El título del sermón es cuando las pruebas ponen a prueba nuestra fe, Escritura Primera de Reyes 15, 11 y Segunda de Crónicas 14, 8 al 15, en la serie El Reino Eterno. Dice así la santa y divina palabra de Dios en Primera de Reyes 15, 11. Asa, hizo lo recto ante los ojos del Señor, como David su padre. Amén. Sigamos a la segunda porción. Segunda Crónicas 14.8 dice, Asa tenía un ejército de 300.000 hombres de Judá que llevaban escudos grandes y lanza, y 280.000 hombres de Benjamín que llevaban escudos y usaban arcos. Todos ellos eran valientes guerreros. Sera el etíope salió contra ellos con un ejército de un millón de hombres y 300 carros y vino hasta Maresa. Aza salió a su encuentro y se pusieron en orden de batalla en el Valle de Cefatá junto a Maresa. Entonces, Aza invocó al Señor su Dios y dijo, Señor, no hay nadie más que tú para ayudar en la batalla entre el poderoso y los que no tienen fuerza. Ayúdanos, oh Señor, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre hemos venido contra esta multitud oh señor tú eres nuestro dios que no prevalezca ningún hombre contra ti el señor derrotó a los etíopes delante de asa y delante de judá y los etíopes huyeron pero asa y el pueblo que estaba con él lo persiguieron hasta gerar cayeron tantos etíopes que no pudieron rehacerse, porque fueron destrozados delante del Señor y delante de su ejército. Los de Juda recogieron mucho, muchísimo botín. Después destruyeron todas las ciudades alrededor de Gerar, porque el Terol del Señor había caído sobre ellos. Y todas las saquearon, pues había mucho botín en ellas. También hirieron a los que poseían ganado y se les llevaron gran cantidad de ovejas y camellos. Entonces regresaron a Jerusalén. Padre, te damos gracias por tu palabra. Pedimos que la uses de una manera alentadora, una manera, padre, instructiva, una manera, padre, correccional. Lo que necesitemos, usa tu palabra para traer a nuestras vidas. Enséñenos, padre, la importancia de ser hombres y mujeres. dedicado a Dios y a su palabra, en obediencia a todo lo que dice tu palabra, hombres y mujeres que se ponen de pie en el medio de la batalla y hombres y mujeres que saben confiar en el Dios, que es el medio de la victoria. Pedimos todo esto en el nombre de Jesús y para tu gloria. Amén. Ya me pueden tomar asientos. Amados, en nuestro último sermón, de esta serie, nos regocijamos en la paz que Dios le dio al rey Asa durante los primeros diez años de su reinado. Vimos cómo Asa derribó a los ídolos, él llamó a Judá a buscar al Señor y usó el calma misericordioso que Dios le había dado para prepararse para las futuras batallas espirituales. Esta fue un imán de verdadera piedad un rey que honraba a Dios y una nación que experimentó el descanso como una bendición que fluía de la obediencia hacia Dios. Pero el pasaje de hoy nos recuerda de una verdad crucial. El descanso no significa retirarse de la lucha espiritual. El enemigo no permanece callado para siempre. Y la paz que Dios da es real pero también es una gracia para prepararnos para las batallas futuras venideras. En nuestro pasaje, la fe de Aza expuesta a prueba, un ejército enorme se levanta contra un millón de hombres, 300 carros, que viene siendo equivalente hoy de 300 tanques, si podemos considerar algo así. Viene este gran ejército contra Aza y contra Judá. Se levanta esta este ejército contra él, mucho más fuerte que Judá. Este es el momento en que se revela la verdadera confianza del rey y del pueblo del Señor. Y la pregunta no va a ser como fue antes. ¿Aza eliminará a los ídolos en tiempos de paz? Ahora la pregunta es, ¿confiará a Aza en Dios en tiempos de guerra? Esa es la pregunta que está delante de nosotros hoy para considerar. Al estudiar este pasaje, veremos que el mismo Dios que da descanso es quien da la victoria, pero solo cuando su pueblo confía solamente en él y no confía en sí mismo. Bueno, todo eso dicho, miremos el versículo 11 de Primera de Reyes, capítulo 15. La vida que honra a Dios. Asa hizo lo recto ante los ojos del Señor, como David su padre. Amados, este es el versículo que consideramos la última vez al examinar la vida y el legado del Rey Aza. Es una declaración sencilla, pero increíble. Él dice la palabra de Dios, hizo lo recto ante los ojos de su Dios. Algo increíble para considerar. ¿Qué significa realmente para que un hombre, un rey como Aza, haga lo que era recto ante los ojos del Señor? ¿Qué significa? Que usted haga lo recto delante de los ojos del Señor. En nuestro último sermón en la serie vimos varias verdades de la vida de Asa. Aprendimos las cinco, las siguientes cinco verdades en nuestro último sermón. Un hombre de Dios practica la piedad incluso cuando está rodeado de la impiedad. Número dos, un hombre de Dios no tolera el mal sino que se opone al mal. Número tres, Un hombre de Dios busca al Señor con fervor. Número cuatro, un hombre de Dios camina en obediencia y conoce la bendición de la paz por su obediencia. Y número cinco, un hombre de Dios aprovecha los momentos de paz para fortalecer su caminar para el futuro. Esto no eran solamente marcas en las vidas de Asa, sino que deben ser marcas de todo hombre y mujer que le pertenece al Señor. Hoy al continuar analizando la vida de Asa a través de segunda de crónicas consideraremos más señales de lo que significa ser agradable al Señor. Miremos entonces segunda de crónicas, miremos el capítulo 14, versículo 8, donde eso nos insta otra vez a reconocer que es necesario prepararnos antes de la tormenta. Yo sé que hablamos de esta verdad en el último sermón. Usted puede decir pero pastor acabamos de hablar de eso sí pero aquí se menciona de nuevo y si Dios lo menciona pues lo vamos a redecir porque es algo importante para nosotros, importantísimo para nosotros reconocer. Miren el versículo 8, Haza tenía un ejército de 300 mil hombres de Judá que llevaban escudos grandes y lanzas, y 280 mil de Benjamín que llevaba escudos y usaban arcos. Todos ellos eran valientes guerreros. Un ejército de casi 600 mil hombres tenía el rey Asa. Nuestro pasaje comienza con un archivo del ejército de Asa. Durante los 10 años de paz, el rey no desperdició el tiempo Aza se