00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
seguiremos la palabra amor, que se repite como veinte veces en primera de Juan, y se repite enseñando dos cosas. Primero, el amor de Dios hacia nosotros, que es el tema de esta mañana. Luego, la próxima semana, seguiremos con el tema de amor, y amor cristiano. Muchos dicen, te amo, te amo, pero no lo demuestran, y así que vamos a ver cómo se demuestra el amor conforme a primero de Juan, pero hoy miramos cómo demostrar el amor en Dios, en nuestro padre Dios. Y como Dios especialmente se revela, o revela su amor en nosotros, después de con Jesucristo, Dios muestra su amor en que siendo nosotros pecadores, Cristo murió por nosotros después del amor de Cristo. Dios nos muestra amor muchas veces con personas y en especial, creo, con las madres. Así que el amor de Dios en las madres o las madres reflejando el amor de Dios en esta mañana. Vamos a orar y entonces hablaremos del amor de Dios reflejado, ilustrado en las madres esta mañana. Padre, te damos gracias por la palabra de Dios. Ayúdanos a glorificarte y servirte, Señor. Ayúdanos, Señor, a mirar el amor de Dios demostrado, primero en Jesucristo, pero entonces en nuestras madres, para seguir sus ejemplos y así amar a Dios, como Dios nos ama a nosotros. En el nombre de Jesús. Amén. Para comenzar, vamos a leer Primero de Juan 3. Primero de Juan 3. Los primeros dos versículos aquí. Primero de Juan 3. Los primeros dos versículos. Les animo a leer conmigo si quieren. Primero de Juan 3, 1. Mirad cual amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios. Y esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. Amados, ahora somos hijos de Dios. Ya aún no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es. Mirad cual amor o amados Dios nos muestra a nosotros. Posiblemente las dos palabras en un sentido más peligrosas. Son palabras que a la vez son las más animadoras. Dos palabras. Te amo. Las palabras más peligrosas que existen. Y las palabras más animadoras. Te amo. Las palabras más importantes. Dos palabras que pueden destruir tu vida. Te amo. Y las mismas palabras pueden hacer tu vida feliz. Te amo. Depende quién las habla. Supongo que, supone que viene una mujer llamada Dalia, Dalila, y dice, tú eres tan fuerte como Sansón, yo te amo, te amo. ¿Eso es buena cosa? Que Dalila dice, oh, Sansón, yo te amo. ¿A qué llevo Sansón esas dos palabras? a su muerte final, ¿verdad? Porque eran palabras engañosas. Te amo, pero le atrapó hasta la muerte. Supongo que usted es una persona y viene un hombre para darte un beso rápido de un saludo y dice, te amo. Se llama Judas. Y Judas le viene para decir, te amo. ¿Es lo que tú quieres escuchar? Sabiendo que Judas está identificándote como Cristo, y detrás un montón de soldados para crucificar a Cristo, son las palabras más peligrosas. Te amo, porque son engañosas para Dalida o para Judas, ¿verdad? Así puede ser un novio que es infiel. Uno que va a ser tu esposo, pero va a ser infiel. Yo te amo, guapa. Yo te amo. Pero realmente va a ser infiel y decir te amo a muchas otras mujeres. ¿Tú quieres un esposo así que dice te amo a ti y también dice te amo a muchas otras mujeres? ¿Y es infiel? No. Va a ser tu vida miserable si no hay fidelidad en esposos o novios. Pero a la vez, si es un novio fiel, un esposo fiel, que dice, te amo, mi esposa. Yo te amo, muchacha. Podemos casarnos. Yo voy a ser fiel a ti toda la vida. Proveer por ti. Te amo. Allí es un amor real. Y las dos palabras que le de más consuelo y más valor y más vigor. Escuchar de una persona fiel. Te amo. ¿Qué si son las palabras de una madre cristiana? Hijo, no importa lo que hayas hecho. Te amo. Palabra de amor, de perdón. Hijo, vas a luchar mucho, pero voy a estar a tu lado porque yo te amo. Palabra de sacrificio, de provisión, de protección cuando una madre dice te amo. Las madres no escuchan esto bastantes veces. A lo mejor un hijo viene rápido. Te amo, mamá. Ya voy a ir con mis amigos, te amo. Pero qué si el niño después de una buena comida o darle un regalo de cumpleaños, no lo dice rápido, pero miren los ojos de su mamá. Dice, mamá, te amo. Has hecho tanto por mi mamá. Te amo. He sido un hijo rebelde. Me has perdonado tantas veces. Mamá, te amo. Las palabras te amo de una madre a su hijo o de un hijo a su madre. Dado con sinceridad, son las palabras más animadoras y más puras que pueden existir fuera del amor de Dios. Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros para perdonarnos, para perdonarnos de todo pecado. para llevarnos al cielo no hay palabra más grande de tal manera amo Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree cree no se pierda más tenga vida eterna oh es bueno esas palabras de un novio esposo Pero realmente dicen Isaías, es posible que una madre se fastidie bastante para su hijo para no sentir amor para este niño. Es posible. Y dicen Isaías, sí, es posible. Pero no es posible con Dios. No importa lo que hagamos, Dios envió a su Hijo a morir por nosotros y nos dice con su amor, te amo. puede ser que un niño escupe en la cara de su madre, le bofetea, y le golpea, y le trata de matar, y entonces sale de allí escupiendo en su mamá. Y a veces la mamá todavía, hijo todavía te amo, pero puede llegar un momento cuando a la mamá le cuesta decir eso, te amo, después de un trato tan difícil a ella con su corazón quebrado. A veces, mis hijos nunca han sido muy malos, muy buenos hijos, muy apoyativos, pero son humanos. Y cuando un hijo quería desobedecer, en verdad, a su mamá, o faltarle respeto a su mamá, a veces diría, hijo, mira, vaya al comedor, encuentre un cuchillo y mételo en el corazón de tu mamá. Va a ser más suave. que la falta de respeto y la desobediencia, porque cada vez que usted lo hace, es como dice María Simeón, tú vas a sentir como una espada traspasar tu mera alma cuando ves la gente maltratar a tu hijo como le van a maltratar en la cruta calvario. No nos damos cuenta de cuánto dolor causamos a las madres cuando no podemos decir, te amo, o decimos lo contrario. Puedo decir que humanamente es imposible amar ciertas personas. ¿O no? ¿Usted humanamente, sin la ayuda de Dios, puede amar todas las personas en el mundo como debe amarlos? No. Hay personas que nos han maltratado, que nos han dañado, que son muy crueles a todo el mundo, son muy iracundos, muy mala gente y humanamente. Es imposible amar a esa persona. Si no fuera por Dios, si no fuera por Dios. El hecho es que lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. Y si estoy bien con Dios y el amor de Dios está en mi corazón, yo puedo amar a otros para poder obedecer a Dios, porque Dios dice, ama a tu enemigo. ¿Cómo puedo amar mi enemigo? Solamente si Dios, en su amor por todo el mundo, Romanos 5, 6, 5, 10. Nosotros siendo enemigos, Dios nos ama. Dios envió a su Hijo a morir por nosotros, siendo nosotros pecadores, y hasta dicen en Romanos 5, siendo enemigos de Dios. Así que Dios puede amar enemigos, salvar enemigos, perdonar enemigos, transformar sus enemigos. No lo hizo con nosotros. Todos éramos enemigos de Dios. Y si nos arrepentimos, creemos en Él, Él nos perdonó. Y nos hizo amar a Dios cuando antes para nosotros Dios era como nuestro enemigo y nosotros éramos como enemigos de Dios. Y aquí encontramos entonces que es posible cambiar y amar hasta nuestros enemigos. Una madre puede ignorar todo eso por mucho tiempo. La madre del escritor de este libro, Juan. Esposa de Zebedeo. Dijo, hijo de Jesucristo, déjame hijo Juan y Santiago tener la mano derecha de tu trono en el cielo, que sea más honrado que todos los otros discípulos de toda la humanidad, porque mis hijos lo merecen. Jesús está caminando con Juan y con Santiago un día en Samaria. Y los