00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
La Iglesia Evangélica de la Gracia en Barcelona le ofrece la presente grabación por gentileza de don José Grau y de su esposa doña María Beltrán. Le invitamos a visitar también la página web josegrau.es. Deseamos que Dios le bendiga. Esta tarde vamos a considerar el capítulo 2 de Zacarías que se ha leído. Hemos de situarnos en el tiempo en que habla el profeta es en el siglo VI a.C., alrededor del año 520 a.C. Es decir, seis años después del retorno del exilio, cuando los judíos regresan del exilio, de Babilonia, y se entregan a la tarea de la reconstrucción del templo, también la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén. Todo lo que fue al comienzo un gran entusiasmo por la obra de Dios para la reconstrucción espiritual, no sólo material, sino espiritual, pues daba la impresión que en la época en que escribe el profeta los ánimos empezaban a decaer. Y empezaban a olvidarse de aquello que era la misión del pueblo de Dios. Y el mensaje de Zacarías es un mensaje para dar ánimo al pueblo, para que se dé cuenta de cuáles son sus responsabilidades y para que también disierna los tiempos. Aquella época, en muchos aspectos, se parece a la nuestra. Se parece a la nuestra en el sentido de que podían echar la vista hacia atrás y recordar las grandes cosas que Dios había hecho en el pasado. Ellos recordaban aquel templo tan hermoso, el templo de Salomón. el reinado de David y de Salomón. Podían recordar incluso los grandes avivamientos que había habido. Y todo eso, todo este recuerdo, cuando se colocaba en contraste con lo que era el presente, pues era, indudablemente, para empezar a desanimarse y para sumirse en la frustración espiritual. Pero el profeta y no solamente él, sino los otros dos, los dos compañeros, es decir, los tres profetas exílicos del postexilio, Zacarías, Ajeo, Maraquías. Ellos quieren decirle al pueblo que lo mejor está en el futuro. No miréis al pasado. Lo mejor está en el futuro. Y todo lo que Dios ha dicho va a cumplirse y por consiguiente, aunque la situación de ahora no es una situación ideal, sin embargo, no debemos decaer atrapados en el desánimo. Lo mejor siempre está en el futuro. En este libro, cuando el profeta empieza, en las dos visiones que él comunica al pueblo, versículos del 7 al 17 y del 18 al 21, él, en ese intento de comunicarles el entusiasmo, el calor, el estímulo, el aliento que él mismo ha recibido de Dios, les dice pongo por ejemplo en 1.16 recordándoles que así ha dicho el Señor yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia en ella será edificada mi casa es decir la promesa firme de que el Señor se ha vuelto ha vuelto su rostro dice yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia y por eso continúa y en el 17 dice aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien y aún consolará Jehová a Sion y escogerá todavía a Jerusalén. De manera que echad de vosotros el desaliento, el desánimo y mirad hacia adelante. Y es este el propósito de la serie de visiones que vienen ahora. Y esta, que es la que va a ocuparnos esta tarde, la tercera que encontramos en el libro y que ocupa todo el capítulo 2, pues tiene como el personaje central el varón con el cordel de medio. la ciudad de Jerusalén. Hacé mis ojos, dice el profeta, y miré, y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel, un cordel para tomar las medidas de la ciudad de Jerusalén. Bien, ¿quién es el varón de que se nos habla aquí? Bien, si consultáramos el primer capítulo, los versículos 8 y 11, descubriríamos que este varón es el ángel de Jehová. Y este ángel de Jehová, como se revela ya desde el libro de Génesis, es Jehová mismo, Dios mismo, el Hijo de Dios. La revelación de Dios, el que un día debería encarnarse para hacerse humano entre los humanos y, por consiguiente, es como un anticipo de la encarnación, como un anticipo de lo que luego Él hará, tomando la naturaleza nuestra, nuestra carne y nuestra sangre. y el varón en su forma aún simbólica lo ve, el profeta, y lo ve en esa actitud de un cordel porque va a tomar las medidas de la ciudad de Jerusalén. La ciudad de Jerusalén se le ha dicho está a punto de ser reconstruida y el Hijo de Dios mismo está allí para indicarles lo que va a hacer. Luego lo que se se nos cuenta, en los versículos 2 y 3, es una