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Mateo 18-21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo, Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo, No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A este, como no pudo pagar, ordenó su Señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo postrado le suplicaba, diciendo, «Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo». El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y haciendo de él le ahogaba, diciendo, págame lo que me debes". Entonces su conciervo postrándose a sus pies le rogaba diciendo, ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su Señor todo lo que le había pasado. Entonces, llamándole a su Señor, le dijo, Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su Señor, enojado, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre Celestial hará con vosotros, si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano. sus ofensas. Pidamos la bendición y la ayuda de Dios. Señor, gracias por Tu santa palabra, que es viva y activa y cortante. Penetra tanto en nosotros que divide los pensamientos y las intenciones de nuestro corazón. Expone a nuestra vista lo que está claro delante de Ti. trayendo a la vista nuestros pecados que no hemos reconocido y que nosotros podamos estar de acuerdo contigo sobre ellos y volvernos de nuestros pecados, ponerlos a un lado y buscarte de una manera fresca. Señor, tu palabra también nos fortaleza y demuestra cuál es el camino correcto y nos exhorta y nos motiva a que andemos en ese camino. Y en vista del tema que estamos tratando, nos exhorta a exhortarnos unos a otros desde nuestro corazón. Señor, encuéntrate con nosotros al considerar esta historia que nuestro Señor contó. Danos entendimiento en cuanto a su significado y aplicación. Trata con nuestros corazones en este proceso y que el resultado sea. que somos un pueblo que te obedece en estas cosas, que tomemos acciones obedientes, no solo siendo oidores olvidadizos, sino hacedores de tu palabra, que somos bendecidos al hacer tu voluntad. Y lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén. Los estándares que Dios nos da como sus hijos tienen sentido, pero sus estándares tienen sentido en el sentido del evangelio. No es un sentido común, es mucho más allá que el sentido común, lo que Dios nos da es sabiduría divina. Los estándares nunca tendrán sentido para la mente inconversa. Los estándares nunca tendrán sentido en tu mente si tú no crees que el Evangelio es verdadero. Pero si tú conoces el Evangelio y tú sabes que es verdadero, si has entrado en sus realidades, el Señor te ha perdonado tus pecados, te ha reconciliado para consigo mismo, te ha hecho una nueva creación, te ha dado su espíritu. Si tú sabes que el Evangelio es verdadero, Entonces tú sabes que las responsabilidades que corresponden a ese evangelio son rectas, son perfectamente de acuerdo con lo adecuado, con lo correcto, y esos estándares atan entonces tu conciencia. Nosotros sabemos que la enseñanza de nuestro Señor es razonable y sabemos que la enseñanza de nuestro Señor no está inalcanzable, no es inalcanzable. Lo que el Señor nos dice que debemos vivir, Él nos da el poder para vivirlo por su gracia y por su espíritu, por su poder. Pero lo que el Señor le acaba de decir a Pedro es uno de esos dichos duros y fuertes. Que el que no conoce a Cristo le puede parecer irracional, y aún al pueblo de Dios, por un momento puede causarnos tener pausa. Y es asombroso lo que el Señor Jesús nos está llamando a hacer. Pedro, escuchando lo que Jesús ha dicho acerca del proceso de cómo nos vamos a amar y a rescatar y a enfrentar el pecado en la familia de Dios, entre los hijos de Dios, Cristo del proceso, Pedro lo escucha y él tiene una pregunta que surge en su mente, es la misma pregunta que todos hacemos, ¿pero acaso hay límites a esto? a dónde dibujamos la línea, el límite en cuanto al perdón. Pedro instintivamente entiende que el estándar común en su día, el entendimiento equivocado acerca del libro del profeta Mos, aplicado por muchos de los rabinos, Era común en su tiempo que hacías la