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Algunos de ustedes tienen amigos o familiares que están caminando por pruebas físicas difíciles. Y aún en la voluntad de Dios, quizás tú misma vas a tener que experimentar pruebas físicas en el futuro. Así que mi oración es que a medida que expongamos este tema, esto sea de consuelo y de beneficio para todas nosotras. Porque esa gracia que consuela, la gracia de Dios que consuela es importantísima en la vida de cada creyente. Daniel me pidió que compartieran este tema hoy. Y lo comparto no para decir que mis pruebas son mayores que las de ustedes. De hecho, es lo contrario. Quizá muchas de ustedes han tenido pruebas físicas mucho más fuertes de las que yo nunca voy a poder experimentar. Si yo me sentara a platicar con ustedes, estoy segura que vería que muchas de ustedes han pasado por pruebas súper difíciles. Así que mi oración en este día y esperanza es que la gracia que es sana de Dios, la gracia consoladora de Dios, caiga sobre todas nosotras. y que sea como una frescura para todas nosotras. Para darles un poquito de mi historia, en agosto del 2012 fui diagnosticada con esta enfermedad que se llama enfermedad de Crohn. Es una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo ataca a mi mismo. Por alguna razón, mi cuerpo piensa que todo mi sistema digestivo está hecho de cosas malas. Y, por ejemplo, de repente tengo muchísimos sangrados en todo el colon y todo mi aparato digestivo porque hay como una guerra dentro de mi organismo. Y una enfermedad autoinmune siempre causa muchísima inflamación en todas las demás partes de tu cuerpo. Así que al principio cuando todo esto empezó para mí, mis luchas físicas empezaron muy lentamente. En mis primeras 20s, empecé a tener dolor de estómago y cosas así. Pero después de que nuestros hijos nacieron, empecé a tener montañas de mastitis, que es cuando tus ductos de leche se deshidratan. No sé si lo tienes aquí. ¿Puedes hablar de eso? Después del nacimiento de cada uno de mis hijos, yo empezaba a tener síntomas muy raros, hasta como más titis cada mes, por ejemplo, cuando estaba alimentando a mis hijos. Y me tenía que quedar en cama por varios días, con síntomas como de influenza. Yo sabía que mi cuerpo no era muy saludable, pero no había síntomas que se conectaban, se interrelacionaban entre ellos. Los síntomas iban y venían y no tenían mucha relación, entonces trataba yo de ignorarlos. Tenía días malos y después trataba yo de disfrutar los días buenos. Una de las cosas que me encorajaron fue la palabra de Dios durante estos días esporádicos de incertidumbre y salud pobre. 2 Corintios 12 dice que mi gracia es suficiente para nosotros. Porque su fuerza se manifiesta en la debilidad. Me voy a gloriar, dijo Pablo, más aún en mis enfermedades. Para que el poder de Dios esté sobre mí. Por eso me tomo placer en las enfermedades y en los reproches, en las persecuciones y en las pruebas por la causa de Cristo. Porque cuando soy débil, Él es fuerte. Y Dios probó esto para mí, mostrándome que, siempre, de verdad, una y otra vez, Su gracia era suficiente para mí. Por todo el caminar, siempre Él me mostró gracia que consuela. Y estos versículos me animaban muchísimo porque me ayudaban a entender lo que Pablo decía de que justamente cuando estamos débiles es que el poder de Dios se perfecciona. Y yo no sabía en ese momento qué tan débil iba yo a estar para mostrarme qué tan fuerte él iba a ser. En mayo del 2012 todos mis síntomas de repente crecieron muchísimo, muy rápido. Empecé a tener dolores en todas las coyunturas en mi cuerpo y súper doloroso, inclusive nada más tocarlas. No podía ni siquiera levantar mis manos para lavarme mi cabello. Y mis músculos empezaron a debilitarse también. su hijo tenía un año en ese momento, era dificilisimo