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Antes de abrir nuestras Biblias y el pasaje que vamos a estudiar hoy día, creo que a todos nos pasa que a veces estamos en la semana leyendo algunos versos que después nos acordamos y no sabemos dónde los hemos leído. Pero estuve buscando esa parte, creo que después lo voy a encontrar, pero creo que fue el origen de lo que hoy día vamos a compartir. era en un salmo que hablaba acerca de que Dios iba a hacer llover sobre la tierra sedienta e iba a hacer caer torrentes sobre la tierra seca, ¿sí? Eso fue parte de un devocional hace unas dos semanas que me puso a pensar en algo, ¿no? Otra vez ese salmo decía que Dios iba a hacer llover sobre una tierra sedienta e iba a hacer caer torrentes de agua sobre la tierra seca. Y estaba pensando en una tierra sedienta. Nosotros muchas veces tenemos acá ese problema cuando tenemos sequías, ¿verdad? Y la gente está esperando que llueva Y la tierra está esperando que caiga agua para que produzca su fruto. Y la idea de una tierra sediente es una tierra que aún está viva, pero está esperando no morir. Y para no morir necesita agua. Pero al mismo tiempo el pasaje estaba hablando de una tierra que ya está seca. Una tierra que ya está muerta. Ya no está esperando nada. Ya murió. Y estaba pensando que muchas veces sea por pecado o por otras cosas, nuestros corazones están así. Muchas veces estamos leyendo, estamos orando y estamos esperando que caiga agua. Y esa agua obviamente en la Biblia es como un símbolo para la presencia del Espíritu Santo de Dios a nuestras vidas, que vuelva a renovar nuestros corazones. Pero también hay veces donde ya no esperamos eso. Ya nos da lo mismo a veces. A veces pasan días y no oramos, no leemos la Biblia. Y estamos viviendo así. y habla de una tierra que ya está seca, ya no espera el agua, ya. Y yo estaba pensando que, y muchas veces, sea que uno está sediento esperando del Señor, o realmente ya no lo esperas, muchas veces nuestros corazones están en esas situaciones. Y a veces realmente no sabemos cómo hemos llegado ahí, pero la verdad es que llegamos a esos lugares. Y en la semana mientras estaba pensando en eso, sentía como, no como una tierra sedienta, mi corazón, no como algo que esperaba de Dios y nunca llegaba, sino más bien como una tierra que se había secado, como una tierra que a veces, como he dicho, le daba lo mismo hacer algo o no hacerlo. Y parece que había una pregunta que estaba en mi cabeza, es decir, ¿puede un cristiano vivir sin Dios? Y eso estaba dando vueltas, aunque lo había visto en un libro, que no dice el cristiano, pero decía, ¿Puede el hombre vivir sin Dios? Se llama el libro. Y estaba pensando en esto. Y después de todo eso, me encontré con el pasaje que vamos a estudiar hoy, que habla acerca de las circunstancias y las causas que nos han llevado, tal vez, a la sequedad en nuestra vida, pero también el remedio para salir de ahí. Y algo que me llamaba la atención mientras en la mañana llegaba hoy día me puse a pensar es que nuestra perseverancia hasta el último día realmente depende más de Dios que de nosotros. Y digo esto porque En el Antiguo Testamento, si uno lee el Libro de los Reyes, por ejemplo, encuentra que rey tras rey se desviaba del Señor, se desviaba del Señor. ¿Pero qué pasaba en esas situaciones? Dios enviaba, ¿qué enviaba? Un profeta para que haga volver su corazón otra vez al camino. Y otra vez el próximo rey se desviaba y otra vez mandaba a Dios un profeta. Si Dios nunca hubiese mandado profetas, Los reyes hubieran andado desviados siempre. Pero Dios mandaba un profeta. Y una de las cosas que me acordaba fue igual como una de las historias tal vez más conocidas fue el pecado del rey David. Cuando David estaba viviendo por tiempo, dice la Biblia, en su pecado. Y obviamente su corazón estaba como en el Salmo 51 se nos describe. Pero Dios mandó a Natán. Dios mandó a Natán para confrontar a David y para hacerle entender que la razón por la que él había estado así era por pecado. Pero hermanos, no siempre llegamos a esa situación por pecado, pero lo cierto es que podemos llegar a esa situación. Y hoy vamos a ver, me topé con este pasaje esta semana acerca de de un rey en Judá que recibe un profeta y le explica la razón por la que habían llegado a esa situación. Ahora sí vamos a abrir nuestras Biblias en Segunda de Crónicas, capítulo 15. Segunda de Crónicas, capítulo 15. Y vamos a leer un poquito acerca de la reforma de este rey, Asa, hijo de Roboán, hijo de Abías. Segunda de Crónicas, capítulo 15. Vamos a ver un poquito el contexto para entender la situación en la que estaba este rey Aza. Hemos titulado esta enseñanza como una renovación de lealtad. Y yo estaba pensando en esto como vamos a ir viendo que A menudo creo que tenemos que hacer esto porque tenemos también la tendencia a desviar, la tendencia a enfriarnos, la tendencia a estar como esas tierras secas, donde ya la indiferencia empieza a marcar nuestra nuestro rumbo, ¿no? Entonces, segunda de crónicas, capítulo quince del del uno al diecinueve. Vamos a dar lectura. Dice, y el espíritu de Dios vino sobre Azarías, hijo de Obed, y salió al encuentro de Asa, y le dijo, oídme Asa, y todo Judá y Benjamín. El Señor estará con vosotros mientras vosotros estéis con él. Y si le y si le buscáis, se dejará encontrar por vosotros. Pero si le abandonáis, os abandonará. Y por muchos días Israel estuvo sin Dios verdadero, y sin sacerdote que enseñara, y sin ley. Pero en su angustia se volvieron al Señor, Dios de Israel, y le buscaron. Él se dejó encontrar por ellos. Y en aquellos tiempos no había paz para el que salía ni para el que entraba, sino muchas tribulaciones sobre todos los habitantes de la tierra. Y era destruida nación por nación y ciudad por ciudad, porque Dios los afligió con toda clase de adversidades. Mas vosotros, esforzaos, y no desmayéis, porque hay recompensa por vuestra obra. Y cuando Asa oyó estas palabras y la profecía del profeta Asarías, hijo de Obed, se animó y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que