línea, dibujabas la línea del límite del perdón en tres veces. Y Pedro viene con un estándar mayor y dice, ¿cuántas veces perdonaré yo a mi hermano que pegue contra mí? ¿Hasta siete veces? Y Jesús, hablando o tomando referencia a la venganza de Lamec en Génesis 4, No te digo hasta siete, sino hasta 70 veces siete. Es decir, así como los hombres perdidos están caracterizados por un asombroso deseo de venganza y de ira, así los que pertenecen al reino y familia de Dios serán caracterizados por una asombrosa gracia y capacidad de perdonar. El hombre inconverso parece saber y tener una capacidad ilimitada de querer vengarse, y el pueblo de Dios debe caracterizarse por una ilimitada capacidad de perdonar, y esto es difícil. Y el Señor sabe que la oración en sí puede ser difícil para Pedro y para nosotros comprenderlo. Sigue después de eso una historia, una ilustración para explicar lo que acaba de decir. Y eso es lo que veremos esta noche. Esta historia maestra que nuestro Señor dice ilustra por qué nuestro perdón ilimitado No importa cuál es la ofensa, no importa cuántas veces seamos ofendidos, porque nosotros debemos seguir perdonando y eso tiene sentido en cuanto al Evangelio. Lo estudiaremos bajo tres encabezados y los mencionaré a medida examinamos la historia. Pero antes de verla, hay comentaristas que quieren tratar esta historia como una alegoría. Ven todos los elementos de la historia y quieren encontrar una identificación espiritual para cada uno de estos puntos o referencias de la historia. Yo creo que ese es un error. Esta no es una alegoría. Esta es una historia que ilustra algo, y la verdad que ilustra es bastante básica. Nosotros entendemos esto. Hay algunas cosas en la historia que no alinean perfectamente con lo que sabemos de la salvación, pero el punto principal de la historia se alinea perfectamente con lo que sabemos acerca de la salvación. Y ese es un punto principal que debemos nosotros tomar. Así que eso es lo primero que quiero que veamos. El ámbito identificado para el perdón ilustrado. Jesús va a ilustrar el tipo de perdón que debe caracterizarnos. Lo primero que Él hace es que identifica el ámbito en el que este perdón debe ser practicado. ¿En qué ámbito o qué ámbito es el que está siendo enfatizado acá? Y dice esto en el versículo 23, por lo cual, el reino de los cielos. es semejante a un rey. El reino de los cielos es semejante. Esta es la vida en el reino de los cielos. Esta es vida como un hijo de Dios. Alguien, lo que Jesús va a hablar, de lo que se va a referir la historia, debe caracterizar a los cristianos, caracteriza a su pueblo que le pertenecen a su reino, son miembros de su familia. Y al principio de la historia, eso puede que no sea muy asombroso, pero lo que esto quiere decir, cuando llegas al final de la historia, y hay cosas como torturadores, verdugos, y Jesús le dice a sus propios discípulos en el versículo 35, como Padre Celestial hará con vosotros, si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas, Lo que esto nos dice es que hay una disciplina severa que está siendo descrito en esta historia que debe ser aplicada al pueblo de Dios. Dios quiere que tú y yo sepamos que el perdón es algo serio. Nunca debemos tomar este tema a la ligera. Y al pensar en perdonar a otros, y específicamente perdonar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo, no debemos pensar en esto como que es algo bueno si lo practicamos. Esto es un tipo de bondad lleno de gracia si practico esto. Va más allá de ello. Este es un requisito. Esto es algo que el Señor espera de mí. Y si yo no practico esto, no es solo algo que es penoso, sino que es pecado. Si no lo practico, es pecado y el Señor disciplinará a sus hijos por su desobediencia en esto. Quiero preguntarte, ¿reconoces tú que si hay alguien en tu vida que tú estás rehusando a perdonar un pecado en contra tuya y tú estás rehusando a perdonarlo? ¿Cómo, hijo de Dios, entiendes tú que eso es pecado de tu parte? Tú estás pecando. Esto es lo que nosotros hacemos muchas veces. El pecado que has hecho contra mí es grande y tú debes esperar que yo te perdone porque tú eres el pecador