00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Los que tenemos hijos, y algunos aquí presentes que están por tenerlos, somos testigos de un proceso interesante. Hay una etapa conocida como la primera infancia, que es cuando los chicos tienen de uno a tres años más o menos y están empezando a hacer muchas cosas. Están aprendiendo a caminar, están aprendiendo a hablar, y están empezando a explorar el mundo, pero son muy torpes al hacerlo, se tambalean, tropiezan, se caen, no hacen mucho sentido con sus palabras, se esfuerzan por comunicarse pero no se les entiende y se ponen en peligro constante, ¿verdad? Los padres son prácticamente salvavidas durante esa época, especialmente en esa época, pero es porque son niños y no pueden hacer otra cosa. Son niños y eso es lo que pueden hacer y lo que saben hacer y todos entendemos esto como parte normal de su desarrollo. Nadie en su sano juicio Agarraría a un niño en su primera infancia y lo empezaría a empujar para que se tambalee y verlo caer. Nadie lo regañaría por no saber expresarse, por no usar las palabras adecuadas. Nadie lo regañaría por no conocer las palabras adecuadas. Nadie lo haría porque entendemos que su valor como ser humano no depende de su tamaño ni de su fuerza. no depende de dónde se encuentra en su desarrollo, ni depende de la claridad de su pensamiento. Los adultos estamos allí para ayudarlos, para tenderles la mano, para animarlos, para emocionarnos con esos primeros pasos y esas primeras palabras, eso es nuestro trabajo. entender el proceso en el que están, celebrar con ellos cada avance, acompañarlos y ayudarlos y protegerlos y enseñarles, pero el proceso en última instancia se va dando de cierta manera independiente en un grado de nuestra influencia, porque en última instancia depende de Dios y de la mano de Dios. Romanos capítulo 14 versículos del 1 al 4 dice así, recibir al débil en la fe, pero no para contender sobreopiniones, porque uno cree que se ha de comer de todo, otro que es débil come legumbres. El que come no menosprece al que no come, y el que no come no juzga al que come porque Dios le ha recibido. ¿Tú quién eres que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae, pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. Oremos. Dios, unido al canto que hemos entonado, las oraciones que hemos elevado esta mañana, queremos una vez más pedirte que nos hables a través de tu palabra, que abras nuestros oídos y nuestros corazones, que nos ayudes a prestar atención, no para almacenar conocimiento en nuestras cabezas, sino para que tu Santo Espíritu transforme nuestro interior. Creemos que tu palabra es vida, creemos que en ella y a través de ese conocimiento ser transformados. Cumple tu promesa, oh Dios, te pedimos de santificarnos hoy. Espíritu Santo, tú que moras en cada uno de nosotros y que inspiraste esta palabra, haz una obra de transformación en nuestro interior. Por eso, Cristo, te lo pedimos. Pablo empieza este fragmento de las escrituras de este nuevo capítulo con un desafío bastante grande para nosotros, para los creyentes en general. Recibir al débil en la fe, dice. vamos a tener que detenernos a pensar quién es ese débil en la fe. Pero lo primero que debemos entender es esa palabrita, porque ese es el imperativo aquí, el mandamiento, algo a lo que debemos prestar atención y lo que Pablo nos está diciendo, esto es lo que deben hacer. Reciban, reciban al débil en la fe, o sea, acepten, den la bienvenida, acojan con afecto al débil, intégrenlo en su comunidad, con amor, con gracia y acepten su presencia. en medio de ustedes de manera amistosa. El débil es débil por un tema de incapacidad y de dificultad, es débil porque es débil, es su construcción. No es fuerte porque no puede serlo, porque no se ha fortalecido. Tomen eso en cuenta, va a ser importante. Pero es débil, en este caso, en la fe específicamente. Y aquí debemos entender el contenido de la fe cristiana. No está hablando de la fe salvadora, no es débil en fe salvadora, es salvo, es creyente, ha abrazado a Cristo. Pero es débil en las implicaciones, podríamos decir, de esa fe. Es débil en el conocimiento profundo, extenso, y las aplicaciones de la doctrina de lo que significa lo que