había conquistado en la región montañosa de Efraín. Entonces restauró el altar del Señor que estaba delante del pórtico del Señor. Y reunió a todo Judá y Benjamín, y a los de Efraín, Manasés y Simeón, que residían con ellos. Porque muchos de Israel se pasaron a él cuando vieron que el Señor su Dios estaba con él. Se reunieron pues en Jerusalén en el tercer mes del año 15 del reinado de Asa. Y aquel día sacrificaron al Señor 700 bueyes y 7000 ovejas del botín que había traído. E hicieron pacto para buscar al Señor Dios de sus padres con todo su corazón y con toda su alma. Y que todo el que no buscara al Señor Dios de Israel moriría, ya fuera pequeño o grande, hombre o mujer. Además, lo juraron al Señor con gran voz, con gritos, con trompetas y con cuernos. Y todo Judá se alegró en cuanto al juramento, porque habían jurado de todo corazón y le habían buscado sinceramente, y él se dejó encontrar por ellos. Y el Señor les dio tranquilidad por todas partes. Esto está en un contexto Israel ya para estas alturas se había dividido el Reino del Norte y el Reino del Sur. El Reino del Norte con Jeroboán y el Reino del Sur con Roboán. Después de Salomón, nosotros sabemos de esta división. Y lo que había estado pasando es que el Reino del Norte se caracterizaba por un desvío casi siempre de los caminos del Señor con este rey que era Heroboam. Y el Reino del Sur trataba en lo posible de mantenerse fiel, el Reino de Judá, a la cabeza de Heroboam a Dios, pero obviamente eso no iba a pasar, no iba a ser mucho tiempo hasta que el Reino del Sur igual iba a sucumbir ante la idolatría y el paganismo del Reino del Norte. En este contexto, Asa, su abuelo que es Roboán, empezó a seguir los mismos pasos del rey del norte que era Jeroboán en el capítulo 12 más adelante, versículo 14 dice e hizo, hablando de Roboán, e hizo lo malo porque no dispuso su corazón para buscar al Señor. Entonces Roboán empezó a desviarse de los caminos del Señor, hablando del Reino del Sur, y fue después su hijo, su hijo que es el papá de Asa, que trató otra vez de volver a los caminos del Señor. Trató nuevamente había de enderezar otra vez los caminos del Señor. Pero el contexto en el que Asa nació y en el que Asa va a reinar, es que la influencia del paganismo y la idolatría del Reino del Norte había llegado también al Reino del Sur. Y algo que había sucedido, como se nos dice, es que En el Reino del Norte, la maldad del Rey Jeroboán había sido tal que había quitado a los sacerdotes del Señor para poner sus propios sacerdotes. Había quitado la adoración al Dios verdadero para adorar, dice, a demonios, a ídolos. En el capítulo 11, el versículo 13 dice, y los sacerdotes y los levitas que estaban en todo Israel se apartaron a él desde todos los distritos, porque los levitas dejaron sus tierras, perdón, porque los levitas dejaron sus tierras y pastos y sus propiedades y vinieron a Judá y a Jerusalén, pues Jeroboán y sus hijos habían excluido de servir al Señor como sacerdotes. Y Jeroboán designó sus propios sacerdotes para lugares altos, para demonios y para becerros que había hecho. La maldad de este rey era grande, Y como aquí se nos dice es que muchos sacerdotes habían empezado a salir del Reino del Norte y irse con asa porque Jeroboán los había empezado a excluir de la adoración verdadera al Dios verdadero, poniendo propios sacerdotes, como dice aquí, para adorar a demonios. Y esta era la situación del Reino del Norte que muy pronto empezaría a afectar al Reino del Sur y empezaría a llenarse también la tierra de Judá de idolatría y de las mismas cosas que estaban sucediendo en el Reino del Norte. Entonces, en este contexto, Dios levanta a un profeta Y el Espíritu Santo, dice en el capítulo 15, viene sobre Asarías y va al encuentro de Asa y le explica la situación a Asa. Y le dice, la razón por la que el pueblo está como está es porque ellos se han levantado ídolos. Es porque ellos me han dejado afuera. Y como dice en el verso 3, por muchos días Israel estuvo sin Dios verdadero, sin sacerdote que enseñara y sin ley. Y aquí, hermanos, una de las preguntas que podemos hacer es, como he dicho al principio, ¿se puede vivir muchos días sin Dios? Sí, entre comillas. Es posible. A veces estamos en la vida cristiana asistiendo, leyendo la Biblia y haciendo un montón de cosas, pero realmente no estamos viviendo con una comunión, con una relación que deberíamos tener correcta con el Dios verdadero. A veces creo yo que llegan tiempos en la vida de un cristiano también donde hay sequedad, donde hay decadencia espiritual, y esto se vuelve nuestro nuevo estilo de vida. Y este pueblo estaba al menos está hablando aquí específicamente del Reino del Norte, pero el Reino del Sur estaba empezando a ser influenciado y empezando a ver esa realidad como su realidad. Entonces Dios manda a este profeta para decir, eso es lo que está sucediendo, por eso Dios no está con ustedes. Entonces, ¿qué sucede normalmente cuando una persona siendo cristiana o siendo creyente muchas veces puede pasar como esa tierra seca, como un poco indiferente al Señor, ¿sí? Como he dicho muchas veces, te da igual orar o no orar, leer la Biblia o tener comunión con la iglesia, con los hermanos, esas cosas suceden. Y aquí se nos dicen algunas cosas que podemos ver acerca de un corazón que está así. Por ejemplo, dice en el versículo 4, dice acerca de este pueblo. Pero en angustia se volvieron al Señor, Dios de Israel. Lo buscaron y se dejó encontrar. En aquellos tiempos no había paz. Y algo que Nosotros que conocemos al Señor en el tiempo de sequedad que está en nuestra vida experimentamos es angustia. Aquí dice también que hay un tiempo donde no hay paz, no hay tranquilidad, dice, sino con muchas tribulaciones. Y algo interesante de todo esto es que Cuando pensamos en la situación que estamos, y a veces, en este tiempo, creo yo por la pandemia, pero no solo por la pandemia, está siendo un factor común que, aún como cristianos, estamos varios días desanimados, varios días estresados, nerviosos. Y a