dedicó a prepararse, pues sabía que vendría tiempos de prueba. Ese es el curso de la vida. Tenemos momentos altos y tenemos momentos bajos. Tenemos momentos donde todo está bien. Los lugares, pastos delicados, el agua fría. Jehová es mi pastor. Nada me faltará. Qué lindo el día. Pero sabemos que después de esos momentos viene el valle de la sombra de las muertes. y no temeré porque Él está conmigo y tengo que seguirle a Él. Haza entendía esto y en los momentos de paz se dedicó a preparar a Israel espiritualmente enseñó maestros como vamos a ver a enseñar la palabra de Dios a un pueblo que se le había olvidado la palabra de Dios purificó a Israel quitando los ídolos y los templos y causó que ellos regresaron completamente a Dios y preparó un ejército para ponerse de pie si acaso se necesitaba para proteger lo que Dios le había dado. En este tiempo de descanso, Asa fortaleció al reino tanto espiritual entonces como físicamente. No presumió de la paz de Dios, sino que la usó con sabiduría. Se nos habla de un ejército de hombres que por la misericordia de Dios fueron descritos como hombres valientes. Eran hombres honorables, guerreros. Devotos al Señor Dios, leales a su Rey y fieles a su tierra. Esto fue el fruto de la fidelidad de Aza porque Aza amó a Dios. Aquí tenemos ese ejército listo para pelear. Es algo increíble considerar. ¿Qué ejemplo entonces tan poderoso nos da el Rey Aza? Nos recuerda que el momento para prepararse para los pruebas espirituales no es cuando llega la tormenta sino antes durante los tiempos de calma cuando Dios nos concede descanso y si usted utiliza el tiempo que Dios le da a esos momentos de descanso para correr a los medios de la gracia para orar, leer la palabra de Dios, cantar para venir a escuchar la palabra de Dios predicada Si usted usa esos momentos para preparar su vida, cuando vengan las tormentas, cuando el miedo suba, usted va a poder por la fe tragarse ese miedo, empujarlo hacia abajo y ponerse de pie en medio de la prueba. No sé cuántos cristianos yo he visto cuando viene la prueba, la prueba se despedaza, se caen en pedazos porque no estaban listos por lo que venía, porque no se prepararon. Haza fue un hombre que se preparó en paz, para mantenerse firme en tribulaciones difíciles y podemos ver aquí viene la prueba miren el versículo 9 y 10 Fe en el valle de la sombra de la muerte dice la palabra de Dios claramente después de casi 10 a 15 años Zera el Etiópio salió contra ellos con un ejército de un millón de hombres y 300 caros y vino hasta Maresa Hasta salió a su encuentro y se pusieron en orden de batalla en el Valle de Cefata junto a Maresa. Aquí viene este ejército. Aquí se nos presenta un momento pero muy peligroso en la historia de Judá. Un gran enemigo había llegado, uno que lo superaba en tamaño, fuerza y recursos. Un millón de hombres comparado a casi 600 mil. 300 carros, tanques, vamos a decir, con solo escudos. Podemos ver aquí que la situación es grave. Un ejército que había marchado y acampado, destruido nación a nación y ahora había llegado a Ojudá. ¿Qué van a hacer? ¿Qué van a hacer? El peligro era real. Este ejército venía con la intención de conquistar y destruir al pueblo de Dios para saquearlos. Aza ahora enfrentaba el momento que sabía que iba a llegar, una prueba de fe ante una situación abrumadora. Es fue durante el tiempo de descanso que él se preparó para este momento específico. Y vamos a aprender mucho del rey Aza aquí. Hermanos y hermanas, ¿qué debemos hacer nosotros cuando surgen momentos así en nuestras vidas? Cuando las pruebas que enfrentamos parecen demasiado grandes, agudas y fuertes para que la podamos soportar. Cuando sentimos que el enemigo ha llegado hasta nuestra puerta y está tocando a la puerta, quiere entrar. Esto es lo que estaba ocurriendo en este instante. Etiopía había llegado, había conquistado naciones. Ahora estaba en la tierra de Israel, marchando hacia la capital. ¿Qué vamos a hacer en esos momentos? Cuando podemos mirar que no tenemos la fuerza, no la habilidad, el enemigo parece muy poderoso y nosotros parece que vamos a morir. Aza nos da un ejemplo para nosotros seguir. Lo primero que él hizo es lo que no hizo y mira aquí, él no huyó. Él no huyó, no retrocedió, ni dejó que el miedo dictara su respuesta. Porque él se había preparado en los tiempos de descanso, porque él había invertido tiempo en amar a Dios y en establecer su relación con Dios. Cuando viene el enemigo, él siente ese terror que cada persona sentiría en esta situación. Cuando el problema es tan grande, uno siente terror, siente miedo, pero él no dejó que el miedo dictara como el hombre de Dios iba a actuar. Es algo increíble para considerar. La reacción natural bajo una fuerza así, una prueba tan grande es tratar de correr o enterrar la cara en la tierra como pretender que no está ahí o llorar o darnos por vencido. Pero mire que Aza hizo nada de ello. Él era un hombre igual que usted y yo. Él sentía lo mismo que usted iba a sentir. Y yo siento en esas situaciones, el miedo surgió, pero él pudo, por la fe que él había ejercido, por la fe que él había alimentado, empujar ese miedo hacia abajo y ponerse de pie en su fe. Es algo increíble considerar. aunque el ejército que le enfrentaba era grande y aterrador, alza se mantuvo firme y dice la palabra de Dios que avanzó con fe y amados este es el llamado para cada hijo de Dios debemos recordar que el mandato que Dios le dio a Josué en el Antiguo Testamento es el mismo mandato que nos da a nosotros hoy usted recuerda Josué, Moisés acaba de morir Ahora le dice todo Israel, tú eres el nuevo líder y te vamos a seguir y amar igual que seguimos llamado a Israel. Y él está pensando, ojalá que no, porque lo trataron horriblemente al pobre Moisés. Y él tiene que ahora hacer lo que él pensaba que Moisés iba a hacer, liderear al grupo, entrar a la tierra prometida, conquistar la tierra. El terror debe haber surgido. Pero el Señor viene y le habla y le dice lo siguiente No te lo he ordenado yo, sé fuerte, sé valiente, no temas ni te acobardes porque el Señor tu Dios estará contigo donde quiera que tú vayas Usted ha leído, yo estoy seguro en la