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Si tienen sus Biblias, por favor háblenlas conmigo a Colosenses capítulo 1. Vamos a leer desde versículo 1 al 12 de Colosenses capítulo 1. Colosenses 1, 1 al 12. Eso es la palabra de Dios. Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas, gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del Evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad. Como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu. Por lo cual, también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría e inteligencia espiritual. ¿Para qué? Andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios, fortalecidos con todo poder conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad, con gozo dando gracias al Padre, que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. Amén hermanos. Esta mañana estamos siguiendo o continuando con nuestro estudio, nuestra serie en el libro de Colosenses, la epístola de Pablo a los Colosenses. Y en esta serie hemos ya cubierto los versículos uno al ocho y hemos hablado de gracia y paz, de fe, amor y esperanza, de la palabra verdadera del evangelio, de la iglesia, hablando de Pafras el fiel ministro, Entonces, en este sermón, y los sermones siguientes, vamos a estar hablando de los versículos 9, en particular versículo 9, y también versículo 10. Porque en esos versículos, Pablo menciona una petición. Pablo y Timoteo han oído por medio de epafras del estado espiritual de los colosenses, que han recibido el Evangelio, etc., que han creído en Jesucristo, que tienen fe, amor y esperanza. Conocen la gracia y paz del Señor, etc. Que Epafras es un fiel ministro. Y habiendo oído ese informe de Epafras, Pablo está orando por los colosenses. ¿Y cuál es su petición? ¿Cuál es la petición de Pablo? Noten en el bosquejo he puesto petición. Colosenses 1, 9 al 12, dice, por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, todo acerca de los colosenses, no cesamos de orar por vosotros y de pedir cuál es su petición, que seáis llenos del conocimiento de su voluntad. está pidiendo a Dios que los colosenses sean llenos del conocimiento de la voluntad de Dios. Eso es su petición. Pues, ¿qué es su voluntad? Si los colosenses deben ser llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, ¿qué es la voluntad de Dios? Pues eso será el tema del sermón. Pero antes de entrar en el sermón, noten conmigo que la petición de Pablo tiene un propósito. Quiere que sean llenos del conocimiento de la voluntad de Dios. ¿Para qué? La petición tiene un propósito. ¿Cuál es? para que andéis como es digno del Señor, y luego describe la manera en que uno vive como es digno del Señor, agradándole, llevando fruto, creciendo, siendo fortalecidos, dando gracias, etc. Entonces, si el Señor les dé a los colosenses que sean llenos del conocimiento de su voluntad, Esa petición tendrá un propósito o tendrá un efecto y cual será que anden como es digno del Señor. Entonces, el conocimiento que van a recibir o que Pablo está pidiendo que reciban, ese conocimiento, algo que conocen, no será simplemente conocimiento y nada más. Será un conocimiento que cambiará sus vidas y sus vidas serán cambiadas por medio de ese conocimiento. Les moverá a vivir sus vidas en una manera distinta. ¿Cuál manera? Como es digno del Señor, agradándole y llevando fruto, etc. Entonces, la voluntad de Dios Cambia la vida del creyente. La petición tiene un propósito. Entonces, la voluntad de Dios es importante, ¿no? Claro que sí. Muy importante. Fundamental. Básico. Y no podemos vivir la vida cristiana responsablemente sin un entendimiento básico de la voluntad de Dios. Entonces, esto nos lleva a varias preguntas sencillas que les he dado en un bosquejo. Y vamos a empezar con la primera pregunta, porque Si este tema es importante, fundamental, etc., queremos saber qué es la voluntad de Dios. Entonces, número uno, ¿qué es la voluntad de Dios? Y la voluntad de Dios refiere a dos cosas. Dos cosas similares, pero diferentes. Refiere a lo que Dios hará o lo que Dios manda que nosotros hagamos. Dios actúa conforme a su propia voluntad. Dios actúa conforme a su propia voluntad, es decir, hace lo que Él quiere. Dios