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reconoce que yo ¿Usted cree que porque tenemos acceso a la Internet tenemos acceso a la verdad? Yo creo que tenemos la Biblia y tenemos acceso a la verdad. Juan hizo lo correcto y le preguntó al Señor Jesús. Juan fue al lugar donde él tenía que ir y el Señor le va a ayudar. Pero Juan lo hizo de una manera que yo creo que nos deja ver en el verso 2. Al oír Juan en la cárcel las obras de Cristo mandó por medio de sus discípulos. Juan se apoyó en sus amigos. ¿Cuáles son los amigos de Juan? La iglesia. Bueno, en ese entonces no está formada la iglesia. Estoy transfiriéndolo al día de hoy. El creyente cuando tiene duda. ¿Dónde va? ¿Dónde va a encontrar primero el medio que Dios le provee para empezar a salir de esa duda? Sus amigos. Con los que usted habla, sí o no. Usted visita personas aquí en la iglesia. Usted invita personas de la iglesia que van a su casa. Usted tiene comunión con esas personas. Y no me refiero a las fiestas de cumpleaños. El mundo hace eso. Yo no me refiero a eso. Yo me refiero a personas con las que usted se sienta, abre corazón, habla con esas personas, oran por usted personalmente. Esa persona sabe qué pasa con usted. Juan el Bautista. recurre a sus amigos. Al confrontar esa crisis, él sabe que no está solo. ¿Quiénes son los que lo visitaron en la cárcel? Sus amigos. Juan tenía muchos discípulos, cientos de discípulos. Era una multitud la que lo seguía. Si uno lee más textos se da cuenta que así es. Pero estos hombres eran fieles con Juan. Lo visitaban ahí en la cárcel. Le decían lo que estaba pasando con el Mesías. Y él es con ellos. Que encuentra el medio para alcanzar al Señor Jesucristo. Y manda a pedirle al Señor que le explique, que le ayude en su duda. Mateo 14, 12 no vamos a ir allí, pero dice que después de que Herodes mandó a decapitar a Juan el Bautista, los discípulos de Juan vinieron y pidieron el cuerpo para enterrarlo. Estos hombres hasta la muerte estuvieron allí con Juan el Bautista, eran sus amigos, eran sus camaradas, eran los que conocían lo que le dolía a él y lo que no le dolía a él, era con los que él abría corazón. ¿Cómo está usted? Si viene el tiempo de duda. ¿Cuáles son los recursos que Dios le ha dado a usted? ¿Cuál es la característica de su vida? Hoy le decía yo a mi clase en la escuela dominical, hermanos, si usted necesita ayuda con lo que vamos a hacer, con lo que estamos entrando a estudiar, cuente conmigo. Pero si yo soy su primer recurso, eso no está bueno. Yo le voy a contestar su llamada, pero si usted no tiene a nadie más que llamar en la iglesia, eso no está bien. Si usted tiene tiempo, años aquí, todavía tiene que llamar al pastor para que le dé el número de teléfono de otro miembro, lo siento por usted. Usted debe conocer a sus hermanos, debe estar relacionado con sus hermanos, debe procurar moverse hacia ellos. Si ustedes sienten que a mí nadie me invita, invite a alguien, abra su casa, si no, invítenle un café. Dios no nos diseñó para enfrentar este caminar con Él a solas, no somos diseñados así, no podemos. Hay momentos a solas en la oración que solamente solo puedo orar con Dios, pero hay momentos en que yo necesito a alguien con quien llorar, yo necesito a alguien que me preste su hombro para recargarme allí. Usted también. Juan está haciendo esto. Somos una familia, ¿no? Somos los hijos de Dios. El Espíritu Santo nos bautizó en el cuerpo de Cristo, dice la palabra. Y nos hizo parte de Cristo. Somos hermanos en Cristo Jesús. Tenemos problemas, sí. Tenemos dificultades, sí. Pero sabemos que aquí está la gente con la que podemos contar. No afuera. Está en el mundo, no abre su corazón. ¿Por qué va a abrir su corazón al mundo? ¿Para qué? ¿Qué va a encontrar allá? ¿La opinión del hombre? Usted viene con alguien de la iglesia y no tiene que depender del domingo. El domingo nos ayuda a todos. Gloria a Dios por el domingo, pero entre semanas usted tiene a alguien con quien usted puede abrir el corazón. Hay que procurar eso. Juan tenía a hombres que lo cuidaban. Pablo en el libro de Filipenses dice que estaba en la cárcel en Roma. Y habla de Timoteo y Epafrodito. Epafrodito quería tanto a Pablo. Dice la palabra que arriesgó su vida para llevarle a él lo que le habían mandado los filipenses. Mira una ilustración. William Carey fue el misionero que