inclusive cargarlo. Y como ustedes saben, con pruebas fisicas las noches son las peores. Noches en las que apenas si puede uno comer por el dolor. Horas de insomnia. Tenía dolores en la espalda que me despertaban en las noches. Y en las noches, aún ahí, era confortada yo con la Palabra de Dios con el versículo de Salmo 42, 8. El Señor va a mandar su... déjame leerlo mejor directamente. Salmo 42, 8. Y Job 35, 10 habla de Dios que nos da una canción en la noche. Yo estoy segura que esto es figurativo y también literal. Las noches son muy largas cuando estás enferma. Pero también la época que es como noche en tu vida. Cuando hay esta oscuridad figurativa. Él viene con canciones que consuelan para levantar al que está tirado. Tienes que perdonarme, soy una llorada. Durante este tiempo he tratado con diferentes médicos, he tratado con un quirófano, pero nada ha ayudado. Traté de ver a muchísimos doctores, un quiropráctico, nada ayudaba. Estaba cada vez más cansada y fatigada todo el tiempo. Pero a medida que mi fuerza física iba deteriorándose, la fuerza del Señor iba creciendo. Su poder fue manifiesto en mi vida. Yo estaba siendo refinada, como Proverbios 25, 4 dice. Él me estaba haciendo un vaso de mayor utilidad. Y yo estaba siendo quitada de esta confianza en mí misma. Para poder decir, lo que es suficiente para mí es Dios. En Hebreos 13, 9 dice, fue bueno para mi corazón ser fortalecida en la gracia. John MacArthur, un predicador americano, que escribió justo estos libros que estamos dando. Él dijo, la gracia no es un evento de una sola vez en la experiencia cristiana. Estamos parados en la gracia. Toda la vida cristiana está llevada y tiene el poder para continuar por la gracia. Cada vez que yo me sentía orgullosa de mi dependencia de Dios, Él me mostraba mi necesidad de Él. Mi necesidad por su gracia para aún poderme levantar. Las cosas se empeoraron muy rápidamente. Hubo en esa época en que empecé a sangrar muchísimo y a perder peso muchísimo. Entonces, por supuesto, a este punto, mi esposo está como, ok, eso es suficiente. Él estaba muy preocupado y insistió en que yo volviera a los médicos. Y así, durante un par de meses, empecé a hacer pruebas. Y ellos rechazaron muchas cosas. Y Dios fue feliz y amable en darme una respuesta. Y Dios fue fiel y nos dio finalmente una respuesta acertada. Que yo tenía enfermedad de Crohn. Un diagnóstico acertado de que tenía la enfermedad de Crohn. Así que me gustaría poder decir que recibir la diagnóstica fue el final de la historia. Quisiera decir que ya simplemente el saber que tenía el tener un diagnóstico fue el fin de la historia. Pero muchas de ustedes saben que el tener un diagnóstico es simplemente el saber que viene un caminar largo con diferentes pruebas físicas. Y puedo decir gracias a Dios que estoy bien en general por los medicamentos, los tratamientos, un tipo de alimentación que tengo que llevar. En general tengo muy buenos días, algunos pocos malos días. Y el Señor me ha traído hasta aquí. Yo sé que mi historia es familiar a muchas de ustedes en sus propios caminares con enfermedades. Uno de dolores y noches que... días enteros de dolor y noches que no se puede uno dormir. Pero no quiero que nos quedemos aquí en estas circunstancias. Quiero hablar mejor en este tiempo que tenemos todavía. Quiero que tomemos un tiempo para hablar de la gracia que conforta y que Dios nos ha prometido en estos tiempos. Quiero hacerlo de tres maneras. Verdades para consuelo, ayudas que consuelan, y después dar consuelo. Primero vamos a ver verdades que consuelan. Hay muchísimas, muchísimas verdades que nos pueden consolar y que podemos encontrar en las Escrituras. La Biblia, de principio a fin, está llena de promesas que nos consuelan. Escogí solamente algunos pasajes aquí que quiero compartir con