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Hebreos capítulo 3 y 2 versículos 1 a 6 va a ser el texto y el título de esta mañana es Contemplemos a nuestro fiel Jesús. Vamos a entregar este tiempo al Señor para que nos ayude y nos bendiga en la exposición de su palabra esta mañana. Gracias Señor por esta mañana y gracias por tu palabra que nos anima, que nos ayuda, que realmente nos pone los fundamentos reales de la vida, la verdad, y la verdad de quién eres tú, el único Dios verdadero, la verdad de lo que has hecho por nosotros aquí en la tierra, y realmente ayúdenos, Señor, esta mañana a poder meditar en estas verdades y que seamos animados y también que tú nos fortalezcas por medio de esta predicación para seguir adelante honrándote, amándote en nuestras vidas tanto individuales como iglesia. Gracias, Señor, en tu nombre. Amén. Así, esta mañana vamos a estar en los primeros versículos de Hebreos 3. Y debemos recordar, antes de empezar, que Hebreos 1 se enfocaba en la Deidad del Hijo, que Él es el resplandor de la gloria de Dios, que es el creador y sustentador de todo. que Él es la revelación perfecta y completa de Dios, y que Él ha realizado la purificación de nuestros pecados. El capítulo continúa enfatizando la superioridad del Hijo sobre los ángeles de Dios. Él es quien es servido y adorado por los ángeles, y los ángeles han sido creados para servirle a Él. Hebreos 2. Pasando a Hebreos 2, ese capítulo comienza con una advertencia de no deslizar de la salvación anunciada por el Hijo de Dios. Y luego el capítulo enfatiza la humanidad del Hijo con su nombre Jesús. Jesús es el que ha venido para salvar a su pueblo. Él, en el capítulo 12 de Hebreos, nos dice que Él ha pasado por toda clase de sufrimiento humano y hasta el extremo de padecer la muerte por nuestros pecados, tomando la ira de Dios que nosotros merecemos. Es este Jesús que fue tentado en todo como nosotros. Es este Jesús que no se vergüenza de llamarnos sus hermanos. Es este Jesús que nos santifica y nos perfecciona. Él ha destruido el poder del diablo y el poder de la muerte. Y es este Jesús quien nos llevará a la gloria. Él es poderoso para ayudarnos y socorrernos a los que creemos en Él. Muchas veces, o decimos directamente o con nuestras acciones, Lo que pasa es que muchas veces decimos que Jesús es impotente como para ayudarnos en nuestros problemas y tentaciones. Decimos que Él no puede ayudarnos a cambiar. Decimos que él no puede ayudar a otro o a mi persona en eso. O no me puede ayudar en una situación específica que estoy pasando. O decimos abiertamente con nuestras bocas o con nuestras acciones, negamos que él es poderoso. Pero el capítulo 2 dice que él es poderoso para socorrer a nosotros. Los primeros, así que estos dos primeros de dos capítulos de Hebreos subrayan las verdades fundamentales tanto de la deidad, del Hijo, como de su humanidad, y que Él es nuestro gran Salvador. Él es poderoso para ayudarnos. Hebreos 3 comienza con este mismo tema, animándonos a considerar, a contemplar, a meditar sobre Jesús. Él ha sido fiel en todo lo que Dios Padre le dio para ser. Muchas veces nosotros fallamos. Muchas veces nosotros somos infieles. Muchas veces otras personas nos fallan, nos son infieles, pero Jesús siempre es fiel y Él hace, ha cumplido perfectamente con la voluntad de Dios y sigue cumpliendo fielmente su función para con nosotros. Así que el título del mensaje es, Contemplemos a nuestro fiel Jesús. Vamos a dar lectura de todo Hebreos 3 y vamos a estar usando, yo voy a estar usando la Nueva Biblia de las Américas y vamos a dar esa lectura para entender el contexto de lo que viene a continuación. Hebreos 3 de versículo 1, por tanto Hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús el apóstol y sumo sacerdote de nuestra fe, el cual fue fiel al que lo designó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Porque Jesús ha sido considerado digno de más gloria que Moisés. Así como el constructor de la casa tiene más honra que la casa, porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios. Moisés fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde. Pero Cristo fue fiel como hijo sobre la casa de Dios. cuya casa somos nosotros si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza. Por lo cual, como dice el Espíritu Santo, si ustedes oyen su voz, no endurezcan sus corazones como en la provocación, como en el día de la prueba en el desierto, donde sus padres me tentaron y me pusieron a prueba. vieron mis obras por 40 años, por lo cual yo me disgusté con aquella generación y dije, siempre se desvían en su corazón y no han conocido mis caminos. Como juré en mi ira, no entrarán en mi reposo. ¡Tengan cuidado! Hermanos, no sea que en alguno de ustedes haya un corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo. Antes, exhortense los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice hoy. No sea que alguno de ustedes sea endurecido por el engaño del pecado, porque somos hechos partícipes de Cristo, si es que