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Buenos días, hermanos. Déjenme dar unos anuncios antes que comencemos. Si tienen sed, ahí hay agua para que tomen. Agua de vida eterna. Gracias. Sigue creciendo la mesa. Gloria a Dios por eso, ¿verdad? Unos anuncios. Si el Señor lo permite, el próximo domingo es el segundo domingo del mes, Vamos a comenzar el estudio de Daniel, aquí, en la iglesia, el domingo después del culto. ¿Ok? Va a ser de once y cuarto a doce y cuarto. Para aquellos que quieran, puedan, voy a estar grabándolo en el estudio, para que los que no puedan, o se van al servicio en inglés, puedan verlo en vídeo. ¿Ok? Voy a pedir, por favor, en este estudio, y lo voy a repetir nuevamente, Ya que se va a estar grabando, porque hay hermanos que no van a poder estar aquí, quieren estar aquí, vamos a dar la clase una hora y al final, si tiene alguna pregunta, se hace. Por favor. No queremos hacer preguntas durante el estudio, ¿por qué? Porque nos consume el tiempo. Nos consume el tiempo y yo le contestaré toda la pregunta que usted tenga, no se preocupe, a ver y por haber, por escrito también se lo voy a dar, para que los hermanos que no puedan estar y quieran ver el estudio lo puedan hacer sin ningún problema. Solamente tenemos una hora y el tiempo se va rápido y Daniel es un libro muy denso, hay mucho que cubrir en tan poco tiempo, así que les voy a pedir por favor nuevamente un anuncio El domingo que viene, el segundo domingo y el cuarto domingo de cada mes, estaremos haciendo el estudio de Daniel aquí en la iglesia, de once y cuarto a doce y cuarto. ¿Ok? Vamos a estar grabando el estudio para aquellos que no puedan estar o van a estar en el servicio de inglés, no hay ningún problema, entonces vamos a estar grabándolo. Y nuevamente repito, va a ser un formato escuela dominical a las 11 y cuarto y 12 y cuarto y toda pregunta que persona tenga no hay ningún problema al final del estudio hacemos la pregunta cosa de tomar esa hora y grabarla para que los hermanos no puedan estar aquí puedan disfrutar el estudio si me hacen una pregunta en medio del estudio puede cubrir 15-20 minutos del material que tenemos, y Daniel es bien denso, así que no se preocupe, todas las preguntas las vamos a contestar al final del estudio, comenzando el domingo que viene, el segundo domingo, y luego la basaremos al cuarto domingo. Si por alguna razón no se puede hacer el estudio el segundo o el cuarto domingo, Yo se lo voy a hacer, se lo voy a hacer saber desde el lunes, día, una semana antes, para que puedan hacer sus planes. Creo y entiendo que se va a aprovechar mejor haciéndolo aquí después, los domingos, ya que muchos hermanos trabajan fuerte durante la semana y se estaban perdiendo los estudios los viernes en la noche en la casa. Así que vamos a aprovechar aquellos que, para que todo el mundo se aproveche el domingo, aquí, segundo y cuarto domingo de cada vez, escuela dominical de 11 y cuarto a 12 y cuarto, Daniel. Por el momento vayan comenzando leyendo el libro de Daniel, para que sepan el contexto. Preguntas escatológicas, usted me haga, yo lo voy a enviar al video. Así que, al video que ya estudiamos, está todo ahí, y vamos a empezar, Daniel, en su contexto, en el tiempo que se escribió. como si no existieran en los Testamentos. Y cualquier pregunta que usted tenga, refiérase al video, porque allí están todas las preguntas contestadas en los tiempos escatológicos. Vamos a enfocarnos más en Daniel, en su tiempo, en su contexto, en la forma que se escribió en ese tiempo. Entonces, muchos de ustedes van a diferir de la forma que les voy a enseñar. ¿Por qué? Porque van a aprender de otra forma. Así que, por favor, les pido paciencia. Paciencia. El estudio va a ser un estudio basado en la hermenéutica histórico-gramatical, con el contenido de los 66 libros. Así que, muchas de las cosas que usted ha aprendido por Internet, en otras iglesias, no se preocupe, no se moleste, aguántelo por ahí. Y escuche primero la explicación que vamos a estar dando. Definitivamente no ha escuchado un estudio de Daniel en la forma que lo vamos a hacer. Una forma en su contexto histórico gramatical en su tiempo. Y especialmente lo más importante en el estudio de Daniel, no es tanto el histórico y el contenido, sino el tema central para aplicarlos nosotros en el día de hoy. Usted me va a decir que yo me voy a enfocar tanto en la historia. Sí, voy a hablar de historia y muchos puntos históricos, pero mi énfasis no va a ser ese. bien fácil de hacer, es una aplicación para nosotros en base de Daniel. Entonces, un ejemplo, el tema central de Daniel, ¿cuál es? Es el Dios soberano sobre todos los tiempos. Entonces mi aplicación es, aún a pesar de los tiempos que nos encontramos, el partido político que no esté a su gusto, ¿quién es soberano? Dios, a pesar de su condición que se encuentra en este momento, su enfermedad, ¿quién es soberano? Pues tenemos que tener paz. Y eso va a ser el enfoque del estudio de Daniel, en su contenido, en su contexto, pero con la aplicación para la audiencia contemporánea. Yo he estado en muchos estudios de Daniel y se le pasa a todo el mundo las aplicaciones para nosotros en el día de hoy, ¿ok? Otro anuncio, continúen orando por el hermano Charlie. Ayer Mariela y yo fuimos al hospital y se empeoró un poco. Tuve una recaída y entonces continúa en el hospital. Sigan orando por él, por la esposa Kathy, donde se encuentra en el hospital Keniston. Está muy malito nuevamente. Y sigue con problemas de respiración y todo eso. Así que sigan orando por Él para que el Señor les siga fortaleciendo. Así que vamos a comenzar esta mañana. Hay un cambio. Creíamos que íbamos a tener la Santa Cena, pero no están los platos. ¿Vale, hermano? Ok, bueno. Como dijo el hermano, nos iremos con hambre por acá hoy. Vamos a comenzar este tiempo en las manos del Señor. Y comenzamos con el Salmo 123. una oración pidiendo ayuda del Señor, dice así el Salmo 123, a ti levanto mis ojos, oh tú que reinas en los cielos. Como los ojos de los siervos miran la mano del Señor, como los ojos de la sierva a la mano de la señora, así nuestros ojos miran al Señor, nuestro Dios, hasta que se apiade de nosotros. Ten piedad, oh Señor, de nosotros, ten piedad de nosotros. porque ya no soportamos el desprecio. Nuestra alma está cansada del escarnio de los que están en la holgura y del desprecio de los soberbios. Oremos en esta mañana. Amado Padre Celestial, te damos gracias nuevamente por darnos la oportunidad, según tu