y yo soy el inocente. Lo que el Señor dice, si esa persona ha pecado en contra tuya y tú rehúsas perdonarles, tú estás pecando también. Tú ahora estás cometiendo pecado, y es un pecado tan serio que el Señor advierte de una disciplina severa que un creyente puede tener cuando rehusan perdonar. Así que la falta de perdón es un pecado, y un pecado serio, y esta ilustración muestra que El ámbito identificado para el perdón ilustrado es el Reino de los Cielos. La segunda cosa que quiero que veamos es el ejemplo para el perdón requerido. El Señor da una historia que nos da una comparación por la cual nosotros entenderemos ¿Por qué esto tiene sentido en el Evangelio? ¿La razón por la cual esto se espera de nosotros? ¿Cómo puede esperar el Señor esto de mí? ¿Cómo puede esperar que yo perdone tan ampliamente, tan generosamente, tan consistentemente, tan repetidamente? ¿Cómo puede el Señor esperar este perdón de mí, uno de sus hijos? Esta historia explicará por qué es que esto tiene sentido en el Evangelio. Notemos los puntos principales. En primer lugar, versículos 23 al 24, tenemos un gran rey y un siervo culpable. Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía 10,000 talentos. Y a este como no pudo pagar, detengámonos ahí, no pudo pagar. Tenemos un gran rey y un siervo que es culpable. El siervo está siendo usado en el sentido más general. Son siervos del rey en el sentido de que todo lo que pertenecían a su reino es uno de sus siervos. La diferencia es que el siervo principal en esta historia se le ve como alguien tenía una posición grande de influencia en el reino. Aparentemente, debemos asumir que este hombre tenía una cierta forma de liderazgo que involucraba reunir impuestos que luego se le pasaría al rey y al reino. Pero cuando el tiempo llegó de rendir cuentas de lo que él recolectaba, se encuentra que él fue infiel porque él no tiene el dinero que se le debe al rey. porque este no es el punto principal, ¿cómo es que no tenía el dinero? Muchas veces lo que hacemos en nuestro estudio de la escritura, prestamos atención a las cosas que el texto no está enfatizando. Nosotros nos preguntamos, ¿por qué es que él no tenía el dinero? El texto no nos lo dice, ¿por qué él no tenía el dinero? Pero creo que hay dos cosas que pueden ser razonables. Aparentemente, él tomó lo que debía ser guardado para el rey y lo gastó para sí mismo y para su familia. Porque cuando llega el tiempo en que el rey va a dar justicia, ¿qué es lo que va a hacer? Va a vender este hombre y su familia a servidumbre, junto con todo lo que el hombre poseía. Así que este es un hombre que ha estado cuidando a sí mismo, a su familia, tiene cosas, pero no tiene el dinero que se le debe al rey. En ese sentido, él era alguien que estaba malversando los fondos. Como resultado, lo segundo que vemos es que él tiene una deuda que es imposible de pagar. Uno que le debía 10,000 talentos le fue presentado al rey. Talento, la unidad más grande monetaria de este tiempo. 10,000 de esa unidad. Comparando varias fuentes, un talento era una unidad monetaria que equivalía de 15 a 20 años del salario de un trabajador. Un hombre promedio trabajando 15 a 20 años tendría el dinero para un talento. Ahora multiplica eso por 10,000. 20 años de trabajo por 10,000. Es una cantidad imposible de pagar. John MacArthur comenta, de los documentos históricos del tiempo, se ha determinado que la recolección anual del gobierno romano de Idumea, Judea, Samaria y Galilea. Tenemos cuatro provincias. Están recolectando impuestos de cuatro provincias. Un año de los impuestos de todos los ciudadanos de esas cuatro provincias. MacArthur dice era alrededor de 900 talentos. Basado en estos montos, 10,000 talentos eran más de 11 años de impuestos para esas cuatro provincias. Del Antiguo Testamento aprendemos que el oro dado para el templo fueron alrededor de 8,000 talentos, Primera Crónica 29, y que el peso de que Salomón recogió eran 666 talentos de oro, Primera de Reyes 10. Aunque la palabra griega murias literalmente significa diez mil, era el término numérico más grande en el idioma griego, también se usaba figuradamente para