samaritanos no quieren darle hospitalidad esa noche. Y están en el lugar donde Elías, el segundo de reyes uno, Elías había pedido fuego de Dios en Samaria para quemar a los enemigos. ¿Y qué piden Juan y Santiago cuando la gente no les recibe? Señor, que hagas como hizo Elías, que les mande fuego a esta gente. Están bien irritados. Y Cristo dice, mira, mujer, tú no sabes lo que estás diciendo. Yo conozco a tus hijos más que tú. Yo soy Dios. Y el hecho es que tus hijos no lo dijo. Pero pudiera haber dicho porque lo dijo más allá. Tus hijos son hijos de trueno. Son tremendos. Este Santiago y Juan quieren mandar fuego a la gente que no les recibe bien. Y aquí tenemos primero de Juan, que nunca habla de trueno, fuego, pero 20 veces habla de amor, de amar. Parece que Dios hizo un gran cambio, transformación en San Juan y en Santiago para hacerles apóstoles de amor. después de haber sido hijos de trueno. Este cambio en nosotros nos hace comenzar a amar a Dios más y nos hace querer servir a Dios más y demostrar ese amor a otros. El hecho es que una madre cristiana posiblemente era la madre de Juan y Santiago que tenía influencia de ellos. Para que cuando siguieron a Jesús, ella les dejó seguir a Jesús, les animó a seguir a Jesús. Y ellos al principio seguían, pero todavía siguiendo, eran rebeldes, hijos de trueno. Pero muchas veces puede ser por la fe de una madre, orando por ellos, que ellos fueron transformados y cambiados. A lo mejor miraron algo del ejemplo de Cristo en ella, y eso les hizo cambiar a ellos también. Pero el hecho es que podemos mirar este buen ejemplo del amor de Dios en una madre muchas veces. Y aquí, primero de Juan 3, encontramos como tres o cuatro cosas que demuestra el amor de Dios a nosotros. ¿Cómo Dios muestra su amor a nosotros? Y así demostrado en una madre. ¿Qué es la primera cosa que hace el amor a nosotros? Primero de Juan 3, 1. Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, número uno, para que seamos llamados hijos de Dios. Aquí encontramos que nos llama hijos. Y eso es por la pura gracia de Dios que nos llama hijos. Nos hace nacer como sus hijos. Nacer de nuevo, Juan 3. Y en Romanos 8 y en Gálatas dice que nos adopta en una adopción espiritual como sus hijos. Nos da doble privilegio de ser hijos de Dios cuando Por naturaleza somos hijos de trueno. Realmente es peor que eso que veremos en un momento. Pero el hecho es que Dios es como una madre en el sentido de que uno, si se casa, quiere ser madre. Todos mis hijos han querido ser madres. No mis hijos, querían ser padres, pero mis nueras, ¿verdad? Y el hecho es que mi hija, si algún día Dios le da a alguna esposa, con gusto sería una madre. Y el hecho es que mis nueras todos querían ser o quieren ser madres. Hay dos que todavía no tienen ese privilegio y están llorando mucho que Dios les dé el privilegio de un milagro de ser madres. Una mujer quiere ser madre por naturaleza. Hablan primero de Timoteo 3, que en los últimos días el amor natural, el deseo de ser madre, se va a enfriar. Y así que hoy en día muchas mujeres ya no quieren tener hijos, solo quieren disfrutar de placeres entre ella y su esposo toda la vida sin tener hijos. Pero es la cosa más natural. Querer tener hijos porque refleja a Dios que quería tener hijos. Dicen hebreos, Jesús quiere llevar muchos hijos a la gloria. Quiere llenar el cielo de hijos de Dios y hasta él moriría. Hasta él murió. Para tener hijos. Dios quería, por su gracia, tener hijos como Ana en 1 Samuel 1. Dame un hijo o me muero. No soy mejor a ti, dice el esposo, que 10 hijos. Bueno, eres un esposo guapo, pero no eres un hijo. Yo quiero tener un hijo. Y Dios le dio Samuel, ¿verdad? Después de mucha oración. Y así es que Dios quería tener a alguien a quien demostrar amor. Tenía a Ángeles para servirle después de la creación, pero luego dijo, pero yo quiero más. Yo