña la Biblia la membresía de la iglesia? En tercer lugar, la membresía de la iglesia, los requisitos. ¿Qué personas pueden ser miembros de una iglesia? Y en cuarto lugar y último, la membresía de la iglesia, el compromiso. ¿En qué consiste el compromiso de un miembro de una iglesia? Vamos pues con el primero de los cuatro bloques. la membresía de la iglesia, el libro de texto. Cada módulo de este curso 222 tiene un libro de texto, y en este caso es un libro de Jonathan Lehman, la membresía de la iglesia, con el subtítulo, ¿Cómo sabe el mundo quién representa a Jesús? Y voy a dedicar unos minutos a resumir el libro de Lehman. En la introducción, el autor subraya la importancia del tema de la membresía de la Iglesia y declara su intención de explicar qué es la membresía de la Iglesia. En el capítulo 1, que se titula No hemos examinado los conceptos correctos, Liman destaca cinco ideas clave. En primer lugar, Cristo es el Rey sobre su Iglesia. En segundo lugar, la iglesia local no es un club para cristianos, sino una embajada del reino de Cristo. En tercer lugar, Cristo ha delegado su autoridad en sus embajadas, o sea, en cada iglesia local. En cuarto lugar, con esa autoridad delegada, cada iglesia local reconoce y confirma el estatus de los ciudadanos del reino. Y en quinto lugar, los ciudadanos del Reino de Cristo se ponen bajo la autoridad delegada de su Embajada. Y estas cinco ideas clave van a ser importantes a lo largo del libro. En el capítulo 2 del libro, Principios Neotestamentarios de la Membresía, Lehman analiza los primeros capítulos del Libro de Hechos y también el uso de la palabra Iglesia en el Nuevo Testamento, y llega a la conclusión de que conceptos como la toma de decisiones, el liderazgo, la obediencia, la disciplina, la excomunión, etc., implican la necesidad de una membresía. En el capítulo 3, ¿Qué es una iglesia? ¿Qué significa ser miembro de una iglesia? El autor plantea una buena pregunta. ¿En qué se diferencia mi relación con otro miembro de mi iglesia de mi relación con un creyente de otra iglesia? En el capítulo 4, que se titula ¿A qué se parecen una iglesia y sus miembros? Liman analiza las metáforas bíblicas para la iglesia, un cuerpo, una novia, un templo, etc., y ofrece doce razones por las cuales la membresía de la iglesia es importante, que son estas. Es bíblica. La iglesia son sus miembros. Es un prerequisito para la cena del Señor. Es la manera de representar oficialmente a Jesús. Es la manera de declarar tu más alta lealtad. Es la manera de encarnar las ilustraciones bíblicas y representarlas. Es la manera de servir a otros cristianos. Es la manera de seguir a los líderes cristianos. ayuda al liderazgo de los líderes cristianos, posibilita la disciplina eclesial, da estructura a tu vida cristiana y, finalmente, protege el testimonio e invita a las naciones. El capítulo 5 del libro, ¿Cuáles son los requisitos de la membresía? Llegar a ser miembro, apunta los dos peligros de, primero, exigir demasiado de los candidatos para la membresía y, en segundo lugar, exigir demasiado poco de esos candidatos. y Lehman resume los requisitos básicos para poder ser miembro de una iglesia. Primero, haber entendido y creído el mensaje del Evangelio. Segundo, haberse bautizado. Y en tercer lugar, estar mostrando los frutos de la salvación. En el capítulo 6, De qué maneras debería someterse el miembro a la Iglesia, ejercer de miembro, Liman sugiere ocho maneras en las que nos sometemos a la Iglesia local, que son estas, públicamente, físicamente, socialmente, sentimentalmente, financieramente, profesionalmente, éticamente y espiritualmente. El capítulo siete del libro, ¿Qué ocurre cuando los miembros no representan a Jesús? Trata el tema de la disciplina eclesial, que será el tema del siguiente módulo de este curso. Liman define la disciplina eclesial y menciona cinco propósitos de ella. Y dice que sólo se puede aplicar esa disciplina en el caso de pecados primero visibles, en segundo lugar graves y en tercer lugar persistentes, es decir, en los que no hay arrepentimiento. En el capítulo ocho y último, debería de ser igual la membresía en todas partes? El autor contesta con un sí y no, explicando que los principios bíblicos son de aplicación universal, pero que diferentes situaciones requieren diferentes prácticas, y pone como ejemplo lugares