palabra de Dios, varias lugares donde el Señor te diga no temas, no temáis, no tengas miedo Y uno dice ¿Pero cómo no voy a tener? Es natural, es una emoción que surge cuando miramos el peligro Es como tú me creaste a mi Dios Lo que Dios le dice a Josué y lo que Dios prueba en la vida de Sad es que no está realmente mandándote a no sentir lo que tú sientes Lo que Él se está mandando es no actuar en lo que tú sientes A caminar por fe y no por tus sentimientos, no por vista ¿Sientes miedo? ¿Sientes terror? ¿Quién no? trágatelo y párate en la fe y diré yo actuaré en fe y no en mis emociones mis emociones siempre me traicionan esta palabra que se le fue dada a Josué también es para todo cristiano en Cristo andamos por fe y no por vista y eso significa que no medimos nuestra esperanza por lo que vemos sino por quien es nuestro Dios escuche lo que acabamos de decir es tan importante nosotros no medimos nuestra fe por lo que vemos sino por quien Dios es porque lo que vemos causa terror pero si quitamos la vista en lo que vemos y miramos al Dios verdadero decimos pues quien puede con nuestro Dios Asa dice la palabra de Dios que hizo algo impresionante ¿lo leyeron? salió a encontrarse con este ejército tiene un ejército más grande que él con una armadura mejor que él más fuerte, más poderoso, más temible como hombre de Dios se levante le dice a los 600 a los 580 mil hombres vámonos no podemos contra ellos pero nos ponemos en línea nos ponemos en orden de batalla vamos a pelear y si morimos por la causa de Dios morimos gloriese a Dios amén qué gran ejemplo Se enfrentó a la amenaza de frente, hizo lo que un rey piadoso, lo que un hombre piadoso debe hacer Dice, salió al encuentro del ejército invasor, Judas se puso en orden de batalla Vamos a perder, nos van a matar, pero aquí nos paramos Aquí peleamos porque Dios, por las cosas que Dios nos ha dado No vamos a rendirnos No sé lo que haga esto a su corazón, pero conmueve mi corazón Digo Señor, yo quiero ser un hombre así no importa los números, no importa cuánto yo vaya a perder, no importa la fuerza más grande, si siento el temor, pero me lo trago, me pongo de pie, avanzo hacia adelante, escribo las líneas y desafío al enemigo que siga hacia adelante y amados, nosotros también entonces debemos hacer lo que hace aquí, no con espada, sino con oración, con la verdad y con toda la armadura de Dios, Efesios capítulo 6 Y hace algo impresionante hace aquí en ponerse de pies en marcar y poner la línea en batalla y poner el ejército él se entrepone entre el ejército que estaba avanzando enemigo y Israel él se pone en el medio como un intercesor para tú llegar a Israel a Judá para tú matar a mi familia a los que yo amo para tú conquistar la tierra para tú quitarme las bendiciones de Dios primero me tienes que matar a mí Amén si muero, muero, pero para tu quitarme lo que Dios me ha dado me vas a tener que matar a un enemigo yo no rindo, yo no obsequio nada de lo que Dios me ha dado y en este momento se parece mucho a Jesucristo entre medio del enemigo y el pueblo de Dios entre medio del pecado y el pueblo de Dios la amenaza y el pueblo de Dios a eso se puso en el medio el no permitió que el enemigo avanzara sin oposición que el enemigo capturara sin oposición suya. El pueblo de Dios y la tierra de Dios tienen que ser defendidas. Lo que Dios ha dado no puede ser abandonado al enemigo. Y amados, presten mucha atención. En tiempos de prueba, no cedemos el terreno que Dios nos ha dado. Escuche, por favor, hombre de Dios. No entreguemos a nuestras familias No entreguemos a nuestros matrimonios, no entreguemos a nuestras iglesias, no entreguemos a nuestros corazones al enemigo sin una batalla. Mantenemos nuestra posición incluso si la batalla es costosa y las probabilidades parecen imposibles. Pero el hombre de Dios batalla por lo que Dios le ha dado. ¿Cuántos matrimonios hemos visto? que se deshace porque uno ya no puede y el otro ya estoy alto y abandonan las bendiciones que Dios le ha dado cuantos de nuestros hijos han sido abandonados por padres que dicen bueno traté y hice lo mejor que yo pude pero tú sabes son tercos estos niños de hoy no, no, no peleamos por lo que vale amén escuchen otra vez peleamos por lo que vale y todo lo que Dios le ha dado a usted vale mucho amén no lo ceda, no lo ceda mira el versículo 11 entonces Bueno, miramos que él se preparó en el tiempo de descanso, levantó un ejército, con ese ejército se opuso al enemigo, se puso en orden de batalla, no dejó que el enemigo avanzara. Y ahora esperamos que él se vista de armadura, que saca una espada grande, se munte en un caballo blanco, le dé palabras de aliento a su ejército, vamos a pelear, vamos a seguir hacia adelante. Nosotros sí podemos contra ellos, pero no encontramos nada de eso. El versículo 11 nos enseña que en el medio de la batalla el soldado tiene que orar, en el medio de la batalla el soldado tiene que orar. Dice, mire el versículo 11 Entonces Asa invocó al Señor su Dios Y dijo Señor no hay nadie más que Tú Para ayudar en la batalla entre los poderosos Y los que no tienen fuerza Ayúdanos oh Señor Dios nuestro Porque en Ti nos apoyamos Y en Tu nombre hemos venido Contra esta multitud Oh Señor Tú eres nuestro Dios Que no prevalezca ningún hombre contra Ti Que hermosa oración Y nos enseña mucho Aza se puso en línea, Aza se tragó el miedo, él se preparó en tiempo de descanso, él no dejó que el enemigo avanzara, pero lo primero que hace, de vez de ponerse para pelear, lo primero que él hace es se hinca y empieza a orar. Amados, aunque estamos llamados a participar en la batalla, Seríamos imprudentes, incluso necios de corazón si luchamos con nuestras propias fuerzas. La verdad es que estas pruebas que enfrentamos están más allá del poder humano. Escuchen lo que voy a decir, es muy importante. No podemos vencer al enemigo por nuestra cuenta. Es imposible. Así que presten atención. Aza nos enseña a luchar la batalla espiritual. Lo primero que hace Asa es acudir a Dios en oración Dice la palabra de Dios y Asa invocó al Señor su Dios Asa comprendió una verdad espiritual que recorre por todas las escrituras Las pruebas terrenales siempre