Cristo hizo, y qué implicaciones tiene lo que Cristo hizo, su obra, su persona, cómo afecta la vida del cristiano. No ha llegado a un conocimiento pleno, ninguno de nosotros lo ha hecho. Pero por eso es débil, le falta fortalecerse, le falta crecer. Entonces, Pablo nos dice, recibanlo, reciban al débil, reciban al pequeño, reciban al niño en la fe, recibanlo, pero no para contender sobre opiniones, no para discutir, no para debatir, no para atacarlo o criticarlo, no es ese el objetivo. Porque entiéndase que las diferencias que podemos tener con un hermano débil son diferencias de opinión. Es decir, son cosas secundarias, cosas que no son trascendentales para la fe, innecesariamente. No está hablando de doctrinas esenciales. Pablo no nos estaría diciendo, no disputan doctrinas esenciales, no. Si alguien me dice que no oye música, que no sea cristiana, bueno, no es lo mismo, definitivamente, que si me dice que Jesucristo no es el Hijo de Dios. No es lo mismo. Uno es motivo de disputa. Si me dice que no cree que Jesucristo es el Hijo de Dios, voy a debatir y voy a discutir. Pero el otro, el otro no necesita salvación. El otro necesita crecer nada más. Eso es todo. Necesita madurez y no es mi trabajo atacarlo y criticarlo y juzgarlo. Eso no es lo que debo hacer. Ese no es el llamado para con el débil. Al débil lo recibo y lo amo. como a un niño. Creo que la mejor analogía es la del niño. Entendámoslo así. Entonces, este débil en la fe es alguien que quizá no ha entendido algunas áreas importantes de la fe. Quizá no ha entendido que la salvación es completamente por gracia y le falta crecimiento en eso. A todos nos pasa en alguna área u otra. Y quizá no disfruta de su libertad en Cristo. Esta es una característica del débil en la fe. No disfruta de su libertad en Cristo. No entiende cómo la fe afecta su diario vivir plenamente. Alguien que crea regulaciones extra bíblicas es débil en la fe. Quiere sentirse aceptado por Dios con base en un montón de alineamientos y reglas que no están en las escrituras. y puede mostrar debilidad en su fe en la obra de Cristo, y necesita crecer en eso. Puede mostrar debilidad en su sujeción a la Palabra de Dios, y lo que la Biblia realmente pide de nosotros, y necesita crecer en eso. Y quizá ha elevado costumbres, ha elevado prácticas al nivel de la Palabra de Dios, y necesita cambiar eso. Pero es parte del desarrollo, el crecimiento del cristiano. Alguien que en este sentido es inmaduro, lo que le falta es aprender. Y por eso no puede, por eso hablamos de incapacidad y de debilidad, porque ¿cómo le podemos pedir a un bebé, a uno de esos niños de primera infancia que resuelva un problema matemático? tan sencillo como una suma de dos números, de dos dígitos, y quizá para un adulto es fácil, y podemos menospreciar al niño que no sabe hacerlo, pero no sabe hacerlo porque no ha aprendido, le falta conocimiento, le falta crecer, su cerebro tiene que desarrollarse, no lo atacaríamos por lo que no sabe y por lo que no ha aprendido, lo que le falta es madurez y enseñanza. Esto no significa hacerlo blanco de corrección inmediata, Esto no significa tratar de meterle la información por la fuerza. Significa caminar con ellos, con gracia, sin imponer, sin despreciar, sin presionar, como lo haríamos con un niño pequeño. Y esto es clave. Vean el ejemplo que pone Pablo. Él se refiere específicamente a los judíos. Está hablando en el contexto de los romanos en su relación con los judíos, que querían preservar requisitos rituales del Antiguo Testamento que ya no era necesario preservar. Y entonces Pablo dice, porque uno cree que se ha de comer de todo, otro que es débil, come legumbres. Entonces aquí nos habla de dos tipos de personas. Ambos en la iglesia, ambos creyentes, ambos salvos por gracia. Dos tipos de personas. Uno cree que se ha de comer de todo. Este es el fuerte por implicación, porque el otro es el débil. Es uno que no tiene problemas para comer de todo lo que le pongan por delante. No tiene ningún escrúpulo en ese sentido. Tiene fe y confía que esta es la verdad. Tiene fe y tiene esta convicción basada en la verdad. Puede comer de todo. ¿En qué se basa en última instancia? En la libertad que tenemos en Cristo. Eso es