donde la iglesia es perseguida. Y como conclusión, Lehman dice que cada iglesia local debería ser un ejemplo al mundo del amor verdadero, incluyendo conceptos como el sacrificio y la obediencia, etc. Hasta aquí entonces el primer bloque, un resumen del libro de texto de este módulo por el autor Jonathan Lehman. Y ahora pasamos al segundo bloque, la membresía de la iglesia, la base bíblica. Y este segundo bloque es el más importante por dos razones. En primer lugar, porque la Biblia, como palabra de Dios, es nuestra máxima autoridad. Y en segundo lugar, porque parece ser el caso que cada vez más iglesias y creyentes no creen que la membresía de la iglesia tenga ninguna base bíblica. Es cierto que la Biblia no dice, si eres creyente, debes hacerte miembro de una iglesia. Pero sí hay buenos argumentos bíblicos a favor de la membresía de la iglesia. A continuación, ofrezco siete argumentos bíblicos a favor de la membresía de la iglesia. En primer lugar, la Biblia enseña que los creyentes en cualquier lugar determinado son miembros los unos de los otros. En 1 Corintios 12 el apóstol Pablo compara la iglesia local con el cuerpo humano y compara a los creyentes con los diferentes miembros del cuerpo humano. Y Pablo dice a los creyentes en Corinto, vosotros pues sois el cuerpo de Cristo y miembros, cada uno en particular. 1 Corintios 12, 27. Es difícil ver cómo la enseñanza de Pablo en este pasaje puede funcionar en la práctica si no somos miembros de una iglesia local. En segundo lugar, como segundo argumento bíblico, la Biblia enseña que los primeros cristianos contaban el número de los creyentes. En Hechos 1.15, cuando los creyentes iban a nombrar un sucesor de Judas Iscariote, se nos dice que los reunidos eran como 120 en número. Literalmente, la multitud de nombres era como 120. Y preguntamos, ¿y por qué escribe Lucas la multitud de nombres y no, por ejemplo, simplemente la multitud de creyentes o de discípulos? ¿Por qué dice la multitud de nombres era como 120? El caso es que no podemos estar seguros, pero es posible que esto indique la existencia de algún tipo de registro de las personas que habían sido reconocidas oficialmente como creyentes y como miembros de la comunidad cristiana. Como tercer argumento bíblico, la Biblia enseña que los nuevos creyentes se añaden a la Iglesia. Aquel Día de Pentecostés tan especial se añadieron como 3.000 personas, Hechos 2.41. ¿A qué se añadieron? Se supone que a la Iglesia. Y un poco más adelante leemos, y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos, versículo 47. ¿Qué significa eso de que las personas que iban creyendo en Jesús se añadían a la iglesia? Parece indicar un proceso natural de, primero, oír el mensaje del evangelio, segundo, creerlo, en tercer lugar, convertirse, en cuarto lugar, bautizarse, y en quinto lugar, pasar a formar parte de una iglesia. Y esto es importante, hacerse miembro de una iglesia es la diferencia entre solo asistir y pertenecer. Lo repito, hacerse miembro de una iglesia es la diferencia entre solo asistir y pertenecer. En cuarto lugar, La Biblia también enseña que los nuevos creyentes se unen a la Iglesia, se unen, nos unimos a la Iglesia. Lucas, el autor del libro de Hechos, nos dice que los primeros cristianos estaban todos unánimes, Hechos 5, 12, pero que nadie más, o sea, las personas que no eran creyentes, se atrevía a juntarse con ellos, Hechos 5, 13. Y cuando Saulo de Tarso, el futuro apóstol Pablo, se convirtió al Señor, él sí quiso juntarse con los discípulos, Hechos 9, 26. Y en estos textos bíblicos la palabra juntarse es la misma palabra que se usa de la unión entre un hombre y una mujer en el matrimonio. El hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. Mateo 19, 5. y la frase se unirá traduce la misma palabra que juntarse en esos textos del libro de hechos. Al principio de la iglesia juntarse con los creyentes era mucho más que solo asistir a una serie de reuniones, implicaba una unión seria y permanente. Como quinto argumento bíblico La Biblia también enseña que hay decisiones que sólo los creyentes reconocidos pueden tomar. Ante un problema práctico relacionado con el cuidado de las viudas, los apóstoles propusieron a los creyentes que buscasen a siete hombres que pudieran encargarse de ese ministerio, Hechos 6, del 1 al 7. Y en todo ese proceso era