tienen origen espiritual Escuchen otra vez Las pruebas terrenales siempre tienen origen espiritual, eso es lo que nos dice Efesios 6.12 porque nuestra lucha no es contra que sangre y carne sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes paremos de luchar uno contra el otro paremos de luchar hombre contra hombre reconozcamos que las pruebas terrenales tienen origen donde en el ámbito espiritual esposos peleando con sus esposas esposas peleando con sus esposos niños no obedeciendo a sus padres vecino contra vecino pelea y angustia y miramos a la otra persona como que es el enemigo y se nos olvida que toda, toda, toda prueba terrenal tiene origen espiritual. ¿Y cómo podemos comprobar esto? ¿Qué hace Asa? Él no dice vamos a pelear hombre contra hombre Él dice oh Señor ayúdanos Él recurre al ámbito espiritual porque reconocía si esto eran Etiópias, si esta era una nación Ellos no sabían que eran instrumento del enemigo Ellos querían conquistar y hacer el mal de su corazón Ellos querían captar y enriquecerse Ellos querían tomar tierra y destruir naciones Ellos venían como hombres para pelear con hombres pero Asa haza, empieza a orar porque dice esto es espiritual todo esto siempre tiene que un origen espiritual y de vez de pelear en el ámbito físico le empieza a pelear a donde en el ámbito espiritual orando pueden verlo amados la batalla no era contra él y los hitiópies él iba a tener que avanzar él iba a tener que pelear contra ellos pero antes de avanzar contra ellos él sabía que él tenía que pelear contra el enemigo orándole a Dios del cielo Amados, reconozcamos esta verdad. ¿Por qué pelear uno con el otro sin realizar que la verdadera guerra, dice la palabra de Dios, es contra principados y contra potestades? Entonces, amados, ¿qué aprendemos aquí en nuestros momentos de dificultad donde debemos acudir primero? ¿Qué es lo primero que debemos hacer? Tenemos que ir al lugar de oración, al ámbito espiritual, al trono de la gracia, a nuestro Dios. Eso es lo que hizo Asa. Consideren el extento de la oración de Asa. Señor, no hay nadie más que tú para ayudar en la batalla entre el poderoso y los que no tienen fuerza. ¿Dónde comienza Asa? Él comienza su oración como toda oración verdadera debe de comenzar. Primeramente elevando la mirada al Dios trascendente. Dice, ¿pero cómo? No hay nadie como tú. Tú eres el único que tienes el poder Ningún hombre puede vencer a Dios ¿Pueden ver? Él no fala, la oración es Señor ayúdame que tengo terror A veces llegamos al Señor vomitando ¡Ay Señor! En vez de aplacarnos delante del Señor Y si sabes que Dios, Tú eres el Dios El Dios trascendente, el Dios Todopoderoso, el Soberano No hay nadie como Tú Dios y cuando reconocemos quien es Dios, las propiedades, los atributos incomunicables de Dios y quien es Él viene una calma sobre nuestras almas que es un ejército de un millón de hombres humanos contra el Dios que nadie puede ser como Él pueden ver la mirada cambia de lo terrenal a lo que espiritual miren lo que Él dice no hay nadie más que tú En otras palabras, él está hablando de la doctrina que Dios es único. Imagínense, el único poder, el único Dios del cielo. Él dice, ayúdanos Señor. Él es el Dios omnipotente, el que tiene el poder para ayudar. Él dice, tú eres más poderoso que todos los poderosos y ayudas a los débiles. Tú eres soberano Dios. Humillas al hombre orgulloso y al hombre débil los levanta. Tú eres el Dios, eres el Dios único, eres el Dios omnipotente, eres el Dios soberano, tú eres el Dios trascendente. Oh Dios, quiero fijar mi mirada en Ti porque mi corazón quiere ver las cosas terrenales, pero si miro hacia arriba y miro quién es Dios, calma en el medio de la tormenta. Es algo increíble considerar. Así, amados, cuando ustedes estén orando en medio de sus pruebas, ¿qué deben de hacer? Bueno, recuerden a quien lo están hablando. No corremos hacia un Dios entre muchos dioses, corremos hacia el único Dios, al incomparable. Amén y Amén. Amados, observe también la segunda parte de su oración. Aza habló de la debilidad del hombre hasta comprende la su dependencia y aquí se mira cuando Él dice ayúdanos porque tú solo puedes ayudarnos Él está admitiendo algo de sí ¿verdad? si Él es fuerte, si Él es poderoso, si Él tiene toda la habilidad si su orgullo le dice que Él no necesita de nadie Él no estuviera pidiendo que ayuda pero aquí lo encontramos orando sorprendidos no ver a este Rey a caballo con espada Lo encontramos que arrodillados, llorándole y clamándole a Dios. Ayúdanos. Eso de ayúdanos significa que yo no tengo la habilidad de ayudarme a mí mismo. Hazza comprende la dependencia. Hazza reconoce su propia impotencia. Hazza no confía en sí mismo. Sabe que está indefenso, separado de Dios, él no puede hacer nada. Y esto de admitir nuestra impotencia, escuche, es difícil, ¿verdad que sí? Porque hay tanto orgullo en nuestras vidas. Tanto yo puedo liderar con este problema, yo no necesito nada ni nadie, yo lo puedo hacer. Haza no confiaba en sí mismo. A menudo nos sentimos tentados a creernos fuertes, capaces, autosuficientes pero las palabras de aza nos humillan aquí está el rey de rodillas sin avergonzarse de admitir que él es impotente que él necesita de dios y si un hombre como un rey puede hincarse y orar señor ayúdame porque nosotros no porque el orgullo el orgullo es algo terrible lo hemos visto es algo horrible de ver en un hombre El hombre rehúsa doblar la rodilla. El hombre rehúsa ser humilde. Y aquí le miramos al rey en sus rodillas. Qué aliento para el ejército mirar a su rey llorando y buscando de Dios en el medio de la batalla. Él se inca. Él ora. Él pide ayuda. Él admita que está en defensa. Considere al rey Nabucodonosor. que gran Babilonia yo ha creado con mi propio poder e inteligencia si yo soy un hombre grande soy el mejor rey de toda la tierra del pasado, presente y futuro y viene la voz de Dios te voy a humillar y si usted lee el pasaje cuidadosamente usted puede ver que el Señor le dice tu vas a perder tu sentir tu habilidad de pensar vas a creer que eres un animal te voy a mandar afuera a comer el zacate Lo que puedas encontrar para sos Vas a dejar que el rocío de la