veces creemos que todo se debe a la circunstancia en la que estamos pasando, que el coronavirus, que esto, que lo otro. Pero lo que aquí está diciendo es que la realidad de tu angustia y de que no tienes tranquilidad y de que estás andando de problema en problema, es porque has descuidado la relación íntima con el Señor. Y algo interesante que encontramos en este pasaje es que dice en el versículo 5, en aquellos tiempos no había paz. para el que salían y para el que entraba, estaban de tribulación en tribulación. Dice el versículo 6. Y era destruida la nación por nación, ciudad por ciudad, porque Dios, y ahí dice, porque Dios los afligió con toda clase de adversidades. Y eso es interesante. Porque cuando uno está pasando con desánimo, pruebas, falta de paz, Y uno se pregunta, ¿dónde está Dios? ¿Por qué estoy pasando esta situación? Lo interesante aquí es lo que dice este verso. Es Dios quien te está haciendo todas esas cosas. Es Dios quien te está quitando la paz. Es Dios quien te está quitando la tranquilidad. Es Dios quien te está poniendo en esa prueba. Es Dios quien te está angustiando. ¿Y con qué propósito? Dicen versos más adelante, con el propósito de que te vuelvas a Él. Y yo estaba pensando, a veces otra vez, días de mucho desánimo, días de mucha indiferencia, y a veces tratando de encontrar tratando de preguntar, nos preguntamos ¿por qué estoy así? y tratamos de encontrar responsabilidad muchas veces incluso en Dios de ¿por qué Dios no me ayuda? ¿por qué Dios no viene a mí? y lo que más bien Dios está diciendo tú has llegado a esta situación porque tú me has dejado a un lado como está diciendo aquí al pueblo pero lo interesante de este texto es que Dios en su misericordia manda un profeta y le dice la razón que han llegado a este contexto es porque Ustedes me han dejado. Ustedes se han levantado ídolos, como vamos a ver más adelante, y por eso están así. Entonces, esto fue algo que me llamó la atención porque estaba, no sé, pero creo que es este tiempo donde estamos corriendo de un lado a otro en un trabajo, haciendo una cosa, el mucho hacer, el poco dedicarte a pasar tiempo con el Señor, como dice acá, La mayoría de las veces estamos realmente estresados, en la casa gritando, desanimados, cualquier cosa nos irrita. Y algo que me llamó la atención es que aquí se describe en estos pasajes, en estos versos que vamos a ver, la razón por la que habían llegado de una manera progresiva a esta situación. Y hermanos, a veces no nos damos cuenta cómo es posible que nuestro corazón llegue a este punto. Pero aquí el profeta le va a explicar a Asa cómo es que el pueblo llegó a esta situación. Y es mi deseo, hermanos, que podamos ver esto y al mismo tiempo podamos tomar la determinación que Asa tomó en nuestras propias vidas para salir de esa situación. Este reino está dividido, como he dicho. El Reino del Norte es un reino malvado, pagano, pero había influenciado al Reino del Sur. Y el profeta les empieza a hablar del Reino del Norte. Israel estaba muchos días sin Dios, sin sacerdotes, sin ley, angustiado, sin paz, en problemas. Y viene en el versículo 7, que es este versículo de clave, de inflexión. Este es el versículo donde trae la promesa del profeta. Yo creo que este es el versículo para nosotros. Este es el versículo que nos da esta promesa también para nosotros. Y miren lo que les dice el profeta. Mas vosotros, asa, pero ustedes, y lo primero que les dice es, esfuércense. Segundo, no desmayen. Eso de manera literal es, no decaigan sus brazos, porque hay recompensa para vuestra obra. Esfuércense, no se desanimen, porque hay recompensa. Y algo que podemos ver en el verso 8, después de que esto sucedió, miren lo que dice el verso 8. Y cuando Asa oyó estas palabras y la profecía del profeta Asarías, hijo de Obed, se animó y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín y de las ciudades que había conquistado en la región montañosa de Efraín, entonces restauró el altar del Señor que estaba delante del pórtico del Señor. Y lo primero que nosotros podemos ver A veces hay mucho, ¿no? Pero uno sabe qué escoger y qué no en todo eso, pero tratando de ver algo que me llamó la atención, dice, toda esta profecía que había traído Asaría sobre Asa, dice el verso 8, Asa oyó estas palabras. El contexto que se nos marca es que el pueblo de Israel había dejado de oír la palabra de Dios. De hecho, ya no tenían sacerdotes que enseñaran la palabra. Pero Asa puso atención a las palabras del profeta Asarías. Y lo primero que esto nos está mostrando es la situación por la que estaban así y por la que muchas veces estamos así es porque por nuestra relación con la palabra de Dios. Asa Oyo prestó atención a Y eso es lo primero que me gustaría que podamos ver acerca de nuestra relación con la palabra de Dios. Por eso ahí en sus bosquejos dice, oyó la palabra del Señor. Puso atención. Y lo siguiente que nosotros tenemos en el verso 8 dice, y se animó. Y se animó. Algo que a veces cuando un hermano viene y te dice, anímate hermano, no te desanimes. Ya, no sé cómo tú te sientes cuando alguien te dice eso. Pero otra cosa es que venga un hermano y te dé una promesa del Señor y te diga, te quiero animar con esto. Muy diferente. No es que está mal el otro. Pero Asa no solo se animó y dijo, no, me voy a animar. O vino el profeta y le dijo, anímate, Asa. No, le dio una promesa. Y Asa, como puso atención a la promesa, dice, se animó en esa promesa. O sea, su ánimo no solo estaba en algo que en sí mismo él se autoanimó, sino que había un fundamento y era la palabra que había escuchado del profeta Sarías. En base a esa palabra, Asa se animó. Y algo que me llamó la atención es, dice, se animó y quitó todos los ídolos que vamos a ver más adelante, de toda la tierra de Judá. Asa entendía el contexto en el que estaba reinando y cómo la ciudad ya había llegado a tener tanta idolatría. Pero éste se animó, parece dar la idea de que Asa respiró profundo y aceptó el desafío de esforzarse y de no desmayar. ¿Cuál desafío? Bueno, hay mucho Hay mucha suciedad en