gracia, de llegar a este lugar, de estar juntos con tu pueblo, de escuchar tu palabra, de pedirte en oración, de interceder. Gracias, porque solamente por tu gracia podemos llegar aquí. Padre, te pedimos ahora un gran favor de poner una pausa en nuestros pensamientos, en nuestra vida cotidiana, en las cosas de este mundo, para poner nuestra mente en las cosas eternas celestiales. Prepara nuestros corazones que te podamos adorar, alabar, desde lo más profundo de nuestro ser, de nuestro corazón, en obediencia, en gratitud y honra. Es en el nombre de Cristo que oramos. Amén. Amén. Vamos puestos de pie, hermanos, cantemos la alabanza. No valgo por mi posesión, No valgo por mi posesión si la tiene ahí. Si no la tiene, levante la mano para que el hermano Jesús se la haga llegar. No vengo por mi posesión, ni porque fuerte sea yo, sino en el precio de su amor en la cruz. no valgo por ser multapán, ni por perder, ni por ganar, sino en la sangre que me hirtió en la cruz. tu eres mi gozo, gran tesoro, fuente de mi ser, confiaré en él, no hay otro, mi alma satisfecha está en él. Faltan de ahora o entusiasmo Como la noche que hoy no está Más vida eterna tú nos das en la cruz Yo no me jataré en saber, ni en opulencia, ni en poder, más yo me jataré en Jesús y en la cruz. mi alma satisfecha está en él. Esta verdad confieso hoy de dignidad indigno soy. Tengo valor pues me compró en la cruz. Redentor, Tú eres mi gozo, gran tesoro, fuente de mi ser. Confiaré en Ti, no en otro, y en alma satisfecha estaré. Inventor, tú eres mi gozo, gran tesoro, fuente de mi ser. Confiaré en ti, no hay otro, y alma asistecha está en él. Amén. Vamos a continuar con la próxima alabanza, celebrando al Cristo resucitado. Él vive hoy. Buscas en la tumba, que el que vivo está. Recuerda su promesa, me levantaré. La piedra removida, su cuerpo no se halló. Ha llegado el tercer día, el Señor resucitó. Ditorse al Dios, el Padre del Señor Jesús quien vive hoy. Esa esperanza, vida, tengo en ella, junto a él me dio y de la muerte me resucitó. El perfecto sacrificio el Padre recibió, segura garantía de nuestra justificación. Juan cuando vuelva por la iglesia las tumbas se abrirán y los que han dormido en Cristo con él resucitarán bendito sea el Dios Padre del Señor Jesús junto a él me dio y de la muerte me resucitó. ¿Dónde está o muerto tu aguijón? Mientras un crocodile vive en victoria Si Cristo con su muerte pereció El pecado él nos liberó Y ha reclamado su victoria pudo retener el video. El video. El video. El video. Amén, hermanos, pueden tomar asiento. Aquellos que tienen sus Biblias, habrán sus Biblias en el Salmo número veinticinco Salmo veinticinco vamos a estar haciendo lectura pública de la Sagrada Escritura, una oración pidiendo amparo, guía y perdón, un Salmo de David, Salmo 25. Así dice la perfecta Palabra de Dios, Salmo 25, Salmo de David, versículo 1. A ti, oh Señor, elevo mi alma, Dios mío, en ti confío. No sea yo avergonzado, que no se regocijen sobre mí mis enemigos. Ciertamente ninguno de los que esperan en ti será avergonzado. Sean avergonzados los que sin causa se rebelan. Señor, muéstrame tus caminos, enséñame tus sendas, guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación. en ti espero todo el día. Acuérdate, oh Señor, de tu compasión y de tus misericordias que son eternas. No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones. Acuérdate de mí conforme a tu misericordia por tu bondad, oh Señor. Bueno y recto es el Señor, por tanto, Él muestra a los pecadores el camino, diría a los humildes en la justicia, y enseña a los humildes su camino. Todas las sendas del Señor son misericordia y verdad para aquellos que guardan su pacto y sus testimonios. Oh Señor, por amor de tu nombre, perdona mi iniquidad, porque es grande. ¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él instruirá en el camino que se debe escoger. En prosperidad habitará su alma, y su descendencia poseerá la tierra. Los secretos del Señor son para los que le temen, y Él les dará conocer su pacto. De continuo están mis ojos hacia el Señor, porque Él sacará mis pies de la red. Vuelvete a mí y ten mi piedad, porque estoy solitario y afligido. Las angustias de mi corazón han aumentado. Sácame de mis congojas. Mira la aflicción y mis trabajos, y perdona todos mis pecados. Mira mis enemigos, que son muchos, y con odio violento me detestan. Guarda mi alma y líbrame. No sea yo avergonzado, porque en ti me refugio. La integridad y la rectitud me preserven, porque en ti espero. Oh Dios, redime a Israel de todas sus angustias. Vayamos al Señor en oración esta mañana. Oh Señor Todopoderoso, a ti elevamos todas nuestras almas. todas nuestras peticiones, todas nuestras oraciones. Padre, muéstranos tus caminos, enséñanos tus sendas a través de tu verdad, de tu palabra. Ayúdanos a guardar tus preceptos, tus estatutos. Te amamos, Señor, y queremos demostrarlo con nuestra obediencia interna. Es en Ti que esperamos en todo tiempo. Es en Tus tiempos que vivimos, Señor, y no en los de nosotros. Por favor, acuérdate de nosotros y ten compasión y misericordia porque te fallamos. Nuestro orgullo, nuestra soberbia, nuestra rebeldía, Conociendo aún tus preceptos que son verdad, nos rebelamos en contra de ellos y nos vamos según nuestras cuentas. Perdónanos, perdona nuestra desobediencia. Esperamos en ti, en tu misericordia, en tu poder. Tú eres bueno y tú eres recto, Señor. Enséñanos según tus caminos. Padre, te pedimos en esta mañana que nos ayudes a entender tus misterios y tu revelación más en nuestro corazón para seguir viviendo según tus preceptos y tus mandatos. En este tiempo, Señor, tan confuso que hay allá afuera, danos claridad, danos discernimiento en este mundo de tinieblas. Gracias nuevamente por tu pueblo, por tu iglesia, que juntos podamos seguir caminando, edificándonos los unos a los otros, llevando el Evangelio a aquellos que no te conocen y ser la iglesia que tú quieres que sea en estos tiempos. Padre, ahora vamos a la cima de la adoración. a escuchar Tu Palabra predicada, que no sea meramente un mensaje moral, un mensaje de motivación, sino que la escuchemos, Tu Palabra como la escuchaban los tesalonicenses, como lo que era la Palabra de Dios, que temblemos ante ella, que tengamos reverencia a lo que tú tienes que decirnos, pero sobre todo que lo apliquemos en nuestras vidas. Que salgamos de este lugar hoy con un deseo de obedecerte, con un deseo en este nuevo año de ser más conformados a la imagen de Cristo, mucho más