retenemos firme hasta el fin el principio de nuestra seguridad. Por lo cual se dice, si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan sus corazones como en la provocación, porque quienes habiendo oído lo provocaron. ¿Acaso no fueron todos los que salieron de Egipto guiados por Moisés? ¿Con quiénes se disgustó por 40 años? ¿No fue con aquellos que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto, y a quienes juró que no entrarían en su reposo, sino a los que fueron desobedientes? Vemos pues que no pudieron entrar a causa de su incredulidad. Así dice la palabra de Dios. Así que esta mañana vamos a estar viendo los primeros versículos de este capítulo. La verdad principal es, contemplemos nuestro fiel Jesús, quien construye y ejerce señoría sobre toda la casa de Dios, la cual somos nosotros. Tanto en este momento como al final de la predica, deseo enfatizar el mandato que se encuentra en Hebreos 3, 1 y ese es, consideren a Jesús. Consideren a Jesús. El mandato es, considerar a Jesús. Tagi dice que esta palabra significa considerar, como es la traducción, fijarse en, ver o observar, mirar, darse cuenta, comprender. El mandato es para una profunda meditación en quién es este Jesús. Es para tomar tiempo contemplando, observando, mirando, meditando en quién Él es. Y atrevo a decir que pasamos por muchos problemas en nuestras vidas y pasamos días desesperados por no contemplar nuestro gran Salvador. Así que esta mañana quiero reenfocarnos a meditar en la grandeza de Jesús y que nosotros debemos seguir confiando en Él. Entonces comenzamos con el primer punto, los participantes del llamado celestial. Así que vamos a ver esto, quienes son los participantes, luego vamos a hablar de Moisés, un fiel siervo en la casa de Dios, y terminamos contemplando a Jesús. Todos los que retenemos firme hasta el final formamos parte de la casa de Dios y participamos en el llamamiento celestial. Esta carta contiene varias amonestaciones, advertencias para los destinatarios de esta carta, para que ellos se aseguraran de la veracidad de su salvación. Pero podemos decir que a grandes rasgos, el autor de esta carta cree que sus destinatarios son creyentes. Es lo mismo que cuando yo estoy predicando, yo creo que la gran mayoría de ustedes, los que me están escuchando, son creyentes verdaderos. A la vez, yo sé que es muy posible, es probable que algunos de ustedes no son creyentes verdaderos. Y por eso, el autor de esta carta y también nosotros, mezclamos la esperanza y las verdades fundamentales de los que somos creyentes, con advertencias a los que no son creyentes verdaderos. Hebreos 3, 1, comenzando con el versículo 1, dice, por tanto, por tanto, y esta es una sola palabra en el griego que vincula lo que vino antes, lo que ya hemos visto, con lo que viene ahora. Ya el autor ha estado explicando la humanidad de Jesús y como Él es poderoso para ayudarnos. Este versículo, en estos versículos del capítulo 3, los frases que describen, hay varias frases, perdón, entonces perdón, por tanto vincula que él es poderoso para ayudarnos con lo que viene ahorita, lo que estamos viendo, que Jesús es fiel para ayudarnos y nos va a explicar cómo él es fiel y cómo él es mayor o mejor que Moisés. Hay varias frases aquí en los primeros versículos, hay dos en el versículo 1 y luego hay uno en versículo 6 que describen quienes formamos parte o quienes forman parte de la casa de Dios o quienes son los que participan en el llamado celestial. primero dice hermanos santos hermanos santos y este título nos hace recordar de hebreos 2.11 que dice hebreos 2.11 porque tanto el que santifica como los que son santificados son todos de un padre por lo cual él no se avergüenza de llamarlos hermanos Y este versículo nos llama hermanos y somos hermanos obviamente de Jesús como el capítulo 2 había explicado, pero también hermanos unos del otro, también del apóstol o el que está escribiendo esta carta. Pertenecemos a la gran familia de Dios. Efesios 1 dice que nosotros hemos sido adoptados y compartimos la herencia de los santos. Lo increíble de eso, y eso es lo que pasamos un tiempo pensando, es que Jesús, Jesús mismo, no se avergüenza de llamarnos hermanos. El que es perfecto descendió a la tierra, tomó nuestra naturaleza, y él no se avergüenza de llamarnos hermanos. La segunda palabra es, dice, hermanos santos. Y esta palabra significa ser consagrado, apartado para Dios. Otra vez, Hebreos 2.11 dice, tanto el que santifica como los que son santificados. Jesús es el que santifica y nosotros somos los santificados. Nosotros hemos sido separados del mundo y puestos para Dios, apartados para Dios, para amar y para servir a Dios. Jesús, no solo por Jesús, hemos sido santificados. Por Él recibimos el perdón de los pecados. Por Él recibimos la reconciliación con Dios. Por Él nosotros podemos acercarnos a Dios. Tenemos libre acceso al Padre Dios y podemos regocijarnos en esta libertad que tenemos con Él. Dios, y podemos decir que esta consagración, cuando dice hermanos santos, No