Judá. Entonces Asa aceptó el desafío y dijo, bueno, yo voy a ir. Yo voy a ir casa por casa y voy a quitar, como dice acá, por toda la tierra de Judá, todos los ídolos que el pueblo se había levantado. Asa se animó. Asa escuchó con fe las palabras del profeta. y decidió, como tienen en el segundo punto, ir y quitar todos los ídolos que había levantado el pueblo. Y una de las primeras cosas, volviendo siempre como base en este versículo 7, donde dice, esfuércense, no desmayen. Hay muchas cosas en nuestra vida que requieren esfuerzo. Yo estaba meditando en por qué situación muchas veces hay indiferencia o sequedad de mi corazón y a veces echándole la culpa a Dios de por qué Dios no viene como muchas veces viene y nos llena de su presencia y estamos viviendo en total comunión, lo que Dios me estaba mostrando. Lo primero es, fíjate tu relación conmigo en la palabra. Ya no me estás escuchando como antes. Lo segundo, has levantado muchos ídolos en tu vida. ¿Qué es un ídolo? Un ídolo es aquello que ocupa nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestros pensamientos. Y ahora viene el profeta y les dice, esfuércense. Esfuércense y no se desanimen. Cuando uno mira, como pudo haber mirado hasta toda la región de Judá y ver toda la idolatría y decir, no, esto es imposible, no hay forma. Pero Asa aceptó el desafío y dijo, yo voy a ir casa por casa y aúnde las tierras que recién hemos conquistado y voy a quitar todos los ídolos. Y ahí se nos habla de ese adverbio, toda la tierra de Judá. Ese ánimo de Asa, esa confianza en la promesa de esa profecía de Asarías, penetró el corazón de Asa, que Asa estaba dispuesto a salir hasta el último rincón, pero antes de reconciliar la relación con ese Dios, primero tenía que limpiar la casa. Antes de comer en la mesa, primero había que limpiar la mesa. Y estaba evaluando Como sabemos, un ídolo no es nada y no produce nada. En el Salmo 115 nos habla y en muchos otros lugares acerca de los ídolos inútiles y los que lo hacen, dice, van a llegar a ser igual que ellos y los que confían en ellos van a llegar a ser igual que ellos. Pero una de las características que tiene un ídolo es que sí te aparta de la fuente de todo bien que es Dios. Y antes de la devolver a Dios, Asa sabía que primero tenía que quitar toda aquella basura que había el pueblo levantado. Y eso iba a requerir esfuerzo. Y yo estuve pensando, hermanos, pensemos en nuestro cotidiano. A veces decimos, no tenemos mucho tiempo, pero la verdad es que tenemos demasiado tiempo. Y simplemente los desperdiciamos en cosas que no aprovechan y que le quitan realmente el lugar de Dios. Entonces hay cosas que aquí lo primero que yo vi es que no podemos ser superficiales con estos ídolos. Una de las cosas que yo veo que más a mí me afecta y está afectando a nuestra sociedad es el uso de los dispositivos electrónicos. Es increíble. Por eso decía, yo creo que esto ya me ha hablado a Dios hace tiempo, y otra vez lo mismo. Tenemos una tendencia a abusar de algunas cosas que pueden ser usadas para bien, pero sin darte cuenta a veces puedes pasar horas y horas en el Facebook, horas y horas, o en otras cosas. Y uno dice, no sé por qué Dios estoy tan, me siento tan, como que no me amas, como que no estás, y no nos damos cuenta, de una manera tan sutil, que hay ídolos, hay cosas que se levantan en nuestra vida. Pienso también en este tiempo, entiendo que hay necesidad y hay preocupación por la salud, pero a veces pensando en nuestros negocios, en las cosas económicas, A veces hasta ni dormir nos dejan en cuanto al dinero y ver cómo podemos hacer esto, lo otro, lo otro. Estás durmiendo, tu mente sigue pensando, sigue pensando cómo voy a hacer esto. Y puedes ahí ya darte cuenta que eso es lo que ha desplazado a Dios de tu vida. Entonces, una de las primeras cosas, Asa puso atención a la palabra del Señor. Asa se animó y aceptó el desafío de evaluar su propia vida y evaluar al pueblo. Y lo siguiente que dice, quitó todos los ídolos. Y ahí dice, por toda la tierra de Judá y de Benjamín y de las ciudades que habían conquistado. Y eso nos habla de la determinación radical que Asa había tomado. Y yo creo que muchas veces Dios nos habla de esto, pero somos un tanto suaves con estas cosas. Toleramos algunas cosas, no creemos que es para tanto. Pero aquí estaba mostrando que estas pequeñas cosas o estas grandes cosas habían llegado a desviar al pueblo y ya se tomó la determinación de quitarlas. Y eso es algo que requiere esfuerzo y requiere que no desmayemos en eso. Algo que debemos tener en cuenta en el contexto es que el pueblo del norte había sido infiel vez tras vez al Señor, y ahora el profeta está viniéndole a animar a Hazá, a darle una promesa con la intención de que no sean iguales. Creo que si nosotros vemos en general el cristianismo, y vemos iglesia o comparamos iglesias o algo así, nos damos cuenta que cada vez la iglesia también está experimentando más esto. Es decir, cada vez el mundo está entrando más a la iglesia, al punto de que cuando vemos un hermano que es piadoso o espiritual tendemos a quererle ridiculizar. Entonces, yo creo hermanos que Tenemos que pensar en esto acerca de, como he dicho muchas veces, la irritación, el desánimo, el estrés, porque nosotros queremos culpar a todos o todos tienen la culpa de las cosas que estamos pasando. Pero lo que aquí está mostrando es que la raíz de todo eso es porque el pueblo había dejado a Dios y el pueblo se había empezado a llenar de sus propios ídolos. Y hay que pensar en esto. Y yo estaba, mientras escribía esto, yo puse ahí una frase, Señor, ayúdanos a ver los ídolos de nuestra vida y ayúdanos a tener la determinación de quitarlos. Yo creo, hermanos, que podemos estar en situaciones bien difíciles, económicas, de salud, pero cuando estamos bien arraigados en una intimidad con el Señor, es sobrellevable, hay gozo, hay paz. Pero como no estamos arraigados en el Señor y encima la situación, estamos destruidos. Y eso es la razón por la que la mayoría del tiempo, muchas veces, estamos