escena de una gran vivacidad. Si vosotros leéis atentamente, veis que aquí todo es un movimiento, todo es actividad. Yo le dije, ¿a dónde vas? Y él me respondió, a medir a Jerusalén, para ver cuánta es su anchura y cuánta es su longitud. Pero de aquí salía aquel ángel que hablaba conmigo y otro ángel le salió al encuentro y le dijo, corre, habla a este joven y explícale. Bueno, aquí yo creo que tenemos una lección. La lección de que en la obra de Dios, cuando se ha recibido el impacto de su palabra, cuando el Señor nos ha hablado, y sólo luego que nos haya hablado, estamos listos para el servicio. Pero este servicio implica salir corriendo para ejecutar su voluntad. Estos ángeles nos dan esta pauta, nos ofrecen este ejemplo. Ellos tienen un mensaje de parte de Dios. Ellos tienen que aclararle al profeta el significado de todas las visiones que va a haber y darle sentido para que él mismo pueda luego explicarlo. Hay una actividad. Ellos están al servicio de Dios después que han escuchado el mensaje de Dios. Este es un ejemplo para nosotros. Y el otro ángel, el intérprete, va y le cuenta. Le cuenta cuál va a ser la grandeza de la Jerusalén del futuro. Corre habla a este joven diciendo sin muros será habitada la ciudad de Jerusalén a causa de la multitud de hombres y del ganado en medio de ella lo que se intenta significar aquí lo que se quiere decir es que los habitantes de Jerusalén y sus riquezas van a ser tan grandes que los muros que ellos conocían ya no van a servirles porque la ciudad va a ensancharse un poco como ocurre en muchas de las ciudades en la actualidad que a causa de la gran cantidad de gente que vive en ellas pues continuamente están yendo más allá de los límites que tenían antaño esto hace contraste con la realidad del presente porque tal como he dicho al empezar la ciudad de Jerusalén entonces estaba casi en ruinas estaba casi en ruinas no solamente el radio el circuito que englobaba la ciudad antigua, sino que menos era lo que era habitado en vida del profeta. ¿Qué contraste? Va a ser tan grande la cantidad de gente, los habitantes de la ciudad, que la ciudad va a derribar sus muros. Y yo seré para ella, dice el Señor, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella. A pesar de vivir sin protección, porque esta es la imagen, una ciudad sin murallas, algo espantoso en la antigüedad, una ciudad sin murallas, era una comunidad expuesta a todos los ataques del enemigo. Pero sin embargo, aquí lo que se trata de comunicar es la idea de seguridad. Que no solamente va a haber una gran riqueza, una gran bendición, un crecimiento, sino que el Señor mismo va a proteger esto. El Señor mismo. estará de nuevo con ellos, y él será muro de fuego en derredor, para gloria estaré en medio de ella". Estas son palabras de consuelo, que el Señor habitará en medio de ella. Ellos ya sabían que de alguna manera Dios se manifestaba allí en el templo, y de ahí el cuidado, de ahí el empeño, que había los más responsables de reedificarlo. porque allí en el templo la gloria de Dios se manifestaba de una manera especial. Pero observad que aquí Dios le dice que no solamente estará en el templo sino que el Señor será un muro, estará en medio de ellos y su presencia va a llenarlo todo porque para gloria estaré en medio de ella. Bien, pero si el pueblo de Dios era alentado era animado con esta visión de esperanza, una visión de esperanza, por lo que les aguardaba en el futuro, al mismo tiempo ellos tenían que ser muy cuidadosos y vigilantes de su conducta en el presente. Lo he dicho en muchas ocasiones y volveré a repetirlo, no me cansaré de repetirlo, porque creo que es una de las claves de la interpretación de los profetas. Que el profeta, aunque mire al futuro, siempre lo hace en función de la lección que este futuro guarda para el presente. Porque Dios nos llama a vivir en el presente a la luz de lo que tenemos que ser en el futuro. Y no debe haber una discordancia, ninguna incoherencia entre nuestro modo de andar ahora y lo que esperamos que vamos a ser en la eternidad. sino que ya ahora debemos esforzarnos en tomar aquella mentalidad, aquel estilo de vida, aquella conducta, aquellas actitudes que sean dignas del futuro que nos aguarda. Y de ahí la amonestación que sigue. Después de darle esta promesa, que la gloria del Señor estará en medio de