quiero un hombre, una mujer, para que la mujer sea madre, para tener muchos hijos, porque yo, Dios, quiero tener alguien a quien demostrar amor. No solo mi reino, a los ángeles, pero mi amor a los hombres. Quiero tener hijos. Una madre quiere tener hijos. Es natural, porque una madre como Dios tiene en ella un deseo de amar, de tener a alguien a quien amar de manera especial. El hecho es que Dios dice que como él quería amar a alguien, él iba a crear los hombres y entonces, entre los hombres, él iba a escoger o predestinar a alguien, algunos, para recibir su misericordia de ser sus hijos, de salvarles para ser sus hijos, y Dios sabiendo quien iba predestino antes de la creación del mundo a quien iba a mostrar misericordia dice en romanos nueve dieciocho de manera que de quien quiere tiene misericordia Dios determina a quien tener misericordia Dios determinó voy a tener misericordia y salvar solamente los mexicanos O Dios dijo, no, yo voy a salvar solamente los que son presbiterianos, o bautistas, o católicos. Dios pudiera haber escogido a quien quería, porque Dios es Dios. Él creó todos y Él predestinó quién iba a recibir la misericordia para ser hijos de Dios. En Efesios 1, 5, dicen, amor, es por amor. Habiéndonos, habiéndonos, ¿quiénes somos nos? Los creyentes. Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos. Dios, para demostrar amor, quería adoptar a algunos para ser hijos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Dios tenía la voluntad de amar a alguien, de salvar a alguien, llevar al cielo a alguien, de demostrar misericordia a alguien, a quien escogió desde antes la creación, a quien predestinó Dios para ser hijos de Dios. Es una cosa secreta. Dios no lo reveló. Es una cosa misteriosa que Dios no reveló. ¿Quién puede ser un hijo de Dios? No, Dios escogió en su amor y misericordia adoptar, salvar, hacer hijos a todos los creyentes en Cristo Jesús. Efesios 2, 3 y 4, todos nosotros, yo dije que la cosa era peor de lo que dije antes, Efesios 2, 3, todos nosotros vivimos en otro tiempo con los deseos de nuestra carne, todos éramos carnales, no haciendo la voluntad de Dios, sino la voluntad de nuestra carne, lo que yo quería hacer, no lo que Dios quería que yo haga, Yo viví en la voluntad de mis pensamientos, lo que yo pensaba hacer, lo que yo quería hacer, no lo que la Biblia dice, lo que Dios quiere. Y éramos por naturaleza hijos de ira. hijos de trueno, aquí peor, hijos de ira. Yo soy un hijo de mucha ira, e hijo que voy a recibir la ira de Dios, a un hijo en sentido de creación. Antes de ser salvo, fui un hijo de Dios sentido de creación de Dios, pero bajo la ira de Dios, lo mismo como los demás, todos pecaron. Están destituidos la gloria de Dios, ¡Qué rico en misericordia por su gran amor con quien nos amó! predestinó que todos los creyentes recibirían misericordia, serían salvos, serían hijos de Dios. Juan uno doce, a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Es un secreto lo que tengo que hacer para ser hijo de Dios. ¿El secreto a quien Dios escogió para ser los hijos de Dios? No, la Biblia lo dice. Todos los que le recibieron, que creen en su nombre, les ha dado potestad de ser ellos hijos de Dios. ¡Aleluya! Gracias a Dios. Dios no escoge solo los guapos o yo estaría ya perdido en la perdición hace años, ¿verdad? Cuando nací, mi papá miró todos los niños en la cuna, recién nacidos, y todos los padres, este es mi hijo, ese guapo, esta es mi hija, esta es guapa. Mi padre dice, parece que mi hijo no está allí porque solo hay un vehículo por allí, ya no le conozco a él. No quería ni reconocerme. El hecho es que gracias a Dios, Dios predestinó a los guapos para ser hijos de Dios. Solo escogió los buenos, ¿verdad? No, no hay ninguno bueno, ni a uno. Así que Dios no va a escoger nadie para ser hijos de Dios, si busca escoger los buenos, predestinar