mañana caiga sobre ti Tu cabello va a crecer largo Tus uñas se van a hacer como garras Porque van a crecernos Te vas a descuidar Vas a pensar que eres animal y vas a comer el zacate Te voy a humillar y Dios dice por siete años Y nosotros decimos por siete años Pero algo dice interesante Dios El siguiente dice Te voy a humillar hasta que tú reconozcas Quien soy yo y quien eres tú predestinado siete años, porque ese era el orgullo que estaba en el corazón de este hombre. Entonces yo le dije, tú vas a quedarte afuera hasta que tú te rindas. Y pensamos que solo una hora de comer zacate sería suficiente para nosotros. Es decir, me rindo, oh Dios, no me gusta el zacate, no quiero estar aquí afuera como un animal. De cierto, si no una hora, por lo menos un día sería suficiente. A lo mejor, ¿qué? Una semana. Ok, después de un mes no vamos a arrepentir, ¿verdad que sí? ¿Qué tal un año? ¿Qué tal siete años después? Tanto orgullo había en este corazón que le tardó siete años de pelear con Dios Siete años diciendo estoy comiendo zacate hoy, pero mañana no Mañana por mi poder yo me levanto Tú no me puedes humillar de este punto Yo soy el Rey Nabucodonosor No hay Rey como yo Y Dios sigue comiendo zacate Dime cuando te vayas a rendir Después de siete años hice la palabra de Dios que alzó sus ojos al cielo El alzar sus ojos al cielo era que me rindo Me rindo Dios El Señor le dice inmediatamente lo restauró Que terrible es el corazón humano amados lleno de orgullo ¿Cómo está su corazón hoy? ¿Cómo está su corazón hacia su esposo, hacia su esposa, hacia su hermano en el Señor? ¿Dónde está el orgullo en su vida? Azaquí no tenía ningún orgullo, se humilló delante del Señor. Mire con qué palabra linda él empieza. Después de considerar quién es Dios, él dice, ayúdanos. Este es el llanto de un niño que Sabe que no puede seguir adelante sin la ayuda de su padre. Él es el llanto de quien ha llegado al límite de su fuerza. Él es el llanto de la persona impotente. Ayúdame o me muero. Así que amados, en su vida de oración, en el medio de las tribulaciones, ¿qué debe hacer usted? Reconocer su debilidad, su impotencia. Amados, no la oculten. Llévansela a Dios, digan de inmediato Señor necesito tu ayuda, sin ti no puedo, sin ti me muero Consideren los discípulos, el Señor Cristo lo mandó en el barco para cruzar al otro lado El Señor Cristo sabía que venía aquí una tormenta severa, ellos no sabían, los mandó afuera y empezó a llover, empezó el viento, las olas empezaron a entrar al barco, empezaron a sacar el agua y estoy seguro, dice la Palabra de Dios, estamos seguros que ellos al principio, pues somos marineros, hemos visto tormentas, esto no es nada, podemos liderar con ellos, tan seguros estaban que sí, que pelearon y peleando contra la tormenta, dice la Palabra de Dios, toda la noche. El orgullo es algo terrible de sacar el hombre. Dice la palabra de Dios que cuando llegó la mañana, casi la mañana, cuando perdieron toda esperanza de salvarse, es cuando Cristo vino. ¿Pueden verlo? Cuando no había orgullo, cuando había derrota, cuando había el rendirse, viene Cristo y los salva. Empecemos en ese lugar. Señor te necesito. Señor, no hay orgullo en mí. Padre, si tú no me ayudas, aquí morimos. Asa no empieza, yo soy rey, yo tengo poder. Él empieza, Señor, ayúdanos. De Ti dependemos. La cuarta cosa que miramos en su oración, vemos que Asa comprendió que la ayuda divina solo está disponible para los hijos de Dios. Oh Señor, Dios nuestro. ¿Pueden oírlo? Dios Nuestro. Aza reconoce que solo se puede recibir ayuda divina del Padre cuando se tiene una relación con Él a través del Hijo. Aza confiesa esta relación. Tú eres Nuestro Dios. Los etiópias no son tuyos. Tú eres qué? Nuestro Dios, el Dios de Judá. El dios del pueblo. ¿Pueden ver la diferencia en lo que le está diciendo? Él no está concediendo que este es el dios de que los Hitiopis. Este era el dios de quien? Del pueblo de Judá. Había distinción y por favor pongan atención aquí porque es tan importante. Así que Asa está usando el lenguaje del pacto de Dios. nosotros estamos bajo pacto contigo somos tu pueblo ellos no están en pacto contigo tú no te revelaste a ellos ellos no tienen los mandamientos ellos no tienen la ley de Dios ellos son enemigos tuyo porque son enemigos de nosotros ellos no son tuyos y aquí hay una gran lesión verdad porque que es lo que quiere decir la iglesia moderna todos somos hijos de quien de Dios Y si queremos hablar de que todos somos hijos de Dios porque Dios creó a toda la humanidad. Amén. Eso es cierto. Pero el hijo de Dios es el que está en relación con Dios bajo Jesucristo. Lo demás son creación de Dios. Amén. Pueden ver la diferencia. En la Etiopía fue creado por Dios igual que el pueblo de Judá. Pero solo Judá podía decir que tú eres que nuestro Dios. En la Etiopía no podía decir eso porque no estaba en relación con Dios. y aquí le voy a decir algo que es a lo mejor difícil para escuchar pero nada de sus sacrificios, su religión, sus ceremonias, sus oraciones nada importa, Dios no escucha ninguna de ellas y usted no está en relación correcta con Dios solo por el Hijo de Dios es lo único que salva la religión, las ceremonias los sacrificios, las velas, nada de eso, nada de eso le importa a Dios. Esas son cosas humanas que nos hacen a nosotros sentir como que somos religiosos, pero no nos enseñan nuestra gran necesidad. Usted quiere estar bien con Dios, Él tiene que ser su Dios. Él tiene que ser su Dios. Aza reconoce que sólo se puede recibir ayuda divina si estamos en relación con Dios. Sólo los que pertenecen a Dios por medio del Evangelio pueden llamarlo verdaderamente nuestro Dios. Aza reconoció que Él era un pecador, que Él estaba destituido de la gloria de Dios, que Él ofendía a Dios con su pecado. Él reconoció que en Él no había justicia, que no era una buena persona, Él reconoció y esperaba que el Cristo iba a venir. Él estaba mirando hacia el futuro a la cruz. Nosotros miramos atrás a la cruz, pero todos estamos viendo a quien? A la cruz, a Cristo. Él estaba esperando el Mesías, el que iba a venir, el sacrificio que Dios había prometido. Y él puso su fe que Dios iba a mandar al