abrió las misiones en India. Cuando él estaba en Inglaterra, él es de Inglaterra, era un zapatero. Y como zapatero, no era un buen zapatero. Él tenía que trabajar como zapatero porque tenía una enfermedad que no podía estar mucho en la luz del sol, entonces tenía que estar dentro de un edificio. Y él ayudaba y cuando no habían clientes para arreglar los zapatos, ¿sabe qué hacía? Empezó a aprender otros idiomas. Se aprendió como cinco idiomas él solito, en su tiempo libre. Empezó a aprender, creyó que había que alcanzar a personas en otros lugares, presentó eso a su iglesia, no le creyeron, pero él insistió, cuando se fue para allá, como misionero, él empezó a generar sus propias entradas y a mantener a su papá que estaba en Inglaterra, al revés del concepto general que tenemos a veces de las misiones. No siempre es así, pero William Carey fue un hombre que se movió mucho en ese sentido. Y él formó un equipo de misioneros que trabajaban con él allí. Él estableció un college, estableció institutos de escuelas que todavía están en pie más de 100 años después allá en India y funcionan. Pero él tenía un grupo que trabajaba con él y William Carey lo que hacía era que todas las semanas, una vez a la semana se reunían los sábados en la tarde. Se reunían y empezaban a hablar y empezaban a sacar. Yo he tenido esto contra ti, yo he tenido esto contra ti, yo he tenido esto contra ti. Y ese equipo, porque se dieron el espacio de confesar pecados entre ellos, se dieron el espacio de reconocer que ser hermanos no es fácil, es algo que trae dificultades, pero se pueden arreglar en Cristo. Procuraron la unidad. Fue uno de los ministerios más exitosos cuando estudiamos las misiones. El ministerio de William Carey. William Carey tenía gente con la que podía contar. Juan y Bautista tenía hermanos con los que podía contar. Pablo tenía hermanos con los que podía contar. Cuando usted lee las cartas de Pablo, dice Pablo y empieza a mencionar Timoteo, Epafrodito, a los otros que empieza a mencionar. Usted necesita confrontar las dudas de su vida junto con los hermanos que Dios le ha dado en la iglesia. Y si su hermano está en problemas, está en dificultad, usted no le ataca. Usted va y le ayuda. considerando cómo está usted, como dice Galatas 6.1, que usted no es superior a esa persona, que usted está ahí para servirle. Como hizo Epafrodito con Pablo, como hizo Timoteo con Pablo, también cada creyente necesita un grupo de amigos en la iglesia del Señor, en los quienes se pueda apoyar y a quienes pueda apoyar. El creyente no está diseñado para andar a solas. Hebreos 10, versos 24 y 25. Y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras. El amor y las buenas obras yo no las hago solo, aquí dice tengo que ser estimulado por mis hermanos, igual usted. Estimularnos al amor y a las buenas obras no dejando de congregaros, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros y mucho más al ver que el día se acerca. Ahorita estamos en un entrenamiento para hacer esto mejor. Autoconfrontación se llama. Necesitamos estimularnos unos a otros. Y no podemos estar faltando aquí porque nos necesitamos. Y de allí que se extienda lo que sucede en las casas. Debe ser natural. Y poder apoyarnos en otros discípulos del Señor Jesucristo. Juan se apoyó en sus discípulos. Quien era el único medio para llegar a Jesús. Y estos, a su vez, buscan a Jesús y se encargan de comunicarle a Él cuál es la necesidad que Juan tiene. Son fieles en llevar la palabra. Tercero, la respuesta se encuentra con Jesús. Primero, Juan tiene una crisis de duda. ¿Cómo confronta a esa crisis? ¿Es natural tener esa crisis? ¿El creyente tiene esas crisis? Hay que preguntar. Segundo, se apoya con los hermanos en la fe, con otros discípulos. Tercero, manda a preguntar a la persona adecuada al Señor Jesucristo. En Él está la respuesta para nosotros en la palabra. La palabra donde Dios nos habla, allí está la respuesta. Dice versos 4 y 5. La respuesta de Jesús respondiendo, Jesús les dijo... La misma historia la encontramos narrada en Lucas 7, vamos allí para que miren, porque Mateo dice, díganle a Juan lo que ustedes ven y oyen, los ciegos, los sordos, los cojos, los muertos, todo lo que está pasando con ellos. Pero Lucas 7, verso 20 al 22, da más detalle de qué sucede aquí. Cuando los hombres llegaron a él, dijeron, Juan