los buenos. Entonces, ¿a quién predestinó Dios antes de la creación, antes de tiempo? ¿A quién predestinó Dios? Los creyentes en Jesucristo. Es una gran bendición. Solo tengo que arrepentirme y poner mi fe en Jesucristo. Y así yo sé que Dios me ha predestinado para ser un hijo de Dios porque Él quería tener hijos. Pudiera haber escogido a quien quería, pero escogió los creyentes en Cristo Jesús para ser sus hijos. Así que es como una niña que pregunta a su madre, porque es una niña adoptada, mamá, ¿tú de verdad me amas? Porque solo soy una niña adoptada. Y la mamá dice, hija, yo te escogí para adoptarte. Así, claro que te amo. porque los otros ya, si nacieron algunos la familia, yo tenía que aceptar lo que Dios me dio, pero yo te escogí. Dios me escogió en el amado, escogió los creyentes en Jesucristo, no por ningún mérito, no por ninguna obra, solo porque Dios es un Dios de amor y misericordia, y quiere demostrar misericordia a alguien, y escogió mostrar misericordia de salvación a todos los que creen en el Señor Jesús. Todos los que le recibieron y creen en el nombre de Jesús son llamados, tienen derecho de ser hijos de Dios. Aleluya. Amén. Hay un gran debate calvinista armeniano acerca de eso. No hay ninguna necesidad de debate. Es cosa clara que Dios salva, escoge, predestina a los creyentes de Jesucristo. para ser adoptados hijos de Dios, para ser hechos hijos de Dios. Aleluya. Gracias al Señor. Así que, primeramente, Dios muestra su amor en escogernos como creyentes por gracia para ser hijos de Dios. Como una madre demuestra que quiere hijos, Dios quiere hijos y muchas madres adoptan hijos porque tanto quieren tener hijos, porque tienen tanto amor y quieren demostrar ese amor a alguien. Número dos, en estos versículos encontramos que dice mirad cual amor nos ha dado el padre que seamos llamados hijos de Dios por eso el mundo no nos conoce pues no le conoció a él no nos aprecia Dios el mundo no nos aprecia porque no aprecia a Dios amados ahora somos hijos de Dios y aún se ha manifestado lo que hemos de ser porque sabemos que cuando él se manifieste seremos semejantes a él porque le veremos tal como él que un hijo se parece a su madre. Y así nosotros, como hijos de Dios, debemos parecernos a Dios. Segundo, Dios muestra su amor en primera de Juan 3, 16. Tenemos Juan 3, 16. Aquí primero de Juan 3, 16. Quiero leer eso conmigo. En esto hemos conocido el amor en que él puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Dios demuestra su amor en escogerme para ser su hijo, y segundo, muestra su amor para mí en poner su vida para nosotros. que alguien ha amenazado a sus hijos con una pistola, o a lo mejor venía alguna piedra de arriba para caer sobre el niño y matarle, y la mamá saltó para cubrir el cuerpo del niño con su cuerpo, y la pistola, la bala, entró en el cuerpo de su mamá, porque la mamá iba a dar su vida por su hijo, No hay madres, algunos de tus madres, que cuando usted no tenía mucha comida de niño pequeño, si alguien iba a morir de hambre, no iba a ser usted, si ella podría ayudarla. Porque hay veces que ella le daba a usted comida cuando ella no tenía, pero dice, no, hijo, ya no tengo hambre. mentirosa, en verdad, no necesita mentir, Dios va a bendecir, pero el hecho es que dijo, no hijo, está bien. Aquí encontramos entonces que una madre se moriría de hambre si fuera necesario y muchas veces en tiempo de crisis, literalmente moriría por su hijo. Estás en el carro, habrá un choque, Y si es necesario, una madre se pone en frente del hijo para recibir el choque y guardar su hijo detrás de ella. De tal manera, amó Dios al mundo que ha dado a su hijo para morir por nosotros. El amor de Dios se demuestra en el amor sacrificante de una madre y el amor sacrificante de una madre. demuestra el amor de Dios por nosotros. Número tres, primera de Juan cuatro, ¿ora? Primera