perfecto hombre para morir por sus pecados. Y él tenía su fe en el Cristo venidero y fue salvo por esta verdad. y solo el que pone su fe en Cristo Jesús es el que le dice a Dios por primera vez sabes que Dios soy un pecador terrible no soy una buena persona y no me puedo ayudar a mí mismo no puedo vestirme de mi propia justicia porque esta fea son trapos inmundos soy un pecador como es que un pecador injusto puede hacerse aprobable al Dios que es santo imposible así que tenemos que correr aquí en a Cristo El que vino y vivió la vida ejemplar que nosotros no podíamos vivir. El que mantuvo la ley de Dios que nosotros quebrantamos. El que fue a la cruz como substituto. Al que muere por nuestros pecados para darnos su justicia. Sí, tenemos que estar vestido de justicia, pero no la de nosotros, una justicia ajena. La justicia que solo viene de quien? Cristo Jesús. Amado, si usted no ha hecho esto, arrepiéntase de sus pecados, arrepiéntase de la religión, arrepiéntase de las ceremonias, arrepiéntase de la idolatría ingerente en tantas religiones, ponga su fe solamente en Cristo, mírenlo a Él, pídeme que le perdone, camine con Él y verá que usted también podrá orar, confiado que el Señor oirá porque es su Dios, puede decir con el pueblo de Dios, Él es Nuestro Dios Las palabras de Asa reflejan entonces la esperanza del Evangelio que por medio de Jesucristo hemos sido reconciliados con el Padre por medio de Jesucristo somos adoptados hijos e hijas de Dios y ahora podemos acudir con certeza a Él en busca de ayuda porque somos hijos de Dios ¿Quiere acceso? ¿Quiere entrar al lugar santo donde está Dios? Quiere que su voz se nombre entre los santos de Dios, y no está hablando de santos como lo definen otras cosas, sino aquellos los redimidos de Dios. Venga Cristo Jesús, arrepiéntese de su pecado. Oh amados, solo por medio de la cruz de Cristo podemos orar verdaderamente al Dios del cielo. Dios no escucha ninguna otra oración, no importa quien lo haga, que santísimo creamos que sea la persona, Si esa persona es un idólatra, alabando cualquiera otra cosa, persona, que Cristo Jesús, sus oraciones no valen nada, no valen nada. No importa qué túnicas se pongan, qué santos se miren, cuánto la gente lloren, nada importa. Finalmente, a Azat le preocupaba entonces en su oración la gloria de Dios. Mire lo que él dice, que no prevalezca ningún hombre contra ti. No solo ora por la victoria, pero ora para que Dios sea glorificado. Él dice, Padre, el pensamiento que este grupo de etíopes nos derrote, nos destruye, que el mundo diga el Señor no pudo proteger a su pueblo y que tu nombre sea blasfemados por los blasfemos de este mundo, me causa gran dolor. Oh, Señor, no dejes que el hombre tenga victoria sobre ti. No deja que el hombre destruye lo que tú estás haciendo. Este pueblo te ha amado, ha regresado a ti, te está sirviendo. Oh, Señor, aquí estamos. Que la iglesia siga hacia adelante. Ojalá que nuestras oraciones estuvieran marcadas por este mismo deseo. Jesús nos enseñó a orar con la misma gloria de Dios en nuestra mente. En Mateo 6, 10, Él nos enseña a orar. Venga a tu reino, hágase tu voluntad. Así en la tierra como en el cielo. Amados, que nuestras oraciones busquen más que alivio personal, que busquen la exaltación de nuestro Dios sobre todo poder y institución humana. Amén. Miremos lo que ocurre con un hombre de Dios ahora de esta manera. Mire el versículo 12. Victoria mediante la obediencia. Y el Señor derrotó a los hitiópes delante de Asa y delante de Judá, y los hitiópies huyeron. Este versículo llama nuestra atención Dios nos llama a nosotros a nuestra atención Él dice contempla algo glorioso Él te dice en tu oído miren lo que fluye de una vida verdaderamente comprometida conmigo miren el fruto que proviene de confiar en mí de vivir en amor y obediencia a mí Amados el Dios del cielo no es un distante Dios un Dios indiferente Él ayuda a sus queridos hijos en tiempos de prueba Él está listo para actuar en nombre de su pueblo, no porque seamos fuertes, sino porque sólo Él es capaz. Los enemigos de los santos, ya sean espirituales o físicos, caen a los pies del Rey Jesús. Y aunque esto no siempre se vea inmediato en nuestras vidas, se nos promete la victoria completa y definitiva en el reino venidero. Yo sé lo que está pensando usted, pero yo he estado en esta pelea, esta tribulación, por un año, dos años, tres años. Tres meses, lo que sea. ¿Dónde está Dios? ¿Dónde está su ayuda? Me estoy ahogando. Hemos sufrido por los últimos tres años. ¿Dónde está Dios? Y yo le diría a usted, ¿está de pie? ¿Se ha rendido? ¿Se ha muerto? Usted dice, no, aquí estoy. Ahí está Dios. Amén. Es posible que solo una pierna usted pueda marchar hacia adelante, pero está marchando hacia adelante. Es posible que llorando usted marche hacia adelante, pero el Señor se asegura que usted marche hacia que? Adelante. Y es posible que usted esté en la batalla por 3, 4, 5 años, 10 años, 15 años, 20 años en su vida. Pero si usted es del Señor, seguirá hacia adelante. Amén. No ha muerto. Todavía está aquí de pie. Esa es la gracia del Señor. Y cuando lleguemos al final, Todo se ha corregido. Gloria sea a Dios. Aunque esto no siempre se ve, entonces sabemos que el Señor siempre gana. Salmo 110 dice lo siguiente. Dice el Señor a mi Señor, siéntate a mi diestra hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies. Este es el destino de todo enemigo de Cristo. El Señor los hará al estrado de los pies de Cristo, se inclinarán serán derrotados, nadie puede resistir al día del poder de Dios, amén. Él gana, Él ganó, Él gana y porque Él ganó y Él gana nosotros ganamos y ganaremos, amén. Gloria sea a nuestro Dios. Amados tengan ánimo, el pueblo de Dios es victorioso no porque ellos tengan fuerza sino porque Cristo ya triunfó sobre nuestros mayores enemigos Usted ya ha vencido por el poder de Cristo el pecado a Satanás y la muerte. Sus más grandes enemigos ya están derrotados. Gloria sea a nuestro Dios por ello. Mediante su cruz y resurrección, Él aplastó la cabeza de la serpiente. El aguijón de la muerte ha desaparecido y el pecado ya no reina sobre nosotros. Qué bendito es el pueblo del