desanimados, desanimados. Entonces yo quiero, primera cosa, poner en tu mente eso. Aquí hay una promesa, y aquí ayer con los jóvenes veíamos algo similar, pero en vez de la palabra esforzar, era la palabra perseverar. Si verdaderamente creíste en mí en el Evangelio de Juan, compartí a Eduard ayer, se va a mostrar por su perseverancia. Y aquí dice, esfuércense. Y siempre que veo esta palabra, esfuércense, en la Biblia, es porque no va a ser fácil. No es algo natural en nosotros mantenernos fiel a Dios. La tendencia siempre va a ser enfriarnos. La tendencia siempre va a ser apartarnos a que nuestro corazón se endure. Requiere esfuerzo. Obviamente, no un esfuerzo en nuestras propias fuerzas, pero un esfuerzo en dependencia del Señor. Pero no deja de ser esfuerzo. Y lo siguiente, la determinación a pedirle al Señor, si es que no te das cuenta, a ver qué cosas se han empezado a levantar en tu vida, que han empezado a ocupar tu tiempo y se le ha quitado al Señor. Y eso Dios le llama ídolos. ídolos. Yo, orando, Dios, empecé a encontrar respuestas y me di cuenta que el problema no estaba en Dios, sino que estaba en mí, que mi corazón se empezó a enfriar y endurecer porque habían cosas que yo había empezado a levantar, pero, como he dicho, en el caso mío fue algo muy sutil y eso a veces pasa. Hay cosas que nos preocupan mucho más que nuestra comunión y nuestra relación con el Señor. Entonces, Asa se animó quitó a los ídolos. Y después dice algo importante, dice... En el verso ocho dice, entonces restauró el altar. Entonces restauró el altar. Y ahora vamos a ver este segundo, este tercer paso que yo puse ahí, que es la restauración del altar y qué significa eso en nuestra vida. Pero antes de entrar a ver la restauración del altar, es bueno entender que ahí hay una palabra que dice, entonces restauró el altar. Solo entonces, no antes. Y algo que hay que ver ahí es que, y vamos a ver lo que es el altar, pero antes de entrar a la restauración del altar, es preciso quitar toda la idolatría de nuestra vida. Trabajar en esto, y sólo entonces, después de eso, podemos restaurar el altar. Y todo esto, ¿con qué ¿Con qué motivación? Otra vez la promesa decía, más vosotros esforzaos y no desmayéis, porque hay recompensa para vuestra obra. ¿Cuál era la recompensa que el profeta le estaba prometiendo en ese momento a Asa? La recompensa era esta, Dios se va a dejar encontrar por ustedes, va a venir. Y entonces, como vamos a ver más adelante en el versículo 15, Él se dejó encontrar por ellos y el Señor les dio tranquilidad por todas partes. La promesa no tanto tenía que ver con la bendición que Dios iba a traer, sino con experimentar nuevamente la presencia de Dios en sus vidas. Y eso es lo que yo creo que nosotros queremos cuando estamos en tiempos de sequedad o de desánimo. Nosotros queremos Creemos y sentimos a Dios en esos tiempos distantes, pero aquí el profeta está animando a Asa y por medio creo a nosotros para decir, esfuércense, quiten los ídolos, restauren el altar y sólo entonces el Señor va a venir. y ustedes van a experimentar su paz. Ustedes van a experimentar tranquilidad por todos lados. Entonces, Aza tomó el desafío, como hemos dicho, quitó los ídolos y sólo entonces, después de limpiar la casa, restauró el altar. Ahora, esta palabra altar no es tan... es más común en el Antiguo Testamento que en el Nuevo Testamento. He sacado algunas citas para ayudarnos a entender qué significa en nuestras vidas restaurar el altar. Lo primero, ¿qué es el altar? Es un lugar donde se celebraban ritos religiosos, sacrificios, ofrendas. En el Antiguo Testamento, para los hombres y mujeres de la Biblia, el altar era un montículo hecho de piedras normalmente y se utilizaba para hacer sacrificios de gratitud, celebración, de recordatorio, de entrega, de pedir perdón por pecados. El altar era comúnmente el lugar donde Dios se manifestaba, recordamos a Elías cuando estaba en este altar con los profetas de los Baales y donde Dios manifestó su presencia en esta ocasión lo hizo por el fuego que descendió, ¿sí? El altar, algunos ejemplos bíblicos del altar en el Antiguo Testamento fue con un altar que Noé celebró el fin del diluvio y el comienzo de la civilización. Fue con un altar que Abraham demostró a Dios ser obediente hasta el extremo. Fue por medio de un altar que Jacob celebró la nueva etapa de su vida después de tener el encuentro con Dios. Fue por un altar que Moisés celebró la victoria sobre Amalek. Fue por medio de un altar que Josué agradeció a Dios la victoria de Hai. Y así podemos seguir mostrando ejemplo tras ejemplo la importancia del altar en el pueblo, en el Antiguo Testamento. En palabras resumidas, ¿qué es el altar? El altar era de alguna manera el medio de comunicación con Dios, el punto de contacto. el punto de contacto. Y en esto que hermanos dice acá que el altar no era de haza, sino restauró el altar del Señor. Dios lo había instituido de esa manera que en ese lugar iba a manifestar relación, su comunión con su pueblo. Teniendo en cuenta este contexto del altar en el Antiguo Testamento, nosotros podemos aplicar a nuestra vida y decir, el altar en nuestra vida es el tiempo que dedicamos a estar en oración con Dios. El altar en nuestra vida es la lectura de la palabra en la cual nos comunicamos con Dios. El altar en nuestra vida es el tiempo que dedicamos a orar por otros e interceder a buscar sus rostros, su presencia. El altar en nuestra vida es el tiempo que apartamos para ser llenados de su espíritu. Es el tiempo, es el momento cuando tenemos a solas con Dios. Es el momento íntimo de adoración. Y este altar dice que estaba destruido. Este altar necesitaba ser restaurado y algo que nos da esa idea, esa palabra, es que si necesita ser restaurado es porque no siempre estuvo así. El altar antes no estuvo así, pero ahora está así y necesita ser restaurado. y habían consecuencias que habían traído porque este altar estaba arruinado. Y como hemos visto, el pueblo vivía en angustia, el pueblo tenía confusión. Al no haber un altar que se levantara