lo que el maduro ha abrazado. Y así es como vive. Pero el débil dice, el débil come legumbres. Comer de todo... Cualquier comida, cualquier tipo de comida, ¿no es algo que a Pablo se le ocurrió? ¿No es él el primero en mencionarlo? De hecho, Jesús ya les había dicho a sus discípulos, también vosotros estáis sin entendimiento, les dice en Mateo 7, 18 y 19, ¿no entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre no le puede contaminar? Porque no entra en su corazón, sino en el vientre y sale a la letrina. Ese es un entendimiento claro, ¿verdad? Más adelante vamos a poner algunos ejemplos de esto, pero el punto es que este maduro, este fuerte, este libre en Cristo, no tiene problemas de conciencia al comer, lo que sea, y sabe que esto ya no está prohibido por el Antiguo Testamento, perdón, que ya no está prohibido en el Nuevo Testamento, que ya no aplica. Otro, el que es débil, come legumbres. El otro, que come solo legumbres, es el débil. Este es, y no es un insulto de Pablo. Pablo no lo está atacando, no lo está menospreciando, no lo está insultando. Está diciendo, esta es su naturaleza. Todos fuimos débiles y todos somos débiles en algunas áreas de nuestra vida. Entonces, el caso del débil no es, de nuevo, no es un insulto, es una descripción espiritual, es una descripción de dónde está espiritualmente. Y dice, este débil come legumbres. Cualquier planta cultivada se la come, pero no come carne. ¿Por qué? ¿Por qué no come carne? Bueno, porque en el tiempo de la cultura grecorromana, en medio de donde se está escribiendo esta carta, en el mercado iba la gente a comprar carne y muchas veces esa carne había sido sacrificada a los ídolos. muchas veces había sido ofrecida en templos y luego la llevaban al mercado y ahí la vendían y por lo tanto entonces el que tiene esta debilidad considera que esa carne puede ser impura y teme contaminarse teme contaminarse quiere mantenerse limpio hay una motivación digna detrás No es una mala motivación. Quiere permanecer limpio. El animal quizá no lo mataron según los lineamientos del Antiguo Testamento y está contaminado. Entonces, quiere permanecer limpio. No quiere participar de algo que fue ofrecido en idolatría. Y muchos, muchos podrían decir, ¡Oh! ¡Qué bueno! ¿Verdad? ¡Qué bueno! Voy a adoptar esa práctica. Está buenísimo. Me parece que puede ayudarme en mi santificación. Error. Este no entiende la libertad que tiene en Cristo, no entiende esas palabras de Jesús que lo que entra en la barriga no es lo que contamina el hombre. Pero su motivación es pureza, su motivación no es rebeldía en contra de Dios. Las debilidades de nuestros tiempos son bien interesantes y creo que los que crecimos en la iglesia ya hemos pensado algunos ejemplos de estas debilidades, ¿verdad? El débil actúa por convicciones fuertes, en temas que no son principales. Esa es una característica. Son convicciones muy fuertes sobre temas secundarios. ¿Verdad? ¿Quiere agradar a Dios realmente? Eso es bueno, pero le falta conocimiento. Ese es el detalle. Y voy a dar ahora algunos ejemplos y a tratar de enseñar un poco a la luz, en torno a estos ejemplos, por amor a los débiles, que quizá en este momento se encuentran aquí, o que quizá vayan a escuchar este sermón en línea. Y quizá como ese niño de la introducción, en primera infancia, ¿Necesita que se le enseñe? ¿Necesita quizá escuchar esto y necesita aprender para crecer? Quizá necesita este dato para poder avanzar un poco más, para dar pasos más firmes, para poder avanzar en su madurez y para poder disfrutar un poco más de la libertad que tiene en Cristo. Noten que el adulto no es condenado por pago. el que es maduro, el que es fuerte, no es condenado, no se le trata como algo indebido, como algo malo, como algo, como que esté equivocado. Los que han avanzado deben enseñar a los que viven detrás. Esa es la naturaleza de la iglesia. Y por lo tanto, con eso en mente, tratemos algunos de los ejemplos de los que quizá nosotros mismos hemos participado en algún momento de nuestra vida. En cuanto a alimentos y bebidas, que no tomar café, que no tomar vino, que no tomar cerveza, que no comer cerdo, no comer venado, no comer conejo, no comer pato, no comer mariscos, no sé. Hay un montón