representar un número muy grande. En ese sentido, tiene la misma connotación de la palabra en inglés myriad o muchos que se deriva de murias de la palabra griega. Muchas veces se traduce como sin número 1 Corintios 4.15 o Apocalipsis 5.11. El punto de Jesús en esta parábola es que el hombre que debía al rey diez mil talentos le debía una deuda incalculable que no podía pagar. Así que tienes un gran rey, tienes tus siervos. Algunos siervos hacían trabajo como este hombre, recolectaban dinero para el rey. Cuando este hombre tiene que rendir cuentas, no tiene lo que se le debe al rey. Y lo que debe es, va mucho más allá de lo que un hombre podía pagar. Lo que nos lleva a la segunda cosa que vemos en la historia es que este rey es un rey justo y este siervo es un siervo malvado que se merece perder todo. Versículo 25, a este como no pudo pagar ordenó su señor venderle y a su mujer e hijos y todo lo que tenía para que se le pagase la deuda. lo que significaría que ellos serían esclavos de alguien más por el resto de sus vidas, porque no hay manera que iban a poder pagar esta cantidad. Simplemente dar a darse en esclavitud, eso lograría recolectar dinero. No, esto es justicia por lo que tú has hecho. Esto es lo que te mereces. Y lo que te mereces es perderlo todo. Tú te mereces perderlo todo. Todo lo que este hombre ha amado, todo lo que este hombre ha contado como valioso, todo en lo que él ha gastado, las riquezas del rey, riquezas que no le pertenecían a él, va a perderlo todo. y correctamente y justamente. De tal manera, versículos 26 y 27, el siervo le ruega al rey que tenga misericordia. Entonces, versículo 26, aquel siervo postrado le suplicaba. Este hombre se postra delante del rey y lo que está indicando es, no solo te voy a pertenecer como un siervo, sino que vas a tener toda mi vida. y que le dice, versículo 26, Señor, ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo. Esto es increíble. En esta parte entendemos la luz de nuestra salvación que es increíble cuando hombres y mujeres primero llegan cara a cara, se dan cuenta de lo que le deben a Dios, se dan cuenta de la deuda que tienen con Dios por su pecado, A veces la reacción mal informada es decir, Señor yo voy a hacer todo en mi poder para estar bien contigo Dios. ¿Cómo debo cambiar? ¿Cómo debo reformarme? ¿Qué debo hacer? Dios, si tienes misericordia de mí, yo voy a pagar, yo voy a hacer lo correcto. Cuando en realidad nunca podemos estar bien con Dios. Este hombre no puede pagar. Yo te lo pagaré todo, dice el siervo, pero él no podía hacer eso. 10,000 talentos, nunca lo podría pagar. así que qué es lo que el rey hace versículo 27 el señor de aquel siervo movido a misericordia le soltó y le perdonó la deuda la deuda toma lo que fue un robo y lo trata como un préstamo y luego lo cancela Te suelto de tu culpabilidad y yo te perdono la deuda. No voy a aceptar tus términos de tratar de pagarme de regreso. Yo voy a darte esto como un don, como un regalo. Te voy a soltar y te voy a perdonar todo lo que me debes. ¡Qué misericordia! Y había amor en esto porque sintió compasión, misericordia de este hombre, como nos dice el versículo 27. Aquí hay un hombre que pasó de muerte a vida, de perderlo todo, a salir de la presencia del rey un hombre perdonado y libre. Pero ¿qué hace este hombre? Versículo 28, Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios. Y haciendo de él, le ahogaba, diciendo, Págame lo que me debes. ¿Qué es esto? Esto es moralmente inaceptable. El siervo, irónicamente, le dice a este hombre las mismas palabras que el siervo le había dicho al rey anteriormente, versículo 29. Entonces, su consiervo postrándose a sus pies le rogaba diciendo, ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo. ¿Has pensado en esto? Cuando alguien te pide perdón, ellos están diciéndote lo que tú le dijiste a Dios cuando Él te perdonó en su Hijo Jesucristo. Tú te enfrentaste a la deuda que tenías con el rey. ¿Qué hiciste? Le pediste misericordia a Dios, que tuviera misericordia de ti por medio de Jesús. Le pediste que te perdonara. Y alguien viene a ti y te dice, ¿me perdonas tú? ¿Qué les dices? ¿Qué