que en el 2023. Que sigamos corriendo la carrera despojándonos de todo pecado y mirando hacia la meta a Cristo. Que este nuevo año tengamos ese gran deseo en la santificación progresiva, en la edificación de la iglesia, con todo el propósito para la alabanza de tu gloria. Es en el nombre de Jesús que oramos. Amén. Amén. Muy buenos días, mis amados hermanos. Abran sus Biblias. Efesios capítulo 4, versículos 31 al 32. Efesios capítulo 4, versículos 31 al 32. y el título de este mensaje es, del enojo al perdón. Ningún otro apóstol de nuestro Señor Jesucristo habló de tanto amor como lo fue el discípulo amado, el apóstol Juan, ¿se recuerdan? Si usted ha leído cuidadosamente sus cartas, sus libros en el Nuevo Testamento, Se va a dar cuenta que este apóstol lo que exhalaba era amor. Si leemos II Juan 1.1, dice, cuando se da la introducción, el anciano a la señora escogida y a sus hijos, a quienes amo en verdad. En la tercera carta, en la introducción, dice, el anciano al amado gallo, a quien amo en la verdad. Y si leemos la primera carta de Juan, podemos ver ese gran afecto, ese gran amor que él tenía sobre su audiencia, la iglesia en aquella época. En 1 Juan 2.7 leemos, amados. No le escriba un mandamiento nuevo. Después se expresa a su audiencia, hijitos. Van escuchando el afecto, el tono, un tono pastoral del discípulo Juan. Amados, ahora somos hijos de Dios. Hermanos. Amados, no crean todo espíritu. Capítulo 4, versículo 7 dice, Amados, amémonos los unos a los otros, porque el amor es de Dios. Y cuando estudiamos a Juan, definitivamente podemos concluir que él es el discípulo del amor. Ahora, si alguien hubiera tomado una foto a Juan antes de conocer a Cristo, para compararla 60 años después, al año 90, final del siglo I, cuando falleció, ustedes van a ver dos personas totalmente diferentes, totalmente diferentes. Y no quiero hablar en el contexto físico, sí, porque lo va a ser, ¿verdad? Obviamente está más ancianito, va a ser diferente a como era joven. Pero no estoy hablando de ese aspecto físico, sino más bien estoy hablando de un aspecto espiritual. Y usted dirá, pero ¿qué usted quiere decir, hermano Andrés? Bueno, Juan era otra persona antes de conocer a Cristo. Era totalmente diferente. Juan no era tan amoroso antes de conocer a Cristo. De hecho, era terrible. Tenía un genio espantoso, posiblemente un cascarrabia. Tenía un temperamento muy explosivo. Cuando estudiamos el No Testamento, nos vamos viendo, estudiamos y vemos el carácter que tenía, que su hermano tenía un carácter muy explosivo, al punto que el evangelista Marco lo llama como hijos del trueno. En una ocasión, Juan y su hermano vio a una persona echando demonios en nombre de Jesucristo, y se enojó y rápido saltó donde la persona y le dijo, ¿qué tú haces? Tú no puedes hacer eso. En otra ocasión, el mismo Señor Jesucristo tuvo que reprenderlo porque le pidió a Jesús que enviara fuego del cielo para quemar toda una aldea samaritana. Ese, el discípulo del amor que estamos hablando, ande de Cristo. Vaya temperamento tenía ese muchacho. ¿Qué ocurrió en la vida de Juan, que al final de su carrera vemos una persona, un cambio drástico, radical? que si ponemos dos fotografías, vamos a dar cuenta qué cambio dio esa persona. ¿Qué pasó en la vida de Juan? Y la respuesta lo fue, tuvo un encuentro con Cristo. Una vida espiritual nueva en Cristo. Porque siempre existe un cambio radical en la persona que viene a Cristo. No se puede quedar igual. Jamás. Jamás. Tener un encuentro con el Rey resucitado y quedarte igual, jamás. El Señor Jesús consumió el corazón del apóstol Juan. al punto que leemos que estaba recostado en el pecho del Señor, literalmente. Y aquellos de ustedes que han experimentado este nuevo nacimiento, esta regeneración, saben muy bien de lo que les estoy hablando. Tal vez usted está aquí y yo no sé qué usted me dice. Amigo, tienes que nacer de nuevo para que puedas entender. este cambio radical que ocurre en tu vida. No es una reforma de vida. Aquí no damos clase de moralidad. Dejemos eso para la Iglesia Católica Romana. Hablamos de transformación. Es algo sobrenatural que sólo ocurre cuando un pecador reconoce su lepra, su pecado, y ve la necesidad de un salvador, de una cura, a su problema. cree en el Señor Jesucristo, en la obra de la cruz, y ahora desea vivir una vida de obediencia a Cristo. Es un deseo interno. Yo deseo, yo quiero vivir como Cristo. Es una nueva creación en el corazón de la criatura. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas. No es una reformación humana, es una regeneración divina que ocurre en el corazón de la persona. Es la vida de Dios que desciende y ahora mora en el corazón de un pecador penitente. cuando yo hago consejería bíblica, eso es lo que estoy buscando en el corazón. Si ese corazón ha sido transformado, si la regeneración ha tomado lugar, de acuerdo a la Escritura, no a tus pensamientos o los que aprendiste por ahí. Y ahora esa nueva vida espiritual en Cristo, manifiesta unos nuevos deseos, unos nuevos comportamientos, una nueva conducta cotidiana día a día. Es algo que se puede palpar, es algo que se puede escuchar, es algo que se puede ver. Y así como Dios transformó la vida amarga de este joven apóstol Juan a una vida amorosa, como lo mismo al final de su carrera. Dios transforma la vida de todos aquellos que han creído en el Evangelio de Jesucristo. Y es en ese contexto que debemos interpretar estos versículos del capítulo 4 de los Efesios. Una nueva vida espiritual interna es reflejada en una nueva conducta externa en la nueva vida ahora en Cristo. Una va con la otra. Y eso es exactamente lo que vamos a ver en estos dos versículos en nuestro estudio de hoy. Cómo Dios, de manera sobrenatural, transforma a un alma arrepentida, penitente, donde vivió una vida amarga, de enojo, de furia, y lo lleva a vivir hacia el perdón. Tal vez muchos de ustedes están aquí esta mañana y no pueden perdonar a ciertas personas en su vida. Veamos qué tiene que decir el Espíritu Santo En cuanto a esto, lean conmigo Efesios capítulo 4, versículos 31 al 32. Sea quitada de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritos, insultos, así como toda malicia. Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo. ¿Qué pasaje tenemos para comenzar el 2024? Está imperfecto. Y aquí Pablo concluye el capítulo 4 con otra serie de exhortaciones a obedecer ahora en la nueva vida espiritual en Cristo. Pablo nos recuerda que ya como nuevos creyentes no podemos vivir bajo ninguna circunstancia como lo vivíamos antes de Cristo en el pasado, ya que ahora en la nueva vida en Cristo estamos llamados a vivir de otra manera. Y el Espíritu Santo de Dios por medio de la pluma de Pablo nos enseña que ahora en la nueva vida en Cristo, ¿cómo vive la nueva criatura? Evita la mentira y ahora habla la verdad, como digo en el versículo 95. Se enoja, pero su enoja es ¿cómo? Rápido, y decide arreglar ese conflicto lo antes posible, para ayer. Versículo 26, ¿para qué? Para no darle ninguna oportunidad ¿a quién? Al diablo, al enemigo, versículo 27. Ya la nueva criatura en Cristo no trabaja con el mínimo esfuerzo posible, sino que ahora trabaja dándolo mejor, trabajando duro en cualquier área que trabaje, siendo el mejor empleado, trabajador en la empresa. Y no solamente ahora eso, sino que también con su ganancia es generoso para aquellos que necesitan dentro y fuera de la iglesia. Versículo 28. No es tan tacaño con su chequera ahora. No sólo eso, sino que también evita hablar malas palabras, y su deseo ahora es hablar palabras con gracia. ¿Para qué? Para la edificación de otros, según sea el momento. Versículo 29, y así no entristecer al Espíritu Santo, versículo 30. Y ahora aquí llega los versículos 31 y 32, concluyendo el capítulo 4, ¿para qué? Para enseñarnos seis demostraciones en el cambio de la nueva criatura en Cristo. Seis demostraciones en el cambio de la nueva vida en Cristo. Veamos la primera, y la podemos ver al comienzo del versículo 31, Ahora la nueva vida en Cristo, número uno, abandona la amargura. Abandona la amargura. Vean cómo dice el versículo 31, sea quitada de ustedes toda amargura. Este verbo se encuentra en su modo imperativo. Significa que es un mandato, no es una sugerencia que te está haciendo el apóstol Pablo aquí. Es un mandato. Simple, lo digo así porque a veces uno dice que yo no me siento de esa manera. Esto no es cuestión de sentirse. Esto es cuestión de obedecer. Hoy no me siento con ganas de quitarme esta amargura. ¿Verdad? No. Dios te dice quítatela. Ahora. De hecho, este verbo en el original tiene la idea de quitarse algo a la fuerza. Pablo dice, quítate la amargura en tu vida. Y vean que Pablo no dice, quítate alguna de esas amarguras en tu vida, ¿verdad? Sino que dice, ¿qué? Todas. Todas. Quítense toda amargura en tu vida. Y ese todas ahí también va a modificar lo que sigue después. No solamente la amargura, sino todo lo que le sigue después, cada una de ellas. Y ya mismo lo vamos a estudiar. Quítate toda amargura que hay en tu vida, no des ni una tan siquiera debajo de la alfombra, escondida. Así que tenemos que comenzar a qué? A reflexionar y a buscar, a meditar, ¿Cuáles son esas amarguras dentro de nuestra vida que hay que eliminarlas? Porque no puede quedar ninguna. Ahora, ¿qué significa la palabra amargura en este contexto? En el griego clásico, esta palabra venía de un adjetivo que se usaba para describir una flecha filosa o afilada, que penetraba dolorosamente en la piel del hombre. En su forma de sustantivo se refería también al amargo sabor de ciertas plantas. Y cuando se usaba para describir el temperamento de alguien, se decía que tenía un temperamento amargo o de resentimiento. Cuatro veces se usan en los Testamentos y siempre se usaba como una actitud de amargura o resentimiento. Quítate todo el resentimiento en tu vida. que tienes clavado en tu corazón que sólo deja una amargura en tu vida. Y una persona que vive en amargura es como si tuviera una flecha afilada clavada en su corazón que no se la quiere sacar. Cada día te duele más. La persona que vive amargada viven dolor constantemente, todos negros en su vida. Desde que se levantan hasta que se acuestan, viven totalmente amargos. Viven en un estado eterno de resentimiento. Y ellos mismos se hacen las víctimas de su propia película. Todo el mundo está contra ellos. no ven nada bueno. Puede estar el día precioso y soleado sin una nube a 90 grados Fahrenheit, pero para ellos está feo, gris, 35 grados bajo cero, y la nube siguiéndolos para donde quiera que van. No hay forma de hacerles ver la belleza del día que el Creador ha hecho para ellos. Les puede recitar el Salmo 118, 24, este es el día del Señor que ha hecho, regocijémonos y alegrémonos en él, y no significa nada para ellos. En vez que las misericordias de Yahweh los sigan, no es la nube negra que van detrás de ellos, y lo afirman. ¿Y tal vez esa era nuestra vida en el pasado? Ya no. Ya no podemos vivir de esa forma. No ahora en la nueva vida en Cristo. Pablo dice, quítate la flecha afilada de la amargura en tu corazón. Deja de quejarte. Deja de quejarte. y de ser una víctima, y deja ese sabor amargo que tanto agobia la vida humana. Escuchen lo que dice el comentarista William Hendrickson, me gusta como lo dice, cito. La amargura es la disposición de una persona con la lengua aguda como una flecha y afilada como una navaja. Guarda resentimiento contra su prójimo, Y así le pincha, estando siempre pronto para perder los estribos con respuestas que muerden o punzan. Fin de la cita. Hermanos, no podemos ahora en la nueva vida espiritual, en Cristo, vivir con amargura. Tenemos que dejar esa maleta al frente de la puerta del camino estrecho, porque no hay espacio para caminar por la vereda estrecha con esa maleta. La nueva criatura en Cristo abandona esa amargura. Déjame preguntarte en esta mañana, ¿vives con alguna amargura en tu corazón? ¿Existe algún tipo de amargura en tu vida? Dios te dice en esta mañana, abándonala. Hoy. No, pero es que usted no entiende. No tengo que entender tu situación. Abandónala hoy, Dios dice. Dios lo entiende. Y aun te dice, abandónala. Veamos una segunda demostración. En el cambio de la nueva vida en Cristo. Y esa la vemos en la segunda parte del versículo 31. Ahora, la nueva criatura en Cristo, número 2. Renuncia al enojo y a la ira. Renuncia al enojo y la ira. Veciclo 31, vean cómo dice. Se ha titado a ustedes toda amargura, enojo, ira. No sólo que abandones toda amargura, sino que también renuncia a todo enojo e ira en tu vida. Y Pablo utiliza estas mismas palabras en el original, en Colosenses 3.8, donde dice, pero ahora desechen, quítense también todo esto, ira y enojo. Estas dos palabras son cuasi sinónimos en el griego clásico, enojo tenía la idea de un espíritu o una pasión de una persona. De hecho, 16 de 18 veces en el Nuevo Testamento se usa en relación a una pasión intensa por lo malo. Ira, por su lado, cuando se usa asociada con Dios, se refiere exclusivamente a la