ustedes, de esos muchos, que el Señor me ha ayudado para animarme. El primero es, la tormenta es real, pero también el Señor. Si vamos a Mateo 14, y vamos a leer versos 22-33, que voy a leer, Mateo 14, 22 al 33. Enseguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte, y cuando llegó la noche estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar azotada por las olas, porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo, un fantasma, y dieron voces de miedo. Pero enseguida Jesús les habló, diciendo, Tened ánimo, yo soy, no temáis, no temáis. Entonces le respondió Pedro, y dijo, Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él le dijo, ven. Y descendiendo, Pedro de la Barca andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo, y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo, Señor, ¡sálvame! Al momento, Jesús, extendiendo la mano, hació de él, y le dijo, Hombre de poca fe, ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces, los que estaban en la barca vinieron y le adoraron diciendo, verdaderamente eres el Hijo de Dios. Y terminada la travesía, vinieron a la tierra de Genezaret. Cuando le conocieron los hombres de aquel lugar, enviaron noticia a toda aquella tierra alrededor y le trajeron todos los enfermos. El Señor me trajo esta historia a mi casa en un momento después de mi diagnóstico de Crohn. El Señor trajo esta historia como para atención a mí cuando fui diagnosticada así. Y lo que me sorprendió acerca de este pasaje es que la tormenta era real. Y la cosa que me impactó muchísimo es que de verdad la historia, la tormenta de verdad era real. De verdad la tormenta los estaba golpeando. De hecho están siendo golpeados de un lado a otro por estas olas inmensas. El viento les estaba de verdad afectando, era oscuro, estaba oscuro. Fue una tormenta de verdad real. Sí, claro, Pedro vio las olas. Y en medio de esta tormenta enorme, la mirada de Pedro se tambaleó, no sabía dónde ver. Pero así como era tan cierta esa tormenta, así era tan cierto el Señor. El Señor lo atrapó, lo agarró. El Señor no lo iba a dejar irse hasta el fondo. No lo iba a dejar que se perdiera. La tormenta es real. Es tan cierto para nosotros, pero también lo es Dios. Y también es su ayuda. En Salmo 46, uno leemos, Dios es nuestro amparo y fortaleza. Y el pasaje continúa diciéndome qué tanto y qué tan grande se extiende esa ayuda y ese refugio. It says, though the earth be removed. Aunque la tierra sea removida. And though the mountains be carried into the midst of the sea. Y se traspasen los montes al corazón de la mar. Though the waters thereof roar and be troubled. Aunque las aguas se levanten y rujan. Though the mountains shake with the swelling thereof. Aun cuando la tierra tiemble. Those are some strong trials that would scare me if I were in them. Esas serían pruebas enormes que de verdad me darían muchísimo miedo si yo estuviera en medio de ellas. Pero aun así, el Salmista dice, Él es mi ayuda en tiempo de dificultad. Por lo tanto, no temeré. Entonces, ¿por qué temo yo? Las tormentas van a levantarse, pero yo puedo reconocer su presencia ahí. Yo puedo admitirle que tengo miedo. Podemos decirle, Señor, tengo miedo del viento y de las olas. Pero entonces con más confianza podremos decir y clamar con mucho más intencionalidad con la verdad de que Dios siempre está presente. Él está con nosotros en las tormentas. Y qué gran consuelo encontramos en estas palabras para todas nosotras. Otra promesa, otra verdad para este consuelo es que el Señor se preocupa por nosotros. En otra historia de la Biblia, en Marcos 4, 38, hubo otra tormenta y estaban otra vez todos juntos en el barco. Parece que es como la misma tormenta otra vez, se repite. Pero esta vez Jesús estaba durmiendo en el fondo del barco. Los discípulos fueron de nuevo