es lo que este hombre dice en el versículo 30? ¿Qué hizo? Él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel hasta que pagase la deuda. Esto es moralmente indignante, inaceptable lo que este hombre hace cuando un siervo perdonado no perdona a otro siervo. Pongamos atención a los elementos que hacen que esto sea indignante. Este hombre tenía una deuda pequeña comparado con una deuda infinita. A este hombre se le debían 100 denarios. El denario era el el pago de un día. Así que 100 días de trabajo es lo que este hombre le debía al siervo, mientras que el siervo perdonado debía 10.000 años de sueldo. Uno era una deuda pequeña, el otro era una deuda infinita. La deuda infinita es perdonada y él ahora no quiere perdonar la deuda pequeña. Un trato cruel comparado con un trato justo. No hay indicación en el texto, en la historia, de que el rey trató a este hombre cruelmente de una manera personal. Él mandó que el hombre fuera vendido a la esclavitud y que fuera a perder todo. Pero esta era justicia. No está haciendo al hombre, no lo golpea. sólo anuncia el veredicto. Este hombre encuentra a su consiervo y está tratando de extraer de él lo que le debe. Y vemos un trato duro comparado con compasión. cuando el siervo malvado, el rey tuvo compasión de él, pero ahora un consiervo le pide misericordia. No hay compasión. No, yo te voy a pedir que me pagues todo lo que me debes. lo que quiere decir que él mantiene la cuenta en lugar de limpiar la cuenta. El rey limpió su cuenta. Ahora el siervo va a mantener la cuenta con su consiervo. Es interesante que en 1 Corintios 13 dice que el amor no mantiene una lista de faltas. El amor de Dios no es uno que mantiene las cuentas de lo mal que hacemos, de las cosas malas que hacemos. ¿Por qué esto tiene sentido en el Evangelio? Porque el Señor limpia nuestras cuentas, las limpia completamente. Esto es tan indignante que aún sus conciervos lo reconocen en la historia. Versículo 31, viendo sus conciervos lo que pasaba, se entristecieron mucho y fueron y refirieron a su Señor todo lo que había pasado. ¿Por qué estos los entristecieron? Porque ellos entendieron la comparación. Ellos sabían lo que el rey había hecho por este hombre y ahora vieron lo que este hombre le hizo a un consiervo. Los entristeció. y se lo dicen al rey. ¿Y cuál es la respuesta del rey? Es indignante para el rey también. Versículo 32, entonces llamándole a su Señor, le dijo, siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné. Hay énfasis ahí, toda aquella deuda. Toda aquella deuda. El Señor está poniendo delante de nosotros, ¿qué tipo de deuda se te perdonó a ti? Cristianos, discípulos de Jesucristo, ¿qué tipo de deuda se te perdonó a ti? Yo te perdoné toda aquella deuda porque me rogaste. No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti. Un comentarista dice, la razón por la que el perdón debe ser ilimitado, se explica en esta parábola vívida, el tamaño inimaginable de la deuda original, el talento fue la unidad más alta de monetaria en este tiempo, y 10,000, el número más grande en griego, esa deuda se toma y se enfatiza toda aquella deuda en el versículo 32. Si esa es la medida del perdón que el discípulo ha recibido, cualquier limitación en el perdón que él muestra a su hermano es impensable. El hecho de que la deuda del segundo siervo es una fracción muy pequeña de la primera, enfatiza lo grande, lo impropio del actuar del siervo. Nosotros decimos muchas veces que nosotros tenemos nuestros derechos. ¿Cuáles eran tus derechos delante de Dios siendo culpable? Y cuando ibas camino al infierno, y Él tuvo misericordia de ti. Así que nuestro Señor aplica esta historia en el versículo 35. Bueno, veamos cómo termina la historia en el versículo 33. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo como yo tuve misericordia de ti? Entonces su Señor, enojado, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. El Señor nunca hace eso con nosotros, perdonar nuestros pecados y luego ya no hacerlo. Estás haciendo que la historia diga más de lo que el Señor quiere que diga. Lo que está queriendo decir es que hay una consecuencia severa. Cuando alguien que se le perdona mucho, él rehúsa a perdonar. Y esto es lo que nuestro Señor dice en el versículo 35. Mi Padre Celestial hará también con vosotros. Si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas. Su hermano de todo corazón. Si cada uno de ustedes no perdona a su hermano, esta es una advertencia para discípulos, que tan serio es el tema del perdón para un hijo de Dios, tan serio, que la falta de perdón es disciplinada severamente. Esa es la lección. No solo es algo bueno que perdonemos, no solo es algo sugerido que debemos perdonar. No nos damos palmaditas en la espalda y sentimos que somos magnánimos si perdonamos a alguien más. Es una obligación moral de que nosotros perdonemos. Sería moralmente indignante si no perdonamos. Es una obligación perdonar. Es el tipo de perdón que nunca tendrá sentido a una persona que no ha sido perdonada. Pero nosotros somos el pueblo más perdonado sobre la faz de la tierra. El Señor nos ha perdonado todo. Así que, ¿cómo debemos nosotros entonces perdonar? A nosotros se nos ha dado a conocer. Tuvimos que rendir cuentas, por así decirlo, delante del rey y se nos hizo ver cuál era nuestra deuda de pecado delante de Dios. Por medio de la predicación del evangelio se nos dio a conocer nuestro pecado y lo que le debíamos al rey y que no podíamos pagar. Y Él no solo nos hizo ver nuestro pecado y nuestra deuda, nos llevó al punto de arrepentimiento. Estuvimos tristes por nuestro pecado y anhelábamos ser perdonados y pedimos perdón y entendimos cómo es que podíamos ser perdonados por medio de la muerte y la sangre de Su propio Hijo. Nosotros seríamos perdonados de todos nuestros deudas. ¿Y qué es lo que hicimos? Nosotros rogamos por lo que no nos merecíamos. Ten misericordia de mí y perdóname por la sangre de tu hijo. Nosotros nos merecíamos perderlo todo. Y en lugar de perderlo todo, Dios nos dio todo. Lee Romanos capítulo 8, donde Pablo hace el punto de que si Dios dio a su Hijo, ¿qué acaso no nos dará entonces? ¿Qué va a retener de nosotros si Él nos ha dado a su Hijo? Dios nos ha perdonado todo y nos ha dado todo. Nosotros realmente somos co-herederos con el Señor Jesucristo. Heredamos la herencia del Hijo de Dios. Y ahora alguien viene a nosotros y ellos nos deben. Y no importa lo que sea al que nos deben, nunca se va a comparar con lo que nosotros le debíamos a nuestro Rey. y nos dicen, me perdonarás? Y nosotros decimos, no, tú me debes. ¿Acaso eso no es moralmente indignante? Si tú ves que lo es, díame o hay de mí, que es tal vez más apropiado. Es algo inmoral, es indignante, es triste. Cuando lo vemos, eso debería molestarnos. Y es tan inaceptable a los ojos de nuestro Rey, que Él no lo va a permitir. Nosotros enfrentaremos a los verdugos hasta que respondamos de la manera correcta. hasta que nosotros respondamos de la manera que debemos responder, hasta que perdonemos. ¿Cómo es que Dios envía a los verdugos a su pueblo? ¿Cómo es que un cristiano que no perdona sufre la disciplina hasta que ellos se arrepienten de su pecado de falta de perdón? No es una lista exhaustiva la que voy a dar, pero quiero mencionar algunas maneras en que sabemos que esto ocurre. En primer lugar, los verdugos existen en nuestra propia alma. Muéstrame a un cristiano que no perdona y yo te mostraré a una persona miserable. Cada vez. Tú no tienes falta de perdón en tu corazón y no tienes gozo en tu alma, no tienes paz, no tienes gozo, no tienes satisfacción. Todo lo que puede satisfacer tu alma es como un trapo que está siendo apretado y ya no hay nada que sacarle. Se nos ha perdonado tanto y queremos que un siervo nos pague la deuda, lo que nosotros creemos que es justicia. Y mira lo que ocurre en tu corazón cuando tú haces eso. Dios te disciplina en el ámbito de tu propio corazón, de tu ser interior. Alguien que me está escuchando hoy, que tú has sido miserable por un buen tiempo porque hay algo que tú te rehúsas, perdonar. Otra manera en que Dios lo hace es en nuestras circunstancias. las cosas empiezan a salir mal. No realizamos que estamos recibiendo diariamente de Dios algo. ¿Qué es lo que tú tienes que no se te haya