ira santa de Dios, que es un atributo de Dios, una perfección de Dios, Ahora, creo que hay una posible diferencia entre el enojo y la ira, y es que el enojo es algo temporero, mientras que la ira es algo más prolongado. Y simplemente, tanto el enojo como la ira, es que es una manifestación externa de algo interno en tu corazón. Es una amplificación de lo que ya tu corazón es. Tu enojo y tu ira. Un comentarista dice, y lo cito, que el enojo y la ira, junto con la amargura y griteríos, indican homicidio potencial. Y tiene razón. Tiene razón. El Señor Jesucristo elevó esto en el Sermón del Monte. Allá en Mateo 5, 21-22, el Señor Jesucristo dijo que cualquiera que esté enojado, la misma palabra en el greco que vemos en Efesios, con su hermano es culpable de homicidio y merecedor del infierno eterno. Y estoy copiando las palabras de Jesús, no las mías. Hermanos, estar enojados ante los ojos de Dios es lo mismo que ser un qué? Homicida. Yo sé que para nuestra mente caída, hombre natural, no podemos entenderlo, porque por un enojo usted no va a tomar cadena perpetua, pero ante el tribunal celestial es lo mismo, un enojo, que un homicida. Terrible. Es terrible. Usted no puede, bajo ninguna circunstancia, seguir con este enojo. El enojo se encuentra en el catálogo de aquellos que andan en los deseos de la carne, que se oponen de gran manera a los deseos y los frutos del Espíritu Santo, como vemos en Gálatas 5, versículos 16 y 17. Por eso es que Dios nos llama a resolver el enojo lo antes posible. Como estudiamos los otros días, ¿se recuerdan? En Efesios 4, 26, 27, enójense, pero no peguen, no se pongan el sol sobre su enojo, ni den oportunidad al diablo. No hacerlo a la mayor brevedad posible va a tener unas consecuencias desastrosas en tu vida. Hay que resolver ese problema lo antes posible. Te pregunto en esta mañana, ¿estás enojado con alguien? ¿Con algún familiar? ¿Con tu cónyuge? ¿Con algún hermano en la iglesia? Porque Dios te dice en esta mañana, renuncia. a ese enojo y esa ira en tu vida, inmediatamente. ¿Por qué? Porque ahora la nueva criatura en Cristo renuncia a eso. Veamos ahora una tercera demostración en el cambio de la nueva vida en Cristo. Y esa la podemos ver en la tercera parte del versículo 31. Número 3, ahora la nueva vida en Cristo, número 3, evita los gritos y los insultos. Vean, en el versículo 31, se ha quitado a ustedes toda amargura, enojo e ira, y gritos e insultos, así como toda malicia. Abandonamos toda amargura, renunciamos todo enojo e ira, y número tres, evitamos toda gritería en insultos. Vean que el texto va en progreso, va progresando. ¿Ven? Porque la amargura te lleva a qué? Al enojo. Y el enojo, si no lo resuelves lo antes posible, antes que caiga la noche, te va a llevar a un estado permanente de ira. Y vives todo día como un cascarrabia. cualquiera que se te pare al lado. Y ese estado perpetuo de ira te va a llevar a qué? Al griterío. Porque a alguien que te diga algo, le vas a gritar. Y ese griterío a los insultos, en forma de gritos. Y eso eventualmente Te puede llevar al conflicto, a la pelea, hasta el homicidio. Hasta el homicidio. Aquí gritería es el grito de una persona belicosa que se manifiesta en una explosión en público que revela su falta de autocontrol. Vieron cuando dos personas discuten por un enfado? Están discutiendo una con la otra y va aumentando el chillido de sus voces y ellos ni cuenta se dan. Los decibelios de su criterio rompen el sonómetro y ni cuenta se dan que están gritando. No hay lugar para gritarle a nadie en el Nuevo Testamento. Eso no es la conducta de la nueva criatura en Cristo. Tal vez, antes de Cristo, éramos así. Pero ahora, en la nueva vida en Cristo, eso se queda atrás. Y vean que Pablo también dice, quítense también todos los insultos. Reina Valera lo traduce maledicencia, que es la palabra que estudiamos el otro día, blasfemia, donde viene blasfemia. Cuando se usa con relación a Dios, es blasfemar a Dios. Cuando se usa en relación con el hombre, es calumnia, que es una calumnia, es hablar mal a una persona, para hacer lo que dan mal en cualquier sitio alante de otras personas. Y ven que Pablo usa otra palabra final del siglo XXXI, quítense toda malicia en el original, este es el término general para aludir a la maldad que es la raíz de todos los vicios. Nuevamente, hermanos, no hay lugar en la vida del creyente, ni para el griterío, ni para los insultos, ni para la maldad. Nuevamente, eso estaba bien tal vez en la vida pasada, pero no ahora en la nueva vida espiritual en Cristo. Dios dice, evita, elimina toda clase de gritos pecaminosos e insultos hacia otros. Hay que evitarlos. Ahora, Pablo no termina este pasaje aquí en el versículo 31. Gloria a Dios que existe el próximo versículo, 32. Sí, porque mucho en la Consejería Bíblica se acabó la Consejería Bíblica que hay aquí, en el 31. Porque no podemos avanzar al 32 a causa de la desobediencia, de la rebeldía, de no ser activos. de no tomar responsabilidad individual de nuestro pecado a causa de nuestro orgullo. ¡Gloria a Dios que este pasaje no se quede aquí! Porque Dios no quiere que nos quedemos sin ropa. En el siglo XXXI Dios nos ordena a quitarnos la ropa sucia de estos pecados específicos Pero ahora nos ordena a que nos pongamos ropa limpia de su rectitud, de su carácter. En ningún momento Dios nos llama a ser pasivo a nuestro pecado en el Nuestro Testamento. Eso de vivir una vida cristiana según tus sentimientos y no de obediencia es la trampa más ingeniosa de satanás que se ha infiltrado en la iglesia contemporánea del siglo XXI. Es más fácil para la gente meterse en una media iglesia de tres, cuatro mil, cinco mil personas y que nadie lleve cuenta de nada y esconder mi pecado a venir a un sitio pequeñito aquí. mirarnos las caras los dos a los otros y rendirnos cuentas. Más fácil es eso. Eso de que todo es gracia y no hay nada que hacer en nuestra santificación progresiva es una artimaña de la antigua serpiente, que lo viene haciendo desde que fue creado. Eso de no hacer nada en nuestra vida cristiana no forma parte de la nueva criatura en el Nuevo Testamento. ¿A qué nos llama el mismo Dios que nos salvó por su gracia? A que participemos, cada uno individualmente, responsablemente, de nuestra santificación progresiva. Y así Pablo le ordena a Timoteo, al joven Timoteo, en 1 Timoteo 4, 7, donde le dice, pero nada tengas que ver con las fábulas profanas propias de vieja, más bien disciplínate a ti mismo para la piedad. No que Timoteo fuese un