necesario saber quiénes pertenecían a la iglesia y quiénes no, ya que solamente los que pertenecían podían participar en la búsqueda, en el nombramiento y en el trabajo de los siete hermanos en cuestión. Es decir, tenía que haber o bien una membresía o por lo menos alguna forma de distinguir entre creyentes y no creyentes. Y lo mismo se puede decir de la situación nuestra hoy. En sexto lugar, la Biblia enseña que los miembros son las ovejas que los pastores deben cuidar. Son las ovejas que los pastores deben cuidar. En Hechos, capítulo 20, vemos cómo el apóstol Pablo exhorta a los líderes de la iglesia en Éfeso a mirar por todo el rebaño en que el Espíritu Santo dice, os apuesto por obispos para apacentar la iglesia del Señor, Hechos 20, 28. ¿Pero sobre qué personas exactamente les había puesto el Espíritu Santo por obispos? ¿Quiénes eran de su rebaño y quiénes no lo eran? Para que los pastores sepan quiénes son sus ovejas, tiene que haber una membresía de la Iglesia, o por lo menos alguna forma de diferenciar entre las personas que pertenecen a la Iglesia y las que no. Y en séptimo y último lugar, en cuanto a la base bíblica, la Biblia enseña que la disciplina en la iglesia también requiere que haya una membresía de la iglesia. Jesús nos enseñó que cuando surgen ofensas entre creyentes, llega el momento cuando hay que informar a la iglesia sobre lo que está pasando. Mateo 18, del 15 al 17. ¿Pero quiénes son la iglesia? Cuando dice Jesús, como tercer paso en el proceso de disciplina, dilo a la iglesia, ¿a quién se refiere? ¿Quiénes son la iglesia? Si no queremos que se enteren personas de fuera de la iglesia, incluso personas no creyentes, tiene que haber alguna forma de distinguir entre las personas que son de la iglesia y las personas que no lo son. pues para eso también hace falta una membresía de la iglesia. Entonces, resumiendo todo esto, aunque la Biblia no diga de forma explícita, hay que ser miembro de una iglesia, la necesidad de una membresía de cada iglesia local es la implicación natural de muchas enseñanzas de la Biblia. Esta sería, por lo menos, la parte más importante de la base bíblica de la membresía de la iglesia. Y ahora pasamos al tercer bloque, la membresía de la iglesia, los requisitos. ¿Quiénes o qué personas pueden ser miembros de una iglesia? ¿Cuáles son o deben ser los requisitos? En un sentido, el único requisito para poder ser miembro de una iglesia es haberse convertido, pero haberse convertido de verdad. Porque, en un sentido, la membresía de la iglesia es para los creyentes, pero para los que sean creyentes de verdad. Pero, ¿cómo se puede saber si una persona se ha convertido y es creyente o no? ¿Debemos fiarnos de sus palabras y ya está? Aquí en esta iglesia hablamos de cinco requisitos para que alguien pueda pedir la membresía de la iglesia. No pretendemos que este sea un modelo infalible, pero quizás sea útil. ¿Cuáles son esos cinco requisitos para que alguien pueda pedir la membresía de esta iglesia? En primer lugar, ser creyente. Pero como he dicho antes, Hay que explicar qué entendemos nosotros por ser creyente. Evidentemente, no es suficiente sólo creer que Dios existe. No es suficiente sólo creer que la Biblia es la palabra de Dios o que Jesús vivió hace dos mil años. Ser creyente es haber confiado en Jesús y solamente en Él como nuestro Salvador y Señor, entre otras cosas. Y eso hay que explicárselo a los que tengan interés en ser miembros de la Iglesia. El segundo requisito es haberse bautizado. El bautismo en agua no es necesario para la salvación. Esto es importante que se diga, pero sí es necesario para poder ser miembro de la Iglesia. Tenemos el ejemplo del Día de Pentecostés, cuando después de la predicación del Evangelio por parte del apóstol Pedro, Esas tres mil personas se convirtieron, fueron bautizadas y se añadieron a la iglesia en un mismo día. Es decir, se bautizaron o fueron bautizadas antes de añadirse o sumarse a la iglesia. Ahora bien, ya que este curso 222 no está limitado solamente a personas de iglesias bautistas, Diré que hay tres posturas principales sobre este punto. Primero está la postura que podemos llamar la postura paedobautista, que es de aquellas iglesias evangélicas que creen en el bautismo infantil de hijos decentes. Y en ese caso, ellos consideran, en cierto sentido, a los hijos de