hace lo que Él quiere. Dios nunca hace algo porque alguien le hizo hacerlo, ¿verdad? Dios decretó todas las cosas antes de que existió el tiempo. Dios es soberano, omnipotente. Dios actúa conforme a su voluntad. Entonces, a veces hablamos de la voluntad de Dios y estamos hablando de lo que Dios hará, lo que Dios ha decretado, etc. En ese sentido, usamos la frase, la voluntad de Dios. Pero en otros casos, muy comúnmente, estamos hablando, cuando usamos esa frase, estamos hablando de lo que Dios ha mandado que nosotros hagamos. La voluntad de Dios para los creyentes es lo que Dios ha mandado que debamos hacer, ¿verdad? Déjenme darles algunos ejemplos de las escrituras para demostrar de dónde proviene esa distinción entre la voluntad de Dios en el sentido de lo que Él hará y la voluntad de Dios en el sentido de lo que Él quiere que nosotros hagamos. Entonces, ya puse los versículos en el bosquejo para que todos nosotros podamos leerlos juntos. Y el primero El versículo probablemente más común en ese tema es Deuteronomio 29, 29. Dice así, Las cosas secretas pertenecen a Jehová, nuestro Dios, mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. Moisés nos da dos cosas diferentes. Las cosas secretas que no conocemos son secretas, y las cosas reveladas que debemos obedecer o guardar, etc. Entonces, nuestro deber, la obligación del individuo, ¿cuál es? Cumplir las palabras de la ley, las cosas reveladas, lo que Dios manda que hagamos. Y lo que Dios hará, pues no nos ha dicho todas las cosas que Él hará, y no nos pertenece, no somos Dios. Entonces hay una distinción entre lo que Dios hará y lo que debemos hacer nosotros. Ahora, Efesios 1.11. Eso es un ejemplo de la voluntad de Dios en el sentido de lo que Dios quiere y lo que Dios hará. Efesios 1.11. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad. Pablo está diciendo que Dios hace Algunas cosas conforme al designio de su voluntad o todas las cosas? Todas las cosas. Dios actúa como quiere, cuando quiere, etc. Dios hace lo que Él hará. Y no hay nadie que puede impedir a Dios. Cumplirá toda su voluntad. Ahora Mateo 6, 10. Mateo 6, 10. Venga tu reino Hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra. Hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra. En el cielo, todo lo que Dios manda se hace. No hay desconexiones entre lo que Dios manda y lo que sus siervos hacen en el cielo. Entonces, cuando pedimos que sea así en la tierra, estamos pidiendo que la raza humana actúe en una manera que se conforma a la voluntad de Dios. Que los hombres aquí obedezcan así como eres obedecido en el cielo. Entonces, estamos hablando de lo que Dios manda que hagamos nosotros. Que sea así en la tierra como es en el cielo. Entonces, la voluntad de Dios, en este caso, no es lo que Dios hará, sino lo que Dios manda que sus criaturas hagan. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Venga tu reino, que tu autoridad sea establecida, no en el sentido que Dios no tiene autoridad, sino que los efectos de su autoridad se manifiesten en las vidas de los hombres obedeciendo sus mandamientos, etc. No es que Dios tiene una falta de autoridad o poder, sino que los hombres no obedecen su autoridad y poder. Mateo 7.21 No todo el que me dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. ¿Cuál de los dos es esa frase aquí, la voluntad de mi Padre? ¿Es lo que Dios hará o lo que manda que nosotros hagamos? El que hace la voluntad de Dios, lo que nosotros debemos hacer, ¿verdad? y los que guardan sus mandamientos entrarán en el reino de los cielos, no por su obediencia, sino por su fe. Sin embargo, los que tienen fe verdadera guardarán los mandamientos de Dios. Entonces, los que hacen su voluntad son los que demuestran su identidad, los que entrarán en el reino de los cielos. Ahora, sigamos al último ejemplo, y es igual al ejemplo que hemos leído ahora. Primero de Juan 2, 16 al 17. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida no proviene del Padre sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Eso es igual al ejemplo de Mateo 7. Hay un contraste aquí en 1 de Juan entre los deseos de la carne, lo que el hombre o el mundo quiere o hace, y lo que Dios nos manda que debamos hacer, ¿verdad? Entonces eso es otro ejemplo de la segunda opción, lo que Dios manda que hagamos, es la voluntad de Dios. Entonces, si yo estoy preguntándome, o otra persona preguntándome, ¿qué es la voluntad de Dios? Quiero ser lleno del conocimiento de la voluntad de Dios. ¿Qué es? Pues, es lo que Dios hará, o lo que Dios manda que hagamos. Es sencillo, básico, pero importante. Y hemos visto de las Escrituras esa distinción. Entonces, sigamos a la siguiente pregunta. Número dos. Pregunta número dos en el bosquejo. ¿Nos ha revelado Dios su voluntad? Pues, depende de cómo estamos hablando. ¿Estamos hablando de lo que Dios hará? ¿O lo que manda que hagamos? Depende, ¿verdad? Dios no nos ha revelado todas las cosas que Él hará. Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro, ¿verdad? Entonces, sabemos mucho, sabemos el plan final. No es que no sabemos absolutamente nada de lo que Dios hará. Sabemos cómo termina la historia, ¿verdad? Entonces sabemos bastante para confiar en Dios. También le conocemos su carácter, su perfección, etc. Pero en general, hablando de la providencia del mundo y todas las cosas que están pasando en el mundo, no sabemos todas las cosas que Dios está haciendo o todas las cosas que Dios hará, no nos pertenecen las cosas secretas, entonces no nos ha revelado Dios su voluntad en ese sentido de lo que Él hará. Si estamos hablando de lo que Dios manda que hagamos, ¿nos ha revelado Dios su voluntad? ¡Claro que sí! ¡Sí! ¡Absolutamente! ¿Nos ha dado Dios mandamientos? ¡Sí! ¡Claro que sí! Entonces, cuando Pablo dice, en Colosenses 1, que está orando que los colosenses sean llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, ¿a qué está refiriéndose Pablo? ¿Está pidiendo a Dios que los colosenses sean llenos del conocimiento de todas las cosas que Dios hará? No, no tenemos acceso a eso. ¿Está pidiendo Pablo que sean llenos del conocimiento de todos los mandamientos y la voluntad de Dios en el sentido de lo que Él manda que hagamos? Sí, claro que sí. Claro que sí. Y si la voluntad de Dios se refiere a lo que Dios manda que hagamos, Y si Pablo está diciendo que siendo lleno de ese conocimiento causa que andemos como es digno del Señor, todo cabe perfectamente, ¿verdad? Si conocemos lo que Dios quiere que hagamos, andaremos como es digno del Señor, ¿verdad? Entonces, tenemos una confirmación de nuestra interpretación de esas palabras y esos versículos. Vamos a ver en otros capítulos de Colosenses que eso es muy importante. Si tienen sus Biblias y están abiertas, vayan conmigo a capítulo 2 de Colosenses. Capítulo 2 de Colosenses. Para un cristiano es muy importante conocer la voluntad de Dios para poder caminar en sus caminos, para obedecer sus mandamientos. Es importante en general. Pero Pablo tiene una motivación o tiene un propósito más polémico. Está atacando a una falsedad con esa enseñanza. y vamos a ver aquí en Colosenses 2 que había falsos profesores o por lo menos influencias falsas en la iglesia que estaban intentando añadir leyes a los cristianos y si la voluntad de Dios es lo que Dios manda que hagamos y si alguno otro quiere añadir y estamos confusos necesitamos ser llenos del conocimiento de la voluntad de Dios Leamos Colosenses 2, 20 al 23. 20 al 23. Dice, pues si habéis muerto con Cristo, en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieses en el mundo, os sometéis a preceptos? Eso es una palabra importante. Está diciendo, si Cristo te ha librado te ha comprado ¿Por qué están sometiéndose a otra autoridad, otros preceptos? Tales como no manejes, ni gustes, ni aun toques, en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres, cosas que todas se destruyen con el uso. Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría, en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo, pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. Entonces, ¿por qué está orando Pablo que sean llenos del conocimiento de la voluntad de Dios? Porque había personas diciendo que tú tienes que hacer esto, Y esto, y esto, y esto, para conquistar a los deseos malos de tus cuerpos, y así afligiéndote a tu cuerpo, así serás librado de no sé qué, no sé quién, no sé cuándo. Y Pablo está diciendo, esas cosas suenan sabias, pero no son. Tienen una reputación de sabiduría en culto voluntario, Pero no tienen que hacerlos. No son necesarias. No deben someterse a los mandamientos y doctrinas de hombres. No deben someterse a preceptos tales como no manejes, ni gustes, ni aun toques. Entonces, la voluntad de Dios es importante porque el mundo quiere engañarnos con otros mandamientos. Tienes que hacer esto 15 veces para quitar el pecado. ¿Cómo puede ser? Es imposible. No, esos mandamientos no se aprovechan de nada. Y la iglesia cristiana ha sido atacada por toda su existencia, personas así que aún por medio de su autoridad, un ejemplo de la iglesia católica que ha añadido tantas leyes a la vida cristiana y debemos tener una cierta tristeza por los que piensan que están pecando, no obedeciendo a obispos cuando los obispos no tienen la autoridad para darles esas leyes que no son leyes, etc, etc, etc. Y así los hombres se someten a las doctrinas y los mandamientos de los hombres, tienen un yugo de culpa, se sienten pecaminosos, y Pablo les diría, si Cristo les ha librado, ¿por qué se someten a los preceptos y mandamientos de los hombres? Al contrario, deben ser llenos del conocimiento de la voluntad de Dios. Entonces, esas cosas son muy importantes. Muy importantes. Y debemos tener mucho cuidado pensando, yo necesito someterme a la voluntad de Dios. Y por eso necesito conocer la voluntad de Dios. ¿Qué es la voluntad de Dios? Porque yo no puedo darles mandamientos No tengo autoridad. Soy un ministro. El ministro entrega lo que ha recibido, ¿verdad? Hay autoridades sobre yo. Entonces, cuando les digo, cree esto o hace esto, ¿estoy apelando a mi autoridad? No, estoy diciendo, la palabra de Dios dice así. Traducción, eso es la voluntad de Dios. Y si obedecen o si creen es porque están obedeciendo o creyendo a Dios, no al pastor. Aunque Dios obviamente usa sus pastores, pero no infaliblemente. Entonces, nuestro deseo en total es que estemos sometidos a Dios y su voluntad. Entonces, si es tan importante que estamos sometidos a la voluntad de Dios, debemos preguntar, pregunta número tres, ¿dónde nos ha revelado Dios su voluntad? Si es tan importante seguir, obedecer, conocer la voluntad de Dios, ¿dónde me ha revelado Dios su voluntad? Es una pregunta muy importante. La respuesta, en las Escrituras. Dios nos ha dado sus mandamientos, su voluntad, en las Escrituras. Sin embargo, no todos los mandamientos de las Escrituras nos pertenecen. ¿Verdad? No todos. Si encuentras un mandamiento desde Génesis a Apocalipsis, ¿tienes que obedecer aquel mandamiento? Pues depende, ¿verdad? Depende. Vamos a hablar de eso. Es necesario, entonces, distinguir entre la ley moral y las leyes positivas de las escrituras. Déjenme explicar la ley moral y las leyes positivas. Déjenme decir esto. Es nuestro deber guardar todos los mandamientos de Dios. ¿Verdad? Todos los mandamientos. ¿Está bien el hermano? ¿Está bien? Sí, sí. Sí, está muy bien. Estoy preguntando para que podamos ayudar si necesito ayuda. Gracias. Entonces, estamos diciendo que debemos guardar todos los mandamientos de Dios. La pregunta entonces es, ¿cuáles mandamientos nos ha dado Dios? ¿verdad? Y les estoy diciendo, yo les estoy diciendo, que Dios nos ha dado la ley moral y leyes positivas. Y voy a explicar la diferencia o el significado de esos términos. La ley moral, ¿cuál es? La ley moral significa la ley natural o la ley de naturaleza. La ley que no cambia, es universal y aplica a todos los hombres, todas las mujeres, en todo el mundo, en todos los tiempos. No matarás, no hurtarás, etc. No tendrás dioses ajenos. Esos son mandamientos para tú, para yo, para cualquier persona. Podemos visitar cualquier país, en cualquier parte del mundo, y ellos deben estar guardando esos mandamientos. ¿Dónde puedo encontrar la ley moral de Dios? En los 10 mandamientos. Y no es que los 10 mandamientos cubran la ley moral completamente, sino que se resumen la ley moral en 10 mandamientos. de Adán, a los israelitas, a los apóstoles, a nosotros, los 10 mandamientos son universales. Y podemos ver, aún en las leyes de los gobiernos del mundo, que en las sociedades hay muchas leyes comunes. No