sido dado? ¿Qué es lo que tú tienes hoy que el reino te ha dado? Él nos ama demasiado para dejarnos sin disciplina. Él disciplina todo hijo que Él recibe. Así que una de las maneras en que Él llama nuestra atención y nos lleva al punto de arrepentimiento de nuestra falta de perdón, es que Él comienza a retener sus bendiciones. Tenemos bolsas con hoyos, con agujeros. Todo lo que tocamos parece que se desvanece. Hay tiempos ligeros, no solo en nuestra alma, sino también en nuestra vida en general. dificultad tras dificultad tras dificultad, hasta que nosotros los liberaremos en nuestro corazón. Liberar la deuda de alguien más para con nosotros, sabiendo que el Señor nos ha liberado de la deuda infinita que le debíamos. a veces es en el ámbito de la circunstancia en que nosotros somos disciplinados, muchas veces es en la reprensión relacional. Sabemos esto. Habiendo sido perdonado mucho, si yo no perdono, ¿qué quiere decir esto? Aparte del corazón duro y lo que hemos visto hoy, esta mañana y esta noche. ¿Qué más? Es orgullo, es soberbia. ¿Qué debes ser para entrar en el reino? Debes convertirte como un niño. ¿Cómo caminas en la vida como cristiano, como hijo de Dios? El camino de humildad. ¿Cómo es que tú recibes el perdón de tus pecados en Cristo Jesús? Dios te humilló. Tú clamaste por misericordia. Y ahora tú quieres que un consiervo te pague lo que te debe. Eso lo que ocurre es que el orgullo ha llenado tu corazón. Así que lo que ocurre es que Dios humilla al soberbio. Nosotros creemos que tenemos el puesto alto moralmente hablando. Alguien ha pecado en contra mí y yo me siento en lo alto moralmente. Pero mira lo que pasa, es que tú caes. Tú caes. Y ahora tú, El que no estuviste dispuesto a perdonar, te encuentras en una posición donde tú tienes que pedir perdón. Dios te humilla porque ahora tú tienes que pedirle perdón a alguien. Y en ese espejo está la persona que tú has rehusado perdonar. Y a veces, por la soberanía absoluta de Dios y la providencia maravillosa de Dios, a veces esta humillación puede ocurrir en la misma relación donde nosotros hemos rehusado perdonar. No solo es que alguien más me perdone, yo necesito que la persona que yo no he perdonado, que me perdone. Eso humilla. Cuán alto nos sentimos que estamos hasta que caemos. Y entonces vemos cuán orgullosos y equivocados hemos estado. Recientemente escuché un sermón de John MacArthur en el perdón, y yo pienso que me gustó algunas cosas que dijo. Dijo, nunca somos más como Dios que cuando perdonamos. Y nunca somos más como Dios que cuando perdonamos, como nuestro Padre, que cuando perdonamos. Hablamos de eso hoy en la mañana. Amar a nuestros enemigos. Dios hizo que el sol y la lluvia fueran disfrutadas por los inconversos. Nunca somos más como Dios que cuando nosotros perdonamos. Y nunca seremos más alejados del carácter de Dios que cuando rehusamos perdonar. Tú rehúsas perdonar, tú deshonras a tu padre. Tú no eres, no eres un hijo o una hija que se ve como tu padre cuando tú rehúsas perdonar. Y nunca serás más noble como un ser humano que cuando perdonamos. ¿Quieres ver al hombre, a la imagen de Dios reflejar su Creador? Mira a alguien que da perdón. Proverbios 19.11 La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa. Y nuestro Señor dice que el perdón debe ser desde nuestro corazón. Versículo 35. Si no perdonáis de todo corazón cada uno de sus hermanos, no puede ser superficial, no puede ser formal, no es un show espiritual, quiero demostrar mi virtud ante otros. No, es genuino. Tú lideras a alguien de su deuda en tu corazón. Y como hemos dicho en las últimas semanas, ellos ni siquiera te deben pedir perdón. Ellos ni siquiera te deben pedir el perdón. Hechos 7, 59. Hice referencia a esto en la mañana. Esteban, la Biblia dice, y apedreaban a Esteban mientras él invocaba y decía, Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz, Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió. Quiero que pienses en esto. leemos de un episodio como esto y creo que no captamos la brutalidad de esto porque no hemos visto a alguien ser apedreado hasta la muerte. y la persona que está siendo apedreada