asustados, mirando la tormenta. Y en su miedo, preguntaron una pregunta que quizás tú has preguntado. ¿No te preocupas, Señor? Muchas veces hemos preguntado esta pregunta al Señor, ¿no? Estamos levantando preguntas hacia Dios y sus propósitos. No te preocupes, no te das cuenta que estamos aquí en esta tormenta. ¿Estás dormido, Señor? Y aún a veces cuestionamos su mismísimo corazón. ¿Me importa en absoluto? ¿De verdad te importo, Señor? Y la respuesta en la Escritura es, sí, Él importa. Tenemos un Dios de misericordias. Y las Escrituras hablan mucho de esta verdad que consuela. El Salmo 103 dice, Así como el Padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen, porque Él sabe cuál es nuestra manera de ser. Él se acuerda que somos polvo. Mis días son como la hierba, como la flor del campo que crece. Porque el viento pasa y se va Y nadie se acordará más de ella Pero la misericordia del Señor es desde eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen. Él ve nuestra circunstancia deplorable y ahí tiene misericordia. Él tiene compasión y siempre nos da su gracia. Él se preocupa por los suyos. Los primeros versículos que leímos al principio de nuestra conferencia llamó a Dios el Padre de Misericordias y el Dios de todo consuelo. Él nos conforta a todos nosotros en nuestras tribulaciones. La tercera parte que vemos que trae consuelo a nosotros en las escrituras es que el Señor entiende nuestros sufrimientos. En la última parte de ese versículo, en 2 Corintios 1, dice, Así como los sufrimientos de Cristo abundan en nosotros, también nuestra consolación abunda en Cristo. Y esto nos da otro consuelo. Cristo fue también probado, similarmente, y eso nos consuela. Hebreos 2.18 Porque Él mismo ha sido tentado, Él puede socorrer a los que son tentados. La Escritura llama a Cristo como un hombre experimentado en dolores. Él vivió y sufrió como el Dios-Hombre en las maneras más profundas. Él entiende nuestras pruebas. Él viene a nosotros en medio de ellas. Él habla consuelo a nuestras vidas porque Él nos entiende. El cuarto consuelo que tenemos de las escrituras que quiero presentarles es que nuestros cuerpos y nuestras vidas pertenecen a un Dios que es amor y misericordia. Esto debe traernos muchísimo consuelo. Él nos creó. Él nos redimió. Somos suyos. El todo sabio, todo bueno, todo misericordioso Dios es nuestro Dios. Él ha permitido que todo lo que ha pasado en nuestras vidas pase. En nuestras mentes infinitas no podemos siempre reconciliar esta idea de cómo Dios permitió que pasara esto. Y aquí es en donde entonces somos empujadas a tener que voltear y ver el carácter de nuestro Dios. Él es bueno y solamente puede hacer lo que es bueno. Él es amor y solamente puede hacer cosas que son amorosas. Él es justo y por eso solamente es capaz de hacer cosas justas. La Biblia nos dice que cada cosa que Dios ordena para nosotros es para nuestro bien. Así que estudien el carácter de Dios y oren por gracia para entenderlo. Y después, en sujeción, oren con confianza. Señor, que se haga tu voluntad. Tu voluntad Señor, no la mía. Claro, no podemos orar esto en nuestras propias fuerzas. Necesitamos la ayuda del Señor para de verdad orar esto de todo nuestro corazón. Que todas nosotras, por las misericordias de Dios, presentemos nuestros cuerpos como un sacrificio vivo. Santo y aceptable a Dios, que es nuestro sacrificio razonable. Hay tormentas que son reales en nuestra vida, pero el Padre Celestial sabe qué necesidades tienes. Él se preocupa por ti y te consuela a ti porque Él también personalmente experimentó pruebas aquí en esta tierra. Ora por la gracia que necesitas para sujetarte a Su perfecta voluntad y encuentra consuelo en el Dios de las Escrituras y en las verdades que están en las Escrituras. Estas son algunas de las verdades en las