para el Dios verdadero, entonces se levantaron altares para los dioses falsos. Y eso provocó a un punto incluso de llegar a una crisis económica, a una crisis económica del mismo pueblo. Turbación, angustia, el altar destruido. Entonces había que reconstruir el altar. Entonces aquí vemos, como he dicho, el altar es el medio de comunicación con Dios, es el punto de contacto. Y algo que este autor decía, muchas veces levantar un altar o reconstruirlo requería esfuerzo porque no eran piedras muy livianas. requiere esfuerzo, redificar, reconstruir un altar. Muchas veces cuando, si es que tienes tu tiempo con el Señor en las mañanas, y algunas mañanas te cueste mucho levantarte y llorar, entonces puedes recordar eso. Cuesta, ¿sí? No es algo que naturalmente nosotros lo queremos hacer cada mañana con gozo. Requiere esfuerzo, y no está mal. En esta semana, ese versículo, esta parte vino a mi mente cuando no quería levantar. Tenemos un perrito en casa ahora. Y él hace levantar muy temprano. Y cuando no quiero levantar, él llora más. Él llora más para levantarnos. Y yo estaba pensando, ¿por qué cuesta tanto levantarse? Y por qué a veces se puede ver como la lectura de la Biblia o la oración como algo pesado. A veces hay días así, y aquí estás diciendo, reconstruir el altar, reconstruir ese punto de contacto con Dios, muchas veces te va a costar, pero no por eso tienes que dejar de ir, cuesta, requiere esfuerzo. Otra vez, el altar es de Dios, y cuando no estamos con ese altar reconstruido, es que le estamos robando tiempo a ese Dios. asa, quitó los ídolos, limpió la casa, reconstruyó el altar, es decir, se esforzó, para nosotros es esforzarse en las disciplinas del Señor en la oración, con la intención de que Dios se deje encontrar y venga, y dice después en el versículo 11, y aquel día sacrificaron al Señor setecientos bueyes y siete mil ovejas del botín que habían traído. ofrecieron sacrificios. Una vez que el altar había sido reconstruido, empezaron a ofrecer sacrificios. Y algo que nos llama la atención es que la cantidad de animales que empezaron a sacrificar. Dice acá 700 bueyes y 7000 ovejas, pero ahí dice del botín que habían traído. Es decir, todos esos animales Dios se los había dado en la guerra anterior que Asa tuvo y recogieron de botín de sus enemigos. Entonces agarraron esos animales, que no eran todos, y sacrificaron para el Señor. Estaba pensando en esto. El altar, como decíamos hace rato, es un lugar donde hay sacrificio. Romanos capítulo 12, verso 1, un texto muy conocido dice, hermanos. Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino que transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Y yo estaba pensando en este texto, parecía como una explicación de lo que aquí en el Antiguo Testamento estamos viendo. Hermanos, presenten vuestros cuerpos como un sacrificio vivo, agradable. Vivo, santo, agradable al Dios, que es vuestro culto. Y la idea acá, después dice, no se conformen a este siglo, sino que transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. En pocas palabras, lo que el profeta Asarías le estaba diciendo a Asa, no se conformen al Reino del Norte. Presentense en sacrificio vivo al Señor, no se amolden a la religión pagana del Reino del Norte. Y eso les va a costar, y eso va a tenderles a desanimar. Tenían que hacer una demostración pública de la absoluta dedicación al Señor, y lo hicieron por medio de todos estos sacrificios. Pero eso en cuanto a un sacrificio de nuestra propia vida, nuestro propio cuerpo muchas veces. En Primera de Pedro, capítulo 2, verso 5, dice, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. ¿Y cuáles son estos sacrificios espirituales? En Hebreos capítulo 13, verso 15 dice, así que ofrezcamos siempre a Dios por medio de él, es decir, Jesucristo, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre, y de hacer bien, y de la ayuda mutua, y no olvidéis, de la ayuda mutua, no os olvidéis, porque de tales sacrificios se agrada a Dios. alabanza, ayuda mutua a los hermanos, pero todo esto requiere no sólo el hecho de la cantidad, ni el dinero, ni el tiempo que puede costar. El punto en todos estos versos es la intencionalidad, el corazón con que se ofrece esos sacrificios La misma idea con la que Jesús en Mateo 5 dijo que la persona que iba a ir a dar una ofrenda, un sacrificio al Señor, Jesús enseña en capítulo 5 del 23 al 24, antes de traer tu ofrenda, arregla tus cosas con tu hermano y después tráemelo. Antes de ofrecer sacrificio, primero quita los ídolos de tu vida y después trae tu sacrificio a mi altar y será grato para mí. En primera de Samuel, capítulo 15, del 22 en adelante, le dijo, se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas como en que se obedezca a las palabras de Jehová. Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey, hablándole a Saúl. Y en medio de todos estos versos, Dios está hablando acerca de los sacrificios que está esperando de su pueblo. Yo exactamente no sé. A veces estamos hablando a personas que no todos están en la misma situación. Algunos estarán luchando por no amoldarse. Algunos habrían dejado ya de tener una relación íntima con el Señor. Algunos ya no le dan la adoración que le corresponde. No sé exactamente dónde. Algunos están siendo rebeldes con algo que Dios ya les ha dicho que hagan y están haciendo un montón de cosas, pero no le están obedeciendo al Señor en lo que les ha dicho que hagan. Y aquí habla de muchas cosas en cuanto al sacrificio del Señor. Pero estos hombres dicen que fueron a la cabeza de asa y sacrificaron todo esto para el Señor. Y un verso que pasé en el verso 9 donde dice que antes de ofrecer el sacrificio reunieron a todo Judá, Benjamín y a todo Efraín, Manasé, Simeón que residían con ellos y muchos que se habían pasado del Reino del Norte al ver que Dios estaba con ellos. Y me hacía pensar acerca de los que están bajo nuestro cargo. Creo yo que cuando nosotros como padres, más que todo, nos enfriamos o empezamos a tener cierta indiferencia al Señor, eso afecta primero a nuestras