muchacho no piadoso, porque es todo lo contrario. Timoteo era un pastor, un joven pastor. Y de hecho tenía mejores calificaciones que todos los pastores ancianos que había en Efesón, aún en su juventud. Y era un joven bien piadoso, que conocía las Escrituras desde su niñez, que le había enseñado su abuela Loida y su madre Eunice. Y ahora sí, Pablo le exulta a su vida espiritual, Continúa disciplinándote en la piedad, porque ese es el verbo, está en el presente. Continúa disciplinándote en la verdad, en la piedad. Es un imperativo para cada cristiano que se continúe disciplinándote en estas disciplinas cristianas. Tú quieres una buena resolución para el 2024, disciplínate. en la piedad. Disciplina, en el griego viene la palabra gimnasio. ¿Gimnasio? ¿Sabes qué es gimnasio? Tenemos que estar en el gimnasio de estas disciplinas cristianas en el 2024 si quieres ser más parecido a Cristo al final del año. Y aún así Pablo dice a Timoteo, disciplínate. ¿Cuáles son estas disciplinas? Bueno, la Palabra de Dios. Continúa leyendo la Palabra de Dios, conociéndola, estudiándola. ¿Para qué? Para aplicarla. ¿Otra disciplina? Obediencia. Estudiemos la Palabra de Dios en su contexto. ¿Para qué? Para someterme. Esa palabra a muchos no les gusta. Pero vamos a someternos a lo que Dios dice. Esa es parte de la disciplina cristiana. En la oración, en la comunión y el servicio en la iglesia. Este mismo concepto Pablo lo habla en Filipensi 2.12. Dice, Iglesia en Filipo, ocúpese en su salvación con temor y temblor. ¿Qué significa esto? Mismo concepto. Disciplínate en la piedad. Trabaja en tu santificación progresiva. No seas pasivo, te estoy diciendo Pablo. Sean activos en su santificación progresiva. Y esta es la doctrina que brilla por su ausencia en la iglesia contemporánea. Si yo tuviera el tiempo, yo escribiría un libro sobre esta doctrina. y cerraría el 99% de las iglesias. ¿Por qué? You missed the point. Y por eso Pablo no sólo llama a los efecios a que abandonen la amargura, renuncien a la enoja y la ira, y a que eviten la critería de los insultos, sino que también los llama a que los reemplacen con otras cosas. Esto nos lleva a las próximas tres demostraciones positivas en el cambio de la nueva vida espiritual en Cristo, comenzando en el s. 32. Ahora, la nueva criatura en Cristo, número 4, ¿qué? Practica la amabilidad. Practica la amabilidad. V. 32, vean ahí, sean más bien amables unos con otros. De un lado dice, abandona la amargura, ¿para qué? Para practicar la amabilidad. Antes de Cristo no podía ser amable, pero ahora en Cristo sí podemos. Continúa siendo más amable los unos con los otros, es la idea. Y aquí amable puede ser cariñoso, benévolo, Pero ¿saben qué? Estudiando bien esta palabra, esto es algo que una persona sin Cristo no puede producir. ¿Por qué? Porque esto es un fruto del Espíritu, que solamente el Espíritu Santo puede producir según Gálatas 5.22, y ese fruto es benignidad. o amabilidad. Sólo aquellos que están en Cristo y tienen el Espíritu Santo de Dios, tienen acceso a esta amabilidad divina hacia los otros. Tal vez usted dirá, pero es que no puedo ser amable con... Si usted está en Cristo, usted tiene los recursos. Si usted está en Cristo, tiene los recursos. Si está sin Cristo, sí, tal vez no puede ser amable. De este tipo de amabilidad, no, divina. Los cristianos somos los únicos que podemos demostrar esta clase de amabilidad que este mundo sin Cristo nos tiene. Y debemos ser amables específicamente ¿con quiénes? Según el texto, con los hermanos de la iglesia. Con los hermanos de la iglesia, no se me vaya por otro sitio. con los hermanos de la Iglesia. Esto es lo que significa los unos con los otros. Esta carta está escrita para cristianos, creyentes. Esto no es para no creyentes. Esto es para la Iglesia local, para nosotros, los que pertenecemos a esta Iglesia local. En primer lugar, debemos practicar esta amabilidad con los hermanos y para eso debemos que primeramente pertenecer a una iglesia local. Porque esto lo se puede practicar en YouTube, Facebook, Instagram o TikTok. Cada domingo usted tiene que vencer el frío, tiene que vencer la carne, la cama, llegar a este lugar frío y congregarte Porque no va a pasar de otra manera. ¡Sí! ¿Ven si todo eso llega aquí para qué? Para estimularnos al amor y a las buenas obras. Según estudiamos hebreos 10, 24 y 25. Y una persona dice, yo no tengo idea de iglesia, no sé qué idea usted tiene. Porque todas dicen lo mismo, la reina Valera, no había la América, Tenemos que congregarnos, ¿para qué? Para estimularnos al amor, para enseñar esa amabilidad los unos con los otros. La amabilidad comienza aquí, la reunión, este domingo en la mañana. Y vean que el texto no dice que otros tienen que ser amables con usted, sino que dice Usted tiene que ser amable con los hermanos de la iglesia. ¿El imperativo es para quién? ¿Para usted? ¿Para mí? ¿Por qué digo esto? Porque hay hermanos, personas que vienen a la iglesia y dicen, no me siento amado, nadie me ama. ¿Por qué la vida no dice eso? Nos llama a nosotros a ser amables con el otro. Nosotros somos los que tenemos que practicar la amabilidad con otros hermanos. Y no hay nada mejor que estar entre personas amables. Aquí hay una hermana en el servicio americano, la hermana Shannon, una señora mayor de 70 años, por ahí, y era la encargada de los seminaristas, de orar por ellos, de administrarles, si tenía alguna necesidad y todo eso. Y esa señora, me recuerdo, que siempre que tú llegabas al seminario, con una sonrisa, y uno te abrazaba, parecía un peluche. ¿Y cómo está Mariela? ¿Y cómo puedo orar por Mariela? Por Tomás, Mateo, Lucas, sin decir que su hermana estaba muriendo de cáncer. Pero siempre una sonrisa, siempre bien amable. En medio del pasillo, caminando por la iglesia, te pide una periódica de oración y allí para, en medio de todo el mundo, a orar por ti. Y siempre con una sonrisa, a pesar de su sufrimiento. Nunca me puedo olvidar de esa hermana. y siempre que la ve en los pasillos, tiene que abrazarla. Porque eso es lo que respira, amabilidad. Debemos ser amables con nuestros hermanos, especialmente aquí en la iglesia. Pero en segundo lugar, debemos ser amables también con la gente afuera, con el prójimo, con los no creyentes. Usted quiere ser reconocido en todos los lugares como una persona que se distingue por ser amable, por su amabilidad. Y usted verá como muchas personas querrán estar alrededor suyo. ¿Quién desea estar al lado de una persona amarga? ¿Nadie? ¿Nadie? No, llévate