escrituras que Dios ha usado para impresionarme en mi corazón. Y de verdad yo las animo a que estén en la palabra, que mediten en la palabra, que le pidan al Señor, que aumente la palabra ante sus ojos. Porque Él puede hacer que sus palabras y sus promesas sean grandes y que traigan consuelo a tu alma. Después, en segundo lugar, Necesitamos ver las ayudas para el consuelo. Y la primera es una que ya hemos estado discutiendo. Es la palabra de Dios. Esta es la primera forma y la más importante en la que podemos encontrar consuelo en las pruebas. Espero que hayan visto a medida que les he contado mi historia, es que el tema, el hilo que ha estado uniendo toda mi historia es que Dios me ha consolado siempre a través de su palabra. El Señor pone esta gracia que consuela en almas que están débiles y debilitadas. Así que las quiero animar a que vayan a la Palabra de Dios. Ahí van a encontrar gracia que consuela cada día. En el estar quieta en la cama, enferma, ahí está en la Palabra de Dios. Ahí cuando el viento está rugiendo y hay una tormenta, ahí agárrate de la Palabra de Dios. Que la palabra misma de Dios sea tu refugio y tu fuerza. La segunda ayuda para nuestro consuelo es la oración. Y conectado con eso es la alabanza. La Biblia está llena de mandamientos para orar. Especialmente durante pruebas. Hebreos 4.16 dice, Vengamos pues confiadamente al trono de la gracia, para que podamos obtener misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro en tiempos de necesidad. En Mateo 6 leemos, tu padre sabe que tienes necesidad, así que ora. En las noches en las que hay insomnio, ora. Ora por gracia para prevalecer. Ora por gracia para crecer en la prueba. Y claro, ora también para que el Señor te dé descanso y salud. En Mateo 9.28 a Jesús pregunta, ¿tú crees que yo puedo hacer esto? Y Jesús es el que está preguntando esto. Así que debemos preguntarnos a nosotras mismas, ¿de verdad creo que es así? Y luego hago lo que el profeta Daniel hace y digo que incluso si no lo hace, todavía es bueno. Y esa fue la historia de Shadrach, Meshach y Abednego cuando iban a ser colocados en el forno caliente. Y les dijeron al rey, Dios es capaz de liberarnos de esta prueba. Y aun si no lo hace, Él sigue siendo bueno. Y ahí es en donde la alabanza entra. Esto nos lleva a adorar a Dios. Así que la misericordia de Dios las lleve a levantarlo y a exaltar su nombre. Regocíjense en su amor. Y agradecerle por su misericordia. Y que tus oraciones estén mezcladas con alabanza. Una de las maneras que yo he encontrado que puedo animar muchísimo mi corazón es cantar. Así que cuando usted se inquieta y sola, canta. A veces nada más es hasta cantar en nuestra mente, porque nuestra voz está lastimada o cansada. Pero como mencioné antes, los versos dicen que Él nos da una canción en la noche. Podemos cantar los almas y los himnos que hemos aprendido. Los salmos son poesías que estaban intencionalmente hechas para ser cantadas. Así que así podemos hacer que nuestras lágrimas se conviertan en gozo a través de nuestro cantar. Ahora vamos a ver acerca de dar consuelo. Cuando empezamos a leer el 2 Corintios 1 del 2 al 5 en esta sesión, vamos a 2 Corintios 1, el versículo 4. Segunda de Corintios 1, versículo 4. Ay, perdón, estoy en primera. Segunda de Corintios 1. 4. 