ellos, y que habrá bendición y habrá riqueza dice ah pero huid de la tierra del norte dice el señor en el versículo 6 pues por los cuatro vientos de los cielos os esparcí pero oh Sion la que moras con la hija de Babilonia escápate porque eso eso no funciona eso es incoherente esto de que la hija de Sion more con la hija de Babilonia esto es imposible de entender Bueno, ya sabéis cuando fueron esparcidos, fueron esparcidos hacia el norte. Esta tierra del norte es el imperio de Babilonia. Fueron esparcidos allí por causa del pecado. Y ahora el Señor les anima a salir, les invita a salir. Y les invita a salir al menos, yo he contado tres razones, podrían ser más. La primera de ellas es que no es digno que la hija de Sion es un hebraísmo, una manera de hablar para decir el pueblo cuya capital es Sion, los israelitas, la hija de Sion, no puede habitar con la hija de Babilonia. No puede haber comunión entre la luz y las tinieblas. En segundo lugar, porque el juicio va a caer sobre este imperio. Y en tercer lugar, por las bendiciones que les esperan. huid de Babilonia, huid de la Tierra del Norte. Es cierto, ellos estaban esparcidos, pero ahora se les invita a salir. En Isaías 48, 48.20, tenemos una amonestación que es semejante. Isaías 48.20. Salid de Babilonia. Huit de Entre los Caldeos, dan nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra, decir, redimió Jehová Jacob su siervo. O sea, Huit de Babilonia, Huit de los Caldeos. Y hacerlo no con tristeza, no con pesar. Que triste es que a veces hay creyentes que sienten un pesar por dejar ciertas cosas que son inconsecuentes, incoherentes. con el estilo de vida cristiano. Aquí se le dice al pueblo de Dios, salid de Babilonia, pero hacedlo con alegría. Y dan nuevas de esto y publicadlo, llevadlo hasta lo posterior de la tierra, porque la base de todo ello es que Dios mismo, el Señor mismo, Yahweh redimió a Jacob su siervo. El Señor redimió a Jacob su siervo. Es la salvación que se apunta y de la cual también en el libro de Zacarías encontramos una gran cantidad de ejemplos. Y en Apocalipsis 18.4, en su cumplimiento final, último, vemos como Dios también dice a la iglesia que salga de Babilonia. Que salga de Babilonia porque su destino está en la Sion de arriba, en la Jerusalén, que viene de arriba. No hay comunión entre la luz y las tinieblas. Este es un mensaje constante de la palabra de Dios. Sion, el verdadero Israel, tiene que escapar, tiene que huir. No puede estar allí en Babilonia. Y sigue, continúa y dice en el versículo 8. Porque así ha dicho el Señor de los ejércitos, tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron. Porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. Que texto tan denso. Un texto cargado de enseñanzas, de sugerencias, de lecciones. Tras de esta gloria, tras de ver esta gloria en Jerusalén, entonces Dios se glorificará a sí mismo al castigar a los enemigos de su pueblo. Manifestará su justicia y su juicio. Y Dios se glorifica también de esta manera. Porque Dios va a castigar aquellos que fueron los enemigos de su pueblo. Ya que su pueblo es como la niña de sus ojos. Que expresión tan bonita, tan hermosa. O sea, que Dios considere a los suyos, considere a su pueblo como la niña de sus ojos. Algo sensible. Algo que Dios no tolera que se le toque. Son su pueblo, somos su pueblo. en otras secciones de la Escritura, el Señor dice esto de los dirigentes de su pueblo. No toquéis a mis ungidos, pero aquí todos quedamos incluidos. Es todo el pueblo de Dios que somos lo más amado por él. Aquello que él amó desde antes de la fundación del mundo. Porque desde antes, de todos los siglos, desde toda la eternidad, con amor eterno, Dios nos ha estado amando. y por esto no tolera, incluso a aquellos que él envió como castigo a su pueblo, aquellos que fueron el instrumento del pago que Dios envió en contra de Judá y de Israel, los babilonios, los asirios, los egipcios, los persas, pero cuando esta gente salió para no solamente hacer el castigo que Dios quería sino que se entregaron a toda clase de crueldades el Señor. Eso no puede consentirlo. Y dice, ¿por qué aquí yo alzo mi mano sobre ellos? Sobre aquellos que injustamente han hecho daño al pueblo de Dios. Y serán despojo a sus siervos. Y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió. Y aquí yo alzo mi mano