solo es para que nosotros le amemos y sirvamos a Dios. Más bien es que Dios mismo se ha fijado en nosotros. Dios no se ha fijado en toda la humanidad sin excepción. Más bien se ha fijado en nosotros, los que Él ha apartado y consagrado para sí mismo. Es por esta razón que podemos acercarnos a nuestro hermano mayor, Jesús, y podemos tener esa plena confianza de fe. ¿Qué es lo que nos falta? Podemos ir pidiéndole al Padre por medio de Jesucristo. Él es el que nos cuida. Continuando con la segunda descripción, dice, participantes del llamamiento celestial. Voy a leer algo del comentarista Kistemaker. Él dice, los destinatarios de la espístola comparten también el llamamiento celestial. Este es un llamado único y específico, una invitación celestial a entrar al reino de Dios. El privilegio de ser llamado por Dios viene acompañado de un mandato. Y el mandato no es difícil ni complicado y los hermanos pueden cumplirlo. Se les pide que fijen sus pensamientos en Jesús y que lo hagan diligentemente. Pareciera que los lectores de la epístola no estaban haciendo esto en ese momento. Así que los destinatarios de eso son los que han recibido ese llamamiento celestial. Y este llamamiento celestial tiene varios aspectos. Es un llamamiento solo a los escogidos. a los escogidos por Dios. Es un llamamiento especial de parte de Dios para participar en su familia. Es un llamamiento para dejar atrás el mundo y la rebelión contra Dios, dejar todo eso atrás. Es un llamamiento de fijarnos en la razón por este llamado, es decir, de amar y de servir a Cristo, de glorificar a Dios con nuestras vidas. Es un llamado para reflejar la santidad de Dios en medio de la corrupción de este mundo Así que es un llamado que realmente abarca toda nuestra vida. Y no solo es un llamamiento para esta vida aquí terrenal. Más bien, es un llamamiento para toda la eternidad. Es un llamamiento a un futuro seguro que tenemos en Cristo. Efesios 1 y versículo 3. Efesios 1, versículo 3 y adelante algunos versículos. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo. para que fuéramos santos y sin mancha delante de él. Pasando al versículo 11, también en él hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados, según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad. Y continúa el capítulo hablando de muchas bendiciones que nosotros tenemos por haber sido llamados por Dios. Realmente, por haber recibido esta clase de llamamiento, nosotros debemos llenar de gozo al meditar en Jesús, tanto por lo que ya tenemos en Él, como por lo que recibiremos como herencia eterna en Él. ¿Cuál otro llamamiento es mejor que este? No existe ninguno. Todas las riquezas, la fama, los placeres de este mundo realmente no se comparan con este llamamiento celestial. Y eso es, por eso es contemplar a Jesús. Contemplar, meditar en lo que tenemos en Jesús. La tercera descripción de los que participan en este llamamiento celestial es, se encuentra en versículo 6, Hebreos 3, 6, Hebreos 3, 6, dice la casa de Dios, la casa de Dios. Y esta descripción se usa en el contexto de que Jesús es el constructor de la casa, y no solo es el constructor sino que él es señor de la casa. Jesús mismo es quien va obrando en nosotros para que nosotros formemos parte de su casa conforme a su diseño perfecto. Él va colocando cada piedra en su lugar correcto. Pasen por favor a 1 Pedro 2 y versículos 4 y 5. Primero de Pedro, capítulo 2, versículos 4 y 5 dicen así, viniendo a él como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios. También ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo. para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Nosotros estamos siendo edificados juntos para ofrecerle a Dios lo que a Él le corresponde. Por un lado, es un privilegio incalculable el haber sido escogido, colocado como parte de la casa de Dios que Él está construyendo. Y este privilegio no debemos pasar por alto. Nosotros existimos para el renombre y la gloria del constructor de la casa. No existimos para nosotros mismos. Participamos juntos en la casa para que esta casa cumpla la función por la cual ha sido creado. Y así que deseo hacer una aplicación aquí que vamos a seguir viendo también en otro momento. ¿Qué es lo que pasa con la construcción si falta una piedra? ¿Qué tal si alguien dice, yo pertenezco a Jesucristo, pero no participaré o no participo en su iglesia? Y la iglesia es la casa de Dios. Realmente es una incongruencia total. Tristemente, hay muchos que se denominan como cristianos, pero no participan activamente en la casa de Dios. En 2 Corintios 6 dice, nosotros somos el templo de Dios. Yahweh Dios nos ha llamado a formar parte de su pueblo, parte de su casa, parte de su morada santa. Y si pensamos realmente, si somos nosotros la iglesia, el pueblo de Dios, su casa, ¿cómo siente Yahweh Dios? Sí, no estamos participando como Él nos manda participar. ¿Yahweh Dios está contento con su iglesia? ¿Con nosotros, con nuestra iglesia local? Bueno, por un lado, Él es quien está construyendo