1, 4. Dice, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación. Si este es nuestro propósito, entonces, ¿consolar a los que están en problemas? ¿Cómo podemos lograr esto? ¿Cómo podemos prácticamente consolar a otros? La primera cosa, claro, orar. Primero oramos por ellos. Podemos escribir su nombre y su petición y estar obteniendo nuestra Biblia para orar por ellos. Y de verdad acordarnos de orar por ellos. Muchas veces cuando el Señor trae a mi memoria a alguien que está en necesidad, en ese mismo instante, cuando me recuerdo de esa persona, oro, hago una oración por esa persona, en vez de dejarlo para el rato, porque luego ya sigo haciendo mil cosas y se me va. Y siento que es el Señor el que trae a veces estos pensamientos de estas oraciones por otras personas. Nunca vamos a hacer eso de si claro voy a orar por ti y realmente no hacerlo. Así que traemos a nuestros amigos, a nuestros vecinos, y delante del Señor. Aun si no podemos muchas veces tener la oportunidad tangible de ayudarlos de otras maneras. Hay una señora muy linda en nuestra iglesia. Porque ella tiene unas enfermedades muy grandes, entonces tiene muchas limitaciones físicas. Ella está siempre en una silla de ruedas, no puede ayudar en las cosas físicas, pero siempre puede orar. Y casi cada domingo ella me dice, estoy orando por ti. Y yo si se que ella esta orando por mi. Y eso nos da mucho animo y podemos animar a otros asi. La otra manera en que podemos dar consuelo es dar palabras de ánimo. Esta es una manera muy sencilla de compartir el consuelo de Dios por otros. Por ejemplo, si estás orando por alguien, dile a esa persona que estás orando por ella. Muchísimas veces a través de los años, muchas personas han levantado mi ánimo simplemente viniendo y diciéndome, estoy orando por ti. Y esto es bien fácil de hacer, puedes tomar un segundo para hacer una llamadita o un texto, o en el domingo en la iglesia, estoy orando por ti. o mandarles hasta una pequeña nota en la que le animas y le dices estoy orando por ti. No sabes que tanto consuelo y confort te dan estas notitas cuando de verdad las recibes, entonces hazlo. No nada más les digas que estás orando por ellos, sino también habla palabras que traigan consuelo a sus vidas. Esto es lo que estábamos hablando antes de hablar las Palabras. Proverbios 16, 24 dice... Las palabras buenas son como la miel. El dulce es para el alma y la salud para nuestros huesos. No sé si alguno de ustedes es así. No sé si a algunos de ustedes les van a gustar esto. Que a veces que no sé ni qué decir para ayudar a otros. Y eso, gracias a Dios, es cuando tenemos la palabra de Dios para ser palabras agradables a la gente. Sus palabras de verdad son dulces y nos traen una gran ayuda en la necesidad. Puedes tomar las palabras de la Escritura que el Señor te ha encargado en tu lección y en tu estudio de la palabra de Dios. Puedes usar las palabras mismas que Dios te ha usado de su palabra para animarte y darte consuelo. Y entonces las usas esas mismas para compartirlas con alguien más. Y Él va a usar sus palabras para hacer una bendición. Y la tercera manera es, claro, dar una ayuda tangible. Hoy hablamos de Marta y María, ¿no? Hablé de cómo María ungió a los pies de Jesús, ¿no?, en algún momento. Esta mujer que mencioné que tiene impedimientos físicos, que tiene problemas mentales, Su nombre es Juanita. Ella está confinada en una silla de ruedas, y cualquier tarea que pudiéramos encontrar muy fácil, es muy difícil para ella. Algo que nos tomaría un minuto, como recoger cosas de la pared, como si le hiciéramos algo, le tomaría horas. Ella ha vivido toda su vida con enfermedades físicas. Pero ella también te puede decir que ha conocido las misericordias y los consuelos de Dios. Y las misericordias y las bondades de Dios han venido a ella a través de como la gente alrededor ha venido a ella. Un día, este último verano, ella compartió esta idea conmigo. Y esto es acerca de María anunciando los pies de Jesús. Juanita dijo, tomando el ejemplo de María, Juanita dijo, tomando el ejemplo de María, he venido a definir algo como unos momentos de perfume, una oportunidad única, quizá la única oportunidad de ayudar a una persona, sirviéndola físicamente o espiritualmente, de manera que la persona sepa que esa ayuda vino de Dios. Hay muchas y varias