el Bautista nos ha enviado a ti diciendo, ¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otro? En esa misma hora, mire, verso 21, aquí está la clave. En esa misma hora, curó a muchos de enfermedades y aflicciones y malos espíritus y a muchos ciegos les dio la vista. ¿Qué está haciendo el Señor Jesucristo aquí? El Señor Jesucristo no rechazó a Juan porque tuvo una duda. El Señor Jesucristo no trató mal a Juan porque tuvo esta duda, siendo el hombre más grande. que dice el Señor Jesucristo que Él es. No lo rechaza, no lo trata mal, no lo regaña. El Señor Jesucristo lo que hace es milagros, maravillas y prodigios. Delante de los discípulos de Juan Él dice, vayan, cuéntenle a Juan. Esto es una prueba del reino de los cielos. Este es el reino que estoy anunciando. Yo tengo el poder para vencer el pecado. Yo tengo el poder para vencer la enfermedad. Yo tengo el poder para vencer a la muerte. Yo tengo el poder para sanar a los enfermos. Díganle a Juan, yo soy el Mesías. Prácticamente el Señor le está diciendo, no usa palabras, usa obras. Está dando un mensaje contundente a ellos con obras. Hay muchas maneras de comunicar mensajes. Esa es una manera poderosa en que el Señor responde para fortalecer a Juan, para fortalecerlo en medio de la duda. El Señor sacude el sistema de leyes físicas y lo cambia y delante de los discípulos de Juan le dice vayan, díganle lo que ustedes oyen, lo que ustedes ven que está sucediendo aquí. El Señor Jesucristo no le da ninguna otra explicación a Juan. El Señor Jesucristo... Juan, ¿por qué estás dudando? ¿Qué te pasó? ¿Acaso tú no me bautizaste? ¿Acaso no eres tú el que me anunciaste? El Señor no le saca en cara nada a Juan. El Señor le ayuda a Juan. Yo creo que podemos aprender mucho hermanos nosotros de aquí, de cómo tratarnos unos a otros. Cómo tratarnos en los tiempos de las dudas, en los tiempos de las dificultades. Porque así el Señor Jesucristo nos trata y nos ayuda. El Señor Jesucristo le está ayudando a Juan. Le está diciendo, esta es una muestra del Reino de los Cielos, Juan. Esto es lo que viene más adelante. Un mensaje claro, ¿no? Inconfundible. Un mensaje que no se puede revocar de ninguna manera, pero aún así el Señor se mueve más adelante y dice el punto cuatro, benditos son los que confían en Jesús. ¿Por qué dice el Señor lo que dice en el verso semi? Dice, bienaventurado es el que no se escandaliza de mí. Hay gente que puede tener todos los milagros, pueden tener toda la evidencia. ¿Puede el Señor poner las cosas en su cara? Y todavía dicen, no, no creo. Los fariseos, los escribas, los saduceos, ellos vieron lo que estos discípulos estaban viendo. ¿Sabe qué dijeron ellos? Ante la evidencia del poder de Jesucristo, ante su testimonio, ¿quién puede negar ese testimonio? Dijeron, pues ciertamente está haciendo estos milagros, pero lo está haciendo porque le sirve a Satanás, es por el príncipe Bersebú, por Bersebú que lo está haciendo, el príncipe de las tinieblas. Entonces el Señor Jesucristo dice en el verso 6 Bienaventurado es el que no se escandaliza de mí. Anuncia una bienaventuranza a los que creen y confían en él. Lo mismo que anuncia una advertencia. Porque una persona o es bienaventurada o es maldita. O es el bendito de Dios o es un maldito de Dios. Dios maldice y Dios bendice también. Y Jesucristo es lo que está diciendo aquí. Bienaventurado, bendecido, feliz. El que no se escandaliza de mi Mateo 5, no vamos a ir allí, pero ahí vimos la bienaventuranza. Bienaventurados los pobres en espíritu, bienaventurados los que lloran, bienaventurados los humildes, bienaventurados los que son perseguidos. Ahí están todas las bienaventuranzas. El Señor describe el carácter de un creyente. Es una persona que cree, que confía y porque confía vive así y está presentando eso. Mateo 13, 16 al 17 vamos allí. Pero dichosos o bendecidos o bienaventurados vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis y no lo vieron y hoy lo que vosotros oís y no lo oyeron. Aquí está la esencia de lo que nosotros estamos estudiando ahora. Jesús dice a los discípulos de Juan que vayan y le digan lo que ven y lo que oyen. Juan es presentado por Jesús como el hombre más grande que ha vivido el mayor de los profetas. Ningún profeta jamás vio al Mesías. El Señor Jesucristo, bienaventurado, porque ustedes vieron esto. Bienaventurado