Señor. Que esta verdad les dé fuerza en sus pruebas y valor en sus oraciones. No están solos. La batalla le pertenece a quien? Al Señor. Listo. Disponible a cualquier momento. Ostará entrar al salón del trono y hablar con Él. Como hace lo hizo en medio de las tribulaciones. Para cerrar, miren el versículo 13 al 15. Le he titulado el botín de la obediencia. el botín de la obediencia. Iral fue, peleó, destruyó a los enemigos, tomó mucho botín, se enriqueció y regresó para atrás. Y aquí tengo un axiom para decirle a ustedes. Tras las pobrezas de las pruebas, viene el botín de la obediencia. Tras la pobreza de las pruebas, viene el botín de la obediencia. ¿Qué aprendemos? Que Dios enriquece al creyente después de las tormentas, el sufrimiento y las pruebas. Aunque la prueba nos despoje, también nos santifica. Y lo que ganamos al final es mucho más valioso que lo que perdemos. El enemigo está derrotado aquí. El pueblo saquea el campamiento del enemigo. Y este es el modelo de la victoria cristiana. La prueba conduce a nuestra obediencia, la cual conduce a la bendición de Dios. En nuestro sufrimiento aprendemos a depender en Dios, aprendemos a apoyarnos, no en nosotros mismos, sino a Cristo. Hemos mirado fotos de hombres que han dependido en sí, en la palabra de Dios, ha sido un desastre. A Pedro se le indicó que Cristo se iba a ir a sacrificar, y morir por ellos Pedro saca su dedo y se lo pone en la cara de Cristo y le dice no es bueno que tú te vayas Cristo lo reprende Cristo le instruye a Pedro y le dice mira todos me van a negar esta noche Pedro otra vez saca ese mismo dedo se lo pone en la misma cara de Cristo y le dice absolutamente nunca jamás yo te negaría Cristo le dice antes que cante el gallo me vas a negar Pedro le dice no y cometiste un error Oh Cristo, imagínese, imagínese el orgullo de decirle a Dios que está mal, porque yo tengo que estar bien. Eso es un terrible orgullo, ¿verdad? Comen en el aposento alto, Cristo les lava los pies, con las pancitas llenas de buena comida, salen a orar. Cristo les advierte al Pedro, Satanás ha pedido permiso para zarandearte como el trigo. Él dice, no, no es posible, yo estoy bien. La estupidez es contagiosa. Todos los discípulos dicen lo mismo. Yo tampoco te voy a negar nunca más. Y en el tiempo, amados, en el tiempo de descanso, suben al jardín de Getsemaní. Y usted dice, ¿pero cómo es un tiempo de descanso? Si sabemos nosotros, porque podemos mirar hacia atrás, que venía la prueba más grande de sus vidas, ¿verdad? Y de Cristo. Pero imagínense la escena. Acaban de comer, están llenecitos. suben a un hermoso jardín a orar y está a las olas es un tiempo de descanso no hay batalla al frente de ellos por ese momento pero Cristo sabiéndolo todo sabía la batalla que venía le dice mi alma está está estorbada hasta la muerte oren conmigo y en el tiempo calladito de esa noche donde todavía la batalla no ha venido Cristo va y se hinca y empieza a orar preparándose para la batalla que va a venir Cuando regresa a sus discípulos, ellos tomaron el tiempo de descanso para hacerse perezosos y están ¿qué? durmiendo. Y Cristo los levanta. ¿No pueden orar conmigo aunque sea una hora? Oren conmigo para que ustedes no caigan en tentación, para que estén preparados para la batalla que viene. Ok, Señor, vamos a orar. Él les va y empieza a orar. Sangre sale de su Frente, orando, mezclado con el sudor. Se levanta, después a una hora regresa y están ¿qué? Pero bien dormidos. La roncadera que deben haber hecho ahí. El Señor los deja roncando, se va y ora una vez más. Y se presenta la batalla. El momento viene, interrumpe el descanso, el silencio de la noche. Aquí vienen ejércitos, vienen la policía, vienen con espadas y con palos. ¿Dónde está Jesús? Y que fue lo primero que miramos los discípulos hacer, se esparciaron. Porque no escucharon la voz de Dios, prepárate en el tiempo de que descanso. ¿Pueden verlo? ¿Pueden verlo? y Pedro jura y maldice, yo no conozco a ese tipo, esa es una palabra puertorriqueña, a ese hombre, ni lo conozco, canta el gallo, se voltea a Pedro, recuerda las palabras de Cristo, ahí está Cristo con la cara hinchada, le habían pegado sangre en el labio, lo mira con tristeza, Pedro mira la mirada de Cristo La mirada de Cristo lo derrota por dentro. Pedro sale a la oscuridad gritando y llorando como un animal. Porque no uso el tiempo de descanso para prepararse para la batalla. Hemos visto personas fracasar de esta manera. Yo he fracasado en no prepararme. ¿Qué tal usted? He pagado un gran deprecio cuando me pongo perezoso con mis hijos cuando eran chicos, con mi esposa, mi propia fe, hemos pagado un grave precio a tiempos. El Señor nos ama tanto que cuando nos ve en ese estado perezoso, Él trae esta tribulación para afligirnos. ¿Qué dices almistad? Aprendimos el viernes. Es bueno que me afligistes, porque así corría tu palabra. Es bueno. me pusiste en la prueba, en el fuego, en el horno donde quitaste todo lo que era terrible de mí y me purificaste es bueno sufrir a veces ahora si vamos a ser honestos ¿cuándo fue la última vez que usted Señor? oh Señor yo quiero sufrir nadie lo dice ¿verdad? no le va a decir oh Señor mándame pero una prebota grande para yo ser purificado mientras más grande mejor porque yo quiero ser como oro nadie lo va a decir ¿entiendo? yo tampoco lo quiero decir Es más, mi oración es frecuente, oh Señor, quítame de las pruebas, quítame del sufrimiento. Aun Cristo pidió, si es posible que me quites esta copa de mí, quítamela, pero no sea mi voluntad, sea que tu voluntad. Aun Cristo pidió. Mirando lo que venía en el horizonte, dice, wow, wow. Estoy seguro que ninguno de ustedes ora, oh Señor, ponme en el horno, quiero sufrir. Pero la prueba conduce a la obediencia en la cual conduce la bendición. Es la manera que el Señor nos quita tanto de nosotros y nos hace más y más a la imagen de Cristo. En nuestro sufrimiento aprendemos a depender, aprendemos a apoyarnos, no en nosotros mismos, sino a Cristo. Cuando no hay nada, cuando el Señor te ha quitado todo, es lo primero que dice, ¡Ay, Señor, ayúdame! Cuando todo está bien, nos olvida de Dios, pero cuando, ¡Ay, Señor, te necesito! Creo