esposas y después a nuestros hijos. Cuando tú empiezas a agarrar el teléfono todo el rato en casa, y ves después a tu esposa haciendo lo mismo, empieza a molestarte, pero tal vez no te das cuenta de que tú empezaste a desviar. Cuando ves a tus hijos que todo el tiempo ya casi no quieren ni leer la Biblia en casa, o ya no tienes el altar familiar con tus hijos en casa, te empieza a molestar, pero no te das cuenta que fuiste tú quien empezó a desviar. Y esto pensé en cuanto a Asa que reunió a todos y juntos fueron y ofrecieron sacrificio. Pero empezó por Asa. Y eso me hizo pensar como padres también a que muchas veces descuidamos el tiempo con nuestros hijos, con nuestras esposas, de poder enseñar primero en nuestra vida y después enseñarles a ellos acerca de la palabra del Señor. Estas semanas Estamos haciendo en casa homeschooling, la escuela en casa, y la materia como Biblia o como devocional la tenemos conmigo, entonces cada mañana obligatoriamente tenemos un devocional con los niños. Entonces me puse a pensar, ¿por qué tenía que ser obligatorio para que yo tenga cada día un tiempo con ellos? Y yo me puse a pensar, aunque no tendría eso, debería tenerlo. Y yo te animo a pensar en eso como padres acerca de la importancia de poder reunir, como he dicho, en tu altar familiar y poder enseñarles, poder compartir la palabra, poder tener un tiempo de oración como familia, cosas que se han descuidado. Y es tiempo de reconstruir, renovar eso. Eso es lo que Dios está pidiendo para luego de restaurar el altar, a ofrecer ese tipo de sacrificios al Señor. Y después de ofrecer esos sacrificios al Señor, dice, entonces hicieron un pacto. Hicieron un pacto, dice el verso 12, e hicieron un pacto para buscar al Señor, Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma. Y el que no lo buscara al Señor, Dios dirá, él moriría y fuera, ya sea pequeño o grande, hombre o mujer. Hicieron un pacto. Estaba pensando y encontré esto en una cita en internet acerca de lo que, para entender qué es hacer un pacto con el Señor. Un pacto es la mayor forma de compromiso y unidad entre dos individuos. En la Biblia entendemos como el hecho de encadenarse juntos. Un ejemplo muy claro es el matrimonio, que es más que un simple contrato. El pacto está por encima de todo contrato. Y desde tiempos muy lejanos se hacen diferentes tipos de pactos. Por ejemplo, en el pasado las personas intercambiaban espadas. De esa forma pactaban que si alguno venía en contra de uno o de los dos, terminaría enfrentándose a ambos. Era una forma de decir, mis brazos serán tus brazos, mi espada será tu espada. Otro ejemplo de pacto consistía en intercambiar sandalias. Significaba que estaban dispuestos a viajar tan lejos como fuera necesario para ayudar a sus amigos. Un pacto. ¿Y cuál fue el pacto que este pueblo había hecho? De buscar a Dios con todo su corazón y con toda su alma. Estaba pensando, ¿por qué Dios vio con agrado que el pueblo hizo pacto con ellos. Dice en el versículo catorce, además lo juraron al señor con gran voz, gritos, con trompetas, con cuernos y toda juda se alegró en cuanto al juramento porque habían jurado de todo corazón y lo habían buscado sinceramente. Hermanos, el título de este sermón otra vez es una renovación a la lealtad. y obviamente una lealtad al Señor. Y yo estoy pensando que estas renovaciones tienen que venir de cuando en cuando en nuestras vidas, porque tenemos la tendencia, como he dicho, a vivir de la manera que aquí Hazza lo entendió. Indiferentes a la palabra, se habían llenado de ídolos, el altar destruido, ya no ofrecían sacrificios y era necesario hacer un pacto nuevamente con el Señor. Y no un pacto. Entiendo lo que dice la palabra cuando dice que mejor es no hacer promesas que hacerlas y no cumplirlas. Entiendo eso. Pero a pesar de todo esto, Dios yo creo que nos está llamando a nosotros de una manera personal y como iglesia a hacer un pacto con el Señor. y un pacto que tiene que ver con lo que aquí el pueblo había hecho, de buscarle, pero no buscarle de una manera superficial. En Salmos, en el devocional esta semana, me tocó un versículo en el Salmo 115, déjenme ver si está ahí. No, no está. En el Salmo 145, el verso 17, dice así, justo es el Señor en todos sus caminos y bondadoso en todos sus hechos. El Señor está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan de verdad. Cumplirá el deseo de los que le temen. También escuchará su clamor y los salvará. Un pacto de aquellos que realmente van a buscar a Dios, pero lo van a hacer de verdad. Y todos estos hechos que nosotros vemos que Asa hizo con el pueblo, demostraron que realmente estaban buscando a Dios de verdad. Esto no se soluciona con una simple oración de decir, Señor, te necesitamos. Dios lo que está llamando aquí es hay cosas que hay que reconstruir, que hay que arreglar primero. Y eso demostrará la veracidad de tu búsqueda hacia mí. Y cuando me busques de verdad, como dice más adelante, entonces dice el verso 15, Él se dejó encontrar por ellos y el Señor les dio tranquilidad por todas partes. Más adelante hablando de lo mismo en el capítulo 14 dice, Y edificó ciudades fortificadas en Judá, ya que el país estaba en paz y nadie estaba en guerra con él durante aquellos años porque el Señor le había dado tranquilidad. dijo pues a juda edifiquemos estas ciudades cerquemos la de murallas con torres puertas barras la tierra está la tierra es aún nuestra porque hemos buscado al señor nuestro dios y le hemos buscado y él nos ha dado tranquilidad por todas partes edificaron pues y prosperaron cuando uno si ustedes lo leen en casa se van a dar cuenta que el problema aún había repercutido en la parte económica de este pueblo. Y aquí como dice, no solo trabajó en sus propias vidas, experimentando la tranquilidad, ya dejando la angustia, sino que también sus canastas mejoraron. La prosperidad llegó a su casa. Y esta semana, de manera muy especial, Nosotros no creemos en el evangelio de la prosperidad. Sin embargo, nosotros también entendemos que cuando la presencia de Dios viene