sobre ellos. Sobre aquellos que os han esclavizado. Aquellos que os han escarnecido. Y serán despojo a sus siervos. Fijaos bien en la expresión, serán despojo a sus siervos. O sea, que aquellos que antes se dedicaban a despojar, ahora ellos serán el despojo. Y los que antes eran despojados, serán los que van a despojarles a ellos. Un primer cumplimiento literal exacto de esto ocurrió cuando los babilonios fueron esclavizados, asolados, despojados por los persas. Los persas fueron el brazo ejecutor de Dios, a Darío en Isaías Dios le llama mi siervo, fueron el brazo ejecutor de Dios para castigar a Babilonia. Vemos que Dios dirige la historia. Nosotros cuando leemos el periódico o nos enteramos de las cosas que ocurren, a veces nos da la impresión de que este mundo va a la deriva, que detrás de los acontecimientos no hay nada, que todo es azar, que todo es catástrofe. Sí, hay mucho de esto, pero En última instancia sabemos que Dios tiene sus propósitos y que la historia, aunque a veces no lo entendamos, se dirige hacia las metas que Él quiere. Y Dios ejecuta sus sentencias, más tarde o más temprano. Pero Dios dirige la historia y Dios hará juicio. Y Dios levanta su mano para castigar. Y Dios despojará a los que ahora despojan. Y Dios va a hacer justicia con aquellos que hicieron injusticia digo que esto se cumplió literalmente pero luego a lo largo de los siglos creo que podríamos igualmente presentar muchos ejemplos de a lo largo de la historia de la iglesia las veces en que esto se ha repetido pero hemos de continuar y ahora en el versículo 10 el profeta se adentra en un terreno que es el mesiánico es el profético. En los profetas de Israel se da a menudo una doble perspectiva, una doble visión. Los hechos de las cosas que están aconteciendo a su alrededor les sirven para ver lo que ocurrirá en el futuro. Ahora Dios le ha estado dando ánimos para demostrarle que Jerusalén volverá a ser reconstruida. que hay esperanza para Israel que ellos pueden tener esperanza porque Dios va a obrar en el futuro pero ahora su visión se eleva mucho más alta de lo que jamás podía haberlo imaginado a él y se le da una visión ya del tiempo último y no ya solamente de lo que hará con Israel sino de lo que Dios a través de Israel hará para todo el mundo Canta y alégrate, hija de Sion, porque aquí vengo y moraré en medio de ti, ha dicho el Señor. Y se unirán muchas naciones al Señor en aquel día. Y me serán por pueblo y moraré en medio de ti. Y entonces tú conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti. Canta y alégrate, hija de Sion, porque aquí vengo y moraré en medio de ti. Y los especialistas en hebreo dicen que, textualmente dice, moraré dentro de ti. Dentro de ti. He aquí vengo. La mirada del profeta va mucho más allá y aquí nos da este cuadro que fue inaugurado precisamente con la venida de Cristo al mundo. He aquí vengo. El Señor viene. Que ese texto es mesiánico lo prueban toda una serie de aspectos, de detalles. Por ejemplo, el lenguaje mismo, si lo comparamos con el versículo 5. El Señor está en medio, al de alrededor, pero aquí, tal como es subrayado, la idea dentro quiere enfatizar el hecho que lo va a estar de una manera como nunca antes había Dios estado dentro de los suyos. Pero hay más. En 9.9, este mismo lenguaje, es el que se usa, en este mismo libro del profeta, 9.9, es el lenguaje que se usa para la entrada de Jesucristo en Jerusalén. Alégrate mucho, hija de Sion. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén. He aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. El lenguaje es el mismo, de alegría, de gozo. para que Jerusalén se prepare para recibir a su Mesías. Hay como un crecendo en este libro. Si hiciéramos el estudio de todo el libro, nos daríamos cuenta de cómo empieza aquí con este anuncio de la venida, que bien podríamos decir es el anuncio, quizá un poco ambiguo aún, de la Navidad, de la encarnación. Pero luego, si seguimos en los capítulos del 9 al 11 de este libro, y hasta el final, nos daríamos cuenta como aquí se nos habla de la pasión, incluso se nos dan una serie de detalles, las monedas que se pagaron a Judas, el pastor herido, Jesús como el pastor herido, es decir, que se nos dan toda una serie de visiones de Jesucristo en su obra como el maestro, como el redentor, como el sacerdote. y como aquel que