está diciendo, Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Ese es un hombre que refleja a su Padre que está en los cielos. Ese es un hombre que refleja a su Salvador. Ese es un hombre que manifiesta la dignidad de la imagen de Dios en una vida humana. Así que te pregunto, ¿has sido tú perdonado? ¿Te ha perdonado a ti el Señor? ¿Es Jesús tu Salvador y Señor? ¿Acaso su sangre ha pagado todos tus pecados? ¿Estás tú delante del Señor esta noche con nada en tu récord? Tú tenías un récord que te mandaba al infierno y no podías repagarlo ni cambiarlo, pero ahora tú estás limpio. ¿Eres esa persona tú? Si dices que sí, quiero preguntarte entonces, ¿quién te debe algo? y tú no has limpiado su cuenta. ¿Eres tú este siervo malvado? Que ahora tomas a tu hermano o a tu hermana, haces de él y lo estás apretando el cuello, por así decirlo. Yo no te voy a dejar ir hasta que pagues. No te voy a soltar porque tú me debes. Yo no te voy a soltar porque tú has violentado mis derechos. ¿Eres ese tú? ¿Cómo llama el Señor a esa persona? Un siervo malvado, es pecaminoso. La falta de perdón es pecado. ¿Estás tú pecando en contra de aquellos que han pecado en contra de ti? Porque tú no estás dispuesto a perdonarles. Y si ese eres tú, si tú has sido perdonada, tarde o temprano vas a encontrarte con los verdugos. Tu padre te ama y no lo va a permitir. Tú te vas a encontrar con los verdugos. Y quizás estoy hablando con alguien que probablemente está en la cámara de tortura en estos momentos, en tu alma, o en tus circunstancias, o en las relaciones, o en todos esos ámbitos y más. Tu padre te está disciplinando porque tú no has soltado a esa persona. Así que te pido, te pregunto, ¿los liberarás hoy? No tienen ellos que pedirte el perdón para que tú lo hagas. Los liberarás ahí donde estás en estos momentos. En tu corazón los perdonarás. Perdonarás a tu hermano de todo corazón. Los liberarás hoy. Y decir, no me deben nada. habiendo sido perdonado una deuda tan grande. ¿Quién soy yo para retener la deuda de alguien más? Alguien acá que me escucha, ¿tú has conocido la libertad de poner tu caso en las manos de Dios? No defendiéndote a ti mismo, no buscando justicia para ti mismo, simplemente dejándolo todo al Señor. Y haces tú esto con un corazón de humildad y no orgulloso. Leí Spurgeon, que no dejes que lo que alguien dice de ti, que no te moleste porque lo que dicen de ti no está malo como debería ser. Tú eres peor de lo que ellos dicen. Así que déjalo todo al Señor. como alguien que ha sido perdonado una cantidad infinita. Perdona a tu hermano de todo corazón. Y el pueblo de Dios dirá, amén. Oremos, Padre, gracias por tratar con nosotros en términos tan claros, no dejando duda en nosotros acerca de lo que tú esperas de nosotros y aclarando a través de la historia por qué es que tiene mucho sentido en el Evangelio. No es sentido común. Es sabiduría divina y tiene sentido absoluto a la vista del Evangelio. Señor, obra en nosotros de que lo que somos ahora capaces de hacer en Cristo Jesús, porque somos una nueva creación, porque somos, porque tenemos a tu espíritu y tenemos tu verdad, obra en nosotros de tal manera que lo que se despliegue en nuestra vida sea no un perdón natural, sino un perdón sobrenatural, algo asombroso, algo increíble, algo que manifiesta tu perdón increíble para con nosotros. Confesamos que batallamos con esto. Nuestra carne y nuestro orgullo se levanta. Perdónanos por esto y fortalécenos para mortificarnos a nosotros mismos y el pecado que está presente en nosotros y abrazar de nuestro corazón, de todo corazón, lo que es recto y bueno. para que con gozo y libertad nosotros salgamos de este lugar con ninguna cuenta retenida con otra persona. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
La seriedad del perdon
Series Spanish Translation
El perdon del hijo de Dios debe ser ilimitado mientras que el mundo se caracteriza por tener una venganza ilimitada.
Sermon ID | 4623128355437 |
Duration | 51:56 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Bible Text | Matthew 18:21-35 |
Language | Spanish |
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