en Jesucristo. Pero por otro lado, está obrando en nosotros y nos llama a ser activos en este llamado, este llamamiento. Y esta mañana el llamamiento o el llamado es de meditar sobre el constructor. Y cuando estamos haciendo eso, vamos a esforzarnos más en él. Muchas veces en el pueblo de Dios pasamos por pruebas, conflictos, diferencias. Tenemos problemas, a veces no parece haber solución, no podemos resolver. Pero la pregunta es, si estamos buscando seguir adelante con problemas, en los buenos momentos, con humildad y amor uno por otro, o estamos buscando resolver, o por decir, seguir adelante con actitudes de egoísmo. Dios nos llama a ver su iglesia y él como el constructor y de participar activamente como esas piedras vivas que él está usando, construyendo. Y eso nos lleva a la advertencia final en versículo 6. Hebreos 3, versículo 6, volviendo ahí, dice, voy a leer todo el versículo, pero Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza. Si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza. Y voy a citar nuevamente Kistemaker. Él dice, hay dos cláusulas restrictivas. Si nos aferramos a nuestra valentía, no podemos ser parte de la casa a menos que tengamos valentía. Para los cristianos de origen hebreo, la tentación de volver al judaísmo no era de ninguna manera algo imaginario, si el exhortaba a aferrarse a su fe en Cristo frente a la feroz oposición de sus conciudadanos judíos. Pero los cristianos gentiles deben también estar alertas ante la persecución. La palabra valentía es significativa para el cristiano ya que se relaciona con su osadía, sinceridad y franqueza en la predicación y en la enseñanza del evangelio. debemos aferrarnos a la esperanza de la que nos gloriamos. Y este mismo autor dice, si los lectores de esta epístola no se aferran a la esperanza de la que se glorían, ya no forman parte de la casa de Dios. Y más adelante en el texto de la epístola, el escritor explica qué quiere decir cuando habla de esperanza. Habla de la inmutable naturaleza de los propósitos de Dios. De la imposibilidad de que Dios mienta. Y dice el escritor, los que hemos huido para hacernos de la esperanza que nos ha sido ofrecido, podemos sentir un gran aliento. Tenemos esta esperanza como ancla del alma, firme y segura. Y eso es lo que dicen Hebreos 6, 18 y 19. Así que tenemos por un lado la confianza, la valentía y por otro lado la gloria de nuestra esperanza. Podemos resumir esta advertencia en lo siguiente y vamos a continuar viendo varias advertencias en esta carta. Pero podemos decir que la evidencia que prueba que verdaderamente alguien pertenece a la casa de Dios es que retiene firme hasta el fin la confianza en Cristo, la esperanza de la fe. Si en el transcurso de esta vida una persona apostata de Cristo deja su iglesia y se va al mundo es la evidencia que jamás ha formado parte de la casa de Dios. Así que la evidencia externa de nosotros que una persona pertenece a Cristo es que retiene firme esta fe. Continuando con el segundo punto, Moisés, un fiel siervo en la casa de Dios. Moisés fue el instrumento escogido para guiar al pueblo y entregarles la ley de Dios cuando Dios los rescató de Egipto. Hebreos 3 y versículo 2 dice, el cual fue fiel al que lo designó, obviamente está hablando de Jesús, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Moisés fue fiel en toda la casa de Dios. Versículo 5, Hebreos 3, 5, Moisés fue fiel en toda la casa de Dios como siervo para testimonio de lo que se iba a decir más tarde. Y esos versículos hacen un contraste entre Moisés y Jesús. Los judíos tenían en muy alta estima a Moisés, precisamente porque Dios lo usó para rescatar al pueblo de Egipto y también para entregar la ley al pueblo de Israel. No solo por eso, sino que Dios mismo dice que Él conversaba con Moisés cara a cara. Si pueden pasar por favor a Números, en el Antiguo Testamento, Números, capítulo 12. Números, capítulo 12. Y voy a leer de versículo 1 a 8. Números, capítulo 12. de versículo 1. Entonces Miriam y Aarón hablaron contra Moisés por causa de la mujer Cusita, con quien se había casado. Pues se había casado con una mujer Cusita y dijeron, es cierto, es una pregunta, dijeron, es cierto que Yahweh ha hablado solo mediante Moisés? No ha hablado también mediante nosotros? Y Yahweh lo oyó. Moisés era un hombre muy humilde, más que cualquier otro hombre sobre la superficie de la tierra. Y Yahweh de repente les dijo a Moisés, Aarón y a Miriam, Salgan ustedes tres a la tienda de reunión. Y salieron los tres. Entonces Yahweh descendió en una columna de nubes, se puso a la puerta de la tienda y llamó a Aaron y a Miriam. Cuando los dos se adelantaron, él dijo, oigan ahora mis palabras. Si entre ustedes hay profetas, yo Yahweh me manifestaré a Él en visión, hablaré con Él en sueños, no así con mi siervo Moisés. En toda mi casa Él es fiel. Cara a cara hablo con Él, abiertamente y no en dichos oscuros. Y él contempla la imagen de Yahweh. ¿Por qué, pues, no temieron hablar contra mi siervo, contra Moisés? Yahweh dice