viene luego en triunfo para establecer su reino eterno. Es uno de los libros, el de Zacarías, que más citó Jesucristo mismo aplicándoselo a él, es decir, explicando cómo las palabras, las profecías estaban dichas con vistas a él, a su ministerio. De ahí que no sea forzar el texto, sino ver su sentido más obvio, el ver aquí ya un primer anuncio de la Navidad, del hecho de que Jesucristo, el Hijo de Dios, el Ángel de Jehová, que antes se aparecía en teofanías, porque todavía no tenía nuestra carne y sangre, el Ángel de Jehová, el Hijo de Dios, el que luego será el verbo hecho carne, Dios entre nosotros, Él viene, He aquí vengo y voy a amorar dentro de ti. Por consiguiente, canta y alégrate, canta y alégrate, fuera la tristeza. Fuera a la religión de las caras largas, de los colores oscuros, canta y alégrate, gózate en el Señor, porque el futuro es un futuro de esperanza, es un futuro de alegría, es un futuro de salvación. Y si el versículo 10 habla de los tiempos de la encarnación, el versículo 11 habla del tiempo de la iglesia. y se unirán muchas naciones al Señor en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti. Y sí, esto es lo que ocurrió. El libro de hechos es la explicación de este versículo. En el libro de los hechos se nos explica cómo el evangelio que empieza en Jerusalén, luego va a Samaria, y luego se esparce hasta lo último de la tierra. Y gentes que jamás habían oído hablar de Cristo, y no solamente de Cristo, jamás me viene de hablar, ni del Dios Israel, ni de las Sagradas Escrituras, ni de Moisés, ni de Abraham, ni de toda la revelación que Dios había dado, entonces pasan a ser pueblo de Dios. Por el conocimiento redentor del Hijo, se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti. Y entonces tú misma conocerás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. A lo largo de la historia de Israel, sobre todo en el periodo entre los dos testamentos, llegó a fabricarse eso que conocemos en el nombre de fariseísmo, que excluía y que empezó a crear un orgullo de raza. Aquí se nos dice todo lo contrario, los tiempos del Mesías son tiempos de universalidad, son tiempos de abrazar a todos. Y entonces el mismo pueblo de Israel recobrará su visión y su vocación. Esto más o menos es lo que nos dice, con otras palabras, el apóstol San Pablo en Romanos 10. Vamos a leer Romanos 10. ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice, yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo. con un pueblo insensato os provocaré ira e Isaías dice resueltamente fui allado de los que no me buscaban los gentiles me manifesté a los que no preguntaban por mí pero acerca de Israel dice todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor y luego en 11-14 romanos 11-14 porque a vosotros hablo gentiles por cuanto yo soy apóstol a los gentiles honro mi ministerio por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre y hacer salvos a algunos de ellos. Provocar a celos a los de mi sangre y hacer salvos a algunos de ellos. Bueno, ese es el tema de toda la sección de Romanos 10 y 11. No vamos a entrar en él. Pero es significativo que la salvación que viene a través de los judíos y que por ellos luego se derrama todo el mundo, luego los mismos judíos incrédulos tendrán que creer por el testimonio de los gentiles, porque son dados a los celos. Y por eso dice el versículo 11 y el 12, y entonces Jehová poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, o como se ha traducido, quizá más exactamente, Jehová heredará a Judá su porción o heredad en una tierra de santidad y escogerá de nuevo a Jerusalén. Es decir, que aquí la visión del profeta va hasta el final cuando el pueblo de Israel, cuando los judíos vuelvan a su tierra, pero creyentes y a una tierra santificada. El futuro es una visión en la lejanía. Bueno, si hiciéramos un resumen e intentáramos buscar el orden de los acontecimientos, podemos ver que hay una secuencia. En los versículos 6 y 7 vemos la caída de Babilonia, el imperio que se juzgó a Israel. En el versículo 9, la subida de Persia al poder. Persia, el imperio que desalojó a Babilonia de la hegemonía mundial. Versículo 10, la venida de Cristo. Versículo 11, la expansión misionera de la Iglesia. Versículo 12, el retorno de los judíos a Dios que, como vemos en este mismo libro y en otros libros de los profetas, es