hurtarás, no matarás, etc. Entonces, esa ley está en el hombre por naturaleza, y nosotros detenemos esa ley y violamos esa ley, pero existe. El hombre sabe que hay bueno y malo, que ciertas cosas son justas y otras injustas. Entonces la ley moral es universal para todos. Entonces una parte de siendo llenos del conocimiento de la voluntad de Dios es conociendo los 10 mandamientos. Los 10 mandamientos. nos pertenecen, nos aplican, nos comunican la voluntad de Dios. Entonces, si quieres andar como es digno del Señor, conociendo y obedeciendo su voluntad, el primer paso, clase número uno, primer paso, el primer día de la primera clase en la escuela de cómo obedecer a Dios, es conocer, memorizar y obedecer los diez mandamientos de Dios, porque son universales. son para todos los hombres, nosotros incluidos. Y no pienses que eres maduro espiritualmente si no conoces esas leyes. Si eso es el primer paso, la cosa más básica en la obediencia del creyente, no podemos pensar que somos maduros si no conocemos esas leyes. Y no pienses que eres maduro si Conociendo esas leyes, no las guardas. No importa si me puedes contar o repetir los 10 mandamientos si no están cambiando tu vida. ¿De qué aprovecha conocer la ley de Dios si no la guardamos? No vale nada. La petición de Pablo tiene un propósito, ¿verdad? Está orando que sean llenos del conocimiento de Dios para que anden como es digno del Señor. Donde nos ha revelado Dios? Su voluntad en las Escrituras, en particular los 10 mandamientos. Pero Dios nos ha dado más lees que los 10 mandamientos. Dios nos ha dado otras leyes y Dios siempre ha dado otras leyes a sus pueblos o a su pueblo. Y esas leyes se llaman leyes positivas. Leyes positivas. Y las leyes positivas no son buenas o malas en sí mismas. No son buenas o malas. Pero Dios las da a su pueblo para que sepan cómo adorar a Dios, cómo actuar siendo su pueblo. Déjenme explicar más las leyes positivas. Dios mandó a Adán diciendo, de todo árbol del huerto podrás comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Dios está prohibiendo que Adán comiese de un árbol en particular. ¿Por qué? ¿Por qué lo prohibió Dios? ¿Por qué era malo su fruto? No. ¿Por qué era malo el árbol? No. ¿Por qué era malo la acción de comer del fruto del árbol? En sí, no. Entonces, ¿por qué lo prohibió Dios? Porque formó una parte del culto del huerto. Formó una parte de la vida de Adán en el huerto. lo prohibió como una parte de sus responsabilidades y con el propósito de probar la obediencia de Adán y Eva. Entonces, si nos enfocamos exclusivamente en el árbol y su fruto, vamos a estar confusos. ¿Por qué prohibió Dios ese árbol? Y en cuanto a una ley positiva, no depende de la cosa. Lo importante es que Dios lo mandó. El mandamiento de Dios. Entonces, para Adán y Eva, cuando la serpiente dijo, ¿Con qué os ha dicho Dios? Etcétera, etcétera, etcétera. No importa cómo me parece el fruto. Eva vio el fruto que era bueno para comer, etcétera. No importa el fruto. Lo que importa es que Dios ha mandado. La ley en sí misma, no comáis de ese árbol. La ley en sí misma no es bueno o malo. Es una ley positiva. Entonces, tú y yo, ¿nos pertenece la ley, no coméis del árbol de la ciencia, etcétera? No, no nos pertenece. No estamos en el huerto. No estamos de aquel tiempo, etc. Es de otro tiempo, otro pueblo en un sentido. Otro ejemplo. Dios le dio a Abraham el mandamiento de circuncisión. Y le dijo que tienes que circuncidar a todos los hijos después de ocho días. Exactamente ocho días después. No puede ser diferente. ¿Es que sería pecado para todo el mundo no circuncidar a un hijo? No. Sería pecado para todo el mundo circuncidar. En otro día, no. Entonces, no hay pecado en la cosa misma, sino Dios ha mandado una ley positiva para un propósito, para separar a Israel de todo el mundo. Pero si nosotros nos enfocamos en la ley, aunque eso es una ley que no queremos enfocarnos, tenemos que pensar en el mandamiento de Dios y no en la cosa misma. No es una obligación de todo el mundo hacer eso a los hijos, ¿verdad? Ni es pecado no hacerlo. Otro ejemplo, el bautismo. Un no creyente, ¿debe un no creyente ser bautizado? No. ¿Está pecando el no creyente cuando no recibe