oportunidades para ayudar y encorajar a los que están en peligro o tienen una necesidad en particular. Hay muchísimas maneras y muy variadas oportunidades de ayudar y animar a aquellos que están en dolor o que están en una situación de necesidad específica. Algunos ejemplos, tal vez hacer un almuerzo o ofrecer un bebé enfermo. Hace una comida o cuida de los hijitos de alguien. Hace una cobija o hace un regalito y dálo a alguien. Ayuda a limpiar o ayuda al que está enfermo. Estas son ideas Hay maneras pequeñas y grandes en las que podemos ayudarnos a ministrar a unos a otros. Así que yo les animo a que busquen maneras de ministrar a otras. Y si están buscando esas oportunidades y orando por esas oportunidades, Dios les va a dar esas oportunidades. Oren para que Dios les dé los ojos para ver esas oportunidades y las tomen. Estos momentos de perfume, como los llama mi amiga, son preciosos porque aman y proveen a otros de una manera real. Pero también porque apuntan a la amor y la provisión de Dios. Mateo 25 habla de esto. Mateo 25, 31. Mateo 25.31 en adelante dice, Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos y ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones, y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor a sus ovejas. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha, venid, benditos de mi Padre, heredad del reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me recogiste, estuve desnudo y me cubriste, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y veniste a mí. Entonces los justos le responderán diciendo, Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero y te recogimos, o desnudo y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a ti? Y respondiendo el rey les dirá, de cierto, de cierto, os digo que cuando lo hiciste a uno de los otros, a mis hermanos más pequeños, a mí lo hiciste. Así que tanto como lo hiciste a los menos de estos, lo hiciste a mí. Dice, así que lo hicieron a mis pequeños, a mí lo hiciste. Aquí Dios nos dice que cuando damos consuelo y conforte a otros, cuando ayudamos a aquellos que están con grandes necesidades alrededor de nuestro, Lo estamos haciendo para Él. Él es proveido a través de nosotros. Él es glorificado cuando lo servimos a Él a través del servicio a otros. En fin, quiero compartir un corto poema que mi abuela Para terminar, quiero terminar con un poema que mi abuela, me lo dio en el aniversario número uno cuando fui diagnosticada con la enfermedad de Crohn. Hasta aquí el Señor nos ha ayudado, guiando, amando todo el camino. De aquí en adelante, confiemos en sus promesas. Gracia suficiente para cada día. Qué gran manera de recordar la gracia de Dios. El Señor nos va a llevar a cada uno de nosotros por temporadas donde hay pruebas. Cuando estamos en estos valles, ojalá que corramos a nuestro Dios que está lleno de gracia. que siempre nos da consuelo para que recordemos su gracia del pasado y confiemos en su gracia para el futuro. Vamos a agarrar los consuelos de la palabra de Dios y orar y cantar y alabar. Y cuando los que amamos pasen por pruebas, que podamos darles el consuelo de Cristo, con el que Él nos ha consolado. Que pongamos esta gracia de Dios en su debilidad, con oración, y hablamos la verdad con ellos, todo el tiempo usando nuestras manos por el bien, para bendecir. Y que estemos orando por ellos mientras usamos nuestras manos para bendecirlos. Y que siempre recordemos que Dios ha prometido gracia. Gracia para hoy y gracia para mañana. Gracia que consuela para cada prueba. Amén.
3- Las Pruebas Físicas- La Gracia Consoladora
Series Conferencia feminil 2018
Sermon ID | 361802128 |
Duration | 48:20 |
Date | |
Category | Conference |
Bible Text | 2 Corinthians 1:3-5 |
Language | Spanish |
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