esa nube contigo por otro lado, no la traigas para acá. ¡Sí! ¡No! Todo el mundo desea estar con personas amables. La nueva criatura, ahora en Cristo, practica la amabilidad. La practicamos con nuestra esposa, nuestro esposo, nuestros hijos, nuestra familia, con el vecino, con nuestra comunidad, con las autoridades allá afuera, con el gobierno, con todo el mundo. como buenos embajadores de un Dios que es bien amable. Veamos una quinta demostración en el cambio de la nueva vida en Cristo. Y esa la vemos en la segunda parte del versículo 32. Ahora la nueva criatura, ¿qué hace? Número 5. Ejercita la misericordia. Ejercita la misericordia. Vean el versículo 32. ¿Sean qué? misericordiosos. Se puede traducir, sean alguien con un corazón tierno. O también se puede traducir, sean compasivos. En vez de demostrar enojo e ira, sean tiernos de corazón, tengan compasión por los otros. En el griego clásico, esta palabra aludía a un sentimiento profundo en el vientre o en el estómago, un dolor desgarrador de origen psicosomático que se debía a la empatía frente a la necesidad de una persona. Me recuerdo cuando mi padre falleció en el 2006 y recuerdo ver a mi madre llorando que no podía parar desconsoladamente, 37 años de casada. Y al ver a mi madre llorar desconsoladamente, y yo no podía hacer nada por ella, sentí un dolor en el estómago. Es tener empatía hacia el otro, que se encuentra en una necesidad, en una situación bien grave. Porque es fácil concentrarnos en nuestro mundo, ¿verdad? En nuestra agenda. y ven la persona que tienes al frente que está pasando necesidad y no ser compasivo con ella. Todos tenemos que aprender de nuestro amado Señor Jesucristo. Todos. Jesús fue la persona más compasiva que existió en la historia de este mundo. Él tenía extrema compasión por los demás. en una ocasión, un leproso se le acerca a Jesús. Un leproso. Los leprosos en aquella época estaban marginados. No tenían contacto con la cultura, con el mercado, y menos con el templo. De hecho, estaban en un sitio aislado. ¿Qué hacía caminando aquel leproso por ahí? No sé, no me pregunte. Pero estaba caminando, y se encuentra con ¿quién? Con el Señor. Y allí se le arrodilla frente al Señor. Señor, sáname de mi lepra. Si así ustedes y yo salimos corriendo, y al leproso, ¿verdad? El Señor, dice en Marco 1.41, movido por compasión. Extendiendo Jesús la mano, lo tocó a un leproso y le dijo, quiero, quiero sanarte. Se limpió. Y allí lo sanó. La lepra desapareció. Cuando el Señor dio a la vida a Enaím, que lloraba cuando se le había muerto su único hijo. Y mire, su único hijo se muere. Y ahí el Señor la vio. Dice Lucas 7.13, al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo, no llores. Y allí la resucitó, lo resucitó. Cuando el Señor miraba las multitudes, aun cuando venían a buscar beneficios materiales, más que espirituales, Él tenía compasión por ellas, porque dice que eran como ovejas que no tenían pastor. Y esa es la misma compasión que en cada uno de nosotros debe mostrar, hermanos. especialmente aquello que están necesitados, y especialmente lo que están necesitados espiritualmente. Porque la necesidad más grande no son beneficios materiales, riqueza, bienestar material, salud física, sino que la necesidad más grande, ¿cuál es? Es la reconciliación con Dios. Y usted y yo somos embajadores de ese mensaje. y debemos mostrar compasión hacia aquellos que están sin Cristo. No juzgarlos, es fácil, ¿verdad? Sino llevarles el mensaje de Cristo. Debemos mostrar compasión también por nuestros hermanos aquí en la iglesia local, Si tiene alguna necesidad física, sí, lo ayudamos, pero mejor todavía debemos ser instrumentos en las manos del Señor para que ellos sean edificados espiritualmente y a la misma vez sean transformados en la imagen de Cristo. Hermanos, debemos ser misericordiosos con todos, dentro y fuera de la iglesia. ¿Se recuerdan al Señor en el Sermón del Monte, Mateo 5, 8? Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia. Así como hemos sido recipientes de la gran misericordia de Dios, nosotros hemos de ser misericordiosos con nuestros hermanos en la iglesia y con la gente que no cree en Cristo fuera de la iglesia. y así la podemos impartir esa misericordia hacia otros. La nueva criatura en Cristo ejercita misericordia. Y veamos una sexta demostración final en el cambio de la nueva vida en Cristo, y esa es, la vemos al final del versículo 32. Ahora, la nueva vida en Cristo, uh, viene la difícil ahora, extiende el perdón. extiende el perdón. Observen al final del versículo 32, perdonándose unos a otros, así como también Dios lo perdonó en Cristo. Y me gustó este versículo, porque estudiando, en el Nuevo Testamento hay dos palabras griegas que traducen perdón. Pero la que se utiliza aquí específicamente, en el versículo 32, viene de una raíz griega, káris, que significa gracia inmerecida. Literalmente, este perdón es qué? Inmerecido. perdón inmerecido. Este es el perdón divino. El perdón de Dios hacia nosotros. Ninguno de nosotros, aquí en esta mañana, se merece el perdón de Dios. ¿Lo sabía? Ahora lo sabe. ¿Por qué te inactas? Si ni tú ni yo nos merecemos el perdón de Dios, ¿qué nos merecemos? Dígalo. La justicia de Dios por nuestro pecado. Tú y yo nos merecemos un infierno eterno por nuestro pecado. Algunos piden, Dios es justo, no le digas eso a Dios, porque si no merecemos qué? La muerte eterna, la justicia de Dios, el infierno eterno. Pablo usa el mismo verbo en Colosientes 3.13, donde dice, soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja con otro, como Cristo los perdonó, así también hágalo ustedes. ¿Ven? Este es el perdón divino. Así como Dios nos ha perdonado sin merecerlo, nosotros perdonamos de la misma manera aquellos que nos han hecho falta. nos ha ofendido. Y no estoy diciendo en esta mañana que sea algo fácil, porque no lo es. Porque mientras estemos en este cuerpo caído, en este mundo caído, contaminado por el pecado, va a ser difícil. Es una lucha, ¿verdad? Pero sí podemos orar y pedirle a Dios, Dios mío, por favor, ayúdame a perdonar a esta persona. ¡Ayúdame! Quiero perdonarlo, pero esta carne no me deja. Y creo que necesitamos predicarnos el Evangelio nuevamente, porque es la esencia del Evangelio. Yo lucho con esto en la consejería bíblica. No, no lo puedo perdonar. Y nos vamos de nuevo al Evangelio. ¡Vamos a la cruz! Porque no has entendido la esencia del Evangelio. No la has entendido. Tú crees, pero no. Está en el corazón de la carta. Si escuchamos las