bautismo? No. ¿Por qué? Porque el bautismo es para los creyentes, pertenece a un pueblo particular. Obviamente, un creyente debe arrepentirse y creer, y luego ser bautizado, pero el bautismo es para un pueblo particular de Dios. Estoy diciendo todo esto, hermanos, para explicar esto. ¿Dónde nos ha revelado Dios su voluntad? en las Escrituras, en los 10 mandamientos, y en otras leyes en particulares, pero no todas las leyes de la Biblia, porque hay ciertas leyes que pertenecían a otro pueblo en otro tiempo. Y nosotros también tenemos leyes positivas como el bautismo, la cena del señor, los sermones acerca de la iglesia, la estructura de la autoridad, las responsabilidades de los miembros. Todo eso son leyes extras o positivas que tenemos que obedecer en obediencia a Dios, pero no son leyes morales que aplican a todo el mundo. No podemos tropezarnos en los mandamientos en sí, sino tenemos que obedecer a Dios. Si Dios dice hacer algo, lo hacemos. En las Escrituras encontrarás todas las cosas que Dios nos manda que hagamos. La ley moral y las leyes positivas. Todo. Todo, todo, todo. Una aplicación muy importante de eso, hermanos, es que debemos tener mucho cuidado con la manera en que hacemos decisiones y planes. Hay muchos que dicen, creo que esto es la voluntad del Señor para mi vida. Escuchen la frase, creo que esto es la voluntad de Dios para mi vida. Están hablando del decreto de Dios y lo que Dios hará o lo que Dios ha mandado. Porque si están hablando de lo que Dios hará, no sabemos, ni podemos saber qué es la voluntad de Dios para mi vida en ese sentido. Entonces, eso no puede ser la fuente de mis decisiones. Si están diciendo, creo que Dios me ha permitido o mandado tal cosa, les diría, ¿por qué me están diciendo, creo, Dios lo mandó o no lo mandó? No hay confusión. Está claro. Pero muchas personas quieren hacer decisiones y planes con sentimientos. Creo que el Señor me está dirigiendo a... Creo que es la voluntad de Dios para mi vida hacer tal cosa, etc. Y yo quiero decir, hermano o hermana, Dios nos ha dado su voluntad en la palabra de Dios. Y nos ha dicho, haz tales cosas, no hagas tales cosas, Pero hay un reino, una esfera, un espacio de libertad también en cosas que no son buenas o malas. ¿Qué tipo de carro debes comprar? No hay pecado en ese carro y justicia en otro carro. Son carros. ¿Qué tipo de pasta, qué tipo de pizza debo comprar? No sé, ¿qué quieres? ¿Cómo te sientes? Entonces, si estamos haciendo decisiones y planes, y queremos conocer la voluntad de Dios, quita de tus mentes los sentimientos porque Dios no nos dirige con nuestros sentimientos, nos dirige con su palabra. Y debemos estar agradecidos a Dios que no somos dirigidos por nuestros sentimientos, etc. Somos engañados por nuestros sentimientos, ¿verdad? Y puede ser que haciendo una decisión te das cuenta de que Dios está obrando en una circunstancia, en una manera que prohíbe lo que estás haciendo. Entonces, no estamos diciendo que nunca puedes pensar en lo que Dios está haciendo. Dios, como decimos en inglés, Dios abre ventanas y puertas. Él abre una ventana a veces. Entonces, si Dios abre una ventana, una puerta, Caminen por la puerta. Pero puede ser que entrando en una puerta, Dios cierra otra puerta, ¿verdad? Entonces, tenemos que ser responsables. Las cosas secretas no nos pertenecen. Son de Jehová nuestro. ¿A nosotros qué hacemos? Debemos cumplir las palabras de la ley, las cosas reveladas. Y Dios ha revelado su voluntad a nosotros. en las Escrituras. Hay muchos que dicen, estamos orando que el Señor nos muestre su voluntad en este asunto. Estamos orando que el Señor nos muestre su voluntad. ¿Qué significa esa frase? Si estamos esperando para una nueva revelación antes de hacer tal cosa, estaremos esperando todas nuestras vidas. Dios nos ha dado su voluntad en las escrituras. Las primeras palabras del primer párrafo del primer capítulo de nuestra confesión de fe dicen eso. Las sagradas escrituras constituyen la única regla suficiente, segura e infalible de todo conocimiento, fe y obediencia salvadores. Si quieres saber Conocer, creer, obedecer. Tenemos una regla suficiente, segura e infalible. Las Sagradas Escrituras. Entonces, hermanos, sean