de ejemplos. Cuando Jesús dice que no es lo que entra, sino lo que sale, lo que contamina, Él nos está señalando el problema. El problema no es lo que usted se coma o no se coma. El problema es su corazón. Y voy a hablar específicamente del vino, porque en las Escrituras el vino es tratado con respeto en muchas ocasiones, al punto de que fue instituido como elemento para la Santa Cena, que celebraremos de hoy en ocho. Entonces, No se prohíbe el uso del vino. No se prohíbe beber vino. Pero sí se prohíbe, categóricamente, la embriaguez y se condenan las borracheras. ¿Qué es lo que se condena? El pecado del corazón. El problema no es el vino. El problema es si yo soy dado al vino. ¿Se entiende? Tenemos que tener eso claro para crecer en nuestra madurez espiritual. convertir las bebidas en un ídolo, ese es el problema. Muchas veces le atribuimos maldad a un objeto, a un producto, en lugar de entender que la maldad es un atributo nuestro. Nosotros somos los pecadores. El vino no es pecador. El vino no es del diablo. El vino no es malvado. Yo soy pecador. Yo puedo ser malvado. Yo puedo convertir cualquier producto en algo pecaminoso. El problema está en mi corazón. Eso para poner el ejemplo más controversial de primero. Hay otros ejemplos. El ejemplo de la música. Es muy común en las iglesias y los que crecimos en el ambiente musical de la iglesia. Hemos sido obligados en alguna medida a... Quizá en su iglesia eran muy tradicionales y no aceptaban la música contemporánea. Música cristiana contemporánea no, se veía mal, ¿verdad? O quizá rechazaban el uso de ciertos instrumentos en la iglesia. Hay ciertos instrumentos que no se deben utilizar en la iglesia. La Biblia llama a adorar a Dios con todos los instrumentos. Claro, los que estaban disponibles en el momento en que se escribieron los Salmos, pero se menciona toda variedad de instrumentos. Ahora no sabemos cómo se veían ni cómo eran la mayoría de esos instrumentos. Pero tenemos otros instrumentos, que como cristianos tenemos la libertad de utilizar. Ahora bien, debemos usar sabiduría. No vamos a meter una batería en este salón porque se ahoga el sonido de todos nosotros. No tiene sentido. Entonces, hacemos uso de sabiduría. También debemos entender que este espacio es un espacio reverente, un espacio especial, y queremos proteger esa reverencia. Queremos proteger ese espacio como algo diferente. No estamos en cualquier fiesta, no estamos en cualquier reunión. Es una reunión con nuestro Dios. Entonces usamos los principios de las escrituras. Lo otro clave es que la música no es lo central en el culto. La palabra de Dios es lo central en el culto. Y si su campo de lucha es la música, y si lo que se ha elevado a la categoría más alta en su culto es la música, y todas las discusiones que irán en torno a la música, hay un problema. Porque lo central, por eso el púlpito está en el centro. Lo central es la palabra de Dios. Vestimenta. Hay quienes creen que la vestimenta es una medida de santidad. Como yo me he visto, así de santo soy. ¿verdad? Cuanto más larga la enagua, más santa es la mujer. Cuanto más elegante el traje, más santo es el hombre. Y uno puede caer en este tipo de legalismo. Y el problema es que la iglesia se convierte en un desfile de modas. En el culto debemos reflejar la comodidad de que nos estamos presentando ante nuestro padre. nuestro Dios y Padre, nuestro Salvador que nos ama y de alguna manera reflejamos esa comodidad de podernos sentar en su regazo, pero al mismo tiempo es cierto que nos estamos presentando ante el Creador y Soberano del Universo. Es mi papá, pero no es cualquier papá. Es el Rey de Reyes y Señor de Señores. Entonces también quiero reflejar esa dignidad, ese respeto por este Dios, debemos encontrar el balance y el punto es que en última instancia lo más importante es la actitud del corazón porque yo puedo venir muy bien vestido y estar muy lejos de Dios o puedo venir con lo mejor que tengo que tal vez no es súper caro y valioso pero es lo mejor que tengo para presentarme ante el Creador del Universo pero tengo un corazón un corazón reverente. ¿Cómo debemos venir entonces a la casa de nuestro Dios y Padre? Piense en algunos lineamientos, así como usted no va