que Moisés no era como cualquier profeta de Dios. Dios les comunicaba a los profetas por medio de visiones y sueños. en una forma, por decir, no tan directa como él comunicaba con Moisés. Y dice eso porque Yahweh estimaba mucho a Moisés, que era el hombre más humilde sobre la tierra. En Hebreos 3, 5, está citando Números 12, 7, que dice, en toda mi casa, él es fiel, refiriéndose a Moisés. Yahweh Dios vio a Moisés como un siervo fiel en su casa. Y este siervo fiel, Moisés, hacía conforme a la voluntad de su Señor. Moisés hizo casa a Yahweh tanto en su vida personal como en su transmisión de la ley, como en guiar al pueblo, todo lo que hizo para guiar al pueblo fuera de Egipto. Moisés no suavizaba el mensaje de Yahweh para hacerlo, por decir, más aceptable en los seres humanos. No tergivizaba la ley de Dios en cuanto a la justicia. Nosotros vemos mucha injusticia en las cortes y también en el sistema, por decir, de justicia, pero Moisés no hacía eso. Moisés era un siervo fiel conforme a la ley de Dios. Él no se dejaba ser llevado ni por el pobre ni a favor del rico. A la vez, varias veces Moisés intercedía por el pueblo de Israel o por personas específicas. En este mismo pasaje, Aarón y Miriam estaban quejándose contra Moisés. Y lo que pasa es que después de eso, Yahweh Dios infligió a Miriam como lo hizo leprosa y Moisés tenía que interceder a favor de ella. Y Moisés lo hizo. Él fue fiel como siervo en la casa de Dios y los judíos tenían en muy alta estima a Moisés. Hebreos 11 también nos cuenta de la vida de Moisés en Hebreos 11, 23. En adelante dice Hebreos 11 23 por la fe Moisés cuando nació fue escogido. Dicen 24 por la fe Moisés cuando ya era grande rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón. Versículo 27 por la fe Moisés salió de Egipto 28 por la fe celebró la Pascua. Y así que Moisés, cuando hablamos de tener fe y ejercer o ser una persona fiel, ejercer fidelidad en nuestras vidas, los dos conceptos están vinculados. Muchas veces vemos por decir la fe en Jesús como algo abstracto. Pero en la Biblia, la fe verdadera, y eso es lo que vamos a estar viendo aquí en Hebreos capítulo 3, la fe verdadera se manifiesta en fidelidad, en acciones y actitudes y palabras de fidelidad hacia Dios. Y Moisés fue una persona así, fiel para con Dios. Tanto en su persona como en su cargo, Moisés fue considerado fiel delante de Dios. Para ir pasando al siguiente punto que habla de Jesús, porque en estos versículos de Hebreos está haciendo una comparación entre Jesús y Moisés. Solo quiero leer Hebreos, perdón, Deuteronomio 18, 15. No necesitas pasar ahí. Y luego este versículo está citado en Hechos 3, 22 y 7, 37. Moisés dice en Deuteronomio 18, 15. Un profeta de en medio de ti, de tus hermanos como yo, te levantará Yahweh tu Dios. Un profeta Como yo te levantara, Yahweh tu Dios, a él oirán. Y Moisés dijo, hay otro profeta que viene. Y en sí, a Él tienes que escuchar. En el Nuevo Testamento nos dice que Jesús es este profeta que Dios iba a levantar. En el último capítulo de Lucas, Jesús mismo explica de Moisés, del Antiguo Testamento, de lo que escribió Moisés, cómo Él es el Mesías que tenía que venir. Y con eso pasamos Al tercer punto, que es el enfoque de esta mañana. Jesús, el hijo constructor de la casa de Dios. Y nosotros debemos meditar, fijar, contemplar a este Jesús. El hijo es el que va construyendo la casa de Dios sobre su propia obra terrenal y su sacerdocio actual. Sobre su obra terrenal y su sacerdocio actual. Hay un versículo en Mateo 6, 18 que una parte de ese versículo dice, y es un versículo muy conocido, edificaré a mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Jesús está diciendo yo edificaré a mi iglesia y la pregunta aquí es si realmente creemos que Jesús es poderoso es capaz para edificar su iglesia y podemos hacer la pregunta de iglesia bíblica Elión Dios está edificando su iglesia esta iglesia local creo que sí, podemos decir que sí, y debemos estar animados en él. Aún viendo los problemas que pasamos, los desánimos, tanto en la vida personal como en la iglesia misma, nosotros debemos volver la mirada a Jesús, entender que él es quien está edificando su iglesia, y está edificando esta iglesia también local, que es la iglesia bíblica Elión. La iglesia bíblica Elión no se construye sobre el fundamento de mi persona, de mi predicación. No se construye sobre los ancianos Edward y Jaime u otros. Se construye sobre la roca que es Jesucristo. Es lo que Pedro declaró que Jesucristo es Jesús es el Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios. Y Jesús mismo está construyendo su iglesia sobre él como la piedra angular y él es el constructor. Su iglesia en sí nos usa a cada uno como parte, pero no depende en sí de nosotros. Y el ánimo es de mirar a él. no mirar a ninguna otra persona. Muchos ministerios, muchas iglesias, se construyen sobre la personalidad de un pastor, de un líder, de alguien que puede llegar a ser, por decir, famoso. Pero la iglesia verdadera que continúa, que persevera, se