animados. Es posible conocer la voluntad de Dios. Es posible conocer la voluntad de Dios. y es posible obedecer la voluntad de Dios. Y no es necesario llegar a un sentimiento acerca de su voluntad. Es necesario simplemente obedecer su voluntad. Ahora bien, la semana que viene estoy emocionado porque vamos a hablar de la sabiduría. La sabiduría es un tema muy importante. Les he mencionado que hay un espacio muy grande de libertad que tenemos. y necesitamos sabiduría para vivir en este espacio de libertad y no entrar en el pecado. Porque es muy fácil abusar a la libertad, pero también debemos gozarnos en la libertad que Cristo nos ha comprado. Entonces, en este sermón les estoy dando información acerca de la voluntad de Dios, la ley, la ley, la ley, que uno obedece o desobedece. Es sencillo. La sabiduría es más complicada, más compleja, porque requiere que nosotros pensemos y evaluemos situaciones que no son buenas o malas en sí mismos. Entonces vamos a hablar de eso en otro sermón. Pero el fundamento de la sabiduría es la ley, porque la ley nos protege del pecado. Obedecemos la ley de Dios y así no pecamos porque el pecado es desobediencia a la ley de Dios. ¿Dónde nos ha revelado Dios su voluntad? En las Escrituras. Y si quieres apelar a la voluntad de Dios para una acción, debes apelar a las escrituras. No escuches la frase, Dios me dijo que... Dios me dijo que... ¿Dios te dijo algo? ¿Por qué no me habla a mí? Si Dios está hablando en el mundo, por favor, escriban todo y vamos a añadirlo a la Biblia. Porque son las palabras de Dios. Si una persona te dice, Dios me dijo que, no escucha esa frase. Y no es que la persona te quiera mentir. Puede ser que piensan que Dios les ha dicho tal cosa. Pero debemos preguntar, ¿te lo dijo en las escrituras? Porque si nos habla en las escrituras. Juan MacArthur dijo, si quieres oír de Dios, lee tu Biblia. Si quieres oírle de forma audible, léela en alta voz. Quiero oír de Dios. Lee. No, no, no, no. Quiero oírle de forma audible. Lee en alta voz. Y si tú has dicho en el pasado, el Señor me dijo que Necesito decirte, no hables por Dios. No hables por Dios. Los falsos profetas en el Antiguo Testamento, ¿qué pasó a ellos? ¿Qué les pasó? Fueron matados hablando por Dios. Es un pecado hablar por Dios. Y obviamente, es probable que tu intención no fue mentir, o fingir, o engañar. pero tenemos que entender lo que estamos diciendo y haciendo en todo momento. Ok, en conclusión, número cuatro, muy rápidamente. Es una conclusión nada más. Y al conocer la voluntad de Dios, lo que Dios manda que hagamos, que se encuentran en las escrituras, la ley moral y las leyes positivas, ¿qué debes hacer? ¿Debes estudiar la ley de Dios? estudiar las Escrituras, prestando atención a los mandamientos de Dios, y guardarlas. La petición de Pablo tiene un propósito. Conociendo la voluntad de Dios, podemos andar como es digno del Señor. Y nuestra obediencia no es para ganar el favor de Dios, no es para merecer algo. es para servir a Dios con gratitud y amor, andando en una manera que refleja quienes somos sus hijos redimidos por la gracia. Porque al conocer la voluntad de Dios, lo que Dios manda que hagamos, reconocemos que hemos violado todas las leyes de Dios. Nunca he guardado o obedecido a la voluntad de Dios perfectamente o completamente en toda mi vida. Entonces, la voluntad de Dios para mí es una amenaza. Pero en Cristo Jesús, confiando en Él, yo sé que Él, habiendo obedecido, y yo teniendo su obediencia, soy perfecto, soy justificado. Y así obedezco, así guardo los mandamientos de Dios, y así regocijo. No te preocupes, hermanos, de lo que Dios hará. Dios hará todo perfectamente, bien. Es omnipotente, es sabio, omnisciente, soberano. Está en control de todas las cosas. Y así, confiando en lo que Él hará, las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios. Es nuestro deber seguir su voluntad. Las cosas reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. Amén hermanos, oremos.
Conociendo la voluntad de Dios
Series Colosenses
Sermon ID | 31152223417 |
Duration | 46:41 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Language | Spanish |
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