a un funeral, hablábamos de esto hace poco con Elías, así como usted no va a un funeral en chancletas y pantaloneta de baño, tampoco va a la playa en traje entero, ¿cómo debe presentarse ante Dios el domingo? ¿Cómo debe venir el Elías? Hay celebraciones también que caen en esta categoría, gente que evita la Navidad, ¿verdad? No quieren celebrar mucho. Hay mucho movimiento cristiano en esto. Muchos cristianos que no quieren celebrar la Navidad, incluso a veces hasta cumpleaños y fiestas patrias, no las quieren celebrar. Pero sí, es cierto que Jesús no nació el 24 de diciembre del año cero. Eso es cierto. Pero si alguien tiene, debería tener como la dicha y el derecho y casi la responsabilidad de celebrar el nacimiento de Jesucristo, somos nosotros, los cristianos. Ahora, no es una celebración obligatoria. No vamos a decir que aquí vamos a hacer culto de Navidad todos los años. No es eso. Hacemos culto de Navidad el 24, si cae el 24, el domingo. Hacemos culto de Navidad el 25, se cae el 25 en Domingo, porque ese es el día que debemos guardar para el Señor, el Domingo. Pero no estamos en contra de celebrar la Navidad, y creemos que es una oportunidad muy valiosa para predicar el Evangelio, y para anunciar la encarnación de nuestro Salvador. Diferentes formas de arte caen en esta categoría también. En mi tiempo, prohibido ir al cine, no ir al cine. Los videojuegos hasta la fecha se ven con recelo, muchísimo. No leer libros que no sean cristianos, no leer fantasía, ciencia ficción, no escuchar música que no sea cristiana, ningún tipo de música que no sea cristiana debe escuchar un cristiano. Y yo creo que esto es más fácil que aprender a discernir. Es más fácil decir no. prohibido ir al cine, prohibido escuchar música, prohibido leer, prohibido jugar videojuegos, que aprender a discernir, que es el llamado de las Escrituras. Yo debo poder ir al cine, pero con mi gorrito de pensar bien puesto, analizando lo que estoy viendo, extrayendo todo lo bueno, y criticando y rechazando todo lo malo. Debo ser capaz de hacer eso, no solo en el cine. Con todas las formas de arte. Somos llamados a buscar la belleza, la verdad y la bondad en el arte. ¿Por qué podemos encontrarlo? Porque los hombres fueron creados a imagen de Dios y todo lo que hacen refleja a Dios aunque no quieran. Aunque no crean en Dios, reflejan a su Creador. No lo pueden evitar. Así que vamos a encontrar belleza. en la música no cristiana, vamos a encontrar amor, vamos a encontrar verdades y toda verdad es de Dios. Apreciémoslo y aprendamos también a criticar bíblicamente. Hay música que definitivamente no debemos escuchar, pero no porque no sea cristiana, sino porque promueve cosas contrarias a las Escrituras. Ahí sí debemos apagar. Bueno, apagar el radio. Es decir, yo no sé quién escucha música en radio ahora, ¿verdad? Pero cambie la canción a Spotify. Pase a la siguiente. Finalmente, el que come, no menosprece al que no come, y el que no come, no juzgue al que come, porque Dios le ha recibido. Dos errores, aquí están los dos errores. Por un lado está el que come, el que ha crecido, el que es maduro, tiende a menospreciar al que no come, ¿verdad? El fuerte, el que entiende su libertad en Cristo, menosprece al débil, y lo considera inferior, por ser inmaduro, lo considera inferior. Es como un adulto que desprecia a un niño por ser niño. Luego está el que no come, que juzga al que come. Y esto también es muy común y es muy peligroso porque hay iglesias donde son los débiles los que gobiernan. ¿Verdad? Son los débiles los que instituyen las normas de la iglesia y de la denominación. Tenemos que tener cuidado con eso. Pero el débil dice, no debe juzgar al que ejerce su libertad en Cristo. No debe juzgarlo como pecador por relajado, por mundano, por desobediente. ¿Por qué? ¿Por qué no debe? Porque Dios le ha recibido. Vean que empieza, es el mismo verbo con el que empezamos. Reciban al débil en la fe y ahora nos dice Dios ya ha recibido al que es maduro en la fe y por implicación ha recibido también al débil. Nos ha recibido. Lo cierto es que al fuerte le ha dicho reciba al débil y ahora el débil le dice Dios ya ha recibido al fuerte. En última instancia, como el fuerte fue débil, Dios nos