construye solo por Jesús y sobre Él. Así que Hebreos 3.1 dice, consideran a Jesús. Y esto es lo que vamos a estar haciendo en este momento. Estos versículos, en estos versículos, hemos visto en el capítulo 1 el contraste entre el Hijo y los ángeles. En capítulo 2 también continúa con ese contraste, pero también hemos visto que Jesús es la revelación final y completa. Jesús es mayor que los profetas anteriores que los que escribieron el Antiguo Testamento. Y ahora estamos contemplando que Jesús es mejor, mayor que Moisés. Les hago recordar lo que pensamos brevemente en el principio. Muchas veces hay personas que dicen, amo a Jesús, pero no participo en su iglesia. Porque las personas son hipócritas. O amo a Jesús y sigo a Jesús, pero no formaré una parte activa de su iglesia porque no me da lo que quiero. y les aseguro que una persona no puede amar a Jesús, seguir a Jesús, obedecer a Jesús, sin formar parte de su iglesia local. Es una incongruencia total. Cuando decimos estas cosas, amo a Jesús, pero no a su iglesia, ¿qué estamos diciendo del constructor de la casa? Cuando una persona dice, amo a Jesús, pero no formaré una parte activa de su iglesia, ¿qué está diciendo del constructor? ¿Quién es el constructor? Es Jesús. Y eso es lo que vamos a estar viendo ahora. Una persona está diciendo del constructor o no sabe lo que está haciendo o es incapaz, es impotente para cumplir lo que quiere hacer. Quiero que estemos meditando en eso a medida que pasemos este último punto que es meditar, contemplar a Jesús. Jesús, el hijo constructor de la casa. Esto comienza con Jesús. Versículo 1. Jesús. ¿Qué es Jesús? Jesús es... el mandato es considerar a Jesús. Y eso es un nombre humano que significa Yahweh salva. Su nombre apunta a lo que Dios Padre iba a hacer por medio de él. Es decir, salvar a su pueblo. Nos fija, ese nombre como hemos visto en capítulo 2 de Hebreos, nos fija en la humanidad de Jesús. Él realmente tomó nuestra naturaleza y pasó por toda clase de dolencia, sufrimiento y tentación humana. Debemos considerar así la humanidad verdadera de Jesús. Segundo dice, Jesús el apóstol. Y el comentarista Maurice dice de esto. Apóstol, porque él representa a Dios para nosotros. Él es enviado de Dios hacia nosotros. Un apóstol es alguien que tiene un mensaje y lo lleva a otro. Como apóstol, él es el mensajero de gracia para nosotros. El revelador de Dios a nosotros. Entonces aquí, Jesús representa a Dios hacia nosotros, para nosotros. Y él dice, Maurice, llama la atención que es el único apóstol mencionado en Hebreos. los mensajeros humanos quedaban relegados a un segundo plano. Así que Jesús es el único apóstol mencionado aquí en Hebreos. Continuando con el tercer aspecto, en el versículo 1 dice, Jesús, el sumo sacerdote de nuestra fe. El sumo sacerdote. El sumo sacerdote era la persona que llevaba los sacrificios dentro, la sangre, dentro del tabernáculo y los hacían ofrecer y también rociaban la sangre, ofrecían los sacrificios a Dios y eran intermediarios entre el pueblo y Dios. Representaban al pueblo delante de Dios. Por decir es lo opuesto que un apóstol. Apóstol representa el que lo está enviando. Y el sacerdote está representando el pueblo, los que reciben el mensaje. El apóstol, perdón, el sumo sacerdote, entonces no solo que Jesús es sacerdote, es sumo sacerdote. Y el sumo sacerdote es el que llevaba dentro del tabernáculo la sangre una vez al año para hacer propiciación por los pecados del pueblo. Y eso es lo que hemos visto en mi última predica. Y más adelante en Hebreos vamos a estar viendo un contraste entre los sumos sacerdotes humanos, los que morían, y el sumo sacerdote Jesús, el que jamás morirá, el que se ha resucitado de los muertos y ya está delante del Padre intercediendo a nuestro favor a base de su propia sangre que él ha derramado a favor nuestro. Jesús es el que ha asumido este oficio de sumo sacerdote y él sigue realizando este esta obra delante de Dios. También esta frase dice, el sumo sacerdote de nuestra fe. Y aquí nuestra fe, la palabra fe en este contexto significa la verdad de Jesús y su obra. Es la doctrina a la cual nos aferramos a confiar en él. Otra vez, no estamos confiando en conceptos abstractos. Estamos confiando en el Hijo de Dios, el que vino a este mundo, el que tomó nuestra naturaleza, era una persona, un ser humano real, vivió una vida, una vida de sufrimiento, una vida de tentación, de muchos problemas, el que murió por nuestros pecados, se resucitó de los muertos y está ahora intercediendo delante de Dios a nuestro favor. Nosotros creemos en hechos históricos y hechos actuales de Jesús y eso es nuestra fe. No es cualquier creencia sino es la fe verdadera en Él. Luego dice en versículo 2, el cual, este Jesús, fue fiel al que lo designó. Este Jesús fue perfectamente fiel al Padre quien lo había enviado. Él fue perfectamente fiel como apóstol y como sumo sacerdote. En su obra terrenal, nunca falló en cumplir la voluntad de su padre. Y esta frase nos concentra la atención en la verdad