que a veces ese es el punto para nosotros. La palabra de Dios nos dice San Felipe, dice que a nosotros se nos ha sido concedido el honor de creer en Cristo. ¿Qué decimos a eso? Gloria a Dios. Pero el segundo versículo dice, se ha concedido el honor de también sufrir por su nombre. La gracia para sufrir por su nombre. Y nosotros, ¿qué gracia es esa? Yo no quiero esa gracia. Dale esa gracia al hermano Ramiro Dios. Yo no la quiero. ¿Verdad? Todos nos podemos de esa manera, ¿verdad? bendice a nuestro hermano tal y tal con esa gracia déjame a mi quieto no la quiero pero es esos momentos que como Anza cuando mira ese ejército mira un millón de hombres y los carros trescientos este ejército idéntico al enemigo que él sigue y dice Señor yo te necesito ayúdame o me muero y es cuando ve la victoria del Señor trabajando y cuando este ejército gana de Judá, nadie va a decir, oh esos hombres son, pero que grandes son esos hombres a pelear, mira un millón de hombres los echaron afuera, los derrotaron a todos y los carros, como que si no fuera esos hombres, todo el mundo tendría que decir, ese fue Dios, pero como es que este ejército tan chico comparado al otro, tan impotente comparado al otro ganó, es imposible que Dios gane, ese tuvo que ser ¿quién? Dios, y ese es el punto ¿no? que Dios sea glorificados en nuestras vidas. Amados, la obediencia fortalecida por el fuego trae bendiciones a nosotros individualmente, a la iglesia locaria, quienes nos rodeen, quienes ven nuestra fe y se sienten atraídos al Salvador por ella. Como la gente lo mira usted sufriendo, pero confiando al Señor, hincándose, orando, ayúdame, Señor, continuaré contigo, poniéndose de pie, enfrentándote al enemigo, con el miedo y temblando pero rehusando dejar que él tome propiedad o que Dios te ha dado pelear hasta la muerte cuando lo miren a ustedes es el fiel de esta manera dice pero hay algo diferente en esta persona ese tiene que ser que Dios ese es el olor que vuelo de sus vidas vuelo a Cristo la aroma de Cristo Job lo dice perfectamente Yo sé que muchos de ustedes han sufrido muchos en su vida, diferentes épocas y por largos tiempos. Pero creo, y es posible que esté en error, que nadie en aquí ha sufrido como Hope. Imagínese tenerlo todo y perderlo todo de un día para el otro. Sus propiedades son saqueadas por los enemigos. Sus animales que representan su fortuna, quitada por los enemigos. Cae un viento del cielo y mata a todos sus hijos de un día al otro. Va con todos sus hijos y sus hijas y todos están muertos. Satanás toca su cuerpo y le trae una enfermedad grave. Está sentado en la ceniza, su cuerpo pudriéndose, pus por donde quiera dolor. No se le podía tocar al pobre hombre todo el cuerpo. Estaba con una infección terrible. Su propia esposa le dije, ¿por qué? Mira qué horrible condición estás, ¿por qué no maldices a Dios y ya muérete? Gracias mi amor, te lo agradezco mucho, ¿a que sí? Sus propios amigos, tú eres un terrible pecador, porque esto solo le ocurre a quién? A pecadores. Si tú fueras un hombre justo, esto no hubiera ocurrido a tu vida, cuidado con ese pensar. Algo hiciste eso. Porque Dios está castigado, pero está castigado, castigado. Tú tienes que ver, estás ocultando algo. Qué terrible la condición de Job, ¿verdad? No se lo deseamos a nadie. ¿Qué dice Job al final del capítulo, al final del libro? En Job 42, 5. Después de pasar toda esta terrible pobreza de la tribulación, la bendición que él conoce a Dios mejor. Él dice lo siguiente, he sabido de ti solo de oídas, pero ahora mis ojos te ven. Job 42.5, he sabido de ti de oídas, pero ahora mis ojos te ven. ¿Saben lo que significa eso? Antes te conocía por oreja, te conocía, tenía relación contigo, pero como escuchar a alguien. Pero ahora, después de pasar por esto que me aferré a ti, ahora te conozco por vista, te puedo ver. ¿Qué diría usted? ¿Qué es más poderoso? ¿Conocer a alguien por oído o por vista? Por vista. Amén. Es cuando miramos la cara de la persona que amamos, la sonrisa de la persona que amamos, la semblanza de la persona que amamos. Y el disciplante te escuchaba como a lejos, pero oído. Después de haber sufrido toda la pérdida de todo, esta gran tribulación, ahora tengo el botín del tesoro de la obediencia, dice, ahora te puedo ver, eres más real en mi vida. Oh amado, esto es lo que produce la prueba, una visión más profunda y personal de Dios, Él se revela con mayor claridad en el horno de la aflicción, se acerca, nos refina, y luego nos bendice. Amén. Padre, te damos gracias por tu palabra y pedimos que sea de bendición a tu pueblo, que hemos aprendido, Padre, mucho, que el cristiano pueda ver, Padre, aquí la necesidad, la impiedad de protegerse, de recurrir a los medios de gracia, especialmente en los tiempos de descanso para prepararse por las batallas inevitables que van a venir en el futuro, para no estar no caer en estas aflicciones, Padre, y mirar que no estamos preparados. Y cuando hemos preparado nuestras almas, cuando venga la tribulación, que nos paremos, nos pongamos de pies, que pongamos nuestras vidas en línea, en orden, para pelear contra el enemigo, no concediéndole nada. Pero haber hecho esto, Padre, arrodillarnos y recurrir a Dios, reconociendo, Padre, que todo aflicto Toda tribulación terrenal tiene origen, Padre espiritual. Poner nuestras vidas en el Dios trascendente y qué grande eres, Dios. Admitir nuestra impotencia y pedir tu ayuda. Recordar tu soberanía, Padre, tu grandeza. Y al final pedir, Padre, que seas glorificado en nuestras vidas y por la aflicción que estamos pasando. Y Padre, cuando tú De cierto, haces lo que haces, traes la victoria aquí o cuando lleguemos al cielo. Nunca no caminemos hacia adelante. La victoria que tú nos das, Padre, que te glorifiquemos. Que el mundo pueda ver que tú amas a tu pueblo. Y Padre, pedimos que traigas a nuestras vidas un botín de obediencia cuando hemos pasado por las tribulaciones que son tan terribles en nuestras vidas. Que nos enseñen no solamente hacer obedientes, pero también recibir las bendiciones que tú traes por esa obediencia. Pedimos todo esto, Padre, y te damos este tiempo en el nombre de Jesús para tu gloria. Amén.