algo que no debe ni puede nunca deslindarse de todas las bendiciones a escala mundial también para el final de los tiempos. Y concluye calle toda carne delante de Jehová, porque Él se ha levantado de su santa morada. Dios se levantó de su morada para venir a morar entre nosotros, dentro de nosotros, es decir, dentro de la humanidad. Bien, aquí son varias las lecciones que encontramos en toda esta sección, en todo el capítulo 2, y voy a resumirlas. Esto es no solamente un estudio, sino que deseamos que también sea un texto que además de habernos ayudado a comprender la palabra de Dios en uno de sus profetas, tenga también un mensaje de edificación para todos nosotros. En primer lugar, vemos al pueblo de Dios en el Antiguo Testamento rodeado de enemigos y en dificultades. Nosotros también estamos rodeados de enemigos y en dificultades. Y nosotros, como el pueblo de Israel de antaño, corremos el peligro de mirar muy a menudo atrás y no ver que lo mejor está en el futuro. Cuidado, no digo que no sea bueno mirar hacia atrás si realmente esto es para estimularnos, para aprender, para tomar ejemplo de aquellos que antes fueron, que antes andaron en el camino de la fe. Pero esto debe ser un acicate, esto debe estimularnos y jamás debe hacernos pensar que lo mejor está en el pasado, ¿qué ocurrió? No, lo mejor tiene que ocurrir. Porque si a los profetas de Israel se les daba esta visión ambigua, todo lo que queráis, de la primera venida de Cristo y también de la segunda, aunque ellos no sabían distinguir entre las dos venidas, nosotros también esperamos la segunda venida de Cristo. Nosotros estamos aguardando, juntamente con toda la creación, según leemos en Romanos 8. Estamos esperando, estamos gimiendo esperando esta segunda venida de Cristo. Y esto es lo que nos alienta, porque mientras tanto, mientras tanto, el Señor dirige la historia. Bueno, si a Zacarías se le da esa visión de la futura extensión de la ciudad de Jerusalén que va a ir más allá de sus muros, va a ensancharse tanto que va a romper las murallas y esto, esto tenía que darle el estímulo incentivo para el trabajo imaginemos nosotros cuál no debe ser el estímulo de la visión de la Jerusalén celestial no de la terrena, sino de la celestial y si nosotros pasamos de este capítulo a Apocalipsis 21 y 22 pues esto debería ser todavía más más acicate para esforzarnos en el servicio del Señor. Los versículos 3 y 4 nos dan una lección de la rapidez con que los ángeles sirven a Dios y como nosotros también deberíamos hacerlo. El versículo 5 nos enseña que la gloria del pueblo de Dios es Dios mismo, no es nada que le pertenezca y que Él nos comunique o nos dé. Es decir, gloria a Dios por todas sus bendiciones. Pero la más grande bendición no son las bendiciones de Dios, sino que es el Dios de las bendiciones. Es decir, que la gloria es Dios mismo en medio de nosotros, en derredor nuestro. Es Dios mismo. En los versículos 6 y 7, una clara invitación a huir del error, a huir de Babilonia. Aunque yo creo y no hay tiempo para desarrollar una extensión y sin embargo aquí tenemos también implícitamente si no explícitamente una palabra de precaución porque si dice que tenemos que salir de Babilonia y esto se ve más claro todavía en Apocalipsis significa que la separación entre la cizaña y el trigo no es nada nada clara ahora y no podemos decir Todo aquello es malo, todos aquellos están condenados, todos nosotros somos los salvados. Y no quiero que se lo malinterpreten, pero quiero decir que tenemos que ir con mucho amor, con mucho cuidado, incluso en aquellas agrupaciones e instituciones en donde estamos seguros que la palabra de Dios ha sido traicionada, a veces puede haber alguien a quien tenemos que decirle, sal de Babilonia, sal de Babilonia. Porque tú no eres de Babilonia, aunque estés en Babilonia. Y esto creo que nos invita a la humildad. A pedirle a Dios que nos dé discernimiento. Y la humildad y el discernimiento solamente son posibles con mucho amor. Con mucho amor y con comprensión. Lo cual no va en contra de las firmes convicciones y el acento claro en el anuncio de la palabra de Dios. Todo lo contrario. Es justamente porque se ama, porque se invita a salir de Babilonia. El versículo 8 nos habla de una doctrina quizá que no está muy de moda, el castigo de Dios, la justicia de Dios, el juicio