de Juan cuatro, versículos ocho al diez. Versículo ocho, Dios es amor. Ciclo nueve, en esto mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. En esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios primero, sino que él nos amó a nosotros primero y envió a su hijo en propiciación por nuestros pecados. Dios es amor. Número tres, el amor que el padre demuestra. De eso no hay una ilustración. Ni una madre. El amor que Dios el padre demuestra es enviar a su hijo a morir por nosotros. El amor de Dios es mayor que el amor de cualquier madre. Porque él envió a su hijo a morir por sus enemigos. Rebeldes pecadores, para ser los rebeldes hijos de Dios. ¿Qué amor tan grande es esto? No hay una ilustración para eso. Ni una madre que permite a su hijo. Estuve pensando en eso. ¿Qué dice una madre que deja a su hijo ir al ejército? Bueno, a lo mejor le deja ir. Pero veo Juan, Rodríguez, hay otros. La esposa de ustedes está abajo, está detrás. Hay algunas madres aquí que tienen hijos en la mili. Aquí, Stella, ¿OK? la hermana Inés, ¿cuántos de ustedes, cuál de ustedes rogó a tu hijo, ¡vay al ejército para morir, por favor! Quiero que tú mueras por los enemigos alrededor. No, usted lo permitió. Buena madre, ¿verdad? Pero no era tu gran deseo, como Dios mismo. quien vio a su hijo. Vaya a la tierra, hijo, para morir por nuestros enemigos. para hacerles hijos de Dios cuando creen en ti. No, no hay una ilustración. Siempre trato de pensar en cómo puedo ilustrar eso para que entienda el amor. Puedo ilustrarlo con una madre que da su vida por su hijo. Puedo ilustrarlo, ¿verdad? Un poco como una madre que quiere adoptar un hijo porque quiere expresar amor. Quiero mostrarlo un poco en En otras maneras, pero de esto no puedo. Por cuán grande es el amor de una madre, no puede igualar el amor de Dios. Así que tenemos que acercarnos a Dios para disfrutar de su amor. La última cosa, si puedo ilustrar el amor de Dios con la madre. Primero de Juan 4, 19. Primero de Juan 4, 19. Nosotros le amamos a él. ¿Por qué? Porque él nos amó primero. A lo mejor hay algún novio que dice, te amo. Y da demostraciones del amor antes de que la muchacha le ame a él. Él le lleva flores y chocolates, yo no sé qué. Y dice, te amo. ¿Por qué? Porque quiere que la muchacha le ame a él. Así que él le ama a ella primero. Y si es al contrario, que él no le ama a ella, ella hace ciertas cosas. Ah, ¿verdad? A lo mejor le compra flores y chocolates o algo, ¿verdad? Pero alguien tiene que demostrar amor primero. para que el otro responda a ese amor. Así es una madre, demostrando el amor de Dios, que le amamos a ella porque ella nos amó primero. Amamos a Dios porque él nos amó primero. El hecho es que para implantar el amor en nosotros, muchas veces otra persona tiene que amarnos para extraer de nosotros el amor. Nuestras madres nos amaron primero. Arriesgaron sus vidas para dejarnos nacer. Dice que una madre no llega más cerca de la puerta de la muerte que en el nacimiento de su hijo. Yo sé que mi esposa casi murió con un par de los partos que tenía, primero especialmente, que era cesárea, media noche en España, y allí entonces, cosa tremenda, preocupados mucho por ella, ¿verdad? Muchas mujeres aquí entienden eso. El hecho es que una madre no solo dio parto y vida a su hijo, pero luego se dedicó para criar al hijo día y noche con él en la cuna cuando tenía fiebre, allí dándole su biberón o su propio pecho y su propia vida. Yo sé que mi esposa quería lo mejor para nuestros hijos. Todos así tenían pecho de mamá. Algunos hasta casi tres años de edad. Pero el hecho es que quería lo mejor para mis hijos. Y mi esposa, como ahora, ella no lo reconoce, ¿verdad? Pero delgadita, delgadita, flaquita. Porque siempre estaba dando todo lo suyo a los niños. Y se quedó con casi nada. Pero el hecho es que las madres sacrifican para sus