los creyentes bautizados como parte de la familia, de la comunidad de la iglesia y como miembros, en cierto sentido, aunque luego después tengan que confirmar su membresía, su profesión de fe más adelante en sus vidas. Luego está, en segundo lugar, la postura bautista, que básicamente es de aquellas iglesias que creen en y practican el bautismo solamente de creyentes por inmersión. Y en este caso también se considera que solamente los que hayan pasado por ese bautismo después de convertirse ya pueden pasar a formar parte de la membresía de la iglesia. Pero hay, en tercer lugar, lo que voy a llamar la postura bautista con matices. Y me refiero con esto a la posibilidad de que en algunas iglesias bautistas, más que paedobautistas, se puedan aceptar a algunos creyentes con convicciones paedobautistas como miembros de la iglesia sin exigir que pasen por el bautismo como creyentes por inmersión. Seguiría siendo una iglesia bautista, pero admitiendo como miembros, quizás como casos excepcionales, a creyentes con otras convicciones sobre el tema del bautismo. Esta sería la postura bautista con matices. Pero de todas formas, sea cual sea nuestra postura con respecto al bautismo, la mayoría de las iglesias evangélicas consideran el bautismo un requisito para poder ser miembro de una iglesia. El tercer requisito es estar viviendo como creyente. que es muy parecido al de Liman en el libro cuando él habla de estar mostrando los frutos de la salvación. Es decir, la persona que quiera ser miembro de la iglesia tiene que estar viviendo ya como creyente para poder entrar en la membresía de la iglesia. Claro, este requisito tiene dos peligros en los dos extremos. dos peligros que tenemos que evitar. En primer lugar, el peligro de pedir demasiado, como también dice Lehman en el libro. Sabemos que todos los creyentes en esta vida seguimos siendo pecadores y por lo tanto no se puede pedir la perfección ni nada por el estilo para que alguien pueda ser miembro de una iglesia. Y en ese sentido no debemos exigir demasiado en cuanto a los frutos de la salvación. como si alguien tuviera que alcanzar un grado especialmente alto solo para poder ser miembro de la Iglesia. Pero también hay un peligro en el otro extremo y es el peligro de tolerar el pecado. Si alguien está viviendo abiertamente en pecado, aunque diga que se ha convertido, aunque se haya bautizado, pero si no está viviendo de forma coherente con su profesión de fe, es un impedimento para que esa persona pueda pasar a ser miembro de la Iglesia. Tenemos que intentar dar con el equilibrio entre estos dos peligros en los dos extremos, que también se refiere Lehman a ellos en su libro, el peligro de exigir demasiado y el peligro también de exigir demasiado poco de los candidatos para la membresía de la iglesia. Y aquí quiero añadir una cosa muy importante. No es suficiente que el candidato no esté viviendo abiertamente en pecado, como si eso fuera lo único que nos interesa. También tiene que haber indicios de vida espiritual en el candidato. Es decir, si bien negativamente no tiene que estar viviendo abiertamente pecado, pero positivamente sí tiene que estar en un proceso de crecimiento espiritual, leyendo la Biblia, orando, usando los medios de gracia, demostrando su interés en santificarse. Esto también es importante en un candidato para la membresía de la Iglesia. Como cuarto requisito, por lo menos aquí en esta iglesia, insistimos en que el candidato haya leído los estatutos, la base doctrinal, etc., etc., de la iglesia donde está pidiéndose miembro. Y con este punto no pretendemos, por supuesto, poner los estatutos de ninguna iglesia al mismo nivel que la palabra de Dios, evidentemente. Pero consideramos que es importante que si alguien está pidiéndose miembro de una comunidad de creyentes, conozca bien a la iglesia donde quiere entrar como miembro y por lo tanto es importante respetar a la iglesia. habiendo leído los estatutos, las bases doctrinales, los procedimientos de los miembros de las asambleas, etc. No es tan importante como otros requisitos, pero muestra un interés en conocer a la iglesia en la que está pidiéndose miembro. Son como las normas de la casa. No es palabra de Dios en un sentido, aunque refleja la palabra de Dios, pero la persona tiene que conocer por lo menos las normas de la casa para poder vivir