ha recibido a todos. Esa es la implicación. Dios ya aceptó plena, completa y definitivamente a cada hijo suyo. Lo ha aceptado, lo ha recibido. La salvación no se basa en que si come o no come. La salvación no se basa en si usa traje o no, en si escucha música secular o no, en si toma café o no. En eso no se basa la salvación, se basa en Cristo, se basa en la fe en Cristo y se basa en la gracia de Dios. ¿Y sabe qué dice Pablo? Dios ya lo ha recibido. Dios ya lo ha recibido. Y luego sigue hablándole al débil, pero esto aplica también al fuerte. Al débil le dice, tú, ¿quién eres que juzgas al criado ajeno? Ese hermano que come de todo, no te pertenece a ti. Ese hermano que escucha todo tipo de música, no te pertenece a ti. Ese hermano que toma vino, que toma cerveza, pero usted nunca lo ha visto borracho, no le pertenece a usted. Ese hermano que sabe reconocer la verdad, la bondad, la belleza, en todas las formas de arte, no le pertenece a usted. Ese hermano que no se viste para impresionar los domingos, pero que su corazón, refleja su devoción por Dios. Ese hermano que ha aprendido a enfocarse en lo que es realmente importante, la lucha contra el pecado. La lucha por obedecer los mandamientos de Dios, lo que Dios sí ha demandado de nosotros. Ese hermano le pertenece al Señor Jesús. Ese es su verdadero amo. Ese, en última instancia, rinde cuentas al Señor y eso es lo que dice luego. Es a Cristo a quien le va a rendir cuentas, no a ninguno de nosotros. Sólo Cristo tiene autoridad para evaluar la fidelidad y la obediencia de sus hijos. Sólo Cristo. Y lo mismo es cierto del débil. El débil se abstiene para el Señor. El débil quiere agradar al Señor y eso no debe ser juzgado, no debe ser menospreciado, eso es bueno, la actitud está bien. Querer agradar al Señor está bien, sólo debe ser enseñado para que aprenda a agradar al Señor en los términos del Señor, lo que el Señor busca realmente, y que no se distraiga con esos lineamientos secundarios. Hermanos, todos nosotros somos el hermano débil y el hermano fuerte. Los somos en este momento. Hay áreas de mi vida donde yo creo que estoy disfrutando libertad en Cristo. Ustedes me conocen, saben algunas de ellas. Pero hay otras áreas de mi vida donde soy un gran legalista todavía. Y me falta crecer. Hay áreas de mi vida donde todavía me impongo normas extra bíblicas. Hay áreas de mi vida donde mi conciencia todavía es débil y necesita crecer. Y necesita fortalecerse. Y en ocasiones juzgo y en ocasiones menosprezo. Pero algo que me trae esperanza y ánimo y que quiero que les traiga a ustedes también esperanza, ánimo y consuelo, son las últimas palabras de Pablo en este párrafo. Pero estaré, pero estará firme. Porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. Este proceso en el que estamos todos, este camino de santificación en el que algunos vamos adelante en unas áreas y atrás en otras y otros van adelante en las que yo voy atrás y atrás en las que yo voy adelante. Este proceso está en las manos del Señor. Es un proceso que Él ordena, que Él determina. Y es Él quien nos sostiene. Es Él quien nos lleva de la mano, es Él quien nos promete el crecimiento, es Él quien nos asegura perseverar, es Él quien nos preserva, nos afirma, nos fortalece hasta el final. Él, a cada uno de nosotros, no importa dónde estemos, es Él. Y por lo tanto, confiamos en Él. Seamos humildes donde Dios nos ha concedido crecimiento y seamos humildes donde nos falta. Porque en ambas áreas podemos pecar de orgullosos. Que Dios nos ayude a seguir avanzando, confiando en su obra. Él está haciendo una obra en mi vida, está haciendo una obra en su vida y está haciendo una obra en la vida de cada uno de sus hijos. Termino con las palabras de Judas. que leímos la semana pasada en la bendición final. Y Aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora
El débil en la fe
Series Romanos
1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. 3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. 4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.
Sermon ID | 418252228454858 |
Duration | 31:43 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Bible Text | Romans 14:1-4 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.