hijos, para mostrarles el primer amor. Y así Dios nos demuestra su amor primero a nosotros, primero en crearnos como nuestro Creador. Segundo, en proveer por nosotros comida, fuerza, mente, todo lo que tenemos, su provisión. Luego nos da su promesa de estar con nosotros hasta el fin del mundo. de llevarnos al cielo, devolver para nosotros. Luego nos da su protección día tras día como escudo, como castillo fuerte es nuestro Dios para guardarnos de los enemigos. Luego nos da su perdón cuando le fracasamos, le fallamos, somos rebeldes contra él. Dios nos perdona, nos protege, nos promete, nos provee. Dios nos cría, Dios nos crea. Todo antes de responder nosotros, para mostrar que si le amamos a Él, es porque Él nos amó a nosotros primero. Y para darnos una demostración de eso, nos dio madres que se sacrificaban y se sacrifican por nosotros. Primero, para inspirarnos a amarlas a ellas y amar a Dios. Si no podemos reflejar ese amor en nuestras vidas, será porque no somos cristianos. ¿Cómo reflejar ese amor? Eso es el domingo que viene, cómo reflejar el amor de Dios, evidencias del amor de Dios en nosotros. Pero hoy tenemos cómo demuestra Dios su amor. Primero, por su gracia en llamarnos sus hijos. en demostrarnos la misericordia de salvarnos solo por ser creyentes, no por buenas obras, solo por ser creyentes. Y segundo, él puso su vida por nosotros, como una madre está dispuesta a poner su vida por sus hijos. Tercero, más que una madre, él envió a su hijo a morir por otros, por mí. para salvarme a mí. Dios dio a su Hijo Unigánito, a quien amaba. Y entonces, Dios hace todo para tomar la iniciativa y amarme primero, para que yo le ame a él en respuesta a su amor. ¿Aprecias el amor de Dios? ¿Crees que Dios te ama? Si crees que Dios te ama, has respondido para amarle a Él. Mamá, yo sé que siempre me has amado, pero no he estado agradecido. Ahora, mamá, te amo. Palabras más bonitas en toda la vida si son de un corazón sincero. Mamá, gracias por todo lo que has hecho. Te amo. Pero padre, casi puedo decir madre de Dios. Padre, como tú me has amado primero, lo siento mucho que no lo he dicho antes. Pero ahora, Señor, te digo con sinceridad, Te amo. Me entrego para demostrarle mi amor de aquí en adelante. De pie, por favor. Nuestro Padre celestial, gracias por las madres y como demuestra el amor de Dios. Ayúdanos a nosotros a responder a las madres con amor, después de responder a Dios con amor. Un amor que puede perdonar en el poder de Dios, que sólo Él puede ayudarnos a perdonar lo imperdonable. Un amor que puede confesar a Dios que le hemos fallado y fracasado, respondiendo el amor sacrificante de Dios. Te he mostrado el amor sacrificante de una madre. El amor perdonador de Dios. Te he mostrado el amor perdonador de una madre. Y cuando llega al extremo que una madre, los hijos han hecho cosas imperdonables, ayuda a cada madre aquí a acercarse a ti para buscar de ti un amor sobrenatural, un amor divino. que puede perdonar lo imperdonable, como Dios nos perdonó a nosotros. Ayúdanos, Señor, decir a nuestras madres, te amo. Mi madre no está aquí, ya está en el cielo. Pocas veces escucho las palabras, te amo, mamá. Y ya no tengo oportunidad de volver atrás para decir gracias por todo tu sacrificio por mí, gracias por todo tu perdón. Te amo, mamá. Y quiero hacerte feliz, como tú has tratado de hacerme a mí feliz. Pero primero, ayúdanos a ir a Dios y decir, Señor Dios, Padre Celestial, te amo, porque tú me amaste primero. Ayúdame ahora a demostrarte que te amo. No solo decirlo, pero demostrarlo en santidad y obediencia y fe.
El Amor de Dios en 1 Juan
Series 1-3 Juan
Iglesia Bíblica Bautista Antioquia
Sermon ID | 512242015448026 |
Duration | 44:15 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 John 3:1-2; 1 John 4:19 |
Language | Spanish |
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.