como miembro de esa familia. Y en quinto lugar, el quinto y último requisito en esta iglesia para poder ser miembro de la iglesia es simplemente la disposición de comprometerse con la iglesia, que la persona esté dispuesta a adquirir, a asumir ese compromiso. Porque en teoría es posible que alguien cumpla los cuatro requisitos que ya hemos mencionado, pero que no esté dispuesto o dispuesta a comprometerse con la iglesia, y en ese caso no tiene mucho sentido que pida la membresía. ¿Para qué? Si no quiere comprometerse con esa familia espiritual. No digo que estos sean los únicos posibles requisitos, ni siquiera que los cinco sean imprescindibles necesariamente, pero quizás nos puedan servir como guía de los requisitos que se pueden pedir para que alguien pase a formar parte de una iglesia local. Y ahora pasamos al cuarto y último bloque de esta clase, habiendo visto la Membresía, el libro de texto de Jonathan Lehman, la Membresía de la Iglesia, la base bíblica, y en tercer lugar, la Membresía de la Iglesia, los requisitos, pasamos al cuarto bloque, que es la Membresía de la Iglesia, el compromiso. ¿En qué consiste el compromiso de un miembro de iglesia con su iglesia local? O sea, ¿qué se puede esperar de los miembros de una iglesia en cuanto a su compromiso con su iglesia. Hablando también de nosotros aquí en esta iglesia, cuando nosotros preparamos a las personas para la membresía de la iglesia, resumimos el compromiso en siete frases sencillas. En primer lugar, les decimos, ora por tu iglesia, porque la oración es algo que todos los creyentes, sin excepción, pueden hacer. No todos pueden hacer otras cosas, pero no hay ni un solo creyente que no pueda orar, pues si es así, los miembros deben comprometerse a orar por su iglesia. En segundo lugar, les decimos, asiste a tu iglesia. Aunque la asistencia a las reuniones no es todo y alguien puede asistir incluso sin ser miembro de la Iglesia, pero si alguien va a ser miembro es lógico pensar que esa persona va a tener interés en asistir a las reuniones a las que pueda asistir. Sobre este punto reconocemos que hay limitaciones. Hay personas enfermas, mayores o con circunstancias laborales que dificultan su compromiso en cuanto a su asistencia a reuniones. Pero aún así el principio en sí es bueno. ¿Cómo voy a comprometerme con una iglesia sin mostrar interés en apoyar las reuniones de esa iglesia? En tercer lugar, exhortamos al candidato a servir en la iglesia. Los miembros de una iglesia no deben limitar su compromiso solamente a asistir a reuniones, porque entendemos, según la Biblia, que el Espíritu Santo le da a cada creyente uno o más dones Y con esos dones debe estar dispuesto a servir al Señor, a servir a la Iglesia, incluso a servir en la evangelización de la Iglesia a las personas no creyentes usando los dones que haya recibido del Espíritu Santo. Y ese servicio es una parte fundamental del compromiso con la Iglesia local. En cuarto lugar, respeta a tu Iglesia. Tenemos que respetar las doctrinas de la iglesia. Tenemos que respetar a los líderes de la iglesia. Tenemos que respetar a todas las personas que forman parte de la iglesia. Tenemos que respetar el local o donde se reúne la iglesia. Es decir, si vamos a ser miembros con un compromiso con la iglesia, lo menos que podemos hacer es mostrar respeto por la iglesia de la que formamos parte. La quinta frase sería defender a la iglesia. A veces nuestras iglesias son atacadas desde fuera. Y en ese momento, ¿cuál es el papel de los miembros? Pues defender a la Iglesia. No porque la consideremos perfecta, ni mucho menos, que no lo es, sino porque es mi familia. Yo pertenezco a esta familia, la están atacando, lo que yo quiero hacer es defender a mi gente, defender a mis hermanos. En sexto lugar, apoyar a la Iglesia. Sí, apoyar con las ofrendas. Es un tema delicado, pero por supuesto una iglesia tiene gastos que tiene que cubrir y quién sino los miembros van a ofrendar para que se cubran esos gastos. Por lo tanto, ese apoyo económico es una parte importante del compromiso. No es la única manera de apoyar a la iglesia, pero es una manera importante y también necesaria, sea con más o con menos. Pero la última frase Es el resumen de todo esto. Amar a la Iglesia. El compromiso de un miembro consiste en amar a la Iglesia de la que forma parte o de la que va a pasar