a nuestra vida, con su presencia viene su bendición. Eso es innegable. Y de mucho tiempo estaba pensando en que nuestro Dios tiene el deseo de bendecirnos, más allá de lo que nosotros tenemos de pedirle. Y las riquezas de nuestro Dios son inagotables, como nosotros sabemos. Pero Dios, antes de traer su presencia y su bendición a nuestra vida, está esperando que nosotros hagamos estas cosas. Quiten los ídolos, restauren el altar, y ofrézcame sacrificios dignos de mí. Y hermanos, yo quiero animarles con eso porque el punto de todo esto, creo, es restaurar el altar. restaurar el altar, una búsqueda genuina del Señor. Y para eso, hermanos, yo, estamos en un tiempo de, de a veces, tenemos tantas cosas que hacer. Y lo más rápido para sacrificar siempre es el tiempo con el Señor. Siempre. Si hay algo que vamos a sacrificar, casi siempre es el tiempo con el Señor. ¿Y por qué digo eso? Por ejemplo, tienes mucho trabajo, tienes cosas que hacer, entonces te tienes que quedar hasta muy tarde en la noche. Y si te quedas hasta muy tarde en la noche, entonces al día siguiente cuesta levantarse. Y como cuesta levantarse, ya es difícil orar, es difícil tener un espíritu correcto para leer la Biblia. Y así empiezan a pasar, y uno empieza a engañarse a sí mismo, es que tengo cosas que hacer, es que tengo que hacer. A veces, hermanos, tienes que dejar eso a un costado, ir y acostarte temprano para levantarte renovado y realmente buscar genuinamente la presencia del Señor. En este tiempo donde realmente estamos corriendo de un lado para otro, Entonces creo que ese es el deseo de nuestro Dios, de que realmente de manera individual, como he dicho, secreta, hagamos un pacto de que este pueblo hizo. ¿Y qué pasó cuando hicieron ese pacto? Como he dicho, ya Dios se había dejado encontrar, ya Dios había traído su bendición a ellos. aún pensando en nuestros negocios, no mejora más cuanto más descuidamos al Señor y más tiempo le dedicamos a eso. Más bien es al revés. Más bien es al revés. Entonces, quería animarles en esto. Creo yo que la raíz, como he dicho al principio del desánimo y el estrés, no tienen que ver mucho con las circunstancias, sino con esta realidad espiritual entre nosotros y Dios. y es un llamado a una renovación de lealtad y todo lo demás puede esperar, todo lo demás puede esperar y realmente hermanos ese es el camino para el bien para nosotros y para nuestra casa y aún para nuestra economía entonces mi ánimo es a eso, a que puedan recordar o meditar qué cosas han empezado a levantarse en nuestras vidas, y es necesario ser radicales con eso, hermanos. Como he dicho, para algunos será teléfonos, televisión, pasatiempos, fútbol, no sé, tantas cosas que incluso no necesariamente pecados, pero han empezado a reemplazar cosas, quitándole al Señor. Un altar destrozado, ¿no? nuestra comunión con Dios. A veces sí, a veces no. Una semana sí, una semana no. Ya no puede continuar de la misma manera. Y todo esto, el llamado, es esfuércense. ¿Qué quiere decir? Les va a costar. No desmayen. La tendencia a mantenernos en esa posición. Porque hay recompensa. Y la recompensa es la presencia de Dios en nuestras vidas. Y con Él, su bendición. Su bendición. Eso es lo que espero recordar, porque yo estoy seguro que de aquí a unos meses vamos a necesitar nuevamente recordar qué es lo más importante en nuestra vida, qué es lo que genera bendición, qué es lo que realmente conviene. Vamos a orar. Señor, gracias por este texto y gracias porque también nos muestras ¿Por qué el desánimo en nuestra vida? ¿Por qué la sequedad que tenemos? Pensando muchas veces que se debe a que tú no nos visitas y no nos damos cuenta, Señor, que nosotros hemos levantado murallas, Señor. Ayúdanos, Señor, en lo que hemos estado hoy día compartiendo. Ayúdanos realmente, con sinceridad, a pensar en las cosas que necesitamos quitar definitivamente de nuestra vida, cosas que nos apartan de ti, que nos alejan de ti. Ayúdanos, Señor, a reconstruir nuestro altar. Ayúdanos, Señor, a ser intencionales con esto y nuestra comunión contigo. Ayúdanos, Señor, a que nuestro sacrificio no solo sea algo de labios para afuera o algo solo de dinero o algo así, sino más bien que pongamos nuestro corazón en eso. Ayúdanos, Señor, a recordar las cosas que ya nos has pedido y que estás esperando en nosotros para que lo hagamos. Ayúdanos, Señor, muchas veces que creemos entender que el camino para ir arriba tiene que ser hacia abajo en la humillación y lo que hemos ido aprendiendo. Tu palabra es poderosa, como decía el pastor, y estos versos, Señor, que tan sencillos, pero que nos ayudan a ver algo que para ti es tan importante, la relación contigo. Te pido por nuestra iglesia que este año también sea así, un año de constante consagración, un año de renovación, Señor, un año de frescura, de tiempo de comunión contigo, Señor. Y gracias porque en medio de la debilidad se queda pecado lo que sea mandas tus profetas mandas tu palabra para decirnos que la razón por la que estamos así es por eso gracias porque porque no nos dejas así señor gracias porque nos exhortas y nos animas y nos y te aseguras de que volvamos al camino correcto gracias por eso señor porque si no fuera así nosotros permaneceríamos en el pecado, en la indiferencia. Gracias por los hombres, gracias por tu palabra que tú usas para sacarnos de esa situación. Gracias por tu amor tan grande, Señor. En el nombre de Jesús. Amén.
Una renovación de lealtad
Series Varios
Bosquejo:
I. Oyó la palabra
II. Se animó
III. Quitó los ídolos
IV. Restauró el altar
V. Ofreció sacrificio
VI. Hizo un pacto
Escrituras tomadas de:
La Biblia de las Américas® (LBLA®), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.LBLA.com
Y
REINA-VALERA 1960 (SPANISH), Santa Biblia, Reina-Valera Revisión de 1960 (RVR60), © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960.
Sermon ID | 33023204766573 |
Duration | 1:01:15 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Chronicles 15:1-19 |
Language | Spanish |
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