que él realmente es digno de nuestra confianza. En nuestra experiencia humana, nosotros muchas veces no hemos sido dignos de confianza. Otros tampoco han sido dignos de confianza, pero Jesús es digno de confianza porque Él es fiel y siempre ha sido fiel. El cual fue fiel y Él no fue mayormente fiel como Moisés, más bien Él fue 100% fiel. Adiós. Y esta fidelidad, recuerden, estamos hablando del apóstol y el sumo sacerdote. Su apostolado, por decir, es cuando él representó a Dios aquí en la tierra para con la humanidad y nos ha dado por escrito su palabra. Su sumo sacerdocio sigue adelante. Él sigue siendo fiel hoy día para con nosotros. Ya vamos a considerar el hecho, vamos a pasar a otro aspecto de su fidelidad, que Jesús es el constructor de su casa, que es su iglesia. Recuerden, Jesús, ¿qué dice el versículo 2? El cual fue fiel, ¿no? Yo creo que esa fidelidad continúa hasta hoy, continúa en su sumo sacerdocio y continúa en su fidelidad de construir su casa. Así que, si él está siendo fiel hoy día en construir su casa, ¿tú y yo menospreciamos la obra de construcción que él está realizando entre nosotros? ¿Pensamos que nosotros lo haríamos mejor? Si nosotros despreciamos la Iglesia de Dios, si despreciamos la expresión local de la Iglesia de Dios, no debemos dudar que despreciamos al Constructor. Y dice en versículo 3, porque Jesús ha sido considerado digno, Hebreos 3, 3, perdón, Hebreos 3, 3, Jesús ha sido considerado digno de más gloria que Moisés, así como el constructor de la casa tiene más honra que la casa. Y nosotros con eso debo decir o quiero decir, cuando contemplamos una construcción, el elogio real se dirige a la construcción o al que lo diseñó y lo construyó. Cuando contemplamos una construcción, un edificio por ejemplo, una casa, ¿El elogio se dirige a la construcción misma o al constructor? Y la respuesta es obvia. Obvio, ¿eh? El elogio se dirige al constructor de la casa. el constructor tiene mucho más honra que la casa misma. Y respecto a la construcción de la casa de Dios, Jesús es digno de más gloria que Moisés. El versículo 2 dice que él fue fiel al Padre en todo lo que el Padre lo había designado. Y eso significa que él está construyendo la casa conforme al diseño y el cronograma del Dios Padre. Muchas veces nosotros mostramos nuestra inconformidad con el plan de Dios en nuestras vidas. Mostramos nuestra inconformidad con sus propósitos y cómo se está desarrollando nuestra iglesia. Y cuando nos apartamos de la iglesia de Dios, estamos mostrando un egoísmo, realmente un egoísmo increíble para decir que a nuestros ojos el desarrollo de su construcción está mal. Dice en Efesios 2, Efesios 2, versículo 19, Efesios 2, 19, Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios. Están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. en quien todo el edificio bien ajustado va creciendo para ser un templo santo en el Señor. En Cristo también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. Continuamos con el siguiente aspecto de Jesús que debemos contemplar. Dice en versículo 4, porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios. Dios mismo es quien va construyendo todo conforme su propio diseño y el plan de desarrollo. Aquí el Hijo es el agente de la construcción. Dios Padre está participando activamente por medio del Hijo en construir su casa. Pasando versículo 6, Hebreos 3, 6, dice, pero Cristo, pero Cristo, y Cristo significa Mesías, el que fue enviado para salvar a su pueblo. Pero Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios. cuya casa sobre somos nosotros. Cristo es fiel y sigue siendo fiel como hijo sobre la casa de Dios. El hijo no es como un siervo. El hijo es quien hereda todo y se ocupa de llevar adelante la obra de su padre. El hijo no solo es el constructor de la casa como dice aquí, él también es el señor de la casa. Él es quien nosotros debemos amar y servir. Él es quien debemos dar nuestro tiempo. Así que quiero resumir eso con la la comparación entre Jesús con estos puntos. Los dos han sido fiel a lo que Dios Padre les encomendó. Pero Jesús ha llevado a cabo perfectamente su obra. Jesús es digno de mayor honra que Moisés porque él es el constructor e hijo heredero de la casa misma. mientras que Moisés fue un siervo en la casa. Moisés, el profeta más grande en el Antiguo Testamento, no se compara con Jesús en su ser y en la obra que está haciendo. Moisés era siervo. El Hijo, Jesús es el Hijo y el Constructor. Voy a leer dos pasajes de Hechos que recalcan esto. Hechos capítulo trece, treinta y ocho. y treinta y nueve. Por tanto, hermanos, sepan que por medio de él, es decir, a Jesús, Hechos trece, treinta y ocho, treinta y nueve. Por tanto, hermanos, sepan que por medio de él les es anunciado el perdón de los pecados y que de todas las cosas que de que no pudieron ser justificados por la ley de Moisés, por medio de él, todo aquel que cree es justificado. Entonces, la ley de Moisés sí fue dada por Dios por un tiempo, pero apuntando al Hijo, el Mesías