palpitaciones del corazón, escuchamos el Ejercicio 2.4. Pero Dios... Me encanta ese pero. Me fascina ese pero. ¡Pero Dios! ¡Qué rico misericordia! Por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, nos dio vida juntamente con Cristo. Y por gracia, Ustedes han sido salvados. Y con Él nos resucitó, y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús, a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de Su gracia por Su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Perdón inmerecido. No tenemos que predicar el Evangelio. No nos busque para perdonar a otros, ¿verdad? ¿Pueden ver la amabilidad de Dios en Efesios 2.4? ¿Pueden saborear de su abundante misericordia? ¿Pueden gustar del perdón de Dios Entonces, ¿cómo no hemos de perdonar a los otros? No importa la falta, cual sea, nos perdonamos. No hubo falta más grande en la historia humana. de que crucificaran al justo, a alguien que no había cometido ninguna falta, que todos sus juicios fueron injustos, y lo mataron como un vil asesino, en la muerte más horrenda, muerte de cruz. Y allí en aquella cruz, crucificado, muriendo, dijo, Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Nos parecemos más a Cristo cuando perdonamos. cuando nosotros mismos hemos recibido tanto perdón de Dios el Padre, sólo por su gracia, favor inmerecido, sólo por la fe que Él nos ha dado, nos regaló, y sólo por Cristo, su Hijo. Decir que no puedes perdonar, predícate nuevamente el Evangelio y entiéndelo. En la parábola de los deudores, para finalizar, en Mateo 18, 23 a 25, había un cierto rey que quería ajustar las cuentas con sus siervos. Y había un siervo que le debía 10.000 denarios. Y ustedes, 10.000 denarios, ¿qué es eso? Bueno, dejen por sólo en la cantidad de hoy. Le debía 100 billones de dólares. ¿Qué quiere decir eso? ¡Es imposible que lo pague! Y vino el rey y dice, bueno, no me lo puedes pagar, no hay problema. Ven con tu fama y le vamos a vender. Y ahí él se tiró de rodillas y les robó Ten compasión de mí. ¿Qué hizo el rey? Tuvo compasión. Lo perdonó. Luego sale el mismo siervo y ciertos consiervos le daban dinero a él y fue a buscar su dinero. Y hubo uno que no le pagó y le pidió compasión y él no se la dio a él. El rey se enteró de lo que había hecho. ¿Y qué le dijo? Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste. ¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti? y enfurecido su Señor lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Así también mi Padre Celestial, Jesús hablando, así también mi Padre Celestial hará con ustedes, si no perdonan de corazón cada uno a su hermano. Hermanos, el Evangelio El perdón, perdón, el perdón es la esencia del Evangelio. Y es la máxima expresión de adoración que podamos darle a nuestro trino Dios. Cuando perdonamos a nuestro prójimo, glorificamos a Dios. perdónense los unos a los otros, así como también Dios los perdonó, sin merecerlo, en Cristo Jesús. Este es el Evangelio. Oremos. Padre, esta carta nos sigue dando fuerte Gracias por ella. Todos la necesitamos. Yo la necesito. De ver las cosas como tú las ves. Para aplicarlas en nuestras vidas. Para hacerte fiel. Padre, yo te pido que sea alguien aquí con alguna amargura, enojo, ira, que venga a Cristo, que le pida al Señor que lo ayude. Si hay alguien aquí que no ha perdonado, que hoy sea el último día, llame a esa persona. sea quien sea y te perdono hoy. Hasta aquí llegó. Qué rica es tu palabra, Padre. Nos confronta, nos enseña, nos redargüe, pero es para hacernos perfectos a la imagen de Cristo. Gracias por ella. Gracias por tu revelación. Es en el nombre de Jesús que oramos. Amén. Amén. Puesto de pies, hermanos. Finalicemos cantando la alabanza. La gloria de la cruz. La gloria de la cruz. Si no la tiene con usted, levante su mano y el hermano Jesús se la hace llegar. ¿Cómo es que su perfecto plan y pecado perdonó? Cuando al morir por culpa de él, Cordero la llevó. ¡Cuán sabio y soberano Dios su gloria mostrará! cuando en su trono al pecador se regociará. ¡Oh, la gloria de la cruz! ¡Santo mío, vienes a morir! ¡Mi vida dejaré atrás! para conocer la gloria de, la gloria de la cruz. rectitud, el pecado, el mando al pecado y al culpable perdonó sus manchas el labo tu sacrificio propició la ira del Señor y por tu muerte y expiación, hoy tengo redención. Oh, la bola de la cruz, mi vida no es de a morir, caída en el mar de atrás, para conocer la gloria de... la gloria de... Mi gracia para aquellos que habrían de creer Amor inagotable que no puedo comprender La gracia que me perdonó Amado por la eternidad, por lo que sucedió la gloria de la cruz tú y yo enviaste a morir mi vida dejaré atrás para conocer la gloria de la cruz tu hijo enviaste a morir mi vida dejaré atrás para conocer la gloria de la gloria de A mí, hermano, que la paz y la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes esta semana. Les recuerdo nuevamente el segundo y cuarto domingo del mes. El próximo domingo comenzamos con el estudio de Daniel. Va a ser seguido después del culto de aquí de de 11 y cuarto a 12 y cuarto, vamos a estar grabándolos para aquellos que no puedan estar y vamos para el servicio de inglés, no hay ningún problema, lo vamos a grabar para que usted lo tenga accesible también, así que el segundo y cuarto domingo del mes estaremos estudiando Daniel. Continúen orando por Charlie Vincent, el hermano Charlie Vincent, ayer tuvo una recaída, está bien malito nuevamente, sigan orando por él y por su esposa Katy. Así que, que el Señor los continúe bendiciendo y los caballeros si me pueden ayudar con la silla, se lo voy a agradecer, por favor. Voy, hermano. Voy ahora, hermano mío. ¿Dónde estás, hermanita? ¿Todo bien? Todo bien. ¿Hace cuándo estás de por acá? Hoy es el último día. ¡Oh! la se nos va para México. la hora está transcurrida por un intercambio de señales en la cámara, un camino a la posibilidad de asistir a una persona con discapacidad. La recorrerá en un par de horas o menos el teléfono de la patrulla. y a la está muy bueno, era la palabra de Dios
Del Enojo al Perdón
Series Efesios
Ahora con una nueva naturaleza espiritual, el creyente evita la amargura, enojo, ira, gritos e insultos para substituirlos con amabilidad, misericordia y perdón. Un cambio radical cuando nace de bueno a través del arrepentimiento y fe en Cristo Jesús.
Sermon ID | 31125059426455 |
Duration | 1:41:08 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Ephesians 4:31-32 |
Language | Spanish |
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