a formar parte cuando pasa a ser miembro de la Iglesia. En un sentido, si yo amo a mi iglesia, porque es la iglesia no mía, sino del Señor, todo lo demás va a salir de forma espontánea y natural por ese amor que tengo por el pueblo de Dios del cual formo parte. Y esto es importante, el compromiso con la Iglesia local, como todo en la vida cristiana, debería ser en respuesta al Evangelio. Es decir, el Evangelio mismo debería ser la mayor motivación en cuanto al compromiso nuestro con la Iglesia. Es por lo que el Señor ha hecho por nosotros y por lo que Él sigue haciendo en nuestras vidas. Es en respuesta a su amor por nosotros, a su amor por su Iglesia. que nosotros amamos, respetamos, servimos, etc., etc., en nuestra iglesia local. Es decir, el Evangelio tiene que estar en el centro de la motivación, del compromiso del creyente con el pueblo de Dios. Y ahora voy concluyendo, habiendo cubierto estos cuatro bloques. Nos ha tocado vivir en un momento cuando miles de personas que se consideran creyentes no son miembros de ninguna iglesia ni ven necesario serlo. ¿Por qué? Pues por muchas razones. Porque no lo ven en la Biblia, dicen, por un excesivo individualismo, por el espíritu del llanero solitario. Yo, por mi cuenta, a mi manera, por todo lo que se puede tener en casa. Hoy podemos tener en casa no solamente como antes una Biblia o muchas Biblias y orar en casa, hoy podemos escuchar predicaciones en casa, podemos leer buenos libros o en papel o digitalmente, tenemos acceso directo a tantos medios que puede parecer como si no fuera necesario salir de casa para poder vivir la vida cristiana y muchos se quedan en su casa. conformes con hacer eso y nada más, y no congregarse con ninguna iglesia local. Y en algunos casos creo que es porque es difícil a veces, es difícil la vida de iglesia. No es algo fácil, a veces sería más cómodo no pertenecer a un grupo de creyentes. Y ese reto, esa dificultad, también a veces paraliza a algunas personas, creyentes incluso, para que no se comprometan con ninguna iglesia local, quizás por experiencias negativas en el pasado, lo cual es comprensible, pero no justifica el aislarnos en casa sin comprometernos con otros hermanos y hermanas del pueblo de Dios. La pregunta que yo lanzaría a cualquier creyente en esa situación sería, ¿dónde en el Nuevo Testamento encontramos un creyente sin iglesia como una opción aprobada por el Señor? ¿Dónde en el Nuevo Testamento, en las palabras de Dios, encontramos un solo ejemplo de un creyente sin iglesia como una opción aprobada por el Señor. Yo hasta ahora no he encontrado un caso así en la palabra de Dios. Cuando el Señor nos salva, casi lo primero que hace con nosotros es ponernos en una familia espiritual, en una iglesia local. Y llama la atención poderosamente que la única iglesia del Nuevo Testamento de la que se habla de los creyentes como miembros, con esa palabra, miembros del Cuerpo de Cristo, es la iglesia en Corinto. Una iglesia en la que había divisiones, partidos eclesiales. Una iglesia en la que había también inmoralidad sexual. Una iglesia en la que había creyentes llevando a juicio a otros creyentes. Una iglesia en la que había problemas matrimoniales. Una iglesia en la que había idolatría. Una iglesia en la que algunos estaban emborrachando durante la cena del Señor. Una iglesia en la que había muchos dones espirituales pero poco amor. Una iglesia en la que algunos incluso estaban negando la resurrección de los muertos. Pero esa es la iglesia. que el Espíritu Santo señala como miembros del Cuerpo de Cristo en Corinto, a pesar de todos esos problemas que había entre ellos. Y hay un momento en esa carta, la primera carta de los corintios, cuando el apóstol Pablo tiene que preguntarles, ¿menospreciáis la Iglesia de Dios? ¿menospreciáis la Iglesia de Dios? Pues no hagamos nosotros eso. No menospreciemos nosotros la Iglesia de Dios. No valoremos a la Iglesia del Señor menos de lo que la valora aquel que amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Porque, a fin de cuentas, ese es el gran argumento a favor de la membresía de la Iglesia. el increíble amor por la iglesia de su Salvador y su Señor. Amén.
C222 6. La Membresía
Series C222 Temas
Sermon ID | 52317639286 |
Duration | 37:52 |
Date | |
Category | Conference |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.