de Dios, pero vemos que el juicio de Dios glorifica a Dios. Da gloria a Dios cuando se manifiesta su justicia. Y el versículo 10 creo que es una lección muy actual, actual quiero decir para estos días, porque nos invita a cantar y alegrarnos por el hecho de que el Señor viene y nosotros por el hecho de que el Señor vino y vendrá. El Señor vino y el Señor vendrá de nuevo. Así pues, la Navidad es una ocasión de gozo, es una ocasión de alegría, es una ocasión de testimonio. Y en último lugar, desearía también subrayar el hecho de que el que viene, el que viene es el Señor mismo, Jehová mismo, Dios mismo. Seguramente vosotros, al seguirme en la lectura de ese capítulo, os habéis dado cuenta de ello. Si hacéis una comparación entre los versículos 8 y 9, y el 10 y el 11, y podéis ver cómo Jehová envía a Jehová, Dios envía a Dios, lo cual en lenguaje del Nuevo Testamento Es el padre que envía al hijo. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, dice en el versículo 8. Y en el 9, Jehová de los ejércitos, que así dice, añade, y sabréis que Jehová de los ejércitos me envió. Jehová envía, Jehová me envió. En el versículo 10, canta y alégrate, hija de Sion. ¿Por qué aquí vengo? Ha dicho Jehová. Y en el versículo 11. Entonces se desunirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti, y conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a mí, Jehová, a ti. Un lenguaje todavía ambiguo. Estamos en el Antiguo Testamento, no lo olvidemos. Pero repito que en los términos del Nuevo Testamento es el padre enviando al hijo. Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros? Dios mismo es el que viene en nuestro socorro. No ya que Dios nos envía una carta, un saludo o un mensajero, un profeta, un maestro, sino que Dios viene Él mismo. Jehová mismo viene y en Jesucristo se hace humano, se identifica con nosotros y nos va a revelar, no solamente en teoría, sino en la práctica lo que es Dios con nosotros y Dios por nosotros. Calle toda carne delante de Jehová, porque Él se ha levantado de su morada. Nosotros hablamos mucho, demasiado, y a veces para murmurar contra Dios. Daba la impresión, y esto era lo que murmuraban los judíos, daba la impresión de que Dios no obraba. Dios no obraba, Dios no hace nada. Pero mirad cómo va el mundo, mirad cómo está la ciudad de Jerusalén, mirad cómo está Israel. Y nosotros podríamos decir hoy, mirad cómo está la iglesia, mirad cómo está el mundo, y cómo marcha todo. Si hacemos una comparación entre nuestros ideales y los logros. Señor, qué diferencia tan grande. Bueno pues, aquí dice que callemos. Y cuando el pueblo de Israel, el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, pues estaba más desanimado y quizás estaba murmurando es cuando el Señor le dice calla porque ahora ciertamente Dios va a hablar Dios se ha levantado de su morada y Dios viene hacia nosotros y la gran bendición es que con su venida con su visita también el pueblo de Dios va a extenderse por toda la tierra y hay una bendición de un equipamiento porque este es el fin, que la gloria de Dios por medio del testimonio de los suyos, de nosotros, irradie a todo el universo. Creo que si el Señor nos enseñara y pusiera en nosotros esta visión de que su venida tiene que significar esto, yo creo que este pasaje nos podría hacer mucho bien. Que la Navidad signifique, sobre todo, Alegría y gozo. Una espiritualidad alegre. Alegre incluso en medio del dolor y de las situaciones difíciles. Alegre porque el Señor viene y Él es el dueño de la historia. Y al mismo tiempo, una Navidad de testimonio. Porque viene para eso, para ser de bendición. Entonces, alegría y testimonio. No una alegría egoísta, una alegría que se guarda para uno, sino la alegría que se comunica. para que todas las naciones conozcan a Dios y también sean pueblo de Dios y Dios more en medio de ellas y todos juntos alabemos al Señor y entonces el Señor pueda poseer a Judá, su heredad, en una tierra santificada y escoger aún a Jerusalén mientras esperamos la Jerusalén de arriba que viene para instaurar el reino eterno. Calle toda carne delante de Jehová porque Él se ha levantado y Él viene. a
Zacarías: Llamamiento a los Cautivos
Sermon ID | 51091957353 |
Duration | 40:57 |
Date | |
Category | Teaching |
Bible Text | Zechariah 2 |
Language | Spanish |
© Copyright
2025 SermonAudio.