Juan, porque vio eso. No, si él tuvo duda, pero el Señor está ayudándole a él y está respondiendo más allá de Juan, lo expande y dice, bienaventurado, el que no se escandaliza de mí. Juan tuvo el privilegio de anunciarlo, de verlo, de bautizarlo, de conocerlo personalmente. Adún tuvo el privilegio de darse el espacio de dudar del Señor Jesucristo, a quien el Señor afirmó después. Jesús no fue un tropiezo para Juan. Cuando Juan está dudando, Jesús no es un tropiezo para Juan. Es que Juan no ha entendido el mensaje completo y Jesucristo le está ayudando a él a entender el mensaje completo. Jesús no vino a ser una piedra de tropiezo, sino más bien la piedra del ángulo. Juan tenía que poner su fe completamente en el Señor Jesucristo y en eso sostenerse y fue lo que sucedió con él. Pero para muchos, Tienen la evidencia, escuchan la palabra, escuchan los mensajes. Oyen las predicaciones, alguien les habla del Señor Jesucristo y aún Jesucristo viene a hacer una ofensa, se escandaliza en la palabra, escandalizar viene de escandalizomai o escandalizo se puede usar así, significa dejar de creer, significa ofenderse, sentirse agraviado, hacer que otro deje de creer, provocar ira o escandalizar a otro llevando a esa persona a pecar, eso es lo que significa, por eso el Señor usa esa palabra. Dice el Bienaventurado que no se escandaliza de mí. En el Evangelio de Juan el Señor Jesucristo afirma ser el pan que descendió del cielo. Quiero ilustrar con estas escrituras lo que es escandalizarse con el Señor Jesucristo. Jesús anuncia que Él es el pan que descendió del cielo. Mire, vamos allí en Juan 6, 50. Este es el último punto, estamos... Aquí es una multitud de discípulos, son muchos discípulos, no solamente los doce. Dice, sin cuenta, este es el pan que desciende del cielo, está hablando de sí mismo, para que el que coma de él no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Si alguno come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne. Miremos versos 59 al 61 para seguir. Esto dijo Jesús en la sinagoga cuando enseñaba en Capernaún. Por eso muchos de sus discípulos cuando oyeron esto dijeron dura es esta declaración. ¿Quién puede escucharla? Se están escandalizando. Pero Jesús sabiendo en su interior que sus discípulos murmuraban por esto les dijo ¿Esto se escandaliza? Ahora miremos el verso 67 al 69 de 66 Como resultado de esto, muchos de sus discípulos se apartaron, se escandalizaron. Quiere decir que se apartaron. Es decir, no solamente se sorprendieron y dijeron, wow, sino se fueron. Eso es bienaventurado. El que no se escandaliza, no quiere decir el que dice, ay, mira eso. No. El que dice y se va. Aquí está mostrando el texto. Se apartaron y ya no andaban con él. Entonces Jesús dijo a los doce, ¿acaso queréis vosotros iros también? Simón Pedro le respondió, señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el santo de Dios. Jesús le respondió, no se escogí yo a vosotros los doce. Sin embargo, uno de vosotros es un diablo. ¡Qué interesante! ¡Qué interesante lo que está pasando aquí! Él es el pan del cielo, es el pan de vida. El que coma de él puede vivir. Se escandaliza. Los discípulos dudan. El Señor Jesucristo los confronta y los afirma. La respuesta de Pedro es Señor, ¿a quién iremos? Nosotros hemos creído que tú eres el Cristo. Nosotros hemos creído que tú eres el Hijo del Dios vivo. Pedro es afirmado en su fe lo mismo que sus discípulos. Pero hay uno de ellos que se escandaliza. Es cuando dice, ¿no los escogí a los doce? Y sin embargo uno de vosotros es un diablo. Verso 71, él se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, porque este uno de los doce le iba a entregar. ¿Por qué estamos concluyendo aquí con el verso 6 cuando del 1 al 5 en Mateo capítulo 11, a mí se me hace un texto bien precioso, se me hace un texto bien como, ese tipo de textos que usted como que quiere abrazar y pegarse allí porque da ánimo. Juan tiene dudas. Yo he tenido dudas. ¿Cómo hace el Señor? Le responde de una manera poderosa. Lo afirma, reconoce quién es Juan. Lo está amando y le está ayudando en su necesidad. No lo saca de la cárcel. No lo libera de la injusticia que está haciendo Herodes. No se trata de eso. Se trata de lo que está pasando en su corazón y Jesucristo ministra su corazón. Pero el verso 6 nos prepara para lo que viene en el resto de ese