Prometido. Hechos 3, 22. Moisés dijo, el Señor, Yahweh Dios, les levantará a ustedes un profeta como yo de entre sus hermanos. A él prestarán atención en todo lo que él les diga. Así que el mandato de este pasaje es sencillo. Es considerar a Jesús. Es meditar en Él. Es meditar en la excelencia de quien es Él, su divinidad y su humanidad. Es meditar en la perfección de su vida terrenal. Es reflexionar en su apostolado, el que fue investido con toda autoridad de su padre. Es meditar en la perfección de su sacrificio y es meditar en su sumo sacerdocio actual que él está llevando a cabo a favor de nosotros. Debemos meditar en él. Eso es el mandato y el ánimo para nosotros. En medio de muchas dificultades de la vida, dificultades personales, dificultades de trabajo, dificultades puede ser también emocionales, en la iglesia, donde sea, nosotros sí estamos pasando por varias dificultades. No hay duda de eso. Pero en medio de eso, aquí en Hebreos, ellos estaban en medio de muchas dificultades de la vida diaria, estaban siendo tentados a volver a los sacrificios anteriores de los judíos para abandonar a Jesucristo. Y el autor aquí está diciendo, contemplen, mediten sobre Jesús. Él es el que ha sido perfectamente fiel. Y él sigue siendo fiel. Él está siendo fiel en construir su casa ahora. Él está siendo fiel en su sumo sacerdocio para con nosotros hoy día. Y él ha sido fiel en toda su obra terrenal. Dice en 2 Corintios 3, 17, 18, Ahora bien, el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu. Jesús dijo, Yo edificaré a mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Lo primero para cada uno de nosotros, los que me están escuchando, es asegurarse de que realmente es creyente verdadero, que participa en este llamamiento celestial. Sólo el que se ha arrepentido de sus pecados y cree en Cristo, forma parte de su pueblo y se manifestarán en la vida que forma parte del pueblo de Dios si mantiene firme hasta el final esta fe en Jesús. Y para nosotros debemos meditar en Jesús en medio de dificultades y desánimos de vida, en medio de cosas que pasan también en la iglesia que nos desaniman. Jesús está construyendo su iglesia. y debemos ver tanto el constructor, su fidelidad y nuestra responsabilidad. Si nosotros estamos siendo, llevando adelante la parte que nos corresponde como piedras vivas, activas en su iglesia. Si estamos siendo, animando, exhortando, participando en la iglesia conforme a los propósitos de Dios. Debemos meditar, volver la mirada a Jesús, y eso nos va a dar lo que necesitamos para continuar adelante. La verdad principal es, contemplemos a nuestro fiel Jesús, quien construye y ejerce su señorío sobre toda la casa de Dios, la cual somos nosotros. Terminamos leyendo Efesios 3, Efesios capítulo 3, a partir del versículo 14. Efesios 3, capítulo 3, versículo 14. Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le ruego que Él les conceda a ustedes conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior, de manera que Cristo habite por la fe en sus corazones. También ruego que arraigados, cimentados en amor, ustedes sean capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer al amor de Cristo, que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios. y aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Según el poder que obra en nosotros, a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. Oremos, hermanos. Gracias señor por este pasaje y gracias por realmente el ánimo de ver que tú eres el fiel constructor. Que debemos contemplar tu fidelidad tanto en tu vida terrenal como en lo que estás haciendo ahora en su sumo sacerdocio para con nosotros y en construir tu casa. Señor, ayúdenos a no despreciar tu casa. Ayúdenos a no despreciar a la iglesia tuya, la iglesia local, Señor. Ayúdenos a participar activamente en eso y ayúdenos a mantener la mirada en ti. cada día reenfocarnos en ti, lo que tú estás haciendo, y aún en medio de las pruebas, de las tentaciones, de los desánimos de la vida, que sean desánimos personales, desánimos también en la iglesia, que sí pasen, Señor. Y ayúdenos, Señor, a volver la mirada a Ti y ver que Tú estás construyendo. Y con esa mirada fijada en Ti, ayúdenos a ver lo que nos corresponde. de ir animando, participando en las vidas uno al otro, Señor. Gracias esta mañana y te pido que nosotros podemos hacer eso en el diario vivir y que tú nos uses, Señor, para ir reflejando tu gloria en la gloria del constructor de la casa. En tu nombre. Amén.
Contemplemos a nuestro fiel Jesús
Series Hebreos
VERDAD PRINCIPAL: Contemplemos a nuestro fiel Jesús, quien construye y ejerce señorío sobre toda la casa de Dios, la cual somos nosotros.
Escrituras tomadas de la Nueva Biblia de las Américas Copyright 2005 por The Lockman Foundation; usadas con permiso; todos los derechos reservados. www.NuevaBiblia.com
Sermon ID | 362311944640 |
Duration | 1:06:35 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Hebrews 3:1-6 |
Language | Spanish |
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