capítulo. Y en el capítulo 12, y el cambio drástico que Mateo hace en el capítulo 12, Jesucristo cambia su manera de hablar completamente con los fariseos. Ya no les habla, nunca les puede hablar igual a partir de allí. ¿Por qué? Porque a pesar de ese amor, a pesar de ese cuidado que Él muestra, a pesar de esa atención íntima, personal y poderosísima para restaurar a los que creen en Él y están dudando. Hay otros que en medio de eso dicen, no. Yo no creo lo que éste está haciendo. Y se escandalizan. Tienen toda la evidencia. Pero deciden rechazar. Y Jesucristo no es piedra de ángulo para ellos sino piedra de tropiezo. Y caen. Y dice la palabra en las profecías que son desmenuzados por esta piedra. Los que dudan quedan en la mitad entre creer y no creer. Los que se escandalizan del Señor quedan bajo maldición, pero los que se afirman al creer y confían en él son bienaventurados. Y eso es lo que sucede con Juan. Juan no rechaza, perdón, Jesús no rechaza a los creyentes que dudan, al contrario, los fortalece. Les ayuda, como dijo el padre del muchacho endemoneado a quien Jesús le dijo, para el que cree todas las cosas le son posibles. Y este hombre le dijo, dice la palabra que gritó y le dijo, ayúdame en mi incredulidad. Marcos 9, 23 a 24, no vamos a ir allí. ¿Cómo le ayudó Señor Jesús? ¿Sanó a su hijo que estaba endemoniado? El que duda no demanda una explicación de parte del Señor, pero más bien clama por ayuda para ser afirmado en su incredulidad. Fue lo que hizo Juan a preguntar. Juan estaba pidiendo ayuda. Jesús en todas las ocasiones en que había dudas siempre ayudó a sus discípulos. Y esta ayuda, el resultado fue que fortaleció su fe, la fe de ellos. Pero a otros los alejó. No importa que tan clara sea la evidencia, cuando alguien no quiere creer, jamás se puede mover de allí. Es un asunto de decisión el creer. La evidencia, hermanos, es abundante, es sobrecogedora. La tenemos por todas partes. El Señor nos ha dejado su palabra perfecta, pura, suficiente, completa. Vemos las vidas de los que han sido completamente transformados cuando vienen al Señor Jesucristo. Son personas nuevas, piensan diferente, hablan diferente, viven diferente. Tenemos la evidencia frente a nosotros. Bienaventurado el que no se escandaliza del Señor. Vamos a orar. Pongámonos de pie y cerramos con una oración. Gloria a Dios por la palabra que el Señor nos ha dejado, por la evidencia que nos ha dejado para conocer la verdad, para ser libres en nuestros corazones. Padre, gracias, gracias Señor por esta narrativa, esta porción de la narrativa donde Juan, el mayor de todos los profetas, tuvo duda. Pero jamás te rechazó, Señor. Él dudó porque no entendía completamente y preguntó. Confrontó su duda buscando la fuente de la verdad. Ayúdanos a no buscar jamás en la fuente que ofrece el mundo, en su psicología, en su razonamiento, en sus filosofías, en sus religiones, en su paganismo. Ayúdanos a buscar en la verdad en Cristo Jesús. Usted ha estado escuchando al Ministerio Radial de Iglesia del Valle Central con el Pastor y Maestro Enrique Zaria, Pastor de Iglesia del Valle Central Ceres, California. Las enseñanzas del Pastor Enrique están disponibles en nuestra página de Internet, iglesiadelvalle.com. Para más información o para recursos gratis visite nuestro sitio web iglesiadelvalle.com o llame al teléfono 209-872-9792 de martes a viernes de 9 a.m. a 1 p.m. La versión completa de este mensaje fue predicado en la Iglesia del Valle Central en Ceres y lo puede encontrar en nuestra página de internet en iglesiadelvalle.com es
Como Superar la Duda parte 2
Series Mateo
En el siguiente pasaje veremos las características de una crisis de fe, en este caso de Juan el bautista. La duda que puede venir a todo creyente y este pasaje nos deja ver como confrontarla. Veremos tres características de como confrontar una crisis de fe y en el cuarto punto la necesidad de confiar en Cristo y sus beneficios.
Los puntos principales del pasaje son:
1. Juan se enfrenta a una crisis de fe.
2. No fuimos diseñados para confrontar las batallas a solas.
3. La respuesta se encuentra con Jesus.
4. Benditos son los que confían en Jesus.
Sermon ID | 425181259528 |
Duration | 25:07 |
Date | |
Category | Current Events |
Bible Text | Matthew 11:1-6 |
Language | Spanish |
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